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Café dulce |Taekook omegaverse| |EDITANDO| by

AngelaSMLMJB
Category: Fanfiction
Genre: alfa, bangtan, bts, jungkook, omega, omegaverse, taehyung,
taekook, vkook
Language: Español
Status: Completed
Published: 2020-04-13
Updated: 2022-05-22
Packaged: 2022-05-25 12:57:51
Chapters: 83
Words: 229,866
Publisher: www.wattpad.com
Summary: Jungkook es un Omega que vive en un pequeño pueblo
a las afueras de Seúl, llamado Suwon. Taehyung es un Alfa recién
llegado de America. ¿Que pasará cuando los destinados se
encuentren? 🌙🌙🌙 🔊Esta historia no tiene mucho ANGST así
que esta es la historia indicada si quieres leer algo un tanto ligero<3;
🔊 no todo los comportamientos en esta historia son correctos. No
son romantizados ni normalizados. 🔊POR CIERTO, MI HISTORIA
NO ES DOMINIO PÚBLICO. ES MÍA DE MI Y NO HAY PERMISO
PARA QUE ALGUIEN MÁS LA ADAPTE.
Language: Español
Read Count: 494,822
¡Advertencia!
Quiero decir que esta historia es un tanto ligera, por si están
cansados de leer algo muy pesado :). No Angst.

Pero si hay algunos problemas que crean la drama.

1. Hago mi máximo en actualizar, perdonen si hay faltas de


ortografía, hago esto porque me gusta, no porque realmente sea
escritora con licenciatura en literatura, idk

2. Los capítulos pueden variar de ser a muy largos o muy cortos.

3. Trataré de ser constante, aunque no siempre lo seré.

4. Esta es mi propia versión del Omegaverse, solo hay pequeños


detalles que son diferentes. Si no conoces el Omegaverse hay
muchas guías que puedes encontrar :).

5. No sé mucho de geografía pero, si hay un pueblo a las afueras de


Seúl que se llama Suwon, más no es igual. Ni cerca de lo igual. El
Suwon de este libro es diferente.

6. No romantizar ciertas actitudes: como los celos, aunque en el


Omegaverse son casi siempre normales e intensos.

7. Una vez que termine la fic corregiré todos los errores.

Por cierto, les dejaré esta historia por si gustan pasarse :)


1. "Limón, miel y rosas rojas."
Jungkook POV's

—Yugyeom, ¿podrías callarte un maldito momento? Estoy llamando


a mamá.

En un impacto seco e inesperado, una almohada fue lanzada en


dirección a mi rostro.

Me mordí la mejilla interna, intentando no soltar una palabrota.

Observé mi celular mientras buscaba el numero de mamá,


segundos después, el tono sonó cuatro veces hasta que contestó.

—¿Que pasa, Kookie? —se escuchaba agitada.

Probablemente había mucha gente en el negocio.

—Yugyeom está insoportable, dice que te necesita. —observé al


antes mencionado.

Se encontraba hecho bolita en la cama, enredado con mantas entre


sus piernas.

—Aish, ¿pero que le pasa? Estaba bien esta mañana.

Este soltó un gruñido. Estaba escuchando a mamá a pesar de que


el celular no estaba en altavoz.

—Mamá, necesito tus mimos. Me duele. —dijo mientras se tallaba el


cabello.

Fruncí el ceño ante la actitud de mi mellizo.

—¿Que tienes? ¿Ocho años? —le observé con cara de pocos


amigos. —Mamá está ocupada.
Yugyeom me lanzó otra almohada, la cuál esta vez si alcancé a
esquivar. Le levanté el dedo manzana y el me hizo un mohín.

—Ten más paciencia con tu hermano. Probablemente se va a


presentar, por fin. —alcé ambas cejas ante las palabras de mamá.
—iré de inmediato, tú vendrás a hacerte cargo de la cafetería.

Asentí con la cabeza para después, colgar la llamada.

Veinte minutos después, ya me encontraba en la cafetería "Coffe


Moon" —la cual había pertenecido a mis abuelos maternos y había
pasado ahora a nuestra generación—.

—Hola, Jeon —Hueningkai y Yeonjun me saludaron con una


pequeña sonrisa.

Ignoré el hecho de que me habían llamado "Jeon" con una sonrisa


cínica.

—Hola, ¿como ha estado el día? —puse mi mochila en el mostrador


para ponerme el mandil.

—Como cualquier otro fin de semana. Mucha gente —Yeonjun se


tocó su arete derecho mientras hablaba. Era algo muy normal de el.

Asentí con la cabeza mientras me ponía del lado de la caja para


cobrarle a una pareja sus cafés.

—Gracias por venir, espero que regresen —di una pequeña


reverencia y sonreí.

La pareja salió me devolvió el gesto con correría para proceder a


salir del local agarrados de la mano.

Por alguna razón, solté un suspiro.

—Yo también quisiera estar enamorado, no te preocupes, Jeon —


Hueningkai acomodó su brazo sobre mis hombros con facilidad, ya
que era mucho más alto que yo.
Fruncí el ceño. Quité su pesado brazo de mis hombros y le observé
con molestia.

—No soy Jeon, soy tu Hyung —le reprendí. —te recuerdo que tienes
14 años. Tu también, Yeonjun. Más respeto a su mayor.

Yeonjun y Hueningkai se vieron mutuamente, intentando no reírse.

—Alparecer no andas de mucho humor.

Chasquee la lengua sentándome en el banco que estaba enfrente


del mostrador. Observé s la gente que charlaba con tranquilidad en
el local; intentando ignorar a los charlatines a mi lado.

—Cambiando de tema, ¿que le ha pasado a Yugyeom? —Yeonjun


cotilla salió a la luz, observándome con curiosidad. —¿se presentará
por fin?

Me crucé de brazos observándolo.

—Que curioso eres, por no decir metiche.

Hueningkai —alfa, el chico que olía a naranja fresca—, soltó una


risa fuerte.

Yeonjun —omega, con olor a hierbabuena y menta—solo hizo cara


de ofendido, pero eso sabía que ni siquiera le había molestado en lo
absoluto.

—¡Entonces si! Yugyeom se está presentando a sus diecisiete años.


—Hueningkai habló con entusiasmo.

—Más vale tarde que nunca —Yeonjun soltó observando el


atardecer por la ventana.

Eso justo había pensado.

Yugyeom y yo éramos mellizos. Habíamos nacido en días


diferentes, ya que nuestra madre nos tuvo entre la noche y la
madrugada.

Yo era un omega, me presenté a los doce años. Ese día, nuestra


familia había pensando que Yugyeom iba a tener su presentación
también; pero no eso no pasó. Nadie se alarmó hasta que comenzó
a pasar el tiempo y nada sucedía.

Hasta hoy. Cinco años después por fin de estaba presentando.

Los doctores dijeron que era un caso muy raro, incluso le hicieron
estudios, y aún así se dijo que en algún momento iba a pasar.

—¿Que crees que sea, Hyung? —Hueningkai me preguntó,


sacándome de mi trance.

Le miré, pensando ligeramente en mi respuesta.

—La verdad es que no tengo ni idea. —torcí los labios. —No tiene
parecidos a un omega o a un alfa completamente. Quedará más que
esperar para enterarnos.

Los cotillas se quedaron pensativos observando el atardecer, —justo


como yo lo había hecho hace minutos atrás— observando los tonos
naranjas y rosas que pintaban el cielo.

Era muy bonito y relajante.

🌙🌙🌙

—Aquí tienen su quincena, muchachos. —les entregué sus sobres


con billetes. —Gracias por trabajar duro. Ya se pueden ir.

Ambos me miraron.

—Pero aún faltan treinta minutos para cerrar la cafetería —Yeonjun


me observó confundido.

—No pasa nada, cerraré ya. Yo guardaré todo, no se preocupen.


Ambos me sonrieron y se despidieron con un "Gracias, Jeon" por lo
cual les gruñí y estos salieron disparados del local entre risas.

Una llamada me hizo sobresaltar en mi lugar, observé el nombre de


"mami<3" brillar en mi pantalla.

—¿Que pasó? —contesté mientras limpiaba las mesas con un


trapo.

—Efectivamente tu hermano se está presentando, Kookie. —


anunció. —necesito que traigas supresores de la farmacia.

Asentí con la cabeza, a pesar de que, obviamente, no pudiera


verme.

—Está bien, cerraré ya. Quedan treinta minutos pero nadie más ha
venido, ¿puedo?

—Si, si puedes. Te esperaremos. Textéame cuando vengas en


camino.

Iba a reprender y decirle que nadie en su sano juicio en pleno siglo


XXI usaba el término "textéame" del verbo "textear" pero me colgó
antes.

Solté un suspiro.

Una una vez que terminé de limpiar las mesas, recogí las pesadas
sillas de madera, apagué las luces y salí del local una vez que
terminé de poner el seguro.

Mi piel se puso de gallina al sentir el frío viento tocar la piel de mis


brazos desnudos. No había traído un suéter, y mamá me iba a matar
al verme llegar a casa sin uno.

Acomodé mi mochila en mi hombro derecho y comencé a caminar


hacia la farmacia, la cual, quedaba en la dirección contraria de
donde se encontraba mi casa.
Las calles estaban iluminadas por las cabañas y algunos locales, el
paisaje estaba adornado con unos bellos pinos altos que rodeaban
el pueblo. Admitía que a pesar de que el pueblo Suwon era muy
aburrido y pequeño, era muy bonito. Muchos ciudadanos venían a
pasar sus fines de semana —o incluso vacaciones— en familia.

El pueblo se encontraba a unos veinte minutos de Seúl, rodeado de


mucha naturaleza, pinos, ríos e incluso había muchos animales
salvajes cerca, por lo cual no era muy seguro ir a pasar un rato al
bosque —o al menos, no muy profundo en el—.

Han llegado a decir que hace veinticinco años, un clan poderoso


quería quedarse con el pueblo, pero después de que las manadas
que antes habitaban aquí, pelearon para defender el pueblo, el clan
se fue para no volver. Desde entonces, ha sido un lugar muy
tranquilo.

Eso es lo que me había contado mi anciana amiga, la señora


Seung, que vivía a unas casas de la mía.

La sorpresa que se iba al saber que Yugyeom se estaba


presentando.

Comencé a acelerar mis pasos hacia la farmacia, la cual ya podía


visualizar a un par de metros de mi.

De pronto, pude sentir a mi lobo nervioso e inquieto, por lo que me


paré en seco a la mitad de la calle.

¿Que era este sentimiento?

Cerré los ojos durante unos segundos, intentado calmar mi pulso.


Una ventisca helada me acorraló por completo, haciendo que los
bellos de mi cuerpo se erizaran.

Solté una maldición por el frío, y comencé a caminar de nuevo con


el corazón más acelerado que antes. Unos pasos más tarde, entré a
la farmacia.
—Buenas noches —saludé a la señorita que se encontraba en el
mostrador. Me respondió el saludo con una sonrisa.

Caminé por los pequeños pasillos del local, buscando supresores.


Una vez con ellos en mis manos, caminé hacia la sección de dulces
para elegir unos de miel.

Esperemos que mi lobo se tranquilice un poco.

Me encaminé hacia el mostrador para pagar los supresores y los


caramelos de miel.

Mis piernas flaquearon un poco, haciéndome soltar un jadeo ante lo


repentino que me pareció. Posicioné sobre mis manos el mostrador
y respiré con pesadez.

¿Que mierda me estaba pasando?

—Son 10,300 wones. —la muchacha habló y alcé mi rostro para


observarla. Me miró con preocupación —¿te sientes bien?

No pude contestar cuando escuché voces hablar fuertemente a mis


espaldas.

—¡Eres una tonta, Jennie! —escuché una voz femenina gritar.

Giré mi cuerpo para observar la escena.

Una chica cojeaba con el pantalón roto de la rodilla, y una chica de


castaño largo le ayudaba a caminar. Por último tanto un chico las
observaba con el rostro pálido.

Abrieron la puerta y un olor a limón, miel y rosas rojas inundó mis


fosas nasales.

Las palabras se me quedaron estancadas en la garganta, mientras


que mi lobo aullaba de manera descontrolada.
Por alguna razón, toda mi atención cayó sobre el chico frente a mis
ojos. Se agarró el estomago y ambas chicas se giraron para
observarlo.

—¿Pasa algo, Tae? —la chica del cabello largo y castaño le observó
con una ceja alzada.

Sentí nauseas, y no sabia si era porque estaba nervioso. Sus


feromonas fuertes inundaron la farmacia y yo sentí como mis
piernas volvieron a flaquear ante el sentimiento que me recorrió el
cuerpo.

—N-no me siento bien —el chico contestó con voz gruesa.

Mi piel se puso de gallina.

Me faltó la fuerza en las piernas, por lo que caí de rodillas contra el


piso.

Definitivamente era el.

Tras el impacto que di, las tres personas recién ingresadas en la


farmacia me observaron. Mis mejillas se calentaron y sentí un
bochorno ante la atención sobre mi persona.

Mi lobo sentía una necesidad de querer abrazarlo y enterrarse entre


su cuello para oler su fragancia. Estaba complemente dispuesto a
ser mimado por aquel Alfa, que se encontraba clavándome los ojos
en las paredes de mi alma.

Como si pudiera verme más allá de mi manera física.

Todos estos sentimientos me resultaban confusos y abrumadores,


por eso, me levanté del suelo, puse unos billetes sobre el mostrador;
agarré las cosas y me dispuse a irme de aquel lugar cuanto antes.

El chico se incorporó y me observó con un semblante confuso,


intimidante y tierno —todo al mismo tiempo—.
De seguro estaba preguntándose lo mismo que yo, "¿de verdad el
es mi destinado?"

—Tu... —sus ojos destellaron de amarillo y yo solté un jadeo.

Con cierto pesar, pasé a un lado de él, saliendo de la farmacia y casi


corriendo del encuentro tan repentino.

Mi lobo me estaba mostrando los dientes cuando empecé a


alejarme del lugar a pasos apresurados.

Ni siquiera sabía porque estaba huyendo. Me sentía ansioso y


confundido. Jamás pensé que encontraría a mi predestinado,
santísima luna, pensaba que todo ese royo de los destinados era
inverosímil.

Con las manos temblorosas me tallé el rostro, y fue cuando di mi


paso veinte cuando alguien me tomó del brazo.

Me encontré de nuevo con sus ojos amarillos mientras me sostenía


con su mano.

Su agarre era firme y fuerte.

Le observé con angustia.

—S-suéltame. —mi voz salió en una súplica baja y débil.

Los ojos del Alfa se suavizaron al escuchar mi voz.

Aflojó un poco su agarre, pero no despegó sus ojos de los míos y


tampoco me soltó.

—¿Acaso no sientes lo que siento? —su voz era grave. —E-eres mi


predestinado.

Ahora que lo decía en voz alta, me parecía casi imposible que esto
estuviese pasando.
—Y-yo... —ni siquiera podía formular una oración completa.

Me sentía conmocionado, asustado y abrumado.

El chico me jaló de los hombros y me enrolló en sus brazos contra


su pecho.

Un sentimiento de sentirme en mi hogar me recorrió el cuerpo en el


mismo momento que sentí su calor corporal. Era un sentimiento
reconfortante. Su aroma era embriagador y adictivo. Su cuerpo
estaba cálido y podía escuchar los latidos acelerados de su corazón.

Todo era tan confuso.

Mi piel se puso de gallina cuando sentí como enterró su rostro en mi


cuello, oliendo mi aroma. Su respiración caliente sobre mi cuello
hacía que mis piernas empezaran a flaquear de nuevo.

—Me llamo Kim Taehyung.

***
Holissss. Ha pasado un tiempo desde que escribía con tanto
entusiasmo y lo publicaba aquí en Wattpad. La verdad es que
siempre estoy llena de ideas para historias, el problema es que
nunca las llevo acabo, pero esta vez es la excepción.

Estoy muy emocionada por este proyecto, espero que les guste
mucho, baissss<33333

Por si gustan pasarse:


2. "Café, pino y fambruesas"
Taehyung POV's

—¿Y bueno? —mamá nos observó a los tres con los brazos
cruzados.

Sus cejas estaban fruncidas y su pie derecho golpeaba el piso cada


segundo.

Después de lo sucedido, Minari me arrastró hacia el auto junto con


Jennie. Nos reprendió a ambos por ser un dolor en el culo y manejó
desde el pueblo hasta nuestra casa que se encontraba en Seúl.

—Dios mío. Son igual de ocurrentes que su padre. —la omega se


agarró el puente de la nariz cerrando los ojos durante unos minutos.
—¿Que van a explicar primero? ¿El por qué Jennie tiene una herida
en la rodilla o por qué Taehyung huele a feromonas?

Los tres intercambiamos miradas, pero la primera en hablar fue la


más menor de nosotros, Jennie.

—Mamá, no pasa nada. ¡Fue un simple golpe! —habló con rapidez,


sus ojos extendiéndose en el proceso— no es como si se me
estuvieran saliendo las tripas o algo así.

Me rasqué la nuca un tanto nervioso.

—Mina y Taehyung... —mamá agarró aire con tranquilidad y


después de eso explotó. —Ustedes saben a la perfección que su
hermana pequeña y sensible. Ella no posee la fuerza que ustedes
tienen. Deberían de estar avergonzados, ambos son Alfas y no
pueden cuidar de una niña de quince años.

Jennie se levantó del sofá con velocidad.


—¡Mamá, no soy sensible! No exageres. No me estoy muriendo,
tengo los ojos, los brazos, y los dientes donde deberían de estar. Es
solo un simple golpe, ¿está bien? —habló con fuerza. Sus orejas
estaban rojas. Estaba avergonzada y enojada. —no es para tanto.

—Jennie, cálmate un poco. —Mina habló en un susurro. —Está


bien, mamá. Asumimos la responsabilidad.

Observé a mi hermana con el ceño fruncido.

—¿Eh? Tu eres la mayor, habla por ti misma.

No era mi culpa que Jennie se hubiese tropezado.

—Maldito cobarde —Mina habló entre diente dientes. —ambos


somos responsables.

Le saqué la lengua en un gesto muy infantil.

—¡Bueno, bueno! —mamá habló con fuerza.

Tapé mi rostro con ambas manos.

Qué frustrante. Aún me sentía muy conmocionado con lo que había


pasado una hora atrás.

—Mamá, la situación no es tan mala, de hecho... —Jennie torció los


labios, observándome. —creo que Tae conoció a su destinado.

Nuestra progenitora nos observó como si estuviésemos locos.

—¿A su que? —la voz de mi padre apareció en la escena.

Se encontraba cerrando la puerta principal de la casa a sus


espaldas mientras me observaba con impresión.

—¿Q-que? —mamá fue la que esta vez me observó con asombro.


—¿es una broma? ¡Es por eso que hueles a omega!
Mi labio tembló. Me sentía abrumado y emocionado.

De verdad había conocido a mi destinado.

—¡Esa es una buenísima noticia, Taehyung! —papá se acercó para


dejar un beso en mi frente. Me sentí como un niño pequeño de
nuevo. —¿Cómo? ¿Que pasó?

El alfa me observó atentamente mientras se quitaba el saco de su


traje. Por alguna razón, mis ojos viajaron hacia los de mamá; los
cuales chispeaban de curiosidad y desconcierto.

Por el otro lado, Jennie sonreía con emoción y Mina solo observaba
la escena en silencio.

Supongo que estaba igual de impresionada que yo.

Tragué saliva.

—Pues y-yo...- —le di vuelta al anillo que usaba en mi dedo anular.

Santa luna, ni siquiera podía formular oraciones concretas. Lo único


que se cruzaba por mi cabeza eran los ojos de aquel dulce Omega.

—El hecho de que me golpeara fue beneficioso para Tae. —Jennie


murmuró con orgullo—Si no hubiera pasado eso, no hubiéramos ido
a la farmacia y no hubiera conocido a su destinado.

Por inercia, sonreí porque era cierto.

—Excelente visión, Jennie. Gracias a tu torpeza. —susurré.

Pude sentir la mirada de papá por el rabillo de mi ojo. Pudo percibir


que me encontraba un poco conmocionado ante lo ocurrido, por lo
que decidió cambiar de tema levemente.

Observó a Jennie con un puchero terriblemente exagerado.


—¿Qué? ¿Mi bebé se lastimó? —se fue a abrazar a la menor. —¿Y
el kit de emergencia? ¿Por que no se lo llevaron?

Mina se rascó la nuca con una mueca en los labios.

—Por eso mismo fuimos a la farmacia. No traíamos el nuestro,


verás...el hecho de que Jennie se golpeara contra el piso no estaba
en nuestro plan.

Mamá soltó un suspiro.

—¿Eh? Estoy bien, papá. —rodó los ojos. —Solo fue un rasguño.

Pasaron unos segundos de silencio hasta que mamá habló,


observándome con cierta inquietud.

—¿Y bien? ¿Y tu...Omega, Taehyung? —mamá me observó con


curiosidad.

¿Mi Omega?

Trague saliva nerviosamente.

Sus ojos marrones aparecieron en mi mente. Sus labios finos, su


nariz roja y sus ojos cristalizados.

Era jodidamente hermoso y ni siquiera sabía su nombre.

—¡Taehyung! —Mina venía dando pasos apresurados hasta llegar


en donde nos encontrábamos.

—Mina, déjanos solos, por favor. —acaricié el cabello del omega.

Su aroma era embriagante.

Olía a café, pino y frambuesas. Una combinación variada y


ciertamente dulce.
La Alfa —Minari— me observó con audacia. Negó con la cabeza y
tocó el hombro de mi omega.

—Estas agobiándolo. —comentó mientras me observaba. —Si,


probablemente sea tu destinado, pero no puedes llegar así como así
y darle la impresión de que eres un maldito acosador.

Parpadeé un par de veces hasta entender la situación con un poco


más de detenimiento.

Recién había notado que estaba apretando demasiado al chico, por


lo que rápidamente aligeré mi agarre. El dulce Omega alzó sus ojos
hacia los míos y el corazón se me estrujó al observar su expresión
de susto.

Respiraba con dificultad, sus ojos estaban cristalizados y su nariz


roja.

Mi lobo gruñó por haberme alejado de él —aunque hubiesen sido


centímetros—pero mi lado humano no podía seguir soportando la
idea de asustarlo.

Me hacían falta modales.

—No, no, no llores, por favor —le hablé en un hilo de voz. —no
quería asustarte. No era mi intención. Lo siento.

El dulce Omega sorbió su nariz y con lentitud, se deshizo de mi


agarre.

Mis brazos cayeron en seco sobre los costados de mi cuerpo.

—Y-yo...perdón. Tengo que irme.

Tal cual dicho esto, agarró sus cosas que anteriormente se


encontraban en el suelo y se fue dando zancadas largas.

Mis piernas quisieron ir tras el, pero Mina me detuvo con un gruñido.
Le observé con molestia.

—Lo vas a asustar más. Déjalo así.

La nariz me picaba ante el recuerdo.

Quería volver a enterrar mi nariz sobre su cuello, quería sentirlo


física y emocionalmente cerca.

—Mina ni siquiera dejó que preguntara su maldito nombre. —fue lo


primero que se me ocurrió decir una vez que todos esperaban mi
respuesta.

La antes mencionada rechistó.

—Taehyung, te abalanzaste contra el. En vez de asustarlo pudiste


haberle hablado como persona civilizada.

Mamá me observó con autoridad.

—¡Asustaste al pobre omega! —reprendió con asombro. —¿Q-qué


te pasa?

Papá salió a la defensiva rápidamente.

—Hey, está bien. Los Alfas solemos hacer cosas las cosas sin antes
pensarlas. Somos tontos por naturaleza y no es una excusa.

—Mm, bueno si me doy cuenta —mamá rodó los ojos y Jennie soltó
una risa tonta.

A pesar de que el ambiente a mi alrededor no se notara tan


incomodo, la irrealidad me golpeaba el estómago con fuerza.

Me costaba creer que esto estaba pasando.

¿Como podía asimilar que la madre luna me había impartido un


Omega? Incluso, la idea me hacía sentir especial.
—T-tengo miedo de no volver a verlo jamás... —hablé en un
susurro. Las miradas de los presentes se clavaron sobre mi. —Es
que ni siquiera se su nombre.

Mi labio tembló.

—No te preocupes, Tae. Volverás a verlo, ¿si? —Mina me reconfortó


poniendo su mano en mi espalda. —y también te disculparas con el
por ser tan bruto.

Esta vez me reí. Claro que lo haría.

🌙🌙🌙
Jungkook POV's

—¿Kookie? —Jeongyeon estaba sentada afuera de casa. Se


aproximó a mi, consternada al notar mi rostro rojo como tomate.—
¿Estás bien?

Me abalancé sobre sus brazos mientras mi corazón seguía latiendo


con fuerza.

Pude oler su aroma a piña, lo cual me tranquilizó un poco.

—Y-yo...conocí a un Alfa. —dije en un hilo de voz. Pude sentir como


una gota de lagrima recorrió mi mejilla. —A mi alfa.

Pasaron unos segundos de silencio. Casi podía escuchar el cerebro


de mi hermana procesando la información.

Me observó con el ceño fruncido.

—¿E-estás seguro?

Ni siquiera pude responder a su pregunta adecuadamente

Jeongyeon tomó del brazo y me arrastró al interior de nuestra casa.


Un olor fuerte me golpeó las narices al entrar. Era espeso y logró
marearme durante unos segundos.

—¿Es ese...Yugyeom?

Mi hermana menor tenía los labios hechos una línea, me observó y


asintió con la cabeza.

Era un aroma propio de Alfas.

—¡Jungkook! ¿Trajiste los supresores? —mamá apareció en el


campo de visión. Se acercó apuradamente, pero una vez que miró
mi rostro rojizo su semblante cambió de estresada a preocupada. —
¿Que pasó?

Tragué saliva mientras mi pulso volvía a acelerarse.

Comenzaba a sentirme muy mal.

—Mamá..—más lágrimas empezaron a salir de mis ojos. —He


encontrado a-a mi destinado.

Mis piernas empezaron a flaquear de nuevo, y un dolor en mi


estomago se presentó.

Por el otro lado, mamá se llevó ambas manos a su boca en signo de


impresión.

Caí de rodillas sobre el piso en una acción repentina.

—Creo que mi celo se está adelantando. —me sobé el estómago.


Sentí como lubricante empezaba a mojar mi pantalón. —Mamá...

Mi progenitora observó a mi hermana.

—Jeongyeon, llévale los supresores a tu hermano. —se puso de


rodillas para tomarme en sus brazos. —Yo me quedaré con Kookie
por mientras. Lo más probable es que lo mandemos con tu padre.
Mi hermana asintió con la cabeza, yéndose a la habitación de
Yugyeom con la bolsa de la farmacia en la mano.

—Kookie...— acomodó mi cabeza en su regazo mientras me


observaba con preocupación. —No te daré supresores.

Léobservé atónito:—¿Por qué no? Duele mucho. Los necesito.

Soltó un suspiro.

—Tienes que dejar que pase naturalmente. Es obvio que tu celo se


adelantó debido que conociste a tu alfa. —acarició mi cabello,
intentando relajarme. —te irás a Seúl con tu padre a partir de esta
noche, ¿si? Te quedarás ahí mientras las cosas se calman
aquí...Máximo serán dos días, no te preocupes, cachorro.

Mordí mi labio. Me sentía un poco avergonzado.

Tendría que pasar el celo en la casa de la nueva Omega de papá.

Mi madre llamó al hombre explicándole la situación sin muchos


detalles.

Ni siquiera podía escuchar las palabras con claridad. Solo miraba


sus labios moverse formulando palabras que me eran imposibles de
adivinar.

Mi vista se nubló, y segundos después me desmayé.

🌙🌙🌙

EDITADO
09/03/21
3. "Tres dias"
Jungkook POV's

Una luz contra mis párpados hizo que soltara un gruñido. Me tallé
los ojos y los abrí.

No me encontraba en mi habitación. Pude reconocer que estaba en


la nueva casa de papá por las largas paredes y el candelabro que
adornaba la habitación.

Me incorporé en la cama en la que seguramente había pasado la


noche, y sobé mi estómago. Un dolor punzante en la parte baja de
mi abdomen me sacó de mi trance dormilón.

—Agh —intenté mover mis piernas, pero solo conseguí dolor en


ellas y en mi cabeza.

Pude sentir algo escurrir sobre mis piernas y espalda. Sudor y


lubricante. Hice una mueca ante la sensación un tanto
desagradable.

Alfa.

Mi lobo aulló en su ausencia.

Tapé mi rostro antes de que lágrimas empezaran a salir de mis ojos.


Todo esto me resultaba tan abrumante.

Mi cabeza empezaba a doler con más fuerza mientras yo seguía


soltando lágrimas, así que me dejé a caer en la cama en un ovillo.

—¿Jungkook? ¿Despertaste? —la delicada voz de Suni me hizo


brincar del susto.

Abrí los ojos y la observé parada en el marco de la puerta de la


habitación. Tenía sus brazos cruzados con un rostro preocupado.
Mamá y papá se habían divorciado hace dos años. Papá tuvo la
"suerte" de conocer a su pareja destinada después de haber tenido
tres hijos y casi 20 años de casado con mamá.

Fue una situación difícil. Muy difícil.

Mamá lo aceptó con una sonrisa llena de dolor y lo que dijo fue "al
menos los tengo a ustedes". Eso era suficiente para ella. Después
de que papá se fuera de Suwon, contrajo matrimonio con Suni tras
haberla cortejado durante algunos meses —aunque a pesar de eso
ya vivían juntos—.

Era una Omega amable. Era muy reservada, pero a pesar de eso
era muy entusiasta. Me alegraba que no haya entrado en el
estereotipo de "madrastra mala".

Suni caminó hacia la cama donde me encontraba y alzó una de sus


manos para tocar mi frente.

Apretó sus labios y me observó con el entrecejo fruncido:—


Claramente tu mamá dijo que no te diéramos supresores...pero creo
que si deberíamos.

Apreté mi estómago.

Estaba siendo muy difícil sobrellevar este tipo de sensaciones.


Sobre todo porque mi lobo estaba buscando a aquel Alfa.

Kim Taehyung.

En mi mente apareció su rostro. Sus cejas gruesas, sus finos labios


en donde descansaba un lunar en su labio inferior —un pequeño
detalle que navegaba en mi mente—, sus ojos color miel que habían
cambiado a un color amarillo durante unos segundos. Su altura. Era
mucho más alto que yo. Probablemente unos 10 o 15 centímetros
más que yo. Su cabello oscuro pero largo, cayendo
desordenadamente sobre su rostro en ligeros roles.
Era muy guapo...y era mi destinado.

Pude sentir como mis mejillas se pusieron rojas ante el recuerdo.

Tenía que tranquilizarme.

Observé a Suni y pasé mi lengua sobre mis labios resecos antes de


hablar.

—¿Donde está papá? —hablé con la voz entrecortada.

Ni siquiera me había dado cuenta que mi respiración era errante y


que las lágrimas seguían saliendo de mis ojos.

—Salió hace unas horas a ver a Yugyeom. No tardará en llegar. —


tocó mi cabello mojado en sudor con tranquilidad. —Te prepararé un
baño, ¿si?

Asentí con la cabeza y observé cómo se alejaba de la cama para


salir de la habitación con tranquilidad.

Solté un suspiro y cerré mis ojos con fuerza.

🌙🌙🌙

Tras haberme duchado, papá anunció su llegada a la casa con su


particular olor a madera y a caramelo. La gente que nos conocía
decían que teníamos olores parecidos, lo cuál me parecía extraño
ya que desde mi punto de vista, Yugyeom y él se parecían más en
todos los aspectos.

—¿Como estás? —papá se sentó en el sofá observándome.

Me extendió la mano, enseñándome una pastilla. Supresores.


Suspiré aliviado y me la tragué sin pensarlo dos veces.

—H-he estado mejor.

Papá torció los labios y se rascó la nuca.


—Tardará en hacer efecto, pero es mejor tarde que nunca, ¿no? —
sonrió un poco y acaricio mi cabello. —Suni te ha preparado una
sopa para que te sientas mejor...por cierto, he visto a tu hermano.
Es un...

—Alfa. —completé su oración. Hice una mueca mientras le


observaba. —Suni me dijo que fuiste a verlo. Supongo que no te
importó mi estado así como mamá me echó de casa para cuidar de
el.

Mi cabeza había estado dando muchas vueltas. Definitivamente


durante el celo me volvía más tonto, no pensaba y ni media mis
palabras con seguridad. Mis sentimientos me hacían crear
escenarios tontos donde siempre era la víctima.

Era horrible, y me sentía fatal.

—Hey, hey —negó con la cabeza rápidamente. —Tu mamá no te


echó de casa, eh. Las cosas eran más fáciles si Yugyeom y tú
estaban separados. Demasiadas feromonas hubieran sido un
problema para Jeongyeon y para tu mamá. Lo sabes.

Me recargué en el respaldo del sofá. Pasé mi lengua por mi mejilla


interna mientras reprimía las ganas de llorar.

Eran demasiados sentimientos al mismo tiempo.

—Supongo que Yugyeom ya acabó su presentación, ¿me puedo ir a


casa? —apreté la manta que rodeaba desde mi cabeza hasta mis
piernas. —no estoy familiarizado con este lugar. Ha pasado casi un
día, y su celo ya terminó también.

El hombre —mi padre— asintió con la cabeza observándome


durante unos segundos.

Estaba pensando sus palabras.


—Y-ya se que conociste a tu alfa, Jungkook. —intentó aligerar el
ambiente con una sonrisa. —estoy feliz por ti, Kook. Luchen por
estar juntos. Es una sensación inigualable.

Un nudo se instaló en mi garganta.

—Papá... —una lágrima recorrió mi mejilla. Me costaba mostrarme


de esta manera ante el.—tengo miedo. Mucho miedo.

De alguna forma, terminó abrazándome con fuerza.

—Está bien, no te preocupes. —acarició mi cabello con sutileza. —


está bien estar asustado, ¿si? A pesar de que te sientas así, es un
sentimiento pasajero. Conocer a tu predestinado es una de las
mejores cosas que te podrán pasar. Conócelo y sean felices.

De repente palidecí. Era demasiado.

Sequé mis lágrimas con la manta y asentí con la cabeza.

—Te llevaré a casa, ¿si? Comerás la sopa, esperaremos a que los


supresores hagan efecto.

🌙🌙🌙
Taehyung POV's

Sigilosamente y de puntillas —con los pies descalzos, por cierto—


caminé desde mi habitación hasta la cocina. Había visto antes como
mamá y papá escondían las llaves del auto de emergencias por
aquí.

Tiene que estar en algún cajón o alacena.

—¿Que haces, Kim Taehyung? —la voz de la única Omega en casa,


o sea Mamá, hizo que respingara de susto.

Me giré para verla con una sonrisa nerviosa.


—Estoy buscando el café. De repente...me ha empezado a gustar
mucho el café. Sobre todo con mucho azúcar.

En realidad no mentía del todo.

Obviamente no estaba buscando el café, pero era real que durante


los últimos días había empezado a tomar varias tazas de café al día.

El olor y el sabor me tranquilizaba. Me recordaba mucho a él.

—Si, ajá —mamá asintió con la cabeza con vacilación. —¿Para que
quieres las llaves del auto?

Bufé al ser pillado.

—¿Como se supone que voy a cortejar a mi omega si no puedo ir a


verlo? —me crucé de brazos. —Han pasado tres días y estoy que
me muero. De verdad he estado intentando ser paciente, pero no
puedo más. ¡Necesito verlo!

Mamá alzó sus cejas.

—Dios, Taehyung. Ni siquiera sabes dónde encontrarlo. —sentó en


un taburete mientras me observaba. —aparte, no puedes llegar a
intentar a cortejarlo así como nomás. Lleva las cosas con calma.

Me estaba sintiendo muy frustrado.

—¡Lo sé! Haré lo que tenga que hacer. Seré respetuoso. —


respondí. —me disculparé de haberlo asustado, diré lo hermoso que
se ve y lo más importante, preguntaré su maldito nombre...pero por
favor, préstame el auto.

En un reflejo, mamá me aventó las llaves después de sacarlas de su


bolsillo.

Rodó los ojos.


—Te estabas tardando, Tae. Tardaste tres malditos días en venir a
buscarlas. —jadeé al escuchar sus palabras —por cierto, el auto es
tuyo.

Tenía que estar bromeando.

Corrí a darle besos por todo el rostro y a abrazarla con emoción.

—¡Gracias, gracias! —pude jurar que hasta mi voz salió chillona. —


iré a ducharme. Iré a buscarlo a SuWon.

Dicho esto, corrí a mi habitación despojándome de mi ropa con


velocidad.

¡Por fin iré a buscarlo!

***
Espero que les haya gustado, por favor voten❤❤.

Gracias por leer🥺.


EDITADO 09/03/21
4. "Kim Taehyung"
Jungkook POV's

—Ya estoy mejor, mamá. —hice un puchero involuntario.—ya puedo


ir a la cafetería a trabajar.

Mi progenitora rechistó observándome. Se sentó en la cama y tomó


mi mano.

—Te quedarás aquí otro día, ¿si? No me veas con esa cara, Jeon —
hice una mueca y me reprendió con el entrecejo fruncido. —Hago
esto por tu bien.

Sin duda, era el celo más fuerte que había tenido.

Los supresores me calmaban, pero no lo suficiente para no dejar de


lloriquear y sentir una excitación fuerte. El celo duró una semana.
Una semana de dolor. Una semana donde mi lobo buscaba a su
alfa.

De solo pensar en pasar un celo con alguien, y que ese alguien


fuera Kim Taehyung me revolvía el estómago de nervios.

Mis mejillas se pusieron rojas.

—Te quedarás aquí en casa el día de hoy. Me llevaré a Yugyeom


para que ayude en la cafetería. —mamá empezó a caminar hacia la
puerta de mi habitación —cualquier cosa me llamas, ¿si?
Jeongyeon está en casa de Ryujin, pero también puedes llamarla.

Asentí con la cabeza, dicho esto, me aventó un beso y salió de mi


habitación cerrando la puerta a sus espaldas.

Solté un suspiro. Busqué mi celular para mandarle un mensaje a


Jimin.
"Hey, vienes?
Me dejaron otro día enjaulado"

Siiiii
NO ME HAS CONTADO NADA DE TU ALFA
llego en una hora"

"Apresúrate que me aburro sin mi payaso"

Jimin era mi mejor amigo desde el kínder. Casi podría considerarlo


mi hermano. Era un Omega bajito con cabello color rosita. Si tuviera
que describirlo con tres palabras serían: gracioso, coqueto y
talentoso.

Obviamente jamás le diría eso en su cara, su ego se elevaría


demasiado y me molestaría con ello.

Iba meterme a bañar, pero tocaron el timbre de la casa. Enarqué


una ceja y caminé desde mi habitación hacia la puerta principal.
Observé mi atuendo.

Unos pantalones chandal, una camisa negra que me quedaba unas


tallas más grandes de la mía, y por último mis pies descalzos.

Decidí arreglarme el cabello espontáneamente mientras abría la


puerta.

La abuela Seung.

—¡Hola! ¿por que no había venido? —una sonrisa se dibujó en mis


labios.

La vieja alfa me sonrió y se acercó a darme un beso en la mejilla.

—¿Cómo estas? ¿Te sientes bien? —me acarició el cabello con


ambas manos mientras me miraba con preocupación.

Sonreí.
—Estoy bien, abuela —me hice a un lado para que pasara al interior
de la casa. —¿cómo está?

Se dirigió al comedor para sentarse en una silla y observarme con


pena.

—Se que tuviste una semana difícil. —dijo mientras me observaba


caminar hacia el comedor y sentarme en frente suyo. —Bueno, tu y
Yugyeom.

Solté un suspiro.

—Bueno, fue una semana agitada. Que el mellizo de un omega se


presentara años después y de plano que resulte ser un alfa es raro.
—recargué mi mejilla en mi mano. —y también el hecho de que
haya encontrado a mi destinado es algo de locos. Supongo que todo
el pueblo ya sabe, ¿no? Ha pasado una semana.

La abuela Seung se acomodó el cabello lleno de canas mientras


sonreía levemente.

—Bueno, si. Todos lo saben ya. Es un pueblo pequeño...y muy


cotilla.

Asentí con la cabeza.

La abuela Seung tenia aproximadamente setenta años, era viuda,


muy sabia y tenía mente abierta a muchos temas a los cuales gente
mayor ve como tabú. Desde pequeño había sido muy cercano a ella.
Ni siquiera era mi abuela, pero así la llamaba como era costumbre
aquí en Corea.

—Uhm...si —me encogí de hombros.

Deslizó sus manos a través de la mesa para tomar las mías. Sus
manos arrugadas y sus venas eran muy visibles, pero sus dedos
siempre estaban adornados de anillos.

—¿Cómo te sientes? Por lo de tu predestinado.


Mordí mi labio pensando en mi respuesta.

—Me siento abrumado...pero también emocionado. —mi estómago


dió un revuelto. —son muchos sentimientos. Por más asustado que
haya estado cuando lo vi, aún así lo quiero volver a ver. Era muy
guapo, pero mi cosa favorita fue su olor. Era un olor...reconfortante.

Mis ojos ardieron un poco.

La abuela Seung sonrió tanto, que le encontré parecido al gato de


Alicia En El País De Las Maravillas.

—Estoy feliz, Kookie —sus ojos se arrugaron aún más por su


sonrisa. —Deberías de buscarlo. Las cosas no se pueden quedar
así.

—¡Lo sé, lo sé! —solté sus manos para gesticular con emoción lo
que sentía.

La vieja me sonrió.

—Entonces...¿vas a dejar que te corteje?

Mis mejillas se ruborizaron.

—Bueno...mientras no sea un imbecil. —recordé el momento en el


que Kim Taehyung me apretó contra su cuerpo bruscamente.

🌙🌙🌙

Después de que la abuela Seung se fuera, Jimin llegó a casa diez


minutos después.

Ni siquiera dejó que me duchara, me arrastró por toda la sala de


estar dando brincos de emoción para luego hacerme contarle todo el
encuentro con Kim Taehyung con lujo de detalle.

—¡Que puta suerte! —Jimin chilló de emoción dando brincos de


aquí para allá. —Definitivamente valió la pena esperar toda una
semana para verte y que me contaras. ¡No puedo esperar a que
estén juntos!

Parpadeé un par de veces ante sus últimas palabras.

—Ni siquiera se si lo volveré a ver, Jimin-ssi.—mi lobo aulló ansioso


al pensar en aquello.

Me senté en el sofá mientras miraba a Jimin acercarse al sofá y


posicionarse a un lado mío.

—Pff, obviamente lo volverás a ver. —rodó los ojos. —Es tu


destinado, tienes que buscarlo. ¡Luchar por el!

—Ay, Dios. Pareces Donald Trump dando un maldito discurso. Deja


de hablar así, me avergüenzas. —le di un almohadazo en la cara
que me fue devuelto segundos después.

La risa de Jimin llenó mis oídos.

—Hey, ¡te estoy dando ánimos!

Sonreí.

—Está bien, está bien. Gracias —hice una pequeña reverencia


poniendo los ojos en blanco.

Él Omega de cabello rosado puso un semblante serio de un


segundo a otro.

Algo se venía.

Iba a decir algo tonto.

—Así que tienes un predestinado...¡el sexo va a ser buenísimo! ¡Te


envidio!

Pude sentir mis mejillas y orejas calientes.


—¡Jimin! —me tapé el rostro con vergüenza. —ni siquiera se lo que
va a pasar con nosotros.

Jimin carcajeó de emoción.

—¡Dios, yo también quiero a mi destinado! —hizo un puchero.

Enarqué una ceja antes de preguntar:

—¿Y Yoongi?

Jimin se rascó la nuca mientras me observaba con nerviosismo. No


eran predestinados —según esto.— pero ambos se miraban bien
juntos de solo imaginarlo.

Eran polos puestos que se atraían.

—Yo...nomas lo ayudé a pasar su celo. No te ilusiones.

Solté un "já" con fuerza.

—Demasiado tarde. Ya me ilusioné sobre ustedes dos. Sabes que


sientes algo por el, pero ¡ni siquiera quieres hablar de eso!

Jimin me dió otro almohadazo, por lo que procedí a pellizcarle el


brazo.

—¡Hey! —se talló su piel rojiza mientras me miraba con el entrecejo


fruncido. —No es eso. Él no busca nada serio. Pasó su celo
conmigo nomas porque me ofrecí. Un Alfa en celo no piensa lo que
hace. Solo quieren meter la polla.

Rechisté mientras volteaba los ojos.

—Ni siquiera han hablado del tema de estar juntos.

—¡Por Dios, ni siquiera vamos a hablar de ese tema! Estás


haciendo las cosas súper grandes. —me tomó de los hombros con
sus dos manos, observándome con desespero. —nomás pasamos
su celo juntos. Es todo.

Quité sus manos de mis hombros.

—Pasar el celo con alguien es súper intimo, Jimin. No seas idiota.

Él Omega bufó.

—Lo que sea. —gesticuló con las manos mientras hablaba. —


estábamos hablando de ti y tu "Kim Taehyung"

Tragué saliva ante el cambio tan drástico de conversación.

—No me cambies de tema y busca a Yoongi para una relación, —le


apunté con el dedo índice. —nunca sabrás si no lo intentas.

Jimin rodó los ojos, e iba a decir algo pero el sonido de mi celular
anunciando una llamada entrante hizo que se callara.

"Mami<3"

—¿Pasó algo? —contesté la llamada con el ceño fruncido.

—K-Kookie...hay alguien buscándote aquí en la cafetería. —la voz


de mamá sonó alterada. —Se llama Kim Taehyung.

***

Holis, espero que les haya gustado, jeje


Por fis voten;( los tmk🥰

EDITADO 16/03/21
5. "Miradas intensas"
Jungkook POV's

—Creo que voy a vomitar, Jimin —empecé a desacelerar el paso


mientras me tomaba del estómago.

Mi mejor amigo me observó escandalizado.

—¿Que? No, no. —se agarró el cabello rosa con frustración. Me


observó con una mueca. —inhala y exhala. No quieres llegar a tu
encuentro con tu alfa oliendo a vomito.

"Tu alfa"

Pasé las palmas de mis manos sudorosas sobre el suéter —que por
cierto, Jimin había elegido que usara—, y solté un suspiro que hizo
inflar mis mejillas.

Después la llamada de mamá donde me anunciaba que Kim


Taehyung estaba en la cafetería buscando por mi, Jimin me jaló
hacia el baño de mi habitación, me hizo darme una ducha —en
menos de cinco minutos— mientras él buscaba un atuendo decente
para mi. Secó mi cabello, rizó mis pestañas y me puso un poco de
bálsamo en los labios.

Todo en solo quince minutos.

Debía de darle un poco de crédito, desde que pasó la llamada solo


había entrado un manojo de nervios y no había sido capaz de hacer
algo bien. Debo de confesar que mientras me duchaba el frasco de
champú se me cayó más de cuatro veces y casi me resbalo en el
azulejo.

Me encontraba muy tenso, pero a la vez ciertamente emocionado.


—¡Vamos, ya casi llegamos! —Jimin me alentó a seguir caminando
con rapidez hacia la cafetería.

—¡Espera! —lo jalé del hombro, mirándole horrorizado. —Y-yo...¿De


que vamos a hablar? ¿Y si las cosas se tornan muy incómodas? ¿Y
si es un idiota?

Jimin me observó con ternura. Acarició mi cabello, y hasta por el


gesto, le encontré parecido a la abuela Seung.

—No te preocupes. No podrás responderte todas esas preguntas si


no hablas con el. —sus ojos casi desaparecieron cuando sonrió. —
vamos, que te está esperando y debe de estar tan ansioso como tú.

Asentí con la cabeza y le seguí el apresurado paso hasta que


llegamos al local. Observé la puerta con nerviosismo para luego
dirigir mi mirada hacia Jimin que me sonrió levantando ambos
pulgares.

Le devolví el gesto con incomodidad y tras llenar de aire mis


pulmones, entré a la cafetería.

El olor a café inundó mis fosas nasales, sin embargo...había otro


aroma que llamaba mi atención. Un aroma que destacaba
demasiado entre los demás.

Limón, miel y rosas rojas. Embriagante.

El corazón me retumbó con fuerza dentro de sus paredes.

Lo busqué con la mirada hasta que lo encontré situado en una mesa


que estaba en la esquina derecha de la cafetería.

Di un brinco en mi lugar al encontrarme con sus ojos. Estaba


observándome con intensidad mientras parecía analizarme de pies
a cabeza.

Tragué saliva una vez que visualicé como se levantó del asiento y
comenzó a caminar hacia nuestro encuentro.
Empecé a respirar ansiosamente.

Se miraba muy guapo, tenía que admitirlo.

Una vez que estuvo cerca mío me sonrió levemente. Su sonrisa era
cuadrada, pero muy atractiva.

Se podía sentir la intensidad en el ambiente. La mirada de algunos


clientes cayó sobre nosotros; incluso, pude ver de reojo a Yugyeom
y a los cotillas —Kai y Yeonjun— mirándonos con los ojos bien
abiertos.

—Y-yo...hola —dije en un hilo de voz.

Estaba evitando sus ojos a toda costa porque me sentía muy


intimidado ante su persona.

—Hola. Ummh... —su voz gruesa hizo que brincara en mi lugar. Mis
mejillas se calentaron, y por educación decidí hacer contacto visual.
—Perdón por la otra vez. No quería asustarte o hacerte sentir
incómodo.

Sus ojos chispearon de un amarillo brillante y llamativo. Me rasqué


la nuca nerviosamente mientras volvía a apartar mi mirada de la
suya.

Que se estuviese disculpando me daba una buena impresión. En


ocasiones, estábamos acostumbrados a actitudes de mierda, pero
cuando una persona decente tenía un comportamiento básico y
mínimo, lo apreciábamos.

—Está bien, no se preocupe. —intenté sonreír, pero las esquinas de


mis labios temblaron. Extendí mi mano. —Yo-umh...me llamo Jeon
Jungkook

Su próxima acción me dejó sin aliento.

Tomó mi mano con delicadeza, causando mil explosiones de


sentimientos en mi. Mi estómago se conectó con mi corazón
sintiendo un revoloteo. Su tacto me quemaba.

Alzó mi mano a la altura de sus labios, inclinándose levemente para


dejar un cálido beso sobre el dorso de mi mano.

Juraba que todo esto estaba pasando en cámara lenta.

Solté un jadeo.

Apostaba a que parecía un tomate.

—Un gusto, Jungkook. —soltó mi mano lentamente mientras su


mirada se clavaba en mí con intensidad. —¿podemos...platicar?

Tragué saliva.

Por alguna razón, desvié mi mirada hacia el mostrador para


encontrarme con cuatro pares de ojos observándome.

Volví mis ojos hacia Kim Taehyung y asentí con la cabeza.

—Está bien.

Encaminándonos hacia la mesa donde anteriormente él había


estado sentado, solté un suspiro lleno de nervios.

Taehyung me observó por encima de su hombro.

—¿Quieres algo? —su voz viajó hacia mis oídos.

Su voz me parecía fascinante.

Carraspeé mi garganta después de darme cuenta que me había


quedado en un trance. Nos sentamos en las sillas, quedando
enfrente del otro.

No pensé que nuestro primer encuentro —medianamente formal—


sería en el local familiar.
Me incliné hacia delante
posando mis brazos en la mesa.

—Umh...no, gracias-

La voz y presencia de Yugyeom me interrumpió.

—¡Hola! ¿Van a pedir algo? —mi mellizo tenia una sonrisa clavada
en su rostro.

Traía un mantel amarrado al cuerpo, ejerciendo su papel de


empleado.

Intenté no rodar los ojos.

Kim Taehyung pareció notar mi gesto, por lo que su semblante


pareció confundido.

Yugyeom volvió a hablar.

—Me llamo Yugyeom, —le dio la manó al Alfa por lo que


correspondió el saludo, confundido por el hecho de que se estuviera
presentando. —soy hermano de Jungkook.

Taehyung abrió los ojos sorprendido.

—Oh, hola. —soltó una risa que me pareció nerviosa. —Yo soy Kim
Taehyung.

Carraspeé la garganta y observé a mi hermano con molestia.

Me estaba avergonzando. ¿Por que tendría que acercarse a


saludar?

—Quiero un capuchino, ¿si? —en realidad no tenía ganas de tomar


algo, pero quería hacer que mi hermano se fuera.

Mis ojos cayeron sobre el Alfa frente a mi. No sabia si llamarle por
su nombre o "hyung" porque si, estaba más que seguro que era
mayor que yo.

Tenía cierta sofisticación cuando hablaba o como actuaba.

Taehyung me observó a los ojos.

Me parecía muy intensa su forma de verme...¿era así con todos?


Me ponía nervioso.

—Un café negro, por favor.

Yugyeom sonrió mostrando los dientes y se retiró antes de


observarme de manera acusatoria.

Solté un suspiro.

Sabía que al llegar a casa esta noche me iban a hacer muchas


preguntas.

Observé a Taehyung y el, me devolvió la mirada.

—Estuve viniendo unos días al pueblo, —inició una conversación


después de unos segundos de silencio. —vine a buscarte. Pero
jamás te encontré por casualidad de nuevo. Ni siquiera pude olerte
cerca.

Aquella confesión hizo que mis mejillas se ruborizaran, al igual que


mis orejas. Mi lobo aullaba emocionado y movía la cola.

De verdad estaba disfrutando esto. Le gustaba su compañía.

Me mordí el labio en un gesto de nerviosismo.

—Y-yo...enfermé y no pude salir toda una semana.

Omití el hecho de que se me había adelantado el celo por nuestro


encuentro; pero aún así, creo que lo adivinó por la forma en la que
me vió.
Alzó una ceja levemente mientras observaba mis mejillas coloradas.

—Espero que estes mejor, Jungkook.

Dios mío, mi nombre saliendo de sus labios era como erotismo.

—Si, si. Estoy mejor. Probablemente...si no hubiera enfermado, aquí


me hubiera encontrado trabajando en la cafetería —toqué mi cabello
inconscientemente mientras lo miraba. —este lugar de hecho es un
negocio familiar. La mujer a la que le preguntó por mí, era mamá.

Los ojos del Alfa se extendieron, y casi pude sentir como su piel
aceitunada palideció.

—¿Tu mamá? —se agarró el puente de la nariz. —me siento


avergonzado.

Solté una risita.

—Está bien, no se preocupe.

El sonrió de lado mientras me miraba fijamente.

—Supongo que me tengo que volver a presentar con ella. Tengo


que hacer las cosas bien, ¿no?

Aquel comentario hizo que mi estómago diera una sacudida.

—Umh...espero que si.

Su cuerpo se relajó por lo que se dejó caer en la silla sin dejar de


despegar su mirada en mi.

—Okay...¿podrías no usar los honoríficos conmigo?

Suspiré profundamente.

Esto tenía que ir lento, ¿no?


—Supongo que dejaré de llamarlo de "usted" cuando tenga más
confianza. —encogí mis hombros.

¿Pero que mierda estaba diciendo?

Aquello pareció impresionar a Taehyung por lo que alzó ambas


cejas con una peculiar sonrisa.

—¿Es eso un reto?

Examiné su persona mientras pensaba mi respuesta.

Traía puesta una camisa roja de botones —los dos primeros


desabrochados, dejando a la vista su piel y un lindo collar Chanel—
unos pantalones negros con un cinto del mismo color. Sus labios
eran levemente rosados y sus cejas muy pobladas, —las cuales no
podía ver muy bien por las ligeras ondas de cabello que
descansaban sobre su frente—.

Tenias que ser un tonto para no darte cuenta de que claramente,


este hombre tenía estilo.

Era tan guapo y me sentía malditamente intimidado.

—No es un reto...puede hacer las cosas por gusto. Si quiere


ganarse mi confianza es porque de verdad lo anhela. —crucé mis
brazos mientras intercambiábamos miradas.

Taehyung sonrió y ladeó la cabeza.

—Perfecto entonces, Jungkook.

Minutos después, Yugyeom apareció con nuestros pedidos y se fue


de la mesa en silencio.

Observé al Alfa echándole tres sobresitos de azúcar a su café


caliente.

Por alguna razón, mi boca se abrió.


—Esa es demasiada azúcar.

Mierda, ¡cállate, Jungkook! ¿A ti que te importa como se prepara su


café?

Taehyung casi pareció satisfecho por mi comentario, por lo que


sonrió.

—Me gusta mucho el café. —me observó a los ojos mientras se


llevaba la taza hacia los labios. —especialmente muy dulce.

Dicho esto, me regaló una sonrisa que no supe cómo interpretar.

Mi cabeza hizo un click.

¿Era aquello con doble sentido?

Casi parecía irónico. Mi familia tenía una cafetería y yo olía a café.

Asentí con la cabeza mientras tomaba de mi capuchino también.

***
¡¡¡¡¡¡Por finnnn se volvieron a ver!!!!!! Espero que les haya
gustado el capitulo.

Por cierto, en el próximo capitulo tendremos un punto de vista


de TAE JEJEJE

Voten plis, los quiero, jejejeje baisss💜💜.

EDITADO 17/03/21
6. "Charla en el bosque"
Taehyung POV's

—¿Qué es lo que se hace en este pueblo?

Observé a Jungkook chasquear su lengua mientras miraba sus pies.

Estábamos deambulando por las calles de Suwon. El sol se estaba


ocultando, dando una hermosa vista de los tonos naranjas que se
escondían entre los pinos altos que rodeaban el lugar.

Podría acostumbrarme a este lugar. Daba una sensación


reconfortante. El olor a roble y el sonido de las hojas de los pinos
me gustaba.

También podría acostumbrarme a Jungkook.

Por el poco tiempo que tenemos hablando, me ha dado la impresión


de que es una persona pacífica, se avergüenza por pequeñas cosas
—lo cual, me parece bastante lindo—, tiene un lindo tono de voz,
parece inteligente y risueño también.

Era muy observador, y estaba seguro de que el Omega podría ser


fácilmente de mis personas favoritas a admirar.

Por el lado físico..., santa luna; es hermoso.

Llevaba una camisa negra encima con el borde inferior fajado dentro
de unos pantalones negros que le favorecían demasiado, porque
podía visualizar su delgada figura con facilidad. Jungkook tenía el
cabello casi oscuro azabache, el cual caía sobre su frente y debajo
de su flequillo pudiendo apreciar sus ojos.

Eran redondos y un poco grandes. Tenía una nariz muy peculiar y


sumamente atractiva —a mi parecer— y labios finos.
A mi parte humana y lobina nos gustaba.

Su voz me sacó de mis pensamientos.

—P-pues...no hacemos mucho, la verdad. —me dió una leve mirada


mientras seguíamos caminando. —Vienen muchas personas de
Seúl a pasar el rato. Cuando son vacaciones, rentan unas cabañas
que están en medio del bosque. También hay un rio cerca de aquí y
la gente va. Supongo que esas son las actividades principales.

Asentí con la cabeza observando cada uno de sus movimientos


cada vez que hablaba.

Sonreí inocentemente.

—¿Podemos ir al bosque?

Eso sonaba un poco tétrico.

Jungkook alzó ambas cejas y se rascó la nuca.

—E-está bien, pero vamos antes de que oscurezca. —me hizo un


gesto con la cabeza para que lo siguiera.

Y así fue, nos fuimos encaminando a lo largo de una calle


pavimentada. De reojo noté como apretó los labios seguido de un
suspiro que hizo mover sus hombros hacia abajo.

Me parecía muy fácil leer sus composturas corporales.

Aquel suspiro significaba curiosidad, por lo que sonreí un poco.

—Anda, pregúntame lo que quieres saber. —formulé en un suave


murmuro.

Jungkook me observó consternado, frunciendo el ceño.

—¿Cómo sabe que quiero preguntarle algo?


Sonreí.

—Bueno, solo lo sé. —me encogí de hombros. —Dime.

Jungkook torció los labios procediendo a mirarme a los ojos por una
milésima de segundo y después, desviar sus ojos hacia los pinos.

—¿De donde es usted, hyung? Quiero decir...no es de aquí, ¿no?

Solté un suspiro, pensando mi respuesta con claridad.

—Umh...no y si. Nací en Daegu. Papá es gerente de una cadena de


restaurantes internacionales, y mamá por el otro lado era
administradora de hoteles turísticos...entonces, viví casi toda mi vida
en Daegu.

>>Cuando tenia 14 años vinimos a Seúl para vivir solo un año, y


después transfirieron a papá a California. Vivimos cinco años allá y
por fin hemos vuelto.

Todo un gran suceso desde mi punto de vista.

El choque de culturas había sido gigante, sin embargo, aprender


cosas nuevas siempre era genial.

Él Omega abrió los ojos impresionando, y mi lobo interior de derritió


al apreciar lo grandes que se volvían al hacer aquella expresión.

Lindo, lindo y lindo.

—Suena como una aventura —sonrió haciendo que sus dientes


frontales sobresalieran un poco. —Yo he estado estancado en este
pueblo todos mis diecisiete años.

Sin darme cuenta ya estábamos en el bosque. Los pinos eran tan


altos, que si mirabas hacia arriba te daba un pequeño revoloteo en
el estómago.

—No creo que sea tan malo vivir aquí. —respondí.


Mi vida había sido muy urbana, probablemente por eso pensaba así.

Jungkook se cruzó de brazos mientras seguíamos caminando más


dentro del bosque.

Nuestras pisadas provocaban crujidos de las viejas hojas en el


suelo.

—Es fácil para usted decir eso. —murmuró mientras se aproximaba


hacia una gran roca y se sentaba en ella. Sus pies no alcanzaban el
suelo, lo cual me parecía adorable. —En pueblos como este toda la
gente se conoce, los chismes vuelan rápido e inventan cosas muy
estupidas.

Vocabulario.

—Bueno, Jungkook...la gente siempre es cotilla. No te preocupes.


—me encogí de hombros. —A mi en la universidad, en California,
inventaron muchas cosas de mi solo por ser asiático.

Aquello despertó la curiosidad del menor, por lo que me observó con


los ojos brillantes.

—¿Iba a la universidad? —movió sus pies, balanceándolos. —¿Que


estudiaba, hyung?

Me acerqué a la roca para sentarme a su lado, quedando cerca,


pero no demasiado.

—Estudié psicología por dos años, pero luego me salí de la carrera.


—arrugué la nariz. —No era para mi. Me gustaba, pero no lo
suficiente.

Jungkook me miró con aún más curiosidad.

—¿Y que es lo que le gusta?

Sonreí. Era un Omega muy curioso.


—Basta de hablar sobre mi, háblame de ti. —le guiñé un ojo, por lo
que desvió la mirada hacia los pinos.

Sus orejas estaban rojas.

El escenario era perfecto, el sol seguía ocultándose; y daba un


aspecto que jamás había presenciado. Ni tampoco había
presenciado una compañía así.

Jungkook despertaba demasiado mi curiosidad.

Su olor era embriagante lo cual producían unas ganas de


enterrarme en su cuello y oler su fragancia.

Y era un pensamiento precipitado.

—Y-yo...¿que quieres que te diga sobre mi?

Alcé las cejas y solté una risa, y el me observó confundido por ello.
En realidad me encantaría que me tuteara, pero si le revelaba su
cometido tendría la oportunidad de verlo sonrojado.

—Se te han olvidado los honoríficos, Jungkook.

El Omega abrió los ojos, dándose cuenta de su "error."

—¡Perdón, hyung! —me observó avergonzado con las mejillas


rosadas.

Después de esto, hizo un puchero que me aceleró el corazón.

Una vez más: qué lindo.

—Está bien, no te preocupes —le sonreí. —Cuéntame que te gusta.

Tras unos segundos de silencio, mis ojos se posaron sobre sus


labios mientras los torcía, pensando en su respuesta.
Fue cuando me di cuenta que tenía un pequeño lunar debajo de su
labio inferior.

Solté un silencioso suspiro.

Madre luna. Qué detalle.

—B-bueno, me gusta correr, me gusta nadar también. Me gusta


escuchar música y....me gusta cantar.

Aquella confesión me agarró desprevenido.

—¿Cantas? —mi voz tembló.

Jungkook observó nervioso. Ladeó la cabeza y cambió de tema con


rapidez.

—¿Tiene hermanos, hyung?

Supongo que el tema del canto lo ponía incómodo. No insistiría.

—Si, eran las escandalosas que venían conmigo el día que nos
conocimos. —expliqué. —Tengo dos hermanas. Mina es la mayor,
es Alfa. Y la menor es Jennie, es Beta. ¿Y tú?

Ambas con un carácter fuerte, por cierto. Vivir en casa causaba


dolores de cabeza.

Jungkook asintió analizando la información.

—Bueno, yo tengo a mi mellizo que es Yugyeom, Alfa. Lo conoció


en la cafetería. —soltó una risita. —Y a Jeongyeon, que es la menor.
Alfa también.

Dos hermanos Alfa.

Alcé las cejas.


—Probablemente Jennie y Jeongyeon se llevarían bien —solté. —
Ambas tienen la misma edad.

Jungkook sonrió levemente.

Tiene hoyuelos cuando sonríe. Repito. Tiene hoyuelos.

—Probablemente.

Pasaron unos segundos llenos de silencio donde ambos analizamos


las nuevas informaciones dentro de nuestras cabezas.

—¿Me va a decir que es lo que le gusta, hyung? —sus ojos curiosos


me vieron, y yo sonreí. —No me dijo porqué abandonó psicología.

Mojé mis labios antes de hablar.

—Bueno...me gusta la fotografía. Demasiado, mucho. —le confesé.

—Oh... —formuló con sorpresa.

Sonreí.

—Cuando entré a psicología lo hice porque veía la fotografía como


un pasatiempo...pero después me di cuenta que no era así. —
expliqué con parsimonia. —Pensé en ganarme la vida tomando
fotografías. Por eso dejé la psicología de lado.

Noté un gesto interesante de parte del Omega. Con la lengua


empujaba su mejilla interna mientras me miraba.

—Eso es genial. Entonces...¿sus padres aceptaron que saliera de la


carrera? ¿Va a volver a la universidad, entonces? ¿Que le gusta
fotografiar?

Su curiosidad me parecía muy atractiva. Era muy atento.

—Pues al principio obtuve un regaño de parte de mis padres por


salirme tan repentinamente de la carrera, pero luego lo entendieron.
—una mueca se presentó en mis labios. —Y si, volveré a la
universidad. Ya estoy inscrito.

—¡Guau!, eso es genial. —me vió de una forma que no supe como
interpretar. —Que comprensivos son sus padres. Es afortunado.

Sonreí ante su comentario.

Si, me consideraba una persona afortunada y un poco privilegiada.

—Y en cuanto a tu pregunta sobre qué me gusta fotografiar, pues...


cualquier cosa que me guste mucho. O algo que cuente una historia.
—le dije mirándolo a los ojos. —¿Y tu Jungkook? ¿Planeas ir a la
universidad?

El Omega chasqueó la lengua.

—Probablemente el próximo año. —sus ojos se posaron sobre el


suelo. —Mi hermano estudiará enfermería y por mientras ayudaré a
mamá a mantener el negocio en pie. Aparte, aún no encuentro
alguna carrera que me guste mucho, así que me tomaré mi tiempo.

Hice una mueca al verlo cambiar su ánimo tan rápido. Supongo que
era un tema delicado para el.

—Ya veo.

Entendía el sentimiento.

Ambos nos dedicamos a ver los últimos rayos del sol hasta que de
pronto el cielo se pintó de negro.

Me encantaría venir más seguido. Ver el atardecer en Suwon podría


ser de mis actividades favoritas.

Aunque también era un poco aterrador de noche.

—Deberíamos de irnos —me levanté de la roca de un brinco. —Ya


oscureció.
Jungkook saltó también de la roca.

—Vamos, entonces. —sonrió levemente para luego empezar a


caminar por donde habíamos venido.

🌙🌙🌙

Apreté los labios observando al Omega. Justo habíamos salido del


bosque y ahora nos encontrábamos caminando a través de la
solitaria calle.

¿Suwon era un lugar seguro?

—¿Quieres que te acompañe a casa, Jungkook?

Me observó nerviosamente.

—N-no se preocupe, hyung. Iré devuelta a la cafetería a ayudar a


mamá.

Volteé los ojos con una sonrisa.

—Está bien, te acompañaré —murmure con diversión.

Probablemente estaba un poco americanizado, porque era obvio


que no conocía al Omega lo suficiente para ser físico; pero aún así
le tomé con delicadeza del antebrazo para empezar a caminar hacia
el local.

No mostró indicios de molestia. De hecho, me pareció ver una


pequeña sonrisa tímida en sus labios.

Una vez que llegamos fuera de la cafetería —la cual se llamaba


"Coffee Moon"—, Jungkook me miró con tranquilidad reflejada en su
compostura.

Se miraba más relajado ante mí presencia. Y lo mismo pasaba


conmigo, me sentía más relajado —un poco abrumado, pero no
como la primera vez—. Conocer a tu destinado es de locos.
Los postes iluminaban las calles del pueblo, y el logo de la cafetería
iluminaba unas luces de color rojo y azul.

Jungkook se veía muy bonito bajo esos colores alumbrando su


rostro.

Suspiré.

—Bueno, ha sido un gusto, Jeon Jungkook —hice una pequeña


reverencia y sonreí.

—Igualmente, Taehyung hyung —reverenció levemente.

Percibí como apretó los labios, pareciendo consternado y nervioso;


de pronto observándome con timidez.

—Umh, y-yo...¿Podemos
intercambiar números?

Aquello me sorprendió.

—C-claro.

Incluso este Omega me tenia tartamudeando.

Saqué mi celular para extendérselo y que el hiciera lo mismo con el


suyo.

Guardé mi número como "Taehyung guapo". Solté una risita tonta


ante eso y le devolví el celular. Me di cuenta como se había
agendado a él mismo como "Jungkook <3"

Intenté esconder mi sonrisa, ya que estaba sonriendo como un


maldito desquiciado, pero no podía dejar de sonreír.

El pensar que estaríamos en contacto me ponía muy feliz.

Estuvimos intercambiando miradas durante un minuto entero.


Jungkook tenía las mejillas coloradas, y por alguna razón, las mías
se sentían calientes.

Madre luna.

—Jungkook.

—¿Si, hyung? —parecía atento ante mis palabras.

Me rasqué la nuca nerviosamente. Quería sentirlo en mis brazos.

Suspiré, llenándome de orgullo —¿Podríamos despedirnos


dándonos un abrazo? J-juro que no te aplastaré como la vez
pasada.

Jungkook soltó una risa que fue música para mis oídos. Su risa era
adictiva.

Me reí también. Se miraba muy lindo. Como un conejito.

Repentinamente sus brazos rodearon mi cuello para apretar


nuestros cuerpos en un cálido e inocente abrazo.

Mi corazón se aceleró. La química que se sintió fue inigualable.

Mis brazos rodearon su cintura y cerré los ojos disfrutando de


nuestra cercanía. Su olor a café y frambuesa me tranquilizó. Casi
pude sentir como nuestros corazones se encontraron en nuestros
pechos acelerados.

Mi lobo aulló con fuerza.

De verdad me gustaba esto.

***
Guau, ¡¡DE VERDAD ESTE CAPÍTULO ESTUVO
LARGOOOOOO!! Espero que lo hayan disfrutado tanto como
yo. Kookie y Tae apenas se están conociendo, pero la conexión
que los une como predestinados es super hermosa, Y SE
NOTA!!
La foto que les dejé en multimedia es de como me imagino el
cabello de Kookie en el fic. No necesariamente lacio, y tampoco
como de tazón.

Aquí una foto de Suwon ❤;

Espero que les guste, VOTEN PLIS❤❤❤

EDITADO 11/06//21
7. "Malo"
Jungkook POV's

"VanTae ha solicitado seguirte."

Con el ceño fruncido toqué el nombre del user, enseñándome el


instagram público de cierto Alfa.

Kim Taehyung.

Esbocé una sonrisa sin poder evitarlo. Se había tomado el tiempo


de buscarme en una red social.

—Dios mío, Kookie. Me estás asustando —Jeongyeon formuló.

La miré acercarse dejando caer el peso de su cuerpo a un lado mío


en el sofá. Su familiar aroma golpeteó mi nariz, y le observé con una
pequeña sonrisa.

—¿Qué?

Torció los labios.

—¿Estás hablando con el Alfa ese? —movió sus cejas en una


insinuación pícara.

No había dejado de sentirme un poco conmocionado con todo lo


que se vinculaba con él. Ladeé la cabeza queriendo eliminar el
revoloteo que dió mi estómago.

—En realidad no. Estoy viendo su Instagram. —alcé la pantalla de


mi celular a su vista, y ella extendió los ojos con sorpresa.

Su dedo índice comenzó a deslizarse sobre la pantalla mientras


hacía muecas.
—Santa luna, tiene muchos seguidores.

Fruncí el ceño, procediendo a ver la cantidad.

¿37 mil seguidores?

—Ni siquiera me diste tiempo para fijarme, Jeongyeon —protesté,


comenzando a echarle un vistazo al perfil de Taehyung.

Me recargué en el sofá cómodamente, mi hermana haciendo lo


mismo mientras acercaba su cuello sobre mi hombro.

Mi dedo índice tocó una imagen que me llamó la atención.

Era una foto de Taehyung observando a la cámara con su


característica intensidad.

Llevaba una boina, unos lentes circulares, enseñando el dibujo de


un pequeño dinosaurio que tapaba uno de sus ojos. Observé el
detalle de dos anillos finos en sus dedos y como llevaba una
especie de bufanda rodeada en el cuello.

Fácilmente se podía adivinar que tenía mucho estilo, y la mirada que


ponía sobre la cámara lograba ponerme nervioso.

Como si pudiera realmente verme a través de la pantalla.

"He amado mi viaje a Paris" decía la descripción de la foto.

—Wao, ¿ha ido a París?. —Jeongyeon soltó con emoción. —Tengo


que admitir que es un poco lindo.

Escuchando la femenina voz de mamá, mi hermana y yo tornamos


los ojos hacia la mujer apareciendo en la sala de estar.

Caminó con ambas de sus manos sobre las caderas mientras nos
observaba.

—¿Quien ha ido a París? ¿Y quién es lindo?


Mi hermana torció una sonrisa.

—El próximo novio de Kookie.

Yo resoplé pero mamá enarcó una ceja.

—A ver, déjame ver la foto. —extendió la mano para que le


entregara el celular.

Cediendo a su orden, entregué el dispositivo en la palma de su


mano. Mamá se quitó los anteojos de la cabeza y los acomodó
sobre el puente de la nariz para poder ver bien la pantalla digital.

Alzó ambas de sus cejas mientras bajaba las esquinas de sus


labios, en un gesto un poco gracioso.

—La madre luna te mandó un Alfa muy guapo.

A mi lado, Jeongyeon me tomó de los hombros, —Cuéntanos de él.


Yugyeom me contó que saliste con el. Aparte...tú-olvídalo.

La Alfa apretó los labios, observándome.

Fruncí el ceño con confusión.

—¿Yo qué?

Vaciló, tornando sus ojos hacia mamá unos segundos.

—Hueles diferente.

La sangre del rostro se me calentó.

Con lentitud agarré el cuello de mi camisa y olí la tela,


encontrándome con un suave olor a rosas rojas.

Era muy abundante, y ni siquiera me había dado cuenta que estaba


impregnado en mí. Supongo que el abrazo de despedida que
compartimos fue lo causante.
Y no me arrepentía. Se había sentido muy bien tenerlo cerca.

No segundas intenciones o agarres bruscos —como la primera vez


que nos vimos—. Simplemente su pecho contra el mío mientas
entrelazábamos nuestros brazos en el otro.

Podría seguir olfateando la tela de mi camisa pero no podía olvidar


el detalle de que no me encontraba a solas.

Carraspeé mi garganta, tornando mis ojos hacia mamá y mi


hermana.

—P-pues... simplemente platicamos. —encogí mis hombros.

Hablar de esto me ponía nervioso. No sabía si era porque jamás lo


hacía hecho o si porque era a mamá a la que tenía que platicarle al
respecto

En mi caso, jamás había mostrado interés en tener una relación o


conocer a alguien de esta manera.

Cuando cursé la preparatoria hubo un par de Alfas que mostraron


interés en mi. Admito que algunos llegaron a llamar mi atención,
pero simplemente no me quería ver envuelto en una relación.

Los terminaba rechazando con la excusa de que no quería ilusionar,


y ellos y ellas me miraban como si yo fuese el malo en la situación.

Cosa que me generaba conflicto.

Obtuve mi primer beso a los quince —tarde para el pensamiento de


algunas personas—, y las pocas experiencias que tuve besando a
Alfas fueron horribles.

Probablemente era mi inexperiencia o culpa de ellos. Cada vez que


lo recordaba me estremecía en mi lugar de la pena ajena.

Mamá sacándome de mis pensamientos, me entregó el celular,


observándome con cierta preocupación reflejada en los ojos.
—No lo sé, Kookie, pero ten mucho cuidado, ¿si?

Torcí los labios.

—¿Te preocupa?

Asintió con la cabeza.

—Supongo que estoy asustada que mi cachorro crezca rápido. —


confesó suspirando.

Jeongyeon soltó una arcada —claramente falsa— y se levantó del


sofá como flash.

—Aquí viene la plática. —dijo con una mueca, observándome con


terror. —Bueno, me voy. Suerte, Kookie.

Observé la espalda de mi hermana mientras está se encaminaba


hacia la puerta de su habitación y desaparecía.

Mi corazón dió un brinco en su lugar.

¿La plática?

Mamá me sonrió levemente. Rodeó el sofá y se sentó a un lado mío,


procediendo a tomar mis manos con las suyas.

La seriedad me tomó con la guardia baja.

—Te quería decir que me parece lindo que hayas encontrado a tu


destinado. No sé qué vaya a pasar entre ustedes, pero me gustaría
que te tomaras las cosas con calma. —su voz salió aterciopelada y
suave. —Admito que tengo miedo.

Asentí con la cabeza con rapidez.

—Si, yo sé, mamá. —contesté. —No te preocupes. No es algo


serio...supongo que Taehyung y yo, ya somos amigos.
Mi progenitora siseó, ladeando la cabeza.

—Se que son amigos, pero así se comienza. Son destinados y


habrá una química inexplicable entre ustedes. —comentó con la voz
ronca. —Supongo que ha de ser bonito conocer a alguien y sentirse
así.

Mierda.

Tragué saliva. Sabía el porqué se debían sus palabras. Le miré de


forma apenada.

—Lo siento.

Su labio inferior tembló, anunciando un pequeño llanto que se


aguantó.

Esto le traía recuerdos.

—No te mentiré que me siento triste, y es tonto de mi parte. —dijo


en un tono amargo. —esto de los destinados me trae malos
recuerdos.

Asentí con la cabeza.

Papá se fue y probablemente siente que yo haré lo mismo.

Me incliné hacia ella para enrollar mis brazos en ella, formando un


abrazo. Sobé su espalda con mi mano en movimientos circulares y
lentos.

—No te preocupes, mamá. Yo no te dejaré. No eres egoísta, solo


estás asustada. —formulé en un tono calmante. —Todo estará bien.

Unos segundos más tarde nos separamos y ella me observó con


una débil sonrisa en los labios.

—Gracias, cachorro. Te digo de experiencia que...si un Alfa no sabe


cómo cuidarte, siempre te tendrás a ti mismo. —me apuntó con su
dedo índice, y después a ella misma. —Y claro, a mi también.

Aquellas palabras se sintieron como un cálido abrazo. Sonreí


mientras miraba como se levantaba del sofá.

—Gracias, mamá.

La mujer suspiró y posó sus ojos hacia el pasillo donde se


encontraban las puertas hacia nuestras respectivas habitaciones.

—Bueno, basta de sentimentalismo. —despeinó mi cabello con


ambas de sus manos. —Te toca lavar los platos hoy.

Dicho esto, se fue sigilosamente hacia su habitación.

Solté un resoplido. Odiaba lavar los platos.

🌙🌙🌙

El reloj marcaba las nueve cincuenta y cinco cuando me acosté en


mi cómoda cama.

Desbloqueé mi celular y reanudé mi revisión en el perfil de


Taehyung.
Era muy bonito. Ciertamente minimalista en algunas fotografías.

Me llegó un mensaje suyo.

"No has confirmado mi solicitud para poder seguirte:("


Sonreí involuntariamente.

Había olvidado ese pequeño detalle. En realidad mi Instagram era


de lo más corriente. Solo tenía una selfie de hace dos años.

Empecé a escribir una respuesta pero inmediatamente la borré.

¿No era demasiado rápido para contestarle? ¿Debería de esperar


unos minutos más?

Pff, que más da.

"Primero que nada, buenas noches Taehyung Hyung:)."

"Buenas noches, Jungkook. Disculpa mi falta de modales, je.


No volverá a pasar"

Solté una risa tonta.

"no se preocupe:). Ahorita acepto su solicitud. Por cierto, mi


Instagram es aburrido"

"Yo puedo ayudar a organizarlo.


Digo, es una sugerencia"

Fruncí el ceño.

¿Estaba refiriéndose a tomarme fotografías?

Aquello me revolvió el estómago.

"Hyung..."

"Okay, está bien. Esta bien. Solo decía. Aunque serias un


bonito modelo."

Aquel mensaje hizo que soltara un chillido y que mis mejillas se


calentaran.
Santa luna, ¿de donde estaba proviniendo esta actitud mía?

"Gracias, Hyung. Usted es muy amable"

"😔.
De verdad no me gustan los honoríficos."

Chasqueé la lengua.

"Lo siento

hace unos minutos estaba viendo su perfil. Es muy bonito, y ha


viajado bastante:o"

"Graciasssss

Cuando quieras te platico de mis viajes;). Espero que sea


pronto."

"Por qué no me platica ahora mismo de sus viajes?"

El Alfa tardó un poco más de lo normal en contestar.

"Me gustaría que fuera en persona. No quisiera que las pláticas


sobre nuestras vidas se reduzcan por mensajes."

Aquelló hizo que enarcara una ceja, sin embargo terminé por sonreír
maliciosamente mientras escribía mi próximo mensaje.

"Entonces yo también quisiera que fuera pronto"

"Jungkook, ¿me estás invitando a salir?????:oo"

Solté una risa. Era divertido.

"Aún no. Esperaré más tiempo para que le den más ganas
conforme pasen los días;)"
"Eres un Omega malo, pero está bien. Yo puedo ser más malo
aún"

Me incorporé en la cama de golpe con el celular en las manos y los


ojos bien abiertos. ¿Por qué su mensaje me había descolocado
tanto?

Mis orejas se pusieron rojas al igual que mi rostro.

Me imaginé su voz gruesa diciendo esas palabras.

Maldita mente bochornosa. Esto de ser súper virginal a esta edad


me estaba haciendo daño.

Sonreí mientras escribía el siguiente mensaje.

"Pero si que cosas diceeee"

Inconscientemente me mordí las uñas.

"Ya es tarde. Deberías de descansar;). Sueña bonito

Buenas noches, cachorro"

"Cachorro."

Maldita sea, Kim Taehyung.

"Buenas noches, Hyung. Descanse :)"

Antes de bloquear mi celular, entré a Instagram y acepté la solicitud


de seguimiento a mi perfil privado.

Dejé caer nuevamente mi espalda en el colchón, mis ojos


clavándose en el techo blanco. Solté un suspiro mientras pensé en
todo lo que había pasado el día de hoy.

Sin duda había sido un día interesante. Un día lleno de sorpresas y


de bonitas sensaciones.
El Alfa era todo un cajón lleno de sorpresas.

Giré mi cabeza hacia la izquierda y mi mano viajó sobre la superficie


para tomar la camisa que había usado horas atrás.

Olía justo como el.

***

Espero que les haya gustado. Hemos llegado a los 200 leídos
🥺🥺. Muchas gracias, los tkm.

Voten plissss❤.
Pd: la foto que dejé en multimedia es como se vería Jeongyeon
en el fic:)

Bangtan los ama.

Editado 19/06/21
8. "Reunión"
Kim Taehyung POV's

Suelto un suspiro mientras mis ojos ven a través de la ventana.

Gente ajetreada pasa hablando por teléfono, con bolsos pesados y


apretados contra sus cuerpos.

Así era como recordaba a la gente de Seúl.

Podría decir que el ambiente que había en California, —o al menos


en San Francisco— era muy diferente al de Seúl.

California era un lugar más caluroso y me daba la impresión de que


la gente allá era más despreocupada y libre; por lo tanto en Seúl, la
gente lucia rígida de estrés

Sin duda alguna, eran culturas, costumbres y personas muy


diferentes.

Obviamente, prefería Corea después de todo. Era mi hogar. Me


sentía tranquilo, a pesar de haberme encariñado bastante con
Estados Unidos; pero nada igualaba mi país natal.

Y mucho menos la comida.

Mi celular vibró al mismo tiempo que sonó anunciado la llegada de


un mensaje. Sabía perfectamente de quién era ese mensaje por la
forma que sonaba.

Probablemente había puesto sus notificaciones personalizadas para


él. Probablemente.

"Buenas tardes, Hyung. Que disfrute su tarde, no olvide


almorzar :)"
Sonreí. Era tan adorable.

"Gracias;). Espero que también disfrutes tu tarde, cachorro. "

Tras haber escrito aquel mensaje, me quedé viendo el celular


bloqueado. De verdad quería hacer las cosas bien con él Omega.

La perfección era difícil, sobre todo en el romanticismo, y el


pensamiento me tenia dando vueltas en la cama por las
madrugadas.

Mamá notaba mi estrés, tanto, que me mimaba bastante; cosa que


yo disfrutaba a pesar de ser un alfa.

Vamos, ¿a quien no le gustan los mimos?

Mina y Jennie por su lado, me miraban celosas la mayoría del


tiempo, lo que yo les respondía con la lengua de fuera.

—¿Tae?

Cierta voz familiar me hizo girar la cabeza hacia de donde provenía.


O más bien, de quién provenía.

Sonreí tanto que me dolieron las mejillas. Salté del asiento para
abrazar al Alfa alto.

—¡Jin hyung! —el chico me abrazó con la misma fuerza. —¿cómo


estás?

Nos separamos durante unos segundos y noté lo cambiado que


estaba. Era mucho más alto, delgado, sus hombros eran anchos, su
cabello era oscuro y peinado levemente hacia arriba, enseñando su
frente y cejas pobladas.

—Estoy bien, Tae. —me sonrió, haciendo que sus mejillas se


abultaran. Me miró de arriba hacia abajo y soltó un pequeño chiflido.
—¡pero si ya no eres un niño!
Lo empujé con el hombro y una sonrisa plasmada en el rostro.

Era bueno volver.

Pude visualizar como otros dos hombres entraban al restaurante.

Hoseok y Namjoon.

Ambos se acercaron con una sonrisa y el primero en abrazarme fue


él Omega.

—¡Te he extrañado, Tae! —me abrazó mientras tocaba mi cabello


con delicadeza. —ha pasado tanto tiempo.

El hecho de que siguieran usando mi apodo me parecía un detalle


nostálgico.

El cabello de Namjoon era corto y de un castaño claro, era casi tan


alto como Jin y con masa muscular en los lugares adecuados. Sin
duda, había cambiado muchísimo.

Observé a mi otro amigo, Hoseok.

Mis entrañas dieron un revoloteo al observarlo tan diferente.

Muchos recuerdos venían a mi mente.

Se acercó a abrazarme, —Hola, Taehyung.

Nos separamos y le di una ojeada rápida.

Su complexión delgada seguía intacta.

Sonrió y pude notar su pequeño hoyuelo. Me fue inevitable no


sonreírle de vuelta.

—Hola, Hoseok.
Decidimos sentarnos en la mesa donde me encontraba
anteriormente. Una sensación de nostalgia y emoción me envolvía
por completo después de volverme a encontrar con mis viejos
amigos.

Años atrás, construimos lazos tan fuertes, que no ocupamos de


mucho tiempo para hacernos amigos.

Simplemente conviví un año con ellos. Un año fue bastante para


elegirlos como amigos de toda la vida. El año que viví en Seúl antes
de irme a Estados Unidos había sido uno de los mejores años de
toda mi vida.

Sin duda alguna, ellos habían influenciado bastante esa etapa de mi


vida.

—¿Y qué tal Taehyung? ¿Como has estado? ¿Que has hecho?
¿Desde hace cuanto tiempo has estado en Corea? —Namjoon
preguntó mientras me observaba con curiosidad y una leve sonrisa
en sus labios.

Los tres me observaron esperando mi respuesta.

—Bueno, he estado bien. Feliz de estar en casa, por cierto. —asentí


con la cabeza. —Y he estado aquí en Seúl durante dos semanas,
las cuales han sido ajetreadas; es por eso que no los había buscado
hasta ayer.

Jin asintió con la cabeza mientras escuchaba mis palabras.

—Me alegra mucho que hayas vuelto. Ahora estaremos todos juntos
para salir —el Alfa dijo con emoción.

Sonreí entusiasmado.

Cada vez que les miraba, recuerdos me cruzaban por la cabeza.

Me acordé de aquella vez que nos colamos a un club siendo


menores de edad. Jin antes salía con una chica de piernas largas y
rostro angelical, la cual tenía en ese entonces veintiún años.

Nos hizo el favor de hacernos entrar a aquel lugar, que era toda una
nueva experiencia para nosotros.

También recordaba a Hoseok vomitando a causa del alcohol.

—¿Y ustedes que han hecho? —los vi atentamente.

El mayor contestó.

—Pues, yo estoy estudiando medicina, Namjoonie está estudiando


derecho —hizo una pausa, apuntando al Omega. —y Hoseok es
instructor de baile en una escuela buenísima.

Eso era impresionante. Todos tenían metas.

—Guao, que bien. —sonreí. —¿A que universidad están yendo?

Mi fe de que fuéramos a la misma universidad era grande.

—Sungkyunkwan University, pero nosotros le decimos Sungky


porque el nombre es muy largo —Namjoon se rió, al igual que yo.

Me sentí aliviado.

—Me alegra escuchar eso, yo también entraré a la universidad. Por


segunda vez.

Hoseok me observó extrañado y con curiosidad.

—Entonces, ¿te saliste de otra carrera? —me miró con las cejas
alzadas.

Tragué saliva.

—Si, pero esa historia se las cuento otro día. —me encogí de
hombros, restándole importancia. Agarré el menú. —¿pedimos
algo?
🌙🌙🌙

—¡Dios mío! —cerré los ojos mientras masticaba. —De verdad


extrañaba el Tteokbokki.

Jin sonrió mientras me miraba comer.

—Unas hamburguesas estadunidenses jamás van a derrotar la


gastronomía coreana. —Namjoon dijo.

Asentí con la cabeza. Estaba totalmente de acuerdo. Terminé de


masticar y observé al Alfa que tenía a mi lado.

—¿Que tal te va de instructor?

Los chicos habían pedido que no usara los honorífcos con ellos.
Significaba que éramos igual de cercanos a cómo lo éramos hace
cinco años.

Hoseok me observó antes de contestar.

—Me va bien. Me gusta lo que hago y por si fuera poco, me pagan


también —sonrió un poco, apareciendo un hoyuelo en su mejilla. —
mi meta a mayor plazo es abrir un estudio.

Enarqué una ceja con sorpresa.

—Se que lo harás. Eres muy talentoso.

Hoseok me observó con ternura y casi pude notar un destello azul


marino en sus ojos.

Iba a decir algo más, pero la conversación —o más bien, pelea—


que estaban teniendo Namjoon y Jin captó nuestra atención.

—Comete el brócoli, anda —Namjoon acercaba los palillos a la boca


de Jin. Tenía los esponjosos labios sellados. —Abre.

Negó con la cabeza.


—Ya no quiero, ya me comí dos.

Namjoon volteó los ojos y apretó el brócoli contra los labios del Alfa.
El mayor terminó cediendo, masticando la verdura mientras nos
cachó a Hoseok y a mí observándolos.

Su rostro se pintó de rosado.

Me recargué en mi asiento y los observé con los brazos cruzados.

—Entonces...¿ya están saliendo? —iba a ser una afirmación, pero


se terminó escuchando como una pregunta.

Jin y Namjoon intercambiaron miradas por un par de segundos. El


mayor tenía las orejas rojas.

—Si, estamos saliendo. —sonrió orgullosamente. —tenemos cuatro


meses.

Aquella confesión hizo que me ahogara en mi propia saliva.

¿Cuatro malditos meses?

—¿Como que cuatro meses? —pregunté después de haberme


tomado un sorbo de jugo de naranja. —Desde hace cinco años te
justaba Namjoon, Jin.

El Omega soltó una risotada y Hoseok se unió a la conversación.

—Jin tardó mucho tiempo, era un cobarde para acercarse a Nam.

El Alfa hizo un puchero mientras hablaba rápidamente con las cejas


casi juntas.

—¡Eso no es cierto! Namjoonie era muy impredecible, no sabía si


me quería o no. Me ponía en un estado confuso y fue por eso que
tardé mucho tiempo en pedirle permiso para cortejarlo.

Namjoon por su parte rodó los ojos.


—¿Quieres discutir eso? —alzó una ceja viendo a su Alfa, y este
abrió bien los ojos. —No te conviene discutir eso conmigo. Siempre
gano.

Jin tragó saliva y decidió no decir nada más al respecto.

Solté una risa. Era una pareja bastante peculiar.

Estuvimos comiendo durante unos minutos más hasta que el mayor


volvió a hablar con entusiasmo.

—Así que...¿cuál será nuestro primer plan para salir juntos después
de tanto tiempo?

Torcí la boca mientras pensaba en una respuesta, pero Hoseok se


adelantó.

—Hay que ir por unos tragos. —propuso con una sonrisa.

—Estaría muy bien —Namjoon asintió con la cabeza. —¿Que dices,


Tae?

Los tres me observaron esperando mi respuesta.

—Mmh, está bien, supongo. —me encogí de hombros. —jamás he


ido a un club.

Jin soltó una risita.

—A un club no —el mayor movió su dedo índice de un lado hacia el


otro. —iremos a una fiesta. Hay una este fin de semana en
Gangnam.

—¿La de Kai, no? —Hoseok alzó una ceja. —Ese idiota ha invitado
a todo mundo en el estudio.

Fruncí el ceño.

—¿Quién es el? —pregunté curiosamente.


—Un beta muy "famosito" en colonias lujosas de aquí en Seúl.
Pertenece a la escuela de danza a la que voy. —Hoseok soltó un
suspiro. —enseña a adolescentes.

No pude decir nada porque Jin se adelantó.

—Entonces está más que hecho que iremos —torció una sonrisa. —
prepárense solterones, probablemente encuentren pareja.

Pensar en pasar el tiempo con un Omega que no fuera Jeon


Jungkook me aburría.

Solté un bufido sin poder evitarlo y los tres giraron sus cuellos hacia
mi automáticamente.

Nos quedamos en silencio durante algunos segundos hasta que


Namjoon estalló.

—¿Tienes Omega?

Mordí mi labio.

—Técnicamente, no es mío. —hice una mueca.

No me gustaba pensar en los Omegas como si fueran objetos, mi


parte humana y racional estaba completamente consciente de eso.
Por el otro lado, mi parte animal quería gritar con ganas que
Jungkook iba a ser mío y de nadie más.

Jin abrió los ojos impresionado.

—¿Estas saliendo con alguien, entonces?

—No, no, no. —negué con la cabeza rápidamente. —Quiero


cortejarlo, pero aún no es tiempo.

Namjoon soltó un pequeño grito.

—Jamás pensé que iba a verte con alguien tan rápido, Kim.
La sonrisa que esbocé me delató como un tonto.

—Pero míralo, ¡derrama miel! —Jin me apuntó con su dedo y con el


semblante sorprendido.

¿Debería de contarles que era mi destinado?

Podrían darme buenos consejos.

—De hecho...es mi destinado.

Nuevamente todos se quedaron en silencio, o más bien la pareja, ya


que Hoseok no había dicho una palabra desde que había
comenzado el tema.

—¿Estas jugando con nosotros? —Jin preguntó en un susurro.

Sacudí la cabeza en negación.

Pude sentir la pesada mirada de Hoseok en mi rostro; por el otro


lado, Namjoon se tapó la boca con impresión.

Lo sé. Conocer a tu destinado no era cualquier cosa.

La madre luna hacía esto con pocos Alfas y Omegas. Era como una
bendición. Me sentía eternamente agradecido por haber encontrado
a Jungkook.

—Dios mío, —Namjoon dijo en un susurro. —y-yo...¡felicidades,


Taehyung!

Sonreí sin poder evitarlo.

—Gracias, muchas gracias. Daré todo de mi —di una pequeña


reverencia. —espero que todo salga bien.

Hoseok habló en voz baja también.


—Tienes nuestra bendición, Kim Taehyung —me dió una sonrisa
leve antes de empinarse su bebida de sabor.

***
Espero les haya gustado, jejej, voten plis, comenten, los tkm
mucho, disfruten también.

Aquí les dejaré unas fotos de como luce el cabello de los


chicos en el fic (al menos por ahora 👀)
Deléitense con semejantes manjares, bais

Editado 02/07/21
9. "Perforaciones y Gangnam"
Jungkook POV's

—Definitivamente no vas a volver a perforarte la oreja.

Mi hermana menor hizo un pequeño berrinche mientras se


tambaleaba de un lado a otro, con un puchero en los labios.

Este tipo de comportamientos todos los Jeon los habíamos tenido.


Supongo que Jeongyeon estaba en su etapa.

Justo ahora nos encontrábamos en Seúl. Mamá me había elegido


como niñero el día de hoy, obligándome a traer a Jeongyeon y a su
amiga Ryujin al centro comercial —y obviamente yo había invitado a
Jimin para poder sobrevivir—.

Fue justo cuando pasamos por un local de perforaciones y tatuajes


que su berrinche comenzó.

—¿Por qué no? Tú tienes muchos. —me observó desesperada.

Jimin que estaba a mi lado soltó una risa burlona. De verdad le daba
satisfacción ver a Jeongyeon de esta manera.

—Pues si, pero todos estos los hice con el permiso de mamá —me
crucé de brazos mientras le daba una mirada acusatoria.

—¡Vamos, por favor! —junto las palmas de sus manos, suplicando.

Empujé mi mejilla interna con mi lengua mientras pensaba.

Si la dejaba hacer aquello me iba a meter en problemas. Todos mis


aretes los obtuve justo después de haber cumplido los dieciséis y
Jeongyeon apenas había cumplido los quince.

Solo tenía que esperar un año más.


—Sigue suplicando—Jimin sonrió satisfactoriamente sacando su
celular y grabándola.

Mi hermana lo vió con repudio.

—Te recuerdo que soy alfa y suplicar es el trabajo de omegas.

Sus palabras me hicieron agrandar los ojos. Mi mejor amigo y yo —


claramente, omegas— nos sentimos automáticamente ofendidos
ante su comentario.

Como siempre, los alfas sintiéndose superiores. Lo único que saben


hacer es ser posesivos y mandones.

Ryujin — que era beta — solo miraba la escena confundida.

—Bueno. Ahora si definitivamente no vas a conseguir la perforación


—le dije.

Quise comenzar a caminar, sin embargo ella se interpuso en mi


camino con un rostro horrorizado.

—Bueno, ya perdón —Jeongyeon volvió a juntar las palmas de sus


manos, suplicando. —Lo siento, ¿si?

Jimin sacó su celular para grabar la escena que estaba montando la


alfa.

Incluso había gente que pasaba a nuestro alrededor lanzándonos


miradas llenas de curiosidad.

Que vergüenza.

—Dame una razón para dejarte. —murmuré ya cansado de la


situación.

Mi hermana y Ryujin intercambiaron miradas.


—Trabajaré por ti este fin de semana en la cafetería —sus ojos
brillaron de esperanza.

Sonreí completamente satisfecho.

—Okay, muy bien. Cualquier cosa, yo no sabia —le apunté con mi


dedo índice. Ella asintió con la cabeza. —iremos a la planta de
arriba a buscar algo de comer.

Dicho esto, el par de amigas se fueron hacia el local de


perforaciones con una rapidez que flash jamás podría igualar.

Mi mejor amigo reía mientras observaba el video recién grabado de


mi hermana. Iba inclinarme para tener una buena vista de la
humillación, pero cuando estábamos subiendo a través de las
escaleras eléctricas al seguro piso, algo más llamó mi atención.

Un mensaje de Kim Taehyung.

"Hola, Jungkook-ah"

"Hola, hyung ;)"

Inconscientemente sonreí.

Jimin y yo nos aproximamos hacia una mesa, ambos observando


los locales de comida a nuestro al rededor.

—¿Que quieres comer? —observé a mi amigo mientras él torcía los


labios pensando su respuesta.

—En realidad, no tengo hambre. Quiero una malteada de fresa —


Jimin me observó con una sonrisa traviesa. —Piedra, papel o tijeras,
y el perdedor irá hacer fila.

Enarqué una ceja.

—Está bien. El perdedor también paga.


Él pelirrosa pareció aún más satisfecho por la propuesta y asintió
con la cabeza animadamente.

Movimos nuestros puños y a tan solo la primera ronda yo ya había


perdido.

Jimin, roca. Yo, tijeras.

Soltando un suspiro de frustración me levanté de mi asiento sin


observar el rostro burlón de mi amigo. Me mantuve con cara de
molestia un par de segundos mientras hacía fila hasta que la
contestación de Taehyung hizo sonar mi celular.

"Qué haces? Cómo estás? Y qué haces?


:)"

"Que curioso amaneció hoy, hyung.


Estoy haciendo fila para pedir una malteada en el centro
comercial. Me encuentro preocupado ahora mismo😣😣"

Contestó casi al instante.

"Por qué????? Pasó algo malo?? Estás bien??"

Sonreí.

Que tierno. Me imaginé su rostro preocupado con los ojos brillantes


y el entrecejo fruncido.

"Estoy bien, hyung!


Hace demasiadas preguntas
Y pues, estoy preocupado por culpa de Jeongyeon."

"Aún así hago muchas preguntas y me las respondas todas.


Qué obediente, Jeon Jungkook :)

Qué ha hecho tu hermana?"


Confieso que releí su primer mensaje varías veces. Mordí mi labio
mientras escribía mi respuesta.

"La he dejado hacer algo sin permiso de mamá.


Se está perforando la oreja."

"Rezaré por ti esta noche entonces


espero que no te castiguen porque quería invitarte a salir"

Oh.

Di unos brinquitos de emoción.

"Pensé que yo iba a ser el que lo iba a invitar a salir, hyung"

"No he podido esperar más!! Han pasado tres días ya y aún no


me has invitado...
Como te sientes acerca de ir a una fiesta?"

La verdad es que jamás había asistido a una fiesta aquí Seúl. Había
ido a varias reuniones que compañeros de clase habían hecho en el
pueblo, pero jamás a una fiesta grande como las que he escuchado
que llevan acabo aquí.

Me daba una curiosidad grande.

"Suena emocionante"

"Vamos ;)
Si quieres puedes invitar a algún amigo para que te sientas más
cómodo, está bien.
La fiesta será en Gangnam, así que si invitas a alguien más
debes de decirme para que los dejen entrar a todos."

¿Gangnam? Es un área prestigiosa en Seúl.

🌙🌙🌙
—¡Se ve bonito! —la alfa se paró en frente del vidrio de un auto
estacionado observando su oreja.

Torcí los labios dirigiendo la mirada hacia mi mejor amigo, quien


lamía de su helado de chocolate.

—Espero que no me castiguen porque tenemos planes este fin de


semana, Park Jimin.

El mencionado me observó confundido mientras caminábamos a


través del estacionamiento, buscando el auto de mamá.

—¿A donde iremos? Tu nunca tienes planes de salir los fines de


semana. —dijo pensativo hasta que su rostro se iluminó de repente.
—¿Kim Taehyung te ha invitado a salir?

Aquello pareció captar la atención de mi hermana, pero no le tomé


importancia.

Sonreí, observando al pelirrosa.

—Me ha invitado a una fiesta en Gangnam y obviamente estás


invitado.

Jimin se llevó las manos a la boca, impresionado y siendo todo un


dramático; por lo qué rodé los ojos soltando una risita.

—Dios mío, ¿que me voy a poner? —se pasó una mano por su
cabello, que estaba ligeramente largo.

Por instinto, y ante el raro silencio de nuestras otras dos


acompañantes giré mi cuello hacia atrás. Ryujin no estaba cerca.

Pare mi caminar en seco y observé a mi hermana alarmado.

—¿Y Ryujin?

Jeongyeon también pareció consternada al no observar a la beta a


su lado.
—N-no se, pensé que venía con nosotros —frunció el ceño.

Y fue en una milésima de segundo cuando la vimos a un par de


metros de distancia hablando con un alfa —lo cual supe una vez
que lo vi, ya que pude distinguir su fuerte olor—.

Era alto, cabello oscuro, nariz perfilada y delgado.

Ambos sonreían y platicaban con tranquilidad.

Enarqué una ceja al olfatear el olor que Jeongyeon estaba soltando.


Era un olor amargo, por lo que pude notar que se mostraba molesta.

Carraspee mi garganta.

—¡Ryujin! —grité, y la beta y el alfa me observaron.

La antes mencionada se despidió de él con una sonrisa y empezó a


caminar hacia nosotros con felicidad impregnada en el rostro.

—¿Lo han visto? Es guapísimo —dijo con emoción mientras


comenzábamos a caminar de nuevo hacia el auto. —me ha dado su
número.

Abrí los ojos impresionando al igual que Jimin.

—Vaya, ni yo soy tan bueno para ligar. —dijo con ambas cejas
alzadas.

Jeongyeon por su lado, se cruzó de brazos con el semblante serio.

Sospecho algo.

✨✨✨
Taehyung POV's

—¿Crees que haya sido una buena idea? —observé nerviosamente


a Mina, mientras ella masticaba cereal.
Justo nos encontrábamos en la cocina de nuestra casa.

Había estado pensando bastante desde que había invitado a


Jungkook a salir. Se me había metido a la cabeza la idea de que
probablemente no debí haberlo invitado a una fiesta, ¿y si se sentía
incómodo? ¿Y si no le gustaban mucho las fiestas y solo había
dicho que si por cortesía?

Mi hermana tragó para contestar.

—Depende de la forma que lo vea Jungkook, supongo. Esperemos


que no piense que eres un cobarde por haberlo invitado a una fiesta
en vez de decirle "hey, podemos tener una cita" —Mina imitó una
voz gruesa.

Aquel comentario hizo que me rascara la nuca nerviosamente.

No me considero un Alfa cobarde. Simplemente me siento algo


nervioso, y es algo que trato de no mostrarle a Jungkook.

—Entonces...¿que hago? —observé a la alfa, desesperado por su


ayuda. —Ya lo he invitado, no hay vuelta atrás.

Suspiró.

—Mira, no te preocupes. Deja que las cosas fluyan. Trátalo bien, si


de verdad le interesas aunque sea un poquito, no le importará que lo
hayas invitado a una fiesta como su primera cita.

Torcí los labios. ¿Era una cita si o no?

—Ni siquiera le he dicho que es una cita.

Mina pareció frustrada por mi confesión. Se agarró el cabello


mientras me miraba.

—Dios, te falta tanta experiencia, Tae. ¿Como le has hecho antes


para salir con omegas?
Me encogí de hombros. Había salido con dos omegas en California.
No había sido nada serio en realidad.

Y viéndolo bien ahora creo que jamás me gustaron, solo sentía


atracción.

—No lo sé, simplemente me llegaban con una sonrisa y soltaban


feromonas. Era fácil, Mina. —me pasé la mano por el rostro. —
Jungkook es diferente, es más...difícil tratarlo, pero me gusta
bastante...¡O sea, me gusta bastante que sea diferente y difícil!

Sentí mis orejas y rostro calientes.

Mina soltó una risita.

—Si, claro.

***
Holis, feliz día de las madres (si es q hay alguna q lo sea, o si
no a sus mamis o tías) jejeje, por el otro lado (que es
innecesario saber) ya fue mi cumpleaños y acabo de cumplir
los 18 jujujujuju, nomas faltan 3 años más y seré legal en Corea
;(

En fin, espero que hayan disfrutado el capitulo.

¿¿Saben quien es el chico con el que hablaba Ryujin???👀👀


👀👀👀

Bais, voten, tqm

Editado el 16/04/22.
10. "¿Ninja o stripper?"
Jungkook POV's

—Vámonos. Yoongi está afuera.

Mi corazón dio un vuelco de nerviosismo.

Tras haber llegado del centro comercial aquel día y haber dejado a
Ryujin en su casa, Jeongyeon estuvo con un humor terrible.

Esperé hasta la noche para dejarle en claro que se escondiera la


perforación hasta nuevo aviso para que yo pudiera pedirle permiso a
mamá de quedarme en casa de Jimin. De otra forma, si mamá se
hubiera enterado de la perforación antes de haberle pedido permiso
de ir a casa de mi amigo, no me hubiera dejado.

Solté un suspiro observando mi atuendo.

Me sentía malditamente nervioso. El solo pensar que estábamos


apunto de escaparnos para ir a una fiesta en Seúl —y precisamente
en Gangnam— me hacia sentir un tanto inquieto.

No me consideraba alguien rebelde, para ser honesto, soy una


persona aburrida en una vida aburrida. Lo más extremo que he
hecho es saltearme clases y salir de la escuela más temprano por
gusto propio. Fuera de ahí, no he hecho más.

Jamás había hecho algo así como escaparme. En este ocasión ni


siquiera me molesté en pedirle permiso a mamá sobre la fiesta
porque sabía que la repuesta iba a ser un "no" así que preferí hacer
las cosas a las malas.

Cosa de lo que probablemente me iba a arrepentir; pero bien dice mi


sabio amigo Jimin "más vale pedir perdón que pedir permiso"

Y aquí nos encontrábamos ahora.


La mamá del omega pelirrosa se encontraba profundamente
dormida en la habitación de al lado, siendo señal de que era el
momento perfecto para irnos de una vez por todas.

Observé a Jimin caminar hacia su ventana, y entonces agrandé los


ojos cuando pasó una pierna por fuera.

—¿Qué mierda haces?

El chico me observó con una ceja alzada.

—¿Tu que crees? —sacó la otra pierna, para dejarlas colgando


sobre el vacío. —Por aquí saldremos.

Me agarré el puente de la nariz para cerrar los ojos durante unos


segundos.

Tiene que estar jodiendome.

—¿Que mierda te crees? ¿Un ninja? —lo observé con una


expresión alarmada.

Cabe recalcar que estábamos en el segundo piso de su casa y yo


tenía un leve miedo a las alturas.

Jimin chasqueó la lengua y acercó su trasero al borde de la ventana,


casi colgando de ahí.

—Claro, yo soy Sasuke y tu Naruto. —me dijo con una pequeña


sonrisa en los labios.

Definitivamente yo no era Naruto, pero era algo que íbamos a


discutir después con más calma.

Pareció aferrar sus manos a algo que estaba al lado de la ventana,


apoyó todo su peso y se deslizó con facilidad desapareciendo de mi
vista en un abrir y cerrar de ojos.
Me acerqué a la ventana sorprendido por su acto. Mis ojos se
posaron primeramente sobre el largo tubo por el cuál se había
deslizado, luego mi vista cayó donde el omega yacía ya de pie,
como si nada.

Una sonrisa fanfarrona se encontraba en su rostro. Estaba intacto


sobre la hierba del jardín frontal de su casa.

—¿Lo ves? No pasa nada. —dijo.

—Mm, pues parece que ya tienes bastante práctica en esto. —


insinué mientras alzaba mi ceja.

No me sorprendería saber que se había fugado de su casa de esta


misma forma antes.

Soltó una risa bastante fuerte.

—¡Cállate! —grité en un susurro.

Jimin llevó ambas de sus manitas hacia la boca hasta que su


innecesario ataque de risa pasará.

—Bueno, apúrate.—mencionó con desesperación.— Es tarde.

Asentí con la cabeza de forma boba.

Una fuerza llena de adrenalina me recorría los torrentes sanguíneos.


Estaba seguro de que la sensación me causaba ansiedad, entonces
me dije a mi mismo que esto no volvería a suceder.

Me senté en el borde de la ventana abierta y saqué las piernas. Por


puro instinto observé casi los dos o tres metros de distancia que me
separaban del suelo, provocándome un suspiro nervioso.

—¿Por que mierda no salimos por la puerta, Park Jimin? —regañé.

El chico solo rodó los ojos.


—No era una opción muy segura.

Antes de agarrar el tubo por el cual se había deslizado él antes, me


sequé el sudor de las manos en mis pantalones negros.

—¿Acaso esta es una opción segura? —enarqué una ceja.

El pelirrosa no tuvo tiempo de replicar ya que en un momento de


valor y desespero, me dejé deslizar sobre el tubo.

No diría que sería un buen stripper, pero si uno decente para ser mi
primera vez.

Caí de trasero sobre la hierba y solté un quejido. Había sido un


aterrizaje muy brusco.

Jimin procedió a acercarse a mí con rapidez.

—¿Estás bien? —me observó con los ojos bien abiertos.

Agarró mi mano para levantarme del suelo, lo cual me tomó un par


de segundos porque me sentía el trasero entumido.

—He estado mejor —hice una mueca sacudiéndome para limpiar


cualquier residuo de pasto en mi pantalón. —Vámonos ya antes de
que alguien se dé cuenta.

Mis ojos se posaron sobre el auto de Yoongi, el cual estaba estaba


estacionado a un lado de la acera. Probablemente había visto todo
el show de strippers que habíamos montado.

Una vez que Jimin se asomó para asegurarse de que ningún vecino
estuviera viendo a través de sus ventanas, comenzamos a correr
hasta el auto de su pretendiente, novio, lo que sea.

Me instalé en los asientos traseros mientras que el pelirrosa


rodeaba el auto para meterse en el asiento del copiloto.
Mi corazón latía con fuerza de la adrenalina, tanto que me desplomé
en los asientos.

—Conozco un club donde les podrían dar trabajo. —dice de la nada


Yoongi, prendiendo el motor del auto.

Jimin le alcanza a dar un golpe débil en el hombre sabiendo a que


se refiere.

🌙🌙🌙
Taehyung POV's

—Ustedes vayan, yo esperaré aquí afuera —observé a Hoseok, Jin


y a Namjoon.

Los chicos asintieron con la cabeza y procedieron a entrar a la casa


lujosa.

Solté un suspiro nervioso y metí ambas de mis manos en mis


bolsillos mientras miraba pasar montones de personas.

Me sentía nervioso y muy ansioso. Mis sensaciones de inquietud se


debían a cierto omega que de verdad tenía muchas ganas de ver;
había pasado una semana completa sin verlo y no podía esperar
más.

Después de haberme confirmado que iba a asistir y así poder verlo,


fui la persona más feliz del mundo. Incluso cuando faltaba cada vez
menos para la fiesta me parecía imposible no hacerle saber lo
emocionado que me encontraba por volver a verlo; a lo qué el me
respondía con un par de emojis.

Estaba feliz, y no era cualquier tipo de felicidad. Me gustaba creer


qué había distintos tipos, y esta sensación era una más diferente a
las que había vivido antes. Este tipo de felicidad no se podía
comparar, y era extraño, porque incluso cierto hormigueo eléctrico
me recorría el cuerpo desde la cabeza hasta las puntas de los pies.
No podía esperar.

Interrumpiendo mis pensamientos, pude sentir un toqueteo en mi


hombro. Me volteé para encontrarme con el rostro de Hobi.

—Hey, pensé que habías entrado —le observé con confusión.

El alfa chasqueó su lengua y acomodó su cabello mientras me


observaba.

—No es que...recordé que debía de decirte algo— dijo tornando una


postura incómoda.— , y si no te lo decía ahora no iba a poder
disfrutar la noche.

Asentí con la cabeza, igualmente poniéndome rígidamente


incomodo.

Se perfectamente a qué se refiere.

—Estoy escuchando.

Pasaron unos segundos en silencio, en los cuales se pudo percibir


una extraña noción de intensidad.

—Tenemos que hablar y creo que lo sabes —formuló con un


semblante que no supe como interpretar.

Observé mis pies, evitando su mirada para luego asentir.

—Está bien, pero ahora no— volví mis ojos hacia él—, pero quiero
que sepas que todo está bien. Estamos bien.

Hoseok asintió con la cabeza mientras me analizaba.

—Espero que si. Ha pasado un largo tiempo y pues... —inclinó su


cabeza hacia un lado mientras pensaba en las palabras correctas.
—quiero que sepas que te sigo apreciando.

Sonreí levemente.
—Yo también te aprecio, Hoseok. —le di un pequeño empujón en el
brazo —luego hablamos, ¿si?

El alfa asintió con la cabeza hasta proceder a girar sobre sus


talones y regresar al interior de la casa.

Solté un suspiro cansado. Vaya tema delicado e incómodo.

Dirigí mis ojos hacia la acera sintiéndome aún un poco extraño. No


quería pensar aún en la situación porque no quería hacer vaya cosa
sobre ello. Ha pasado mucho tiempo.

Me tomó un par de minutos reponerme, en los cuales me abracé a


mi mismo por el frío que estaba haciendo.

Mi mente escabulló nuevamente a Jungkook en mi pensamiento,


preguntándome a mi mismo si cabía la posibilidad de que el omega
trajera un abrigo.

Porque si no, podía enfermarse... pero, si no traía uno podía darle el


mío, ¿no?

Oh, ya estoy fantaseando.

Tras estar esperando su llegada, repentinamente un olor dulce y


fuerte llenó mis fosas nasales, y un cosquilleo se instaló en el
estómago porque sabía bien de quién se trataba.

Busqué con mi mirada al dueño de aquel olor a frambuesas.

¿Frambuesas?

No estaba seguro, porque no parecía siempre emanar ese aroma,


pero me parecía familiar; como si ya lo hubiese conocido antes.

Observé mi atuendo rápidamente, esperando lucir bien para él.

Había elegido un pantalón de vestir de color negro, una camisa


negra de botones y unos zapatos para no parecer tan formal. Me
sentía satisfecho.

Seguí sin encontrar a Jungkook con la mirada y solté un suspiro


frustrado.

Mi celular vibró.

"Jungkook <3:

Atrás suyo, hyung"

Con el corazón latiéndome a mil, me di la vuelta con lentitud


encontrándome al omega a unos pasos de mi.

Se me cortó la respiración al verlo tan hermoso como siempre.

Traía puesto unos jeans negros ajustados, una camisa blanca con
unas letras —que no alcanzaba a leer con claridad— una chamarra
de mezclilla y unas botas negras.

Santa luna.

Me acerqué a él con nerviosismo.

¿Debía de abrazarlo? ¿Darle la mano? ¿O simplemente sonreírle?

—Hola, hyung —me regaló una pequeña sonrisa.

Casi siento como me derrito.

—Jungkook —hice una pequeña reverencia. —Ha pasado un


tiempo.

Soltó una risita, arrugando su nariz.

—Algunos días. —su voz sonó acaramelada.

—Que se han sentido como meses, por cierto. —dije sin pensarlo.
Aquello hizo que sus mejillas se colorearan de rosado.

Se miraba adorable.

Saliendo de nuestra burbuja, escuché un carraspeo que procedía de


un chico de pelo rosa que se encontraba detrás de Jungkook.

El antes mencionado sacudió su cabeza y me observó avergonzado.

—Oh, lo siento. —me sonrió levemente. Apuntó al omega de pelo


rosa —Él es mi mejor amigo, Jimin y su lado está su novio Yoongi.

Aquello apreció alterar al tal Jimin, provocando que su rostro se


pusiera rojo. Al contrario, el chico pálido sonrió de lado.

Al menos no lo negó.

—Un gusto, me llamo Kim Taehyung —les sonreí honestamente.


Observé a Jungkook sin poder evitarlo, haciendo contacto visual
durante unos segundos antes de hacer una seña hacia la casa. —
¿Entramos?

***
No hay pexx, los próximos capítulos serán más largos:( lo
siento

Les he dejado esa foto en galería de mi precioso biasss

Anyways, espero que lo hayan disfrutado ❤ . Cuídense del


coronavirus, stay at Homeeeee

Me dió risa el nombre del capitulo la vdd xdddddddd

Voten, comenten, los tkm. Por cierto, vieron la cuenta regresiva


que comenzó ayer???? (16 de Mayo) tENGO MIEDOOO pero
también estoy sp emocionada jeje
Por cierto, gRACIAS POR LAS 600 leídas, significa mucho para
mi🥺🥺.

baissss❤❤

Editado 05/05/22
11. "Presentaciones"
Solté un jadeo al notar la maravillosa arquitectura que la mansión
desprendía. Era hermosa.

El techo era altísimo siendo soportado por unos largos pilares, había
unas largas escaleras que estaban forradas de una alfombra
dorada, las paredes eran de tonos grisáceos, los sofás eran de
color negro, y en el piso de la sala de estar descansaba una larga y
cuadrada alfombra de color blanco. Incluso la decoración parecía
haber sido diseñada por una persona especializada en diseños de
interiores.

Las personas que habitaban el lugar, lucían elegantes, pero a la vez


muy despreocupados. Bailaban al ritmo de una ruidosa canción,
levantando unas botellas alcohol y vasos. Abrí los ojos con sorpresa
al notar como unas chicas bailaban arriba de una mesa de madera
—que lucia muy costosa— moviendo sus tacones de aguja con
fuerza sobre el material.

Dios mío, romper algo en esta casa debería de valer una fortuna.

—Estoy tan sorprendido como tú —escuché la voz de Kim Taehyung


sobre mi oído, muy cerca.

Un escalofrío recorrió mi columna vertebral al sentir su respiración


tan cerca de mi anatomía. Cabe destacar que su aroma me parecía
muy adictivo esta noche, —asimismo, más que en las otras
ocasiones que nos habíamos visto— su olor a miel y rosas rojas me
era reconfortante.

—¿Usted tampoco nunca había asistido a una fiesta así? —le eché
un vistazo mientras él seguía observando el interior de la mansión.

El alfa me contempló durante unos segundos, curveando sus labios


en una pequeña sonrisa.
—Definitivamente no.

Por el otro lado, Jimin y Yoongi aún seguían observando el lugar con
admiración.

El omega pelirrosa me dió una mirada emocionada, y tras unos


segundos de dirigir su mirada de Taehyung hacia mi, asintió con la
cabeza rápidamente.

Lo observé confundido.

—Bueno, Yoongi y yo iremos a servirnos unos tragos —me dijo


astutamente —me mandas un mensaje para encontrarnos de nuevo,
¿si?

Y sin esperar una respuesta de mi parte, jaló del brazo al chico


pálido y se perdieron de nuestras vistas tan rápido como Flash.

Mi corazón dio un vuelco de nervios al notar que estaba


nuevamente a solas con Kim Taehyung después de días.

Me pregunto que nos deparará esta noche.

—¿Bebes? —la voz ronca del alfa me sacó de mi trance.

Me rasqué la nuca intranquilo ante su pregunta.

—E-en realidad no. La cerveza sabe horrible —arrugué mi nariz al


recordar lo desabrido que me parecía el alcohol.

¡Era terrible! Jimin y yo habíamos salido en otras ocasiones a fiestas


y él omega siempre me terminaba convenciendo de al menos
tomarme un trago. Obviamente siempre terminaba con nauseas —y
no precisamente de borrachera—.

Tras unos segundos de contacto visual, fue que Taehyung hizo un


movimiento muy imprevisto desde mi punto de vista. Con su dedo
índice tocó la punta de mi nariz. Ante su toque, mis mejillas se
pusieron rojas.
—Lindo —me elogió con una sonrisa adorable en los labios.

Un cosquilleo se instaló en mi estómago. Este hombre me quería


matar.

Observé mis tenis nerviosamente, rompiendo el contacto visual.

A pesar de que la música era muy fuerte, mi oído se agudizó al


escuchar la risa ronca del alfa que tenía enfrente.

Alcé mi rostro para estudiar su expresión risueña antes de cambiar


de tema rápidamente.

—¿Y u-usted? —carraspee al escuchar mi tartamudeo vergonzoso.


—¿usted bebe?

El chico chasqueó la lengua para luego hacer una mueca con sus
labios, meditando su respuesta.

—Mmh, en ocasiones. —me confesó, abochornado —¿te molesta?

Lo observé confundido por su pregunta. ¿Que si me molestaba?


¡Obviamente no! Aunque si se emborrachaba probablemente
si...obviamente no le iba a decir aquello.

—No, no, claro que no. —negué con la cabeza con rapidez —usted
puede hacer lo que quiera.

El chico esbozó una sonrisa para luego rodar los ojos.

—Si, claro. No beberé de todas maneras —gesticuló con sus


manos. —¿te parece bien si te presento mis amigos?

Su pregunta me tomó desprevenido. Dios, odiaba las


presentaciones. Mi maldita ansiedad me hacia odiarlas.

Aún así tenía que hacerlo. No podía evitarlas por el resto de mi vida.

—Si —le regalé una sonrisa leve.


Kim Taehyung volvió a tener la valentía de tomar mi mano para
dirigirme hacia un lugar —como la vez que me llevó a la cafetería
después de haber salido del bosque—. El simple toque de su gran
mano mandó sensaciones electrizantes sobre mi cuerpo, haciendo
que se calentara.

Solté un suspiro con las mejillas sonrosadas. Oculté mi rostro


mientras caminábamos entre la multitud de personas bailando que
se encontraban en el camino.

Subimos las escaleras de la mansión con una velocidad


considerable.

—¿Ya habías estado en esta casa antes? —mi curiosidad salió a


flote. Parecía conocerla bien.

El chico no me observó, pero contestó mi pregunta con velocidad.

—Definitivamente no —negó con la cabeza. Ahora nos


encontrábamos cruzando por un largo pasillo. —los chicos me han
dicho que se encontraban en la terraza de la casa, así que es obvio
que están arriba, ¿no?

Enarqué una ceja, guardé silencio y asentí con la cabeza.

Una vez que terminamos de recorrer el pasillo, nos encontramos


con otras escaleras que iban de espiral.

Eran muy bonitas. Tuve que aguantar las ganas de mandarle un


mensaje a Jimin y decirle que tenía que tomarse una foto en ellas.

Subimos las escaleras de dos en dos rápidamente, ya que eran muy


pequeñas. Al Alfa se le facilitaba más, sus piernas eran muy largas
por su gran altura, mientras las mías eran como dos pica-dientes —
y no precisamente por delgados, si no por pequeños— a un lado de
dos palmeras.
Era una explicación un tanto exagerada. Pero ustedes me
entienden.

Solté un suspiro de sorpresa al observar lo bonita que era la terraza.


Tenía una techumbre con pequeñas bombillas aferradas a la
barandilla que adornaba el lugar generando luz en la oscuridad de la
noche, había unas pequeñas mesas a lo largo del lugar y un altavoz
descansaba en una de las esquinas, con música más relajada que
la que estaban escuchando en el primer piso.

Incluso la vista de la ciudad era hermosa desde este punto de vista.


Por razones como esta, a veces deseaba vivir en la ciudad.

—¡Hey! —un chico alto que estaba en un grupo de hombres saludó


al Alfa que tenía al lado.

Los demás hombres dirigieron sus miradas hacia nosotros, o más


bien hacia mi. Parecían analizarme un poco para luego sonreír.

Kim Taehyung soltó mi mano con suavidad y la posó sobre mi


espalda para comenzar a caminar hacia los que parecían ser sus
amigos.

—Les presentó a Jeon Jungkook —reverencia rápidamente hacia


los chicos.

Podía oler a tres alfas y a un omega.

A pesar de que lucían como personas agradables, siempre me


sentía consternado al conocer a gente nueva.

—Me llamo Kim Namjoon —un chico de cabello castaño claro y con
hoyuelos habló, regalándome una dulce sonrisa. El era él omega.

—Yo soy Kim Seokjin —el más alto habló. Era muy guapo. Su
cabello era largo y muy oscuro, e incluso tenía unas bonitas cejas y
unos labios gruesos. —Alfa de Namjoon.
Sonreí ante aquello. Al ver a la pareja podría darme cuenta que sus
cachorros iban a ser muy lindos.

Mis ojos se dirigieron al chico restante. Me pareció un poco


conocido.

—Me llamo Jung Hoseok —me sonrió levemente mientras asentía


con la cabeza.

Era de complexión delgada, pero muy buen proporcionada. Sus


labios me recordaban a un corazón. Lo que más me sorprendió de
el, fue su vestimenta.

Era muy llamativo, pero lucia muy bien. Traía unos jeans rotos, una
camisa negra un poco suelta, fajada a sus jeans, una chaqueta muy
llamativa con los colores primarios, y unos tenis que pude reconocer
fácilmente como Balenciaga.

—Un gusto —les dije en un tono de voz más bajo del que esperaba.
Me sentía un poco intimidado.

Los chicos nos invitaron a sentarnos en unos pequeños sofás que


había. Me senté a un lado de Taehyung y comenzamos una plática
para conocernos.

Namjoon y Jin estudiaban la universidad, mientras tanto Hoseok era


instructor de baile —lo cual llamó mucho mi atención—.

Por el otro lado, les conté que tenía planeado estudiar y que me
encontraba trabajando actualmente. Taehyung en ningún momento
me interrumpió contando algo de más sobre mi, haciendo que
calmara un poco mi ansiedad.

Podía sentir su mirada quemar mi rostro mientras yo platicaba. Su


mirar era muy intenso. Mis manos sudaron un poco, por lo que tuve
que secarlas sobre mi pantalón.
—¿Y qué hay sobre ustedes? —Jin decidió preguntar mientras
tomaba un sorbo de su cerveza.

Taehyung y yo cruzamos miradas durante una milésima de segundo.


¿Como se supone que íbamos a responder a esta pregunta?

Mis mejillas se calentaron.

—B-Bueno, somos amigos —Taehyung tartamudeó un poco.

Aquello me hizo sonreír mucho. Parecía a veces ser como un alfa


intimidante, pero también podía resultar muy adorable.

—Oh, ya veo —el mismo alfa asintió con la cabeza mientras


analizaba la resbalosa respuesta de Taehyung.

—Te daré un consejo, Jungkook —Namjoon habló. Se inclinó hacia


adelante sobre su lugar para verme con una sonrisa en los labios,
haciendo que un hoyuelo se marcara en su mejilla. Era muy tierno
—Taehyung parece dar miedo a veces, pero es muy bobo. Es algo
que no ha cambiado de él desde hace cinco años, así que
probablemente jamás cambiará. Puede ser impulsivo a veces, pero
es un buen chico. Espero que le des una oportunidad de cortejarte.
Mi consejo es que seas muy paciente y disfrutes de lo que es
conocer a tu predestinado.

Solté un jadeo ante la información que me estaba brindando. Al


parecer Taehyung ya les había contado sobre mi, y no solo sobre
eso, sino tambien sobre que éramos destinados.

Me preguntó con qué expresión Taehyung les contó a sus amigos


sobre mi.

—Hey, no sé si lo has notado pero estoy aquí escuchando todo —


Taehyung habló avergonzado.

Sonreí un poco e hice una pequeña reverencia hacia él omega.

—Gracias, lo tendré en cuenta.


🌙🌙🌙

La noche había estado marchando muy bien. Después de la


acalorada plática que tuvimos, bajamos hacia la planta baja junto
con los amigos de Taehyung.

Se sentaron en un gran sofá que estaba en una esquina de la sala


de estar y antes de llegar a sentarnos, recibí un mensaje de Jimin,
avisándome que se encontraba en la cocina.

—Iré a buscar a Jimin, ¿está bien? —jalé una poco de la camisa del
Alfa inconscientemente.

—¿Quieres que te acompañe? —me preguntó con una leve


preocupación en la voz.

Le sonreí y negué con la cabeza.

—No te preocupes, ahorita vuelvo.

Una vez dicho eso, comencé a caminar sobre la multitud de


personas para buscar la cocina. Crucé por varias salas, e incluso
por un cuarto de juegos hasta encontrarme con mi destino.

La luz de la cocina era de un color azul oscuro. Fue cuando noté


que había luces led cambia color en las esquinas de las paredes,
creando un ambiente único.

Una vez que viasualicé a Jimin y a Yoongi platicando a un lado de


una mesa de mármol, me acerqué.

El Omega fue el primero en notar mi presencia.

—Hey, ¿donde estabas? —Jimin me preguntó con entusiasmo. Su


aliento con olor a alcohol chocó sobre mi rostro.

Solo espero que este hombre no se ponga borracho hasta las


trancas.
Observé al mayor con una ceja enarcada.

—¿Qué tanto ha bebido? —me crucé de brazos.

El pálido Alfa chasqueó la lengua.

—Lo suficiente para tambalearse mientras camina.

Rodé los ojos fastidiado.

—¡Dios, ha pasado una hora y ya está borracho! —me exalté


observando al peli-rrosa olfatear el cuello del mayor.

Al escucharme, Jimin se separó del alfa y me observó con una


sonrisa en los labios.

—¡Hey, no estoy tan mal! No te preocupes, Kookie —con su dedo


índice y pulgar apretó mi mejilla. —eres adorable.

Aparté su agarre con mi mano, viéndolo con una mueca.

Empecé a meditar si era una buena idea dejar la fiesta temprano.


Jimin podía ponerse un poco travieso, risueño y de lengua suelta
cuando se ponía borracho. Definitivamente eso podría traer
problemas, y fácilmente podría avergonzarnos en un lugar como
este.

Un grito del omega me sacó de mis pensamientos.

—¡Vamos a bailar! —levantó ambas de sus manos mientras movía


su cuerpo.

Mis mejillas se calentaron. Este tipo es todo un caso.

Agarró la mano de Yoongi y luego la mía para jalarnos hacia la gran


sala de estar. A regañadientes tuvimos que seguirle el paso al
chaparro, para que no generara una escena vergonzosa.
Una vez ya en el lugar, el chico comenzó a bailar moviendo las
caderas al ritmo de la música. Alzó su bebida mientras cantaba las
letras de la música al unísono.

Por alguna razón, me pareció lindo. Decidí dejarme llevar un poco y


comenzar a bailar al lado de amigo, mientras por el otro lado Yoongi
se escapó tan rápido como pudo a sentarse en un sofá que estaba
cerca de donde nos encontrábamos bailando.

Él omega le lanzaba unas miradas a Yoongi mientras bailaba


provocativamente. Al parecer otro de los efectos que causaba el
alcohol en Jimin era la lujuria.

—¡Dios, quiero que Yoongi me fo...!—tapé la boca de mi amigo al


entender su intención.

El omega atrevidamente lamió la palma de mi mano, haciendo que


la quitara inmediatamente de su rostro. Hice una mueca.

—¿Que? ¡No debería de ser un secreto! —se rió un poco. —


Apuesto que tú también quisieras lo mismo con Taehy...¡Oh, lo
siento!

Abrí los ojos alarmado. Jimin había salpicado unas gotas de su


bebida sobre la chaqueta de cuero de un chico que bailaba a un
lado de nosotros.

Rápidamente agarré la bebida de mi amigo —evitando que le tirara


más encima —y observé a la víctima, avergonzado.

—Oh, lo siento mucho —mis mejillas se calentaron.

Para nuestra suerte, el chico sonrió haciendo que me tranquilizara


un poco.

—No se preocupen, simplemente puedo comprar otra —guiñó un


ojo mientras sonreía. —Me llamo Taemin.
Reverencié levemente al igual que Jimin. No podía percatarme de
algún un olor de parte del chico, por lo que me di cuenta que era
Beta.

—Me llamo Jimin —el pelirrosa se presentó con una sonrisa pícara
en los labios.

Por inercia, le lancé una mirada a Yoongi que observaba la escena


con curiosidad pero con una expresión para nada feliz.

Me puse nervioso ante el pensamiento de que podría hacer algo


malo.

—Me llamo Jeon Jungkook.

Taemin asintió con la cabeza mientras analizaba la información.

—¿Vienen acompañados de...?

Me rasqué la nuca.

—Kim Taehyung. Es amigo de Jung Hose... —no terminé de hablar


cuando el Beta me interrumpió.

—¡Oh, Jung Hoseok! Entiendo, —asintió con la cabeza —¿están


saliendo con alguno de ellos?

Jimin me dió una leve mirada antes de responder.

—Ambos somos solteros —dijo en un tono entusiasmado.

Mierda. Solo espero que Yoongi no esté escuchando esto.

Con mi pie derecho pisotee su zapato, haciendo que soltara un


pequeño chillido.

Cosa que Taemin no notó por estarse comiendo a Jimin con la


mirada.
—Entonces...Jungkook, ¿me permitirás dejarme bailar un poco con
tu amigo? —me sonrió.

Iba a decirle que obviamente no lo dejaría bailar con un


desconocido, pero alguien se me adelantó.

Yoongi apareció en la escena, ubicándose enfrente de Jimin con


una expresión para nada amigable.

—Mío —gruñó observando al Beta.

Uh, oh.

Un Alfa territorial y celoso siempre causaba problemas.

***

Espero que lo hayan disfrutado, jejeje

Aún no se acaban los capítulos sobre la fiesta, no se


preocupen, jejeje será una larga noche (o algo así) jejeje

MUCHAS GRACIAS POR LEER❤❤


12. "Rostro ruborizado"
Jungkook POV's

Solté un suspiro mirando el suelo de la acera. La noche era un poco


más helada de lo normal por lo que me abrace a mi mismo,
observando a través de la calle por la que Jimin y Yoongi se habían
ido.

Tras aquel "percance" que hubo dentro de la mansión, agarré del


brazo al Alfa territorial y al Omega pelirrosa para salir del lugar antes
de que Yoongi hiciera algo tonto.

El Alfa soltaba humo por la nariz, claramente celoso al notar que


alguien más quería acercarse a Jimin. Tuvieron una pequeña
discusión. Jimin se puso a la defensiva y Yoongi estaba muy
consumido por su Alfa dentro.

Por el otro lado, Taemin se había quedado sin palabras y en total


silencio al notar como el Alfa que se le había presentado en frente
de él le mostraba los colmillos, "protegiendo" a Jimin.

No era culpa del Omega que alguien más se quisiera acercar a él.
Después de eso, Yoongi dijo que no importaba lo que pasara, que al
fin al cabos no eran nada.

Las palabras del Alfa hicieron enrojecer a Jimin, incluso, la


borrachera se le bajó por la rabia que lo consumía.

Yoongi se mostró monótono —aunque los tres presentes sabíamos


que la situación no le causaba indiferencia—. Soltó un chasquido y
se excusó, diciendo que iría a fumar un cigarrillo.

Segundos después, mi amigo dijo que iría tras el para hablar,


dejándome en esta situación.
Pude sentir la presencia de Kim Taehyung, por lo que miré
levemente sobre mi hombro, para encontrármelo a un lado mío,

—¿Como me has encontrado? —le pregunté, sorprendido.

El Alfa sonrió levemente y luego suspiró, mirando la casa que se


encontraba en frente de nosotros,

—Tu olor a frambuesas es muy fuerte. —dijo en un tono de voz bajo.

Aquello hizo que mi corazón de acelerara. Nerviosamente, jugué


con mis dedos mientras le miraba levemente.

—Oh... —mis mejillas se calentaron.

Taehyung soltó una risita e hicimos contacto visual.

—¿Y Jimin? Y...¿Yoonchik?

Me reí más fuerte de lo que esperaba. Tapé inmediatamente mi


boca, avergonzado.

El chico me observó con los labios curvados y una ceja alzada.

—¿Que dije?

Hice de mis labios una línea antes de responderle.

—Es "Yoongi", —le sonreí un poco, sin evitarlo. —Y respondiendo a


su pregunta, tuvieron una pequeña pelea.

Taehyung metió ambas de sus manos en los bolsillos de su


pantalón, asintiendo con la cabeza.

—Entonces...¿estaría bien que te robara un rato?

Lo observé conmovido ante su pregunta. Carraspee mi garganta y


giré mi cuerpo completamente hacia el.
—Que indecente es usted, Hyung. —enarqué una ceja con una
sonrisa impregnada en mis labios.

El chico sonrió, mostrando una sonrisa cuadrada muy atractiva.

Mi lobo interior movió la cola al observar al Alfa de esa manera. Se


encontraba muy feliz, emocionado e inclusive se sentía
desesperado por estar aún más cerca de él, físicamente.

Tenía unas ganas terribles de ser mimado por el Alfa.

—Supongo que si soy muy indecente, Jungkook —su voz era tan
gruesa, que me hizo tener escalofríos. Sacó sus manos de los
bolsillos y me hizo un gesto con la cabeza —¿Vamos?

Lamí mis labios. Confiaba en el. Su presencia me calmaba, así que


definitivamente confiaba en él.

Asentí con la cabeza y comenzamos a caminar a lo largo de la calle.


Taehyung paró a un lado de un auto muy bonito y me observó con
una sonrisa.

—Sube.

🌙🌙🌙

Taehyung POV's

Tener a Jungkook tan cerca en un lugar tan cerrado como mi auto


me ponía muy nervioso.

Su aroma me estaba volviendo loco. Y no lo digo de mala manera.

Mis manos que estaban en el volante, sudaban un poco. Solté un


suspiro y abrí las ventanas para que el aire fresco de afuera entrara
al auto.
Él Omega yacía a mi lado, mirando a través de la ventana que tenía
a su lado. Se encontraba muy callado, pero su la compostura de su
cuerpo me era fácil de leer. Se encontraba muy relajado.

Sonreí levemente y dirigí mi mirada hacia delante, observando el


camino que nos llevaría hacia el Río Han.

—Me gusta mucho ir en el auto de noche —su voz rompió el hielo.


Pude sentir su mirada sobre mi mientras hablaba. —Se que es
información innecesaria pero...siempre he querido viajar en una
furgoneta Volkswagen sin rumbo.

Sonreí levemente antes de dirigir mi mirada hacia el.

El viento le despeinaba el cabello haciendo que luciera adorable.


Sus dientes sobresalían un poco en una sonrisa que me recordaba
a un conejo.

—Suena como una buena idea —asentí con la cabeza para volver a
ver la calle. —y podrías escuchar música en todo el camino.

Jungkook pareció entusiasmado.

—¡Exacto! —su sonrisa era grande. —imagina viajar de noche, las


estrellas y una buena canción de fondo.

Asentí, imaginando a la perfección el escenario. En medio de la


nada, con buena compañía y la luna y las estrellas iluminando el
camino.

Sonaba cursi, pero en realidad era una buenísima idea.

Pasaron unos segundos hasta que el Omega volvió a hablar.

—¿A donde vamos?

Lo observé levemente antes de responder a su pregunta.

—Al rio Han —dije en un tono de voz bajo.


El chico chasqueó la lengua para luego clavar su mirada en mi.

—¿Me matarás y tirarás mi cuerpo al agua? —dijo en un tono


burlesco.

Enarqué una ceja y sonreí levemente.

—Si te mato, mi vida no tendría mucho sentido.

Aquel comentario que hice fue suficiente para que abriera los ojos;
al igual que yo. Había soltado esas palabras con tanta facilidad, que
no me di cuenta del peso que conllevaban.

Los destinados vivían del uno para el otro.

El chico se rascó la nuca nerviosamente mientras me observaba con


una pequeña sonrisa.

—Es cierto. —asintió con la cabeza. —aunque sería una historia


trágica.

Que mente tiene Jeon Jungkook.

—Una historia trágica... —saboree sus palabras, pensando.

Jungkook rió levemente,

—Que rápido cambió el tema —sentí su mirada divertida sobre mi.


—Estábamos hablando sobre viajar y ahora estamos hablando de la
muerte.

Desvíe mis ojos de la calle para observarlo. Había rotado su cuerpo


hacia mí levemente, recargando su espalda contra la puerta y
expectante hacia mi.

Eso me ponía muy nervioso.

—¿Te molesta el tema de muerte? —decidí preguntar.


Jungkook alzó su mirada hacia arriba, pensando su respuesta.

—No necesariamente...solo decía. Veo la muerte como algo


enigmático. —pude observar como se encogió de hombros.

Asentí con la cabeza.

—Concuerdo. Creo que la vida no tendría sentido si no existiera la


muerte. Tampoco le tengo miedo. La muerte es natural.

Jungkook chasqueó la lengua.

—No me parece que siempre sea natural, para ser honesto. —se
cruzó de hombros.

Sonreí. Tenía su propio punto de vista.

Una vez cerca de nuestro destino, estacioné el auto, nos bajamos y


caminamos a una velocidad considerable para recargarnos sobre el
borde.

Observamos el paisaje.

La atmósfera del lugar me resultaba muy relajante. Casi no estaban


pasando autos, haciendo el lugar silencioso lo suficiente para
escuchar nuestras propias respiraciones.

—Nunca había venido al Río Han de noche —el Omega soltó,


viendo el mar.

Sonreí.

—Yo tampoco. Nuestra primera vez —le guiñé un ojo.

El chico se ruborizó rápidamente. Intentó ocultar su rostro, por lo


que solté una risa.

—¿Por qué te escondes? Te ves lindo.


Okay, espero que mi comentario no le haya resultado incómodo;
pero de verdad que si era muy lindo.

Quería aprisionarlo en mis brazos como aquella vez que nos vimos
en Suwon. El recuerdo de sentirlo contra mi cuerpo, y de poder oler
su magnífico olor era una de las razones por las que me levantaba
feliz todas las mañanas.

Jungkook era todo un caso.

—Hyung —me vió con el rostro enrojecido. —No diga esas cosas.

Sonreí sin poder evitarlo.

Miramos el mar por unos segundos más, hasta que escuché como
hizo un sonido de sorpresa.

Lo observé alarmado. Tenía el celular entre sus manos con los ojos
bien abiertos.

—Ya son las doce y treinta.

Con una expresión confundida en el rostro, pregunté: —¿Tú mamá


ha puesto hora límite?

Aquella pregunta pareció descolocar al Omega. Me miró


nerviosamente. Entrelazó sus dedos mientras pensaba en su
respuesta,

—B-bueno...Y-yo... —balbuceó moviendo su cabeza. —¿Quieres


que sea honesto?

Me crucé de brazos mientras miraba su rostro.

—Si. Quisiera que siempre fueras honesto conmigo.

Jungkook empujó su mejilla interna con la lengua, mirándome


vigoroso.
—Bueno...me he venido sin permiso. —sonrió levemente.

Roté mi cuerpo hacia el. Alcé ambas cejas y lo miré con


desaprobación.

No me gustaría pensar que lo estoy corrompiendo a hacer cosas


malas.

—Si no te iban a dejar venir no hubiera tenido problema, Jungkook.

El chico chasqueó la lengua para luego voltear los ojos.

Aquel gesto me hizo sentir de alguna forma.

—Lo siento, lo siento —habló con indiferencia. —De verdad quería


venir, ¿está bien?

Suspiré mirando a los ojos al Omega.

—No quiero que pienses que te estaba presionando para venir.


Tampoco quiero tu mamá piense que estoy convirtiéndote en un
rebelde.

—¡Hey! —Jungkook valientemente empujó levemente mi hombro


con sus dedos, pero no me moví en mi lugar. Tenía una expresión
ofendida plasmada en el rostro. —No tiene que ver contigo. De
verdad quería venir. Es la primera vez que hago algo así...Y
tranquilo, ya entendí que tu punto es que quieres caerle bien a
mamá.

Su comentario hizo que soltara una risa.

—Obvio que quiero caerle bien a tu mamá —le dije honestamente.


—haré un esfuerzo. Todos los días iré a la cafetería.

Jungkook se cruzó de brazos y alzó una ceja.

—¿O sea que irás a la cafetería a comprar para caerle bien a mamá
y no por que te guste lo que vendemos?
Mi corazón dio un vuelco. Eso no era a lo que me refería. Incluso,
me sentí intimidado ante la mirada del Omega, que lucia bravo.

—N-No, claro que no. No malinterpretes las cosas —era increíble


como el chico me hacía balbucear. —Iré por muchas razones. Por
ejemplo, me gusta el café, me gustaría caerle bien a tu mamá y
sobre todo, me encantaría verte a ti.

El chico sonrió y desvió su mirada hacia el mar, nerviosamente.

Sonreí al igual que el, y antes de recargarme sobre el borde y poder


ver el mar como el, sentí sus brazos sobre mi cintura y su rostro
contra mi pecho.

Sentí como casi mi corazón quería salir disparado de mi cuerpo.

Sentir su cuerpo contra el mío, su aroma llenando mi cuerpo y mi


ropa era una de mis cosas favoritas.

Y solo habíamos compartido dos abrazos.

Sin poder evitarlo, pasé mis brazos sobre su cuello, ya que era muy
bajito para abrazarlo por la cintura. Incluso, tuve la valentía de
acariciar su suave cabello.

Las hebras de su cabello pasaban entre mis dedos, causándome un


escalofrío.

Escuché un suspiro de su parte, por lo que sonreí feliz ante la


sensación de tenerlo tan cerca.

Mi Alfa dentro se sentía muy feliz. Corría en círculos con la lengua


de fuera. Mi parte humana y lobuna se encontraban en total euforia.

Estuvimos así durante un buen minuto. Simplemente disfrutando del


calor de nuestros cuerpos y de la compañía.

No sé si lo imaginé, pero casi pude sentir como el Omega olfateaba


ligeramente sobre mi pecho, buscando mi olor.
Sonreí y levemente separé mi pecho de su rostro, encontrándome
con un fuerte rubor en su nariz y mejillas.

—Lo siento, Hyung —se disculpó con vergüenza impregnada en la


voz. —N-no quería incomo...

—Puedes oler de aquí si quieres —lo interrumpí con mi propuesta.


Señalé mi cuello, para ser exacto, la fuente de olor.

El chico me observó anonado. Sonrió tan fuerte, que volvió a


esconder su rostro sobre mi pecho. Negó con la cabeza.

—N-no, está bien. —dijo sobre mi cuerpo. Podía sentir su caliente


aliento sobre la suave tela de mi camisa, haciendo que me pusiera
la piel de gallina. —es algo íntimo.

Iba a decirle que estaba bien, pero el timbre de su celular,


anunciando una llamada interrumpió la atmósfera de nosotros.

El Omega se separó de mí y sacó su celular del bolsillo de su


pantalón para responder a la llamada.

Jadee ante la falta de su calor, claramente un poco enojado ante la


persona que lo estaba llamando.

—¿Que pasó? —el Omega habló agitado. Escuchó lo que le decían


para responder —Mmh, estoy en el Río Han....¡N-no! Estás loco. —
el chico me dió una leve mirada. —Bueno, si está bien. Ahorita
vamos, adiós.

Observé cómo colgó la llamada. Hicimos contacto visual durante


unos segundos para que luego desviara sus ojos hacia el paisaje.

Infló sus mejillas con aire y luego los expulsó.

—Jimin y Yoongi estaban buscándome. —me avisó con un tono de


voz bajo.

Asentí con la cabeza.


—¿Quieres que nos vayamos?

El chico dirigió sus ojos hacia mi y rápidamente negó con la cabeza.

—No. Aún quiero estar cerca de ti durante unos minutos más. —me
dijo con una sonrisa inocente en los labios.

Madre luna.
13. "El pasado"
Taehyung POV's

—Uno, dos, tres...¡Digan Whisky! —el camarógrafo tomó la ultima


foto.

Anualmente, mamá nos obligaba a tener una sesión fotográfica


familiar para poder actualizarla y elegir una entre las miles de fotos
para colgarla en la gran pared donde colgaban todas las fotos de los
otros años.

Era un gran acontecimiento para ella y para papá también. Habían


comenzado la tradición desde que comenzaron a salir, uniéndose
luego Mina, yo y Jennie.

Y obviamente teníamos que lucir elegantes. Mina, mamá y Jennie


usaban vestidos mientras papá y yo traíamos traje.

Solté un suspiro tras el camarógrafo haber tomado la foto. Con los


ojos entrecerrados me salí del recuadro, la iluminación era tan
brillante que tuve que parpadear repetidamente para establecer mis
ojos a la luz normal.

—He quedado ciega —Jennie apareció a un lado mío, tallándose los


ojos con fuerza.

Incluso pude ver como su maquillaje se estropeaba.

Pude visualizar a mamá muy sonriente, dando pasitos haciendo que


sus tacones hicieran un ruido que resonara por todo el estudio.

—¡Han quedado maravillosas! —movió su cabeza, tambaleando sus


largos aretes.

Sonreí al verla tan feliz.


—Mamá, hay que ir a comer pizza —Jennie se apegó a ella con un
puchero en los labios.

La Omega —la única en la familia— rechistó y vió a su hija más


pequeña con una ceja enarcada.

—En casa hay comida también.

Jennie rodó los ojos y dijo algo más que no escuché claramente ya
que la llegada de un mensaje de Jeon Jungkook me distrajo.

Despues de haber ido al Río Han, volvimos a la fiesta para


despedirme de él en un leve abrazo y una sonrisa de parte de
ambos. Su amigo Omega me observó con los ojos entrecerrados,
mientras el Alfa me miraba con indiferencia antes de subirse al auto.

Había sido una noche hermosa, y todo gracias al Omega de dientes


de conejo. Era tan adorable y hermoso.

Incluso al llegar a casa con olor a el, Mina salió de su habitación y


me observó con los ojos bien abiertos.

Recuerdo su expresión mientras me decía "tu olor a felicidad y


enamoramiento al Omega es tan fuerte que me ha despertado."

¿Se me notaba mucho? Jungkook era muy especial.

"Jungkook<3:

Que hace, Hyung? :) "

Sonreí viendo el mensaje. ¿Sería prudente mandarle una foto mía?

Me acerqué al espejo que estaba cerca del estudio y me observé.

Esperaba lucir bien para él.

Puse mi cámara frontal y por inercia —porque así solía tomarme


fotos— junté mis cejas mirando fijamente hacia la cámara.
"📸. Mamá nos está haciendo tener la sesión fotográfica anual
familiar"

"Se ve muy guapo, Hyung:)

Pude sentir un calor abatir mi cuerpo, pero mayoritariamente mis


mejillas. Solté un suspiro al leer su cumplido y solté una risa.

Adorable.

"Muchas gracias, cachorro. Tu también eres muy guapo ;)."

Imaginésu rostro sonriente y sus mejillas sonrosadas.

Habían pasado unos días desde nuestro segundo encuentro —


intencional— y siento como si fuesen meses. Incluso mi Alfa interior
se sentía un poco inquieto al no tenerlo cerca y no poder oler su
peculiar y exquisito olor.

Supongo que tener un predestinado es una mezcla de bastante


sentimientos, entre ellos: Felicidad, necesidad, celos, pero sobre
todo el amor es el que lo compone un 100%.

Me había encontrado a mi mismo pensando más en Jungkook que


en cualquier otra cosa. Ansiando abrazarlo y no soltarlo jamás. Sin
embargo, también tenía malos pensamientos incrustados en mi
mente: el pensar que Jungkook conozca a alguien más, que no esté
interesado en mi o que alguien le haga daño.

Simplemente no podría soportarlo.

Fácilmente me sentí irritado, por lo que hice una mueca, ansiando


estar en casa...y tal vez con Jungkook en mis brazos.

🌙🌙🌙

Miré la bebida para luego dirigir mis ojos hacia el Alfa enfrente mío.
El chico se removió en su lugar, claramente incómodo. Chasqueó la
lengua.

—La verdad que no sé cómo comenzar.

Me recargué sobre la mesa entre nosotros y asentí levemente con la


cabeza.

En realidad, yo también me sentía incómodo. Era un


tema...delicado.

—Bueno...supongo que comenzaré yo —hice una fina línea con mis


labios para pensar en las palabras adecuadas. —Ha pasado un
largo tiempo...y obviamente éramos pequeños, supongo que esa es
mi justificación.

Hoseok enarcó una ceja al mismo tiempo con una expresión seria
de su parte.

—No lo sé. Obvio estaba mal, y me siento un poco


avergonzado...pero siento que debíamos de hablar de esto —el Alfa
evitó contacto visual conmigo mientras hablaba.

Carraspee mi garganta antes de volver a hablar.

—Un Alfa con otro Alfa no queda.

Hoseok está vez río un poco. Sus ojos se dirigieron hacia mi,
destellando un color azul fuerte.

—Supongo que si. —asintió con la cabeza y con una sonrisa


plasmada en sus labios de corazón que no supe como interpretar.
—Ninguno se había presentado a esa edad, y simplemente pasó.

—Hace cinco años.

Otra vez volvió a reír.

¿Acaso estaba vestido de payaso?


Pude notar como cambió su actitud rápidamente, se sentía un poco
cohibido al intentar hablar del tema, pero ahora parecía hasta un
poco desafiante.

—Tranquilo. Se que han pasado cinco años, pero para ser


honesto...son momentos que no olvidaré. —se encogió de hombros.
Acercó la bebida a sus labios y bebió un gran trago del alcohol —Y
yo tampoco creo que lo olvidarás.

Un cosquilleo para nada agradable recorrió mi cuerpo.

Hace cinco años, Hoseok y yo nos habíamos vuelto muy cercanos.


Muy cercanos.

Habíamos compartido besos, pero eso es todo. Los recuerdos me


revolvían las entrañas de desagrado, sobre todo mi Alfa que aún no
estaba presente en esa etapa de mi vida se encontraba a la
defensiva y muy molesto

A mi Alfa interior no le gustaba para nada, e incluso se sentía


avergonzado y triste al haber tenido tal contacto con otro Alfa.

Casi como si se hubiera engañado a sí mismo y se hubiera perdido


su honor y su valentía.

—No importa en realidad. Solo fueron besos. —minimicé el tema.

Hoseok pareció un poco irritado ante mi comentario por lo que rodó


los ojos.

—¿Por qué niegas tus sentimientos hacia mi?

Fruncí el ceño.

¿Pero que estaba diciendo? Este no era el Hoseok de hace tiempo.


Tenía un aura pesado.

—¿Por qué piensas que yo siento algo por ti? O más bien, que
sentía algo por ti. —alcé las cejas, mi voz sonando más dura que
antes.

Me confundiendo bastante con su actitud. ¿Por qué de repente se


estaba mostrando de esta manera?

Hoseok soltó un suspiro cansado.

—Un Alfa y otro Alfa no hacen ese tipo de cosas porque si. No está
en su naturaleza. Sentías algo por mi, admítelo.

No podría admitir eso.

—No nos habíamos presentado. —apreté los dientes, mi Alfa


molestándose al instante. —No puedo admitir que sentía algo por ti
porque como ya lo has mencionado, claramente no está en nuestra
naturaleza —hablé rápidamente y un poco más alto de lo que
quería. —Estábamos confundidos.

Hoseok relajó su cuerpo.

—No te enojes. Simplemente quería que lo admitieras. —hizo una


mueca. —y jamás lo harás, me he dado cuenta.

Me recargué sobre el respaldo y pasé una mano sobre mi cabello.

Pensé que no íbamos a llegar a estas alturas. Desde que había


llegado a Seúl, Hoseok no se había comportado de esta manera;
pero ahora que estábamos hablando de este tema tan delicado
parecía que su personalidad había sufrido de un cambio.

—Mira... no quiero que estemos mal. Creo que hubiera sido buena
idea que no tocáramos el tema —intenté sonar no afectado ante la
charla. —Hagamos como que no pasó. Somos amigos y espero que
lo seamos como siempre.

Hoseok no pareció totalmente conforme, pero no le tomé mucha


importancia.

El chico asintió con la cabeza.


—Supongo que está bien.

🌙🌙🌙
Jungkook POV's

—Aish, la abuela Seung nos usa a su conveniencia —Jimin habló


con fastidio.

Solté una risa. Se miraba muy chistoso con ese mantel y esos
guantes —que le quedaban muy grandes, por cierto —mientras
intentaba raspar sarro de una vieja cazuela de la Abuela Seung.

Justo nos encontrábamos en la casa de la antes mencionada. Nos


había llamado con la excusa de que tenía que decirnos algo muy
importante, por lo que Jimin y yo corrimos rápidamente hasta acá
como los metiches que somos.

Yeonjun y HueningKai estarían muy orgullosos de nosotros.

Una vez que habíamos llegado a su casa, la vieja nos dijo que la
esperáramos un poco, que por mientras la ayudáramos a limpiar
mientras ella se "duchaba"

Obviamente el pelirrosa y yo no pudimos decir "no" porque


obviamente —y aunque no parecía— teníamos modales.

—Cállate, tu amas venir porque siempre sales con el estómago lleno


—barrí polvo del piso mientras hablaba con mi amigo. —Así que tú
también eres muy conveniente.

El chico enarcó una ceja y asintió con la cabeza.

—Bueno, si. Tienes razón.

Estuvimos unos minutos más limpiando la casa de la abuela Seung,


hasta que esta misma apareció con una bata larga y una toalla
enredada en su cabello blanco.
—Muchas gracias, muchachos. Saben, una vieja como yo ya no
puede realizar estas actividades tan fácilmente como ustedes. —la
vieja habló con nostalgia impregnada en la voz. —Ahora siéntense.
Les prepararé café.

Jimin y yo nos apuramos en ir a la sala de estar y sentarnos en uno


de los sofás floreados.

Minutos después la vieja se acercó con dos tazas humeantes de


café.

—¿Quieren más azúcar? —la señora nos preguntó al vernos


saborear la cafeína.

Bajé la taza de mis labios y negué con la cabeza. Era muy dulce.

Jimin, a mi lado también negó con la cabeza y sonrió un poco.

La vieja Alfa se acomodó en su lugar y soltó un suspiro para vernos


a ambos con una expresión que no supe como interpretar.

—Quería hablarles de algo... —la abuela Seung habló con un tono


calmante. —Ustedes son unos muchachos muy guapos, quisiera
que tuvieran precauciones.

Jimin y yo compartimos una mirada confundida.

La vieja al vernos soltó una pequeña risa. Su mano arrugada se


dirigió a uno de unos de los bolsillos de su vestido.

Sacó unos collares.

No eran de cualquier tipo, claramente.

—Quiero ser esa persona que los pueda aconsejar sin que se
sientan avergonzados. —la abuela Seung nos vió con ternura. —
Cuando tenía su edad, no tenía alguien que me apoyara. Ni siquiera
mis padres se pasaban el tiempo conmigo adecuado conmigo. Y yo
se que ustedes tienen la suerte de tener a los suyos y que se
preocupen por ustedes...pero yo también me preocupo por ustedes.
—soltó un suspiro. —He visto que ambos están conociendo a
alguien y quisiera que tomaran decisiones cuidadosas y que se
tomaran su tiempo de crecer.

Un nudo se instaló en mi garganta.

—Cuando tenía 17 años embaracé a un Omega... —la confesión de


la vieja me hizo tener un escalofrío. Por el otro lado, Jimin se llevó
una mano a su boca. La abuela Seung sonrió un poco sin desclavar
sus ojos de la alfombra bajo nosotros. —Estaba enamorada. O algo
así. Supongo que cuando carecemos de atención, pensamos que
cualquier cosa es amor. Conocí a este chico...y tuvimos una relación
de meses y éramos muy felices. —la vieja hizo una pequeña pausa,
soltando un suspiro. —el Omega me acompañó en un celo mío. Fue
un error. Un completo error.

Un malestar se instaló en mi estómago al escucharla hablar de algo


tan íntimo.

La abuela Seung me había contado en varias ocasiones cosas


sobre su niñez, siempre omitiendo las cosas negativas de su
pasado, pero esta vez era diferente.

Podía sentir la amargura en sus palabras. Su expresión lucia triste y


nostálgica, las arrugas en su frente se abultaban en su semblante y
sus ojos lucían un poco llorosos.

Pero jamás derramó ninguna lágrima.

—El Omega me acompañó en mi celo, y mi Alfa interior tomó


completamente mi ser y lo marcó. Lo embaracé.

Abrí los ojos anonado al escuchar sus palabras.

La Alfa siguió su historia.


—En realidad, ambos nos sentíamos muy felices. Íbamos a tener un
cachorro y lo más importante, es que nos queríamos. —la abuela
nos observó a ambos con una sonrisa que se fue apagando poco a
poco para seguir hablando. —Sin embargo, el Omega perdió al
bebé unos meses después y cayó en una fuerte depresión. Al igual
que el, me sentía devastada, pero siempre podríamos volver a
intentarlo. El se sentía inservible de no poderme dar un bebé.
Muchas veces le dejé en claro que estaba bien estar triste, pero que
no se distanciara de mi.

Hubo unos segundos de silencio, por lo que Jimin habló en un hilo


de voz.

—¿Y se alejó de usted?

La abuela hizo una línea delgada con sus labios antes de responder
a la pregunta del Omega a mi lado.

—Más de lo que jamás quise. —ella sonrió débilmente. —Falleció a


causa de la depresión.

Mi nariz picó un poco.

—L-lo sentimos mucho —hice una pequeña reverencia. El nudo en


mi garganta estaba creciendo, era bastante incómodo.

La vieja negó con la cabeza.

—Les cuento esto porque quiero que sean precavidos ante sus
decisiones —sonrió un poco. —Nosotros los Alfas somos bruscos,
territoriales y la mayoría de las veces no pensamos con claridad.

La abuela Seung nos extendió los collares a ambos.

—Esto evitará accidentes por ahora. Quiero que tomen una decisión
porque quieran y no porque un Alfa los ciegue complemente.

***
Bueno, holis. Mis actualizaciones se han hecho un poco lentas,
pero no se preocupen que ya casi salgo de vacaciones, jejeje!!!
Una semana más (aprox) y a chingar a su madre la escuela

Por cierto, gracias por las mil leídas!!!!!❤❤

Siento mucho si hay errores ortográficos, luego serán editados.

Gracias por leer, los tkm


14. "Preparaciones"
Taehyung POV's

—¡Adiós! —sonreí al mismo tiempo que sacudía mi mano.

Papá hizo sonar el claxón del auto, despidiéndose de nosotros. Nos


sonrió al igual que mamá, y después de un parpadear de ojos, se
fueron de nuestras vistas.

Papá tenía que realizar unos negocios como gerente de la cadena


de restaurantes, así que había tenido que viajar a Busan con mamá
durante lo que restaba de la semana.

La Omega se había puesto muy paranoica pensando que tendría


que dejarnos solos en casa, lo cual era un poco raro por dos
razones:

1. Mina y yo somos adultos. No debía de que preocuparse.

O tal vez si debería de preocuparse un poco...

Jennie cerró la puerta de la casa una vez entrando todos al interior


de esta.

Mi plan era irme a mi habitación y dormir una siesta, pero Mina


interrumpió mi camino.

Me observó nerviosamente por lo que fruncí el ceño ante su


compostura. Me crucé de brazos, observando a la Alfa.

—¿Qué? —le observé.

Mina soltó un suspiro acalorado que hizo levantar su flequillo.

—Mmh, bueno... —balbuceó un poco. —Tengo algo que decirte.


Más bien, tengo que decirte un secreto. Y debes de ocultarlo por mi.
—alzó su meñique frente mi rostro.

Enarqué una ceja.

—¿En que te has metido, Minari?

Mi hermana mayor insistió, moviendo su dedo meñique.

—Júralo.

Solté un suspiro y rodé los ojos, sin embargo, terminé entrelazando


mi meñique con el de ella; jurando que guardaría su secreto.

Jennie se acercó hacia nosotros con una sonrisa.

—Bueno, yo... —carraspeó su garganta antes de volver a hablar. —


Desde que llegamos a Seúl estuve buscando apartamentos y he
encontrado uno por fin.

Abrí los ojos.

—¿Te irás de casa? —la observé, consternado.

La chica sonrió con fuerza.

—¡Si! —aplaudió un poco mientras daba brincos sobre su lugar. Sus


feromonas me indicaban que se encontraba muy feliz. —Así que
desde hoy comienzo mi mudanza. Aprovecharé que nuestros padres
no están en casa para ir llevando mis cosas hacia el apartamento.

Fruncí el ceño mientras la observaba.

—¿Como mierda te vas a mudar sin que nuestros padres se


enteren? ¿Como pagarás los gastos? ¡Ni siquiera tienes permiso!

La chica borró su sonrisa para voltear los ojos al escuchar mis


palabras.
—Tiene todo bajo control, TaeTae —Jennie fue la que habló esta
vez. Al parecer era cómplice.

—Si, si —Mina asintió con la cabeza rápidamente. —No me llevaré


muchas cosas, y sobre el permiso, pues... les platicaré del tema
cuando vuelvan, ¿si? —me dió un pequeño golpe en el hombro. —
Estoy un poco abrumada, pero ya tengo veintitrés años. Es tiempo
de que me independice. He estado ahorrando y estoy apunto de
terminar mi carrera, todo se está alineando a mi favor.

Alcé ambas de mis cejas. Parecía muy decidida. Incluso, a mi


también me gustaría vivir solo.

En algún momento de mi vida. Probablemente pronto, pero no


ahora.

—Guardaré el secreto, Mina. Esta bien —le sonreí un poco,


inclusive le despeiné el cabello. —Me haces sentir un poco aniñado.
Nos llevamos dos años, pero tú ya te vas a independizar mientras
yo todavía viviré con mis padres.

La Alfa se encogió de hombros.

—No te preocupes por eso. Ya llegará el tiempo, TaeTae.

🌙🌙🌙

Di un brinco hacia la cama, aterrizando sobre mi estómago al


escuchar la notificación personalizada de Jungkook.

Tomé el celular entre mis manos y rápidamente abrí el chat para ver
su mensaje.

"Jungkook<3:

Hyung..."

Teclee rápidamente una respuesta de mi parte.


"Qué pasa, cachorro?"

"Mmh, pues...
Este fin de semana se celebrará el festival del Río.
Y yo quería invitarlo :)"

Sonreí tanto que me dolieron las mejillas. Mordí mi labio mientras


escribía.

Me sentía como un adolescente enamorado.

"De verdad esto está pasando?:oooo


Me estás invitando a salir, Jeon Jungkook."

"Así es, Hyung;). Bueno, en realidad es algo casual. De hecho,


puede invitar a sus amigos. Mi familia también asistirá y mucha
gente del pueblo, incluso de Seúl. Pero la verdad es a usted a
quien quiero ver."

Abrí los ojos sorprendido ante sus últimas oraciones. De verdad el


Omega había dicho que me quería ver.

Patalee eufóricamente mientras sonreía viendo la pantalla del


celular.

"Ahí estaré, Jungkook. Por cierto...¿me presentaras a tus


padres?"

Aquel pensamiento me ponía muy nervioso en realidad.

"Si quiere, si:). Te presentaré a mamá y a mis hermanos. Algo


casual, supongo"

"Entonces tomaré en cuenta en ir en traje para conocer a tu


familia"

"No creo que sea necesario, Hyung 🤣 . Pero podría llevar su


bañador"
Sonreí ante la idea.

"Entonces nadaremos? :)"

"Solamente si quiere."

🌙🌙🌙

Jungkook POV's

—Yoongi-ah —Jimin gritó por tercera vez en un minuto, llamando al


Alfa pálido que no se inmutaba en su lugar. —¡Pásame el clavo!
¡Haz algo!

El chico chasqueó su lengua.

—Estoy tomando un descanso, Jimin —el Alfa se dejó caer sobre el


suelo, encima de una manta.

El chico acomodó ambas de sus manos bajo su cabeza, para cerrar


los ojos y relajarse.

Todo un holgazán.

Me bajé de las escaleras que estaban al otro extremo de donde el


pelirrosa se encontraba. Caminé hacia un gran tronco donde se
encontraban los clavos y le extendí uno a Jimin para que pudiera
clavar el cartel sobre un pino alto.

Varios jóvenes de la comunidad estábamos ayudando


voluntariamente con las preparaciones del festival.

Podía sentir la mirada de muchos sobre mi, lo cual me incomodaba


bastante. El chisme de que había encontrado a mi destinado había
corrido por todo Suwon, siendo el tema principal que hablaban los
cotillas de este lugar, a pesar de que hubiesen pasado semanas del
acontecimiento.
Por parte entendía, conocer a tu destinado no era cualquier cosa y
supongo que era el chisme más relevante que había pasado desde
que un par de viejos cascarrabias se habían peleado verbalmente
ante la vía pública.

En fin.

Era un día bonito. Estaba haciendo un poco más de calor del normal
haciendo que el agua del río luciera muy tentadora.

—¿Está chueco? —Jimin me preguntó para que ambos observamos


el gran cartel que decía "Suwon: festival del río"

Sonreí.

—Se ve bien.

Jimin se bajó de las escaleras y soltó un suspiro cansado.

—Supongo que hemos terminado nuestra parte.

Ambos nos encontrábamos exhaustos. Habíamos recogido un poco


de basura poniéndolas en bolsas negras, pusimos luces led
colgadas de algunos pinos, cortamos hierbas venenosas —orden de
la persona encargada de Suwon— y por último, habíamos hecho a
mano el cartel y luego lo colgamos.

—Bueno, tenemos unas horas más para estar listos. —Jimin


observó el reloj sobre su muñeca. —Para ser exacto, dos horas. Iré
a darme una ducha a casa.

Asentí con la cabeza. Recogí mi mochila del suelo y la acomodé


sobre mi hombro.

Busqué a mis espaldas a Jeongyeon, que se encontraba a unos


metros de mi, preparando unas mesas de maderas junto con Ryujin.

—¡Hey! —mi hermana menor me observó. —¿Te quedas?


La Alfa asintió con la cabeza. Solté un suspiro y le hice una seña
con la cabeza a Jimin para que comenzáramos a salir del bosque.

No sin antes aparecer Yoongi detrás de nosotros.

Jimin al observarlo de reojo rodó los ojos seguido de un bufido.

—Holgazán.

Yoongi soltó una risa baja, casi parecida al ronroneo de un gato.

—Así me quieres, Jimin.

Imité unas arcadas al presenciar la escena que estaba montando la


pareja no oficial.

Yoongi habló.

—Oh, cállate. Probablemente tú haces escenas parecidas con


Taehyung. —el chico alzó ambas de sus cejas.

Arrugué la nariz.

—Pues te equivocas.

Min Yoongi y yo habíamos alcanzado una confianza bastante


decente como para burlarnos el uno del otro, incluso, era libre de no
usar los honoríficos ya que no le molestaba al Alfa, que era más
grande que yo por tres años.

Me despedí del chico pálido y del pelirrosa al tomar direcciones


distintas en la calle.

Inicié mi caminata hacia casa llegando en unos minutos.

Mamá se encontraba regando con agua las plantas que estaban en


nuestro patio frontal.
—Parece que te revolcaron en tierra, Jungkook —Mamá me hizo
una mueca.

Observé mi atuendo. Mis pantalones de chándal de color negro se


habían convertido en color gris, mis tenis se habían llenado de lodo
y mi camisa se encontraba arrugada.

Rasqué mi nuca nerviosamente.

Justo que ahora me encontraba con mamá era buen momento para
decirle que Kim Taehyung vendría al festival.

—Mamá, he invitado a Taehyung —le sonreí un poco.

La Omega alzó ambas de sus cejas, impresionada.

—Me sorprendes. ¿Como van las cosas con el? Están en contacto,
supongo.

Me senté en el borde de la calle, observando a mamá mientras


regaba las flores.

Asentí con la cabeza lentamente.

—Si, estamos en contacto. —sonreí levemente. Me encontraba un


poco nervioso ante la plática. —Y pues bien. Solo somos
amigos...pero le he dicho que los presentaría hoy.

Mamá me dirigió una mirada muy sorprendida.

—¿En serio?

Asentí rápidamente con la cabeza.

—¿Te incomoda?

La Omega chasqueó la lengua y negó.


—Obviamente no....simplemente me tomas desprevenida —hizo
una mueca. —Voy a conocer al predestinado de mi hijo. Voy a
conocer al Alfa que se llevará a mi hijo.

Ladee mi cabeza para observarla.

—¡Obvio no, mamá!

La Omega rió levemente.

—No sé porque lo niegas, Jeon. —mamá suspiró, pero su expresión


era un tanto divertida. —¿Te gusta, no?

Aquella pregunta hizo que mis mejillas se colorearan de rosa.

Esa pregunta ni siquiera me la había hecho a mi mismo. De verdad


podía sentir la pizca tan especial que tenía con Kim Taehyung. Era
una sensación inigualable.

Sobre todo, era mi destinado. Obviamente sentía algo por el.

Pero creo aún no estaba listo para decirlo en voz alta. Habían
pasado casi tres semanas desde que nos habíamos conocido. Me
gustaría llevar las cosas con calma, especialmente porque si
llevábamos las cosas rápido sería un cambio demasiado drástico en
mi vida.

Y los cambios drásticos para mi, sobrellevan ansiedad y estrés.

Aún así, no se porque me estaba metiendo tantas cosas en la


cabeza. Taehyung ni siquiera aún había pedido llevarme en una cita,
mucho menos había pedido cortejarme.

Supongo que faltaba mucho tiempo aún para ese acontecimiento; lo


cual tranquilizaba a mi parte humana.

Por el otro lado, mi parte lobuna estaba tan desesperada por tener
cerca al Alfa. Por ser mimado por el, por sentir su calor y su tacto. A
mi lobo le importaba una mierda el hecho de que nos acabáramos
de conocer, quería que todo sucediera rápido y que no perdiéramos
tiempo.

La abuela Seung siempre me ha dicho "Siempre escucha tu parte


lobuna, porque eso es lo que quiere tu corazón."

Al recordar sus palabras, las cosas se tornaban mucho más difíciles


para mi.

Incluso, las personas que se habían enterado de que había


conocido a mi destinado daban por hecho que Kim Taehyung y yo
nos casaríamos. ¡Dios mío, hasta la abuela Seung me había
regalado un collar anti-marcas!

Lo cual era bastante insinuativo.

Todo esto era un tema que tendría que consultar con la almohada.

O con Park Jimin.

***
Espero q les haya gustado. Estoy intentando muy duro que la
relación que tienen Jungkook y Tae sea adecuada a su tiempo.

No quiero q todo pase súper rápido, así que estoy haciendo mi


máximo porque todo sea realista entre ambos

En el próximo capítulo veremos q pasará durante el festival <3

Thanks for reading my sh*t

Baissss, 사랑해❤❤
15. "Que sopresa con Jung Hoseok"
Jungkook POV's

Salí del baño que se encontraba en mi habitación. Caminé hacia el


armario semidesnudo, con la toalla colgándome por la cintura.

Solté un suspiro a ver las prendas que colgaban de los ganchos.

Tomé un short y una camisa sin mangas. Rápidamente me vestí —


antes de ponerme ropa interior— y caminé hacia el gran espejo que
estaba enfrente de mi cama.

Lucia veraniego. Quería lucir casual pero también decente.

Me pregunto que sería lo que Kim Taehyung traería puesto para


venir al festival.

Solté un suspiro. Me sequé el cabello húmedo con la toalla mojada,


haciendo que mi cabello se parara en todas las direcciones posibles.

Lucia como un niño de cabellos naranjas que aparecía en Rugatz.

🌙🌙🌙

—¡Eh, pasa la pelota! —un niño me gritó desde el agua.

Solté un suspiro cansado. Era la séptima vez en cinco minutos.

Aún sentado en la silla playera que habíamos traído desde casa,


me giré hacia mi lado izquierdo y tomé la pelota de plástico de color
rojo chillón y se las aventé a los pre-adolescentes que estaban
jugando a volleybal.

La sindica de Suwon había hecho un gasto extra —desde su propio


bolsillo— y se había esforzado por el festival este año. Había traído
un gran equipo de bocinas, haciendo sonar música que ponía un
ambiente muy decente en el lugar.

Niños correteaban en sus trajes de baños, llenos de tierra y hasta


comiendo. Por el otro lado, la población de con más de treinta años
se la pasaban cotilleando sobre lo mal que estaban las nuevas
generaciones de ahora.

Si supieran que ellos son de las peores generaciones.

A mi lado derecho se encontraban Jeongyeon, Ryujin y una chica


alta de piernas delgadas.

Creo que su nombre era Yuna. Iba a la misma clase que Jeongyeon.

Por mi lado izquierdo se encontraba Jimin y Yoongi sentados,


viendo el escenario en el que nos encontrábamos.

Y para finalizar, atrás de nosotros se encontraban la señora Park, la


abuela Seung y mamá.

Ah, ¿y Yugyeom? No lo sé. Probablemente estaba ligando con


algún chico o chica.

Agarré la toalla que reposaba sobre el respaldo de mi silla y me tapé


los hombros y los brazos con ellas.

El sol estaba en su punto máximo, haciendo que sintiera lo caliente


sobre mi piel.

Yoongi pareció notar mi acción por lo que murmuró lo siguiente:

—Tengo bloqueador solar. —Yoongi agarró el bote, poniéndolo a mi


vista.

Solté un suspiro aliviado. Me dirigí hacia el rápidamente.

—¿Me das? —sonreí como niño pequeño.


El chico chasqueó la lengua e hizo una mueca con sus finos labios,
luciendo como si estuviera pensando en su respuesta.

Tardó unos segundos y todo para que dijera, :—No.

Rodé los ojos.

No sólo era un holgazán. Era un fastidioso también.

—¿Entonces para que me ofrecías?

Por el otro lado, Jimin ni se inmutaba de la conversación, estaba


revisando Instagram.

Me sorprendía que agarrara la señal a mitad del bosque.

—¿Quien te ha dicho que te estaba ofreciendo? —el chico sonrió


maliciosamente. —Te estaba presumiendo.

Irritable.

En un movimiento rápido, le arrebaté el bote al Alfa. El chico fue lo


suficientemente veloz para tomarlo al mismo tiempo que intentaba
alejarlo de su alcance, forcejeando.

—Aparte de tonto, eres un ladrón.

Le patee la espinilla con una fuerza considerable, pero manteniendo


en cuenta que el chico tenía piernas delgadas le dolió lo suficiente
para gruñir.

—¿Que te cuesta darme? —Seguí jalando del bote. —Egoísta.

Estuvimos ejerciendo bastante presión en el protector solar durante


unos segundos que me parecieron eternos, pero es que no era
capaz de ceder.

Era consciente que de no estaba usando su máxima fuerza, ya que


al ser Alfa, era mucho más fuerte que yo.
El chico hizo una expresión tan graciosa, que solté el bote por la
fuerte carcajada que salió desde lo más profundo de mi ser.

Yoongi estaba haciendo tantas fuerzas —intentando no soltar el


protector soltar— que había fruncido el ceño y había mostrado los
dientes en una mueca demasiado graciosa.

Lucia como un abuelito. Incluso, lo pude comparar con la abuela


Seung.

Pero al final resultaba que la abuela Seung era mucho más guapa
que Yoongi.

El chico sonrió satisfactoriamente al verme soltar el bote. Lo guardó


en su mochila rápidamente antes de que lo volviera a arrebatar de
sus manos.

Pero es que la verdad yo me encontraba muy ocupado riéndome y


recordando la expresión del Alfa pálido.

Quedaría para siempre en mi memoria.

Con un suspiro satisfecho, me volví a sentar en mi silla. Pasaron


unos segundos hasta por inercia giré mi cabeza hacia donde se
encontraba mi hermana y sus amigas.

Pero lo que vi me sorprendió.

Jung Hoseok.

De carne y de hueso. Al parecer venía solo.

Se encontraba abrazando a Ryujin por la cintura, con una sonrisa


impregnada en los labios.

Ahí fue cuando mi cabeza hizo un clic.

Abrí los ojos sorprendido.


Rápidamente me giré hacia Jimin y le di unos golpecitos en el brazo
para que me tomara atención. El chico me observó confundido, pero
cuando le hice un gesto para que viera la escena que estaban
montando Hoseok y Ryujin hizo un ademán sorprendido.

—¿Pero que...? ¡Ryujin tiene novio!

Fruncí el ceño.

Luego recordé que Jimin no había conocido a ninguno de los


amigos de Kim Taehyung en la fiesta de Gangnam.

—¡Con razón lo sentía conocido el día de la fiesta! Ese es Hoseok,


es amigo de Taehyung. —le expliqué rápidamente. —¿Recuerdas el
día que fuimos al centro comercial? Ah, pues Hoseok era el chico
que intercambió números con Ryujin en el estacionamiento.

Jimin abrió los ojos con fuerza.

—¿Estás jodiendome?

Negué con la cabeza con fuerza.

Yoongi decidió abrir la boca.

—Bueno, lo que sea, pero eso es ilegal. Ryujin todavía no tiene 18 y


ese Alfa es mayor. —el chico habló con un tono monótono al mismo
tiempo que los tres observábamos fijamente a la posible pareja.

Hoseok traía puestos unos shorts largos de mezclilla y una camisa


de botones blanca lo suficientemente grande para que se deslizara
sobre sus hombros y mostrara su pecho.

Entendiendo la situación, mis ojos se dirigieron hacia mi hermana


Alfa. Jeongyeon tenía los ojos calvados en Hoseok, tenía el
entrecejo fruncido y una ceja ligeramente alzada.

Por el otro lado, Yuna sonreía y aplaudía muy emocionada


observando a su amiga con un chico guapo.
Definidamente tendría que hablar con Jeongyeon.

Jung Hoseok se acercó hacia donde nos encontrábamos. Ryujin —


la Beta— presentó al chico ante sus amigas. Yuna sonrió mucho, y
Jeongyeon solo hizo una monótona reverencia, sin expresión alguna
en el rostro.

Carraspee levemente, haciendo que la mirada de Jung Hoseok se


posara sobre mi.

El chico me observó confundido.

Le devolví la mirada con una ceja alzada.

—Hola, Jungkook —el chico sonrió un poco.

Alcé ambas de mis cejas. Con cortesía, reverencié levemente.

—Hola. —Solté en un murmuro bajo.

Yuna, Jeongyeon y Ryujin me observaron con curiosidad al


escuchar mis palabras.

—¿Se conocen? —mi hermana parecía como la más impresionada.

Hoseok fue el que respondió esta vez,

—Si, nos conocimos hace una semana en una fiesta en Gang...—


Jimin fue más rápido que yo, y lo interrumpió.

—¡Eh, eh! —el pelirrosa habló muy alto. —Se conocieron en la


cafetería. Eso es lo que quería decir.

Incluso pude sentir como empecé a sudar frío.

Si Jeongyeon se enteraba que me había escapado a Seúl, le


contaría a Yugyeom, y Yugyeom guardando secretos era un asco.
Peor aún, podría usar el secreto a su conveniencia. Usaría el
chantaje.

Cosa a la que siempre recurríamos cuando no obteníamos algo que


queríamos el uno del otro.

Ya saben. Cosas de hermanos.

Jeongyeon frunció el ceño:—No lo recuerdo en la cafetería.

Se cruzó de hombros al notar que algo no cuadraba.

Pude escuchar una leve risa de Yoongi a mis espaldas.

Por el otro lado, Hoseok pareció confundido pero no volvió a abrir la


boca, por lo que le agradecí telepáticamente.

—¿Tu como sabes que se conocieron en la cafetería? —Ryujin


parecía muy interesada en el tema.

Tragué saliva.

—¿Saben que? —me rasqué la nuca. —Olvidémoslo.

Me acomodé sobre la silla y dirigí mis ojos hacia el río, intentando


borrar la tensión que se estaba creando en el ambiente.

Se que Jeongyeon no iba a estar tranquila hasta que le dijera la


verdad. Tendría que pensar en una buena mentira.

Una hora después de que Jimin y yo nos acabamos una bolsa de


Doritos, decidimos entrar al agua.

Kim Taehyung dijo que llegaría en un rato más, por lo que tuve la
confianza suficiente de quitarme la camisa, y tirarme al agua en un
chapuzón con el torso desnudo junto a Jimin.

***
Espero que les haya gustado el capitulo <3.

No sabía que poner de titulo, pero puse el nombre del solecito


en el, y me siento satisfecha❤❤

El próximo capítulo ya tendremos interacción Taekook, ntp;).

Sayonaraaaaaa
16. "Hoyuelo y lunar"
Taehyung's POV

—Dios, no aguanto el maldito calor —Jin murmuró mientras se


abanicaba con su mano.

El sol estaba en su punto máximo. El reloj marcaba las cinco y


media de la tarde.

Justo habíamos llegado a Suwon. Estacionamos el auto justo en la


entrada del pueblo ya que las calles estaban infestadas de autos
estacionados. Incluso mientras caminábamos hacia el bosque las
calles se encontraban desiertas.

Supongo que todos se encontraban en el festival. En realidad,


resultó ser un evento más conocido de lo que había imaginado.

Namjoon y Jin soltaron elogios hacia el lugar, diciendo lo bonito que


era.

Definitivamente la vida en Suwon comparada a Seúl era


completamente diferente. Suwon era un lugar pequeño, muy
pintoresco y tranquilo, mientras que Seúl era un lugar más ajetreado
y ruidoso.

—¿No te gustaría vivir cuando nos casemos, Jinnie? —Namjoon le


preguntó a su Alfa con voz acaramelada.

Jin sonrió y observó a su pareja.

—Lo que quieras, bebé. —le plantó un beso ruidoso en los labios a
Namjoon.

Dios mío.
Eran completamente el uno para el otro. A pesar de que eran una
pareja reciente, se notaba a leguas que se amaban demasiado.
Podría hasta apostar mis riñones que la pareja se casaría en unos
años más, —o quizás meses—.

Sonreí.

Eran muy lindos.

Les hice un gesto con mi cabeza para que siguieran mis pasos y
adentrarnos al bosque. Jungkook me había dicho que el río no
estaba muy lejos, así que le dije que no se preocupara, que llegaría
por mi cuenta.

Aparte, mi buen poder auditivo me ayudó a encontrar el lugar. Tras


haber dado unos pasos pude escuchar fácilmente música, incluso a
uña revolución de personas.

Caminamos durante dos minutos que parecieron muy eternos, el


calor resultaba muy insoportable. Estábamos en pleno Junio, así
que entendía la razón del porqué el clima estaba así de caliente.
Aún así, por las noches el clima era un poco más fresco y
soportable.

Seguimos caminando hasta que Namjoon habló.

—Eugh, parece que la gente no tiene el dinero suficiente para


pagarse un motel —Namjoon murmuró.

Jin y yo seguimos la dirección de la mirada del Omega hasta que


topamos nuestros ojos en una pareja inclinada sobre el tronco de un
pino.

Se estaban besando...más bien, se estaban devorando.

Arrugué la nariz y aparté mi mirada rápidamente. Jin quedó muy


curioso, por lo que siguió viendo la pareja.
Namjoon y yo comenzamos a caminar dejando atrás al Alfa que
seguía muy interesando observando a las personas besándose,
pero cuando escuchamos el nombre de nuestro amigo nos paramos
en seco.

—¡Jung Hoseok!

Namjoon y yo abrimos los ojos, impresionados por la descubrimiento


de Jin.

A unos cuantos metros, se encontraba un Hoseok abatido. Tenía los


labios hinchados y el cabello desordenado, con el rostro confuso. A
su lado, —o más bien, contra su cuerpo—estaba una chica bajita de
cabello rubio.

Ella lucia avergonzada, por lo que se escondió un poco detrás del


cuerpo de nuestro amigo.

Jin comenzó a caminar hacia los besucones, y Namjoon y yo no nos


quedamos atrás.

—¿Que hacen aquí? —nos observó con el ceño fruncido. Luego su


rostro al observarme se iluminó. —Viniste a ver a Jungkook.

Hice una mueca con los labios.

Hoseok y yo no habíamos vuelto a vernos desde aquella vez que


tuvimos la acalorada conservación sobre lo que había pasado con
nosotros en el pasado, lo cual me seguía pareciendo muy incómodo.

Me rasqué la nuca.

—¿Así que estos eran tus planes, eh? —Namjoon vio a Hoseok con
una ceja alzada.

Habíamos invitado a Hoseok a salir con nosotros, pero el chico nos


había respondido que tenía "otros planes", y al parecer el tiro le salió
por la culata.
El acusado hizo una mueca.

—Supongo que el mundo es pequeño, ¿no? —se encogió de


hombros—Debí haber supuesto que ustedes aparecerían aquí.

La Beta que estaba detrás de nuestro amigo apareció ante nuestros


ojos. Era linda.

Sonrió y reverenció levemente.

—Yo conozco a Jungkook. Soy de aquí de Suwon. —Dijo en una


voz dulce. Incluso parecía como una persona muy tierna. No podría
creer que se había estado devorando con Hoseok segundos atrás.
—Me llamó Ryujin. Jungkook es hermano de mi mejor amiga.

Su comentario hizo que toda mi atención se centrara sobre ella.

—Me llamo Kim Taehyung —dije más serio de lo que quise.

De verdad que todos en Suwon se conocían.

La chica hizo un ademán sorprendido.

—¿Usted el Alfa de Jungkook-oppa? —la chica abrió los ojos. Aquel


término que utilizó en el Omega me sentir de cierta manera. —O
más bien...su destinado.

Asentí con la cabeza.

Jin cambió de tema.

—¿Podrías llevarnos hacia donde está Jungkook? —Jin sonrió


mostrando los dientes, abultando sus mejillas. —Por cierto, yo soy
SeokJin y él es mi novio, Namjoon.

La chica reverenció, observando a la pareja con ojos chispeantes.

—Un gusto. Y claro, vamos.


Re acomodé mi mochila sobre mi hombro y comenzamos a seguir a
la chica bajita. Caminando, pude sentir la mirada de Hoseok sobre
mi nuca por lo que inconscientemente carraspee, nervioso.

Durante unos minutos, llegamos hacia el tan esperado Festival del


Río. Un gran cartel hecho a mano colgaba de dos pinos, un gran
equipo de bocinas hacían sonar una canción veraniega, y el agua
del largo río que estaba en frente de nuestras narices lucia muy
tentadora.

El ambiente era muy bueno. Las personas yacían a los costados del
río, unos sentados, otros comiendo, platicando y otros bailando al
ritmo de la música.

De repente pude sentir miradas puestas sobre nosotros.

Ignorándolas, seguimos caminando tras la Beta, hasta llegar a cierto


lugar, donde pude divisar al amigo de Jungkook.

¿Yoonchik?

Se encontraba sentado, casi dándonos la espalda. Noté el atuendo


tan singular que traía. Traía unos shorts y una camisa de botones,
pero debajo de ellas traía una manga larga de color negro y unas
mallas del mismo color.

Su estilo era raro pero de alguna manera complementaba muy bien


con el.

El chico notó mi mirada sobre el. Ninguna expresión descansaba en


su rostro. El chico desvió el contacto visual y pareció buscar a
alguien durante unos segundos, para luego volver a posar sus ojos
sobre mi.

Ni siquiera se molestó en saludar.

—Allí viene Jungkook. —hizo un gesto con la cabeza, apuntando


con ella.
Mis ojos lo buscaron rápidamente.

El corazón se me aceleró al verlo. Estaba jugueteando como un niño


pequeño, al mismo tiempo que corría a un lado de Jimin y otros dos
chicos que no conocía. Traía una sonrisa impregnada en los labios y
el cabello húmedo se le movía a cada paso que daba.

Mis ojos se movieron traviesamente a su pecho desnudo.

Era perfecto.

A pesar de que la música era alta, pude escuchar a la perfección


una carcajada que salió de su garganta. Había empujado a un chico
de cabello azul. Se tomó el estómago con ambas de sus manos
mientras arrugaba su nariz y sus ojos se enchinaban mientras reía.

El chico de cabello azul le reclamó con un puchero en los labios y le


dió un golpe en el hombro al levantarse del suelo.

En un segundo a otro, Jungkook y yo conectamos miradas,


haciendo que él detuviera el paso en seco. Sus mejillas se tornaron
rojas, e incluso su sonrojo se esparció hasta sus orejas y su pecho.

El chico se mordió el labio y caminó hacia mí lentamente. Desvío la


mirada y yo hice lo mismo al verlo un poco incómodo.

Jungkook buscó en una mochila que estaba puesta sobre una silla,
sacó una camiseta sin mangas y se la colocó con rapidez.

—Y-yo...hola, hyung —dijo en un tono dulce.

Sonreí un poco y clave mis ojos completamente en el.

—Hola, cachorro.

🌙🌙🌙

—¿Tenía mucho esperando? —Jungkook preguntó mientras me


daba una leve mirada.
Nos encontrábamos en una pequeña mesa, Namjoon y Jin estaban
bebiendo un par de cervezas, Hoseok hablaba animadamente con
Ryujin y Yoongi se encontraba enseñando a Jimin como jugar
solitario con una baraja.

—En realidad no. —solté en un sereno murmuro.

El chico asintió con la cabeza mientras masticaba Ruffles.

—Cuando vi a Hoseok llegar pensé que vendría con usted pero en


realidad fue todo un show. —observó a Ryujin y a mi amigo. —
¿Como es el? O sea, me refiero a que si es un buen chico.

Torcí los labios un poco.

—Bueno...si. —me encogí de hombros. —Si es buena persona, pero


no sé cómo se comporta con sus intereses amorosos.

Jungkook analizó la información y enarcó una ceja.

Hubo unos minutos de silencio donde nos inmútanos a mantener


contacto visual. Me pareció muy impresionante que el chico no
despegara su vista de mi —como solía hacer, por sentirse
avergonzado—, por lo que le sonreí.

Ay, madre luna.

Jungkook sonrió, haciendo que un pequeño hoyuelo apareciera en


su mejilla. Con audacia, dirigí mi dedo índice hacia el hoyuelo y lo
toqué suavemente.

El Omega sonrió un poco. Quité mi dedo de su rostro. Lo que me


impresionó bastante fue que él hizo lo mismo, dirigió su dedo hacia
mi rostro, específicamente al pequeño lunar que se encontraba en
mi nariz.

Un calor recorrió mi cuerpo. Incluso, sentí mi rostro caliente.


Sonreí bajando la mirada. Este chico me hacía sentir tímido en
ocasiones, era impresionante.

Jungkook sonrió bastante, tal cual como un niño pequeño. Parecía


orgulloso de haber causado un sonrojo en mi rostro.

Carraspee vergonzosamente y desvíe mi mirada hacia el río.

Me impresionó notar miradas curiosas hacia nosotros. Unas


susurrando y otras muy sorprendidas.

¿Es que acaso nunca habían visto a dos personas coquetear...?

Diablos, ¿pero que acabo de pensar?

—¿Estoy loco o nos están viendo mucho? —pregunté con el ceño


fruncido.

Jungkook soltó un suspiro, y procedió a rascarse la nuca.

—Si. Ya le había contado que todos en Suwon son muy chismosos.

Solté una risa.

—¿Eso te incluye a ti?

Jungkook chasqueó la lengua y sonrió un poco. —Jimin me obliga a


ser chismoso.

—Jaaa, si claro —me reí.

Jungkook me empujó levemente con el hombro, juguetonamente.

—Aunque...el chisme de que conocí a mi destinado ha sido el más


famoso. —el Omega me observó.

Voltee hacia mi izquierda, observando al dulce chico. Encogí uno de


mis hombros y recargué mi mejilla contra este. Lo observé con
ternura.
—¿Ah, si? —enarqué una ceja, pícaro. —¿No te gustaría darles
más de que hablar?

Jungkook me devolvió la sonrisa.

—Mejor vamos a darle de que hablar a mamá. Te la presentaré. —el


chico se levantó de su silla.

Lo observé nervioso. Ya no me sentía tan divertido.

Me extendió su mano al mismo que me sonreía.

—¿Qué? ¿Le da miedo? —el Omega sonrió mientras sacudía su


mano, para que la tomara.

Solté un suspiro y me levanté de la silla al mismo tiempo que


tomaba la delicada y pequeña mano de Jungkook.

Antes de que el Omega comenzara a guiarme, escuchamos las


voces de nuestros amigos.

—¡Taehyung, fighting! —Jimin me alentó mientras alzaba su puño.

El Omega pelirrosa —Jimin—era una persona con mucha energía y


estaba seguro que era ese chico que fácilmente rompía el hielo en
momentos incómodos.

Hice una mueca.

—Vamos, cambia esa cara. Parece que te acaban de decir que


conocerás a tu próxima suegra... —Jin se atrevió a decir entre risas.
Le fulminé con la mirada. —O espera, ¡si pasará!

Namjoon le siguió el juego.

—Todo depende de este momento. Si lo estropeas todo estará


perdido, hermano. —Namjoon hizo una expresión de tristeza y de
lástima.
Sus intenciones funcionaron. Lograron ponerme más nervioso de lo
que estaba, por lo que dejé bien plantados los pies sobre el suelo,
sin dejar que Jungkook me moviera de donde me encontraba ningún
centímetro.

El chico observó a los causantes.

—¡Eh, no lo asusten! —Jungkook intentó protegerme de sus ideas.


Tenía el ceño fruncido, luciendo adorable.

Tragué saliva.

De verdad tenía nervios. ¿Y si no le caía bien a su madre? Eso


causaría mucha incomodidad.

Y es que aún éramos amigos, pero una cosa lleva a otra, ¿no?
Entendía que había ocasiones donde los pre-destinados no tenían
química, donde las cosas no funcionaban.

Pero esta no era la ocasión. Jungkook y yo teníamos una química


impresionante.

Y muchas personas lo podían notar.

Jungkook logró despegar mis pies del suelo, jalándome del brazo
para comenzar a caminar.

El chico se adelantó a hablar.

—Mamá es muy simpática. Es buena persona, cocina bien y es


risueña. —el Omega describió a su progenitora con adjetivos
positivos. —Es un poco sobre protectora, pero lo normal. Todas las
madres son.

Asentí con la cabeza analizando la información.

***
El próximo capítulo será un poquitín largo (no lo he escrito,
pero al menos lo sé jejejeje)

Que piensan de Ryujin y de Hoseok? Jejeje

Espero que les haya gustado. Intentaré ser más constante,


DEBO UNA PUTA MATERIAAAAA así que me tengo que poner
al corriente (aunque no es tan complicado) es información
innecesaria, sorry ;(

Los tkm MUCHO


17. "Burbuja"
Taehyung POV's

La abuela Seung —así la había presentado Jungkook— era una


vieja alta que media aproximadamente un metro y setenta. Tenía el
cabello blanco, y muchas arrugas a causa de su edad. Sus ojos
eran gatunos y tenían destellos verdes.

Por el otro lado, Misuk era una Omega bajita. Un poco rechoncha,
tenía mucho parecido a Jungkook. Tenía el cabello oscuro y largo, y
los mismos ojos que su hijo.

La abuela Seung y la madre de Jungkook soltaron un suspiro —


justamente al mismo tiempo—y me observaron de arriba abajo,
sigilosamente.

No quedó nada más de mi parte más que sonreír nerviosamente.


Tragué saliva ante sus miradas y sequé el sudor de mis manos
sobre mi short.

Recién el Omega nos había presentado. El chico me hizo una seña


para que tomara asiento, y eso hice; segundos después Jungkook
se sentó a un lado mío, quedando en frente de la Alfa y la Omega.

—Así que el predestinado de Kookie.... —la abuela Seung chasqueó


con la lengua, entrecerró los ojos y saboreó las palabras que recién
habían salido de su boca.

Sonreí un poco. "Kookie" sonaba como un lindo apodo.

Carraspee la garganta.

—Mucho gusto. —volví a decir.

La pregunta de la madre de Jungkook me desconcertó de golpe.


—¿Cuales son tus intenciones con mi hijo, Kim? —su madre me
observó con una expresión serena, pero sabía que su pregunta no
era tan serena.

Observé levemente a Jungkook. El Omega tenía las cejas fruncidas.

—¡Eh! —el chico hizo un puchero al mismo tiempo que hablaba. —


Solo somos amigos, mamá.

Adorable.

La Omega sonrió.

—Por eso mismo pregunto.

Ya me había preparado mentalmente para este tipo de preguntas.

Me rasqué la nuca, me re-acomodé en mi lugar y solté un suspiro


antes de hablar.

—Bueno, mi principal intención con Jungkook es conocerlo. —asentí


levemente con la cabeza mientras observaba a la Omega.

La vieja Alfa y la Omega analizaron la respuesta rápida que les


había dicho.

Y es que era un tema del que ni Jungkook ni yo habíamos platicado,


lo cual hacía las cosas un poco complicadas, ya que aún ni siquiera
sabía si yo le interesaba al cachorro.

No debíamos de apresurarnos; o al menos eso decía mi parte


humana.

—Bueno, el hecho de que seas el predestinado de mi hijo hace las


cosas más diferentes. —la Omega dijo. —Espero que seas
respetuoso. Luces como un buen chico, y se que son amigos ahora,
por eso no haré preguntas insinuadoras.

La abuela Seung siguió con el diálogo de la madre de Jungkook.


—Sin embargo, queremos saber de ti —la vieja Alfa pareció curiosa.

Asentí con la cabeza.

—Me llamo Kim Taehyung, tengo 21 años y soy de Daegu. Vivo con
mis padres y mis dos hermanas. —hice una pequeña pausa.
Observé a Jungkook y este me dibujó una sonrisa alentadora en sus
bonitos labios. —Entraré a la universidad este año. Me apasiona la
fotografía y también me gustan mucho las artes.

La abuela Seung sonrió tan divinamente que me hizo sentirme


tranquilo. Incluso, Misuk —la madre de Jungkook— suavizó un poco
la expresión de su rostro, haciendo que no luciera tan intimidante.

—No te conozco lo suficiente, pero el instinto de mi Alfa no me


miente y me dice que eres un buen chico. —la abuela Seung habló
con suavidad. Sus ojos chispearon un verde brillante.

Sonreí y reverencié con la cabeza.

—Bueno, es todo un gusto Taehyung. —Misuk sonrió un poco


mientras me observaba. —Espero que Jungkook y tu se puedan
entender bien. Aún así, platicaremos otro día tu y yo. —la Omega
me avisó. Observó a su hijo para luego decir —Con tu padre.

El Omega abrió los ojos.

Si me sentía intimidado por la Omega, ¿como sería el padre de


Jungkook?

Esto me daba a entender fácilmente que los padres de Jungkook no


estaban casados. No preguntaré sobre el tema hasta que el Omega
esté lo suficientemente cómodo de hablar sobre ello.

🌙🌙🌙

Bueno, a pesar de todo no había sido tan malo.


Nos acercamos hacia la mesa donde anteriormente estábamos. Se
encontraban solamente mis amigos sentados. Al vernos llegar, el
mayor me observó.

—¡Ánimo, tigre! —Jin vitoreó un poco, haciendo que me sintiera


avergonzado.

Mis mejillas se calentaron y yo solo tuve la inercia de tapar mi rostro


para que no observaran mi sonrojo.

Jungkook a mi lado, rió como un niño pequeño.

Solté un suspiro y me senté a un lado de Namjoon que se


encontraba leyendo un libro.

Jungkook, que seguía parado me observó con los ojos lleno de


brillo.

—Umh...yo iré con Jimin a bañarme —el chico me dijo con las
mejillas sonrosadas.

Asentí con la cabeza.

—Está bien. Ahorita iré —le sonreí tranquilamente.

El chico al igual que yo, asintió con la cabeza. Aún con su camisa
puesta —detallé desesperado que no pude dejar pasar—se acercó
a la orilla del río y se metió al agua.

Solté un suspiro y dirigí mi mirada hacia mis amigos.

—No quisiera decir esto pero...que lento vas, Kim Taehyung.

El comentario de Jin me hizo fruncir el ceño.

—¿A que te refieres? —observé al Alfa.

— A que vas muy lento con Jungkook. —Hoseok contestó antes de


tomar del refresco de su vaso.
Observé al Alfa y este asintió con la cabeza.

Chasquee la lengua.

—No me vengas a decir que haga las cosas rápido cuando tú


tardaste años en acercarte a Namjoon.

El mencionado quitó la vista de su libro y me observó solo para


decir:—Touché.

Jin se puso a la defensiva rápidamente.

—¡Eh! ¡Otra vez con eso! —Jin rodó los ojos.

Esta vez me reí.

—No intentes asustarme. No puedo correr cuando aún no sé


caminar. —lo apunté con el dedo índice.

El Alfa mayor iba a replicar, pero su pareja lo interrumpió.

—¿Ya han platicado de ustedes? ¿Cuando lo invitarás a salir a una


cita? —Namjoon me observó con los ojos entrecerrados.

Solté un gruñido frustrado.

—Primero, ocupo hablar con el. No puedo hacer las cosas de golpe.

Jin lucia muy intusiasta, incluso, desesperado.

—No pierdas el tiempo, Taehyung. —el Alfa mayor se puso la palma


de su mano contra el pecho. —Te lo digo por experiencia.

Aquello me hizo sentir inquieto.

🌙🌙🌙
Jungkook POV's
—Jeongyeon, vámonos —escuché la voz de mamá. Mi hermana
menor hizo un puchero.

—¡No me quiero ir! —la Alfa contestó a la orden de nuestra


progenitora.

Pude notar como Jeongyeon le dió una mirada rápida a Hoseok y a


Ryujin.

Estos dos se encontraban dentro del agua platicando


animadamente.

Rápidamente entendí.

—Mamá —grité, ya que se encontraba a varios metros de mi. —Nos


iremos de regreso juntas, ¿si? No te preocupes.

Jeongyeon me observó aliviada.

—No lo sé...es que, —la Alfa la interrumpió.

—¡Por favor! Me portaré bien y no me iré de la vista de Jungkook,


¿si?

Entendía la preocupación de mamá. A veces las cosas se salían de


control en el pueblo, y más teniendo en cuenta que la población más
juvenil del pueblo se encontraba en un solo lugar y bajo los efectos
del alcohol, era preocupante.

—Te lo juro, mamá. No pasará nada. —intente sonreír para


tranquilizarla. —regresaremos temprano.

La Omega chasqueó la lengua y vaciló durante unos segundos.

Sacudió la cabeza.

—Está bien. —besó la enfrente de mi hermana. —Mucho cuidado,


¿si? Díganle a Yugyeom que si llega borracho tendrá
consecuencias.
Ambos asentimos con la cabeza, y con eso, la Omega procedió a
retirarse del lugar.

El sol recién se estaba ocultando. La mayoría de las personas


mayores se habían retirado, dejando a la mayoría de adolescentes y
adultos jóvenes en el lugar. El ambiente se había hecho mucho más
juvenil, muchos se encontraban bebiendo alcohol y bailaban al ritmo
de una canción con líricas un poco obscenas.

Jin y Namjoon habían desaparecido, Yoongi y Jimin estaban


bailando —ambos bajos los efectos del alcohol, y que Yoongi sobrio
jamás bailaría —mientas tanto Kim Taehyung había ido al auto por
no-se-que razón.

Me acerqué a mi hermana menor y solté un suspiro. La Alfa no


desesperaba los ojos de Hoseok y su amiga.

—Eh, se van a dar cuenta que los estás viendo mucho....¿quieres


hablar del tema? —le empujé un poco.

La chica hizo un puchero con los labios.

—E-es que yo...¡ahg! —arrugó la nariz. —No me acercaré a ellos,


pero los vigilaré. Iré con Yuna, ¿si? Luego hablamos. Aún no estoy
lista, Kookie.

Hice una mueca con los labios.

—Está bien. Anda, con mucho cuidado, eh.

La chica asintió con la cabeza y se acercó a Yuna, que se


encontraba con su grupito de amigos de preparatoria.

Aún no le había presentado a Taehyung mis hermanos. Había


deicidido esperar un poco más de tiempo, por lo que tranquilizó al
Alfa.

El chico era tan tierno. A pesar de que en su naturaleza fuera ser


seguro de sí mismo y hasta en ocasiones ser intimidante, resultaba
que Kim Taehyung era mucho más que eso. Solía avergonzarse,
ponerse rojo como un tomate, y era tímido.

El de verdad llamaba mucho mi atención. Incluso su maldito olor a


rosas rojas era único.

Solté un suspiro observando el panorama. Era muy lindo estar en


este ambiente. La noche no era tan fría como solía ser, las luces led
iluminaban el lugar, dando un ambiente mágico, y la música —a
pesar de no ser tan adecuada— daba a chispa.

Sin duda el festival del río era uno de mis días favoritos en todo el
año.

—Llegué —La voz del Alfa inundó mis oídos. Le sonreí. —¿Nos
metemos al agua?

Asentí animadamente.

Taehyung se quitó sus tenis y caminó hacia mi lado para acercarnos


a la orilla del río. El chico metió un pie al agua.

—Está fría —hizo una mueca.

Sonreí maliciosamente. Con voluntad y valentía, posé mis dos


manos sobre su espalda y lo empujé hacia el agua.

—¡Eh! —el chico me observó con el ceño fruncido. El agua le


llegaba hasta los hombros. La imagen de un cachorro me llegó a la
cabeza al observarlo con el cabello mojado.

Su cabello era tan largo que cubría casi sus ojos, por lo que tuvo
que apartarlo de su rostro para poder ver correctamente.

Lucia...muy guapo.

—Lo siento, Hyung. Me tropecé. —le dije maliciosamente.

El chico me fulminó con la mirada.


—Cachorro travieso.

Aquel comentario me hizo sentir un escalofrío que recorrió toda mi


espalda.

Con lentitud me acerqué a la orilla y metí primeramente mis piernas


y luego metí todo mi cuerpo, el agua fría robandome un jadeo.

El agua me llegaba gusto a la barbilla, para lo que tuve que mover


mis piernas para no hundirme.

—Eres adorable, ¿te lo han dicho? —el cumplido de Taehyung me


hizo sonrojarme.

Decidí componer mi compostura. Sonreí un poco.

—Me lo dicen todos los días. —dije, jugando un poco.

El chico enarcó una ceja.

—Mmm, ya. —Taehyung dijo casi en un bufido.

Solté una risa.

—Estoy jugando. —rodé los ojos. Decidí cambiar de tema. —¿Que


tal te la has pasado?

Taehyung sonrió mucho, más de lo normal.

—Muy bien. El ambiente es bueno, aparte...me gusta tu presencia.


—el Alfa comentó.

Sonreí de vuelta.

—A mi también me gusta su presencia, hyung —le dije


honestamente.

Su olor a rosas rojas el día de hoy era muy potente. Incluso,


resultaba muy atractivo; tanto, que hasta muchos Omegas lo
notaban. Me había dado cuenta a lo largo de la tarde que Kim
Taehyung llamaba la atención de la gente.

O más bien, bastante.

—Jungkook.

Observé al Alfa.

—¿Si?

Kim Taehyung hizo una mueca, y luego chasqueó la lengua.

—Mm, yo...¿Te gusta el helado? —dijo en una voz un tanto


nerviosa.

—Si. Me gusta mucho. —la verdad es que no tenía idea de a qué


venía su pregunta, pero me parecía muy tierno de su parte.

—Es que...me gustaría invitarte a comer helado —el Alfa mostró los
dientes en su atractiva sonrisa cuadrada.

Me acerqué a él nadando.

—Me encantaría.

El chico dudó un poco, pero volvió a hablar.

—Me gustaría llevarte a comer helado...pero en una cita. —sus


mejillas se colorearon.

Mi lobo interior soltó un aullido emocionado, moviendo la colita.


Solté un jadeo impresionado y sonreí, mordiéndome el labio.

Desvíe la mirada intentando calmar los acelerados latidos de mi


corazón.

De verdad está pasando. Jamás me había dado cuenta de lo


ansioso que estaba por este preciso momento.
Observé al Alfa. Sus ojos destellaban en un color amarillo
chispeante.

Asentí con la cabeza.

—Acepto —sonreí levemente.

El Alfa que anteriormente se encontraba cohibido, me sonrió aliviado


ante mi respuesta.

🌙🌙🌙

Tras haber nadado durante una hora, Taehyung y yo salimos del


agua, cansados. Habíamos hecho competencia.

Una sonrisa victoriosa se encontraba en mis labios tras haberle


ganado por nadar mucho más rápido.

—En mi defensa, no me gusta nadar —el chico se excusó.

Sonreí y asentí con la cabeza.

—Si, clarooo —le respondí con ironía.

El chico me dio un suave empujón.

—Eh, no te burles —el Alfa hizo un puchero.

Con confianza, le pellizqué las mejillas.

—No me estoy burlando.

Kim Taehyung rió. Con valentía, con sus dos manos tomó mi rostro y
amasó mis cachetes, haciendo resaltar mis labios.

—Si te estás burlando —el Alfa sonrió.

Junté el entrecejo.
—Jamásssss setia irrespetusso con mi hyunk —me fue un poco
difícil hablar correctamente.

Percibí como Taehyung observó mis labios mientras hablaba. Me


sentí un tanto avergonzado, pero a la vez dichoso.

El Alfa me sonrió tiernamente y soltó mis mejillas.

Ninguno dijo nada, pero ni siquiera era necesario. Las sonrisas en


nuestros rostros decían más que mil palabras.

Taehyung se estaba secando el cabello cuando noté a unos metros


de nosotros un par de chicas susurrando algo mientras nos
observaban.

Incómodo.

—¡Toda, toda! —aquel grito me distrajo. Busqué en la dirección en la


que provenía la voz de mi hermano. El Alfa encontraba alentando a
uno de sus amigos a tomarse una botella completa de alcohol.

A su alrededor, se encontraban muchas personas haciendo barullo.

La voz de Jimin me sacó de mi trance.

—Eh, Kookie. —el pelirrosa tenía a su lado, como de costumbre a


Yoongi. —Ya nos iremos, ¿te acompañamos?

—Umh, no te preocupes. Me quedaré. Me mandas mensaje cuando


llegues a casa, ¿si? —observé a mi amigo Omega.

Este asintió con la cabeza.

—¡Adiós, Taehyung! Cuida de mi amigo o si no te sacaré los ojos,


¡sayonara!

Kim Taehyung rió al escuchar la amenaza del Omega que ni siquiera


lo hizo sentir asustado, pero vamos ¿a quien le iba a dar miedo
Jimin?
Jimin es como un algodón de azúcar: Inofensivo y dulce.

Tras la despedida de mi amigo, procedí a poner sobre el suelo una


gran manta tenía en mi mochila precisamente para esto, y para este
momento.

La noche anterior había pensado que sería buena idea ver las
estrellas junto con Taehyung. Más que un pensamiento, había sido
una fantasía.

El Alfa a mi lado no cuestionó lo que hacía.

Me senté sobre la manta y luego me acosté, asegurándome de


dejarle un espacio considerable a Taehyung.

Di unas palmadas a mi lado, y el chico no perdió el tiempo en


acostarse a mi lado, ambos viendo el cielo estrellado.

Era curioso por qué, alrededor de nosotros había caos. Había


música ruidosa y muchos jóvenes gritando y haciendo barullo, pero
dentro de nuestra burbuja ninguna de esas cosas nos
desconcentraban de nosotros mismos.

Era reconfortante y hasta parecía íntimo.

Al observar la noche estrellada, recordé que era tarde, por lo que


fruncí el ceño y observé levemente a Taehyung.

Su perfil era muy bonito. Sus ojos estaban cerrados y sus largas
pestañas descansaban cerca de sus pómulos, dándole un aspecto
angelical.

Sacudí mi cabeza. Me distraje completamente.

—Hyung, ¿no lo regañarán en casa porqué es tarde? —me sentía


un tanto preocupado, no iba a mentir.

El Alfa abrió lo ojos y movió su cabeza para observarme.


Me sentí un tanto cohibido, pero a la vez emocionado por tenerlo tan
cerca de mi.

—Casi nunca hay problema con eso. Mamá sabe que soy
consciente de lo que hago y aunque a veces desconfía de mi, sabe
que ser responsable es mi prioridad. —el chico dijo con una
serenidad que me pareció atractiva. —Tengo libertad, solo que no
debo de abusar de ella. Principalmente porque vivo bajo su techo a
pesar de ser mayor de edad.

Asentí con la cabeza analizando sus palabras.

—¿Planea vivir solo, hyung?

El chico torció un poco los labios.

—Obviamente. No quiero vivir bajo la reglas de mis padres para


siempre —Taehyung se encogió de hombros. —Aparte, en unos
años más me quiero casar y obviamente no quisiera llenar la casa
de mis padres de cachorros.

Aquel comentario que hizo me sorprendió, por lo que abrí los ojos.

—¡Hyung! —me reí un poco. —Pensé que diría que desearía vivir
solo por tener privacidad o algo así.

Kim Taehyung soltó una risa baja.

—Bueno, esa es otra razón. —el chico enarcó una ceja. —Ahora
dime tu, ¿cuáles son tus metas a largo plazo?

Desvíe la mirada para mantener la vista clavada en el cielo. Pensé


unos segundos mi repuesta.

—Tener un buen trabajo, buena vivienda y no lo sé... —no quise


decir que deseaba estar casado, me sentía un tanto asustadizo. —
aún estoy averiguándolo.

Observé de reojo como el Alfa sonreía.


—Cuando lo averigües, ¿me prometes que me lo dirás?

Dirigí mi mirada hacia el. Taehyung me observó a los ojos.

Sonreí.

—Está bien. —le guiñé un ojo.

El Alfa me devolvió el guiño y ambos reímos.

Me sentía muy cómodo con Taehyung a pesar de tener un mes


conociéndolo, y eso era una muy buena señal.

***
BUEEENAS MADRUGADASS
HOY NO DECIDÍ DORMIRME HASTA Q TERMINARA EL
CAPÍTULO Y PUES AQUÍ ESTOY JEJEJEJE

Por cierto, GRACIAS POR LAS 2000 leídas 🥰🥰🥰🥰.

Que piensan del capítulo?


Los tkm

사랑해❤❤❤ bais
18. "Camisa verde"
Taehyung's POV's

—¡JA! Eres un tonto, no has dicho "uno" —Jennie soltó en una


exclamación burlona al mismo tiempo que me apuntaba con su dedo
índice.

Madre luna. Era la tercera vez que lo olvidaba. Soy una mierda para
este juego.

Chasquee la lengua y bajé las cartas, rindiéndome del estupido


juego.

—Bah, ya no juego —me crucé de brazos. Mentiría si dijera que no


me sentía un tanto irritado.

Jennie rodó los ojos.

—Bueno, que chiste tenía qué seguiríamos jugando si no me dabas


batalla —arrugó la nariz. —Eres pésimo.

Sin duda la sinceridad de mi hermana menor podría resultar como


una virtud, o un maldito dolor en el culo.

Sin ejercer mucha fuerza, agarré un mechón de su cabello largo y lo


jalé. La Beta clavó sus uñas en mi brazo.

—Suéltame, bruto —me dijo intentado sonar intimidante, pero su


sonrisa era todo lo contrario.

Solté el mechón de su cabello y esta soltó un gruñido. Se acarició el


cuello cabelludo.

—No seas dramática, ni dolió tanto. —dije sonriendo.

Mi hermana menor me dió un manotazo en el hombro.


—Que mal perdedor eres, Tae.

Jennie me observó fastidiada, por lo que solté una risa. Era divertido
hacerla enojar. La chica se levantó del suelo y me hizo una seña
para que observara las cartas esparcidas sobre el piso de la sala de
estar —justo donde nos encontrábamos—.

—El perdedor recoge.

Solté un suspiro para luego rodar los ojos. Solo lo haría porque no
tenia energías de pelear.

Jennie me hacía sentir como un niño pequeño.

Tras un minuto de guardar las cartas en su cajita, me levanté del


suelo y con un suspiro dirigí mis ojos hacia el reloj en la pared, justo
encima de la chimenea.

10:40 de la noche.

Mina se encontraba en su habitación, Jennie justo caminaba hacia


las escaleras con un vaso de refresco en las manos al mismo
tiempo que observa la pantalla de su celular.

—Te vas a caer. —le advertí.

La Beta solo chasqueó la lengua y siguió sin despegar la vista del


celular.

Mamá y papá no había vuelto aún. Solo habían pasado unos días,
regresarían el lunes y apenas era viernes. La verdad es que, si los
extrañaba. Me sentía como un maldito cachorro que necesitaba ser
mimado.

Tras estar solo en la sala de estar, apagué las luces y me acosté en


el sofá cama. Me acurruqué con una manta gruesa y prendí la gran
televisión en frente mío.
Después de haber asistido al festival del Río, Jungkook no había
estado tan activo en su celular. Habíamos intercambiado unos veinte
mensajes durante los últimos tres días.

Me había dicho que de última hora iba a visitar a sus abuelos,


quedándose unos días en Busan, por lo que la mayoría del tiempo
se encontraba muy ocupado.

Obviamente eso me hizo sentir un tanto triste. El no tener


demasiada comunicación con el me hacia sentir raro. Aburrido. Me
recordaba a los tiempos donde no lo conocía. Era casi una vida sin
sentido.

Inconscientemente sonreí al recordarlo. Nos despedimos de un leve


abrazo aquel día, Jungkook con las mejillas sonrosadas me sonrió y
se despegó de mí, sacudió su mano como un niño pequeño y se
perdió por las calles de Suwon antes de que me subiera a mi auto.

Una imagen de su torso desnudo llegó a mi rostro, por lo que me re


acomodé en mi lugar, un tanto inquieto al recordar su linda piel.

Dios mío, Jungkook era tan malditamente perfecto.

Mi celular vibró, anunciando un celular. Rápidamente lo desbloquee


y observé un mensaje del Omega.

Abrí el chat.

"Jungkook<3:

Hola, hyung
Recién he llegado Suwon :)"

Teclee rápidamente una respuesta.

"Hola, cachorro !!!


Como la has pasado?"

"Dios, creo que he engordado algunos kilos"


"Esos kilos de más se te han de ver muy bien :)"

"No sé como es que siempre encuentra que decir a la


perfección, hyung"

Sonreí.

"Entonces..."
"'Si?"

"Cuando iremos a comer helado?:("

"Mañana?:)"

Me incorporé en el sofá y sonreí observando la pantalla del celular.

No podía esperar.

"Por mi perfecto
Pasaré por ti"

"Noooooooo
No se preocupe, en serio."

"No solo me preocupo. Quiero hacerlo"

Me mordí el labio. Estaba siendo 100% honesto. Cualquier cosa que


se tratara del Omega, para mi era un honor.

Jamás sería una molestia cuando algo se tratara de Jungkook.


Madre luna, sonaba con un cursi.

"Aunque le diga que no, no cederá."

"Ya nos estamos entendiendo, cachorro ;)."

"Usted es un terco."
"Me alegra que ya lo hayas notado. Harás las cosas más
fáciles"

"Me cae mal"

Solté una risotada. Que tierno.

"Lindo"

🌙🌙🌙

Jungkook POV's

—No quería admitirlo pero, haber vivido tres días sin ver tu cara de
culo ha sido difícil para mi —Jimin me dijo con un puchero en los
labios.

Sonreí.

—Yo también te quiero, Jimin-ssi —le respondí con un tono


acaramelado y a la vez chillón.

El Omega se rió un poco, achinando sus ojos.

Volví a dirigir mi mirada hacia el armario donde me encontraba


buscando un atuendo decente para el día de mañana. Había
invitado a Jimin a pasar la noche conmigo justo después de haber
llegado a Suwon, por lo que teníamos gran parte de la madrugada
para elegir algo decente.

El haber pasado tres días en Busan había sido algo inesperado.


Tuve una larga charla con mis abuelos sobre mi destinado, ya que
obviamente fue algo que mamá no pudo evitar ocultar en cuanto
entramos a la casa de sus padres.

La abuela me había observado insinuativamente mientras que el


abuelo se ponía muy feliz por mi.
Sin embargo, las cosas se pusieron un tanto incómodas después de
que dieran muchas advertencias y consejos sobre los Alfas. Incluso,
me platicaron de las medidas que tendría que usar durante el celo
de un Alfa y cómo ayudarlo.

Buaj.

Solté un suspiro cansado al no observar nada que me convenciera


en mi armario.

La mayoría de mi ropa eran prendas viejas, que de alguna forma no


lucían como tal.

—Ya te dije que te presto mi camisa verde —el pelirrosa dijo en un


todo fastidioso.

Rodé los ojos y giré mis talones para observar a mi mejor amigo.

Hice una mueca, mis brazos estaban comenzando a sentirse un


poco cansados por buscar entre la ropa colgada.

—Ni loco me pondría esa camisa, y lo sabes. No sé porque insistes


tanto —rodé los ojos.

Jimin volvió a tomar la prenda y la extendió ante nuestros ojos.


Según el, era una camisa genial para usar en una primera cita.
Desde que le había comentado al pelirrosa que tendría una cita con
Taehyung, había aludido que tenía la camisa perfecta para la
ocasión.

Obviamente me había sentido un tanto emocionado por eso, pero ya


que lo vi llegar a casa con aquella prenda en sus manos mis altas
expectativas se cayeron al suelo.

Obviamente estaba loco.

La camisa era de un color verde opaco, era grande y tenía un corte


escotado en forma de "V" muy atrevido, mostrando una parte
considerable de la piel debajo de mis clavículas.
A lo mejor en otra ocasión usaría la camisa, pero no ante los ojos de
Kim Taehyung.

—Vamos, sedúcelo. —Jimin subió y bajó las cejas tentativamente.

Reprimí mis ganas de soltarle un golpe en la nuca.

—No quiero seducirlo, Park.

El chico resopló y se levantó de mi cama —en la cual anteriormente


se encontraba acostado— y la puso por encima de mi ropa ya
puesta.

—Aún no. —Jimin rodó los ojos.

Luego lo recordé. Me crucé de brazos, y observé a mi amigo con


una ceja alzada.

El chico sonrió nerviosamente.

—¿Me dirás que hacías yendo a casa de Yoongi ayer a las 12 de la


madrugada?

Justo ayer Jimin me había pasado su ubicación a tiempo real por


mensaje, diciéndome que estuviera pendiente por si algo le pasaba
durante el camino.

Jimin bufó.

—¿No es obvio? —chasqueó la lengua al mismo tiempo que se


pasaba una de sus pequeñas manos sobre su cabello rosa. —Follar.

Le pegué en el hombro.

—Dios, no los soporto a ambos —me agarré el puente de la nariz.

Jimin resopló.
—Las cosas no son tan fáciles como lo crees. —el Omega dijo en
un tono que no supe como interpretar. —Dios, es que...Yoongi me
gusta. Me gusta mucho, pero no lo sé. Y no quiero comenzar una
relación con él cuando todavía no sé qué es lo que queremos
ambos, no sería justo.

Yoongi y Jimin traían este royo desde hace tres meses. Tenian
personalidades completamente diferentes, pero lograban encajar, lo
cual era impresionante.

Me resultaba un poco confuso que no formalizaran lo que sea que


tuvieran, ya que para ser honestos se comportaban como una
pareja.

—Bueno, está bien. —hice una mueca. —Yoongi me cae bien,


aunque puede ser un cabron en ocasiones.

Mi amigo se rió.

—Lo sé. Por ahora, solo seremos amigos con derecho a roce. —
Jimin alzó sus cejas de arriba abajo. —¿Y tu? ¿Que sientes por
Taehyung?

Caminé hacia la cama y me dejé caer en ella, observando el techo.

—Siento muchísima atracción por el. —dije con sinceridad. —No te


puedo decir que me gusta porque aún falta para eso, pero si siento
algo...¿entiendes?

Jimin se acercó hacia mi y se dejó caer a mi lado.

—Si, entiendo. Supongo que solo es cuestión de tiempo, ¿no?

Me mordí el labio.

—Supongo.

Jimin asintió y nos tomamos unos segundos de silencio, sumidos en


nuestros pensamientos hasta que su voz me sacó del trance.
—Anda, ponte la camisa verde.

Rodé los ojos.

***
HOLI CRAYOLI
ESPERO QUE HAYAN DISFRUTADO EL CAPÍTULO APESAR DE
QUE HAYA SIDO CORTO JEJEJEJ

Fue 50% de relleno y 50% de cosas necesarias, jeje

Estoy pensando seriamente en iniciar una fic de Namjoon, que


piensan? :)

Bais, CUÍDENSE
19. "Menta con chocolate"
Jungkook's POV's

—¿De que sabor, cachorro? —Taehyung me observó por encima del


hombro.

Torcí los labios y dirigí mi mirada hacia los sabores de helado.

—Menta con chocolate.

Taehyung me observó de una manera que no supe como interpretar.


El chico alzó ambas de sus cejas para luego desviar sus ojos de mi
para pedir el helado a la señorita encargada.

Una vez con nuestros helados, nos sentamos en unas sillas que
lucían muy vintage fuera del local.

El clima era fresco. De hecho, muy agradable. Estaba un poco


nublado y el viento era lo suficientemente intenso para mover las
hojas de los árboles.

Lamí de mi helado al mismo tiempo que observaba a un perrito


pasar junto a su dueño. El can movía su colita animadamente, por lo
que sonreí.

Pude sentir la mirada del Alfa sobre mi, por lo que un calor se instaló
en mi cuerpo. Dirigí mis ojos hacia Taehyung y el solo me observaba
con una sonrisa tierna.

—¿Tengo helado en el rostro? —le pregunté un tanto nervioso.

El Alfa negó rápidamente con la cabeza. Saboreó de su helado de


vainilla y chocolate sin despegar sus ojos de mi.

Entrecerré los ojos.


Taehyung traía puesto un pantalón de vestir color verde oscuro y un
suéter de lana color beige muy lindo. Lo que más llamaba mi
atención en este preciso momento era su cabello.

Los pequeños rizos que se hacían en su cabello oscuro eran tan


atractivos. Me daban ganas de pasar mis manos, y sentir la
suavidad de los esponjosos rizos.

—¿Que piensas, Kookie? —el chico me sacó de mi trance.

Lamí mis labios y sonreí un poco.

—Espero que no se haya sentido intimidado por mamá y la abuela


Seung —decidí sacar el tema. Aún recuerdo como se había puesto
nervioso el día del festival del río.

El Alfa entrecerró los ojos.

—Un poco, la verdad —me sonrió levemente. —pero fue muy


agradable. La abuela Seung me recuerda mucho a mi abuela, por
cierto.

Sonreí.

La vieja Alfa era un sol.

—¿Ah, si? Deberían de conocerse —el chico asintió con la cabeza


animadamente. —De hecho, ella no es mi abuela de sangre —le
confesé. —pero la quiero como si lo fuera.

Taehyung pareció interesado.

—¿Y como fue que se hicieron tan cercanos?

Solté un suspiro.

—Cuando cumplí cinco años ella se mudó a Suwon, y pues fue muy
natural, sobre todo por que es muy parlanchina. —me reí un poco.
—Me ha aconsejado a lo largo de mi vida, me escucha y es muy
sabia.

Sonreí al recordar mi crecimiento junto a ella.

Cuando mis dientes de leche colgaban flojamente de mis encías,


ella me decía que cerrara los ojos y abriera la boca mientras
contaba a diez.

Sentía como pasaba un hilo al diente flojo y lo jalaba levemente para


que este saliera con facilidad. Obviamente dolía y en ocasiones
lloraba como un bebé, sin embargo cada vez que ella sacaba de mis
dientes de leche, no dudaba en cerrar mis ojos y confiar en ella.

Era un acercamiento que no tenía con nadie más. Solo con ella.

Incluso cuando mamá y papá tuvieron su punto de quiebre, la


abuela Seung nos apoyó a Yugyeom, Jeongyeon y a mi.

Nos preparaba galletas y nos subía los ánimos, lo cual sería un


gesto que siempre quedaría en nuestros corazones.

Dios mío, hasta la abuela Seung era como una abuela para mamá.
La regañaba e incluso de vez en cuando le enseñaba a cocinar
postres.

Taehyung asintió con la cabeza analizando la información.

—Tengo una relación un poquitín parecida con mi abuela. Estoy


agradecido de que siempre esté ahí para mi. —el chico sonrió y me
observó con un destello amarillo en sus ojos. —Ella estaría
encantada de conocerte. Creo que le caerías muy bien.

Mis mejillas se calentaron.

Creo que no hay mejor alago que ese.

—Me encantaría. Espero que algún día suceda —le devolví la


sonrisa.
🌙🌙🌙

Kim Taehyung's POV's

Justo ahora nos encontrábamos caminando sobre las calles de Insa-


Dong. No podíamos permitirnos alejarnos mucho ya que a unas
calles se encontraba el auto estacionado, pero cuando Jungkook
propuso caminar un poco; no me pude negar.

El Omega bajó la mirada hacia su helado y luego observé como lo


extendió hacia mi dirección.

Enarqué una ceja.

—¿Quiere de mi helado? —me sonrió de una manera tan dulce,


que me sentí en las nubes durante unos segundos.

El efecto Jungkook.

No obstante, arrugué la nariz y negué con la cabeza observando su


helado de menta con chocolate.

—No, gracias. Soy de las personas que encuentran rara la


combinación —le contesté con honestidad.

Pasé la lengua sobre mi helado, saboreando de la vainilla y el


chocolate.

El chico ladeó la cabeza observándome atento a la conversación.

—Pero ya lo ha probado, ¿no? —esta vez el fue el que enarcó una


ceja.

Negué con la cabeza, pero al ver su expresión un tanto ofendida me


apresuré en hablar. —Se que no me gustaría.

Jungkook rodó los ojos.


—No puedes saber eso si no lo ha probado, Hyung —volvió a cercar
el helado hacia mi.

Sonreí.

—Y yo soy terco, ¿no?

Jungkook chasqueó la lengua y ladeó la cabeza.

—Pruébelo o si no, será a las malas. —me observó con malicia y


una sonrisa en sus bonitos labios, mostrando sus dientes de conejo.

Su advertencia no solo me impresionó sino también me pareció


tierna.

—¿Ah, si? —sonreí retándolo. —¿y como?

El Omega fue lo suficientemente audaz para acercar su helado a


mis labios y embarrarme un poco.

Abrí los ojos observándolo con sorpresa.

Las mejillas de Jungkook se tiñeron de un rosa al mismo tiempo que


reía, tomándose del estómago con su mano libre.

Adorable.

—Luce como un niño pequeño —Después se haber reído, el Omega


comentó. Sonrió mostrando sus hoyuelos.

—Pero si tú eres el que se comporta como uno —insinué, alzando


ambas de mis cejas.

Jungkook volvió a hacerlo: volvió a rodar los ojos.

Ahora entiendo porque mamá siempre se enoja cuando lo hacemos


Mina, Jennie y yo.

—Pruébelo. —apuntó hacia mis labios embarrados de helado.


Negué con la cabeza.

—Me niego.

Me limpié con una servilleta.

Jungkook hizo una expresión ofendida al ver mi acto.

—¿En serio? —frunció el ceño, pareciendo molesto; aunque se que


no era para tanto. —¿Me está negando de mi poderoso helado de
menta y chocolate?

Solo quería hacer una escena, lo cual, me gustaba.

Chaquee la lengua.

—Está bien, ya —sin evitarlo, rodé los ojos.

Jungkook volvió a extender su helado hacia mi.

Sin romper el contacto visual que habíamos creado, pasé mi lengua


sobre el helado, saboreando la combinación de sabores.

Jungkook me observó un poco descolocado, por lo que desvió la


mirada.

Sonreí.

—Mm pues, no está mal —dije tras haber tragado. —Aunque


prefiero la vainilla y el chocolate.

Jungkook posicionó sus ojos en mi.

Mi mirada se desvió un poco hacia sus orejas rojas.

—Claramente a usted le falta gusto, hyung —el Omega dijo para


volver a comenzar al mismo tiempo que lambía de su helado.

Indirecto.
Era así como un beso indirecto.

🌙🌙🌙

—¡Pero mira como has crecido Jennie! —Namjoon abrazó a mi


hermana menor.

Jennie sonrió.

—¡Joonie! —le devolvió el abrazo a mi amigo. Tras unos segundos


después, se dirigió hacia Jin y Hoseok para saludarlos.

Los había invitado de ultima hora a casa y obviamente, cedieron con


rapidez.

—Minari noona —Namjoon observó a mi hermana mayor esta vez.

Ella saludó a cada uno de ellos con una sonrisa. Habían pasado
años, pero se sentía la misma atmósfera amigable.

—¿Como están?

—Bien —contestaron todos al unísono como estudiantes hacia una


maestra.

Mina observó como Hoseok escondía una caja de cervezas a sus


espaldas.

—Veo que planean divertirse.

Jin bajó las esquinas de sus esponjosos labios y negó con la


cabeza, cerrando los ojos.

—Solo pasaremos el rato. —hizo un gesto que decía "no te


preocupes".

Me reí.

Mina enarcó una ceja y dirigió sus ojos hacia mi.


—Cuidado, Taehyung —sonó como una advertencia. Observó a
Jennie a su lado —Iremos al departamento, pasaremos la noche
ahí.

Alcé ambas de mis cejas. Fue cuando noté a Jennie en pijamas con
una almohada en sus brazos.

—¿Segura?

Mina asintió con la cabeza.

—Bueno, me voy chicos —la Alfa reverenció hacia mis amigos, los
cuales hicieron lo mismo repetidamente. Con Jennie a su lado,
caminó hacia la puerta y antes de salir por ella, alzó su mano
mostrando unas llaves. Las llaves del puto Audi. —Por cierto, me
llevo al bebé.

Abrí los ojos.

—¡Minari!

La chica se rió un poco y cerró la puerta.

Dios, ¿como es que había encontrado las llaves? Justo las había
escondido. Solté un suspiro. Incluso pude sentir las miradas
burlonas de mis amigos.

Caminamos hacia la sala de estar y Hoseok no tardó en sacar las


cervezas y ponerlas sobre la mesa.

—¿Y? —Jin me observó antes de beber de su bebida alcohólica. —


¿como te fue en la cita, Romeo?

Me recargué en el respaldo del sofá y solté un suspiro.El Alfa


bailarín posó sus ojos en mi y me extendió una botella destapada.

No soy de tomar en muchas ocasiones, pero justo ahora estaba en


mis antojos.
Solo sería un poco.

Tome la botella de la mano de Hoseok y me atreví a sonreírle


levemente antes de contestar a la pregunta del más mayor, Jin.

—Muy bien —asentí con la cabeza. —Las cosas van bien.

Namjoon sonrió, mostrando sus marcados hoyuelos.

—¿Han dado un paso? —el Omega preguntó, haciendo que los tres
estuvieran expectantes ante mi respuesta.

—Si.

Sonreí como un bobo.

El Omega me había dado un sonoro beso en la mejilla, que para ser


honesto, me había dejado en las malditas nubes.

Mis mejillas se calentaron un poco al recordar la sensación de sentir


sus suaves labios contra mi mejilla derecho.

La pareja soltó un "oooh".

Esta vez, Jin se dirigió hacia Hoseok.

—¿Y tu? ¿Como van las cosas con la Beta?

Hoseok pensó en sus palabras antes de responder.

—Bien. Vamos lento —asintió con la cabeza mientras hablaba. —No


suelo interesarme en alguien, pero ella ha sido la excepción
después de tanto tiempo de tener sexo casual con diferentes
personas...o como dicen ustedes, de ser un "rompe corazones"

Enarqué una ceja.

Si hace cinco años me hubiesen dicho que Hoseok iba a ser un


rompe corazones me hubiera reído tan fuerte que la caja de la risa
se me hubiera averiado.

Las cosas de verdad cambiaron.

Aunque Jung Hoseok siempre ha tenido muchos y muchas personas


personas detrás de el; y era de entender.

Sin embargo, ese era el pensamiento que tenía de el hacia años. No


sabía cual era mi perspectiva en estos momentos.

Bajé la mirada a mi botella, rascando de la etiqueta de esta con mi


pulgar.

—Espero que seas cuidadoso —murmuré captando su atención. —


le
he dicho a Jungkook que eres buena persona, así que le hablara a
la Beta de ti. No le rompas el corazón a una chica, y mucho menos
si es más joven que tú.

Hoseok me sonrió con más tranquilidad de la que pensé.

—No te preocupes. Ryujin ha dicho que si meto la pata me romperá


la nariz.

Torcí los labios.

***
Holis, ESTOY Q ME MUEERO DE SUEÑOO

espero q les haya gustado, besitos en la frente <3

Y a ustedes? De q sabor les gusta el helado? :) a mi de


CHOCOLATE JEJEJEJE

Cuídense; baiss

Los tkm
20. "Distanciados"
Jungkook's POV's

—Volveré en un par de horas. No quemen la casa, por favor. —


mamá se despidió antes de salir por la puerta.

¿Quemar la casa? Solo íbamos a hacer palomitas en el microondas.

Mis hermanos y yo compartimos miradas cansadas.

Éramos afortunados ya que, de última hora mamá había decidido


salir a comer con la señora Park y la madre de Lee Minho —un
compañero de clase—.

El día de hoy era cumpleaños de mamá. A la Omega no le gustaba


celebrar su día de nacimiento, y por alguna razón, se ponía un tanto
gruñona. El día entero estuvimos a sus órdenes, limpiando hasta el
más mínimo polvo en los estantes.

Apenas obteníamos un respiro de ella.

—¿Has invitado a Jimin? —mi hermana me echó un vistazo


después de dejarse caer en el sofá.

A su lado, estaba Yugyeom con el control del televisor en la mano,


buscando algo que ver en Netflix.

Por ahora nuestro plan era tirarnos en los sofás, comer palomitas,
gomitas, dulces y tener un buen maratón películas o de algún
drama.

Solté un suspiro.

—Está ocupado —y a ocupado me refería a que estaba pasando un


bien tiempo de calidad con Min Yoongi.
Mi hermana menor asintió con la cabeza.

Enarqué una ceja y me atreví a preguntar: —¿Y Ryujin?

La Alfa soltó un suspiro que sonó lastimero. Dejó caer su cabeza


sobre el hombro de Yugyeom y evitó que cruzáramos miradas.

—No lo sé, no he hablado con ella.

Entrecerré los ojos inconscientemente.

—No han hablado o... ¿no has contestado a sus mensajes? —


divagué un poco, ganándome una mirada molesta de parte de mi
hermana.

—¿Por qué tan curioso por nuestra amistad?

Chasquee la lengua.

—Ya sabes. —ladee la cabeza.

Jeongyeon se removió en su propio lugar y conectó miradas


conmigo durante unos segundos.

Chasquee la lengua y caminé hacia ella. Jalé de su mano y la hice


caminar hacia el patio trasero. La Alfa no se refutó.

Le hice un ademán para sentarnos sobre el césped.

—Platica conmigo.

Jeongyeon jamás platicaba de estos tipos de temas conmigo. Los


evitaba, pero supongo que no tenia a nadie más a quien platicarle
del tema, ya que obviamente Ryujin —su única amiga cercana— no
era una buena opción.

La Alfa soltó un gruñido.


—Me siento patética —mi hermana menor soltó. Su mirada estaba
clavada sobre el césped al mismo tiempo que enrollaba las hebras
sobre sus dedos. —Quisiera que esto no estuviera pasando.

Torcí los labios.

—¿Desde cuando sabes que te gusta?

La Alfa me observó durante unos segundos. Supongo que jamás se


había planteado verdaderamente que le gustaba su mejor amiga.

—Creo que es algo que se desarrolló durante los últimos meses —


ella se encogió de hombros. —¿y tu? ¿Desde cuando lo sabes?

Su pregunta me descolocó un poco, por lo que parpadeé


repetidamente.

Por un fragmento de segundo me confundí.

No estamos hablando de Kim Taehyung.

Carraspee nerviosamente.

—B-Bueno, yo... —tartamudee un poco. Jeongyeon pareció haber


notado mi confusión, por lo que sonrió con burla, sin embargo no
dijo nada. —es fácil notar a un Alfa celoso. Cuando viste a Hoseok y
a Ryujin en el centro comercial no lucías muy feliz.

La chica chasqueó la lengua y ladeó la cabeza, observando


nuevamente el césped.

—No quiero que se entere, solo crearía problemas para nuestra


amistad —hizo una mueca. —De verdad quisiera que no me
gustara, pero no es algo que pueda manejar.

Asentí escuchando sus palabras.

—Me sorprende que a tu Alfa le guste una Beta.


—A mi también. —Jeongyeon torció los labios. —A lo mejor es
temporal, no lo sé...quiero ser madura, así que si ella es feliz con
ese tal Hoseok, yo estaré feliz por ella.

Entrecerré los ojos, observándola.

—¿Segura? —la chica asintió con la cabeza. —¿Y cuando planeas


contestar a sus mensajes?

—Es posible que mañana, por ahora quiero despejarme un poco —


creó un gesto con la mano.

Una parte de mí no le creía ni una pizca, ya que un Alfa resultaba


ser muy territorial cuando sentía interés por una persona.

Durante una milésima de segundo me pregunté mentalmente cómo


luciría un Kim Taehyung celoso y territorial.

Un escalofrío me recorrió la columna vertebral.

🌙🌙🌙

—Dios mío, Saeroyi tiene una paciencia de puta madre —Yugyeom


murmuró antes de echarse un puñado de palomitas a la boca.

Los tres nos encontrábamos viendo Itaewon Class. Era un buen


drama.

—Geunsoo me recuerda a alguien —fruncí el ceño al observar al


actor que le daba vida al personaje.

Era alto, de tez blanca y labios muy gruesos.

—Es muy guapo —Jeongyeon murmuró y asintió con la cabeza.

Justamente el reloj marcaba las 8:00 de la noche cuando tocaron el


timbre. Todos supusimos que era mamá —ya que habían pasado un
par de horas desde que se había marchado—pero al ver a papá
parado sobre el umbral de la puerta, todos nos sorprendimos.
Yugyeom se apuró en ponerle pausa al drama.

Jeongyeon que habia sido la que había abierto la puerta, fue la


primera en hablar.

—Qué sorpresa —la Alfa recitó con cierta impresión en la voz.

El Alfa sonrió levemente, y por lo que pude reparar, un tanto


nervioso.

—¿Como han estado, cachorros?

Habían pasado meses desde la ultima vez que papá había estado
en casa por alguna razón que no fuera una emergencia.

Como la presentación de Yugyeom.

Una oleada de nervios y de un sabor un poco amargo se instaló en


mi boca.

Era muy raro volver a presenciar su voz dentro de las paredes de lo


que antes era su hogar.

Nos acercamos a saludarlo.

—Jungkook, ¿como has estado? —me despeinó el cabello.

Sonreí ligeramente, tragando saliva al mismo tiempo.

—Bien, supongo.

El Alfa asintió con la cabeza. Hubo unos segundos de silencio hasta


que mi mellizo habló.

—¿A que ha venido? —dijo intentando no sonar grosero.

Era verdad que durante los últimos meses nos habíamos separado
un buen. Era extraño, y para ser honesto, me ponía muy triste al
notar que no era la misma relación de padre-hijo que antes solíamos
tener.

De hecho, la última vez que lo había visto fue cuando tuve mi celo a
causa de Kim Taehyung; y esa vez no tuve la racionalidad necesaria
para mostrarme enojado ante el, ya que el celo me había
consumido.

Jamás lo habíamos platicado entre hermanos, pero estaba


completamente seguro de que todos nos encontramos enojados y
un tanto rencorosos por la forma en la que papá se había alejado de
nosotros.

El hombre se rascó la nuca nerviosamente.

—He venido a felicitar a Misuk.

—A la madre de tus hijos —Jeongyeon se atrevió a decir con los


brazos cruzados.

En los dos años que tenían separados, papá jamás había venido a
felicitar a mamá por su cumpleaños. Me parecía un tanto patán de
su parte, ya que pasaron unas buenas dos décadas juntos para que
al final tratara a mamá de esta manera.

Pero justo ahora, había decidido venir.

Creo que a mamá no le hará mucha gracia verlo aquí.

—Yo...lo siento —papá nos observó a todos con ojos brillantes.

Algo en mi interior pareció encogerse. El sabía que las cosas no


estaban yendo muy bien. Sabía que se estaba distanciando, sabía
que estaba convirtiéndose en un desconocido.

Ninguno fue capaz de decir nada, porque fue cuando escuchamos la


voz de mamá.

—¿Jichul?
Todos observamos a las espaldas de papá, ya que el Alfa se
encontraba en el umbral de la puerta.

Mamá lucia conmocionada por la presencia del hombre. Una mano


reposaba sobre su pecho al mismo tiempo que caminaba
lentamente hacia el interior de la casa.

Tragué saliva nerviosamente.

Papá giró sobre sus tobillos y observó a la Omega.

—Feliz cumpleaños, Misuk.

Mamá lo observó con una expresión de desagrado, sin embargo el


Alfa mayor no pareció afectado.

La Omega se acercó al umbral y observó durante unos segundos a


papá.

La tensión en el aire se podía cortar con un hacha afilado.

—Después de años te has acordado de mi cumpleaños —mamá


sonrió falsamente.

—Siempre he me acordado de ti.

Un cosquilleo se instaló en mi estómago.

—Yo no estaría muy segura de eso, Jichul —la Omega hizo un


énfasis marcado en su nombre.

Pasó a su lado, rozando brazos.

—No estes enojada —el Alfa se agarró el puente de la nariz. —


También he venido a disculparme.

Mamá soltó una risa cínica.


—¿Disculparte? —alzó ambas de sus cejas. Sacó el celular de su
bolsillo —deja buscar la lista de las cosas por las cuales deberías de
disculparte, para tacharlas.

Yugyeom y yo cruzamos miradas, mientras que Jeongyeon lucia un


tanto afectada por el reencuentro.

Papá soltó un suspiro.

—No hagas las cosas difíciles.

—Por favor no vuelvas a venir a nuestro hogar —las palabras de


mamá quemaron. Remarcó fijamente que era nuestro hogar con los
dientes apretados. —Solo cuando te lo pida.

—¿Estás enojada porqué he perdido el contacto o por que me ido


con otra Omega?

Silencio. Silencio puro y espeso.

¿Es que acaso no entendía el verdadero problema?

Aquellas palabras incluso me habían molestado a mi.

—¿Por qué mejor no te marchas? —me atreví a decir. El Alfa me


observó. —Mamá no quiere verte, ¿si? Solo estas causando una
discusión.

A mamá no le gustaba su cumpleaños, y supongo que mucho


menos le iba a gustar al tener este recuerdo durante unos años
más.

Papá rezongó.

—¿Por qué no nos dejan a solas? —habló suavemente. —Tenemos


cosas que hablar.

Mamá, que se había quedado en un trance mientras observaba el


suelo, había endurecido la mandíbula y la mirada hasta nuestro
padre.

—Seré clara y muy franca, Jichul. —habló en un tono fuerte. —No


me molesta que te hayas ido con alguien más, me molesta que te
hayas apartado de nosotros como si en algún punto de tu vida no
hubiésemos invertido tiempo. Me molesta que nos trates de esta
manera. Has dejado de ser el padre ejemplar que alguna vez fuiste,
has olvidado que tu y yo fuimos compañeros, y lo peor de todo es
que para ti, alejarte te resultó muy fácil. —recitó con un tono
quebrado, —Así que no vengas a hacerte la idea de que me molesta
que seas feliz con alguien más, porque no soy ese tipo de persona.

—Misuk...

Mamá lo interrumpió.

—¿Qué vas a decir? "¿Lo siento mucho?" —la Omega tenía las
orejas rojas. —No, me he cansado de esperar tus disculpas. Mejor
discúlpate con tus hijos, —la mujer le apuntó con el dedo índice al
pecho. —porque ellos no merecen a un padre que se olvida de que
es padre.

Un nudo se instaló en mi garganta. Yugyeom a mi lado, tenía los


puños cerrados, mientras que Jeongyeon soltó un suspiro antes de
salir de la escena.

Mi hermana menor caminó a zancadas largas hacia el pasillo y entró


a su habitación de un portazo.

—Papá... —Yugyeom alzó la mirada hacia el Alfa.

El hombre vaciló, porque supo que el llamado de su hijo significaba


un "vete". Jichul se rindió. Nos echó un último vistazo antes de
caminar fuera de la casa.

Mamá no esperó ningún segundo y cerró de un fuerte portazo.


Hubo unos segundos de silencio hasta que nos observó. No había
rastros de lágrimas en sus ojos, solo ponía notar mucho coraje y
resentimiento en su semblante.

Se acercó hacia nosotros y nos plantó un beso en la frente a cada


uno.

—Iré con Jeongyeon —sonrió un poco.

***
Sip, un capítulo un tanto emocional :) era un poco necesario ya
que, quería que conocieran un poco más la relación que tienen
como familia, je

El actor que hace de Geunsoo (Itaewon Class) se parece un


poco a Jin, lo cual era una referencia😔 .

Dios mío, ya KIERO ESCRIBIR UNAS BUEMAS ESCENAS


ROMÁNTICAS Y BESOS TAEKOOK 😣 😣 😣 . Esperen un
poquito más

Espero q les haya gustado<3 cuídense mucho


21. "Familia Kim"
Taehyung's POV's

—¿Acaso escuché mal? —papá frunció el ceño, observando a su


hija la más mayor.

Minari tragó saliva nerviosamente.

Mamá que estaba al lado de papá, se agarró el puente de la nariz y


cerró los ojos después de haber escuchado las palabras que habían
salido de los labios de la Alfa.

—O sea, nos vamos cinco días y ¿aprovechas para mudarte sin


nuestro permiso? —papá optó por poner las palmas de sus manos
en sus caderas, luciendo un poco gracioso. —Imagínate si nos
hubiéramos ido dos semanas, Dongju —observó a nuestra
progenitora —¡Jennie estuviera en Japón y Taehyung con una
manada de cachorros!

Mi hermana menor y yo nos observamos con una expresión que


decía lo tonto que nos parecía lo que papá había dicho.

Mina soltó un suspiro.

—¿Podemos hablar con más calma? —la chica torció los labios.
Mamá parecía abrumada, mientras que papá se encontraba
exaltado. —Por favor.

Y era extraño ya que, papá era el que siempre se encontraba


tranquilo mientras mamá siempre era la que se encontraba al borde
de gritos.

Esta situación era completamente lo contrario.

El día de hoy era Lunes. Nuestros padres habían llegado justo a la


hora del desayuno. Nos sentamos en el comedor y nos platicaron
sobre cómo les había ido en Busan.

Se encontraban radiantes, hasta que Mina decidió hablar sobre la


decisión que había tomado sin el permiso de ellos.

Jennie y yo nos levantamos de nuestras sillas silenciosamente para


no presenciar la incómoda pelea que se aproximaría, pero antes de
dar un paso, mamá nos observó a ambos con una ceja alzada.

—Nadie se levanta de la mesa —la única Omega en la familia habló.

Jennie soltó un bufido al mismo tiempo que nos dejábamos caer en


las sillas.

—No tenemos nada que ver en el asunto —mi hermana menor me


echó un inadvertido vistazo.

¿Nada que ver? Había sido cómplice de Mina, pero obviamente no


debía de decir nada al respecto, ya que si abría la boca significaba
mera traición entre hermanos.

Solté un suspiro.

Hubo unos segundos de silencio, hasta que papá rompió el hielo.

—Bueno, creo que es el momento adecuado para hablar de cosas


pendientes —el hombre dijo con un semblante un tanto serio.

Eso de alguna forma me alteró.

No precisamente porque papá fuera alguien intimidante, de hecho


es todo lo contrario. Lo puedo describir como alguien comprensivo,
divertido, ruidoso y solía ser el alma de las reuniones familiares e
incluso es alguien muy artístico.

Mamá decía que nos parecíamos demasiado, lo cual me gustaba


bastante porque papá estaba lejos de ser una mala persona. Era un
ejemplo a seguir.
Por el otro lado, mamá era un poco más reservada en el ojo público.
Era comprensiva, sobre protectora y solía exaltarse muy fácilmente.
Era una mujer muy inteligente —en todos los ámbitos posibles—
aunque a veces era descuidada.

A pesar de todas las diferencias que tenia con papá, eran


completamente el uno para el otro.

Fue un discurso —porque plática no fue—, donde nos inmutamos a


escuchar las palabras de mamá y papá. El Alfa comenzó diciendo
que estaba bien que Mina se quisiera independizar, aunque era un
poco inesperado y precipitado. Terminó aceptando y poniendo a
Mina bajo miles de condiciones, entre ellas: llamar todos los días,
pasar el día domingo familiar con nosotros, tener cuidado con las
personas que llevaría a su departamento, entre otras cosas más.

Me sentía feliz por ella. Mina era una de las personas mas
inteligentes que jamás haya conocido. Estaba a punto de terminar
su carrera de medicina —el proximo año— lo cual me parecía
fascinante, y a pesar de que resultaba ser gruñona; en ocasiones
era una tonta dulce.

Merecía independizarse.

Solté un suspiro nervioso —preparándome mentalmente—cuando


mamá y papá intercambiaron miradas antes de empezar un discurso
ahora dirigido hacia mi.

Me enderecé en mi silla y recargué los codos en la mesa, atento a lo


que dirían.

—Tae —mamá soltó un suspiro que pareció un tanto triste. —


Estamos muy felices de que hayas encontrado a tú destinado, y no
sólo eso, estamos felices de que seas una persona ejemplar e
inteligente. Esperamos que sepas sacarle provecho a tu talento por
la fotografía y seas exitoso. —hizo una pequeña pausa. —Tal vez
tenemos mucho miedo de darnos cuenta que tú y Mina ya no son
unos niños —sonrió un poco. —aunque si siguen peleando como si
lo fueran. Incluso en ocasiones Jennie es más madura que ustedes
— soltamos una risa.

Papá decidió seguir.

—Confiamos en ti, confiamos en tus instintos y en las decisiones


que tomarás en el futuro —el Alfa sonrió levemente. —Aunque por
favor se cuidadoso, ¿si?

Torcí los labios y entrecerré los ojos.

Sabía a la perfección que la plática que me estaban dando tenía


más de un sentido.

—¿Cuidadoso?

Mina carraspeó la garganta.

—Creo que quieren decir que no embaraces al Omega.

Casi me atraganto contra mi propia saliva; por lo que Jennie me dió


unas palmadas en la espalda.

—¿A eso se refieren? —me sentí aterrorizado.

Papá observó con molestia a mi hermana menor para después


dirigir su mirada nuevamente hacia mi; negando con la cabeza.

—Mira, la clave es que seas feliz, déjate llevar, y todo con medida —
intentó sonar despreocupado. —Solo se cuidadoso, ¿si?

Mina se unió a los consejos.

—No lo embaraces, y pide su consentimiento para cortejarlo, que ya


ha pasado un mes desde que se conocieron.

Solté un bufido al escuchar el "no lo embaraces"


Lo que me parecía tonto era que pensaran que era capaz de
hacerlo, porque Dios mío, ni siquiera era capaz de pedirle permiso
para cortejarlo.

El solo pensar en tener un acercamiento así de íntimo con el


Omega, me revolvía el estómago de nervios.

Observé a mamá, esperando a que dijera algo respecto al


comentario de mi hermana mayor.

—Es tu decisión —sonrió un poco.

🌙🌙🌙

Décima y última caja. La dejé sobre los asientos traseros del auto y
le di una mirada cansada a Minari.

No estaba cansado, pero el día de hoy me sentía muy flojo.

—Yah, no me veas así —la chica me pegó en el hombro. —Súbete.

Como el buen hermano que soy, me encontraba ayudando a mi


hermana mayor a llevar todas sus cosas a su nuevo departamento.
Ya habíamos dado tres vueltas, y por fin esta era la última. Si jamás
la hubiera ayudado a mudarse, jamás me hubiera dado cuenta de la
gran cantidad de cosas que posee.

Sobre todo ropa.

Una vez de sentarme en el copiloto, Mina puso en marcha el auto


nuevamente hacia su departamento.

El lugar era agradable. Estaba a diez minutos de nuestra casa, así


que no era demasiado lejos. Era un edificio de cinco pisos, y el
departamento era pequeño, pero muy acogedor y lindo.

Durante el camino, cantamos al unísono de una pegajosa canción


que se encontraba en la radio. Minutos después, mi hermana mayor
se encontraba aparcando el auto en el estacionamiento exclusivo
del pequeño edificio.

Observé detalladamente el vecindario, ya que en las otras


ocasiones me había encontrado muy atareado en llevar las cajas
hacia el departamento.

Era un lugar muy agradable, ya que, a pesar de que Mina viviría en


el edifico, había muchas casas habituadas a lo largo de la calle en
donde se encontraba el mini edificio. Según la Alfa era lo que más le
gustaba ya que, cuando solías vivir en un departamento solo
convivías con las personas que habituaban el edificio.

Pero, ella podría conocer no solo a las personas del edifico si no


que también a las personas que vivían a lo largo de la calle.

En silencio, llevamos las cajas hacia el ascensor y una vez en el


piso 4, Mina abrió la puerta de su lugar y entramos.

Corrí a dejarme caer en una colcha inflable.

Mi hermana no tardó demasiado para caminar en mi dirección,


moverme hacia un lado y dejarse caer.

Soltamos un suspiro.

—¿Pedimos sushi? —Mina habló captando mi atención


rápidamente. —Yo invito.

Asentí rápidamente con la cabeza.

🌙🌙🌙

—Si no te comes todo lo que has pedido me aseguraré de meterlo


por todos los agujeros tienes —Mina me dijo antes de comenzar a
masticar.

Solté una risa.


—Eh, que vulgar eres —intenté sonar ofendido, pero mi sonrisa me
delató.

Si, tal vez se me había ido la mano, pero Mina se había ofrecido en
pagar así que debía de aprovechar la situación, ¿no?

—En vez de caminar, vas a rodar por el piso.

Sus palabras me dejaron pensando. Observé mi estómago hinchado


por la comida.

¿A Jungkook le importaría si tuviera unos kilos de más?

Mina habló.

—Estaba bromeando, Tae. —me observó con el ceño fruncido.

Torcí los labios y entrecerré los ojos.

Estuvimos degustando de la comida durante unos minutos más


mientras hablábamos de temas tribales.

—¿Como planeas conseguir el permiso del Omega para cortejarlo?

Últimamente parecía el tema por el cual todos se encontraban muy


emocionados y curiosos. No me molestaba, sin embargo lograba
ponerme muy nervioso, porqué no tenía ni la más mínima idea.

Chasquee la lengua. Agarré una servilleta hecha bolita y se la


aventé a Mina en el rostro.

La Alfa me gruñó.

—¿Y tu cuando vas a salir con alguien?

Mina rodó los ojos.

—Sabes que yo no tengo citas. —acomodó un largo mechón de


cabello tras su oreja.
Solté un bufido.

Era cierto que Mina jamás había tenido algo serio. Era cierto que no
tenía citas, y sobre todo, era cierto que evitaba el compromiso.

—Ya estás vieja —arrugué la nariz. —Aparte ya tienes tu propio


lugar, más comodidad, ¿no? Deberías de conocer a alguien.

Mina ladeó la cabeza.

—Nadie cumple mis expectativas —se excusó al mismo tiempo que


se encogía de hombros.

Me moví en mi propio lugar.

—A lo mejor alguien de este vecindario cumplirá tus expectativas —


le animé.

Mina enarcó una ceja y sonrió.

—Espero que si —asintió con la cabeza. —Y aún así, para el tiempo


que tú decidas tomar de la mano a Jungkook yo ya me habré
casado con un alguien.

Rodé los ojos.

—¿Que quieres que haga? ¿Que llegue y lo bese? —espeté


frustrado, con un puchero en los labios. —No es tan fácil.

Mina suspiró.

—¡No entiendo de verdad como te parece tan difícil! —pasó sus


manos por el rostro. —En America se te hacía tan fácil hablar con
Omegas.

Era cierto que tuve algunas citas anteriormente; pero nada especial,
nada fuera de lo normal. Salí con chicos y chicas, pero jamás sentí
algo más que una atracción por ellos.
Y si, me parecía fácil acercarme a ellos porque ellos también sólo
buscaban una aventura, nada duradero.

Y eso, claramente facilitaba las cosas en todos los sentidos.

—Esos Omegas no me gustaban, Minari. —hice una mueca. —


Jungkook si.

Creo que mi boca no funcionó lo suficientemente bien para


conectarse con mi cerebro.

Hice de mis labios una línea fina al darme cuenta de lo que había
dicho.

Mi hermana sonrió pícaramente.

—A Taehyungie le gusta Jungkookie —Mina arrugó la nariz con una


sonrisa.

Le volví a aventar con una bolita de papel al rostro una vez que
sentí mi rostro enrojecer.

***
Holi, crayoli
Espero que les haya gustado <3.
MuchiSISISISISISMAAS GRACIAAASS POR LAS 3k LEIDAASS
🥺❤❤ gracias por el apoyo, enserio ;(

Pd: No puedo creer que ya vayamos en el capítulo 21, WTF

No tengo mucho que decir así que: cuídense muchooo; jejejeje


Baisss
22. "Fantasia"
Jungkook's POV

—¡Kai! —llamé al Alfa desde el inventario de la cafetería.

El chico apareció en unos segundos. Tenía el cabello revuelto y


manchas de chocolate, glaseado y café sobre su delantal.

El día de hoy ha sido un día ajetreado.

Mamá no trabajaba el día de hoy, Jeongyeon aún no trabajaba


formalmente en la cafetería y Yugyeom había tenido que ir a Seúl a
averiguar algunas cosas en su universidad.

El día había sido tan ajetreado que tuve que venir al inventario por
otro saco de café, el cual no podía alcanzar porque se encontraba
en un estante muy alto.

—¿Si, hyung?

Hice un gesto con mi cabeza, apuntando al pesado saco con mis


ojos.

—¿Puedes traer el saco y depositar el café en los filtros? —había


sonado como una pregunta, pero en realidad era una orden.

El Alfa, —Kai— asintió con la cabeza.

Salí del inventario y me acerqué al mostrador, donde se encontraba


una Omega del vecindario. Me sonrió y me entregó unos billetes
para pagar un frapuccino.

Tras haberle dado el cambio, reverenció y salió del lugar.

Yeonjun se encontraba a mi lado, preparando un café negro.


Soltaba gemidos de cansancio, y por pura malicia, solté una risa al
verlo tan abatido.

El chico se acercó a la mesa correspondiente del café y una ves


entregado, acercó al mostrador con un puchero en los labios.

—¿Que hora es? —el Omega me echó un vistazo al mismo tiempo


que se despeinaba el cabello azul.

Kai apareció con el saco de café entre los brazos, cargándolo como
si fuera una pluma.

Prendí la pantalla de mi celular. Tenía unos mensajes recientes de


Taehyung.

Sonreí levemente antes de recitarle a Yeonjun la hora.

—Son las 7:23, ánimo —le di unas palmadas en la espalda. —Ya


casi cerramos.

Abrí los mensajes de Taehyung.

"Un café muy dulce, por favor :)"

Me reí un poco. Comencé a escribir una respuesta, pero el mandó


otro mensaje antes.

"En la esquina derecha, al fondo"

Abrí los ojos, nervioso.

¿Acaso el...?

Bajé el celular de mi mirada y busqué justo en la esquina derecha


del local.

El chico se encontraba sentado en una mesa. Tenía posición


relajada, una sonrisa leve —pero muy atractiva— y sus cejas
estaban alzadas.
Tragué saliva nerviosamente.

¿En que momento había llegado? Ni siquiera había podido percibir


su olor.

Mi corazón latió acelerado. Taehyung me hacía sentir tanto con


tanta facilidad.

Me mordí el labio y carraspee mi garganta.

Observé a Yeonjun a mi lado, que se encontraba jugando a Piano


Tiles en su celular.

—Estás a cargo de la caja —le dije. El chico asintió con la cabeza


sin despegar su mirada de la pantalla táctil.

Podía sentir la mirada de Taehyung sobre mi, lo cual me hacía sentir


una presión de nervios en mi estómago.

Observé mi atuendo.

Me sentí un poco avergonzado por alguna razón, pero no podía


hacer mucho al respecto.

Caminé entre las mesas donde se encontraban clientes hasta llegar


a donde se encontraba el atractivo Alfa.

Taehyung tenía una sonrisa adorable, y de repente sentí que me


faltaba el aire cuando pasó sus largos dedos sobre su esponjoso
cabello.

—Hola, Kookie —su voz gruesa inundó mis oídos, causándome una
sonrisa tonta.

Había pasado un tiempo sin verlo, sin embargo, todos los días no
perdíamos el contacto.

Enderecé mi espalda y carraspee mi garganta.


—Buenas tardes, ¿que se le ofrece? —ejercí mi papel de empleado.

Taehyung sonrió, divertido. Movió un poco su torso hacia mi —aun


estando sentado— e hizo un tierno puchero mientras pensaba en su
respuesta.

—Estoy buscando a un lindo Omega —enarcó una ceja. —Es un


poco pequeño de estatura, delgado, cabello oscuro y tiene una
bonita sonrisa...¿lo conoces?

Mis mejillas se tiñeron de rosa, y un escalofrío se apoderó de mi.

Resoplé un poco, e hicimos contacto visual.

El Alfa se encontraba examinando mi rostro con una intensidad que


me hizo sentir pequeño.

—¿Se puede saber para que quiere encontrar ese Omega?

Taehyung ladeó la cabeza, aún observándome.

—Me gustaría hablar con el.

Lamí mis labios para luego sonreír.

—El Omega estará libre en media hora, ¿no le gustaría pedir algo
por mientras? —mis ojos se dirigieron hacia un rizo que caía sobre
su frente.

Tenía unas abominables ganas de tocar su cabello. Se había


convertido en una fantasía.

—Claro, me encantaría un café —el Alfa dijo para luego guiñar un


ojo. —Muy dulce, por favor.

Aquel gesto me hizo sentir de cierta manera. Mordí mi labio y asentí


con la cabeza.
Le regale una sonrisa al Alfa antes de caminar nuevamente hacia el
mostrador, donde se encontraban los cotillas.

El Omega de cabello azul no tardó en hablar.

—¿Ese es tu Alfa, hyung? —Yeonjun me preguntó sorprendido sin


despegar los ojos de Taehyung.

Le di un pequeño golpe en el brazo, por dos razones: no hacer lo


que le correspondía, y la otra por no dejar de mirar al Alfa.

No estaba celoso, pero era incómodo.

—Tu trabajo, Yeonjun —le hice un gesto para que observara a un


par de chicas esperando a pagar por sus pedidos.

El chico parpadeó varias veces para dirigir una mirada avergonzada


a las clientas.

Solté un suspiro acalorado.

En los próximos minutos me dediqué a hacer el café de Taehyung.

Eché el agua caliente en una taza de tamaño medio, y revolví el


café y las dos cucharadas de azúcar. Batí un poco de leche de
almendras con azúcar glass, creando una espuma que deposité
encima del café.

Tomé un plato pequeño y lo posicione debajo de la taza para evitar


tocar lo caliente.

Kai y Yeonjun me observaron caminar hacia el Alfa nuevamente.


Ambos sonrieron con expresiones pícaras y alzaron sus pulgares.

Me llegó un deja vú de la primera vez que Taehyung vino a


buscarme.

Sonreí sin poder evitarlo.


Dando pequeños pasos me acerqué a la mesa donde se encontraba
situado el sábado Alfa, y una vez enfrente de el, dejé el café sobre
la madera.

—Muchas gracias —su sonrisa cuadrada apareció. —¿Te podrías


sentar conmigo?

Le eché un vistazo al local. Solo se encontraba una pareja y un


grupito de chicos y chicas del pueblo susurrando en la otra esquina.

El sol ya se había puesto, y en unos minutos mas sería hora de


cerrar, por lo que nadie más vendría.

Asentí con la cabeza y me senté enfrente del chico, intentando lucir


sereno; pero en realidad me sentía nervioso y un tanto ansioso.

Por alguna razón, a la mente me vino la vez que le besé la mejilla,


para ser más específico, la vez que nos despedimos después de
nuestra primer cita.

Me había llenado de coraje, y era algo que me había nacido.


Diablos, tenía tantas ganas de pegar mis labios contra su piel —que
era muy suave—, y una vez que lo hice, Taehyung me observó con
una sonrisa tierna impregnada en los labios.

Juro que si no hubiera estado tan oscuro aquella vez, hubiera


percibido un rubor en su rostro.

—¿Por qué no me avisó que vendría, hyung? —inconscientemente


hice un puchero con mis labios.

Taehyung posó su vista sobre ellos durante unos segundos y me


observó después, tragando saliva.

—Era una sorpresa —ladeó la cabeza, creando contacto visual.

El chico tomó la taza llena de café humeante con sus manos y dió
un pequeño sorbo.
Saboreó para luego observarme.

—Dulce.

—Como te gusta. —una vez que escuché mis palabras salir de mi


boca me avergoncé.

Mis mejillas se calentaron.

En varias ocasiones me había encontrado a mi mismo tuteándolo, lo


cual me hacía sentir avergonzado.

No obstante, eso quería decir que me sentía muy cómodo con el.

El Alfa no dijo nada al respecto por el tuteo, ya que, a él le gustaba


que le hablara informalmente.

—¿A tu mamá le molestaría si llegaras un poquito tarde a tu casa?


—el Alfa preguntó con un brillo en sus ojos.

Torcí los labios pensando en lo que diría mamá.

No tendría porque molestarse, había trabajado buen parte del día, y


me encontraría a salvo con Taehyung.

—No lo creo —le sonreí tímidamente.

El Alfa sonrió, achinando sus ojitos.

Me fue inevitable no ponerles un poquito de atención al grupito de


adolescentes caminaron a lo largo del local, susurrando y dando
leves miradas hacia nosotros...o hacia Kim Taehyung.

Una chica bajita de cabello corto, dirigió su mirada hacia mi y luego


hacia el Alfa enfrente mío. Sus mejillas se tiñeron de rosa y salió
junto con sus amigos del local, soltando risitas tontas.

Hice una mueca y posé mis ojos sobre Taehyung.


El chico se encontraba bebiendo del café con tranquilidad, sin
inmutarse de los escandalosos adolescentes.

Torcí los labios y me removí en mi lugar.

🌙🌙🌙

—Toma el dinero, Jeon Jungkook —Taehyung me observó serio. Era


la quinta vez que lo repetía.

Rodé los ojos y empujé su mano.

—Tu la otra vez pagaste mi helado, hyung —enarqué una ceja, y el


Alfa rezongó. —No hay de que preocuparse.

Taehyung soltó un suspiro cansado, y resignado se guardó los


billetes en su pantalón.

Le eché un vistazo leve.

Traía unos pantalones negros, una camisa fajada de color blanco, y


unos zapatos brillantes que parecían de cuero.

Su estilo quedaba a la perfección con el.

Mientras tanto mi atuendo en este momento era un tanto


minimalista. Se trataba de unos jeans, una camisa negra y unos
tenis llamativos —que mamá odiaba con todo su ser—.

El Alfa y yo íbamos caminando a lo largo de la calle principal de


pueblo, iluminada por los postes.

Después de haber cerrado el local —con la ayuda del Alfa, lo cual


había hecho las cosas más rápidas— los cotillas de Yeonjun y Kai
me observaron tontamente y se despidieron, sacudiendo sus
manos.

Taehyung mencionó que parecían sacados de un manhwa lo cual


me hizo reír, porque era cierto.
—¿Como fue tu día, hyung? —Le pregunté una vez que
comenzamos a visualizar el parque a unos metros de nosotros.

El Alfa me observó durante unos segundos y esbozó una sonrisa.

—Muy bien, de hecho me he estado preparando física y


mentalmente para la universidad —dijo en un tono curioso. —El
próximo mes es regreso a clases.

Asentí con la cabeza.

Era cierto, el próximo mes era Agosto. Todos estaban desesperados


por entrar a la universidad.

Taehyung volvió a hablar: —¿te incomoda o te molesta que hable de


ello, Kookie?

Fruncí el ceño un poco, y luego chasquee la lengua.

—No, claro que no, hyung. —le sonreí un poco. —Aunque admitiré
que me hubiera gustado ingresar este año y me hace sentir un tanto
triste...sin embargo, estoy feliz que usted esté preparándose para
ello.

Taehyung movió levemente una de sus manos hacia mi cabeza, y


acarició mi cabello levemente mientras sonreía.

Solté un jadeo sorprendido.

Se atrevió a hacer lo que tanto yo quería hacer con su cabello.

—No te preocupes, el tiempo pasa rápido y cuando menos te lo


esperes —chasqueó sus dedos antes de seguir hablando. Parecía
como niño pequeño —estarás en la universidad estudiando algo que
te guste mucho, ¿si?

Su intento de animarme funcionaba a la perfección.

Asentí con la cabeza mientras le miraba.


Dimos unos pasos más hasta pisar el césped del pequeño —y único
—parque de Suwon. Caminamos hacia unos pequeños columpios y
nos sentamos en ellos.

—¿y a ti? —el Alfa preguntó. —¿Como fue tu día?

—Algo cansado —admití. —pero me he acostumbrado.

—¿Desde cuando trabajas en el negocio familiar? —curioseó.

—Un año y medio, casi dos —asentí con la cabeza. —Yugyeom


dejará de trabajar para mantenerse enfocado en sus estudios, y
Jeongyeon se mantendrá a cargo de su cupo.

Taehyung analizó mi respuesta en silencio.

—Y cuando tú entres a la universidad, ¿que pasará?

—Mamá tendrá que contratar a alguien —arrugué la nariz.

Porque a pesar de que Huekai, Yeonjun, y Yugyeom, Jeongyeon,


mamá y yo trabajásemos; en su mayoría siempre alguien faltaba, y
nunca estaba de menos tener personal de sobra.

La cafetería era muy conocida, incluso en Seúl y por turistas de


otros estados de los alrededores.

El parque se encontraba desierto, sobre todo porque era entre-


semana y eran las ocho de la noche.

Nos mantuvimos en silencio durante unos segundos, hasta que la


gruesa voz del Alfa rompió el hielo.

—Kookie... —me llamó con serenidad. Observé al chico que me


miraba con los ojos chispeando un color amarillo. —Cuando
estábamos en el bosque la primera vez que hablamos mencionaste
que cantabas...¿Podrías platicarme de eso?
Si no te incomoda, claro.
Le observé un tanto impresionado que se acordara de ese detalle.

Recuerdo haber cortado todo tipo de plática con relación al canto la


primera vez que charlamos ya que solía ser un tanto íntimo y
personal; pero justo ahora me sentía mucho más cómodo.

—Claro.

Pasé mi pierna izquierda por el otro lado del columpio, quedando en


frente del Alfa.

Taehyung torció los labios sin dejar de verme con curiosidad.

—Casi no hablas de ello, y pues...


me ha sido inevitable no imaginar tu voz en repetidas ocasiones —
me confesó con timidez.

Sonreí un poco, sintiendo mis mejillas calientes.

—No suelo hablar de ello porque me avergüenza —admití mientras


entrelazaba mis propios dedos.

Era cierto que cantar era una de mis cosas favoritas, pero también
resultaba ser un secreto.

O más bien, era un gusto frustrado. Las únicas personas que sabían
que lo quería tomar como algo serio eran la abuela Seung y Jimin.

—¿Por qué te avergonzaría? —Taehyung preguntó atentamente.

Moví la lengua dentro mi boca.

—No lo sé...inseguridades, supongo —me encogí de hombros.

Las inseguridades siempre han sido algo cotidiano en mi vida.

El Alfa asintió con la cabeza analizando la información.

Abrió la boca para decir algo, pero dudó unos segundos.


Me reí ante su ademán.

—Anda, dime. —con mi dedo índice le piqué el hombro.

El chico rió nerviosamente un poco.

—Me encantaría escucharte algún día cantar, cachorro —me


observó con emoción impregnada en el rostro.

Aquello hizo que mi corazón se acelerara.

¿Cantar para Kim Taehyung? Eso suena emocionante, y a la vez


aterrador.

Pero jamás le diría que no. Me sentía cercano y cómodo a él, como
si nos conociéramos desde años atrás.

—Si algún día me enseñas tus fotografías, si —negocié y el chico


pareció más que satisfecho.

—Trato hecho.

🌙🌙🌙

Me encontraba un tanto asustado. El reloj marcaba las once de la


noche.

El tiempo había pasado tan rápido.

—¿No tendrás problemas? —Taehyung me observó un tanto


preocupado.

Ladee la cabeza.

—No te preocupes, ni siquiera me ha llamado —lo cual me parecía


un tanto extrańo.

El chico asintió con la cabeza y ambos echamos un vistazo a mi


casa. Después de haber trotado desde el parque hacia mi
vecindario, nos encontrábamos en la acera observando la casa.

—Me ha gustado pasar tiempo contigo, Kookie —hicimos contacto


visual. El chico sonría hermosamente.

—Lo mismo digo, hyung —le sonreí de vuelta.

Mis impulsos fueron lo suficientemente fuertes para echarme contra


su pecho y abrazarlo.

Recargué mi cabeza sobre su pecho y rápidamente sentí el toque


de su mano en mi espalda y mi cabello.

Cerré los ojos, disfrutando del momento.

El chico olía de maravilla, por lo que respiré profundamente.

Taehyung soltó una risita que hizo vibrar su torso.

—Me hiciste cosquillas.

Sonreí tontamente escondiendo mi rostro contra su pecho.

Sus largos dedos tocaban con suavidad mi cabello con delicadeza,


haciéndome suspirar por el tacto tan suave.

—¿Hyung? —le llamé. Despegué mi rostro un poco para mirar hacia


arriba.

El chico me observaba atentamente.

Incluso el corazón me latía con fuerza.

—¿Si, cachorro?

Mordí mi labio mientras dudaba en preguntar si acaso el sentía algo


por mi.
Me sentía con la ansiedad de saber si sentía lo más mínimo por mi,
como yo sentía algo por el.

El chico tragó saliva nerviosamente.

—¿Usted...? —cerré los ojos durante unos segundos.

Por alguna razón me sentía pequeño y avergonzado.

Abrí los ojos justo en el momento que Taehyung acercó su rostro


hacia mi.

Se me cortó la respiración al tenerlo ten cerca.

El chico pareció igual de afectado, sin embargo, no se alejó. Al


contrario, ladeó la cabeza y dejó un casto y ruidoso beso contra mi
mejilla.

Me sentí desfallecer.

Mi lobo se encontraba feliz. Aullaba y movía las orejitas.

Mis mejillas ardieron y un calor me recorrió el cuerpo completo.

—Kookie... —su voz ronca me sobresaltó. Había hablado en mi


oído. El chico se despegó un poco de mi para observarme y sonreír.
—¿Que sientes por mi?

El mundo me dió vueltas.

Bajé la mirada lentamente y posé mis manos contra su pecho


mientras pensaba seriamente mi respuesta bajo su mirada atenta.

Mis piernas flaquearon un poco por el nerviosismo.

Era increíble lo que el Alfa me hacía sentir.

Definitivamente sentía algo por el, sin embargo, me costaba un poco


darlo a entender.
Alcé la mirada para encontrarme con sus ojos café miel que lucían
destellos amarillos.

—Usted me...me agradaba mucho —dije en un hilo de voz.

Taehyung entrecerró los ojos, observándome con detalle.

Pasaron unos segundos donde nos inmutamos a observamos. Sus


manos hicieron un recorrido desde mi cabello y espalda, hasta mi
cintura.

Me mordí el labio. Los nervios se sentían a flor de piel.

Sus largos dedos me aprisionaban con facilidad, haciendo que


soltara un pequeño jadeo.

—Me gustas, Kookie —me confesó con un brillo en sus ojos.

Sus palabras hicieron eco en mis oídos. Intentaría recordar este


momento hasta el día que muriera.

Sonreí como un tonto y Taehyung me devolvió la sonrisa con un


ligero rubor en sus mejillas.

¿De verdad le gustaba a Kim Taehyung? Se sentía tan


increíblemente irreal.

El Alfa en si se podría clasificar como una reliquia para el mundo.

Las palabras quedaron estancadas en mi garganta, ¿que debería


decirle? ¿De hacer?

Taehyung carraspeó su garganta y clavó firmemente su mirada en


mi.

—Me encantaría cortejarte, Omega. —el chico aligeró un poco su


agarre en mi cintura. —Pero no sé cómo te sientes al respecto, yo...

Le interrumpí.
—Si quiero —asentí con la cabeza.

El chico me observó impresionado. Sus ojos se enchinaron y sus


lindos labios de curvearon en una sonrisa cuadrara.

Era tan adorable.

Volvió a apretar su agarre contra mi, y me acercó aún más a el; en


otro cálido abrazo.

Encajó su rostro en mi cuello, haciéndome suspirar por su aliento


caliente sobre mi piel sensible.

Aproveché para dirigir mis ansiosas manos hacia su cabello y


acariciarlo.

Fantasía cumplida.

***

Hehehehjeehej, HOLI

La verdad es q iba a subir el capítulo en la madrugada, pero mi


mejor amigo y yo jugamos parchís y se me fueron las horas xd

No OBSTANTE, aquí está el capítulo!!! Espero que lo hayan


disfrutado:D, q piensan al respecto????

El capítulo terminó siendo más largo de lo q esperaba, sorry;(

Extraño mucho a los chicos, espero que pronto hagan un en


vivo:(, me la he pasado viendo videos de ellos Y ME SIENTO
NOSTÁLGICA, en finnnnnn

Los tkm, mucho

Bais
23. "Betas y Alfas"
Jungkook's POV

—Diría que me recuerdas a mi yo de joven, pero claramente yo


tenía más estilo —dijo observando de arriba abajo a mi hermana
menor.

Jeongyeon rodó los ojos.

—¿Estilo? Esa palabra no existía en los años antes de Cristo —la


Alfa menor dijo con burla.

La vieja Seung hizo una expresión ofendida.

Le había llamado vieja.

—Claramente la palabra "estilo" no existe en tu vocabulario aun


estando en pleno siglo XXI.

Solté una risa.

Mi hermana había estado haciendo una mini pasarela ante los ojos
de la abuela Seung y míos. Se paseaba de un lado a otro sobre el
piso de la sala de estar mientras tenía una expresión de horror en el
rostro.

—Pruébate un vestido —le ordené mientras me cruzaba de brazos.


—Anda.

Lo único que solía usar eran pantalones y camisetas, aunque sabía


que tenía un par de vestidos en algún recóndito de su armario.

La Alfa menor se mordía el labio nerviosamente.

—No lo sé —ladeó la cabeza. —¿Que crees que piense...?


¿Que pensaría Ryujin?

Me rasqué la nuca nerviosamente al no tener una respuesta.

—¿Quieres impresionar a alguien, Alfita? —la vieja sonrió


pícaramente.

Jeongyeon soltó un suspiro cansado.

Sabía que la vieja Alfa tenía un buen sexto sentido, así que no le
quedaba más que admitirlo asintiendo con la cabeza si no quería ser
molestada.

—Bien, ¿entonces que esperas? —la abuela Seung movió su


cabeza en dirección a su habitación. —Pruébate un vestido.

Jeongyeon se limitó a caminar hacia su habitación dando largas


zancadas.

Solté una sonrisa.

Mi hermana menor se encontraba alistándose para asistir a un fiesta


después de meses. Se encontraba emocionada porque iría con su
mejor amiga —o sea, la chica que le gustaba—. Incluso le había
pedido permiso a mama anticipado, para estar completamente
segura de que iría.

Mamá en estos momentos se encontraba dándose una lucha


después de un largo día de trabajo. Se había visto muy alegre
durante los últimos días, lo cual me parecía un tanto extraño ya que
después del percance que hubo con papá no había sido para nada
positivo.

Sin embargo nadie había hablado del tema.

Tengo que hablar con papá.

—Mentía, Jeongyeon me recuerda bastante a mi —la abuela me


saca de mis pensamientos.
Le observé con curiosidad.

—¿En serio?

Asiente con la cabeza y posa sus ojos sobre mi para esbozar una
pequeña sonrisa.

—Si, era igual de delgada a ella, alta y un poco torpe —arrugó la


nariz. —Sin embargo, en mis tiempos yo era una Alfa muy popular
entre Omegas y Betas. Era toda una sensación.

Encontré aquello muy interesante, sobre todo porque la vieja se


estaba abriendo a hablar sobre su pasado, lo que me ponía feliz.

Solté una risa ante su alardeo.

—No puedo imaginarla.

La vieja soltó una risa jocosa, por lo que comenzó a toser un poco.
Le palmee suavemente la espalda, para que después de unos
segundos la Alfa dejara de toser.

Me regaló una sonrisa un tanto apenada.

—Lo siento, Kookie —me tocó levemente una mano. —Como


decía...lo que quería dar a entender es que no creo que Jeongyeon
sea tan popular como yo lo fui.

Solté otra risa.

La abuela y Jeongyeon tenían una relación muy curiosa. Solían


pelear y juguetear, pero al final de todo, lo hacían con broma.

Justo como Jimin se llevaba pesadamente con mi hermana.

La diferencia era que la abuela Seung tenía 82 años y Jimin 18.

Escuchamos pasos aproximarse, por lo que torcimos nuestros


cuellos esperando ver a la Alfa menor, sin embargo las pisadas eran
de mi mellizo.

Yugyeom venía con el celular entre sus manos. Alzó la vista y le


sonrió a la vieja Alfa.

—Hola, abu.

—¡Yugyeom! —soltó un grito parecido a un chillido. —Hasta que


sales de tu nido.

El chico sonrió un tanto avergonzado. Caminó hacia el sofá


individual y se dejó caer casualmente sobre el.

Olfatee un poco el aire.

Era extraño tener tres Alfas muy cercanos a mi en un solo lugar.

—¿Y ustedes? ¿Se quedarán en casa? —la vieja curioseó.

Yugyeom se adelantó, encogiéndose de hombros


despreocupadamente.

—Esas fiestas son aburridas.

En realidad no habíamos sido invitados, pero aún así no era como si


tuviera ganas de ir.

¿En que momento había perdido mi vida social? Bueno, creo nunca
había tenido.

Minutos después, las pisadas de un tacón se hicieron escuchar,


proviniendo del pasillo donde se encontraban las puertas hacia los
dormitorios.

Jeongyeon apareció.

Lucia un lindo vestido negro transparente que dejaba ver parte de


sus muslos y brazos. Debajo traía un short del mismo color y un
cinturón grueso que hacía resaltar lo pequeña que era su cintura.
Solté un suspiro satisfecho.

—Es muy bonito —le alenté con una sonrisa.

Por el otro lado, la abuela Seung observó a mi hermana menor con


una expresión de cierta nostalgia, sonriendo.

Sin embargo mi mellizo cortó el royo.

—Es muy corto. —Yugyeom habló observando a nuestra hermana


con desdén.

Jeongyeon rápidamente al escuchar el comentario del chico, se giró


hacia dónde se encontraba y le pellizcó un muslo.

—Me sé defender.

Yugyeom manoteó el agarre de la más menor, con una expresión de


dolor en el rostro.

—Bruta —se sobó la piel rojiza.

La abuela Seung soltó una risa al observar la escena.

—Créeme Yugyeom, estoy segura de que se sabe cuidar sola —


habló observando a la chica. —¿Y bien? ¿Que piensas del vestido?

Jeongyeon hizo una mueca.

—Creo que me gusta.

🌙🌙🌙

—Okay, Yugyeom vendrá por ti, ¿si?

Manejé entre las desiertas calles de Suwon. Lucia un tanto


tenebroso cuando era de noche ya que lo único que alcanzaba a
iluminar las calles era la luminosidad de la luna y de algunos postes.
A una distancia considerable se podía escuchar perfectamente
música, que provenía de algunas cuadras más.

—Si, no te preocupes. —la Alfa se encontraba a mi lado, en el


copiloto.

Pasaba nerviosamente sus manos sobre el vestido, alisándolo.

—Te ves bien, cálmate. —le eché un vistazo.

Soltó un suspiro pesado y dejó caer su cabeza sobre el asiento.

—Ni siquiera se porqué estoy tan nerviosa...o tal vez si —torció los
labios. —Tengo un mal presentimiento.

—¿Debería de preocuparme?

La chica chasqueó la lengua.

—No...cualquier cosa que pase llamaré a Yugyeom para que me


recoja. —pasó sus manos sobre su cabello rubio.

Asentí con la cabeza silenciosamente.

Después de un minuto me encontré parando el auto enfrente de la


casa donde sería la fiesta. Se escuchan gritos y risas, la música
retumbaba los vidrios de las ventanas.

Observé el vecindario y recordé que era el más solitario del pueblo,


por lo que no habría vecinos para molestarse por el ruido de
adolescentes borrachos y música obscena.

—¿Recuerdas cuando dije que si Ryujin era feliz con Hoseok, yo


sería feliz? —la voz de mi hermana me sacó de mis casillas.

Le observé confundido.

La chica se encontraba apretando los dientes observando un punto


dijo.
Seguí la dirección de su mirada y fue cuando divisé al amigo de
Taehyung —Hoseok—y a la amiga de mi hermana, Ryujin.

Se encontraban charlando y riendo mientras parecían esperar por


Jeongyeon fuera de la fiesta.

—Si lo recuerdo. —dije en un susurro, temiendo que si hablaba


fuerte, la Alfa se desataría en un ataque de celos.

Jeongyeon se mantuvo en silencio durante unos segundos


observando a los chicos.

Sus ojos chispearon un color azul.

—Pues a la mierda con eso —abrió la puerta del auto y se bajó de


el, caminando con decisión hacia la pareja.

Quité las llaves insertadas con rapidez y me bajé del auto, sin
importarme qué estuviera a la mitad de la calle.

Corrí tras mi hermana.

—¡Jeongyeon!

Solté un jadeo al observar como tomaba del brazo a Hoseok con


fuerza, creando tensión y contacto visual con el Alfa.

Apresuré el paso y entré en la escena.

La Beta a sus lados tenía el ceño fruncido y observaba a mi


hermana fijamente.

—Jeongyeon —le volví a llamar.

Por el otro lado, Hoseok tenía una leve sonrisa en los labios. Con
una de sus grandes manos tomó el agarre de mi hermana y apretó.

—¿Que haces? —ladeó la cabeza observando a Jeongyeon.


La Alfa alzó una ceja.

—¿Tu qué haces aquí? —le espetó con desprecio.

Ryujin al no entender que pasaba ante sus narices, soltó una risa
nerviosa.

—Y-yo lo he invitado, yonyon.

El rostro de Jeongyeon se suavizó un poco y dirigió la mirada hacia


su amiga.

—¿Por qué? —dijo casi en un hilo de voz.

—Porque quería pasar un rato con el —recitó con obviedad.

La Alfa volvió a endurecer la mirada y pude notar como sus nudillos


se tornaron blancos al apretar el brazo de Hoseok con más fuerza
empleada.

El chico no se inmutó demasiado, pero podía ver una ligera


expresión de dolor en su rostro.

—¿Y yo que?

Ryujin pestañeó varias veces sin entender el contexto de la


pregunta de su amiga.

—¿Tu? —la Beta frunció el ceño. —Eres mi amiga.

Solté un jadeo nervioso al observar el dolor que había causado


aquellas palabras en mi hermana.

Hoseok pareció entender al instante la situación, por lo que se limitó


a sonreír levemente y pasar sus ojos desde Jeongyeon hacia mi.

Mi corazón comenzó a latir. Las cosas podían salir muy mal, sin
embargo era yo contra la fuerza de la Alfa.
Le tomé el brazo que apretaba a Hoseok y le observé.

—Mírame —le ordené, intentado sonar duro, lo cual no causaba


nada ante ella. —Jeongyeon, tranquilízate. Crearás problemas si
haces algo tonto.

La chica parecía en un trance después de haber escuchado las


palabras que anteriormente habían salido de la boca de su amiga.

Hoseok, un tanto cansado apartó mi mano con delicadeza de


Jeongyeon para luego jalonear del agarre de mi hermana para que
le soltara.

La chica parecía perdida, mientras que Ryujin se acercó hacia su


amiga y posó una de sus manos sobre su frente.

—¿Te sientes bien? —parecía ajena ante los celos de la chica.

La Alfa le observó durante unos segundos. Soltó un suspiro y


despegó la mirada de Ryujin para observarme.

—Me quedaré.

Dicho esto, se alejó de la escena y entró a la casa dando zancadas


largas.

Tragué saliva nerviosamente.

¿Que debería de hacer?

Ryujin se encontraba viendo a Hoseok con nerviosismo. El chico por


alguna razón se encontraba estudiando mi rostro con detalle, por lo
que me rasqué la nuca.

—Ryujin ve a buscar a tu amiga, ¿si? —Hoseok observó a la Beta.


Le plantó un beso en la frente y le sonrió.

La chica aún desconcertada, asintió con la cabeza, me sonrió


levemente y siguió los pasos de Jeongyeon dejándonos solos.
El Alfa giró su cuerpo hacia mi.

—Y-yo lo siento. —hice una mueca. —Estaríamos más cómodos si


no le dijeras a Ryujin...

El chico me interrumpió.

—Tu hermana no es una amenaza para mi, Jungkook.

Fruncí el entrecejo ante las palabras que habían salido de su boca.

—¿Que? —me crucé de brazos.

—Jeongyeon debería de aprender a calmar a su lobo. —espetó. —


Ryujin notará en cualquier momento que su linda amiga está
enamorada de ella y eso causará problemas, ¿no?

—L-lo sé, pero...

—Ryujin está interesada en mi, y yo en ella —hizo de sus labios una


fina línea, haciendo que un hoyuelo apareciera. —Creo que tu
hermana debería de aceptarlo y tomar distancia.

Por alguna razón me molestaba su actitud.

La manera en que su postura lucia relajada decía que la situación le


parecía mínima cosa. La manera en la que hablaba y sonreía con
serenidad.

La verdad que el Alfa era una persona muy difícil de leer.

—Ella sabe lo que hace.

No, en realidad ella no sabia lo que hacía.

Hoseok soltó una risa y se pasó una de sus manos por su cabello.

—No te preocupes por mi, creo que ella querrá hablar conmigo y
podremos llegar a un acuerdo.
Solté un suspiro nervioso pero a la vez lleno de coraje.

—No la hagas molestar, Hoseok. —le advertí.

El chico sonrió un poco y ladeó su cabeza, mirándome a los ojos.

—No soy un lobo problemático, Jungkook.

🌙🌙🌙

Taehyung's POV

—Me picaste el ojo, Jennie —hice una mueca.

Rápidamente llevé mi mano derecha para tallar mi ojo, pero la chica


soltó un chillido que casi me rompe el tímpano.

—¡Tae! —soltó un manotazo en mi mano. —¡No!

Le observé con un solo ojo y fruncí el ceño.

—¿Qué?

Jennie rodó los ojos y soltó un suspiro cansado.

—Vas a arruinar el maquillaje. —dijo en un tono frustrado. —Tal vez


si no te movieras tanto no te hubiera picado el ojo con la brocha.

Jennie me había tomado de su modelo para practicar maquillaje, ya


que Minari no se encontraba en casa.

El maquillaje resultaba un poco incómodo y pegajoso.

Tenía que darles reconocimiento a las personas se acostumbraran a


usar una buena cantidad todos los días.

Jamás podría.

—¿Ya casi terminas? —solté en un suspiro cansado.


Mi trasero se había moldeado al cojín del sofá.

—Ya casi —volvió a mover la brocha contra mi párpado cerrado. Se


alejó un poco de mi y sonrió. —¡Guau! ¡Pareces un Idol!

Solté una risa.

—Exageras.

Jennie buscó algo en su bolsita de maquillaje y tras unos segundos


de búsqueda sacó algo brilloso.

Lo abrió y lo derramó sobre mi boca.

Hice una mueca, curvando los labios.

—¿Que es eso? —saqué mi lengua para saborear. —Sabe a fresa.

—¡Eh, no te lo comas! —objetó con desespero. —Es gloss,


mantente quieto.

Tal como dijo, me mantuve como una estatua mientras la Beta ponía
la fórmula viscosa sobre mis labios, y tras unos segundos después
Jennie se alejó de mi rostro y esbozó una sonrisa.

—¡De verdad pareces un idol!—dijo con entusiasmo. —Tu cabello le


da el toque.

La chica me extendió con su mano un espejo y lo tomé para


observar mi reflejo en el.

Solté un jadeo.

Mis cejas lucían más oscuras de lo normal, mi nariz y mejillas tenían


un tono rosado —como un sonrojo poco natural— y en mis
párpados estaban colores tierra y naranja mezclados.

Noté unos pequeños puntitos sobre mis mejillas y nariz, simulando


pecas, y por último mis labios brillosos.
—Parezco un bebé de 12 años —fue lo primero que se me vino a la
cabeza.

Jennie soltó una risa.

—Bueno, al menos no dijiste que parecías un payaso.

Mi hermana menor comenzó a guardar el maquillaje esparcido sobre


el sofá mientras yo me levanté de el para dirigirme hacia la cocina y
prepararme un café.

Solté un suspiro relajado al olfatear el aroma.

De verdad no podía creer que el Omega me había dado la


oportunidad de cortejarlo. Me sentía en las mismísimas nubes.

Jungkook tenia una habilidad poderosa de convertirme en un Alfa


complemente feliz.

Después de haber obtenido su permiso, el chico me sonrió con las


mejillas rosadas y se acercó a dejar un beso sobre mi mejilla.

Pasó una de sus manos sobre mi cabello y ladeó la cabeza,


observándome.

En ese preciso momento me había sentido como un cachorro


mimado. Mi lobo y mi parte humana se había encontrado muy feliz
ante el más mínimo tacto de Jungkook.

Mi lobo aulló al verlo separarse de nuestra cercanía cuando giró


sobre sus talones y entró a su casa.

Quería sentirme mimado completamente por el. Quería enterrarme


contra su cuello y oler su exquisito aroma mientras me hiciera
caricias en el cabello.

Solté un suspiro soñador.


Debía de poner todo mi empeño en el. Haría lo máximo porqué las
cosas funcionaran entre nosotros, porque de verdad Jungkook me
gustaba mucho.

Le mandaba mis gracias a la luna por juntarme con el precioso


Omega.

Ahora, estaba listo más que listo para invitarlo a una segunda cita.

***

Un poquitín de relleno;)
En el próximo capítulo habrá pasado un tiempo, jejejeje

¿Como creerán que las cosas serán ahora que Taehyung eN


SERIO comience a cortejar a bb Kookie? C:

Q piensan de Hoseok????
Q piensan de Jeongyeon!??

Espero q les haya gustado<3 quise desarrollar un poco la


relación que tiene la abuela Seung con los Jeon :) y también la
situación Ryujin-Jeongyeon-Hoseok

BAISSS, tkm
24. "Mío"
Jungkook's POV

Levanté mi dedo índice y presioné con delicadeza el botón del


timbre de la casa.

Tragué saliva nerviosamente al escuchar como unos pasos se


aproximaban.

El rostro de Suni —la Omega de papá— apareció en mi vista. La


Omega de piernas largas me observó con desconcierto.

—¡Jungkook! —abrió los ojos. —¡Que sorpresa! Tu papá no dijo que


vendrías.

Hice una ligera mueca.

—B-Bueno, es que en realidad no avisé.

Suni sonrió y se hizo a un lado para que pudiera pasar al interior de


la casa.

—No te preocupes. Lo llamaré —dijo una vez que cerró la puerta a


sus espaldas. —Siéntate.

Caminé hacia unos de los grandes sofás y observé a la Omega


ponerse una mano en el pecho y cerrar los ojos durante unos
segundos.

Se encontraba llamando a papá a través del lazo.

Me parecía un tanto mágico el hecho de que pudiera hacerlo sin


tener que gritar su nombre. El lazo les permitía comunicarse de
manera casi telepática.

—¿Kookie?
La voz de mi padre me sacó de mi pequeño trance. El hombre se
encontraba bajando las escaleras que te llevaban a la segunda
planta.

Su expresión lucia confundida, pero sobre todo muy asombrada por


si presencia en su casa después de lo que había pasado semanas
atrás.

El Alfa caminó hacia el sofá donde me encontraba sentado y me


observó con nerviosismo.

Sabía que venía a platicar de lo sucedido.

—Hola. —dije en un hilo de voz.

Se sentó en frente mío y antes de posar sus ojos sobre mi, observó
a su esposa que se encontraba a tres metros de nosotros,
mirándonos.

—Amor, ¿podrías...dejarnos a solas?

La Omega frunció el ceño, pero no dijo nada. Se limitó a asentir con


la cabeza y caminar lentamente hacia las escaleras para subirlas.

Por alguna razón, mi lobo pareció inquieto y muy curioso al observar


a la Omega.

Por inercia mis ojos cayeron sobre su estómago.

Mi corazón latió con fuerza al observar como sobresalía piel fuera


de su blusa. Suni caminó hacia la puerta de la habitación que
compartía con papá —supuse— y desapareció de mi vista.

Me quedé observando el lugar durante unos segundos, analizando


lo que habían visto mis ojos.

Todo había pasado en cámara lenta.

Observé a papá con desconcierto.


¿Ella...?

—¿Está embarazada?

El silencio invadió la escena.

El Alfa me observó horrorizado y parpadeó un par de veces,


analizando mi rostro.

—Kookie... —el hombre me miró, alterado.

Dios mío, ¿como fue que ni siquiera lo había notado?

¿Fue por esto que se alejó de nosotros?

El mundo me dió vueltas durante unos segundos.

De verdad estaba pasando. Con el corazón latiente a mil, pasé mis


manos sobre mi cabello mientras observaba al Alfa, concertado ante
mi descubrimiento.

—¿C-cuantos meses tiene? —pregunté en un hilo de voz.

El Alfa se rascó la nuca con nerviosismo y carraspeó la garganta


antes de responder mi pregunta.

—Tres meses. —sonrió un poco.

Solté un jadeo exasperado.

—Felicitaciones —asentí con la cabeza e intenté sonreírle —¿P-por


qué no habías dicho algo?

El Alfa ladeó la cabeza y soltó un suspiro.

—Tengo miedo —admitió. —N-no se que pasaría con tus hermanos


y tu mamá, yo...

Cortó sus palabras con suspiro.


Entendía su miedo.

Las cosas no iban para nada bien entre nosotros. ¿Que dirían al
saber que la nueva pareja tendría un bebé en camino?

El Alfa estaba en su derecho de ser feliz con su destinada, y no era


algo de lo que deberíamos de estar en contra.

Jamás.

Sin embargo, era una noticia que había logrado sacarme una buena
impresión. Sabía que en algún momento esto pasaría, pero ahora
que estaba sucediendo era algo que se sentía irreal.

—Te doy el consejo de que les digas a Yugyeom y a Jeongyeon


pronto —formulé con una mueca en los labios. —pero mamá...

—¿Ella...? —soltó un suspiro y dudó en abrir la boca. —¿Ella cómo


está?

—Ella está bien —aseguré asintiendo con mi cabeza. —Y estará


bien.

El hombre tragó saliva haciendo que su manzana de Adán se


moviera para luego cerrar los ojos durante unos segundos.

—Quiero disculparme. —pasó sus mano sobre su rostro, en signo


de frustración. —Dije cosas que no debí haber dicho.

Una vez que abrió los ojos, mantuvimos contacto visual durante
unos segundos.

Me resultaba un poco extraño reconocerlo como el hombre que me


había criado.

Cuando el se alejó me sentí jodidamente traicionado, justo como mis


hermanos.
Simplemente dejó de llamar, de salir con nosotros y tal como si le
hubiesen puesto una capa de invisibilidad, desapareció durante
unos meses.

Hasta el día que mi celo se adelantó por haber conocido a Taehyung


y me tuvieron que traer a esta casa donde el se comportó de una
manera normal, como si jamás se hubiera desaparecido.

Ese día no pude exigirle demasiado, el celo me había consumido lo


suficiente como para tener las fuerzas necesarias de gritarle el
porqué de sus acciones.

—Deberías de hablar con mamá —dije en un hilo de voz mientras


miraba al hombre —pero deberías de medir tus palabras.

El Alfa asintió con la cabeza, rompiendo el contacto visual. Sus


hombros lucían caídos y su rostro mostraba la vergüenza y el
arrepentimiento que sentía.

Su ceño fruncido hacía que unas líneas de expresión aparecieran en


su rostro, mostrando los años que tenía encima; no obstante, lucia
bien para su edad.

Mamá decía que tenía un inmenso parecido físico en mi.

—Lo haré. —dijo en un susurro bajo. —solo dame un poco de


tiempo, Kookie.

Asentí con la cabeza. Tuve el coraje suficiente para tomar una de


sus manos y el hombre al sentir mi tacto me observó.

—Espero que todo salga bien en el embarazado de Suni —Apreté


su mano y le sonreí un poco.

El hombre pareció conmovido por mis palabras, por lo que soltó un


jadeo que pareció triste.

—Gracias, Kookie. —aprisionó mi mano con la suya —Siento


haberme alejado, he estado muy asustado y....no es algo bien visto
de un Alfa, lo sé. No quiero hacer las cosas mal, los quiero mucho y
obviamente...yo sigo queriendo a tu madre. Fue mi compañera en la
vida y y-yo...

Todos cometemos errores.

—Está bien, entiendo —le corté con suavidad antes de que soltara
un sollozo. —Solo queda esperar.

🌙🌙🌙

Taehyung's POV

"Está lloviendo:0"

"Sip, es muy bonito"

"Apuesto que la lluvia en Suwon luce como un espectáculo


digno de ver"

Jungkook tardó unos minutos en responder.

"Si, lo es:). De hecho estoy en Seúl así que no puedo disfrutar


de la lluvia como me gustaría"

Fruncí el ceño.

"En donde estas?


O sea, exactamente:)"

"Estoy caminado hacia la parada del autobúss


Voy de regreso"

"No me dijiste que estabas aquí;(


Kookie malo."

"Lo siento, Hyung!!! Fue algo imprevisto:(. Me encantaría verlo


pero si la lluvia se pone peor sería un problema"
Asomé mi vista por mi ventana. Las nubes grises decoraban el cielo
por completo y las gruesas gotas de agua caían sin cesar.

"Llevas una sombrilla encima, Jungkook?"

"Mhh, no..."

Teclee rápidamente mi respuesta.

"Mándame tu ubicación."

"Hyung..."

"Por favor. Estoy esperando"

Pasaron unos segundos hasta que sonreí claramente satisfecho al


observar cómo el dulce Omega había mandado su ubicación sin
objetar más.

"Espera por mi."

Con entusiasmo me levanté de la cama. Me puse unos tenis y antes


de salir de mi habitación me eché un vistazo sobre el espejo.

Traía puesto unos pantalones de chándal y una camisa de color


negro. Observé mi cabello despeinado, ni siquiera tenía tiempo para
verme más presentable para Jungkookie.

No lo haría esperar más bajo la lluvia:

Tomé las llaves del auto que se encontraban en mi mesita de noche


y caminé hacia la puerta de la habitación para salir por ella.

Caminé hacia la habitación de Jennie y me aplaudí mentalmente al


recordar que debía de tocar la puerta antes de abrirla.

Muchas veces me había ganado golpes de su parte por ser tan


imprudente al abrir la puerta sin aviso.
—Pasa. —escuché su aprobación al otro lado de la puerta.

Se encontraba acostada sobre su estómago, viendo una película en


su laptop. Me observó con la boca llena de palomitas.

—Vengo en unos minutos, ¿si? —objeté. —Iré a recoger a


Jungkook.

La chica pareció interesada. Pausó la película y me observó con


curiosidad.

—¿A tu Omega...? —asentí con la cabeza para luego decirle que no


era mi Omega. Aún. Pero me interrumpió con un chillido —¿Vas a
traerlo a casa?

Solté un suspiro nervioso.

—Solo un rato, Jennie. Mientras pasa la lluvia —dije en un tono


acelerado. Le observé con amenaza. —No hagas ni digas nada raro
en frente de el.

La Beta rodó los ojos.

—O sea que no te avergüence, ¿eh? —sonrió maliciosamente. —


Esa es mi especialidad.

—Sobre aviso no hay engaño. —le volví a advertir. Antes de cerrar


la puerta volví a hablar —Si mamá y papá llegan diles que tuve que
salir urgentemente, que no se preocupen.

La Beta exclamó un "si" y yo solo me apresuré en salir corriendo de


la casa. Quité el seguro del auto y corrí rápidamente hacia el para
no mojarme demasiado.

Una vez dentro y listo, desbloquee la pantalla de mi celular y puse


nuevamente la ubicación de Jungkook para ir en marcha tras el.

Mientras manejaba tuve que encender el parabrisas para ver


claramente. Las gruesas gotas caían sobre el vidrio con fuerza,
notando con facilidad que la lluvia se estaba intensificando.

Tras unos minutos, llegué hacia donde el punto azul me indicaba


que se encontraba el Omega.

Paré el auto a un lado de la acera y observé a mis alrededores


buscando al chico.

Lo visualicé con facilidad.

Se encontraba abrazándose a sí mismo. Tenía la ropa levemente


mojada y su cabello oscuro se pegaba a los lados de su rostro y
frente.

Lo que me sorprendió fue ver a su lado a un chico alto. Tenía el


codo del Omega entre sus manos y le estaba comiendo con la
mirada.

¿Le conocía...?

Mi pregunta fue respondida cuando observé a Jungkook jalonearse


del agarre del chico alto, claramente incómodo.

Sin pensarlo, me bajé del auto y azoté la puerta con más fuerza de
la que esperaba.

La sangre me comenzó a hervir cuando observé al asqueroso chico


querer acercarse a Jungkook, olfateando su cuello.

El Omega lucia cohibido y muy asustado, haciendo que mi lobo


aullara. No quería que jamás se sintiera así.

Apresuré el paso y con fuerza empujé al chico de los hombros,


haciendo que soltara el agarre que tenia contra mi Omega,
tambaleando.

—¿Que crees qué haces? —rugí enojado, mi lobo tomando las


riendas de mi cuerpo.
Mío.

Apreté los puños con coraje.

¿Como se atrevía a tocar a Jungkookie?

El chico que ahora podía identificar como Alfa por su fuerte olor, me
observó con los ojos brillantes.

Sonrió levemente y ladeó la cabeza.

—¿Y tu eres? —lucia muy valiente. Fingió una expresión de pena—


Interrumpiste nuestro lindo encuentro.

Dio un paso para acercarse al Omega nuevamente, cosa que


impedí rápidamente, posicionándome enfrente del cuerpo de
Jungkook.

Apreté mis nudillos, tornándose blancos.

—No causes problemas —le observé con cólera —O te arrepentirás.

El chico soltó una risotada. Sus ojos inyectados de sangre llamaron


mi atención.

El Alfa ni siquiera estaba en sus sentidos.

Jodido drogadicto.

—Si que tienes agallas, ¿eh? —se acercó a mi, retante. —Es culpa
del Omega por ponerme la polla dura con su olor.

Apreté los dientes y pude sentir como mi respiración se empezó a


cortar por la rabia y la impotencia que sentía.

Debía de tranquilizarme o podrían las cosas terminar muy mal.

Tragué saliva.
La voz de Jungkook sobre mi oído me hizo temblar de un escalofrío.

—Hyung...vámonos —soltó en un hilo de voz. —N-no quiero seguir


aquí.

El hombre tambaleó sobre su lugar, y soltó una maldición,


claramente drogado en su máximo esplendor.

Solté un suspiro, intentando tranquilizarme.

Dirigí mis ojos hacia el Omega y


asentí con la cabeza, aceptando su petición.

Debíamos de irnos antes de que desgarrara al Alfa con mis propios


dientes, pero mi pensamiento se fue por la borda cuando el hombre
volvió a abrir la puta boca.

—Me encantaría marcar mis dientes sobre tu cuello —el hombre


habló con picardía, divertido. —¿Por qué no...-?

Suficiente.

En un arrebato de furia por las palabras del drogadicto y el


pensamiento de que algún otro Alfa marcara a Kookie me llevó al
borde.

Nadie lo marcaría.

Mío.

Extasiado de la furia que sentía, lo agarré de su camisa y lo


estampé contra la pared.

Mi lobo me decía que le arrancara la cabeza con mis propias


manos; me decía que lo golpeara hasta que quedara inconsciente.

¿Quien mierda se creía?


Levanté mi puño, totalmente decidido de estrellarlo contra su rostro
pero la delicada de Jungkook me contuvo.

Le observé y un nudo se instaló en mi garganta.

—Tete —dijo con los ojos brillantes de lágrimas. —Vámonos, por


favor.

Parpadeé repetidamente.

La combinación de su dulce voz, su mirada lagrimeante y la manera


que me había apodado me hizo a volver a la realidad de golpe.

Bajé mi puño con lentitud.

Volví mi mirada hacia el Alfa, que lucia un tanto conmocionado. Con


desagrado, lo empujé con fuerzas sobre el suelo haciendo que
cayera de culo sobre el duro pavimento.

Mi sangre aún hervía.

Volví a tomar un profundo suspiro. Giré sobre mis talones y tomé del
brazo a Jungkook para comenzar a caminar hacia el auto.

El Omega me siguió el paso, claramente decidido a irse del lugar de


una vez por todas.

Le abrí la puerta del copiloto y el chico entró rápidamente al auto,


respirando pesadamente.

Hice lo mismo de mi lado y un silencio invadió el auto cuando cerré


la puerta del piloto, dejando de escuchar las gotas de lluvia sobre la
acera.

Mi lobo se sentía descontrolado, malditamente furioso.

No quería que volvieran a tocar a Kookie. Que se atrevieran a


decirle cosas desagradables. Que nadie le hiciera daño física y
mentalmente.
Volví a apretar los puños. De verdad me estaba conteniendo en
volver a salir del auto y moler en golpes al hombre.

Cerré los ojos y recargué mi frente contra el volante del auto,


intentando controlar mi errática respiración.

Me sentía un tanto avergonzado que Jungkook conociera esta


faceta de mi. No quería asustarlo.

No quería que se alejara de mi.

—Hyung... —escuché la voz de Jungkook.

Levanté la mirada hacia el Omega.

Aún tenía los ojos llenos de lágrimas, más no salían de sus ojitos.

—Tete. Dime Tete, por favor —casi le supliqué con voz profunda.

El chico sonrió levemente, acelerando mi corazón. Su naricita


estaba de color rojo, luciendo más adorable de lo normal.

—Tete —dijo en un dulce susurro.

Sorprendiéndome, tomó mi mano derecha y la acarició suavemente,


consiguiendo calmarme un poco.

Solté un suspiro suave y me dediqué a mirarlo.

—¿Te ha tocado, Kookie? —mi voz sonó más dura de lo que había
querido.

El Omega se estremeció en su lugar.

Trago saliva y desvió la mirada durante unos segundos.

—Vámonos, hyung.
Le observé con pena. Probablemente no quería hablar del asunto,
haciéndome sentir miserable por no hacer algo al respecto.

Con delicadeza tomé su mano y la acerqué a mis labios,


depositando un cálido beso sobre su suave piel.

—Vamos a casa.

***

HoLA, CRAYOLAA 💜 💜 💜 💜 , el fic ha llegado a 4.3k


rápidamente!!!! wtfffff

GRACIAS POR LEER Y POR SUS COMENTARIOSS❤ ❤ hace


feliz a mi corazoncito ;(❤

Espero que les haya gustado el capítulo. Tenía muchas ganas


de actualizar🥺🥺🥺.

Espero que les esté gustando el rumbo de la historia;(

Siento mucho si hay errores!! Cuando el fic esté terminado me


tomaré el tiempo de corregir:)

Tienen alguna duda respecto a la historia????

Baisss, los tkm


25. "Intimo"
Jungkook POV's

Nervios se instalaron en mi ser.

Estaba en su casa. Estaba en casa de Kim Taehyung.

Mordí mi labio inferior y le di una mirada avergonzada al Alfa, que se


encontraba a un lado de la puerta, haciéndome un gesto para que
entrara al interior de la casa.

Entré dando pequeños pasos y solté un suspiro reconfortante al


sentir que era mucho más cálida que el ambiente de afuera.

Mis ojos se movieron curiosamente sobre el lugar, observando las


características de las paredes blancas.

—¿Estás bien? —escuché como cerró la puerta a sus espaldas. Se


acercó a mi y me sonrió levemente.

Tragué saliva, y lo observé a los ojos.

—No te preocupes, hyung.

El chico dió un paso más cerca hacia mi, tanto que tuve que alzar mi
cabeza para seguir con el contacto visual.

Me pareció escuchar un gruñido bajo de su parte, por lo que le vi un


tanto sorprendido.

—No respondiste a mi pregunta.

Mis mejillas se calentaron.

Solté un jadeo acalorado, obligándome a romper el contacto visual.


Me encogí de hombros, intentando no dar a relucir lo que me
causaba tenerlo tan cerca de mi.

—Si te soy sincero, he estado mejor —admití, asintiendo con la


cabeza —pero no te preocupes.

El Alfa vaciló, casi formando un puchero con sus labios; luciendo


adorable.

Sin embargo, sus ojos se habían tornado de amarillo.

—¿Q-quieres hablar de lo qué pasó, cachorro?

Tragué salive y cerré los ojos durante unos segundos.

—La verdad es que no —dije en un hilo de voz. Quería olvidar lo


más rápido posible lo que había pasado con aquel Alfa. —
Olvidémoslo, por favor.

Aquel hombre que se había acercado a mi había sido sumamente


desagradable. Dijo cosas terribles e insinuantes, haciéndome sentir
náuseas.

Lo peor de todo es que sería un tanto complicado poder eliminar el


recuerdo de mi cabeza.

Taehyung ladeó su cabeza, examinando mi rostro fijamente.

—Está bien —le escuché decir. Me hizo un gesto —Siéntate en el


sofá, te traeré una toalla, ¿si?

La voz me tembló un poco.

—¿Están...?

Taehyung se apuró en sonreír y negar con la cabeza.

—Mis padres no están en casa aún, pero no te preocupes —intentó


tranquilizarme acariciando mi cabello con sus largos dedos. —
estarán felices de conocerte.

¿Conocer a los Kim? ¿Como no me voy a preocupar?

Asentí con la cabeza y me dediqué a caminar hacia el sofá que el


Alfa me había señalado, mientras este desaparecía de mi vista.

Puse mis manos en las partes internas de mis muslos y le eché un


vistazo a la bonita casa.

Se sentía muy hogareña.

En frente de mis narices se encontraba una bonita chimenea y


encima de ella una pantalla grande. Al rededor de la sala de estar
se encontraban unos sofás de color azul oscuro. Había una mesita
pequeña donde encima descansaban unos cuadros familiares,
sacándome una sonrisa pequeña al ver una foto de un mini
Taehyung sonriendo, chimuelo.

—¿Jungkook Oppa?

Una voz me sacó de mi trance, haciéndome brincar en mi lugar por


el susto. Giré mi cabeza para observar de quien provenía la voz,
encontrándome con una chica bajita de cabello oscuro.

¿Me conocía...?

La chica que se encontraba anteriormente en las escaleras caminó


hacia mi con una sonrisa en los labios y un ligero rubor en sus
mejillas.

Pude recordar su rostro después de un segundo, pues ya nos


habíamos conocido visualmente.

Sus ojos se asimilaban a los de Yoongi. Como los de un gatito.

—Me llamo Jennie —reverenció al mismo tiempo que no despegaba


sus ojos de mi.
Me levanté del sofá y le vi nerviosamente.

—S-soy Jungkook.

La chica asintió con la cabeza repetidamente.

—¡Eres el destinado de Tae! —dijo casi un chillido. —Yo soy su


hermana. ¡Tenía muchas ganas de conocerte! ¡Eres muy bonito! ¿Te
importa si te tuteo? Seremos cercanos y no creo que-

—¡Jennie! —la voz de Taehyung apareció en la escena.

El chico traía una toalla en sus manos, y una vez que llegó a nuestro
encuentro me la entregó.

Tenía las orejas rojas.

—Me estaba presentando —Jennie soltó, observándome levemente.

Me dediqué a secar mi cabello mientras dirigía mis ojos hacia el


Alfa, que lucia un tanto avergonzado.

—Perdón si ha dicho algo tonto —me dijo mientras se rascaba la


nuca. —el cerebro aún no se le desarrolla bien.

Jennie soltó una queja, golpeando el hombro del Alfa con el ceño
fruncido.

Me reí.

—Me sorprende que tengas a un Omega tan lindo siendo que tu


eres mas feo que un golpe en las bo... —Taehyung le puso una
mano en la boca.

—Shhh —siseó, mirándole con desaprobación —déjanos solos,


anda.

Jennie arrebató la mano de Taehyung que le cubría gran parte de su


rostro, y le observó con recelo.
—Aish —rodó los ojos, pero su expresión cambió drásticamente a
una sonrisa refrescante cuando dirigió sus ojos hacia mi. —Un
gusto, Jungkook.

Le devolví la sonrisa.

—Un gusto, Jennie.

Antes de alejarse de la sala de estar, le golpeó nuevamente el


hombro a su hermano y caminó hacia las escaleras.

Una vez que estuvimos solos, el Alfa habló.

—Perdón, es algo pesada —dijo nerviosamente.

Me encogí de hombros.

—No te preocupes, es muy linda.

Taehyung alzó ambas de sus cejas y se cruzó de brazos,


observándome mientras yo seguía secando mi cabello.

Intenté no olfatear el aire, o más bien, al Alfa. Sus feromonas se


intensificaron, impregnando de su olor a rosas rojas en el ambiente.

Mi lobo se encontraba más que dispuesto en obligarme a acercarme


al Alfa y pegarme a su cuello para poder inhalar de su delicioso
aroma.

—Pero yo soy más lindo, eh. —lucia serio, sin embargo en sus ojos
había una pizca de diversión.

Sonreí tontamente.

—Umh... —entrecerré los ojos. —No lo sé, no estoy seguro.

El Alfa hizo un puchero, sacándome una sonrisa.


La verdad es que Kim Taehyung parecía tallado por los mismos
dioses.

Se acercó a mi, dando pequeños pasos y soltó un suspiro al estar


en frente mío.

Mantuvimos el contacto visual durante unos segundos, lo cual me


ponía un tanto nervioso. Kim Taehyung podía intimidarme con solo
su mirada.

—Me quería disculpar contigo, Kookie. —su voz gruesa me puso los
vellos de punta. —Yo siento mucho no llegar mucho antes, perdón si
te asusté...quiero protegerte y-

Negué con la cabeza rápidamente.

—Gracias por haberme defendido, hyung —le sonreí un poco. —no


tiene porqué disculparse.

No se que habría pasado si el no se hubiera presentado en ese


momento.

Ver al Alfa en ese estado, tan furioso y enojado fue como conocer a
otra persona completamente diferente. No lucia como el chico que
tenía una sonrisa adorable ni que solía ruborizarse de vez en
cuando.

Taehyung se mordió el labio, pareciendo indeciso.

Intenté no bajar mi mirada hacia sus labios pero me fue imposible.


Lucían húmedos y muy suaves, incluso tenían un color rosado
natural, sacándome un suspiro bajo.

Tragué saliva, y mis mejillas se calentaron cuando el Alfa notó mi


mirada en sus labios.

Carraspee mi garganta, evitando los ojos de Taehyung.

—Y-yo... —balbucee sin saber que decir.


Mierda. Debería de aprender a ser más discreto.

Tras unos segundos de silencio mi corazón dió un vuelco al sentir


una de sus manos sobre mi barbilla, obligándome a alzar la mirada
hacia el.

El chico me observaba tanta intensidad que casi mis piernas


temblaban.

Sus cejas pobladas, su nariz y sus labios hacían una combinación


perfecta. El Alfa era malditamente atractivo.

Me regaló una sonrisa seductora.

—Eres muy tierno, Kookie —acercó sus labios hacia mi frente,


depositando un cálido beso.

Solté un jadeo.

¿Acaso estoy soñando?

Mis mejillas se calentaron a más no poder, y tuve que desviar la


mirada para que no observara mi rostro que lucia como un tómate.

Fácilmente podría acostumbrarme a sus besos.

La puerta abriéndose nos sacó un brinco de susto a ambos.


Giramos nuestras cabezas y fue cuando observé una pareja entrar
por el umbral.

Claramente eran los padres de Taehyung.

Solté un jadeo nervioso.

La Omega y el Alfa parecieron sorprendidos por la presencia


desconocida en su casa, sin embargo algo me decía que sabían
quién era yo.
—¡Taehyung! —el Alfa cerró la puerta a sus espaldas. Dirigió su
mirada de mi hacia el chico a mi lado. —No dijiste que tendríamos
visitas.

Observé nerviosamente a Tae y el me regresó la mirada con una


sonrisa tranquilizadora.

—Ha sido algo de último momento, papá —dijo, mientras


manteníamos contacto visual.

Guiñó uno de sus ojos, haciendo que yo sonriera.

La pareja caminó hacia nosotros con expresiones de curiosidad en


el rostro.

—Les presento a Jeon Jungkook —Tae volvió a hablar, esta vez


viendo a sus padres. Pude sentir una de sus grandes manos
tocando mi espalda.

Con los labios casi temblando de nervios, hice una reverencia,


observando a la pareja.

La Omega tenía un fuerte parecido a Jennie. Ojos de gato, cabello


oscuro y lacio, la diferencia era que la mujer era mucho más alta
que la hermana de Tae.

Mientras tanto, el Alfa a su lado, era un tanto robusto, alto, cejas


pobladas y piel de color un tanto acaramelada.

—H-hola, soy Jungkook —volví a reverenciar tontamente.

Maldición.

Ahora entiendo lo que sentía Taehyung cuando conoció a mis


padres. Debí apiadarme de el.

La Omega sonrió con emoción.


—¡Pero míralo, Dongsuk! —me examinó con alegría,
observándome. —Es un Omega muy lindo.

Siento que me voy a desmayar.

El Alfa al lado de la Omega también sonrió, observándome.

—¡Bienvenido a la familia, Jungkook! —solté un jadeo de sorpresa


cuando el hombre me rodeó en sus brazos durante unos segundos.
Se separó de mi —Yo soy Kim Dongsuk.

La Omega se apresuró a darme un abrazo también, el cual acepté


igualmente con una sonrisa nerviosa.

—Yo soy Dongju, pero puedes llamarme señora Kim —sonrió,


achinando sus ojos. Me tomó de las mejillas y alzó ambas de sus
cejas. —o también puedes decirme suegra, cariño.

Abrí los ojos para después parpadear repetidamente.

—Mamá... —Taehyung dijo con un tono desaprobación.

La Omega rodó los ojos.

—Es todo un gusto, Jungkook —la señora Kim volvió a hablar,


viéndome con alegría.

Lucían como gente muy agradable, lo cual me parecía muy


reconfortante.

—¿Por qué están mojados? —el señor Kim preguntó,


examinándonos —Taehyung, no seas desconsiderado, préstale algo
de ropa.

Observé al Alfa y rápidamente negué con la cabeza.

Mi camisa y cabello habían sido víctimas de la lluvia, pero no era


para tanto. Podría manejarlo.
Igual también me ponía un tanto sensible de pensar en usar ropa de
Kim Taehyung.

—N-no, gracias —dije en un hilo de voz que me pareció un tanto


vergonzoso —Estoy bien.

—¿Como de que no? —la Omega frunció el ceño, observándome —


¡Claro que si! Anda, TaeTae, préstale una camisa a tu Omega. Por
cierto, Jungkook nos encantaría que te quedaras a cenar.

La señora Kim habló tan rápido, que me costó llevarle el ritmo.

¿Quedarme a cenar?

Definitivamente esto no era para nada parecido al escenario que


había montado en mi cabeza de cuando conocería a la familia de
Taehyung.

¿Que debería de decir?

Mis mejillas se calentaron cuando sentí los tres pares de ojos


observándome atentamente, esperando mi respuesta.

Taehyung habló.

—Está bien, no lo presionen —musitó con delicadeza. —Le prestaré


algo de ropa.

Mi mano picó de ardor cuando la tomó con la suya, entrelazando


dedos. Empezó a caminar, por lo que tuve que seguirle el paso.

Eché una mirada apenada a la pareja y sonreí. Ellos me devolvieron


el gesto inmediatamente.

Justo antes de que comenzáramos a subir las escaleras, la madre


del Alfa se atrevió a advertir: —La puerta abierta, Taehyung.

Caí en cuenta que de verdad nos dirigíamos hacia su habitación.


Aquello me hizo reír de una manera nerviosa e incluso unos
escalofríos recorrieron mi espina vertebral.

Observé al Alfa que tenía el cuello, las orejas y hasta las mejillas
rosadas de sonrojo. Se encontraba observando los escalones de las
escaleras, evitando subir su mirada hacia mis ojos.

Tierno.

Tras unos segundos de silencio, caminamos sobre un pasillo y justo


en la cuarta puerta a la derecha Taehyung soltó mi mano.

Mi lobo aulló. De verdad disfrutaba del tacto del Alfa.

El chico me observó antes de abrir la puerta.

—Siento mucho si está algo desordenado... —dijo en voz baja.

Las palabras quedaron en mi garganta cuando el chico abrió la


puerta. Su fuerte aroma golpeó mi rostro, haciéndome soltar jadeo.

Taehyung hizo un gesto para que pasara y con las piernas


temblorosas entré dentro de la habitación y respiré profundamente.

Mis papilas gustativas se humedecieron rápidamente.

Olía justo como el.

Su habitación era espaciosa. Las paredes eran de color azul y tenía


una cama tamaño matrimonial. Un espejo de tamaño cuerpo
completo descansaba sobre el suelo, había una mesita de noche y
un armario grande. Me sorprendió ver unas luces led alrededor de la
cabecera.

Algo de estar a solas con el en un lugar tan intimo como su


habitación me ponía extremadamente nervioso.

El chico caminó hacia el armario y abrió las puertitas para comenzar


a buscar dentro de él.
—N-no es necesario que me prestes ropa —me apuré en hablar. —
No estoy tan mojado.

Ugh.

Mi mente me daba malas jugada cuandos decía palabras que se


podían malinterpretar.

Taehyung giró su cabeza hacia mi y por alguna razón, me examinó


de pies a cabeza.

—Déjame prestarte una camisa, ¿si?

Vacilé. El Alfa claramente era muy terco.

—Hyung... —quise a volver a hablar, pero el Alfa me interrumpió.

—Ponte esta —me extendió una camisa negra.

Le observé, entrecerrando los ojos.

—Estoy bien.

Taehyung alzó ambas de sus cejas para luego señalar una puerta
que se encontraba a sus espaldas.

—Ahí está el baño. —dijo con decisión. —Póntela.

Solté un suspiro.

Cumplí su orden y me encaminé hacia la puerta del baño con la


camisa ya entré mis manos.

Taehyung POV's

Apreté los puños con exasperación.

Jungkook se miraba malditamente hermoso. Estaba usando una


camisa mía, que le llegaba casi a la mitad de sus muslos.
El Omega tenía el rostro coloreado de rosa, claramente
avergonzado.

Palmee un lugar del colchón, a mi lado, esperando tenerlo más


cerca.

Jungkook tambaleó en su lugar y se sentó cuidadosamente en la


orilla del colchón, con la vista puesta fijamente en sus manos.

El chico tenía sus dedos entrelazados, respiraba con dificultad y


tenía las mejillas muy sonrosadas.

—¿Estás bien, Kookie?

El chico pasó su lengua entre sus mejillas internas, hipnotizándome


con el gesto.

Ladeó la cabeza y cuando hizo contacto visual conmigo dió un


brinco en su lugar.

—¿Tus ojos cambian de color siempre? —el Omega examinó mi


rostro, con las cejas casi juntas.

Con rapidez me levanté de la cama y caminé hacia el espejo, para


inspeccionarme en el.

Mis ojos solo cambiaban en ocasiones ocasiones: como cuando


estaba enojado, feliz o cuando el celo se acercaba o estaba durante.

Solté un jadeo al notar el color brillante.

—Qué extraño —solté en un murmuro.

Giré mi cuerpo para volver mi mirada hacia el Omega, que parecía


un tanto alterado.

—A mi hermana cuando se le adelanta el celo le cambia el color de


sus ojos —dijo con una sonrisa nerviosa, y tras unos segundos me
observó con vergüenza, moviendo sus manitas —¡No! O sea, no era
una especulación de que vayas a tener tu celo, yo...yo solo decía,
hyung.

Solté una risa.

Caminé hacia la cama y volví a sentarme en ella, observando al


Omega que lucia un tanto afectado.

—Mi celo es en unos meses y jamás se me adelanta, así que no


creo que sea por eso —le dije casi en un susurro.

Jungkook me observaba con curiosidad.

—Oh, lo siento. —juntó sus hombros en un gesto que me pareció


adorable.

El chico parecía tener una pelea interna consigo mismo. Tenía los
labios torcidos y el sonrojo jamás se iba de su rostro.

—¿Que pasa, Kookie?

El chico dejó caer su cabeza hacia un lado y me observó a los ojos,


haciéndome soltar un jadeo de satisfacción.

Era tan bonito.

—Es que...yo, umh —balbuceó con inquietud. —Es que...su olor es


muy fuerte y yo- mi lobo se encuentra muy inquieto. Me cuesta
concentrarme y...no lo sé.

Aquella confesión de su parte me hizo tragar saliva.

El chico lucia muy afectado. Se había hecho pequeñito en su lugar


sobre el colchón, y había tomado una postura peculiar: su cabeza
entre sus hombros y sus manos entre sus muslos.

Mi lobo comenzó a aullar, casi tomando las riendas de mi cuerpo por


segunda vez en el día.
—¿Q-quieres acercarte a mi? —mi voz sonó gruesa.

El Omega alzó su mirada hacia mi, con los ojos muy brillantes. Creo
que su lobo también lo estaba consumiendo.

Asintió con la cabeza y de un segundo a otro, colapsó su cuerpo con


el mío, en un firme abrazo.

Como solía hacerlo, el Omega enterró su rostro en mi pecho, y


aferró sus brazos alrededor de mi cuerpo. Por mi lado, aprisioné su
pequeña cintura con uno de los brazos mientras que el otro se
encontraba en su cabello, acariciando las suaves hebras.

El Omega era tan reconfortante.

Tras unos silencios de disfrutar del tacto del otro, Jungkook se


separó de mi pecho y me observó anonado.

Mi respiración se entrecortó cuando dirgió su rostro hacia mi cuello,


para inhalar de mi aroma.

Solté un jadeo y mi piel se puso de gallina cuando sentí su aliento


caliente en la piel sensible. Mi corazón empezó a bombear con
fuerza.

Era un momento íntimo.

Cerré los ojos, sintiendo mi lobo emocionado por lo que estaba


pasando.

Jungkook quitó sus manos se donde anteriormente de encontraban


para ponerlas detrás de mi cuello, apretando con fuerza y
acercándose aun más a mi cuerpo, haciéndome tambalear.

El chico inhalaba mientras seguía moviéndose en su lugar, casi


queriendo juntar nuestros cuerpos en uno.

Tragué saliva.
Mis manos picaban. Incluso, un cierto dolor se depositó en mi
abdomen bajo.

Sin embargo, no me quería separar de él.

—Tete —dijo en susurro, contra la piel de mi cuello.

Esta vez fui yo el que inhale. Su aroma se estaba volviendo muy


fuerte, muy adictivo. Me encantaba.

Antes de que hiciera algo más, unos toques en la puerta


interrumpieron.

Me fue inevitable no gruñir.

Jungkook por su lado se separó de golpe de nuestra cercanía,


saliendo de su trance.

Tenía los ojos brillantes, las mejillas sonrosadas, el cabello un tanto


desordenado y los labios rojos.

Cualquiera pensaría que estábamos haciendo otro tipo de cosas.

Jalé de su brazo para acercarlo nuevamente a mi, pero otro toque


en la puerta interrumpió.

—Taehyung. Sal, ocupo hablar contigo. —la voz de papá sonó seria.

Solté otro gruñido, esta vez mirando hacia la puerta. Cualquier cosa
que fuera podría esperar.

—Ahorita no, papá.

Pude escuchar al Alfa soltar un suspiro.

Jungkook respiraba con dificultad, lo cual me preocupó.

Le tomé el rostro con ambas manos.


—¿Estas bien, Kookie?

El chico me miró de una manera que jamás había visto en sus ojos.

—Y-yo... —el chico habló en un hilo de voz, sin embargo no terminó


de hablar.

Papá otra vez en la puerta.

—Kim Taehyung, es urgente.

Solté con delicadeza el rostro de Jungkookie y le sonreí levemente.

Con fastidio, y para mi sorpresa, con las piernas temblorosas


caminé hacia la puerta y observé al Alfa que tenía una mueca en el
rostro.

El hombre me hizo un gesto para que saliera de la habitación, y


antes de hacerlo le eché un vistazo al Omega, que seguía sentado
en mi cama con la mirada pérdida.

—¿Qué es tan urgente?

El hombre vaciló.

—Estas entrando en celo, Taehyung. —sus palabras hicieron eco en


mi cabeza. —y creo que el también. Lo mejor sería que tu mamá
llevara al Omega a su casa.

***
Me fui en un mini HIATUSS (ayer
debí de haber actualizado) Sin embargo estoy de viaje y me he
sentido muy cansada físicamente;(.

También me costó mucho hacer este capítulo, pero aquí está

Este cap le quitó el puesto a Fantasía (cap num 22) como el


más largo de todos:0
En el próximo capítulo habrá una mini explicación de lo q pasó
(sobre el celo) :)

Espero que les haya gustado🥰


Por cierto ni se emocionen que no van a pasar al celo juntos
jejejeje (AÚN)

Muchas gracias por leer💕💕amo leer sus comentarios

Chaito
26. "Acontecimientos"
Jungkook POV's

Desastre.

Si tuviera que usar una palabra para describir todo lo que había
sucedido en las últimas dos horas, la palabra "desastre" sería la
más adecuada.

—Apestas horrible —fue lo primero que me dijo Yugyeom al entrar


por la puerta de la casa.

Me dejé caer en el suelo y me posicioné en un ovillo. Cerré los ojos


y decidí contar hasta cien para tranquilizarme.

Pero la voz de mi hermano me interrumpió en el número veintisiete.

—H-hey —Yugyeom me sacudió el hombro. —¿quieres que llame a


mamá? ¿Estás entrando en celo...?

Abrí los ojos de golpe y observé a mi mellizo.

—No, ni se te ocurra llamarla —le dije alarmado. Me senté en el


suelo y le tomé del brazo —O-ocupo quitarme el olor primero. No
quiero que piense algo raro.

Mi hermano enarcó una ceja.

—Estabas con el Alfa, entonces —al principio había sonado como


una pregunta, pero terminó siendo una afirmación. —¿A eso fuiste a
Seúl? A foll...

Le solté un golpe en la cabeza, que lo hizo tambalear en su lugar.

Mis mejillas se tiñeron de rosa.


—¡No! —mi respiración se había vuelto errática.

El Alfa mellizo rodó los ojos. Me examinó de pies a cabeza y rogué,


de verdad rogué que no notara que la camisa que llevaba encima no
era mía.

Pero el día de hoy, la suerte no estaba de mi lado. En realidad,


¿cuando ha estado a mi favor?

—¡Jo! ¡Jeongyeon no se va a tragar esto! —soltó en un chillido alto.


—¿¡Te has revolcado con el!? ¡Incluso traes su camisa!

Yugyeom tenía una boca muuuuy grande.

—¡No! ¡Ya te dije que no! —me estaba poniendo muy malhumorado.
—¡Estás malinterpretando las cosas, tonto!

—¿Pero que mierda es ese olor...? —Jeongyeon apareció cerca,


olfateando el aire para luego dejar caer sus ojos sobre mi.

Me agarré el puente de la nariz y cerré los ojos durante dos


segundos.

—Jungkook fue a ver al Alfa. —Yugyeom se adelantó en hablar.

Observé a mi hermana y negué con la cabeza, abrí la boca pero ella


fue más rápido en hablar.

—¿Estás entrando en celo de nuevo? —arrugó la nariz. —Ha


pasado un mes y medio de la última vez y...

—¡No! —grité en una voz muy aguda, haciendo que ambos alfas se
taparán los oídos con muecas en los labios. Carraspee mi garganta.
—Y-yo...no sé qué ha pasado, ¡pero no me he acostado con el!

Jeongyeon abrió los ojos y me observó horrorizada.

—¡Por eso hueles horrible! —exclamó, tapándose la nariz. —


¡Estabas con Taehyung!
Iba a sacar las garras, pero me cortaron el rollo.

Me sentí desfallecer cuando escuché la puerta de la casa abrirse.

Todos observamos en la dirección, cayendo en un silencio sepulcral


mirando a mamá que cruzaba el umbral de la casa a la vez que
cerraba la puerta con una mueca en los labios.

—D-dios mío. —hizo una expresión de desagrado. —¿Quien...?

Sus ojos cayeron sobre mi de golpe, y no me quedó de otra más


que sonreír nerviosamente.

—Mamá... —me tembló la voz.

🌙🌙🌙

—Dios mío, Kookie. Eres un calienta huevos —Jimin dijo entre risas.

—¡Yah! –le miré con desaprobación. Reprimí mis ganas de soltarle


un golpe en la cabeza, ya que estabas en la cafetería

Justamente en mi hora de descanso.

El Omega de cabello rosa seguía riéndose, con las manos sobre su


estómago.

—¡Es que no puedo creer que le hayas adelantado el celo! —dijo en


un tono de voz muy alto.

Esta vez si me di el lujo de propinarle un golpe en la rodilla, por


debajo de la mesa.

Soltó un alarido de dolor con un puchero en los labios.

—Hablas muy alto, ¿no crees? —le murmuré entre dientes. Le hice
un gesto, moviendo la cabeza hacia la izquierda.
Jimin giró su cabeza y observó a la pareja en la mesa vecina que
tenían los ojos sobre nosotros, susurrando sabe-qué.

—Perdón, Kookie. Me he emocionado —sonrió levemente. —¿que


le has hecho para...?

Pegué mi espalda en el respaldo de la silla y solté un suspiro


cansado.

—Nada, yo... —observé mis manos entrelazadas sobre mi regazo,


recordando el momento. —por un segundo también pensé que
tendría mi celo, pero no pasó nada después de llegar a casa. Solo
me sentí muy sensible al estar en su nido. Su habitación olía a el, yo
olía a él, estábamos a solas y no sé... ni siquiera hubo un
acercamiento extraño.

O tal vez si.

Sin duda mi lobo interior se había cegado ante el olor del Alfa.
Recuerdo haberme lanzado contra su cuerpo, y olfatear sobre su
cuello.

Dios.

¿Como volvería verlo a la cara?

El Omega de cabello rosa asintió con la cabeza analizando mis


palabras.

—¿Y qué pasó después? —alzó sus cejas, abriendo sus ojos. Gesto
que hacia cuando tenía mucha curiosidad.

Chasquee la lengua y ladee la cabeza, observando a mi amigo.

—Al parecer Taehyung no sabía que estaba entrando en calor, pero


su papá pudo percibir su olor. Lo separó de mi antes de que
perdiera el control. —torcí los labios. —después su mamá ofreció en
traerme a casa...¿puedes imaginar lo avergonzado que me sentí,
Jiminie?
El chico hizo una expresión de lástima.

—¿Que te dijo? —posicionó sus codos sobre la mesa entre


nosotros. Incluso, comenzó a mordisquear la uña de su dedo índice.

—Me dijo que no me sintiera incómodo. Que era normal que esto
pasara entre destinados —recordé sus palabras. La Omega se
había portado muy dulce conmigo, transmitiendo confianza y
tranquilidad ante todo lo que había pasado. Incluso me dió un besito
en la mejilla y dijo que le encantaría que algún día me quedara a
cenar. —Pero Jimin, sabes...¿sabes que fue lo peor?

Jimin abrió los ojos, muy metido en la anécdota de mi desgracia.

—¿Que fue lo peor, Kookie?

Solté un suspiro.

—El llegar a casa. —hice una mueca, recordando lo que había


pasado la noche pasada —Yugyeom y Jeongyeon hicieron un
escándalo, pero luego mamá llegó y...las cosas eran muy fáciles de
malinterpretar.

Jimin pareció inquieto.

—¿Que te dijo?

—Me olfateó, me dió supresores por si acaso. Me hizo darme una


ducha —dije los sucesos cronológicamente. —después me platicó
explícitamente de cómo era el pasar el celo con un Alfa.

—¿Sin preguntar qué había pasado? —el Omega hizo un gesto de


confusión, frunciendo el ceño.

—Eso fue después de la plática del celo.

—¿Que pasó, Jungkook?


Mamá se está comportando tan tranquila ante la situación que me
estaba asustando.

No era que fuera una persona muy explosiva, no obstante supongo


que ninguna mamá jamás se sentiría tranquila al llegar a casa y
percibir un fuerte olor a celo impregnado en la piel de su hijo
Omega.

—Yo...uhm —mis mejillas seguían sonrojadas.

¿Que debería de decirle? ¿Que partes debería de omitir?

—Se sincero. —sonó como una advertencia.

Solté un cansado suspiro.

—La verdad es que pasaron muchas cosa, mamá —dije en un hilo


de voz.

Me sentí abrumado. Cohibido.

Primero papá había embarazado a su Omega, se había disculpado,


después me acosaron en la calle, Taehyung fue consumido por su
Alfa, me llevó a su casa, conocí a sus padres y le adelanté el celo.

Lo más importante por omitir ahora era lo del embarazo. No


mentiría, solo omitiría.

No era algo que me correspondiera decir.

Mamá no explotó, de hecho me escuchó tranquilamente. No dijo


nada sobre estar a solas con el Alfa, ni me dijo que lo había
provocado, no insinuó nada malo.

Se limitó a acercarse a mi y acariciar mi cabello mientras yo


derramaba lágrimas.

No me había dado cuenta de lo angustiado que me sentía, hasta


que hablé con ella.
Incluso lo que más me afectó fue lo de papá y el extraño Alfa que se
había acercado a mi en la calle.

Me sentí pequeño. Afligido.

—¿Y...? ¿No has hablado con Taehyung?

Negué rápidamente con la cabeza.

—Le daré un tiempo para que se recupere —hice una línea fina con
mis labios. —Me siento avergonzado.

Jimin rodó los ojos ante mi comentario.

—¿No has ido con la abuela Seung a platicar lo qué pasó?

Siempre que pasaba un acontecimiento de alta gravedad siempre lo


discutamos con la vieja.

Era como una tradición.

—No, pero planeo ir a tomar té en su casa después del trabajo —le


dije a Jimin con una leve sonrisa. —¿vienes?

El Omega asintió con la cabeza con entusiasmo.

—Jamás me lo perdería.

🌙🌙🌙

Taehyung POV's

Un dolor se había instalado en mi estómago bajo, haciéndome soltar


gemidos desgarradores.

Dolía mucho.

Intentaba respirar de manera correcta, pero simplemente no podía.


Mi corazón bombeaba sangre aceleradamente, y mis piernas
temblaban sin parar.

Había tomado mis supresores, sin embargo no parecían hacer un


jodido efecto en mi. Esto jamás me pasaba.

Mi Alfa me gruñía, me pedía a Jungkook.

Necesitaba a Jungkook.

Quería sentirlo cerca. Sentir su calor corporal. Tenerlo en mis brazos


y por lo menos recibir mimos de su parte.

Sentía un calor inmenso.


El cabello se me pegaba a la nuca, a las orejas, y a mi frente por el
excesivo sudor que recorría mi cuerpo.

Con las manos temblorosas agarré borde de mi camiseta y la saqué


por encima de mi cabeza, dejando mi torso desnudo.

Solté un suspiro cansando.

Cerré los ojos con ímpetu y apreté las sábanas. Tenía que
tranquilizarme si no quería romper algún maldito mueble.

Extendí mi brazo derecho y lo deslicé sobre el colchón para tomar la


prenda que le pertenecía al dulce Omega.

La había olvidado cuando mamá entró a la habitación, sacándolo


rápidamente del lugar.

El chico había parecido cohibido y confundido ante la situación.

Había percibido sus ojos cristalízanos y su rostro sonrosado antes


de salir por la puerta y tan pronto como desapareció de mi vista, mi
lobo gruñó desesperado e inconscientemente mi cuerpo se dirigió
hacia la puerta, corriendo para buscar al Omega.

Papá me lo impidió.
Y entendía que era la mejor opción. Podía hacerle daño, asustarlo y
lo que menos quería era que se alejara de mi.

Tenía que controlarme, cosa que me estaba costando bastante ya


que este celo estaba resultando desgarrador.

Acerqué la camisa de Jungkook a mi nariz y la olfateé con fuerza,


embriagándome con su exquisito dolor.

Mi miembro dió una sacudida, sacándome una maldición baja.

Control.

Control.

Tenía que tener control.

Incluso, durante las últimas horas había rasgado las sábanas, los
pies del soporte de la cama, incluso había hecho pedazos mis
almohadas.

Mi Alfa se sentía enojado por privarme del placer que necesitaba.


No quería tocarme pensando en el Omega, mi parte humana por
alguna razón seguía presente, diciendo que le parecía un tanto
inmoral hacerme una paja en nombre de Jeon Jungkook.

Tragué saliva y me dejé caer sobre el colchón, con el pecho contra


el. Solté un gemido fuerte al sentir una leve fricción contra mi
miembro, haciéndome suspirar, acalorado.

Solté otro gemido cuando mi miembro rozó contra mi bóxer,


haciendo delirar contra el pequeño placer que había sentido.

Agarré mis pantalones y mi bóxers y los saqué de mi cuerpo.

Necesitaba tranquilizarme. Si tenía suerte, el celo me duraría un día


como solía serlo siempre.

🌙🌙🌙
¿Un día?

Han pasado 32 horas y el maldito calor que recorría mi cuerpo no se


iba.

Sin duda este se estaba convirtiendo en el celo más doloroso que


jamás había tenido, y tenía sentido ya que, había conocido a mi
Omega lo cual hacía las cosas más difíciles.

Mamá había venido hace unas horas atrás a mi habitación,


dejándome algo de comer y avisándome que no me daría más
supresores, ya que estaban resultando inservibles.

No le dije nada.

Me limité a cerrar la puerta y dejarme a caer sobre el colchón y


taparme hasta la cabeza con las sábanas hechas trizas.

Jamás había pasado el celo con alguien, me había limitado toda mi


vida; no obstante habia perdido mi virginidad a los diecisiete años
con una Omega de grandes caderas que se me había entregado en
bandeja de plata.

Y esa fue la única vez que tuve una relación sexual, ya que después
de aquello, tuvimos un susto de embarazado. Eso fue suficiente
para alejarnos, y ni siquiera fue difícil separarme de ella ya que
nunca me gustó.

Durante los celos, mi única compañía era mi mano y en ocasiones


resultaba ser suficiente para saciar mi sed de aparearme, sin
embargo se que de alguna forma eso no iba a calmarme en este
momento.

No sería suficiente.

Papá había compartido su teoría, diciéndome que probablemente mi


celo se había adelantado por la cercanía del Omega. Nuestros
olores se habían mezclado, despertando mi Alfa, gritándome y
gruñéndome, queriendo marcar su cuello.

Enlazarnos.

Impregnar mi olor en su hermosa y suave piel, para que supieran


que tenía un Alfa y que nadie, absolutamente nadie tenía que
acercarse a él.

Porque el era mío.

***

Actualicé muy rápido, lo siento

El capítulo no daba para más, no quería alargarlo y forzarlo así


que lo dejé hasta aquí, convirtiéndose en un capítulo corto,
jejejeje

gRACIAS POR LOS 5.4k LEIDASSS🥺❤❤❤❤

Espero que les haya gustado y lo hayan disfrutado <3

Amo leer sus comentarios❤.

Los tkm mucho, besitos en la frente 🥺.


27. "Bonito"
Jungkook POV's

—Dos kilos de azúcar moreno y 750gr de canela molida, ¿si? —


Mamá me entregó un par de billetes.

Asentí con la cabeza.

Giré sobre mis talones y salí de la tienda de los uniformes.

Justo ahora nos encontrábamos en el centro comercial. Mamá tenía


muy en claro que las ofertas escolares eran los primeros días del
mes de Agosto.

Y obviamente la Omega no perdería la oportunidad de pagar menos


dinero.

El regreso a clases estaba la vuelta de la esquina, por lo que nos


arrastró a mis hermanos y a mi a Seúl, a hacer las compras. El
centro comercial estaba lleno, pero eso no era un obstáculo para
mamá, claro que no.

Yugyeom se encontraba comprando los útiles, mientras Jeongyeon


buscaba el calzado y mamá compraba el uniforme de ambos.

Por mi lado, me encontraba tranquilo.

Caminé hacia el local donde solíamos abastecer la cafetería. Antes


de entrar a la tienda, eché un vistazo dentro y solté una maldición al
divisar cierto Alfa detrás del mostrador.

Solté un suspiro y entré por la puerta de la pequeña tienda,


haciendo que un sonido de timbre se escuchara.

Mis ojos viajaron curiosamente hacia el Alfa, que ya se encontraba


observándome con una sonrisa.
—¡Jeon! —saludó con entusiasmo.

—H-hola —tartamudeé torpemente.

El Alfa pasó sus dedos sobre su cabello rubio, sin despegar sus
rasgados ojos de mi.

—Tanto tiempo sin verte, bonito.

Mierda.

Me adentré entre los estantes de productos, intentando esconderme


de la vista del chico.

Era cierto que durante unos meses tuve un crush con el chico.

Pero ya no más.

Lo había conocido aproximadamente tres años. El trabajaba en este


local que vendía específicamente productos para postres.

Mamá siempre venía a comprar ciertos ingredientes que


utilizábamos en la cafetería en este lugar, decía que era barato y de
buena calidad.

Y era cierto.

Lucas —que era empleado del negocio —era un Alfa muy coqueto,
y para ser honesto, muy lindo.

Desde que nos cruzamos por primera vez en este lugar, no perdió el
tiempo y comenzó a coquetear, diciendome lo lindo que era y
diciendo chistes insinuantes.

Era un Alfa muy carismático, y obviamente a mi me había gustado


eso.

A pesar de todo jamás tuvimos un acercamiento más allá. Solo se


limitaba a coquetear descaradamente.
—Uhmm, si... —mordí mi labio intentando no sonar nervioso.
Busqué entre los estantes los sacos pequeños de azúcar. —
Pasaron meses.

Hubo unos segundos silencio, hasta que se escucharon sus pisadas


sobre el suelo.

—¿Como te ha ido? —su voz se escuchó más cerca de mi.

Alcé la mirada hacia el final del pequeño pasillo, encontrándomelo


con los brazos cruzados y una mirada llena de curiosidad.

Sonreí un poco.

—Muy bien, ¿y a ti? —le pregunté con cortesía.

El chico dió algunos pasos hacia mi hasta posicionándose frente


mío.

Era muy alto, sus brazos eran gruesos, sus cejas pobladas le daban
un aspecto masculino y tenía una bonita sonrisa.

El chico sonreía abiertamente.

—Mucho mejor después de verte —guiñó un ojo.

Rompí el contacto visual y carraspeé la garganta, claramente


avergonzado ante sus palabras.

—¡Ah, Jeon! —exclamó entre risas. Puso una de sus manos sobre
mi hombro derecho —¡Siempre tan tímido! Eres adorable.

Un calor se instaló en mi cuerpo.

—Ah...y-yo —quise darme un golpe al escucharme balbucear. —


Mmh...¿donde está la canela?

Lo mejor sería evitar cualquier tipo de coqueteo de su parte.


No me encontraba interesado ya.

El chico asintió y me hizo un gesto con la cabeza para que lo


siguiera al pasillo de al lado.

—¿Cuanto quieres? —sonrió, irradiando felicidad.

—Setecientos cincuenta gramos —recordé las instrucciones de


mamá.

El Alfa alzó su brazo, alcanzando desde lo más alto del estante la


bolsita de canela.

—Aquí tienes, bonito. ¿Algo más?

La tomé entre mis manos y negué con la cabeza.

Caminamos hacia el mostrador. El chico se hizo cargo de pasar los


productos sobre el lector de código de barras.

—¿Y que estudiaras este año, Jeon?

Ladeé la cabeza y solté un suspiro.

—Este año no estudiaré, por lo que me dedicaré a trabajar. —


arrugué la nariz inconscientemente. —Será aburrido.

El Alfa analizó la información al mismo tiempo que ponía las


compras dentro de una bolsa de papel.

—Ya veo... —asintió con la cabeza. —pero podrías dedicarte a algo


más, ¿no crees?

Aquello me hizo alzar una ceja.

—¿Como que?

El chico chasqueó la lengua.


—Podrías tomar un taller de algo que te guste. —se encogió de
hombros. —En la escuela de artes a la que asisto están las
inscripciones abiertas.

Aquello llamó mi atención.

Podría tener un pasatiempo nuevo, pero el tiempo también podría


ser un problema.

Observé al Alfa. Lucia muy sereno.

Tiempo atrás me había dicho que practicaba baile, y obviamente al


mismo tiempo trabajaba. No lucia como un problema para el hacer
ambas cosas.

Me sentía curioso.

—¿Que talleres hay?

El chico sonrió.

—Baile, canto, fotografía, arte escultural, pintura, maquillaje artístico


y hasta poesía. —numeró con sus dedos.

Me quedé unos segundos pensando en sus palabras.

—Suena...interesante —admití.

Lucas asintió con la cabeza, con entusiasmo.

—¡Lo es! —exclamó. —Deberías de pensarlo. Las inscripciones


acaban en dos semanas, así que tienes tiempo para pensarlo.

Torcí los labios, observando al Alfa.

—Mmh, no lo sé —solté un suspiro. —de todas formas...¿no tienes


un folleto o algo así?
El chico sonrió con superioridad. Se agachó en su lugar y sacó un
precisamente un folleto de su mochila. Se enderezó y me entregó el
papel, aún sonriendo.

—Si te inscribes, ¿puedes decir que te lo recomendé? —hizo un


mini puchero que me hizo sonreír. —podrían darme muchas
ventajas.

Enarqué una ceja.

—¿Me estás usando, Lucas? —puse una de mis manos sobre mi


pecho, intentando lucir ofendido.

El Alfa sonrió, observándome con intensidad.

—Jamás haría eso, bonito —guiñó un ojo.

Aquello me hizo reír.

—Si, claro. —tomé la bolsa y la colgué sobre mis dedos.

Lucas me observó caminar hacia la puerta, y antes de que saliera


volvió a hablar.

—Mira el lado bueno, nos miraríamos más seguido, Jeon.

🌙🌙🌙

—¿Sigue enamorado de ti? —Yugyeom preguntó mientras


masticaba pizza.

Solté un bufido.

—Nunca ha estado enamorado de mi.

¿Enamorado? Eso es demasiado.

—Siempre me gustó para ti. Lucas es un buen chico —mamá se


atrevió a decir mientras tomaba el último trozo de pizza en la caja.
Hice una mueca.

Habían comenzado una plática sobre el Alfa después de que les dije
que tuve una plática con el.

—Prefiero a Taehyung —mi hermana dijo, encogiéndose de


hombros.

Taehyung.

No había hablado con el desde la vez del "incidente". Había


decidido darle espacio, y el espacio se había alargado más de lo
que esperaba.

Han pasado tres días.

Los tres días habían sido aburridos, monótonos y si tuviera que


describirlos con un color, sería el color gris.

El chico se había vuelto en una persona cotidiana en mi vida. Había


tomado importancia rápidamente, lo cual me gustaba bastante.

Si, lo extrañaba.

Solté un suspiro cansado y me recargué en el respaldo de la silla.

Los tres notaron mi gesto.

—No puedo creer que le hayas adelantado el celo a un Alfa, Kookie


—Yugyeom habló entre risas.

Otro bufido de mi parte.

—Yah, olvídenlo. —ladeé la cabeza.

Mamá me echó una mirada un tanto intimidante, que la verdad no


sabía a qué se debía.

Sin embargo, no iba a preguntar nada al respecto.


Tras las cansadas —y exitosas— compras en el centro comercial,
mamá compró cuatro cajas de pizza y regresamos a Suwon.

Durante el camino en el auto, me encontré a mi mismo pensando


sobre los talleres de la escuela de artes a la que asistía Lucas.

Me encantaría poder ir, entrar al taller de canto, incluso de baile pero


tenía la responsabilidad de trabajar y no podía darme el lujo.

El timbre de mi celular me sacó de mis pensamientos.

Deslicé mi mano sobre la superficie de la mesa para tomarlo.

Solté un jadeo al observar el nombre de Kim Taehyung en la


pantalla. Me levanté de la silla de golpe y corrí hacia mi habitación.

Cerré la puerta y me aventé en mi cama, soltando un chillido de


emoción.

Carraspeé mi garganta y descolgué la llamada.

—¿H-hola? —no había notado lo ansioso que me sentía por al


menos escuchar su voz.

Un suspiro se escuchó al otro lado de la línea.

—¿Kookie? —su voz gruesa me causó un escalofrío.

—Tete. —sonreí como un tonto. —¿C-como estás?

—Mejor, mucho mejor. —dijo con serenidad. —Perdón por


desaparecerme, fueron días muy difíciles.

Aquello hizo acelerar mi corazón.

—N-no te preocupes, hyung —me apresuré en hablar. —Quise darte


espacio.

Hubo algunos segundos de silencio.


—Y también quería pedirte perdón por si llegué a incomodarte,
cachorro.

Fruncí el ceño.

—N-no, claro que no. —negué con la cabeza, rápidamente. —Es


algo normal.

—Me siento avergonzado, Kookie.

Ladeé la cabeza, observando el paisaje a través del cristal de la


ventana.

—No tiene porqué. —le dije casi en un susurro. —Y-yo de hecho


tuve mi celo cuando recién lo conocí, hyung.

Esa había sido una confesión no planeada.

Mordí mi labio.

—Oh... —escuché de su parte. —entonces estamos a mano. —


Solté una risa. Era una situación muy peculiar. El chico volvió a
hablar. —¿Mamá dijo algo fuera del lugar cuando te llevó a casa?

Me causó gracia su preocupación.

Su mamá había sido muy amable.

—No, claro que no. —negué con la cabeza, como si el Alfa estuviera
viendo mis gestos. —fue muy atenta y amable.

Taehyung soltó un suspiro que pareció aliviado.

—A mis padres les agradaste mucho. —soltó, haciéndome muy feliz


ante la revelación.

—Eso me alegra mucho—le admití con una sonrisa plasmada en los


labios. —N-no era el tipo de situación en la que me imaginé
conociéndolos, pero creo que todo salió bien.
El chico rió suavemente.

—Han estado exigiéndome sin parar que deberías de venir a cenar


—dijo con serenidad. —Pero creo que aún no es momento para esa
formalidad. Se que aún te sientes un poco abrumado.

Me gustaba su honestidad y su simpleza por entenderme.

—Gracias, Tete. —acaricié mi muslo nerviosamente con mi mano


libre. Por inercia observé hacia mi escritorio, mis ojos cayendo sobre
su camisa extendida sobre el respaldo de mi silla giratoria. —Por
cierto, me he traído tu camisa.

Pude escuchar al Alfa tragar saliva ruidosamente.

—Uhm, si. Tu has dejado la tuya aquí —le escuché decir con voz
gutural. —te la entregaré pronto.

Mi lobo se encontraba desesperado por verlo.

Asentí con la cabeza.

—Y yo le entregaré la suya, hyung.

El chico soltó una risa que me pareció sumamente atractiva,


erizando mi piel.

—Quédatela, cachorro. —dijo en un lindo tono.

Mis mejillas se calentaron.

—Y-yo...uhm, gracias.

Casi pude visualizarlo sonriendo.

—¿De casualidad no te cause problemas, Kookie? —pude escuchar


cierta preocupación en su pregunta. —O-ósea, supongo que mi olor
estaba en mi camisa y...
—Y en mi piel también. —mi comentario había generado un tanto de
tensión. —N-no te preocupes por ello, hyung. Mamá y yo tuvimos
una plática.

El chico soltó un gruñido bajo.

—Entonces si causé problemas. Supongo que tú madre pensó


cosas fuera del lugar, ¿no?

Mordí mi labio.

—No te preocupes, de verdad. —dije con serenidad. —Ya pasó.

Pude escucharlo chasquear su lengua.

—Tendré que disculparme con tu madre, Kookie. Tengo que causar


una buena impresión.

Aquello me hizo reír.

—Para disculparte con ella tendríamos que vernos, ¿no lo crees,


hyung? —disfracé mis ganas de verlo con mi comentario.

El chico se río.

—Claro que si. Me encantaría volver a verte, Kookie. —dijo de una


manera un tanto seductora.

Tuve que reprimir nuevamente un chillido.

***

YA VIERON QUE HABRÁ SINGLEE?????? Estoy q me muero de


felicidad!!!

GRACIAS POR LOS 6.4k!!! Están creciendo las vistas, lo cual


me hace feliz ❤ ❤ ❤ se exactamente quienes han sido mis
primeras lectoras🥺🥺.
No tengo mucho que decir respecto al capítulo , jejeje
Espero que les haya gustado;)

Les he dejado a Lucas en multimedia<3

Espero que no se desesperen por el desarrollo de la historía, o


se aburran YA VA A COMENZAR EL SALSEOO

Por cierto, me estoy dando cuenta que la historia se está


alargando más de lo que pensaba🤡.

Bais, los tkm


28. "Mimos y besitos"
Taehyung POV's

—¡Tete! —el Omega me observó sorprendido.

Se acercó a paso rápido y se instaló enfrente de mi, con los ojos


bien abiertos.

—Kookie —le sonreí.

Su cabello estaba creciendo, volviéndose un poco desordenado y


tenía una preciosa sonrisa de oreja a oreja impregnada en su
sonrojado rostro.

Se miraba tan hermoso.

Saqué las manos detrás de mi espalda, mostrándole a Jungkook el


ramo de rosas rojas que anteriormente escondía.

Un pequeño detalle.

—¡Ta-da! —le extendí el ramo con un leve ardor en mis mejillas.

Madre luna, estoy sonrojado.

El chico parpadeó repetidamente, observando el obsequio.

—Ah, hyung —ladeó la cabeza al mismo tiempo que sonreía. Tomó


el ramo con delicadeza, para luego generar contacto visual. —N-no
era necesario.

Me acerqué a su cuerpo, para posar mis manos sobre su pequeña


cintura y aprisionarlo en un abrazo.

Olfatee un poco su olor, embriagándome de la dulzura.


—Claro que era necesario. —le dije al oído, acariciando su cabello.
—Un chico tan bonito como tú se merece completamente mis
cursilerías.

Jungkook se merecía el universo.

El chico se rió un poco, posando su mentón sobre mi hombro.

—Supongo que soy afortunado. —su voz sonó melosa.

Palabras no podían explicar lo mucho que el Omega me hacía


sentir. Me sentía malditamente feliz incluso cuando escuchaba su
nombre. Se había convertido en una persona muy importante para
mi. El chico irradiaba no solo belleza, sino también ternura,
elegancia, inteligencia y todo lo que fuera un término positivo.

Me volvía loco.

La conexión que teníamos era casi como magia, y eso me hacía


sentir jodidamente feliz.

Me separé un poco para conectar nuestras miradas, y me fue


inevitable no sonreír al verle.

El chico tenía las mejillas sonrosadas, y por una mirada fugaz que le
di a sus labios, pude notar cierto brillo en ellos.

Lucian apetecibles.

Tragué saliva y acaricié su mejilla con mi pulgar.

—Créeme que yo soy el afortunado.

El Omega se rió nerviosamente, golpeando sin fuerza mi pecho con


una de sus manos.

—¡Taehyung! —incluso sus orejas se pusieron rojas.

Alcé ambas de mis cejas.


—Tete. —le corregí la manera en la que me había llamado, alzando
mi dedo índice.

Jungkook rodó los ojos.

Nos separamos tras unos segundos, y los ojos curiosidad del chico
inspeccionaron curiosamente mi cabello.

Su mano libre acarició las hebras con delicadeza, haciéndome


suspirar por el tacto de su pequeña mano.

—¿Con que rubio, eh? —me dijo con una sonrisa.

Decidí hacer un cambio drástico —y un tanto impulsivo. —con mi


cabello, tiñéndolo de un rubio suave.

Había sido una buena decisión.

Tomé su muñeca y acerqué el dorso de su mano a mis labios para


instalar un beso, sin romper contacto visual.

El chico me sonrió tímidamente ante el gesto.

—¿No te gusta? —hice un puchero.

Hacer pucheros no era algo que solía hacer, pero cuando me


encontraba con Jungkook los hacía inconscientemente.

El chico sacaba a relucir una parte de mi que no le mostraba a


nadie.

—C-claro que me gusta —tartamudeó con las mejillas sonrosadas.


—Te ves bien.

Fruncí el ceño y alcé una ceja.

—¿Bien? —me crucé de brazos y recargué todo mi peso en mi


pierna derecha. —Entonces me veo feo.
El Omega volvió a rodar los ojos, sin embargo se encontraba
sonriendo.

—¡No!

Chasqueé la lengua.

—¿Entonces me veo terrible? —entrecerré mis ojos.

Jungkook soltó un suspiro.

—Te ves guapo, Tete. —me guiñó un ojo.

La combinación de haberme llamado por mi apodo, haberme


elogiado e incluso haberme guiñado un ojo fue mi perdición.

Diablos.

Me mordí el labio y sonreí.

—Justo lo que quería escuchar.

Mantuvimos contacto visual durante unos segundos, hasta que el


Omega carraspeó su garganta y agrandó los ojos.

—He comprado algo para los dos —dijo, muy emocionado. —vuelvo
en un segundo, ¿si?

Asentí con la cabeza, curioso. Nos encontrábamos en la acera


frente de su casa, por lo que el chico trotó hasta entrar por la puerta
de su casa, dejándome recargado en mi auto.

Solté un suspiro y sonreí.

Lo había extrañado.

Habíamos hablado por mensajes durante unos días, le había dicho


que aún me sentía un tanto mal —sensible— por el celo, sin
embargo ya me sentía mucho mejor.
El celo había sido horriblemente desgarrador.

No aguantaba más días sin ver al dulce Omega, así que en cuanto
me sentí lo completamente seguro de poder ver a Jungkook, me di
la libertad de viajar hacia Suwon y tener una mini cita.

El chico apareció con una sonrisa, cerró la puerta a sus espaldas y


me enseñó un gran envase de helado y dos cucharas.

—Lo compré pensando en ti —se atrevió a confesar, con los ojos


brillantes. —Podemos comer mientras hablamos, ¿si?

Aquello me derritió el corazón.

Incluso, volví a sentir mis mejillas arder.

Jungkook pareció notarlo por lo que soltó una risa burlona. Se


acercó a mi, sorprendiéndome cuando depositó un beso en mi
mejilla.

—Vamos. —tomó mi mano para comenzar a caminar.

Este Omega va a hacer que me de un paro al corazón.

Comencé a seguirle el ritmo del paso hasta que nos adentramos al


bosque, trayéndome recuerdos de la primera vez que hablamos, por
lo que sonreí.

Fue un camino silencioso, más no incómodo. El bosque parecía un


lugar muy pacifico y lindo, aunque debía de admitir que cuando
oscurecía lucia muy tenebroso.

Jungkook soltó mi mano cuando nos encontramos al río frente


nuestras narices, y dejó salir un suspiro con una bonita sonrisa
plasmada en sus labios.

Lucia muy feliz.


Nos acercamos a la orilla y nos sentamos en silencio. El dulce
Omega abrió el gran envase de helado para luego extenderme una
cuchara.

—Te has salvado —dijo mientras encajaba su cuchara sobre el


helado. —, no vendían helado de menta con chocolate.

Solté una risa.

Pasaron unos segundos de silencio, en los que saboreamos del


helado napolitano. Jungkook tarareaba una canción y yo lo
escuchaba con suma atención.

Me encontraba muy emocionado por al menos escuchar un poco de


su voz.

—¿Que tal tu semana, Kookie? —le pregunté atentamente.

El chico torció los labios y entrecerró los ojos, pensando.

—Bien, supongo —se encogió de hombros. —Un poco aburrida.

El chico se quedó viendo un punto fijo en el agua del río, como si


estuviera pensando algo en específico.

Me era fácil leer su lenguaje corporal.

—¿Pasa algo?

Jungkook me observó y vaciló un poco.

—Umh... —se mordió el labio, nerviosamente. —¿Que pensarías si


entro en algún taller de arte?

Aquello me tomó por sorpresa, por lo que agrandé mis ojos con
sorpresa, observándolo.

—Eso sería genial, —asentí animadamente. —¿Estás


considerándolo?
El chico movió su cabeza de arriba hacia abajo, tímidamente.

—Es que no lo sé. Un a-amigo me ha recomendado entrar a la


escuela de artes y la verdad estoy muy interesado, pero no lo sé. —
ladeó la cabeza, pensativo —tengo que decirle a mamá, pero tengo
otras responsabilidades y yo-

—Tu mamá entenderá, Kookie —le observé con serenidad. —No


creo que te prive de algo que te guste o que al menos quieras
aprender, ¿no?

El chico torció los labios.

—¿Y mi trabajo en la cafetería?

—Puedes hacer funcionar las cosas, no te preocupes —le inspiré


confianza en una sonrisa. —plática con ella.

El chico asintió con la cabeza.

—De hecho, c-creo que me gustaría entrar a canto.

Aquello me hizo sorprender aún más, y me emocionó.

—¡Eso sería genial! —le miré con entusiasmo en los ojos.

Jungkook sonrió tímidamente.

—Lo platicaré con mamá, porque de verdad lo anhelo.

🌙🌙🌙

Tomé una cucharada de helado napolitano y lo saboreé, observando


como el Omega hacia lo mismo, moviendo su cabeza de un lado a
otro con una expresión de satisfacción en el rostro.

Precioso.

Sus feromonas irradiaban felicidad pura.


—Me alegra verte feliz, Kookie. —las palabras salieron de mi boca
sin permiso.

El chico giró su cabeza hacia mi y encogió sus hombros, en un


gesto tímido.

—Quería verte, hyung.

Mi lobo aulló, muy feliz ante las palabras del dulce Omega.

—Yo también quería verte, Kookie. —le confesé con una sonrisa. —
Me alegra tenerte cerca después de días.

Jungkook asintió con la cabeza animadamente al mismo tiempo que


volvía a llenar de helado si cuchara.

—Es extraño que...umh —balbuceó un poco, moviendo sus pies


como un niño pequeño. — tenemos casi dos meses conociéndonos
pero siento mucha comodidad contigo, Tete. Como si nos
conociéramos desde pequeños.

Sonreí.

—Me pasa lo mismo. —suspiré, observando su rostro con detalle. —


y me gusta saber que te sientes cómodo. Recuerdo que usabas
demasiado los honoríficos conmigo.

El Omega se rió.

—Si, lo sé. Pero al menos se ganó mi confianza —tragó de su


helado, que se había derretido un poco; manchando sus labios.

Mi movimiento fue impulsivo.

Mi pulgar se dirigió hacia su labio inferior, y lo pasé sobre donde se


encontraba el helado de sabor.

Jungkook se había quedado quieto en su lugar, observándome un


tanto anonado por mi atrevimiento.
Acerqué mi dedo pulgar a mi boca, y chupé, saboreando del dulce
sabor del helado; y de sus labios.

—Dulce. —mi lobo siempre me daba ese empujoncito que me hacía


decir cosas que mi parte humana jamás se atrevería a decir.

Por ejemplo esto.

Mi corazón comenzó a bombear sangre con rapidez, haciéndome


sentir una sensación parecida a la adrenalina.

El Omega enrojeció a más no poder, y sonrió nerviosamente.

—T-tu... —alzó su dedo índice, para picar mi pecho. —E-eres un


atrevido.

Sonreí.

—Me gustas mucho, Jungkook. —dije con orgullo, siendo


completamente consciente de mis palabras.

El Omega soltó un jadeo, y me observó con los ojos brillantes.

Entrelazó sus dedos y los puso sobre su regazo, posando una pose
pequeña y tierna.

Pasaron unos segundos hasta que el chico habló.

—A-a mi también. —dijo en un hilo de voz.

Tuve que reprimir un gruñido, me gustaba que al menos lo intentara,


pero no me sentía completamente satisfecho ante sus palabras.

Recargué mi brazo sobre el césped y giré mi torso hacia el dulce


Omega, dándole a entender que tenía toda mi atención sobre el.

—¿Tu también que?


Jungkook vaciló durante unos segundos, y me observó con
nerviosismo.

Se mordió el labio y sus mejillas se tiñeron de un lindo rosado. Su


cabello se movía por el leve viento, el sonido de las hojas de los
pinos moverse, y el olor a pino era una combinación perfecta.

Era un escenario hermoso.

Sin embargo, Jungkook era el protagonista y el que se llevaba toda


mi atención.

—A mi también me gustas, Tete. —dijo casi en un susurro.

Sonreí y alcé ambas de mis cejas, intentando lucir sereno, pero la


verdad es que por dentro me sentía derretir ante el Omega.

Carraspeé mi garganta, sin despegar mi intensa mirada de los ojos


de Kookie.

—¿Que tanto? —me atreví a ser más pesado.

El Omega chasqueó la lengua y ladeó la cabeza.

Sus orejas estaban rojas, incluso su cuello. Soltó un suspiro y rodó


los ojos, como si le pareciera fastidiosa mi pregunta.

Pero yo sabía que no.

—Te gusta alardear, ¿no, Kim?

Alcé ambas de mis cejas al escucharlo llamarme por mi apellido,


más no dije nada al respecto.

Alcé mi mentón.

—¿Qué tanto? —insistí nuevamente.


Jungkook pasó su lengua dentro su boca, observándome en una
manera en la que jamás me había visto, descolocándome un poco.

—Mucho. —desvió su mirada. —Me gustas mucho.

Sonreí como un tonto.

—Estoy satisfecho. —moví mi cabeza como un niño mimado, de un


lado a otro mientras saboreaba del helado en mi cuchara.

Escuché a Jungkook soltar un gruñido que me pareció tierno.

—Aish, me caes mal. —sentí su mirada sobre mi.

Solté una risa.

—Si, claro. —me burlé, alzando ambas de mis cejas.

—Me caes mal, mal, mal. —repitió con el entrecejo fruncido,


intentando lucir molesto, pero sólo lograba verse adorable.

Sonreí.

Me acerqué a su rostro y deposité un beso en su mejilla.

—¿te sigo cayendo mal, Kookie? —pregunté cerca de su oído.

Pude escucharlo suspirar entrecortadamente, estremeciéndose en


su lugar.

No obstante, sus palabras fueron lo contrario a su aspecto nervioso.

—Aún peor, creo que te odio.

Sonreí.

Era un reto.
Volví a depositar otro beso, esta vez besando la piel debajo de su
oreja, casi en su mandíbula.

Si, definitivamente no sabía en qué momento me había vuelto tan


atrevido con el dulce Omega.

Jungkook me tomó de los hombros, sin embargo no me alejó de él.

—¿Seguro que me odias? —pregunté en un susurro.

El chico no fue capaz de formular una respuesta, por lo que sólo


asintió con la cabeza haciéndome sonreír de satisfacción.

Me separé levemente de el para observarle.

Parecía cautivado.

—Entonces, —un beso en su mejilla. —ódiame —un beso en su


frente. —siempre.

Se poda sentir una inexplicable tensión en el aire.

Jungkook quiso esconder una sonrisa volteando su rostro, pero no


se lo permití.

Lo tomé del mentón y creamos contacto visual.

—Hyung... —sonaba un tanto aturdido.

Sonreí.

—Me acabo de dar cuenta que me encanta mimarte, Kookie...pero,


¿sabes? —acaricié su mejilla con mi dedo índice. —A mi también
me gusta que me mimen, Kookie.

El chico me observó con los ojos brillantes durante unos segundos,


con fascinación.

Acercó su rostro hacia mi y sonrió levemente.


Mi corazón se aceleró cuando el chico se acercó a mi, dejando un
ruidoso beso sobre la comisura de mis labios, haciéndome jadear
por la sorpresa.

El chico se sonrojó hasta las orejas por su atrevido cometido,


sintiéndose avergonzado.

Me había encantado, por lo que me fue inevitable no sonreír como


un tonto.

—Kookie...-

Otro jadeo salió de mis labios cuando estampó su boca contra la


mía, en un pequeño y tímido beso.

Una explosión de sentimientos y sensaciones se instaló en mi ser,


causándome una euforia inexplicable.

Mi corazón se aceleró, y la sensación parecida a la adrenalina volvió


a apoderarse de mi ser.

Me sentía en las nubes.

Tomé su pequeño rostro con ambas de mis manos, y cerré los ojos,
acostumbrándome a la suavidad de sus hermosos labios.

Definitivamente Jungkook me encantaba.

***

JAJAAAAYYYY, q piensan???;)

Espero que les haya gustado mucho<3 por fin se besaron, y


Jungkook tomó la iniciativa, eh 7u7

Amo leer sus comentarios❤.

Por si gustan pasarse;


No tengo mucho que decir más que:

Los tkm mucho, bais 💕💕.


29. "Cobarde"
Jungkook POV's

El reloj marcaba las ocho con diecisiete minutos cuando Taehyung y


yo volvimos hacia la acera frente a casa.

Taehyung me tomó del hombro para empujarme delicadamente


hacia su auto y pegar mi espalda. El Alfa se posicionó enfrente mío
con una sonrisa cuadrada en el rostro.

Acarició mi cabello y soltó un suspiro, observando mi rostro con


detalle.

—Me siento un poco triste de tener que irme. —comentó con


serenidad.

Dejé caer mis hombros.

—Pronto nos veremos, ¿verdad? —parpadeé repetidamente


observando al Alfa a los ojos.

Taehyung sonrió.

Su gran mano acunó mi mejilla derecha y acarició la piel.

—Claro, que si. —ladeó la cabeza, profundizando nuestras miradas.


—¿Que planes deberíamos de hacer?

Torcí los labios.

—Lo que sea. Mientras estemos juntos no importa, hyung. —mis


mejillas se sonrojaron al escuchar mis palabras que habían sido
más melosas de lo que había pensado.

Taehyung soltó una risa baja.


Acercó sus labios a mi frente y dejó un ruidoso beso sobre mi piel.

Aquel beso me hizo ansiar con tener la sensación de sus suaves


labios sobre mis míos nuevamente, por lo que hice un puchero.

Taehyung enarcó una ceja.

—¿Pasa algo?

Desvíe la mirada, e infle mis mejillas al mismo tiempo que negué


con la cabeza.

—Responde bien, Jungkook.

Rodé los ojos y volví a ver al Alfa.

—No, no pasa nada —volví a negar, tragando saliva.

Taehyung rechistó, y movió su cabeza de una manera atractiva,


meciendo su cabello rubio.

Un cosquilleo se instaló en mi estómago.

—¿Sabes...? —se acercó a mi, casi acorralándome contra su


cuerpo y su auto. —Para que las cosas funcionen entre nosotros
debe de haber comunicación.

Suena como un regaño.

—Bueno, nos estamos comunicando ahora mismo, ¿no? —sonreí


levemente.

Taehyung alzó ambas de sus cejas, luciendo un tanto intimidante.

Me rasqué la nuca con nerviosismo.

—Por ejemplo... si quieres que te bese, tienes que decírmelo —dijo


casi en un susurro.
Aquello me hizo sonrojar rápidamente.

Le propiné un suave golpe en el pecho.

—¡E-eh! ¿Que te hace pensar que yo quiero un beso tuyo? —


intenté lucir ofendido.

—Obviamente quieres un beso mío.

Solté un bufido.

—Claramente te has vuelto arrogante, Kim Taehyung. —me crucé


de brazos.

El Alfa soltó una risa, echando su cabeza hacia atrás. Su pecho se


movía conforme reía.

—Eres un cobarde para pedir un beso. —dijo con determinación


después de reír.

Eso luego me hizo reír a mi.

—¿Yo? ¿Cobarde? —alcé ambas de mis cejas y posicioné una de


mis manos sobre mi pecho. —¡Cobarde tu! Si yo no te hubiera
besado probablemente tú jamás lo hubieses hecho.

Aquello hizo a Taehyung observarme con recelo.

—¡Esperaba consentimiento de tu parte!

Rodé los ojos. —¿Entonces hice mal al no pedir tu consentimiento?

Taehyung rechistó.

—Mmh, no.

Sonreí con satisfacción.

—¿Te arrepientes?
El Alfa soltó un gruñido.

—No.

Esta vez fui yo el que acarició su mejilla.

—Es obvio que no te arrepientes. —sonreí con superioridad.

Taehyung enrolló con sus dedos mi muñeca, deteniendo mis caricias


en su rostro.

—Y yo soy el arrogante, ¿no?

Sonreí levemente.

—Yah, está bien. —hice un puchero. —No te enojes, Tete.

El Alfa sonrió y con la mano que me tenía tomado de la muñeca, me


jaló hacia su cuerpo, acercando también nuestros rostros.

—Si me das un beso, no me enojo.

Alcé ambas de mis cejas, intentando ocultar mi nerviosismo y el


hecho de que me sentía pequeño por su cercanía.

—Cobarde, ¿por que no me das un b-beso?

Diablos, tartamudear no estaba en mis planes.

Mi corazón latía con fuerza, y mis piernas temblaban levemente.

Taehyung solo sonrió.

Posicionó sus largos sobre mis mejillas y las apretujó, haciendo que
mis labios sobresalieran.

Alzó su boca y acercó sus labios a los míos, solo para rozarlos con
delicadeza, haciéndome suspirar de la anticipación.
El Alfa me observaba con intensidad a los ojos, sin embargo no
hacia que nuestros labios colapsaran.

—Tae —hablé con dificultad, juntando ambas de mis cejas.

El chico sonrió, aun sin pegar nuestros labios.

Estaba jugando conmigo.

—¿Si, Omega?

Pasaron unos segundos donde nos dedicamos a observamos con


detalle.

El cabello de Taehyung caía sobre su frente, sus ojos relucían


destellos amarillos, y podía ver levemente la piel de su pecho a
través de la camisa de botones que traía.

Era jodidamente guapo.

—Te odio.

El Alfa sonrió.

Estaba apunto de pegar nuestros labios, sin embargo, alguien


carraspeó sacándonos a los dos de nuestro trance.

Taehyung soltó mis mejillas y ambos torcimos la cabeza para


observar a la Omega que nos observaba con ambas cejas alzadas.

—Hola, Kim Taehyung.

Mi corazón dió un fuerte latido contra mi pecho.

El Alfa y yo nos deshicimos de nuestra cercanía rápidamente, y yo


solo fui capaz de ver a mamá con pena.

—Hola. —Taehyung reverenció con educación y sus mejillas


sonrosadas.
Me rasqué la nuca, claramente incómodo ante la situación y el
hecho de que mamá nos viera apunto de besarnos.

—No esperaba a verlos tan... —la Omega torció los labios,


pensando en la palabra adecuada. —juntos.

Esta vez fui yo el que carraspeó.

—A-ah, si. Tae, pues...yo —balbuceé, haciendo reír al Alfa.

Le di una mirada fulminante.

Mamá no dijo nada, por lo que Taehyung tuvo la oportunidad de


acercarse a la Omega y sonreír un poco.

—Quería pedirle disculpas por los problemas que pude causar. —


volvió a reverenciar, mostrando culpa. —No quise causar
malentendidos, entre Jungkook y yo no pasó absolutamente nada.
Jamás le haría daño.

Mamá alzó ambas de sus cejas, claramente impresionada por las


agallas del Alfa de sacar a relucir lo que había pasado.

Ladeó la cabeza, examinando a Taehyung con detalle.

—Está bien. Yo confío en mi hijo, pero jamás en un Alfa. —dijo con


determinación. —Me gustaría que supieras cuidar a Kookie, sin
embargo también tienes que ser consciente con cada uno de tus
decisiones y consecuencias. Te recomiendo que no te pases de la
raya, Jungkook es muy honesto conmigo.

Vaya, esto se está convirtiendo en algo más profundo.

Me acerqué hacia ambos con una sonrisa nerviosa.

—E-está bien, mamá. El entiende —observé a la Omega que seguía


sin despegar su vista del Alfa.
Taehyung lucia un tanto relajado, pero podía apostar que estaba que
se meaba encima.

—Le daré el permiso de abofetearme si hago algo mal, señora —el


Alfa se atrevió a ofertar.

Mamá sonrió.

—No lo dudaré. No iba a pedir permiso. —está vez los ojos de mi


progenitora cayeron sobre mi. —Con esto me despido. Buenas
noches, Taehyung. Mucho cuidado en el camino.

El Alfa volvió a reverenciar, parpadeando repetidamente.

Mamá asintió con la cabeza para luego comenzar a caminar y entrar


por la puerta de la casa.

El chico y yo nos quedamos en silencio durante unos segundos.

—Me cae bien tu mamá.

Observé a Taehyung con el ceño fruncido.

—¿Eh? —me crucé de brazos.

Conectó su mirada con la mía y sonrió, mostrando su sonrisa


cuadrada.

—Claramente se preocupa por ti, te cuida. —acarició mi cabello.

Esta vez sonreí yo.

—Si. —solté un suspiro.

El chico se acercó a mi, y aprisionó mi cuerpo en un abrazo. Su


nariz se dirigió hacia mi cuello rápidamente, y olfateó suavemente
sobre mi piel.

Solté un jadeo por lo repentino que me pareció todo.


Crucé mis dedos detrás de espalda, y cerré los ojos disfrutando de
su caliente aliento sobre mi cuello.

—No dijiste donde querías el beso, así que... —su voz había sonido
mucho más gruesa que antes. Pasaron unos segundos de tensión,
hasta que solté un jadeo al sentir sus labios húmedos sobre mi
cuello.

Dejó un casto beso y se separó de mi, para observar mi reacción.

Mi corazón latía a mil, y podía apostar que mi sonrojo se había


expandido hasta mis orejas y cuello.

El Alfa se había vuelto un tanto atrevido, y para ser honesto eso me


gustaba mucho.

—Nos veremos luego, Omega.

Se alejó de mi cuerpo y entro al auto. Al instante bajó el vidrio y me


dedicó una mirada y una preciosa sonrisa en los labios.

—Adiós, Alfa.

Taehyung guiñó un ojo para luego arrancar el motor y desaparecer


de mi vista tras unos segundos.

🌙🌙🌙

—¡Estás de joda, Jeon! —Jimin chilló, haciendo gruñir a Yoongi.

Negué con la cabeza y me fue inevitable no sonreír, con las mejillas


sonrosadas.

—Anécdota cien por ciento real.

Pude ver de reojo como Yoongi alzó su ceja, y metió la pajilla de su


bebida de fresa —que yo había preparado— a su boca tras decir
"no me la trago."
Rodé los ojos.

—¿Por qué no?

Yoongi rechistó, como si fuera obvia la razón.

—¿Tu? ¿Dando el primer paso? Pfff. —se encogió de hombros.

Recargué mi espalda en el respaldo de la silla y asentí con la


cabeza.

—Se que es difícil de creer, pero de verdad tuve la valentía.

Yoongi succionó fuertemente a través de la pajilla. El Omega a su


lado le dió una mirada molesta, golpeando en hombro de su novio-
amigo.

—¡Eh! ¡Te vas a acabar mi malteada! —Jimin hizo una expresión


enojada.

El Alfa soltó una risa, y le entregó el vaso medio vacío a Jimin.

—Aquí está, bebé.

Aquello hizo sonreír a mi amigo como si no hubiese estado enojado


seguidos atrás.

Tomó un sorbo de la malteada y me observó.

—¿Y qué tal el beso?

Fruncí el ceño.

—¿Esa no es demasiada información para ti? —enarqué una ceja.

Yoongi se rió. —Jamás es demasiada información para Jimin.

El antes mencionado asintió con la cabeza, animado.


—Cuando folles por primera vez también quiero saber todo con lujo
de detalle.

Me ahogué en mi propia saliva.

—¡Agh, Jimin-ah! —Yoongi arrugó su nariz, claramente disgustado


ante lo que había dicho.

—Yo moriré virgen. —me atreví a decir.

Yoongi cambió su expresión asqueada a una de burla. Jimin soltó


una risa.

—Si, claro. Espera a tu próximo celo y verás como vas a querer que
tu Alfita te foll-

Le tapé la boca rápidamente.

Puras incoherencias salían de su boca.

***

Tardé en actualizar, pero más vale tarde q nunca;(

Espero que les haya gustado<3.

Por cierto, el 10 de agosto entro a LA UNIII, es BIEN RÁPIDO ME


VOY A MORIR AYUDA

Por cierto, espero no estresarme mucho y que no pierda mis


actualizaciones que en su mayoría son muy constantes;(

MUCHAS GRACIAS POR LAS 8.1k LEÍDAS, CRECE RÁPIDO,


PALABRAS NO PUEDEN EXPLICAR MI FELICIDAD ❤ .
GRACIAS POR LEERME, shikitos 🥺.

Amo leer sus comentarios y los tkm mucho❤. Bais


30. "Maldita fiesta"
Jeongyeon POV's

—Mamá, iré a casa de Yuna.

La mujer me observó con los ojos entrecerrados y levantó su cabeza


de la almohada, adormilada.

—Por dios, Jeongyeon, ¿que hora es? —se frotó los ojos. —¿No es
muy tarde para que salgas?

Moví mi pierna derecha con impaciencia, y tuve que reprimir un


resoplido para calmar mi ansiedad.

—No pasa nada, mamá. —intenté soñar tranquila. —volveré en la


mañana.

Mamá torció los labios.

—Está bien. Pídele a Yugyeom que te acompañe.

Asentí con la cabeza tras haber tenido su aprobación.

Cerré la puerta de su habitación y corrí hacia la mía. Busqué


rápidamente en mi armario algo que usar, y terminé poniéndome
unos jeans, un suéter gris y mis converse negros. Tomé mi celular
que solo tenía 15% de batería y lo metí en mi bolso trasero.

No soportaba un segundo más.

Mi lobo se encontraba inquieto, algo no estaba bien, o al menos algo


pasaría.

Salí de mi habitación y caminé por el pasillo, pasando de largo la


habitación de Yugyeom.
Luego pediría disculpas.

Aceleré los pasos cuando observé el pequeño cuerpo de Jungkook


acostado en un sofá de la sala de estar.

El Omega se encontraba sonriendo, observando la pantalla brillante


de celular. Una vez que escuchó mis pasos rápidos sobre el suelo,
giró su cabeza para clavar sus ojos sobre mi y fruncir el ceño.

—¿Adónde vas? —se incorporó en el sofá.

Con las manos temblorosas tomé la capucha de mi suéter y la pasé


sobre mi cabeza, escondiendo mi rostro de mi hermano mayor.

No quería que notara mi nerviosismo.

Ignoré su pregunta y una vez fuera de la casa y tras haber cerrado


la puerta a mis espaldas, solté un suspiro.

🌙🌙🌙

—Por favor no hagas nada estúpido —la voz de Yuna me dijo a


través de la linea telefónica. —y tampoco revuelques el auto.

Solté un suspiro nervioso.

—Créeme que si me siento nerviosa. Si algo le pasa al auto de tu


mamá probablemente no viva para contarlo —dije mientras me
paraba en un semáforo rojo.

Por suerte, papá me había enseñado a conducir a temprana edad.

Pude escuchar a la Omega suspirar.

—Ah, Jeongyeon... —pude escuchar su voz temblar.

—Tu tranquila yo nerviosa. —me mordí el labio. —Si mamá llama


dile que me quedé dormida, ¿si?
Pude escuchar a Yuna suspirar.

—¿Y si quiere que le pase a mamá por la llamada? —preguntó en


voz chillona. —¿debo de imitar su voz o que?

Puse nuevamente el auto en marcha tras ver el semáforo en verde.

—D-dile que umh... —ladeé la cabeza, pensando en una excusa


coherente.—¡No lo sé! ¡Dile también que está dormida! O
simplemente no contestes la llamada y ya.

Yuna parecía igual de exasperada que yo y aquello me ponía aún


más nerviosa.

Pasaron unos segundos de silencio, mientras yo me acercaba cada


vez más al lugar donde supuestamente se encontraba Ryujin.

Con Jung Hoseok.

Yuna me había llamado con urgencia una hora atrás, diciéndome


que nuestra amiga se había ido a Seúl con Hoseok. La había
recogido en su casa y se habían ido en su auto.

Aquello me había puesto nerviosa.

Por suerte Ryujin le compartió la ubicación de al lugar al que iba a


Yuna; y esta fue rápida al pasarme la información.

De alguna manera, terminé tomando prestado el auto de su madre


—la cual no se encontraría en casa hasta la tarde del siguiente día
—, por lo que tomé en ventaja la ausencia de ella.

Igualmente, Yuna no podía acompañarme ya que estaba cuidando


de su hermanito.

En efecto, nuevamente iba a perder la dignidad y para ser honesta


era algo que se me estaba volviendo costumbre.
Tenía que cuidar a Ryujin. Mi instinto protector actuaba sobre si
mismo.

No podía dejar a Ryujin en las manos de ese desconocido. Si


tendría que protegerla poniendo en riesgo mi integridad, lo haría.

Simplemente me costaba confiar en Hoseok dándole puntos extras


por ser un hombre. Los hombres en su mayoría son unos tontos.

Di un suspiro, dando vuelta por una esquina a mi lado izquierdo;


adentrándome a una colonia muy decente de Seúl.

Desde la última vez —en aquella fiesta que hubo en Suwon a la que
el Alfa se presentó—, la atmósfera se había puesto un tanto tensa.

Ryujin lucia confundida por mis actitudes posesivas y sobre


protectoras, sin embargo yo podía apostar que al menos ella desde
lo más profundo de su cabeza tenía una idea de que a mi me
gustaba.

Y eso me inquietaba bastante.

Nos habíamos separado nuevamente, o más bien yo había


intentando no interactuar demasiado con ella por más que quisiera
tenerla cerca de mi.

Tenía que eliminar completamente mis sentimientos por Ryujin, no


podían seguir en pie; simplemente tenía que hacerlo por el bien de
nuestra amistad.

No iba a luchar por algo que Ryujin jamás sentiría por mi. No la
haría infeliz, quería protegerla, cuidarla de cualquier persona que se
quisiera aprovechar de ella.

Y yo no sabía cuales eran las intenciones de Jung Hoseok.

No me gustaba su actitud indiferente, como si todo no le pareciera la


gran cosa. Su manera de minimizar situaciones, o las ciertas
miradas y sonrisas burlonas que me había dado en la fiesta del
percance.

Simplemente no.

—¿Ya estás llegando? —Yuna me sacó de mi trance.

Observé durante unos segundos la pantalla de mi celular,


guiándome por Google Maps.

—Si, estoy a dos calles. —mis manos sudadas se resbalaron sobre


el volante. —Gracias por el auto, Yuna. Y gracias por la información.

—No te preocupes, Alfita —su apodo me hizo reír. —Me mandas


mensaje cualquier cosa, ¿si? También cuando vengas en camino.

—Si, si. —asentí con la cabeza torpemente, como si pudiera verme.


—Gracias, Yuna.

Colgué la llamada y me obligué a mi misma a respirar para calmar a


mi corazón que latía rápidamente.

Tras dos minutos de seguir manejando llegué al destino, parando el


auto en medio de la calle, frente a una mansión.

Solté un bufido observando como una la mansión tenía música muy


alta y una gran multitud de adolescentes-adultos bebiendo y
pasando un rato "de calidad" sobre el césped fuera de la casa.

Otra maldita fiesta.

Tuve que meterme en la calle de al lado para estacionar el auto, ya


que no había un lugar libre en la calle principal.

Troté nuevamente hacia la casa y me paré en seco, abriendo los


ojos.

¿Como se supone que iba a entrar? Es una fiesta en un barrio


lujoso, entonces asumí que tenían lista de invitados.
Qué vintage.

Observé a mis alrededores, metiendo mis manos dentro de los


bolsillos de mi suéter, balanceándome sobre mis pies.

Tenía que pensar con claridad.

Ni siquiera mi atuendo era algo apropiado para el lugar; no cuando


las personas de alrededor lucían ropa brillante, con botas o tacones
que lucían costosos.

Quité el gorro del suéter de mi cabeza y peiné mi cabello con mis


dedos intentando lucir al menos un poco más decente.

Inconscientemente mis ojos cayeron sobre un chico recargado


contra la pared de la mansión. Traían un cigarro en su mano
derecha y en la otra mano sostenía un vaso rojo.

Tragué saliva y tuve que suspirar fuertemente para obtener el valor


suficiente para acercarme a él con vacilación en cada uno de mis
pasos.

Me instalé frente suyo.

—¿Me das uno? —moví mi cabeza en dirección al cigarro que


sostenía en su mano.

El chico alzó una de sus cejas y sonrió levemente.

Se llevó el artefacto cancerígeno a sus labios para tomar una fuerte


calada.

—Es el último pero... —humo salía de su boca cada vez que


formulaba una palabra. —No me molestaría dártelo.

Lo extendió y lo tomé rápidamente, poniéndolo sobre mis labios


para dar una calada.
En pocas ocasiones lo había hecho, y honestamente no era algo
que me gustaba, pero era parte del plan; no tenía que lucir como
una niña pequeña asustadiza.

—Vaya fiesta, ¿no? —fue lo primero que se me vino a la cabeza.

El chico tomó un sorbo de su bebida, examinándome con


curiosidad.

—No eres de aquí, ¿cierto?

Fruncí el ceño.

—¿Por qué lo dices? —recargué mi peso sobre mi pierna derecha.

—¿Qué es lo que quieres? —se atrevió a preguntar con una sonrisa


en los labios.

Se agachó en su lugar, dejando su vaso en el suelo y para luego


enderezarse.

Con nerviosismo, tiré el cigarrillo sobre el césped, y pisé la colilla sin


despegar mis ojos del chico.

—Necesito entrar. —hice un ademán hacia la mansión.

Aquello lo hizo verme con curiosidad, soltando una risa jocosa.

Si le quitara los tatuajes en los brazos y su cuello, podría atreverme


a decir que lucia como el típico niño rico mimado.

Sin embargo, esta no era la ocasión.

Se acercó a mi levemente, y movió su cabeza hacia mi cuerpo y


olfateó.

—Alfa, ¿eh? —dió un pequeño golpe en mi hombro. —¿Puedo


saber para que quieres entrar?
Solté un suspiro.

—¿Si te lo digo me garantizarás que entraré?

El chico que pude identificar igualmente como Alfa asintió con la


cabeza.

—Necesito ver a alguien. O más, ocupo cuidar a ese alguien.

El Alfa alzó su ceja.

—¿Novio? ¿Novia? —tuvo la valentía de querer obtener más


información.

Solté un bufido, claramente fastidiada.

—Amiga. —respondí entre dientes.

El chico soltó una risa, y me extendió su mano. La tomé con el ceño


fruncido.

—Un gusto, soy Vernon —estrechó nuestras manos en un saludo.


Iba a decirle que me importaba una mierda su nombre, pero me
interrumpió —por cierto, no ocupabas de nada para entrar a la
fiesta. La puerta está abierta.

Le solté la mano con brusquedad.

—Tonto. —le gruñí.

Vernon se rió, haciendo que sus ojos se hicieran pequeños.

—Nos vemos dentro. —pude escucharle decir una vez que empecé
a caminar hacia la puerta de la mansión.

🌙🌙🌙

Namjoon POV's
Sus labios se movían bruscamente contra los míos, su lengua
caliente empujaba la mía en un vaivén adictivo que me hizo jadear.

Mis manos recorrieron ansiosamente desde su pecho hasta su


nuca, masajeando con suavidad al mismo tiempo que nos
comíamos la boca.

Me tomé la valentía de jalar el cabello del Seokjin.

—Aah, me encantas. —gimió contra mi boca.

Sonreí.

El Alfa delineó mi labio inferior con su lengua, haciéndome suspirar.

Nuestras bocas se separaron, haciendo que un chasquido obsceno


se escuchara.

Abrí los ojos encontrándome a Jin con la mirada lagrimeante y sus


labios rojos e hinchados.

Sus manos que anteriormente se encontraban en mi trasero hicieron


un recorrido hasta mi cuello, levantando mi camisa durante el
camino, trazando con sus dedos mi piel.

Una vez que sus dedos llegaron a mi cuello, lo apretó obstruyendo


un poco mi respiración.

La dualidad que tenía el Alfa me dejaba sin aliento. Podía estar


ahorcándome, sin embargo la expresión que tenía en el rostro era
angelical.

—No deberíamos de follar aquí.—dijo contra mi boca.

Sus palabras me frustraron.

Jale con más fuerza su cabello, haciendo que soltara un gemido


alto.
—No deberíamos, pero podríamos. —sonreí coquetamente.

Jin sonrió, y ladeó su cabeza trazando con sus dedos la piel de mi


cuello.

—No follaremos aquí.

Solté un bufido.

Enrollé con mis dedos sus muñecas, haciendo que liberara mi


cuello. Seokjin soltó un gruñido molesto.

—Aburrido. —rodé los ojos.

Giré sobre mis talones y me dirigí hacia la puerta del baño, sin
embargo el agarre de Jin sobre mi nuca me hizo retroceder.

—Aún así no te salvas de mi. —acercó sus labios hacia mi oído,


susurrando sus palabras.

Enarqué una ceja.

—No nomas es cuando tu quieres.

Me deshice de su agarre bruscamente al mismo tiempo que giraba


el pomo de la puerta, saliendo del baño en el que nos habíamos
enrollado.

Sonreí maliciosamente.

Probablemente traería problemas.

Caminé sobre el largo pasillo del segundo piso, para bajar por las
escaleras a la primera planta.

—Hey, ¿donde estabas? —Irene me había tomado del brazo tan


pronto como me había visto.

Giré mi cabeza en su dirección y sonreí levemente.


—Estaba ocupado.

La chica alzó sus cejas, haciendo una expresión pícara. Volteó su


cabeza alrededor, probablemente buscando a Seokjin cerca.

—Mm, ya veo —asintió con la cabeza, y sus labios rojos se


curvearon en una sonrisa. —¿Vamos por un trago?

Asentí con la cabeza.

Irene me jaló del brazo para que comenzáramos a caminar hacia el


pequeño bar que habían instalado especialmente para la fiesta.

Nos hicimos camino entre la masa de gente que se encontraba


bailando o simplemente estorbando. Irene me terminó tomando de
la mano para que no nos separáramos.

Recibí unos tantos pistones, hasta que llegamos al mini bar.

La chica y yo nos sentamos en unos bancos altos, recargando


nuestros codos contra la barra de mármol.

—Me da una sangría, por favor —le pedí al barman.

—A mi una margarita bien cargada.

El chico asintió con la cabeza y comenzó a hacer su trabajo.

Irene sacó su celular, mensajeando con alguien durante unos


segundos; por lo que yo decidí tomarme tiempo de darle un vistazo
a las personas que se encontraban cerca.

Pude observar a lo lejos a amigos cercanos hablando, bailando y


haciendo juegos que consistían en beber.

Mis ojos cayeron por casualidad sobre la chica sentada a dos


bancas de mi. Tenía el ceño fruncido, y sus ojos estaban clavados
en cierta superficie.
Parpadeé repetidamente, observando a la chica con curiosidad.

Rubia de cabello corto y de piernas largas.

Esta vez fui yo el que frunció el ceño, analizando a la chica.

Yo la conocí, me resultaba muy familiar.

Cerré mis ojos durante unos minutos, intentando visualizar en que


otro momento de mi vida la había visto antes.

Abrí los ojos de golpe.

Era la hermana de Jungkook.

Recordaba haberla visto el día el festival del Río.

Enarqué una ceja, pensando en que la chica probablemente era


mucho más menor que el chico.

Torcí los labios.

—Aquí están sus bebidas. —el barman depositó las copas en la


barra.

Solte un "gracias" seguido de Irene.

Con la bebida en mis labios, seguí la tensa mirada de la chica


encontrándome con una multitud de personas tapando la vista en la
que la chica tenía la mirada fija.

Nuevamente moví mis ojos curiosos hacia la rubia. Un mal


presentimiento se instaló en mi estómago noté sus manos hechas
puños, con los nudillos completamente blancos.

Esto no tenía buena pinta.

Ladeé la cabeza, pensando.¿Debería de hacer algo al respecto?


Probablemente no, ultimadamente no era de mi incumbencia que
era lo que hacía la chica aquí.

Solté un suspiro.

Sin embargo mi lado cotilla, —y un tanto responsable— no podía


dejar las cosas así.

Giré mi cabeza hacia mi amiga.

—Regreso en un minuto, ¿si? —toqué el hombro de Irene y la chica


asintió con la cabeza.

Comencé a caminar hacia el patio trasero de la mansión, sacando


mi celular del bolsillo de mis jeans.

Observé la hora.

1:24 de la madrugada.

Llamé el número de Taehyung, y por suerte el chico contestó al


cuarto tono.

—¿Hola?

—Taehyung, uhm...—torcí los labios. —Se que sonará random pero,


¿la hermana de Jungkook acaso no es rubia? ¿Alta de cabello
corto?

Pasaron unos segundos de silencio.

—¿A que viene eso?

Eso me frustró.

Malditos Alfas que les encantaba "responder" preguntas con


preguntas.
—Creo que está aquí, en la fiesta. —me mordí el labio. —Y no creo
que la chica que probablemente tiene dieciséis años tenga el
permiso de estar en Seúl, sola, en una fiesta con desconocidos.

Le escuché suspirar.

—Uhm, no creo que sea ella, Joon.

Me tallé los ojos.

—Uhm, yo creo que si. —dije con ironía. —Tengo un mal


presentimiento.

Taehyung bufó.

—Ni siquiera estás seguro de que es ella, Namjoon. —dijo


rápidamente. —¿Estás borracho?

Fruncí el ceño.

—¡No! —me exasperé. —He tenido tres tragos únicamente. Estoy


en mis sentidos, estoy seguro de que es ella. Creo que deberías de
llamar a Jungkook.

Taehyung vaciló.

—¿Podrías tomarle una foto al menos para estar seguro? —el chico
preguntó a través de la linea telefónica. —No quiero preocupar a
Kookie.

—Está bien, está bien. No cortes la llamada. —le escuché decir un


"si".

Abrí la cámara y moví mi celular en dirección de la rubia.

Caminé un poco más cerca para tener un mejor recuadro de las


facciones de la chica, y tambaleé sobre mis pies cuando noté que el
flash estaba puesto.
Me escondí detrás de un pilar tras ver como había girado su cabeza
en mi dirección.

Mierda.

Corrí nuevamente hacia el patio trasero y abrí el chat de Taehyung


para mandarle foto de la supuesta hermana de Jungkook.

Unos segundos pasaron.

—Mierda. —le escuché decir.

—¿Si es?

Pude escuchar a Taehyung chasquear la lengua.

—Mándame la dirección de la fiesta. —me ordenó.

—¿Llamarás a Jungkook? —de alguna manera me sentí nervioso.

—Ya veré que voy a hacer. —soltó con voz ronca. —Gracias por la
información, esperaré la dirección en el chat.

Tras eso, el Alfa colgó la llamada.

***
Se NOS VIENE EL DRAMAAAA:o PÓNGANSE LOS CASCOSSSS

EN EL PRÓXIMO CAP SUCEDEN MUCHAS COSITAS <3

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO<3.

Ha sido un mini especial ya que fue un capítulo desde la


perspectiva de personajes secundarios;).

Ya en el próximo cap Jungkook narrará ❤.

Gracias por leer, chikibeibis


Los tkm
31. "Inesperado"

Jungkook POV's

Yugyeom habíamos salido a hurtadillas de casa, tomando el auto


"prestado" de mamá mientras ella dormía profundamente.

Solo esperábamos que no notara que absolutamente nadie se


encontraba en casa, ni el auto estacionado en la acera de enfrente.

—Aquí, aquí —hablé con nerviosismo. Apuntando una gran


mansión. —Aquí es.

Mi mellizo miró hacia los lados, buscando un lugar donde


estacionarse, sin embargo el lugar estaba infestado.

—¿Y ahora? —claramente estaba igual de frustrado que yo. —¿Lo


estaciono en el techo o que?

Solté un bufido.

—Yo creo que en un árbol sería más cómodo. —sonreí con ironía,
entrecerrando mis ojos. —No seas tonto, busca en otra calle.

El Alfa suspiró.

La atmósfera se había puesto un tanto pesada cuando le expliqué la


situación a mi hermano.

Al principio no creyó que Jeongyeon fuese capaz de hacer una


tontería cómo esta, no obstante después de haber llamado a la Alfa
incontables veces a su celular y sin respuesta, el chico creyó.

Sin duda teníamos el peso de hermanos mayores y "responsables"


sobre nuestros hombros.
Nuestra misión era llegar sanos y salvos de vuelta a casa.

Y antes de que amaneciera.

Puso en marcha el auto nuevamente, y una vez que encontró un


lugar en donde estacionarlo —a dos calles de distancia— nos
tomamos el tiempo de correr hacia la mansión.

Mi hermano me observó con una mueca.

—¿Vamos a entrar así nomas? —Yugyeom frunció el ceño.

Dejé caer mis hombros en un suspiro.

—¿Que quieres? ¿Un pase VIP? —incluso me había puesto


malhumorado.

El hecho de pensar que Jeongyeon se había escapado de casa para


venir hasta Seúl a una fiesta me parecía inaceptable.

O sea, yo había hecho lo mismo semanas atrás, sin embargo yo era


mayor y venía acompañado de Jimin y Yoongi.

—Ugh, eres insoportable.

Ignorando su comentario, caminé hacia la puerta de la mansión y


me abrí paso entre las personas que se encontraban en el camino
con Yugyeom pisándome los talones.

Me rasqué la nuca nerviosamente al observar como el lleno hasta


las trancas.

—¿C-como mierda se supone que vamos a encontrar a Jeongyeon?

Mi mellizo a mi lado, soltó un suspiro inflando sus mejillas.

—Igual, ¿por qué vendría a este lugar? —frunció el ceño. —No es


de hacer este tipo de cosas.
Enarqué una de mis cejas, pensando que cuando mi hermana Alfa
tomaba decisiones precipitadas e inesperadas solían ser por Ryujin.

Apostaría que era por esto que se encontraba esta noche aquí.

Taehyung me había sorprendido con una llamada. Me había


explicado que de alguna forma mi "hermana" se encontraba en Seúl,
según esto le había dicho Namjoon. Por un segundo no lo creí,
incluso solté una risa; sin embargo, Tae me envió una foto de
Jeongyeon luciendo la misma ropa por la que había salido de casa
unas horas antes.

Solté un grito, y me levanté rápidamente del sofá para llamar a


Yugyeom y decirle que teníamos que venir a la ciudad.

A escondidas de mamá.

Obviamente mamá jamás le hubiese dado el permiso de que viniese


sola, asi que obviamente no había posibilidad de que la Omega le
hubiese dado la aprobación de venir.

Mi celular vibró, anunciando una llamada. Lo saqué de mi abrigo


rápidamente y enarqué una ceja al observar un número
desconocido.

—¿Hola? —tuve que poner el celular en alta voz. La música era


demasiado alta.

Un bullicio se escuchó al otro lado de la línea telefónica.

—¿Jungkook? —la voz me pareció conocida. —¡Soy Namjoon!


¿Taehyung te ha contado?

Me sentí un poco más aliviado.

—¡Si! De hecho estoy en la fiesta. —murmuré. —¿No has perdido


de vista a Jeongyeon?

Le escuché suspirar.
—Umh, sobre eso... —balbuceó con pena. —No sé dónde está
ahora.

Observé de reojo a Yugyeom —que se encontraba escuchando la


conversación telefónica— tallarse el rostro con frustración.

Torcí mis labios, pensando con claridad.

—¿Sabes donde está Hoseok?

Pasaron unos segundos de silencio.

—Umh, si. Antes dijo que iba a estar en la segunda planta. —dudó
con sus palabras. —Pero viene acompañado.

Bueno, si Hoseok estaba con Ryujin, Jeongyeon tenía que estar


cerca, ¿no?

Asentí con la cabeza.

—Está bien, gracias.

—Espero haber funcionado de algo. —me imaginé sus hoyuelos en


una sonrisa. —Nos vemos en un rato más.

Tras haber colgado, observé a mi hermano que se encontraba


mirando hacia el segundo piso.

El lugar era gigante, las escaleras eran extensas y el soporte era de


cristal, dándole un aspecto muy lujoso. Del techo colgaba un
candelabro con piedras brillantes y la paleta de colores era azul con
café.

Yugyeom comenzó a caminar hacia las escaleras, y le seguí el paso


con rapidez para no perderlo de vista.

Me tomé unos segundos para echar un vistazo hacia la multitud de


personas que pasaban del rato, haciendo soltar un suspiro.
Lucia un tanto divertido.

Me gustaría tener al menos un poco más de libertad.

—Este lugar es enorme. —escuché a mi mellizo decir una vez que


estábamos en el segundo piso.

Torcí los labios.

—Hay que separarnos.

Negó con la cabeza, y me miró con desconcierto.

—Estás loco si crees que te voy a dejar solo. —frunció el ceño.

Solté un bufido, no obstante una sonrisa de escapó de mis labios.

Me crucé de brazos al mismo tiempo que soportaba mi peso en la


pierna derecha.

—Aw, ¿estás preocupado por mi? —ladeé la cabeza, posicionando


una de mis manos sobre su pecho.

Hizo una expresión de desagrado.

—Pff, estás loco.

Solté una sonrisa. Me parecía chistoso.

Desde que se había presentado como Alfa había cambiado un poco.


Se había hecho cuidadoso y un tanto sobre protector; sobre todo
porque estaba en su naturaleza.

—Ugh, no sonrías. Me da asco. —me dió un ligero golpe en el


hombro.

Rodé los ojos.


—Bueno, entonces nos separaremos. —dije decidido, girando sobre
mis talones para comenzar a caminar.

Sin embargo, Yugyeom corrió hacia mi y se plantó en frente de mi


cuerpo.

—¡No! —me miró horrorizado. —S-si te pasa algo, uhm...mamá me


matará.

Entrecerré los ojos.

—Estás más preocupado por ti mismo que por mi, tonto.

—De todas formas, no nos vamos a separar. —objetó con actitud.

Iba a abrir la boca, cuando cierto cosquilleo se instaló en mi


estómago y una fragancia fuerte llegó a mis fosas nasales.

Siendo consciente, giré mi cabeza hacia atrás encontrándome con


Kim Taehyung a un metro de nosotros, con sus manos dentro de los
bolsillos de sus pantalones de vestir.

El chico sonrió y ladeó su cabeza, observándome.

Mi lobo bajó sus orejitas al sentir la presencia de su destinado.

—Hola, Kookie. —curveó sus suaves labios en una sonrisa.

Los nervios que sentía cada vez que lo tenía cerca jamás
desaparecían.

—Tae. —me acerqué a él, dando pequeños pasitos.

El chico acarició mi cabello durante unos segundos creando un


fuerte contacto visual, para después inclinarse hacia mi y depositar
un suave beso en la comisura de mis labios haciendo que mi
corazón amenazara con salirse de mi pecho.
El mellizo carraspeó su garganta, haciéndome recordar que estaba
presente.

Mis mejillas se calentaron con rapidez.

Los ojos Taehyung se deslizaron hasta el cuerpo de mi hermano,


que anteriormente se encontraba detrás mío.

Tras unos segundos, Yugyeom se instaló a un lado mío, y tomó mi


brazo entre los suyos, con el ceño fruncido y una mirada acusatoria.

Esta faceta de el era un tanto extraña.

Mi mellizo solía ser una persona extrovertida, un tanto pesada y


torpe —y esta última "cualidad" era la única cosa que teníamos en
común—.

Me mordí el labio nerviosamente.

—Yugyeom este es Kim Taehyung, Tae este es mi hermano


Yugyeom. —los presenté con un ligero temblor en la voz.

Mi mellizo observaba con recelo al Alfa enfrente de nosotros, no


obstante Taehyung lucia muy sereno ante la situación.

—Un gusto. —Taehyung dijo en un tono bajo de voz, reverenciando.

Aquello me sorprendió de alguna manera.

Mi hermano vaciló un poco, pero terminó devolviendo el gesto.

Sonreí un poco al ver a Taehyung.

Lucían unos pantalones de vestir color negro, unos zapatos del


mismo color y una camisa de botones de color caqui. Sus cabellos
rubios caían desordenadamente sobre su frente y ojos de una
manera sumamente atractiva.

Era muy guapo.


—¿Acabas de llegar? —inicié la conversación.

Taehyung asintió con la cabeza.

—Algo así. He llegado hace diez minutos, —torció los labios. —he
intentado buscar a tu hermana, pero el lugar es gigantesco.

Me rasqué la nuca con mi mano libre.

—Por eso debemos separarnos. —esta vez mire a Yugyeom, que


aún tenía mi brazo aprisionado.

—No te dejaré solo. —dijo entre dientes, con los ojos entrecerrados.

Solté un suspiro cansado.

—No pasa nada. —tuve que reprimir mis ganas de hacer un


puchero.

Entre más rápida fuera la búsqueda, más productivo sería y habría


más posibilidades de encontrar a la Alfa.

No podíamos darnos el lujo de quedarnos mucho tiempo aquí.

No cuando mamá tenía el sueño muy ligero.

Pude sentir la mirada de Taehyung sobre mi, haciéndome sentir


nervioso.

—Algo te puede pasar, Jungkook. —insistió.

Me deshice de su agarre con lentitud y le observé. Agarré su rostro


con ambas de mis manos.

—Iré con Taehyung, ¿bueno? —al menos iba a intentar sacar


provecho de la situación.

Yugyeom abrió los ojos.


—No lo conozco, no puedo confiarte con el. —dijo en un tono
asustado.

—Es un buen chico, Yugyeom —dije tratando de tranquilizarlo.

Taehyung se acercó hacia nosotros y pude notar como la situación


le parecía un tanto tierna ya que tenía una sonrisa plasmada en el
rostro.

Mi hermano dirigió sus ojos hacia Taehyung durante unos segundos,


analizando las circunstancias.

—¿Me juras que no pasará nada? —mi hermano preguntó en un


susurro, dirigiendo su mirada hacia mi.

Solté su rostro y fingí una expresión de asco.

—Ew, ¿te preocupas por mi?

Yugyeom rodó los ojos, sin embargo soltó una sonrisa.

Al menos ya no se sentía tanta tensión en el aire.

—Bien, llámame si algo pasa —hizo énfasis en la palabra "algo"


mirando a Taehyung con sospecha.

Asentí con la cabeza animadamente, haciendo que mi cabello se


moviera durante el acto.

Tras unos segundos de vacilación, Yugyeom ladeó la cabeza y


comenzó a caminar en dirección contraria de donde nos
encontrábamos, adentrándose en un pasillo.

Tragué saliva nerviosamente una vez que el Alfa de cabellos rubios


y yo estábamos solos.

Taehyung tomó mi mano derecha, entrelazando nuestros dedos,


creando una sensación reconfortante en mi cuerpo.
—¿Vamos? —besó el dorso de mi mano, observándome a los ojos
intensamente.

Por un momento, sentí que me hacía falta el aire.

Las palabras no parecieron querer salir de mi garganta, por lo que


me limité a asentir con mi cabeza.

Estuvimos caminando sobre un largo pasillo, donde se encontraban


muchas puertas que probablemente conducían hacia habitaciones.

Inclusive había muchas personas que no lucían completamente en


sus sentidos a lo largo pasillo, soltando risas y restregando sus
cuerpos contra otros.

Era un tanto bizarro.

Este lugar era definitivamente aterrador, ¿como Jeongyeon había


tenido las agallas de estar sola por aquí?

Entendía que era Alfa y que estaba en su naturaleza ser fuerte y


"valiente", pero a pesar de ello Jeongyeon tenía tan solo dieciséis
años y nada de experiencia en lugares como este.

Taehyung me tomó de la cintura, y me posicionó frente suyo


mientras caminábamos, en señal de protección haciéndome sentir al
menos un poco más seguro.

Tras caminar durante un minuto nos encontramos con una especie


de sala de juegos con una vibra muy diferente a todo lo que estaba
pasando en el primer piso.

Las luces estaban apagadas no obstante las luces led, y las


pantallas brillantes de las máquinas le daban un aspecto casi
mágico al lugar, dando la luz necesaria para poder ver.

¿Quien mierda tenía un Arcade privado en su casa?


Solté un suspiro observando el lugar que parecía sacado de una
revista.

—¿Sabes de quien es esta fiesta, hyung?

El Alfa giró su cabeza hacia mi.

—La verdad es que no. —torció los labios. —¿Has llamado a


Jeongyeon?

—Si, pero obviamente no contesta. —dejé caer mis hombros en un


suspiro. —Sopresa que se va a llevar cuando se entere de que
estoy aquí.

Tae soltó una risa.

—Eres adorable. —sonrió mientras me miraba con detenimiento.

—¿A que viene eso? —fruncí el ceño, intentando ocultar mi leve


sonrojo.

El Alfa nomas se limitó a depositar un beso en mi frente.

Pude sentir varias miradas curiosas sobre nosotros, lo cual me hizo


sentir un tanto incómodo.

Claramente las fiestas que organizaban en Seúl no eran para nada


parecidas a las de Suwon.

En Suwon las fiestas eran pequeñas, la mayoría de las veces


asistían únicamente personas del pueblo y lo único que se
consumía era el alcohol; a diferencia de Seúl, aquí se podían
visualizar a grupos de personas inhalando polvo, tragándose
pastillas, fumando tabaco y marihuana.

Justo como en las películas.

El ambiente era un tanto intimidante.


Tras unos segundos de estar sumido en mis pensamientos mi
cabeza pareció hacer un clic, por lo que volteé a ver a Taehyung.

—Uhm...¿tienes el número de Hoseok? —pregunté en un tono


interesado.

El Alfa frunció el ceño, observándome.

—Pues...sí.

¿Por qué no se me había ocurrido antes?

—Llámalo y pregúntale en qué parte está. —Taehyung siguió


mirándome con confusión durante hablaba —Anda.

No objetó nada al respecto, sacó su celular de los bolsillos de su


pantalón y llamó al número correspondiente.

Pasaron unos segundos hasta que el chico contestó.

—Hoseok, uhm... —Taehyung me miró de reojo. —Estoy en la


fiesta, pero no te he visto, ¿donde estás?

Mordí mi labio esperando expectante la información.

—...Oh, okay. Si, nomas quería saber. —el chico miraba sus pies
conforme hablaba, lo cual me pareció tierno. —No te preocupes.

Unos segundos más tarde cortó la llamada.

—Está en el pasillo de al lado —fruncí mi ceño. La maldita mansión


era como un laberinto. —En la sala de estar.

Oh, vaya. Incluso había otra sala de estar.

Solté un suspiro.

—¿Por qué querías saber de él? —preguntó con una ceja alzada.
Me tomé unos segundos para pensar adecuadamente mi respuesta,
sin embargo me distraje.

Torcí los labios mientras me acercaba a su cuerpo.

Mis manos parecían tener vida propia ya que se dirigieron


automáticamente hacia el pecho del Alfa.

De alguna manera el aspecto de Taehyung me distraía. Lucia muy


guapo y para ser honesto no quería reprimir mis ganas de pegarme
a su cuerpo en un abrazo.

Rodee su torso con mis brazos, entrelazando mis dedos en su


espalda.

El chico no dudó en tomarme de la cintura con sus manos,


masajeando los costados con sus dedos pulgares.

Solté un suspiro satisfecho ante la cercanía.

—¿Estás bien? —pude escuchar su voz que lucia un tanto


confundida ante mis repentinas acciones.

Cerré los ojos, suspirando de su olor.

—Si. Solo quería abrazarte —sonreí un poco avergonzado.


—...antes de que vayamos a buscar a Jeongyeon.

Pude sentir como Taehyung posicionó su barbilla contra mi cabeza


mientras seguía masajeando mi cintura.

—¿Hoseok que tiene que ver? —insistió.

—Bueno, seré sincero. —dije con decisión. Froté levemente mi


mejilla contra su pecho, impregnándome de su olor
inconscientemente. —Jeongyeon tiene un interés en su amiga, que
actualmente es la conquista de Hoseok.

El pecho del Alfa se infló.


—Ah, ¡si lo recuerdo! —dijo con una pizca de sorpresa en su voz. —
Lo supuse el día del festival del Río.

Sonreí.

Era muy observador.

—Bueno, sospecho que Jeongyeon ha venido en busca de Ryujin,


la beta. —dije analizando la situación. —Como la vez pasada.

No debí haber dicho lo último.

Pude sentir como Taehyung retrocedió un poco, haciendo que


despegara mi rostro de su pecho y me observara con el ceño
fruncido.

—¿La vez pasada?

Me rasqué la nuca.

—Uhm, si. Hubo un pequeño percance la vez pasada —dije casi en


un susurro.

Taehyung parecía muy atento ante mis palabras.

—¿Qué pasó?

Vacilé un poco, ladeando mi cabeza al mismo tiempo que rompía el


contacto visual.

—En pocas palabras, Hoseok asistió a una fiesta en Suwon con


Ryujin y pues... —arrugué mi nariz. —Hubo algunos problemitas.

Taehyung jadeó.

—¿Por qué no me lo habías contado? —con su mano tomó mi


mentón, girando mi cabeza en su dirección para clavar sus ojos con
los míos. —puedo hacer algo al respecto.
La simple acción me hizo derretirme.

—A-ah, yo... —balbuceé, haciéndome sonrojar. —No es la gran


cosa, Tete.

No quería meter a Taehyung en esto.

El chico alzó su ceja luciendo más atractivo de lo normal.

El simple gesto me motivó a ponerme sobre las puntas de mis pies,


—no pensando mucho en lo que haría —alcanzando la altura lo
suficiente para depositar un besito sobre los labios del Alfa.

Taehyung abrió los ojos, claramente desconcertado ante la sorpresa


que le había causado mi repentino movimiento.

El chico se mordió el labio y sonrió, con un ligero rubor.

El calor de sus grandes manos sostuvo mis mejillas sonrosadas


haciendo que conectáramos miradas sobre unos segundos.

Su mirada era fuerte, demandante y podía quitarte el aliento con


facilidad.

Me encantaba.

Acercó su rostro con el mío y me besó, ambos cerrando los ojos


ante la sensación de nuestros labios juntos.

Mi corazón golpeaba aceleradamente contra mi pecho, mis manos


tenían un ligero sudor y tenía ganas de apretar su camisa con
emoción.

Solté un jadeo sorprendido cuando sentí como entreabrió sus labios


contra los míos, moviéndolos con suavidad.

Iba a seguir el beso, sin embargo la vergüenza se apoderó de mi.


Me separé de él con las mejillas sonrojadas y un cosquilleo en mi
vientre.

Taehyung que parecía igual de aturdido al igual que yo, abrió sus
ojos mostrándome su mirada en tonos amarillos, examinando mi
rostro.

Corté el contacto visual, claramente avergonzado.

Mis ojos pasearon curiosamente sobre las personas que se


encontraban en el lugar, encontrándome con algunas que
observaban la escena que habíamos montado.

Supongo que nuestros olores también eran muy melosos.

—Y-yo...uhm —tragué saliva nerviosamente. —h-hay muchas


personas aquí y yo...

Por alguna razón temia que el chico se enojara por mi gesto tan
brusco de separarme de él; no obstante el chico me interrumpió con
una sonrisa, calmándome.

—Está bien, no te preocupes, cachorro. —dijo con serenidad y una


chispa brillante en sus ojos. —Busquemos a Jeongyeon, ¿bueno?

Asentí con la cabeza, aún un tanto alterado.

Tomó nuevamente mi mano y entrelazó nuestros dedos para


comenzar a caminar fuera del lugar.

🌙🌙🌙

Solté un bufido, claramente frustrado.

Una vez que habíamos llegado a la sala de estar, me lleve la


agradable sorpresa que este lugar estaba igual de lleno, siendo
complicado poder encontrar a la Alfa a simple vista.
Había llamado a Yugyeom, diciéndole que ya sabía dónde estaba
Jeongyeon. El mellizo soltó un suspiro de alivio y me dijo que
trataría de encontrar el lugar lo más pronto posible una vez que le
había dado indicaciones para encontrar el lugar en el que
estábamos situados.

Taehyung no soltó mi mano ningún segundo mientras caminábamos


entre la multitud de gente. Mi cuello había comenzado a doler por
torcerlo demasiado, e incluso mis pies se sentían cansados.

Una maldición salió de mi boca cuando recordé que mañana tenía


que trabajar en la cafetería, lo cual significaba que tenía que
despertarme temprano.

El reloj marcaba las dos y cuarto de la mañana.

Un apretón en mi mano me hizo girar mi cabeza hacia el Alfa, y este


movió su cabeza haciendo que mis ojos buscaran la dirección en
que lo había hecho.

Pude observar a la Alfa descansar su espalda contra las paredes de


una de las esquinas del lugar. Tenía los brazos cruzados y el ceño
fruncido, con la vista perdida.

Solté un suspiro aliviado, haciendo que Taehyung me mirara.

—Los dejaré solos, ¿si?

Asentí con la cabeza rápidamente.

—Cualquier cosa llámame, estaré cerca. —dijo en un tono


preocupado, observando a las personas de nuestros costados.

Asentí con la cabeza tímidamente.

Se inclinó y me dió un beso en la mejilla para luego soltar mi mano,


sonreír y alejarse de mi, desapareciendo entre las masas de gente.

Solté un suspiro, tratando de tranquilizarme un poco.


Di largos y firmes pasos hacia la Alfa, claramente queriendo
terminar con esto lo más rápido posible.

—Hola, que maravilla encontrarte aquí, ¿no? —dije con ironía,


plantándome en frente de su cuerpo y obstruyendo su vista.

La chica parpadeó un par de veces, probablemente preguntándose


a si misma si yo era real.

—¿Que haces aquí? —frunció el ceño, claramente desconcertada


ante mi repentina presencia.

Puse mi dedo índice sobre su pecho, acusatoriamente.

—¡No! ¿Qué haces tu aquí? —reclamé un tanto frustrado.

La chica resopló, volteando sus ojos.

—Creo que la respuesta es muy obvia, ¿no crees? —alzó una ceja y
moviendo su cabeza con un gesto.

Giré un poco mi torso, encontrando con mi vista a Ryujin y a Hoseok


con una botella de alcohol en una de sus manos, bailando al
compás de la música y pegando sus cuerpos con gozo.

Torcí los labios y dirigí mi vista hacia Jeongyeon nuevamente, que


aún seguía viendo a la pareja.

Sus ojos lucían brillantes, sin embargo no soltaba ninguna lágrima.

Podia sentir su tristeza, haciéndome suspirar con pena.

—Te estás haciendo daño. —me atreví a decirle en un tono


cuidadoso.

La Alfa pasó una de sus manos sobre su cabello rubio, luciendo


melancólica.
—Solo quiero asegurarme de que nadie se sobrepase con ella,
Jungkook. —murmuró en un hilo de voz.

Un nudo se instaló en mi garganta, era una situación complicada.

—¿Entonces planeas seguirla para siempre?

Jeongyeon me observó fijamente.

—Si es necesario, si. —dijo con determinación.

Tragué saliva. ¿Que debería de decirle?

Tambaleé sobre mis pies.

—Yugyeom y yo hemos venido por ti, Jeongyeon. —intenté


convencerle. —Creo que deberíamos de irnos.

Pasaron unos segundos de silencio donde noté que había ignorado


por completo mi comentario. Mi hermana había despegado su
mirada de mi para posarla nuevamente sobre el Alfa y la Beta
bailando.

Tenía la quijada marcada, y su postura lucia un tanto intimidante.

Bueno, esperaría a Yugyeom para al menos tener un poco de ayuda


y ser más convincente.

Me puse a su lado, y recargué mi espalda contra la pared


encontrándome a mi mismo también observando la escena de
Ryujin y Hoseok besándose.

Por un segundo temí que Jeongyeon hiciera algo al respecto, sin


embargo tenía los pies bien plantados sobre el piso, con una mirada
dura y los puños apretados.

Solté un suspiro, un tanto nervioso ante la situación.

Me tomé la libertad de sacar mi celular, y revisar mis mensajes.


Me tomé unos minutos para mensajear con el Omega de cabello
rosado.

Jimin me había mandado un audio de trece segundos, los cuales


probablemente se tratarían de el intentado recordar que era lo que
iba a decirme; por lo que no lo abrí.

Solté un suspiro al no encontrar nada relevante en mi celular, por lo


que lo bloqueé para meterlo en mi bolsillo al mismo tiempo que
alzaba mi mirada.

Sentí como todo sucedió en cámara lenta.

Pude ver a Jeongyeon corriendo y empujando a personas a lo largo


de su trayecto hacia la pareja, con una furia que jamás había visto
de su parte; descolocándome y robando mi aliento, claramente
preocupado.

Ryujin se encontraba forcejeando del agarre que Hoseok reprimía


contra su brazo, claramente asustada e incómoda por la inesperada
actitud del Alfa.

Solté un grito temeroso cuando observé a Jeongyeon empujar a


Hoseok con fuerza, haciendo que este se tambaleara sobre su lugar.

Caminé rápidamente hacia el encuentro, sin embargo me paré de


golpe cuando miré como mi hermana alzó su puño con fuerza hacia
el rostro de Hoseok, propinando un puñetazo fuerte.

—¡No! ¡Jeongyeon, no! —corrí nuevamente hacia ellos, alterado.

Pude visualizar como el Alfa se limpió la sangre que le había


provocado el golpe de mi hermana. Sonrió levemente observando a
mi hermana con picardía.

Intentaba hacerme paso entre la gente, sin embargo las personas se


estaban amontonando ante lo que estaba sucediendo, obstruyendo
mi camino.
—¡Jeongyeon! —mi garganta dolió por mi grito. —Jeongyeon!

Con mis fuerzas empujé a las personas que me estorbaban,


ganándome unos dolorosos pisotones.

Un pitido fue lo que escuché.

Un pitido agudo inundó mis oídos cuando me planté enfrente de


Jeongyeon, intentando protegerla del puño de Hoseok.

Un dolor insoportable atravesó mi pómulo, parte de mi labio y


haciendo castañear mis dientes ocasionando que mordiera mi
mejilla interna con fuerza y sangrara al instante.

Aturdido por el fuerte impacto, tambaleé sobre mis pies, tropezando


y haciéndome caer de culo contra el suelo.

***

DISCULPEN SI HAY ERRORES.

HOLAAA, espero QUE LES HAYA GUSTADO❤.

Tengo que ser breve porque se supone que debo de estar


dormida porque justamente mañana comienzo mis clases en la
universidad, sin embargo quería terminar este capítulo;(.

Espero que les haya gustado enserio, me costó mucho


escribirlo y no he quedado muy conforme 😔.

Por cierto, GRACIAS POR LOS 10k, me hacen muy feliz, en


serio. Palabras nopuedendescribir lo felizque me siento,
gracias por darme la oportunidad de leer mi historia❤❤❤.

Ha sido uncapítulomuylargooooo, anyways, me voy

Los kiero 💜. Bais


32. "Incompetencia"
Taehyung POV's

Jungkook yacía sentado en el suelo, con sangre escurriéndole de la


boca hasta el cuello y con sus manitas tapando su rostro.

Con el corazón latiente a mil, observé a Hoseok que lucia aturdido


ante lo que había hecho. Tenía una mueca de dolor en los labios,
observando sus nudillos que empezaban a tornarse de un color
morado.

Mis ojos comenzaron a picar, sintiéndome tan jodidamente enojado


que no podía ni siquiera pensar con claridad.

Tuve que tomar unos segundos para procesar lo que había


sucedido.

Dando pisotones fuertes, me acerqué hacia Hoseok plantándome en


frente de el, con mi pecho subiendo y bajando rápidamente,
respirando con dificultad.

El Alfa no había percibido mi presencia, no obstante mi fuerte puño


lo sorprendió, dejando caer su cabeza hacia atrás creando un
chasquido por el golpe de su piel contra mis nudillos.

Un bullicio de escuchó de parte de los espectadores, pero eso no


me importaba.

Nada me importaba.

No dejando que se estableciera correctamente sobre sus pies, me


acerqué nuevamente hacia el, tomándolo de la camisa y
estampándolo con fuerza contra la pared.

Otro golpe más en su rostro, haciendo que este soltara un grito


desgarrador de dolor.
Pero no me importaba.

Hoseok dirigió su mirada hacia mi, atarantado y desconcertado ante


el dolor que le estaba causando.

—T-Taehyung... —a pesar de que había hablado en un susurro, lo


había escuchado a la perfección.

Tuve que apretar los dientes con fuerza, para intentar al menos
calmar mis ganas hambrientas de partirle la cara en segundos.

—Eres un jodido mierda. —le escupí con desprecio. Mis ojos


llenándose de lagrimas. —No solo tus intenciones eran golpear a
una menor, sino también el tiro te salió por la culta y golpeaste a mi
Omega. Eres un imbecil. Estoy tan decepcionado de ti.

El chico parpadeaba levemente, respirando con dificultad, sin


embargo se encontraba clavando sus uñas contra la piel de mis
brazos.

—¿Un jodido yo? —dijo con una sonrisa, mostrando sus dientes
ensangrentados. —Métete tu decepción por el culo.

Tuve que parpadear para poder digerir sus palabras bien.

—¿Estás llorando? —el chico volvió a hablar. Sus ojos meciéndose


de lado a lado, ebrio. —Eres un maldito marica.

El aire comenzaba a hacerme falta.

Tomándome por sorpresa, el chico levantó su rodilla fugazmente


golpeando mi abdomen y sacándome el aire de los pulmones.

Segundos después Hoseok me soltó un puñetazo en el pómulo, sin


embargo menos no me pudo importar el dolor que sentí.

El chico había sido débil.


Me estaba facilitando el trabajo, por lo me pareció fácil tumbarlo en
el suelo, golpeando su cabeza inconscientemente. Mi puño volvió a
impactar contra su rostro, específicamente contra su ojo.

—¡Hoseok! —pude escuchar un grito agudo detrás mío.

Pero no me importó.

Inflando mi pecho con furia, volví a alzar el puño nuevamente para


descargar mi ira una vez más.

Lo golpeé nuevamente, ocasionando que mi mano comenzara a


adormilarse ante la adrenalina de mis acciones.

Hoseok que se encontraba bajo mi cuerpo, no se movía, tenía los


ojos cerrados y respiraba lentamente.

Aún así, no me importaba tanto su inconsciencia; así que cegado y


completamente ajeno ante la amistadque sostenía con el chico, que
mi parte humana y animal estaban sintiéndose en su mayor punto
de furia.

Volví a alzar mi mano con la intención de partirle la cara de una vez


por todas; sin embargo alguien me jaló del brazo, interrumpiéndome.

Yugyeom tomando con fuerza, observándome con horror y con los


colmillos de fuera. Sus ojos transmitiéndome demasiadas cosas.

—Suficiente. —dijo con fuerza.

Con sus dos manos me jaló fuera del cuerpo de Hoseok, casi
arrastrándome contra el suelo.

Me obligó a levantarme, sintiendo las miradas aterradas de las


personas que se encontraban presentes.

Viéndome como si fuera un monstruo.

Mis ojos cayeron sobre Kookie, haciéndome soltar lágrimas.


Su cabeza se encontraba sobre el regazo de Jeongyeon, con los
ojos cerrados y la sangre de sus heridas manchando su ropa.

No sabía si debía de acercarme, por más que quisiera hacerlo.

—¡Hoseok! —escuché la voz de Jin. Sus pasos se escucharon


fuertemente debido a que la música y las personas guardaban
silencio.

Escuché un sollozo de parte de Namjoon, girando mi cabeza hacia


el Omega arrodillado a un lado de la Beta —Ryujin— examinando el
cuerpo del Alfa.

Namjoon se limpió las lágrimas con el dorso de su mano, y dirigió su


mirada hacia mi, desconcertado.

—¿Qué hiciste? —preguntó en un hilo de voz. —Dios, Taehyung.


¿Que hiciste?

Jin que se encontraba parado, me observó con recelo, sin embargo


podía sentir algo de pena en su mirada.

—Llevémoslo a nuestro apartamento. —Namjoon dijo en voz baja,


mirando nuevamente a Hoseok.

Ryujin a su lado respiraba entrecortadamente, intentando a mover al


Alfa que —probablemente— se encontraba inconsciente.

—Hobi... —lo llamó entre sollozos, derramando lágrimas sobre el


rostro del chico. —T-todo ha sido un malentendido.

Jeongyeon miraba a Ryujin con una expresión parecida al


desprecio, neutra.

Tragué saliva, perdiendo mi mirada sobre mis puños entumecidos y


sangrientos.

—Tae.
Alcé mi mirada, Namjoon caminando hacia mi dando pequeños
pasos. Sus ojos brillantes y sus hombros bajos.

No fui capaz de verlo a los ojos.

—Taehyung. —insistió, acercando una de sus manos hacia mi


hombro, no obstante me eché hacia atrás bruscamente.

—No te acerques.

Namjoon se quedó tieso en su lugar, conteniendo la respiración y


observándome con los ojos bien abiertos.

Escuché a Jin gruñir con fuerza, plantándose enfrente mío con furia.

—No uses tu puta voz con Namjoon. —advirtió con desagrado,


tomando a su Omega de los hombros, retrocediendo de mi.

Más lágrimas salieron de mis ojos.

🌙🌙🌙

Jungkook POV's

El dolor se puede interpretar de muchas formas. Está la forma física,


donde puedo explicar brevemente cómo sentía la cara entumida, así
como los músculos de mis brazos; también mi quijada que me
generaba un dolor punzante cada vez que intentaba emitir un sonido
alto.

Por el otro lado, la manera de interpretar el dolor mental que sentía


en este momento era un poco más difícil.

Me sentía triste porque de algún modo, la tristeza y el sentimiento


de no servir para nada venían tomados de la mano.

Lo que había querido hacer era nomas cuidar de Jeongyeon, sin


embargo las cosas no habían salido como quería. Y lo peor de todo
es que no me importaba el dolor físico y mental que me
atormentaban en estos momentos, si no el tremendo problema que
iba a hacer mamá cuando me observara de esta manera.

Todo lo que sucedía a mi alrededor parecía pasar en cámara lenta,


escuchando las voces y gritos con un dejo de eco.

Me sentía mareado e incluso los párpados de mis ojos se sentían


pesados, más no sabía si era por el fuerte golpe que Hoseok me
había propinado o por el cansancio.

Jamás me había golpeado un Alfa, al menos no de esta forma. Si,


solía recibir golpes de juego de parte de mis hermanos, sin embargo
no lo hacían con el fin de hacerme un daño serio.

Me había quedado claro que el golpe de Hoseok iba para mi


hermana, y no podía explicar con palabras claras lo enojado que me
sentía por pensar que podría pelear con otro Alfa, mucho más
mayor que ella.

Jeongyeon tenía fuerza, pero aún seguía desarrollándose. Estaba


loca si pensaba que podía defenderse contra el.

Así como yo había pensado que podría defenderla.

Solté un suspiro bajo, observando mis manos temblorosas.

Eran demasiadas las emociones que sentía en el momento, y sin


embargo, nada parecía salir de mi garganta.

Alcé mi mirada lentamente hacia mis hermanos y Taehyung, que


caminábamos fuera de la fiesta. Dando pasos fuertes y con una
tensión incomoda en el aíre, y nadie sin emitir un sonido o palabras.

Mi corazón pareció crujirse al observar a Taehyung con la mirada


baja sobre sus zapatos, sus ojos llenos de lágrimas y sus puños con
hematomas formándose sobre su piel.

Ni siquiera sabía que era lo que me había sorprendido más.


El hecho de que el Alfa había dejado hasta la inconsciencia a
Hoseok, o la manera en la había dejado salir lágrimas de sus ojos,
en ningún momento creando contacto visual conmigo me había
descolocado aun más.

La voz de Yugyeom rompió el hielo.

—Vayámos al hospital.

Dirigí mis ojos hacia el, y negué con la cabeza, haciendo que mi
cabello se meciera.

—No, vamonos a casa. —dije en un tono muy bajo.

Pude observar de reojo a Jeongyeon removerse en su lugar, con


sus manos entrelazadas.

—¿Qué v-vamos a decirle a mamá?

Solté un bufido, haciendo que ambas de las personas con las cuales
compartía sangre me observaran con expectación.

—Pues la verdad, ¿que quieres decir? —hablé bruscamente,


sorprendiéndome a mi mismo. —¿Que un vagabundo me golpeó?

Jeongyeon soltó un suspiro lastimero, observándome con pena


durante unos segundos; creando nuevamente un silencio incómodo.

—Jungkook-ah, p-perdón... —dijo en un hilo de voz —Lo siento


mucho, y-yo...

Alcé la palma de mi mano, en un ademán de que parara.

No quería escucharla.

—No quiero escuchar tus disculpas, al menos no ahora —dije en un


tono alto, creando un dolor en mi mandíbula.
Cerré los ojos durante unos segundos ante la sensación punzante
en aquel lugar, sacándome una mueca.

—Kookie, vayamos al hospital. Por favor. —esta vez Taehyung


habló por primera vez en todo el rato.

Seguía teniendo los ojos llenos de lágrimas, sin embargo estas ya


no caían sobre sus mejillas.

Mi lobo se sintió muy inquieto, creando una atmósfera de malestar


en el mío.

Mis ojos se dirigieron a mis hermanos, y solté un suspiro bajo.

—¿Podrían dejarme a solas con Taehyung? —intenté sonar sereno.

Yugyeom y Jeongyeon se observaron entre sí, por ente asintieron


con la cabeza y comenzaron a caminar a través de la acera,
alejándose unos metros para dejarme a solas con mi predestinado.

Taehyung unió su mirada con la mía, y observé sus puños formarse


nuevamente; a los costados de su cuerpo.

—Kookie...

Tragué saliva, intentando eliminar el nudo que se había creado en


mi garganta.

El chico se acercó a mi dando pasos pequeños, y se plantó enfrente


mío, tomando con delicadeza mi rostro.

—Tenemos que llevarte al hospital. —repitió, observando mi rostro


con preocupación. —Por favor. Vayamos.

Le tomé de la muñeca, acariciando el dorso de su mano con mis


dedos.

Incliné mi cabeza aún observándolo.


—¿Cómo estás, Alfa? —pregunté en susurro.

El chico parpadeó repetidamente, observándome.

—Santa luna, yo estoy b-bien, Kookie. —me observó con recelo. —


yo debería de estarte preguntando eso.

Aquello me hizo soltar una pequeña sonrisa.

—No luces bien, Taehyung.

El Alfa tragó saliva, y para mi sorpresa desvió la mirada durante


unos largos segundos.

—Me siento incompetente. —murmuró, arrastrando sus palabras —


Te quiero mucho, Jungkook. Y siendo tu predestinado, siendo tu el
Omega que mi Alfa quiere, quiero protegerte, y...me da mucha
incompetencia querer hacerlo y que las cosas no resulten.

Observé su perfil durante unos segundos, analizando sus palabras.

—Ha sido un accidente, supongo.

El chico chasqueó su lengua y negó la cabeza.

—Pues que accidente tan jodido, ¿no? —unió nuestras miradas con
intensidad, robando mi aliento . —No soporto que siempre te hagan
daño, y no soporto jamás estar ahí para ti.

¿De que hablaba? Le había dado una paliza a Hoseok. A su amigo.

Mis labios se hicieron una línea fina.

—No te preocupes, ¿si? No volverá a pasar. Yo creo que deberías


de disculparte con Hoseok, y-

El Alfa negó con la cabeza nuevamente, viéndome como si


estuviera loco.
—No.

Solté un bufido.

—Es tu amigo. Estás cegado de ira, luego pensarás diferente,


Taehyung. —mi mano acarició su rostro, tocando con delicadeza el
pequeño golpe que Hoseok le había creado.

El se echó suavemente hacia atrás, rodeando sus largos dedos en


mi muñeca.

—No quiero pensar en el en este momento. —dijo con


determinación, su voz gruesa inundando mis oídos. —Me importas
tu.

La piel se me erizó.

—Tae... —suspiré, observándolo.

El chico me observó con preocupación.

—Entonces te llevaremos al hospital. —no era una pregunta, había


sido una afirmación.

Solté un suspiro, dejando caer mis hombros.

—No. No me siento tan mal. —mentí descaradamente.


Probablemente lucia como mierda. —Mamá sabrá que hacer
cuando se entere.

Taehyung se agarró el puente en la nariz, claramente frustrado ante


mi terquedad.

—¿Planeas que le dé un infarto cuando te ves con sangre seca en


el rostro y la ropa? —dijo con voz profunda, observando levemente
mi atuendo.

Me sentí pequeño ante su mirada.


—Pues, y-yo...

El chico me interrumpió, tomándome de la mano y haciéndome


caminar hacia el lado contrario de la calle donde había Yugyeom
estacionado el auto.

No dije nada, me dejé llevar siguiendo sus pasos detrás de él.

Con su mano libre sacó las llaves del auto del pantalón que llevaba
puesto, quitando el seguro de las puertas. Soltó mi mano con
delicadeza, para abrir la puerta del copiloto.

—Siéntate, por favor. —dijo con suavidad, haciendo un ademán


hacia el asiento.

Obedecí, adentrándome en el auto pero sin cerrar la puerta.

Taehyung desapareció de mi vista, caminando hacia el lugar trasero


del auto buscando algo en la cajuela. Tras un minuto, el Alfa
apareció frente mío nuevamente, con una botiquín de primeros
auxilios entre sus grandes manos.

—Desde el día que Jennie se lastimó en Suwon, el día que te


conocí —comenzó a hablar, posicionándose en cuclillas enfrente
mío. Abrió el botiquín, sacando algodones y una botella de alcohol.
—Mamá me obligó a llevar esto en el auto por cualquier
emergencia...pero jamás pensé que lo necesitarías tu.

El olor fuerte a alcohol inundó mis fosas natales, haciéndome soltar


una mueca y echarme hacia atrás.

—El olor me marea. —arrugué la nariz.

Taehyung alzó ambas de sus cejas.

Se acercó más a mi cuerpo, teniendo que hacerle un espacio entre


mis piernas, por lo que tuve abrirlas. El chico dirigió su mano
izquierda detrás de mi nuca, sosteniéndome para que no me
moviera.
—Tranquilo, será rápido. —dijo con voz gruesa.

Acercó el algodón hacia mi rostro, dando pequeños golpecitos sobre


mi piel.

Me sentía intimidado, no lo iba a negar.

Me dediqué a guardar silencio, examinando el rostro del guapo Alfa


mientras el limpiaba y desinfectaba mis heridas.

Su ceño estaba fruncido, haciendo que sus pobladas cejas


estuvieran casi juntas. Su cabello rubio cayendo sobre su frente, su
pómulo rojo, casi en tonos púrpuras, y sus labios hechos casi un
puchero.

—A-ah, Tae —hice una mueca, echándome nuevamente hacia atrás


al sentir ardor.

El chico sonrió tímidamente.

—Lo siento, a veces soy un poco brusco. —dijo en un tono bajo.

Solté una risa.

—¿Un poco? —enarqué una ceja.

Taehyung hizo una línea fina con sus labios.

—Lo siento, ¿si? Jamás te haría daño a propósito. —bajó su mirada,


luciendo un tanto vulnerable.

No dije nada durante unos segundos.

—Está bien, Tete.

El chico siguió haciendo su tarea, gastando varias bolitas


esponjosas del algodón. Una vez que terminó de limpiar y
desinfectar la piel de mi rostro, siguió por la de mi cuello,
haciéndome cosquillas.
Unos minutos después, se alejó levemente de mi.

—¿Terminaste? —pregunté.

El chico asintió con la cabeza.

Me incliné un poco, estirando mi brazo hacia el botiquín de primeros


auxilios que se encontraba en el suelo; la acción haciéndome
quedar muy cerca del rostro del Alfa, por lo que aproveché dejando
un suave beso en sus labios.

—Tu turno. —dije, agarrado algodón una vez que me había


inclinado sobre mi lugar.

El chico parpadeó repetidamente, sin embargo no dijo nada. Se


quedó quieto en su lugar mientras yo hacía los métodos que el
había aportado sobre mi, dando pequeños golpecitos sobre la piel.

Taehyung envolvió una de sus manos sobre mi rostro, y me


sorprendió al sentir su dedo pulgar acariciar mi labio inferior.

Tragué saliva, nervioso ante el tacto. Intenté concentrarme, sin


embargo, ¿como podría hacerlo cuando si era Kim Taehyung?

—Quisiera besarte adecuadamente.

Santa luna.

La piel se me erizó, y mi respiración se cortó. ¿Como se atrevía a


decirme aquello con tanta tranquilidad?

Me iba a volver loco.

—¿C-como? —tartamudeé torpemente, deteniendo mi tarea sobre


el rostro de Taehyung.

El chico sonrió, y se encogió de hombros con naturalidad.

—Anda, termina. —dijo en un tono grave. —Tenemos que irnos.


🌙🌙🌙

Mamá soltó un alurdido de sorpresa y se tapó la boca con los ojos


bien abiertos.

—¡Jungkookie! —chilló, acercándose a mi con rapidez y


examinando mi rostro.

El reloj marcaba las cinco de la mañana cuando llegamos a casa.


Habíamos hecho un pequeño desvío hasta la casa de Yuna, para
que Jeongyeon entregara el auto que había tomado prestado.

Una vez en casa, Mamá terminó por levantarse de la cama al


escuchar la manera tan brusca que tiene Yugyeom de abrir la
puerta.

La mujer habia salido de su habitación, y al vernos a los tres


parados entre el umbral de la puerta nos observó con confusión.

Sin embargo una vez que sus ojos cayeron sobre mi, soltó un grito.

—¿Qué pasó? ¿De donde vienen? —dijo con los ojos casi
saliéndose de sus orbites. —¿Qué mierda pasó? ¡Quiero
explicaciones ya!

Los tres nos vimos entre nosotros, claramente nerviosos. Cuando


mamá decía groserías sabíamos que era una situación de la cual
preocuparnos.

Jeongyeon dió un paso hacia delante y bajó la mirada, optando una


posición culpable.

—Es mi culpa.

Mamá soltó un suspiro exasperado, agarrándose el puente de la


nariz y entrecerrado sus ojos.
—Hablaremos de esto después, llevaré a Jungkook al hospital. —
dijo, caminando hacia la pared de donde colgábamos las llaves.

Nos tensamos al instante.

—¿Y las llaves del auto?

Yugyeom, alzó el par en frente de su vista con una sonrisa nerviosa.

—L-lo tomamos prestado, mami.

***

PErDONEN SI HAY
ERRORES

El capitulo no daba para más, así que aquí está<3. Justo en


este momento ando de viaje, (estoy en un barco) y pensaba
actualizar antes de venirme, sin embargo el tiempo no me
alcanzó;(.

No tengo internet, y estoy usando el poco saldo que tengo, así


que espero que este capítulo se suba esta noche<3

Espero que lo hayan disfrutado.


No odien a Hoseok, a pesar de que obviamente es un solecito
en la vida real, la mayoría de su actitud en este libro es solo
ficción. Aún así más adelanté podré desarrollar más al
personaje.

GraciaS por leer, LOS TKM MUCHO❤❤❤


33. "Versiones"

Taehyung POV's

—¿Estás despierta? —pregunté a través de la línea telefónica,


observando mis zapatos.

Escuché un gruñido de parte.

—¿Qué mierda? ¿Q-qué hora es, Taehyung? —escuché su voz


adormilada. —Santa luna, ¡son las cuatro y media!

Dirigí mi vista hacia la ventana de su apartamento.

—Estoy afuera, abre.

Minari soltó un suspiro. Escuché como dió pisadas con sus pies
descalzos sobre el suelo.

—Ya quité el seguro. Mandaré un aviso al guardia y te darán pase.


—dijo serenamente. —¿Recuerdas el piso y el número?

Asentí con la cabeza, y musité un "si" para luego colgar la llamada y


encaminarme hacia la recepción del pequeño edificio.

Se encontraba un Omega adormilado recargado sobre una pared,


con ambas de sus manos cruzadas y el entrecejo fruncido.

Al presenciarme, enderezó su postura y parpadeó para poder


enfocar su vista.

Al verme pude oler su olor amargo, sus feromonas anunciando


nerviosismo en el Omega.

—Soy Kim Taehyung.


El chico se limitó a asentir con la cabeza. Presionó un botón para
que se abrieran las puertas del ascensor y yo pudiera entrar en este,
en silencio.

El Omega tragó saliva nerviosamente evitando su mirada de mi. Su


mano se dirigió hacia el botón nuevamente para que las puertas se
cerraran y desapareciera de mi vista tras unos segundos después.
El reflejo de las paredes metálicas me enseñaron un buen plano de
mi aspecto físico, haciéndome soltar un jadeo.

No pensaría que luciría tan mal.

No lloraba muy seguido, sin embargo horas atrás había dejado salir
unas cuantas lágrimas haciendo que mis ojos lucieran un poco
rojos, mi cabello despeinado y mi pómulo un poco hinchado.

Chasqueé la lengua pensando en cuál probablemente sería la


reacción de Mina y que consecuencias conllevaría eso.

Caminé a través del pasillo y una vez que me planté frente su


puerta, alcé mi mano para golpearla con mis uñas, ya que mis
nudillos no se encontraban en un buen estado.

Tomó unos segundos para que apareciera frente a mi vista.

—Te dije que había quitado el segu...¿Pero que putas...? —Mina se


agarró el puente de su nariz, cerrando los ojos durante unos
segundos al ver mi aspecto.

Suspiró para después observarme con recelo.

La tomé de los hombres suavemente y la empuje hacia un lado para


abrirme paso a su apartamento y cerrar la puerta.

—¿Qué te pasó? —prendió el foco de la sala de estar, iluminando


parte de la cocina.

Me acerqué hacia el fregadero, y dejé las llaves del auto sobre el


mármol para llenar un vaso de agua y tomármelo de golpe.
Después de tragar, solté un profundo suspiro.

—Una pequeña pelea. —murmuré, evitando su mirada acusatoria.

Mi hermana se acercó a mi dando pisotones y me tomó de las


manos bruscamente para observar mis nudillos.

—¿Una pequeña pelea, Taehyung? —soltó una risa irónica mirando


los moretones que se comenzaban a formar —No lo creo.

Me fue inevitable no hacer una mueca.

—Ha sido una larga noche, Minari.

Ell soltó mis manos y asintió con la cabeza, torciendo los labios.

—¿Por esto no llegaste a casa? —ladeó su cabeza, observando mi


pómulo.

Asentí con la cabeza, y arrugué la nariz, conectando miradas con mi


hermana mayor.

Mina se cruzó de brazos. —¿Desde cuando te has vuelto en una


persona que se mete en peleas?

Me rasqué la nuca.

—Solo defiendo a quien me importa.

La Alfa alzó ambas de sus cejas, dejando caer sus brazos


secamente hacia los costados de su cuerpo.

—Oh, entonces veo que Jungkook-ssi tiene que ver. —infló sus
mejillas durante unos segundos. —¿Qué tan malo fue?

—Horrible, pero —alcé mi dedo índice frente a su rostro. —no hagas


más preguntas, al menos no ahora, ¿si? Quiero dormir.
Comencé a caminar hacia su habitación, escuchando sus pasos
detrás de los míos.

—¿Le has dicho a mamá y a papá que estás aquí? ¡Eh, mi cama! —
chilló tan pronto como me vió tirarme sobre su colchón.

Agarré su manta y la pasé sobre mi cabeza.

—Les he avisado mientras manejaba hacia aquí, así que no se


preocuparán. Ya luego pensaré que decirles. —bostecé, claramente
el cansancio apoderándose de mi tras la agitada noche.

Pasaron unos segundos de silencio.

—Esta bien. —le escuché decir, para luego sentir como arrebató su
manta de mi cuerpo. —pero vas a dormir en el piso.

Solté un bufido.

Mi hermana mayor sacó varias mantas gruesas y las tendió a un


lado de su cama, dejándome una superficie no tan dura como el
suelo. Me aventó una almohada en el rostro, lo cual me provocó
gruñirle por el brusco gesto.

Mina solo rodó los ojos, dejándose caer en su cama y enrollándose


en sus cobijas para cerrar los ojos y dormirse.

Antes de sacarme mi camisa por la cabeza, tallé mis ojos con


cansancio.

Solté otro bostezo y me acosté sobre las cobijas, observando un


punto fijo en el techo.

—Cualquier cosa yo puedo hablar con tu mamá, Kookie. —acaricie


su mejilla.

El Omega negó con la cabeza viéndome como si estuviera loco y


arrugando la nariz al mismo tiempo.
—Está bien, Tete. Has hecho bastante esta noche por mi —dijo en
un tono bajo. —Gracias por preocuparte.

Un puchero se escapó de mis labios.

—¿Seguro?

Kookie asintió con la cabeza, acariciando mi cabello con suavidad.

—Si, cualquier cosa yo te diré, hyung. —sus manos hicieron un


recorrido hacia mi pecho, observándome a los ojos. —por favor no
te ciegues mucho, ¿si? Estoy agradecido de que te preocupes por
mi, pero Hoseok...-

Hice un sonido de negación desde lo más profundo de mi garganta.

—No saques a Hoseok.

Jungkook pareció frustrado, apretando mi camisa entre sus manos.

—Por favor, no arruines tu relación con el. No por mi, Tete. —sonó
desesperado.

Chasqueé la lengua, y sorpresivamente rodando mis ojos ante su


comentario.

—Mira como te ha dejado, Jungkook. —mi voz sonó gutural.

El Omega tragó saliva, ladeando su cabeza y claramente restándole


importancia a los golpes.

—No quiero discutir, Taehyung. Al menos puedes intentar ser un


poco más racional, ¿si? —insistió buscando mi mirada. —no estoy
diciendo que ahora mismo debas pensar en ello, puedes tomarte tu
tiempo.

Solté un suspiro, observando al dulce Omega.


Las heridas en su rostro me inquietaban, me hacían sentir triste y
me hacían sentir mucho coraje.

Observé hacia el auto donde se encontraba Yugyeom, y al auto


detrás donde se encontraba Jeongyeon, haciéndome soltar un
suspiro.

—¿Me mandas mensaje cuando llegues, Kookie?

Jungkook asintió con la cabeza.

Me incliné hacia el y dejé un ruidoso beso sobre sus labios rosados,


haciendo que este sonriera.

A pesar de todo, sonreía. Aunque al menos fuera un poco.

🌙🌙🌙

Jungkook POV's

La tensión en las cuatro paredes blancas del pequeño consultorio no


eran lo suficientemente fuertes para poder mantener toda la tensión
de mis padres.

Sí, de mis padres.

El Alfa me observaba muy preocupado, con lo brazos cruzados y los


hombros caídos. Por el otro lado, estaba mamá que estaba sentada
en la silla a mi lado, con la mirada puesta sobres sus uñas y
respirando profundamente.

—Ha sido un golpe muy fuerte, niño. —el doctor avisó, enseñando la
radiografía que me habían tomado. —Por suerte, no es muy serio.
Sin embargo tendrás que tomar algunos medicamentos y hacer
ejercicios para eliminar cualquier molestia en tus músculos.

Me rasqué la nuca, evitando mirar hacia el frente.


—¿Cuanto tiempo durará la recuperación? —papá se atrevió a
preguntar.

El doctor hizo una pequeña mueca, ladeando su cabeza.

—Algunas semanas, si tiene suerte empezará a sentir mejorías por


los medicamentos, sin embargo —recargó su espalda en la silla —
eso no querrá decir que el pequeño Jungkook estará recuperado.
Las pastillas hacen lo suyo para aliviar el dolor, eso es todo.

Mire de reojo como mamá asintió con la cabeza, mirando


atentamente al especialista.

—¿Qué más deberíamos de saber? —preguntó en un tono bajo.

El doctor suspiró.

—Usará un soporté de mandíbula. —solté un jadeo haciendo que


sus miradas cayeran sobre mi. El doctor soltó un risa. —Y también
sería recomendable que tomes porciones pequeñas de comida para
acelerar el alivio de dolor.

Unos minutos más tarde, salimos del consultorio en silencio. Mamá


comenzó a caminar rápidamente a través del pasillo, con papá y yo
pisándole los talones.

Sentí un apretón en el hombro de su parte.

—¿Como estás, cachorro?

Le di una breve mirada para soltar un suspiro lastimero.

—Cansado y con sueño. —murmuré observando mis botas. —


quiero ir a casa.

El Alfa me acarició el cabello.

—¿No quieres hablar de lo qué pasó?


Levanté mi mirada hacia papá. Me parecía extraño verlo aquí. Que
estuviera presente y que pareciera preocupado por mi.
Aún así, lo más extraño era que mamá le había llamado para
avisarle sobre mi. Era muy extraño.

—No, no. —arrugué la nariz. —Y-yo...uhm, ¿cómo está Suni? —


decidí cambiar drásticamente la plática.

Papá pareció un poco descolocado, sin embargo esbozó una


pequeña sonrisa.

—Espera aquí, Jungkook. Voy a recoger el medicamento. —mamá


habló, girando su rostro hacia nosotros y dejando su mirada sobre
papá durante unos segundos.

Me rasqué la nuca.

Una vez que la Omega se fue, el Alfa soltó una risa, girando su torso
hacia mi con sus manos en los bolsillos de sus pantalones.

—En pocas palabras ha dicho que quiere que me vaya. —alzó


ambas de sus cejas, creando un gesto.

Torcí los labios.

Si, la tensión eran terriblemente incómoda, a pesar de que hubiese


sido un gran paso que mamá lo citara al hospital por mi.

Aún así, probablemente las cosas se pondrían sensibles ante el


embarazo de su Omega.

Solté un suspiro.

—¿Cuando hablaras con mis hermanos?

Papá siseó suavemente, cerrando los ojos un poco.

—Iba a hacerlo esta semana, pero no creo que sea el momento


adecuado. Probablemente los castigarán unos meses. —dijo.
Abrí los ojos, observándolo alarmado.

—¿Eso te dijo mamá?

El Alfa soltó una risa.

—No, no lo dijo. Apenas me habla, —arrugó la nariz como yo solía


hacerlo. —pero supongo que eso hará, ¿no? —terminó por
encogerse de hombros.

Pasé mis manos sobre mi rostro con frustración.

—No sé. —dije con pesadez.

Los castigos de mamá conllevaban trabajar sin tener días de


descanso, o limpiar la casa todos los días —a pesar de que la casa
no lo necesitara —no salir a visitar a nadie, etcétera.

—Por cierto, respondiendo a tu pregunta Suni está muy bien. Está


teniendo sus ultrasonidos y hemos podido ver al bebé. —dijo con
entusiasmo.

Sonreí levemente haciendo que mis dientes frontales sobresalieran


de mis labios.

—Me alegra. —respondí con sinceridad.

El Alfa sonrió también, mostrando su dentadura.

—Vámonos. —la voz de mamá apareció en la conversación.


Observó a papá y sonrió de una manera no muy agradable. —Adiós,
Jichul.

Mamá me hizo un ademán con la mano para que la siguiera.

Papá soltó un suspiro, se acercó para darme un beso en mi frente y


sonreír.
—Lo siento, Kookie. —dijo en un susurro. —estaré llamándote para
saber de ti, ¿si? Adiós.

Parpadeé repetidamente por sus disculpas, no obstante no dije nada


al respecto.

Asentí con la cabeza y le devolví la sonrisa levemente.

—A-adiós.

🌙🌙🌙

Jimin me observó con impresión y horror en el rostro.

Se acercó fuertemente hacia mi cuerpo y se lanzó sobre mi en un


fuerte abrazo.

—¡Kookie! —me tomó del rostro abalizándome con detenimiento. —


Cada día sales con algo nuevo, ¿quién mierda te hizo esto?

Siseé fuertemente, poniendo mi dedo índice contra sus esponjosos


labios.

—Mamá está en casa. —le dije en un grito-susurro. —Cuidemos


nuestro vocabulario.

El Omega de cabellos rosas asintió con la cabeza.

Cerré la puerta una vez que se encontraba dentro de la casa, y


comenzamos a caminar hacia mi habitación.

Giré el picaporte de la puerta, hasta que escuchamos otra puerta


abrirse, mi amigo y yo girando nuestras cabezas hacia mamá que
había aparecido fuera de su habitación luciendo una sonrisa un
tanto aterradora.

—¡Hola, Jimin!

El Omega enfocó su mirada para observar a mamá.


—H-hola. —tartamudeó, haciendo que la Omega sonriera aún más.

—Así que has venido a visitar a Jungkook, ¿eh? Supongo que te va


a contar todo lo que ha pasado....si no es que ya lo sabes, ¿cierto?
—habló rápidamente, observándolo. —¿No estuviste presente
verdad?

Fruncí el ceño.

—¿Piensas que el sabe de esto?

Mamá esta vez dirigió sus ojos hacia mi, y echó la cabeza hacia
atrás.

—Los amigos son cómplices, Jungkook. —me explicó. —


curiosamente hay muchas cosas que no encajan en la historia que
han contado, solo trato de ser precavida.

El corazón me dió un revoloteo.

Claramente la versión de la historia de los sucesos de la noche


pasado no había sido la auténtica, por lo cual habíamos omitido
muchas partes; creando una historia que sonaba tonta y poco
creíble ante la opinión de mamá.

Comencé yo contándole a mamá el climax de lo que había pasado.


Le dije que había recibido el golpe de algún Alfa desconocido con la
excusa de que había querido defender a alguien más —lo cual, en
parte era cierto. —.

A mamá le pareció abridor que yo dijese eso, por lo que empezó a


bombardear con preguntas y comentarios como "¿por que ustedes
haríaneso?" "En primer lugar, ¿por que irían a la fiesta y sin mi
permiso? Ustedes jamás han hecho eso" "¿Dónde estaban para
defender a Jungkook?"

Entre muchas más.


También decidimos omitir a Hoseok —a este principalmente porque
mamá sería capaz de presentar cargos—, Ryujin, y a Taehyung en
la historia. No queríamos crear más malentendidos, o alargar los
problemas que se cierta forma ya estaban en el pasado.

Tras la extensa explicación de los sucesos, mamá mandó a mis


hermanos a abrir el negocio —sin haber obtenido una pizca de
sueño—, luego me hizo cambiarme de ropa y nos fuimos al hospital
rápidamente.

—N-no, yo no sé nada. —Jimin dijo nerviosamente.

Me dieron ganas de meterle un zape en la cabeza.

Mamá entrecerró los ojos observando al Omega. —Ya veo, Jimin. —


chasqueó la lengua. —No insistiré demasiado al respecto, al menos
no por ahora.

Rodé los ojos.

Jalé de la camisa a Jimin, abriendo la puerta y metiéndolo a mi


habitación.

—¿Irás a la cafetería? —le pregunté a mamá antes de entrar a mi


habitación.

Mamá soltó un suspiro.

—Iré durante un rato, supervisaré el trabajo de tus hermanos. —dijo


alzando sus cejas. —No te salvaste del golpe pero al menos te
salvaste del trabajo.

Solté una risa.

Era algo.

Mamá se despidió con un beso en la mejilla, y me dijo que llamara si


algo pasaba.
Solté un suspiro cuando me adentré a mi habitación, cerrando la
puerta a mis espaldas.

—Cuéntame, quiero saber todo. —Jimin dijo en un tono


entusiasmado.

Me aventé en la cama, a su lado.

—Si, estoy bien, Jimin. Muchas gracias. —dije con ironía, rodando
los ojos.

El Omega soltó una risa contagiosa, recargando su cabeza en mi


hombro.

—Pues yo te veo aún con —alejó un poco su cabeza para


examinarme. —ojos, cabeza, nariz y boca. Estás bien.

Solté un bufido.

—Ha sido una mierda, no tienes idea. —tallé mis ojos.

—¡Comienza!

Tragué saliva para luego agarrar aire dramáticamente.

—Jeongyeon se escapó a una fiesta tomando el auto prestado de la


mamá de Yuna. Luego, recibí una llamada de Taehyung en la
madrugada, diciéndome que probablamente mi hermana se
encontraba en Seúl, lo cual me pareció tonto. —empecé. Jimin me
observa anonado ante la información. —luego me mandó una foto
de Jeongyeon, y esa fue la prueba suficiente. Llamé a Yugyeom y
tomamos el auto para irnos a Seúl a escondidas de mamá.
Obtuvimos la dirección de la fiesta y después llegamos. Buscamos a
mi hermana durante unos minutos hasta que encontramos a
Taehyung, y después nos separamos para buscarla, yéndome yo
con Tae.

Jimin soltó un resoplido, abriendo sus ojos.


—Dios, que mierda.

Solté una risa. —No voy ni a la mitad de la historia, Jimin.

El Omega soltó un chillido, mirándome atentamente.

—Continúa.

Asentí con la cabeza.

—Después de unos minutos, conseguimos el lugar de donde estaba


Hoseok. —Jimin lució confundido. —Ves, Ryujin está saliendo con
Hoseok y claramente a Jeongyeon le trae con cuidado. Así que una
vez que encontré a mi hermana, Tae se separó de mi dándome
espacio para acercarme a Jeongyeon. Platicamos un poco, y cabe
recalcar que teníamos nuestras vistas sobre Ryujin y Hoseok y...

Jimin me interrumpió.

—¿Y se besaron y Jeongyeon enloqueció?

Alcé mi dedo índice. —Casi.

Mi mejor amigo dejó caer sus hombros, decepcionado.

—Todo pasó justo después de que te mandé mensaje, ¿recuerdas?


—el Omega asintió con la cabeza. —de un momento a otro observé
a Jeongyeon corriendo hacia ellos y de la nada le soltó un puñetazo
a Hoseok en el rostro.

Jimin abrió los ojos.

—¿Me estás jodiendo? —se tapó la boca con sus manitas.

Negué con la cabeza rápidamente.

—¡No, ya quisieras! —alcé la voz con una risa entre medio. —¡Lo
golpeó! Y ah... —chasqueé la lengua y ladeé la cabeza. —fui yo tras
ella e intenté defenderla, pero Hoseok terminó devolviendo el golpe
y cayó hacía mi.

Jimin se talló el rostro con frustración.

—¡Vaya chisme! —chilló. Tomó mi rostro en una de sus manos y me


examinó para hacer una mueca con sus labios. —Te dejó bien
jodido.

Asentí con la cabeza.

—Lo sé. En fin, prosigamos —solté un suspiro. —después de eso, el


golpe me mareó bastante, quiero decir, Hoseok es un puto Alfa con
mucha fuerza. Jeongyeon me sostuvo y perdí la noción del tiempo,
hasta que recuerdo haber visto repentinamente a Taehyung
golpeando a Hoseok. Mucho.

Jimin se agarró el puente de la nariz, reaccionando ante lo que


decía.

—Y se dijeron algunas cosas que no alcancé a escuchar muy bien.


—hice una mueca. —después de dejar inconsciente a Hoseok,
Taehyung comenzó a llorar, y pues...-

—Espera, ¿noqueó a su amigo y se puso a llorar?

—No me interrumpas. —le advertí. —como decía, Taehyung se


mostró un poco vulnerable. Namjoon y Jin aparecieron después,
Namjoon se quiso acercar a Tae y este usó su voz, alejándolo.

—La puta madre.

Solté un suspiro cansado.

—Intercambiaron palabras, y después de eso salimos del lugar.

Jimin se tomó un minuto entero analizando lo que le había dicho,


mirando el techo de mi habitación.
—¿Y tu mamá que ha dicho?

—Por lo que presenciaste hace rato, no se traga por completo la


historia.

Jimin chasqueó la lengua.

—¿Y Taehyung? —preguntó.

Torcí los labios al mismo tiempo que posaba mi mirada sobre mis
dedos entrelazados.

—Le he mandado mensaje, pero no me ha contestado.

El Omega hizo una mueca, haciendo que pasáramos unos


segundos en silencio.

—¿Alguna otra novedad?

Me incorporé en la cama. Alargué brazo hacia la mesita de noche y


le extendí el artefacto de tela a mi mejor amigo.

—Tengo que usar esto para la mandíbula.

Jimin examinó el soporte de mandíbula para soltar una fuerte


carcajada.

—¡Te vas a ver ridiculo! —se agarró el estómago. —¡Anda


pruébatelo! ¡Te tomare una foto!

***
HolaAaaa

Espero que les haya gustado al menos un poco;(. Re-escribi


este capítulo un MILLÓN DE VECES Y NO QUEDABA

Pero aquí está al final de todo. Ya tengo en mente lo que


sucederá en el próximo capítulo:)
Siento que la historia se está alargando mucho:(.

También me he vuelto un poquito lenta, sorry beb@s🥺.

ESTOY MUY EMOCIONADA POR DYNAMITEEE

Gracias por LEER Y GRACIAS POR LOS 12k, los kiero mucho

Cuídense 💜✨ .
34. "Progresión"
Taehyung POV's

Muchos pensamientos cruzaban por mi cabeza.

No sabía cuales serían mis palabras, y no sabía cuales serían las


consecuencias de ellas o que tipo de sentimientos causarían en
Hoseok.

Con las manos sudorosas, alcé mi dedo índice y apreté el botón del
timbre; balanceándome sobre mis pies y tomando un suspiro
profundo.

Unos segundos más tarde, un Hoseok con el rostro hinchado y con


hematomas apareció ante mis ojos. Traía el cabello despeinado,
vestía unos pantalones de chándal y un suéter de color negro.

Me rasqué la nuca nerviosamente, ambos observándonos a los ojos


con cierta tensión en el ambiente.

Hoseok alzó su mano a la altura de mi rostro, sin embargo no me


dió el tiempo suficiente de reaccionar cuando sentí un fuerte golpe
que había empleado en mi pómulo, haciendo voltear cabeza ante el
impacto.

Rápidamente tomé mi rostro con una mueca curveando mis labios


ante el dolor de su puño.

No obstante, no le devolví el golpe.

—Quítate los zapatos y cierra la puerta. —dijo en un murmuro.

Giró sobre sus tobillos y se adentró en el departamento, dejándome


parado en el umbral de la puerta.
Me deshice de los nudos de mis agujetas y los saqué de mis pies.
Cerré la puerta a mis espaldas en silencio y comencé a caminar
dentro del pequeño departamento.

Mi pómulo punzaba, haciéndome soltar una maldición baja.

Tras haber tenido una plática con Namjoon y Jin —donde


claramente pedí disculpas—dijeron que lo mejor sería que viniese a
ver a Hoseok. Me dieron la dirección de su pequeño departamento y
casi me arrastraron hasta el lugar para hacer las pases.

Tenía muchos sentimientos encontrados.

No sabía exactamente si estaba arrepentido de haberlo golpeado;


pero de cierta forma, sabía que al menos me merecía unos golpes
de su parte.

Había cruzado la línea.

Hoseok apareció desde una pequeña puerta que parecía ser de la


cocina. En sus manos traía una bolsa de hielo y vacilando me la
extendió; evitando cruzar miradas.

Solté un suspiro. Tomé el hielo y lo posé sobre la nueva herida en mi


rostro.

Definitivamente no podía perder esta amistad.

Me senté en un sofá esquinero una vez que Hoseok me indicó con


un ademán que lo hiciera, quedando frente a frente.

Hubo unos largos segundos de silencio que se sintieron muy


incómodos. Sorpresivamente Hoseok había decidido mirarme a los
ojos, y yo no rompería el contacto visual.

—Yo... —me incliné sobre mi lugar, vacilando un poco mis palabras.


—siento haberte dejado inconsciente.

Eso había sonado mejor en mi cabeza.


Hoseok soltó una risa nasal: —Vaya, no pues...gracias, supongo. —
alzó ambas de sus cejas. —Aunque yo también lo siento...de cierta
forma.

Hice una mueca.

Era increíble como las cosas en nuestra relación amistosa habían


tornado este giro tan grande en tan solo segundos.

Hoseok y yo solíamos ser inseparables, solíamos ser como uña y


mugre —años atrás—; y ahora, solo parecía haber tensión entre
nosotros. Las cosas no parecían encajar adecuadamente.

O lo mejor nuestras personalidades se habían desarrollado de una


manera no muy favorecedora.

Después de habernos reencontrado meses atrás las cosas habían


parecido un tanto normales, —un poco tensas— pero no pensaría
que llegaríamos a este grado.

Así como justo ahora nos estábamos confrontando sobre la fuerte


pelea que habíamos tenido.

Justo como dos desconocidos.

Hoseok se pasó un buen rato del tiempo contándome con lujo de


detalle los sucesos —yo, evitando interrumpirlo—. Contó que se
había encontrado pasado de copas, y que había estado con una
actitud muy pesada.

—Obviamente estar borracho no es una excusa con mucha moral.


Me siento como un maldito tonto por incomodar a Ryujin de esa
manera y crear todo este escándalo. —dijo en un tono triste y
lastimero. —Ella no se merece esto.

Si, la había cagado; aunque siendo sincero, yo también la había


cagado muy mal.

Pero supongo que todos cometemos errores, ¿no?


Después habló sobre Jeongyeon.

—Yo sé que es joven y claramente está muy enamorada de Ryujin,


pero al menos debería de tratar de entender, Taehyung. No sé cómo
manejar esta situación. —sonó muy frustrado.

Solté un suspiro, acomodándome sobre el sofá y observándolo.

—Bueno, creo que es algo que debería de arreglarse desde la raíz.


—torcí los labios. —Comenzando obviamente con ellas. También
deberías de al menos ser un poco entendible, ¿no? Jeongyeon es
joven, está celosa y es territorial. Incomodaste a la chica que le
gusta y obviamente no le agradó. Fue instinto animal que se
abalanzara sobre ti.

Hoseok ladeó la cabeza.

—Así como tú.

—Si. —me encogí de hombros, con sinceridad en mi respuesta


monosílaba.

—Entiendo —hizo una línea fina con sus labios.

Jamás dudaría en lanzarme contra alguien cuando le pusieran un


dedo encima a mi Omega.

No lo soportaría de nuevo.

Sentía un sabor agridulce en mi boca cuando recordaba su


expresión desconcertada.

El golpe que mi amigo le había dado había sido capaz de presentar


dolores en su mandíbula.

Hoseok se encontraba analizando la plática con la vista clavada


sobre sus pantuflas.
Un silencio había invadido el ambiente, y lo único que parecía dar
vueltas por mi cabeza eran las palabras que Hoseok me había
espetado cuando habíamos tenido nuestra confrontación.

Si, me costaba admitir que les había tomado al menos un poco de


importancia.

Me costaba estar aquí y tener que disculparme cuando mi lobo Alfa


me decía y me reclamaba en su máximo esplendor que había tenido
todo mi derecho en actuar contra Hoseok al haber golpeado de esa
manera a Jungkook —a pesar de haber sido un accidente, no era lo
correcto—.

Jungkook había ejercido su papel de hermano mayor, sin embargo


las cosas no habían resultado para nada bien.

De cierta forma, era algo muy injusto.

—Dije algunas cosas. —dijo tras el largo silencio, captando mi


atención. —No lo decía en serio.

Solté un suspiro, intentando tranquilizarme.

—Supongo que ambos estuvimos mal. —solté casi en un susurro.

Hoseok se talló el rostro para luego formar una mueca con sus
labios.

Se podía sentir la tensión en el ambiente.

—Dijiste que estabas decepcionado de mi.

Solté un jadeo.

De verdad había dicho eso.

Ladeé la cabeza, observando al chico con detenimiento.

—Si me decepcionó tu actitud.


—¿Que haremos al respecto? —alzó su mentón.

Me tomé unos segundos para pensar en una respuesta concreta.

🌙🌙🌙
Jungkook POV's

—Menudo idiota. —la abuela Seung soltó en un tono fastidiado. —


debería de enseñarte artes marciales, Jungkookie.

La anciana Alfa aún se encontraba molesta por los golpes que


comenzaban a sanar poco a poco en mi rostro.

Jimin soltó una risa burlona.

—Por favor, usted ni es capaz de tocarse las puntas de los pies.

La anciana observó al Omega de cabellos rosas con los ojos


entrecerrados.

—Estoy segura que hasta puedo tocarte la punta del culo con los
pies. —alzó una ceja.

Esta vez yo fui el que soltó una risa burlona que callé al instante
ante al sentir dolor en mi mandíbula.

Ya no resultaba tan divertido burlarme.

Jimin rodó los ojos, sintiéndose humillado ante la respuesta de la


abuela Seung.

—Bueno, en fin. —la Alfa dirigió sus ojos hacia el reloj de pared. —
Ya es hora, ¿quién va a sacar las galletas del horno?

Mi amigo y yo evitamos miradas sobre la anciana.

Nadie quería hacerlo.


—Yo no puedo, estoy golpeado. —dije en un tono lastimero,
sacando mi labio inferior en un puchero.

Jimin —que se encontraba a mi lado.— me observó con desagrado.

—Pero no de las piernas, holgazán.

La abuela Seung torció los labios observando a Jimin.

—Jimin, te toca a ti. —el mencionado soltó un suspiro de frustración.


—¿Qué? ¡Si no hiciste nada! No ayudaste con la mezcla y ni lavaste
los utensilios.

El Omega de cabello rosa soltó un bufido.

—No sé cocinar para haberles ayudado con la mezcla, y soy


alérgico al agua. —dijo, con dramatización.

Claro, si no había drama, no era Jimin.

Le di unas palmadas en el trasero.

—Anda, apúrate.

El chico chasqueó la lengua, enderezándose en su lugar del sofá


para caminar hacia la cocina
con la abuela Seung y yo pisándole los talones.

El día de hoy era Martes. Aún seguía salvándome de el trabajo en la


cafetería, y para ser honesto; era una ventaja decente.

Me la había pasado en casa, teniendo visitas de parte de Jimin y de


la abuela Seung.

—Ponte los guantes. —la anciana le señaló a mi amigo.

Jimin los extendió sobre sus manos, haciéndome sacar otra


dolorosa risa.
—Abuela, debiste haber comprado unos guantes tamaño infante. —
señalé cómo los pequeños dedos del Omega de cabellos rosas no
rellenaban la tela.

Jimin se atrevió a propinarme un golpe en el hombro.

—Te has hecho muy bromista, ¿no, payaso?

Unos minutos más tarde, mi amigo sacó las galletas del horno con
mucho cuidado —y con ayuda de la abuela Seung. —. Los acomodó
en un recipiente y nos aproximamos a la mesa de madera reluciente
para sentarnos y comenzar a comer.

—Tengo una noticia. —Jimin dijo tras haber terminado de masticar


su tercera galleta.

Le observé con curiosidad.

—Tengo miedo. —confesé.

La abuela Seung dejó de masticar.

—¿Vas a tener un cachorro?

Esta vez dirigí mi mirada hacia la anciana con los ojos bien abiertos
ante la idea de Jimin con la panza hinchada.

Incluso me dieron escalofríos.

Jimin por su parte soltó un resoplido, como si la idea le pareciera


absurda.

—No, obviamente no. —rodó los ojos. —Yo...uhm, he formalizado


las cosas con Yoongi.

Abrí los ojos aún más.

—¿Estás jodiendo? —el chico negó con la cabeza. Recargué mi


espalda en el respaldo. —No puedo creerlo.
La abuela Seung habló con la boca llena.

—Es más creíble que estés embarazado a que hayas formalizado


las cosas con el paliducho.

Eso era cierto.

—Bueno, lo crean o no, es real. —Jimin se encogió de brazos.

Sonreí.

—Me alegra, Jimin-ssi. —le dí un ligero apretón en su mano.

Jimin sonrió, haciendo que sus ojos se hicieran pequeños.

—¡Vaya! nomas falta que tú formalices las cosas, Jungkook. —la


anciana dijo antes de echarse un trozo de galleta a la boca.

No dije nada al respecto, pero Jimin si.

—Al menos si están progresando.

La mayoría de la personas que me rodeaban parecían estar muy


expectantes sobre Taehyung y yo.

Incluso la abuela —de sangre— me había llamado el día de ayer,


preguntándome sobre mis golpes; pero estaba seguro que le
importaba más saber sobre que estaba pasando con mi destinado.

Torcí los labios:— No tengo apuro, ¿si?

La abuela Seung hizo un sonido de negación.

—Tu celo es en un mes y medio, créeme que ahí las cosas van a
dar un giro. —la anciana me observaba.

Sentí como mis mejillas se calentaron.


Era algo normal, lo sé; pero tan solo la insinuación de algo así me
ponía extremadamente nervioso.

Santa luna.

—¿E-eh? ¿Como sabes que mi celo es en un mes y medio? —me


rasqué la nuca observando a la abuela Seung.

Rodó los ojos.

—Solo lo sé y ya.

Pude observar de reojo como Jimin sonrió pícaramente, moviendo


sus cejas de arriba abajo.

—Uh, Jungkookieeeee —canturreó. —prepárate.

Tuve que tapar mi rostro debido al sonrojo, haciendo que mi amigo y


la abuela Seung soltaran exclamaciones burlonas ante mi reacción.

Ugh, los odiaba.

—Espero que utilicen los collares que les di, ¿eh? —la Alfa dijo con
advertencia.

Destapé mi rostro aún sonrojado pensando sobre el collar anti


mordidas que nos había regalado semanas atrás.

No creo que lo necesitaría pronto.

—Yo ya lo utilicé. —Jimin se atrevió a decir.

Le miré con desagrado.

***
Capítulo cortito, jeje

Disculpen si hay errores:(.


Espero que les haya gustado:)
Intentaré ser lo más constante posible, ¿si? La inspiración no
fluye tanto ahora que estoy en clases:(

Pero no se preocupen✨ .

Por cierto, AMO DYNAMITEEE, es un ROLOOONNN🥺✨.

L@s tkm mucho, gracias por leer 💜 💜 y gracias por los 13k,
besitos💜💜💜💜 ✨.
35. "Lo siento mucho"
Jungkook POV's

—¿Que haces aquí? —Mamá me observó con el ceño fruncido. —


me provoca ponerte a trabajar.

Solté un resoplido.

Las inscripciones para la escuela de artes terminaban en dos días y


no le había hablado a mamá de ello.

Después de analizarlo un poco, me di cuenta que era algo que tenía


importancia en mi. Era algo que de verdad quería hacer; al menos
por ahora.

Así que tenía que hablarlo con mamá. No podía perder más el
tiempo, cada minuto era valioso.

Así que me había aparecido en la cafetería tras una semana de


ausencia con hacerle saber a mamá sobre la escuela de artes como
objetivo.

—Nomás quería venir. —sonreí inocentemente, mintiendo.

Me senté en el banco tras el mostrador, observando el lugar


exitosamente lleno de clientes.

—¡Jungkook-ssi! —la voz de Huekai me hizo girar mi cabeza hacia


el.

—Hyung. —le corregí por milésima vez en mi vida.

Un resoplido abandonó mis labios cuando esta vez apareció


Yeonjun, soltando una exclamación de sorpresa.
—¡Kookie, nos tenías abandonados! —el de cabellos azules se
posicionó frente mío con entusiasmo. Examinó mi rostro con un ojo
cerrado y otro abierto. —¿Estás bien? Te ves terrible.

Iba a contestar, pero Huekai me interrumpió.

—Tu mamá dijo que estabas enfermo, pero veo que era mentira. —
observó a mi progenitora con los ojos entrecerrados. —¿Que te
pasó?

El moretón que se me había formado había comenzado a


desarrollarse para desaparecer, dejando un tono morado fuerte
sobre mi piel.

Y si, lucia terrible.

—Nada, estoy bien. —les sonreí levemente. —He venido a


visitarlos.

Huekai y Yeonjun soltaron unos bufidos, claramente frustrados al no


obtener información sobre el hematoma. Sin embargo, no insistieron
al respecto porque sabrían que sería en vano.

Estuve alrededor de una hora y media sentado. Ayudando tras el


mostrador, recibiendo el dinero y dando cambio a las personas.

Incluso había extrañado el lugar ya que, claramente estado


trabajando ya un buen rato en el negocio familiar; y me había
acostumbrado a estar y al ambiente.

—La gente te está viendo, y los chismes correrán rápido. —Huekai


dijo mientras observábamos a un grupito de adolescentes susurrar.

Confirmo que Suwon era un pueblo muy cotilla.

—No puedo esperar a escuchar las cosas que se van a inventar. —


Yugyeom apareció con su mandil mojado de café, sin embargo no
parecía importarle.
Bueno, que apareciera un Omega que en su mayoría era
introvertido —si, estoy hablando de mi mismo—, y que tuviera un
golpe en el rostro tras desaparecer unos días; iba a ser un chisme
en primera plana.

Por eso mamá había evitado que saliera de casa. No obstante, ya


estaba cansado de ver las paredes aburridas de casa.

—Bueno, me voy —mamá apareció desde el cuarto de la alacena,


desatando el nudo de su mandil.

Tragué saliva.

—Yo también.

A mamá le parecí persistente. Lo pude notar por la expresión que


me regaló.

Se despidió de sus hijos empleados y de los empleados cotillas,


conmigo pisándole los talones hasta salir de la cafetería en silencio.

Entrelacé mis dedos nerviosamente, observando su pequeña


espalda mientras caminaba rumbo a casa.

—Mami...

—¿Que hiciste? —casi pude visualizarla entrecerrando los ojos, sin


embargo no pude confirmarlo.

Solté un suspiro.

Me animé a caminar a su paso y posicionándome a su lado para


verle el rostro.

—Nada, solo quería preguntar algo.

Mamá torció los labios, sorprendiéndome al verla nerviosa.

—¿Que q-quieres saber?


Abrí los ojos al escuchar su balbuceo. ¿Que le estaría pasando por
la cabeza en estos momentos?

Entrecerré mis ojos, observándola.

—Pues yo...

—¿Tiene que ver con Kim Taehyung? —me interrumpió, alzando


sus cejas

Así que esa era su consternación.

—No, mamá. —fruncí el ceño. —¿Por qué...?-

—Bueno, ya, ya —rodó los ojos. —dime que querías preguntarme.

Se paró en seco, observándome con detenimiento. Incluso tras


haberle negado que tenía que ver con mi destinado se mostraba
más tranquila.

¿Como debería de comenzar...?

Carraspeé mi garganta.

—Lo qué pasa es que, bueno yo... —torcí los labios. —Yo quiero
uhm...

Mi progenitora arrugó las cejas.

—¿Tu quieres...?

Solté un bufido al percatarme de lo difícil que me estaba resultando


hablar.

—Yo quiero...quiero tener un pasatiempo. —fue lo primero que se


me ocurrió decir.

Mamá pareció interesada, por lo que se cruzó de brazos y recargó


su peso en la pierna derecha.
—¿Un pasatiempo?

Asentí con la cabeza rápidamente.

—Si, pues yo... —jugueteé con mis dedos, nervioso. —Quisiera no


lo sé, hacer algo que me gustase.

—Ah, Jungkookie. —me tomó de los hombros. —Al punto.

—Bueno, es que en Seúl hay una escuela de artes y yo quería... —


la mirada que me dió me puso nervioso. —asistir.

Mamá se tomó unos segundos en silencio, observándome con una


pizca de sorpresa plasmada en el rostro.

Si no fuera por el leve calor que estaba haciendo —cortesía del mes
de Agosto.— estaría sudando frío ante los nervios.

—¿Escuela de artes?

—Sí.

La Omega soltó un bajo suspiro.

—¿Y quieres asistir dijiste? —volví a asentir con la cabeza. —


Bueno, pues...

—¡Por favor! —no resistí mis ganas de suplicarle.

Ni siquiera había tomado en cuenta las ganas que tenia de ir hasta


que comencé a suplicar.

Mamá ladeó la cabeza.

—¿Y como funcionarían las cosas?

Eso me inquietó.
—Puedo tener un horario, yo podría pagar la inscripción, tengo
ahorros y pues... —solté un suspiro, intentando tranquilizarme. —es
algo que de verdad quiero hacer, mamá.

Mi progenitora asintió con la cabeza, probablemente analizando mis


palabras.

—Bueno, suena interesante.

—¡Si, si lo es! —me apresuré en decirle. —De hecho Lucas ha sido


el que me ha hablado de ese lugar. El asiste a baile y me ha dado la
recomendación.

Mamá alzó una ceja.

—Con que Lucas, ¿eh? —pareció pensativa. —Mira, Jungkookie.


¿Podemos hablarlo con más calma en casa?

Recordé que estábamos en la mitad de la calle.

—Si.

Comenzamos a caminar nuevamente rumbo a casa en silencio.

Estaba muy emocionado. El solo imaginarme hacer algo que me


gustaba —y que en su mayoría, era un secreto.— era alentador. Me
hacía feliz.

Solté un suspiro, cerrando los ojos durante un par de segundos;


sintiendo como el sol que comenzaba a bajar pegaba contra mis
párpados con intensidad.

Sin embargo, un olor muy familiar me hizo abrir los ojos de golpe.

Intentando ser un poco despistado, comencé a buscar a mis


alrededores a cierto Alfa.

Di un brinco en mi lugar al verlo justamente estacionado en la


esquina de la calle donde vivía. Estaba recargado en su auto, con
sus manos dentro de los bolsillos de sus jeans.

Tragué saliva.

Su rostro lucia un poco hinchado, tenía algunos hematomas que


comenzaban a sanarse; y si mi vista no me fallaba, podía notar una
pequeña cortada su labio.

Era obvio que había venido a Suwon a hablar; y probablemente


Ryujin le había dado indicaciones de donde vivía.

Mamá no podía verlo.

No podía verlo, iba a comenzar a sospechar.

Mierda.

El chico que ya me había visto, giró su torso hacia mí poniéndome


nervioso.

Alcé mi dedo índice sobre mis labios, en un ademán de que


guardara silencio; al mismo tiempo que apuntaba a mamá desde
sus espaldas.

Pareció entender, por lo que giró su cuerpo dándonos las espaldas y


ocultando ligeramente su rostro entre sus hombros.

Pasamos frente su auto a una velocidad normal —pero a mi me


pareció eterna— casi sintiendo como su mirada me quemaba la
nuca.

En un silencio, mamá y yo llegamos hasta la acera la frente a casa.

—¡Ah! Olvidé el celular en la cafetería —mentí descaradamente,


buscando mi celular en los bolsillos de mis shorts. —Ahorita
regreso.

Mamá no pareció sospechar mucho al respecto, por lo que asintió


con la cabeza.
Comencé a caminar nuevamente, dirigiéndome hacia la esquina
donde se encontraba el auto de Hoseok.

Mi lobo estaba inquieto.

Una vez que quedé frente suyo, pude sentir como mi lobo aulló.

El Alfa despegó su espalda del auto, caminando hacia mi, dando


pequeños pasos.

Me observó con pena.

—Lo siento mucho. —fue lo primero que dijo, en un tono lastimero.

Mi labio tembló.

No me había dado cuenta de lo mucho que me había afectado


emocionalmente la situación hasta que lo tenía frente a mis narices.

—Hola. —dije en un susurro.

Hoseok me observó con nerviosismo.

—Lo siento mucho, Jungkook. —volvió a repetir.

Corté el contacto visual, dirigiendo mi vista hasta las puntas de mis


tenis.

—Ya pasó.

El chico chasqueó la lengua.

—Por favor, perdóname. —incluso pude sentir desesperación en su


voz. —Soy un idiota, jamás te habría puesto un maldito dedo
encima.

Pero a Jeongyeon sí.

Sin embargo, no lo dije.


—Olvidémoslo, ¿si? —mi voz tembló cuando volví a dirigir mi vista
hacia el. —No voy a mentir, me heriste bastante y no lo digo en el
ámbito físico. Me creaste problemas y ha sido una montaña rusa de
emociones, pero así fue como las cosas sucedieron y nada puede
cambiar.

Hoseok pareció consternado.

—Nada parecido volverá a pasar. —solté un jadeo al observar como


se inclinó en una reverencia que mostraba lo arrepentido que
estaba. —hablaré con Jeongyeon, también. Los dos hicimos las
cosas mal, pero disculparnos será el primer paso de arreglar las
cosas.

Hoseok había causado muchas impresiones en mi; pero no estaba


muy segura de cómo era su personalidad.

Lucia tranquilo y un poco intimidante, pero probablemente yo


pensaba eso porque no lo conocía ni una pizca de como era en
realidad.

Su manera de vestir hablaba mucho de él; y hasta podía admitir que


las pocas veces que lo había visto sonreír lucia lindo y muy sereno.

Esperaba que al menos las cosas no siguieran igual de tensas y al


menos tener un contacto amistoso.

Me pregunto que pensaría Taehyung de eso.

¿Habrían hablado ya al respecto?

Chasqueé la lengua.

Con mi mano derecha empujé su hombro, intentando enderezarlo


de su reverencia.

—No sé si Jeongyeon quiera verte. —dije sinceramente, dejando


caer mis hombros.
A lo mejor eso podría crear nuevos problemas.

Y estábamos cansados de los problemas.

Ni siquiera había podido hablar del tema con ella después de esa
noche. Se había encontrado muy callada y distante; probablemente
estaba muy apenada.

Yugyeom había hablado con ella en varias ocasiones, lo cual


agradecía. Esperaba que al menos aprendiera aprender un poco a
mantener sus sentimientos a raya.

Aunque era bueno que quisiera defender a la Beta que le gustaba.

Era complicado, supongo.

—Necesito hablar con ella. —insistió. —Será lo mejor.

Torcí los labios.

—La llamaré, ¿si?

El Alfa asintió con la cabeza, tragando saliva haciendo que su


manzana de Adán se moviera.

Comencé a marcar el número de mi hermana.

—Jungkook. —el Alfa me llamó, haciéndome dirigir mi mirada hacia


el. —Lo siento mucho.

***
La vdd yo si quiero mucho a Hobi🥺

Espero que les haya gustado💕, siento mucho si hay errores;(.


Ha sido un capítulo corto; pero al menos ya tengo idea de lo
que pasará en el siguiente, así que creo que no habrá mucho
problema en escribirlo :)
Algunas preguntas respecto a la trama? Jejeje
Que es lo que esperan con ansias en la historia?

POR CIERTO VI QUE LA HISTORIA FUE #707 con el #bts entre


228k historias!!!;( GRACIAS💜💜💜.

Gracias por leer, me hacen feliz❤.


STREAM DYNAMITE

Los tkm ✨.
36. "Celoso, y mentiroso"
Jungkook POV's

—¿Cuanto falta, Kookie? —Taehyung me observó inquieto, sin


despegar su mirada de la carretera.

—Diez minutos. —dije observando la hora en la pantalla de mi


celular.

El chico chasqueó la lengua.

—Llegaremos, no te preocupes. —alcanzó una de mis manos con la


suya, dejando un beso en el dorso.

Le sonreí.

Estar con Taehyung me daba una tranquilidad. Estar lejos de él me


hacía extrañarlo, pero cuando lo tenía cerca quería que durara para
siempre.

Me resultaba extraño sentirme al menos un poco dependiente de su


cercanía.

—Estoy nervioso. —confesé, mordiéndome el labio.

Taehyung me observó durante varios segundos.

—¿Quieres hablar de eso?

Solté un suspiro, inflando mis mejillas en el acto.

—Bueno, es que... —vacilé un poco, observando su perfil mientras


manejaba. Qué guapo. —Por fin haré algo que me gusta de manera
seria y estoy un poco abrumado de tener la oportunidad.

Taehyung sonrió un poco.


—Es normal sentirse así. —habló con serenidad, que me transmitió
al instante. —Lo vas a disfrutar mucho, créeme.

Eso esperaba.

El día de ayer, después de haber hablado con Hoseok, me devolví a


casa, dejándolo a solas con una vacilante Jeongyeon.

Les di una mirada de advertencia a ambos antes de retirarme.

Después de todo eso, terminamos de hablar mamá y yo sobre la


escuela de artes. Aún no podía borrar de mi cabeza su expresión
de asombro cuando le dije que quería entrar al taller de canto.

No esperaba que me gustase el canto a este máximo.

Tuve que reprimir chillidos de emoción cuando aceptó. La abracé y


le dije lo mucho que la quería.

Lo peor llegó a la mañana siguiente. Me tomé el tiempo de leer el


folleto que Lucas me había dado cuando nos encontramos.

Me di cuenta de los requisitos que tenía que llevar.

Empecé a buscar por toda mi habitación mi acta de nacimiento, mis


papeles de preparatoria, una identificación y un comprobante de
domicilio.

Cuando comencé a asustarme fue cuando observé la hora en la


pantalla de mi celular.

Tenía una hora completa para encontrar los papeles que necesitaría
para la inscripción, y otra hora para arreglarme.

Las cosas no sucedieron con el tiempo adecuado; encontré mi acta


de nacimiento mucho tiempo más tarde, y solo tuve un tiempo muy
limitado de ducharme y taparme con maquillaje el moretón en mi
rostro para no causar una mala primera impresión.
Cuando faltaban 30 minutos para que las inscripciones cerraran, me
rendí. No tenía tiempo de llegar, ni de broma.

Contando que el camino a Seúl tomaba una gran parte del tiempo —
a la velocidad del autobús, ya que mamá no me dejaría tomar el
auto—, más el tiempo de los semáforos, sería mi perdición.

Sin embargo, Taehyung me llamó unos minutos después tras


haberle dicho que no iría a las inscripciones.

"Estoy fuera de tu casa, sal y vámonos"

Con eso fue suficiente para salir corriendo fuera de la casa, dando
brincos hacia el auto del Alfa y entrando en el asiento del copiloto.

Y aquí nos encontrábamos.

Adentrándonos a Seúl a un tiempo razonable para llegar a tiempo.

—Hyung. —Le llamé. Taehyung hizo un sonido ronco para darme a


entender que me estaba escuchando. —¿Cuando me enseñarás las
fotos que tomas?

Sonrió, observándome durante unos segundos.

—Cuando quieras.

—Ya quiero. —inconscientemente hice un puchero.

Taehyung paró el auto en un semáforo rojo, por lo que esta vez giró
su torso hacia mi.

—Hoy.

Alcé mis cejas.

—¿Hoy? —ladeé mi cabeza, observándolo.


Sus feromonas eran fuertes, tanto que me daban ganas de enterrar
mi nariz en su cuello.

Me encantaba.

—Si. —asintió con la cabeza, tímidamente. —Te invito a comer y


después vamos a casa, ¿si?

Un nerviosismo se instaló en mi estómago.

De cierta forma, recuerdos de la última vez que estuve en su casa


llegaron a mi cabeza.

Solté una maldición en mi mente cuando mis mejillas se calentaron,


delatando los pensamientos de mi recuerdo.

Taehyung pareció entender, por lo que parpadeó repetidamente.

—Uh, yo...eso no volverá a pasar.

Sonreí levemente, aún con las mejillas sonrosadas.

—No te preocupes, Tete. —le tranquilicé, acariciando su mejilla. —


Acepto tus planes.

Taehyung se acercó a mi lentamente, depositando un prolongado


beso en la comisura de mis labios.

—Es una mini cita entonces.

🌙🌙🌙

Mi cabello rebotaba conforme cada paso apresurado que daba


contra el resbaloso y reluciente piso del lugar.

Me encontraba haciendo cardio; y yo, claramente hacia mucho


tiempo que no lo practicaba.
Tenía tres minutos. Tres jodidos minutos, y la maldita ansiedad me
carcomía cuando al fin me encontraba en la escuela de artes sin
embargo no podía encontrar la oficina.

Me asomé a través de un cristal que parecía ser de un salón de


prácticas de baile, con la esperanza de encontrarme con alguien y
obtener indicaciones.

Pero no había nadie.

El lugar se encontraba desierto.

Giré sobre una esquina, esta vez trotando. Un minuto más había
pasado y yo comenzaba nuevamente a rendirme.

Seguí trotando.

—¡¿Hola!? —soné muy entusiasmado una vez que encontré al que


parecía ser el conserje del lugar. —¿Me podría decir dónde está la
oficina, por favor?

El hombre apuntó con el puño cerrado y el pulgar levantado hacia su


derecha.

Murmuré un "gracias" reverenciando educadamente e hacia el una


vez que pasé a su lado.

El lugar era jodidamente grande, —no era una sorpresa que me


hubiese perdido y para ser honesto, lucia como un lugar de mucho
prestigio.

Me sentía intimidado.

Frente a mis ojos pude visualizar una gran puerta llamativa, que
tenía una pequeña placa dorada que decía "oficina de trámites e
información".

Tragué saliva nerviosamente.


Empujé la puerta con suavidad, asomando la cabeza con timidez y
curiosidad hacia el interior.

No tuve el tiempo suficiente de fijarme en los detalles, ya que una


vez tras haber cerrado la puerta a mis espaldas una voz alegre
inundó mis oídos.

—¡Bienvenido! —una Omega pelirroja chilló detrás de un gran


mostrador. —¿En que puedo ayudarte?

Apreté la carpeta que traía en las manos contra mis dedos.

Si, estaba muy nervioso. La mayoría de los trámites los solía hacer
mamá; a pesar de ya tener la edad suficiente para hacerlos yo.

—Yo, umh...m-me quería inscribir. —me di un golpe mental al


escuchar mi vergonzoso balbuceo.

La mujer hizo un ademán para que me acercara hacia el mostrador.

—Bueno, has tenido suerte que las inscripciones acababan en un


minuto. —abrió los ojos con una sonrisa. Era muy energética. —
¿Puedo ver tus papeles...?

Le entregué la carpeta rápidamente.

—Jungkook.

La Omega sonrió, observando mi información con detenimiento.

—Ya veo, Jungkook. —asintió con la cabeza. Me observó a los ojos


después de unos segundos. —Yo soy Sooki, coordinadora de
ArtsySchool. ¿Me contarías sobre ti?

Me rasqué la nuca nerviosamente.

—Bueno, yo....tengo diecisiete años y vivo en Suwon. —respondí


con información básica. —El proximo mes cumplo años.
La Omega asintió, observándome fijamente.

—¿Qué taller te interesa?

—Canto. —dije en un murmuro bajo.

El reconfortante olor de Kim Taehyung me hizo girar la cabeza. El


Alfa apareció abriendo la puerta y una vez que me visualizó, sonrió
levemente.

Tan pronto como había notado que faltaban pocos minutos, me bajé
del auto para apresurarme mientras el estacionaba el auto.

Qué rápido había encontrado el lugar.

—Lo sentimos, las inscripciones han sido cerradas. —dijo Sooki


observándolo.

Tae negó con la cabeza.

—Soy acompañante.

La chica alzó sus cejas, sin embargo no dijo nada, volviendo a dirigir
su mirada hacia mi.

🌙🌙🌙
Taehyung POV's

—¿Como te fue en la prueba? ¿Que cantaste? —observé


atentamente al Omega que sonreía.

Jungkook me devolvió la mirada con timidez y las mejillas


sonrosadas.

—Me fue bien, o eso creo. —torció los labios. —Canté algo en
inglés así que espero haber tenido una buena pronunciación.

Me moría por escucharlo cantar, pero no lo presionaría al respecto.


De última hora la coordinadora del lugar le había dicho al dulce
Omega que tenía que realizar una prueba improvisada —la cual
tristemente había sido privada—.

—Confío en que te fue bien. —me di la tarea de guiñarle el ojo,


combinando un agarre en su cintura para acercarlo a mi y darle un
sonoro beso en el mejilla.

Íbamos pasando un largo pasillo saliendo del gran lugar para ir


rumbo a comer algo delicioso.

Jungkook había sugerido simplemente comer ramen, así que


buscaría el lugar con el ramen más delicioso.

El Omega me devolvió el beso, sin embargo sus labios habían


colapsado contra mi mandíbula ante la diferencia de altura, por lo
que sonreí.

Qué tierno.

—¡Jungkookie!

El dulce Omega y yo giramos nuestras cabezas para observar a un


chico alto —que pude reconocer fácilmente como Alfa—.

Había gritado su nombre de una manera muy cercana.

El mencionado observó al Alfa con sorpresa.

—Oh, hola, Lucas. —sonrió, saludándolo una vez que se acercó


hacia nosotros.

O más bien hacia Kookie.

Sin poder evitarlo, observé la interacción con el ceño fruncido.

El Alfa no despegó los ojos del Omega, sonriendo abiertamente.


—¿Viniste a inscribirte? —alzó sus cejas. —¿Dijiste que te
recomendé el lugar, eh?

Observé cómo Kookie se removió en su lugar.

—E-eh yo si. —balbuceó. —Si dije lo de la recomendación, hyung.

"Hyung"

Saboreé las palabras y no me gustaron mucho.

El tal "Lucas" sonrió, achinando sus ojos.

—¡Me da mucho gusto! Nos veremos más seguido, Kookie.

¿Se verán? ¿Mas seguido?

Carraspeé mi garganta haciendo que ambos giraran sus cabezas


hacia mi.

Jungkook se rascó la nuca ante la situación.

—Lucas, este es Taehyung —el Omega me señaló tímidamente. —


Taehyung este es Lucas.

El Alfa me escaneó rápidamente.

—¿Es tu amigo? —el chico se atrevió a preguntar, observando a


Jungkook con recelo como si yo no estuviera presente.

Mi lobo mostró los dientes.

El Omega me dió una mirada nerviosa, pero por mi lado sonreí


observando a Lucas con ambas de mis cejas alzadas.

—Soy su destinado, mucho gusto.

🌙🌙🌙
—¿Qué fue eso?

Observé al Omega con el ceño fruncido.

—¿Qué fue que? —le observé con una ceja alzada.

Jungkook alzó sus labios como pato, observándome con los ojos
entrecerrados.

—Lo de antes, en la escuela de artes —ladeó la cabeza,


observándome. —con Lucas.

Me tomé unos segundos para responder.

—No pasó nada. ¿Dije algo que no debía de decir? —especulé


revolviendo el ramen con los palillos.

Jungkook negó con la cabeza rápidamente.

—Mmh, no.

Sonreí.

—Entonces todo está bien.

Procedí a echarme a la boca una porción decente de ramen,


mientras que Jungkook me observaba.

De repente sonrió con soberbia.

—Alfita celoso. —soltó en un susurro.

Abrí los ojos con sorpresa.

¿Había escuchado bien?

—¿Yo, celoso? —me apunté con el dedo índice en el pecho.

El Omega soltó una risita, observando mi reacción.


—Si, tu.

Chasqueé la lengua.

—Si, soy muy celoso —mi voz sonó muy grave. —, pero me lo
guardo.

Jungkook procedió a alzar sus cejas, regalándome una vista


acusatoria.

—¿Ah, si? —se cruzó de brazos. —De todas formas Lucas es un


amigo cercano.

Le observé a los ojos.

—Amigo cercano. —saboreé sus palabras. —¿De donde lo


conoces?

A Jungkook le tomó unos segundos contestar.

—Bueno...su padre tiene una tienda que se especializa en vender


ingredientes para postres —comenzó, entrelazando sus dedos. —y
mamá suele abastecer la cafetería en esa tienda. Nos conocemos
desde hace años.

Recargué mi espalda contra el respaldo de la silla, analizando a


Jungkook.

—Claramente a ese Alfa le gustas.

El Omega me regresó la mirada, tragando saliva.

—¿Como sabes eso, hyung?

Algo me decía que el ya lo sabía. Era obvio.

—Es fácil de deducir. —recargué mi codo sobre la mesa,


descansando mi rostro contra la palma de mi mano.
Jungkook ladeó la cabeza, rompiendo el contacto visual.

—No importa.

Sin poder evitarlo, solté un bufido.

Me sentía malditamente celoso.

—Lo vas a ver más seguido. Eso dijo. —las palabras salieron de mi
boca sin permiso.

Santa luna.

El Omega resopló, inflando sus mejillas como un conejo.

—Probablemente. —se encogió de hombros. —Aún así, no pasa


nada.

Mi lobo estaba muy inquieto.

🌙🌙🌙

—¡Hola, Jungkook! —mamá abrió sus brazos para envolverlos en el


cuerpo del Omega.

Jungkook sonrió, aceptando el abrazo.

—Hola, señora Kim.

Mamá sonrió con ternura, soltando al chico.

—¡Me da mucho gusto verte de nuevo! —acarició el cabello del


Omega. —Pasen, pasen.

Le di una sonrisa para que se sintiera más cómodo.

—¿Ya comieron? ¿Quieren comer? —mamá habló con rapidez,


siendo muy entusiasta.
—Ya comimos, mamá. Gracias.

La Omega pareció sorprendida, sin embargo no dijo nada.

Observé al dulce Omega.

—Siéntate, Kookie. Regreso en un minuto. —le hice un ademán


para que se sentara en el sofá. Observé a mamá. —No lo asustes,
por favor.

Cuando solía ser muy entusiasta hablaba de más.

La mujer rodó los ojos.

—Pff, claro que no.

Tras entrecerrar mis ojos, comencé a caminar hacia las escaleras


para después caminar a lo largo del pasillo, y entrar a mi habitación.

Busqué mi cámara profesional y extraje la memoria SD de esta y la


inserté en mi laptop. Una vez listo, baje nuevamente hacia la planta
baja; encontrándome a mamá y a un sonrojado Jungkook.

—¿Que ha dicho? —incluso me asusté, abriendo los ojos.

El chico me observó, con las orejas rojas y una sonrisa nerviosa.

—N-nada.

Iba a volver a abrir la boca, pero esta vez me interrumpieron.

—¡Jungkook oppa! —Jennie apareció dando un chillido fuerte. Pasó


a mi lado casi corriendo, instalándose enfrente del Omega.—¡Hola!

Las orejas se me calentaron. Dios, estaba avergonzado.

Jungkook sonrió observando a mi hermana.


—Hola, Jennie. —el Omega la saludó, examinando su rostro. —
Wao, ¿te has maquillado? Luce muy bonito.

Jennie traía unas flores y mariposas pintadas artísticamente en el


rostro.

Mi hermana era muy talentosa.

Jennie y yo nos íbamos más por el ámbito artístico; incluso, Mina


durante un tiempo fue a clases de ballet y era de las mejores
alumnas en su clase. Sin embargo tuvo una pequeña lesión en su
tobillo que le jodió lo suficiente para no poder practicarlo jamás.

Había sido un tema muy delicado, Mina se encontró muy triste


durante unos meses.

Muchas partes de ella cambiaron después de aquello, y estoy casi


seguro de que si tan solo ella no hubiera tenido la lesión en su
tobillo no estaría estudiando medicina.

—Si, estoy practicando. —Jennie sonrió, muy entusiasmada. —Eres


muy bonito, ¡me encantaría maquillarte!

Abrí los ojos.

—¡Hey! —fruncí el ceño, cruzándome de brazos.

¡Quería robarme el tiempo con Jungkook!

El Omega soltó una risita, sin embargo asintió con su cabeza


observando a mi hermana menor.

—Me encantaría.

Me fue inevitable no hacer un puchero.

—Mamá y Jennie, ¿podrían por favor dejarnos a solas? —dije en un


tono lastimero.
Mamá soltó un suspiro mientras que Jennie rodó los ojos.

—Aish, que pesado eres, Tae. —mi hermana sonó fastidiada.

Estaba seguro de si papá estuviera en casa, también estuviera


tratando de cotillear con Kookie.

Incluso Mina.

Unos minutos después, mamá se fue a regar las plantas del patio
trasero mientras que Jennie regresó a su habitación muy
entusiasmada porque Jungkook le había aceptado su petición de
maquillaje.

Dejándonos a solas en la sala de estar.

Me senté a su lado en el sofá, dejando descansar mi laptop contra


mis muslos.

Comencé a abrir las carpetas de fotos buscando la correcta con la


cual podría comenzar.

—¿Que dijo mamá? —insistí curiosamente con el tema sin despegar


mi vista de la laptop.

Pude observar de reojo como Jungkook volvió a sonrojarse.

—Es un secreto. —le escuché decir.

Dirigí mi vista hacia el.

—Ah, entonces me guardas secretos, ¿Jungkook-ah?

El Omega soltó una risa nerviosa que me pareció malditamente


hermosa.

—Si, ¡no tienes que saber todo! —dijo con una sonrisa.

Chasqueé la lengua.
—Mentiroso. —le dije, entrecerrando los ojos.

El Alfa abrió los ojos impresionando ante la forma que lo había


llamado, sin embargo se mostró retador.

—Celoso.

Solté una risa sonora, echando la cabeza hacia atrás.

—Precioso. —lo elogié, mirándolo con una sonrisa de oreja a oreja.

Jungkook se sonrojó, sin embargo no trató de esconderlo.

—Te odio.

Acerqué con lentitud mi mano hacia su rostro, tomando su mejilla


con suavidad.

—¿Ah si, Jungkookie? —alcé mis cejas, retándolo.

El Omega asintió con la cabeza, mirándome con intensidad en sus


ojitos brillantes.

Finalmente, le tomé del rostro con ambas de mis manos y lo


acerqué a mi creando una fantástica cercanía.

Nos limitamos a mirarnos a los ojos durante unos segundos,


disfrutando del calor corporal del otro.

Incluso se podía sentir una tensión en el ambiente.

El corazón se me aceleró cuando frotó su nariz suavemente contra


la mía, creando un beso esquimal.

Sonreí sin poder evitarlo, contagiando a Jungkook en el proceso;


mostrando sus dientes de conejo.

—Dame un besito, Tete. —susurró, observándome tiernamente.


No sabia cómo aún no me habia derretido ante la belleza que es
Jeon Jungkook.

Con el corazón latiente a mil, colapsé sus suaves labios contra los
míos, ambos cerrando los ojos.

Un gruñido de satisfacción salió de mi garganta cuando el dulce


Omega acarició mi cabello, enroscando las hebras rubias en sus
deditos.

Robando mi aliento, Jungkook movió sus labios contra los míos;


creando un leve —pero suave— vaivén.

El beso era tímido, pero me encantaba.

***
En el próximo cap hablarán de algunos temas pendientes :).

La verdad que la he estado pasando TERRIBLE, estoy que lloro


demasiado por el estrés. Tengo una exposición en un día (en la
uni) y la verdad es que no entiendo NADA del tema, y me quiero
morir la vdd

Agradeciera mucho si al menos me dijeran Fighting, porque


seré sincera que necesito motivación;(. Espero haber elegido la
carrera correcta.

Dejándome de dramas, espero que lo hayan disfrutado


mucho:). Gracias por leer, hacen más bonita mi vida💜.

Me encanta leer sus comentarios ✨.

Gracias por los 15.5k de leídos❤.

Por cierto, he releído varios capítulos y la verdad HAY MUCHAS


fallas, así que cuando acabe el libro haré un esfuerzo muy
rápido por corregirlas;)
Los tkm mucho💜.
37. "El lobo tiene hambre"
Jungkook POV's

Ver a Taehyung hablar apasionadamente sobre la fotografía era


hermoso.

La manera en la que se emocionaba tras cada palabra que decía y


la manera en que movía sus manos gesticulando con entusiasmo
me parecía admirable.

—Es muy bonito. —dije observando la bonita fotografía de un


viñedo.

El Alfa asintió con la cabeza.

—Incluso fantaseé con tener uno propio. —murmuró soltando una


pequeña risa.

En la pantalla de la laptop estaba proyectada una fotografía de un


viñedo que se encontraba específicamente en California.

Anteriormente, habíamos pasado aproximadamente una hora viendo


las fotos que el Alfa había tomado. Algunas resultaban ser muy
minimalistas, otras transmitían paz, y otras eran de paisajes de
campos muy lindos.

El Alfa era muy talentoso.

—¿No tomas retratos? ¿De personas...? —la curiosidad habló por


mi unos minutos después.

El chico a mi lado —que se encontraba muy cerca— giró su rostro


hacia mi para observarme.

—A Jennie y Mina para Instagram. —dijo en un tono burlesco.


Solté una risa, empujándolo suavemente contra mi hombro.

—Sabes a lo que me refiero. En el ámbito profesional, hyung.

El Alfa tras haber sonreído, soltó un resoplido que hizo inflar sus
mejillas de una manera que me pareció adorable.

Kim Taehyung podía resultar naturalmente dominante pero también


podía ser extremadamente tierno; tanto que me daban ganas
infernales de mimarlo.

En pocas palabras, el Alfa tenia una dualidad impresionante.

—La verdad es que no —dijo, arrugando su nariz. —, pero me


encantaría hacer una excepción contigo.

Solté un jadeo.

Ser fotografiado por Taehyung sería como hacer un movimiento que


implicase adrenalina. Sería tentador y muy intimidante.

Me mordí el labio, nerviosamente.

—Sería un terrible modelo.

Taehyung se atrevió a rodar los ojos con una pequeña sonrisa


curveada en sus labios.

Sus ojos chispeando de amarillo me observaron.

—Te verías precioso. —dijo en un tono dulce. —Te subestimas


demasiado.

Mis mejillas se colorearon.

Probablemente jamás me cansaría —y ni me acostumbraría— a los


halagos del Alfa.
En un movimiento que fue en su mayoría inconsciente, dejé caer
suavemente mi cabeza sobre su hombro, escondiendo mi rostro en
la calidez de su cuello.

Tomé un suspiro fuerte cuando olí su fuerte olor, embriagándome


por sus deliciosas feromonas; y me tomé el lujo de cerrar los ojos
para disfrutar la cercanía a un más.

Mi lobo se sentía en casa.

Pude escuchar como Taehyung soltó una risa ronca que me hizo
erizar la piel.

—Bueno, dejaremos de... —intentó cerrar la laptop, pero se lo


impedí.

—¡No!, sigamos —dije en un susurro. —Me gusta escucharte.

Taehyung sonrió.

—Está bien. —volvió a enderezar la pantalla de la laptop.

—¿No tienes fotos de tus amigos? —pregunté con mucha


curiosidad. —Allá en California.

Taehyung se quedó pensando durante unos segundos.

—Si, por aquí están. —abrió una carpeta que llevó a otra carpeta.

Estaba muy curioso por ver al Taehyung de antes.

¿Que habría pasado si lo hubiese conocido años atrás?

—No salgo en muchas, la verdad. —habló con vacilación. Hizo click


a la primera foto, donde salieron varias chicas posando para la
cámara. —Ellas eran mis compañeras en mi último año de
preparatoria.
En la pantalla de la laptop se podían visualizar aproximadamente a
quince chicas, sonriendo con mucho esfuerzo hacia la cámara.

—O sea que eras alguien popular, ¿eh?

Taehyung arrugó las cejas.

—Yo no dije eso. —me observó levemente.

—Se puede notar. —dije una vez que comenzó a cambiar de


fotografías, donde solo aparecían grupos numerosos de personas
pasando el rato.

Lucia divertido.

En una fotografía se alcanzaba a ver Tae sonriendo como un niño


pequeño. Su cabello lacio y oscuro—en ese entonces— cayendo
desordenamente sobre su frente, luciendo muy jovial y guapo.

A su lado se encontraba un chico, y al otro lado una chica rubia.

Me pregunto si Taehyung llegó a salir con alguna de esas personas.

Me removí en mi lugar, haciendo una pequeña mueca que


desgraciadamente el Alfa notó.

—¿Que pasa?

Me separé de su cuello, arrugando la nariz.

—Nada. —me encogí de brazos.

Taehyung rodó los ojos y se atrevió a picarme una costilla con su


dedo índice que me hizo retorcerme.

—¿Cómo que nada? —alzó una ceja, expectante a mi rostro.

Ahg, Taehyung era guapísimo.


Tímidamente dejé un beso en su mejilla, desviando la mirada y
volviendo a acurrucar mi rostro en su cuello.

—Pues nada, Tete.

Pude escuchar como hizo un sonido de desaprobación desde lo


más profundo de su garganta.

Y eso me pareció malditamente atractivo.

—Pregúntame lo que quieras, Jungkook.

Ah, no me gustaba que usara mi nombre.

Torcí los labios; sin embargo se terminaron curveando poco a poco


en una sonrisa maliciosa.

—¿Me quieres? —le pregunté en un tono mimado.

Taehyung soltó una risa.

—Me refiero a lo que te molesta. Pregúntame sobre lo que te


molesta.

Estaba muy seguro que si el Alfa hubiese terminado su carrera de


psicología hubiera sido muy bueno en su profesión.

Era buenísimo leyendo mis movimientos corporales, y no era la


primera vez que lo hacía y acertaba.

Me separé nuevamente de el e hice un puchero.

—¿Entonces no me quieres?

Taehyung suspiró, observándome embelesado con los ojos


chispeantes de amarillo.

Incluso el color de estos le hacían una maravillosa combinación a su


cabello rubio.
—Claro que te quiero. —dijo en un tono grave que me encantó. —
¿Eso querías escuchar?

Sonreí como un niño pequeño que había obtenido lo que quería.

—Si.

Taehyung sonrió levemente, ladeando la cabeza.

—Bueno, ya obtuviste lo que querías. —alzó una ceja, regresando


su vista hacia la foto plasmada en la pantalla de la laptop. —
¿Querías preguntarme algo respecto a mi pasado?

Solté un suspiro.

—No...bueno si. —hice una línea fina con mis labios, pensando
exactamente cuál sería mi pregunta. —Uhm...¿Tu...tú tuviste algo
con alguna de las personas de las fotos?

Taehyung se quedó mirándome en silencio durante unos segundos,


hasta que terminó por carraspear su garganta.

—Algo serio, no.

Abrí los ojos, alzando ambas de mis cejas.

—¿Algo serio no? —repetí sus palabras en una pregunta.

Taehyung ladeó la cabeza, vacilando un poco.

—Bueno, yo... —torció los labios. —a algunas chicas les gusté, sin
embargo era rara la vez que alguien llamaba mi atención. Salí con
una chica y después con un chico, durante unos meses.

Tragué saliva.

A mi lobo no le gustaba para nada imaginarse al Alfa con alguien


más.
—Guao...¿Entonces esas personas salen en estas fotos? —señalé
fugazmente la laptop.

Taehyung asintió cuidadosamente con la cabeza.

—¿Quienes son?

El chico sonrió.

—No te voy a decir. —dijo en un tono burlón.

Aquello me sorprendió.

—¿Por qué no? —pregunté rápidamente. —Anda, dime.

Taehyung negó con la cabeza, sonriendo con ironía.

—Tu me guardas secretos. —me reprimió.

¿Secretos?

Resoplé recordando que no le había querido contar lo que me había


dicho su mamá con la excusa de que era un "secreto"

Más que un secreto era algo que simplemente me parecía


vergonzoso de decir.

La señora Kim me había dicho exactamente "Cuando pasen algún


celo juntos podríamos prestarles la casa. No importa. No tienes
porqué avergonzarte si es algo normal"

Había quedado anonadado ante su oferta.

—¡Taehyung! —solté en un reproche, frunciendo ante su negación.


—¿De que sirve preguntarte algo si respondes a medias? Ya no te
preguntaré nada, y tampoco ya no me insistas nada.

No podía creer que estaba montando una escena.


Me crucé de brazos un tanto frustrado haciendo que el Alfa soltara
una risa, observándome con diversión.

—¿Estás enojado? —se atrevió a preguntar en un tono burlón.

Solté un gruñido que sonó patético.

—¿Tu que crees? —rodé los ojos, sin verle la cara.

Taehyung se movió un poco más cerca de mi, enrollando sus brazos


en mi cintura de una manera que me resultó posesiva.

—No te enojes conmigo, Jungkookie. —apoyó su barbilla en mi


hombro, mirándome como un cachorro.

No le dije nada, ni siquiera me inmuté ante su cercanía; sin embargo


mi corazón bombeaba sangre con rapidez.

Al darse cuenta que lo ignoré, acercó su mejilla contra la mía,


restregándolas como un niño pequeño.

Inconscientemente estaba impregnando su olor con el mío.

Y mi lobo estaba muy gustoso ante eso.

Iba a abrir la boca para decir algo, no obstante el timbre de su


celular comenzó a sonar.

Taehyung soltó un gruñido ronco justamente a la altura de mi oído, y


yo estaba muy seguro que si no estuviese sentando; me hubiese
caído de culo ante escuchar aquel bonito sonido.

El Alfa se alejó de mi levemente para sacar su celular del bolsillo de


su pantalón.

El nombre de Hoseok brillaba en la pantalla.

Pero rechazó la llamada sin siquiera pensarlo dos veces.


Tragué saliva nerviosamente.

—¿Qué pasó? —pregunté en un susurro.

Taehyung no necesitó mucho contexto para entender qué me refiera


a Hoseok.

De alguna forma se había convertido en un tema delicado.

Ladeó la cabeza mirándome.

—Platicamos hace unos días y pues, nos dimos cuenta que nuestra
relación no había estado desarrollándose bien como años atrás. —
hizo una mueca. —Y yo la verdad sigo muy enojado por lo qué pasó
y...-

Negué con la cabeza.

—Tae...-

—Es que no lo entiendes, Kookie. —me interrumpió. —Simplemente


el recuerdo me atormenta, porque eras tú el que salió lastimado. —
soltó un suspiro. —Nuestras personalidades han chocado mucho y
pues...

—El se disculpó conmigo.

Taehyung giró su cabeza rápidamente hacia mi.

—¿Cómo? —arrugó sus pobladas cejas.

—Si...el vino ayer a Suwon y platicamos. Me pidió disculpas e


incluso habló con Jeongyeon.

El Alfa alzó sus cejas.

—¿Seguro?

Asentí con la cabeza, animadamente.


—Quiero eliminar parte de ese día de mi cabeza. Lo mejor era
comenzar aceptando sus más sinceras disculpas. —sonreí un poco.
—Olvidémoslo. Salva tu amistad.

Taehyung arrugó la nariz, luciendo pensativo.

—Siento que no lo conozco.

Pude sentir su tristeza.

Pasaron unos largos segundos de silencio, donde me tomé la


libertad de tomarle la mano con suavidad; intentando que se
relajase un poco.

—Empiecen de nuevo. —lo alenté.

🌙🌙🌙

Taehyung POV's

Una presión se había instalado en mi pecho al recordar la situación


con mi amigo, sin embargo tener al Omega más precioso ante mis
ojos me hacía olvidar la angustia.

Jeon Jungkook era jodidamente hermoso.

Jennie se esmeraba poniendo una mínima cantidad de maquillaje en


su rostro.

Había "rizado" sus pestañas, y le había puesto un tal "rubor" —así lo


habían llamado— en su nariz y mejillas, luciendo sonrojado y muy
adorable. También había aplicado un brillo rojizo en sus labios,
haciendo que se mirasen resbaladizos y muy antojables.

Más de lo normal.

Solté un suspiro ensoñador, embelesado ante tanta belleza.


—Es algo natural. —Jennie se apresuró en decir antes de que le
pasara el espejo al dulce Omega.

Jungkook se miró en el espejo de mano con una sonrisa nerviosa.

Pude ver una chispa de sorpresa en sus ojitos.

—E-es bonito. —dijo en un murmuro avergonzado. —Gracias,


Jennie.

La Beta dió brincos emocionados, aplaudiendo y observando a su


futuro cuñado.

—¡De nada! —sonrió de oreja a oreja. —Eres un buen modelo,


oppa.

Jungkook sonreía, un rubor natural esparciéndose hasta su cuello y


orejas.

Mientras tanto, yo me había quedado sentado en una silla que se


encontraba a un metro de ellos —a la otra esquina del comedor—.
Claramente admirando al Omega en silencio mientras que mi
hermana le maquillaba.

Para ser honesto estaba teniendo una lucha interna conmigo mismo.

O con mi Alfa.

Si me acercaba a él podría descontrolarme —no en un sentido malo,


claro— pero era que simplemente se veía hermoso, y mi lobo que
se encontraba en modo cazador quería comérselo.

Tampoco no lo decía en un sentido malo.

—¡Pero si eres preciosisimo, Jungkook! —mamá apareció en la


cocina observando al Omega con una gran sonrisa.

Jungkook sonrió nerviosamente, más sonrojado que nunca.


Mi lobo quería morderlo. Y no solamente en el cuello.

—G-gracias, señora Kim.

A mamá claramente le agradaba infinidades Jungkook, y eso me


hacía sentir muy feliz.

Mi progenitora se acercó al Omega y le tomó de las manos.

—Quédate a cenar, anda. —dijo sonriendo maternalmente. —no


seas vergonzoso, nos encanta tenerte cerca. Sería algo informal, así
que no estés nervioso.

Torcí los labios.

Probablemente no se sentía cómodo aún. Habíamos pasado casi


todo el día juntos, y por más que quisiera tenerlo en la cena y
compartir más horas con el, no quería que se sintiese incómodo.

Jamás querría ponerlo en esa posición.

Mmh.

—Mamá, se está haciendo tarde y probablemente no...-

Pero me interrumpió.

—Está bien. Me encantaría quedarme a cenar. —el Omega sonrió


tímidamente.

Parpadeé impresionado.

Mamá pareció muy emocionada por lo que sonrió y besó la frente de


Jungkook.

—¡Muy bien! ¿Que debería de hacer de cena? ¿Que te gusta?


¿Eres alérgico a algo? —habló con rapidez. —¡Oh! ¿De casualidad
te gusta la lasaña? Es mi especialidad.
A Jungkook le costó llevarle el ritmo de las palabras, pero terminó
asintiendo con la cabeza.

—Si, si me gusta la lasaña. —sonrió levemente, encogiendo sus


hombros y optando una posición donde lucia muy pequeño.

Mamá aplaudió emocionada.

—¡Muy bien! —se acercó hacia las alacenas buscando. Unos


segundos después de silencio se giró sobre sus talones para
observarnos a los tres. —No hay pasta.

Jungkook me observó a mi, probablemente dispuesto a hacer las


compras, sin embargo Jennie se levantó de la silla de golpe y todos
la observamos.

—¡Vamos a hacer las compras, mamá! —dijo en un tono fingido de


emoción, mirándome ligeramente sobre el rabillo de su ojo. —De ahí
recogemos a papá, ya casi sale del trabajo.

Jennie me estaba haciendo un favor. Un favor que no sería gratis y


que cobraría después.

Astuta.

Mamá se quedó muda y muy vacilante con respecto de dejarme a


solas con el Omega.

Y entendía su preocupación.

Mi celo pasado había sido terrible, y eso se había dado porque


claramente mi Alfa anhelaba a Jungkook; y ahora que lo conocía las
cosas se hacían muy intensas.

Jennie tomó las llaves del auto con una mano, y con la libre agarró
la de mamá para comenzar a caminar hacia la puerta.

—Tranquila, mamá. —le mire con cierta vergüenza. —Cualquier


cosa te llamo.
Mi progenitora resopló, esta vez dirigiendo sus ojos hacia
Jungkookie.

—¿Cuidado si? Cualquier cosa sospechosa puedes llamarme. Mi


número está en una hoja pegada en el refrigerador. Si Tae se
muestra raro no dudes en llamarme.

¿Sospechoso? ¡Mi celo no podía adelantarse tan rápido!

No pasaría lo de la otra vez.

Jennie, que ya estaba fuera de la casa gritó.

—¡Mamá, vámonos!

La Omega soltó un suspiro nervioso. —Llamaré a Mina para que


venga, estense atentos.

Tras eso, mi progenitora desapareció de nuestras vistas después de


cerrar la puerta.

Jungkook —que se encontraba aún a un metro de distancia— me


sonrió de una manera muy adorable e inocente.

Pero yo no le devolví la mirada con mucha inocencia.

Mi lobo estaba manejando mi cuerpo a su gusto.

Me lamí los labios, observando su belleza durante un rato.

—¿Qué? —se inclinó sobre la mesa, apoyando sus codos y


recargando su rostro en sus manos.

Ladeé la cabeza con una sonrisa.

—Nada, solo que me gusta verte. —dije con honestidad,


encogiéndome de brazos.

El Omega sonrió, arrugando su nariz como un conejito.


—¿No quieres ver de más cerca? —se atrevió a preguntar con una
sonrisa que me pareció traviesa.

Jeon Jungkook quería matarme.

Solté un suspiro pesado, pensando en la poca cordura que mi Alfa


tenía a pesar de que ya me encontraba caminado hacia el dulce
Omega.

Dado a que el estaba sentado y yo parado, el chico tenía que alzar


su rostro para poder verme correctamente.

Sus labios que lucían deseables eran mi perdición.

Tomé su mentón con delicadeza.

—¿Estás seguro de que te quieres quedar a cenar? ¿No hay


problema de que regreses tarde a casa? —decidí cambiar la cierta
tensión que comenzaba a formarse en el ambiente.

Jungkook negó con la cabeza, inflando sus mejillas.

—Si me quiero quedar, Tete. —dijo en un tono dulce. —Y lo más


probable es que no regrese a Suwon. Creo que dormiré en casa de
papá, aquí en Seúl.

Eso confirmaba mi teoría de que sus padres estaban divorciados.

Tragué saliva, acariciando su mejilla mientras lo miraba.

—Está bien. Espero que no te cause problemas, eh. —alcé las


cejas.

Por alguna razón, el pensamiento de que Jungkook resultaba ser


más rebelde de lo que parecía rondaba por mi cabeza.

Me llegaron recuerdos de la vez que lo invité a la fiesta en Gangnam


y me confesó que se había escapado de casa.
Y aunque pasa ser honesto conmigo mismo me parecía interesante
que detrás de su apariencia que lucia pura e inocente hubiese un
Omega lleno de sorpresas.

Solo habían pasado dos meses y estaba muy seguro de que aún no
terminaba de conocer ni la mitad del Omega.

—¡Taehyung, me pones nervioso! —empujó sus manos contra mi


pecho sutilmente. —Me miras mucho tiempo y yo-

Hice un sonido de desaprobación.

—No, no y no. —moví mi dedo índice de un lado hacia otro. —Yo no


soy Taehyung. Soy Tae, Tete, corazón, bebé o guapo para ti.

Solté una risa junto con Jungkook ante mis palabras.

En parte bromeaba, pero en otra parte no me gustaba que me


llamase por mi nombre.

—Está bien, guapo. —dijo en un tono pícaro, alzando sus cejas.

Me atreví a tomar sus manos que aún se encontraban anteriormente


en mi pecho y las pasé por mi cuello haciendo que el chico se
levantase de la silla y pegara su cuerpo contra el mío.

Sonreí satisfecho.

El dulce Omega parecía haber perdido la respiración durante unos


segundos, por lo que parpadeó observándome.

—Tae...

No fue capaz de terminar de hablar cuando le tomé del rostro con


una de mis manos y le besé.

Solté un suspiro entre sus labios cuando el chico correspondió a mi


suave beso.
Con mi mano libre agarré su pequeña cintura, apretando un poco
mientras tanto que Jungkook entrelazaba sus dedos detrás de mi
nuca de una manera despreocupada.

El beso sabía a cereza claramente por el brillo que el Omega traía


en sus labios.

Y me encantaba.

Jungkook tuvo la audacia de entreabrir los labios suavemente,


invitándome a moverlos, y fue una acción que acepté gustoso.

Sus labios eran malditamente suaves.

Inconscientemente terminé acorralando su cuerpo contra el borde


de la mesa y mi cuerpo, haciendo que el chico soltara un jadeo que
me erizó la puta piel.

Mierda.

El movimiento de nuestros labios, la cercanía de nuestros cuerpos y


las feromonas que comenzaba a soltar el Omega me volvían loco.

Apreté su cintura un poco más, la posesividad saliendo


naturalmente de mi Alfa.

Jungkook soltó otro jadeó, abriendo su boca de sorpresa, y yo


aproveché la situación un poco más.

Con suavidad acaricié su labio inferior con mi lengua para después


meterla sutilmente en su cavidad bucal.

El ambiente se estaba colocando tenso, y sin embargo yo me sentía


en las putas nubes.

Jungkook dirigió unas de sus manos hacia mi camisa, y la agarró en


un puño con fuerza.
Moví mi cabeza hacia un lado, profundizando el beso un poco más,
apretando esta vez su cintura con ambas de mis manos y acercando
sus caderas contra las mías.

Y luego Jungkook soltó un puto gemido que me hizo las cosas muy
difíciles.

Solté un suspiro tembloroso sin poder evitarlo.

Jungkook siguió el ritmo de mis labios y lengua de una manera muy


sumisa que me encantó.

Cuando me di cuenta que mi lobo ya estaba mostrando sus dientes,


fue cuando me dije a mi mismo que tenía que parar.

El beso era lento pero de cierta forma muy sensual, nada que ver
con el beso que nos habíamos dado anteriormente en el sofá.

Los ambientes habían bastante después de unas horas.

De una manera torturosamente lenta separé nuestros labios, ambos


jadeantes y con el corazón latiendo aceleradamente.

Y me encontré con una vista de puta madre.

El Omega tenía un fuerte sonrojo, los ojos cristalinos y los labios


jodiamente rojos.

Jamás me cansaría de verlo.

Jungkook sonrió.

—Estás manchado de brillo. —dijo en un susurro, observando mis


labios.

Impulsivamente pasé mi lengua sobre ellos, saboreando el sabor a


cereza mientras que Jungkook se sonrojaba aun más, desviando la
mirada.
Precioso.

Pasamos unos segundos en silencio, aún recuperándonos del beso


que había significado mucho.

La mente me quedó en blanco cuando Jungkook giró su cabeza


hacia mi, tomando mi rostro con ambas de sus manos y colapsando
nuestros labios nuevamente.

—Bésame, Tae. —dijo en un suave jadeo contra mi boca.

Tenía que ser muy cuidadoso, pero a la vez me importaba una


mierda.

Mi Alfa estaba muy hambriento, y yo sabía que era normal sentir


deseo.

Era nomas que hasta ahora estaba teniendo el lujo de besarle


justamente como yo quería y mi lobo quería descontrolarse.

Metí nuevamente mi lengua en su boca, solo que esta vez con


brusquedad haciendo que el Omega temblara en su lugar.

Santa luna.

Jungkook siguió mi ritmo con ansia, haciendo que un chasquido que


sonó un tanto obsceno se escuchara.

—Tae... —me llamó en un tono suplicante y sumiso.

Gruñí contra sus labios.

Tuve que parar nuevamente.

Separé nuestros labios de una manera brusca.

—Jungkook, estoy teniendo una pelea conmigo mismo. —le dije en


un tono grave, mirándole un tanto aturdido. —Me haces las cosas
difíciles.
Había pasado mi celo solo después de haberlo conocido como mi
destinado, y claramente mi Alfa me pedía por el, sediento.

Me sentía malditamente insatisfecho, y eso podría ser un problema.


No quería descontrolarme.

El Omega que parecía estar en su propia nube me observaba con


cierta somnolencia pero terminó por hacer un puchero con sus
hinchados labios.

—¿Eso quiere decir que nunca me vas a querer besar? —dijo en un


tono fastidiado.

Me rasqué la nuca.

—¡No! solo que... —carraspeé mi garganta con cierta incomodidad.


—uhm...¿Como te lo digo?

Jungkook empujó su mejilla interna con su lengua, haciendo que mi


lobo se mostrara muy inquieto ante la vista.

Sacudí la cabeza para mantener la cordura.

—Solo dilo, Tae. —se cruzó de brazos.

Acaricié su cintura con mis dedos sorpresivamente distrayéndolo un


poco.

—Estoy frustrado. —dije en un murmuro bajo, pero pareció no


entender mis palabras ya que frunció el ceño. —Estoy...muy
insatisfecho.

Jungkook parpadeó.

—Creo que sigo sin entender.

Tuve que reprimir mis ganas de soltar un gruñido avergonzado.


—¿Quieres que sea honesto y claro? —le observé, armándome de
valor.

El Omega asintió con la cabeza, mirándome con ojos de cachorro.

Me acerqué a su oído, aún con mis manos masajeándole la cintura


de una manera muy lenta.

—Mi lobo te quiere comer.

***

La verdad no sé si estoy llevando las cosas muy rápido :/. No


se como sentirme al respecto, pero quiero que se desarrolle
yAAA, son destinados y las cosas se suponen que fluyen con
naturalidad (por que al menos, ellos si se corresponden)

Ustedes que piensan?:(

Por cierto, muchas gracias por sus comentarios alentadores


sobre mi exposición💕💕, si me fue bien, gracias!!! ✨. Ahora
mis exámenes son la semana que viene 😣😣.

Me encanta leer sus comentarios ✨.

Por si gustan pasarse:


Gracias por leer, LOS TKM💜🥺🥺🥺
38. "Cachorro triste"
Jungkook POV's

—¡Jungkook, tus avances son muy notables! —la señorita Lee me


observó con una gran sonrisa.

Me estaba muriendo de vergüenza.

Podía sentir la mirada de mis compañeros, y a pesar de que no eran


miradas acusatorias o de asco, me sentía muy intimidado.

Pasé las manos sobre mis jeans rotos, refregando el ligero sudor
contra la tela de mezclilla.

—Gracias, sunbae. —reverencié levemente.

Procedí a sentarme a un lado de Eunha que me sonreía con


entusiasmo, alzando ambos de sus pulgares.

—¡Has estado genial! —me empujó con su hombro. —Cada vez


eres mejor.

Tuve que tapar mi rostro entre mis manos debido a la atención.

—Ah, gracias —dije en un susurro, para segundos después


observarla. —Me está costando mucho.

La Omega asintió, creando un movimiento en su flequillo.

—No te preocupes, es cuestión de tiempo y confianza —dijo como si


no fuese nada.

No pude evitar soltar un suspiro lleno de emociones mezcladas.

Esta era mi segunda semana en clases de canto. Había conocido a


muchas personas, y entre ellas a mi amiga más reciente, Eunha.
Era una linda Omega —mayor que yo por un par de meses.—de
rostro redondo y su piel pálida que hacía un buen contraste con su
cabello corto y oscuro.

—¿Vamos? —la Omega se echó su mochila en la espalda,


observándome.

Asentí con la cabeza, haciendo la misma acción con mi mochila.

Reverenciamos hacia la profesora después de que había dado por


terminada la sesión de clases. Salimos del salón para comenzar a
caminar sobre los pasillos de la escuela de artes.

Por aquí y por allá salían personas vestidas en tutú, personas


manchadas de pintura hasta las trancas, chicos y chicas con las
manos llenas de arcilla, y un sin fin de características.

Era un lugar con un ambiente apresurado, pero a la vez muy


emocionante.

—¿Estás libre? —Eunha me preguntó una vez que habíamos salido


del lugar.

La Omega ya conocía la respuesta, sin embargo le gustaba insistir.

—No. —hice un puchero. —Tengo que llegar a casa, probablemente


preparar algo de comer para mamá y mis hermanos o ir a la
cafetería y ayudar.

Esa era nueva la rutina en casa.

Las clases habían comenzado tan solo tres semanas atrás y las
cosas habían cambiado bastante.

—¡Jungkook-ah! —Eunha me miró con un puchero en los labios.

La Omega se había encontrado muy entusiasmada con la idea de


que compartiéramos tiempo juntos fuera de las clases de canto.
No obstante, me había encontrado un poco cansado y ocupado.

Recargué una de mis manos sobre su hombro.

—Trataré de hacer tiempo libre, ¿si? —sonreí levemente.

Si me entusiasmaba la idea de pasar un buen rato.

La Omega torció los labios.

—Está bien. Me puedes mandar un mensaje cuando estés


desocupado. —asintió con la cabeza. —¡Te puedo presentar a mis
amigos! También podemos salir a un antro o...-

Abrí los ojos con sorpresa.

—¿Un antro? —fruncí el ceño. —Aún somos menores, Noona.

La chica me guiñó un ojo en un gesto despreocupado.

—De eso no te preocupes, Jungkookie. —alzó sus pulgares. —


Tengo contactos.

Sonreí.

Caminamos unas cuadras hacia la parada de autobuses hablando


sobre temas tribales en el transcurso.

Eunha era muy entusiasta y tenía un aegyo natural. Era muy social y
amigable, lo cual me había facilitado desarrollar una amistad con
ella en tan pocos días de conocernos.

Ya hablando de su talento vocal ella era genial. Era muy talentosa.

—¡Oh, han venido por mi! —se levantó sorprendida de la banca.

Un auto negro se había estacionado enfrente de la parada. El piloto


bajó el vidrio polarizado dejando a un apuesto Alfa a nuestras vistas.
Eunha me observó con un leve sonrojo.

—Oh...ya me voy, Jungkookie. —me observó con nerviosismo. —


¡Nos vemos el viernes!

Agité mi mano en signo de despedida, observando a la Omega


subirse en el asiento del copiloto del auto.

—¡Adiós, noona!

La chica me regaló una sonrisa antes de que el auto partiera.

Solté un suspiro, observando el cielo nublado que amenazaba con


soltar una fuerte lluvia en cualquier segundo.

Era un clima muy reconfortante.

Minutos más tarde, el autobús apreció frente mis ojos. Pagué la


cuota al conductor y me senté a un lado de la ventana para
comenzar mi destino a casa.

Habían pasado casi cuatro semanas desde la vez que cené en casa
de los Kim. Fue muy agradable, DongSuk —papá de Tae— era muy
atento, y era una persona muy habladora y amigable; mientras
tanto, era la primera vez que conocía formalmente a Mina. Era una
Alfa muy observadora, un poco intimidante pero cuando sonreía
lucia inofensiva.

La familia Kim muy unida.

Después de eso, en la semana siguiente comenzaron las clases


escolares.

Yugyeom y Jeongyeon partían de casa a horas muy tempranas a


Seúl en el auto de mamá.

Entretanto, mis clases de canto comenzaron en la segunda semana


de clases de mis hermanos, por lo que coincidíamos los lunes,
martes y miércoles.
No obstante, esos días me tenía que regresar a Suwon desde mi
cuenta ya que salía tres horas más temprano que mis hermanos.

Llegaba a casa —la mayoría del tiempo— y preparaba algo de


comer con ingredientes que mamá dejaba sobre el comedor. En
otras ocasiones, llegaba directamente hacia la cafetería a ayudar a
mamá con el trabajo mientras ella se devolvía a casa.

Era un horario muy agitado que comenzaba a afectarme física y


mentalmente.

Pero no tiraría la toalla tan rápido.

Sacándome de mis pensamientos, observé la pantalla de mi celular


que anunciaba una llamada de Taehyung.

Sonreí sin poder evitarlo y contesté la llamada sin pensarlo dos


veces.

—¡Tete! —mi voz salió en un tono más dulce de lo esperado.

Pude escuchar un suspiro un aliviado de su parte.

—Kookie. —su voz gruesa me erizó la piel. —Estoy en mi receso de


cinco minutos y quería llamarte. Quería escuchar tu voz.

Sonreí como un tonto.

—Gracias por tomarte el tiempo. —murmuré suavemente. —¿Cómo


están tus clases, hyung?

El chico tardó unos segundos en responder, probablemente


prensando en las palabras adecuadas.

—Pesadas. Creo que he subestimado un poco la carrera —soltó


una risa. —¿Y a ti? ¿Como te ha ido? ¿Ya saliste? ¿Vas en camino?

Recargué mi cabeza contra el vidrio de la ventana, observando


pasar los edificios.
—Me ha ido bien. He cantado en frente de todos por segunda vez.
—torcí los labios. —Y si, ya salí. Voy de regreso a casa.

—Me alegra que te haya ido bien. Estoy seguro de que cantaste
precioso. —pude imaginar su sonrisa cuadrada.

Tuve que aguantar las ganas de soltar un chillido de emoción.

—¡Ah, Tae! Gracias. —sonreí felizmente, con mis mejillas


sonrojadas.

Escuchar su suave risa me hizo sentir un tanto nostálgico.

Quería tenerlo cerca, a mi lado e impregnarme de su olor.

Extrañaba su cercanía.

—Te extraño.

Mi corazón se aceleró al escuchar sus palabras, tal y como si


hubiese leído mi mente.

Claramente yo no era el único estresado ya que, el Alfa tenía


montones de tarea y cansancio acumulado en tan solo días de
clases. Nuestros horarios eran muy cansados, por ende nomas nos
habíamos visto una sola vez desde que comenzaron las clases.

Habíamos tenido una cita. Un mini picnic que resultó ser muy cursi,
pero a la vez que me encantó porque simplemente era Taehyung mi
acompañante.

Me había regalado un lindo ramo de girasoles, e inclusive había


comprado un tarro de helado —cosa que se había convertido en una
tradición.—

Y pasamos el rato platicando de todo un poco.

Resultamos tener gustos parecidos en videojuegos. Le platiqué que


desde pequeño había sido muy atlético y competitivo; sin embargo
fue algo que comenzó a desvanecerse conforme el tiempo pasaba.

Taehyung aprovechó para platicarme sobre su niñez. Me contó


sobre su abuela a la que tanto quería, y me platicó sobre su relación
con sus hermanas muy a fondo.

Taehyung creció en una familia de oro y se notaba. El Alfa era una


persona maravillosa, claramente lo habían criado muy bien.

Mientras tanto yo le conté sobre mis padres: sobre su divorcio y


como había sobrellevado las cosas en ese tiempo.

No me consideré infeliz en aquellos entonces, sin embargo no fue


algo fácil de tragar.

Platicar de nuestras vidas en el pasado nos había hecho más


cercanos, a pesar de que ya me sentía muy cercano a él.

Sin poder evitarlo me puse un tanto triste haciendo que mi lobo


aullara ante la ausencia de su Alfa.

Solté un suspiro.

—Yo también te extraño, Tete. —dije en un susurro.

Durante las noches dormía con su camisa, —la misma que me


había puesto cuando su celo se presentó— intentando apaciguar un
poco su ausencia con el olor impregnado en la tela.

Me resultaba reconfortante.

—Prometo que pronto nos veremos, ¿si? —habló cierta


desesperación. —Haré mis tareas entre semana para estar libre el
fin.

Hice una mueca.

Los fines de semana trabajaba, sin embargo encontraría algo para


que el tiempo funcionara.
—Está bien. —tragué saliva. El autobús ya se encontraba a las
afueras de la ciudad, por lo que el paisaje eran pinos altos. —Si no
tienes tiempo tampoco te preocupes, hyung. No me iré a ningún
lado.

El Alfa se mantuvo unos segundos en silencio.

Estaba muy pensativo.

—Nos veremos este fin. —afirmó. —¿Si?

Me mordí el labio.

—Está bien. —asentí con la cabeza. —Y si tienes mucha tarea te


puedo ayudar, o mínimo alentarte.

El Alfa soltó una risa.

—Me parece perfecto. Con tenerte cerca me es suficiente. —dijo,


haciendo que mi estómago se revolviera ante sus palabras. —Mi
clase comienza en un minuto, tristemente tengo que colgar. Cuando
llegues a casa me avisas, por favor.

—Está bien. —asentí, arrugando la nariz.

—Te quiero, Kookie.

Sonreí levemente.

—Yo también te quiero, Tete. —le dije antes de colgar.

🌙🌙🌙

—Por favor ni se te ocurra estudiar gastronomía. —la abuela Seung


me dijo con una mueca plasmada en el rostro una vez que había
probado del Tteokbokki.

Solté un resoplido, inflando mis mejillas en el proceso.


—No está tan mal, ¡podría ser peor! —busque una excusa para que
se apiadara de mi.

La vieja me observó con el ceño fruncido.

—¿Como te atreves a decir eso? ¡Ni siquiera lo has probado! ¡Y tú


lo preparaste! —dijo mirándome como si estuviese loco. —Le has
puesto demasiado gochujang.

Solté un suspiro.

—¿Entonces no tiene arreglo?

La abuela Seung sonrió, cambiando drásticamente su humor.

—Claro que si, lo puedo arreglar y hasta tu también lo puedes


arreglar. —me tocó el hombro con una de sus arrugadas manos.

Le miré expectante.

—¿Como?

—No tocando nada. —soltó, haciendo un ademán hacia la silla. —


Anda, siéntate y aprende.

Rodé los ojos.

—Que borde se ha hecho, abuela. —dije con un puchero,


sentándome en la silla con los brazos cruzados.

Había llegado a casa ligeramente mojado, ya que la lluvia se había


desatado exactamente al momento en el que me bajé del autobús.

Corrí a lo largo de las calles hasta que llegué a casa completamente


mojado. Una vez que me duchado, me dirigí hacia la cocina para
preparar —o más bien, intentar— tteokbokki.

Minutos después de estar muy frustrado con la salsa que tenía que
preparar, apareció la que se podría considerar mi ángel de la
guarda: la abuela Seung.

Y una vez que preparó mi desgració no le quedó de otra más que


ayudarme.

La mujer comenzó a crear una salsa picante nueva, dándome la


espalda.

Mientras tanto, procedí por mensajear a Kim Taehyung avisándole


que ya me encontraba a salvo en casa.

"Que bueno, Kookie.!! Hablamos después, si? Estoy en clase;("

Un inevitable suspiro se escapó de mis labios, llamando la atención


de la abuela Seung.

La vieja giró sobre sus talones para observarme.

—Vamos, dime qué pasa. —pude escuchar su voz curiosa. —


Apestas a cachorro triste.

Escuchar aquello me sorprendió, por lo que le miré con las cejas


alzadas.

Mis feromonas solían ser muy notorias ante mis emociones.

—N-no pasa nada. —me encogí de hombros, ganándome una


mirada acusatoria de la vieja Alfa.

—Ambos sabemos que si pasa algo. —volvió a darme la espalda. —


Platica conmigo.

Recargué mi mejilla contra la madera de la mesa.

—Estoy triste.

—Eso ya lo sé, Jungkook. —murmuró en un tono obvio. —Dime


porqué.
Cerré los ojos sin poder evitarlo.

—Estoy cansado...y extraño a Taehyung.

La Alfa soltó un suspiro.

—Es normal extrañar a tu Alfa. No te preocupes, no te sientas muy


triste. —intentó alentarme en un tono dulce. —No está físicamente
contigo, pero emocionalmente si.

Aquello me pareció más triste aún.

Recordé la historia de la abuela Seung de cómo había perdido a su


Omega. Claramente ese chico aún vivía emocionalmente con ella, a
pesar de que no estuviese físicamente a su lado.

Me mordí el labio, intentando no soltar una lagrima.

—¡Eh, Jungkook! —se giró sobre sus talones para observarme,


alarmada. —¡Tranquilo! ¡Tu olor, ugh!

Un puchero se formó en mis labios.

Me encontraba muy sensible.

—Ya, ya. —me enderecé en mi asiento. —Intentaré


tranquilizarme....

La vieja me observó con pena.

—Siento mucho regañarte sobre lo del ttaekbokki.

Sonreí levemente.

—Está bien, no se preocupe.

***
Hola, perdón por tardar en actualizar;( justo ahora comenzaré a
escribir el siguiente capítulo e intentaré si terminarlo antes de
que termine la semana <3.

Espero que les haya gustado a pesar de que sea un poco triste;
(. Me estoy encontrando en la misma situación que los
protagonistas, así q quería transmitirlo un poco en el capítulo!!

Sentirse cansado y extrañar a alguien es súper normal :).

Me pueden dar a un idol/actor que les gustaría que fuese la


pareja de Eunha? :)

POR CIErtoo, GRACIAS POR LAS 20k LEIDASSSS❤ ❤ ❤ ❤ .


Gracias por su apoyo, amo leer sus comentarios❤ ❤ ❤ .
Significa mucho para mi que lean mi historia🥺, esto siempre
ha sido mi sueño frustrado.

Prometo ser mejor en mi escritura ✨.

LOS TKM uN PUTEROO🥰❤❤❤❤.

Les dejo un besito de Seokjinie💕💕


39. "Incertidumbre"
Taehyung POV's

—Te he traído tu café, hijo —mamá apareció por la puerta con una
taza humeante. —Con mucho azúcar, como te gusta.

Sonreí levemente. Tomé la taza con delicadeza una vez que la


mujer se posicionó a un lado mío en el escritorio.

—Gracias, mamá.

La mujer echó un vistazo, observando el desastre de libros y hojas.

—¿Cómo vas en tus estudios para la exposición? —me dió un ligero


apretón en el hombro.

Torcí los labios combinando mis movimientos, poniendo la taza de


café sobre el escritorio con mucho cuidado.

Derramar el líquido sería mi perdición.

—Horrible. —solté con honestidad. —Estoy cansado.

Había pasado las últimas tres horas intentando recopilar información


sobre Análisis De La Cultura —una de mis materias.— y mi plan, era
aprender completamente el tema y sus subtemas.

Sin embargo me estaba costando. Mi lobo se encontraba muy


inquieto, haciendo que me costara concentrarme.

Mamá me observó con cierta pena.

—Date un descanso, ¿por que no sales a tomar aire fresco? —hizo


una pequeña mueca antes de proseguir. —¿Por qué no te
encuentras con un Jungkook un rato?
Mi Alfa aulló ante la mención de su Omega.

Había pasado un buen rato desde la última vez que nos habíamos
visto.

Tragué saliva.

—No. Es que... —le eché un vistazo al escrito ocupado. —estoy


adelantando mis tareas para verlo este fin... pero a este paso no sé
si eso sea posible.

Mamá soltó un suspiro.

—Claro que es posible. Probablemente verlo hará que no te sientas


tan estresado, Tae. —intentó alentarme un poco.

Pero no funcionó.

—No puedo permitirme eso, mamá. Quiero verlo sin


preocupaciones, sin sentirme asfixiado porque si, es así como me
siento ahora mismo. —me tallé el rostro con frustración. —Espero
no dañarnos.

Mamá pareció muy inquieta ante mis palabras.

—No estás entendiendo, Taehyung. —me observó con recelo. Se


encaminó hacia mi cama y se sentó en la orilla, observándome.

¿Entender que? No hay mucho que entender al respecto. Mamá era


la que no entendía como me sentía.

Posicioné mis codos contra la madera del escritorio, mi rostro siendo


sostenido por las palmas de mis manos.

—No quiero hablar. —dije en un tono cansado, desviando la mirada


hacia el escritorio.

No quería darle poco tiempo a Jungkook. Quería darle todas mis


horas, no sentirme estresado con pendientes o compromisos.
Quería toda mi atención en el porque el la merecía.

No quería nada a medias.

Mamá se quedó observándome en silencio durante un minuto;


mientras que por mi parte, intentaba leer por milésima vez la
información que tenía que memorizar.

—Luego lo entenderás, Taehyungie. —pude observar de reojo cómo


se levantó de la cama.

Se acercó a dejar un beso en mi coronilla. Segundos después pude


escuchar como cerró la puerta dejándome a solas en mi habitación.

Cerré los ojos durante unos segundos intentando tranquilizar a mi


lobo que me amenazaba, mostrando sus dientes.

Solté un suspiro tembloroso.

Tomé la taza de café con cuidado y la acerqué a mis labios para dar
un pequeño sorbo.

El fuerte sabor —pero a la vez empalagoso— fue como recibir un


abrazo caliente y reconfortante del mismo Jungkook.

Sonreí levemente.

Lo extrañaba.

🌙🌙🌙
Jungkook POV's

Si antes me sentía triste, ahora me sentía del culo.

No solo me encontraba extrañando a mi Alfa, sino también a papá le


había parecido buena idea —nuevamente— aparecer en casa.

Por suerte había sido yo el que había abierto la puerta.


Solté un suspiro frustrado que el hombre no pasó por desapercibido,
ya que me observó con el ceño fruncido.

—¿Qué pasa? ¿Mal momento?

Le miré con recelo, pasando mis manos sobre mi cabello que lucia
como nido de pájaros.

—¿Como que que pasa, papá? —grité en un susurro. —¿No quedó


muy claro lo que dijo mamá la última vez que apareciste por aquí?
¡Debiste de al menos haber avisado o algo así!

Papá alzó una ceja, probablemente porque había dejado de usar los
honoríficos.

—Déjame pasar y hablaremos como personas civilizadas. —dijo en


un tono bajo.

Cabe mencionar que también eran las 10:00 de la noche.

Papá intentó empujar ligeramente para pasar dentro de la casa,


pero no se lo permití.

Cerré fugazmente la puerta, dejando a su vista solamente mi cabeza


y golpeándome la mejilla en el proceso.

Con trabajo mi dolor de mandíbula estaba aliviándose.

Si, aún.

Solté una maldición baja.

—Eh, ¿estás bien? —papá me observó con los ojos bien abiertos.

Me limité a asentir al mismo tiempo que sobaba la piel que


seguramente estaba roja.

Solté un suspiro mirándole con una mueca en los labios.


—¿Le dirás a Jeongyeon y Yugyeom sobre que Suni está
embarazada?

Papá asintió lentamente con la cabeza.

—Si, creo que ya deberían de saberlo. —dejó caer sus hombros. —


Igualmente creo que...-

Unos pasos que se escucharon interrumpiendo las palabras del Alfa.

—¿Quién es? —escuché la voz de Yugyeom a mis espaldas.

Saqué mi cabeza que anteriormente se encontraba contra la puerta


y el umbral para observar a mi mellizo.

Sonreí con nerviosidad.

Yugyeom me miraba con el ceño fruncido, y se atrevió a asomarse


un poco para ver sobre el pequeño hueco de la puerta.

—Es Jimin. —me apresuré en decir, obstruyendo su vista en la


puerta.

Claramente no creía mi mentira, pero no deicidió insistir demasiado.


Se encogió de hombros y regresó a su habitación dando pequeños
pasos.

Solté un suspiro aliviado, volviendo a abrir levemente la puerta para


ver el rostro de papá.

El hombre tenía los labios formados en una mueca.

—Jungkook, me he armado de valor en venir aquí y hablar —dijo en


un tono suave. —Las cosas también soy difíciles para mi, pero no
quiero huir.

Observé al Alfa frente a mis ojos. Me encontraba asustado, muy


asustado por los sentimientos de mamá.
El simple hecho de que papá se alejara había sido algo terrible para
ella, y ahora la noticia de que el hombre con el que había
compartido la mayoría de su vida estaba esperando un bebé con
otra Omega le partiría el corazón por milésima vez.

—Papá...

El hombre me tomó la mano.

—¿Como estás? —me miró con el ceño fruncido. —No quería


preguntarte pero es que tu olor es muy fuerte y...

Negué con la cabeza.

—Aah, estoy bien. —arrugué la nariz, mintiendo.

Papá me observó con preocupación.

—Jamás me cansare de pedir perdón, Jungkook...y yo-

—¿Jichul?

Papá y yo palidecimos al escuchar la voz de mamá.

🌙🌙🌙

Había pasado un largo tiempo desde que no dormí una noche


entera.

Probablemente la última vez que eso pasó fue la primera vez que
Jimin se quedó a dormir en casa. Y eso fue hace muchos años.

Nos la pasamos riendo, contando anécdotas, comiendo,


escuchando música y viendo películas. Era un buen recuerdo.

Sin embargo a diferencia de esa vez, la desvelada de la madrugada


pasada no sería un buen recuerdo.

Sería un recuerdo amargo.


Ver a mamá llorar era algo doloroso; pero a pesar de que a nadie le
gustaba ver a un ser querido llorar, era una buena señal que lo
hiciera.

Aliviabas las incertidumbres de tu cabeza y los sentimientos


acumulados en el pecho a través de lagrimas.

Se estaba desahogando, y eso estaba bien.

El reloj marcaba las seis de la mañana cuando abrí los ojos


sintiendo un rayo de luz contra mis párpados.

Solté un suspiro bajo, echando un vistazo hacia mi derecha,


encontrándome a mis hermanos y mamá en la cama.

Todos habíamos pasado la noche en la habitación de mamá.


Intentamos reconfortarla y no dejarla sola.

Fue una larga noche ya que sentimiento de pesadez en mi pecho


fue el que no me dejó con la conciencia limpia, el que no me dejó
dormir.

En el momento, la noticia de que Suni estaba embarazada no me


había afectado demasiado. De hecho me había agradado porque
eso haría feliz a mi papá.

Pero si me había desconcertado un poco.

Lo que más me dolió fue lo que sentía mamá, porque todos


sabíamos que a pesar de todo, el tiempo y las circunstancias, ella
siempre iba a querer a papá.

Supongo que probablemente se dio cuenta de qué era definitivo que


las cosas no volverían a ser como años atrás.

Me incorporé en la cama con lentitud y extendí mi brazo para mover


el hombro de Yugyeom, despertándolo en el proceso.

—¿No irán a clases? —susurré levemente.


Mi mellizo se talló los ojos con fuerza.

—No lo sé... —le echó un vistazo a mamá que por fin estaba
dormida después de tantas horas despierta en llanto.

El día de hoy era viernes. Hoy tenía clase de canto, sin embargo no
sabía si tenía las fuerzas necesarias para ir a plantar una buena
cara.

—No te preocupes por mamá. —le dije a Yugyeom. —Despierta a


Jeongyeon y váyanse antes de que se haga tarde. Yo faltaré a
clases. Estaré con ella.

Yugyeom se rascó la nuca.

—¿Y la cafetería?

A mamá le gustaba tener siempre la mente ocupada cuando estaba


pasando un mal rato. Así que estaba seguro que cuando ella
despertara y tuviera las energías suficientes, iba querer ir a trabajar.

—Conoces a Mamá, ella no se va a quedar aquí todo el día sin


hacer nada. —expliqué lo que ya era obvio. —Probablemente tendré
la oportunidad de hablar con ella. De Omega a Omega nos
entendemos.

Yugyeom asintió.

—Está bien. Gracias. — sonrió con poca fuerza.

Se inclinó hacia nuestra hermana que aún estaba profundamente


dormida y tardó un buen minuto en despegarla de mamá ya que se
encontraba abrazándola.

Una vez que despierta, la Alfa soltó una maldición observándonos


con los ojos hinchados de sueño.

—¿Qué?
—Tenemos clases. —Yugyeom se limitó a decir.

Mi mellizo inclinó sobre el cuerpo de mamá, dejó un beso en su


frente y salió de la habitación dando pasos silenciosos.

Jeongyeon, por el otro lado lucia preocupada observando a mamá


dormir.

—¿Te quedarás?

Asentí con la cabeza.

—No te preocupes. Anda. —le hice un ademán para que se apurara.

Por el lado de mis hermanos, la noticia los había desconcertado, no


obstante no habían actuado de mala manera.

🌙🌙🌙

Después de que Jeongyeon y Yugyeom se fueron de casa, me


levanté de la cama y procedí a lavar los platos que anoche habían
quedado sucios.

Después de que papá diera la noticia, se fue de casa con un


semblante muy triste y preocupado.

Y es que de cierta forma las cosas también lo estaban afectando a


él. Porqué no trataba de hacernos daño, definitivamente esa no era
su intención.

El simplemente quería dar a conocer las cosas porque nos quería —


a pesar de que hubiera problemas en el pasado— porque muy en el
fondo él estaba muy emocionado y tenía fé de que nos pusiéramos
feliz por el.

Observé por quinta vez el reloj. Las manecillas marcaban las 7:13,
casi faltando 15 minutos para abrir la cafetería.

Solté un suspiro, tomando las llaves del local.


—¿Por qué no me despertaste? ¿Y por qué no has ido a clase de
canto?—La voz de Mama me hizo dar un brinco en mi lugar.

Giré sobre mis talones para verle.

La Omega se estaba secando el cabello con una toalla, ya con el


uniforme de la cafetería puesto.

Parpadeé repetidamente, sorprendido.

—No me siento bien como para ir a clase. —confesé con una


mueca. —Y de hecho yo ya iba a ir a la cafetería para...-

Mamá se acercó a mi y me tomó de las manos.

—¿Por qué no te sientes bien?

Me encogí de hombros sin pensarlo.

—¿Como te sientes tu, mamá? —le miré con preocupación.

La Omega sonrió levemente, creando que sus ojos hinchados se


estirarán y arrugas aparecieran alrededor de sus labios.

—Estoy bien, Kookie.

Tragué saliva.

Me costaba creer que ya estaba bien después de haberle visto llorar


durante tantas horas.

—Si te quieres quedar en casa está bien, Mamá. Yo puedo hacerme


cargo de la cafetería si no te sientes bien.

Sabía que no cedería pero no perdería nada con intentarlo.

Mama negó con la cabeza.

—No, no, claro que no.


Insistí, tomándole de las manos—¿No quieres platicar de...?

Mi progenitora negó con la cabeza nuevamente, apretando mis


manos con suavidad.

—¿Sabes? —me observó con una leve sonrisa. — iremos a la


cafetería y cerraremos temprano el día de hoy.

Fruncí el ceño.

—¿Por qué cerraríamos temprano? Los viernes hay mucha


clientela.

Mamá arrugó la nariz.

—No te preocupes por eso. No quiero que te sigas sintiendo triste


por la razón que lo estás. —acarició mi cabello. — regresaremos a
casa temprano y miraremos películas, ¿te parece?

Era admirable que a pesar de que ella no se encontrara en un buen


estado sentimental, quisiera ayudarme a sentirme mejor.

Sonreí.

—Está bien.

Mamá tomó las llaves de mis manos y me hizo un ademán para que
saliéramos de casa.

En el trayecto hacia la cafetería obtuve un mensaje de Kim


Taehyung haciéndome sonreír.

"Buenos días, Jungkookie:)!!"

Solo esperaba que pudiera verlo pronto.

***
¿Saben? Los capítulos tristes y donde no aparece mucha
interacción Taekook son los más difíciles de escribir;(
Me ha costado bastante escribir este capítulo y no me ha
gustado mucho;(, Sin embargo, se puede considerar como un
capítulo relleno-cosas necesarias en la trama, je

Les quise actualizar rápido así que aquí está💜.

Gracias por sus comentarios alentándome, me hacen muy feliz


y me hacen sentir bien bonito 🥺💕💕.

Ya comenzare a escribir el nuevo capítulo ;)

Gracias por leer, LOS TKM MUCHOOO✨✨.


40. "Eres un idiota"
Jungkook POV's

—Luces como si te hubiesen revolcado. —Jimin arrugó el entrecejo.


—Un camión de treinta toneladas.

Alcé ambas de mis cejas.

—Gracias, eres muy específico, Jimin-ah. —rodé los ojos.

El Omega torció los labios al mismo tiempo que olfateaba el aire y


me observaba.

—¿Tomaste supresores? —pareció muy curioso al respecto. —¿Se


acerca tu celo?

Negué con la cabeza.

—No, aún un buen tiempo para mi celo.

La verdad es que mi olor se había hecho muy amargo, o eso más


bien era lo que habían dicho mis hermanos. Así que había tenido la
gran idea de tomar supresores para no molestar a nadie con mis
feromonas.

A pesar de que no respondí la primera pregunta de Jimin, no volvió


a mencionarlo.

El Omega se inclinó sobre el mostrador y me dió un beso en la


mejilla, sonriéndome de una manera tranquilizadora.

—Me voy. —murmuró. —Te quiero, Kookie.

Me fue extraño que me lo dijera, pero de cierta forma me gustó.


Jimin era muy empalagoso, pero la mayoría del tiempo no lo
mostraba conmigo.
Sonreí levemente.

—Yo también, adiós. —agite mi mano al verlo caminar hacia la


puerta del local. –nos vemos luego.

Jimin salió de la cafetería después de platicar conmigo. Hablamos


sobre cómo estaban yendo las cosas en su carrera de Artes
escénicas y me contó sobre sus nuevos compañeros; lográndome
distraer un poco.

Parpadeé repetidamente ya que comenzaba a sentirme adormilado.

Dirigí mi mano hacia el bolsillo del mandil que traía puesto, y saqué
un caramelo de miel, siendo el décimo en meterme a la boca y
saborear.

Últimamente los caramelos de miel eran mis favoritos.

El reloj marcaba las cuatro y media de la tarde y yo ya tenía el


cansancio acumulado en los huesos.

—Son nueve mil wones. —fingí una sonrisa hacia el chico frente mis
narices.

El Alfa me entregó los billetes, tomó sus bebidas y me sonrió,


alejándose después del mostrador.

—¿Está bien, hyung? —Huekai apareció en mi vista, secándose las


manos en su mandil.

Asentí con la cabeza.

—Si, si. Solo tengo sueño.

Era mi segunda noche sin poder dormir apropiadamente, por lo que


comenzaba a afectar mis días.

Ayer tuve un buen día con mamá. Después de haber cerrado el local
temprano, nos dirigimos a casa. Jeongyeon y Yugyeom se nos
unieron, compraron snacks y vimos películas.

Cuando el reloj marcó las diez de la noche, cada quien se dirigió a


su habitación y dormimos.

O eso fue lo que traté.

Comencé a conciliar el sueño a las cuatro de la mañana, justo


cuatro horas antes de qué sonara la alarma.

No dormir me ponía de mal humor.

También cabe recalcar que de camino hacia la cafetería pisé mierda


de gato, pero esa había sido mi culpa por distraído.

Solté un suspiro cuando vi a un grupito de personas entrar al local


entre risas.

La tarde transcurrió de manera muy lenta. El lugar estaba infestado


de personas; y de cierta forma era bueno ya que serían ganancias,
sin embargo comenzaba a ser algo muy tedioso.

—¿Cómo te sientes? —escuché a mamá a mis espaldas. Sentí una


de sus manos sobre mi espalda.

—Estoy bien.

No pareció muy convencida.

—No sé porqué te pregunto si se que mientes. —alzó sus cejas. —


Vete a casa.

Rápidamente negué con la cabeza.

—No quiero. —entrelacé mis dedos haciendo una mueca.

La Omega soltó un suspiro.


—Vete a casa. —volvió a repetir y rodé los ojos, ganándome un
gruñido de su parte. —Es una orden.

Solté un quejido de fastidio.

—¡No quiero! —lloriqueé. —No quiero estar en casa.

Mamá sabía a la perfección porque estaba de este humor y la


verdad estaba muy agradecido de que no hiciera preguntas al
respecto.

Si hablara de Taehyung probablemente soltaría el llanto.

Era sorprendente como mi lobo se sentía tan independiente del Alfa.


Me sentía decaído, triste y malhumorado.

Todas estás sensaciones eran muy fuertes sin siquiera tener un lazo
que nos uniera. Me pregunto cómo sería si estuviéramos unidos
realmente.

Mamá esta vez fue la que rodó los ojos.

—Ve a dormir un poco, pareces un zombie. —señaló mis ojeras. —


Disfruta de estar en casa. Ninguno de tus hermanos están, así que
es toda tuya...y si no quieres dormir puedes poner algo de música
para relajarte, o ¡No se! ¿yo que voy a saber lo que hacen los
adolescentes ahora?

Solté un bufido.

—Es que no sé...

Había estado esperando toda la tarde el mensaje de Taehyung


donde me dijera "Si podremos vernos hoy", pero no parecía llegar y
comenzaba a sentirme peor.

Estar en casa significaría estar triste.


Lo único reconfortante en casa era la camisa del Alfa que olía
exactamente a el y lograba calmarme con facilidad.

La idea de acostarme en la cama con ella puesta, acurrucado en


mantas mientras comía helado, me gustó; logrando cambiar mi
ánimo ligeramente.

—Está bien, si me iré. —me levanté de la silla de madera.

Comencé a desamarrar el nudo del mandil detrás de mi espalda.

Mamá me sonrió y me entregó las llaves de casa una vez que tuve
las manos libres.

—También puedes hablar con la abuela Seung, eso siempre te hace


sentir mejor. —me dijo en un tono suave.

Asentí con la cabeza.

Me despedí de ella, después de Huekai y Yeonjun antes de salir del


local.

Tomé un fuerte respiro una vez que estuve fuera para comenzar a
caminar hacia casa dando largas zancadas.

Dando vuelta por la esquina de la calle de mi vecindario, desenvolví


otro caramelo de miel y lo metí en mi boca.

Una vez frente la puerta, metí las llaves y entré para cerrarla a mis
espaldas.

🌙🌙🌙

Taehyung POV's

Pasé mis manos sobre mis jeans intentando limpiar el ligero sudor
que los nervios me habían provocado.
Cerré el auto con mi mano libre mientras que con la otra sostenía el
ramo de rosas.

Había decidido venir a ver a Jungkook de sorpresa, y esperaba que


no estuviese molesto por no haberle dicho nada al respecto.

Horas atrás me había dicho via mensajes que estaba trabajando en


la cafetería, así que aquí mismo me encontraba.

Esperaba no tener algún problema por aparecer en sus horas de


trabajo.

Solté un suspiro nervioso antes de abrir la puerta del local y entrar a


través de ella.

Pude sentir miradas sobre mi persona, sin embargo no lograban


intimidarme.

Mis ojos curiosos viajaron por todo el local hasta el mostrador,


donde me encontré con un chico de cabellos azules que estaba muy
seguro de haber visto antes.

El chico que había identificado fácilmente como Omega tenía los


ojos bien abiertos, observándome.

—H-hola, bienvenido. —reverenció levemente.

Sonreí un poco.

—Gracias...uhm, ¿se encuentra Jungkook? —fui directamente al


grano. —Me dijo que estaba aquí.

El peliazul torció los labios.

—No, es que el...se fue a su casa hace una hora. —se rascó la
nuca. —Su mamá dijo que...-

La mencionada apareció. Tuvo que parpadear repetidamente para


enfocar su vista y asegurarse de que me estaba viendo a mi y no a
un tipo de holograma.

—¿Taehyung? —frunció el ceño. —había pasado un tiempo sin


verte.

Reverencie rápidamente hacia la mujer y sonreí con nerviosismo.

—H-hola.

La Omega me observó con un tanto de sorpresa, dirigiendo sus ojos


hacia el ramo de rosas que sostenía en mi mano izquierda.

—¿Buscabas a Jungkook?

Asentí con la cabeza.

—Si, yo...-fui interrumpido por la mujer.

—Jungkook ha estado muy triste. —mencionó suspirando.

Parpadeé repetidamente.

Aquellas palabras fueron como cuchillos hacia mi pecho.

Yo era el culpable.

Fui un tonto al pensar que no causaría la distancia nada en


nosotros. Debí de haber escuchado a mamá.

No debí haberme alejado. No volvería a hacerlo.

Jungkook era fundamental en mi vida.

No quería ponerlo triste, enojado o angustiado. Quería hacerlo feliz


en todos los sentidos; sin embargo, la tristeza de Jungkook había
pasado por mi culpa.

Había sido un egoísta. Era mi culpa haber pospuesto tanto las cosas
por ser tan terco y tonto.
Solté un suspiro frustrado.

—Taehyung. —me llamó la madre del Omega con un tono de voz


bajo. —Jungkook está en casa y... —dió un suspiro, como si las
palabras que diría pesaran —te necesita. Necesita verte.

Asentí con la cabeza.

—Yo también necesito verlo.

Mi lobo mostraba los dientes claramente enojado ante mis


desiciones como humano.

La mujer sonrió un poco. Recargó sus manos sobre el mostrador


observándome con fijeza.

—Puedes ir a casa a verlo.

Tragué saliva, sintiéndome más nervios que antes. Jungkook


probablemente estaría muy enojado conmigo.

Pero sobrellevaría las consecuencias.

—Gracias, de verdad. —sonreí aún estando nervioso.

La mujer asintió con la cabeza.

—Confiaré en ustedes. —dijo con pesadez. —Jungkook está en


casa solo. Tendrán privacidad, por favor no hagan nada.

Fui inevitable no sonrojarme. Con "nada" sabía exactamente a lo


que se refería.

Carraspeé mi garganta ante su insinuación-advertencia.

—Si, si. —reverencié nuevamente. —Muchas gracias, suegra.

Volví a sonrojarme aún más. Realmente le había llamado suegra.


Giré sobre mis talones antes de volver a decir algo vergonzoso, y
salí de la cafetería con rapidez.

🌙🌙🌙

Jungkook se quedó observándome a los ojos, sin mover ningún


músculo.

Me quedé tieso en mi lugar, con una sonrisa nerviosa y apretando el


ramo de rosas con una de mis manos.

—H-hola, Kookie.

El Omega —que sorpresivamente no desprendía de su suave olor—


me observó sin ninguna expresión en el rostro.

Se me revolvió el estómago.

El chico no dijo nada. Movió su cuerpo hacia su derecha y me hizo


lugar para pasar dentro de su casa. Por primera vez.

Caminé dentro y una vez que escuché que el Omega cerró la


puerta, dirigí mi torso hacia el.

Torcí los labios.

—Y-yo...yo te traje esto. —puse el ramo de rosas frente sus narices.

El dulce Omega dirigió sus ojos hacia las rosas rojas durante unos
segundos para después generar contacto visual.

—Eres un idiota.

Solté un suspiro lastimero al escuchar sus palabras.

—Lo siento, Kookie. —desvié la mirada hacia mis zapatos.

Pude escuchar como el Omega chasqueó la lengua. Pude sentir


como tomó el ramo de rosas con una de sus manos.
—Gracias.

Le miré con cierta vergüenza.

—¿Estás muy enojado? —un puchero involuntario salió de mis


labios. —Lo siento mucho, de verdad.

El Omega soltó un suspiro, sus ojos brillando al mismo tiempo que


observaba las rosas rojas.

—Te extrañé...y yo, entiendo, de verdad entiendo que estás


ocupado —comenzó a decir, conectando miradas conmigo. —pero
por favor no pospongas las cosas, no es bueno para ninguno de los
dos. Menos para mi.

Me rasqué la nuca, sintiéndome regañado.

Había tanto que quería decirle, por lo que antes de hablar tomé aire.

—Jamás había sentido lo que siento por ti en alguien más. Y yo...yo


pensé que eso sería lo justo para ti. Quiero darte toda mi atención.
—tragué saliva antes de seguir hablando. —Porqué es obvio que la
mereces. Terminé siendo un egoísta a pesar de que quería lo mejor
para ti.

El Omega infló sus mejillas escuchando mis palabras con atención,


por lo que volví a hablar.

—Quise terminar mis deberes, quise hacer todo antes de verte


porque no quería sentirme estresado ni distraído, pero... lo que me
hizo sentirme mal fue no tenerte cerca. —ladeé la cabeza. —Y es
algo que aprendí a las malas.

Jungkook sorpresivamente rodó los ojos, por lo que alcé ambas de


mis cejas ante su gesto.

El chico infló sus pulmones antes de hablar.


—Es que ni siquiera eras capaz de pregúntarme como me sentía. —
dijo en un reproche alto. —¡Simplemente me decías "buenos días,
¿qué haces? Buenas tardes y buenas noches", y cuando tenia
suerte me preguntabas si cenaba!

Solté un suspiro.

—Ya se que soy culpable pero-

—¡Yo también estuve estresado! Tengo que ir a clases, tengo que


trabajar y también tengo que soportar el ambiente en casa cuando
surge algo, sin embargo siempre eres tú el que me hacía sentir
mejor. —habló con rapidez. —Jamás quise reclamarte tu ausencia ni
nada porque pensé que te molestaría, ¡pero el que terminó
molestándose fui yo!

Me tallé el rostro con frustración.

—Si, la cagué, Kookie.

El Omega volvió a rodar los ojos.

Al parecer se le había hecho costumbre.

—¿Crees que no siento nada? Eres mi maldito destinado, ¡me


sentía de la mierda! Yo solo que quería al menos un poquito de
atención, eso era todo. ¡No importaba si te miraba al menos cinco
minutos al día, de verdad no importaba! —comenzó a gesticular con
sus manos, haciendo que las rosas soltaran pétalos. —Te quiero y
necesito que al menos parezca que te importa.

Abrí los ojos con sorpresa ante aus últimas palabras.

—Claro que me importas. —me apresuré en decir, acercándome a


él. —Me importas mucho.

El Omega retrocedió al notar mi atención de acercarme a él.


No me pasó por desapercibido lo hermoso que se veía. Sus mejillas,
cuello y orejas estaban rojas, —claramente del enojo que estaba
sintiendo— un lindo puchero adoraba sus labios y tenía el ceño
ligeramente fruncido.

El labio del Omega tembló apuntó del llanto, haciéndome sentir


horrible.

—No llores, por favor. —esta vez si me acerqué a él. Tomé su rostro
en mis manos. —Lo siento mucho, te juro que jamás pasará de
nuevo.

El Omega sorbió su nariz roja, desviando nuestras miradas.

—Y-yo... —tartamudeó en un hilo de voz. —Yo te extrañé, Tete.

Me apresuré en rodear mis brazos en su pequeño cuerpo.

Incluso un nudo se había instalado en mi garganta.

Había hecho sentir mal a Jungkook.

Nos quedamos un rato abrazados, disfrutando del tacto que tanto


nos había hecho falta a ambos.

—¿Sigues enojado, Kookie? —me atreví a preguntar a pesar de que


habíamos estado "discutiendo" minutos atrás.

—Si. Te odio. —apretó su agarre en mi cuerpo.

Sonreí levemente.

—¿Quieres mimos?

Pude sentir como el dulce Omega asintió con la cabeza.

—Si, si quiero, Tete. —dijo en un tono que me derritió el corazón.


***
Tarde pero seguro, jejeje
Espero que les haya gustado 💕 , gracias por estar siempre
pendientes❤.

Me gustaría preguntarles : cuál ha sido su capítulo favorito


hasta ahora:)?

Gracias por leer, LOS TKM MUCHO🥰🥰!!!GRACIAS POR SUS


COMENTARIOS❤❤💜. I PURPLE YOU
41. "Tete"
Taehyung POV's

Tragué saliva observando al Omega nerviosamente.

Jungkook estaba sentando en la orilla de su cama mientras movía


sus piernas desnudas de un lado a otro.

Y si, había dicho su cama y sus piernas desnudas.

¿Es que acaso no se daba cuenta en la difícil posición que me


estaba poniendo?

El dulce Omega se deslizó sobre la superficie de su cama y se


acostó, tapándose con las sábanas hasta la nariz y dejando sus ojos
descubiertos, mirándome como un cachorro.

Me removí en mi lugar, claramente un tanto ansioso.

Ahora entendía como se había sentido el Omega cuando visitó mi


habitación por primera vez.

—Ven. —Jungkook me pidió en un susurro, palmeando con


suavidad el lugar vacío a su lado.

Santa luna.

—Yo...umh, ¿seguro? —me rasqué la nuca con vacilación en mis


palabras.

Jungkook rodó los ojos, resoplando en el proceso.

—Si.

Solté un suspiro nervioso.


Con cuidado me senté en la orilla de su cama y le observé en
silencio.

—Acuéstate, ¿si? —Jungkook pareció ansioso.

Torcí los labios.

Mi corazón estaba tan acelerado que podría sentir que en cualquier


momento saldría de sus paredes cardiacas; no obstante, mi Alfa
estaba completamente feliz.

Movía su cola de un lugar a otro y tenía las orejas abajo.

Asentí levemente con la cabeza hacia el Omega que me miraba


expectantemente.

Con lentitud, deslicé mi cuerpo sobre el colchón y una vez que


quedé acostado, giré mi cabeza para observar al dulce Omega que
sonreía levemente.

Jungkook arrugaba su nariz cuando sonreía y era lo más precioso


del mundo.

—Tae. —me llamó en un susurro con sus ojos brillantes adornando


su rostro sonrojado.

Me acomodé de lado, recargado mi peso sobre la parte lateral


derecha de mi cuerpo. Apoyé mi codo contra el colchón y luego mi
cabeza contra la palma de mi mano.

Cualquier movimiento brusco y podría caer de espalda contra el


piso.

Sonreí sin poder evitarlo.

Con mi mano libre dirigí mis dedos hacia su cabello, tomé un


mechón rebelde que caía sobre su rostro y lo acomodé detrás de su
oreja.
Su cabello se estaba volviendo más largo, y me agradaba mucho.

—¿Si, Jungkookie? —suspiré sin despegar mis ojos de los suyos.

El dulce Omega entrelazó sus dedos en un gesto nervioso, e incluso


dudó mucho en lo que diría.

—¿M-me abrazas...? —preguntó en un susurro extremadamente


bajo.

Al principio fruncí el ceño ya que no estuve muy seguro de que si


había escuchado correctamente; pero una vez que vi su rostro,
cuello y orejas completamente rojas supe que había escuchado
bien.

Intenté esconder mi sonrisa.

—¿Que dijiste, cachorro? —tomé su mentón con delicadeza para


que me observara. —No escuché bien.

Sonreí al ver como Jungkook se encontraba tan avergonzado por lo


que estaba pidiendo.

Era muy tierno.

—Yo, uhm...¿me puedes abrazar, por favor? —volvió a preguntar en


un susurro.

Sonreí. Me acerqué levemente hacia el para depositar un suave


beso en su frente.

—Claro que si.

El Omega sonrió igualmente. Se deshizo de la sabana que


anteriormente tapaba su cuerpo, se movió con cuidado sobre el
colchón y se acercó a mi cuerpo, acurrucándose en mi cuello y
pecho.
Decidí dejar caer completamente mi cuerpo sobre la cama para
enredar ambos de mis brazos en su pequeño cuerpo y poder sentir
apropiadamente el calor de ambos.

Jungkook pasó uno de sus bracitos encima de mis costillas y


escondió su rostro a la altura de mis clavículas.

Me incliné un poco para poder fijarme si era mi propia idea de que


no olía, pero no.

¿Estaría cerca de su celo? ¿Cual podría ser la razón por la que


tomaría supresores?

Su olor era hermoso.

Tras unos minutos en silencio, decidí preguntar al respecto.

—¿Kookie? —el Omega que se encontraba mediamente adormilado


emitió un sonido. —¿Por qué has tomado supresores?

Tal vez estaba siendo un cotilla, solo tal vez.

Jungkook soltó un gruñido bajo, claramente quejándose.

—Porque olía terrible.

Fruncí el ceño.

—¿Qué? —la confusión se escuchó en mi pregunta.

Jungkook que no parecía muy interesado en el tema, movió su


rostro hacia mi cuello —haciéndome cosquillas y erizando mi piel en
el proceso— y olfateó desde la fuente de olor.

Tragué saliva.

—Pues...es que decían que olía a Lobito triste, Tete. —dijo en un


tono que me pareció muy dulce.
Sentí cosquillas en el estómago.

Apreté mi agarre en su cuerpo, pegándonos.

—Lo siento. —recargué mi mentón en su cabeza. —De verdad.

Kookie hizo un sonido de desaprobación.

—No me lo recuerdes. —su aliento pegaba contra mi piel,


calentandola. —Lo importante es que estás aquí.

Solté un suspiro que infló mis pulmones.

Estaba seguro que la sensación de culpabilidad duraría mucho en


mi.

—Kookie, mírame.

El Omega se despegó de mi con lentitud y alzó para observar el


mío.

—¿Si? —parpadeó repetidamente luciendo muy adorable.

Solté uno de mis agarres en su cuerpo y tomé su rostro. Me acerqué


y dejé besos en toda su carita.

Comencé por su nariz, luego sus mejillas, frente, barbilla hasta su


mandíbula.

El dulce Omega soltó ronroneos como si fuera un gatito, pero la


verdad es que lucía más como un conejito.

Aprovechando que tenía los ojos cerrados, dejé besos en sus


párpados haciendo que soltara una risa.

Unos segundos después abrió los ojos, luciendo somnoliento con


sus mejillas rojas como un tomate.

Desvió la mirada.
—Te has olvidado de un lugar, Tete. —hizo un puchero.

Un lugar que había olvidado a propósito.

Sonreí.

Fruncí el ceño, haciéndome el confundido:—¿Ah, si? ¿Donde?

La confianza que crecía cada vez más entre nosotros me permitía


ser un poco pesado.

Jungkook soltó un quejido, desviando la mirada y haciéndome


sonreír.

De verdad que Jungkook me fascinaba.

Tomé su mentón nuevamente para conectar miradas.

—Aaah, ya veo. —alcé mis cejas, observando sus labios


naturalmente rojos. Con lentitud me atreví a pasar mi pulgar sobre
ellos, haciendo que el Omega jadeara. —Kookie quiere un besito en
los labios.

El Omega echó la cabeza hacia atrás y me golpeó el pecho con


suavidad.

—¡Ah, me avergüenzas!

Solté una risa que salió desde lo más profundo de mi.

—Eres adorable. —tomé una de sus mejillas y la pellizqué.

Jungkook rodó los ojos e inflando sus mejillas.

—Eres malo.

Sonreí.

—Puedo ser más malo aún. —dije en un murmuro bajo.


El Omega párpado repetidamente y alzó ambas de sus cejas.

—He tenido un cierto deja vú. —torció los labios. —Eso dijiste en un
mensaje las primeras veces que hablamos.

Asentí con la cabeza. Si lo recordaba.

—Créeme que recuerdo todo como si hubiera sido ayer.

Jungkook sonrió a la vez que pareció muy curioso ante donde


estaba yendo la plática.

—Uhm...¿Qué pensaste la primera vez que me viste, Tete? — podía


ver la emoción que causaba esa pregunta en sus ojos.

Torcí los labios, echando la cabeza hacia atrás y pensando


exactamente en ese momento.

—Estaba muy desconcertado, pero ya después... —pensé en mis


palabras. —me sentí muy feliz. No sé, pensé que eras muy hermoso
a pesar de que estabas llorando porque te asusté.

Jungkook hizo un puchero que escondió nuevamente en el arco de


mi cuello.

—Si estaba muy asustado. —dijo en un murmuro bajo.

—¿Y tu que pensaste, Kookie?

El Omega soltó un suspiro fuerte, y no se si fue mi imaginación de


que sentí por un milisegundo sus labios en la piel de mi cuello.

—Pensé que estaba soñando. —dijo en un tono risueño. —Y aún lo


sigo pensando. Es irreal.

Sonreí.

Pasaron unos minutos donde nos quedamos en silencio, disfrutando


de nuestra cercanía. El Omega hacía masajes circulares en mi
espalda, lo cual me relajaba bastante; mientras tanto, yo acariciaba
su cabello con lentitud y delicadeza.

Mi vida era tan aburrida antes de Jeon Jungkook.

¿Que hubiese pasado si no nos hubiésemos conocido? Hubiese


sido terrible. De tan solo pensar en no tenerlo cerca, de no haber
conocido su sonrisa y ternura, me revolvía el estómago.

Jungkook se separó de mi cuello y puso su rostro a la altura del mío,


observándome con una sonrisita.

Sin cerrar los ojos, sus labios tocaron los míos en un pequeño beso
que dejó al Omega sonrojado.

Tomé su rostro entre mis manos y lo acerqué hacia mi para


besarnos nuevamente, no tardando mucho en mover nuestros
labios, encajando como dos piezas de rompecabezas que estaban
destinadas a estar juntas.

Justamente como nosotros.

El corazón acelerado de felicidad y tener a Jungkook besándome


era como estar en las nubes.

Me sorprendió mucho como Jungkook se movió hacia mi aún más,


casi obligándome a acostarme por completo en la cama. El Omega
tomó las hebras de mi cabello con suavidad, entrelazándolas entre
sus dedos.

—Jungkook-ah. —le llamé contra sus labios.

El chico se inclinó por completo, dejando uno de sus brazos


apoyados en el colchón y el otro en mi cabello.

Solté un jadeo cuando sentí sus dientes afilados atrapar mi labio


inferior y jalar de el, creando un dolor mínimo.

Pero que me gustó.


Tomé con ambas de mis manos su pequeña cintura y la apreté.

Jungkook me estaba mostrando otra faceta de él, y me parecía muy


interesante.

Casi podía escuchar su corazón acelerado con su respiración que


comenzaba a volverse errática.

El Omega se separó de mi luciendo como el color rojo personificado.

Sonrió un poco mordiéndose el labio y desviando la mirada con


nerviosismo.

—Te quiero, Tete.

Sin poder evitarlo ante todas las emociones que me causaba, me


incorporé en mi lugar y me acerqué bruscamente hacia el para
volver a llenar su rostro de besos.

—Yo...también...te quiero —apretujé sus mejillas haciendo que sus


labios resaltaran.

Tuve que parpadear para asegurarme de que este momento era


auténtico. Que era real. El Omega me hacía tan feliz que podría
llegar a pensar que todo esto era una alucinación.

Volví a acomodarme en mi lugar y Jungkook soltó un suspiro,


observándome con vacilación.

Se acercó nuevamente a mi, acostándose a mi lado y pasando un


brazo por mi cuerpo, y —sorpresivamente— una de sus piernas
sobre mi regazo.

Tuve que cerrar los ojos ante la imagen que observé por un
milisegundo.

Jungkook estaba usando unos shorts que me daban la oportunidad


de observar sus muslos bien formados. Aún así, el chico no siendo
consciente —creo— del cuerpo que tenía, había tenido la audacia
de subirme la pierna.

Me picaban las manos por masajearla.

Ah, el efecto Jungkook haciendo de las suyas.

—No quiero que te vayas. —dijo en un tono mimado, casi como un


bebé.

Solté un suspiro lastimero.

—No pensemos en eso. —acariciar su cabello suave era de mis


cosas favoritas. —Aún falta una hora para que oscurezca.

Pude sentir como soltó un resoplido.

—Una hora es poquito.

Ladeé la cabeza.

—Yah. Háblame de cómo te ha ido en tus clases de canto. —lo


alenté un poco.

El Omega me observó con una mueca.

—Me ha ido bien. Estoy sobrellevando mi pánico escénico. —


chasqueó la lengua. —También Eunha hace mis clases más felices.

Cierto que Jungkook me había dicho que tenía una nueva amiga.

—Me da mucho gusto. —sonreí con honestidad y luego borré mi


sonrisa lentamente. —uhm...¿como están las cosas aquí en casa?

El Omega hizo una mueca.

—Bueno...papá va a tener un hijo. —soltó de la nada y


sorprendiéndome en el proceso. —Y ha sido un poco difícil para
mamá.
En la cita de picnic que tuvimos hace varios días Jungkook me
platicó a fondo sobre la relación rota entre sus padres.

Era muy impresionante que después de que el hombre estuviese


casado y con hijos con una mujer, conociera a su destinada.

Me imagino el gran impacto que eso causó entre los involucrados.

Hice de mis labios una línea fina.

—Lo siento.

El Omega chasqueó la lengua.

—Supongo que en cualquier momento iba a pasar, ¿no? Papá y su


Omega son destinados, era obvio. —se encogió de hombros.

Mmh.

Los destinados tenían cachorros... así que, uhm...¿Jungkook y yo


algún día tendríamos?

Tuve que reprimir una sonrisa tonta ante la idea.

Serían unos cachorros preciosos.

—¿Y a ti? ¿Como te ha ido, Tete? —El Omega me observó con


curiosidad.

—Pues mal y bien. —Arrugué la nariz en un gesto. —Ha sido


estresante. Los profesores ya están pensando en las preparaciones
de final del bimestre.

Jungkook pareció interesado al respecto.

—¿Ya? ¿No es esa universidad muy demandante?

Asentí con la cabeza.


—Lo es. —tomé su mano para entrelazar sus dedos sin desconectar
miradas. —El profesor de Retrato nos ha dicho que quiere
comencemos a practicar desde ya...así que quiere que presentemos
una fotografía con concepto al final del bimestre.

Jungkook pareció fascinado.

—¿Ya pensante en el concepto?

Tenía una idea que rondaba por mi cabeza.

—Si. Creo que...me gustaría representar algún pecado capital, ¿que


piensas al respecto? —sonreí un poco.

El Omega chilló emocionado.

—¡Suena genial! —dijo estando muy entusiasmado. —¿Que pecado


eligieras?

Torcí los labios, pensando.

—Tengo varios en mente, pero depende de las circunstancias.


Quiero que sea personificado.

Jungkook abrió los ojos.

—¿Tendrás un modelo? —alzó sus cejas.

Solté una risa.

—Probablemente.

El Omega pareció inconforme, sin embargo no dijo nada.

Me incliné para darle un beso en la mejilla.

—No te preocupes. Aún falta mucho. —le dije en un murmuro bajo,


apretando un poco su mano. —Por ahora, me gustaría hacerte una
invitación.
Jungkook parpadeó repetidamente, observándome con curiosidad.

—¿Una invitación?

Asentí con la cabeza.

—Tengamos una cita. —sonreí, casi sintiendo como las mejillas se


me calentaban. —Una cita formal.

Al dulce Omega pareció encantarle la idea ya que asintió con la


cabeza rápidamente.

—Me encantaría, Tete. —sonrió adorablemente.

La mano que tenía entrelazada con la mia, la giré para dejar un


beso sobre el dorso.

—Usaré traje. —sonreí coquetamente.

El chico pareció impresionado.

—¿Traje? —pareció consternado.

—Si, traje. —sonreí un poco. —Puedes usar lo que quieras, tú te


ves hermoso con todo.

El Omega se sonrojó.

—Ah, Tae. —ladeó la cabeza observándome. Cómodamente se


acercó a mi y depositó un suave beso en mis labios. —¿Cuando
será la cita?

Extendí mi mano sobre su rostro, mis largos dedos casi llegando a


su cuello.

—Estaré sin preocupaciones en dos semanas, ¿te parece bien? —


alcé mis cejas, sonriendo. —Y en dos semanas es tu cumpleaños.
El Omega pareció sorprendido, como si no recordara que su
cumpleaños se aproximaba.

—¡Ni siquiera lo recordaba!

Solté una risa.

—Es una cita formal de cumpleaños. —guiñé un ojo haciendo que el


Omega sonriera de vuelta.

—Me gusta la idea, Tete

Lo jalé hacia mi para darle un beso.

—Me alegra mucho, Kookie.

***

Un capítulo con mucho fluff (o algoasí) espero que les haya


gustado❤❤❤❤.

NO MAMENNNN LA HISTORIA ESTÁ EN #17 en VKOOKKK!!!;(((


GRACIASS🥺❤❤❤❤ gracias por todo, enserio 💜💜!!!

Les dejo la historia NAMJIN!!! Actualizo seguido y con


capítulos cortitos JEJEJE
Disculpen si hay errores😔😔😔

Pd: Siento que la historia se está alargando mucho;((((!!!!!


Amo leer sus comentarios. Gracias por leer y no abandonar mi
historia y a mi🥺.

Alguien de aquí que mirara I-land? Jejeje, ocupo discutir la final


;(.

Los tkm MUCHOO❤❤.


42. "Borrachera"
Jungkook POV's

Observé al pelirrosa y arrugué la nariz.

—Apestas. —tuve que reprimir mis ganas de tapar mi nariz.

Jimin soltó una risa cerrando la puerta de su habitación una vez que
estuve dentro.

—Yoongi se fue hace un rato. —explicó caminando devuelta a su


cama y tirándose sobre el colchón.

Asentí con la cabeza sentándome a su lado.

—¿Como estás? —Jimin me observó con curiosidad. —Te vez


mejor.

Ladeé la cabeza.

—He visto a Taehyung ayer. —solté.

Mi amigo sonrió pícaramente para después golpearme en el brazo.

—¿Y qué tal, eh?

Alcé una ceja.

—Pues ha estado bien, Jimin-ah. Lo extrañaba. —me rasqué la


nuca sintiéndome ligeramente avergonzado.

Mi amigo siguió sonriendo.

—¿Han dado un paso más? Ya sabes...eso.—se inclinó un poco


hacia mi.
Rodé los ojos.

—No, Jimin. No follamos. —recalqué mis palabras observando al


Omega.

Jimin soltó un resoplido dejándose caer en la cama. Estiró su cuerpo


sobre el colchón y mis ojos curiosamente viajaron hacia su cuello
donde observé una mordida.

Justamente donde debía de ir.

Abrí los ojos de golpe e hice un sonido de susto, observándolo.

—¡Jimin! ¿Que es eso? —apunté la rojiza mordida.

Mi amigo palideció y rápidamente se tapó con las sábanas hasta el


cuello.

—Nadita.

¿En que estaba pensado? ¿Yoongi lo había marcado ya? ¡Era


demasiado pronto!

—¡Jimin! —le volví a llamar en reproche, claramente consternado


ante lo que mis ojos habían visto.

El pelirrosa se incorporó en la cama y me tomó del brazo.

—No es permanente. Tranquilízate.

Aquellas palabras hicieron que los colores volvieran a mi rostro, sin


embargo no me sentía muy fiado.

—Dios, ¿como te dejas hacerte una marca así? ¿Tu mamá la ha


visto? ¿Por qué? ¿Como? ¿No es demasiado pronto? —me mordí
las uñas. —La abuela Seung nos obsequió collares por algo.

Jimin soltó un suspiro, tallándose los ojos al mismo tiempo.


—Deja que te explique. —me observó tranquilamente.

Me crucé de brazos.

—Muy bien. De verdad quiero saber todo.

Jimin soltó un suspiro y dejó caer las sábanas de su cuerpo


poniendo a la vista nuevamente la mordida.

—Yo, uhm...es que... —alzó sus labios como un pato. —Yo le he


dado permiso de hacerlo. Jamás haría algo que no quisiera.

Mi amigo me observó nerviosamente. Le hice un ademán para que


siguiese hablando.

—Y pues la verdad...es normal querer tener una marca de quien


quieres, Kookie. Es por eso que no tengo problema con ello.

"Es normal querer una marca de quien quieres"

Estaría mintiendo si dijese que no había fantaseado un par de veces


con el pensamiento de Kim Taehyung enterrando sus afilados
colmillos en mi cuello.

Podría ser un hipócrita, pero también estaba consciente de que la


mordida no era cualquier cosa. Era estar enlazados —generalmente
— de por vida.

—Pero, ¿no crees que podría ser un problema cuando Yoongi se


cegué por su Alfa y te marque de verdad? Sin tu permiso, quiero
decir. Los Alfas no son racionales un 50% de su tiempo. —hice una
mueca. —Romper un lazo no es fácil, Jimin-ah.

Mi amigo bajó la mirada entrelazando sus dedos.

—Lo sé, y entiendo tu preocupación. La verdad es que...yo quiero


mucho a Yoongi. —el pelirrosa dijo en un murmuro bajo. —Estoy
seguro de que jamás volveré a conocer a alguien como él.
Me quedé mirando a Jimin, sus palabras resonando en mi cabeza
con eco.

—¿Entonces...?

Mi amigo se quedó viendo sus manos durante un largo minuto,


pensativo.

—Probablemente enlazarme con el no este en mis planes aún, pero


en un tiempo si. —dijo tímidamente.

Abrí los ojos con impresión.

Me había tomado con la guardia muy baja que enserio estuviese


considerando a Yoongi como su compañero de por vida tan pronto.

Lo que estaba diciendo no era broma.

Parpadeé repetidamente observándole.

Mi amigo no era enamoradizo, de hecho siempre me había dicho la


repugnancia que le tenía a los Alfas, ya que todos le parecían unos
tontos, —incluso, Yoongi no era una excepción—sin embargo
mediante el tiempo fue pasando, comenzó a tener un crush en el
Alfa pálido.

Comenzó a hacerse cercano a el, a pesar de que Yoongi no se


viese muy interesado a menos que no fuese algo para follar.

A Jimin no le importó eso, de hecho vivió su mejor vida. Sacó


provecho durante unos largos meses.

Hasta que el punto clave en su historia fue cuando le ayudó con su


celo al Alfa. Fue la gota que derramó el vaso —y no lo decía en mal
sentido—. Desde ahí surgieron sentimientos que fueron un poco
lentos en ser aceptados.

Jimin no solía querer con la fuerza de su pequeño meñique, solía


querer con todas las fuerzas de el mismo; y de verdad podía ver lo
mucho que le gustaba Yoongi.

De cierta forma, me ponía nostálgico y muy feliz.

—Ah, dime algo, Kookie. —me observó nerviosamente.

Tragué saliva al mismo tiempo que pensaba en las palabras


correctas.

—Yo...estoy impresionado. —hice una mueca. —Y asustado por ti.

Jimin soltó una risa nerviosa y asintió con la cabeza.

—Créeme, yo también estoy asustado. —me tomó de la mano. —


Llevamos muy poco tiempo saliendo pero...creo que funcionará.

Sonreí tiernamente.

—Espero que si, pero...por favor cuídate de las mordidas, ¿Si? —le
apretujé una mejilla.

El Omega pelirrosa asintió con la cabeza.

Procedimos a acostarnos uno al lado del otro en la cama. Jimin


prendió su laptop y buscó algo bueno que ver en Netflix mientras
que yo abría un mensaje de Taehyung.

"Jungcokie!!! Te extraño y ayer te bi, odio esoooooooo.


Creo k. Estoy borracho"

Fruncí el ceño. Tuve que releer el mensaje para asegurarme por


completo que era mi destinado el que había escrito eso.

"Que haces emborrachándote un domingo por la noche?


Mañana tienes clase"

"Paaaaaaaaff, no seaz aburrido!! No pasa nada


Jin Hyundai ha dicho que la borrchsera se vaja con comida!!!
Ahi!!!!!! Escribi Hyundai! Era hyung, jejeje"

Solté una carcajada.

Imaginarme a Taehyung borracho podría resultar muy divertido.

"Oh
Así que estás con Jin?"

El Alfa contestó rápidamente.

"Siiiii
Me an hecho venir al apartmneto de Namjoon y Hoseok staba
aquí😣😣😣😣😣 fushi"

Alcé ambas de mis cejas.

A lo mejor la borrachera los uniría nuevamente como amigos.

"A lo mejor serán amigos de nuevo:)"

"Pffff, lo qeu sea! Yo noma s kiero verte!! Te kiero dar un


besooooo"

Una sonrisa estúpida apareció en mi rostro.

"Cuando nos veamos podrás darme los que quieras"

"Y donde yo kiera"

Me atraganté en mi saliva llamando la atención de Jimin.

—¿Estás bien? —me dió unas palmadas en la espalda.

Asentí con la cabeza, sintiendo mis mejillas ligeramente rojas.

—S-si.

El Omega entrecerró los ojos, pero no insistió mucho.


Dirigí nuevamente los ojos hacia la pantalla de mi celular.

"No puedo a esperar a que mañana veas estos mensajes :)"

"Jungkookie bebé"

Sonreí.

"Si?"

El Alfa tardó en responder un par de minutos, poniéndome un tanto


ansioso.

📷Imagen.
"Testoi engañando con Hello Kittyyy
Celoso????:)"

Solté otra carcajada.

En la imagen se podría apreciar al Alfa besando lo que parecía ser


una almohada de la caricatura. Taehyung estaba alzando sus labios
en forma de pato hacia la boca de Hello Kitty.

"Heeeyyy!!!!! Me pongo celosoo


No hagas eso"

"Jejeje, kaisteee! Yo jamaz aria eso, bebé<33333. Te kiero"

Iba a contestarle diciendo qué también lo quería, no obstante el


mandó otra imagen.

📷Imagen.
"Estoii mmmmuy aburrido del rubio;(((() me teñiriass el
cabello???"

Alcé ambas de mis cejas.

"Solo si me dejas elegir el color ;)"


"Claaaaarooo!! El que quiera mi cachorro.
Porque eres mío y de nadie más. Ni sikiera de ese tal Lucas!!"

Mi corazón dio un golpeteo fuerte contra mi pecho.

No sabía con exactitud que era lo que más me había impresionado:


que hubiese mencionado a Lucas y que en pocas palabras hubiese
dicho que no le agradaba, o que me hubiese reclamado como
"suyo."

A mi lobo le encantaba.

🌙🌙🌙
Taehyung POV's

El reloj marcó las dos de la mañana cuando escuché mis tripas.

—Estoy esperando a que hagas el ramen, Jin. —le observé con los
ojos entrecerrados del sueño. —Me duele la cabeza y estoy
muuuuuy hambriento.

El mayor estaba recostado sobre el cuerpo de su Omega mientras


este último le acariciaba el cabello.

—Hazlo tú, holgazán.

Aun estando ligeramente borracho solté un vergonzoso resoplido.

—¡Tu juraste que lo ibas a hacer!

Jin lanzó un manotazo al aire con los ojos cerrados.

—Yo no juré nada, toooonto. Solo dije que la comida bajaba la


borrachera.—apuntó con su dedo índice a muchas direcciones.

Solté un quejido.

—Pero tu eres mi hyung.


—Hoseok también lo es. —dijo Jin en tono cansado y dispuesto a no
seguir hablando.

Rodé los ojos y pude observar como Hoseok se levantó del sofá y
dirigió su mirada hacia mi.

—Te prepararé el ramen solo si volvemos a ser amigos como antes.


—el Alfa habló tropezadamente mientras se tambaleaba de un lado
a otro. —¿Bueno?

Hice una mueca y me crucé de brazos.

—Lo pensaré.

Hoseok hizo un sonido de desaprobación desde lo más profundo de


su garganta.

—No, tienes que decir si o no. —me apuntó torpemente en el pecho


con su dedo índice. —Tik tok, el reloj anda.

Solté un ressoplido.

Tomar decisiones estando borracho resultaban más fáciles por lo


que asentí con la cabeza.

—Está bien. —me encogí de hombros.

Hoseok aplaudió entusiasmadamente.

—¡Wujuuuuu!

—Pero.... —me levanté del sofá y me plante frente suyo. —tiene que
ser el mejor ramen que jamás hayas hecho.

El Alfa alzó sus cejas.

—No tengas ni duda de eso, Taehyungie.


***
Quise aligerar las cosas en el libro (por mientras:))

espero que les haya gustado a pesar de que a mi no mucho😔

Es un capítulo muy corto, disculpen;(. No quería dejarl@s sin


actualización ahora y tampoco quería meter muchas cosas a
este capítulo ya que sería muy forzado:).

Intentaré actualizar pronto ya que este capítulo no me tiene


muy feliz;(.

He desarrollado un poco lo Yoonmin y la relación de Hobi y


Tete, mínimo!

Gracias por leer❤ ❤ ❤ . La historia ha estado avanzando


rápidamente de vistas y me pone muy feliz !!! Gracias por las
28k leidas💜💜💜.

Los tkm (ipurpleyou) mucho 💜💜💜.


43. "No me gusta"
Ha habido unos problemas con este capítulo, si no les aparece
háganmelo saber, por favor!:)

***
Jungkook POV's

—Tengo miedo. —Taehyung me observó tragando saliva.

Rodé los ojos.

—Eso te pasar por estar diciendo cosas borracho. —le repliqué con
una sonrisa. —Abstente a las consecuencias.

Caminé hacia su cama, y abrí el cierre de mi mochila para sacar el


tinte que había comprado minutos atrás.

El día de hoy era miércoles y para suerte del Alfa y mía, me dijo que
tenía sus últimas dos horas libres; por lo que decidí tomar ventaja.

Pasó por mi en la parada de camiones —después de haber tenido


mis clases de canto— y le dije que me llevara a una tienda de
productos de belleza, y no estando tan convencido, lo hizo.

Una vez de vuelta al auto, nos dirigimos a su casa y, justo ahora


estaba mas que preparado para teñirle el cabello.

—¿Que color has elegido, Kookie?

Giré sobre mis talones y le observé con una sonrisa traviesa.

—Tu mismo dijiste que yo lo eligiera así que si es un color que no te


gusta...tendrás que soportarlo, hyung. —me atreví a guiñarle un ojo.
Le hice un ademán a la silla giratoria que descansaba en su
escritorio. —Anda, siéntate.
El Alfa obedeció y caminó con pesadez hacia la silla, la arrastró
hasta el centro de la habitación y se sentó en ella.

Tomé los dos tintes de diferentes colores y los puse en frente de sus
narices.

—Bueno, ¿sabes que? Te daré una oportunidad, Tete. —sonreí


levemente. —Elige uno.

Posicioné las cajas para que no observara el color de muestra


impregnado en el cartón.

El Alfa torció los labios y se mantuvo observando ambas cajas


durante unos segundos.

—Este. —tocó el que estaba en mi mano izquierda con vacilación.

Sonreí.

—Muy bien. —iba a comenzar a caminar hacia su cama de nuevo


para sacar unos guantes de látex de la mochila, sin embargo
Taehyung me lo impidió.

Se me cortó la respiración cuando sus grandes manos tocaron


ambas de mis caderas, inmovilizándome frente suyo.

Le miré con las mejillas sonrojadas, sintiéndome pequeño e


intimidado.

—¿Q-que pasa? —le pregunté en un pequeño susurro.

Taehyung notó el efecto que tuvo sobre mi, por lo que sonrió de una
manera autosuficiente.

—¿Me das un beso?

Parpadeé repetidamente.

—¿Ah? —le miré con confusión.


Mi mente estaba tardando en responder aún ante la manera en la
que me tenia entre sus manos.

El Alfa soltó una risa.

—Que si me das un beso. —se inclinó suavemente para susurrarme


de la misma forma que yo lo había hecho.

Sonreí nerviosamente.

—¿Desde cuando me pides besos, Tete?

Taehyung me tomó del rostro y me acercó al suyo, haciendo que me


inclinara sobre mi lugar.

—Desde este momento...pero no te acostumbres. —me dió un beso


en la mejilla. —Me gusta tomarte desprevenido.

Tuve que tragar saliva ante sus palabras.

De alguna manera me gustaba, y me asustaba al mismo tiempo. ¿A


que se refería? ¿Debería de mantener la guardia baja siempre o no?

Probablemente estaba siendo paranoico y estaba malinterpretando


sus palabras.

El Alfa sonrió al observar el rubor en mis mejillas, e intentando que


evitara verme en ese estado, me acerqué y dejé un beso ruidoso en
sus labios.

Me eché hacia atrás y sonreí, estando un tanto intimidado.

—Uhm...creo —carraspeé mi garganta. Debía de cambiar de tema.


—T-tu camisa, deberías de...

Me encontraba balbuceando como un tonto y no podía sentirme más


avergonzado.

El Alfa me hacía perder las pocas neuronas que tenía.


Taehyung me observó confundido, sin embargo se encontraba
sonriendo.

—¿No te gusta? Si quieres me la quito.

Abrí los ojos, impresionando.

—¡Taehyung! —me sonrojé hasta las orejas.

¿En que pensaba? Santa luna, ¿en que momento se había


convertido tan coqueto?

¿O es que siempre el era así?

—No me llames Taehyung. —ordenó alzando su dedo índice, y


alzando sus cejas pobladas.

Caminé hacia la cama dándole la espalda para tomar los guantes de


látex y ponerlos en mis manos.

—O sea...técnicamente si deberías de quitarte la camisa... —hice


una vergonzosa pausa. —Y ponerte otra que sea vieja, p-para no
mancharla.

Giré mi cuerpo con lentitud para observarlo.

Taehyung no paraba de sonreír, y la verdad era que no podía dejar


de pensar en lo guapo que era.

Antes de romper el contacto visual me guiñó un ojo, seguido de eso,


se levantó de la silla y caminó hacia su armario; mientras tanto yo
vaciaba el tinte en un bowl que había comprado especialmente para
esto.

Ei tinte era de tonto azul muy bonito, y estaba muy seguro de que
Taehyung se miraría muy bien con el.

🌙🌙🌙
—Cierra los ojos.

Solté un bufido.

—¡Anda, sal ya! —se podía apreciar fácilmente la emoción en mi


voz.

Taehyung se encontraba en el baño, al otro lado de la puerta. Tenia


aproximadamente tres minutos amenazando con que saldría, pero
no lo hacia.

—El azul es muy chillón. Creo que luzco feo. —le escuché decir.

Rodé los ojos.

Como si eso fuera posible.

—Sal, Teeeeeete —me dejé caer en su cama con los brazos


extendidos.

Tras haber aplicado el tinte en su cabello esperamos


aproximadamente cuarenta y cinco minutos, y después pasaron
otros treinta minutos en los que tardó duchándose.

Estaba comenzando a sentirme cansado.

—¿Ya cerraste los ojos? —su voz se escuchaba amortiguada por la


puerta que nos separaba.

Solté un suspiro.

—Si, ya. —terminé por hacerlo ya que al parecer nunca saldría del
baño.

—¿Me lo juras?

Sonreí levemente.

—Te lo juro, ahora sal.


Una vez que escuché como giró el picaporte, me incorporé en la
cama y me crucé de brazos.

Pasaron unos segundos de silencio en los que solo incrementaba mi


ansiedad de verlo.

—Ábrelos. —escuché su voz más cerca de mi de lo que esperaba,


por lo que di un brinco en mi lugar.

Taehyung estaba frente mío, inclinado hacia mi con su característica


sonrisa cuadrada en el rostro. Estaba tan cerca que podía ver con
facilidad el lunar en su nariz.

Mis ojos viajaron hacia su cabello y sonreí.

Su cabello era azul eléctrico, caía ligeramente sobre su frente y


ojos, estaba mojado y despeinado, y eso, era una buenísima
combinación.

—Me gusta. —las palabras salieron de mi boca sin permiso.

El Alfa sonrió e inclinó su cabeza hacia un lado.

—¿En serio?

Asentí con la cabeza tímidamente.

—Bueno, si a ti te gusta...a mi también. —se acercó a mi para dejar


un suave beso en mi frente.

El Alfa giró sobre sus talones y comenzó a caminar hacia un espejo


que estaba recargado sobre una de sus paredes.

Giré mi cabeza hacia la derecha para observar a través de la


ventana.

Solté un suspiro.

—Ya casi es hora de que me vaya.


No me dió tiempo de voltearlo a ver cuando se lanzó a la cama,
siendo un tanto brusco y empujándome a su lado en el colchón.

—¿Te hice daño? —preguntó examinando mi rostro.

Me apresuré en negar con la cabeza.

—Nop.

Pareció aliviado.

Alzó sus largos dedos y acarició mi cabello con delicadeza,


relajándome casi al instante.

Sonreí.

Ambos estábamos acostados lateralmente de cara a cara y era muy


fácil percibir el calor corporal del otro.

—¿Quieres saber de algo que me di cuenta? —preguntó


observándome a los ojos, sus ojos destellando diferentes tonos de
amarillo.

Torcí los labios al mismo tiempo que asentí con la cabeza.

El Alfa chasqueó la lengua de una manera que me pareció


sumamente atractiva.

—Bueno, pues... —se acercó mas a mi, cortándome la respiración.


Sus labios viajaron hacia mi oído y su mera respiración ahí me
causó escalofríos. —La ultima vez que nos vimos tomaste
supresores y extrañé tu olor.

Parpadeé, escuchando sus palabras y no entendiendo su punto.

—¿Entonces...? —alcé una ceja.

Me sorprendí al no escucharme tartamudear a pesar de que el Alfa


estuviera rozando sus labios contra la piel sensible de mi oreja.
Taehyung se alejó levemente de mi, sin embargo seguía invadiendo
mi espacio personal y para ser honesto, no me molestaba para
nada.

Sonrió un poco.

—He extrañado tu olor desde hace semanas y ahora que te he visto


hueles a Lucas. —me observó acusatoriamente. —Apestas a el.

Tuve que esconder mi asombro con una sonrisa nerviosa.

Había cruzado palabras con Lucas el día de hoy. Me había


abrazado e incluso se había encontrado más coqueto que nunca,
sin embargo me costaba hacerlo a un lado. Era un buen chico y lo
conocía desde hace tiempo.

Tendría que tener una plática con el ya que, obviamente las cosas
no podían seguir así.

Aun así, no pensé que sus feromonas fueran lo suficientes fuertes


para impregnarse en mi piel.

—Y-yo...

Las palabras quedaron atrapadas en mi garganta cuando Taehyung


alzó su dedo índice frente mi rostro.

—Me sorprende que se siga acercándose a ti a pesar de que sabe


que somos destinados. Se está entrometiendo donde no le incumbe.
—podía escuchar cierta autoridad en su voz gruesa. —No me gusta
porque me ha quedado muy claro que siente algo por ti.

Me mordí el labio y desvié la mirada.

—No te preocupes. —fue lo primero que pensé en decir. —Lucas es


amigable es solo que...-

—El no es amigable, solo está coqueteando contigo. Es un


descarado. —pude observar como se encogió de hombros. —
Tendré que hablar con el.

Le miré con el ceño fruncido.

—No, no. Yo hablaré con el. —puse mi mano en su pecho. —No te


preocupes, ¿si? Lucas entenderá que es incómodo.

Taehyung hizo una mueca.

—No me gusta. —volvió a repetir.

Me acerqué a él para plantar un beso en sus labios.

—Ya sabes que lo que sentimos es mutuo, así que no hay nada de
que preocuparse. —esta vez fui yo el que le acarició el cabello. —
¿Está bien, Tete?

El Alfa me observaba intensamente, no obstante terminó por asentir


con la cabeza.

—Por favor, no dejes que te impregne con su olor. —dijo en un tono


que sonó muy lastimero. —Que para ser honesto, me muero de
celos y no me gusta.

Sus palabras retumbaron en mi cabeza, y si fuera posible, también


en las paredes cardiaca de mi corazón, provocando una aceleración
en este.

Sonreí un poco.

—Está bien. —murmuré casi en un susurro.

Pasamos unos segundos en silencio, donde nos quedamos


observándonos con tranquilidad, como si una burbuja nos rodeara y
todo lo del exterior nos fuera ajeno.

Cuando estaba con Taehyung todo lo demás parecía pequeño e


insignificante, parecía aburrido y gris.
Le daba sentido a todo en mi.

El Alfa apoyó la palma de su mano contra el colchón y se inclinó


hacia mi, quedado su torso a la altura del mío.

Me observó desde arriba y sonrió.

Casi estaba encima mío y casi podría desmayarme ante la acción.

—¿No crees que seria bueno que impregne mi olor en ti para que
ningún Alfa se te acerqué?

🌙🌙🌙

—¡Eh! ¿Cómo está? —me senté a un lado de la vieja, mirándole con


preocupación. —Vine corriendo.

La abuela Seung yacía acostada con las sábanas hasta el cuello, el


rostro rojizo y el cabello despeinado.

—Tenias tiempo sin aparecer por aquí, Kookie. —dijo con voz
jocosa, sin embargo estaba sonriendo. —Estoy bien.

Torcí los labios.

—No se ve bien. —le tomé de la mano, la cual se encontraba


sudorosa. —Acabo de llegar y he venido en cuanto mamá me dijo
que había amanecido enferma.

La vieja se encogió de hombros.

—Me veo mal, pero no me siento tan mal. —le restó importancia
como si no fuese nada su salud. —Solo tengo un poquito de calor.

Giré mi cuello.

—¿Quiere que prenda el aire acondicionado? —apunté con mi dedo


índice al aparato.
La vieja Alfa asintió con la cabeza.

Me levanté de la cama y con el botón rojo del aparato remoto apunté


hacia el aire acondicionado, una vez prendido giré sobre mis talones
y volví a sentarme a un lado de la Alfa.

—¿Ha tomado medicamento?

Asintió con la cabeza.

—Si, no te preocupes. —sonrió. —Mañana estaré mejor. Lista para


molestarte, a ti, Jeongyeon y Jimin.

Solté una risa.

Esa era su especialidad.

—Por cierto, he llamado a Jimin y vendrá ahorita que llegue de Seúl.


—observé la hora en mi celular fugazmente. —Dijo que le prepararía
algo de comer.

La Alfa soltó un quejido lastimero.

—Con eso terminaré de morir.

Fruncí el ceño.

—¡Eh, no diga eso! —me crucé de brazos. —Jimin hará un gran


esfuerzo en hacerle algo de comer.

—¿No pueden pedir algo a domicilio?

—No sea malagradecida, abuela. —entrecerré los ojos en una


mirada acusatoria.

—No lo soy, solo estoy cuidando mi salud. —alzó sus cejas.

Ambos reímos.
***
FELICES 30k LEIDAAAASSS, ahhhh❤❤❤

Gracias por todo, bellezas 🥰🥰.

Espero que les haya gustado este capítulo, me encanta leer sus
comentarios, bebeses

En otras noticias, DYNAMITE ha vuelto el #1 en billboard💜💜


💜💜.

Los TKMUUUCHO
44. "Llamativo"
Jungkook POV's

—¡Eres un puto corrupto! —Jeongyeon le aventó un puño de billetes


falsos al mellizo en el rostro. —¡No sabes jugar!

El acusado soltaba risas malévolas mientras recogía los billetes


esparcidos.

—Y tú eres una llorona. —alzó una de sus cejas con una sonrisa de
suficiencia. —¡Hipoteca tus propiedades, no pidas dinero al banco!
¡La vida es injusta!

Rodé los ojos.

—Es un juego. —objeté observándole con cansancio.

—¡Rápido, quiero tirar los dados! —Jimin gritó con desespero.

Jeongyeon —que tenia el ceño fruncido y los brazos rígidos—, tiró


los dados y avanzó a su peón según las casillas que se le indicaron.

Teníamos dos horas jugando Monopoly, y la verdad es que el juego


era un consumidor de tiempo completamente.

Yugyeom tenía la delantera con más dinero y más propiedades


mientras tanto Jimin y Jeongyeon estaban quedado en las ruinas
poco a poco. Por mi lado, yo había perdido a tan solo una hora
después de haber iniciado el juego; perdí las pocas propiedades que
tenía y quedé en bancarrota.

Y es que Yugyeom era un desalmado en los juegos de mesa; no


tenía ninguna pizca de empatía.

—¿Saben que? Ya no juego. —Jeongyeon aventó los billetes hacia


arriba, haciendo que se esparcieran sobre el suelo. Observó a
nuestro hermano. —Eres insoportable.

Jimin, que estaba a su lado asintió con la cabeza observando al


mellizo.

—Cierto. Serias un terrible candidato a presidente.

El Alfa soltó una risa burlona, por lo que Jeongyeon le pellizcó un


brazo y el otro le dió un golpe en la cabeza.

—¡Vengan a cenar! — todos giramos nuestras cabezas hacia la


cocina de donde provenía la voz de mamá.

Nos paramos rápidamente del suelo y caminamos apresurados


hacia el comedor, empujándonos entre nosotros como niños
pequeños.

Sentí alegría.

Nostalgias como estas se instalaban en mi pecho cuando recordaba


momentos así, cuando éramos pequeños.

—El que pierda piedra, papel o tijera, pone los platos. —mi mellizo
ofertó observándonos con una sonrisa una vez que nos sentamos
en las sillas de la mesa.

Todos asentimos con la cabeza. Se tomaban buenas desiciones con


piedra, papel o tijera.

Pasaron cuatro rondas hasta que Jimin terminó siendo el perdedor.

—¡No! ¿Como van a dejar que su invitado ponga los platos? —


exageró, haciendo gestos con las manos y un puchero en los labios.

Mamá le observó por encima del hombro y frunció el ceño.

—Jimin, tienes más de una década viniendo a casa. Tu no eres


visita. —dijo con un tono obvio.
El único Alfa —hombre— asintió con la cabeza.

—Es cierto. Eres como el polvo en los muebles —Yugyeom alzó el


dedo índice como si estuviera mencionando un dato científico
curioso. —Hacemos nuestro esfuerzo para que desaparezca, pero
vuelve.

El pelirrosa era lo suficientemente cercano para no ofenderse, ni


tan poco era lo demasiado tímido para darle un golpe en el hombro
a mi hermano.

"Idiota" le gesticuló con los labios sin hacer un solo sonido.

Yugyeom solo sonrió.

Mamá nos sirvió a todos Japchae, llenó nuestros platos con mucho
entusiasmo y se sentó en la mesa con una sonrisa.

Me daba gusto verla en ese estado de ánimo.

—¿Como te ha ido en la escuela, Jimin-ssi? —mi progenitora


preguntó antes de echarse un bocado de comida a la boca.

—Muy bien, de hecho. —el Omega sonrió haciendo que sus ojos se
hicieran unas líneas finas. —Es divertido.

Yugyeom por su lado rechistó.

—Debí haber estudiado algo artístico. —alzó sus cejas mientras


revolvía la comida con los palillos de metal.

Solté un suspiro.

A pesar de que me faltaba casi un año para entrar a la universidad,


comenzaba a estresarme la idea de tener que elegir una carrera.
Estaba más que perdido.

Estaba seguro que me gustaba cantar, pero no me gustaría ser un


Idol. De hecho, dudaba de tener las cualidades necesarias para
convertirme en uno.

Me encantaría tener una vida normal y tranquila.

—...Si, cuando me enseñen a canalizar la sangre ustedes serán mis


pacientes. —pude escuchar a Yugyeom decir con una sonrisa
maliciosa.

Abrí los ojos.

La idea de mi hermano con una aguja en las manos era aterradora.

🌙🌙🌙

Justamente nos encontrábamos en el centro comercial, y al


observar al montón de gente, comenzaba a sentirme estresado.

Habíamos decidido venir de última hora, con mi mejor amigo


diciendo que faltaban tan solo un par de días para mi cita formal con
Kim Taehyung y mi cumpleaños —y undía después sería el de mi
mellizo, por cierto— y que tenía que verme "estupendo."

El pelirrosa se giró hacia mi y puso sus manos sobre sus caderas,


observándome.

—Okay, estaba pensando en algo formal pero a la vez atrevido, o tal


vez...sofisticado pero divertido —Jimin torció los labios. —
¿Entiendes?

Le miré con confusión y me limité negar con la cabeza durante unos


segundos.

—Claro que no —me rasqué la nuca —, no tengo ni idea de lo que


hablas.

Mi amigo soltó un suspiro cansado.

—Lo que sea, entremos a una tienda y ya. —rodó los ojos y
después, volteó a sus lados como si buscara a alguien. —¿Y la
abuela?

Repetí su acción, observando a nuestros alrededores con cierto


pánico.

—¡No sé, estaba aquí hace un minuto! —abrí los ojos.

Por cierto, la abuela Seung era nuestra acompañante el día de hoy,


—por primera vez, también— sin embargo haberla perdido de vista
a los cinco minutos de haber llegado al centro comercial no era muy
bien visto.

Jimin y yo compartimos una mirada de terror.

Comenzamos a caminar por el lugar juntos, siendo muy cuidadosos


y torciendo nuestros cuellos, buscando a la vieja Alfa.

—Es increíble. —mi amigo soltó un suspiro. —Es increíblemente


silenciosa, ni siquiera notamos cuando se fue.

Hice una mueca.

—¿No crees que ya se cansó de estar en el centro comercial? —


pregunté, y Jimin me observó con sus cejas alzadas.

—Llegamos hace cinco minutos, Kookie. —dijo con obviedad. —


Aparte, ella quería venir.

Me crucé de brazos.

—De hecho, no le quedó de otra más que venir.

Jimin hizo un ademán despreocupado con su mano.

—Probablemente la obligamos un poquito en venir, pero es que...


¡tenía que salir! —objetó. —¡Tenía como quince años sin salir de
Suwon! aparte, después de haber estado enferma creo que lo mejor
era que se relajara.
Claro, era super normal relajarse en un centro comercial.

—"¿Obligamos?" —me apunté con el dedo índice en el pecho


después de haber hecho énfasis. —¡Tu la obligaste!

—¿Por que pelean, comadrejas? —ambos giramos nuestras


cabezas al escuchar la voz de la Alfa.

Parecía muy concentrada y esmerada en lamer el helado que


descansaba en su mano izquierda.

—¿Donde estaba? ¡La estábamos buscando! —Jimin la tomó


delicadamente de los hombros.

La abuela Seung alzó el cono de helado y se encogió de hombros.

—Se me antojó.

—¡No puede desaparecer así! Nos asustamos. —no pude evitar


decirle con rapidez.

La Alfa soltó una risa despreocupada.

—Se que estoy vieja, pero puedo cuidarme sola —me apretujó una
mejilla y arrugó la nariz. —En fin, ¿buscaremos un atuendo para la
cita de cumpleaños de Jungkookie o que?

Jimin asintió con entusiasmo, mientras aplaudía con sus manitas y


brincaba.

—¡Vamos! —enredó uno de sus brazos en el de la abuela y otro en


el mío antes de comenzar a caminar.

Pasamos aproximadamente una hora y media de tienda a tienda.

Tener a dos personas con gustos complemente diferentes a los míos


pisándome los talones era muy agotador.

—Eso es feo.
Giré mi cuello para observar a la Alfa.

—Nomas estaba viendo al hechura. —observé el saco que colgaba


del gancho tras la vitrina—Me gusta.

Jimin apareció a nuestro lado y observó el saco.

—Entonces entremos a la tienda y preguntemos si tienen prendas


parecidas, ¿si?

Entramos a la tienda que lucía muy elegante. Nos atendió una


Omega alta con una gran sonrisa. Tras explicarle la situación, nos
guió hacia una sección en una esquina de la tienda.

—En esta parte hay muchos atuendos que les pueden interesar,
tienen relación con el saco que estaba en la vitrina. —sonrió
amablemente. —Cualquier cosa que les interese me pueden
preguntar...por cierto, a su derecha están los probadores.

Dicho eso, se marchó dándonos privacidad.

Solté un resoplido.

—Esto es tonto. —me apresuré en decir, cruzándome de brazos. —


La tienda es obviamente de alto calibre. No puedo pagar ningún
botón o hilo que esté entre las telas de esta ropa.

Jimin me hizo un gesto despreocupado.

—No te preocupes, podemos encontrar algo, tomar foto y buscar


algo parecido en otra tienda. —me guiñó un ojo mientras buscaba
entre los ganchos de ropa.

Suspiré mientras me dirigía a un lado del Omega mientras


buscábamos algo, mientras tanto la abuela Seung se encontraba
por el lado contrario.

—¿Sabes...? —Jimin habló, haciendo que dirigiera mi atención a él.


—Te puedo prestar mi camisa verde.
Solté una risa.

La famosísima camisa verde de Jimin. Aún recuerdo que me insistió


que la usara en mi primera cita con Taehyung.

Había pasado un buen tiempo.

—Ni loco.

Pasaron unos minutos donde comenzaba a hartarme, por lo que


caminé hacia un sofá cercano y me senté en el, donde me limité a
observar a la abuela y a Jimin muy entretenidos eligiendo ropa.

Ni siquiera tenía idea de lo que buscaba, y estaba seguro de que si


no encontraría algo que me gustase lo suficiente terminaría teniendo
una crisis mental.

Saqué mi celular del bolsillos de mis pantalones y abrí mi chat con


Taehyung.

"Teteeeeeeeeeeee"

El Alfa tardó en contestar dos minutos.

"Cachorrooooooo
Qué haces?;)"

"Estoy en el centro comercial con la abuela Seung y Jimin-ssi


Estoy aburrido:(((

Y tu?"

"Ohhh, qué haces en el centro comercial?

Yo estoy haciendo trabajos pendientes :("

—Jungkookie, ¡ven a ver esto! —Jimin me llamó con entusiasmo


impregnado en la voz.
Sin despegar mi mirada del celular lencontesté.

—Voy en un minuto.

"Quisiera estar ahí para alentarte con tu tarea"

Sonreí.

"Si estuvieras lo ultimo que haría sería la tarea, Kookie :)"

Tragué saliva. Estaba apunto de contestar a su mensaje —que


fácilmente se podía malinterpretar—, pero la abuela Seung apareció
frente mío, interrumpiendo.

—Hemos elegido esto. —dejó una montaña de ropa sobre mi


regazo. —Pruébate todo. Nos darás una pasarela.

Habían encontrado una gran cantidad de ropa y solo los había


dejado solos unos minutos.

Fruncí el ceño.

—Tengo que fijarme primero si me gusta lo que han elegido, y lo


siento pero... —alce mis cejas observando a Jimin. —no puedo
confiar en los gustos de los demás.

La abuela Seung me puso una mano en el hombro.

—Inténtalo, ¿Si? Salte de tu zona de comfort, —sonrió de una


manera tranquilizadora. —anda.

Volví a hacer una mueca, observando la montaña de ropa.

—Pero es mucha ropa, va a tomar mucho tiempo...

En estos momentos era la pereza hablando por mi, sin embargo mi


amigo no dejaría las cosas así fácilmente.
Jimin agarro el montón de ropa sin cuidado y comenzó a caminar
hacia los vestidores.

—¡Cero excusas, apúrate!

Solté un quejido lastimero.

Incluso el pensamiento de usar la emblemática camisa verde de


Jimin rondaba por mi cabeza.

🌙🌙🌙

—Taehyung se va a caer de culo cuando te vea. —Jimin alzó sus


pulgares con emoción. —Va a querer arrastrarte a un motel y...-

La abuela Seung le miró con desaprobación.

—¡Jimin-ah! No seas imprudente —le dió un leve golpe en el brazo.


—Jungkook es inocente.

Inflé mis mejillas siendo ajeno ante la discusión que estaban


teniendo sobre mi. Giré sobre mis talones y me observé en el
espejo.

Me gustaba, y si no fuera por ambos jamás me hubiese probado el


atuendo.

Aun así no estaba muy seguro de tener la confianza suficiente de


usarlo. Era...muy diferente a mi guardarropas que estaba infestado
con suéteres y camisas grandes.

"Llamativo" era la palabra perfecta para


describir el atuendo.

—Te puedo prestar mis botas de tacón bajo, le quedan a la


perfección a esos jeans. —la voz de Jimin me sacó de mis
pensamientos.
Torcí los labios, volteando mi cuerpo nuevamente hacia los dos
pares de ojos.

—No lo sé...

—Te ves muy bien, Jungkookie. —la abuela Seung me regaló una
sonrisa alentadora. —En serio.

Jimin asintió con la cabeza.

—Pareces un príncipe. —el pelirrosa guiñó un ojo. —El atuendo te


favorece bastante, en serio.

Sonreí levemente.

Ahora recordaba porque Jimin y la abuela Seung siempre serían mis


personas favoritas.

—¡Señorita! —la Alfa buscó con la vista a la empleada de hace rato,


la cual no tardó en aparecer.

—¿Si? —reverenció con respeto.

—Nos llevaremos esto. —apuntó lo que traía puesto. Pareció buscar


algo en su bolsillo, y después de encontrarlo, extendió una tarjeta
hacia la empleada —Con esto está bien.

Abrí los ojos.

—¿Eh? ¡No! —negué con la cabeza, y caminé hacia la Alfa. —¡Esto


es muy caro! Incluso cuando me lo estaba probando casi me
desmayaba cuando vi el precio.

La abuela Seung guiñó de una manera tranquila.

—No te preocupes por eso. Es un regalo de cumpleaños, Kookie.

Me rasqué la nuca nerviosamente.


Jimin, a nuestro lado y siendo testigo, carraspeó su garganta. —De
repente quiero que sea mi cumpleaños.

***

Holisss, capítulo un tanto corto!:) espero que les haya gustado


y graciass por leer, bebés 💜💜💜

Las tengo la noticia de que ya tengo el número de capítulos, y


aproximadamente serán 60, (creo) (me sorprende que se haya
extendido tanto:o) tengo division de cada capítulo así que ya se
que pasará en cada unooo, jejejee

Los TKM💕💕💕
Jimin les manda besitos tronados 💜
45. "Espontaneo"
Jungkook POV's

—¡Hey, no te puedes dormir ya! —moví el hombro de mi mejor


amigo haciendo que abriera los ojos de golpe. —¡Son las vísperas
de mi cumpleaños!

El pelirrosa soltó un quejido adormilado mientras se removía en el


colchón de mi cama.

—Estoy muy cansado, Kookie. —su voz fue amortiguada por un


bostezo. —Mañana te doy tu abrazo de cumpleaños.

Dicho esto, se giró sobre su lugar en el colchón y me dió la espalda,


posicionó sus manos debajo de la almohada, y cerró los ojos
dispuesto a caer en los brazos de morfeo.

Solté un gruñido.

—Aguafiestas.

Tener la presencia de Jimin cerca me hacía olvidarme de los nervios


que incrementaban conforme pasaban las horas. Estaba muy
ansioso y nervioso por lo que pasaría mañana por dos razones:

1. Taehyung.

2. Taehyung con traje en la cita.

El Alfa no me había platicado demasiado sobre la cita. Solo había


dicho que sería formal y que me sintiera cómodo. Solo eso.

A falta de detalle, mi cabeza no dejaba de fantasear con escenarios


donde nos encontrábamos ambos riendo y pasando un buen rato.

Estaba tan feliz como nervioso.


Cambiando ligeramente del tema, haberle pedido permiso a mamá
para salir con el Alfa a una cita formal la alarmó demasiado.

—¿Formal? ¿Eso que quiere decir? —alzó sus cejas.

Torcí los labios, desviando la mirada.

—P-pues no creo que haya mucho transfondo, mamá. —me encogí


de brazos. —Es solo una cita formal.

La Omega estaba observando hacia el techo pensativamente con


los labios hechos una mueca.

—Tengo que hablar con Taehyung.

Dirigí mi vista hacia ella rápidamente.

—¿Que le dirás? —evité fruncir el ceño, pero me fue imposible.

Conectó miradas conmigo y soltó un suspiro.

—Solo hablaré con el, Kookie. No te preocupes, no es la gran cosa.


—me guiñó un ojo. —Te doy permiso, pero tendré una charla con el
pronto.

Esa platica que tendría mamá con el Alfa me tenia con cuidado.
Estaba muy seguro que tomaría temas sobre el noviazgo y lo que
conllevaba a pesar de que exactamente no estuviésemos en una
relación.

Solté un suspiro.

Jamás había tenido novio, y la verdad jamás había sentido la


necesidad de tener uno, pero siendo honesto completamente
conmigo estaba seguro que más de una vez había fantaseado con
ser cercano a un Alfa, sentirme protegido y querido.

No obstante, eran fantasías que rondaban por mi cabeza de vez en


cuando, no siempre.
Las cosas ahora habían cambiado ahora que conocía a Kim
Taehyung.

Había estado seguro todos los diecisiete años de mi vida que no


quería un novio, que no lo necesitaba o que al menos no me parecía
necesario.

Pero ahora había conocido a Tae, y la verdad, ese pensamiento se


había desvanecido de mi cabeza.

Sin poder evitarlo, me sonrojé ante mi pensamiento.

Me estaba declarando a mi mismo —por fin, porque desde lo más


profundo de mi mismo ya lo sabía— que quería a Taehyung como
novio.

Con el me sentía completamente seguro, cómodo y feliz.

Cosa que jamás había sentido con algún otro Alfa jamás...y
sumándole, habían muchos razones por las cuales anteriormente no
me sentía dignamente listo para tener a un Alfa pisándome los
talones.

Era muy inseguro de mi mismo, y no me refería físicamente, —


porque lo físico era solo la máscara que llevábamos para ocultar lo
más vulnerable de nosotros, lo cual, eran nuestras moralidades y
sentimientos como personas—.

A pesar de que un físico fuese atractivo, en su mayoría resultaba ser


superficial. Aun así, no iba a mentir que una mente inteligente y un
físico atractivo era un bombazo.

Y volviendo con mis pensamientos anteriores, con "vulnerable" no


me refería a que nuestras vulnerabilidades nos hicieran débiles, me
refería a que eran cualidades que otras personas podrían tomar
como un arma contra nosotros, a su favor para hacernos daño.
Por eso físicamente, no era tan inseguro; porque me conocía a la
perfección y de cierta forma me estaba conociendo a mi mismo. Me
cuidaba a mi mismo, porque yo era mi propio escudo. Conocía mis
virtudes, y sabía que no era una mala persona.

Me refería a que era un tanto inseguro como todas las personas lo


éramos en determinados puntos de nuestras vidas. Era nervioso con
mis acciones, principalmente era la manera en la que sobre-
pensaba las cosas que hacia.

Era un poco avergonzado y tímido; y siendo un Omega, mis


cualidades eran de ser muy sumiso y de sentirme muy pequeño.

Pero conocía mis valores como persona y eso, no los afectaba.

Tener a Taehyung cerca me hacia sentir feliz, y más de una vez me


había dado cuenta porque la Madre Luna nos había puesto como
destinados.

Había una chispa inigualable que jamás había sentido con alguien
más. Era una chispa que podría compararla con la de Jimin, sin
embargo seguía siendo una conexión muy diferente.

Era como si Jimin fuese mi alma gemela, pero Taehyung me


complementaba.

Era malditamente extraño que después de todos estos años de


soltería ahora mismo estuviese seguro de que quería a alguien de
esta manera: De manera romántica, desesperada y abrumadora; y a
pesar que de cierta forma me encontrase algo asustadizo ante todos
los sentimientos que tenía por el Alfa, eso no me detendría porque
me gustaba demasiado.

Y no pondría ningún obstáculo entre nosotros.

Alargué mi brazo hasta que mi mano alcanzó la mesita de noche y


tomé mi celular, observando como anunciaba una llamada.
Me incorporé de golpe en la cama y observé la pantalla antes de
contestar.

—¿Hola? —fácilmente pude sentir como mi corazón comenzó a


later con rapidez.

—Jungkookie. —la voz del Alfa me derritió.

Ladeé la cabeza.

—Hola, Tete... —me mordí el labio inconscientemente.

Escuché su suave risa al otro lado de la línea telefónica.

—Suenas sorprendido. —me lo imaginé sonriendo.

—Lo estoy.

No separaba su llamada, ya que solía dormirse temprano y ya era


casi medianoche.

—Lo estarás más ahora que... —hizo una pausa, logrando ponerme
nervioso. —te diga que estoy fuera de tu casa.

Abrí los ojos con fuerza, y rápidamente pude sentir como mariposas
se instalaron en mi estómago.

—¿Q-que? —tartamudeé ante la sorpresa. —¿Es una broma?

Pude escuchar como soltó una risa ronca.

—Sal, te estoy esperando.

Dicho esto, cortó la llamada como si no fuese nada.

Me quedé observando la pantalla del celular embalsamado durante


unos segundos, hasta que mi cerebro respondió.
Me levanté de la cama con cuidado, y me puse mis tenis con
rapidez.

Caminé hacia el tocador y me eché un rápido vistazo en el espejo.


Traía puesta una camisa gris algunas tallas más grandes que la mía,
y bajo traía unos shorts largos pero un poco apretados.

Decidí no tomarle mucha importancia.

Salí de mi habitación y caminé a hurtadillas a través del pasillo,


intentando no despertar a mamá o llamar la atención se alguno de
mis hermanos, —ya que podrían tomar la situación para su beneficio
—.

Tomé las llaves de la casa que se encontraban en el mármol de la


barra de la mesa. Abrí la puerta principal de la casa, teniendo un
maximo cuidado en no generar demasiado ruido.

Tras tener una batalla con los chirridos agudos de la puerta, salí de
la casa dando pasos silenciosos una vez que la cerré a mis
espaldas.

Alcé mi mirada y sonreí nerviosamente hacia el Alfa frente mis ojos.

Estaba recargado en su auto con las manos en sus bolsillos en un


aspecto relajado y muy atractivo.

Caminé lentamente para tomarme el tiempo de analizar su


vestimenta. Traía unos jeans —y el jamás usaba jeans—, una
camisa negra fajada, y me fue necesario soltar un suspiro cuando vi
una bandana —Si, una puta bandana—sobre su frente, creando que
su cabello azul cayera en curvaturas sobre su rostro.

Gracias a la bandana podía ver a la perfección sus cejas gruesas se


adornaban sus orbes chispeantes de diferentes tonalidades de color
amarillo, resaltando ante la oscuridad de la noche.
Puse mis manos detrás de mi entrelazándolas en un gesto nervioso,
y le observé con una sonrisa genuina.

—Hola, Tae.

El Alfa me tomó del rostro con ambas de sus manos y jaló


suavemente mi rostro hacia el suyo para besar mis labios con
delicadeza, ambos cerrando los ojos ante el tacto.

—Te extraño... —dijo contra mis labios, su voz ronca mandando


choques eléctricos a mi cuerpo. —a cada rato que no te veo.

Sus manos bajaron de mi rostro hacia mi cintura para tomarla con


sus grandes manos y pegar mi cuerpo al suyo, haciendo que mi
corazón amenazara con salir de mi pecho en cualquier segundo.

Entreabrí mi boca contra la suya, haciendo que el siguiera mis


pasos sin dudarlo. Encajó sus labios contra los míos, moviéndolos
en un vaivén lento pero adictivo.

Como solía hacerlo, Taehyng masajeó mi cintura por encima de la


tela de mi camiseta, estimulando la piel con delicadeza, mientras
tanto que yo alzaba mis brazos y rodeaba su cuello con ellos,
poniéndome de puntitas y apretándome a su cuerpo un poco más.

La lengua del Alfa delineó mi labio inferior, por lo que solté un


involuntario jadeo. Su músculo hizo intromisión en mi boca,
buscando la mía para moverla con movimientos que me parecieron
un tanto sensuales.

Solté un jadeo que hizo que Tae apretará mi cintura.

Por instinto propio, con mi mano derecha jalé un poco de su cabello,


haciendo que mis piernas flaquearan un poco cuando emitió un
sonido ronco.

Incliné mi cabeza y el hizo lo mismo hacia el lado contrario, creando


una profundidad al beso.
De repente, sentía una necesidad voraz de pegarme por completo a
su cuerpo.

—Kookie... —Tae rompió el beso con delicadeza, respirando


pesadamente contra mis labios.

Tuve que tomarme unos segundos para poder calmar mi respiración


que se había tornado un poco acelerada.

—¿Si?

Ambos nos alejamos lo suficiente para poder observarnos


adecuadamente.

Los ojos del Alfa estaban tan brillantes que lograron hipnotizarme
durante unos segundos.

—Feliz cumpleaños. —acarició mi cabello con delicadeza.

Parpadeé repetidamente.

—Gracias, Tete. —me acerqué nuevamente a sus labios, pero esta


vez solo dejé un beso corto para después alejarme. —pero aún
falta.

El Alfa torció los labios con una leve sonrisa, y negó con la cabeza.

Soltó con una mano mi cintura y sacó su celular del bolsillo y


prendió la pantalla, dejándome observar una foto mía de fondo y la
hora.

Eran las 12:00.

Me sonrojé notoriamente.

—¿Pusiste una foto mía? —cerré los ojos, sintiéndome de cierta


forma muy mimado. —Ah, Tete...
El Alfa sonrió y asintió con la cabeza mientras regresaba
nuevamente el celular a su bolsillo.

—Oh, si...no te lo había dicho.

Pasamos unos segundos de silencio donde nos limitamos a


observarnos con intensidad.

El aroma de Taehyung era fuertemente y exquisitamente notorio,


haciendo que mis papilas gustativas se humedecieran.

—¿Tu visita ha sido espontánea? —decidí preguntar al mismo


tiempo que acariciaba su mejilla derecha.

El Alfa asintió.

—Si. No podía esperar hasta verte mañana en la noche. —arrugó la


nariz. —Bueno, prácticamente ya es mañana...pero sabes a lo que
me refiero.

Sonreí.

Me derretía el pensamiento de que hubiese manejado hasta acá a


altas horas de la noches para poder desearme un feliz cumpleaños
de manera inesperada.

—Si, entiendo. Y me alegro que hayas venido. —le dije en un tono


mimado.

El Alfa dejó un beso en la punta de mi nariz, haciendo que mi lobo


interior mostrara su barriguita al mismo tiempo que movía su cola de
un lado a otro.

Estaba muy feliz.

—Aparte...quería ser el primero en felicitarte. —volvió a acariciar la


piel de mi cintura. Sus pulgares creando círculos imaginarios.

Alcé mis cejas y sonreí, ladeando la cabeza en el proceso.


—Pues has tenido suerte porque Jimin se ha quedado en casa a
dormir y pudo haberte quitado el puesto... —chasqueé la lengua
antes de continuar. —pero se quedó dormido.

El Alfa soltó una risa, echando la cabeza hacia atrás.

—Me alegra escuchar eso. —dijo entre risas. —Me alegra ser el
primero, y la verdad es que... —de repente se puso serio. Me acercó
nuevamente a su cuerpo, pegando nuestras caderas. —quiero ser el
primero siempre.

Me mordí el labio, queriendo evitar una sonrisa estúpidamente


notoria, pero me fue imposible.

—Lo serás. —dije sin pensarlo dos veces.

***

AAAA Q NO SE ESPERABAN LA ACTUALIZACIÓN TAN


RAPIDOO
Disculpen si hay errores, lo he escrito, lo he publicado y me iré
a dormir ya ;(

Espero que les haya gustado<3. Obviamente el próximo


capítulo será relacionando con la cita, así que...Kemozion

Gracias por leer💕💕.

Saben? Me acabo de enterar que en mi uni hacen exámenes


cada 3 semanas🙂, así que cada tres semanas será cuando me
estrese mucho, así que no me abandonen por si tardo en
actualizar de vez en cuando😔

Tuve que ir al doctor y me recetaron vitaminas por mi delgadez,


e incluso me dijeron que tenía cansancio cerebral<3 how cute,
isn't? Amo la uní :))
En fin, dejándome de dramas
Estoy emocionada por escribir muchos capítulosssssssss!!!

Sean libres de preguntar lo q quieran respectivo a la historia, a


lo mejor les hago spoilers<3

Actualizare como en cinco días ya que he actualizado muy


rápido, eh! Y eso es lo duro escribiendo un cap cuando en su
mayoría es muy largo;(

Sin embargo, si logro terminarlo antes, mejor;)

Los tkm💕💕
46. "Aprobación"
Jungkook's POV

—¿Como has estado, Kookie? —la Omega me observó de una


manera amable.

Sonreí un poco.

—Bien, muy bien. —revolví la comida con los palillos y apunté a su


barriga. —¿Como está el bebé?

Suni pareció entusiasmada. Se puso la palma de la mano sobre su


hinchada panza y me observó con los ojos brillantes.

—¡Muy bien! La doctora dice que es un cachorro muy saludable. —


le dió un leve vistazo a papá. El hombre le sonrió, haciendo que
unas arrugas aparecieran alrededor de sus ojos. —En unas
semanas más podremos saber el sexo.

Sonreí observando su barriguita.

—Me da mucho gusto. —dije con sinceridad.

Papá me observó con cierto sentimiento, no obstante asintió con la


cabeza y se quedó en silencio.

El Alfa me había llamado en la mañana, justo después de que mis


hermanos y mamá aparecieron en mi habitación cantando a todo
pulmón "las mañanitas" con un Jimin somnoliento a mi lado.

Mamá sostenía un globo que decía "feliz regreso a clases.


Rápidamente se excusó diciendo que era el único que quedaba en
la mercería y que no tuvo otra opción más que comprarlo.

Pero, ¡hey! La intención es lo que cuenta, ¿no?


A su lado estaba Jeongyeon con el celular entre las manos casi
metiéndomelo por los ojos, y mi mellizo, Yugyeom sosteniendo un
panecillo con una vela chispeante.

A pesar de que cantaban horrible, me encantó.

Ya me tocaría la mañana siguiente cantar para Yugyeom.

Después de que Jimin se fuera a casa, tuve la grandísima sorpresa


de recibir no solo una llamada de papá, sino también una invitación
a ir a comer.

Mentiría si dijera que su propuesta no me sorprendió. Me tomó con


la guardia baja, y para ser honesto, en el momento me sentí algo
extraño.

No solo por mi, sino por mamá también.

Cortamos la llamada cuando le dije que le avisaría mi respuesta.

Me puse ropa cómoda, y me encaminé a la cafetería diez minutos


después, —donde mamá y mis hermanos ya se encontraban—
teniendo el turno de la mañana ese día.

No era necesario que trabajara el día de hoy, —o eso había dicho


mamá—sin embargo quedarme en casa, sabiendo que tendría que
salir con Kim Taehyung esa misma noche me hacía sentir
desesperado e inquieto.

Una vez en la cafeteria, obtuve felicitaciones de parte de Huekai y


Yeonjun.

Cuando el reloj marcó las doce de la tarde comencé a ponerme


nervioso.

Tuve una pelea mental conmigo mismo toda la mañana,


proponiéndome la idea de pasar la tarde con papá; pero el
pensamiento de que mamá se sentiría de cierta forma no me
gustaba.
Pero tampoco quería dejar a papá.

Me acerqué a la Omega que limpiaba una mesa despejada del


local. Carraspeé la garganta y ella me observó con las cejas
alzadas.

Le expliqué la situación con lentitud y con mucho nerviosismo en mi


persona.

Mamá soltó un suspiro —lleno de vacilación— y a pesar de ello, me


tomó de la mano y sonrió un poco.

Me dijo que si solo estaba seguro de ir, que fuera.

Eso me alivió bastante.

Y aquí estaba en estos momentos. Comiendo kimchi mientras


hablábamos de temas tribales, y la verdad, estaba resultando ser mi
agradable el ambiente.

Sobre todo porque Suni —la destinada de papá— era una Omega
muy parlanchina y entusiasta, sabia cómo sacar temas a la luz y
cómo desarrollarlos.

—Por cierto, Jungkookie —la voz de papá captó mi atención. —


Pronto será cumpleaños de Suni y queríamos festejarlo...y también
festejar el embarazado.

Asentí escuchando sus palabras.

Suni chasqueó la lengua como si apenas se hubiese acordado de


eso. Sonrió y aplaudió con emoción.

—¡Nos encantaría tenerte! También a tus hermanos, y si tu mamá


quiere venir mucho mejor.

Papá escondió —o algo así— una mueca que solo reveló lo tenso e
incómodo que le pareció la mención. Por alguna razón aquello me
hizo darme cuenta de que probablemente no hablaban sobre mamá
y sobre como habían sucedido las cosas.

Mamá no aceptaría en venir, pero cabía una pequeña posibilidad de


que tal vez Yugyeom y Jeongyeon si.

Ambos estaban sobrellevando las cosas con más calma,


probablemente para ese entonces les gustaría aceptar las disculpas
de papá.

Siendo Alfas, estaba en su naturaleza ser un poco bruscos,


orgullosos e impulsivos; así que supuse que fuera normal que
tardaran tanto en arreglarse con papá.

—Les hablaré sobre la idea. —dije antes de tomar un sorbo de mi


limonada.

Papá, que parecía haber quedado atrapado en un trance, carraspeó


su garganta y me observó.

—Podrías invitar a tu destinado también.

Alcé mis cejas ante la petición.

—¡Oh, cierto! Claro que si. Nos encantaría conocerlo. —Suni abrió
los ojos. —Es tiempo que conozca al suegro, ¿no?

Me fue inevitable no sonrojarme, por lo que tuve que voltear mi


cabeza para que no fuese tan evidente.

—Uhm...si. Se lo diré.

Papá me observaba con cierto recelo, sin embargo, al fin y al cabos


había sido su idea.

—Cuéntanos sobre el, Kookie. —la Omega me observó con mucha


curiosidad.

🌙🌙🌙
Abrí la puerta de la casa y una vez dentro, la cerré a mis espaldas.

Solté un suspiro un tanto cansado. Dejé las llaves de la casa sobre


el mármol de la mesa y me encaminé hacia la sala de estar;
dejándome caer sobre el sofá.

Me fue fácil deducir que Jeongyeon se encontraba en casa por su


olor a mandarina. La Alfa no tardó en aparecer. Se acercó a mi y se
sentó en el sofá a mi lado.

—¿Como...? —carraspeó la garganta y se enderezó en su lugar. —


¿Como te fue?

Dirigí mi vista hacia ella y me encogí de hombros en un gesto


despreocupado.

—Ha sido agradable.

La Alfa torció los labios y echó la cabeza hacia un lado, como si


estuviese pensando.

—¿Te dijo algo...? —dudó su pregunta, dejándola a medias.

Pero entendí.

—¿De ti? —alcé mis cejas y sonreí. —Dijo que te extrañaba...y por
cierto, Suni cumplirá años y festejará su embarazo pronto, y ella
quiere que asistamos al festejo.

Jeongyeon se rascó la nuca para después entrelazar sus dedos y


descansarlos en su regazo.

—¿Suni?

Asentí con la cabeza.

—Si, así se llama la Omega de papá.


Jeongyeon soltó un suspiro profundo. Asintió con la cabeza:—Si,
recuerdo su nombre.

Pasamos unos minutos de silencio, donde solo me limité a


observarla con cierta curiosidad, pero decidí no preguntar nada al
respecto.

Me levanté del sofá y pude sentir como su mirada me persiguió por


el lugar.

—¿Que haces? ¿A que horas tendrás tu...cita?

Escuchar la palabra "cita" de parte de mi hermana menor, y que


estuviera completamente consciente de que fuese una, me hizo
ruborizarme.

Paseé mi lengua por mi mejilla interna.

—Iré a darme una ducha. —observé el reloj que colgaba de la


pared, en el pasillo. —El estilista Jimin vendrá en una hora
aproximadamente.

🌙🌙🌙

—¿Que es eso? No me gusta. —mi mellizo me observó con el ceño


fruncido. Se puso las manos en la cadera, optando una posición de
jarra. —No me gusta para nada.

Giré mi cabeza para mirarle con confusión.

—¿Por qué no?

Jeongyeon a su lado tenía los labios hechos una línea fina, mientras
no despegaba la mirada de mi piel.

—¿Le has enseñado a mamá eso? —asentí con la cabeza ante la


pregunta de la menor. —¿Que dijo?

Volví mi mirada hacia el espejo y me examiné en el.


—Que le gustaba. —me encogí de hombros.

Yugyeom hizo un sonido de desaprobación y negó con al cabeza.

—No es apropiado. —el Alfa entró a mi habitación y se posicionó a


un lado mío en el espejo. —Te podemos ver el pecho, ¿pero
nosotros que? el problema es que Taehyung te vea el pecho.

Solté un resoplido y rodé los ojos.

Una prenda solo sería inapropiada para una persona de mente


cerrada.

—Solo se me ven las clavículas, bobo.

Todos giramos nuestras cabezas hacia el umbral de la puerta,


donde apareció un acalorado Jimin con un gran neceser de
maquillaje en la mano.

—¡Llegué! —gritó con la voz entrecortada mientras arrastraba sus


pies dentro de mi habitación. Me observó con una sonrisa pícara. —
Eh, ¿preparándote?

Alcé mis cejas haciendo una mueca con los labios.

—No les gusta. —señalé con la cabeza hacia mis hermanos,


observando a Jimin.

Mi mejor amigo los observó con desagrado, cruzándose de brazos.

—¿Como de que no? —rodó los ojos. —Se ve divino.

Yugyeom soltó un resoplido, aún observándome.

—Es muy transparente. —el Alfa tomó la tela fina de la camisa con
sus dedos. —Es demasiado.

—No debería de usarla. —Jeongyeon dijo con una mueca.


Jimin explotó.

—¿Están locos o que? ¡Se ve genial! —gesticuló con las manos. —


Aparte, la abuela Seung se lo regaló y obviamenteeeee lo usará.

Yugyeom rodó los ojos.

—P-pero...—mi hermana menor intentó hablar, pero Jimin no se lo


permitió.

—¡Pero nada! ¡No necesitamos de Alfas tóxicos en estos


momentos! ¡Fuera de la habitación! —aplaudió fuertemente,
causando alboroto. —Entre Omegas nos entendemos, ¡Chau!

Los dos Alfas miraron a mi mejor amigo con molestia, aunque todos
sabíamos que Jimin enojado y gritando solía ser gracioso.

Mis hermanos salieron de la habitación ante las exclamaciones del


pelirrosa y cerraron la puerta, dejándonos a solas.

Solté un bufido, volviendo mi vista al espejo por milésima vez.

—¿Crees que es muy revelador? —me rasqué la nuca.

Jimin caminó hacia mi cama y se sentó en la orilla, y negó con la


cabeza sin dudarlo.

—Claro que no, y si esa es tu preocupación, no te preocupes —se


encogió de hombros. —estará oscuro y los ojos juguetones de
Taehyung no bajarán a tus pezones.

Me giré bruscamente hacia el Omega con alteración y el rostro rojo.

—¡Jimin! —grité más fuerte de lo deseado. —¡Jiminnnnnn!

Mi amigo se puso la mano en el pecho y me observó con ambas de


las cejas arriba.
—¿Que? Solo bromeo. —quiso ocultar una sonrisa burlona que
amenazaba con salir de sus labios. —Solo se notan poquito.

Solté un suspiro derrotado.

—Por tu honesta confesión creo que no usaré la camisa, gracias.

Siempre había sido de complexión delgada, y la verdad ahora


mismo no era una persona que se avergonzara de su cuerpo.

Sin embargo, obviamente cuando comencé mi pubertad fui muy


inseguro de mi delgadez. No me gustaban mis piernas, ni mis
brazos.

Sobre todo cuando me presenté como un Omega me sentí mucho


peor.

Me sentí pequeño y débil, pero con el paso del tiempo comencé a


aceptarme más. Me volví activo en ciertos ejercicios. Me gustaba
nadar y salir a correr en las mañanas de vez en cuando, y eso, fue
un gran desarrollo para mi confianza.

Aun así, era un tanto tímido.

Jimin se levantó de la cama y caminó hacia mi lado para negar con


la cabeza.

—Claro que la usaras. —me observó con el ceño fruncido,


claramente a la defensiva. —Se te ve genial, en serio.

Hice una mueca.

Bueno, tal vez la camisa era un poco reveladora, pero de cierta


forma me gustaba y me hacía sentir lindo.

—¿Que crees que pensará Tae? —me giré hacia el pelirrosa,


cruzándome de brazos.
Jimin sonrió de manera pícara, y posicionó sus manos sobre mis
hombros, observándome hasta el alma con sus ojitos.

—Se le adelantará el celo de nuevo.

Solté una risa ante su idea.

—Esperemos que aún no. —alcé mis cejas, sonriendo.

🌙🌙🌙

Taehyung POV's

Decir que estaba nervioso era poco. Mis manos sudaban y casi
sentía como el corazón amenazaba por salirse disparado de mi
pecho.

Solté un suspiro tembloroso antes de llevar mis nudillos antes de


golpearlos contra la madera de la puerta.

El mellizo de Jungkookie me observó con vacilación. Alzó sus cejas


y ladeó la cabeza, examinándome de arriba abajo.

—Kim Taehyung.

Me fue inevitable no imitar su gesto de cejas alzadas.

—Jeon Yugyeom.

Pasaron unos segundos donde nos observamos en silencio. Sus


ojos estaban clavados sobre los míos con cierta tensión que no
lograba intimidarme ni un poco.

Sonreí internamente.

El Alfa torció los labios y sin decir nada más, se hizo a un lado para
dejarme pasar al interior de la casa.
Una vez dentro, Yugyeom cerró la puerta y me observó una vez más
con vacilación.

—Mamá vendrá en un minuto. —hizo un gesto que me recordó un


poco a Kookie. Había mucho parecido entre ellos. —Puedes
sentarte.

Me hizo un ademán hacia el sofá. Asentí con la cabeza, caminé


hacia este y me senté en el.

El mellizo desapareció después, probablemente para llamar a su


madre.

Jungkook me había dicho la noche anterior que Misuk —su mamá—


quería hablar conmigo antes de nuestra cita, y eso, obviamente me
puso un tanto nervioso; sin embargo, lo único que podía hacer para
calmar mis nervios era que decirme a mi mismo que en cualquier
momento esta platica iba suceder.

Podía hacerme un par de ideas sobre los temas que la mujer


tomaría.

Tenía que admitir que Misuk era un tanto seria, —o al menos, esa
era la única faceta que conocía de ella—. No podía decir que me
resultaba intimidante, sin embargo era algo demandante y lograba
ponerme un poco nervioso porque...vamos, es la mamá de mi
destinado.

Del Omega que me gustaba.

Me pregunto cómo sería el padre de Jungkook.

Di un pequeño brinco asustadizo en mi lugar cuando sentí como se


hundió el sofá a mi lado, donde apareció la Omega.

Era muy silenciosa al caminar.

—Hola, Taehyung.
Me levanté del sofá con rapidez, únicamente para reverenciar hacia
la mujer.

—Hola.

Misuk soltó una pequeña risa e hizo un gesto despreocupado.

—Siéntate. —palmeó el lugar a su lado en el sofá.

Una vez sentando, la mujer me clavó los ojos justamente como lo


había hecho Yugyeom minutos atrás.

—Así que Jungkook te ha dicho que quería tener una charla


conmigo, ¿cierto...? ¿O me equivoco?

Asentí con la cabeza.

—Cierto.

La mujer torció los labios observándome con un semblante


pensativo.

—¿A donde irán a cenar? — posicionó su codo sobre el apoyo


lateral del sofá.

—Es un restaurante especial en mi familia. —sonreí levemente. —


Está en el centro.

Misuk asintió escuchando mis palabras con cuidado.

—Y llevarás a Kookie ahí. —sonrió un poco. —¿Que sientes por el?

Tuve que esconder la sorpresa que me causó su pregunta.

Carraspeé mi garganta, desviando mi mirada de la Omega.

Era una pregunta difícil de responder. ¿Que sentía yo por Jeon


Jungkook? Santa luna, eran demasiadas cosas.
Demasiados sentimientos que ni siquiera se podían responder
fácilmente con palabras.

Pero de lo que si estaba seguro era que Jungkook no solo me


gustaba, sino también me encantaba en todos los aspectos.
Lograba cautivar a cualquier persona —sin excepción— con solo ser
el mismo. Era precioso, era muy listo, y malditamente talentoso.

Me gustaba su lunar en la punta de la nariz, e incluso el pequeño


lunar bajo sus labios.

El que muchas veces había besado.

Me gustaba como arrugaba su nariz cuando sonreía, o su risa que


solía ser extraña en todos los buenos sentidos. Cuando se
sonrojaba por pequeños detalles o cuando solía comportarse un
poco arrogante cuando se sentía muy seguro.

Nunca lo había escuchado cantar, pero diablos, estaba más que


seguro que su voz era angelical.

Jungkook era precioso, y la verdad, no dudaría en reclamarlo


porque estaba muy seguro de que quería que fuese mío.

Y de nadie más.

—Si hijo es precioso... —dije con determinación, volviendo mi


mirada hacia la Omega que me observaba pacientemente por mi
respuesta. —y me gusta mucho.

Misuk no escondió para nada su impresión, y mucho menos una


sonrisa que me pareció muy parecida a Kookie.

—Entiendo. Cuando te gusta alguien creo que está de sobra decir lo


que sientes. —dijo, alzando una ceja.

Y a pesar de que fuese una afirmación, sonó suavemente como una


pregunta.
Negué con la cabeza ante sus palabras.

—Jamás queda de sobra decir lo que sientes por una persona. —el
tema de profundizó más de lo esperado. Chasqueé la lengua. —Es
simplemente qué hay veces que los sentimientos no se pueden
explicar con simples palabras.

Misuk sonrió, mostrado sus dientes alineados.

—Okay, entiendo. —asintió, saboreando mis palabras. —Gracias


por explicarme.

De repente sentí como si hubiese caído en una trampa.

No tuve tiempo de hablar, ya que ella se adelantó.

—Hay muchos temas de los quiero hablar, pero el tiempo corretea


tendré que ser un poco breve. —tomó aire antes de volver a hablar.
—Luces como un buen Alfa, y a simple vista se puede notar lo
mucho que quieres a mi hijo, sin embargo jamás terminas de
conocer a alguien. —torció los labios. Probablemente estaba
hablando su experiencia propia. —Espero que por ahora lo hagas
muy feliz, que lo protejas y lo hagas sentir querido. Quiero confiar en
ti, porque, de hecho si me agradas, Taehyung.

Sonreí un poco ante sus últimas palabras.

~Por favor, no nos defraudes ni a Kookie, ni a mi. Espero que las


cosas funcionen entre ustedes, y si hay problemas me gustaría que
los platicasen con madurez. Mi hijo es de corazón dulce y la verdad,
yo se que a él le gustas demasiado, así que por favor, cuídalo
mucho.

Sus palabras rebotaron en mi cabeza con eco.

Le sonreí de manera tranquilizadora.

—Lo cuidaré. —reverencié con educación hacia la Omega. —Y no


los defraudaré. Lo juro.
Misuk sonrió.

—Te estoy confiando mi hijo. Les estoy dando mi bendición,


aprobación ¿entiendes, Taehyung?

Mi corazón comenzó a latir con fuerza.

¿Acaso había escuchado bien? ¿Enserio estaba siendo aprobado?

—¡Gracias! —la felicidad en mi voz fue muy predecible en mi voz. —


Muchas gracias, señora Misuk.

La Omega soltó una risa, observándome tiernamente.

—Aun así, recuerda que jamás dudaré en abofetearte si haces algo


mal. Tu mismo me diste el permiso. —alzó sus cejas de pronto,
cambiando su semblante. —Jungkook es mi bebé.

Asentí con la cabeza.

—No se preocupe.

La mujer soltó una risa, que aflojó un poco el ambiente.

Me sorprendió sentir su mano sobre la mía. Sus ojos estaban


nuevamente clavados sobre los míos.

Y temí un poco.

—Por cierto, hay algo más de lo que quiero hablar. —chasqueó la


lengua. —Y creo que ya te puedes hacer una idea de qué.

Me rasqué la nuca, desviando la mirada.

No estaba muy seguro, y no haría suposiciones tan pronto.

—Mmh, no lo sé.
Misuk tenía las cejas alzadas con una mirada que me pareció un
tanto acusatoria, lo que me hizo tragar saliva nerviosamente.

—¿Sabes...? —torció los labios. Por alguna razón, me pareció que


sería un tema difícil del cual hablar para ella. —Jungkook., el
uhm...tendrá su celo pronto.

Tuve que parpadear repetidamente para asegurarme de que el


momento era auténtico y no un tipo de alucinación.

Me pasé las manos sobre mis pantalones de vestir, secando el


sudor que se había formado a lo largo de la plática.

¿Qué debería de decir al respecto?

—No diré mucho al respecto. —la Omega soltó un tenso suspiro. —


pero me gustaría que lo platicaras con el. Eso es todo.

***

Holoooo! He vuelto después de 5 días:)!!! Espero que les haya


gustado;).

Pensé que este capítulo sería de la cita en si, pero no, jeje, LO
SIENTOOO, quería tomar estos temassss
El prox si será de la cita

También en el próximo capítulo pondré algunos detallitos que


no incluí en este<3

¿Cuáles son sus expectativas?

Hobi les manda un besito lleno de baba


Gracias por leer, amo leer sus comentarios 💕 💕 , no tengo
mucho que decir, así que:

LOS TKM🥰
47. "Rosa roja"
Kim Taehyung POV's

¿Acaso estaba soñando? ¿O acaso esto era una especie de


alucinación?

El Omega se acercó a mi con suma tranquilidad, así como si no


fuese consciente de lo hermoso que era.

Mis manos sufrieron de un picoteo cuando no quise bajar mucho la


vista hacia su cuello, y hacia su abdomen; que eran claramente
visibles.

Jungkook estaba usando una camisa de ¿seda? No estaba seguro


de que tipo de tela era, pero de lo que si estaba seguro era de que
podría ser el modelo número uno de cualquier línea de ropa.

La camisa era de un color azul suave. Tenía un cierto brillo, casi de


un brillo propio que tenía la tela satín.

Bueno, lo último que me importaba era la puta tela.

La camisa caía como una suave cascada sobre sus hombros. Tenía
un escote —si, un maldito escote— que dejaba ver la delicada piel
de sus clavículas, y tal vez, al menos unos centímetros de su pecho.

Solté un suspiro nervioso.

Y por si no fuese suficiente como para causarme un paro cardíaco,


la camisa tenía una cierta transparencia; y estaba seguro de que si
se posicionaba en cierta luz, podría apreciarse más de cuerpo.

Jungkook fácilmente era no sólo el Omega, sino el hombre más


precioso del mundo.

Y esta noche volvía a afinar mi creencia por milésima vez.


Santísima luna.

Mi alma estaba fuera de mi cuerpo, pero mi Alfa estaba más que


listo para mostrar sus afilados colmillos.

Su olor era tan malditamente exquisito, y me estaba volviendo loco.

Jungkook, —que se encontraba frente mío — alzó la palma de su


mano, y la pasó frente mis ojos, haciéndome reaccionar.

Soltó una suave risa, y se acercó a mi para dejar un delicado besos


sobre mi mejilla.

Parpadeé confundido nuevamente cuando noté que ni siquiera se


había molestado en ponerse de puntillas para besarme.

Por inercia, bajé mi vista hacia sus pies, donde me llevé la sorpresa
de ver qué traía puestas unas botas de cuero sintético con tacón.

Sonreí.

—E-estas más alto. —mi boca habló sin permiso de mi cerebro.

Maldecí para mis adentros cuando sentí como la sangre viajó hacia
mi rostro.

Estaba muy sonrojado.

—Creo que se descompuso. —escuché la voz de su amigo decir


entre risas burlonas.

Dios, ni siquiera había notado que Jimin estaba presente.

Me obligué a mi mismo a parpadear repetidamente para poder hacer


funcionar todos mis sentidos.

Carraspeé mi garganta y solté una sonrisa que me fue devuelta por


el dulce Omega.
Mis manos viajaron hacia su rostro, donde toqué la suavidad de su
piel. Pude sentir como el chico se estremeció en su lugar, sin
embargo me estaba observando con suma intensidad a los ojos.

Estaba cómodo conmigo cerca, y eso me hacía sentir completo.

Mi corazón se encontraba muy acelerado, y podía apostar que su


corazón se encontraba en el mismo estado.

Bajé la vista hacia sus labios, donde tuve que tragar saliva
nerviosamente noté que estos desprendían de un brillo rosado.

De repente recuerdos llegaron a mi cabeza de cuando nos comimos


la boca en la cocina de mi casa.

Quisiera volver a repetir eso.

Con mi pulgar acaricié su mejilla derecha, haciendo que el Omega


soltara un suspiro relajado.

Tenía muchas ganas de besarlo y no me iba a contener.

—Estás precioso, Kookie. —mi voz se escuchó más gruesa de lo


normal.

Había sonado más como una queja que como un alago, y me tomó
unos segundos darme cuenta que ese había sido mi Alfa.

Jungkook parpadeó, observándome embalsamado.

Había notado como se le había cortado la respiración, y en sus


suaves mejillas se había instalado un fuerte rubor que se esparcí
hasta sus orejas y pecho.

Santísima luna.

Estando dispuesto a besarlo de una vez por todas, acerqué sus


labios a los míos y justamente cuando se iban a tocar, la voz de
Jeongyeon nos cortó la inspiración.
—Jummmm, hola. —Jungkook y yo giramos nuestros ojos y
cabezas hacia la voz de la Alfa.

Pero no solo era la Alfa la que nos observaba con una mirada
acusatoria —o más bien, a mi.—sino, era también su hermano y su
madre.

Los tres estaban cruzados de brazos.

Baje mis manos del rostro de Kookie y solté un suspiro nervioso.


Tenía que saludar adecuadamente, pero el Omega se adelantó.

—Hola. —Jungkook saludó en un hilo de voz.

Me pareció muy gracioso que lo hiciera, ya que pues, obviamente


vivía con ellos.

—¿Que hacían? —Yugyeom parecía horrorizado.

El Omega dulce soltó un resoplido, rodando sus ojos. Decidió no


responder a la pregunta de su mellizo, y me observó.

Me tomó de la mano con delicadeza y sonrió nerviosamente.

—¿Vamos? —susurró con las mejillas sonrosadas.

Asentí con la cabeza con lentitud.

La mamá de Jungkook me observaba con una ligera sonrisa, lo cual


me tranquilizó bastante.

Después de todo, la platica que habíamos tenido nos había unido un


poco.

—¿A que horas regresan? —Jeongyeon se apresuró en preguntar


una vez que Kookie me arrastraba hacia la puerta de la casa.

Iba a responder, pero Misuk se adelantó.


—Temprano. —sonó como una advertencia, alzando sus cejas.

Asentí con la cabeza con rapidez.

Obviamente no quería crear problemas o inconveniencias. Tenía


que causar una buena imagen para la familia de Jungkook.

El dulce Omega abrió la puerta y ambos salimos del interior de la


casa, sin embargo las personas presentes no tardaron en ponerse
en el umbral de la puerta observándonos caminar hacia mi auto.

—Me están avergonzando. —el Omega susurró, mordiéndose el


labio mientras no despegaba la vista de sus botas.

Sonreí.

—Me parece muy tierno que te cuiden.

Jungkook ladeó la cabeza y arrugó la nariz con una pequeña sonrisa


que me pareció muy tierna.

—¡Esperen!

El Omega y yo volteamos hacia la persona que venía trotando hacia


nosotros.

La reconocí tras unos segundos.

—Abuela. —Jungkookie se acercó a la anciana. —¿Pasa algo?

La mencionada asintió con la cabeza, echándome un leve vistazo.

Me reverencié ante ella rápidamente.

—Kim Taehyung. —reverenció ella también ella, observándome


fijamente durante unos segundos.

Casi se podía decir que era un tipo de espectáculo.


Se encontraba Misuk, Yugyeom, Jeongyeon y Jimin observándonos;
y ahora, la abuela Seung había aparecido.

—H-hola, señora Seung.

La vieja Alfa sonrió un poco para después unir sus ojos con los de
Jungkookie. Se inclinó hacia el y le susurró algunas cosas en el
oído.

El Omega asintió con la cabeza, y pareció muy sorprendido cuando


la mujer le entregó una cajita.

—¿Que es esto? —Jungkook susurró, observándola con el ceño


fruncido.

La abuela Seung posicionó una de sus arrugadas manos sobre su


hombro y sonrió de una manera relajada.

—Es para ti. —le acarició el cabello con suavidad. —No hagas
preguntas.

El Omega seguía con un semblante confundido, observando la cajita


de tercio pelo que ahora estaba entre sus manos.

—P-pero...

La abuela Seung siseó, palmeando suavemente su hombro.

—Anda, vete. Tu Alfa te está esperando. —le hizo un ademán hacia


mi. —Suerte para ambos.

Jungkook asintió con la cabeza, obedeciendo ante la orden de la


Alfa de
no preguntar mucho al respecto.

Le plantó un beso en la mejilla en forma de despedida.

Antes de subirnos al auto, no tardó en escucharse un grito agudo.


—¡Adioooos! —Jimin gritó desde la puerta de la casa, alzando sus
brazos como porrista. —¡Taehyung, fighting!

Yugyeom, a su lado, rodó los ojos.

🌙🌙🌙
Jungkook POV's

Observé el collar durante más de un minuto, examinándolo entre


mis dedos.

—Es muy bonito, ¿eh? —la voz de Tae me hizo girar mi cabeza
hacia el durante unos segundos.

Su olor inundaba fuertemente las paredes del auto, ocasionando


que mi lobo moviera la cola de un lado a otro; en signo de felicidad
pura.

Me encantaría quedarme pegado a su piel y poder disfrutar de su


aroma que cada vez más me resultaba irresistible.

Solté un suspiro para después morderme el labio


inconscientemente.

Se veía muy guapo.

Traía un traje color marrón oscuro. Detrás del saco, traía una camisa
de botones ligeramente abierta mostrando un collar Channel y un
poco de la piel de su pecho.

Este último detalle había tratado pasarlo por desapercibido, pero


¿como iba a pasarlo desapercibido?

Es Kim Taehyung.

El Alfa manejaba con una de sus manos sobre el volante, mientras


que la otra estaba sobre el borde de la ventana. El viento movía su
cabello sobre su frente, sin embargo no paraba de lucir elegante.
Me gustaba mucho en la manera en como su cabello caía
despreocupadamente sobre su frente, pero no lo suficiente como
para tapar sus cejas gruesas.

El estilo de Taehyung estaba entre una línea fina de ser muy


elegante y de ser un estilo despreocupado.

Me encantaba.

El Alfa conectó su mirada con la mía, ya que probablemente me


había quedado mucho tiempo observándolo.

Sonreí.

—Si, es muy bonito. —volví a dirigir mi vista hacia el collar.

Me había sorprendido mucho recibir otro regalo de la abuela Seung.


Bastante me había parecido con la camisa que me encontraba
usado en estos momentos; sin embargo, al parecer para ella no
había sido suficiente.

Dentro de la cajita, hacía una fina cadena plateada, que sostenía un


dije en forma de rosa roja.

Sonreí.

—¿Quieres que te lo ponga? —Taehyung paró el auto frente un


semáforo rojo, volviendo su cabeza hacia mi.

Ni siquiera había sido consciente de que ya estábamos en Seúl.

Asentí con la cabeza, sonriendo con suavidad.

—Por favor. —se lo entregué al mismo tiempo que me giraba sobre


el asiento, dándole la espalda.

El Alfa pasó un extraño por enfrente de mi cuello hasta detrás de mi


nuca, dando pequeños roces de sus dedos largos contra mi piel.
Pasaron unos segundos donde se encargó de poner el pequeño
gancho dentro de la argolla, hasta que se escuchó un clic.

Aun dándole la espalda al Alfa, bajé mi barbilla para observar y


tomar el dije de la rosa roja entre mis dedos y examinarlo.

Estaba seguro de que la anciana estaba consciente de muchas


cosas, y una de esas cosas era de que sabía que Kim Taehyung olía
a rosas rojas.

Luego tendría que preguntarle.

Estaba apunto de girarme para acomodarme nuevamente en el


asiento, pero me fue imposible no quedarme congelado en mi lugar
cuando sentí un suave beso entre la piel de mi nuca y cuello —
siendo ese un lugar muy sensible—, que me erizó la piel.

Sonreí nerviosamente, girándome hacia Tae.

Este me observaba con tranquilidad, con los ojos chispeantes en


diferentes tonos de amarillo.

Me mordí el labio, y no tardé mucho en inclinarme hacia el y besarle.

Fue un beso suave, y pequeño, sin embargo las cosas pequeñas


como las acciones y detalles con Kim Taehyung, siempre solían
sentirse como si fuesen del tamaño del sol.

Antes de cortar el beso, sonrió contra mis labios, contagiándome en


el proceso.

Sentía que me iba a derretir.

Probablemente hubiésemos seguido besándonos si tan solo el


semáforo no hubiese cambiado a verde y los autos detrás de
nosotros no estuvieran tocando los cláxones.

Una vez que nos adentrábamos cada vez más al centro de Seúl
comenzaba a ponerme más nervioso de lo que ya estaba.
—¿Adonde vamos?

La verdad es que no tenía mucha idea de cual era el plan, pero no


me preocupaba porque era Tae, y confiaba en el.

Taehyung sonrió mostrando su atractiva sonrisa cuadrada.

Uhmm, ¿era normal esta sensación de querer tirarme encima suyo y


besarle?

—Ya casi llegamos. —chasqueó la lengua, antes de echarme un


vistazo. —Es un restaurante importante en la familia.

Saboreé sus palabras.

Pasaron unos minutos donde nos quedamos en silencio. Disfrutando


de la compañía del otro y del suave viento helado de la noche.

Un par de días y comenzaríamos otoño, y en esas fechas


comenzaba el clima a tornarse muy helado para solo ser
septiembre; casi octubre.

Aun así, no me quejaba. Amaba el frío. Amaba usar suéteres


grandes, pijamas alcolchonadas y acurrucarme con mis cobijas.

Aunque me apatecía acurrucarme con Taehyung más.

El Alfa giró el auto sobre una esquina, y una vez que pasamos a lo
largo de una calle que lucia muy iluminada por lives neón, comenzó
a manejar con lentitud.

Observé a través de la ventana un lindo local de cuatro pisos,


paredes blancas y grandes ventanas del tamaño de una pared
normal que probablemente tenían una vista espectacular.

Este era el lugar.

El Alfa se adentró a un pequeño túnel con rampa hacia abajo,


adentrándonos al estacionamiento del lindo restaurante.
Antes de bajar del auto suspiré nerviosamente y tuve que secar el
poco sudor que se había generado en mis manos.

Estaba nervioso.

—¿Vamos? —Taehyung me sonrió de manera relajada,


observándome por encima de su hombro.

Asentí.

Me gustó mucho la manera en la que el Alfa estiró su mano hacia


mi, clavándome los ojos encima y esperando a que aceptara su
petición de tomarle de la mano.

El simple gesto lograba derretirme el corazón, y lograba poner a mi


lobo extremadamente feliz.

Entrelacé mis dedos con los suyos, mandando corrientes eléctricas


que me recorrieron de pies a cabeza.

Fácilmente podría acostumbrarme a esto.

Entramos a lo que parecía una recepción, pero no tuve el tiempo


suficiente para observar el lugar con detalle cuando una empleada
apareció.

—Buenas noches. ¿Reserva? —me observó una señorita con una


amable sonrisa, hasta que juntó sus ojos con los del Alfa. —
¡Taehyungie!

Parpadeé observando su reacción.

La chica sonrió con alegría observando al Alfa que le sonreía de la


misma forma.

—¡Noona! Ha pasado un tiempo. —reverenció. No pasaron


demasiados segundos para echarme una mirada. —El es Jungkook.
Reverencié rápidamente, observando a la mujer que había deducido
como Omega por su fuerte olor.

—Hola.

—Hola, Jungkook. —sonrió de oreja a oreja, observándome con una


cierta curiosidad chispeando sus ojos gatunos. —Yo soy Heesok.

Recité un "mucho gusto" volviendo a reverenciar hacia la mujer.

Se podía ver fácilmente que Tae y Heesok se conocían desde hace


mucho tiempo.

—Tenemos reservación. —Tae pareció algo nervioso, apretando


levemente mi mano. —En el piso de arriba.

Heesok pareció muy sorprendida por las palabras del Alfa, e incluso,
horrorizada.

—¿Q-que? —balbuceó para después echar la cabeza hacia atrás.


Se rascó la nuca. —Ah si, está bien.

Taehyung tenia una leve nerviosa sonrisa plasmada en los labios.

La mujer observó a un hombre de traje que se encontraba a sus


espaldas y le hizo una seña con la cabeza.

Por alguna razón, estaba muy confundido.

***
El capítulo sigue, don't worry :p
GraCIAS POR LEER Y SER PACIENTES, ACTUALIZARE
PRONTO PORQ YA ESTOY LIBRE<33

Si supieran lo mucho que me estresó no tener tiempo para


actualizar, OdIOOO

En fin, muchas gracias por todo, LOS TKM MUCHO💜no tengo


mucho q decir;(
Disculpen si hay errores;(

Les dejo un gif de mi bias gatito🥰


48. "Etereo"
Jungkook POV's

—Guao, me gusta mucho. —posicioné mi mano sobre el cristal de la


ventana, observando a través de ella los edificios.

Tae se paró a mi lado, ambos observando el panorama que nos


brindaba la noche.

—¿Genial, no? —estaba sonriendo.

Asentí con la cabeza, volviendo mi cabeza hacia el.

Después de que un hombre de traje nos dirigiera hacia un ascensor


y nos dejara en el cuarto piso —que era el último—quedé muy
asombrado ante lo bonito que era.

El restaurante estaba entre ser bonito y ser elegante, pero a


"elegante" no me refería a algo que parecía excesivamente costoso.
Sino, más bien era un lugar minimalista, calmado y muy cómodo.
Era muy espacioso, y tenía unos grandes ventanales con unas
gruesas cortinas de color rojo tinto que dejaban ver a la ciudad. Del
techo colgaba un candelabro pequeño de color blanco, que
combinaba con las paredes y la mesa.

Pero lo que más sorprendió fue la mesa. Solo había una, y estaba
en el centro del lugar.

Era algo así como exclusivo.

—¿Has pedido este lugar especialmente para estar a solas? —me


atreví a preguntar una vez que nos sentamos en nuestras
respectivas sillas.

Taehyung desvío la mirada, tratando de esconder una sonrisa


traviesa con el cartel del menú.
—Tal vez.

Alcé mis cejas con más sorpresa de la que ya sentía. Me fue


inevitable no sonreír, ruborizándome más de lo normal ante el
pensamiento de que el Alfa había hecho solamente para tener un
tiempo de calidad a solas.

Taehyung era capaz de muchas cosas.

Iba a abrir la boca y hacer un comentario, sin embargo mi celular


vibró en la mesa anunciando un mensaje, y distrayéndome.

Observé por encima de la barra de mensajes y solté un chillido al


ver el mensaje de Jimin.

"Ya te vió los pezones;))))))???"

Me tapé el rostro por inercia al sentir como la sangre viajaba hasta


mi rostro por la pregunta tan osada del pelirrosa.

Podía sentir la mirada clavada de Taehyung sobre mi, y claramente


estaba muy curioso por mi repentina reacción, y no lo dejaría pasar.

—¿Por qué estás tan sonrojado? —me observaba de una manera


acusatoria, alzando una de sus cejas.

Me mordí el labio con fuerza para tratar de bajar el sonrojo de mi


rostro, pero eso no iba a ser posible.

—Uhm, nada. No lo sé. —me destapé el rostro, rindiéndome y


dejando que el Alfa observara mi sonrojez; al fin y al cabo, ya estaba
acostumbrado.

Taehyung alzó sus cejas.

—Mentiroso. —me fulminó con la mirada.

Junté mi pulgar y mi dedo índice, sonriendo.


—Solo oculto poco de detalles. —arrugué la nariz. El Alfa iba a
replicar ante mis palabras, sin embargo fui más veloz en cambiar de
tema. —Entonces...¿eres cercano a Heesuk?

Me encontraba muy curioso ante ese tema, sobre todo porque pude
percibir cierto nerviosismo de ambos.

O eso creía.

Taehyung se inclinó sobre su lugar, posicionando los codos en la


mesa y observándome a los ojos.

—Bueno, sus padres son amigos de los míos. —comenzó diciendo,


chasqueando la lengua. —Sin embargo cuando nos fuimos a
California perdimos el contacto durante todo ese tiempo, pero ahora
hemos vuelto a encontrarnos. El lugar aquí es muy especial, sobre
todo para mis padres.

Alcé mis cejas ante lo ultimo que había hecho.

—¿Puedo preguntar por qué?

Taehyung soltó una sonrisa, desviando la mirada hacia la ventana


para observar los edificios.

—Mis padres se comprometieron aquí. —soltó en un suspiro,


volviendo a juntar sus ojos con los míos.

Parpadeé más de lo normal, mirando al Alfa y analizando la


información.

Sus padres se habían comprometido aquí, y el había estado más


que decidido en traerme aquí para una cita.

Metí las manos entre mis muslos, sintiéndome algo cohibido.

—Me has traído a donde se comprometieron—saboreé sus


palabras. —¿N-no crees...? ¿No crees que es demasiado o...?
Taehyung se apresuró en negar con la cabeza.

Había entendido a la perfección mi pregunta a pesar de que ni


siquiera había terminado de formularla.

Estiró su mano sobre la superficie de la mesa, extendiendo sus


dedos. No tardé mucho en acatar su petición y tomar su mano,
observándole.

El Alfa acarició con su dedo pulgar la suavidad de mi piel, mientras


me observaba con los ojos chispeantes.

Era intimidante y a la vez, coqueto e intenso. Era una combinación


que me cortaba la respiración con facilidad.

—No te preocupes. —dió un ligero apretón. —De verdad quería


traerte aquí. Este será un lugar especial para nosotros también.

Me mordí el labio fuerza pensando tal vez demasiado en sus


palabras.

¿A que se refería exactamente?

Mi corazón comenzó a latir de una manera muy acelerada, mientras


Taehyung no me despegaba la mirada de encima.

—Heesuk probablemente pensó que te iba a pedir matrimonio, ya


que fue exactamente en este lugar y en este piso donde pasó.

Que el Alfa dijera una oración donde la palabra "matrimonio" y que


se refiriera a "nosotros" junta, me dejó con un sabor dulce en la
boca.

—¿A-a si? —fue lo único que pude formular en medio de un


balbuceo.

Taehyung sonrió mostrando sus bonitos dientes.


—Tranquilo. —volvió a apretar mi mano con lentitud, mirándome con
más intensidad que antes. Segundos después, despegó su mano de
la mía. —¿Pedimos algo?

Asentí rápidamente, tomando el menú entre mis manos.

🌙🌙🌙
Kim Taehyung POV's

Etéreo.

Jeon Jungkook era etéreo.

Había ciertas definiciones para esta palabra. Algunas decían que


era algo "sutil, sublime, delicado" o "algo fuera de este mundo."

Sin embargo, para mi "sublime" y "fuera de este mundo" era lo más


acertado para describir al dulce Omega.

La belleza exterior que contrastaba la belleza inferior de Jeon


Jungkook lo hacían malditamente perfecto en todos los aspectos.

Jamás me cansaría de decirlo.

Jungkook me encantaba.

—¿Te gusta? —le eché un leve vistazo al Omega, que masticaba


degustando de bibimbap.

Asintió lentamente con la cabeza, sonriendo como un niño pequeño.

—Si, está muy rico. —arrugó la nariz x —Gracias, Tete.

Aaaaaaaaaah, santa luna.

Podría acostumbrarme a esto.

—De nada, Kookie. —sonreí observándolo antes de echarme un


bocado de comida a la boca.
No sabía si estaba siendo mi imaginación, o si de verdad era cierto
que el olor del Omega era mucho más fuerte y exquisito que antes.

Podía oler sus feromonas que olían a felicidad pura, no obstante,


había algo mas.

Algo más que nunca había olido en el.

—¿Tae? —su voz me hizo volver mi mirada hacia el, donde me


observaba nerviosamente y con un ligero rubor en las mejillas.

—¿Si?

Jungkook vaciló, ladeando la cabeza y pasando la lengua por su


mejilla interna. Pegó su espalda contra el respaldo de la silla y
conectó miradas conmigo durante unos segundos.

—Uhm, ¿de que...? —carraspeó su garganta. —¿de que hablaste


con mamá?

Decir que no me puso nervioso su pregunta sería mentir.

¿Que debería de decir? ¿De que me dio la bendición para que


estemos juntos? ¿O que me dijo que habláramos sobre su celo?

Estaba sintiéndome muy nervioso.

Debería de dejar pasar un tiempo para ese tema del celo.

O no lo sé.

—No te preocupes por eso. —intenté lucir relajado, por lo que me


encogí de hombros.

Jungkook pareció inquieto.

—¿Entonces no me vas a decir? —se encogió de hombros, alzando


sus cejas al mismo tiempo.
Torcí los labios y giré mis ojos como si estuviese pensando mi
respuesta.

—Lo más probable es que no. —tuve que esconder una sonrisa de
suficiencia.

El Omega frunció el ceño, y me encantó en la forma en que sus


bonitos labios se formaron en un puchero.

—¿Por que no?

Sonreí, revolviendo la comida con los palillos.

—Te lo diré, pero aún no.

Escuché como soltó un ruidoso suspiro.

Era tan tierno.

—Te odio. —le escuché decir, sacándome una sonrisa de oreja a


oreja.

El Omega tenía el ceño fruncido, con sus mejillas y nariz de un color


carmesí. Estaba inclinado hacia la mesa, su camisa deslizándose
por su suave piel —podía apostarlo—, dejando ver sus clavículas.

Tragué saliva, desviando la mirada.

—No lo creo.

Jungkook soltó una risa.

🌙🌙🌙
Jungkook POV's

Mi corazón latía con una fuerza y una velocidad inhumana. El


panorama, y la compañía de Taehyung a mi lado era todo lo que
estaba bien en este mundo.
Habíamos salido del restaurante hace tan solo cinco minutos y justo
ahora; nos encontrábamos sin rumbo —o algo menos eso era lo que
yo pensaba—. El Alfa manejaba el auto con una pequeña sonrisa en
los labios, mientras el aire fresco de la noche nos movía el cabello
con tranquilidad.

Taehyung fue bastante discreto en deslizar con lentitud su mano


hacia la mía, justamente en mi muslo. Me atreví a besar el dorso de
esta, haciendo que el Alfa soltara una sonrisa ronca.

Me emocioné mucho cuando cierta canción comenzó a sonar en la


radio.

Era una canción romántica, y a la vez era triste; sin embargo, era
preciosa.

Era de mis favoritas.

Lo que estaba apunto de hacer hacía que se me revolvieran las


entrañas, y que un hormigueo se me instalara en el cuerpo; pero
quería hacerlo.

El momento me parecía perfecto.

Fue por eso que, con mi mano libre acerqué mis dedos hacia el
pequeño estéreo del auto y subí el volumen de la canción.

Taehyung me echó un vistazo para luego acercarse a mi en un


movimiento rápido y darme un beso fugaz.

Sonreí, haciendo que mis nervios se calmaran.

Solté un suspiro profundo y aclaré mi garganta.

"La forma de amarme no es difícil


Solo abrázame fuerte como ahora"

Pude observar como la expresión de Taehyung se suavizó


demasiado, y no pudo evitar voltear a verme como cantaba con
suavidad.

Tomé su rostro —aún cantando—para que viera el frente, y no


desviara la mirada del camino.

"No sabemos lo que nos sucederá más tarde


Pero me gusta que no haya nada decidido
¿A quien le importa lo que digan los demás?"

Apreté su mano cuando le observé sonreír con ganas.

"No podemos vivir el uno sin el otro, ¿cual es el problema


entonces?
Podemos estar más enamorados juntos"

Una sensación a un choque eléctrico me recorría de pies a cabeza,


poniéndome la piel de gallina, y con un cosquilleo inexplicable en mi
estómago.

De verdad estaba cantando para Taehyung.

Íbamos pasando por el Río Han, dándole puntos extras a este


momento. Las luces que reflejaban el agua de colores daban una
atmósfera única al escenario.

Era perfecto.

"Si empieza a gustarte alguien más


Si me acostumbro a no estar contigo
Cuando llegue ese momento, cuando sea ese momento
Solo entonces podemos romper"

Taehyung volvió a girar su cabeza hacia mi, observándome con los


ojos completamente de un color amarillo vibrante.

Había cantado solo un fragmento de la canción, pero estaba más


que seguro que Tae estaba satisfecho de al fin escucharme cantar
por primera vez.
—Te quiero besar y no puedo. —sonó frustrado, apretando el
volante con su mano libre.

Una ola de calor abrazó mi cuerpo.

Sabía que ese "te quiero besar" significaba mucho más.

Sonreí, haciendo una seña hacia el camino, ya que se encontraba


observándome.

—Ojos al frente, Tete. —dije en una orden, haciendo que el Alfa


asintiera con la cabeza y con un puchero en sus labios.

Pasaron unos segundos, donde aceleró el auto más de lo pensado.

Parpadeé observándolo.

Fueron hasta unos minutos después donde manejó decidido hasta


que estacionó el auto en frente de una plaza/parque que en su
mayoría estaba muy solitario.

Taehyung apagó el auto, y no tuve el tiempo necesario de decir


nada cuando se quitó el cinturón de seguridad y se inclinó hacia mi
para colapsar nuestros labios.

Su mano encontró mi cabello, enroscando las hebras entre sus


largos dedos, y masajeando un poco.

—Te quiero. —dijo contra mi boca, besándome con lentitud y


parsimonia. —Cantas precioso.

Me sentí derretir ante sus dulces palabras.

Con mis dos manos le tomé del rostro, para seguir el beso con
entusiasmo.

El beso era delicado, y en todos los sentidos posibles: romántico.

Era malditamente romántico.


—Yo también te quiero. —se me dificultó decirlo un poco, ya que el
Alfa no parecía querer separarse de mi.

Me dió muchos pequeños besitos rápidos, haciendo que sonriera


contra mis labios para después romper el beso con un chasquido.

Ambos abrimos los ojos, encontrándonos el uno con el otro,


luciendo relajados y felices.

Me encantaba la serenidad que sentía cuando el estaba cerca.

Acarició con gentileza mi rostro, observándome de una manera en la


que jamás nadie me había visto.

Eran de esas miradas que te cortaban la respiración.

—Espera. —Tae alzó su dedo índice, separándose por completo de


mi. —Salgamos a caminar.

Abrió la puerta del auto, y una vez fuera, la cerró, caminó hacia la
mía para abrirla y extender su mano.

Después de eso, comenzamos a caminar por el bonito parque en


silencio. Con nuestras manos entrelazadas, con el corazón latiente a
mil y nuestros lobos aullando de felicidad.

—No hay nadie aquí. —Taehyung murmuró, observando hacia los


lados.

—A lo mejor es tarde. —me encogí de hombros.

El Alfa parpadeó durante unos segundos, pensando en mis


palabras. Con su mano libre buscó en el bolsillo de su saco, y buscó
su celular.

—Son las once con cuarenta y cinco minutos. —torció los labios.

Faltaban quince minutos para el cumpleaños de Yugyeom, por


cierto.
—¿Te preocupa, Tete? —me posicioné frente suyo.

Se apresuró en negar con la cabeza, guardando su celular donde


anteriormente estaba. Con su otra mano, tomó la mía,
observándome a los ojos.

—Solo un poco. —ladeó la cabeza, luciendo adorable. —No quiero


que tu mamá piense que soy irresponsable y que te llevaré de vuelta
en la madrugada.

Solté una risa.

—No creo que piense que eres irresponsable. —intenté calmar ese
pensamiento suyo. —Le caes bien.

De repente una sonrisa socarrona apareció en sus labios.

—Me ha confiado contigo por completo. —confesó, alzando sus


cejas.

Me quedé con los ojos clavados sobre los suyos cuando escuché
aquellas palabras.

¿Mamá en serio había dicho eso?

—¿Que más dijo? —le miré un tanto anonadado.

Taehyung chasqueó la lengua.

—Muchas cosas.

Rodeé los ojos, haciéndome el molesto. Intenté soltar sus manos de


las suyas, pero obviamente no me lo permitió.

—Eh, no te enojes. —dijo en un tono gracioso.

Le miré con una expresión de desagrado.


—¿Como no me voy a enojar? —alcé una ceja con una mirada
acusatoria. —Jamás me cuentas nada.

¿Es que acaso el ocultaba algo? ¿O yo era muy paranoico?

Taehyung soltó una risa que me sorprendió.

Se estaba riendo de mi.

—Eres adorable. —dijo entre risas, acercándose a mi. En cuanto vi


su intención de darme un beso volteé la cara haciendo que el Alfa
hiciera un sonido de sorpresa. —¿No me vas a dar un beso?

Negué con la cabeza.

—No. No lo mereces.

Taehyung tuvo que morderse el labio inferior para no volver a soltar


una risa.

—Kookie, no seas así. —dijo haciendo un puchero.

Taehyung era un Alfa que solía convertirse en un bebé-cachorro.

—Abstinencia de besos por mentiroso. —me atreví a decir, alzando


mis cejas. —A menos que me digas de que hablaste con mamá.

El Alfa vaciló, torciendo los labios.

—¿No crees que abstinencia de besos es mucho?

—Mmm, no. —me encogí de hombros. —Es lo justo.

Me sorprendía mi manera de actuar relajado como si yo estuviera


bien con una abstinencia de besos.

Claro que no estaba bien. No soportaría una maldita abstinencia de


besos.
Taehyung no pareció muy convencido, por lo que se animó a
acercarse a mi nuevamente para besarme, pero más fui más rápido
en esquivarlo.

—¡Kookie!

—Taehyung.

El Alfa gruñó ante escuchar su nombre. Ya sabía que no le gustaba


que lo llamara así.

Solté una risa burlona.

—Mira, si me cuentas de que hablaste con mamá te doy los besos


que quieras. —por inercia, le guiñé un ojo.

Taehyung sonrió mostrando su hermosa sonrisa cuadrada.

—¿Y donde yo quiera? —susurró.

Estaba seguro que si no me estuviese sosteniendo de las manos, ya


me hubiese caído de culo.

La sangre se acumuló en mi rostro, sintiendo un hormigueo de calor.

Mi lobo sumiso contestó por mi: —Si. Donde tú quieras.

El Alfa se mordió el labio, y asintió con la cabeza con una mirada


hambrienta.

—Trato hecho. —esta vez se acercó para besarme en la mejilla. —


Hay que sentarnos.

Apuntó a una pequeña banca para caminar hacia ella y sentarnos,


de frente a frente para observarnos.

No sabía si mi corazón estaba muy acelerado porque estaba


nervioso por lo que me diría lo que mamá le había dicho o porque
acababa de haber un maldito trato con Taehyung sobre besarme
donde el quisiera.

Santísima luna.

—Bueno, ella... —balbuceó con nerviosismo, sin embargo su


expresión cambió rápidamente. —¡Espera! También pondré otra
condición.

Arrugué el entrecejo.

—¿Condición?

Asintió con la cabeza.

—No solo será lo de los besos. Por favor, cántame siempre. —me
tomó de la mano. —¿si?

Rodé los ojos, sin embargo una sonrisa estaba plasmada en mis
labios.

Era más seguro de mi mismo en cuanto al canto. Le cantaría lo que


el quisiera.

—Está bien, Tete.

Lució muy satisfecho, por lo que asintió con la cabeza.

Pasaron unos segundos donde se quedó muy pensativo,


probablemente analizando las palabras que diría.

—Bueno, tu mamá...ella dijo que te cuidara mucho y que te hiciera


muy feliz. —una sonrisita se asomó en sus labios. —Dijo que le
agradaba, que fuera cuidadoso y que no te defraudara ni a ti, ni a
ella.

Mamá siempre encontraba las palabras adecuadas.

Me sentí tranquilo.
—¿Y que le dijiste? —le observé con curiosidad.

Taehyung sonrió, echando la cabeza hacia atrás.

—Le dije que no los defraudaría, Kookie.

Me fue inevitable no sonreír de oreja a oreja.

El Alfa se acercó para dejar un dos besos pequeños sobre mis


labios.

—¿Te digo algo? —acarició mi pómulo con su dedo pulgar,


observándome a los ojos.

Esa pregunta siempre lograba ponerme nervioso de un segundo a


otro.

Asentí con la cabeza.

—Te tengo un regalo. —susurró como si fuese un secreto.

Parpadeé observándolo.

—¿Un regalo? —me fue inevitable no hacer un puchero. —Con la


cena ha sido suficiente, Tete.

Sonrió, mirándome con ternura. Dejó otro beso en la comisura de


mis labios, dejándome con las ganas de otro.

Solté un suspiro.

—No es suficiente para mi. —buscó algo en su bolsillo, pero antes


de sacarlo, alzó sus cejas. —Cierra los ojos, por favor.

—Teteeee.

—Ciérralos.

Solté un bufido antes de acatar su orden.


Nos quedamos en unos segundos de silencio, donde mis ansias y
emociones incrementaban cada vez más.

Taehyung me tomó de mi mano derecha y abrí los ojos de golpe


cuando sentí como deslizó un material frío por mi dedo medio.

Era un anillo.

La respiración y las palabras se me quedaron atrapadas en la


garganta cuando observé el precioso anillo dorado descansar en mi
dedo.

Alcé mi vista anonadada hacia el Alfa, y este, solo sonreía con un


ligero rubor en sus mejillas.

Mi corazón estaba malditamente acelerado y mi respiración era


errática.

—T-tae...

Taehyung tenía nuevamente sus ojos chispeantes de amarillo, y su


fuerte aroma a rosas rojas estaba envolviendo cada poro de mi
cuerpo.

—Me gustas demasiado, Kookie. —me dijo en un tono gutural, con


sus intensos ojos clavados sobre los míos. —Quiero que lo
recuerdes cada vez que veas este anillo.

Mi lobo aulló, y todo, absolutamente todo a mi al rededor me pareció


ajeno a este preciso momento.

Si pudiera parar el tiempo lo haría precisamente en este momento, o


si al menos pudiera grabar este momento y tener el más mínimo
detalle desde lo más recóndito de mi mente para recordar este
momento a lo largo de los años, lo haría.

Lo haría sin dudar.


La Madre Luna me había mandado a un precioso Alfa, y jamás, creo
que jamás había sido tan feliz.

Un nudo se instaló en mi garganta.

Era un anillo. No era cualquier cosa y tampoco podía tomármelo a la


ligera.

—A mi también me gustas mucho, Tete. —esta vez no pude esperar


demasiado para juntarme a su cuerpo para abrazarnos con fuerzas.

Pude sentir como su corazón latía igual de acelerado con el mío, lo


cual me sacó una sonrisa.

El de verdad sentía lo que yo sentía por el.

Todo esto era real.

El Alfa acarició mi cabello, con su caliente aliento golpeando mi


oreja.

—Se supone que iba a llevarte a un lugar más especial que este
simple parque, pero no quería esperar más. —murmuró en un tono
de voz muy bajo.

Me despegué de el para tomarlo del rostro.

—Cualquier lugar es especial si estás tú, Tete.

Eso había sonado más meloso de lo que había esperado.

El Alfa estaba sonriendo, y se acercó hacia mi para dejar un


pequeño besito sobre mis labios.

—Kookie, te quiero. —apretujó mis mejillas, observándome con


ternura. —Quisiera que fueras mío y de nadie más.

Mi parte sumisa me hizo morderme el labio y asentir con la cabeza,


sin dejar pasar un maldito segundo más.
—Lo soy, Tete.

***
Ejem, HOLI
Espero que les haya gustado <3333, GRACIAS POR LEER

GRACIAS POR ESPERAR LAS ACTUALIZACIONES Y PERDÓN


SI HAY ERRORES;((((

GRACIAS POR LOS 41.1k de leídas, WTFFF, me hacen súper


feliz, gracias por leermeee💜💜💜💜.

No tengo mucho que decir, pero:

LOS TKM MUCHO<333, I PURPLE YOUU


49. "Desprevenido"
Taehyung POV's

Tomé un sorbo de mi malteada de chocolate y sonreí a la pantalla


de mi celular.

"Te extraño"

No pasaron ni diez segundos cuando el dulce Omega estaba


escribiendo su respuesta.

"yo también te extraño, Tete."

"Han pasado tres días y ya no soporrrrrto más;("

"Esperemos unos días más, si?"

Alcé mis cejas ante su mensaje.

"Tenemos planes?;)"

"Je je, si
Te quería invitar a una mini fiesta de la esposa de papá.
Tendrás la oportunidad de conocerlo"

Tragué saliva nerviosamente, y me rasqué la nuca con la mano libre


que no sostenía mi celular.

Conocer a Misuk fue difícil, no quería imaginar como era su padre.

—Tierra llamado a Taehyung. —la voz de Jin me sacó de mi trance.

Se había sentado en la misma mesa que yo y ni siquiera lo había


notado.
Justamente nos encontrábamos en la hora de descanso, y cuando
se acabaron las clases lo primero que hice fue venir casi trotando
hacia la cafetería para comprar algo de comer.

—¿Qué pasó? —carraspeé mi garganta al mismo tiempo que dejé


mi celular sobre la superficie de la mesa.

Mi amigo rodó los ojos.

—Si, gracias, yo estoy bien. Me está yendo excelente en mis clases.


—dramatizó, haciendo que soltara un bufido.

—De nada.

Ambos soltamos una risa. Jin alzó las cejas.

—¿Que tal? ¿Cómo estás ahora que sales oficialmente con


Jungkook?

La noticia había causado no solo furor entre mis amigos, sino


también en mi familia. Mamá y papá hicieron un escándalo; y ni
siquiera hablar de Jennie que chillaba con chinchilla de la emoción.

Por el otro lado, Mina sonreía y me alzaba los pulgares de una


manera alentadora.

Mamá le habló los abuelos por teléfono en ese mismo rato, y les
contó la noticia y estos hicieron comentarios y preguntas
desenfrenadas y me dieron las felicitaciones entre gritos.

Sus actitudes tan positivas me hacían aún más feliz.

Jeon Jungkook era mi Omega. Era mío.

—¿Como que como voy a estar, hyung? —alcé mis cejas, una
sonrisa escapándose de mis labios. —Estoy muy feliz.

Jin me dió un ligero golpe en el hombro de mera emoción.


—Ah, me da mucho gusto. —soltó un suspiro se me llamó la
atención. —Los primeros días son los más fáciles.

Arrugué el entrecejo.

—¿Los primeros días? ¿A que te refieres?

Jin lograba ponerme paranoico por el simple hecho de que era el


más mayor, y porque seguramente era el que tenía más experiencia.

Chasqueó la lengua, ladeando la cabeza como si estuviese


recordando algo.

—No lo sé, solo digo. —se encogió de hombros. —Sueles ponerte


más territorial que antes, y... más necesitado.

Parpadeé varias veces.

—¿Eh?

Jin soltó un suspiro profundo.

—Necesitado en todos los ámbitos, Taehyung. —hizo una mueca. —


De repente te conviertes en un cachorro que quiere ser mimado por
su Omega a pesar de ser Alfa.

—¿Por que me estás diciendo esto? —me rasqué la nuca


nuevamente.

Se había convertido en un TIC.

—Te lo estoy diciendo porque se que nunca has tenido un noviazgo.

—¿Me estás diciendo novato? —me atreví a preguntar con una ceja
alzada.

Mi amigo alzó las palmas de sus manos a la altura de su pecho.

—Eh, tu lo dijiste. No yo.


¿Novato, yo? Pff.

Mi celular anunció un mensaje de Jungkook, por lo que decidí


desbloquear la pantalla y entrar a su chat —todo esto bajo la mirada
atenta de Jin—.

"Te asusté, Tete?"

Tecleé rápidamente.

"Claro que no!!!! Me encantaría ir y conocer a tu papá"

Solté un suspiro nervioso.

"Está bien:))) luego nos ponemos de acuerdo, si?


Mi descanso acabó, volveré a clase de canto
Hablamos al rato, Tete<3"

"Muy bien, cuídate, bebé


Te quiero"

"Yo tambien te quiero


Ugh, q cursis!!

Solté una sonrisa. Bloqueé la pantalla del celular y lo guardé en el


bolsillo de mi pantalón.

Observé a mi amigo —que aún seguía sentado en frente mío—


soltando risas mientras leía algo en su celular.

Arrugué la nariz. ¿Debería de pedirle un consejo?

—Jin hyung... —interrumpí sus risas, haciendo que este me


observara con una ceja alzada. —Hablemos de conocer a tu suegro.
¿Como fue conocer al padre de Namjoon?

El mayor hizo una mueca, enderezándose en su lugar al darse


cuenta de la gravedad de la plática.
—Fue...fue un poco complicado. —arrugó su nariz. —Sobre todo
porque Joonie es su único hijo, y obviamente era sobreprotector.

Asentí, escuchando sus palabras con suma atención.

—¿Y entonces? —le incité a que siguiera hablando después de que


hiciera una pausa.

—Bueno, fue un proceso de meses ganarme su confianza. —infló


sus mejillas como una ardilla, pero terminó por sonreír. —pero ahora
todo es mejor. El viejo me quiere.

Torcí los labios.

—¿Que tan difícil fue el proceso?

Jin soltó una risa, comprendiendo la situación y mi preocupación.

—¿Jungkook te quiere presentar a su padre? —alzó las cejas.

Asentí con la cabeza.

—Si, y es obvio que estoy nervioso. —admití, soltando un suspiro.


—Quiero que todo salga bien.

—No te preocupes, todos pasamos por eso. Solo se tú. —el mayor
se encogió de hombros como si no fuese nada. —Ah, por cierto,
¿que harán Jungkook y tu la semana que viene?

Entrecerré los ojos.

—Por ahora, no tenemos planes.

Jin sonrió, satisfecho para después inclinarse hacia la mesa y


mirarme con complicidad.

—La semana que viene es cumpleaños de Joonie, y pues quiero


hacerle una fiesta sorpresa. —sonrió como enamorado. —¿Me
ayudas?
Asentí con la cabeza.

—Claro que si. —alcé mi pulgar. —¿Que necesitas y para cuando


exactamente?

Mi amigo torció los labios.

—Bueno, Jungkook y tu me pueden ayudar con las compras. —


estaba susurrando y no sabía porqué. —Te pasaré la lista por
mensaje y me callaré ya porque ahí viene Namjoon.

Ambos nos echamos hacia atrás sobre nuestros asientos, optando


posturas relajadas y cero sospechosas.

—Hola, Taehyungie. Hola, Jinnie. —el Omega le dejó un beso en los


labios a su novio, sentándose su lado. —¿De que hablaban?

Jin y yo compartimos una mirada rápida.

—Tae me estaba platicando que iba a conocer al papá de Jungkook.

Namjoon me observó con los ojos bien abiertos del entusiasmo.

—¡Cuéntame todo, anda!

🌙🌙🌙

—¿Vasos de qué color? —Jungkook frunció el ceño. —Jin hyung no


especifica.

Solté una risa y negué con la cabeza.

—No creo que importe el color, Kookie. —me encogí de hombros,


tomando el paquete de vasos desechables que tenía entre sus
manos. —Simplemente vasos.

El Omega soltó un bufido y no dijo nada más. Tomó el carrito de


compra para volver a caminar a lo largo del pasillo del
supermercado.
—¿Que más hay en la lista? —me observó por encima del hombro
con ojitos brillantes.

Podía ver fácilmente que hacer las compras para Jungkook era algo
divertido.

Saqué la hoja de papel de mis pantalones de vestir y leí.

—Decoración. Globos, serpentinas, confetti, sombreros y corbatas


desechables. Pulseras neón y lentes de plástico.

El Omega abrió los ojos bien sorprendido. Me quitó la lista de las


manos con delicadeza y alzó sus cejas.

—¿En serio? —habló entre pucheros. —Es demasiado. ¿Que será?


¿La fiesta del año?

Solté una risa y asentí con la cabeza.

—Probablemente. Jin siempre tiene altas expectativas cuando se


trata de Namjoon. —le expliqué con una pequeña sonrisa. —Se
encargará que sea una gran fiesta.

Jungkook me devolvió la hoja de papel.

—Suena divertido. —soltó con cierto entusiasmo.

Le guiñé un ojo y me incline hacia el para dejar un suave beso en su


mejilla derecha.

—Lo será. Pediré permiso a Misuk para que asistas sin problemas.

El Omega soltó una risa burlona, por lo que le observé con


confusión.

—¿Ah, si? ¿Seguro? —soltó el manojo del carrito para cruzarse de


hombros.

—Claro que si. —enarqué una ceja. —¿Por que no?


No creo que fuese imposible.

Comenzamos a caminar nuevamente entre los pasillos, mientras


que Jungkook pasaba la lengua dentro de su mejilla interna.

—¿Exactamente que le vas a decir a mamá?

Alcé mis labios como pato mientras pensaba.

—¿Debo de decir algo en específico? —me rasqué la nuca.

Mi Omega soltó una risa, observándome con cierta ternura


impregnada en su semblante.

—Olvidémoslo por ahora. Busquemos las cosas de la lista, ¿si?

Asentí con la cabeza sin tener ganas de objetar al respecto.


Pasamos unos minutos dando vueltas sobre el lugar, buscando la
sección de fiestas. Echamos muchos paquetes de serpentinas,
confetti y todo lo necesario en decoraciones.

—¿Que piensas de estos lentes de corazón? —me giré hacia


Jungkook.

El Omega se giró suavemente hacia mi y soltó una risa burlona.

—Te ves muy guapo, Tete.

Me atreví a guiñarle un ojo, que me fue correspondido por un leve


rubor del cachorro. Jungkook giró sobre sus talones y se puso de
puntillas para intentar alcanzar una ridícula peluca de payaso,
estirando su bracito mientras soltaba jadeos de esfuerzo.

Iba a acercarme a ayudarlo, sin embargo mi Alfa mostró los


colmillos. Por inercia, volteé mi cabeza hacia la derecha para
encontrarme con la horrorosa mirada de un viejo Alfa.

Sus ojos viajaban de arriba abajo comiendose con la mirada toda la


extensión del cuerpo de mi novio.
Apreté los dientes.

Con rapidez me posicioné detrás de Jungkook intentando ocultar su


anatomía, pegando mi pecho a su espalda y poniendo mis manos
sobre su pequeña cintura; sin despegar mi vista del viejo.

—¿Tete? —la voz de Kookie sonó impresionada.

Los celos y la molestia de que el Alfa mirón estuviera sonriendo con


suficiencia no me dejaba pensar con tranquilidad.

Estaba que soltaba humo por la nariz y las orejas.

¿Como se le ocurría a cualquiera observar de esa forma a Kookie?


No podían.

Aprisioné mi cuerpo sobre el suyo y solté un gruñido contra su oído.

—Mío. Solo mío.

Odiaba, de verdad odiaba que lo miraran con lujuria, como si fuese


un manjar. Y es que técnicamente yo en veces lo observaba de una
manera parecida; sin embargo, sabía que había una gran diferencia
entre otros Alfas y yo.

Jungkook me quería y yo lo quería a el.

Jungkook tocó con delicadeza mi mano que se encontraba en mi


cintura.

—Si. Tuyo. —su voz sonó muy relajante y melosa. —No te


preocupes.

Aquello me sirvió como un calmante, no obstante no pude evitar


volver a conectar mi mirada con la del viejo y gruñir con fuerza.

El Alfa alzó sus cejas con una cínica sonrisa y desapareció de mi


vista caminando con una pose muy relajada.
El corazón me latía con una fuerza desmedida que hacia contraste
con mi respiración entrecortada. Estaba muy seguro que incluso se
habían tornado de un amarillo brillante y mis colmillos habían salido.

Mi Alfa estaba más que listo para echarse encima de cualquiera.

—¿Estas bien, Tete? —Jungkook preguntó en un suave susurro.

Cerré los ojos ante la cercanía y ante la belleza de tener la fuente de


su aroma justamente debajo de mis narices.

Me tomé unos segundos para dejar que mi Alfa se lograra calmar un


poco; y una vez que me sentí listo, dejé un coqueto beso justamente
donde debía de ir la marca.

Mi marca.

Jungkook soltó un jadeo que lo obligó a desviar su mirada de la mía.

—Estoy mejor, bebé. —lo tomé de las caderas para girar su cuerpo
sobre mi.

El Omega tenía un fuerte sonrojo sobre su rostro y sobre su cuello.


Tenía su labio inferior aprisionado entre sus dientes de conejo
mientras que respiraba un tanto acelerado.

—¿Te incomodé? —abrí los ojos, asustado ante la idea. —Lo siento.
Lo siento, yo no quería...pero es que-

Jungkook negó con la cabeza rápidamente.

—No, no. No me incomodaste. —me logró tranquilizar con aquellas


palabras, por lo que solté un suspiro aliviado. —S-solo...solo me
tomaste desprevenido.

***

Capítulo cortito pero bonito<3. POR CIERTOOOOO, PÓNGANSE


LOS CINTURONES Q SE NOS VIENE MUCHOOOO CONTENIDO
TAEKOOOOKKKK

AJÚSTENSE LAS PELUCAS


PLIS VOTEN, SUS VOTOS ME HACEN MUUUUY FELIZ

gracias por leer corazones<333, la historia está creciendo


mucho y puede resultar abrumador pero a la vez muy
emocionante, GRACIAS POR TODO NENES Y NENAS🥰🥰.

⚠ Una pregunta fuera del tema, alguien de aquí conoce


WebNovel?⚠

Gracias por los 46.4 leídas, gracias mucho por todo el apoyo
❤.

LOS TKM MUCHO💜💜


50. "Escalera de corazones"
Jungkook POV's

—¿Para que mientes, papá? No es necesario que lo diga, pero lo


diré —me encogí de hombros con sutileza. —Todos sabemos que
Yugyeom y Jeongyeon eran feísimos de bebés.

Mis hermanos me observaron tajantes ante mi altanería mientras


que Suni y papá respondieron con risas.

—Eh, no seas malo. —la Omega de papá me observó de manera


divertida.

—Sigue diciendo que era feo pero te has olvidado del detalle de que
somos mellizos. —mi hermano rodó los ojos.

Alcé mi dedo índice y me comporté como si estuviese apunto de


decir un dato científico curioso.

—Mellizos, no gemelos.

—Los mellizos son cuando distintos óvulos son fecundados,


mientras tanto cuando son gemelos monocigoticos es... —mi
hermano fue interrumpido por Jeongyeon.

—Aaaaaburrido. —se encargó de exclamar con los brazos cruzados


y una mirada tediosa.

Todos —incluso Yugyeom—soltamos una risa.

—Veo que alguien está emocionado con su carrera de enfermería.


—papá miró con felicidad a mi hermano.

Este se encogió en su lugar en el sofá, optando una posición


avergonzada; para luego asentir con su cabeza.
Después de todo, había logrado convencer a mis hermanos de
asistir a la mini fiesta de Suni por su cumpleaños. Al principio
cuando llegamos al festejo fue algo incómodo; sin embargo la
Omega de papá era muy entusiasta y lograba relajar el tenso
ambiente.

Podía notar como a papá le hacía sentimiento e ilusión tenernos


cerca de nuevo compartiendo pláticas y riendo de cosas tontas.

Sonreí.

Me sentí muy feliz al notar como las cosas entre la relación padre-
hijo parecían mejorar poco a poco. Mamá no se había mostrado
molesta, incluso sonrió un poco cuando le pedimos permiso para
venir a Seúl.

Dijo que se tomaría el día para ella sola, y que no nos


preocupáramos mucho.

Todo parecía ir bien, y eso me hacía malditamente feliz.

Tomé mi celular entre mis manos y observé el mensaje de Tae por


encima de la barra de notificaciones.

"Estoy afuera, bebé"

Me fue inevitable no sonreír como un bobo ante el mensaje de Tae.


Me levanté del sillón, capturando las miradas de los presentes y
apunté hacia la puerta principal.

—Vengo en un segundo.

Caminé dando zancadas largas hacia la puerta hasta abrirla, sin


embargo no tuve el tiempo suficiente para observar al Alfa
detenidamente cuando me jaló del brazo, sacándome del interior de
la casa y cerrando la puerta a mis espaldas.

Taehyung tenía una leve expresión de terror en el rostro mientras


me pegaba a su cuerpo como si me fuese a escapar.
—¿Que pasa? —le tomé de la mejilla para observarle a los ojos.

Parecía muy inquieto.

—N-nada, es solo que estoy nervioso. —carraspeó su garganta y


arrugó su nariz levemente.

Sonreí un poco y procedí a tratar de tranquilizarlo.

Papá no era malo. Era algo intimidante en ciertas ocasiones; sin


embargo, era un hombre payaso. Tenía la misma actitud burlesca
que Yugyeom y en veces, el mal humor de Joengyeon, pero eso era
normal.

Estaba seguro de que a papá le iba a agradar Tae, y a a pesar de


sus errores como progenitor; era una buena persona. Todos nos
equivocábamos.

—No tienes porqué, en serio. —acaricié la piel de su mejilla con


delicadeza. —Le caerás bien, solo estará un poco a la defensiva
porque bueno...eres mi destinado.

El Alfa soltó un mini gruñido, desviando su mirada durante unos


segundos en donde lució muy pensativo ante la situación.

Bueno, al menos yo me llevé la suerte de que sus padres fuesen


menos intimidantes que los míos.

El Alfa pasó de tener una mirada preocupada a tener una muy


coqueta cuando conectó miradas conmigo unos segundos más
tarde; logrando descolocarme.

La dualidad de Kim Taehyung.

—No me has dado mi beso de saludo. —se acercó lo


suficientemente a mi para pegar nuestras narices a lo que pareció
un beso esquimal.

El gesto bastó para permitir acelerarme el pulso.


El aroma que desprendía su cuello era tan exquisito que me hacía
soltar unos suspiros bajos. Era embriagante.

Tomé su rostro para plantarle un ruidoso beso en sus labios donde


el Alfa soltó un jadeo de satisfacción. Me separé un poco de el, lo
cual no duró demasiado ya que eliminó nuestra poca lejanía para
estampar nuestros labios nuevamente; esta vez, en un beso
duradero.

Sus manos me tomaron de la cintura con una fuerza considerable,


clavando sus dedos sobre la piel debajo de mi camisa,
provocándome mariposas en el vientre y mil sensaciones.

Entreabrimos nuestras bocas sin llegar a tocar lenguas, solamente


besándonos con parsimonia y mucho gusto.

—¿Hay... muchas personas a-adentro...? —el Alfa preguntó contra


mi boca.

Era dificultoso articular palabras entre besos, no obstante no parecía


tener la mínima intención de querer separarse de mi.

Y yo tampoco de él.

Me encontraba soltando suspiros suaves contra su boca, gustoso


ante la sensación plena.

—Un p-poco. —la respiración se me estaba cortando y un remolino


de sensaciones me estaba recorriendo de pies a cabezas. —
p-...pero, casi todas las...las personas están en el pa..tio trasero.

La cordura se me estaba yendo cuando me sorprendí a mi mismo


mordiéndole el labio inferior al Alfa, provocándole un gruñido que me
pareció...caliente.

¿En que momento habíamos llegado a estas alturas?

Me separé de golpe de sus labios, mirándole —yo esta vez—


asustadizo.
El corazón me estaba latiendo con una fuerza desmedida, y mi lobo
interior pareció muy curioso, y a la vez muy emocionado.

Carraspeé mi garganta, pasando mi lengua sobre mis hinchados


labios. Me despegué de la puerta —ya que, sin darme cuenta, Tae
me había acorralado contra ella —, me incliné hacia adelante para
observar a sus espaldas y asegurarme de que no hubiese nadie
cerca que hubiera estado presente en nuestra emblemática escena
de besos.

No podía ni llegar a imaginar la vergüenza que iba a sentír que


algún vecino de papá y Suni nos hubiese visto y que nos hubiese
bautizado como el chisme del vecindario.

Sin embargo, la calle parecía desierta de personas —porque al


menos, de autos estaba infestada— y lo único movil en el lugar eran
los árboles meciéndose por el suave y fresco viento.

—No hay nadie, bebé. —la voz de Tae me hizo volver su mirada
hacia el segundos más tarde.

Tenía una debilidad cuando me llamaba de esa forma. Una debilidad


que me hacía temblar las piernas.

Sobre todo por su exquisita voz gruesa.

Tenía ya los ojos de amarillo chispeante, mientras que sus labios


estaban hinchados y muy rojos. Era obvio que el Alfa me hacía
perder la cordura con facilidad.

Y al menos, ninguno de los dos parecía querer contenerse ante el


otro ahora que era oficial nuestra relación.

🌙🌙🌙

¿Recuerdan cuando Tae estaba nervioso por conocer a papá? Eso


es historia.
Y solo fue hace una hora.

Papá resultó estar más calmado de lo que todos habíamos


esperado —por "todos" me refería a mis hermanos, a Tae y a mi—
por conocer a mi destinado. Bastó con una leve presentación de el
mismo para que el ambiente fuera muy ligero. Mi progenitor le hizo
un par de preguntas a Taehyung sobre su familia y sus aficiones,
que el Alfa no tardó en responder gustosamente. Después de eso,
Suni preguntó acerca de cómo nos habíamos conocido.

El Alfa y yo compartimos miradas en ese momento.

Incluso mis hermanos que no se sabían la historia con detalles


quedaron muy impresionado por cómo se habían dado los hechos
en ese momento. Fue un encuentro torpe, y abrumador; no
obstante, jamás lo cambiaría por nada.

Me fue inevitable no sonreír ante el recuerdo.

Después de esa platica, Suni se excusó diciendo que tenía que


atender a ciertos invitados, —aunque sabíamos que quería darnos
un poco de espacio—. Bueno, las cosas se descontrolaron cuando
por x razón (que no recuerdo), Yugyeom alardeó diciendo que era
bueno jugando Monopoly. Luego papá mencionó que el Monopoly
aburrido, que un verdadero juego era la baraja; y siendo más
preciso, el juego "conquián"

Taehyung se atrevió a decir que era bueno jugándolo y papá pareció


muy curioso ante el alardeo de mi destinado.

No pasaron ni cinco minutos cuando papá apareció con un juego de


cartas de baraja entre las manos.

Y aquí estábamos ahora.

—Esto apesta. —Yugyeom soltó con un mohín en su rostro.


Papá estaba apunto de terminar de comer sus uñas y comenzar a
masticar la carne de sus falanges.

—Ya perdiste, papá. Ríndete. —mi hermana dijo entre bufidos


mientras se pasaba las manos por el cabello.

Mientras tanto, la expresión de concentración que Taehyung portaba


en ese mismo instante lograba hacerme soltar suspiros.

Con sus bonitas manos y largos dedos sostenía cuatro cartas de la


baraja inglesa. Su ceño estaba ligeramente fruncido, sus cejas
gruesas estaban hacia abajo mientras que el Alfa mordía su lengua
sin despegar la vista de su juego. Su cuerpo estaba inclinado hacia
enfrente con las piernas abiertas y con cierta rigidez en el cuerpo
debido a la intensidad del jugo.

Jamás hubiese adivinado que le gustaba mucho jugar a las cartas, y


mucho menos que era un mente maestra para jugarlo.

Taehyung era una caja de sorpresas.

Soltamos un alarido de sorpresa cuando Taehyung bajó sus cartas


en una escalera real de corazones, completando su juego con
nueve cartas y una sonrisa de satisfacción en sus labios.

Papá tuvo que parpadear varias veces para asegurarse de lo que


estaba viendo era real. Todos estábamos muy impresionados que
desde que comenzaron a jugar, Taehyung había ganado solamente.

—Me tienes que estar jodiendo. —mi progenitor soltó con


cansancio, y observó con recelo a Tae. —¿Estas haciendo trampa?
¿Te estás sentando encima de las cartas? Levántate.

El acusado se levantó del sofá levemente, con una sonrisa


socarrona adornando sus labios.

—Solo soy buen jugador. —se encogió de hombros, fanfarrón.

Jeongyeon soltó un bufido.


Papá abrió su boca para probablemente decir que quería la
revancha —por décima tercera vez—sin embargo, Suni se aproximó
hacia nosotros con una sonrisa.

—Venga, voy a partir el pastel. —hizo una seña para que nos
levantáramos del sofá y la siguiéramos hacia el patio trasero, donde
se encontraban todos los invitados.

Sonreí como un tonto cuando Taehyung me tomó de la mano,


entrelazando nuestros dedos y mandando pequeños choques
eléctricos hacia mi cuerpo.

Si me hubiesen dicho hace un año que iba a conocer a mi destinado


y que iba a comenzar relación seria, me hubiese reído bastante. Era
en serio estaba saliendo con un Alfa muy guapo, que nos habíamos
presentando con nuestros respectivos padres y que todo estaba
yendo de maravilla.

Incluso, toda esta situación podía resultar un poco intimidante y


abrumadora; sin embargo, los sentimientos de felicidad pura eran
más fuertes que el miedo.

Taehyung me guiñó un ojo cuando se dió cuenta que no le


despegue la mirada sobre unos segundos.

Mientras caminábamos hacia el patio trasero, me tomé la valentía


de darle un pequeño besito al Alfa en su mejilla, obligándome a
ponerme de puntillas para alcanzarle.

Ambos giramos nuestras cabezas hacia atrás, donde escuchamos


un gruñido de desagrado; encontrándonos con mis hermanos y
papá, observándonos con poca confianza.

Ah, Alfas celosos.

Les sonreí con inocencia y volví mi mirada hacia Tae, donde este
tenía las orejas rojas de vergüenza.
El patio trasero de la casa era muy espacioso. El césped verde le
daba un toque muy llamativo al lugar, seguido de muchas flores y
pequeños arbolitos que parecían plantados profesionalmente.
Habían varias mesas con sombrillas elegantes en el lugar, mientras
que decoraciones doradas se encontraban esparcidas en todo el
escenario.

Mis hermanos, Tae y yo procedimos en sentarnos en una mesa libre


y observamos cómo Suni y papá se dirigieron a la mesa principal
donde reposaba un bonito pastel de chocolate.

Ambos observaron nerviosamente a los presentes y sonrieron.

—Primero que nada, muchas gracias a todos por asistir el día de


hoy. Estoy muy agradecida por cumplir un año más de vida, y por
tenerte a ti, Jichul —Suni observó a papá con ojos brillantes, para
después mirar su panza y sonreír. —y a cierta personita que
esperamos.

Qué tierno.

Escuché a Taehyung soltar un suspiro que no pude dejar pasar por


desapercibido. Se encontraba observando la escena con una
sonrisita en sus labios y con lo que pude deducir, cierta ilusión en
sus ojos.

Papá y Suni se dieron un pequeño beso, haciendo que todos


soltaran aludidos de ternura y felicidad.

—A pesar de que es el cumpleaños del amor de mi vida —aquellas


palabras me dolieron de cierta forma, pero tuve que sonreír. Papá
lucia muy feliz. —, también este día es especial porque queremos
dar la noticia de que...-

—¡Son mellizos! —Suni gritó con emoción, apuntando su barriga


provocando exclamaciones de sorpresa.

Joder.
Por mera telepatía de hermanos, observé a Jeongyeon y a Yugyeom
con los ojos bien extendidos de impresión.

Mi hermana incluso había bromeado al principio de la fiesta diciendo


que probablemente Suni podría tener mellizos por la gran panza que
tenía, sin embargo fue algo que tomamos como irrelevante.

Hasta yugueom mencionó que tener mellizos era 1 posibilidad en


90, pero lo más impresionante era que papá tuviese los genes
suficientemente fuertes para volver a tener otro par de varones en
mellizos.

Aún aturdidos, procedimos a aplaudir ante la noticia.

***
Jeje, holi un poquititititio de relleno bonito <3, espero que les
haya gustado, en serio;(

Gracias por leer, gracia por todo💜💜💜.

No tengo mucho que decir;( la vdd no tenía planeado actualizar


ahora, pero me dieron ganas de repente xd

LOS TKM, BAIS BBS


51. "Kookie molesto"
Taehyung POV's

—¿Estás enojado, Kookie? —observé nerviosamente al Omega.

Este me regresó la mirada con clara molestia, sin embargo negó con
la cabeza.

Kookie era de complexión muy pequeña y delgada, y a pesar de eso


lucia muy intimidante cuando no estaba sonriendo.

—¿Debería? —alzó sus cejas acusatoriamente. —¿Tu crees que


debería de estar enojado?

Jennie nos observó a ambos con una mueca.

—Bueno, yo me iré yendo al auto. —se rascó la ceja con


incomodidad. —Allá los espero, adiós.

La Beta desapareció rápidamente del pequeño set de fotografía que


había instalado yo mismo, dejándome a solas con Kookie.

Tragué saliva inquietamente, observando nuevamente al dulce


Omega.

Este tenía el ceño fruncido, claramente enojado; no obstante, me


parecía que lucia jodidamente precioso.

Concéntrate, Taehyung.

—Eres un idiota. —espetó, sorprendiéndome al instante.

¿En serio la había cagado tanto?

—Pero Kookie... —me intenté acercar a él, pero este retrocedió.


—¡Kookie, nada! —sus orejas estaban muy rojas. —Eres un idiota.

Mi pulso comenzó a acelerarse, y mis ojos se extendieron al notar la


gravedad de su enojo.

La cagué.

Solté un suspiro lastimero. No me gustaba para nada este


sentimiento de culpabilidad.

—Lo siento. —torcí los labios, desviando la mirada.

Jungkook soltó un gruñido.

—¿Como que lo sientes? —su voz tembló del cierto coraje que
estaba sintiendo. —Te apuesto a que ni sabes porque te estás
disculpando.

Santa luna.

Si, de verdad no sabía porque precisamente me estaba disculpando;


pero desde que vi su semblante molesto una vez que Wheein
desapareció por la puerta, me quedó muy claro que no estaba muy
feliz conmigo.

—Yo... —las palabras quedaron en mi garganta cuando el Omega


alzó su dedo índice al aire, cortando mi voz.

—La toqueteaste demasiado. —soltó con voz seca. —¿Que?


¿Acaso de gusta, huh?

Abrí los ojos con mucha sorpresa.

¿De verdad creía que me gustaba Wheein?

¿Pero que estaba diciendo? ¿Es que acaso no le había quedado


claro lo loco que estaba por el? ¿Lo mucho que me gustaba? A mi
no me importaba nadie más; y que estuviese comportándose así
me desconcertaba.
Entrecerré los ojos.

Aunque tenía mis sospechas por su comportamiento.

Probablemente este era uno de los síntomas que se presentaban


antes de su celo: Los cambios de humor, la inseguridad, el
sentimentalismo, etcétera.

Tenía que ser muy cuidadoso con mis palabras.

—¿Estas hablando en serio de Wheein?

Bueno, mi pregunta no había sido muy cuidadosa.

El Omega asintió con la cabeza rápidamente.

—¡Pues si! ¿De quien más voy a estar hablando? —posicionó sus
manos en las caderas.

Negué con la cabeza, haciendo una mueca mostrando lo ridícula


que me parecía su especulación.

—¡Claro que no me gusta! La pregunta es tonta, Kookie. —respondí


con obviedad y a la vez, intentado sonar suave. —¿Por que piensas
eso?

El Omega rodó los ojos.

—¿Y por que te reíste mucho con ella? ¿Por que la tocaste? ¿Que
fue eso? ¿Así eres con todos?

Santísima luna. Le toqué un brazo y un mechón de pelo.

Me tallé el rostro con frustración.

Wheein había sido la persona que había elegido para personificar


un pecado capital para mi proyecto de Retrato.
Mentiría si dijese que no me había plantado antes la idea de que
Jungkook fuese mi modelo.

Lo pensé bastante. Más que pensarlo, lo fantaseé. Me encantaría


tomarle mil fotografías, y tenerlas para mi; sin embargo, creo que la
belleza del dulce Omega era tan etérea que inclusive me hubiese
gustado presumirlo ante demás personas.

Aún así, pensé que la simple propuesta lo hubiese puesto muy


nervioso, y quizá, hasta incómodo. No quería correr el riesgo de
plantar ese tipo de sentimientos sobre el, así que me abstuve ante
mis deseos.

Así que tuve que crear un plan B.

Y el plan B había resurgido hacia tan solo la noche anterior en pura


desesperación; ya que el proyecto tenía que ser entregado en dos
semanas, y dado que mis expectativas eran altas y que yo era un
poco perfeccionista, tenía que hacer las cosas ya.

Tomaba muchísima dedicación, edición y ambición de mi parte. Y


eso era muy agotador. No podía esperar más.

Fue en ese momento que me tomé la valentía de llamar a la chica


tras haberle pedido su número a Namjoon, ya que eran amigos
cercanos.

Después, mil condiciones y sobornos después, recluté a Jennie


como la que maquillaría artísticamente a la modelo.

Wheein era una Beta de la universidad. Cursaba Artes —en toda su


extensión—, y habíamos cruzado palabras un par de veces.

Me pareció buena candidata, y a pesar de que me pareció un poco


incómodo cuando le platiqué sobre mi proyecto, terminó accediendo
amablemente.
En ese mismo rato, llamé a Jungkookie para preguntarle que si
quería estar presente en la prueba, y el gustosamente aceptó.

Y aquí estábamos.

Jamás hubiese pensado que me encontraría en esta situación con


Kookie por Wheein.

Solté un suspiro nervioso.

—Solo estaba ayudándole a posar. Quería que las fotografías


salieran bien, bebé. —formulé con delicadeza, caminando hacia el
con lentitud. —Ella no me importa.

Intenté tomar una de sus manos, pero la apartó como si le quemara


el tacto.

—Pues eso no parecía.

Mierda.

Si Jungkook normalmente era terco, ahora Jungkook pre-celo era un


terco con mucha más intensidad.

—A mi solamente me gustas tu. —hice un pequeño puchero.

El Omega me observó con desagrado lo cual me dió mucha risa,


provocándome una carcajada.

Uy, la estaba cagando el doble.

—¿De que te ríes? —el tacto de sus manos sobre mi pecho me hizo
observarlo. —¿Acaso te parezco gracioso? Más risa te dará cuando
me vaya.

Dicho eso, giró sobre sus talones y comenzó a caminar hacia la


puerta del local para salir; sin embargo no se lo permití cuando
obstruí su camino.
—No te vas. Vamos a hablar con tranquilidad, Kookie.

El Omega me clavó la mirada.

—¿Como vamos a hablar con tranquilidad si te estás riendo como


payaso? —volvió a posicionar sus manos sobre mi pecho,
intentando moverme. —Quítate, Taehyung.

Eso si que no.

—No soy Taehyung para ti.

Jungkook alzó sus cejas y me observó de una manera muy


burlesca.

—¡Ah si, lo olvidaba! Para mi eres tonto o idiota.

Bueno, al menos tenía una pizca de humor.

—Platiquemos, bebé. —volví a hacer un puchero.

Jungkook negó con la cabeza.

—No me llames bebé.

Uy, si estaba furioso.

Y a pesar de que lo estuviese, me encontraba un tanto divertido


ante la situación.

—¿Entonces te llamo precioso? ¿Hermoso? ¿Lindo? ¿Mi Omega?


—acerque mi rostro hacia el suyo, provocándolo con una sonrisa
plasmada en mis labios.

Jungkookie respiró ruidosamente.

—No.

—Si.
—Déjame irme. —intentó empujarme nuevamente, pero fue inútil.

Torcí los labios, mientras miré el techo del lugar fingiendo pensar mi
respuesta.

—Uhm...solo si me dejas llevarte. —propuse con una ceja alzada.

—No. Me iré en autobús. —recalcó con fuerza sus palabras.

—Buaj, claro que no te dejaré irte en autobús. —le miré con


obviedad.

El Omega resopló, claramente cansado de la situación.

—Bueno, si quieres me voy caminando. —intentó soltar con dureza,


pero para mí sonó de todo menos intimidante. —O me voy con otro
Alfa.

Una molestia se instaló en mi estómago cuando le escuché recitar


aquellas palabras.

Eso no me hizo nadita de gracia.

—Jungkook.

—Taehyung. —intentó imitar el mismo tono de voz que yo había


utilizado. —Ya no da risa, ¿eh?

Esta vez me animé a rodar los ojos.

—No sigamos peleando.

—Yo no estoy peleando. —sonrió inocentemente. —Y si me


permites, me tengo que ir a casa.

Hizo un ademán de querer salir nuevamente del lugar, pero no volví


a permitírselo; tomándolo de la mano y entrelazando nuestros
dedos.
Cada vez que eso pasaba era como si nuestros lobos se
sincronizaran.

Era un sentimiento muy reconfortante.

—Espera, ¿si? —le miré a los ojos con suavidad. —Tomaré mis
cosas.

El Omega terminó por asentir con la cabeza, un tanto vacilante.

Metí el equipo de fotografía en sus estuches con mucho cuidado,


todo bajo la mirada atenta de Kookie. Minutos más tarde y listo,
salimos del local abandonado tras haberle puesto seguro a la
puerta.

Años atrás, el local era un restaurante de la cadena a la que papá


trabajaba; no obstante, terminó siendo sustituido por otro más
grande a unas calles más lejanas de este, quedando solo y con mi
padre siendo el dueño de el.

Tuve la suerte de que me lo prestara.

Jennie se encontraba recargada sobre el capo de la puerta con


ambas de sus cejas alzadas y observándonos a ambos con los ojos
entrecerrados.

Nadie dijo nada.

Nos subimos al auto —Kookie dudando si debía sentarse en el


copiloto, pero lo hizo— y comencé a manejar tranquilamente.

—A Suwon entonces.

El Omega negó con la cabeza.

—A la parada de autobuses. —conectó miradas conmigo durante un


milisegundo. —por favor.
Hice una mueca. No quería empeorar la situación, por lo que asentí
con la cabeza.

Tras unos minutos de silencio de camino, Jennie se metió entre


nuestros asientos y estiró su brazo para prender la radio.

Mi hermana menor y yo comenzamos a cantar ridículamente,


mientras yo miraba al Omega para intentar aligerar su molestia.

Me parecía tierna la manera en la que intentaba ocultar su sonrisa


de mi y fallaba.

Era como un conejito.

Dos canciones y media después, estacioné el auto enfrente de la


parada de autobús más cercana a las afueras de Seúl.

—Entonces el sábado paso por ti para ir a la fiesta de Namjoon.

El Omega negó con la cabeza.

—Me vendré con Yoongi y Jimin.

—Ni siquiera sabes donde vive Namjoon, Kookie. —dije con


obviedad, alzando mis cejas.

El dulce Omega se encogió de hombros.

—Lo investigaré.

Solté un suspiro lastimero.

—Ya, por favor. Perdóname. —le tomé su mano derecha para


observarle con las esquinas de mis labios hacia abajo.

Escuché un sonido de desagrado por parte de Jennie que


probablemente me estaba observando con pena ajena,
provocándome a sisear con fuerza.
—Perdonado. —Kookie dijo, rodando lo ojos.

—Dame un beso, pues. —alcé mis cejas insinuativamente con una


gran sonrisa plasmada en mis labios. —Anda.

El Omega vaciló. Vaciló demasiado.

—Jennie, tápate los ojos. —me atreví a ordenarle a la mejor una vez
que observé como Kookie se acercó a mi con lentitud.

Ambos soltamos una risita cuando la Beta se tapó ambos de sus


ojos para evitar observar la escena melosa.

El Omega rozó sus labios con los míos con suavidad,


provocándome un cosquilleo. Después de segundos tentándome, lo
que obtuve fue un beso en la mejilla.

—¡Adiós, Jennie! ¡adiós, Tete! —se despidió con una sonrisa


burlona después de haber salido del auto y antes de cerrar la
puerta.

Al menos me llamó con mi apodo, sin embargo me dejó con la


ganas de un beso.

Luego se arrepentirá.

***
Holi, acabo de escribir este corto capítulo en una sentada, JE

espero que les haya gustado;(, me costó mucho comenzarlo,


pero creo que está bien

EL PRÓXIMO CAP YA SERÁ DE LA FIESTA SORPRESA DE


NAM, AJÚSTENSE SUS PELUCAS JEJEJEJEJEJE

GRACIAS POR LEER, GRACIAS POR LAS 50.6k LEIDAS, es


muchooooo, quedé loCAAAA❤❤❤
Gracias por el apoyo, LOS TKM MUCHO MUCHO MUCHO, en
serio 💜💜
52. "Respiraciones entrecortadas"
Jungkook POV's

—¡Eeeh, mírate! —Jimin gritó con una sonrisa socarrona. Su mano


impactó en mi nalga derecha, provocándome un susto. —Que culo
tan respingón.

Observé al pelirrosa con el ceño fruncido e intentado ocultar lo


avergonzado que me sentí por su comentario.

Incluso Yoongi siseó hacia su novio.

—¡Jimin-ah! —grité/susurré con las orejas rojas cuando sentí


miradas posadas sobre nosotros.

Justamente nos encontrábamos frente la casa de Jin.

Si, de Jin.

Taehyung me platicó de última hora que hubo un ligero cambio de


planes. Jin prefirió hacer la fiesta en su propia casa —el Alfa era
independiente. — que en la de su novio para no generar ningún tipo
de molestia.

Tuve que perder mi orgullo para pedir la ubicación del lugar a


Taehyung, ya que no pude conseguirlo de parte de alguien más. Sin
embargo, al menos mantuve en pie mi decisión de venirme con
Jimin y su novio.

Cuando llegué a casa después de haberle montando tremenda


escena de celos a Tae me sentí muy avergonzado. Claramente me
cegué por aquel sentimiento y la verdad me impresionó bastante la
posesividad que sentí.

Al conocer a Taehyung, —y siendo obviamente mi destinado—,


muchas cosas cambiaron en mi, sobre todo se presentaron nuevas
sensaciones y sentimientos.

Y aunque todos esos comportamientos nuevos que optaba por


hacer fuesen instintos de mi lobo, mi parte humana se sentía un
tanto cohibida. Tenía que disculparme con el Alfa...sobre todo
porque lo había llamado "idiota."

Solté un suspiro nervioso, observando levemente de reojo como


Jimin y Yoongi se daban besos.

Buaj.

Saqué el celular del bolsillo de mis ajustados jeans y abrí el chat del
Alfa.

"Estoy afuera
Sales por mi, Tete?

Pensar en entrar a un lugar donde se encontraban muchas


personas —desconocidas—que estaban muy expectantes cada vez
que alguien cruzaba por el umbral de la puerta esperando que fuese
Namjoon me ponía un tanto nervioso.

"Claro que si, bebé"

Taehyung no tardó mucho en aparecer.

Su fuerte aroma golpeteó mi nariz en cuanto salió de la casa,


cruzando el jardín frontal de esta y caminando hacia donde nos
encontrábamos; todo esto sin despegarme la vista de encima.

Antes de abrazarme, se inclinó levemente hacia Yoongi y Jimin en


modo de saludo para que después sus brazos me rodearan con una
fuerza considerable, levantando mi cuerpo en el aire durante unos
segundos.

Inhalé levemente sobre su piel, deleitándome ante su olor a rosas


rojas y mi lobo igualmente correspondiendo gustosamente ante el
Alfa de Taehyung.
Depositó un suave beso en mi mejilla y luego soltó su agarre en mi
cuerpo con delicadeza y buscó mi mano con la suya para entrelazar
nuestros dedos como piezas de rompecabezas.

Yoongi y Jimin nos observaban como bichos, casi sin parpadear.

—¿Entramos? —Taehyung preguntó en un tono bajo. —Nam y Jin


llegarán en cuatro minutos.

Asentí con la cabeza.

Las palabras habían quedado atrapadas en mi garganta y mi mente


decidió irse de vacaciones durante unos segundos.

Y todo esto porque Taehyung lucia muy bien, y fácilmente era una
distracción.

Mientras caminábamos hacia el interior de la casa me tomé el


tiempo de ojear al Alfa un poquito más. Su cabello azul brillante
combinaba con la chaqueta —del mismo color—que traía puesta,
con detalles dorados y un tigre rugiendo.

La manera en la que vestía Taehyung me parecía malditamente


propia de el. Encajaba a la perfección con su persona, como si el
hubiese inventado la ropa y el estilo.

Debajo de la chaqueta, traía una camisa blanca con unas letras que
no alcancé a leer apropiadamente, y al igual que yo, estaba usando
unos jeans negros. La verdad era que yo no me acostumbraría
jamás a verlo con una tela tan ceñida a sus piernas.

El jamás usaba ropa ajustada, y cuando lo hacía lograba robarme el


aliento.

Y obviamenteeee no pude pasar el detalle de cómo sus largos y


delgados dedos estaban adornados de un par de anillos grandes.

Solté un suspiro, desviando la mirada de él una vez que entramos a


la gran casa con Yoongi y Jimin pisándonos los talones. No tuve el
tiempo suficiente de poder fíjarme en los detalles de la casa, pero lo
que si pude notar fácilmente era que era muy espaciosa; incluso
aunque hubiese muchas personas en los rincones del lugar.

Tae nos dirigió hacia una gran sala de estar donde se encontraba
una multitud decente de personas charlando tranquilamente.

Casi propio de una reunión de gente mayor.

Sonreí levemente cuando reconocí las decoraciones que Tae y yo


elegimos el día que fuimos de compras casi por todo el lugar.

Yoongi y Jimin se sentaron en un pequeño sofá donde ambos


cupieron sin problema algunos, mientras que Tae y yo nos
mantuvimos parados y recargados sobre la pared de color rosado.

Dirigí mi vista hacia el Alfa unos segundos después, mi corazón


acelerándose de la sensación que me provocó encontrarme con su
intensa mirada sobre mi.

—¿Como estás, bebé? —Tae apretó ligeramente el costado de mi


cintura. —Te ves precioso.

Mi pulso se aceleró un poco.

El día de hoy traía puesto mis jeans ajustados, mis botas de agujeta
y una camisa de botones que se deslizaba con facilidad sobre mis
hombros por la talla grande.

Nada fuera de lo normal, según yo, pero Tae me hacía sentir como
si fuese el más hermoso.

—G-gracias. —mis mejillas se calentaron un poco, y no pasó


desapercibido el detalle —Estoy feliz de verte... ¿y tu?

El Alfa sonrió de una manera tierna, ladeando la cabeza y sus ojitos


sobre los míos.

—Digo lo mismo. Estoy muy feliz de verte.


Se inclinó hacia mi rostro, y al instante levanté mis labios como un
patito al ver su intención de darme un beso. Sin embargo, un calor
me recorrió el cuerpo entero cuando corrió su rostro hacia un lado y
besó mi mejilla.

Había rechazado mi beso.

Le miré con los ojos bien extendidos debido a la impresión de su


acción.

¿Como se atrevía?

—¿Que fue eso? —inconscientemente hice un puchero, juntando


ambas de mis cejas.

Taehyung soltó una risa ronca.

—La otra vez me dejaste con ganas de un beso, Kookie. —arrugó


su nariz.

Me sorprendió que aún tuviera mi acción bien presente a pesar de


que hubiese pasado días atrás.

Me crucé de brazos, y alcé mis cejas observándolo con recelo.

—¿Sabias que el rencor es malo?

Tae torció los labios y miró hacia arriba como si estuviese pensando.

—¿Sabias que sin el rencor habría muchas injusticias? —replicó,


sonriendo como un sabelotodo.

Analicé sus palabras un poco pero no entendí demasiado. Abrí mi


boca para preguntarle al respecto, sin embargo una voz conocida
gritó/susurró con espanto.

—¡Ya viene Namjoon! —Hoseok llamó la atención de todos los


presentes. —Apaguen los focos y no hagan ningún ruido.
—¡Dj, la música la pones después de haber capturado su sorpresa!
—un chico chico desconocido habló. Probablemente amigo del
cumpleañero —¡Cantaremos "feliz cumpleaños" todos al mismo
tiempo!

Todos asintieron con sus cabezas, y el hombre detrás del equipo de


música —obviamente el dj— alzó sus pulgares. Ni siquiera había
notado la presencia de este.

Alguien cercano al interruptor de luz, apagó la energía y el lugar se


tornó oscuro y silencioso una vez que se escuchó como alguien —
probablemente Jin— metía las llaves en la cerradura de la puerta.

—¿Me vas a dar mi regalito, Jinnie? —la voz amortiguada de


Namjoon se escuchó pícara, por los que varias personas se tuvieron
que aguantar la risa.

—¡Joooon! —Jin se escuchó avergonzado.

Un fuerte "sorpresa" fue vociferado por todos los presentes una vez
que la puerta fue abierta y la luz encendida, dejando a Namjoon
impresionado con sus ojos bien abiertos, para después esbozar una
sonrisa, mostrando sus marcados hoyuelos.

🌙🌙🌙

Tras la gran impresión que se llevó Namjoon al ver a todas las


personas reunidas para celebrar su cumpleaños, el festejo
comenzó.

En un abrir y cerrar de ojos, las luces normales —blancas y


aburridas— fueron apagadas para que unos focos led fueran
encendidos en toda la casa, creando un ambiente digno de una
fiesta de película. Las botellas de alcohol fueron pasadas de manos
en manos, donde se las empinaban de golpe. Los sillones fueron
movidos hacia las orillas de las paredes para que los invitados
pudiesen bailar al ritmo de la música de manera cómoda y
despreocupada.
Me acerqué a Namjoon y le di un gran abrazo, felicitándolo con
alegría. Después de eso, Tae hizo lo mismo, apretujándole las
mejillas y tratándolo como niño a pesar de que fuese mayor que el.

Incluso Jimin se acercó a felicitar al cumpleañero —a pesar de que


no hubiesen intercambiado palabras nunca —, a cambio de Yoongi
que prefirió tomar su distancia ya que no le gustaba mucho el
acercamiento con personas desconocidas. El solo había asistido
como el Alfa territorial que era por Jimin.

Tras pasar un rato hablando de temas tribales, Tae y yo caminamos


hacia la cocina en busca de un vaso de agua.

Tragué saliva nervioso al fijarme en la figura de Hoseok sirviéndose


una bebida.

El Alfa nos observó a ambos y sonrió ligeramente, para después


reverenciar hacia nosotros.

—Hola. —dijo en un tono bajo.

Le devolví el saludo rápidamente.

—¿Estas bebiendo? —Taehyung preguntó hacia su amigo. Sonó


más como una advertencia que como una pregunta.

Hoseok chasqueó la lengua.

—Un poco... pero prometo comportarme. —arrugó la nariz como


una ardillita, para luego soltar una risa nerviosa.

Taehyung iba a decir algo más, pero decidí interrumpirlo para


alivianar el aura entre nosotros.

—¿Ah, si? —me solté de la mano del Alfa para adentrarme aún más
a la cocina. —¿Que tomas?

Hoseok pareció un tanto anonado por que intentara entablar una


conversación con el, a pesar de que fuese de algo tan superficial
como el alcohol.

—Es vodka con refresco. —alzó su vaso rojo. Pareció dudoso en


decir algo, pero terminó por no hacerlo.

Torcí los labios, poniéndome un tanto curioso.

—Quiero probar. —me atreví a decir.

¿Que iba a pasar? Solo iba a ser una probada.

—No, no. —escuché a Taehyung negar rápidamente al escuchar


mis palabras.

Fruncí el ceño, observándolo con los ojos entrecerrados.

—No te estoy pidiendo permiso, Tete. —le clavé el dedo índice en el


pecho, provocando que el Alfa alzará sus cejas.

Hoseok hizo un ademán para dejarnos a solas, saliendo de la cocina


mientras le daba un sorbo a su bebida.

—¿Por que de repente tan interesado por beber? Pensé que no te


gustaba. —Taehyung me observó con suspicacia.

Me encogí de hombros, restándole importancia al tema.

—Simplemente quiero hacerlo. Solo será un vaso. —rodé los ojos


inconscientemente. —Es más, dejaré que tu lo prepares. Estoy
seguro de que tienes experiencia.

El Alfa alzó sus cejas.

—¿Me estás diciendo borracho, Kookie?

Torcí los labios y fingí pensar mi respuesta.

—Uhm...si eso fue lo que entendiste, está bien. —me animé a


sonreír de una manera burlesca.
Taehyung no dijo nada más de eso, pero si cambió de tema cuando
comenzó a verter refresco en un vaso rojo vacío.

—Te has vuelto muy valiente conmigo, ¿no crees?—su voz sonó
baja pero firme, provocándome un escalofrío. —Cada día me
sorprendes más.

No sabía si estaba siendo serio o si estaba jugando, pero aún así


decidí sonreír con inocencia.

—No se de que estás hablando. —me encogí de hombros y acepté


la bebida una vez que la extendió hacia mi. —Gracias, Tete.

Caminamos de vuelta hacia donde Jimin y Yoongi estaban, y en


cuanto el Omega pelirrosa me observó, me tomó de la mano para
jalarme con fuerza hacia la multitud de personas que estaban
bailando.

—¡Bailemos! —Gritó. Parecía tener la energía de todo el mundo.

Observé a Tae y Yoongi hablar mientras estaban sentados, y por


suerte me fijé que este último llevaba una botella de soju en la
mano. Y digo "por suerte" porque una vez que el alcohol empieza a
hacer efecto en su sistema, me ayudaría calmar las altas energías
de su novio.

Porque Jimin —sobrio u ebrio— ocupaba de alguien que le pudiera


seguir el ritmo, y yo solo no podía.

Tomé mi primer sorbo de la bebida que Tae me preparó y, para ser


mi primera vez —tomando por mi cuenta— me pareció bastante
bien. Tomé otro trago más grande, deslizándose un sabor entre
dulce y fuerte por mi garganta.

El cual me agradó bastante.

Mi mejor amigo me tomó de la mano y me dió un par de vueltas,


mientras soltaba risas. Cantamos al unísono de la música e incluso
sacamos los pasos prohibidos de robot.

Aproximadamente unos quince minutos después, Namjoon apareció


entre nosotros haciendo pasos extraños que no tardamos mucho en
imitar. El cumpleañero le pasó una botella llena de soju a Jimin, y
este no dudó ningún segundo en tomársela de golpe.

Mis ojos se extendieron esos ojos.

—¡Jimin!

Ay, santa luna.

—¡Fooooooondo! —Namjoon alzó los puños al aire, alentando al


pelirrosa.

La música comenzó a tornarse más lenta y un tanto sensual, por lo


que los Omegas comenzaron a bailar seductivamente. Las mejillas
se me calentaron al sentir la atenta mirada de Taehyung encima de
mi.

¿Había estado todo el rato observándome bailar como tonto?

El Alfa estaba inclinado hacia atrás, con su espalda pegando el


respaldo del sofá individual. Sus piernas estaban abiertas a la
anchura de sus hombros y tenía una leve sonrisa en sus labios.

Con el alcohol recorriéndome las venas caminé hacia el,


aprovechando que Yoongi ya no estaba cerca.

En cuanto llegué hacia el, tropecé torpemente con mis propios pies.
En un movimiento desesperado por no hacer el ridiculo, posicioné
mis manos sobre sus hombros como un soporte provocándome una
risa avergonzada.

Tae me tomó del rostro y me analizó con un ligero puchero en los


labios.
—¿Estás borracho, Kookie? —parpadeó. —¿Te emborrachaste con
un solo vaso?

¿Lo estaba?

Solté una risa. Probablemente si, solo un poco.

¿Esto se sentía emborracharse? Simplemente me sentía ligero.


Casi como si estuviese brincando por almohadas de algodón de
azúcar.

—No. —mi respuesta negativa fue contradictoria a mi asentimiento


con la cabeza, provocando una risa ronca de parte de Tae.

Su risa era muy atractiva.

—¿Como te sientes? —acarició mi mejilla, sus ojos chispeando de


amarillo.

Resoplé con fuerza, haciendo que mis labios rebotaran y el Alfa


fijara su vista sobre ellos fugazmente.

—Bien. Me siento bien.

La verdad es que no pensé claramente mi próxima acción.


Simplemente fui impulsado por el alcohol cuando empujé levemente
el cuerpo del Alfa contra el respaldo del sofá y me senté en su
muslo izquierdo con mis mejillas coloradas.

Taehyung no pareció para nada incómodo, al contrario pude notar


cierta impresión en su rostro. Sus manos rodearon mi cintura para
después clavar suavemente su barbilla en mi hombro.

Un cosquilleo que pude saber que era felicidad pura se instaló en mi


cuerpo, y me fue inevitable no sonreír.

—¿Tete? —le llamé con cierta timidez.


El Alfa se encontraba olisqueando suavemente mi cuello,
mandándome cosquillas hasta las puntas de los pies.

Hizo un sonido ronco justamente al oído de mi oído, dándome a


entender que me escuchaba.

Me observé los dedos con nerviosismo y un tanto vacilante. Solté un


suspiro antes de hablar, conectando miradas en el proceso.

—Quería disculparme, Tete... —arrugué la nariz. —por como me


comporté. Por Wheein.

El Alfa parpadeó repetidamente hasta que pareció entender con


claridad mis palabras.

—No te preocupes. —me observó con ternura. —Yo entiendo que


estabas celoso...y- —le interrumpí, negando con la cabeza.

—Te llamé idiota. Lo siento.

Taehyung sonrió, mostrando su bonita sonrisa cuadrada.

Acercó sus labios a mi mejilla y depositó un ruidoso beso en mi piel.

—Perdonado.

La noche siguió pasando bien. Yoongi estaba cuidando de Jimin, y


Jin y Namjoon desaparecieron de la vista de todos. La fiesta parecía
estar en su máximo punto, ya que todo parecía eufórico y
energético.

Aún teniendo la mínima dosis de alcohol sobre mi sistema, me


levanté del regazo del Alfa y lo alenté a caminar hacía donde todos
estaban bailando.

Y me sorprendió bastante cuando no se negó y comenzó a bailar


despreocupadamente a mi lado. Su cabello caía atractivamente
sobre su rostro mientras que sus labios lucían muy, pero muy
antojables.
Y no había querido darme un solo beso en toda la noche.

El nombre "Taehyung" y la palabra "malo" podían fácilmente ser


sinónimos.

Cuando todo parecía ir bien, algo tuvo que pasar. Una chica que
parecía muy borracha tropezó con un chico que traía un vaso lleno
de bebida, y por la ley de gravedad, gran parte la sustancia cayó
sobre mis pantalones; derramando justamente a la altura de mis
rodillas —ya que, el chico cayó de boca contra el suelo—.

Taehyung no tardó en observar con molestia y mostrar los dientes


asilados hacia el chico.

—¿Que no te fijas por donde caminas?

Tomé del brazo al Alfa y negué con la cabeza rápidamente.

No era la gran cosa. Luego se secaría.

—No pasa nada. —me encogí de hombros, restándole importancia.


—Está bien.

A Taehyung no le pareció muy inteligente comenzar una discusión


con aquel borracho por lo que me tomó de la mano, y me dirigió
escaleras arriba.

—Te limpiaré, ¿si?

Me limité a asentir con la cabeza cuando clavó su mirada sobre mi.

No sabía si esto era un tipo de ventaja. Estaba completamente


consciente de que el Alfa podría haberme llevado a la cocina de la
casa a limpiar con un trapo la bebida sobre mis jeans, no obstante
prefirió traerme al segundo piso de la casa.

Y estaba feliz por tener algo de privacidad con el.


Taehyung sacó un juego de llaves de su bolsillo, y al notar mi
confusión por aquello, me explicó:

—Jin me ha dado las llaves de las habitaciones para que nadie


entre en ellas por obvias razones. —una vez abierta la puerta, me
hizo lugar para pasar dentro. —No creo que le moleste que
entremos rápido.

Asentí con la cabeza por la información.

Una vez dentro de la habitación, observé una gran cama


matrimonial y una bonita ventana que dejaba ver las bonitas casas
del vecindario del lugar. Giré para observar hacia la puerta donde
Taehyung entró y me encaminé, asomando mi cabeza y
encontrándome con un baño.

A Jin le sobraba bastante espacio en esta casa.

—Siéntate, Kookie. —me señaló el vater del escusado sin


observarme mientras mojaba un trapo.

Tras acatar su orden, observé mis jeans y solté una exclamación de


asco. Parecía que el borracho también había vomitado un poco
encima.

—Maldito idiota. —Taehyung se atrevió a decir cuando se posicionó


en frente mío, a cunclillas y tomando mi pierna con delicadeza. —La
gente no sabe tomar con medida.

Analicé sus últimas palabras y me fue inevitable soltar una risa baja.

Fácilmente recordé a Taehyung versión borracha.

—Eres gracioso, Tete. —dije entre risas mientras observaba como


limpiaba mis jeans —Me dijiste que me estabas engañando con
Hello Kitty cuando estuviste borracho.

El Alfa detuvo sus movimientos del trapo contra la mezclilla y


conectó su intensa mirada conmigo, alzando sus cejas.
—¿Sabes que más te dije esa noche? —de repente su voz sonó
pícara, acelerando mi pulso. —Te dije que te daría besos donde yo
quisiera... y lo aceptaste el día de tu cumpleaños.

Mi expresión se desencajó ante el recuerdo.

Imaginarme en ese tipo de situación con el era... emocionante. Me


mordí el labio nerviosamente, un remolino de sentimientos
recorriéndome de pies a cabeza.

—Hazlo entonces.

Sentía que el corazón se me iba a desbordar del pecho cuando


formulé aquellas palabras, provocando que al Alfa se le tornaran los
ojos de amarillo brillante.

Taehyung me obligó a abrir mis piernas cuando sus manos se


posicionaron muy cerca de mis muslos contra el vater. Se levantó de
donde estaba y se acercó a mi rostro, mezclando nuestras
respiraciones e inclinándose contra mi cuerpo.

De repente el ambiente entre nosotros se había tornado un tanto


pesado.

—Estás borracho, Kookie. —su voz ronca mandó algo parecido a


una corriente eléctrica sobre mi cuerpo, creándome un espasmo.

Incluso mi respiración había comenzado a cortarse.

Negué con la cabeza.

—No lo estoy. Estoy consciente. Muy consiente. —intenté


convencerlo.

El Alfa me dió un pequeño besito en los labios antes de echarse


hacia atrás y negar con la cabeza. No dijo nada, simplemente se
limitó nuevamente a caminar hacia el lavabo y mojar el trapo con el
que había limpiado la tela de mis jeans.
De repente me sentí frustrado.

No, "frustrado" me quedaba corto. Sentía una necesidad de tenerlo


cerca, y probablemente... de sentir su tacto.

Muy decidido me levanté del escusado y caminé hacia Taehyung


para tocar suavemente su hombro para que se girase sobre sus
talones y me observara.

Tomé su rostro y estampé nuestros labios en un beso. Solté un


jadeo de satisfacción al sentir el calor de su boca contra la mía.
Enrosqué mis dedos en las hebras de su cabello mientras que el se
encargó de tomarme de la cintura con posesividad, sus dedos
clavándose encima de la tela de mi camisa.

Ambos entreabrimos nuestras bocas, provocando que nuestras


lenguas se encontrarán ansiosamente y comenzaran un vaivén muy
sensual que logró debilitarme las piernas. Tae recorrió mi torso con
suavidad con sus largos dedos, y me sentí extremadamente
avergonzado cuando se atrevió a pellizcarme la costilla causando
que un gemido saliera de mi boca.

Aquello fue suficiente para que se separa de mi boca y me


observara alterado. Su cabello estaba muy despeinado —a cortesía
de mi— y sus labios de un rosado fuerte.

Era muy guapo.

—Estás borracho. —había sido una afirmación que había sonado


más como una pregunta.

Maldita terquedad de Kim Taehyung.

—No lo estoy. —sonó como si estuviese suplicando. —No seas


cruel, Tete. Solo bésame.

Mis mejillas estaban muy calientes, no obstante, me importaba poco


la vergüenza que sentía porque estaba muy desesperado por tener
sus labios contra los míos de nuevo.

El Alfa me observó dudosamente, y no pude soportarlo un segundo


más cuando volví a unir nuestros labios en un beso más intenso, al
cual no se pudo resistir.

—Mmph~ Tae... —exclamé gustosamente contra su boca cuando


me tomó por sorpresa en la manera en que sus afilados dientes
aprisionaron mi labio inferior con fuerza para luego succionar. —¡T-
tae-ah!

Apreté mis puños contra su chaqueta, dejándome llevar por las


sensaciones que recorrían por mi cuerpo por el hecho de que
estuviese maltratando mi labio inferior y que me gustase.

Bastante.

Nuestras cabezas comenzaron a moverse a los lados contrarios del


otro, profundizando una vez más el beso. Sus manos estaban en mi
rostro una vez que me obligó a girarme en mi lugar y logró
empujarme contra la pared de azulejo, provocándome un gemido
que fue amortiguado contra su boca.

Estaba comenzando a hacer calor.

Me sentí desfallecer cuando el Alfa separó sus labios de los míos


con rudeza, creando un sonido obsceno para después y hundir su
caliente boca contra mi cuello, poniéndome el vello de punta.

Todo a mi alrededor desapareció cuando sentir su sensual lengua


hacer círculos contra la piel sensible.

—T-Tae~ Tae —mi pecho subía y bajaba debido ante las


sensaciones. Mis manos se fueron a la cabeza del Alfa y me fue
inevitable no jalar un poco de su cabello.

Mis exclamaciones entrecortadas con su nombre saliendo de mi


boca parecían alentarlo, por lo que succionó deliciosamente la piel
de mi cuellodonde tenía un ir una marca.

Me sentía en las putas nubes.

Eché la cabeza hacia atrás, dejándome hacer y deshacer de sus


labios, dientes y lengua que parecían divertirse bastante contra mi
piel.

Mi respiración temblaba y mis piernas flaqueaban, cosa que el Alfa


no pasó desapercibido por la forma en que me tomó de las caderas
y me pegó a él; obligándome a morder mi labio con fuerza para
evitar generar un sonido chillón al sentir su duro bulto contra el mío.

Mis exhalaciones eran gruesas y pesadas, como si el aire me hiciera


falta a pesar de que me estuviera comiendo el cuello con
entusiasmo y no la boca. Con valentía y desesperación, moví mi
pelvis contra la suya frotándome contra su bulto, consiguiendo un
cosquilleo en mi vientre bajo.

Era una sensación increíblemente inexplicable.

—K-Kookie —la manera en que musitó mi nombre con voz gruesa


solo logró que me moviera más contra el, provocando un gruñido de
su parte.

Y la mente se me puso en blanco cuando volvió a juntar sus labios


contra los míos con fiereza, alzando mi pierna derecha en el
proceso para después enroscarla en su cintura y frotar nuestras
erecciones con tortura.

—¡Ahh~ T-tae! —clavé mis uñas contra la piel de su hombro.

La excitación se había plasmado como una bola de fuego en la


parte de baja de mi vientre.

Le devolví el beso con entusiasmo, nuestras bocas creando


chasquidos por la intensidad del beso.
Jamás había tenido un acercamiento de este tipo con alguien más, y
la verdad era que estaba muy feliz de que Taehyung fuera el
primero.

Porque también sería el último.

Los gemidos quedaron atrapados en mi garganta cuando el Alfa


simuló una embestida que me generó un espasmo de pies a
cabeza.

—J-Jungkookie... —jadeó contra mi boca, sintiéndose extasiado al


igual que yo.

Una, dos y tres simulaciones de embestidas sobre mi y ya sentía


que el botón de mis jeans iba a reventarse. Taehyung era
malditamente preciso, daba movimientos profundos e intensos
contra mi, logrando cortarme la respiración.

Con la adrenalina del momento recorriéndome hasta por la sangre y


las venas , aprisioné su lengua contra mis labios y succioné,
provocando un gruñido ronco del Alfa.

Clavó sus dedos contra mi cintura con fuerza.

—¡Tae! —otro gemido más fuerte se escapó de mis labios,


obligándome a separarme de los suyos cuando dió una embestida
tan fuerte que me hizo ver estrellas.

Sentía el cuerpo completamente caliente, sobre todo mi rostro y mi


cuello, mi erección dolía como un infierno y hasta sentía los labios
adormecidos e hinchados.

Y probablemente esto no hubiese parado si no lo hubiese hecho


Taehyung.

Separó nuestras bocas suavemente y nos tomamos el tiempo de


respirar apropiadamente.

En serio eso acababa de pasar.


El Alfa acarició mi pómulo con delicadeza y pude sentir como sus
labios se extendieron en una sonrisa contra los míos.

—Debemos de parar, bebé —su voz ronca era capaz de


adelantarme el maldito celo.

Asentí suavemente.

—Lo sé. —en cambio, mi voz salió en un hilo.

***
JE JE JE JE
Q piensan? :))) espero q les haya gustado, bebeseses

Disculpen si hay errores ;(

Gracias por leer y por el apoyo <3, no tengo mucho que decir
pero estaré muy emocionada de leer sus comentarios;)

Los TKM MUCHOOOO💜💜💜


53. "Consentimiento"
Jungkook POV's

En mi imaginación, Taehyung estaba sentado en el borde de la


cama observándome.

Observándome desnudo.

Alzaba sus labios en una corvadura atractiva mostrando su preciosa


sonrisa cuadrada mientras sus feromonas se desprendían en el aire;
logrando ponerme más sensible y derramar lubricante sobre las
sábanas de la cama.

Pero esa solo era mi imaginación. El simple escenario en mi cabeza


lograba estimularme tanto que me hacía mover mis caderas en el
aire en busca del Alfa.

Y el no estaba aquí.

La última vez que vi a Taehyung fue hace tres días. Tras haber
tenido ese encuentro tan intimo en aquel baño de la fiesta Namjoon,
solo me sentí frustrado porque a pesar de que sabía que había sido
lo correcto no llegar más lejos esa noche, no lograba apaciguar mis
lujoriosos pensamientos sobre el Alfa.

Al contrario, me hizo sentir mucha curiosidad.

Me encontré a mi mismo pensando —fantaseando— sobre


Taehyung recorriendo con las suaves yemas de sus dedos cada
rincón de mi piel con delicadeza. Diciéndome lo hermoso que era
mientras que con su mano libre me acariciaba el cabello y después
de me besaba con suavidad.

Quería ser mimado por el. Ser besado, y poder oler su fragancia en
el proceso.
Con mis manos temblorosas aparté el cabello de mis ojos, y solté un
suspiro, clavando mi vista en el techo de mi habitación.

Solo llevaba diecisiete horas con mi celo, y desde entonces había


decidido ocultárselo al Alfa. Había respondido normalmente a sus
mensajes para no levantar sospechas, pero lo más profundo de mi
decía que estaba mal, y eso me causaba bastante remordimiento.

No me malinterpreten. Confiaba plenamente en Taehyung. Diablos,


jamás había confiado tanto en alguien. Le confiaría mi alma, mi
cuerpo y mis moralidades como persona; sin embargo, era claro que
el no era el problema, sino yo.

Quitando a los mimos como método calmante para el celo, estaba el


sexo. Para muchas personas era algo superficial, no obstante yo no
lo veía así, —mucho menos cuando jamás había hecho algo
cercano a eso—.

En cambio, para mi era mucho más que lo físico. No me parecía


superficial.

Era conexión, entendimiento y mucho consentimiento; El poder


desnudarte frente a alguien más, y no precisamente solo de ropa,
sino de todo lo que eres. Era casi como ser vulnerable.

Era dar oportunidad de conocerte en una faceta transparente. Sin


filtros. Solo tu mismo siendo complacido y queriendo complacer,
físicamente y sentimentalmente.

Lo quería. Quería que estuviese aquí, pero estaba asustado. ¿Y si


Taehyung no quería estar aquí? ¿Y si estaba ocupado por la
universidad? Probablemente tenía cosas más importantes que
hacer.

O probablemente no.

El celo siempre lograba atormentarme, a un punto de ponerme a


llorar por los sentimientos encontrados. Estaba feliz, estaba triste,
emocionado, asustado, acalorado y sobre todo, muy excitado.

Y nadie podría aliviar eso más que Kim Taehyung.

—Te traje sopa. —mamá apareció, entrando por mi puerta y


arrugando la nariz al instante. —Santa luna. Tu olor.

Solté un quejido adolorido que provocó a mamá observarme con


inquietud. Dejó el plato sobre la mesita de la noche y se sentó en el
borde de cama.

—Tengo calor. —fue lo único que pude formular en un hilo de voz.

La Omega no dudó mucho en prender el aire acondicionado,


apretando el botón del control remoto del aparato.

Volvió a sentarse a un lado mío y me observó.

Pareció muy vacilante, por la manera en la torció sus labios y soltó


un suspiro que hizo mover sus hombros de arriba hacia abajo.

—¿Has hablado con Taehyung?

Su pregunta no solo logró descolocarme, sino la simple enunciación


del nombre del Alfa logró hacer lloriquear a mi lobo, causándome
cosquillas en el vientre.

¿Acaso estaba especulando algo?

Negué con la cabeza al instante.

Mamá chasqueó la lengua, no luciendo muy feliz por mi respuesta.

Se acercó a acariciar mi cabello con delicadeza, y soltó un suspiro:


—¿No crees que sería bueno que le llamaras?

Un nudo se instaló en mi garganta.


—¿Y eso... p-por qué? —las palabras me parecían difíciles de
pronunciar cuando los piquetes de dolor en mi cuerpo empezaban a
ser más intensos.

Mamá arrugó el entrecejo.

—¿No tuvieron una plática...? —paró sus caricias sobre mi cabello


para observarme. —¿Sobre tu celo?

—No.

¿Como íbamos a tener una platica sobre mi celo? La idea me


parecía abrumadora, pero sabía que en algún punto era necesaria.

Diablos, tenía el cerebro revuelto en estos momentos.

—Le dije que debían de tener una. —pareció un regaño por la


manera que se agarró el puente de la nariz.

Ni siquiera tenía ganas de pensar mucho al respecto sobre ese


tema.

Agarré las sábanas y me las pasé hasta por la cabeza. De repente


tenía sueño. Probablemente dormir me haría sentir mucho mejor.

—Comete la sopa, Jungkook.

Hice un gruñido, para después negar con la cabeza.

—Quiero dormir un rato. —mi voz sonó débil. —Quiero estar solo,
por favor,

Mamá no dijo nada, pero la imaginé asintiendo con la cabeza. Pude


sentir como se inclinó hacia mi y dejó un beso en mi cabeza por
encima de la sábana que me cubría.

—Cualquier cosa me dices, ¿si?


No pude emitir sonido alguno, pero pareció entender mi respuesta, y
tras dar unos pasos hacia la puerta, salió de mi habitación
dejándome a solas.

🌙🌙🌙

Cuando abrí los ojos después de una larga siesta, lo único que pude
notar era la oscuridad que había consumido mi habitación. A través
de la ventana se veía como la luna brillante estaba en el cielo, con
un sonido leve del viento moviendo los pinos del bosque y un
panorama digno de Suwon.

Moví mi cabeza hacia mi derecha, encontrándome con la presencia


de Jimin sentando en una silla observando algo en mi celular.

En mi celular.

—¿Que haces? —pregunté con debilidad, haciendo que el pelirrosa


brincara en su lugar del susto.

Se puso la mano en el pecho y me observó con los ojos bien


extendidos.

—Me asustaste.

—La conciencia.

Jimin me observó de manera despreocupada, con sus labios


gruesos extendiéndose en una sonrisa.

—Estaba viendo TikToks, Jungkookie —me enseñó la pantalla,


encogiéndose de hombros. —No me interesa divagar en tus
mensajes.

No era como si ocultara algo.

Extendí mi mano hacia mi mejor amigo y este me entregó el celular


con un resoplido.
Abrí el chat de Kim Taehyung, y leí el último mensaje que me había
mandado hacia cinco horas.

"Estás ocupado? ;(
Creo que si"

Solté un suspiro frustrado y dejé caer el celular en el colchón de mi


cama para tallarme los ojos.

—¿Como te sientes? —la suave voz de Jimin preguntó.

—Mejor. Creo que ya pasó.

Ya no me sentía tan acalorado y sensible, lo cual me parecía un


tanto extraño. Mi celo variaba de dos días a cuatro; sin embargo, me
sentía mucho mejor.

Simplemente me sentía un poco cansado a pesar de haber estado


dormido durante la mayor parte del día.

Jimin no pareció muy convencido.

—Tu mamá me dijo que te ayudara a ducharte. —se rascó la nuca.


—Con agua fría.

Solté un bufido, incorporándome en la cama y tapando mi cuerpo


con la sábana. Simplemente traía una camisa vieja y unos shorts
húmedos de lubricante.

Era incómodo pero después de un tiempo te acostumbras a ello.

—¿Donde está ella? ¿Donde está Yugyeom y Jeongyeon? —ni


siquiera los había olido cerca.

Mis hermanos y yo manteníamos distancias entre nosotros cuando


alguno tenía el celo. Principalmente porque nuestros lobos se
encontraban a la defensiva e intolerantes ante la presencia de
nosotros, ya que obviamente éramos hermanos; pero en esta
ocasión ni siquiera los había sentido cerca en casa.
Jimin se levantó de la silla y caminó hacia mi armario para buscar
entre mi ropa.

—Tus hermanos están en la cafetería... y tu mamá también. —


pareció dudoso, y tuvo suerte que estuviera dándome la espalda y
no pudiera verle el rostro de mentiroso. —Anda, párate.

No tenía ganas de hacer demasiadas preguntas.

Puse mis pies sobre el frío suelo y caminé lentamente hacia la


puerta del baño aún con la sábana cubriendo mi cuerpo.

Extendí mis ojos y giré mi cabeza hacia mi amigo al recordar cierta


prenda de ropa.

—Hay una camisa gris grande. Está entre mis suéteres. —le
expliqué, haciendo que Jimin buscara. —Pásamela, por favor.

El pelirrosa la encontró al cabo de unos segundos y me la extendió.


Me observó con confusión —porque sabía que esa camisa no era
mía— tras haberme pasado después ropa interior y unos shorts de
licra.

—Deja de verme así. Es de Taehyung. —rodé los ojos,


encaminándome dentro del baño. —No hace falta que me pases el
jabón por el cuerpo, Jimin-ah.

Mi amigo soltó una risa y alzó sus manos a la altura de su pecho.


Estaba completamente dispuesto a meterse al baño conmigo.

—Está bien. Te espero aquí afuera.

🌙🌙🌙
Taehyung POV's

—¿Jin? Oh, Namjoon. —reconocí la voz del Omega a través de la


línea telefónica.
—¿Quieres que te pase a Jinnie?

Negué con la cabeza como si pudiera verme. Me paré en un


semáforo rojo y solté un suspiro exasperado.

—No, no. ¿Puedes decirle que si me puede hacer el favor de


avisarle a mis profesores que estaré ausente? —me mordí el labio
nerviosamente. —Que tengo problemas personales.

Namjoon hizo un sonido positivo.

—Uhm, si yo le digo... ¿estás bien, Tae? —sonó curioso.

Tragué saliva.

—Si, no te preocupes. Me mantendré en contacto con ustedes


después, ¿si? —arranqué el motor del auto en cuanto la luz del
semáforo se tornó verde. —Hablamos luego.

—Adiooooos.

Después de eso colgué la llamada y solté un suspiro entrecortado


que sólo logró ponerme más nervioso. Apreté el volante del auto y
conté hasta diez para calmar la ansiedad que me consumía.

Precisamente estaba tomándome una ducha cuando contesté a la


llamada de un número desconocido y descubrí que era el mejor
amigo del dulce Omega, Jimin.

Me saludó comenzando una platica normal, lo cual me pareció


extraño. Pasaron unos comentarios tribales hasta que comenzó a
balbucear, y me soltó de golpe que Jungkookie estaba teniendo su
celo.

Aunque sus exactas palabras fueron: "Está teniendo su celo, pero


no como normalmente sucede. El...no se siente tan mal, está
teniendo una tregua en este momento y estamos seguros de que
será arrasador una vez que el celo vuelva"
Lo primero que hice fue cuestionarme a mi mismo.

"¿Por qué no me lo dijo?"

Y esa pregunta detonó miles más en mi cabeza y la frustración logró


caerme de golpe cuando ideas de que el Omega no confiaba en mi
me calaron la cabeza.

Logró ponerme un tanto triste.

Jimin me explicó que consiguió mi número a través del celular del


Omega mientras dormía, y me dijo que había sido una orden de
parte de su madre llamarme, lo cual logró impresionarme
demasiado.

No sabía si estaba haciendo lo correcto en ir a Suwon, e ir a verlo


sin que el lo pidiera. No sabía como Jungkookie se iba a comportar
cuando me viese, no sabía si me iba a gritar o si iba pedirme nos
acurrucáramos.

O algo más.

Iba a ser difícil, pero jamás dejaría que mi Alfa hambriento hiciese
algo que Jungkookie no quisiera. Quería cuidarlo, mimarlo y hacerlo
sentir mejor. No haría algo en su contra.

Nunca.

Estaba seguro que me controlaría, por eso mismo me sentía seguro


de venir a Suwon.

Me estacioné en frente de su casa y solté un suspiro nervioso. Tomé


el gran bote de helado que compré en camino hasta aquí, y salí del
auto con el entre las manos. Tragué saliva al encontrarme con la
abuela Seung y a Misuk en la puerta de la casa; como si me
estuviesen esperando desde hace rato.

—B-buenas...tardes. —reverencié torpemente.


—Buenas noches. —la abuela Seung me corrigió con una sonrisa.

Estaba tan nervioso que ni siquiera estaba 100% consciente de lo


que decía.

La mamá de Jungkook me observó con recelo, torciendo sus labios.

—¿No tuviste la platica con Kookie, cierto?

Me rasqué la nuca para después negar con la cabeza.

—No se dió el tiempo adecuado. —murmuré en un tono bajo.

La abuela Seung no dijo nada. Abrió la puerta de la casa y se metió


en ella, dejándome a solas con la mamá del dulce Omega de pronto.

—Mira, Taehyung, quería que vinieras para ayudar a Kookie...y no


me refiero solo a eso. —el tema era delicado. La mujer jugaba con
sus dedos, tratando de elegir las palabras adecuadas. —Quiero que
se sienta cómodo, por eso es que antes de que lo veas quiero que
el esté seguro de que estará bien con tu presencia.

Asentí lentamente con la cabeza.

—Si no se siente seguro obviamente tomaré mi distancia.

Pasaron unos segundos de silencio donde mi pulso comenzó a


acelerarse ante el nerviosismo que me recorría.

—¿Como te sientes tu? —me observó con suavidad, lo que logró


calmarme un poco.

Solté un suspiro exasperado.

—Yo no hubiese venido si no me sintiera capaz de controlarme. —


confesé. —Pero estoy bien...incluso traje helado.

Le enseñé el gran envase entre mis manos, haciendo que la mujer


sonriera levemente ante el gesto.
—Créeme que Kookie estará muy agradecido por eso. —suavizó la
mirada. —Espero que todo salga bien. Que tu relación con mi hijo
sea puro amor y consentimiento, que es lo más importante.

Moví mi cabeza de arriba hacia abajo.

—Mientras sea feliz, yo soy feliz. —una sonrisa apareció en mis


labios.

Misuk me observó de una manera que me hizo sentir en familia. Me


hizo sentir muy feliz, y pleno. Era una buena mujer, y agradecía
mucho que cuidara a Jungkook a lo largo de sus años.

Gracias a ella y a Jichul, mi vida tenía un sentido más grande que


cualquier otra cosa. Tenía un propósito, y era el dulce Omega con
olor a café dulce.

Ambos dirigimos nuestras vistas hacia la puerta de la casa de la


cual Jimin y la abuela Seung salieron del interior.

Un fuerte olor que salió de la casa logró poner a mi lobo ansioso. Mi


nariz tuvo un cosquilleo, por lo que la arrugué queriendo olfatear
mucho más.

Las tres personas me observaron con inquietud durante unos


segundos, provocándome todo tipo de sensaciones que estuvieran
relacionadas con los nervios.

—Kookie quiere verte. —Jimin me observó con una sonrisa


avergonzada.

Tragué saliva con fuerza, sintiéndome un tanto mareado de repente.

Misuk hizo un ademán y no quise perder mucho tiempo, por lo que


me encaminé tambaleando hacia la puerta para tomar el pomo y
girarlo.

La mano de la abuela Seung sobre mi brazo me hizo girar mi vista


hacia ella antes de adentrarme a la casa.
Sus ojos azules estaban clavados sobre los míos mientras alzaba
las cejas.

—Cuidado. Confiamos en ti.

***
Holi! No les preguntaré que si están listos porque YO SE QUE
SI ESTÁN MÁS Q LISTOS PARA LO Q VIENE

Una pregunta: les gustaría q fuera narrado por quien?:) namas


quiero saber sus respuestas

AMO LEER SUS COMENTARIOS

Actualizaré antes de que se acabe la semana (creo) así q


pendientes;)!!

Quería tomar ciertos temas antes de que Kookie y Tae se


vieran. Cualquier encuentro íntimo siempre debe de ser
consentido, POR FAVOR si ese alguien no entiende el "no" aleja
a esa persona de tu vida. No te merece ;(. Es un tema delicado
pero necesario.

Gracias por leer 💕 . Enseguida comenzaré a escribir el


siguiente capítulo e intentaré TENERLO lo más rápido
posible<3

Los tkm DEMASIADO💜💜


54. "Pertenecientes" [pt.1]
Las manos del Alfa temblaron con desmedida cuando se adentró en
la habitación. Recargó su espalda contra la puerta y desvió su
mirada hacia el envase de helado que tenía entre sus manos.

La vista se le nubló durante unos segundos, y tuvo que morderse el


labio con fuerza para no soltar un jadeo de satisfacción/placer que le
recorrió el cuerpo al oler las fuertes feromonas del Omega.

Taehyung pensó que a Jean Baptiste Grenouille le hubiera


encantado robar el dulce aroma que Jungkook desprendía para
volverlo un perfume.

El corazón de ambas personas en la habitación latían con mucha


fuerza, casi amenazando con salirse de las paredes cardiacas por la
aceleración de los latidos.

Jungkook yacía sentado la esquina de su cama, con la espalda


recargada sobre la pared y las piernas con una flexión hacia arriba,
recargando su mentón contra sus rodillas desnudas. Su cabello
estaba húmedo, y caía sobre sus ojitos —obstruyendo un poco su
vista— sus mejillas estaban sonrosadas, y la alteración de tener a
Kim Taehyung cerca provocó que su lobo soltará un aullido
necesitado.

El Omega llegó a pensar que su celo había terminado. En serio lo


llegó a creer, sin embargo ese pensamiento se fue a la basura
cuando tuvo al Alfa frente a sus ojos. La piel se le erizó, y sintió
unas ganas infernales de tirarse sobre el y de tenerlo muy —pero
muy— cerca. Sus manos apretaron las sábanas con fuerza, y soltó
una respiración ruidosa que hizo al otro observarlo.

Estaría mintiéndose a si mismo si dijera que no se sentía cohibido,


porque santísima luna, jamás se había sentido tan ansioso como en
ese momento.
—Hola. —fue lo único que el Alfa pudo formular debido al
nerviosismo que le recorría el cuerpo.

Sus ojos se plantaron con intensidad sobre los de Kookie, haciendo


que el estómago de este se contrajera de anticipación y soltara un
quejido bajo.

Las sensaciones y los nervios se sentían a flor de piel en el


ambiente, y eso que un par de metros los separaba desde la puerta
hacia la cama.

—H-hola, Tete. —la voz del dulce Omega pareció muy afectada.

Tenía los ojos entrecerrados —como si le costase mantenerlos


abiertos— los belfos brillantes por su saliva y rojizos por las
mordidas que se propinaba solo; y todo esto por intentar ser más
racional ante la tensa situación.

Jungkook solo podía pensar en lo exquisito que Taehyung se veía.


Le gustaba como el mayor traía unos pantalones de chándal
dándole un aspecto despreocupado, —como si hubiese venido en
apuros hasta Suwon—, le gustaba el suéter oscuro que traía —que
le gustaría usar como vestido— y le encantaba demasiado la leve
expresión de sufrimiento que tenía en su rostro.

Si, una expresión de sufrimiento, porque Jungkook sabía que sus


feromonas —que soltaba apropósito cada vez más— lo afectaban.
Las manos del Alfa se aferraban en el envase que tenía en sus
bonitas manos mientras que soltaba respiraciones roncas que le
servían al Omega como un estimulador.

Jungkook soltó un gemido bajito cuando sus ojos hambrientos


observaron fijamente las manos del chico, precisamente en sus
largos y finos dedos.

Jamás lo había querido admitir, pero tenía cierto fetiche con ellos.
Taehyung estaba muy nervioso, y estaba sintiéndose acorralado y
tentado por las ganas que tenia de besar a su Omega hasta el
cansamiento.

Pero no lo haría. Al menos no aún.

—Te traje helado. —el Alfa dijo en un bajo murmuro, alzando el


envase con una pequeña sonrisa en sus labios.

Jungkook le devolvió la sonrisa, y palmeó un lugar en el colchón.

—Ven, Tete. —su voz sonó muy dulce, logrando que el Alfa se
sintiera hipnotizado por un par de segundos.

El peliazul acató la orden, y dió pequeños pasos hacia la cama,


cada vez sintiéndose más ansioso. Puso el gran envase de helado
sobre la mesita de noche, sintiendo la mirada expectadora del dulce
Omega quemarle sobre la piel.

Su peso hundió el suave colchón y


soltó un suspiro tembloroso para volver su vista hacia el sonrojado
chico.

Le faltó el aire. A Jungkook le faltó el aire cuando observó como los


ojos de su novio se habían tornado de amarillo oscuro y como sus
afilados colmillos amenazaban con salir.

Eso le encantó.

El Omega se quitó la sábana encima y gateó lentamente hacia el


Alfa, sintiéndose extasiado ante la vista tan poderosa sobre el.

Pasaron unos segundos de silencio, donde simplemente se limitaron


a observarse. La tensión en el aire era tan gruesa y afilada como un
cuchillo.

—¿Como estás, Kookie? —Taehyung preguntó en un suave respiro


que le provocó cosquillas a Kookie en el vientre.
El Alfa estaba haciendo un esfuerzo letal en no dejarse controlar por
su Alfa y por las dulces feromonas de su Omega; pero estaba
resultando difícil.

Jungkook tomó la mano del Alfa y pasó sus propias yemas sobre la
piel. Analizó los falanges como si de un examen se tratara. Con su
pulgar e índice atrapó toda la extensión del dedo con suavidad, para
después separarlos y entrelazarlos, tomándose de la mano de una
manera muy lenta.

Al mayor le pareció interesante aquel comportamiento.

—Estoy bien —Kookie sonrió levemente, conectando miradas con


viveza —... aunque no quería molestarte en qué vinieras, ¿sabes?

Taehyung parpadeó un par de veces.

—Jamás me molestarías. —su voz gruesa hizo a Kookie morderse


el labio. —Pensé que ya lo sabías.

Un puchero fue formado en los labios del menor.

—Lo siento. —bajó la mirada hacia las manos con los dedos
entrelazados. —Me he sentido muy... —hizo una pequeña pausa,
pensando en sus palabras. —confundido.

Con la mano libre, Taehyung dirigió su mano hacia el mentón de su


novio, e hizo un simple movimiento para que volvieran a verse a los
ojos.

—Platícame de eso.

Los ojitos de Jungkook brillaron, y sus orejas se calentaron.

Le había encantado demasiado el toque del Alfa contra su rostro,


por lo que sonrió arrugando su naricita. El simple tacto de las
suaves yemas de los dedos le causó un escalofrío por toda la
extensión de su columna vertebral.
Parpadeó observando al Alfa para después desviar su mirada hacia
el gran envase que descansaba sobre la mesita de noche.

—¿Puedo platicarte de eso mientras comemos helado, Tete? —


apuntó con timidez.

"tierno" pensó el Alfa.

—Claro que si. —sonrió, observándolo con dulzura. Acercó su rostro


lentamente al del Omega y susurró: —¿Quieres mimos, bebé?

A Jungkookie se le quedaron las palabras estancadas en la


garganta, lo único que pudo hacer fue asentir con la cabeza como
un niño encaprichado.

Así que ambos se acomodaron de una manera cómoda en la cama.


El Alfa recargó su espalda contra la cabecera, quedando
incorporado con las piernas extendidas sobre el colchón, por el otro
lado, el dulce Omega recargó su cabeza sobre el pecho de su novio,
y tuvo la audacia de enredar su pierna entre las del contrario.

Kookie pegó su nariz al pecho del peli-azul y olfateó gustosamente


haciendo que las pupilas se le dilataran ante el aroma que logró
estimularlo. Después de un minuto donde logró relajarse, Taehyung
le pasó el envase de helado y una cucharita.

—Está muy rico —el Omega dijo mientras sonreía y degustaba del
sabor a chocolate en su caliente lengua.

—Solamente para ti. —el peli-azul acercó sus labios al cabello


húmedo de su novio y depositó un beso.

El Omega mimado amó la situación. Amó como estaba entre los


brazos de su amado, mientras el calor corporal le rodeaba y comía
el helado que le había comprado.

—Gracias, Tete. —sonrió tiernamente, observándolo muy


agradecido.
Los ojos exploradores —así quiso llamarlos— de Taehyung pasaron
lentamente sobre las piernas de su dulce
Omega. Eran gruesas y un poco tonificadas, lucían suaves y tenían
un leve tono bronceado.

Su lobo se removió inquieto, por lo que tuvo que apartar la mirada


rápidamente.

Carraspeó su garganta y volvió su vista hacia Jungkook que parecía


muy emocionado comiendo el helado. Tenía sus ojos cerrados con
sus pestañas rozaban suavemente sus pómulos rosados,
claramente el sonrojo que lo envolvía cubría desde sus orejas hasta
su cuello.

—Hablemos. —el Alfa habló, y al instante se arrepintió.

Se arrepintió porque pensó que estaba molestando a su Omega por


no dejarlo comer de su helado apropiadamente.

Torció los labios nerviosamente una vez que Kookie abrió sus ojos y
se encontraron con los suyos. Este ni siquiera parecía molesto, en
cambio sonrió y arrugó su nariz como un conejito. Incrustó la
cuchara sobre el helado e imitó sonidos de avión mientras movía la
cuchara de aquí por allá.

—¡Ahí va el avioncito! —el Omega jugueteó, haciendo reír al Alfa.

Kookie posicionó la cuchara enfrente de los labios del peli-azul y le


indicó que abriera la boca, y este, accedió al instante, saboreando el
dulce sabor frío a chocolate.

Pero Taehyung no contó con que el Omega dejara el envase y la


cuchara al lado de sus cuerpos para subirse a horcajadas de su
regazo y pegar sus bocas.

Sintieron sus cuerpos arder.


Jungkook abrió la boca, y Taehyung vaciló. Vaciló porque estaba
seguro de que ambos podían perder la racionalidad con un beso.

El menor pareció notar esto, por lo que sintiéndose extasiado —de


repente—movió sus caderas sobre el regazo de su novio,
provocándole y ordenándole que abriera la boca. Las manos
temblorosas del Alfa se posicionaron con fuerza sobre la cintura del
contrario, evitando que se moviera sobre el, sin embargo Jungkook
obtuvo que abriera la boca y que sus lenguas se tocaran.

Ambos jadearon ante la sensación de sus calientes lenguas


haciendo contraste con el frío helado de chocolate que se mezcló
entre sus bocas.

Las manos del Omega se posicionaron sobre los hombros del Alfa, y
movió la cabeza para profundizar el beso. Taehyung sentía que
estaba en las nubes. El corazón le latía con fuerza, y las manos le
picoteaban.

Las manos posicionadas de Jungkook sobre los hombros de Tae


duraron poco, ya que estando completamente lleno de adrenalina,
agarró las manos de su novio —que se encontraban en su cintura—
y las llevó a hacer un recorrido hasta su trasero.

Taehyung se zafó del agarre al instante al percibir la intención, y


sintió como un bochorno le recorrió el cuerpo, mientras que tanto, el
Omega soltó un quejido, separando sus bocas para abrir los ojos y
observar a su sonrojado Alfa.

El peli-azul estaba mordiéndose el labio inferior con fuerza, con sus


ojos aún cerrados y la respiración entrecortada.

—N-no quiero que sientas que me estoy aprovechando de ti,


Kookie. —pareció muy afectado por su tono de voz grueso y
jadeante.

Jungkook negó con la cabeza al instante. Sentía que la sangre le


hervía de excitación, la sensación creciendo en su vientre bajo
conforme pasaban los segundos.

Jadeó.

—No lo estás. —su voz dulce murmuró.

Pasaron unos segundos de silencio. Taehyung parecía estar


teniendo una pelea interna consigo mismo; y tras un rato después
abrió sus ojos, y su mirada amarilla brillante se encontró con la
dilatada del Omega.

El Alfa ladeó la cabeza mientras que ponía un mechón rebelde se


cabello detrás de la oreja del menor. Le sorprendió bastante como
su Omega había pasado de estar muy interesado por comer helado
a volverse un tanto atrevido.

Chasqueó la lengua.

—No estás muy consciente de lo qué haces. —alzó sus cejas,


clavando sus ojos contra los del otro.

Jungkook rodó los ojos, lo que provocó que Taehyung le picará la


costilla por la acción y que este se removiera dolorosamente sobre
su regazo.

—¡Si lo estoy! —el acusado se cruzó de brazos con el entrecejo


fruncido. —También estaba muy consciente de lo qué pasó en la
fiesta de Namjoon.

Al Alfa se le subió la sangre al rostro al recordar aquello. Aún no


podía creer que...que había simulado estocadas sobre el cuerpo del
dulce Omega.

Tragó saliva nerviosamente, de repente sintiéndose cohibido.

—¿Sabes...? —Kookie pasó un dedo sobre el cuello del Alfa


mientras no le despegaba la vista de encima. —Mamá me preguntó
que si no habíamos tenido una platica.
—Umh...me dijo el día de nuestra cita que debíamos de platicar
sobre tu celo —el Alfa torció los labios. —, pero no encontré el
momento indicado.

—Hablemos, entonces.

Ahora si el Omega se sentía dispuesto a hablar, principalmente


porque sabía que el celo lo volvía un poco valiente, y quería sacar
provecho. Taehyung asintió con la cabeza, y antes de hablar analizó
sus palabras.

Soltó un suspiro, y sus orbes se encontraron con las de su novio.

—¿Estás cómodo con mi presencia?

El interrogado ladeó la cabeza y sonrió un poco, analizando al Alfa.

—Pareces psicólogo. Tienes la finta por completo. —el Omega se


encontraba muy divertido ante la situación. Pensó que al Alfa le
hacían falta unos anteojos y peinarse con spray. —Todos tus
pacientes se habrían enamorado de ti.

Taehyung alzó sus cejas y observó al menor con los ojos


entrecerrados.

—Jungkook. —por el tono de voz, el llamado pensó que fue un


regaño.

Pero el Omega se tuvo que aceptar a sí mismo que le gustó


bastante. Se balanceó suavemente de atrás hacia delante sobre el
regazo, ganándose una mirada de aviso del Alfa.

—Me siento cómodo contigo, Tete. —desvió su mirada con las


mejillas sonrosadas. —Si no, no te hubiese dejado entrar a mi
habitación.

Taehyung pensó que eso era cierto, no obstante cuando un Omega


estaba en celo, las hormonas les hacían cambiar bastante de
humor. Quería estar complemente seguro de la comodidad de su
destinado.

—¿Q-que... es lo que quieres, Kookie? —preguntó el Alfa con


nerviosismo cubriéndole el cuerpo.

Y es que, incluso la pregunta logró descolocar al interrogado,


Jungkook. Se tomó un minuto entero para pensarlo mientras giró su
rostro hacia la ventana.

"¿Que es lo que quiero?" El Omega torció sus labios,


cuestionándose.

Por el otro lado, los ojos exploradores de Taehyung —nuevamente


— se encontraron sobre la piel de su novio, pero esta vez en la piel
que cubría sus muslos. Estaban flexionados a los lados de las
caderas del mayor, aprisionando su regazo con crueldad; y su lobo
sintiéndose extasiado ante el contacto.

El Alfa quería morderlos.

—¿A que viniste, Tae? —la voz del dulce Omega logró borrar el
pensamiento que tenía en su cabeza, provocando que le observara.

—Vine a que te sientes mejor. —Taehyung pensó que esa era la


mejor respuesta.

Porque según el, era lo más acertado por decir, pero solo provocó
que Jungkook torciera los labios y juntara las cejas.

El menor estaba vacilando demasiado. No sabía exactamente qué


era lo que quería. Quería averiguarlo, sin embargo no sabía cual era
la línea que había entre ellos dos.

La línea que estaba entre el placer y la crueldad, porque Jungkook


sabía que el Alfa estaba haciendo un esfuerzo por mantenerse
cuerdo ante la situación y no quería torturarlo.
—¿Hay condiciones? —el Omega alzó la vista hacia la del contrario
unos segundos más tarde.

Taehyung tragó saliva, y ladeó la cabeza.

Estaba siendo muy cuidadoso. No quería causar arrepentimiento, ni


corromper a su dulce Omega simplemente por estar cegado por el
celo. Pero si Jungkook tenía cierta racionalidad, y de verdad se lo
pedía , no dudaría en hacerlo, porque santísima luna, quería
comérselo entero.

El Omega soltó un sonido parecido al ronroneo de un gato cuando el


Alfa posicionó sus manos sobre sus muslos y los acarició con
lentitud.

—Quiero que seas honesto conmigo. —alzó sus cejas, diciendo lo


que pareció una advertencia. —Quiero que me digas si algo te
molesta o te incomoda, ¿si?

Ambos sabían que estaban hablando en doble sentido, y claramente


a ambos les pareció una manera muy cómoda de sobrellevar las
cosas.

—Si, Tete. —Jungkook le miró con un fuerte sonrojo. Estaba


volviendo a sentirse muy acalorado, sobre todo por la manera que el
Alfa pasaba las yemas de sus dedos sobre la piel de sus muslos,
provocándole cosquillas. —Y-yo no te mentiré que uhm...el celo me
cambia un poco, pero quiero tenerte aquí y quiero... que me hagas
sentir mejor y que tu también lo quieras hacer.

A Taehyung le costó un poco respirar apropiadamente. Sus manos


aprisionaron con una fuerza considerable la piel de Jungkook,
observándolo con los ojos amarillos.

—Lo quiero. —su voz sonó firme y gruesa.

El Omega tragó saliva, los nervios consumiéndolo por completo y la


excitación alentándolo mucho. Se balanceó sobre el regazo de su
novio, haciendo que este apretara los labios ante la sensación.

—Aún no estoy seguro de lo que quiero, p-pero...¿podemos


comenzar con un beso? —Jungkook preguntó tímidamente, con un
fuerte sonrojo recorriéndole el cuerpo.

—Claro que si, bebé.

Taehyung le sonrió suavemente antes de inclinarse al rostro de


Jungkook y pegar sus labios en un beso suave y tranquilo. Ambos
se sintieron gustosos y dignos de tener al otro cerca. Se sentían
completos, felices, y afortunados de estar juntos.

Nada iba a poder compararse a los sentimientos que rodeaban sus


pechos con calor que sentían cuando se tenían cerca. Taehyung se
entregaba por completo a Jungkook, y el Omega se entregaba por
completo a su Alfa.

Porque se pertenecían. No como objetos, sino como almas


destinadas.

El Alfa acarició sus labios contra los de su Omega, sintiéndose


perder ante la dulzura y la suavidad que le proporcionaban. Acarició
con su mano derecha la mejilla del contrario, y con su otra mano
acarició su cintura por encima de la camisa.

De la camisa que le pertenecía a Taehyung y este, no había pasado


desapercibido el detalle. Jaló un poco de la tela, llamando la
atención de Jungkook.

—La próxima vez te daré lo que quieras para que hagas tu nido. —
dijo entre besos.

En cambio, el acusado negó con la cabeza lentamente sin despegar


sus labios de novio.

—La próxima vez no ocuparé un nido. —dijo con la voz


entrecortada. —Tu eres mi nido.
A Taehyung se le calentó el corazón ante aquellas palabras. Sus
labios se extendieron en una sonrisa, provocando que se separaran
unos segundos para observarse.

—Te quiero, Kookie. —le tomó el rostro con ambas de sus manos,
mirándolo con docilidad.

El menor sonrió, mostrando sus dientes de conejito. Se movió en el


regazo de su novio y pegó su pecho al del contrario para después
deslizar sus brazos y acorralarlo del cuello.

—Yo también te quiero, Tete. —su melosa voz hizo a Taehyung


sentirse feliz.

Volvieron a fundirse en un beso. La suavidad de sus labios eran una


de las mejores sensaciones que jamás habían sentido.

El momento era clave en su relación. En sus vidas, y querían que


nada saliera mal.

Taehyung soltó su agarre del rostro del Omega y posicionó sus


manos sobre la pequeña cintura, causando que este soltara un
gruñido bajo. Sintiéndose animado, se atrevió a meter su dedo
índice por debajo de la tela de la camisa, tocando la suave piel del
abdomen.

El provocado soltó un gemido muy bajito, retorciéndose ante el tacto


sobre la piel tan sensible. Taehyung notando que el Omega no
mostró indicios de molestia, procedió a meter sus manos debajo de
la camisa para tomarlo de la cintura.

De piel contra piel.

Jungkook se sintió motivado a profundizar el beso. Su lengua hizo


intromisión en la boca de Tae, ambos músculos rozándose con
parsimonia y sensualidad.
Los labios de Jungkook eran tentativos, e insinuantes; y Taehyung
estaba seguro de que el menor no era consciente del buen besador
que era.

—Ahh~ —el Omega jadeó contra la boca del Alfa cuando se movió
por debajo de el.

Sus caderas rozaron con lentitud toda la extensión del regazo de


Taehyung, haciendo que este también se sintiera muy afectado. El
contacto era muy directo.

Comenzaba a hacer calor en la atmósfera.

Taehyung apretó la cintura de Kookie intentando que no se moviera


demasiado, ya que le estaba resultando cruel de su parte.

El Omega echó la cabeza hacia atrás.

—P-por favor, Tete. —se sintió necesitado. Su voz salió como una
súplica. Su cuerpo le pedía estimulación, y comenzaba a sentirse
muy frustrado. —Por favor.

El Alfa comenzaba a emocionarse demasiado. Las manos le


picaban, y el cuerpo se le estaba calentando ante los movimientos
que anteriormente hizo su Omega sobre su miembro.

Siguió vacilante, pero después analizó Jungkook se lo estaba


pidiendo.

Iba a dárselo.

Por eso, Taehyung con las manos puestas sobre la piel de la cintura
de Kookie, guió un movimiento hacia su miembro, haciendo que
este soltara un gemido que sonó como música para sus oídos.

"Santa luna." Pensó Jungkook.

Ambas erecciones estaban creciendo en compañía de sus


respiraciones pesadas. Sus pulsos cardiacos estaban acelerados y
sus lobos aullaban ante las sensaciones.

Jungkook estaba avergonzado, no obstante eso no le impidió a de


moverse contra el cuerpo de Taehyung nuevamente, provocándole
placer la fricción.

El peli-azul se inclinó suavemente hacia el cuello de su contrario y


escabulló sus narices sobre la piel, olfateando desde la fuente de
olor mientras incrustaba sus dedos en la piel de la cintura mientras
movía sus caderas impulsando la necesidad de su Omega.

—T-Tae, aah~ —Jungkook se sentía maravillado ante los


movimientos contra el.

Las sensaciones eran tan directas por el simple hecho de que


Taehyung estaba usando pantalones de chándal mientras que
Jungkook traía unos shorts de licra cortos.

Muy cortos.

Sus erecciones estaban rozándose, causando vías de placer que les


recorrió a manos sobre la sangre de sus venas.

A Taehyng le tomó de bastante sorpresa como la mano de su


Jungkookie se posicionó sobre el borde de la camisa que traía. Su
mano se adentró bajo la tela y tocó juguetonamente la extensión de
su abdomen, causándole un gemido ronco.

Jungkook sonrió al escuchar aquel sonido que el había provocado.

La erección del mayor dió una dolorosa sacudida, provocando que


este tomara una exhalación gruesa. Se le estaban complicando las
cosas.

El par de labios se volvieron a encontrar, esta vez convirtiéndose en


un beso hambriento que dejó a ambos sin aliento. Sus cabezas se
movían de un lado a otro, mientras que sus calientes lenguas se
movían con sensualidad.
Las feromonas de ambos se mezclaron en el aire, creando con un
ambiente íntimo y digno del amor que sentían el uno por el otro.

Y de pronto Taehyung decidió dejar de torturarse a si mismo.

Agarró de las caderas del Omega y lo alzó de su regazo,


moviéndolo en una acción rápida para acostarlo sobre el colchón.
Jungkook extendió sus ojos debido a la impresión que le provocó
aquello.

Se sintió pequeño bajo el gran cuerpo del Alfa, pero... de cierta


forma le gustaba ese sentimiento, por lo que sonrió.

Taehyung puso las palmas de sus manos contra el colchón,


justamente a un lado de la cabeza del contrario y se inclinó hacia el.

—¿Te molesta si estamos así? —el Alfa preguntó precisamente


contra el oído del Omega.

El interrogado mordió su labio con fuerza, y negó con la cabeza.

—Me gusta así. —su respiración estaba entrecortada y muy


inestable.

El cuerpo le hormigueaba y la excitación lo estaba golpeando con


fuerza desmedida.

Necesitaba mucho más.

—Tete. —Jungkook llamó a su Alfa, haciendo que este le observara


con detenimiento. —B-bésame donde tú quieras.

La expresión de Kim Taehyung se desencajó.

"En serio dijo eso" pensó con la respiración temblorosa. Su Alfa


aulló con fuerza, sintiéndose emocionado por aquellas palabras.

Fue entonces que Taehyung echó su cabeza hacia atrás y que de


repente, lo observó con altanería y una sonrisa plasmada en sus
labios. Su mano se dirigió hacia el borde de la camisa del Omega y
jaló la tela hacia abajo, mirándolo con intensidad en el proceso.

—¿Puedo? —la voz gruesa inundó los oídos del Omega.

Jungkook se sonrojo a más no poder, se mordió el labio y terminó


por asentir levemente con la cabeza.

Con una lentitud cruel, el Alfa alzó la tela de la camisa, todo esto sin
despegar sus ojos de los del Omega. Una vez que la tela llegó a la
altura de sus pezones, el menor se incorporó un poco del colchón,
permitiendo que la camisa deslizara su piel y saliera sobre su
cabeza.

El primer instinto que tuvo el Omega fue taparse el rostro con las
manos, sintiéndose avergonzado. Por el otro lado, el Alfa abrió las
piernas del contrario, y las rodeó sobre sus caderas para inclinarse
sobre el cuerpo de Kookie.

—¿Estás bien? —Tae preguntó en un suave susurro que fue


respondido con un asentimiento.

El Alfa dejó que su dulce Omega se repusiera del avergonzamiento


que le provocó estar desnudo de la cintura hacia arriba. Pasó un
minuto entero donde Kookie intentaba respirar apropiadamente,
queriendo calmar el remolino de sentimientos que lo atormentaba.

Tragó saliva ruidosamente antes de despegar sus manos de sus


ojos, y abrirlos lentamente para observar a su Alfa.

—L-lo siento —el Omega se disculpó aunque no fuese necesario.

Ambos sentían las sensaciones a flor de piel, y era normal que


cierto miedo les atravesase por encima.

Estaban por conocer cada centímetro de sus pieles.

—No te preocupes, bebé —Tae besó tiernamente la frente de


Kookie.
El Alfa hizo un recorrido lento con sus hinchados labios, pasando
por la mejilla, el mentón y finalizando en el cuello del Omega. Todo
esto causó un espasmo en el cuerpo del menor, lo que provocó que
los labios de Taehyung se extendieran en una sonrisa contra su piel.

—¿Sigue en pie tu orden? —preguntó en un murmuro bajo y grueso.

Jungkook supo perfectamente a que se refería. Estaba muy seguro


de quería que su Alfa le besase la piel de los rincones de su cuerpo.

—Si.

La respuesta afirmativa en monosílaba fue pase dorado. Taehyung


comenzó su tarea de repartir besos húmedos sobre el cuello. Su
lengua se escabullía entre su boca para rozar la sensible piel de
Jungkook, haciendo que este soltara gemidos bajos.

La mano del menor tomó las hebras azules del cabello del Alfa con
fuerza cuando recibió una mordida.

—A-ah, T-tae~ —Kookie disfrutó bastante aquello.

Los gemidos del Omega le causaban estragos en el estómago al


Alfa, motivándolo a succionar la piel con fuerza.

Lo estaba marcando. Indirectamente, pero lo estaba haciendo.


Jungkook se sintió gustoso ante esto, porque la idea de pertenecerle
a nadie más ni nadie menos que a Kim Taehyung le parecía
fantástico.

***
No les quise dejar sin cap hoy!;( tuve que hacer un sinfín de
cosas hoy, y claramente el capítulo no está terminado LO
SIENTOOOO

Also: soy malísima escribiendo desde esta perspectiva, sorry;(


pero quería complacerles, así que por esto lo he hecho!!
Disculpen los errores
esto es sólo el comienzo <3
Por favor no se me desesperen porque me desespero y me
siento maaal;( se lo que se siente esperar una actualización
ansiosamente!!

Por si gustan pasarse;


Amo leer sus comentarios bebeses
LOS TKM MUCHO😔❤
54. "Pertenecientes" [pt. 2]
Ola, tu otra vez releyendo esto? :)

***
Taehyung POV's

Tras haber puesto el envase de helado sobre la mesita de noche —


para evitar hacer un desastre sobre las sábanas— me incliné
nuevamente sobre el cuerpo del Omega y le observé.

Y tuve que tomar una profunda respiración para calmarme ante con
la vista que me encontré.

Jungkook era la lujuria personificada.

Sus labios estaban rojizos. Un precioso sonrojo le cubría las orejas,


el rostro, el cuello, una parte de las clavículas y su pecho, el cual
subía y bajaba ante sus respiraciones fuertes.

Su piel lucia suave, y sus pezones rosados y efectos eran la cereza


del pastel.

El rubor que adornaba su piel se intensificó al percibir mi atenta


mirada sobre el, por lo que le sonreí de una manera tranquilizante.
Me acomodé entre sus piernas, las cuales enrollé con comodidad en
mi cadera.

Su erección estaba orgullosamente hacia arriba y se rozaba


levemente contra la mía, lo cual me hacía perder la cordura poco a
poco.

Estaba expuesto y dispuesto.

Mi mano izquierda se posicionó a un lado de su cabeza, mientras


que la otra acarició la suavidad de la piel de su rostro.
Allí estábamos ambos. Comunicándonos con miradas y el corazón.
Su vista parecía cegada por el placer y la necesidad que sentia,
mientras que yo quería saborearlo completamente.

Nuestras necesidades encajaban a la perfección.

Mordí mi labio y ladeé la cabeza, desviando mi mirada hacia su


cuello.

Había un chupetón.

—Te hice una pequeña marca. Lo siento.

¿Lo sentía? La verdad no estaba seguro. Mi lobo se negaba a


sentirse arrepentido, porque le encantaba la idea de que su Omega
llevara una marca de el. Se sentía satisfecho, porque de cierta
forma había marcado territorio.

Jungkook parpadeó repetidamente, y terminó por sonreír como si


estuviese hipnotizado.

Un calor me recorrió el cuerpo cuando dirigió su mano derecha


detrás de mi nuca y enrolló mis cabellos entre sus dedos,
acariciando mi cabeza en el proceso.

—M-me gusta. —contestó en un tono tímido.

Aquello me hizo sonreír abiertamente.

—¿Ah, si? —mi voz sonó pícara.

El dulce Omega desvío su mirada sintiéndose avergonzado, no


obstante terminó asintiendo con la cabeza unos segundos después.

Entonces estaba dispuesto a marcar su cuerpo completo.

Acerqué mi boca hacia la suya, y mis labios se extendieron en una


sonrisa cuando el Omega gimió con fuerza contra mis labios cuando
mi mano tocó su pezón; provocando que se endureciera, y que su
cuerpo se retorciera bajo el mío.

—¡T-taehy...-! ¡Mmph!~

No le di demasiado tiempo de recuperarse. Aún tocando el rosado


botón, aprisioné con mi boca su labio inferior y succioné,
provocando que lloriqueara y clavara sus uñas contra mis hombros.

Atrapé su pezón entre mi dedo índice y pulgar y pellizqué


mínimamente.

La adrenalina y el placer me corría por las venas.

Jungkook sufrió un suave espasmo, lo que me hizo soltar su


hinchado y rojizo labio. Me incorporé de su cuerpo —casi sentado
contra su regazo—, y me tomé la valentía de estimular ambos de
sus pezones.

Tomó aire ruidosamente, su expresión desencajandose ante el


placer que estaba sintiendo. Observé atentamente como se mordía
el labio, y cerraba los ojos con el rubor cubriéndole gran parte de su
piel.

Mi erección estaba comenzando a doler. La vista era tan erotica.

—T-Tete... —el Omega aún tenía los ojos cerrados. Su voz saliendo
en un hilo débil. —Bésame.

Lo que mi Omega pidiese, se lo daría.

Me incliné y unimos nuestros labios en un suave beso.

Me tomó del cabello y respiró con aceleración en mi boca. Su


lengua delineó mis labios tímidamente, y después tocó la mía. Echó
la cabeza hacia atrás un poco, invitando a mi lengua en entrar a su
boca, y lo hice, sin embargo no esperaba que sus labios atraparan
mi lengua y la succionara.
Solté un gruñido ronco.

—Kookie. —le llamé con dificultad. Mis dedos se hicieron puños


contra las sábanas de la cama.

Me estaba calentando tanto que la cabeza no me funcionaba.

Sentí —sorpresivamente— sus dedos traviesos escabulléndose


dentro de mi suéter y tocando mi abdomen con lentitud, mandando
más sangre a mi dolorosa erección.

Despegó nuestras bocas y abrió sus ojos con lentitud, sus largas
pestañas meciéndose divinamente.

—Quítate el suéter, Tete. —me pidió con la voz dulce. —P-por favor.

Me tomó unos segundos analizar sus palabras, sin embargo una vez
que estuve seguro de ellas, obedecí su mandato.

Sin despegar la vista del Omega, tomé los bordes de mi suéter y lo


saqué por mi cabeza, quedando desnudo de la parte superior al
igual que el.

Jungkook estaba sonrojado, con su labio inferior aprisionado entre


sus dientes y con la vista intensamente puesta sobre mi piel.

No me sentía avergonzado, solo un poco tímido.

Su pequeña mano se posicionó sobre mi abdomen, y delineó una


línea levemente marcada con su dedo índice, provocándome un
cosquilleo.

No tenía el abdomen muy marcado, sin embargo debido a que era


Alfa, por naturaleza tenía hombros anchos y finas líneas que se
apreciaban atentamente como abdominales.

El dulce Omega parecía muy entretenido tocando mi piel. Pasó las


yemas de sus dedos tocando la superficie, y pude percibir como una
pequeña sonrisa se asomó por sus labios.
—¿Ya te dije que me gustas? —susurró muy bajito.

Y sin poder evitarlo, me sonrojé.

¿Como podía soltarme eso como si fuese nada? Era débil ante sus
encantos y sus palabras.

Era Jeon Jungkook, y me tenía en la palma de sus manos.

—No recuerdo. —fingí, haciendo un pequeño puchero que me salió


naturalmente.

El Omega soltó una risita. Alzó su vista hacia la mía y movió sus
cejas hacia arriba.

—Bueno, pues... —torció los labios, evitando una sonrisa. —Me


gustas.

—¿Que tanto? —jugueteé.

—Mucho. —sus mejillas se abultaron cuando sonrió.

Dejé un ruidoso beso sobre su mandíbula al escuchar sus melosas


palabras.

—A mi también me gustas mucho. —le dije con toda la sinceridad


de mi corazón.

El Omega sonrió.

No dejé pasar mucho tiempo cuando me di la tarea de repartir besos


húmedos sobre su piel nuevamente. Mi lengua caliente saboreó su
piel, e hizo un provocativo recorrido yhacia su pecho, donde hice
una parada.

Jungkook lucia adormecido, y a la vez muy atento.

Nos observamos a los ojos, y teniendo la ventaja de verle el rostro,


disfruté su reacción cuando pasé mi lengua sobre su pezón
izquierdo, ganándome un jalón de cabello por su parte.

—¡T-Tae! —su voz salió atropellada y aguda.

Se ruborizó con ganas, e intentó mover sus piernas, sin embargo se


lo impedí por el peso que ejercí sobre ellas con mi cuerpo.

—¿Si, bebé? —hablé roncamente contra el botón rosado, haciendo


que soltara un jadeo.

Volví a pasar la punta de mi lengua sobre el mismo lugar apropósito.

—¡T-taehyung! —lloriqueó, mostrando con sumas expresiones lo


frustrado que sentía. —P-por favor.

Sin quererlo, sonreí. Sonreí porque mi Alfa estaba orgulloso por


tener al Omega de esta forma.

Estaba a mi merced.

Abrí mi boca y succioné eufóricamente su pezon.

La la excitación del Omega fue victima de sus brazos, los cuales


comenzaron a moverse por la falta de control que tenía sobre su
cuerpo. Agarré ambas de sus muñecas y las presioné contra el
colchón, evitando que las moviera.

—¡T-Tae, nhg!~ —el Omega gemía sin poder evitarlo. —¡Tete!

Alejé mi boca del rosado botón para succionar la piel que lo


rodeaba. Dejé leves chupetones y mordidas sobre la blanca
superficie, dándome el tiempo de marcar lo que era mío.

Tomé aire profundamente cuando mis besos descendieron


lentamente hasta su ombligo, lo cual hizo a Jungkook alertarse. Alzó
su cabeza del colchón un poco para obsérvame con las mejillas
sonrosadas.

—¿T-tete?
Le miré con inocencia.

—¿Pasa algo? —mis labios rozaron el elástico de sus apretados


shorts.

Quería ver cada centímetro de su piel.

El Omega se mordió el labio con fuerza. Lucia vacilante, pero a la


vez muy curioso y acalorado; por lo que le tomó un par de segundos
a aclarar su mente.

Negó con la cabeza.

—N-no.

Sonreí.

—Ya sabes. Si te incomoda algo o no te gusta, me dices,


¿entendido? —alcé mis cejas.

El Omega asintió con la cabeza, embalsamado.

Seguí con mi tarea.

Mis labios pasaron provocativamente sobre la tela de sus shorts,


originando un espasmo en el cuerpo de Kookie. Se le dificultó
respirar apropiadamente cuando mis labios rozaron su erección,
soltando un quejido.

Solté sus muñecas y agarré el elástico de sus shorts.

Torcí los labios, observándole con intensidad.

—¿Dejamos las cosas aquí? —pregunté antes de hacer un


movimiento en contra su consentimiento. —¿O sigo?

Me encontraba muy entusiasmado. No quería parar, porque


santísima luna tener a Jungkook retorciéndose de placer y gimiendo
mi nombre se había convertido en una de mis cosas favoritas.
Pero primero que nada, lo importante es que el estuviera consciente
de sus deseos.

El Omega mordió sus labios y me observó con los ojitos brillantes.


Parecía estar teniendo una pelea interna consigo mismo por la
manera en que tenía el ceño fruncido.

Su celo aún no estaba en su máximo punto, pero ambos estábamos


conscientes de que en cualquier momento pasaría.

—Sigue. —dijo un minuto después de haberlo pensado.

Torcí los labios y entrecerré los ojos.

—¿Cien por ciento seguro?

Jungkook se atrevió a rodar los ojos, por lo que alcé mis cejas.

—Confío en ti. —murmuró suavemente. —¿Eso te funciona, Tete?

Sonreí.

—Más que suficiente.

Con eso dicho, jalé hacia abajo el elástico, dejando a mi vista el


apretado bóxer que sostenía su erección. Saqué la prenda de su
cuerpo y me incorporé entre sus piernas.

Jungkook parecía estar sufriendo de un fuerte calor en su cuerpo.


Sus puños estaban aferrados a las sábanas, y su respiración estaba
entrecortada.

Estaba rojo al sentir mi intensa mirada sobre su cuerpo


semidesnudo.

Acaricié uno de sus muslos y con mi otra mano acaricié la piel de su


cintura, dándome el tiempo de suspirar.

Era precioso.
Jungkook era complexión delgada a pesar de que sus muslos eran
gruesos, mientras que su cintura era pequeña y un poco curveada.
Su tez levemente bronceada brillaba bajo la vista de mis ojos, y sus
preciosos pezones estaban erectos y brillantes por mi saliva.

Había aproximadamente cinco marcas de mi lengua y dientes sobre


la piel de su abdomen.

Y a mi parte posesiva le fascinaban.

Observé sus muslos, y pasé la lengua sobre mis labios. No dejaría


pasar más tiempo. Quería devorarlos.

Me incliné sobre ellos.

Mordí, chupé y saboreé con entusiasmo la piel sensible. El sonido


obsceno de mi boca contra sus muslos se combinaba con sus
gemidos agudos rebotaban en las paredes de su habitación.

Mi pene rozó dolorosamente contra la tela de mi bóxer, haciéndome


soltar un gruñido.

Santísima luna.

—Me encantas. —hablé roncamente contra su piel que comenzaba


a tornarse roja.

Sintiéndome muy extasiado, abrí sus piernas y adentré mi boca


contra la piel interna de sus muslos.

—¡A-ah, nngh!~ —el Omega alzó sus caderas al aire, su erección


buscando atención.

O probablemente algo más.

—¿Te gusta, bebé? —alcé mi vista para observarle.

Jungkook respiró ruidosamente, sintiéndose aborchonado.


—D-duele.

Mis cejas se movieron hacia arriba.

—¿Que duele?

El Omega resopló muy avergonzado. Sus manos taparon su rostro


con timidez.

—No me hagas decirlo. —su voz se escuchó amortiguada.

Una pequeña sonrisa se deslizó por mis labios.

—Te ayudaré con eso.

En un movimiento fugaz bajé sus bóxers, dejándolo completamente


desnudo ante mis emocionados ojos. Aventé el trozo de tela al suelo
y dirigí mis orbes amarillas hacia su cuerpo.

Y sonreí como un tonto enamorado. Jungkook era precioso.

—N-no me veas así. —pidió en un lloriqueo tímido y avergonzado.

Alcé mi vista hacia su rostro. Seguía obstruyendo mi vista hacia su


cara con sus manos, sin embargo el me estaba observando desde
los huecos entre sus dedos.

Extendí mi brazo para quitar las manos de su rostro y observar el


fuerte sonrojo que acompañaba sus mejillas.

—¿Así como? ¿Loco por ti, mmh? —alcé mis cejas con una sonrisa.

Jungkook soltó un jadeo, y precedió a taparse nuevamente con las


manos, pero se lo impedí al instante.

Hice un sonido de negación.

—No te tapes, bebé. —le dije con suavidad y los ojos bien clavados
sobre los suyos. —Pones caras bonitas cuando disfrutas.
Mis palabras parecieron encenderlo mucho.

Me tomó del rostro y enredó nuestras lenguas en un apasionado


beso que logró acelerarnos el pulso. Sus piernas me rodearon las
caderas y pegó nuestras erecciones, frotándolas con tortura.

El Omega clavó sus uñas en mis hombros y sus dientes en mi labio


inferior, mordiendo con fuerza considerable.

—¡Tae! —gimió con fuerza cuando mi mano tomó su pene.

Acaricié la extensión con suavidad, haciendo que Kookie arqueara


la columna ante la sensación. Hundí mi boca en su cuello e inhalé
su exquisito aroma mientras comencé a bombear con lentitud.

El dulce Omega tenía la cabeza echada hacia atrás, con los ojos
cerrados y con sus dientes maltratando por milésima vez su labio
inferior.

Mi putos bóxers iban a reventar.

Tragué saliva ruidosamente, intentando ignorar el dolor que me


causaba mi erguida erección.

Lubriqué con el pre-semen toda la extensión y comencé un vaivén


más rápido que hizo a Kookie respirar con pesadez.

Parecía que su celo comenzaba a hacerse más fuerte. Parecía


cegado, y muy necesitado.

—Mmh, T-tae... —gimió en un hilo de voz. Clavó sus uñas con


fuerza sobre mi piel, haciéndome sonreír.

Pasé mi pulgar sobre su glande, estimulando la punta con suavidad


y mojando mis dedos con el pre-semen que cada vez salía más.

—¿Estás bien? —mi voz salió entrecortada.


Jungkook abrió sus ojos, conectando miradas conmigo. Sus pupilas
se habían dilatado, y el color de sus orbes se había oscurecido.

Tragué saliva.

—Sigue. —pareció decidido. —M-más rápido.

Mi lobo me aulló fuertemente. Estaba sintiéndose desesperado, y


estaba totalmente emocionado por mostrar sus dientes y morder al
dulce Omega.

Mierda.

Moví mi mano sobre su erección con rapidez, haciendo que Kookie


se retorciera ante la estimulación y que yo inconscientemente tocara
mi pene por encima de la tela de mis pantalones de chándal.

Se estaba volviendo una tortura.

—¡Y-yo, e-espera! —me arañó el brazo. —¡E-estoy cerca, T-tete!

Su excitación se estaba volviendo tan fuerte que solo había bastado


un poco para ponerlo al borde su primer orgasmo.

Sonreí. Me sentía eufórico.

Continué mis movimientos sobre su pene, provocando que el


Omega lloriqueara con fuerza.

Apreté los dientes cuando un dolor leve se instaló en mi vientre bajo.

Mi Alfa estaba comenzando a pelear con mi parte humana. Quería


volverse hambriento, ser brusco y terminar con todas las energías
de Kookie. Quería dejarlo completamente complacido y marcado.

Tomé una respiración profunda.

Jugué con los ritmos de mi mano sobre su miembro, creando una


sensibilidad más intensa en el cuerpo del Omega.
Las feromonas en el aire lograban confundirme y marearme,
haciendo que mis pensamientos no fuesen muy claros.

Pude observar como una capa cristalina de lágrimas rodeó los ojitos
de Kookie, y por un instante me asusté. Pensé que le estaba
haciendo daño, sin embargo la idea de desvaneció tan rápido como
llegó el Onega cuando gimió alto, llegando al clímax.

—¡Alfa! —su caliente esencia salió disparada hacia mi abdomen.

Sufrió un espasmo que hizo que apretara las sábanas con los puños
de sus manos, y que sus piernas se movieran. El Omega respiró
ruidosamente mientras que su rostro era victima de un color
carmesí, sus cejas fruncidas adornando su expresión saciada, y los
labios goteándole un poco de sangre.

Pasaron un par de segundos donde se quedó extendido en la cama


con los ojos cerrados. Respiraba con aceleración mientras que una
pequeña sonrisa aparecia en sus labios.

Aquello me descolocó un poco.

Y nada me preparó a lo siguiente: Jungkook se incorporó, me tomó


de los hombros y alineó nuestros miembros cuando rodeó sus
piernas en mis caderas. Se trepó sobre mi y me hizo pegar la
espalda en el colchón de la cama.

El pulso se me aceleró.

Se sentó sobre mi regazo y se restregó sobre mi.

Un gemido ronco salió desde mi garganta ante aquella dolorosa


fricción. Mis manos se fueron hacia sus caderas y guié sus
movimientos sobre mi pene, haciendo que ambos respiráramos
ruidosamente.

Kookie estaba mostrando otra faceta de el.


Estaba desnudo ante mis ojos, con una sonrisa post-orgasmica y el
cabello desordenado. Sus caderas se movían intensamente,
mientras que su mirada dilatada se posaba sobre la mía y soltaba
gemidos bajos.

Lucia muy cómodo encima mío. No notaba mi una pizca de


vergüenza sobre su cuerpo; nada parecido a su comportamiento
minutos atrás.

Mis ojos bajaron curiosamente hacia su abdomen, el cual estaba


adornado de chupetones y marcas de mis dientes sobre la piel.

Santísima luna.

Ni hablar de sus jugosos muslos que estaban aprisionados sobre mi


cuerpo. Ambos manjares lucían igual que su abdomen: Marcados
por su Alfa.

La mente me quedó en blanco cuando Kookie tomó el elástico de


mis pantalones y me observó coquetamente. Me estaba pidiendo
permiso con la mirada.

Acaricié su cabello y sonreí. Pareció muy feliz por el tacto porque


cerró los ojos y soltó un suspiro tranquilo.

Era precioso.

Mi dedo pulgar se dirigió hacia su labio inferior.

—Te mordiste muy fuerte. —le dije en un murmuro muy bajo. —Te
sacaste sangre.

El Omega abrió los ojos y observó mi pulgar. El pene me pulsó


dolorosamente cuando Kookie metió mi dedo a su boca y lo chupó.

Solté una maldición baja.

Me estaba torturando, y probablemente lo sabía.


—K-kookie —le llamé con la voz entrecortada. —Espera.

El Omega soltó mi dedo de su boca y sonrió con altanería. Sus


manos jalaron de nuevo la tela de mis pantalones, y alzó sus cejas.

Asentí con la cabeza.

Ambos quedamos desnudos cuando Kookie sacó mis pantalones y


bóxers de golpe y los aventó hacia algún lugar de la habitación.

Su mirada hambrienta puesta sobre mi solo logró que un intenso


cosquilleo se instalara en mi abdomen bajo, y que mi erección se
moviera dolorosamente.

Jungkook posicionó su mano en mi pelvis —muy cerca de mi


miembro— y se lamió los labios. Se inclinó y note como estaba
completamente dispuesto a hacerme un oral; pero se lo impedí.

Un sonido de negación salió desde mi garganta.

Le jalé del cabello con suavidad y alcé su vista hacia la mía.

—Boca aquí. —señalé mis labios con mi mano libre.

—¿P-por qué? —preguntó en un lloriqueo, sus labios formándose


en un puchero. —Yo quiero...

No lo dejaría.

—Ya habrá tiempo para eso después. —no podía creer que esas
palabras habían salido de mi boca como si nada. —Bésame,
Kookie.

El Omega soltó un quejido como niño encaprichado.

Acercó sus labios a los míos y nos besamos con suavidad. Su


aliento caliente golpeando con el mío mientras que nuestras pieles
se tocaba era una de las mejores sensaciones.
Mis manos recorrieron desde la parte externa de sus costillas,
pasando hasta su cintura y terminar a los lados de su trasero.

Kookie gimió gustosamente contra mi boca.

Sintiéndome muy audaz, abrí sus nalgas y masajeé la suavidad de


la piel con ferocidad. Mis manos tocaron toda la extensión, y mis
dedos se mojaron de su lubricante.

Estaba goteando.

—¿Puedo? —no pude evitar preguntar. Quería tocarlo de otra


manera. —P-por favor.

El dulce Omega pareció emocionado ante el pensamiento y no dudó


en asentir con la cabeza.

—S-si.

Teniendo pase dorado, mis dedos se acercaron hacia aquel punto.


Con la punta de mi dedo toqué por encima de lubricada entrada,
provocando que se contrajera y que Kookie soltara un gemido
acalorado.

Esto era real.

—A-ah, ¡T-tae! —gimoteó.

Mi dedo corazón e índice hicieron círculos en el ansioso esfínter que


chorreaba de lubricante natural. Aquello provocaba que mis papilas
gustativas se humedecieran.

Quería saborearlo.

—P-por favor, Tete. —Jungkook exclamó en un lloriqueo necesitado.


Meció sus caderas. —Y-yo quiero...-

Separé mi rostro del suyo para observarle.


La lascivia y la lujuria adornaban vorazmente su precioso rostro. Sus
ojos amenazaban con soltar lágrimas de placer, con el ceño fruncido
y los labios hinchados en un puchero.

—Está bien. —mis palabras costaban en salir de mi garganta. Las


manos me picaban, y mi pene goteaba. —Comencemos con esto.

Me tomé unos segundos para prepararme mentalmente ante mis


próximos movimientos.

Jungkook arqueó su espalda y alzó su trasero —aún estando


encima de mi cuerpo—. Sus manos descansaban a los lados de mi
cabeza mientras que su rostro estaba justamente a la altura del mío.

Tuve la fortuna de observar como su expresión se contrajo cuando


la punta de mi dedo índice se adentró en sus paredes anales. Se
mordió el labio y escondió su rostro en la corvadura de mi cuello,
soltado gemidos entrecortados.

—¿Estas bien? —pregunté en un tono nervioso.

El Omega asintió levemente.

—Si. S-sigue, por favor.

Solté un acalorado suspiro, y teniendo su cabeza cerca de mi rostro,


dejé un beso sobre su cabello oloroso a champú.

La mitad de mi dedo se adentró en el orificio con cuidado, evitando


que Kookie soltara algún alurdido de dolor; sin embargo, pareció
muy desesperado. Meció nuevamente sus caderas, queriendo sentir
más.

—T-Tae. No duele. —me avisó entre suspiros.

A pesar de que jamás hubiésemos hablado del tema, estaba seguro


de que el Omega jamás había tenido un encuentro sexual.

Yo era el primero, y a mi Alfa le encantaba.


Kookie estaba tan mojado, que fue muy fácil deslizar por completo
mi dedo dentro de su esfínter, provocando que gimiera
ruidosamente sobre la piel de mi cuello.

—¡Nghhh, Tae!

El corazón me latía a mil. Mi Alfa estaba desperado por salir y


enterrarme en el cuerpo del Omega y hacerlo mío hasta la
inconsciencia.

No quería ni pensar como serían las cosas cuando yo tuviera mi


celo, porque justamente ahora me sentía al borde de la locura.

Mi dedo se dobló, provocando que Kookie echara su cabeza hacia


atrás y dándome la oportunidad de verle el rostro con claridad.

—¡S-Sigue, Tete! —me pidió entre lloriqueos atropellados. —P-por


favor, quiero q-que...¡Ah!

Apreté mis dientes. Un segundo falange se adentró, haciendo que el


Omega pusiera los ojos en blanco durante una milésima de
segundo.

Sus malditas expresiones me volvían loco.

Mis dedos comenzaron un vaivén lento y sensual, saliendo y


entrando provocativamente del agujero lubricado.

—¿Te gusta, mmh? —mi Alfa habló seductoramente por mi.

Jungkook se contrajo entre mis dedos al escuchar mi voz. Al parecer


le gustó demasiado. Se mordió el labio y asintió con la cabeza.

Mis dedos se doblaron hacia arriba, buscando cierto punto entre las
paredes anales.

—Ahg, T-tete. ¡N-no puedo! —el Omega gimoteó. Sus brazos


temblaron, amenazando en caerse contra mi cuerpo por la
estimulación que sentía.
Antes de que siguiera mi búsqueda de su punto, saqué mis dedos,
provocando un quejido de parte de Kookie.

—Acuéstate. —le pedí. —será más cómodo para ti, bebé.

El Omega asintió y sin dejar pasar más tiempo, dejó caer su espalda
desnuda contra el colchón. Me observó con una sonrisa
somnolienta, y sin previo aviso dejó un beso en mi mejilla
dulcemente.

—Bonito. —susurré.

Volvimos a fundir nuestros hinchados labios en un beso. La calidez


de su boca contra la mía jamás iba poder igualarse a ningún otro
tipo de sentimiento.

Jungkook podía ser una obra de arte. Una musa. Una maravilla. Un
sentimiento. Y hasta una bonita canción.

El Omega tocó la piel de mi abdomen suavemente, provocando que


mi excitación comenzará a doler con suma tortura. Su dedo delineó
mi piel hasta llegar al comienzo de mi pubis.

Aquello me sacó un suspiro contra su boca.

Su mano envolvió mi miembro en un gesto lento y cuidadoso; casi


tímido.

Me separé de sus labios en un chasquido y pegué mi frente a la


suya; claramente sintiéndome muy afectado por la manera que me
tenia entre su mano.

—K-Kookie. —gemí roncamente al sentir como movió su mano en


una oscilación lenta.

El Omega pareció alentado, sin embargo sus movimientos eran un


poco torpes. Una de mis manos se posicionó sobre la suya y guié
sus movimientos sobre mi pene, sacándome respiraciones pesadas.
Pasaron unos segundos, donde lo único que se podía apreciar
adecuadamente eran nuestras manos sobre mi miembro erecto.

—Y-yo puedo... —me avisó, quitando mi mano de la suya.

Asentí un poco, cediéndole la oportunidad de dejarme disfrutar de


su tacto en aquel lugar tan sensible.

Un cosquilleo me recorrió por todo el cuerpo cuando sentí como


jugueteó con la punta de mi glande, estimulándome e incitándome a
gruñir roncamente.

—K-Kookie. —la voz se me cortó cuando aceleró sus movimientos.

El Omega pareció vacilar sobre algo. Sus mejillas se enrojecieron y


pestañeó sensualmente.

Me observó con intensidad y soltó un suspiro acalorado.

—¿T-tienes condones? —su voz mandó escalofríos por mi columna


vertebral.

Y siendo la segunda vez en el rato, me sonrojé.

La pregunta logró ponerme la piel de gallina en un milisegundo y


hacer mi corazón latir aceleradamente.

El momento para mi era como una fantasía. Me costaba creer que


era real.

Carraspeé mi garganta antes de hablar.

—¿Estás seguro? —la voz me tembló de anticipación.

El dulce Omega asintió con sus mejillas sonrosadas.

—Si. —sus ojos brillaron, y se mordió el labio —¿T-Tu no...no lo


estás?
Me apresuré en asentir con la cabeza.

—Claro que si. —tragué saliva. —Diablos, estoy desesperado, bebé.

Kookie sonrió nerviosamente. —Está bien, entonces.

Tras haber encontrado con mi vista mis pantalones de chandal,


alargué mi brazo debajo de la cama y con dificultad saqué el sobre
del bolsillo.

Cuando entre a la casa del Omega y me dirigí hacia la cocina para


tomar una cuchara —para el helado—, me encontré con una hilera
de condones en la mesa que claramente alguien había puesto ahí
con un propósito.

Me pregunto si fue Jimin o la abuela Seung. No tenía las agallas de


preguntar.

Con el corazón latiendo fuertemente contra sus paredes cardiacas,


abrí la envoltura con nerviosismo y con las manos temblorosas,
dificultándome la acción.

Una vez el condón fuera de la envoltura, lo acomodé por encima de


mi rojizo glande y lo deslicé sobre toda la extensión; todo esto bajo
la atenta mirada del Omega.

Le observé con nerviosismo.

—Dime cualquier molestia, por favor. —un sentimiento de miedo me


recorrió levemente.

No quería lastimarlo.

—Si, Tete. —parecía igual de nervioso que yo, sin embargo la


pequeña sonrisa que apareció en sus labios logró tranquilizarme un
poco.

Abrí sus piernas y las posicioné alrededor de mi cintura,


alineándome al instante contra su rosada entrada. Me mordí el labio
ante la sensación, mientras que el Omega desviaba la mirada;
avergonzado de que le observara aquel punto de su cuerpo.

Jungkook estaba lubricando demasiado, y probablemente, si era


muy cuidadoso no generaría molestia.

Tragué saliva, y moví mi pelvis contra su entrada, provocando la


punta de mi hinchado miembro se adentrara en sus paredes anales
con lentitud. El Omega me tomó de los hombros, clavando sus uñas
sobre mi piel y cerrando sus ojos con fuerza.

—T-Tae... —gimió de manera muy bajita, en un hilo de voz.

—¿Duele? —cierto pánico se instaló en mi pecho. —¿L-lo saco?

Kookie me observó con un fuerte rubor en el rostro, y se limitó


durante unos segundos a negar con su cabeza.

—N-no. Solo es...extraño. —habló con dificultad debido a su


respiración entrecortada.

Asentí con mi cabeza tras haber analizado sus palabras y me mordí


el labio antes de seguir unos segundos más tarde.

Moví nuevamente mi pelvis hacia delante, enterrando un tercio de


mi miembro contra el agujero que me apretaba ansiosamente;
incitándome a gruñir de placer ante la caliente sensación.

Jamás había sentido algo así.

El Omega soltó un gemido alto, lo que me hizo las cosas más


difíciles. Tomé una exhalación gruesa antes de introducirme aún
más, casi llegando a la mitad de mi pene.

Maldición.

—Ah, T-tete. —el Omega me arañó la piel. —Nghhh~


Saqué lo poco que poco que había introducido, y di una pequeña
embestida; sin adentrarme más para no hacerle daño.

Kookie arqueó la espalda, y trató de amortiguar el gemido con su


labio inferior siendo aprisionado con sus dientes.

Apreté los dientes. Se sentía muy bien.

—¿Sigo? —pregunté pesadamente.

Su interior era apretado, caliente y un poco resbaladizo, provocando


que mi erección sufriera por fricción; mi cuerpo me pedía moverme
como una bestia.

Pasaron un par de segundos de silencio.

—S-sigue, por favor. —su voz sonó melosa, y necesitada.

Fue por eso que tomé aire ruidosamente, llenándome de valor.

Le tomé de las caderas y volví a embestir dentro de él con suavidad


y lentitud, provocando que ambos gimiéramos ante la caliente
fricción.

Comencé un ritmo lento, y me vi tentado a meter toda la extensión


de mi pene. Con una de mis manos bombeé la erección del Omega
y me introduje más sobre su esfínter, creando que Kookie soltara un
fuerte gimoteo de placer.

—¡A-ah, Tae-Ah! —pasó su húmeda lengua por labios rojizos. —


Nghh~

Sabía que el nivel de estimulación que le brindando lo estaba


volviendo loco. Aceleré mis movimientos en mi mano, combinándolo
con el movimiento de mi erección encajándose en el interior del
Omega por completo.

Solté un gruñido ronco, y tuve que cerrar los ojos para calmarme.
Sus paredes anales me apretaban deliciosamente.

—¡Taehyung-ah! —sus cortas uñas lograron provocarme un ardor


en mi piel.

Me moví dentro de él, dando sacudidas profundas e intensas que


me hacían suspirar ruidosamente. Le sujeté con fuerza
considerable, mi corazón latiendo aceleradamente ante el fuerte
contacto que estábamos teniendo.

Agarré su pierna derecha y la alcé lo suficiente para posicionarla por


encima de mi hombro, su flexibilidad permitiéndome acomodarlo en
aquella posición. El Omega me observó cohibido y avergonzado,
pero pude notar que su excitación era más grande que esos
sentimientos.

Inconscientemente di una embestida brusca, haciendo que Kookie


soltara un chillido.

—¡Ta-tae! —exclamó con un volumen tan alto que temí que alguien
escuchara. —¡A-ah! A-así...

Me mordí el labio con fuerza.

¿En serio este era el mismo Jungkook que hacía pucheros y se


sonrojaba por el más mínimo afecto físico?

Incrusté las yemas de mis dedos sobre su piel, y tomé soporte de


sus caderas para comenzar a embestir con más rapidez que antes.

Mi lobo aullaba completamente emocionado y extasiado, mientras


que amenazaba con sacar sus dientes y marcar al Omega que se
encontraba a su merced con totalidad.

Mierda.

—Kookie-ah. —gemí roncamente. El llamado me observó con los


ojos cristalizados de lágrimas y me sonrió como si estuviese
somnoliento.
Alzó sus labios como un pato, invitándome a besarlo y nuestras
lenguas hicieron se enrollaron antes de que nuestros labios se
encontraran.

Ambos músculos ae mecieron con lascivia, jugueteando con


coquetería y lujuria; nuestras calientes salivas mezclándose.

El Omega enredó las hebras de mi cabello entre sus dedos, y jaló


un poco, haciéndome jadear contra su boca.

Sintiéndome absorto en las sensaciones, tomé su otra pierna y la


posicioné sobre mi hombro, alzando su trasero a unos cuantos
centímetros del colchón.

La posición fue perfectamente exacta para alcanzar el ángulo exacto


y hacerlo delirar de placer.

Había encontrado su punto P.

A Jungkook se le quedaron las palabras en la garganta. Ni siquiera


pudo formular una oración, lo único que pudo fue exclamar un alto
gemido que retumbó en las paredes de la habitación.

—¡Mmh! —sus manos apretujaron las sábanas con fuerza, mientras


un par de lágrimas cayeron sobre sus mejillas.

Jamás pensé que mi primera vez viendo a Kookie llorar fuese por
placer.

Me motive aún más en hacerlo sentir deleitosamente en


sensaciones placenteras. Mis embestidas se volvieron un tanto
bruscas y profundas, provocando que mi Alfa mostrara sus colmillos
afilados.

Quería marcarlo.

Sintiéndome cegado, golpeé su delicado punto una y otra vez,


causado que el Omega pusiera sus ojos en blanco.
Su esfínter se contrajo alrededor de mi pene, avisando que estaba
cerca del orgasmo con rapidez.

—Bebé... —gemí contra sus labios.

—Tae..., r-rápido. —su voz apenas se escuchaba. Sus ojos estaban


cerrados con su entrecejo fruncido.

Lo haría llegar a su máximo.

Dejé de sostener sus caderas para estimular su erección mientras


que con mi mano libre pellizqué su pezón. Hundí mi rostro en su
cuello y succioné con mi boca nuevamente para crear otra bonita
marca.

Mi vientre se contrajo, también avisando que estaba cerca del


orgasmo rápidamente.

La estimulación era tanta que aceleró nuestros clímax.

El Omega siguió soltando lágrimas mientras gemía sin parar. Se


sostuvo de mis hombros y respiró dificultosamente ante la sobre
estimulación que acorralaba su pequeño cuerpo.

—¡Taehyung! —exclamó antes de venirse.

Su segundo orgasmo arrasó su cuerpo con una fuerza que lo dejó


inmóvil contra el colchón.

Su entrada apretó con fuerza mi pene, sacándome un gemido ronco


que se mezclo con los suyos. Su erección volvió a liberar semen
desastrosamente, mojando mi cuerpo en el proceso; y mezclando
los fluidos con su lubricante que chorreaba.

Echó la cabeza hacia atrás y soltó unas palabras que no pude


entender bien.

Tuve que morderme el labio con una fuerza desmedida ante lo


mucho que me gustaba ver sus expresiones de placer.
—Tete...anúdame. —su vista parecía nublada al observarme.

Parpadeé repetidamente al escuchar aquellas palabras.

No lo haría. Estaba seguro de que el Omega no estaba muy


consciente de las palabras que salía de su boca.

—Te haré daño.

Kookie pareció desesperado, y muy sensible. Lamió sus labios y


negó con la cabeza.

—P-por favor...y-yo-

Sus palabras se cortaron cuando saqué mi pene de su interior,


llenando el condón de mi esencia tras haberme venido con
turbulencia y mi miembro no tardando demasiado en anudar fuera
de su entrada.

—¡A-ah, Jungkookie! —gemí roncamente.

Eché la cabeza hacia atrás antes de que mis brazos flaquearan. Un


cosquilleo me recorrió desde la cabeza hasta las puntas de los pies,
provocándome un espasmo que duró un par de segundos eternos.

Me dejé caer con suavidad contra su cuerpo y solté un suspiro.


Sentía un leve cansancio adormecer mi cuerpo, sin embargo, estaba
seguro de que Kookie no se había saciado por completo.

Su celo solo había comenzado.

Pasaron unos segundos de silencio donde lo único que se podía


percibir auditivamente eran nuestras aceleradas respiraciones
intentando reponerse.

Sentí como una de sus manos acarició mi espalda con lentitud, las
yemas de sus dedos poniéndome la piel de gallina ante el suave
tacto que me proporcionó.
—Te...te arañé. —dijo en un murmuro bajo. —Lo siento.

Separé mi rostro de su cuello y alcé mi cabeza mínimamente para


observarle.

Parecía medio dormido.

Sus ojos estaban entrecerrados mientras que sus labios


amenazaban con formarse en una sonrisa post-sexo.

—No importa, bebé. —dejé un beso en la comisura de sus labios. —


¿Estás bien?

Asintió con la cabeza con lentitud.

—Más que bien, Tete.

***

Dios, q DOLOR DE CABEZAAAA ESTE puerko RELATOOO 😭


😭😭

5920 palabras después: IM DEAD

Fue difícil y agotador, me pasé todo el día ESCRIBIENDO


ESTOOO. Pensé: a la 1 pm lo tengo listo, BIATCH YO PENSEÉ!!
SON LAS 7:30 pm

Espero que les haya gustado❤ ❤ . Incluso cuando recién


comencé a esta historia estaba muy emocionada por escribir
este capítulo en especial!!!;)

Perdónenme mucho si hay errores ;(!!

En el cap pasado casi no comentaron, PUERK@Ssss, SE


METIERON MUCHO EN LA LECTURA, eh?:)
Espero que al menos se sientan satisfech@s;(!!! Díganme sus
opiniones plis, amo leer sus comentarios

GRACIAS POR LAS 62.1k LEIDASS, la historia está creciendo


mucho❤❤.

Pd: veré si puedo actualizar otra vez antes de qué se acabe la


semana (aunque difícilmente) porqué estoy realizando la
estudiacion ;(( mi próxima semana es de exámenes!!!

Por si gustan pasarse:


LOS TKM DEMASIADO💜BORAHAE/보라해💜💜💜
55. "Indirecta"
Jungkook POV's

Mis párpados se abren con pesadez, dejándome a mi cansada vista


el techo blanco de mi habitación.

El cuerpo me dolía. A pesar de que en este preciso momento no me


estuviese moviendo, sentía como un leve dolor adormecedor que
me recorría en los muslos y los brazos; sin embargo, esa molestia
no era nada comparada al fuerte cosquilleo que me abrazaba el
vientre.

No sabía si era nerviosismo, vergüenza o el celo lo que me


acechaba de esta forma.

Me sentía caliente.

Moví mi cabeza hacia el lado izquierdo, donde percibí el calor


corporal de mi Alfa. La sábana que nos cubría a ambos, lograba
esconder la parte inferior de su cuerpo, mientras que yo estaba
tapado hasta el cuello.

Kim Taehyung yacía acostado boca abajo, su rostro a la altura del


mío con sus ojos cerrados y una respiración tranquila,
completamente dormido. Uno de sus gruesos brazos estaba encima
de mi torso, y podía sentir una de sus desnudas piernas entre las
mías.

Me mordí el labio pensando lo atractivo que era, y de pronto, mi


entrada se contrajo provocándome un gemido bajo.

Con mi mano izquierda toqué su ancha espalda, mis dedos


meciéndose sobre la suave piel para después delinear —con cierta
preocupación— las marcas de mis uñas en la superficie.

Sin querer, sonreí.


—¿Ya te despertaste, uhm? —su ronca voz me asustó.

Nuestros ojos se encontraron, robando mi aliento durante un


milisegundo. Mis mejillas se enrojecieron visiblemente.

—E-eh...yo, s-si —balbuceé como un tonto, sintiéndome


avergonzado.

Taehyung sonrió de una manera muy atractiva. Alargó el brazo que


anteriormente estaba en mi estómago y me acarició mi sonrojada
mejilla.

—¿Como te sientes, bebé? —su mirada estaba clava en la mía con


mucha intensidad.

La simple acción hacia calentar mi cuerpo, sobre todo mi porque era


muy guapo. Su voz estaba más ronca de lo normal, podía observar
un brillo en sus orbes amarillas y su cabello estaba despeinado.

Tragué saliva, carraspeé mi garganta y desvié la mirada hacia el


techo; sintiéndome algo cohibido y pequeño.

—Mmh...b-bien. —mi voz salió ahogada.

Pude escuchar como soltó una risa ronca. Se movió en el colchón y


se acercó a mi lateralizándose para tomar mi cuerpo y estrecharlo
con el suyo.

Nuestras pieles tocándose era una sensación inexplicable.

La respiración se me cortó cuando escondió su rostro en la


curvatura de mi cuello, olfateando gustosamente.

—Eres muy tierno.

Iba a musitar algo tonto, no obstante si un brinco en mi lugar cuando


sus dedos tocaron la piel de mi abdomen, provocando que mi
cuerpo quisiese retorcerse ante el tacto.
Solté un acalorado jadeo.

—A-ah, espera, Tete. —me mordí mi mejilla interna.

Taehyung alzó su rostro, haciendo que su aroma a menta golpeara


mi nariz con susvidad. Sus labios rozaban el lóbulo de mi oreja, su
caliente aliento estimulando justamente en aquel lugar tan sensible.

—¿Que pasa?

Nada, es que sigo muy caliente, Taehyung.

Las palabras no lograron salir de mi garganta, ni siquiera una


excusa barata; simplemente logré cambiar de tema.

—¿Q-que hora es? —pregunté en un susurro.

El Alfa subió provocativamente su mano hacia mi mentón, en el


trayecto tocando mi piel y uno de mis pezones que ya estaban
efectos.

Santísima luna.

Con sus largos dedos movió mi rostro, para que iniciáramos


contacto visual.

—Según tu reloj de pared, dice que son las 12:34 de la tarde. —alzó
sus cejas.

¿Como era posible que después de vivir toda mi maldita vida en


esta casa me hubiese olvidado que había un reloj en mi pared?

Dirigí mi vista hacia la ventana donde entraban unos gruesos rayos


de luz a través del cristal.

—Al parecer dormimos mucho. —mencioné con sorpresa.

Taehyung chasqueó la lengua, y sorpresivamente, queriendo evitar


una sonrisa.
—Nos dormimos a las tres de la mañana, Kookie.

De repente un recuerdo de mi montando al Alfa me llegó a la


cabeza.

Me tapé el rostro con suma vergüenza, soltando un jadeo y mi


cuerpo calentándose ante la plena sensación.

Mi entrada amenazaba con soltar lubricante de nuevo.

Me senté de golpe en la cama, echando a Taehyung bruscamente


hacia un lado.

—¿Que pasa? —frunció el ceño, observándome. Alcanzó mi mano


con la suya y acarició mis nudillos. —¿Te duele algo? ¿Tienes
hambre? Te puedo hacer desayuno.

Le miré con nerviosismo.

El Alfa pareció entender mi alteración al cabo de unos segundos de


ver mi expresión.

—¿Estás avergonzado, bebé?

Me crucé de piernas, solté un tembloroso suspiro y asentí con la


cabeza.

Al menos sería honesto.

—Y-yo...uhm, si. Lo siento. —mi voz sonó aguda, sin embargo en un


tono muy bajo.

El Alfa me jaló de la mano, provocándome a caer sobre su pecho.


Pude sentir como nuestros cuerpos se friccionaron sobre una
milésima de segundo, por lo que tuve que evitar emitir un gemido.

Taehyung estaba sonriendo tranquilamente. Su gran mano acarició


la curvatura de mi espalda con parsimonia, mientras que con la otra
me acariciaba el cabello; todo esto sin dejar de verme a los ojos.
El corazón me latía con fuerza, y estaba seguro de que el podía
sentirlo.

—No tienes porqué, has estado genial. —sonrió coquetamente.

Solté un aludido escandalizado.

—¡Taehyung! —la vergüenza me recorrió el cuerpo a velocidad luz.


—¡No digas eso!

Dios mío, que ambos estuviéramos desnudos piel a piel, solo hacia
que mi vergüenza y que mis neuronas viniesen estrechadas de las
manos.

El Alfa sonrió tiernamente. Acercó sus labios a los míos y depositó


un suave beso.

—Toma una ducha, ¿si? —cambió de tema drásticamente. —Nos


haré el desayuno.

Las palabras me hicieron un mapa de conectores en la cabeza.

Desayuno. Cocina. Casa. Familia. ¡Mis hermanos y mamá!

Mis ojos se extendieron en una expresión de sorpresa. ¿Se habían


quedado en casa todo...este tiempo? Quiero decir, ni siquiera había
notado sus aromas cerca, sin embargo cabía la posibilidad de que
me había concentrado tanto el olor de mi Alfa que ni siquiera noté el
de alguien más.

¿Y si nos escucharon?

El simple pensamiento hizo que me dieran ganas de aventarme


hacia el mar con piedras de una tonelada en los bolsillos.

—¿Están en casa...?

Tae se adelantó en negar con la cabeza, provocando que soltara un


suspiro de alivio.
—No, bebé. Nos dejaron a solas. —siguió acariciando mi cabello
mientras hablaba. —se quedaron con la abuela Seung.

La vergüenza me cayó como balde de agua fría.

¿Entonces si era obvio que esto iba a pasar? No quería ni pensar lo


que dirían después. Jimin me iba a acorralar conpreguntas y mis
hermanos mirarían a Tae con desconfianza.

—Joder.

—Esa boquita. —se atrevió a jalonar mi labio inferior con sus dedos,
sacándome un jadeo.

Volví a sonrojarme.

Creo que en mi otra vida fui un tomate.

—B-bueno, yo...me tomaré una ducha. —balbuceé, intentando


incorporarme sobre su cuerpo.

No obstante, el Alfa me tomó de la piel que está debajo de mi


trasero y me mantuvo en mi lugar firmemente.

Tragué saliva.

—Te ves precioso con mis marcas. —sus ojos recorrieron parte de
mi cuello uy pecho.

La garganta se me secó. Se acercó y depositó un ruidoso beso en


mis labios.

Después de eso, me soltó tranquilamente.

¿Como se atreve a actuar así? ¡Aún sigo en mi celo!

Con el pulso acelerado me envolví en las sábanas, evitando que me


viese desnudo —a pesar de que me hubiese comido casi entero— y
caminé hacia mi armario con un poco de dificultad.
Me sentía un poco adolorido, y la verdad no quería pensar mucho
en la razón.

Tomé unos bóxers y me encaminé hacia el baño para entrar, pero


antes mis ojos se digirieron hacia Taehyung, el cual aún seguía
acostado en mi cama.

Lucia relajado y nada avergonzado.

Santísima luna.

Me encerré en el baño y me tomé una buena ducha de media hora


—la cual había sido muy necesaria—. Una vez que terminé, me
sequé el cabello con mi toalla de color morado, y asomé la cabeza a
mi habitación que estaba sin rastros del Alfa.

Me observé en el espejo y solté un suspiro.

Tuve la audacia de tomar el suéter de Taehyung —el que había


estado en el suelo desde que se lo quitó— y ponérmelo. Era
cómodo, y mi parte favorita era que olía a el.

La tela me llegaba hasta los muslos, los cuales estaban


mayormente descubiertos; ya que traía solamente mi ropa interior
debajo.

Salí de mi habitación y caminé dando pequeños pasos hacia la


cocina, de donde se podía oler a la perfección la comida que el Alfa
se encontraba cocinando con tranquilidad.

Taehyung estaba revolviendo algo en un plato. La piel de su ancha


espalda era lo que más se apreciaba. Estaba usando sus
pantalones de chándal con el torso completamente descubierto y el
cabello goteándole de agua.

Al parecer había tomado una ducha en el baño de huéspedes. Mis


ojos cayeron sobre una mochila que estaba debajo de mess, de
donde sobresalía ropa del interior.
Incluso había venido preparado.

—Estoy haciendo pancackes. —mencionó una vez que me vió por


encima de su hombro.

Sonreí.

Incluso parecía que estaba en su propia casa. Estaba semidesnudo,


había buscado los ingredientes en los cajones, y se encontraba
cocinando como si no fuese nada.

Me agradó mucho la idea de tener esta vista todas las mañanas de


mi existencia.

¿Como sería vivir con Taehyung?

—¿Que piensas? —su voz me sacó de mis pensamientos.

Le observé con una minúscula sonrisa en mis labios.

—Nada. —dije serenamente mientras me encaminaba hacia su


lado.

El Alfa recorrió sus ojos sobre mi cuerpo con lentitud, su vista


quemándome la piel como si fuese lava.

—Te queda bien mi ropa. —soltó con una sonrisa.

Incluso su inocente sonrisa logró calentarme. Maldito celo.

Escondí mi sonrojo con un carraspeo en la garganta.

—¿En que te ayudo?

Negó con la cabeza, y me hizo un ademán hacia una silla de la


mesa.

—Siéntate. Yo lo hago por ti. —echó la mezcla en el sartén, creando


un perfecto círculo.
Alcé mis cejas. Incluso tenía talento culinario.

¿Es que acaso este hombre no hacía algo mal?

Unos minutos después el Alfa puso una cantidad considerable de


pancackes sobre la mesa.

—¿Quieres café? —cuestionó cuando me observó levantarme en


busca de leche en el refrigerador.

Negué con la cabeza.

—Trabajo en una cafetería, a veces me harta el simple olor. —


arrugué la nariz.

Me senté devuelta en la silla, y observé como Taehyung me clavaba


los ojos encima mientras se llevaba una taza de cafe humeante a la
boca.

—A mi me encanta.

Indirecta.

Alargué mi brazo hacia el tarro de miel y eché una buena cantidad


sobre mis pancackes. Me eché un pedazo a la boca mientras
saboreaba el dulce sabor.

—A mi me gusta la miel. —dije con una sonrisa en los labios.

Otra indirecta.

Degustamos del desayuno soltando algún que otro relajado


comentario. Soltamos risas e incluso nos dimos de comer el uno al
otro en la boca en más de una ocasión —muy cursi el asunto—.
Tomamos nuestras bebidas, y una vez que terminamos nos
encargamos de levantar la mesa con tranquilidad.

Mi razonamiento cayó cuando el Alfa rozó su cuerpo con el mío


cuando alcé mi brazo, intentando guardar un plato en una repisa
alta. Taehyung se pegó a mi espalda de una manera muy
provocativa, y yo no pude aguantar más.

Me giré en mis tobillos y enredé mis brazos en su cuello para pegar


nuestros labios en un desperado beso.

Mis hormonas se estaban descontrolado nuevamente.

🌙🌙🌙

Jimin POV's

—¡Abre la puerta, maldito ridiculo! —mis nudillos ya se encontraban


rojizos por estar tocando la puerta. —¡No te quedarás ahí para
siempre!

Había pasado un día y medio, y Jungkook no había sido capaz ni


siquiera de llamarme.

Ni siquiera dió indicios de vidas. ¿Y si Taehyung lo partió en dos?

Yugyeom pasó a un lado mío y alzó una ceja, clavándome los ojos
encima.

—No te abrirá. —soltó con indiferencia. —No ha salido de su


habitación desde ayer.

—¿Ya vino la abuela Seung?

Ella podía ser la solución.

—Le llamé y me dijo que tenía cosas que hacer, pero una vez
desocupada vendría. —antes de retomar su camino, torció los
labios. —Así que sigue lastimándote los nudillos por mientras.

Rodé los ojos una vez que me dió la espada y salió fuera de mi
vista.
Dirigí mis orbes nuevamente hacia la puerta cerrada y toqué con
más fuerza.

—¡No voy a irme! —mi voz sonó muy aguda. —Así que me romperé
los huesos de las manos hasta que te sientas culpable y digas
"¡Ohhh, ¿por qué deje que mi hermoso amigo Jimin se rompiera las
manos por estar tocando mi puerta por horas?"

Aquello fue suficiente.

Por fin, después de siete minutos de insistencia la puerta fue


abierta. Pude observar como Kookie corrió de vuelta hacia su cama
con la velocidad de Flash para esconderse debajo de las sábanas.

Fruncí el ceño, cerrando la puerta a mis espaldas.

Examiné sigilosamente como lucia la habitación, buscando algún


indicio de sexo duro.

Pero todo perecía normal.

Me encaminé a la cama y me senté en la orilla. Moví su hombro por


encima de la tela, meneándolo: —¿Estás bien?

Mi amigo tardó un par de segundos en contestar.

—Si, solo...tengo vergüenza.

Torcí los labios.

—¿Tienes vergüenza de que te vean la cara porque ya te follaron?

—¡Jimin! —chilló con fuerza. —¡No seas imprudente!

Sonreí pícaramente, y en un descuido le arranqué la sábana del


rostro.

Estaba muy sonrojado.


—¡No lo negaste! —aplaudí con emoción.

—¿Pues si que esperabas? ¿Que jugáramos a ajedrez en mi celo?


—gritó en un susurro, observándome con el entrecejo fruncido.

Esta vez yo fui el que soltó un chillido de emoción.

—¡Cuéntame! —le tomé de los hombros, mirándole con


desesperación.

Jungkook soltó un acalorado suspiro. No dijo nada, simplemente


bastó con que agarrara el borde de la sábana y dejara su cuerpo a
mi vista.

Mordidas y chupetones le adornaban la piel de los muslos y el


cuello.

Y quien sabe donde más.

La mirada se me desencajó, e incluso —siendo dramático— me dejé


caer al suelo ante la sorpresa. Me tapé la boca con las manos y
solté un jadeo.

—Al parecer te fue de maravilla.

***
Holi, espero que les haya gustado <3.
No tengo mucho que decir más que: GRSCIAS POR LEER y por
su bello apoyo💜💜

Disculpen si hay errores ;(

Me ENCANTARÍA hacer un mini apartado EN donde ustedes le


hacen preguntas a los personajes!!! Ustedes que piensan?;)

LOS TKM, ❤💜
56. "Después de"
Taehyung POV's

Leo una y otra vez el mensaje de correo electrónico frente a mis


cansados ojos.

Dejo descansar mi espalda en el respaldo de la silla giratoria y tomo


una exhalación profunda para calmar mis nervios. Paso mis manos
sudorosas sobre la tela de mis pantalones y trago saliva.

"Estamos interesados en ti, y en tu trabajo."

Me froto los párpados con los dedos, para después leer nuevamente
aquellas palabras; asegurándome de que era real.

—Apúrate. —la voz de Minari me hace respingar en la silla.

Giro mi torso para observarla recargada en el umbral de la puerta.


La Alfa me observa con las cejas alzadas.

—¿Qué?

—¿Por que te asustaste? —me observó acusatoriamente. —


¿Escondes algo?

—No. —cerré la laptop cuando se acercó hacia mi.

Toda la semana estuve reponiéndome de los trabajos y horas


perdidas en la universidad. Edité las fotos de prueba de Wheein
para el proyecto final, y adelanté trabajos para tener tiempo libre que
compartir con mi dulce Omega.

Había pasado una semana desde el celo de Jungkook, y la verdad


no podía estar más feliz. La relación claramente se había fortalecido
bastante, había sido un gran paso.
El había confiado en mi, y todo había salido bien.

A pesar de que tuve mis altibajos intentando mantener la cordura de


mi Alfa, supe como controlarlo. Fue difícil, fue todo un reto, fue
probablemente una de las situaciones más difíciles en las que me
haya encontrado.

Tener al Omega a mi merced pidiendo por mi y yo queriendo


complacerlo —de todas las maneras posibles— había sido algo
duro.

Había una línea fina entre el deseo y el deseo carnal, y esos dos
sentimientos estaban entre mi parte humana y lobuna. No quería
que mi Alfa se cegara ante la lujuria y el deseo porque sabía que
podría hacerle daño a Kookie o hacer algo que no quisiera.

Y no podría perdonarme a mi mismo si eso pasara.

Después de aquellos acontecimientos, llegué a casa con el fuerte


aroma del Omega en mi ropa y mi piel, el rostro sonrojado y una
sonrisa en los labios.

Nadie en casa dijo nada. Nadie soltó algún comentario o pregunta,


porque ni siquiera era necesario; todos sabían lo que había pasado.
Mamá me preparó mi comida favorita y me mandó a ducharme
enseguida. Papá me sonrió con tranquilidad y Jennie solo se me
acercó diciendo que Namjoon le había llamado para preguntar por
mi.

Después de estar en el paraíso, el golpe a la realidad cayó sobre mi


como un balde de agua fría.

Tras dos días de ausencia en la universidad —jueves y viernes—


tuve que reponer el tiempo. Hice los trabajos pendientes, y los que
debía. Solté maldiciones, y algunas ojeras se presentarondebajo de
mis ojos. Asistí toda la semana, y di una que otra explicación de mi
ausencia —mentiras—.
Contacté a Namjoon, Jin y Hoseok. Me hicieron preguntas —en su
mayoría Jin— e intenté explicarles que había surgido un
compromiso, y por eso mi ausencia.

Hablé vía mensajes de texto con Kookie. Me platicó que siguió


asistiendo a clases de canto, salió con su amiga y Jimin al centro
comercial. No trabajó en la cafetería durante un par de días y
aprovechó el tiempo libre para hornear galletas con la abuela
Seung.

Incluso al no tenerlo cerca podía visualizar sus mejillas sonrosadas.

—¿Que escondes? —su voz me sacó de mi trance de pensamientos

Le observé con recelo. Parecía muy curiosa por mi comportamiento.

Y si. Estaba actuando sospechosamente. El día de ayer había


recibido un correo electrónico de una empresa muy conocida.

Una empresa de revistas de moda.

Al principio pensé que era una estafa, sin embargo mi idea cambió
tan pronto como leí el mensaje, y observé la certificación de
autenticidad.

En pocas palabras, me habían encontrado en Instagram, me


contactaron y me dijeron que estaban interesados en mi. Estaban
buscando fotógrafos para la revista, y que podía acercarme a las
oficinas para realizar una entrevista.

Aquello logró descolocarme demasiado. Me encantó la idea, pero


me sentía cohibido.

Me estaban invitando a una entrevista, por lo cual no me estaban


garantizando que me contratarían, no obstante que me estuviesen
considerando ya era un gran logro. Era algo que siempre había
querido, y se me estaba dando la oportunidad.

A veces pensaba que mi suerte era irreal.


Tras haberme quedado desvelado pensando —por cuarta vez en la
semana—, solamente logré confundirme. Estaba nervioso, y para
ser honesto tenía miedo de dar un paso tan grande como este.

No era cualquier cosa. No estaba seguro si debia de platicarle a mis


padres y hacer un escándalo, o solamente dejarlo pasar. Tenía
miedo porque aún estaba cursando mi carrera, y sentía que no
estaba lo suficientemente preparado para presentarme en una
entrevista para algo tan genial.

Probablemente no era lo suficiente bueno.

—Estás actuando raro. —Minari volvió a insistir.

Solté un bufido, y rodé los ojos. Me levanté de la silla y le empujé de


los hombros para comenzar a caminar fuera de mi habitación.

Que mi hermana mayor me conociese tanto era una desventaja.

—Solo soy yo actuando como soy.

Por suerte, tras haber dicho eso, no volvió a insistir. Sabía que era
muy terco y que no cedería.

Una vez en el primer piso de la casa, nos dirigimos hacia la cocina.


Ayudé a mamá a servir la cena en nuestros respectivos platos. Papá
salió de su oficina, y Jennie se encargó en sacar las bebidas del
refrigerador.

Cuando estuvimos listos nos sentamos en la mesa y comenzamos a


comer tranquilamente; hablamos sobre temas tribales. Papá dijo que
el negocio estaba yendo muy bien, y mamá dijo que le gustaría
tomar clases de costura.

—El próximo año me gradúo, ¿que me van a regalar? —la Alfa


mayor preguntó con una sonrisa.

Jennie frunció el ceño para después decir con simplicidad: —Un


abrazo.
Por el otro lado, papá sonrió orgullosamente.

—Lo que quieras. —el viejo arrugó la nariz. —Podemos irnos de


vacaciones también.

Suspiré, planeando el drama que haría.

—Se me olvidaba que Mina era la consentida. —rodé los ojos,


fingiendo una expresión de molestia.

Mi progenitora me observó.

—Tu ya tienes a Jungkook para que te consienta. —Mamá dijo. —A


Jennie no le gusta eso, así que nomas queda Mina.

—Las sobras. —la Beta soltó una risotada.

Papá pellizcó el brazo de Jennie sutilmente.

—¡No son las sobras!

—Solterona. —gesticulé con mi boca observando a Mina.

Era divertido hacerla enojar.

—Para su información... —la Alfa infló su pecho de aire y nos


observó nerviosamente. —Estoy cortejando a alguien.

Silencio sepulcral.

¿Minari? ¿Cortejando a alguien? ¿En que momento? La idea


parecía una broma. Ella misma había dicho que no tenía citas con
nadie, ¡y ahora salía con esto!

Todos soltamos una risa.

—No mientas. —Jennie dijo frunciendo el ceño antes de echarse un


bocado de comida a la boca.
—¡Buena esa, eh! —papá soltó una risa.

La Alfa mayor rodó los ojos.

—Es real. —pareció muy seria. Sus dedos juguetearon


nerviosamente. —Es una Omega del vecindario.

Parpadeé repetidas veces.

—¿Lo juras? —Jennie pareció desconcertada.

Mina asintió con la cabeza. Mamá soltó un chillido fuerte,


provocando que todos giráramos nuestras cabezas hacia ella.

—¡Nuestros hijos están creciendo! —exclamó con dramatización. —


¡Dongju, nos están abandonando!

Papá le besó la frente.

—Están creciendo, amor. —el Alfa sonrió un poco y dirigió su mirada


hacia Jennie segundos más tarde. —Ahora queda nuestra betita.

Jennie soltó un suspiro avergonzado. Odiaba que le llamasen así.

Mientras tanto, Mina parecía nerviosa, y hasta un poco arrepentida.

—N-no te preocupes, mamá. —la Alfa aclaró su garganta. —Solo


nos estamos conociendo.

Nuestra progenitora negó con su cabeza.

—¡Quiero conocerla! —dijo muy decidida, después posó sus ojos


sobre mi. —Arreglaremos una cena formal. Quiero que también
invites a Jungkook. Incluso a su familia.

Aquello me hizo ahogarme en la comida. Tosí intentando


reponerme, y tomé un sorbo de mi limonada.
—Las familias se tienen que conocer. —papá apoyó la idea
asintiendo con la cabeza. —Tenía que pasar.

Jennie soltó un bufido.

—Bien, ¿ahora me consigo a una novia postiza para esto?

🌙🌙🌙

Jungkook POV's

El sonido del golpe de la mano de la vieja Seung en mi nuca fue lo


que rebotó en la paredes vacías de la cafetería.

Jimin no tardó en soltar una risotada.

—¿Que no quedó claro? —la anciana me observó tajante, unas


arrugas fruncidas marcándose en su frente. —¡Para algo te di el
collar! ¡Imagínate que te hubiese marcado sin tu consentimiento!

Si. Había sido un irresponsable cegado por el celo. Que vergüenza


admitirlo.

Después de que Taehyung se fue de casa, me encerré en mi


habitación. Pensé en todo lo que había pasado en las últimas horas,
y ahogué unos gritos contra mi almohada.

Eran gritos de emoción, vergüenza, adrenalina, entre muchos más


sentimientos. Después de eso, analicé todo una vez más con
detenimiento y me di cuenta que no había usado el collar anti-
mordidas.

A pesar de que Taehyung no hubiese clavado sus afilados dientes


en mi cuello lo suficientemente fuerte para enlazarnos, sabía que
había sido un riesgo.

Era como no usar condón. A veces no lo usas, y por suerte, no eres


lo suficientemente fértil para engendrar un bebé/cachorro, sin
embargo es un gran riesgo.

Pero aún así, ¡aunque utilices un condón hay 1% de posibilidad de


que no funcione y te crezca la barriga con un feto dentro!

La idea de estar embarazado me aterraba, pero la idea de que Kim


Taehyung fuese el padre me calmaba...y me ilusionaba.

Mi imaginación creó un escenario en mi cabeza del Alfa arrullando a


un bebé tiernamente.

Dios, ¿en que estoy pensando?

—¿Por qué sonríes? —Fue lo que escuché de parte de Jimin antes


de volver a sumirme en mis pensamientos.

Tras ver el grado de mi irresponsabilidad, escondí las marcas de mi


cuello con camisas grandes toda una semana entera, pero todo mi
esmero por taparlas se fue por la borda cuando justamente el día de
hoy la anciana Seung notó un chupetón —que comenzaba a
desvanecerse— cuando jaló de mi suéter oscuro.

Y me dió la regañada de la vida.

Me crucé de brazos, un puchero formándose en mis labios y le


observé.

—No se enoje conmigo. —solté en un quejido. Sabía que el golpe


me lo había merecido. —¡Ni siquiera lo recordé!

—Ese es el problema, Kookie.

Jimin seguía riendo como un desquiciado, por lo que me tomé el


tiempo de picarle la costilla.

—¡Eh! —se quejó, retorciéndose.

Volví mi vista hacia la abuela Seung, y le tomé una de sus manos


pecosas.
—No volverá a pasar. —las palabras salieron sin permiso de mi
boca. —A la próxima seré muy cuidadoso.

Jimin me observó coquetamente.

—¿A la próxima? Eh, Kookie. ¡Te has emocionado!

Me sonrojé hasta el tope. Volví a picotear su costilla, provocando un


chillido de su parte.

Dios, las insinuaciones de Jimin eran mi peor pesadilla.

—Espero que sea cierto, sino, ahí estaré para regañarte. —la
anciana me apuntó con su dedo índice.

Asentí con la cabeza.

Mamá apareció desde el inventario de la cafetería, con Yugyeom


pisándole los talones.

—Listo. Ya podemos irnos a casa.

El día de hoy había sido un día ajetreado. Hubo mucha clientela en


la cafetería, al máximo que tuve que venir a trabajar —después de
unas innecesarias vacaciones—. Suwon suele repletarse de turistas
y ciudadanos de Seúl en estas fechas. Cuando los grados bajan, y
el ambiente torna en volverse otoñal y navideño.

Salimos del local todos. Mamá puso seguro en la puerta y


comenzamos a caminar hacia el vecindario.

Yugyeom jugueteó con Jimin, casi tumbándolo al suelo.

—Bruto.

—Débil. —respondió mi mellizo.

El sol comenzaba a bajar, escondiéndose entre los pinos del bosque


regalando un lindo panorama. Nos adentramos en casa una vez en
nuestro vecindario, y mamá propuso cenar todos juntos.

—Ve a llamar a Jeongyeon. —mi progenitora me indicó.

Me levanté de mala gana de la silla de la mesa, y caminé hacia la


habitación de la Alfa. Había dicho que había tenido dolor de
estómago, por lo que se quedó en su cama en el transcurso del día.

No me moleste en tocar la puerta. Simplemente, tomé el pomo y lo


giré.

Santa luna.

No pensé que mis ojos estuviesen viendo lo que realmente estaban


viendo.

Ryujin y Jeongyeon se separaron de un acalorado beso, y ambos


pares de ojos me observaron con terror.

Vaya sorpresa. Realmente quiero escuchar explicaciones.

***
Capítulo cortito, medio relleno je je
En el próximo cap será la cena en familia, toy emocionada
(estoy segura de que será un capítulo LARGO)

espero que les haya gustado<3

POR CIERTOOOOO, EL COMEBACK ES EN UN PAR DE HORAS


Y ESTOY QUE ME MUEROOO,😭 estOY MAS QUE LISTA PARA
TREMENDO ARTEEE, 💜💜💜

Estoy segura de que es una ERA única e ICONICAAAA, LA


FELICIDAD NO CABE EN MI CUERPO. HAGAMOS STREAM
MASIVO, se lo merecen;((((

Cambiando de tema!!' Haremos la dinámica de preguntas hacia


los personajes!!!Elegiré un total de 5 a 7 preguntas para los
personajes (o menos)

Sean libres de comentar todas las preguntas que quieran :)

(Puedo hacer spoilers)

Preguntas aquí para:

Kookie

Tae

Jimin

Abuela Seung

Yugyeom y Jeongyeon

Namjoon y Jin

LOS TKM MUCHO. GRACIAS POR LEER💜💜💜💜💜STREAM


BE
57. "Adiós"
Jungkook POV's

—¿Está segura de que no quiere venir? —observé a la anciana con


una mueca en los labios. —Usted sabe que es nuestra familia
también.

La abuela Seung sonrió, sus arrugas marcándose en su pálida piel.


Negó con la cabeza antes de responder.

—No te preocupes. —puso una mano en mi hombro. —Tengo un


leve dolor de cabeza, creo que lo mejor será quedarme en casa,
Kookie.

Jimin, a su lado, gesticuló con sus gruesos labios la palabra


"mentira"

—No mienta. Lo que quiere es quedarse acostada viendo dramas.

La acusada soltó una risa jocosa, sin embargo volvió a negar con la
cabeza.

—Claro que no, comadreja. —miró al pelirrosa. Le pellizcó una


costilla, y este se retorció. —Eres un insinuante.

Tras haber compartido un par de palabras más, nos subimos al auto


mis hermanos, mamá y yo.

—¡Tomé medicamento para el dolor de cabeza! —grité a la anciana.


Esta asintió, alzando sus pulgares. —¡Adiós!

—Adiós, y suerte. —Jimin guiñó un ojo.

Se despidieron de la mano y sonrieron, con sus pies colocados


sobre la acera.
Unos segundos más tardes, ya nos encontrábamos en camino hacia
la casa de los Kim.

Decir que estaba nervioso era poco. Había pasado una semana
entera desde que Taehyung nos había citado para tener una cena
formal con su familia. Me contó que su mamá estaba emocionada
por conocernos a todos, e intercambiar tiempo de calidad.

Incluso —a pesar de que iba a ser un poco incómodo—, llame a


papá y le invité. La abuela Seung no quiso venir por razones que
mencionó anteriormente, así que tuvimos que partir sin ella.

Estando sentado en el copiloto, torcí mi cuello hacia los asientos


traseros donde se encontraban mis hermanos riéndose de un
meme.

—Por favor, compórtense en la cena. —les advertí, entrecerrando


mis ojos.

Ambos resoplaron al unísono.

—¿A que te refieres? Yo siempre me comporto. —Jeongyeon


frunció el ceño. Miró al Alfa a su lado. —Yugyeom es el que siempre
se está comportando como un asno.

El acusado rodó los ojos.

—¿Como un asno? Eres horrible diciendo insultos. —miró a nuestra


hermana con desdén. —Al menos yo no pego los mocos debajo de
la mesa.

Mamá pareció haber obtenido la respuesta de los números de la


lotería. Emitió un sonido de sorpresa.

—¡Así que eres tú! —observó a Jeongyeon a través del espejo


retrovisor.

—¡No! —negó con la cabeza rápidamente. Apuntó al mellizo Alfa,


para después empujarlo contra la puerta del carro. —¿En serio le
crees? ¡Es un escorpio!

Yugyeom se tomó del pecho como si le hubiesen llamado de la peor


manera.

—¡Soy virgo como Kookie!

—¡Tu ascendente es escorpio! —la Alfa gritó.

Siguieron peleando durante —casi— todo el camino. Mamá pareció


cansada de escucharlos así que prendió la radio cuando entramos a
Seúl.

Le indiqué las direcciones hacia la casa de Taehyung y tras unos


minutos de estar en la ciudad, y pararnos en un par de semáforos,
entramos al vecindario.

—Que bonito. —mi hermana dijo examinando las casas de los


alrededores.

Enfoqué mi vista en la casa de color azul, y apunté con mi dedo


índice. En la acera se encontraba papá recargado en su auto,
esperándonos. Mamá se tomó su tiempo estacionando el auto, y
una vez fuera de el, caminamos.

—Hola. —el Alfa mayor nos sonrió y observó a mamá con


nerviosismo.

—Hola. —quise aligerar un poco la tensión entre ellos dos. —¿tiene


mucho que llegó?

Negó con su cabeza al mismo tiempo que ajustó su corbata de color


rojo. Estaba vistiendo formalmente, con unos pantalones de vestir y
una camisa de botones.

Había sido muy claro que la cena era formal. Jeongyeon se puso un
vestido rojo sin mangas al igual que mamá, solamente que el de ella
era de color verde oscuro. Yugyeom traía una chaqueta de cuero,
unos jeans y una camisa de color negro.
Su estilo era muy parecido al mío en muchas ocasiones.

Por mi lado, utilicé mis jeans oscuros, una camisa de botones de


satin color azul grisácea con un choker oscuro de complemento en
mi cuello.

Tragué saliva nerviosamente.

Pasé mis manos sobre la tela de mezclilla de mis jeans y solté un


suspiro antes de golpear la puerta con mis nudillos.

—Respira. Tranquilo. —mamá me susurró. —Todo saldrá bien.

Al ser abierta la puerta, apareció la mamá de Taehyung en nuestras


vistas. Sonrió con fuerza, y al enfocar su vista en mi, no tardó en
abrazarme —como usualmente hacia—.

—¡Hola! —soltó para después despegarse de mi y observar a mi


familia. —¡Un gusto! Anda, pasen.

Crucé miradas con papá cuando nos adentramos en la casa, y me


sonrió con tranquilidad.

—Yo soy Dongju. —reverenció. —soy madre de Kim Taehyung.

Mamá sonrió, devolviendo la reverencia al igual que todos.

—Yo soy Misuk. Estos son mis hijos: Yugyeom, Jeongyeon y


obviamente Jungkook. —mi progenitora habló con serenidad para
después observar a papá. —El es Jichul.

La señora Kim nos sonrió a cada uno de nosotros.

—Un gusto. —volvió a decir. Hizo un ademán para que la


siguiéramos hacia la cocina. —Les presentaré a los restantes de la
familia.

Caminamos mientras que mis hermanos observaban la casa


detalladamente. Sabía que se estaban absteniendo a hacer
preguntas.

—¡Hola, ¿como están?! —el señor Kim nos observó, levantándose


de la silla de la mesa. Caminó hacia nosotros y reverenció. —Yo soy
Dongsuk, pero me pueden llamar señor Kim si gustan.

Jennie entró segundos más tarde a la cocina, junto con Mina —la
que pude reconocer por el leve parecido que tenía al señor Kim— y
a sus espaldas una chica bajita.

Observé de reojo como Yugyeom alzó sus cejas.

—Ellas son mis hijas. Mina y Jennie. —ambas sonrieron levemente.


El señor Kim observó a la chica bajita. —Ella es Chaeyoung, Omega
de Mina.

Las mencionadas se sonrojaron hasta el tope.

La señora Kim nos hizo un ademán hacia las sillas de la mesa.

—¿Puedo preguntar por Taehyung? —torcí los labios al no sentir


presencia.

La señora Kim sonrió y asintió con la cabeza.

—Claro. Se está alistando apenas, —arrugó su nariz —no tuvo


mucho tiempo de hacerlo porque estuvo ocupado preparando
tareas.

Oh.

Asentí con la cabeza, tras entender la explicación. Me encontraba


muy ansioso por verlo, había pasado un tiempo.

Sentado a mi lado derecho, Yugyeom se inclinó hacia mi.

—Es linda. —susurró, observando a Jennie al extremo de la larga


mesa.
Hizo contacto visual con mi mellizo durante una milésima de
segundo.

—Tiene quince años, casi dieciséis.

Pareció horrorizado: —Olvídalo.

Mamá y la señora Kim comenzaron a platicar animadamente sobre


algo, sin embargo no escuché bien cuando me distraje cuando un
mensaje vibró en mi celular.

"Desde mi habitación puedo olerte."

Sonreí como un bobo. Al instante comencé a escribir un mensaje.

"Ah, si? Apresúrate para que puedas olerme mas de cerca:)"

"No me digas eso porque soy capaz de hacerlo enfrente de


todos"

"Incluso si papá se enoja y se pone territorial?"

"Uhm, cierto je je, olvidémoslo

Por que no dices que vas al baño y vienes unos segundos?"

Me mordí el labio nerviosamente.

¿No iba a ser muy obvio eso? Buaj, que más da.

Me levanté de la silla y me excusé diciendo que iría al baño


rápidamente, sin embargo todos me observaron con recelo. Sabían
que iba para todos lados menos para el baño.

Y aún así, no me lo impidieron.

Subí las escaleras con rapidez, y el corazón me comenzó a


bombear aceleradamente conforme más me acercaba hacia la
habitación del Alfa.
Habían pasado dos semanas —ya nos encontrábamos en Octubre
— sin ver a Taehyung, y me encontraba muy ansioso por tenerlo
cerca.

De hecho la última vez que lo vi, fue después de mi celo.

¿Sería capaz de verle a la cara sin sonrojarme? Claro que no.

Ni siquiera alcancé a tocar la puerta cuando fue abierta. El Alfa no


me dió el tiempo necesario para verle el rostro cuando me jaló del
brazo y me adentró en las paredes de su habitación. Cerró la puerta
y me acorraló en sus brazos.

Su aroma seguía igual de adictivo como siempre, robandome un


jadeo.

Pasé mis brazos por su cuello y devolví el abrazo con fuerzas,


sintiéndome en casa al estar entre sus brazos.

Mis ojos se cerraron por inercia y sonreí.

—Te extrañé, Tete. —solté de una manera muy melosa.

Sentí como dejó un beso sobre mi cabello.

—Yo también te extrañé. —me tomó del rostro para observarme.

Nuestros ojos se encontraron con intensidad. Sus orbes destellaban


tonos amarillos, claramente su Alfa manifestándose y mi lobo
sintiéndose gustoso.

Observé su cabello que era nuevamente rubio, y solté una sonrisa.


Sus cejas se veían más oscuras y pobladas con aquel tono.

—Me gusta el lunar que tienes debajo del labio. —soltó.

Fruncí el ceño, sin embargo terminé curveando una sonrisa.

—¿A que viene eso tan de repente?


El Alfa se encogió de hombros, sus ojos clavados sobre mis labios.

—Es que nunca lo había dicho en voz alta. —dijo antes de besarme
con lentitud.

La calidad de su boca contra la mía era una de mis sensaciones


favoritas. Nuestros labios se rozarón con suavidad tiernamente
mientras rodeaba con sus manos mi cintura y yo tocaba su cabello.

Lo había extrañado.

—Por cierto, —se separó un poco de mi boca y me miró de arriba


hacia abajo. —estás precioso.

Ladeé la cabeza, sonrojándome como un tomate.

—G-gracias, Tete.

Su dedo índice hizo un recorrido hacia mi cuello, de donde jaló un


poco el choker que adoraba la piel de mi cuello.

—Sobre todo esto. —una sonrisa ladina y atractiva apareció en sus


labios. —Me gusta.

Tragué saliva.

Un par de minutos después nos encaminamos hacia la cocina,


tomados de las manos. Saludó a todos formalmente, reverenció y se
sentó a mi lado izquierdo.

Observé la mesa y alcé mis cejas un tanto sorpresivo ante toda la


comida que se encontraba encima de la madera oscura.

—Elijan lo que quieran. —la señora Kim dijo observándonos. —


Dongsuk me ha ayudado a prepararlo también.

Mamá alzó las cejas mientras agarraba una porción de arroz.

—¿Cocina?
El señor Kim asintió con la cabeza, animadamente. —Trabajo como
gerente en una cadena de restaurantes, se me ha pegado uno que
otro platillo.

Mis padres asintieron con la cabeza.

—Mientras tanto, yo tengo mi carrera profesional como


administradora de hoteles turísticos...pero lo dejé a temprana edad.
—la madre de Taehyung explicó. Antes de echarse un bocado,
preguntó: —¿Ustedes a que se dedican?

—Soy Ingeniero industrial, y Misuk es dueña de una gran cafetería


en Suwon. —papá respondió.

Pero a mamá no le gustó aquello. Odiaba que papá respondiera sus


preguntas, y el hombre jamás parecía entenderlo a pesar de que
hubiesen compartido tiempo suficiente juntos.

Mi progenitora ladeó la cabeza y una sonrisa forzada apareció en


sus labios.

—¿Una cafetería? —el señor Kim pareció maravillado. —Eso suena


genial.

Los señores Kim observaron a la Omega de Mina, e hicieron un par


de preguntas sobre ella y las profesiones de sus padres.

Parecían muy interesados en esos tipos de temas.

—Jeongyeon, linda —la mamá de Taehyung le observó y sonrió. —


¿cual es tu edad? Apuesto a que eres de la misma edad que Jennie.

Mi hermana tragó la comida en su boca, atravesando una nerviosa


mirada conmigo antes de contestar.

—En un mes cumplo los dieciséis.

—Oh, al igual que mi Betita. —la señora Kim observó a su hija.


Jennie se sonrojó a más no poder, y por eso Tae soltó una risa baja.

A pesar de Jeongyeon y Jennie fuesen de la misma edad, habían


unas fuertes diferencias entre ellas. La hermana de Taehyung lucia
pequeña, tierna, y un poco aniñada; mientras que Jeongyeon era
más alta, con facciones más marcadas, y serias.

Y esas eran las diferencias físicas entre un Alfa y un Omega o Beta.

—Señores Jeon, ¿no gustan de un poco de vino? —el papá de


Taehyung alzó una botella de cristal.

Uh, oh.

Mamá carraspeó su garganta incómodamente, evitando ver a Jichul


—mi padre— con una mueca en los labios.

Taehyung y yo conectamos miradas al instante.

—¿No les mencionaste a tus padres que los míos están


divorciados? —grité en un susurró.

El Alfa se rascó la nuca, para después negar con su cabeza.

—Se me olvidó, Kookie.

Me agarré el puente de la nariz.

—¿Como se te va a olvidar tal detalle? —definitivamente le estaba


regañando. —Con trabajo mamá puede ver a papá sin querer jalarle
el cabello hasta dejarlo calvo.

Taehyung soltó un "lo siento" en un susurro, antes de que fuésemos


interrumpidos

—¿Y qué tal ustedes? —la señora Kim nos observó. Al parecer
acababa de terminar un cuestionario hacia Chaeyoung —¿Como se
comporta Tae contigo, Jungkook?
Me sentí un poco cohibido cuando la variedad de ojos se posaron
sobre mi persona.

Sonreí levemente.

—Muy bien. —no supe que más decir.

El señor Kim alzó sus cejas, bebiendo un poco del vino en su copa
de cristal. Tragó el líquido y carraspeó su garganta antes de hablar.

—¿Seguro? —asentí con la cabeza. El hombre sonrió felizmente. —


Bueno, estamos seguros de que supimos criarlo bien.

Vaya que si.

—¿Y a ti como te trata Jungkook? —papá se adentro en la platica,


observando a Tae.

El cuestionado sonrió, y ladeó la cabeza.

—Es el mejor. —sentí su mirada sobre mi. Nuestros ojos se


encontraron cuando tomó mi mano y besó el dorso de ella.

Aquel gesto me recordó a la primera vez que nos vimos en la


cafetería.

Me sonrojé un poco.

Los padres de Tae soltaron un suspiro ensoñador, mientras que se


pudo escuchar como Jennie y Jeongyeon hablaron al mismo tiempo
en un tono bajo.

—Cursi.

Soltamos una risa.

—¿Cursi? —la señora Kim rió, sus ojos observando a mi hermana.


—¿No te gusta lo cursi, Jeongyeon? Apuesto que cuando
encuentres a tu Omega actuaras diferente.
Clavé mis ojos sobre los de ella. Sabía que por la mente se le
cruzaba Ryujin.

Aquella vez que me las encontré dándose un beso, ambas me


bombearon en explicaciones tontas; sin embargo, la explicación más
valida que tuvieron fue que Ryujin iba a dejar a Hoseok para estar
con mi hermana.

Me sorprendió mucho aquello. Hubo tantos problemas, y al final todo


se iba a resolver tan fácilmente.

Me pregunto cual iba a ser la reacción de Hoseok. Conociéndolo un


poco, —casi anda— algo me decía que no le iba a doler demasiado.

Lo que no podía parar de cuestionarme a mi mismo, era que si


realmente Ryujin sentía algo fijo por Jeongyeon. Me estaba
pareciendo muy repentino.

¿Siempre se había sentido así por ella o era algo nuevo?

Mi instinto protector —de hermano mayor—había prendido su radar.


A pesar de que Jeongyeon me cuidase físicamente, yo le cuidaba
mentalmente; y no quería que saliera lastimada después de haber
sufrido tanto por ese amor.

Lo mismo pasaba con Yugyeom. Simplemente que mi mellizo era un


poco más reservado en cuanto a sus sentimientos.

—...Mina está estudiando enfermería, creo que podría ayudarte en


alguna que otra cosa en tu carrera de enfermería. —el señor Kim
sonrió hacia mi hermano con amabilidad.

Estaba seguro que iban a preguntar algo de mi relacionado con la


universidad, sin embargo Taehyung fue más veloz en hablar.

—Y Chaeyoung...¿como conociste a Mina? —observó a la Omega


sentada de la Alfa.
La chica se acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja y
sonrió nerviosamente.

—Bueno, nos encontrábamos en muchas ocasiones en el elevador


del departamento. —observó a la hermana de Tae nerviosamente.
—Mina era orgullosa, malhumorada y un tanto pesada.... pero una
noche se quedó sin papel sanitario y me tuvo que pedir.

La acusada observó a la Omega con los ojos bien extendidos.

—¡Chae! —exclamó avergonzada.

Todos soltamos risas mientras estas se comunicaban con miradas


desafiantes e intensas.

Algo estaba pasando entre manos.

—Que romántico. —Jennie se llenó las mejillas de ramén.

Pasaron unos minutos más, cuando todos terminamos los platos


vacíos. La señora Kim observó a mamá.

—Señora Jeon, ¿usted...?

Mi progenitora le interrumpió con suavidad, alzando la palma de su


mano al aire.

—Lo siento. Se me olvidó decirle el pequeño detalle de que no soy


la señora Jeon. —sonrió un poco. —Mi nombre es Misuk. Jichul y yo
estamos divorciados.

Torcí los labios.

Mis hermanos y yo intercambiamos miradas.

La expresión en el rostro de la madre de Taehyung se desencajó. Se


tapó la boca con ambas de sus manos, luciendo avergonzada.

—¡Lo siento!
Mamá arrugó la nariz, con una sonrisa leve.

—No se preocupe. Es mi culpa por no haberlo mencionados —se


encogió de hombros antes de tomar un trago de su bebida.

Por el otro lado, papá estaba muy entretenido observando un pinto


dijo en la mesa.

Saqué el celular de mi bolsillo trasero y observé el nombre de Jimin,


anunciando una llamada.

El jamás me llamaba. Siempre me mandaba mil mensajes hasta que


contestaba.

Por eso, me sentí inquieto.

Torcí los labios y alcé la mirada hacia las personas en la mesa.

—¿Me disculpan?

Taehyung me observó con el ceño fruncido, su mirada


preguntándome si estaba bien.

Asentí con la cabeza y apretujé su hombro antes de alejarme.


Caminé fuera de la cocina y respondí a la llamada un poco nervioso.

—¿Jimin?

Mi mejor amigo era una persona sentimental, siempre lloraba; sin


embargo, jamás al punto de soltar fuertes sollozos.

—¿J-Jimin? —el pulso se me aceleró al escucharle en aquel estado.

Una mala sensación se me instaló en el vientre, mi lobo aullando


con melancolía y tristeza.

Pasaron unos segundos éternos, donde el Omega trataba de regular


sus sollozos y su respiración cortada.
—K-kookie. —sorbió su nariz. Se le rompió la voz. —L-la ab-buela.

***
Hola, y adiós je je je

No diré mucho al respecto, la verdad

Gracias por leer y por su apoyo<3.

Mañana sale la lista de nominados a los Grammys:

🕯🔮🕯BANGTAN NOMIDAMOS A LOS GRAMMY🕯🔮🕯

🕯🔮🕯BANGTAN NOMIDAMOS A LOS GRAMMY🕯🔮🕯

🕯🔮🕯BANGTAN NOMIDAMOS A LOS GRAMMY🕯🔮🕯

Los tkm mucho💜💜.


58. "Obstinada"
Jungkook POV's

Creo que decir "adiós" era de las peores palabras. Era una
despedida definitiva lleno de amargas sensaciones.

A veces podía resultar como una despedida a personas que te


hicieron daño plantando un punto final; sin embargo, también era
utilizada para personas a las que querías.

Cuando le dices "adiós" a alguien que tú quieres, ¿en realidad lo


estás diciendo? ¿Lo estás sintiendo? ¿En realidad quieres
despedirte de esa forma?

¿Crees que es lo más correcto?

Cuando decimos "adiós" jamás lo hacemos como despedida, en


realidad lo que estamos sintiendo realmente es un "hasta luego"
"nos vemos pronto" y aunque sabemos que queremos volver a ver a
esa persona, decidimos decir aquella palabra desalmada de cinco
letras.

Y no creo que era lo correcto.

¿Por qué mejor no utilizamos el "hasta luego"? Era más calmante.


Más blanco, y más entendible.

Fui tonto, porque me despedí sin querer hacerlo. No debí hacerlo.


La abuela Seung no debió haber escuchado mis palabras.

No fue apropiado. Odiaba las despedidas.

Jamás pensé que no volvería a ver aquellas arrugas y ojos azules


en vida de nuevo.
Cuando llegamos a Suwon, ni siquiera me molesté en esperar a
mamá estacionar el auto. Abrí la puerta y salí disparado hacia la
casa de la abuela. La puerta estaba abierta, y la primeras personas
que visualicé dentro eran a Jimin y su madre.

Las primeras lagrimas salieron de mis ojos. Un nudo en mi garganta


me complicó pasar saliva hacia mi garganta, y me fue inevitable no
soltar un sollozo.

—Se la llevaron, Kookie. —el pelirrosa me envolvió en sus brazos.


—E-Ella...

Negué con la cabeza.

—Ella está bien. —mi voz salió en un hilo débil. Palmeé suavemente
su espalda.

Jimin soltó un gruñido, como si estuviese enojado.

—No. Se fue...y-y no volverá. —se separó bruscamente de mi.


Agarró mi rostro con sus manos y me observó con desesperación.
—Nos dejó aquí, Jungkook, ¡Se fue!

Me negaba a creerlo. No podía estar pasando esto.

Ella volvería. Nos llamaría "comadrejas" y nos invitaría a hacer


galletas mientras tomábamos té o café. Llegaría a casa en la
mañana —como solía hacerlo— y platicaría conmigo de temas
casuales. Discutiría con mis hermanos y nos haría reír con
comentarios burlones y toscos.

Ella no acababa de morir. Me negaba a creerlo.

Más lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, mojando la piel de mis


mejillas.

—Nos dejó, Kookie —Jimin repitió.


🌙🌙🌙

Había pasado un largo tiempo desde la última vez que fui a un


funeral; pero estaba seguro, que no era para nada agradable.

El ambiente era sombrío. Me sentía vacío, triste y desesperado.

Me puse mis pantalones negros de vestir con un saco y una camisa


blanca; completando mi traje. Evité verme el rostro en el espejo,
porque no ocupaba hacerlo para asegurarme de que me veía
terrible.

Había pasado las ultimas doce horas llorando. La cabeza me dolía,


me retumbaba de dolor por deshidratación. Mi garganta estaba
seca, y mis músculos se sentían entumidos.

Los grados habían bajado de golpe, el clima estaba volviéndose tan


helado que incluso respirar dolía.

En estas fechas, la abuela Seung siempre nos invitaba a mis


hermanos y a Jimin a preparar chocolate caliente en su casa. Cada
año deshacíamos tradicionalmente un viejo de rompecabezas del
dibujo de una cabaña; para empezar a armarlo cada día antes del
veinticinco de diciembre.

Recuerdo que siempre peleábamos porque las piezas eran viejas, y


algo rotas; no obstante, siempre terminábamos completándolo.

El proceso era difícil, pero siempre terminaba bien.

Incluso la anciana nos confesó que era una tradición que solía hacer
con su Omega, y nos la confió lo suficiente para compartírnoslo.

La abuela Seung tenía un gran corazón.

Me limpié una lagrima silenciosamente mientras cambiaba hacia mi


cama para sentarme en la orilla y proceder a ponerme los zapatos.
El aroma de Taehyung inundó las paredes de mi habitación
repentinamente. Escuché sus pasos, hasta que se posicionó de
cuclillas en el suelo enfrente de mi, tomó mi zapato y amarró las
agujetas en silencio.

Me mordí el labio para evitar soltar un sollozo.

Estaba cansado de llorar, pero las lágrimas fluían por si solas, me


habia cansado también de retenerlas.

Por eso, cuando el Alfa terminó de amarrar las agujetas, se levantó


del suelo y me besó la frente tras limpiar mis lágrimas con sus
dedos.

—¿Quieres esperar un poco...? —su voz era dudosa y muy gentil.


—¿O quieres algo de espacio? Lo que te parezca, bebé.

Desvié la mirada tras unos segundos de contacto visual.

—Va-vámonos —solté en un murmuro muy bajo.

Taehyung asintió con la cabeza. Me tomó de la mano y entrelazó


sus dedos con los míos para comenzar a caminar fuera de mi
habitación.

Abajo se encontraba mamá con mis hermanos. El silencio reinaba la


casa desde las ultimas horas, y en veces, el silencio resultaba
desgarrador. Te daba la oportunidad de que los pensamientos te
atormentaran y se te incrustaran en cada poro de tu piel.

Salimos de la casa, mamá poniendo el seguro a la puerta unos


segundos después. Comenzamos a caminar aquel lugar.

El viento helado movía los pinos, creando un leve sonido que


resultaba tranquilizante. El día era soleado, pero aún así, el calor del
sol no era lo suficientemente fuerte para combatir el frío del viento.

La abuela Seung murió de un paro cardíaco. Ni siquiera hubo


tiempo de que los paramédicos le ayudaran, porque ella estaba sola
y no tuvo la oportunidad de pedir ayuda.

No sabíamos si había tenido otro tipo de dolencias, pero si tuvo


jamás, lo platicó en voz alta. Lucia como una mujer sana, y los años
que tenía en vida, estaban multiplicados por otros mil años que tenía
de entusiasmo de seguir viviendo.

Pero las cosas no siempre resultaban.

Un ardor inundaba mi pecho. No podía creerlo. Me costaba creer


que jamás volvería a escuchar su voz y regaños. Ella siempre me
dijo que siempre estaría para regañarme, ¿y ahora que pasaría?

Otra lágrima cayó de mis ojos.

El día de ayer tras haber contestado la llamada de Jimin, procedí a


disculparme con los Kim, intentando retener las lágrimas que
amenazaban con salir de mis ojos. Salimos de la casa y mamá
manejó rápidamente devuelta a Suwon.

Todo había sucedido tan repentino, y probablemente esa era una de


las razones por las cuales sentía que esto era irreal.

Observé a Taehyung a mi lado. Sus facciones estaban endurecidas


tanto que lucia intimidante; pero simplemente esa era su expresión
de seriedad. Con su dedo pulgar acariciaba la piel de mi mano,
mandándome un sentimiento de protección y reconfortante a mi lobo
triste.

🌙🌙🌙

Definitivamente yo no conocía a ese hombre.

Parpadeé un par de veces aún observando al viejo, y


probablemente incomodandolo con la mirada ya que, me observó
por el rabillo del ojo.
Ladeé la cabeza un par de segundos más tarde, captando la
atención de mi Alfa. Apretó mi mano con la suya, para generar
contacto visual.

—¿Pasa algo?

Negué con la cabeza al instante.

—N-no. —no me escuché muy convencido, y ambos nos dimos


cuenta.

—¿Seguro? —alzó sus cejas.

Suspiré volviendo a negar con la cabeza.

—No te preocupes, Tete.

Volví mi vista hacia el hombre, que parecía estar a punto de decir un


par de palabras. Se posicionó en una repisa del lugar funebre, hizo
dos reverencias completas hacia el piso y otra frente de la bonita
imagen de la abuela Seung.

Una fotografía de cuando tenía aproximadamente treinta años. Su


cabello era oscuro, y sus ojos casi color gris azulado.

El hombre habló, llamando la atención de las personas que nos


encontrábamos en la habitación funebre.

—Mi nombre es Seung Choi. Soy primo cercano a Seung Hwan.

Jimin, que se encontraba muy cerca a mis espaldas, murmuró:—Si


hubiese sido muy cercano, la abuela jamás hubiese estado sola.

Otro nudo amenazaba formarse en mi garganta al escuchar aquellas


palabras. Taehyung a mi lado, apretó mi mano.

—...Veo que muchos de ustedes eran cercanos a ella, sin embargo


no los conozco. Estoy segura de que ella está agradecida de que
estén aquí. —el hombre de cabello blanco de canas siguió
hablando. —Hwan y yo pasamos mayoría de nuestra infancia juntos.
Era una persona un tanto amargada, pero pocos sabíamos que
dejabo de esa fría fachada era como un abrazo cálido. No
quiero...no quiero recordar cosas tristes, pero lo que sí quiero
recordar es que se encontrará con su Omega y su hijo, y ella estará
muy feliz.

Tragué saliva al escuchar aquellas palabras.

La ceremonia duró un par de minutos más. La mayoría de personas


en el lugar eran habitantes de Suwon, y no reconocía a las personas
restantes; probablemente eran personas que alguna vez conoció en
su vida. No tenía muchos familiares, y si los tenía, jamás fue muy
cercanos a ellos.

Por eso se me hacía muy raro que un tal Seung Choi apareciera de
la nada.

Cuando comenzaron a irse, alcancé al hombre que se encontraba


seriamente frente al altar tras haberle pedido un poco de espacio a
Taehyung y a mi familia. Le toqué el hombro con delicadeza, y este
se volteó para observarme.

Reverencié hacia el mayor.

—Me llamo Jeon Jungkook.

—Un gusto, Jungkook. —sonrió un poco.

—¿Usted...? —ni siquiera sabía que pregunta iba a formular.


Carraspeé mi garganta —¿Usted era cercano a la abuela Seung?

El hombre parpadeó un par de veces; probablemente un tanto


dudoso por la forma tan cercana que le había llamado a la mujer.

—Así es. Como dije anteriormente, crecimos juntos durante un


tiempo. —hizo una pequeña pausa antes de seguir hablando,
observándome. —¿Y tu eras cercano a ella?
Un calor me recorrió el cuerpo ante escuchar aquella pregunta.

—Si. Estuvo casi en toda mi vida.

—Ya veo... —saboreó la información. —Me da gusto saber eso.


Estoy seguro de que Hwan se convirtió en una persona muy
cercana a ti. Puedo notarlo.

Me fue inevitable no alzar una ceja. Mi boca habló por si sola.

—¿Por que jamás la visitó? Ella jamás lo mencionó a usted...o a


nadie.

Estaba metiendo las narices donde no debía, pero me importaba.

Seung Choi soltó un suspiro, desviando la mirada hacia su lado


derecho. Me mordí la lengua porque quería disculparme por aquella
pregunta tan entrometida, pero no lo hice.

—Tuvimos una pelea hace veinte años...y hace veinte años fue la
última vez que la vi. —se escuchó amargura en su voz. —Era una
mujer obstinada. Decidió mantener distancia con familiares, y se
mudó acá.

—¿Y no vinieron a verla ninguna sola vez en veinte años?

—Como dije, Hwan era una persona obstinada. Siempre le gustó la


soledad...sobre todo porque nadie podía llenar el vacío que le
provocó la ausencia de su fallecido Omega.

Aquello fue como una punzada a mi corazón. Mis ojos picaron,


amenazando con soltar nuevamente el llanto.

—Y-yo... —carraspeé con mi garganta. —L-lo siento tanto por ella.

Me desbordé en lágrimas. Jamás mostró índices de soledad, o


tristeza. Siempre mantenía una actitud divertida y gruñona. Me
sorprendía su capacidad de mantener a raya sus sentimientos.
***

Si supieran laS GANAS QUE ME DAN DE DARLES


SPOILERSSS!!!!!!

Lo siento por la tardanza y por el cap tan corto;(, lo mejoraré


eventualmente
El capítulo no daba para mas, y he estado disfrutando a mi
familia ya que estoy fuera de la ciudad

GRACIAS POR LEER BEBUS

NUESTROS BEBÉS SI FUERON NOMINADOS Y NO TIENEN


IDEA DE LO FELIz QUE ME HACE💜💜💜💜.

No tengo mucho que decir, pero gracias por leer

Los tkm MUCHO


59. "Bosque melancolico"
Taehyung POV's

—Tonta. —escuché la voz de Chaeyoung.

Me paré en seco y en silencio en las escaleras. Agudicé mi oído y


entrecerré los ojos escuchando la conversación —más bien
discusión— ajena.

—No te rebeles. —Mina contestó con desdén. —Tonta eres tú.

—Al menos yo no le estoy mintiendo a mis padres.

Alcé mis cejas.

—Tu también esas mintiendo.

—¡Me chantajeaste! —la Omega chilló. —No me pidas que te bese


en frente de tus padres, porque eso no pasará.

Hubo un silencio durante un par de segundos.

—Ya quisieras que te besara. —mi hermana chasqueó la lengua. —


Jamás te haría el favor.

Ya veo. Hay algo entre manos...será algo interesante de saber.

Luego le sacaría la sopa a Mina.

Pisé ruidosamente los escalones, asegurando que ambas me


escucharan bajar de la planta de arriba. Aparecí en la sala de estar
—donde se encontraban— y les sonreí un poco.

—Hola, Chaeyoung. —reverencié con educación hacia la Omega de


cabello rubio y corto.
—H-hola, Taehyung. —se levantó del sofá para imitar mi acción.

Sonreí un poco, volviendo mi vista hacia mi hermana. Me recargué


sobre el sofá y torcí los labios.

—Y...¿que hacían? —alcé las cejas.

Mina se removió en su lugar y Chaeyoung le observó.

—Platicando, ¿que más? —mi hermana se rascó la ceja. —Mamá


nos citó.

—Oh, ya veo. —arrugué la nariz. Observé a la Omega. —Te deseo


suerte con mamá, ¡fighting!

Chaeyoung parpadeó repetidamente.

—Gracias. —pareció nerviosa.

Asentí con la cabeza. Procedí a caminar hacia la puerta principal de


la casa, y antes de salir miré por el hombro a mi hermana.

—Iré a ver a Kookie. —avisé. —Le avisas a mamá, por favor. No se


a que horas regresaré.

Mi dulce Omega estaba teniendo días sombríos, y yo quería estar


presente en cada uno de ellos. Quería protegerlo de sus
pensamientos y emociones; por eso, pasaría el tiempo que tuviese
ser necesario para que se sintiera mejor.

La muerte de la abuela Seung fue repentino. Fue algo inesperado, y


fue una noticia que logró revolverme el estómago y acelerarme el
corazón.

No podía ni imaginar la gravedad de sentimientos que atormentaban


a Jungkook y a las personas que rodeaban a la abuela.

—Está bien. Yo le digo. —Mina sonrió levemente con pena. —Le


das un abrazo por de mi parte.
🌙🌙🌙

Toqué la puerta, mis nudillos golpeando la madera oscura.

Unos segundos más tarde, Yoongi apareció en la puerta.

No esperaba verlo en casa de Kookie, pero la explicación más


acertada que mi cabeza pudo crear en segundos fue que Jimin
también estaba.

Nos saludamos con un par de golpes en la espalda, y me hizo un


ademán para que me adentrara en el interior de la casa.

Jungkook y Jimin se encontraban acurrucados en el sofá, una manta


blanca cubriendo sus cuerpos.

—Hola, Jimin. —le sonreí al pelirrosa para después observar a mi


Omega. Me incliné hacia el y juntamos nuestros labios en un beso
de pico. —Hola, bebé.

Jungkook sonrió débilmente. Me senté en el sofá individual a un


lado de donde se encontraban.

—Hola, Tete.

—¿Como están? —era una pregunta en plural, sin embargo yo


estaba observando a mi Omega.

Yoongi se sentó en el sofá libre, y decidió contestar.

—Desanimados.

Mi lobo interior bajó sus orejas al escuchar aquella respuesta. Se


sentía inquieto y desesperado.

Iba a abrir la boca y decir algo, sin embargo apareció Jeongyeon


desde el pasillo de habitaciones mientras caminaba hacia la puerta
principal y se ponía un gran abrigo.
—Voy a casa de Ryujin, le avisas a mamá. —no vió en nuestra
dirección en ningún segundo. —Está dormida.

Jungkook solo murmuró un "está bien" y la Alfa salió de la casa sin


decir algo más.

Torcí los labios observando a mi Omega. Parecía tener la mirada


perdida, sin embargo cruzó miradas conmigo durante un par de
segundos. Le hice un ademán invitando a que se acercara a mi.

No me lancé contra el cuando llegué porque no sabía como se


estaba sintiendo, si tal vez necesitaba espacio físico o algo así; no
obstante, Jungkook pareció gustoso.

Se destapó de la manta, relevando su pequeña figura cubierta en


unos pantalones de algodón y un suéter gris. Abrí mis brazos y el
Omega no tardó en abrazarme mientras se sentaba en mis piernas,
acurrucándose en mi cuerpo.

Jungkook olfateó suavemente desde la fuente de mi cuello y percibí


como respiró con satisfacción.

—¿Quieres hablar? —susurré, apretando un poco de su cintura. Se


removió suavemente. —¿Quieres helado? Puedo ir a comprar si
quieres, bebé.

Quería tratarlo como el rey que era.

Negó con su cabeza, sin despegar su rostro de mi cuello.

—Está haciendo demasiado frío para comer helado.

Chasqueé la lengua.

—Si te acurrucas conmigo no te dará frío jamás, Kookie. —acaricié


su espalda con parsimonia.

Casi pude sentir como sus labios se extendieron contra mi piel en


una pequeña sonrisa.
Nos mantuvimos en silencio durante unos cuantos minutos.
Disfrutando del calor del otro y el contacto corporal que lograba
reconfortarnos a ambos. Entrelacé nuestras manos creando que una
sensación recorriera nuestros cuerpos y nuestros lobos se
encontraran.

El contacto entre nosotros era precioso. Era lo que me mantenía


vivo.

—Oigan... —Jimin nos sacó de nuestro trance. Giramos nuestras


cabezas hacia el. Yacía a un lado de Yoongi, acariciandole el cabello
al Alfa mientras que este mantenía los ojos gatunos cerrados. —
¿Vamos al bosque?

Fruncí el ceño.

—Vamos. —Jimin no dudó ningún segundo en responder.

¿Ir al bosque? El frío fuera era tan intenso que incluso las simples
acciones de mover las articulaciones o respirar, resultaban
dolorosas...incluso dejando el tema del frío por fuera, estaba oscuro;
recién había oscurecido.

Observé a Jungkook y negué con la cabeza.

—Es demasiado frío. Puedes enfermarte.

El Omega pareció muy decidido a mantener su postura.

—Si hace frío puedo abrigarme, y si me enfermo existen los


medicamentos. —habló en un murmuro bajo. —Quiero ir.

Yoongi pareció igual de tajante que yo.

—¿Por que tanto entusiasmo por ir al bosque?

—¿Y por qué no? —Jungkook incluso rodó los ojos como solía
hacerlo.
El pálido Alfa y yo intercambiamos miradas. No discutiríamos en
contra de nuestros Omegas.

Tras haber aceptado ante la descabellada idea, Jungkook me tomó


de la mano para llevarme hacia su habitación. Abrió la puerta y nos
adentramos en el interior de este lugar.

Sus dulces feromonas estaban impregnadas en cada partícula del


lugar, y diablos, me encantaba.

Caminó hacia su armario y comenzó a buscar dentro de él.

—No creo que nada de mi ropa te quede. —me observó


dudosamente mientras pasaba la lengua entro de su mejilla interna.

—¿Ropa para que...?

Estaba apunto de decir un comentario inapropiado, pero me retuve


al pensar que no era el momento.

—Para abrigarte, Tete. —respondió volviendo a buscar entre su


ropa.

Negué con la cabeza, caminando hacia su lado.

—No te preocupes por mi. —le tomé del brazo con suavidad. —
Busquemos algo para ti.

Un par de minutos más tarde, le puse al Omega de encima dos


suéteres, un gorro y un par de guantes en sus manos, un par de
calcetines de corazoncitos —que le avergonzaron bastante— y
después sus botas altas de agujeta.

—¿No crees que es demasiado? —realizó un puchero mientras se


observaba en el espejo.

—Claro que no, cachorro. —le abracé por detrás, acariciando su


vientre que se sentía grueso por la capa de telas. Pude sentir como
se estremeció un poco ante la sensación. —Estás perfecto.
Una vez listos, nos devolvimos a la sala de estar, esta vez, saliendo
de la casa después de que Jungkook dejara una hoja sobre la mesa
a su mamá avisándole que nadie estaba en casa.

Me explicó levemente que habían tomado un par de días de


descanso, el negocio siendo manejado por otras personas.

Los cuatro comenzamos a caminar por la calle, el frío calándonos


hasta los huesos. Apreté la mano de mi Omega al observar como
sus dientes empezaron a castañear de frío.

—Volvamos. —escuché a Yoongi hablar un tanto malhumorado. —


Jimin.

El llamada negó con la cabeza, su cabello rosado meneándose.

—No.

Tenía que haber una razón por la que ambos quisieran estar en el
bosque en este preciso momento, fue por eso que no insistí en
volver.

Y Yoongi pareció entenderlo un rato después.

Tras habernos adentrado en el tenebroso bosque —porque lucia


muy tenebroso y todos sus sinónimos posibles—, comenzamos a
caminar sin rumbo alguno. Prendimos los flash de nuestros
celulares para asegurarnos de que no nos tropezáramos con alguna
roca o rama.

Nuestras respiraciones eran pesadas, mientras que el aliento salía


disparado como humo por el contraste que tenía el frío con el calor
del ambiente. Un ligero aire mecía las gruesas ramas de los pinos
altos y había un silencio sepulcral.

A mi ojo fotográfico le parecía un panorama digno de fotografiar.

—No nos vayamos muy lejos. —Yoongi habló con advertencia.


—Solo un poco más y nos paramos. —su Omega respondió con
dificultad por el frío que probablemente le estaba calando el aparato
respiratorio.

Observé a Kookie, que tenía su bonita nariz roja y los labios


agrietados. Percibió mi mirada y sonrió un poco de manera
tranquilizadora.

—Estoy bien, Tete. No te preocupes.

Torcí los labios y también, tuve que morderme la lengua.

Pasaron un par de minutos que me parecieron eternos, hasta que


ambos Omegas se pasaron en seco al parecer reconocer el punto
exacto de donde nos encontrábamos.

—Supongo que aquí es. —Jimin observó a Kookie. —La última vez
que vinimos aquí teníamos quince años.

El dulce Omega sonrió nostálgicamente, observando a los pinos que


rodeaban el lugar.

—Lo recuerdo como si hubiese sido ayer. —respondió en un hilo de


voz.

Yoongi estaba apunto de preguntar algo, sin embargo sus palabras


fueron cortadas cuando se escucharon sonidos de pasos fuertes.

Todos agudizamos nuestros oídos. Jungkook corrió hacia mi, con los
ojos extendidos de sorpresa.

—¿Que mierda fue eso? —el pálido preguntó con el ceño fruncido,
abrazando a Jimin.

—¿A que maldita persona se le ocurre venir al bosque a esta hora y


con este frío? —el pelirrosa cuestionó como si le pareciera absurdo.

Alcé mis cejas.


—A nosotros. —Jungkook respondió poniendo su mano sobre su
pecho.

Nos mantuvimos en silencio unos segundos, esperando otra vez a


escuchar aquellos pasos que ni siquiera supimos de que dirección
provenían; eventualmente, volvieron a escucharse con más fuerza,
como si estuviesen corriendo.

Jimin comenzó a sufrir de disnea, y Yoongi pareció muy


desesperado por aquello.

El Alfa pálido sacó de su bolsillo una navaja, sacándonos un jadeo


de sorpresa a mi Omega y a mi.

Se podía sentir la tensión en el aire, incluso el terror que nos


recorría el cuerpo a todos, porque, santa luna, era una situación
digna de sufrir ansiedad.

—¿Alguien anda ahí? —me atreví a preguntar observando entre los


pinos.

Jimin me observó con sus orbes bien abiertas.

—¿por qué preguntarías salgo así? —su voz tembló en un hilo tras
haber susurrado y gritado al mismo tiempo.

Mis palabras fueron interrumpidas cuando el sonido volvió a ser


notorio. Yoongi alzó la navaja al aire, buscando a alguien o algo; sin
embargo todos soltamos suspiros de alivio cuando miramos un par
de liebres correr aceleradamente.

—¡Par de bolas de pelo! —Jimin se talló los ojos, para después


observar a su novio guardarse la navaja nuevamente en el bolsillo
de sus pantalones. —¿Por qué llevas una maldita navaja, Min
Yoongi?

El pálido se encogió de brazos.

—Jamás sabes cuando vas a necesitarla para pelar una mandarina.


Me alivió bastante escuchar una risa de Kookie tras escuchar la
respuesta.

Tras Jimin haberse calmado un poco de su respiración acelerada,


junto con Jungkook caminaron observando los troncos de los pinos
en silencio, como si buscaran algo.

—¿Pueden decirnos que buscan? ¿Para ayudar al menos...? —el


pálido Alfa cuestionó.

Jungkook observó a Yoongi, y luego sus ojos se dirigieron hacia mi.

—Estamos buscando un nombre marcado con una fecha. —


respondió casi en un susurro. —En la madera.

Comencé a buscar entre la madera de los pinos, alzando mi celular


para que la luz de mi flash me permitiera ver con claridad. Uno, dos
y tres y no lograba encontrar algún nombre plasmado. Jungkook
caminó hacia mi lado y sonrió un poco.

—Supongo que te preguntas porqué estamos en el bosque en pleno


frío buscando entre los pinos. —se abrazó a sí mismo.

Le tomé con una de mis manos su rostro, tratando de transmitirle un


poco de calor a sus mejillas heladas. Sus ojitos —que lucían un
poco opacos— fijos sobre los míos, observándome con intensidad.

Sonreí un poco.

Quería besarlo tanto, hasta que nuestros cuerpos se calentaran lo


suficiente para que no pasase frío, y se olvidara de cualquier cosa
que le hiciera triste.

—No te preocupes, bebé. Si no quieres explicarme, no pasa nada.

El Omega envolvió su mano con la mía, y asintió con la cabeza


débilmente.
—La abuela Seung, Jimin yo vinimos a explorar el bosque hace
tiempo. Me sorprende bastante que hayamos recordado el camino.
—arrugó su nariz. —pero... no fue cualquier tipo de exploración. Fue
diferente a las demás.

>>Fue de las únicas veces que se mostró triste ante nosotros. Nos
detuvimos en este lugar y pasamos un rato platicando de una que
otra anécdota. Ya comenzaba a oscurecer, y de repente
observamos como caminó en silencio hacia un pino y se quedó
observando la madera. Jimin y yo nos quedamos mudos,
observando como soltaba un par de lágrimas. Caminamos hacia
ella...y observamos un par de nombres marcados con una fecha. Y
hasta hace un par de semanas, o incluso meses, nos dijo que perdió
a su Omega... y a su bebé. Todo comenzó a tener sentido.

Sentí un dolor en el pecho.

No podía imaginar el terrible sentimiento de perder a tu familia.


Debía de ser un dolor tan fuerte que ni siquiera podría mantener la
vida de un Alfa intacta.

Recordé que cuando estábamos en el funeral, un hombre de cabello


blanco mencionó "se encontrará con su Omega y su hijo, y ella
estará muy feliz."

Sus palabras tenían sentido ahora.

Jungkook volvió a hablar después de un par de segundos.

—Probablemente luchó con depresión, sin embargo jamás lo


demostró. —su voz se quebró. —Estoy seguro de q-que los
nombres en la madera del pino eran de su Omega y su bebé.

No tardé mucho en envolver su cuerpo en mis brazos. Mi garganta


generando un nudo que me complicó pasar saliva.

—Entiendo.
—Por eso, Jimin y -y yo quisimos venir aquí. Platicamos de esto
hace días atrás, pero no queríamos venir solos, —explicó en un hilo
de voz. —pero ya estamos aquí. Queremos...poner su nombre junto
los otros.

Asentí rápidamente, tomándolo del rostro con ambas de mis manos


tras haber guardado mi celular en los bolsillos de mi suéter.

—Eso le hará feliz.

Jungkook sonrió, sus ojos llenos de lágrimas y su rostro viéndose


más rojo que antes. Acercó sus helados labios con los míos,
formando un pequeño y lindo beso.

Limpie sus lágrimas y nos observamos a los ojos durante un par de


segundos. Nuestra conexión era tan fuerte, que podía sentir a su
lobo sintiéndose melancólico.

—Aquí está. —observamos a Jimin. El pelirrosa tenía los ojos


clavados en el tronco, sus manos pasando sobre la superficie. —Es
aquí.

El dulce Omega y yo no tardamos en encaminarnos hacia su


dirección, con Yoongi pisándonos los talones.

Observamos un par de letras marcadas con algún artefacto de filo.

"Daehyun. 05.03.1962
Cachorro. 01.01.1962"

Jimin y Jungkook se abrazaron durante un par de segundos,


soltando un llanto silencioso. Se separaron tras un rato. El pelirrosa
observó a su Alfa y extendió la mano.

—¿Me prestas tu navaja, Yoongi-ah?

El pálido dudó, no obstante terminó por sacar el artefacto filoso de


su abrigo, extendiéndoselo.
—Ten cuidado, por favor. —le ordenó con voz ronca.

Pasamos un par de minutos más. Jimin trazó el nombre "Seung


Choi" y en cambio mi Omega trazó su fecha de fallecimiento
mientras sorbía su naricita roja.

—Están juntos ahora. —Jungkook mencionó con la voz temblorosa.

Mis ojos no tardaron en picar, lágrimas amenazando con salir de mis


ojos. Observé por el rabillo como Yoongi giraba su rostro, eliminando
el rastro de lágrimas de sus mejillas.

***
yo no estoy llorando, tu estás llorando>;(!!!

Gracias por leer Bebus, me ha gustado escribir este capítulo,


espero que lo hayan disfrutado al menos un poco;(❤❤

Nuestros bebés en billboard con #1 ¡primera canción


coreana!!!!, amo💜💜💜se lo merecen millones<3

Amo leer todos sus comentarios. Holi a todas las lectoras


nuevas u.u💜💜💜💜.

Los tkm MUCHO


60. "No eres de el"
Jungkook POV's

Habían pasado dos semanas desde que la abuela Seung falleció.


Habían sido días un poco más calmados, sin embargo aún había
inquietud y tristeza dominándome por las noches.

Estuve faltando a clases de canto durante todo este tiempo. No me


sentía tan apasionado en el canto últimamente, o al menos, no lo
suficiente para seguir asistiendo a clases. Dejé de ser constante, y
tuve que tomar la decisión de darme de baja en la escuela.

Sabía que era lo correcto. Podría volver después, por ahora trataría
de enfocarme en mi mismo; en sentirme mejor y reflexionar un poco.
Me dedicaría a pensar en mi futuro y en lo que quería hacer a largo
plazo.

¿Donde me encontraría cinco años más tarde? No tenía ni idea,


pero de lo que si estaba seguro era de que quería que Taehyung
estuviese en el.

Sonreí un poco.

Me encontraba justamente saliendo de la oficina de papeles de la


escuela de artes. Tenía dos propósitos en este momento: uno de
ellos era darme de baja, —lo cual ya estaba realizado—y el segundo
era ver a Eunha.

Tras haberme ausentado en clases de canto, intercambié uno que


otro mensaje con la a Omega. Le platiqué que dejaría las clases, y
que tuve un par de problemas, —incluyendo a Jimin en el tema—
pero que no se preocupara.

Era hora de salida, así que no tardaría mucho en salir del salón de
clases.
Recargué mi espalda en una pared del pasillo, esperando por la
Omega y pensando que sería lo que diría.

Necesitaba de ayuda.

Observé mi celular cuando anunció un mensaje de Tae.

"Me bajaré del auto


Me aburro solo esperándote ;("

Solté una risita baja mientras escribía mi respuesta:

"Está bien, tete


Solo le diré unas cosas a Eunha y nos vamos"

Hacia cuatro días que Jimin había cumplido años. Se negó a salir de
su habitación, y rechazó comer pastel. Sabía que su actitud
malhumorada se debía por su celo —que se aproximaba— y por los
sentimientos que le atormentaban debido a la ausencia de la abuela
Seung.

Estaba seguro de que a la anciana no le hubiese gustado vernos


tristes y amargados. Seguramente nos hubiese pegado en la cabeza
y nos hubiera obligado a animarnos, animándonos a salir y disfrutar
un poco más.

Por eso, necesitaba a Eunha.

Los presenté el uno con la otra en una ocasión donde invité a


ambos al centro comercial. Ambos conectaron a la perfección, y esa
fue una bombaza.
La Omega eran tan entusiasta como Jimin, compartían las mismas
energías tanto que sabía que le subiría el ánimo lo suficiente para
hacerlo salir de su cama.

—¡Kookie! —alcé la vista de la punta de mis zapatos, frente mis


orbes encontrándome con la Omega.
Nos abrazamos durante un par de segundos, sus feromonas
irradiando felicidad y emoción.

—Ha pasado un tiempo. —arrugué mi nariz sonriendo levemente.

Eunha asintió con la cabeza, entusiasta. Meneó su melena en la


acción, sus ojos brillando y sonriendo.

—¡Lo sé! Extrañaba tu olor a cafecito. —admitió soltando una risa


que me contagió. —¿Como estás?

—Mejor, ¿y tu? —alcé mis cejas, observándole con ternura.

Eunha pareció analizar la pregunta un poco más de lo normal en su


cabeza. Parpadeó repetidamente, terminado por sonreír con
nerviosismo.

—B-bueno, estoy bien...muy bien. Luego te platico. —se acomodó el


flequillo. —¿cómo está Jimin?

Entrecerré los ojos por la manera en que se mostró nerviosa y


sospechosa, pero asentí con la cabeza.

—Está malhumorado. Necesita alguien que le suba el ánimo, y


quería pedirte ayuda. —torcí los labios. —Ya sabes, fue su
cumpleaños hace días y fue terrible.

Eunha alzó sus cejas.

—¿Pre-celo?

—Algo así. —solté un suspiro. Ladeé la cabeza, desviando mi vista


hacia el pasillo. —Ayúdame a sacarlo de su cama.

Yoongi no se encontraba en la ciudad desde hacía un par de días, lo


cual empeoraba mil veces peor la actitud del Omega.

—No te preocupes. Podemos festejar su cumpleaños atrasado. —la


Omega parecía emocionada. —¡Mañana sábado! Salgamos por
unos tragos, karaoke, ¡yo que se!

Parecía una buena idea.

Cierto aroma que reconocí golpeteó mi nariz. Lucas apareció detrás


de mis espaldas con una gran sonrisa, examinándome tras haber
escuchado parte de la conversación.

—¿Estoy invitado?

Había pasado tiempo desde la última vez que lo vi. Parpadeé,


observándole un poco.

—Hola, Lucas. —sonreí cortésmente.

Se atrevió a apretujar mi mejilla con sus dedos, sonriendo


tiernamente. Eunha, que observaba la escena, cruzó miradas
conmigo con una mueca en los labios.

—Kookie, no habías venido a clases ¿cierto? —soltó mi piel para


pasar su mano sobre mi cabello. Que toquetón. —¿Por que te has
ausentado? No te he olido cerca.

Carraspeé mi garganta, sintiéndome un poco incómodo. Eché la


cabeza hacia un lado, deteniendo su toque en mi cabello y
sonriendo un poco para no generar tensión.

—Me he dado de baja.

El Alfa alzó sus cejas, creando una expresión de sorpresa.

—¿Qué? ¿Por qué? —pareció desalentado. —Ya no nos veremos


tan seguido, Kookie.

—Esa es una buena noticia.

Los tres presentes torcimos el cuello hacía de donde provino la voz


de Taehyung. El Alfa venía a la mitad del pasillo, separándonos un
par de metros; sin embargo había escuchado a la perfección el
comentario de Lucas.

Venia caminando con lo que parecía ser tranquilidad. Ambas de sus


manos en los bolsillos de sus pantalones, su cabello meciéndose
divinamente a cada paso que daba. Su ceño estaba levemente
fruncido con sus pobladas cejas casi juntas, observándome mientras
pasaba su lengua entre sus labios.

Tragué saliva, mis ojos escabulléndose hacia Lucas, que le


observaba con cierto desdén.

—¿Ya terminaste, bebé? —el Alfa se posicionó a mi lado, su brazo y


mano rodeando mi cintura, pegándome a su cuerpo.

Mantuvimos contacto visual durante un par de segundos. Sus ojos


amarillos combinado con su cabello rubio eran mi debilidad.

—¿A-ah? Si... —observé a Eunha, regalándole una sonrisa que me


devolvió. —Te mandaré mensaje y mañana nos vemos.

La Omega asintió con la cabeza.

—Entonces ya nos podemos ir. —me sonrió tiernamente para


después observar con dureza a Lucas, lo cual me alarmó un poco.

Entrelazó sus dedos con los míos para comenzar a caminar a lo


largo del pasillo, pero el movimiento se detuvo en seco cuando
Lucas me retuvo con mi otra mano.

Oh, oh.

Le observé con nerviosismo.

—No me dijiste porque te diste de baja. —la voz le cambió, alzando


sus cejas.

Torcí los labios, sintiéndome un tanto cohibido ante la situación.


—No es de tu interés. —Taehyung respondió por mi. Observó el
agarre del Alfa en mi mano, y soltó un gruñido bajo. —Suéltalo.

Lucas pareció irritado.

—Estoy hablando con Kookie.

—Mi Kookie. —Tae mencionó fuertemente, haciendo que me erizara


la piel. —No seas entrometido, ¿que no te queda claro que es mi
destinado?

Eunha parecía alarmada al igual que yo. Se aproximó al lado de


Lucas y le tomó del brazo, intentando distraerlo.

—¿Entrometido? Conozco a Kookie desde hace años. —soltó una


risa seca observando a Taehyung con molestia. —No te ponga a la
defensiva, ¿te sientes amenazado?

¿En que momento la tensión se tornó de esta manera? Jamás había


visto tal gravedad de celos de Taehyung. Estaba más que claro que
no le agradaba para nada Lucas; y eso que nomas se habían
encontrado una sola vez.

—¿Cuando has visto que un león se sienta amenazado por un


insecto? —sonrió con relajación.

Mis ojos se extendieron con sorpresa ante la elección de palabras


de mi Alfa.

Lucas soltó una risa llena de sorna. Relajó los hombros y soltó mi
agarre con delicadeza, observándome a los ojos.

—Luego platicamos, Kookie.

🌙🌙🌙

—No has dicho nada en todo el camino, ¿no me vas a dirigir la


palabra? —observé como el Alfa cerró la puerta tras habernos
adentrado en el interior de su casa.

Taehyung chasqueó la lengua, poniendo las llaves del auto en la


encimera.

—Estoy tratando de no hablar para evitar soltar palabrotas.

Me crucé de brazos.

—¿Estás enojado conmigo?

Taehyung se apresuró en negar con la cabeza. Se encaminó hacia


mi y me tomó de la cintura, de pronto sintiéndome un nervioso ante
el repentino tacto.

—Claro que no, bebé. —soltó como si estuviese teniendo una pelea
consigo mismo. —Es solo que...-ugh. Estoy muy enojado con Lucas.

Sus pulgares acariciaron el hueso sobresaliente de mi pelvis,


provocando que mi piel se erizará por el delicado roce.

—Hay que distraernos, ¿si? —le sonreí con tranquilidad. —¿y tus
padres? ¿Jennie?

Se escuchaba mucho silencio en su casa. Si al menos estuviese su


hermana menor, hubiese aparecido bajando las escaleras tan pronto
como hubiese sentido mi presencia.

Taehyung examinó mis labios durante unos segundos, y antes de


hablar, depositó un pequeño beso sobre ellos.

Ambos sonreímos.

—Jennie está con Mina, y mis padres salieron de viaje por un par de
días. —esta vez pegó sus labios en mi frente. —¿miramos una
película?

Me limité a asentir con la cabeza tras haber analizado sus palabras.


Un par de minutos más tarde, nos acurrucamos en el sofá frente al
gran televisor de la sala de estar. Taehyung recargó su cabeza en el
porta brazos, mientras yo tomé la ventaja de acostarme a su lado —
casi encima de el— y acurrucarme en su pecho.

Momentos así se volvían mis favoritos.


Cuando sentía su calor corporal abrazar mi cuerpo, escuchar su
corazón, su aroma mezclarse con el mío y cuando me mimaba.

—¿Te gustan las películas de terror? —cuestionó mientras


aplastaba los botones del control remoto.

—Si, me gustan mucho. —admití. —pero no dan miedo.

Taehyung giró en rostro hacia mi, y sonrió con ligereza.

—Qué valiente. —sonó burlón.

Alcé mis cejas, incorporándome un poco del sofá para verle


correctamente el rostro.

—¿Te estás burlando de mi?

—Claro que no. No inventes cosas. —soltó una risa, volviendo a


dirigir su vista hacia el televisor.

Rodé los ojos. Volví a acomodarme sobre su cuerpo, metiendo mi


pierna entre las suyas y recargando mi cabeza sobre el espacio
entre su cuello y clavícula.

El Alfa acariciaba la extensión de mi espalda con lentitud, enviando


tranquilidad a mi cuerpo y provocándome sueño.

—Deja eso. —le ordené en un puchero. —Me estoy quedando


dormido.

Soltó una risa ronca.


—Lo último que quiero en este momento es que te quedes dormido.
—respondió. Hizo una seña hacia la pantalla. —Veremos esta, ¿si?

Leí el titulo. Una película extranjera "El Hereditario." Asentí con la


cabeza y el Alfa aplastó un botón en el control remoto para
comenzar a reproducirla.

Nos concentramos bastante. La película tenía muy buen guión y la


trama estaba llena de suspenso.

—La abuela es la clave de la historia. —Taehyung dijo al cabo de


unos minutos.

—Bueno, la película comenzó con su muerte. —eché palomitas a mi


boca. —Es obvio.

El Alfa me giró su rostro para observarme, generando una gran


cercanía en nuestros rostros.

—¿Me estás diciendo lento?

Rodé los ojos.

—Te gusta malinterpretar mis comentarios. —contesté, mirándole


con serenidad.

Taehyung terminó por sonreír, probablemente pensando que era


cierto lo que decía. Acercó sus labios a mi cabello y depositó un
beso.

Iba a acercarme a besarle de vuelta en los labios, sin embargo el


Alfa me observó con cierta molestia, esquivando su boca de la mía.
Aquella acción logró descolocarme, por lo que le miré con tanto
asustado.

—¿Tete?

Taehyung soltó un gruñido ronco, desviando su vista de la mía.


Agarró mi cintura con ambas de sus grandes manos y me mantuvo
en mi lugar sobre su cuerpo.

—Hueles a Lucas. —musitó con dureza. Volvió su vista a la mía, sus


ojos amarillos encontrándose con los míos. —Se le está haciendo
costumbre acercarse de más a ti, ¿no crees?

Sus palabras fueron como fuego para mi cuerpo. Su simple tono


ronco y demandante fue suficiente para que mi lobo sumiso bajara
las orejas un tanto emocionado e intimidado.

Me mordí el labio, pensando que decir exactamente.

—Estoy seguro que suelta sus feromonas sobre ti apropósito. —alzó


sus cejas. Quise desviar la mirada, pero el Alfa lo evitó tomándome
del mentón con una de sus manos. —Tu cabello huele a el.

—Tae... —me sentí pequeño, pero incluso la sensación de serlo me


gustó.

Lucas era muy coqueto, si, pero no sabía que era ese tipo de Alfa
que intentaba tocar a un Omega —a mi— para pegar su
aroma...sabiendo que tenía destinado.

Me parecía muy osado de su parte. Cuando el aparecía cerca de mi,


jamás sabía cómo decirle que el contacto físico que intentaba
mantener conmigo no me agradaba.

Me sentía mal, e incómodo porque sabía que podía considerarse un


amigo —o algo así— pero tenía que alejarlo de mi. No solamente
porque a Taehyung no le agradaba, sino porque en ocasiones me
parecía muy intenso; y era una parte de su personalidad que jamás
había notado hasta que dejó de llamar mi atención.

—Odio su olor en ti. —pegó nuestras narices, y provocando que


ambos cerráramos los ojos. —Impregnaré mi olor en ti hasta que le
quede claro a cada Alfa que eres mío.
Solté un jadeo sobre sus labios, tornando que la tensión en el aire
se intensificara sobre nuestros cuerpos.

—Tae. —mi voz salió en una súplica que el Alfa pareció entender.

Su boca se pegó con la mía de una manera demandante y voraz.


Sus labios se movieron ferozmente con los míos mientras que sus
dedos se metían debajo de mi suéter y tocaban la piel. Posicioné
mis manos sobre sus anchos hombros, intentando mantener el
brusco beso que el Alfa ejercía sobre mi. Gruñó una y otra vez
mientras me devoraba la boca, su lengua meciéndose de manera
entusiasta contra la mía, provocándome gemidos que eran
amortiguados por el mismo Taehyung.

Sus afilados dientes apretujaron mi labio inferior, y jaló de un


manera muy sensual haciendo que mis piernas se sintieran débiles.

Se separó de mi boca para hundir su rostro en mi cuello y dejar


húmedos besos en la extensión de piel delicada.

—No me cae bien. No me gusta su presencia, la detesto. No quiero


que te toque.

Palabras amenazaban con salir de mi garganta, pero quedaban


estancadas cada vez que el Alfa me mordisqueaba la piel.

—Odio que intente impregnar su olor en ti. —volvió a posicionar


ambas de sus manos en mi cintura, pegándome con dureza contra
su torso. —No eres de el. Eres mío.

Me encantaban sus palabras. Sus palabras eran como lava en mi


sangre.

Despegó su rostro de mi cuello para observarme, y sonreír de una


manera que pudo haberme dejado preñado. Sus ojos amarillos
estaban clavados con tanta ferocidad sobre los míos que hacía a mi
lobo aullar. Su entrecejo estaba fruncido con sus pobladas cejas
casi juntas, sus labios estaban rojos y un ligero rubor cubría la piel
de sus mejillas.

Santa luna.

—Sabes que soy tuyo, Tete. —respondí con voz melosa.

Negó con la cabeza al instante.

—pero los Alfas no lo saben. —hizo una pequeña pausa donde sus
ojos parecieron oscurecerse. —Quiero marcarte.

Mis ojos se extendieron con sorpresa.

En serio el lo había dicho. En serio quería hacerlo, o... ¿los celos lo


estaban cegando de sus palabras? Un remolino de sentimientos y
sensaciones lograron atormentar mi cuerpo al cabo de unos
segundos.

—Quiero marcarte. —volvió a repetir, asegurándome de que había


escuchado bien.

Parpadeé, sintiéndome nervioso y confundido.

—Estás celoso. —las palabras salieron torpemente de mi boca.

—Estoy que me muero de los celos, bebé. —afirmó con voz ronca.
Me observaba con serenidad, no obstante podía sentir como su
corazón latía con fuerza contra mi pecho. —Estoy celoso, pero soy
consciente de lo que estoy diciendo.

Me mordí el labio con fuerza.

No podia creerlo. En serio no podía creerlo. ¿Esto era lo que sentía


ser correspondido por alguien? Taehyung me estaba diciendo
indirectamente que deseaba que nos enlazáramos.

Era una propuesta abrumadora y grande, sin embargo, dejando de


lado todo tipo de sentimientos que provocaban las situaciones
desconocidas, me sentía muy feliz.

Era una sensación inexplicable. Era euforia pura.

Yo...amaba a Kim Taehyung. Lo amaba con todas mis fuerzas, y


quería decírselo mil veces a la cara para verlo sonreír.

Quería decirle aquellas palabras todos los días de mi vida.

—Y-yo... —mi voz salió en un hilo de voz.

—Lo siento por soltártelo tan repente. Tengamos una cita de pícnic.
—sonrió mostrando sus bonitos dientes mientras acariciaba mi
cabello. —Platiquemos del futuro.

Amaba como era directo.

Pasaron un par de segundos donde nos limitamos a observarnos en


silencio. Me sentía muy feliz.

—Está bien. —sonreí un poco.

¿Platicar del futuro? Estaba seguro de que quería que Kim


Taehyung fuese la persona principal en mi futuro.

El ambiente qué pasó de ser sexual a lindo, fue interrumpido por


unos toques en la puerta, sacándonos de nuestra burbuja.

Ambos soltamos un gruñido sincronizado. Nos levantamos del sofá


e intercambiamos miradas cuando se escuchó la voz de Jin al otro
lado de la puerta.

—¡Taehyung! ¿Estás ahí? —pareció muy emocionado. —¡Tengo


noticias!

Mi Alfa se acercó a la puerta para abrirla, dejado a nuestra vista a


Namjoon y a Jin muy sonrientes.
—¡Incluso Kookie está aquí! —al Omega le brillaron los ojos al
verme.

Le sonreí de vuelta, reverenciando levemente. Me posicioné detrás


del cuerpo de Taehyung, observando a la pareja feliz.

—No avisaron que vendrían. —Taehyung les observó con confusión,


rascándose la ceja un tanto ajeno a la felicidad que irradiaban.

—Ha sido algo espontáneo. —Namjoon sonrió provocando que sus


hoyuelos se marcaran tiernamente.

—Ya veo.

—¿Les decimos? —el Alfa observó a su Omega y sonrió.

Asintieron con la cabeza y nos observaron a Taehyung y a mi —


ambos muy confundidos— y hablaron al unísono.

—¡Estamos comprometidos! —la pareja alzó sus manos, enseñando


sus anillos.

***
Originalmente este cap iba a ser más largo! Iba a tomar muchos
temas pendientes, sin embargo creí que era demasiada
información je je

Espero que les haya gustado;) se q a muchas les gustan los


Alfas territoriales y celosos

Gracias por leer Y NUCHISISISISMAS gracias por LAS 80k


LEÍDAS Y LAS 10k ESTRELLITAS💜❤ ❤ ❤ gracias por votar
(y a esas lectoras fantasmas, plisvoten;( ))))
LOS TKMMMM<33
61. "Como tu y yo"
Taehyung POV's

Bajé las escaleras y me encontré con el cuerpo de mi hermana


mayor envuelto en una manta, extendido en el sofá de la sala de
estar.

Caminé hacia el mueble y crucé miradas con ella.

Parecía de muy mal humor. Tenía el entrecejo fruncido y un puchero


de molestia en los labios. Mina de mal humor resultaba o muy
divertido, o muy fastidioso.

Ladeé la cabeza observándole.

—Quiero saber.

Quería saber lo que pasaba entre Chaeyoung y ella. Habían pasado


un par de días desde lo que presencié, y sabía que la tal "relación"
que tenían no era normal.

—¿Que quieres saber? Eres un cotilla. —Mina me observó para


después poner sus ojos en blanco.

Le piqué la costilla con mi dedo índice y me regaló un gruñido con


molestia.

—Me preocupo por ti. —dije en un tono suave que pareció más una
burla.

La Alfa soltó un suspiro, volteando su rostro ligeramente hacia el


lado contrario de donde me encontraba.

En la madrugada hubo dos ocasiones en las que me desperté. La


primera ocasión fue a causa de Minari abriendo la puerta principal
de casa. Me alarmó bastante que llegara a altas horas de la
madrugada así de la nada, apareciendo con su pijama puesta, una
almohada y una manta entre sus brazos.

Le pedí explicaciones del porque estaba en casa de esta manera, y


sin avisar; pero lo único que hizo fue ignorarme y acostarse en el
sofá de la sala.

Mi hermana mayor era una persona terca y a veces, muy odiosa


cuando no estaba de humor, así que decidí no hacerle más
preguntas al notar que no quería hablar.

Simplemente volví a mi habitación y volví a quedar profundamente


dormido.

—Si, claro. —soltó en una risa seca. Giró su cara hacia mi y alzó
ambas de sus cejas. —¿Me vas a decir porque Jungkook ha
dormido en casa? Su olor es muy evidente.

Le sonreí con sutileza, y ladeé la cabeza evitando que observara el


leve sonrojo que apareció en mi rostro.

La segunda ocasión por la cual me desperté en la madrugada fue


porque mi dulce Omega me estaba llamando.

A las cuatro de la madrugada.

"—Taehyungieeeee. Teteeeeee —su dulce voz me sacó una sonrisa


a pesar de que estaba medio dormido. —Jimin se ha ido con
Yoongi, y me dejó aquí"

Me incorporé de golpe en la cama y fruncí el ceño.

—¿Donde te dejó? ¿Que ha pasado? ¿Donde están Eunha y


Namjoon? —hablé con rapidez.

El Omega soltó un fuerte resoplido que saturó el micrófono de su


celular.
—A-ah, me gusta tu voz, Tete. —soltó en un murmuro bajito y
coqueto. —Suena más...-

Estaba completamente borracho, era tan evidente. Arrastraba sus


palabras de una manera extraña.

Me agarré el puente de la nariz.

—¿Donde estás? —intenté no distraerme en su tono seductor. —Iré


a buscarte.

Puse mis pies contra el suelo, comenzamos a amarrar las agujetas


de mis tenis. Pasaron unos largos segundos hasta lo que percibí fue
un sollozo de su parte, lo que logró que mis acciones pararan,
alarmado.

—N-no quiero que me lleves a casa. —sorbió su nariz. —Quiero


estar contigo.

Parpadeé un par de veces para asegurarme de que había


escuchado bien.

No me gustaba escucharlo o verlo llorar. De tristeza.

Me levanté de la cama y comencé a buscar las llaves del auto con


mi mano libre.

—Estarás conmigo, bebé.

—¡No quiero ir a casa! —volvió a repetir, esta vez más desesperado.


—Quiero...q-quiero dormir contigo, Tete.

No se si debía de sonreír o sentirme preocupado, sin embargo sus


palabras lograron calentar mi corazón con su dulzura.

Comencé a caminar fuera de mi habitación y bajé las escaleras se


manera fugaz; encontrándome con Mina ya dormida. Salí de la casa
una vez con las llaves del auto en la mano y quitando el seguro del
mismo.
—Lo que quiera mi bebé.

Volvió a sorber su nariz.

Al parecer el alcohol lo ponía sensible.

—Quiero platicar contigo. —respondió con la voz más clara. —


Quiero hablar de...cosas.

Cerré el auto una vez que estuve encima de el, y fruncí el ceño. ¿A
que se refería? ¿Estaba balbuceando por su borrachera, o hablaba
en serio?

Sus palabras eran difíciles de entender.

—Está bien. Hablaremos de lo quieras, ¿si? —prendí el motor. —


Ahora pásame tu ubicación, ¿está bien, bebé?"

El mismo Jungkook me había dicho que iba a tener una salida de


"Omegas." Dijo que saldría con Jimin, Namjoon y Eunha. Tuve cierto
pendiente y miedo de que algo le pudiera pasar, sin embargo; el me
mantuvo en mi casa tercamente para que no fuese a buscarlo y
cuidarle las espaldas.

Cuando el reloj marcó las doce de la noche, quedé completamente


dormido sin poder quedar consciente y seguir mensajeando con el
Omega que decía que estaba en un club.

—Bueno, no es un secreto. —observé a Mina con simpleza. —


Durmió aquí.

La Alfa chasqueó la lengua al mismo tiempo que apuntaba mi


camisa con su dedo índice.

—Hueles a el.

—Pues si, durmió en mi cama.


—Pudiste haberlo llevado a la habitación de huéspedes, ¿no crees
que es raro para Jennie que vea a su hermano y a su cuñado con
las feromonas revueltas? —habló rápidamente.

—¿Estas insinuando algo acaso? —fruncí el ceño. —Simplemente


dormimos, y aparte, Jennie es lo suficientemente grande para
entender cosas.

—Es una Beta.

—Es más lista de lo que parece. —le repliqué. Hice sus piernas a un
lado del sofá, haciéndome espacio y sentándome a su lado. —
Ahora....¿me vas a decir de que iba aquella conversación que
escuché la otra vez?

Mina se rascó la nuca e hizo una expresión de incredulidad.

—¿Que conversación?

Le observé con una mirada acusatoria, alzando ambas de mis cejas.

—Pues mira, la conversación iba más o menos así —carraspeé mi


garganta para imitar una voz aguda y fina. —"Al menos yo no le
estoy mintiendo a mis padres" "¡No me pidas que te bese" "ya
quisieraaaaas que te besase"

La expresión de Mina se contrajo con terror.

—¿Que?

—Escuché tu conversación con Chaeyoung la otra vez. —reposé


mis brazos con relajación en el borde del respaldo. —Quiero saber
de que va.

Mina no era una persona mentirosa, sin embargo sabía que en este
preciso momento era todo lo contrario. Su postura y su actitud a la
defensiva hacia las cosas tan evidentes.

La Alfa rodó los ojos y se cruzó de brazos.


—No le digas a mamá.

—¿Chantajeaste a la Omega?

—¡No...! —Mina se exaltó. Dejó caer su cabeza con cansancio en el


respaldo. —Un poco.

Acerqué mi mano a su cabello para jalar ligeramente de un mechón.

—¡Estás usando a la pobre chica!

—¡No! Ella me debía un favor. —frunció el ceño. —No lo entiendes.

Me tallé los ojos antes de seguir discutiendo. ¿Que pasó con la Mina
que era éticamente y moralmente correcta?

Supongo que todos tenemos nuestros momentos de idiotez de vez


en cuando.

—Estás mintiéndole a mamá. —reproché. —Estas fingiendo que te


gusta.

Mina pareció frustrada, e incluso, hasta avergonzada. Arrugó la


nariz.

—Exacto, jamás me gustaría Chayeoung. —negó con la cabeza


como si quisiese sacudir un pensamiento. —Es
demasiado...llamativa.

Le miré con confusión. Esa palabra se podía interpretar de muchas


formas.

—¿Llamativa?

La Alfa soltó un suspiro.

—Si, llamativa. —me observó con obviedad. Se mojó los labios


antes de seguir hablando . —Es muy despampanante. Es muy tierna
sin intentarlo... y no me gusta el lunar que tiene bajo de la boca.
Solté una risotada.

—¿No te gusta su lunar? ¿Segura?

Ah, Minari era tan predecible.

—Lo odio. —me observó con molestia.

—No te gusta su lunar, pero te gusta ella. Ya veo. —alcé ambas de


mis cejas, sonriendo abiertamente.

La Alfa pareció muy escandalizada. Me observó con horror y se


atrevió a pellizcarme el brazo con fuerza.

—¡No me gusta! ¡Es insoportable! ¡Siempre me reta! —soltó con


dureza y un puchero formándose en su boca. —Incluso me
avergonzó en la cena que tuvimos la vez pasada, ¡eso fue
apropósito!

Volví a sonreír.

—Te gusta.

—¡No! —incluso pude ver como sus orejas se enrojecieron.

Le di un leve empujón con mi hombro y arrugué la nariz.

—Cortejala.

—Ella no está interesada en mi.

—Entonces si te gusta. —mi sonrisa se intensificó. Enredé su


cabello con mis manos, haciendo que me gruñera con molestia. —
¡Mina fighting!

—¡No me gusta!

—Si, claro. —rodé los ojos. Le puse el dedo índice clavado en el


pecho. —No escondas tus sentimientos porque te arrepentirás de
ello.

La Alfa pareció muy desagradada. Me empujó fuera del sofá


ejerciendo fuerza.

—Vete, déjame dormir. —soltó con dureza. —He dormido muy poco.

—¿Por que no te vas a tu departamento, chica adulta?

—Chaeyoung me ha echado de mi departamento. —admitió,


cruzándose de brazos.

Solté una risotada. Al parecer la Omega era muy osada, e incluso


había sido lo suficientemente terca para sacar a Mina de su propio
lugar.

—¿Que pasó con el suyo?

—Se ha quedado sin electricidad y agua, y pues...le debía un favor.


—explicó con cansancio. —Así que me echó fuera de casa mientras
ella deja su terrible olor a fresas en mi cama.

Sonreí.

—Suerte. —le repliqué antes de volver de comenzar a subir las


escaleras devuelta a mi habitación.

El reloj marcaba las once de la mañana, sin embargo parecía que


todos se encontraban somnolientos en casa. Jennie se despertaba
hasta tarde los fines de semana, y mamá no se encontraba en casa
al igual que papá, ya que no podía percibir sus presencias cercas.

Estaba seguro que me harían preguntas después sobre Kookie.

Abrí la puerta de mi habitación y me adentré entre las cuatro


paredes. Solté una maldita sonrisa de enamorado cuando observé
al dulce Omega entre las sábanas de mi cama.
Tenía los ojos cerrados, sus pestañas rozando divinamente sus
pómulos. Tenía la boca ligeramente abierta, con el cabello revuelto y
una pierna descubierta mostrando un poco de su piel.

Me senté en el colchón a su lado con delicadeza, evitando que se


despertara.

Recuerdos de la madrugada llegaron a mi cabeza mientras le


acariciaba el cabello.

"—¿Si vamos a dormir juntos, Tete? —me observó con los ojos
brillantes.

Le tomé de la mano al verle tambalear sobre sus pies y comencé a


guiarle hacia las escaleras para subir al segundo piso.

Le hice una seña para que no hiciera mucho ruido, y me respondió


con una risa baja.

Estaba muy borracho.

—¿Que le has dicho a tu mamá? —le observé por encima del


hombro.

Alzó sus labios como un pato, pensando en su respuesta.

—Que me quedaría con papá...o con Jimin. —habló


atropelladamente. —No recuerdo bien.

El Omega comenzó a caminar más rápido que yo una vez que


estuvimos en el largo pasillo. Sus pies se enredaron con torpeza,
casi cayendo al suelo de manera escandalosa, sin embargo mis
reflejos fueron los suficientemente rápidos para tomarlo de las
caderas.

Jungkook soltó una risa avergonzada. Incluso, a pesar de que


estuviese oscuro podía notar un sonrojo en sus mejillas.
Lo solté con delicadeza haciendo que apoyara sus pies
correctamente sobre el piso.

—Teteeeeee, no me agarres así. —dijo en un tono coqueto,


golpeando mi hombro.

Santa luna.

Abrió la puerta de mi habitación y no tardó mucho en aventarse en


mi cama con confianza. Se extendió con comodidad en el colchón y
me observó a los ojos.

Me crucé de brazos mirándole de manera acusatoria.

—¿Que pasó con Jimin? —cuestioné. —¿Por que estabas solo en


la calle?

Tras haber llegado a la ubicación que me había enviado vía


mensaje, me sorprendió bastante habérmelo encontrado sentado en
la banqueta de una calle, esperando por mi.

Jungkook soltó un resoplido, como si estuviese aburrido del tema.

—N-no sé. D-de repente Yoongi apareció y se llevó a Jimin a


rastras. —hipeó provocando una risa de su parte. —Namjoon me
dijo que se fueron a hacer cosas de adultoooos.

Me pasé las manos sobre los ojos.

—¿Y por que Namjoon y Eunha te dejaron solo? Son unos


irresponsables. —objeté con molestia. —Estás muy borracho, no
tienes experiencia con el alcohol, ¡algo pudo haberte pasado!

Miles de escenarios pasaron en mi cabeza al cabos de unos


segundos, y todos, terminaban mal.

Tendría que llamara Jin para preguntarle sobre Namjoon, y tal vez
por Eunha también.
—¿Por que no vienes a la cama, Tete? —hizo un puchero que logró
distraerme, cambiando de tema. Hizo palmadas a su lado. —Quiero
mimos.

Lo volvería a decir: Jungkook me tenia en la palma de su mano.

Solté un suspiro.

Caminé hacia el armario y saqué una camiseta y un pantalón de


chándal. Me acerqué hacia el Omega que me observaba
atentamente desde la cama mientras sonreía con ternura.

—Ponte esto para dormir, bebé. Estarás más cómodo. —le extendí
las prendas.

Jungkook negó con la cabeza.

—Vísteme tu.

Le encantaba hacerme las cosas difíciles, no obstante no objeté


demasiado.

Quité sus botas de agujeta y las dejé a un lado de la cama, para


después proceder a hacerle una seña para se incorporara.

Observé la camisa que traía puesta.

Era un un crop top de tela de seda.

—¿Te gusta? Jimin me ha prestado su famosísima camisa verde. —


sonrió de manera ladeada.

Torcí los labios observando como se podía apreciar sus clavículas y


parte de su estómago bajo.

—Es muy reveladora.

—Eseeeee es el chiste, Tete. —soltó una risita.


—Nomas debería de ser revelador para mi. —mi Alfa habló por mi
con posesividad.

Jungkook acarició mi brazo con parsimonia mientras se mordía el


labio.

—¿Más revelador? E-estás apunto de quitarme la camisa y verme


semidesnudo. —alzó sus cejas con una sonrisa insinuadora.

Un recordatorio sería no darle demasiado alcohol al dulce Omega


porque lograba alterar sus hormonas y de paso, las mías.

Carraspeé mi garganta, quitando mi vista de la suya.

Tomé los bordes de la tela y quité la camisa por su cabeza,


quedando su piel a mi vista. No dejé mucho tiempo pasar y tomé mo
prenday se la puse, provocando que el Omega sonriera.

—Huele a ti.

Le devolví la sonrisa.

Procedí a desabrochar el botón de sus apretados jeans y deslizarlos


sobre sus torneadas piernas y muslos, sacándome un suspiro.

Tuve que evitar con toda la fuerza de mi cordura no depositar un


beso sobre la superficie.

Tomé el pantalón de chándal completamente dispuesto a ponérselo,


pero negó con la cabeza, cerrando sus piernas.

—No.

Alcé mi vista hacia la suya y fruncí el ceño.

—¿No que?

—Así quiero dormir. Es más cómodo, Tete. —sonrió con


somnolencia.
Procedió a deslizarse sobre el colchón para arrinconarse en el lugar
cerca de la pared y taparse con mi manta.

Solté un suspiro.

Me quité los tenis y me acosté a su lado en la cama, sintiendo su


calor y su dulce olor al instante.

Cerré los ojos durante un par de segundos disfrutando del momento


y la paz que me transmitía tenerlo cerca.

Sentí su tímida mano rodear mi estómago.

—Tete. —me llamó en un susurro. Hice un sonido para darle a


entender que le escuchaba. —¿Vas a dormir con la camisa puesta?

Abrí los ojos para encontrarme con su mirada nerviosa.

Por alguna razón, su pregunta logró hacerme reír un poco.

—¿Quieres que me la quite?

El Omega se sonrojó a más no poder. Soltó una risa embarazosa, y


terminó por asentir con la cabeza con timidez.

Jungkook lograba impresionarme día a día.

Me incorporé en la cama y no duré ningún segundo en quitarme la


camisa, tirándola a algún rincón de la habitación. Cuando volví a
acostarme a su lado, el Omega no tardó en apegarse mucho más a
mi, olfateando entre la unión de mi cuello y mis clavículas.

—Me gusta. —su voz casi salió en un ronroneo.

Acaricié su espalda con delicadeza. A pesar de que me gustase el


momento, me estaba sintiendo muy adormilado. Mis ojos
comenzaban a cerrarse por el simple hecho de que eran las cuatro
de la madrugada.
—Durmamos, bebé.

Jungkook se despegó de mi para observarme con el ceño fruncido.

Negó con la cabeza.

—No. Tenemos que hablar, Tete. —parecía muy decidido.

Solté un quejido.

—Podemos hablar mañana.

El simple hecho de que se sentará sobre mi estómago de un


segundo a otro logró despertarme lo suficiente para prender mi
cerebro. Posicionó sus manos en mi pecho y sus piernas quedaron
a los costados de mi cuerpo.

—Mañanaaaaaa no estaré tan borracho y seré un cobarde. —soltó


en un lloriqueo.

Parpadeé un par de veces.

—¿Que es de lo que quieres hablar?

Jungkook vaciló. Desvió su mirada de la mía e infló sus mejillas,


probablemente pensando en sus próximas palabras.

Pasaron unos segundos de tensión donde el silencio reinaba la


oscura habitación. Mis tediosas manos se atrevieron a acariciar la
delicada piel de sus muslos, provocando que el Omega tuviera
escalofríos.

Conectamos miradas.

—Me gustas.

Solté una risita. Jungkook era tan tierno.


Posicioné mi mano detrás de su nuca para rodear su cuello con mis
dedos e inclinar su cabeza hacia mi. Deposité un suave beso sobre
sus labios.

—A mi también me gustas.

Jamás me cansaría de decírselo.

—Me gusta toooooodo de ti. —soltó con torpeza que me pareció


perfecta. Sonrió mostrando sus dientitos. —Me gusta que seas
atento, que seas inteligente, y que me quieras. Me gusta que...-
también me gusta que me hayas ayudado con mi celo.

Tragué saliva.

—¿a-ah si?

Asintió con la cabeza con emoción.

—Quiero que me ayudes con todos mis ceeeeeelooooos. —


canturreó moviendo su cabeza. —Y yo quiero ayudarte con los
tuyos, Tetep.

El alchohol no sólo hacia que el Omega se volviese sentimental y


hormonal, sino también su lengua se soltaba.

—No sabes lo que dices. —alcé mis cejas.

—Claro que lo sé. —hizo un puchero. —Los destinados que se


quieren como tú y yo, se casan, se enlazan, tienen cachorros, viven
juntos y se ayudan el uno al otro.

No pude evitar sonreír. Sus palabras me llenaban de esperanza e


ilusión el corazón.

—¿Eso es lo que quieres para nosotros? —seguí acariciando sus


muslos mientras nuestros labios se rozaban.
El Omega no tardó en asentir con la cabeza, sonriendo con
emoción.

—Quiero todooooooo eso contigo, Tete. —se encogió de brazos. —


porque te quiero y tú me quieres. Las cosas no son difíciles.

Volví a unir nuestros labios en un pequeño beso, ambos sonriendo


durante la acción."

***

Holi, este capítulo me ha salido naturalmente, así que espero


que les haya gustado<3

Gracias por leer, por comentar y por todo su apoyo, je je

Les kiero hacer una pregunta por mera curiosidad: q edad


tienen?

Aún sigo con pendientes en la uni, pero quise hacerles este


cap;)

Por si gustan pasarse:


no tengo mucho q decir la vdd;(, L@SSS TKMMM
62. "Si"
Jungkook POV's

—Está haciendo demasiado frío para el picnic, ¿no crees? —Tae


giró su cabeza hacia mi, observándome.

Un puchero apareció inconscientemente en mi rostro. Me hacía


ilusión la idea.

—Si, pero yo quiero un picnic.

Tae soltó un suspiro lastimero, volviendo a poner el auto en marcha


una vez que el semáforo cambió a verde.

—Estamos a ocho grados, bebé. —soltó con ligereza. —Apenas es


medio día, será lo más caliente que estará el clima.

Recargué mi cabeza en la puerta del auto andante y me crucé de


brazos mirando a través del cristal los edificios de Seúl.

De verdad anhelaba la cita en un picnic, pero sabía que tenía razón.

Conforme los días pasaban, más helado se tornaba el ambiente.


Estábamos a un par de días de comenzar noviembre, y sentía que
mi cuerpo no podía mantenerse lo suficientemente caliente para
respirar con comodidad.

De reojo, observé como volvió su mirada durante unas milésimas de


segundos. Sentí su cálida mano hacer un recorrido hacia la mía y
apretar de ella.

—No te preocupes, bebé. Ya habrá tiempo para hacer los pícnics


que quieras, ¿si? —la suavidad de su voz era como música para
mis oídos.

Sonreí un poco, asintiendo con la cabeza.


—¿Entonces que haremos?

Tae torció los labios mientras pensaba. Abrió su boca para decir
algo, sin embargo fue interrumpido por el sonido de su celular
anunciando una llamada.

—¿Puedes contestar por mi? Por favor. —hizo una seña con su
cabeza hacia el bolsillo de sus pantalones de vestir.

Asentí con la cabeza. Escabullí mi mano derecha dentro de su


pantalón y tomé el celular para contestar la llamada.

Ambos observamos la pantalla para ver el nombre plasmado en ella.


Era Namjoon.

—¡Hey! —el Omega habló con entusiasmo. —¿Como te fue?

Torcí los labios.

—Uhm, hola. Soy Jungkook. —contesté en un murmuro suave. —


Tete viene con las manos al volante.

—¡Oh, Kookie! —jadeó de una manera escandalosa. —Me alegra


que estés con el, ¿como le fue en la entrevista?

¿Entrevista? ¿Había escuchado bien?

Mis labios se hicieron una línea fina, intentando hacer memoria en


los lugares más recónditos de mi cabeza la palabra "entrevista",
pero no había nada relacionado con ello.

Taehyung no me había mencionado nada.

—Te lo pondré al altavoz. —solté en voz baja, procediendo a tocar la


pantalla táctil del celular.

El Omega hizo un sonido de aprobación. Taehyung observó


levemente la pantalla del celular mientras seguía manejando.
—Hey, Namjoonie. —saludó sonriendo, al mismo tiempo que
curvaba una esquina.

—¡Hey! ¿Que tal te fue en la entrevista? ¡Cuéntame todo! —sonaba


muy emocionado. —O tendré que pedírselo a Kookie, ¡eres muy
malo con los detalles!

Aquello hizo que alzara mis cejas mientras clavaba mis ojos sobre el
rostro del Alfa.

Definitivamente había sido algo que había ocultado.

Tae carraspeó su garganta, y procedió a rascarse la nuca antes de


contestar.

—B-bueno...ha estado bien, supongo. —torció los labios.

¿En serio me había ocultado algo como una entrevista? En mi


cabeza no podía formular alguna respuesta concreta del porque el
haría algo así.

¿No confiaba en mi? ¿Por que había preferido decírselo a Namjoon


y no a mi?

Una mueca involuntaria apareció en mis labios.

—¡Habla más! —Namjoon estaba muy entusiasmado, y eso, me


hacia pensar que probablemente no era cualquier tipo de entrevista
de la que hablaban. —¿Que tal son las oficinas? Estoy seguro de
que te contratarán.

Taehyung terminó estacionando el auto frente a una plaza/parque.


Soltó un suspiro, me observó, y tomó el celular entre sus manos.

—¿Podemos hablar después? —me clavó los ojos en el rostro, sin


embargo desvié los míos de el. —Luego te platico con más calma.

Habían pasado tan solo segundos, y cierto sentimiento de amargura


se había instalado en mi cuerpo.
—Claro, ¡esperaré detalles! —el Omega contestó a través de la
línea telefónica. —Adiós, Kookie. ¡Taehyung, fighting!

Silencio. Pasaron unos segundos de silencio donde nuestras


respiraciones era lo único que se escucha.

Torci los labios.

—Kookie.

Dirigí mi vista hacia el y alcé mis cejas con ligereza.

—¿Si, Taehyung?

El Alfa me observó preocupado. Volvió a carraspear su garganta, y


terminó por tomar ambas de mis manos con las suyas.

—¿No confías en mi? —mi boca se abrió sin siquiera haber


analizado mi pregunta con claridad.

El rostro de Tae se contrajo, y negó con la cabeza al instante.

—Claro que si, bebé.

Me sentía un poco dolido.

—¿Por que me has ocultado que tenías una entrevista? —hablé


casi en un susurro. —Incluso le has contado a Namjoon, pero a mi
no.

—Kookie...

—¿Es por eso que has estado ocupado toda la mañana? —


cuestioné.

Anteriormente, le había pedido que si podía venir a casa para


desayunar juntos.
Desde aquella vez que comimos pancakes —después de mi celo—
no podía dejar de fantasear y anhelar que Taehyung me
acompañará en todos mis desayunos.

Me había encantado la sensación. Había sido un sentimiento


inexpicable, y eventualmente, cuando le platiqué de la idea me
comentó lastimosamente que tenía algo que hacer en la mañana.
No quise verme entrometido, así que no pregunté mucho al
respecto.

Jamás pensé que estuviese haciendo una entrevista de trabajo, y


por el entusiasmo de la voz de Namjoon, podía deducir fácilmente
que era algo muy importante.

Era algo importante, y no me había platicado de ello.

—Y-yo...si. —Tae terminó desviando la mirada durante unos


segundos, luciendo muy pensativo. —pero, claro que confío en ti.

—¿De que iba la entrevista? —ladeé la cabeza observándole.

Taehyung tragó saliva antes de hablar.

—Me han contactado de una empresa de revistas de moda. —me


observó con nerviosismo. —dijeron que están interesados en mi, y
me han pedido que vaya a hacer una entrevista.

Aquello logró que me sintiera feliz por la notica, provocándome una


sonrisa.

Dios, entonces estaban interesados en el talento de Tae.

—Eso...eso es genial.

—Lo es... —sonrió un poco. —pero, no te lo conté porque no quería


hacer falsas ilusiones.

Mi sonrisa se borró.
—¿A que te refieres? —fruncí el ceño.

Tae soltó un suspiro. Observó nuestras manos y acercó el dorso de


una de las mías para dejar un suave beso sobre la superficie.

—Que si no termino siendo contratado no quiero que te pongas


triste.

¿Como podía preocuparse por mi cuando las cosas se trataban de


él?

—Pero Tae, no te preocupes por eso. —me apresuré en hablar. —


Me hubiese encantado haber compartido la felicidad de la notica
contigo.

Tae bajo las esquinas de sus labios, creando una expresión triste.
Se acercó a mi rostro para dejar un beso en mi mejilla.

—Lo siento. —mencionó en un susurro.

Solté sus manos para acercarme a él y pegar nuestros labios en un


pequeño y suave beso.

Sus blandos labios acariciaron los míos, encajando y rozándose con


una suavidad que me hacía feliz, tranquilo y que hacia sentirme en
casa. Acaricié las hebras de su cabello rubio, causando relajación
en su cuerpo y provocando una pequeña sonrisa en sus labios.

—No te preocupes, Tete. —me separe milésimas de centímetros


para poder hablar con claridad. —Háblame sobre cómo te fue.

Tae negó con la cabeza, volviendo a capturar mis labios con los
suyos. Posicionó una de sus manos detrás de mi nuca y me tomó
con una fuerza considerable para mantenerme firme en mi lugar.

—Tae... —hablé contra la calidez de su boca. —Nos van a multar si


alguien nos ve.

Tae soltó un gruñido bajo.


—Puedo pagar la multa.

—Taehyung. —intente sonar más decidido, sin embargo sus labios


moviéndose demandantes sobre los míos lograban distraerme.

—No me llames así. —soltó en un jadeo molesto. —No me gusta


que me llames por mi nombre.

Solté una risa.

Eché la cabeza hacia atrás en un descuido, y el Alfa soltó un quejido


lastimero.

Podría seguirlo besando hasta el cansancio —incluso hasta que


nuestros labios se entumieran—, sin embargo estaba la posibilidad
de que alguien mayor pasara fuera del auto y que nos maldeciera
diciendo "jóvenes calenturientos" procediendo a hacer un
escándalo.

—Anda, háblame de la entrevista. Quiero saber todo. —sonreí


mientras hablaba.

—Bueno, si no me vas a besar al menos retira haberme llamado


Taehyung. —hizo un puchero.

¿Como podía comportarse como un bebé cuando al mismo tiempo


podía ser tan intimidante?

—Lo retiro. —le apretujé las mejillas. Era tan tierno. —Ahora
cuéntame sobre la entrevista, osito.

Ambos nos observamos a los ojos con sorpresa. La sangre se le


subió al rostro, y probablemente, a mi también.

El maldito apodo se había salido de mi boca.

A veces pensaba que Tae parecía y se comportaba como un osito.


Era mimoso, afectuoso y blanducho. Los rulos que de vez en
cuando se formaban en su cabello, sus mejillas que en veces se
hacían abultadas cuando sonría o como ocasionalmente se volvía
tierno; me hacía pensar que el apodo "osito" era perfecto para el.

No obstante jamás había pensado en usarlo en voz alta, porque me


resultaba muy meloso....pero mi boca me había pasado una mala
jugada.

—¿C-como me llamaste? —sus ojos se extendieron.

Me mordí el labio con fuerza.

—Osito...

El Alfa parpadeó un par de veces, aún analizando el apodo que le


había dado. Procedió a sonreír unos segundos más tarde,
mostrando sus dientes. Se tapó la cara con sus manos, intentando
ocultar el fuerte sonrojo que había aparecido en su piel.

¡Incluso sus orejas estaban rojas!

—No puedo creerlo. —murmuró.

Sonreí, soltando una risa. Bueno, ahora que lo habían dicho, lo


usaría.

—Te gustó. —decidí juguetear un poco, dándole un suave golpe en


el hombro.

Tenía la leve sospecha de que le había agradado el apodo tan


meloso, y sabía que era lo demasiado orgulloso para aceptarlo.

—Me avergonzó.

—Mírame a los ojos y dime que no te gustó. —le dije entre sonrisas.

El Alfa se destapó el rostro y me observó aún muy sonrojado.

Me podía derretir ahí mismo ante la preciosa imagen de Tae estando


rojo de vergüenza.
—Y-yo... —intentó hablar, pero no pudo. Sus palabras parecían
estar estancadas en su garganta.

Solté otra risa.

—¡Te gustó! —la idea me emocionó. —Te gustó que te llamara así.

Tae ladeó la cabeza, desviando sus ojos amarillos de mi.

—¡Me avergonzó!

No había negado que no le gustaba. Con el apodo podía molestarlo


fácilmente.

Me incline hacia su cuerpo en el asiento y dejé un ruidoso beso


sobre su mejilla.

—Te gustó. —volví a repetir con la voz juguetona. Solté un suave


suspiro. —Vamos a comer, osito. Yo pago.

Dirigió sus ojos hacia mi, y me observó escandalizado.

—¡Kookie!

🌙🌙🌙

—¿Como fue viajar a Londres? —pregunté antes de comenzar a


saborear la fresa con chocolate.

Dongju, la mama de Tae, observó a su hijo con el ceño fruncido.

—¿Como que no le has contado a Kookies sobre tus viajes? Llevan


meses conociéndose. —reprochó. Guió sus ojos hacia a mi y sonrió.
—¿Quieres más fresas?

Tras nuestra charla en el auto, fuimos a comer a un mini


restaurante. Taehyung me platicó sobre la entrevista que había
tenido, y podía notar fácilmente lo mucho que le hacía ilusión la idea
de trabajar en las oficinas de esa empresa tan grande.
Era una gran oportunidad, y de verdad anhelaba bastante con que lo
tomaran seriamente para contratarlo.

Se lo merecía mil veces.

Después de haber terminado con los estómagos llenos, vinimos a su


casa. Su madre nos habló muy entusiasmada desde la cocina una
vez que escuchó nuestras voces, nos obligó a sentarnos en el
comedor y esperar para darnos de las fresas con chocolate
derretido que estaba preparando.

—N-no, gracias. Estoy lleno. —sonreí cortésmente.

La mamá de Tae me observó con desaprobación.

—¿Estás seguro? Estás muy delgado de tu pancita.

No se si escuché bien, o si fue mi imaginación haber escuchado la


voz de Tae susurrar "yo puedo ayudar con eso." Parpadeé en un par
de veces, y volví a sonreír una vez más.

—Está bien. La última. —acepté la fresa, ganándome una sonrisa


de parte de Dongju. Dirigí mis ojos hacia Tae. —Cuéntame.

Taehyung se encogió de hombros.

—Pues es muy simple. Viajé a muchos lugares para extender mi


catálogo de fotografía. —habló con serenidad. —Me gustaría volver.

—Suena divertido.

—Lo fue. Taehyung no dejaba de mandar fotografías. — su madre


habló con una sonrisa. —Deberían de viajar juntos.

Mis ojos se extendieron ante la idea.

—Me encanta la idea. —el Alfa saboreó la idea con los ojos
entrecerrados.
Sonreí un poco.

—Mi mamá no me dejaría.

—De eso me encargo. —habló con simpleza.

Solté una risa. —Dices eso como si a veces no te diera miedo


mamá.

Incluso Dongju se rió ante mi comentario, y el Alfa soltó una queja.

—¡Hey! Me estoy acostumbrando, ¿bien? —alzó sus cejas, y


carraspeó su garganta. —volviendo al tema, me encantaría viajar
contigo.

—Cuando se casen, pueden usarlo como luna de miel.

Me atraganté con mi propia saliva, al mismo tiempo que mi rostro se


enrojecía. ¿Como pudo haber soltado aquel comentario con tanta
tranquilidad?

Observé como Taehyung sonrió.

—Me gusta aún más la idea.

Me estaba ilusionando bastante su sonrisa. ¿Realmente estaba


pensando en aquello? Incluso decirlo en voz alta era un paso
gigante.

Mi lobo movía la colita con emoción con su lengua fuera de la boca.

Quiero decir, era un Omega joven con toda una vida por delante, sin
embargo, ¿por que debía de preocuparme por tener la vida por
delante si tenía a Taehyung para hacerla más emocionante y feliz?

Probablemente lo que la abuela Seung hubiese dicho al escuchar


esta conversación hubiera sido "estás loco, Kim Taehyung" sin
embargo, lo habría dicho con una sonrisa en sus labios,
observándome a mi.
🌙🌙🌙

Taehyung POV's

—Hablemos. Sabes que tenemos pláticas pendientes. —mencioné


observando al Omega.

Después de estar en el comedor, dirigí al Omega hacia mi


habitación.

Jungkook, que yacía sentado en mi silla giratoria, me observó con


los labios torcidos. Por su compostura, podía predecir que estaba un
poco nervioso. Descansaba sus manos dentro de sus muslos, con la
columna recta y la cabeza ladeada hacia un lado.

—Está bien... —saboreó su respuesta durante unos segundos. —Tu


habitación me recuerda a la ultima vez que estuve aquí borracho.

El Omega estaba observando las paredes, y yo solté una risa ante


el recuerdo.

—De verdad no quieres sacar ese tema a la luz. —alcé mis cejas.

Me observó horrorizado.

—¿Como soy cuando estoy borracho?

Ladeé la cabeza, luciendo pensativo.

—Atrevido.

Jungkook hizo una cara de expresión, sus ojos extendiéndose. Echó


la cabeza hacia atrás y alzó los labios como un pato.

—¿Atrevido? Recuerdo un par de cosas pero estoy seguro de que


no soy atrevido. —se defendió con firmeza, cruzándose de brazos.

Solté una risa.


—Entonces no estés tan seguro.

—¿Que dije?

—Me hiciste vestirte, también me pediste que me quitara la camisa.


—sabía que la revelación lo haría avergonzarse.

Pero sonrió.

—Eso si lo recuerdo... —pasó una mano por su cabello con ligereza.


—¿que más dije?

¿Debería de sacar el tema a la luz? Bueno, al fin y al cabos


teníamos que platicarlo. La idea me ponía nervioso.

—Dijiste que me ayudarías con mi celo.

El dulce Omega parpadeó un par de veces, analizando un par de


veces mis palabras. Esta vez, si se sonrojó.

—Y-yo... se me soltó la lengua un poquito. —dijo en un murmuro


bajo.

Cuando Jungkook me dijo eso aquella vez, lo pensé mucho.


Demasiado, tanto que terminé negando la idea.

A todo mi pesar, no dejaría que Jungkook pasase el celo conmigo.


Por más que lo quisiera, y que me estuviera muriendo de las ganas
no pasaría. Podia resultar muy peligroso.

Mi parte humana había tomado esa decisión, pero mi parte lobuna


se sentía a la defensiva y muy furiosa.

—Pero eso no pasará.

Jungkook pareció confundido.

—¿Que no pasará? —frunció el ceño, clavando los ojos en los míos.


—Que no me acompañaras en mi celo. —hice una fina línea con mis
labios tras haber hablado.

—Quiero saber porqué.

Que estuviese curioso al respecto de mi decisión me agradó. Me


agradó porque mi decisión tenía sus razones, y todas esas razones
y validaciones eran solo para cuidar de él.

Siempre sería mi prioridad.

Alcé mi mano hacia el, esperando que la tomara. Entrelazó sus


dedos con los míos, y jalé su cuerpo hacia el mío para que cayera a
mi lado en la cama.

Pasé un brazo debajo de sus rodillas y el otro por detrás de su


espalda, tomándolo como un bebé y poniéndolo en mi regazo.

El Omega soltó una risa avergonzada.

—¿Y esto?

—¿No puedo mimar a mi bebé? —toqué levemente la punta de su


nariz con mi dedo índice.

Se ojeras se pusieron rojas.

—Claro que si, osito. —sonrió de manera juguetona.

La sangre viajó hacia mi rostro.

Definitivamente que me llamara de esa forma me hacía sentir


sensible, —y no lo decía en un concepto malo—.

—¡Kookie! —me parecía inevitable no reprocharle.

—Te encanta. —soltó entre risas que me parecieron contagiosas.


Cuando solía reír su nariz se arrugaba de una manera muy tierna.
—Sigamos hablando.
Asentí con la cabeza, y comencé a buscar las palabras correctas
que decirle; sin embargo lo que formulé fue demasiado simple.

—No me ayudaras con mi celo porque no creo que sea seguro para
ti. Lo hayas considerado o no, quería decírtelo.

Jungkook torció los labios.

—¿Podrías ser más específico?

Solté un suspiro lastimero antes de hablar.

—Jamás he pasado mi celo con alguien. —le confesé mientras


manteníamos contacto visual. —y pues desde entonces he
estado...reprimido. Será la gran cosa, porque te he conocido a ti, a
mi destinado, y mi Alfa no querrá contenerse.

Mis palabras sonaban crudas, pero eran completamente reales.

Me sentía muy frustrado. Mis sentimientos y sensaciones físicas en


el celo solían ser desgarradoras, no obstante, el último que pase fue
el primero que tuve después de conocer a Kookie; y fue muy
doloroso y desesperante. Contenerme había sido muy difícil, y no
sabia hasta cuando lo seguiría haciendo porque no quería hacerle
daño a mi Omega.

Preferiría mi sufrimiento que el suyo, una y otra vez.

Jungkook se tomó unos segundos largos de silencio, probablemente


su cabeza uniendo hilos y cabos. Tenía la vista fija sobre algún lugar
en la pared mientras sus dedos jugueteaban entre sí.

Me tomé el tiempo de acercarme levemente de él, y olfatear con


suavidad su fuente de olor.

Me encantaba.

—¿No crees que eso es tortura? —soltó en un susurro.


Me despegué de su cuello para alejarme lo suficiente y mantener
contacto visual.

—¿Estabas dispuesto?

La pregunta logró que tragara saliva. Asintió con la cabeza


lentamente, causando que mi pulso se acelerara.

—L-lo había pensado antes, Tete. —sonó muy tímido.

Sonreí un poco.

—Gracias por considerarlo...pero no. —solté su agarre debajo de


sus rodillas para acariciar su cabello con parsimonia. —y no es que
no te deseé...simplemente creo que es lo mejor para ti.

—¿Y para ti que? Siempre te preocupas demasiado por mi.

Chasqueé la lengua.

—¿Estas molesto por eso? Es mi instinto, bebé. —murmure con


gentileza, observando sus cejas fruncidas. —Me interesas más tú.

—Quiero estar para ti, pero me estás alejando. —alzó sus cejas.

—Te estoy protegiendo.

—Me estás protegiendo de ti mismo. —habló con firmeza. —No es


justo.

Su actitud me estaba sorprendiendo.

—P-pero-

—A pesar de que estes pensando en mi, tu decisión es egoísta. —


alzó sus cejas.

Humedecí mis labios, y solté un suspiro, desviando mi vista de su


bello rostro.
—No quiero hacerte daño....no tenemos idea de que pasaría. —
solté con preocupación. —podrían pasar demasiadas cosas.

Podría ser muy brusco, marcarlo, incluso preñarlo, y hacer algo sin
su consentimiento seria algo que jamás me perdonaría.

—Estaré para ti. —sonó muy decidido. —No importa. Puede haber
otras formas de ayudarte, Tete.

La idea me frustró. No podría tenerlo cerca en esa situación de


desespero. Sería como tortura.

—No podré estar cerca de ti sin querer tomarte.

A pesar de que estaba molesto, se sonrojó ante mis palabras.

—Podemos manejarlo.

—No. —advertí.

Se cruzó de brazos.

—Me estoy molestando.

—Luces precioso cuando estás enojado. —sonreí.

Pasaron unos segundos donde no dejó relajar su rostro. Tenía el


ceño fruncido, con sus cejas casi tocándose.

—Dijiste que querías marcarme. —soltó como un recordatorio.

Conecté nuestras miradas de nuevo. Mi lobo se estaba sintiendo


inquieto ante la platica.

—Lo anhelo. —confesé en un susurro. —y si tu lo quisieras, lo haría.

El Omega pareció sensibilizarse. Soltó un suspiro entrecortado, y se


acurrucó en mi pecho, encogiéndose en mi cuerpo.
—Si eres tú, siempre diría que si, Tete.

Sonreí como un enamorado. Eché la cabeza hacia atrás mientras


sonreía.

Ah, me sentía tan pleno de tener a Jeon Jungkook en mi vida.

—¿A cualquier cosa? —me atreví a especular viéndole al rostro, y


alzando mis cejas.

—Depende. —clavó ligeramente su dedo en mi pecho.

—¿Me quieres?

—Si.

—¿Quieres viajar conmigo?

—Si.

—¿Dejarás de llamarme "Osito"?

Negó con la cabeza al instante para decir: —Eso si que no.

Bueno, al menos debía de intentarlo.

—¿Quieres tener cachorros...?

Se sonrojó.

—Si.

—¿Conmigo? —sonreí alzando mis cejas.

—No. —dijo soltando una risa.

—¡Hey! —me hice el ofendido. —¿Por que no?


Se mordió el labio inferior, y podía jurar que sus ojos destellaron de
un brillo precioso.

—C-claro que quiero tener cachorros, Tete. —tartamudeó. —


contigo.

Me acerqué a dejar un eufórico sobre sobre sus labios.

—¿mañana?

—¡No!

Hice un puchero.

—¿Entonces cuando?

Sonrió un poco. Tomó mi rostro con ambas de sus manos y acercó


sus labios para crear un beso lento y dulce.

—En unos años.

Volvió a dejar un par de besos en su boca. Probablemente unos


diez. Luego pasé a dejar besos por todo su rostro. Por su frente; sus
mejillas, barbilla, pómulos y hasta mandíbula.

Me aleje de él solo para obsérvalo con los ojitos cerrados y un fuerte


sonrojo.

Siempre tan hermoso.

—¿Te puedo tomar una foto?

Abrió los ojos. La pregunta pareció descolocarlo un poco.

—¿Por qué ahora? —frunció un poco el ceño, una sonrisa


asomándose en sus rojos labios.

Ladeé la cabeza, clavando mis ojos sobre el con suma atención.


—¿Por qué no? Tengo al mejor inspirador de arte. —sonreí. —Una
musa.

Jungkook se tapó el rostro con ambas de sus manos, ocultado una


sonrisa.

—¡Tae!

Alcancé mi cámara que se encontraba en la mesita de noche, y la


saqué del estuche; apreté el botón de encender y apunté hacia su
rostro.

De cierta forma había terminado con la cabeza sobre mi regazo y


las piernas extendidas en la longitud del colchón.

—Anda, destapa tu rostro. —le ordené con suavidad.

—Tengo vergüenza.

—¿Por qué? —cuestioné.

—No soy fotogénico. —me observó desde los huecos de sus dedos.

Tenía que estar jodiendome.

Acerqué mi mano libre hacia las suyas y destapé su rostro,


provocando que el dulce Omega hiciera un tierno puchero.

—No mientas. —volví a posicionar la cámara hacia su bello rostro y


me preparé mentalmente por lo que diría a continuación. —La
cámara te ama, y yo también.

Jungkook dejó de respirar unos segundos y me observó con los ojos


extendidos de sorpresa.

Ah, el corazón me estaba latiendo con tanta fuerza que sentía que
iba a salir disparado de mi pecho.

—¿C-como? —tartamudeó.
Sonreí como un tonto enamorado. Mi lobo se sentía eufórico.

—Que te amo, Kookie. —mi voz amenazó con temblar. —Te amo.

Pude observar como los ojitos del dulce Omega se humedecieron, y


por inercia, los míos también. Me apresuré en capturar una
fotografía, tomando un bello recuadro de un Jungkook escuchando
por primera vez un "te amo" de mi parte.

Se apresuró en lanzarse sobre mi, y abrazarme con fuerza.

Besó mi mejilla un par de veces.

Sentí como su corazón latía igualmente de rápido como el mío, sin


embargo un vez que estuvieron en contacto; nuestros latidos
parecieron sincronizarse.

—Yo también te amo, Tete.

***
Bueeeno, no ha salido tan largo porque he cortado unas cosas
innecesarias, pero aquí estoy, je je

He puesto muchas cosas que estaban pendientes<3 los


sentimientos comienzan a fluir mucho más rápido y las cosas,
también

GRACIAS POR LAS 92K LEÍDAS, es demasiADOOOOO😭💗💗


💗

Espero q les haya gustado;(<3 perdonen mucho la tardancia,


me tomé mas un tiempo del normal porque quise sentirme
relajada con todo esto de que ya estoy de vacaciones (desde
hace dos días jajskakakak)

Realmente quiero acabar el libro antes de que comience al año


para comenzar con ideas nuevas de fics<3
Extraño a mi bb Yoongi;( corazón púrpura si lo extrañas:

L@S TKM MUCHOOOO💜💜💜💜


63. "Último de Octubre"
Jungkook POV's

—Gracias, vuelvan pronto. —entregué el ticket a la Omega,


sonriendo amablemente.

Me devolvió la sonrisa e hizo una pequeña reverencia para luego


caminar hacia la puerta y salir a través de ella, fuera del local.

—Kookie. —Huekai apareció a mi lado. Me sonrió tiernamente y


pasó un brazo encima de mis hombros.

Fruncí el ceño.

Ya sabía que era lo que quería.

—Hyung. —le corregí.

—Bueno, si. Kookie hyung. —asintió con la cabeza y un par de


veces luciendo gracioso. —¿Me das un caramelo de miel? ¿De esos
que tienes en el bolsillo...?

Quité su pesado brazo encima de mis hombros y negué con la


cabeza. Alcé mis cejas.

Siempre quería robar mis caramelos.

—No. Queda más que uno, y te quiero... —me encogí de hombros.


—pero no lo suficiente para dejártelo.

El menor soltó un resoplido, y fingió hacer un berrinche.

—¡Nunca me das!

—Oye, trabajas. Puedes comprarte los quieras. —le di un leve


empujón en el hombro que no hizo moverlo ni un centímetro.
A pesar de joven, se podía notar fácilmente como sus facciones se
endurecían conforme pasaba el tiempo. Podía jurar que cada
semana, su estatura aumentaba al menos un centímetro más, y su
voz se volvía más gruesa.

Las similitudes de un Alfa.

—Las cosas saben mejor cuando no son tuyas. —me apuntó con
su dedo índice.

¿Por que aquella frase me resultaba familiar?

—¿Quien te enseñó eso? —fruncí el ceño.

Giré sobre mis talones y comencé a caminar hacia el inventario.


Escuché como el Alfa me pisaba los talones mientras me dirigía
hacia el pequeño cuarto. Me puse en frente del estante de lácteos y
alcé mi brazo para tomar un envase de leche de almendras.

—Escuché a Yoongi decir eso una vez, y Jimin le dio la razón.

Solté un bufido.

Claro que Yoongi había dicho eso.

Por alguna razón, olvidé que Huekai era más alto que yo. Me giré
sobre mi eje y quise inclinarme hacia el, pero lo único qué pasó fue
que golpeé mi nariz con su pecho.

Con mi mano libre, la tapé y masajeé. Eso había dolido.

—¿Hyung?

Alcé mi cabeza para verle el rostro y hacer una mueca.

—No le hagas caso a Yoongi ni a Jimin. —me hice espacio para


caminar fuera del inventario, con el menor siguiéndome detrás. —
están locos.
Hoy había tocado jornada de trabajo mientras mamá descansaba, lo
cuál me puso a cargo de la cafetería; provocando que Yugyeom se
pusiera celoso.

Hoy era 31 de octubre, también conocido como "Halloween" o "Día


de brujas". La cafetería estaba infestado de personas disfrazadas,
con maquillajes extravagantes, ropa llamativa y muchas pelucas
coloridas.

Este día era muy activo en Suwon. Muchas personas de Seúl


venían al pueblo. Se hacían fiestas gigantes, e incluso, se
realizaban excursiones "tenebrosas" al bosque. Lo único tenebroso
en el bosque eran los animales que habitaban, porque siendo
realistas, no había fantasmas o cualquier cosa paranormal en ese
lugar.

En fin. La festividad era tan emblemática en Suwon, que la policía


terminaba clausurando el lugar y tapando la entrada a autos.
Viéndolo por el lado positivo, la cafetería ganaba el triple; y por
inercia, se trabajaba el triple también.

Mis pies dolían.

—Hola, culo respingón. —dejé de verter la leche de almendras para


encontrarme con Jimin y Yoongi recargados sobre el mostrador.

Ignoré la forma en la que me llamó, y me obligue a no soltar una risa


de burla al observarlos.

—Se ven ridiculos.

Llamé a Huekai con voz suave y alta, provocando que el menor


apareciera al cabos de unos segundos. Me observó y luego sus ojos
se dirigieron a la pareja.

—¿Ves lo que te dije? Están locos. —apunté hacia la pareja. Ambos


rodaron los ojos y el menor soltó una risa.
Yoongi estaba usando ropa negra, mientras la punta de su nariz
estaba pintada de negro con unas rayitas sobre sus mejillas,
simulando los bigotes de un gato. Por el otro lado, Jimin traía un
gorro de Kumamon, vestido compleamente de negro.

—Jimin me obligó. —el Alfa se excusó, apuntando a su novio


pelirrosa.

—¡Claro que no! —mi amigo arrugó la nariz. —Hicimos un trato, y lo


sabes.

Todos sabíamos que Jimin era injusto para los tratos.

—¿Van a pedir dulces? —Yugyeom apareció tras haber atendido un


par de mesas. Observó a la pareja. —¿Tienen cinco años?

Yoongi gruñó, observando a mi hermano.

—Me obligaron. —volvió a decir entre dientes.

—¿Y que tiene que vayamos a pedir dulces y que llevemos un


disfraz encima? —Jimin se cruzó de brazos observando a mi
mellizo. —Tu llevas el disfraz de tonto todo el año.

Huekai soltó una risa torpe, y Yugyeom jadeó.

—Pongámonos a trabajar antes de que se pongan a pelear. —


mencioné con una sonrisa fingida.

Hice que mi hermano se fuera a preparar algunos pedidos y que el


menor se encargara de cobrar.

Procedí a sentarme en un taburete mientras aún seguía observando


a la pareja.

—¿No saldrás hoy? —Jimin cuestionó.

Le observé durante un segundo, arrugando la nariz.


No se me apatecia mucho. Tenía ganas de estar acostado en mi
cama, probablemente hablando con Tae por teléfono a altas horas
de la noche.

—Estoy cansado. —hice una mueca. —Y no tengo un disfraz.

El pelirrosa se encogió de hombros, restándole importancia a mi


respuesta.

—Lo cansado se te quita con una bebida energética, y el disfraz no


es problema.

Solté una risa.

—Más bien, no quiero salir. —corregí, alzando mi dedo índice al


aire.

—¿Por qué no? —el pelirrosa hizo un puchero. —Vamos a la fiesta


que hará el grupito de Minho, ¡Yoongi no querrá bailar conmigo!

Alcé las cejas.

—Bueno, si lo obligaste a vestirse de gatito puedes obligarlo a que


saque los pasos prohibidos.

El Alfa hizo un sonido ronco de negación.

—No hay posibilidad. —mencionó.

🌙🌙🌙

Tras haber cerrado el negocio hasta las 12 —porque si, había


demasiada clientela y debíamos de aprovecharla— nos dirigimos a
casa. Yugyeom y yo llegamos completamente derrotados,
probablemente con granos de café sobre el cabello, y caramelo en
nuestra ropa.

Jeonyeon había tenido suerte de sólo haber trabajado un par de


horas.
—¡Hola! —mamá asomó su cabeza desde la cocina. Nos ojeó de
arriba abajo. —Ay, pobrecillos mis bebés. Están cansados.

Yugyeom no tardó en abalanzarse sobre ella, fingiendo que


sollozaba en los brazos de mamá como un niño pequeño mimado.

Solté una risa.

—Estamos cansados pero con dinero de más en los bolsillos.

Mamá le dió un beso en la frente a mi mellizo y me observó poco


después.

—Me alegra...¿Y tu? ¿No quieres mimos? —alzó sus cejas. —¡Ah,
pero es cierto! Tu tienes a Taehyung.

Observé a mi hermano y solté una risa.

—Mamá acaba de especular que eres un solterón.

—¡Kookie! —nuestra progenitora optó una pose de jarra con sus


brazos, observándome con desaprobación. —No es cierto, Yugy.

El Alfa volvió a fingir sollozos como un niño pequeño.

Le encantaba comportarse como bebé.

—Anden, váyanse a duchar. —nos ordenó. —Prepararé la cena y


les llamaré.

Procedí a caminar hacia mi habitación. Tan pronto como cerré la


puerta a mis espaldas, me despojé de mi ropa y la eché en el
canasto. Tomé ropa interior y me adentré en el baño para darme una
caliente ducha que logró relajarme los músculos.

Me tomé más tiempo del normal, y una vez que me sentí listo, cerré
la llave del agua. Me sequé con mi toalla, y me puse la ropa interior
que había tomado de mi armario.
Observé como mi celular brilló, anunciando un mensaje de mi Alfa.

"Saldrás hoy, bebé?"

Sonreí.

"Noup, estoy muy cansado


No tengo la energía suficiente ;(
Y tu?

"Tampoco:c
Tengo un poco de dolor de cabeza
Pero nada grave"

"Ow
Has tomado medicina???
Mejórate, osito ;("

Sonreí maliciosamente cuando envié el mensaje.

Llamarlo así era mi gusto culposo, y sabía que también era el suyo.

"Si me dices te amo y me mandas un besito, estoy seguro de


que me sentiré mejor ;)"

Solté una risa ahogada. Incluso sus mensajes me hacían querer


chillar de emoción.

"Eso solo será válido cuando nos veamos"

"Heeeeeeyyyy
Noooooooooo;(((((((("

";)"

Salí del baño y me apresuré en vestirme, porque si seguía dejando


pasar más tiempo, podría resfriarme.
Me dejé caer contra el colchón y solté un suspiro que logró
relajarme. La cama se sentía fría y un poco vacía, era obvio que
necesitaba de la presencia de Taehyung.

Solté un quejido.

Tomé una de mis almohada y la abracé contra mi pecho, enterrando


mi rostro en ella. Me tomé un par de segundos cerrando los ojos,
completando mi relajación un poco más al recordar al Alfa.

La platica que tuvimos en su habitación botó en mi cabeza por


milésima vez.

Nuestra relación claramente estaba avanzando, y yo, me sentía muy


feliz. A veces me ponía a pensar si realmente todo esto era real.

A veces cuando las cosas iban muy bien, eran difíciles de creer. En
mi ocasión, todo era tan autentico.

Podía ser que a Tae y a mi nos hiciera falta una que otra tuerca,
pero nos entendíamos. Teníamos nuestros momentos de celos, —
los cuales podían resultar un poco problemáticos— pero mientras
siempre haya que una solución justa, estaríamos bien.

Si me hubiesen dicho a principios de este año que estaría


conociendo a mi destinado, que tendríamos una relacion seria y que
iba a estar haciendo planes para todo un futuro con el, realmente no
lo creería.

Todos estos últimos meses habían sido ya diferentes, y


reconfortantes.

Y a "diferente" no me refería como a algo malo, o molesto. Era una


palabra que me gustaba usar para descubrir las sensaciones que
habían aparecido en mi lobo después de haber conocido a su
destinado. Desconocía que podía sentirme así de feliz, celoso,
atrevido y sobre todo, enamorado.
Diablos, era tan joven. Solo tenía dieciocho años y sentía la
necesidad de seguir viviendo mil años más si tuviese a mi Alfa a mi
lado.

—¡Kookie! ¡A cenar! —Jeongyeon tocó mi puerta con sus nudillos.

Solté un sonido en modo respuesta.

Tras haber salido de mi habitación, caminé por el pasillo de


habitaciones y me adentré en la cocina un poco después. Observé a
Jeongyeon alcanzando algo alto para mamá mientras Yugyeom
ponía los platos sobre la mesa.

—Tengo algo que decirles. Así que me gustaría que se sentaran en


silencio antes de comer. —mamá mencionó mientras nos miraba.

Mis hermanos y yo cruzamos miradas. Sonaba sospechoso.

Tomamos nuestros respectivos lugares, y observamos cómo mamá


sacó una hoja de papel desde el bolsillo de su pantalón.

El estómago se me revolvió al observar la seria expresión de mamá.


Procedió a tomar aire en una inhalación profunda, y segundos
después, exhalar. Observó la hoja de papel y sonrió levemente.

"—Misuk. Si estás leyendo esto es porque probablemente ya no


estoy. Estoy escribiendo esto porque hay cosas que debo de decirte,
y que no quise decirte en vida porque me cuesta mostrar mis
sentimientos, y probablemente lloraría. Gracias por hacer mi vida
más bonita e interesante. Eres como una hija para mi, y tus hijos y
Jimin fueron mis nietos y mis amigos. —a mamá se le rompió la voz.
—los quiero demasiado. Los quiero más a que a mi familia de
sangre."

Escuché como Jeongyeon soltó una maldición. Se tapó el rostro


intentando que no pudiéramos observar lágrimas caer de sus ojos,
no obstante era demasiado tarde, porque las gruesas gotas ya
habían caído sobre la superficie de la mesa.
Mamá carraspeó su garganta, y bajo la hoja de papel. Nos observó
y sonrió levemente.

—Ayer me llamaron por teléfono. Era Seung Choi, el hombre que


conllevó el funeral de la abuela.

Tuve que tragar saliva para intentar eliminar el nudo que se había
formado en mi garganta.

—¿Y que quería...? —mi voz salió en un débil susurro.

—Quería que fuese a firmar unos papeles, porque...la abuela Seung


quería que su casa estuviese a mi nombre. —confesó con los labios
hechos una línea fina.

Tuve que parpadear un par de veces para asegurarme de que había


escuchado bien.

—¿Eh? —Yugyeom parecía igual de confundido que todos. —¿Por


que haría eso?

Mamá ladeó la cabeza. Volvió a alzar la carta a su vista y comenzó


a leer nuevamente la letra plasmada en ella.

"—Probablemente para este entonces ya conociste a Seung Choi.


Te contactará y te explicará un par de cosas, y entre ellas, la más
importante. He decidido dejar mi casa a tu nombre. —hizo una
pequeña pausa antes de seguir. —puedes hacer lo que quieras con
ella, pero mi consejo es que la vendas. Tiene valor sentimental, lo
sé, pero me gustaría que el dinero que puedes sacar de ella sea
para invertir en nuevo negocio en Seúl."

Solté un jadeo.

"—Quiero que extiendan su negocio de cafeterías. Se que llegará


lejos. Por favor, háganlo. Quiero que sean felices, será un gran
paso. Los amo."
En pocas palabras, la abuela Seung no había podido dejar su casa
a mamá por medio de su testamento, por eso; la dejó originalmente
al nombre de Choi para después obligarlo a que la cambiara al
nombre de mamá.

Pasaron unos segundos de silencio, donde todos nos sumergimos


en nuestros pensamientos.

La abuela Seung pensaba en nosotros demasiado. Su ausencia era


tan notoria, que me parecía difícil no ponerme nostálgico.

—No puedo creerlo. —fue lo único que pude formular.

Mamá sonrió a pesar de que tenía los ojos opacos.

🌙🌙🌙

Tras la cena, volví a mi habitación. Mis pensamientos revolviendo mi


cabeza sin poder parar comenzaban a agotarme, y eso que había
pasado al menos una hora desde que mamá leyó la carta.

¿Extender el negocio de cafetería? ¿No era eso demasiado?


Realmente había puesto su casa al nombre de mamá para que lo
hiciéramos.

Me pregunto hace cuanto fue que hizo esa decisión. ¿Hace cuando
hizo esa carta? La vieja siempre era tan poco predecible. Siempre
lograba sorprendernos.

La idea logró recalcar en mi cabeza durante gran parte de la


madrugada.

Comenzar una línea de cafeterías sobre Seúl. Se comenzaba con


una, y si el negocio crecía, eso significaría crecer económicamente y
poner más locales en toda la extensión de Seúl.

La abuela Seung nos estaba dando un empujoncito.


Ese podría ser un buen futuro, y sobre todo, a la vieja se le había
ocurrido. Le habría puesto muy feliz.

Una carrera universitaria relacionada también podría también ser


una clave para que el negocio creciera.

***
Capítulo un poquito corto, espero que les haya gustado<3
Gracias por leer, gracias por todo, GRACIAS POR 96k leídas💜

Disculpen si hay errores je

Ya casi nos acercamos a lo que esperan :)

No tengo mucho que decir más que: L@s TKM💜❤💜❤


64. "¿Podemos?"
Taehyung POV's

Toqué la madera con mis nudillos. Namjoon apareció al cabos de


unos segundos, una sonrisa en su rostro con sus hoyuelos
marcados adornando sus mejillas.

—Hey, llegas tarde. —me apuntó con el dedo índice.

Alcé las palmas de mis manos a la altura de mi pecho, y alcé las


cejas.

—Ustedes simplemente han llegado antes de tiempo.

El Omega soltó una risa. Se hizo a un lado de la puerta para darme


espacio y poder entrar al interior de la casa de Jin.

Estaba Hoseok sentado en el sofá grande, con las piernas


extendidas sobre la superficie. Sostenía un sorbo de alcohol en un
pequeño envase; mientras tanto Jin se servía en un vaso.

—¿Estamos celebrando algo? —ambas personas me observaron.

—¡Hey, tomate esto! —Hobi me extendió su sorbo. —Anda, toma.

Negué con la cabeza al instante. Puse el envase sobre la mesita


que se encontraba en el centro de la sala de estar, y arrugué la
nariz.

—¿Por que siempre hay alcohol involucrado cuando estamos


juntos? —cuestioné antes de sentarme en el sofá individual.

—Estamos festejando. —Namjoon respondió para sentarse a un


lado de su comprometido.
Sonreí un poco. Me hacía feliz verlos hacer un paso tan grande
como el matrimonio.

—Ya veo.

—¿Y Jungkookie? —el Omega me observó con un puchero en los


labios. —¿Y los demás?

Saqué mi celular desde el bolsillo de mis Jeans y prendí la pantalla


para ver la hora.

—Estarán aquí en un par de minutos.

Se suponía que era una reunión tranquila. La pareja comprometida


nos citó en el apartamento del Alfa. Namjoon decidió invitar a sus
amigos Omegas —los mismos que habían asistido al club nocturno
la vez pasada— para según hablar sobre la próxima boda y las
preparaciones.

El reloj marcaba las seis de la tarde y podía sentir como el alcohol


era notorio en la sala de estar. Observé a Hobi tomarse el cuatro
trago de alcohol en los últimos siete minutos.

Fruncí el ceño.

—Está triste. —Jin explicó cuando vio mi confusión hacia Hoseok.


—Ryujin le ha dejado.

Alcé mis cejas con sorpresa. No esperaba aquello tan rápido.

Me pregunto si la razón del rompimiento sería por la hermanita de


Jungkookie.

—Así es. Mis mejores amigos están comprometidos y el otro está en


una relación seria con su destinado...¿y yo? —se encogió de
hombros. —Estoy soltero nuevamente.

Namjoon hizo una mueca con sus labios.


—No te preocupes, Hobi. —le intentó alentar. —Hay muchos peces
en el estanque.

—Bueno, espero encontrar mi pez pronto. —soltó una risa. —Pasar


la boda de mis mejores amigos, solo, no es una opción.

Procedimos a seguir platicando un poco más. Un tema llevaba a


otro haciendo que nuestras conversaciones fluyeran con facilidad,
sin embargo, el pensamiento de que mi dulce Omega venía en
camino me ponía tan feliz, que lograba distraerme.

Era impresionante que incluso después de meses conociéndonos,


los sentimientos y los nervios siguiesen siendo constantes como la
primera vez.

—Tengo antojo. Pidamos algo de comer. —Namjoon se levantó


decidido a tomar el teléfono de casa.

—¿Estás embarazado? —Hoseok se atrevió a especular entre risas.

Jin sonrió mientras ladeaba la cabeza.

—Ojalá. No quiere que lo preñe todavía. —soltó fingiendo voz de


sufrimiento.

El Omega rodó los ojos.

—Aún no es tiempo, y lo sabes. —una vez con el teléfono en la


mano, se volvió a sentar a un lado de su comprometido. —Luego te
daré los cachorros que quieras, ¿si?

Hoseok fingió arcadas y yo solté una risa.

Pasó otro rato más. Namjoon hizo la llamada a un restaurante


japonés, y justo en el momento que terminó la llamada, se
escucharon unos golpes de nudillos contra la madera de la puerta.

Mis instintos se alertaron en cuanto pude oler a la perfección el


precioso aroma de mi Omega.
Me levanté del sofá con rapidez y caminé hacia la puerta para
abrirla.

Se encontraba Eunha, Yoongi, Jimin y detrás de ellos, Jungkookie.

—Hola. —los Omegas saludaron al unísono.

El Alfa simplemente hizo un gesto en modo de saludo, y a


continuación, se adentraron en la casa.

Me fue inevitable no sonreír al observar a mi Omega. Fue el último


en entrar, no obstante, tan pronto como estuvo enfrente mío, le tomé
de la cintura para plantar un ruidoso beso sobre sus labios.

O quizás más de un beso. Probablemente más de cinco besos.

Podía sentir como su cuerpo se estremecía ante el mío, pero jamás


se alejaba. Sonreía a cada beso que le daba.

—Ewwww. —Jimin exclamó.

—Dejémoslos solos por mientras. —Eunha murmuró, para después


escuchar los pasos de ellos alejándose.

Le tomé del rostro con ambas de mis manos y acaricié la suave piel
de sus mejillas.

—Hola, bebé. —me alejé un poco para ver sus ojitos.

El Omega sonrió. Se acercó nuevamente a mis labios y plantó un


beso.

—Hola, Tete.

Me podría considerar adicto a Jeon Jungkook.

Estreché su cuerpo contra el mío, y lo aprisioné en un abrazo. Mis


instintos me guiaron hacia su cuello, donde inhalé del aroma que me
volvía loco.
—Te extrañé. —dije contra la piel.

Volví a poner mis manos en su cintura, acariciando el hueso de su


pelvis con mis pulgares. Pude escuchar como soltó un suspiro
profundo.

—Puedo notarlo. —sus dedos se enroscaron en mi cabello. Soltó


una risita tierna. —Yo también te extrañé, Tete.

Con un poco de pesadez, separé mi rostro de la curvatura de su


cuello y alcé mi rostro para conectar sus ojos con los míos.

Lucia levemente sonrojado.

Mi vista viajó por inercia hacia su cuerpo. Traía unos Jeans oscuros
que torneaban sus piernas, sus grandes muslos que fácilmente se
habían vuelto mi debilidad.

Quería volver a hacer cosas con ellos.

Luego, observé como la camisa que traía puesta estaba fajada en


sus Jeans, pidiendo apreciar la bonita cintura que tenía.

—T-tete...me estás poniendo nervioso. —escuché su tono de voz


avergonzado.

Sonreí. Volví a verle al rostro mientras pasaba la lengua entre mis


labios.

Era precioso.

—Estoy admirando lo que es mío. —las palabras salieron de mi


boca sin permiso.

No planeaba decirlas, pero era exacto lo que quería decir.

El Omega soltó un jadeo bajito.


Íbamos a juntar nuestros labios en un beso, sin embargo, la voz de
cierta persona nos cortó la inspiración.

—¡Apesta a feromonas mezcladas! —Jimin gritó a todo pulmón. —


¡Traigan sus culos aquí!

Solté un quejido que hizo a Kookie reír.

—tiene razón. —me dió un suave beso en mi mejilla. Alcanzó mi


mano con la suya y entrelazó nuestros dedos —Vamos.

Con pesadez, le seguí los pasos al dulce Omega hacia la sala de


estar donde todos estaban. Reverenció saludando.

—¿Que estaban haciendo? —Namjoon sugirió con una sonrisa.

Jungkook carraspeó su garganta.

—Hablando.

—Hablando en la boca del otro. —Jimin respondió.

Todos soltaron una risa mientras que mi Omega se sonrojó un poco.


Hoseok le cedió el sofá a los recién llegados, procediendo a
sentarse con la pareja comprometida.

Para mi suerte, el sofá individual aún estaba disponible. Me senté en


el, y di unas palmadas sobre mis muslos para que Kookie se
sentara.

—Te estábamos esperando para que Namjoonie nos enseñara su


anillo de compromiso. —Eunha explicó observando al dulce Omega.

Pareció emocionado.

—¡Es cierto! —aplaudió un poco mientras sonreía. —¡A ver!

Namjoon sonrió haciendo que sus hoyuelos se marcaran. Observó a


Hobi y le hizo un ademán.
—Redoble de tambores, por favor.

Tras unos segundos de suspenso, el Omega alzó su mano izquierda


poniéndola sobre la mesa enfrente de los sofás.

Rápidamente los Omegas asomaron sus cabezas hacia la mano


donde descansaba el lujoso anillo. Jungkook se inclinó hacia delante
—sobre mi cuerpo— dejándome una vista muy sugerente, por lo
cual tuve que desviar mi vista.

—¡Es muy bonito! —Jimin chilló de emoción.

—Me encanta. —mi Omega se removió con emoción sobre mi


regazo.

Me mordí la lengua.

—Es una esmeralda. —Jin habló sonriendo. —Verde es el color


favorito de Joonie, así que pensé que era perfecto para el.

Los Omegas soltaron un "aww."

—¡Estoy emocionada! ¿Tendremos despedida de soltero? —Eunha


cuestionó.

—¡Claro! —el Omega comprometido asintió con la cabeza.

Todos se observaron muy divertidos.

—Podemos hacer una lista de opciones para esa noche. —


Jungkookie murmuró.

Jin y yo intercambiamos miradas. Estaba pensando lo que yo estaba


pensando.

—Me asusta eso de la despedida de soltero. —confesó, observando


a su Omega.

Joonie le observó confundido.


—¿Por qué?

Hoseok soltó un resoplido vago para después decir:—¿Que puede


pasar? Dejen que sus Omegas se vayan a un Striptease Club.

Parecieron escandalizados ante la mención.

—¡No estábamos pensando en eso! —Jimin se apresuró en decir,


observando a Yoongi que lucia igual de vacilante.

—Apuesto que si. Eso es lo que se hace en las despedidas de


soltero. —Hoseok soltó con una sonrisa traviesa mientras se
cruzaba de brazos.

Eunha frunció el ceño observándolo.

—Bueno, yo no se a que tipos de de despedidas has sido.


Seguramente era lo que ustedes querían hacer.

Jin soltó un jadeo ante la acusación. Observó a Joonie y negó con la


cabeza.

—Eso no es cierto. —aseguró con las cejas alzadas.

Dejé de tomar atención cundo Kookie volvió a colocarse


adecuadamente sobre mi regazo. Esta vez, pegó su espalda a mi
pecho y recargó su cabeza en mi hombro.

Me encantaba su cercanía.

Rodé su cintura con ambos de mis brazos para evitar poner mis
manos sobre sus muslos porque estaba apunto de caer en la
tentación.

La piel se me erizó cuando pude sentir su leve olfato sobre mi piel.

—Hueles muy bien. —susurró con gentileza.

Sonreí un poco.
—Es porque estoy feliz, bebé. —confesé mientras manteníamos
contacto visual. Acaricié su cabello. —Quisiera que no hubieran
interrumpido nuestra escena de besos.

El Omega logró sonrojarse. Intentó desviar la mirada con


nerviosismo, lo cual evité poniendo mis largos dedos sobre su
mentón.

—Luego habrá tiempo.

Sonreí, ladeando la cabeza. Mi lobo estaba desesperado y muy


feliz.

—¿Me estás prometiendo una sesión de besos? —cuestioné con


insinuación.

Soltó una risa. Me dió un suave golpe en el hombro negando con la


cabeza.

—Andas muy juguetón, eh. —logró cambiar de tema con facilidad.

—Tengo ganas de ponerte nervioso. —confesé con una sonrisa


prometedora.

Simplemente tenía ganas de él.

El Omega logró desviar su mirada de la mía, volviendo a sonrojarse


con más fuerza que antes.

—....¿Ustedes que piensan? —Namjoon nos observó a ambos


esperando una respuesta.

Ni siquiera sabíamos de que estaban hablando.

🌙🌙🌙
Jungkook POV's

—No puedo creerlo. —Namjoon parecía igual de sorprendido que


todos.
Mi mente había hecho un viaje hacia el recuerdo de cuando fui a la
escuela de artes. En ese momento, Eunha dijo que tenía algo que
contarme después.

Bueno, en este preciso momento nos estaba mostrando la marca


del lazo en su cuello.

—¿Como te sientes? ¿Como es? —Jimin estaba a punto de


moderar las uñas.

Incluso me había quedado sin palabras durante un par de segundos.

—¿Cuanto tiempo tiene aliviándose? —cuestioné mientras


observaba cómo aún lucia rojiza la cicatriz.

Eunha echó un vistazo hacia la sala de estar —donde se


encontraban los Alfas— y nos observó con una sonrisa cómplice.

Estar comiendo sushi en la cocina se había convertido en una


platica de revelación.

—Me siento bien. Muy feliz. Es inexplicable... —sonrió mientras los


ojos le brillaban. —Ha pasado un tiempo desde que sucedió.
Eunwoo me ha mordido tan fuerte que la recuperación no está
siendo muy rápida.

El lazo debía de ser algo muy genial. Era casi como magia.

—Estoy feliz por ti. —Joonie observó a la chica para después


observarme a mi. —¿Y tu? ¿Cuando te enlazarás? Tú y Tae son
destinados, supongo que todo fluye muy fácil.

Pusieron sus ojos sobre mi, provocando ponerme un poco nervioso


ante la atención.

Si, éramos destinados, sin embargo, creo que a comparación de


otras parejas destinadas, nos estábamos tomando más tiempo del
normal para saborear las cosas.
Todo estaba resultando bien de esa manera.

—Ya hemos hablado de ello. —murmuré.

Jimin se escandalizó.

—¿Como que ya han hablado de eso? No me habías dicho nada. —


se quejó con un puchero.

Le sonreí con inocencia.

—Lo siento.

Joonie procedió a observarme mientras sonreía de una manera


pícara.

Sabía que tenía que prepararme mentalmente para lo que diría a


continuación.

—¿Y como...? ¿Como te fue en tu celo con el, Kookie? —movió sus
cejas.

Me pasé las manos sobre el rostro, evitando que observaran mi


sonrojo.

—¡Ustedes si son cotillas, eh! —les acusé con el dedo índice.

—¡Se puso rojo! —Eunha soltó con burla haciendo que se rieran.

Santa luna.

Siguieron molestándome un par de minutos. Joonie comenzó a


hablar sobre quería tener en su boda, mientras que Jimin confesaba
que quería dar más pasos con Yoongi.

El silencio reinó la cocina cuando Taehyung apareció en la puerta.

—¿Puedes venir, bebé? —sus ojos se dirigieron hacia mi, y me hizo


un ademán para que le siguiera.
Asentí con la cabeza. Antes de comenzar a caminar, observé de rojo
como Jimin fingía besar a Eunha con burla, imitándonos a Tae y a
mi.

Rodé los ojos.

Tras haber salido de la cocina, observé como el Alfa se encaminaba


hacia una puerta. La abrió y me hizo una seña para que entrara. No
hice muchas preguntas al respecto, me adentré en las cuatro
paredes y me tomó un segundo darme cuenta de que era un baño.

Sin embargo no tuve más tiempo de pensar cuando Tae cerró la


puerta a sus espaldas y me acorraló contra una pared. Me tomó del
rostro con ambas de sus manos y sonrió de una manera muy
atractiva.

Mi corazón se estaba acelerando ante sus repentinos movimientos.

Me había tomado con la guardia baja. Muy desprevenido y


vulnerable.

—No puedo esperar más a mi sesión de besos.

Parpadeé un par de segundos, hasta que estampó sus labios con


los míos, moviéndose con mucha demandancia.

—¡T-Tae m-mph!

¿Quien era yo para negarle un beso?

Posicioné mis manos sobre sus hombros, intentando mantener el


apresurado ritmo de sus labios. Gruñó una y otra vez mientras me
devoraba la boca con su lengua, provocándome jadeos que hacían
recorrer calor por todo mi cuerpo.

Sus afilados dientes apretujaron mi labio inferior y jalaron de él de


una manera muy sensual, haciendo que mis piernas flaquearan.
Con una de sus manos agarró mi muslo derecho y lo alzó para que
lo enroscara al rededor de su cintura.

Todo estaba pasando tan rápido que me lograba agitarme.

Me apretujó contra la dureza de su cuerpo, provocándome un


gemido que me alertó. Su ereccion había chocado con mi estómago.

Su boca succionó mi lengua con lujuria. Los chasquidos del beso


resonaban contra las cuatro paredes del lugar. Sonaba obsceno y
lascivo.

Un jadeo se escapó de mi boca cuando el Alfa tuvo la valentía de


posicionar sus grandes manos sobre mi trasero y masajear;
provocando que mis piernas volvieran a flaquear.

Me tomó más de un par de segundos echar la cabeza hacia atrás


para tomar un respiro. Mi pecho subía y bajaba, y podía sentir un
hormigueo debajo de mi vientre —que preferiblemente era
excitacion—.

Abrí mis ojos y observé el rostro de Tae.

Caí en cuenta que estaba siendo consumido por su Alfa. Tenía los
ojos de un amarillo muy brillante, con su rostro estando impregnado
con el deseo.

Jamás lo había visto de esta formaba. Lograba robarme el aliento y


ponerme muy nervioso.

Tae procedió a apretujar mi trasero con ambas de sus manos,


provocándome un gemido que le hizo sonreír.

Santa luna, hacia calor.

—¿Podemos...? —el Alfa se acercó a mis labios, su voz ronca


mandando escalofríos a mi cuerpo.
Parpadeé un par de veces. No sabía si sus besos y su repentina
actitud caliente había logrado atontarme o si yo era demasiado
distraído para no entenderle.

—¿Que?

Taehyung chasqueó su lengua con una sonrisa. Procedió a


morderse el labio mientras tenía la audacia de friccionar su pelvis
con la mía.

Mierda.

—Que si podemos... ya sabes. —su rostro se escondió en mi cuello


para rozar sus hinchados labios sobre la piel. —Hacer el amor.

La manera en que su boca había formular esas palabras habían


sido muy eroticas.

Sus palabras lograban escandalizar mi corazón. La sangre viajó


hacia mi rostro ante la idea del Alfa.

Me parecía que era algo que propiamente el no diría, o


probablemente algo que no diría en sus sentidos.

Mi boca decidió hablar sin permiso.

—¿Estás en pre-celo?

El cuerpo de Taehyung se tensó. Soltó mi cuerpo en un milisegundo


y me observó con los ojos extendidos de terror.

Lucia muy consternado ante mi pregunta. Tragó saliva


ruidosamente.

—Probablemente. —su voz sonó muy gruesa.

Se acercó a mi y depositó un beso en mi frente. Me sonrió de una


manera nerviosa, y después tomó el pomo de la puerta.
—Llega a casa a salvo, bebé.

Fue demasiado rápido. Salió del baño y tuve que seguirle el paso.
Caminó con rapidez sobre todo el camino que habíamos recorrido
para después cruzar por la sala de estar donde todos le miraron con
confusión.

—¡Tae! —le llamé, pero ni siquiera me observó.

Tomó su celular que descansaba en la mesita y comenzó a caminar


hacia la puerta principal del apartamento.

—¿Ya te vas? —Jin cuestionó.

—¡Tae! —mis llamados no lograban captar su atención.

Estaba ignorándome.

Comencé a correr hacia donde estaba, pero logró cerrarme la puerta


en mis narices, impidiéndome el seguimiento tras el.

No podía creerlo.

—¿Que le pasa? —la voz de Namjoon se escuchó a mis espaldas.

Giré el pomo de la puerta y salí del interior de la casa para buscar


con mi vista al Alfa, no obstante, lo único que alcance a presenciar
fue el sonido de las llantas de su auto alejándose.

***
Holi, feliz navidad atrasado<3
Espero que les haya gustado, je je

Que piensan al respecto?

Gracias por leer❤❤❤


Estamos a nada de llegar a los 100k leídas 😭😭😭aún no me
pondré sentimental, je je
Perdonen si hay errores, estoy emocionada por comenzar a
editar la historia

L@s TKM MUCHO 💜😔


65. "¿Estaba haciendo lo correcto?"
Jungkook POV's

Mi labio tembló cuando observé a mamá. Tuve que darme un par de


golpes leves en las mejillas para lucir normal y no nervioso.

Carraspeé mi garganta provocando que su atención se dirigiera


hacia mi.

—¿Me puedo quedar con Jimin? —sonreí intentando lucir relajado.

Mamá alzó un ceja. Volvió su vista hacia la cazuela donde estaba


cocinando, dándome la espalda.

—Ha pasado un largo tiempo desde la ultima vez que dormiste en


su casa.

Torcí los labios.

—Bueno, si. Por eso mismo quiero quedarme con el. —hablé con
torpeza.

Mamá soltó un suspiro, e incluso, la misma simple acción logró


ponerme inquieto.

—¿Y que harán?

—Mamá, ¿por que esa pregunta? —solté una risa que sonó
nerviosa. —Es Jimin. Probablemente veremos películas y
chismearemos un rato.

La mujer giró su cuello para observarme.

—Mmh, ya veo. —me observó fijamente a los ojos, y pensé, que era
una táctica para ver si estaba siendo honesto.
Sonreí un poco.

—¿Entonces...?

—Está bien supongo. —alzó ambas de sus cejas. —Mañana no


regreses muy tarde.

Asentí con la cabeza de una manera muy entusiasta. Alcé mis


pulgares y sonreí.

—Gracias.

Y antes de que cambiara de opinión, corrí hacia mi habitación para


adentrarme en ella.

Mi corazón estaba latiendo con mucha fuerza, mis manos sudaban,


y me sentía al punto de un colapso de nervios.

Tomé mi celular y rápidamente abrí el chat que tenía con mi mejor


amigo.

"Tengo el permiso
ESTOY QUE ME MORIRÈÉ
NEcESITO APOYO EMOCIONAL"

No tardó ni cinco segundos en ver mi mensaje y comenzar a escribir


su respuesta.

"TU TRANQUILO, YO NERVIOSO


EMPACA TUS COSAS"

Observé mi armario, y después mi tocador.

Volví a mandar un mensaje al pelirrosa.

"Q MIERDA DEBERÍA DE LLEVAR?"

"Ropa cómoda
No te pongas perfume ni crema con esencia
No te pongas maquillaje a menos que sea resistente al agua
Llévate unos inhibidores de olor para después"

Extendí mis ojos de terror ante lo último.

"NO TENGO INHIBIDORES NI SUPRESORESSSSSSSSS"

"BUENO, NO ENTRES EN PÁNICO


buscaré aquí en casa, debe de haber en alguna parte"

"OKAY, okayY
Comenzaré a empacar y me tomaré una ducha"

Iba a tirar mi celular contra el colchón de mi cama, pero Jimin fue


más rápido en mandar otro mensaje.

"USA JABÓN NEUTRO

TIENES CONdonES??"

Me mordí la lengua al leer su pregunta. Mis mejillas estaban muy


sonrojadas.

"NO."

"BUENO NO IMPORTA, TAEHYUNG


TENDRÁ

ALGO MÁS HACE FALTA !!!!!!


EL PUTO COLLAR aaNTI MORDIDAs

LA ABUELA SEUNG TE JALARÁ LOS PIES MIENTRAS


DUERMES SI NO LO LLEVAS"

Corrí hacia los cajones que estaban en mi tocador. Abrí el último y


metí la mano hasta el fondo para sacar la bolsa de tela donde
estaba escondido/guardado. Agarré mi mochila y metí todas las
cosas importantes que mi amigo me había señalado.
No podía creer lo que estaba haciendo.

Lo peor de todo, es que no sabía como Tae iba a reaccionar. ¿Sería


capaz de ignorarme otra vez? ¿De echarme de su casa?

Tragué saliva, sintiéndome peor que antes ante el pensamiento del


rechazo.

🌙🌙🌙

—Espera. —tomé la mano de mi amigo. —No quiero entrar solo.

Jimin me observó como si estuviera loco.

—¿Qué?

—Jimin no va a entrar a esa casa donde está un Alfa en pleno celo.


—Yoongi me dijo con recelo.

Solté un resoplido, rodando mis ojos.

—¡Yoongi, no puedo hacer esto solo! ¡Necesito a Jimin! No me lo


apartes ahora. —observé al Alfa con desesperación.

La simple idea de entrar a la casa de los Kim me ponía nervioso.


¿Qué mierda se suponía que iba a decir? ¿Como iban a reaccionar
los habitantes de esa casa?

No sabía como era posible como aún no me había desmayado.

—No entrará. —Yoongi abrió sus ojos con advertencia mientras me


miraba.

Jimin chasqueó la lengua.

—No pasa nada, amor.

—No. —el pálido volvió a soltar con firmeza.


En este momento tenia ganas de darle un zape en la cabeza.

—Bueno, al menos pasa tu con el. —Jimin observó a su novio, y


este, le miró con desagrado.

—Claro que no.

Me tallé los ojos con frustración. Me adentré en los dos asientos


delanteros del auto —donde se encontraba la pareja— y observé al
Alfa con irritación.

—¡Min Yoongi! Se de ayuda en algún momento. —hablé más fuerte


de lo que pensé. —¡No te cuesta nada!

—Me cuesta levantar el culo del asiento y caminar hacia la entrada


de la casa.

Era insoportable. No sabía como mi amigo podía soportar a este


hombre loco.

—¡Jimin! —observé a mi amigo con reproche. —¡Haz algo!

—Anda, amor. Hazlo por mi. —hizo un puchero ridículamente tierno


hacía el Alfa.

Pareció rendirse. Yoongi se rindió. Soltó un suspiro y se quitó el


cinturón de seguridad del auto.

—Que sea rápido. —me observó con aburrimiento.

Asentí con la cabeza. Tomé la mochila y la acomodé en mis


hombros. Observé a Jimin antes de salir del auto y este me alzó los
pulgares.

—¡Que te partan el culo! Digo...¡una pierna! —soltó entre risas.

Si de por si, estaba naturalmente sonrojado, ahora parecía un


tomate.
Cerré la puerta del auto de Yoongi con una fuerza considerable.
Comencé a caminar por la banqueta de la calle, y a cada paso que
daba, mi corazón daba latidos más fuertes.

Incluso mis piernas amenazaban con flaquear y hacerme


desmoronarme en el piso de concreto.

Yoongi me observó por encima del hombro y frunció el ceño.

—¿Estás bien?

—Eso intento. —murmuré.

Una vez que me posicioné enfrente de la puerta de la casa, solté un


suspiro que hizo temblar mis cuerdas vocales. Observé la madera
de la puerta durante unos segundos —que a Yoongi le parecieron
eternos, ya que el mismo fue el que tocó la puerta— y entrelacé mis
dedos enfrente de mi regazo.

Jennie apareció en la puerta. Desde el interior de la casa, un fuerte


olor —que claramente era de Taehyung—golpeó mis narices con
intensidad. Era un olor fuerte, adictivo...y estimulante.

Tuve que tomarme unos segundos para componerme. Yoongi, a mi


lado, arrugó la nariz con desagrado.

Jennie tenía una leve expresión de molestia en el rostro, y una vez


que me reconoció, pareció sorprendida. Su cabello le caía sobre el
rostro de una manera desordenada, mientras usaba una pijama
rosada.

—¡Jungkook Oppa! —sus ojos se agrandaron de sorpresa. —H-


hola.

—Hola, Jennie. —mi sonrisa tembló.

La Beta desvió su vista hacia el Alfa hacia mi lado durante un


segundo, y después torció sus labios con cierto desasosiego.
—¿Buscas a Tae...? —pareció nerviosa de hacer esa pregunta, por
la manera en que alargó el apodo del Alfa con un tono muy agudo.

Procedí a rascarme la nuca mientras desviaba la mirada con la


sangre de mi rostro calentándose.

—Yo...uhm, si. ¿Como está el?

—Papá está con el ahorita. Está en dolor. —torció los labios.

Mi corazón se encogió ante la idea de lo mal que la estaba pasando.


Tragué saliva con nerviosismo.

¿Ahora que debía de hacer?

—¿Está tu mamá?

Probablemente hablar con ella haría despejar mi cabeza


adecuadamente.

—Si. Pasen... —Jennie sonrió levemente.

Hizo espacio para que pasáramos al interior de la casa. Yoongi me


observó con recelo, y yo solo rodé los ojos.

La Beta desapareció durante unos segundos por la puerta que


conducía hacia el patio trasero de la casa.

Di un brinco en mi lugar cuando se escuchó un estruendo desde la


planta de arriba. Mis ojos se dirigieron hacia aquel lugar y mi lobo
comenzó a sentirse muy inquieto. Mi corazón latía muy fuerte, casi
llegando a aturdirme los oídos.

—¿Cuanto tiempo me quedaré? —Yoongi me observó por encima


del hombro.

Inhalé y exhalé aire antes de responder a su pregunta.

—Solo un minuto más.


Dongju, la señora Kim, apareció encaminándose a donde me
encontraba con una pequeña sonrisa en sus labios. Observó a
Yoongi y pareció levemente confundida.

—Hola. —saludó con una pequeña reverencia que el Alfa a mi lado


y yo correspondimos.

—H-hola. —mi voz tembló de una manera muy vergonzosa.


Observé a Yoongi. —El es...un amigo. No quería venir solo, así que
me ha hecho el favor de traerme.

¿Ahora que debía de decir?

—Oh, ya veo. Un gusto. —Dongju sonrió hacia el Alfa, para después


volver a clavar sus ojos en mi. —¿Vienes a ver a Taehyung?

Torcí los labios.

—B-bueno, es que..-si. Si, pero no se si el realmente me quiera


aquí.

Decirlo en voz alta logró dolerme un poco, no obstante, la mujer


sonrió de una manera tranquilizadora.

—¿Por que el no te querría aquí?

Bueno, ya sabía las razones, y había demasiadas.

El hecho de que me hubiese dejado plantado en un baño ajeno —


hacía unas horas atrás— había hablando demasiado de él.

Después de aquello, tuve un pequeño ataque de nervios que fue


calmado por ayuda de Eunha, Nam y Jimin. Me tomaron hacia una
habitación y Me platicaron sobre cómo era pasar el celo con un Alfa.

Me dieron demasiada información que había sido difícil plasmarla


completamente en mi cabeza.

Poco después, nos regresamos a Suwon.


Jimin y yo llegamos a la conclusión de que estaría bien ver a
Taehyung y de "ayudarle." En realidad, más que nada, mi amigo fue
el que me alentó demasiado; sin embargo, la realidad me cayó
como balde de agua después de estar decidido.

No solo cabía la posibilidad de que Tae rechazara mi presencia, sino


que también ¿que le diría a mamá? Pasar el celo con el Alfa tomaría
tiempo.

Me vi con la obligación de echar mentiras.

—P-pues yo...-

Los tres presentes torcimos nuestros cuellos hacia las escaleras de


la casa cuando se escuchó una puerta siendo azotada. Fuertes
pisotones fueron dados sobre el suelo, lo cual logró ponerme en
alerta.

Con decencia, Yoongi pasó su brazo por encima de mi estómago y


se posicionó enfrente mío.

La respiración se me entrecortó cuando Taehyung apareció ante mi


vista. Me cazó con la mirada de una manera muy intensa. Sus ojos
estaban muy brillantes, y lucia alterado. Su olor se estaba volviendo
tan intenso que mi lobo interior comenzaba a aullarme.

Estaba pidiendo por su Alfa.

—¿Por que estás tocando a Jungkook? —Tae gritó de una manera


ronca mientras observaba a Yoongi de una manera amenazante.

Oh, oh.

Taehyung bajó las escaleras con una rapidez que me pareció


inhumana. Las venas su cuello cuello y brazos estaban
sobresaltadas debajo de su piel aceitunada.

El cabello le caía de una manera desordenada, y por ende, de una


manera sumamente atractiva que logró desconcentrarme un poco.
—¡Hey! ¡Hey! —el padre del Alfa apareció desde la planta de arriba.

Corría hacia Taehyung, luciendo algo terrorizado después de


observarme en este preciso momento.

Las palabras en mi garganta se habían atorado ante la imagen de


mi Alfa de esta manera. Mi pulso estaba muy acelerado, y
comenzaba a sentirme muy acalorado ante la tensión que flotaba
sobre la atmósfera.

Taehyung observó con repugnancia a Yoongi.

—Mío. —gruñó con enojo.

Su mano buscó mi brazo y jaló de el de una manera muy brusca y


rápida. Mis pies fallaron ante el repentino movimiento, casi
haciéndome caer sobre el piso.

Taehyung me aprisionó en sus brazos, clavando su cuerpo con el


mío con posesividad. Su corazón latía tan fuerte con el mío, ambos
golpeteando el uno por el otro.

El señor Kim se posicionó enfrente de nosotros luciendo muy


alterado.

—Suéltalo, Taehyung. —ordenó con dureza.

Pedirle algo a mi Alfa en este estado era inservible. Carecía de


control más que nunca en este preciso momento. Me apretó contra
su pecho de una manera que me pareció un poco dolorosa.

—No.

Las piernas me flaquearon al escuchar aquella voz. Su voz de


mando. Mi cuerpo sufrió de un fuerte calor acompañado de un
remolino de sentimientos adueñándose de mi ser.

Me sentí vulnerable.
La señora Kim soltó un chillido.

—¡Lo estás lastimando, Taehyung! ¡Mírale el brazo! —su voz logró


ponerme la piel de gallina.

Y por sus palabras, logré sentir ardor en mi antebrazo estaba


inconscientemente ignorando. Las marcas estaban justo en el lugar
de donde me había tomado y jalado hacia el.

Taehyung me tomó de los hombros, sus manos temblando como si


le pesaran. Busqué su mirada con desesperación. Quería
transmitirle con mis ojos que no importaba, que no dolía —porque
las palabras estaban estancadas en mi garganta—pero el esquivó
nuestras miradas.

Tomó mi brazo y soltó un jadeo.

Sus dedos estaban marcados sobre mi piel rojiza. Casi parecía una
quemadura.

Negó con la cabeza. Soltó un gruñido de molestia, y se alejó de


golpe de mí como si nuestras cercanías le ardiera.

Parecía consumido por sus pensamientos, y hasta decepcionado. Ni


siquiera alzó su vista hacia mi, pero si hacía los presentes.

Los miró como si estuviese avergonzado. Como si estuviera siendo


cruelmente acusado de la manera que me había hecho daño; y
aquello provocó que se alterara mucho más.

Giró sobre sus talones y subió las escaleras a zancadas,


desapareciendo de mi vista en cuestión de segundos.

Incluso yo me sentía muy impresionado.

—Sinceramente, no me parece que deberías de estar aquí. —el


señor Kim me observó con lastima. —No puede controlarse.
Mi corazón dió un vuelco, ¿realmente...no era bienvenido para el?
¿Estaba siendo demasiado terco?

Era como si las ganas de tenerme cerca se hubiesen vuelto


repugnancia. Me sentía tan aturdido.

—Ven, Kookie. Pondré algo sobre tu brazo. —Dongju habló de una


manera muy suave.

Yoongi me observó con recelo al verme seguir a la mujer.

—Vámonos.

No quería irme. Estaba asustado, pero no quería irme. No era una


opción.

—No. —mi voz salió en un hilo débil. —V-véte con Jimin. Estaré
bien.

El pálido Alfa parecía vacilante, e inclusive, impresionado ante el


comportamiento de Tae y mio. No lucia seguro, pero al verme tan
decidido y firme con mi decisión no le quedó de otra más que
retirarse.

El papá de Tae me observó con una mueca en los labios. Parecía


muy preocupado, pero no volvió a decir nada. Por el otro lado, la
señora Kim me dirigió hacia la cocina y me hizo sentarme en una
silla del comedor.

Me observó con mucha pena mientras tomaba mi antebrazo y


observaba.

—Lo siento. —la voz le tembló.

Negué con la cabeza al instante.

—N-no duele. —sonreí un poco, pero no pareció convencida.


Sacó un kit de emergencias, y el mismo objeto me trajo bastantes
recuerdos.

¿Que hubiese pasado si no hubiese conocido a Taehyung aquel día


en la farmacia de Suwon?

La señora Kim untó una pomada sobre mi piel rojiza con delicadeza.
Lucia muy pensativa mientras hacía aquello.

—¿Estás seguro de que quieres estar aquí?

Parpadeé antes de contestar.

—Si.

La señora Kim ladeó la cabeza, y desvió su vista de mi antebrazo


para conectar miradas conmigo.

—¿Sabes que hacer exactamente? —su voz se suavizó demasiado.


—Tae es muy...intenso.

Tragué saliva.

Desde el primer encuentro que tuvimos pude deducir fácilmente que


era un Alfa muy intenso. Intenso de una manera que lograba ser
intimidante, que podía llenarte por completo. Su mirada era intensa,
su actitud era intensa, y toda su persona lo era.

Era lo suficiente para robarte el aliento.

—S-si... —mi voz sonó insegura, por lo que tuve que carraspear mi
garganta. —Si. He venido preparado.

La confesión hizo que mis mejillas se sonrojaran.

—Está bien. —sonrió un poco. —Por favor, utiliza tu voz de Omega


para controlarlo. Es muy útil en su estado de vulnerabilidad.

Eunha me había hablado de eso.


—S-si, gracias.

Después de terminar de untar la pomada sobre mi piel, la mujer se


levantó de la silla en la que anteriormente estaba sentada.

—¡Amor, ven, por favor!

El señor Kim apareció al cabo de unos segundos.

—¿Si?

—Aplícale un sedante a Tae. —le extendió una jeringa al hombre.

Ambos observamos a la mujer con los ojos bien abiertos por la


petición.

¿Un sedante?

—¿Que?

—Después de que lo apliques, lo trasladaremos hacia el edificio


donde vive Mina. —explicó de una manera convincente. —El
apartamento del último piso está libre. Lo rentaremos durante un par
de horas, máximo un día.

La información hizo eco en mi cabeza.

—¿Y el sedante? —el señor Kim cuestionó con el ceño fruncido.

Dongju hizo una línea fina con sus labios durante unos segundos.
Me observó con un poco de nerviosismo.

—Si está consciente no dejará que Kookie se le acerque...o


probablemente se descontrole de otra manera.

No podía creer la gravedad de la situación.

¿Realmente estaba haciendo lo correcto? Mis dudas cada vez


lograban marearme mucho más.
El hombre no dijo nada al respecto. Tomó la jeringa en sus manos,
caminó hacia las escaleras y subió.

Me quedé pensativo.

—Creo que está bien que le ayudes. —la señora Kim apoyó su
mano en mi hombro. Al observar mi expresión de temor, sonrió un
poco. —No te preocupes con el sedante. No le dolerá. De hecho, es
como paz para su cuerpo y su lobo.

¿Realmente estaba haciendo lo correcto?

***
Decidí de última hora que este es un capítulo completo y no
una parte :p
Espero q les haya gustado
Gracias por leer<3

MIL GRACIAS POR LAS 100K LEÍDAS, la hiSTORIA HA


CRECIDO BASTANTE LOS ÚLTIMOS MESES
No puedo creerlo
Tengo unas capturas de pantallas con las fechas y las
respectivas leídas, y de verdad, LA HISTORIA HA CRECIDO
MUCHO

8 meses con esta historia y ya tenemos 100k<3. Mi meta este


año era comenzar a escribir, y se ha hecho realidad, GracIAS
POR LOS APOYOS
Juro crecer mucho más como escritora
Tengo muchas ideas de libros súper cool, y espero publicar
uno nuevo pronto 💜💜

Por cierto, FELIZ CUMPLEAÑOS A NUESTRO


TETE✨✨✨✨✨💜💜
JAJAJJAAJSJ NO CIERTOOO

POR CIERTO, CREO QUE QUEDS UN CAPÍTULO MÁS Y EL


EPÍLOGO Y SE ACABA LA HISTORIA

GREO QUUE EVENTUALMENTE PUBLICARÉ UN PAR DE


EXTRAS JE JE JE

L@S TKM💜💜💜
66. "Escuchame"
Jungkook POV's

El reloj marcaba las ocho con veintisiete minutos.

No me sentía tan nervioso como antes. Habían pasado al menos


dos horas desde que los padres de Taehyung nos habían traído a
este apartamento y se habían marchado.

El lugar era bonito. Tenía buena vista —sobre todo porque


estábamos en el punto más alto del edificio— era lo suficiente
espacioso para que una pareja, o tres personas pudiesen vivir con
comodidad. Era acogedor y tenía cierto ambiente hogareño. Tenía
una cocina decente, una sala de estar grande, dos baños y dos
habitaciones; y lo más beneficioso era que estaba medianamente
amueblado.

Era un buen lugar para emergencias.

Solté un suspiro, tomando mi celular y observando la pantalla


brillante. Había estado mensajeando con Jimin durante las últimas
horas. Había sido la distracción principal ya que Tae aún seguía bajo
los efectos del sedante.

El Alfa descansaba en las camas de una de las habitaciones. Había


tenido un poco de fiebre por lo que estuve pendiente de él durante
todo este tiempo. Le pasé un paño húmedo sobre su piel y le tomé
la temperatura un par de veces.

Aún seguía cuestionándome sobre mis acciones y decisiones.

Se escucharon unos golpes suaves sobre la puerta. Caminé hacia


ella y giré el picaporte para encontrarme con la mayor de los Kim.

—Hola, Jungkook. —sonrió mientras hacía una pequeña reverencia.


Le devolví el gesto con amabilidad.

—H-hola.

Minari estaba sosteniendo un recipiente toper grande. Lo extendió


con ambas de sus manos y me lo entregó.

—He hecho algunos fideos para que cenen. —me observó. —No
soy una gran chef, pero es algo.

Mis ojos se extendieron ante la amabilidad.

—Oh, muchas gracias. —sonreí un poco, desviando su vista de la


mía. —Se lo daré a Tete cuando despierte.

Sus ojos me ponían nervioso. Sin duda se parecía a Taehyung.

Era una Alfa que lucia intimidante. No había tenido muchas


interacciones con ella antes, sin embargo, parecía una persona muy
interesante.

Cuando sonreía lucia muy relajada y cortés, pero cuando su rostro


se relajaba parecía muy dominante.

Podía ser fácilmente una característica de los Kim, ya que, Incluso


Jennie —que era una Beta en crecimiento— tenía un rostro de
relajación que parecía imperioso.

Alzó ambas de sus cejas.

—¿Sigue dormido? —pareció impresionada.

—Uhm, si. —hice una mueca. —Ya han pasado varias


horas...supongo que no tardará en despertarse.

Minari asintió con la cabeza mientras analizaba mis palabras.

—Ya veo. Bueno, te deseo suerte. —sonrió con serenidad. —Espero


que...todo salga bien.
Retuve mi aire para intentar no sonrojarme —cosa que obviamente
no ayudaría—.

—G-gracias. —reverencié torpemente.

La Alfa giró sobre sus talones para comenzar a caminar hacia el


ascensor que se encontraba en medio del pasillo.

Hizo un pequeño ademán de despedida y se adentró en el ascensor,


desapareciendo de mi vista.

Una vez dentro del apartamento, cerré la puerta a mis espaldas.


Caminé hacia la encimera de la cocina y puse el recipiente encima.

Iba a probar la comida, pero fui interrumpido por el sonido de una


llamada proveniente de mi celular.

Mi pulso se aceleró cuando observé el nombre de mamá sobre la


pantalla.

—Puta madre.

Nunca maldecía así de mal, pero la situación lo ameritaba.

Con las manos temblorosas, tomé el celular y antes de responder a


la llamada, tuve que carraspear mi garganta para aclarar mi voz y
mis pensamientos.

—¿Kookie? —se escuchó la voz de mamá a través de la línea


telefónica.

Mal momento para que Taehyung apareciera en la cocina.

La respiración se me cortó tan pronto como sus ojos se encontraron


con los míos. Me analizó de arriba abajo, sus orbes resplandeciendo
de un amarillo feroz. Sus feromonas eran tan fuertes e intensas que
lograban marearme.

Mi labio tembló.
El Alfa caminó hacia mi con lentitud, y por inercia, retrocedí hasta
que mi espalda chocó con la encimera.

Su aroma era tan adictivo y exquisito que provocaba que mis papilas
gustativas se humedecieran.

¡Me estaba distrayendo!

—M-mamá, ¿que pasó? —hablé con nervosidad mientras mis ojos


no se despegaban del Alfa frente a mi.

Taehyung estaba pasando su lengua entre sus labios mientras me


observaba de una manera... tentadora.

Me miraba justamente como un depredador miraba a su cena.

—No encuentro las llaves del auto. —mamá espetó, sacándome de


un mini trance. —Yugyeom dijo que las guardaste.

Parpadeé un par de veces.

No podía despejar mi cabeza. No cuando Taehyung ya se


encontraba tomándome de la cintura.

Solo rezaba que no hiciera algún sonido, porque entonces, estaría


perdido y castigado hasta los cuarenta.

—¿A-ah? Y-yo... yo no- —Taehyung acercó su nariz hacia mi cuello


causándome cosquillas. —Y-yo...

Diablos, ¡mi cabeza no estaba funcionando!

Y al parecer, la de Tae tampoco parecía funcionar. Sabía que no


estaba completamente en sus sentidos por la manera en que
parecía muy ajeno a la conversación que estaba teniendo con
mamá. Como si no le importara.

—¿Qué? —la voz de mi progenitora me cayó como balde de agua


encima.
Con mi mano libre, intenté empujar el cuerpo del Alfa, lo cual, fue en
vano.

No tenía intención alguna de separarse de mi.

—Yo no guardé las llaves. —intenté sonar firme. —E-el...el fue el


último que las guardó- que guardó las llaves.

El simple hecho de que estuviese balbuceando seria bandera roja


para mamá.

Esta vez empujé el cuerpo de Tae con más fuerza, por lo que logró
gruñir un tanto molesto.

Santísima luna.

Me apresuré en poner en silencio mi micrófono con rapidez, aunque


ya era demasiado tarde, porque sabía que mamá había escuchado
aquello.

—Taehyung. —le advertí con la voz temblorosa. —D-dame unos


segundos.

No dijo nada, pero si se atrevió a comenzar a dejar lametones


calientes sobre mi cuello.

—....¡Jungkook! —la voz de mamá logró hacerme sentir mareado. —


¿Que fue eso?

Me mordí el labio con fuerza, y procedí a encender el micrófono de


mi celular.

—F-fue... la tele. —balbuceé con torpeza. —Jimin y yo estamos


viendo Twilight.

Tuve que aguantarme las ganas de ahogar un jadeo. Taehyung


había atrapado la piel de mi cuello con sus labios y succionó,
provocando que mis piernas temblaran.
Malditas hormonas.

—¿Ah, si? —la voz sugestiva de mamá me puso inquieto. —


Pásamelo.

Mis ojos se extendieron, ¿en serio estaba siendo muy sospechoso?


Ella jamás se comportaba así.

—¡Está dormido, mamá! —soné más alterado de lo esperado. —Y-


ya sabes cómo es. Siempre se queda dormido...en todos l-lados.

Estaba jodido. Estaba muy jodido.

—Despiértalo entonces.

Me mordí el labio con fuerza.

—¿No estábamos hablando de las llaves mamá...? —hice el intento


de cambiar de tema. —Yugyeom manejó la última vez.

El Alfa despegó sus labios de mi cuello para observarme. Su


expresión lujoriosa logró causarme un escalofrío que recorrió mi
columna vertebral.

Puse mi micrófono en silencio de nuevo.

—Taehyung. Espera. —volví a advertir. —En serio, espera.

El mundo se me vino encima cuando negó con la cabeza. Me tomó


de la nuca y estampó nuestros labios. Sus suaves belfos se
movieron sobre los míos de manera necesitada.

Enroscó sus dedos en mi cabello mientras movía su pelvis contra la


mía, su lengua delineando mis labios con sensualidad.

Su boca era muy adictiva.

—...Jungkook.
Abrí los ojos de golpe. Habia olvidado a mamá en la llamada y tan
solo habían pasado un par de segundos.

Intenté separarme de los labios del Alfa, pero me lo impidió con un


gruñido ronco. Su caliente lengua hizo intromisión en mi boca y
acarició la mía de una manera muy tentativa.

Santa madre luna.

Atrapé el labio inferior de Taehyung entre mis dientes y jalé de el


con una fuerza moderada que pareció gustarle.

Jalé con más fuerza.

—K-kookie-ah. Eso duele. —se quejó con voz ronca.

Eché la cabeza hacia atrás para mirarle a los ojos. Su labio estaba
hinchado, y parecía poco satisfecho por la intensidad de su mirada.

Puse mi dedo índice enfrente de mis labios y le hice un ademán de


que guardara silencio, no obstante, volvió a enterrar su rostro en mi
cuello.

Me estaba dando calor de repente.

Carraspeé mi garganta antess prender el micrófono del celular


nuevamente.

—Mamá, yo no guardé las llaves. —volví a repetir. —Y-y colgaré


porque Edward y Bella se están besando, ¡adiós!

Si, claro. Edward y Bella eran los únicos que se estaban besando.

—Hablaremos cuando llegues. —la mujer fue la que cortó la


llamada.

Nerviosismo recorrió mis torrentes sanguíneos ante sus palabras.


Sabía que tendría que pedir la ayuda de Jimin después.
Taehyung me sacó de mi trance. Sus dientes mordieron la piel
sensible de mi cuello, provocándome un jadeo acalorado.

Le tomé del cabello y jalé un poco de el, intentando captar su


atención.

—T-Tete.

Mi voz pareció alentarlo. Su lengua hizo un recorrido torturosamente


lento sobre la extensión de mi cuello. Sus dientes jaleonearon mi
piel, y después, succionó con crueldad.

—Eres mío. —su aliento golpeó mi piel. —Mío.

Me mordí el labio.

—Tae. —le volví llamar. —E-espera un poco.

El Alfa despegó su rostro de mi cuello y conectó nuestros ojos.

Sus ojos eran la definición pura de la lujuria y la ferocidad. Sus cejas


pobladas eran perfectas para su simétrico rostro. Esos suaves
labios lucían hinchados y rojizos, con su bonito lunar en el labio
inferior adornándolos y complementándolos.

—Di que eres mío.

Su orden me tomó con la guardia baja. Lucia desesperado porque


aquellas palabras salieran de mis labios.

Su pecho subía y bajaba ante sus respiraciones rápidas, y podía


notar como se sentía inquieto.

Le tomé del rostro con ambas de mis manos, y sonreí con


serenidad.

—Lo soy.

—¿Que eres?
—Que soy tuyo, Tete. —mi voz había salido con melosidad.

Se mordió el labio, sus ojos aún clavados sobre los míos.

—Dilo otra vez. —ladeó la cabeza mientras sonreía mostrando sus


dientes.

Mi corazón estaba latiendo con mucha fuerza.

Diablos, es que no podía pasar desapercibido un momento así.


Realmente quería ser suyo. Me encantaba pertenecer a él.

—Soy tuyo. —repetí con firmeza. Acaricié su mejilla derecha


delicadamente. —Soy tuyo.

Tae sonrió de una manera muy atractiva. Sus cejas se alzaron para
después decir:—Y te quedará más que claro, bebé.

Sentí que rompí el romanticismo en el momento que corte su


inspiración de darme un beso. Se había acercado a mi con la
intension de que nuestros labios se tocaran, sin embargo, posicioné
mi mano enfrente de mi boca.

—¿Que haces? —pareció fastidiado por mi acción.

—Vamos a cenar, Taehyung. —le hice un ademán hacia el mini


comedor.

Soltó un gruñido molesto.

—No quiero.

—No te estoy preguntando. —alcé mis cejas con advertencia. —


Necesitas comer.

Sonrió sugestivamente mientras ladeaba su cabeza. Sus ojos


recorrieron con lascivia la extensión de mi cuerpo.

—Te puedo comer a ti.


Decir que sus palabras no me habían calentado sería mentir
descaradamente.

Me mordí el labio, mis mejillas calentándose ante el travieso


comentario.

—T-taehyung. —tartamudeé con torpeza. —Comer comida. Tu


mamá dijo que no habías comido nada en todo el día.

Y tan pronta como fue la mención de su madre, pareció como si su


cuerpo hubiese aterrizado contra la realidad con un golpe seco.

Parpadeó repetidamente, un poco desconcertado. Su ceño se


frunció y analizó el lugar. Observó la cocina y procedió a observar
hacia la sala de estar que se encontraba a un par de metros.

—¿En donde estamos? —su vista se dirigió a hacia mi.

Me rasqué la nuca con mi mano derecha, mientras que una mini


mueca aparecía en mis labios.

—En un apartamento.... —le tomé de los hombros para moverlo un


poco y darme espacio. —del edificio donde vive Mina.

Sabía que era poca información la que le estaba brindando, pero en


este momento necesitaba hacerlo comer, porque enserio, no tenía
nada en su estómago.

Tomé el toper de comida y quité la tapadera de encima. El recipiente


se sentía caliente, así que era perfecto.

—Ven.

Tae parecía consumido en sus pensamientos mientras observaba un


punto fijo en la madera de un gabinete.

Se giró bruscamente sobre sus talones para observarme y ceñir su


ceño.
—Has ignorado mis palabras. —mencionó mientras me observaba
con recelo. —No te importó lo que te dije.

Bueno, parecía tener más cordura de la esperada. Probablemente


su celo estaba teniendo una tregua.

Tragué saliva nerviosamente.

—Ven a comer. —insistí mientras palmeaba la silla a mi lado.

El Alfa chasqueó la lengua de manera ruidosa. Ladeó su cabeza, y


procedió a cruzarse de brazos, luciendo intimidante.

Y un poco molesto.

—No te importa lo que te digo.

—Claro que si, Tete. —mi voz sonó suave para internar eliminar la
tensión que comenzaba a formarse en el aire.

—Si te importara, no estarías aquí. —reprochó.

Torcí los labios y desvié mi vista de la suya —la cual destellaba de


sus intensos tonos amarillos y dorados—.

—Siéntate. —volví a repetir con advertencia.

—Escúchame.

—Siéntate.

Taehyung vaciló. No parecía con las suficientes energías de tener


una mini discusión conmigo, por lo que se limitó a sentarse a mi
lado.

Tenía un puchero en sus labios de molestia, sin embargo, lucia muy


adorable.
Tomé el tenedor y enrollé los fideos en el metal para luego
acercarlos a sus labios rojos.

—Abre.

No obtuve respuesta.

No podía creerlo, ¿quien era este Taehyung? Me parecía muy


interesante esta faceta de el.

—¿Tendré que hacer avioncito para que abras la boca? —diversión


se escuchó en mi voz, por lo que el Alfa gruñó.

—Ya sabes qué pasó la última vez que me diste de comer en la


boca.

Me acomodé en mi lugar y mi cabeza me llevó hacia el recuerdo de


mi habitación con el Alfa mientras le daba helado.

No pude evitar sonrojarme. Mi celo me había puesto muy valiente en


ese entonces; había dicho y hecho cosas —que creo— que jamás
hubiesen pasado si hubiese estado pensando con mi cabeza y no
con la calentura.

Me mordí el labio antes de hablar.

—¿Eso quieres?

El Alfa dirigió sus ojos hacia mi, y alzó las cejas de una manera que
casi me hace babear.

Su persona y su olor me estaban volviendo loco. La combinación


era casi mortal para mi pobre lobo.

—No intentes seducirme. —sonó como una advertencia.

—¿O si no que? —sonreí.


Diablos, ¿que me estaba pasando? Probablemente sus feromonas
me estaban afectando más de lo deseado.

¿Que pasaría si fuera un poco más...insinuante con el? Al fin y al


cabos, le tenía confianza. Me gustaba y éramos destinados, las
cosas fluían con naturalidad.

Pasaron un par de segundos donde el Alfa me consumía con su


mirada.

—No lo soportarías.

Probablemente estaba jugando con fuego.

—T-Tae...-

—Eres un terco, Kookie. Te dije que podría hacerte daño, ¿que


eres... —hizo una pequeña pausa, una sonrisa formándose en sus
labios. —un sadomasoquista?

Parpadeé un par de veces para asegurarme de que había


escuchado bien lo que había salido de su boca.

Carraspeé mi garganta.

—S-solo... quiero ayudarte. —¡diablos, ya estaba tartamudeando! —


Realmente quiero.

Sentía deseo de él. Quería conocerlo en esta faceta; le había tenido


confianza a él de ayudarme con mi celo, y yo quería que el me
tuviese confianza también.

Sabía que el también me deseaba, y por eso, estaba insistiendo


bastante.

La mayoría del tiempo se la pasaba reteniéndose, y torturandose a


sí mismo. Durante mi celo, se liberó, pero no lo suficiente, y el
mismo lo había dicho.
"he estado reprimido, mi Alfa no querrá contenterse."

Aparte de sentirme un poco nervioso por su elección de palabras,


me sentía muy curioso sobre ellas, y las acciones que low
conllevaban.

Mi lobo realmente se sentía aventurero cuando se trataba de Kim


Taehyung.

Y como estaba completamente dispuesto a pasar una vida —y miles


más— con el, cosas así pasarían, y no quería perderme de nada.

Taehyung me hacía sentir seguro, y por eso, —y a pesar de todo lo


que había pasado el día de hoy— sabia que quería acompañarlo en
su celo. Confiaba plenamente en el.

Así que si, quería estar con el en su celo.

Omitiendo que me causaba un poco de inseguridad mi poca


experiencia.

Taehyung abrió la boca y metió los fideos en su boca para masticar,


el proceso sin dejar de verme a los ojos. Repitió el patrón hasta casi
terminar el recipiente, pero antes de llevar el último bocado a su
boca, lo acercó a mi.

—Abre. —ordenó con voz ronca.

Iba a hablar y decirle que no quería, pero se apresuró en levantar su


dedo índice y ponerlo sobre sus labios en un gesto de que guardara
silencio.

La piel se me puso erizó.

Aquel simple gesto me había parecido tan...

Abrí la boca sin dudarlo, y al Alfa no tardó en meter la comida en


ella, indicándome a masticarla poco después. Me observó con
intensidad, casi como si lo disfrutara.
Poco después, me observó por encima del hombro y habló:

—Me daré una ducha.

Me apresuré en tragar la comida.

—Tu...tus cosas están en una mochila. —mi voz sonaba muy


afectada. —a un lado de la cama.

Asintió con la cabeza y procedió a encaminarse hacia la habitación,


dejándome a solas en la cocina con el pulso acelerado.

🌙🌙🌙

Yacía acostado boca abajo de la cama mientras mensajeaba a


Jimin.

"Creo que tu mamá sospecha"

"No sospecha, LO SABE


Ya sabes, todas las mamás tienen ese instinto"

"Y que harás??? Te estoy cuidando las espaldas,


probablemente también termine castigado ;("

Solté una risa.

"Amistad es amigo"

"JAJJAJAJAJAJAJAJAJJ
No puedo creer que hago esto y todo para que folles"

Ah, la crudeza de las palabras de Jimin siempre me tomaban


desprevenido.

Así como Taehyung.

No había escuchado la puerta del baño abrirse, y mucho menos sus


pasos. En un movimiento rápido me había tomado del muslo y me
había girado sobre el colchón para acomodarme sobre mi espalda.

El Alfa lucia su cabello mojado, con unos pantalones de chándal


colgándole de las caderas y el pecho completamente descubierto.

Mi respiración ya estaba temblando y el simplemente me estaba


observando.

—Palabra de seguridad. —musitó con voz baja y firme.

Fruncí el ceño ante sus palabras que no logré entender.

—¿Que?

Tae ladeó la cabeza y pasó la lengua entre sus labios


humedeciéndolos en el proceso.

—Una palabra de seguridad. —volvió a repetir, y esta vez, alzando


sus cejas. —elije una palabra.

Aún estando desconcertado, me puse a pensar en la primera


palabra que se me viniese a la cabeza.

—¿Caramelo?

El Alfa sonrió ante la palabra que salió de mi boca, y yo tragué


saliva.

—Qué tierno. —su tentativa mano tocó mi muslo.

—¿P-para que es la palabra de seguridad?

Taehyung abrió ambas de mis piernas con sus manos, y metió su


rodilla derecha entre ellas para después inclinarse sobre mi cuerpo.

Su olor me estaba volviendo loco.

—La palabra de seguridad es la que usarás si algo no te gusta, te


incomoda —explicó con parsimonia mientras sus ojos se desvían
hacia mi cuello. —o si es demasiado placer para ti, entonces, me
detendré.

Mi rostro se ruborizó.

—Ta-Tae...-

—¿Quieres pasar el celo conmigo? Está bien, pero... debes ser


comunicativo conmigo.

—¿A-a que te refieres con comunicativo? —mordí mi labio con


nerviosismo.

Tae acercó sus labios hacia los míos y dejó un casto beso sobre
ellos.

—Que si te pregunto algo, lo tienes que responder. —habló contra


mi boca.

Me estaba sintiendo muy intimidado, pero me gustaba.

—E-está bien, Tete. —asentí levemente con la cabeza.

Quería sentir sus labios sobre los míos, pero el simplemente se


encontraba tentándome mientras los rozaba.

Echó la cabeza hacia atrás y sonrió mientras me observaba.

—Mi celo está volviendo. —avisó y me miró con advertencia. —Así


que ya sabes. La palabra de seguridad, Jungkook.

El simple hecho de que hubiese dicho mi nombre era demasiado.


Era algo serio.

***
Mucha tensión, vdd?

Otro capítulo dejándoles con las ganas :p SORRY


Espero que les haya gustado<3
Siempre termino alargando más las cosas porque me
desespero en actualizar ;( sorry, este iba a ser un cap de
2492022038820 palabras pero me vi con la necesidad de
cortarlo, je

No me maten ;(

Muchas gracias por leer y sus comentarios (amo leerlos


mucho)❤❤

Por cierto, trataré de subir el próximo cap rápido porque tengo


la semana libre a partir del miércoles, sin embargo, el próximo
cap es muy largo y detallado en muchas cosas (porque sobre
todo, estamos en las últimas del libro) así que haré mi máximo
por ustedes 😔

Se como se siente esperar por un capítulo desesperadamente,


ES HORRIBLE

Dinámica:
describan con una palabra (o 2) como creen que será el
próximo capítulo, quiero leerl@s JAJAJAJA

Por cierto x2, vi muchos comentarios de ustedes alterad@s


porque dije q la historia ya se iba a acabar (no especifiqué
cuando) NO SE PREOCUPENNNNNN, el epílogo ABARCARÁ
MUCHAS COSAS PENDIENTES

L@s TKM
67. "Sorpresa"
Jungkook POV's

Salí del baño y cerré la puerta a mis espaldas, y Tae no tardó


demasiado en ponerme la mirada encima.

Frunció el ceño.

—¿Que es eso? —señaló mi cuello con su barbilla. —No me gusta.

A mi tampoco me agradaba, pero era lo mínimo que podía hacer.

—Es obvio para que es. —contesté con nerviosismo.

—Quítalo.

Sus palabras me sorprendieron. Estaba más que seguro de que no


estaba pensando con racionalidad.

—No. Es precaución, Tae. —acomodé el collar mientras alzaba mis


cejas.

El Alfa se levantó del colchón y caminó hacia mi. Sus pisadas eran
fuertes y ruidosas, por eso, cuando intentó acercarse a mi, retrocedí
con vacilación.

Posó la palma de su mano derecha contra la puerta —donde yo me


encontraba recargado— y acercó su rostro al mío.

Su mirada era tan apasionada que me hacía sentirme dispuesto a


todo en cuestión de segundos.

Mordí mi labio, nervioso.

—Entonces...¿como se supone que voy a comerte el cuello? —sus


cejas se juntaron por un par de segundos, y poco después, adquirió
una sonrisa sugestiva. —¿Tendré que besarte en otros lugares?

Tragué saliva. Estaba sintiéndome muy débil y necesitado por la


manera en que hablaba.

Era muy directo, ni siquiera eran palabras poco comunes las que
salían de su boca; y aún así, hacía mis piernas temblar.

—Y-yo...

El Alfa me tomó el rostro con una de sus manos y acercó nuestros


labios para rozarlos, mientras que con su otra mano libre tomó el
borde de mi camisa y alzó un poco la tela. Sus dedos trazaron el
valle de mi pelvis, un tacto perceptible que rápidamente me provocó
respirar con sofocación.

—T-tae —mi voz se había escuchado como una súplica necesitada.

El tacto de los labios del Alfa extendiendose en una sonrisa sobre


los míos, me hizo sonrojar.

—¿Si?

Solté un quejido cuando corrió su rostro hacia un lado para besarme


la mejilla.

—Estás jugando conmigo... —solté en un quejido. —Lo sab-bes.

Taehyung soltó una risa ronca, echando la cabeza hacia atrás


mientras me observaba.

—No, no lo sé. —se mordió el labio inferior. —Es fácil. Si quieres


besarme, hazlo, bebé...., pero no me detendré.

Sin dudarlo más tiempo, estampé mi boca contra la suya creando un


beso fogoso que el Alfa no tardó mucho en seguir.

El sentimiento y la sensación que recorrió mi cuerpo cuando


nuestras bocas se encontraron me hizo sentir en las nubes, como si
un peso fuese levantado de mi cuerpo. Me sentía feliz, casi como
euforia pura.

Su lengua se escabulló en mi boca con entusiasmo y tocó la mía de


una manera que me hizo jadear. Era muy buen besador.

La calidez de su boca me abrazaba con delirio, sus manos tocando


los costados de mi cuerpo con seducción y romanticismo podrían
ser fácilmente mi perdición.

Y que Kim Taehyung fuese mi perdición no sonaba nada mal. Sería


un privilegio.

Me tomó de las partes traseras de mis muslos y palmeó, cuando


entendí, acaté la orden para saltar y rodear mis piernas alrededor de
sus caderas. Las manos de Tae hicieron un recorrido desde mi
espina dorsal hacia mi trasero y dió un fuerte apretón, pegando su
erección con la parte frontal de mi cuerpo.

Solté mi primer gemido.

El Alfa mordió mi labio inferior con una fuerza prudente, haciéndome


delirar ante el dolor y el placer que me provocaba. Me tomó con
facilidad y comenzó a dar pasos hasta dejarme caer contra el
colchón de la cama.

Despegó nuestros abios, y abrí mis ojos para observarle con el


cuerpo ardiéndome de calor y excitación.

La lujuria en su mirada era tan predecible, al igual que el gran bulto


que se marcaba contra sus pantalones de chándal.

La vista era muy erotica.

Un suspiro se escapó de mi boca cuando Taehyung se metió entre


mis piernas. Me regaló una suave sonrisa para después, comenzar
a desabotonar mis jeans de una manera dolorosamente lenta. Sus
largos dedos acariciaron, bajando de una manera tentativa la tela a
lo largo de la extensión de mis piernas. Tiró la prenda hacia el piso,
dejándome solo en mis bóxers —que cada vez comenzaban a
apretar más— y pegando su hambrienta mirada hacia la piel de mis
muslos.

Estaba comenzando a sonrojarme. Me observaba de una manera


que me hacía sentir muy sumiso y pequeño.

El efecto me hacía sentir acalorado.

Sus largos dedos tocaron la superficie de mis muslos,


provocándome una especie de cosquillas y espasmos.

Solté un gemido bajito cuando pellizcó con sus dedos la pie


sensible.

—¿Te gusta, mmh? —su dorada mirada se posó sobre la mía, sus
labios adquiriendo una sonrisa traviesa. —Respóndeme, bebé.

Me ruboricé con ganas.

Ser comunicativo sería todo un reto para mi, pero también, muy
interesante.

—S-si... —me mordí el labio y desvíe mi mirada con nerviosismo. —


Me gusta.

Taehyung sonrió como si estuviese orgulloso de mi respuesta.


Chasqueó la lengua y se inclinó hacia mi cuerpo, su rostro
quedando sobre mi ombligo.

Su respiración en ese lugar tan sensible me hizo jadear.

Su vista se encontró con la mía, y verlo desde ese ángulo, con sus
labios rozando la piel de mi estómago bajo, provocó que mi entrada
comenzara a lubricar.

Santa madre luna.


Otro gemido se escapó de mi boca cuando Tae tomó ambas de mis
piernas y las dobló para ponerlas por encima de sus anchos
hombros.

—Eres muy sensible. —comentó con una sonrisa que me hizo sentir
avergonzado. Su voz tenía un cierto deje de burla—Simplemente
nos hemos besado un y mira como te tengo.

Mi entrada se contrajo ante sus palabras.

La pregunta de que si se estaba burlando de mi, hizo eco en mi


cabeza.

—Tae...¡A-ah!

El Alfa se había atrevido a romper mis bóxers con ambas de


susmanos, rasgando la tela y tirándola fuera de su vista.

—Estorbaba. —mencionó mientras sonreía con sorna.

No podía creer al Taehyung que tenía frente a mis ojos. En serio


había roto mi ropa interior como si no fuese nada.

—¿Debería de romper tu camisa también? —alzó el borde de la tela


a la altura de mis pezones. —¿O la quitarás por mi?

Las palabras las tenía estancadas en la garganta. Con trabajo podía


pensar racionalmente, porque el Alfa ya se encontraba rodeando mi
erección con una de sus manos.

—Yo...¡Mmh-mh! —mordí mi labio con fuerza cuando Tae pasó su


pulgar encima de mi glande.

Me estaba costando respirar, y era tan predecible que lo disfrutaba


por la manera que sonreía.

—Responde, bebé.
Sus feromonas me estaban haciendo las cosas muy difícil, sabía
que era una de las mayores razones por las cuales me sentía tan
sensible.

Conecté miradas con el Alfa mientras mi pecho subía y bajaba ante


mis pesadas respiraciones; y tomé aire antes de balbucear.

No podría llegar a casa con ropa rota.

—Y-yo..., l-la quitaré para ti. —mi voz se escuchó débil.

Taehyung se incorporó de mi cuerpo y se dedicó a observarme


mientras esperaba a que me quitara la camisa; cosa que no me
quedo de otra más que hacer.

Con las manos temblorosas tomé los bordes de la tela y la terminé


sacando por el hueco del cuello.

Estar desnudo al Alfa era intimidante. Me resultaba vergonzoso, sin


embargo, había muchas más emociones que sentía cuando me
observaba la piel.

Me sentía emocionado.

Me miraba como si fuese hermoso. Sus ojos navegaban por cada


centímetro de mi piel como si fuese una escultura de arte. Se
mordía el labio inferior inferior mientras sus ojos chispeaban de
amarillo, y las yemas de sus dedos no tocaban en la superficie de mi
piel sensible.

Me gustaba mucho como me hacía sentir.

—Haré mi trabajo. —sonrió antes de volver a inclinar su boca contra


mi piel.

Su lengua lamió la piel de mi estómago con gula, provocando que


mis piernas perdieran un poco el control por la sensación.

Hizo un chupete por encima de mi ombligo.


Y luego otro, y otro, y otro.

Comenzaba a derramar cada vez más lubricante, porque mi lobo


estaba más que emocionado por recibirlo.

—¡A-ah! —ahogué un gemido fuerte cuando su boca rodeó mi


pezón derecho. —¡Mmh-T-Tae!

Mis pulmones retenían aire durante unos segundos, casi incapaces


de soltarlo por la manera en que Taehyung maltrataba de esa
manera mi pecho.

Cerré mis ojos, intentando acallar todos los gemidos y jadeos que
amenazaban con salir con mi boca.

No sabía que podía ser tan ruidoso.

—Haces muy bonitos gestos.

Mi erección estaba goteando pre-semen por sus palabras. Estaba


golpeando contra mi estómago de una manera muy dolorosa.

—T-tete...d-duele. —solté en un quejido.

Tae alzó ambas de sus cejas de una manera sugerente que me hizo
sonrojar con fuerza.

—Ayúdate. Quiero verte.

Tuve que evitar que un puchero apareciera en mis labios. Quería


que el lo hiciera.

Mi mano se movió por instinto hacia mi pene, y no pude dejar pasar


más segundos cuando comencé un vaivén que logró relajarme un
poco. Realmente lo estaba haciendo enfrente de los ojos de mi Alfa.

Tuve que desviar la mirada de la suya, porque me encontraba


bastante avergonzado por estarme tocando en su presencia.
—No.

Sus largos dedos me tomaron de la barbilla y giraron mi rostro hacia


el suyo. Estaba gozando demasiado del momento.

—¿Algo más te duele, bebé? —su voz ronca y la insinuación de la


pregunta me hizo jadear. —Apuesto que si.

Dolía de una manera placentera.

Su mano se posicionó sobre la mía y aceleró el vaivén sobre mi


erección, provocándome un lloriqueo. Volvió a maltratar mis
pezones con su lengua y dientes, casi llevándome al borde.

—Tae... —gemí con lentitud. Estaba tan estimulando y sensible que


sentía que me iba a venir.

Despegó sus labios rojos de mi pezon izquierdo y alzó su


hambrienta vista hacia mi con una sonrisa.

—¿Más rápido?

Ni siquiera pude responder a su pregunta, porque sus movimientos


sobre mi pene se volvieron aún más rápidos y tentativos.

Mis ojos comenzaban a picar de lágrimas. Se sentía muy bien.

Inconscientemente, mi espalda se arqueó contra el colchón y


comencé a frotar mi culo contra el. Me estaba sintiendo muy
desesperado por tacto en cierto lugar.

—Tae, p-por favor. —mi labio tembló. Me sentía un desvergonzado


por pedirle aquello. —Y-yo quiero- ¡mmph!

Taehyung devoró mi boca con la suya. Su lengua era brusca y


obscena sobre la mía, robando mi aliento con voracidad.

Mis uñas se clavaron sobre su espalda cuando mi orgasmo


comenzaba a aproximarse. Estaba muy cerca.
—Estoy loco por ti. —mencionó contra mi boca.

Con trabajo pude analizar sus palabras, porque me estaba costando


bastante concentrarme en algo cuando me tenia de esta manera.

Me tenia al borde.

La gota que derramó el vaso fue cuando volvió a estimular mi


grande, haciéndome ahogando un gemido fuerte contra su boca.

—¡A-ah, y-yo, cer...-cerca! —clavé con más fuerza mis uñas sobre
su piel.

Santa luna.

Y tras unos segundos más, mi esencia salió escurriendo ante mi


clímax. Mi pecho subia y baja, mi rostro estaba rojo —
probablemente mi pecho también—, mi cabello estaba despeinado,
los labios los tenía hinchados, y los ojos lagrimeantes.

Me sentía en las nubes, pero, aquella interfaz de paz no duró


mucho.

—No te pongas cómodo. —la voz de Taehyung me hizo abrir los


ojos.

—¿C-como?

Sentía que me iba a desmayar, y no precisamente porque me


sintiera mal. Inclusive, ya me sentía un poco cansado.

El Alfa tomó con brusquedad la piel de mis caderas y en un


movimiento rápido, me giró en la cama, provocando que quedara
sobre mi pecho en el colchón.

Un fuerte gemido salió de mi garganta.

Kim Taehyung era muy impredecible.


Hundí el rostro contra las almohadas, tratando de ahogar la
vergüenza que tenía.

Estaba alzando mi vulnerable trasero a su vista, creando una


curvatura con mi espalda.

Me mordí el labio con fuerza.

—¿T-tae?

Una de sus falanges acarició la extensión de mi columna hacia el


hueso sacro. Era una caricia caliente, insinuante y muy suave.

—¿Si? —su voz ronca me calentó.

El sentimiento de vulnerabilidad frente a el me hacía sentir caliente y


avergonzado.

—T-tengo vergüenza. —respondí con mi voz siendo amortiguada


contra la almohada. —Y-yo...-¡a-ah!

Estaba amasando mi trasero como si no fuese nada.

—No tienes porque tener vergüenza, bebé. —soltó en un murmuro


bajo. Casi podía imaginármelo sonriendo. —Me gusta lo que veo.

Otro gemido fue amortiguado contra la almohada.

Sus respuestas siempre eran lo suficientemente acertadas para


excitarme aún más.

—Te besaré donde yo quiera.

Aquellas palabras hicieron que mi corazón se contrajera.

Alcé la cabeza y giré mi rostro hacia el para observarle con


nerviosismo. Estaba observando mi trasero con una sonrisa que
hizo que mi pulso se acelerara aún más.
Sus ojos se encontraron con los míos, y sonrió.

Este sería mi fin.

—¿Q-que? —tartamudeé.

Sus palabras eran muy insinuantes, y tenía miedo de interpretar sus


palabras de una manera no correcta.

El Alfa volvió su vista hacia mi culo y se lamió los labios.

—Escuchaste bien.

El mundo se detuvo en el preciso momento en que pasó su lengua


por cierto lugar que se encontraba desesperado por ser estimulado.

El músculo acarició la extensión, mojando con su saliva y


mezclándose con mi lubricante natural al instante.

Una sensación inexplicable me recorrió de pies a cabeza. Mis


manos apretaron las sábanas con fuerza, y ahogué un gemido
fuerte.

Me sentía mareado, extasiado, muy estimulado y también


avergonzado.

Eran demasiadas emociones.

—¡T-Tae, Taehyung! —ni siquiera mi voz era capaz de salir


correctamente. —¡Tu- a-ah, e-espera!

Las lágrimas de placer ya estaban comenzando a deslizarse sobre


mis mejillas.

El Alfa separó su lengua de mi agujero con una sonrisa,


escuchándose un chasquido muy obsceno. Me observó con los ojos
complemente amarillos, sus afilados colmillos sobresaliendo y el
cabello cayéndole sobre los ojos.
—¿Si, bebé?

Me mordí la lengua con fuerza. Estaba malditamente avergonzado.


Mi corazón y mi cuerpo estaba sufriendo de tanto calor que me
sentía apunto del colapso.

Tragué saliva, intentando que mi voz saliera clara y firme.

—Y-yo... -no. —hablé entre jadeos.

Era demasiado placer. No sabía si podría manejarlo.

—¿No que? —Taehyung alzó sus cejas observándome.

Estaba masajeando mi trasero nuevamente mientras hablábamos.


Era tan natural para el.

—Me avergüenza —solté en un murmuro bajito.

Ladeó la cabeza.

—Usa la palabra de seguridad y no lo haré.

¿Realmente quería que parara? Tenía que cuestionarme claramente


aquello.

Sin duda alguna, sentir la lengua de Taehyung había sido algo que
me había encantado —y sólo habían sido un par de segundos—, sin
embargo, mi mente no me dejaba aceptar tanto placer por el hecho
del nerviosismo.

Por el otro lado, estaba preguntándome a mi mismo: ¿Por que me


privaría de un placer tan grande como tener a Taehyung
devorándome en un lugar tan sensible?

No quería que parara, pero tampoco sabía que decirle exactamente.

Me lamí los labios, volviendo a generar contacto visual con el.


—S-se supone que yo...y-yo debería de complacerte a ti. —fue lo
único que pude formular.

Era su celo, ¿no se suponía que yo debía de hacerlo sentir bien? Y


aun así, no tenía ni idea de que era lo que tenía que hacer; era la
primera vez que pasaba el celo con un Alfa.

No era cualquier cosa.

Taehyung soltó una risa ronca que me pareció muy atractiva. Ladeó
la cabeza provocando que su cabello se meciera y que pudiera
observar lo gruesas y pobladas que eran sus cejas.

Tan guapo como siempre.

—Créeme, Kookie. —su tono de voz coqueto y ronco hacía mis


piernas temblar. Volvió a posicionar sus ojos sobre mi trasero. —Me
estoy complaciendo.

Me hacía falta el puto aire.

Mi entrada se estaba dilatando, y contrajendose de anticipación, sus


palabras haciendo efectos en mi cuerpo.

Diablos, ¿en que momento Taehyung se había convertido en el


erotismo y la lujuria personificada?

—T-Tae...¡a-ah!

Su lengua nuevamente estaba lamiendo mi culo. Realmente lo


estaba haciendo, y no solo por mi placer, si no también por el suyo.

Lloriqueos y quejidos hacían temblar mis cuerdas vocales. La boca


de Tae era sensual y lenta, me estaba volviendo loco.

Golpeaba mi agujero con su músculo, lo rodeaba, lo saboreaba y


jugueteaba con tortura. Podía sentir como llevaba su boca de aquí
para allá sobre la extensión de mi trasero dejando chupetones.
Era un nuevo territorio para dejar sus marcas.

—Mío.

No pude evitar sonreír mientras lágrimas seguían escurriéndose de


mis ojos.

—T-tuyo. —repliqué con la respiración pesada.

Sentí como sus labios se extendieron en una sonrisa antes de


proceder a seguir dilatándome con su seductora lengua.

Realmente me estaba costando pensar y respirar con claridad. Mis


nudillos probablemente estaban blancos por la manera tan fuerte en
la estaba apretando las sábanas, y mis piernas se sentían tan
débiles por la estimulación que sentía que en cualquier momento me
desplomaría.

—¡T-tae-taehyun- ¡ah! —gemí en su máximo esplendor. —¡Mmh-!

Su lengua se había adentrado en mi, y no parecía dejarlo en un


buen rato.

Mis lloriqueos necesitados parecían alentar al Alfa porque


comenzaba a dejar de lado los movimientos suaves, comenzando
con unos bruscos.

—¡N-no puedo! —mi garganta se sentía seca. —Ya-ya casi...

El Alfa separó su boca de mi en un chasquido.

—Espera un poco más, bebé.

No sabría si podría soportarlo. Mi erección estaba nuevamente


parada, goteando a pesar de haberme venido minutos atrás, y mi
cavidad anal, estaba sintiendo contracciones anunciando el clímax.

—¡Pero, Ta-Tae!-
Mi expresión de desencajó cuando la mano del Alfa aterrizó en una
de mis nalgas, haciéndome brincar ante el impacto y el ardor.

Volví a lloriquear, y esta vez, más fuerte. Tenía que admitirme a mi


mismo que me había gustado.

—Espera un poco más. —volvió a repetir, volviendo a lamer mi


adolorido agujero.

Taehyung realmente me estaba torturando. Todo a mi alrededor


parecía borroso, monótono y aburrido. Todos mis sentidos estaban
concentrados en el lugar en que mi Alfa estaba lamiéndome y
claramente, nada más importaba.

Realmente estaba sintiendo la necesidad de tenerlo...dentro de mi.


Estaba sintiéndome muy frustrado y necesitado.

Mi lobo realmente quería más de la parte de su Alfa, y sabía que se


lo daría. Sabía que esto simplemente era el comienzo.

—Y-yo...¡Mmh-!

No podía evitarlo más.

El clímax me arrasó por segunda vez. Sufrí de unos fuertes


espasmos que se sintieron demasiado bien, y de mi boca salieron
incontables jadeos mientras mi pecho subía y bajaba.

Era una sensación casi mágica.

—Ah, Kookie. —pude escuchar un quejido de parte del Alfa al cabos


de unos segundos.

Mis piernas se desplomaron encima del colchón, provocando que mi


cuerpo quedara completamente horizontal sobre la superficie de la
cama. Me llevaría más de unos minutos poder reponerme.
Realmente me sentía cansado.
—¿Estás bien, bebé? —las tediosas manos de Tae masajearon mi
espalda.

Ni siquiera podía hablar, por lo que me limité a hacer un sonido con


mi garganta en respuesta positiva.

Escuché una risa baja de su parte, dándome tiempo de recuperarme


mientras seguía toqueteando mi piel de una manera suave.

Pasaron unos segundos donde me relajé, los espasmos post


orgasmicos aún atravesando mi cuerpo, pero la sensación de paz
terminó cuando me di cuenta que ya me había venido dos veces, y
el Alfa, ninguna sola vez.

Mordí mi labio.

¿Que debería de hacer? La última vez que hicimos esto me sentía


muy atrevido por la culpa de mi celo; sin embargo, ahora me sentía
un poco más avergonzado y nervioso.

Con la poca fuerza que tenía, giré sobre mi eje, mi espalda contra el
colchón y mis ojos cayendo sobre el Alfa frente a mi.

No podía creer que me estaba excitando de nuevo por verlo.

Tenía una leve sonrisa en sus labios rojizos, mientras que las venas
de sus brazos estaban un poco marcadas y el cabello le caía sobre
los ojos. Mis ojos bajaron hacia su cuello, y luego hacia su pecho
hasta llegar a su pelvis donde debajo se encontraba su marcada
erección.

Mis manos temblorosas tocaron sus hombros, y ejercí un poco de


fuerza mientras le hacía un ademán hacia el lugar a mi lado en el
colchón.

Frunció el ceño mientras me observaba. Estaba muy nervioso, y


como lo notó, obedeció mi orden. Me sentí sumamente avergonzado
ante mi próxima acción, pero terminé sentándome sobre su regazo
provocándonos a ambos un gemido.

Estar arriba era desafiante. Sobre todo porque estaba desnudo.

Me encontré con el rostro sonriente de mi Alfa. Sus manos me


tomaron de la cintura y procedió a rozar la piel con sus pulgares.

—Estás muy sonrojado. —mencionó mientras generábamos


contacto visual. —Qué lindo.

Le devolví la sonrisa de una manera leve. Me incliné hacia su rostro


y dejé un casto beso sobre sus labios.

—Es que...estoy un poco avergonzado.

Dejé un camino de besos desde sus labios hasta su cuello. Su olor


me encantaba.

Taehyung se removió bajo mi cuerpo mientras enterraba las yemas


de sus dedos en mi cintura.

—Pensé que estabas cansado. —mencionó cuando sintió mi lengua


contra su caliente piel.

—Lo estoy.

No pude evitar sonreír cuando pude sentir su cuerpo estremecerse


bajo el mío ante la manera que succioné su piel. Jamás lo había
hecho, pero sabía que le gustaba la sensación.

—Si quieres podemos...-¡K-kookie! —su voz tembló.

Jamás le había hecho marcas a alguien, y podía entender porque a


muchas personas les gustaba y lo disfrutaban.

Armándome de valor, mi mano derecha tocó el pecho del Alfa hasta


deslizarse hacia el borde de sus pantalones de chándal. Mi corazón
latía con mucha fuerza, estaba conmocionado ante mis acciones.
Bajé lo suficientemente la tela para que su erección estuviera fuera,
y la tomé con mi mano en un suave tacto.

Mis ojos se dirigieron hacia las orbes del Alfa, y no pude evitar
sentirme orgulloso por la manera en que su respiración se había
vuelto agitada mientras se mordía el labio con sus ojos cerrados.

Mi mano se movió en un gesto gentil sobre la extensión, y no pude


evitar fruncir el ceño.

Parecía más grande que la última vez. Probablemente el celo era la


principal razón.

Mis labios buscaron los suyos, y el Alfa pareció gustoso de recibirme


en su boca. Mi lengua se introdujo en su cavidad bucal, y ambos
jadeamos ante la sensación cálida.

Creo que la boca de Taehyung se había vuelto en mis cosas


favoritas de el. Después de sus manos.

Comencé un vaivén sobre su pene con ritmo lento, provocando que


Tae soltara gruñidos sobre mi boca de una forma muy sensual.

Pensé en la manera en la que el me tocó, y me incitó a hacerlo


igual. Mi pulgar se pasó por encima de su glande de una manera
tentativa, y fue cuando entonces, soltó un gemido ronco.

Había encontrado su debilidad.

Volví a hacerlo, esta vez, en movimientos circulares. Pre-semen


comenzaba a salir, y eso me facilitaba aún más las cosas.

—Bebé, a-ah.

Realmente me gustaba escucharlo gemir. Su voz ronca entrecortada


acompañado de sus respiraciones pesadas hacían sentirme muy
extasiado. Era un buen sonido y un buen panorama.

¿Debería...?
Despegué mi boca de la suya y le observé con más nerviosismo que
antes. No sabía de donde estaba tomando tanta valentía en este
preciso momento, pero a Taehyung parecía gustarle.

—¿Que haces? —cuestionó mientras me miraba dejarle camino de


besos hacia su estómago bajo.

Diablos, estaba muy nervioso.

Evité mi mirada sobre la suya, —porque sabría que me intimidaría—


y tomé la erección nuevamente con una de mis manos y la
posicioné enfrente de mis labios.

Sabía que había intentado hacerlo durante mi celo, y el se había


negado. Me había sentido muy vigoroso, pero ahora me sentía más
nervioso.

Jamás lo había hecho, pero si tenía mucho conocimiento —no


práctico— sobre esto.

Mojé mis labios.

Sabía que Taehyung estaba reteniendo su respiración, al igual que


yo.

—No tienes por qué hacerlo. —mencionó de una manera suave.

Ambos queríamos, y no me detendría.

Saqué mi lengua y la pasé sobre la base hasta la punta de una


manera lenta. El tacto de mi lengua sobre aquel lugar hizo al Alfa
soltar una maldición.

Semáforo verde para seguir.

Como había hecho anteriormente, volví a estimular la punta de su


glande, pero esta vez con mi lengua.
Taehyung volvió a maldecir, y sus manos se posicionaron sobre mi
cabeza con sus dedos enrollándose en las hebras de mi cabello.

En un movimiento inesperado —y un poco brusco— abrí lo


suficientemente mi boca para meter la erección en ella. Era extraño,
y hasta un poco incómodo. Ni siquiera podía meter la mitad.

Retuve la respiración durante unos segundos, bajando e intentando


meter más en mi cavidad bocal, mojándolo con mi saliva.

Moví mi cabeza de arriba hacia abajo de una manera lenta y


cuidadosa. Realmente era difícil, sobre todo porque mi mandíbula
no podía extenderse más.

Saqué el pene de mi boca, creando un sonido que se escuchó como


"bloop." Tomé la base con mi mano y volví a estimular la punta.

—K-kookie-¡ah!

Escuchar mi nombre de sus labios de esa manera me indujo a alzar


mi vista hacia la suya.

Estaba completamente convencido de que no había una persona


más guapa que el.

Parecía muy afectado por mi boca. Tenía un fuerte sonrojo en sus


mejillas —lo cual me parecía precioso—, y los ojos levemente
entrecerrados como si le costase abrirlos por completo.

Sintiéndome animados, volví a enterrar su extensión en mi boca,


yendo más lejos que la primera vez. Tuve que aguántame con todas
mis ganas soltar arcadas, provocando que mis ojos lagrimearan.

Creé un vaivén que parecía gustarle demasiado al Alfa, por lo que


me tomé más tiempo que antes haciéndolo. Sus manos jalaban de
mi cabello de manera alentadora, y eso me gustaba bastante. Me
hacía sentir un poco más seguro de lo que estaba haciendo.
Una de sus manos se acercó hacia mi rostro, y secó una lagrima
con su pulgar, poco después; me tomó de la barbilla y me obligó a
generar contacto visual.

Sus labios adquirieron una gran sonrisa.

—Mírate. —su voz sonó insinuativa.

Realmente me gustaba escucharlo hablar de esa forma, porque mi


entrada se contraía ante sus palabras.

Creo que jamás hubiese pensando lo erotico y sexual que era


hacerle un oral a alguien mientras hacías contacto visual.

Era exquisitamente intimidante.

—No dejaré pasar más tiempo.

Tras esa oración haber salido de su boca, me jaló del cabello con
fuerza considerable para separarme de su erección. Me tomó del
torso y me acostó contra la cama en un movimiento brusco,
posicionándose encima mío.

—¿Podrías repetirme cuál es la palabra de seguridad, bebé? —


cuestionó mientras se bajaba los pantalones y la ropa interior,
quedando completamente desnudo.

Alcanzó un paquete de condón y lo abrió con los dientes mientras


me observaba de forma traviesa.

Tragué saliva antes de responder.

—Caramelo.

—Muy bien. —acercó sus labios a mi frente para dejar un beso. —


Recuérdalo.

El Alfa abrió mis piernas y se metió entre ellas, casi alienándose. Su


dedo índice tocó por encima de orificio y tuve que hacer lo posible
para no retorcerme ante la sensación.

Chasqueó la lengua y me observó.

—¿Crees que te hace falta más preparación, bebé?

Me mordí la lengua, y procedí a encogerme de hombros antes de


responder: —N-no sé, yo-

Metió el dedo por completo de golpe, provocandome ahogar un


fuerte gemido.

—Entró fácil. Creo que que si estás listo.

¿Como se atrevía a comparar su dedo con su gran erección? Santa


luna.

Posicioné mis manos sobre sus hombros y le observé un poco


consternado, porque a pesar de que quisiera sentirlo, tenía un poco
de miedo del dolor que podía provocar.

La primera vez no había dolido. Había sido un poco extraño, debido


a las sensaciones que necesitaban ser complacidas a causa de mi
celo; en cambio, en esta ocasión, no sabía como se sentiría.

Me mordí el labio.

—T-tete, ¿puedes besarme mientras...?

El Alfa entendió mi pregunta con facilidad, sonriendo un poco.


Asintió con la cabeza y pegó sus labios con los míos con suavidad,
logrando relajarme.

Mis manos se dirigieron a su cabeza mientras que mis dedos se


enredaban entre las suaves hebras de su cabello. Sentí como volvió
a alinearse en mi entrada, y por inercia, me tensé.

De mis labios salió un gemido entrecortado cuando el Alfa se


adentró en mi cavidad anal. Había sido poco, pero había sido lo
suficiente para querer retorcerme ante la sensación. Taehyung
lograba distraerme un poco mientras sus labios se movían encima
de los mío y se metía más entre mi cuerpo.

—A-ah, Jungkook-ah. —musitó de una forma ronca contra mi boca.

Separé nuestros labios para tomar aire ruidosamente, estaba


resultando incómodo; y probablemente se debía porque su erección
era más grande que la última vez.

Taehyung me tomó de la cintura con una de sus manos, y la otra la


soportó a un lado de mi cabeza.

Nuestros ojos se encontraron por un par de segundos, provocando


que transmitiera calidez hacia mi lobo. Era una sensación parecida a
cuando tienes mucho frío, y de repente pones una manta encima de
tu cuerpo; creando calor que te alivia.

Así era estar con Taehyung.

El Alfa me sonrió. Acercó sus labios hacia la punta de mi nariz,


dejando un besito que me provocó devolverle la sonrisa. Acaricié su
rostro con una de mis manos antes de decir:

—Te amo, Tete.

Me encantó la manera en la que sus mejillas se tornaron rojas.

—Yo también te amo, bebé. —susurró mientras sus orbes


chispeaban de su característico tono amarillo.

Nuestras bocas volvieron a encontrarse. Encajaban a la perfección,


como un dije a un collar, como una melodía al músico y como un
Alfa a su Omega.

Taehyung penetró aún más mi cuerpo, casi llegando más allá de la


mitad de su extensión. Un jadeo de mi parte quedó ahogado contra
su boca cuando dió una pequeña embestida.
Mis uñas se clavaron sobre donde se encontraban sus omóplatos.

Otra pequeña embestida, y a pesar de que me estuviese siendo un


poco incómodo, el placer ya estaba comenzando a formarse para
hacerme gemir.

—T-tae...-

—Enrolla tus piernas en mi, Kookie. —habló entrecortadamente. —


Por favor.

Mis piernas se alzaron lo suficiente para pasarlas alrededor de sus


caderas, creando mucho más contacto entre nuestras pieles que
antes.

—¿Está bien si me muevo? —me preguntó suavemente tras haber


separado nuestros labios.

Asentí con la cabeza.

—L-lento. —respondí mientras mis mejillas adquirían un rubor.

Taehyung tomó aire antes de moverse. Su erección se movió fuera y


dentro de una manera sumamente lenta y placentera. El cuerpo me
hormigueaba de calor y exitación, los sonidos morbosos de nuestras
bocas volviéndose a tocar hacían sentirme en las nubes.

Era muy preciso en sus movimientos. Movía sus caderas


sensualmente con ritmo, creando sacudidas profundas e intensas
que me robaban el aliento.

—A-ah, T-Tae... —mordí su labio, claramente extasiado ante el


placer que crecía cada vez en mi cuerpo.

La incomodidad era casi nula en mi.

En un movimiento inesperado, el Alfa soltó un gruñido ronco a la


altura de mi oído. Tenía los ojos amarillos y sus colmillos estaban
sobresaliendo notoriamente de su boca.
Me encantaba ver como su Alfa se manifestaba.

—M-mierda, ¡Tae-Taehyung, ah!

Había metido toda su erección en mi. Casi podía jurar que había
visto estrellas. El grosor y la extensión de su pene abrió paso en mi
interior de una manera muy placentera. Había un poco de ardor,
pero nada que me hiciera lagrimear de dolor.

El Alfa me observó, y no pude evitar sentirme intimidado.

Pude interpretar su mirada como una advertencia.

Nuevamente, de golpe generó otra penetración dura y completa


sobre mi cavidad anal; y las palabras quedaron estancadas en mi
garganta. Sus respiración se volvieron entrecortadas, claramente
también sintiéndose satisfecho. Comenzó a penetrarme, y esta vez,
con mucha más intensidad que antes.

Sabía que no estaba jugando cuando ambas de sus manos se


posicionaron sobre el soporte de la cabecera y tomó fuerza para
embestirme con más facilidad.

Mis ojos nuevamente comenzaron a lagrimear ante los efectos de


placer que creando poniendo sobre mi cuerpo. A cada penetración,
gemidos salían de mi boca; no pudiendo acallar lo bien que se
sentía.

—Abre tus ojos, bebé. Mírame.

Ni siquiera lo había notado. Mis ojos se encontraron con los suyos, y


no pude evitar sentirme avergonzado por la suma atención con la
que el Alfa me estaba observando.

Casi parecía maravillado.

Me mordí el labio intentando callar mis agudos gemidos, y pareció


entender mi acción.
—¡A-ah! —lloriqueé con fuerza cuando me penetró con fuerza.
Clavé mis uñas sobre su piel, intentando manejar el deleite. —Mmh-

Sonrió con sorna.

—No guardes tus gemidos. Me gusta escucharte. —mi entrada se


contrajo alrededor de su pene, y alzó sus cejas. —¿Te gusta que te
hablen sucio, bebé?

No sabía que me gustaba hasta que el lo hizo.

—Y-yo...-¡Ah! —cerré los ojos ante su ritmo rápido.

—Te gusta. —sentí su respiración hacia la altura de mi oído. —Me


sorprende viniendo de un Omega tan dulce como tú.

Santísima madre luna.

Abrí mis ojos con lentitud cuando percibí una de sus manos mover
mi pierna derecha lo suficiente para lateralizarme un poco y
comenzar a embestirme aún más rápido.

No pude soportar seguir escuchando mis gemidos. Mis manos se


dirigieron hacia mi boca y tapé con suma vergüenza.

Taehyung me observó con reproche. Sus ojos se clavaron


intensamente sobre los míos, y aprovechando de eso, comenzó a
moverse con mucha más precisión sobre mi cavidad anal.

Me tomó con brusquedad de las muñecas —con una sola de sus


manos— y las posicionó por encima de mi cabeza.

—Te dije que me gustaba escucharte.

Su tono intimidante me hizo arquear la espalda. Me encantaba verlo


en esa faceta.

—P-pero...T-tae, no me g-gusta...¡mierda! —volví a cerrar los ojos


con fuerza.
Mi cuerpo sufrió de un increíble espasmo cuando mi próstata fue
estimulada.

Casi podía escuchar sonreír al Alfa.

—¿Aquí, bebé? —cuestionó con crueldad. Volvió a golpear aquel


lugar y solté un quejido alto. —¿Aquí? ¿Otra vez?

No me aguante las ganas de asentir con la cabeza. Se había


sentido demasiado bien.

—S-si...

El Alfa se apresuró a devorarme la boca con lascivia mientras


estimulaba una y otra vez aquel punto dulce. Los sonidos morbosos
de nuestras bocas y de su pelvis chocando con mis glúteos me
incitaba a moverme junto con el.

Con las pocas fuerzas que tenía, alcé la parte inferior de mi cuerpo,
y precisé un ritmo que logró complementar el del Alfa; haciendo que
las embestidas fuesen sumamente placenteras.

—Mmh- Kookie. —escucharlo gemir mi nombre era...wow.

El mundo parecía venirse encima cuando Taehyung se atrevió a


estimular también mi dolorosa erección. Quejidos y lloriqueos
fuertes dejaban eco en las paredes de la habitación, mis lágrimas
me obstruían la vista y mi labio inferior dolía de tanto ser mordido.

Cada punto estaba siendo tocado con precisión y satisfacción.

De repente, abrí los ojos de golpe cuando sentí sus hinchados


labios besar la piel de mi cuello.

De mi cuello.

—¡Tae...nngh-! —reproché cuando observé el collar anti-marca


sobre el piso. ¡Taehyung!
Soltó un gruñido molesto.

—Odio esa cosa. No te la vuelvas a poner nunca.

Diablos. Ni siquiera había sentido cuando lo había sacado de mi


cuello. Había sido muy cuidadoso.

—P-pero...¡S-sabes que...! —fui interrumpido por su boca.

Si, estaba un poco molesto, así que me atreví a morderle el labio


inferior y cuando el notó mi intención de venganza, estimuló mi
glande con crueldad.

Jugaba sucio.

—¿Que decías, mmh? —sus labios se pegaron sobre los míos, en


una sonrisa traviesa. —No escuché bien.

Ni siquiera podía pensar y hablar con claridad, era demasiado que


tomar.

Taehyung sacó toda su erección de mi y la metió de golpe,


provocándome un fuerte chillido.

Las lágrimas de placer ya estaban escurriéndose a mi cuello.

—Ni siquiera puedes besarme. —mencionó con un deje de burla. —


Qué tierno.

Y era cierto. No podía concentrarme en mover mis labios cuando


seguía tocando mi próstata y seguía estimulando mi pene. No
faltaba mucho para que mi tercer orgasmo arrasara en mi cuerpo.

Abrí mis ojos —que habían estado cerrados durante un par de


minutos— y observé al Alfa con delirio plasmado en el rostro.

—Y-ya casi, Tete.

Taehyung alzó ambas de sus cejas y sonrió.


—Tendrás que esperar.

Solté un lloriqueo de fastidio mientras que mis uñas aruñaban la piel


de sus hombros.

—No pu-puedo más. —mi labio tembló mientras que el Alfa se


encargaba de secar las lágrimas de mis ojos. —¡Yo quiero y-ya!

El Alfa ladeó la cabeza observándome con intensidad.

—Jungkook. —advirtió.

Más quejidos necesitados salían de mi boca. Estaba siendo


malditamente ruidoso, y sabía que Taehyung no estaba siendo el
único en escucharme.

Luego tendría tiempo de avergonzarme con más calma.

—Te-tete.

Seguía tocando mi prostata con tortura, me estaba ahogando en mis


gemidos, obviamente no podía seguir soportando más el orgasmo.

Así que por segunda desobedeciendo los deseos de mi Alfa,


alcance el clímax por tercera vez en el rato.

Esta vez, fue increíblemente placentero. Un cosquilleo —casi


eléctrico— me recorrió de pies a cabeza, provocando que mi
garganta doliera por el fuerte gemido que salió de mi boca. Mis uñas
apretaron las sábanas de la cama, y mis ojos se pusieron en blanco
por unas milésimas de segundos.

Mis piernas temblaron, y mi corazón estaba tan acelerado que podía


llegar a pensar que saldría disparado de mi pecho.
Perdí el sentido sentido del habla y de la visión durante unos largos
segundos.

Jamás había sentido algo parecido. Se sentía muy bien.


Un jadeo salió de mi boca cuando sentí que Taehyung sacó su pene
de mi interior. Con la poca fuerza que tenía, abrí mis cansados ojos
y observé como el Alfa anudaba fuera de mi.

Me pareció escuchar un par de maldiciones bajas de su parte.

Nuestros miradas se encontraron, y un escalofrío recorrió mi espina


dorsal.

—Bien, desobediente. —me observó con intensidad. —Ahora me


vas a montar.

Solté un quejido encaprichado.

No sabía si tendría la energía suficiente de hacerlo. Me había


venido ya tres veces, y creía que recuerdos de mi vida pasarían
frente de mis ojos.

🌙🌙🌙

"Quiero ayudarte" jamás pensé que mis palabras pudieran cargar


tanto peso.

Estaba siendo embestido contra la pared.

Ni siquiera recordaba mi nombre, o a lo que me dedicaba, a mis


hobbies, y lo que me gustaba.

Lo único que sabía era que estaba muy sensible y que mi cuerpo
estaba exhausto.

—Mío. Mío. Mío. —Taehyung mordisqueaba la piel de mi cuello


mientras me penetraba una y otra vez.

Casi sentía que mi alma dejaría mi cuerpo en cualquier segundo.

Poco después, Taehyung salió de mi interior antes de anudar.

🌙🌙🌙
Cerré los ojos mientras descansaba en paz y en silencio. Sentir la
comodidad y la suavidad de la cama era magnífico.

—¿Estas bien, bebé? —escuché la voz de Tae.

Sentí como se subió encima de mi cuerpo y procedía a masajear mi


espalda con sus talentosos dedos.

—Estoy cansado. —mi voz salió en un susurro. —¿y tu?

Su respuesta a mi pregunta fue su erección siendo frotada sobre la


abertura de mis adoloridos glúteos.

Solté un quejido.

—Taehyung. —protesté.

—Han pasado casi dos horas, bebé. —soltó en un tono necesitado.

Mordí mi labio de manera vacilante. Abrí mis ojos y giré la cabeza


para poder verle por encima del hombro.

—Está bien, pero prométeme que después me dejarás dormir. —


mencioné, haciendo que el Alfa asintiera con la cabeza. —Y
tampoco me quiero mover mucho.

Ladeó la cabeza con una sonrisa.

—De eso no te preocupes.

Tomó una envoltura de condón y lo puso sobre la extensión de su


erección. Abrió mis piernas con sus tediosas manos y volvió a
alinearse en mi dilatada entrada.

Entró de golpe y de manera brusca, obligándome a ahogar un


gemido sobre la almohada que tenía más cerca del rostro.

Mierda.
Comenzó a moverse con entusiasmo —como si no le hubiesen
cansado las incontables rondas de antes—, tocando con roces
placenteros la cavidad de mi ano.

Escuchaba como su respiración ronca se volvía en jadeos roncos.


Realmente su celo era muy intenso.

El Alfa se había vuelto un experto en encontrar con facilidad mi


prostata, porque sin dejar pasar más de tres minutos, ya se
encontraba estimulándola.

—¡M-mhm, T-tae!

Como si fuese una pluma, me giró sobre el colchón y alzó ambas de


mis piernas para posicionarlas por encima de sus anchos hombros.

Todo parecía ser más intenso en esta posición.

—¿P-puedo ir más rápido, bebé?

Si eso acabaría con su hambre sexual, entonces si. Asentí con la


cabeza y no perdió el tiempo para ser más brusco.

Sonoros quejidos salían de mis labios, mi garganta dolía y mi boca


estaba seca. Estaba tan sobre-estimulado que no tardaba
demasiado en sentirme al borde del clímax.

Y lo impresionante —y que anteriormente no sabía— era que


existirían los orgasmos secos. Había tenido un par. Nada salía de
mi, simplemente era la sensación de espasmos placenteros
arrasando mi cuerpo.

Algo que también había aprendido era que, al parecer, era


multiorgasmico. Era algo genial,y a la vez era algo que lograba
dejarte sin energías.

O no sabía si era Taehyung el que te dejaban sin energías.

—Ahh, bebé. —Taehyung sonría mientras seguía moviéndose.


Sus colmillos estaban sobresaliendo de su boca, y es solía pasar
cuando estaba apunto de llegar a su clímax o porque estaba
sintiéndose muy satisfecho.

Aruñé su espalda cuando mi entrada tuvo una primera contracción.

—Ya casi, T-tae.

El Alfa acercó su boca hacia mi cuello y comenzó a succionar de la


piel mientras daba sus últimas embestidas desesperadas.

Mi respiración se retuvo cuando no solo el orgasmo me arrasó, sino


que también Taehyung había anudado sorpresivamente dentro de
mi. Mis uñas se enterraron con mucha fuerza sobre su piel, —
probablemente haciendo brotar un poco de sangre— y lágrimas
salieron de mis ojos.

Dolía demasiado.

—¡Taehyung! —me mordí el labio con dolor. —¡Tae- duele!

Pero todo el mundo me dió vueltas cuando sentí sus afilados


colmillos rozar tentativamente la piel de mi cuello.

Justamente en el lugar donde debía de estar su marca.

—Taehyung. —mi voz sonó como una advertencia que no pareció


importarle.

Un sollozo fuerte abandonó mi garganta. Sus colmillos se habían


enterrado en mi cuello. El pulso se me aceleró, y me sentía al borde
del desmayo cuando sentí como sangre escurrió por la extensión de
mi piel.

Claramente Taehyung no estaba en sus sentidos.

Había sido un tonto por dejar que me quitase el collar.


Con el cuerpo temblándome, —y armándome de completo valor—
tuve que utilizar la única ventaja en mi.

—Tae-Taehyung... —mi voz de Omega salió a la luz. —Detente.

Y eso fue suficiente para que se separara de mi cuello. Se incorporó


en mi cuerpo con brusquedad —provocándome un fuerte dolor por
el nudo dentro de mi— luciendo desorientado y observándome con
las pupilas dilatadas.

Mi sangre le adornaba la boca y parte de su barbilla.

Me sentía tan abrumado y consternado, que no podía enfocar bien


mi vista.

—¡N-no te muevas! —grité cuando intentó salir de mi interior.

No sabía que era lo más doloroso, si la mordida o el nudo... Pero me


sentí mucho peor cuando pude visualizar mi vida entera pasar
frente mis ojos cuando percibí el semen del Alfa escurrir fuera de mi
entrada.

El puto nudo había roto el condón.

***

POR FAVOR REGÁLENME UNA ESTRELLITA Q ME COSTÓ UNA


VIDA ENTERA ESTE CAPÍTULO ;(

Espero que haya superado sus expectativas y que haya valido


la pena la espera, je je :)

Btw, este no es el último capítulo

Alguien de aquí está viendo True Beauty? xd

ALSO, YA VIERON A JK RUBIO? MUEROOOOOOOOOOOOO

Dejar sus reacciones del capítulo aquí


No tengo mucho q decir

Por si gustan pasarse:


Gracias por leer, bebus
Gracias por las 113k leídas, L@S TKM❤❤❤❤
68. "Silencio que aturde"
Taehyung POV's

Las preguntas que rondaban en mi cabeza hacían eco. Un eco


ruidoso que parecía aturdir mis cinco sentidos. Es un hecho que el
cerebro no percibe el dolor, pero en el momento que mis nervios y
las preguntan comenzaron a tejerse entre las cavidades de mi
cabeza, lo único que sentía era dolor en la parte superior de mi
cuerpo.

Observé a Jungkook.

El Omega parecía sumido en sus pensamientos, con la vista perdida


y los labios temblándole. Ni siquiera podía verlo a los ojos porque
tenía miedo que me regresara la mirada con odio.

Cerré la llave de agua, y torcí los labios.

—¿Está bien así...?

—Si, —su voz salió en un delicado susurro. —gracias.

Asentí con la cabeza, y con el pulso acelerado me encaminé hacia


la puerta del baño para salir a través de ella y dejarlo a solas.
Probablemente quería estar solo.

Las lágrimas me nublaron la vista durante un par de segundos


mientras que un fuerte nudo se instalaba en mi garganta.

Jungkook me odiaba, y yo también me odiaba a mi mismo.

Había una gran posibilidad de que lo hubiese embarazado, y


diablos; el dulce Omega tenía toda una vida por delante. El mismo
había estado meses pensando sobre la carrera universitaria que
tomaría, y cuando ya lo tenía claro —porque ya había platicado
conmigo sobre eso— a mi se me había ocurrido anudar dentro de él.
Me tallé el rostro con frustración.

Y no solo estaba el tema del posible embarazo, claro que no.


También había pasado que lo había mordido.

Todo sin su consentimiento, y eso hacía sentirme muy frustrado.


Tenía mucho miedo a que me rechazara. Que me dijese que no era
el Alfa que el quería que fuese.

Tenía que haber una solución, ¿no? Algo tenía que haber.

Me incliné hacia el suelo y busqué entre las prendas tiradas del el


suelo mi celular, las manos temblando llamé a la primera persona
racional que se me vino a la mente.

—Jin. —hablé con rapidez en cuanto contestó la llamada.

—Son las cinco de la mañana. —pude percibir la confusión y


molestia en su voz. —¿Que pasa?

Negué con la cabeza como si pudiese verme.

—L-la cagué. Probablemente está embarazado y y-yo -¡mierda! Me


dejará, seguro y me odia. —la ansiedad comenzaba a golpearme
cada vez más. —Soy un tonto, Jin.

—Tranquilo. Tranquilo. —Jin se apresuró en hablar. —¿Estás en tu


celo?

Me mordí el labio antes de responder.

—Creo que embaracé a Kookie.

El mayor soltó un suspiro que saturó el micrófono de su celular.

—No te preocupes. Todos pasamos por sustos de embarazos, ¿si?


Puedes darle una pastilla para evitar la ovulación. —habló con
suavidad. —Ve a la farmacia.
Torcí el cuello para que mis ojos se clavaran sobre la puerta del
baño donde Kookie se encontraba tomándose un baño caliente en
tina.

—También lo mordí...

Se escuchó un silencio que me pareció eterno entre las líneas


telefónicas.

—¿Estás de joda? —su pregunta me hizo sentir peor.

—Ojalá. —me sequé las lágrimas. —T-todo sin su consentimiento.


Me dejé llevar y le quité el collar y-

Jin chasqueó la lengua.

—¿Qué tanto se enterraron tus colmillos? —preguntó consternado.


—¿Le hiciste una simple marca temporal o se enlazaron?

Vacilé durante unos segundos.

Estaba casi seguro que no nos habíamos enlazado, porque el dulce


Omega no había presentado síntomas como fiebre, o desmayo.
Simplemente podía percibir lo cansado y consternado que se sentía
por la manera de su mirada perdida.

—N-no nos enlazamos.

Jin soltó aire después de haberlo retenido mientras yo pensaba en


mi respuesta.

—Bien, ahora todo queda en ti. —habló con claridad y detenimiento.


—Todo es moral ahora. Pide disculpas, sana la herida en su cuello,
y cómprale la jodida pastilla.

Tragué saliva antes de contestar, porque el maldito nudo en la


garganta cada vez se sentía más pesado.

—¿Y-y si...? ¿Y si me odia?


No solía ser tan sentimental, mucho menos frente a otro Alfa, pero
me sentía muy asustado. Tenía miedo al rechazo por parte de mi
Omega. Lo único que quería era perderlo.

—Tranquilo, Tae. Haz lo que te digo. Jungkook te quiere, son


destinados. —replicó. —Está muy aturdido.

Si yo estaba aturdido, no podía ni pensar cómo estaba el. Cargaba


las posibilidades de un embarazado, una mordida temporal en el
cuello, y volveré a repetir:

Sin su consentimiento.

—Está bien. Gracias, hyung.

Tras haber cortado la llamada me quedé con la mirada perdida, la


consternación aún consumiendo cada tejido de mi cuerpo.

Después de que el nudo se deshinchó, nos quedamos en silencio


posiblemente un minuto entero y nos observamos con terror por lo
que acababa de pasar. Las palabras no lograban salir de mi
garganta, tenía miedo de decir algo incorrecto; así que solo me
dediqué a tomar el cuerpo del Omega y llevarlo al baño para que se
diese una ducha mientras yo pensaba que putas hacer.

Y aún me encontraba en la misma posición: no sabía que hacer.


Todavía faltaba tiempo para que amaneciera correctamente, así que
ninguna farmacia estaba abierta a esta hora.

Simplemente quedaba esperar.

—Taehyung.

Alcé mi vista hacia donde provenía la voz de Kookie. Me levanté de


la cama y caminé sigilosamente hacia la puerta del baño.

Permanecía con los ojos entrecerrados mientras descansaba su


cabeza en la esquina del borde de la tina llena de agua.
—¿S-si? —nuestras miradas se encontraron por una milésima de
segundo, acelerando mi pulso.

—Acércate. —me pidió con delicadeza.

Me estaba poniendo nervioso tanta tranquilidad. El silencio que


rondaba entre las paredes era muy ruidoso, capaz de aturdirte los
oídos.

Una vez frente al Omega, desvíe la vista hacia el suelo.

—K-Kookie, perdón...-

—¿Quieres entrar? —me interrumpió.

Mi expresión se contrajo en confusión.

Alcé mi inquieta mirada hacia el y noté haciéndome un ademán para


entrar a la tina.

—Pensé que querías estar a solas. —torcí los labios mientras mis
ojos se desviaban a la marca en su cuello.

Me gustaba, y me disgustaba.

—Anda. —volvió a insistir.

Acatando su orden, caminé hacia el otro extremo de la tina y ni


siquiera me molesté en quitarme los pantalones de chándal cuando
me adentré en la tina.

Metí un pie y luego el otro, terminando por sentarme en la cerámica


y el caliente agua acunando mi cuerpo.

Mojé mis manos y las pasé por mi rostro, intentando refrescar mis
pensamientos; y poco después, mis ojos se posaron sobre el dulce
Omega. Su cabello largo se pegaba a los lados de su rostro
sonrojado, con su piel bonita medianamente bronceada a mi vista
acompañada de algunas marcas que yo mismo había hecho hacia
un rato atrás.

Su belleza siempre lograba distraerme, por lo que tuve que


regañarme a mi mismo antes de buscar las palabras adecuadas que
saldrían de mi boca acontinuación.

Suspiré.

—Lo siento, Kookie. —solté en un susurro. —Soy un tonto. Está


bien si me odias y-

—Tae, yo no te odio.

Nuestros ojos se conectaron provocándome un escalofrío. Torció los


labios, y procedió a soltar un suspiro mientras desviaba
nerviosamente la vista hacia sus manos.

—...Es solo que, yo no- también es culpa mía. —su voz salió en un
hilo débil. —No debí de ser tan terco.

Diablos, ¿como podía pensar que era su culpa cuando claramente


no lo era?

Negué con la cabeza:—Claro que no. Es mi culpa. Te quité el collar


sin importarme.

Jungkook arrugó la nariz.

—Era un riesgo que decidí tomar cuando dije que te ayudaría con el
celo, —ladeó la cabeza para observarme. —y supongo que te
dejaste llevar.

Tragué saliva intentado eliminar nuevamente el doloroso nudo en mi


garganta.

—Lo siento, en serio. —volví a repetir, esta vez, mi Alfa interior


bajando las orejas.
Se sentía tan avergonzado como mi parte humana.

Jungkook chasqueó la lengua.

—¿En que estabas pensando, Tae? —no sonó como reproché, sino
como una simple pregunta.

Volví a pasar las manos sobre mi rostro antes de replicar: —Ese es


el problema. No estaba pensando.

El dulce Omega pasó su lengua por la parte interna de su mejilla


izquierda.

—No se si estoy asustado por la marca en mi cuello, o por un


posible embarazo o por lo que dirá mamá cuando me vea llegar a
casa.

Lo último en su oración me cayó como balde de agua fría. Parpadeé


repetidamente.

La mamá de Jungkook me va a matar...pensándolo bien, toda la


familia. Me mirarán como mala influencia y me odiarán,
probablemente me alejarán del Omega por ser tan brusco y-

Sacudí la cabeza intentando eliminar todo tipo de pensamiento


negativo.

No entraría en pánico de nuevo. Tenía que ver alguna solución...y si


la solución era que me aventaran con huevos en la cabeza, lo
tomaría.

—Y-yo... —la respiración se me cortó por un par de segundos. —Yo


me haré cargo de las explicaciones, no te preocupes.

—No es necesario. —negó con la cabeza. —No importa, ya pasó.

Un silencio reino las cuatro paredes de manera incómoda y


dolorosa.
Había tanto que decir y juicio que no podía llegar a formular por
miedo de empeorar la situación.

—Tae... —nuestras miradas de se encontraron. —yo no quiero tener


cachorros, al menos no aún.

Asentí la cabeza.

—Yo entiendo, de verdad entiendo. —me apresuré en explicarle. —


iré a comprar una pastilla y-

—Quiero estudiar, quiero tener un negocio grande, y seguir


avanzando en lo nuestro. —me observó con detenimiento. —De
hecho, me gusta la idea de cargar un cachorro tuyo en el vientre en
el futuro.

Una pequeña sonrisa se formó en mis labios. Me había encantado


escuchar eso.

—A mi también me gusta la idea.

Jungkook me devolvió la leve sonrisa que logró relajarme un poco.

—Y sobre la marca..., —pareció vacilante ante sus palabras. —Debí


haber asegurado el collar aún más.

—No debí haberlo quitado....

—Nomas queda el arrepentimiento, Tae. Ya pasó, pero aún


así...estuviste cerca de reclamarme. —alzó sus cejas con sorpresa.
—¿Estas consciente de eso?

Baje la vista sintiendo vergüenza.

—No lo suficiente. —torcí los labios. —realmente quiero que eso


pase entre nosotros dos, pero mi Alfa estuvo muy entusiasmado en
acelerar las cosas.
Jungkook y yo cruzamos miradas, sus ojos se suavizándose en el
proceso.

—Yo también quiero. —mi corazón se aceleró. —Créeme, quiero


pasar mi futuro contigo, Tae.

Me mordí la mejilla interna antes de decir lo que había estado


pensando desde tiempo atrás.

—quiero que nos enlacemos en la noche de nuestra boda. —


susurré.

Había fantaseado una inmensidad de veces caminar al altar donde


el me estuviese esperando, quería besarlo en frente de todos
después de que nos declararan como matrimonio y después de eso,
tener una linda luna de miel.

Quería tener todo tipo de recuerdos con el en esta y mil vidas más.
Todavía cabía la posibilidad de que nos encontrásemos en otra vida,
¿no?

Pude percibir un bonito rubor en las mejillas del Omega, provocando


una sonrisa en mis labios.

—N-no sé que decir... —su voz salió en delicado murmuro.

—Solo tienes que decirme que si. —me moví hacia el frente para
quedar más cerca de su desnudo cuerpo. —No hay presión.
Siempre que tú quieras.

El Omega asintió con la cabeza mientras su cuerpo sufría de unos


pequeños escalofríos.

Vacilé en tomar su rostro, pero me observó de una manera tan


suave que me animé a tocar la piel de sus mejillas.

—Lo diré de nuevo: lo siento.

Jungkook soltó un suspiro, desviando su mirada de la mía.


—Está bien. Acepto tus disculpas. —respondió mientras alzaba sus.
—No volverá a pasar.

No sabía a qué se refería exactamente, pero me dediqué a asentir


con la cabeza.

—Lo siento. —volví a repetir sin poder evitarlo, y el Omega resopló.

—Deja de pedir disculpas. Pásame el champú.

🌙🌙🌙

Apreté el botón del ascensor y las puertas de metal se cerraron


mostrando mi reflejo.

Observé la bolsa de cosas que había comprado en la farmacia y


solté un suspiro.

Había tenido que llegar al apartamento de Mina para preguntarle


que era lo que ocupaba un Omega después de un celo. Me hizo una
lista con ayuda de Chaeyoung —la cual se encontraba con ella—, y
poco después les di las gracias y fui casi corriendo a la farmacia
más cercana. Me tomó más tiempo del pensado ya que era muy
temprano por la mañana y apenas estaban abriendo los locales.

Una vez que las puertas del ascensor de abrieron mostrando el


pasillo del último piso del edificio, abrí la puerta del apartamento.

Un fuerte olor —que me pareció desagradable— me hizo arrugar la


nariz.

—¿Jungkookie?

La puerta de la habitación se abrió de golpe, y lo primero que percibí


fueron los pequeños brazos y manos de Jimin pegando sobre mi
cuerpo.
—¡Has tenido suerte de no partir en dos a Kookie! —chilló mientras
me daba un golpe en la espinilla. —¡Eres un bruto!

Solté la bolsa de plástico y tomé las muñecas del pelirrosa para


evitar que me siguiese golpeando.

—Ya me disculpé.

Mis ojos se desviaron hacia Jungkook, que estaba observando la


escena sentado sobre la orilla de la cama, luciendo inmóvil sobre su
lugar.

—¡Ni siquiera puede caminar! —Jimin me observó con enfado.

Solté las muñecas del chico y procedió a seguirme golpeando.

—Bueno, me lo merezco. —solté un suspiro mientras me quedaba


quieto en mi lugar.

A Jimin le fueron suficiente treinta segundos para que se cansara de


estar golpeándome. Se miró las palmas de las manos —las cuales
están rojas— y soltó un gruñido molesto para después fulminarme
con la mirada.

—¡Casi lo haces polvo! ¡Lo mordiste!

Me rasqué la nuca.

—Yah, está bien, Jimin-ssi. Déjalo. —el dulce Omega habló.

Nos adentramos en la habitación y observé como el pelirrosa cerró


la puerta a sus espaldas.

—No hagas eso. Hueles terrible. —respondí.

Jimin alzó sus cejas sorprendido por mis palabras, y se cruzó de


brazos.
—Pues vaya, si Mr. Celo tiene las fosas nasales delicadas. —soltó
con brusquedad. —aguántate el olor.

Estaba teniendo mi fase post-celo, era obvio que me desagrada


cualquier otro olor que no fuese el de mi Omega.

Solté un suspiro y caminé hacia la cama, sentándome aún lado de


Jungkook. Le extendí la bolsa y la tomó entre sus manos para
escabullir sus ojos en el interior.

—¿Que compraste, genio? —Jimin también posó sus ojos cotillas


en la bolsa.

Ignorando el apodo, decidí responder.

—Pomada, vitaminas, banditas, inhibores de olor y la pastilla del día


siguiente.

Al pelirrosa pareció darle un tic nervioso en el ojo.

—¿Acabaste adentro? —su pregunta fue clara y cruda. —Dime que


no, por favor.

Jungkook y yo intercambiamos miradas. Solté un suspiro lastimero.

—Anudé.

Jimin soltó un chillido agudo. Se encaminó nuevamente hacia mi y


me pellizcó el brazo.

Lo cual no dolió mucho. El pelirrosa tenía dedos pequeños.

—¡Pensé que eras más responsable! —parecía que los ojos se le


iban a salir.

—No pasa nada. Déjale. —el dulce Omega habló. —Esperemos que
esto funcione.
Jungkook estaba observando la pastilla, y antes de tragarla, me
observó con nerviosismo.

—¿Y que vamos a hacer con la marca? —Jimin parecía al borde del
colapso. —¿Como va a ser que "según" llegaste de mi casa con olor
a Alfa, bien follado con marcas en el cuerpo y una en tu cuello?

El dulce Omega se agarró el puente de la nariz.

—Es por esto que te he llamado. —tomó los hombros de su mejor


amigo. —Tenemos que arreglárnosla porque si no, los tres
estaremos bajo tierra.

Observé la escena en silencio, porque para ser honesto, no tenía


nada para decir.

—¿Y cual es el plan?

—¿Sabes tapar chupetones? —Jungkook alzó las cejas observando


a su amigo. —Estoy seguro de que si.

Jimin se rascó la nuca.

—Bueno...si. Necesitamos una cuchara fría para quitarlos. El olor se


quita con otra ducha e inhibidores, sin embargo —su vista
acusatorias se volvió a posar sobre mi. —la puta marca no hay
manera de que se quite en un par de horas.

El dulce Omega dejó salir un suspiro lastimero.

—Estoy jodido... —bajó la mirada durante un par de segundos para


después alzarla de golpe y observar a Jimin. —¿Como hiciste para
ocultar las que te hacía Yoongi?

El pelirrosa soltó un suspiro.

—Yoongi sabía que no debía de morder tan fuerte, era un poco más
fácil. ¿Estas dispuesto a llevar suéteres con gorro más de una
semana?
—Si. —Kookie respondió. —También puedo usar camisas cuello
alto.

—También si lamo la herida se sana más rápido. —hablé y ambos


Omegas me observaron.

Jungkook asintió con la cabeza.

—Lo más cercano a la solución.

—¿Y como vas a ignorar el hecho de que te duele el cuerpo? —


Jimin cuestionó cruzándose de brazos. —Ni siquiera puedes
enderezar la columna.

Creo que me había pasado. Mucho.

—Por eso compre la pomada. —comenté.

El pelirrosa torció los labios, y procedió a asentir con la cabeza


mientras aplaudía.

—Tú —me apuntó con el dedo índice. —Ayúdame a acomodar a


Kookie en la cama. Le daré un masaje milagroso que la abuela
Seung me enseñó.

Por suerte, el dulce Omega soltó una risa.

—Si nos viera en esta situación nos daría la cagada de la vida.

Sonreí un poco. El comentario había logrado aligerar un poco la


intensidad del ambiente.

—Probablemente esto será una anécdota que les contaremos a


nuestros hijos cuando cumplan la mayoría de edad. —Jimin
mencionó entre risas.

***
Hola, je
Creo que voy a redondear el número de capítulos a 70
Por más que quiera acabar esta historia, siento que aún faltan
cosas por desarrollar, y como ustedes disfrutan de la historia,
todavía quedan un par de caps más :)

He estado teniendo una pelea conmigo misma


Hacer fanfics donde sexualizo a los chicos está súper mal, y si
no se han dado cuenta, he eliminado mis One Shots +18
Me hacen sentir avergonzada porque es puro smut, mientras
tanto en este libro es mucho más que eso.
Bangtan me ha hecho interesarme en muchas cosas que me
han hecho crecer como persona: por ejemplo, en el dibujo, la
escritura, la música, la lectura, maquillaje, TODO
Y es por ellos es que ahora mismo ustedes están leyendo esto,
eso es algo bonito
Sin embargo, no puedo dejar de sentirme culpable porque se
que estoy haciendo mal
Me hace sentir mala fan
Es extraño
No sé qué pasará, quisiera seguir escribiendo fanfics de ellos,
porque DIABLOS, tengo tantas ideas con muchísimo potencial
Pero me siento HORRIBLE, no se que pasará ;(.

Gracias por leer y el apoyo


Gracias por los 10.8k comentarios, 118k leídas y 15.6k votos<3

L@s TKM💜 amé leer sus comentarios en el capítulo pasado,


han sido demasiados que es el capítulo más comentado de
toda la historia, je je ;)
69. "Futuro"
Jungkook POV's

—Hola.

Yugyeom alzó la vista de su libro para observarme.

Cerré la puerta a mis espaldas e intenté lucir normal, comenzando a


caminar hacia el pasillo donde se encontraban las habitaciones.

—Mamá te ocupa en la cafetería. —mencionó a mis espaldas.

Un sonido de aplausos retumbó en mi cabeza al entender que no se


encontraba en casa en ese preciso momento.

Sonreí levemente hacia mi hermano.

—Me daré una ducha e iré. —me rasqué la nuca antes de


aventarme hacia la puerta de mi habitación.

El corazón me latía de una manera casi dolorosa.

¿Lucia sospechoso? ¿Había lucido demasiado normal? ¿Huelo a


Taehyung? ¿Camino raro?

Esas eran mis preguntas principales.

Una vez que me encerré en mi habitación, caminé hacia el espejo y


me observé en el reflejo.

Desde mi punto de vista, creía que lucia normal. Estaba usando un


pantalón de chándal —que era de Jimin— y un suéter negro, con
obviamente, el gorro puesto sobre la cabeza. Mis ojos se dirigieron
hacia mi cuello y noté la tonalidad púrpura de los chupetones debajo
de una gruesa capa de maquillaje que Jimin había puesto.
Había sido difícil eliminarlos con su método de la cuchara, así que
también acudimos al maquillaje; y aún así, no lograban pasar
desapercibidos.

Caminé hacia mi armario y me dediqué a buscar algo que ponerme.

Estaba muy cansado, tanto como física y mentalmente. Había


intentado ignorar el dolor que causaban las fricciones de mis
piernas y trasero cada vez que caminaba. Los hombros y brazos me
pesaban de una manera torturosa, y ni hablar del sueño que me
consumía.

Lo único que deseaba era tirarme en mi cama y tomar una siesta de


veinte horas; pero hacerlo, podría levantar sospechas de mamá.

Cuando el agua caliente volvió a tocar mis rígidos músculos —por


segunda vez en el día— un suspiro dejó mis labios mientras mi
cabeza divagaba en lo que había pasado en la madrugada y la
noche anterior.

Estaba seguro que serían horas de mi vida que jamás iba a olvidar.

Mis ojos hicieron un recorrido desde mi abdomen hasta mis muslos,


y noté la marca de sus dientes sobre algunas partes de la superficie.

Taehyung me impresionaba cada día más. No estaba mintiendo


cuando dijo que se sentía muy frustrado por no haber pasado jamás
su celo con alguien.

Y me quedó más que claro.

El aroma de Taehyung aún era muy fuerte, había hecho un buen


trabajo en impregnarlo en mi cuerpo; estaba casi seguro que
Yugyeom había percibido algo extraño en mi.

Después de enjabonarme y poner champú en mi cabello, cerré el


grifo de agua.
Me envolví en mi toalla y antes de salir del baño, me tomé un
inhibidor de olor por si las dudas. Me puse unos Jeans, una camisa
debajo de otra de cuello alto, un suéter grueso y mis botas de
agujeta.

Antes de salir de mi habitación volví a posicionarme frente al espejo


y observé. la marca en mi cuello.

Sentimientos seguían corriendo sobre mis torrentes sanguíneos


cuando observaba la herida. No sabía que pensar, sin embargo no
había desagrado en mi cuerpo. Simplemente me sentía aturdido... y
emocionado.

Observé mi rostro y noté un fuerte sonrojo en mis mejillas. Aish.

Abrí la puerta de mi habitación para salir de ella. Me troné el cuello


mientras caminaba, enderecé mi columna y puse rectos los hombros
para lucir normal en el campo de vista de Yugyeom.

—Ya me voy. —avisé.

—¿Estás bien?

Fruncí el ceño y nuestros ojos se encontraron por unas milésimas


de segundos.

Me conocía más que nadie, y eso podía ser un problema.

—Ummh, ¿si? ¿Por qué la pregunta? —giré el picaporte de la


puerta mientras hacía una mueca.

—Estás caminando raro. —ladeó la cabeza.

Mierda.

—Me torcí el tobillo en casa de Jimin. —respondí más rápido de lo


esperado.
—Ya veo. —alzó las cejas para después levantarse de su silla. —Te
acompaño a la acera. Está muy resbaloso.

Ambos salimos de casa, cerrando la puerta a nuestras espaldas


para encaminarnos a través de la calle.

Hacia un viento terriblemente helado, provocando que el aire entrara


a nuestros pulmones de una manera casi dolorosa.

Una ventaja del frío era que en estas fechas la cafetería ganaba casi
el triple de ganancias que se obtenían en verano.

—Mira, puedo patinar. —observé como Yugyeom se deslizaba con


facilidad entre la calle congelada.

—Te vas a caer. —advertí. —Ahora seríamos dos inválidos.

Inválidos y no precisamente por la misma razón.

El Alfa ignoró mi comentario y siguió arrastrando sus pies sobre el


hielo.

Observé el cielo que lucia muy oscuro para ser mediodía, y


probablemente no tardarían en avecinarse las tormentas de nieve y
los frentes fríos que llegaban a finales de este año y a principios del
próximo.

Me gustaba el frío, pero no podía evitar extrañar nadar en el río.

Yugyeom se posicionó a un lado mío y soltó un suspiro, sacándome


de mis irrelevantes pensamientos. Su mirada se clavó en mi rostro,
y yo solo inflé mis mejillas intentando calmar mis nervios al ser
observado con tanta sospecha y atención.

—¿Qué tienes en el labio?

El pulso se me volvió a acelerar, temí que pudiera escuchar los


latidos de mi corazón.
—Nada. —rodé los ojos.

¿Ponerme a la defensiva sería sospechoso? Porque con su


pregunta me había quedado más que claro que la mordida que tenía
en el labio era muy evidente. Sabía que la tenía porque más de una
vez había sangrado mientras intentaba acallar mis gemidos.

La sangre se me subió al rostro, y mi mellizo entrecerró los ojos.

—Me das mala espina. —alzó su mano y tocó mi mejilla. —Estás


rojo.

Tragué saliva.

—Tengo frío.

Ambos soltamos un jadeo de sorpresa. Yugyeom se resbaló


torpemente, y terminó aterrizando con el culo en el suelo.

Y como era mi hermano, era obvio que mi trabajo era reírme de él.
Soltó unas maldiciones mientras me observaba con molestia.

Al menos había eliminado la tensión.

Extendí mi mano hacia el para que soportara su peso en mi, y


cuando estuvo apunto de enderezarse, volvió a resbalarse y esta
vez, jaló el cuello de mi camisa.

Santa luna me has mirado a los ojos.

Yugyeom había observado, y el sabía que yo había observado su


observación en mi cuello.

Pasaron unos segundos de silencio donde ambos analizábamos lo


que había pasado.

—¿Que mierda es eso? —espetó mientras apuntaba mi cuello con


su mandíbula.
Pasé la lengua entre mis labios secos e intenté sonreír con
parsimonia.

—No sé a que te refieres, Yugy.

—¿Vienes de casa de Taehyung? —preguntó de manera franca y


clara.

Su pregunta me cayó como balde de agua fría.

—¿Por qué piensas eso? Claro que no. —me encogí de hombros.

Mi mellizo soltó un gruñido dándome a entender lo molesto que


estaba.

—¡Sabía que estabas actuando raro!. —pasó la lengua sobre sus


dientes frontales. —Volveré a preguntar, ¿que mierda es eso?

Sin duda alguna, desde que se había presentado como Alfa,


Yugyeom no era el mismo. Era obvio que podía ser muy intimidante
cuando se lo planteaba, y eso, era una maldita desventaja para mi.

No me quedaba de otra.

—Una mordida. —solté en un susurro.

Mi mellizo se agarró el puente de la nariz y cerró los ojos.

—¿Qué mierda estaba pesando Taehyung? —el enojo hizo temblar


su voz. —Tienes dieciocho años, Kookie ¿Y ya quieres enlazarte
con ese Alfa?

El labio tembló, y no sabía si por el frío o porque me sentía


claramente muy regañado.

—La mordida es temporal, y de hecho, si me quiero enlazar con el...

—¿Estás jodiendo?
—Es mi destinado. Lo quiero, Yugyeom. —respondí. —No tienes
porque saber los detalles, pero...

—¿Estuviste con el anoche?

Solté un suspiro cansado.

—No te comportes como si te molestara. —uy, mala elección de


palabras. —Quiero decir...no te alteres.

—Es extraño para mi ver qué un Alfa ya te está reclamando, ¿cómo


quieres que actúe? No pensé que miraría una marca en tu cuello tan
pronto.

Un sentimiento extraño atravesó mi cuerpo por sus palabras.

—Taehyung y yo nos queremos. Entiendo que sea raro para ti. —


tragué saliva. —Es una marca temporal, y prefiero que mamá no
sepa sobre esto.

—Le voy a patear el trasero a tu Alfa.

Rodé los ojos.

—No seas muy sobreprotector. Es extraño. —hice una mueca. —Y


por cierto, Taehyung te patearia el trasero primero.

🌙🌙🌙
Semanas después.

—Yoongi-ah —Jimin gritó con fastidio, llamando al Alfa pálido que


no se movía. —¡Pásame el hilo! ¡Muévete!

—Estoy tomando un descanso, amor—el Alfa tomó un sorbo de su


café caliente.

Un dejavú. Dejavú al día que estábamos preparando las


decoraciones para el festival de Río.
—¿Descanso de que? ¿De robar oxígeno? —mi amigo cuestionó
observando a su novio. Agarró una bola de unicel y se la aventó en
la cabeza. —¡Yoongi-ah!

El Alfa pálido clavó los ojos sobre el pelirrosa.

—No vuelvas a hacer eso. —advirtió.

Y claro, Jimin volvió a hacer eso provocando que el gorro que su


novio traía en la cabeza se moviera.

—¿Que decías? No escucho.

Yoongi mostró una sonrisa retorcida.

—No actúes como si no fuera a arreglar tu actitud de mierda esta


noche.

Los presentes soltamos exclamaciones de desagrado ante la clara


insinuación, y Jimin se sonrojó hasta las orejas.

Por fin estábamos en diciembre. El ambiente navideño ya adornaba


la atmósfera de Suwon, —pero no lo suficiente porque nos
encontrábamos adornando pinos y la entrada del pueblo—.

Habían pasado dos semanas desde el celo de Taehyung, y una


semana desde la última vez que lo había visto. Había estado muy
ocupado con ciertos proyectos de final de semestre, mientras que yo
había estado ayudando en la cafetería sin cansancio dado a la
exigente clientela en los últimos días.

Desde que Yugyeom se enteró sobre la mordida en mi cuello —que


aún seguía aliviándose—, me la pasé rogándole que no le contara a
mamá. Sabía que mis súplicas tenían un precio caro que luego el
tomaría a su favor.

En fin, era normal entre una relación de hermanos.


—¡Se ve bonito! —mencioné mientras me bajaba de unas mini
escaleras.

Me alejé del tronco del pino y sonreí. No sabía que enredar luces en
un pino era tan difícil, y ahora valoraba el trabajo a las personas que
se dedicaban a hacerlo.

Agarré un martillo y se lo entregué a Jimin, y Jimin se lo entregó a


su novio.

—Sigues.

Mi celular comenzó a vibrar en el bolsillo de mi abrigo. Me quité el


guante de mi mano derecha y aplasté el botón de la pantalla táctil.

El corazón me latió con felicidad.

—Tete. —sonreí.

—¡Hola! ¿En donde estas? ¿Estás en casa?

Negué con la cabeza.

—Estoy en la calle principal del pueblo. Estamos decorando,


¿por...?-

—Okay, no te muevas de ahí, ¿si? —me interrumpió, pero no me


molestó.

Me mordí el labio emocionado ante la idea de que fuera a verlo.


Diablos, lo extrañaba demasiado.

—Está bien. —mi voz sonó melosa.

Cuando colgué la llamada no pude evitar dar brincos en mi lugar de


la pura emoción.

—Pero si mírate. —Jimin alzó sus cejas al verme. —Jungkook


enamorado.
—Jungkook enamorado y feliz. —corregí. —ha pasado un buen rato
desde que nos vimos.

Mi mejor amigo alzó las cejas, y ladeó la cabeza.

—Prepárate, a lo mejor quiere recuperar el tiempo perdido.

Sabía que su comentario cargaba una insinuación sexual, porque


siendo sinceros, así era Jimin.

Rodé los ojos, y no tuve tiempo de replicarle cuando las luces de un


auto nos cegaron. Taehyung estacionó el auto en la orilla de la acera
de una manera fácil, y no tardó demasiado en salir a mi vista.

El Alfa conectó sus ojos con los míos y su hermosa sonrisa


cuadrada hizo una especial aparición. Caminé dando brinquitos
hacia el, y solté un suspiro de felicidad cuando me enrolló en sus
brazos.

Me encantaba esta sensación.

Su cuerpo estaba cálido apesar de que el clima fuera helado. Su


aroma y su presencia era lo suficiente para que me diesen ganas de
seguir viviendo.

Tras unos segundos de silencio y de haber disfrutado la cercanía del


otro, sentí una de sus manos tomarme el rostro y separarlo de su
pecho. Sus ojos chispeaban de amarillo mucho más
constantemente, y eso me daba a entender que su Alfa estaban tan
conectado con el como su parte humana.

—Hola, bebé.

Sonriendo como un tonto, pegué sus labios con los míos en un


beso. Se movieron de manera gentil y suave.

Como un roce que te quema.


Separé nuestras bocas y me dediqué a dejar besos por todo su
rostro mientras el Alfa soltaba pequeños gruñidos de satisfacción.

—Te extrañé. —hice un puchero una vez que volvimos a conectar


miradas.

Una de sus manos acarició mi cabello.

—Créeme, yo también. Sentía la urgencia de venir.

—¿Por qué no avisaste que venías? Pude haber preparado


chocolate caliente. —tuve que volver a dejar un beso sobre sus
labios, no podia evitarlo.

—Ha sido espontáneo. —respondió contra mi boca. —Lo siento.

Nuestros labios se separaron en un chasquido, y negué con la


cabeza.

—Lo importante es que estás aquí.

Nos despegamos de nuestro abrazo y me sonrió antes de sus ojos


observaran las decoraciones.

—Se ve muy bonito. —mencionó. —Se siente el espíritu navideño.

No pude evitar abrir la boca.

—¿Que haremos en navidad, Tete? —me mordí el labio con


nerviosismo.

El Alfa me observó y esbozó una sonrisa.

—Lo que tú quieras.

—Eso no es una respuesta. —fruncí el ceño. —Es nuestra primera


navidad juntos.
Acercó sus labios a mi frente y dejó un casto beso que hizo sacudir
mi corazón.

—Lo sé. Mientras estemos juntos, será una bonita navidad.

Quise volver a abalanzarme contra sus labios, pero no lo hice por


dos razones:

1. Estábamos en publico, y no en cualquier público, sino el público


de Suwon.

2. Noté que llevaba traje formal.

Y se miraba buenísimo.

—¿Tuviste...? ¿Tuviste entrevista? —la curiosidad se hizo


predecible en mi voz.

El Alfa asintió levemente con la cabeza.

—Necesito un consejo, ¿podemos hablar en privado?

Le hice una seña a Jimin de que me retiraría por un rato, y me alzó


los pulgares de manera positiva.

Tomé la mano de Taehyung y entrelacé nuestros dedos para


encaminarnos fuera de la calle y llegar a casa.

Estaba muy callado. Se encontraba observando las puntas de sus


zapatos mientras un ligero puchero formaba sus labios.

—¿Estás bien, Tete? —le observé con un poco de preocupación.

Nuestros ojos se encontraron, y el Alfa asintió con la cabeza.

—Si, no te preocupes. No es nada malo.

Torcí los labios. No insistiría de nuevo.


Una vez frente a la puerta de casa, inserté la llave y nos adentramos
en el cálido interior.

—¿Quieres algo de tomar? —le pregunté al Alfa una vez que nos
sentamos en uno de los sofás de la sala de estar.

—No, gracias.

Me removí en mi lugar.

—Me estás poniendo nervioso. —confesé.

Taehyung soltó una risa suave. Torció el cuello para observar a los
alrededores.

—¿Está alguien aquí?

—Mis hermanos no están, y mamá está dormida.

Eso pareció tranquilizarlo un poco. Palmeó uno de sus muslos con


sus largos dedos, y no tardé demasiado en sentarme en su regazo.
Mis manos se posicionaron sobre sus anchos hombros y me
acurruqué gustoso en su cuerpo ante el contacto físico.

—¿Ya puedes hablarme de lo que te tiene pensativo? —pregunté en


un susurro.

Taehyung masajeó mi cintura y solté un suspiro ante la sensación.

—Bueno...hoy tuve una entrevista de última hora. En el mismo


edificio. —explicó con parsimonia. —Y me fue bien.

Despegué mi rostro de su cuello y le observé.

—¿Ah si? Cuéntame.

Taehyung se removió debajo de mi cuerpo y presionó más su agarre


en mi cintura.
—Me quieren contratar, Kookie. —murmuró.

No pude evitar soltar un chillido de emoción. Sonreí y le dejé un


beso en la mejilla.

—¡Eso es genial!

Taehyung era malditamente talentoso. Se merecía todas las


oportunidades del mundo.

—¡Lo sé! —me sonrió de vuelta, pero se desvaneció a la segundos.


—pero...

—¿Pero? —mis ojos se extendieron de confusión. —¿hay un


"pero"?

Soltó un resoplido, y desvió la mirada hacia otro lugar.

—Trabajar para la entrevista conlleva a la posibilidad de dejar la


universidad.

Me rasqué la nuca.

—Probablemente me escucharé incrédulo, pero...¿y que importa?


Estoy seguro de que te irá bien trabajando en un lugar ya
profesional. —respondí con una mueca.

Taehyung copió mi gesto.

—Ese es el problema. No sé que hacer. —cerró los ojos durante


unos segundos como si le costara procesar la situación. —Estoy
confundido. Quiero terminar mi carrera, pero no se si volveré a tener
una propuesta de trabajo cómo esta. Arriesgarme de miedo.

Parecía más complicado de lo que sonaba.

Era totalmente cierto. Conseguir una propuesta de trabajo tan


grande como esa no era cualquier cosa...pero dejar la universidad
también comenzaba a sonar poco racional conforme pasaban los
segundos.

Tener un título universitario era indispensable.

—Por un lado si quiera trabajar ahora mismo. Quiero completar mis


ahorros y poder comprar un apartamento. —mencionó mientras
acariciaba mi mejilla en un roce. —quiero un lugar para nosotros
dos.

Esas palabras fueron calidez para mi corazón.

—No te preocupes por ahora en eso. Habrá tiempo, ¿si? —sonreí


levemente. —Piensa en ti.

Taehyung chasqueó la lengua.

—Cuando pienso en mi, pienso en ti. —replicó con suavidad,


provocando un rubor en mis mejillas. —así que realmente ocupo
tomar esta decisión por el bien de nosotros.

Solté un suspiro.

Era una situación difícil, ni siquiera sabía cual sería la decisión


acertada.

¿Y si...?

—¿Que tan difícil sería estudiar mientras trabajas, Tae?

Nuestros ojos se encontraron durante unos segundos donde ambos


analizábamos la pregunta con suma atención.

Taehyung soltó un suspiro y negó con la cabeza.

—Muy difícil. Sería cansancio físico y mental, y tampoco tendría


mucho tiempo para verte. —tragó saliva. —No podría soportarlo.
No era que me agradara la idea de no verlo seguido, pero si se
trataba de un futuro exitoso para el; lo apoyaría.

—Podemos sobrevivir a eso, Tete. —repliqué con suavidad. —


Suena descabellado, pero es una opción. Se que puedes con eso.

Volvió a negar con la cabeza.

—No puedo.

—Si puedes. —alcé mis cejas. —Tómalo en cuenta. Por favor.

Un silencio envolvió la sala de estar donde ambos nos consumimos


por los pensamientos de la situación.

Taehyung soltó un suspiro, y terminó por esbozar una sonrisa.

—¿Cuando quieres que nos casemos, Kookie?

¿Como se atrevía a hacer esa pregunta tan de repente?

Por inercia, una de mis manos golpeó con suavidad su pecho


mientras la sangre viajaba hacia mi rostro.

—¡Tae! —me escondí en su cuello.

Me era imposible no sentirme intimidado ante la forma en la que el


me quería.

Soltó una risa ronca mientras picoteaba mis costillas.

—Estoy preguntando enserio, bebé.

Antes de generar contacto visual, dejé un beso en su cuello y


sonreí.

—¡No lo sé! ¿En un tiempo? —me mordí el labio con nerviosismo.

Analizó mi respuesta.
—Mira...Cuando termine mis ahorros compraré un apartamento para
nosotros dos, pero antes de eso, ya estarás cargando un anillo de
compromiso en tu dedo. —habló con facilidad.

Diablos, realmente estábamos enamorados.

—¿Esto es un aviso? —solté entre risas mientras dejaba besos en


su mejilla.

—Algo así. —sonrió de una manera muy atractiva. —Simplemente


tienes que decir que si.

***
Holi, disculpen la tardanza, los errores y la espera ;(<3
Espero que les haya gustado 💜 no tengo mucho que decir en
realidad, je je

Una pregunta que ya había hecho antes: cual es su capítulo


favorito en el libro? :)

L@s TKM💜💜
70. "Te amo"
Jungkook POV's

—No vuelvan tarde. —mamá nos apuntó con el dedo. —Tengan


cuidado.

Taehyung puso la mano en su pecho y asintió con la cabeza.

—Tiene mi palabra. No se preocupe, suegra.

Yugyeom apareció a un lado de mamá y alzó sus cejas de una


manera que me puso nervioso.

Todavía tenía miedo de que abriera la boca.

—Jungkook tiene que volver a casa con dos piernas, dos brazos,
dos ojos y caminando recto. —mi mellizo habló mientras miraba a
Tae.

Carraspeé mi garganta.

—Si, si, si. —sonreí con inquietud. —Volveremos pronto, adiós.

Empuje de los hombros a Taehyung hasta salir del interior de casa,


porque no sabíamos que pasaría si Yugyeom volvía a hacer otra
insinuación que podría costarme la libertad y la vida.

Hoy era veinticuatro de diciembre. Mamá nos dijo


despreocupadamente que no importaba que nos pasáramos la
noche separados, por lo que cada quien tomó su rumbo. Jeongyeon
iría a casa de Ryujin, Yugyeom invitaría a un par de amigos a casa,
mamá se iría a cenar con sus amigas, y yo iría a donde sea con
Taehyung.

Estaba feliz. Muy feliz porque era mi primera navidad con una
pareja, y mi pareja era Taehyung. En tan solo una mitad de año mi
vida había cambiado demasiado, y no podía estar más gustoso de
acabar de esta forma el año.

—¿Que quieres cenar, bebé? —Taehyung tomó mi mano y besó el


dorso.

Me podía derretir ante la imagen frente a mis ojos.

¿Por que era que una buena parte de la población mundial


encontrábamos sexy la manera en la que se veían nuestras parejas
cuando manejaban?

Porque yo pertenecía a esa población.

Taehyung sostenia con su mano izquierda el volante del auto, y la


otra entrelazada con la mía en mis muslos. Sus piernas estaban
levemente separadas encima el asiento del piloto, sus hombros
estrechos estaban rectos, detonando la energía pura de un Alfa. Me
gustaban sus pobladas cejas que ahora podía ver con facilidad por
la manera en la que llevaba el cabello —ahora castaño oscuro—
peinado en unos suaves roles.

Diablos, incluso la curvatura de su nariz era preciosa.

Nuestros ojos se encontraron, y el pulso se me aceleró ante la


repentina acción. Me sentí como un niño pillado viendo la televisión
en pleno castigo.

Carraspeé mi garganta, sintiendo mis mejillas calientes en el


proceso.

—L-lo que sea está bien.

Taehyung volvió su vista hacia el frente y sonrió mostrando sus


perfectos dientes.

—¿Por qué estás sonrojado? —percibí un deje de diversión en su


voz.
—Tengo frío.

Se me estaba haciendo costumbre usar esa excusa.

—¿Ah, si? ¿Quieres que le suba a la calefacción?

Negué con la cabeza. —No. Así está bien, ya se me pasará.

Pasaron unos segundos de silencio donde me dediqué nuevamente


a observarlo mientras manejaba.

Acerqué mis labios hacia su mejilla y dejé un sonoro beso.

Taehyung volvió a esbozar una sonrisa.

—¿Y eso? —apretó levemente su agarre en mi mano.

—Solo quería hacerlo. —sonreí con timidez.

Las luces y el tráfico de Seúl nos recibieron. Parecía haber mucho


alboroto en la ciudad. Personas pasaban de aquí por allá cargando
con grandes regalos en sus manos, hablando por teléfono y
luciendo estresados.

—No dijiste que querías cenar. —Taehyung mencionó cuando nos


detuvimos en un semáforo rojo.

Torcí los labios.

—Algo simple. ¿Tteokbokki, gogi gui? —cuestioné.

El Alfa asintió con la cabeza.

—Está bien. Me alegra que digas eso porque ya tengo una


reservación. —dijo con una sonrisa en los labios.

Alcé las cejas.

—¿Y si te decía que no quería nada de eso?


—Te conozco, bebé. —acercó sus labios a los míos y depositó un
besito.

Ay, santa luna.

Esta vez y me acerqué a él y dejé un beso. Sus labios contra los


míos era una de las mejores sensaciones.

—¿Que haremos después? —decidí preguntar con las mejillas


sonrosadas.

Que Taehyung estuviese tocando mi cuello con sus dedos era una
distracción para mi pobre ser.

—Jin hará una reunión, podemos asistir sólo si quieres.

Alcé mis cejas.

—¿Una reunión? —sabía que sus "reuniones" terminaban en


situaciones donde el alcohol estaba presente.

Pero no me molestaba.

—Algo así. —ladeó la cabeza mientras acariciaba mi pómulo. —Si


quieres podemos ir, puedes invitar a Jimin y a Eunha.

No tuve que analizar la propuesta demasiado tiempo.

—Está bien....pero tomémonos nuestro tiempo cenando, ¿si? —mi


voz salió más melosa de lo esperado.

Sonrió.

—Está bien.

🌙🌙🌙

—¿Como...? ¿Cómo está tu marca? —Taehyung me preguntó con


timidez antes de tomar vino.
Nuestros ojos generaron contacto visual provocándome un
escalofrío en la columna vertebral.

La pregunta me puso nervioso con facilidad. Era una pregunta un


tanto delicada en un par de aspectos.

—Mejor. Casi no es visible, así que ya puedo caminar en casa sin


suéteres o algo que me cubra.

Taehyung pareció avergonzado.

—Lo siento. —sus ojos chispearon de amarillo.

—No te preocupes, creo que te has disculpado lo suficiente. —


sonreí. Tomé una porción de arroz y la conduje a su boca. —Abre.

El Alfa se sonrojó, y me pareció la octava maravilla del mundo. Abrió


la boca, para después comenzar a masticar mientras me observaba.

—¿Te avergüenza? —pregunté con una minuta sonrisa.

—Solía, pero ya no. Creo que me gusta. —respondió después de


tragar. —Cuando mamá lo hacía, Minari se burlaba.

Solté una risa ante la imagen que creó mi mente de un Taehyung de


mejillas regordetas y a una Mina haciéndole un mohín.

—Quiero saber historias de ti de pequeño. —confesé mientras


revolvía la comida con los palillos. —Tendré que tener una plática
con tu mamá.

—Probablemente también te enseñe mis fotos de bebé. —alzó sus


cejas. —Nada la detiene cuando sacan el tema de sus hijos de
bebé.

—Apuesto a que eras un bebé bonito.

—Todavía soy un bebé bonito.


Rodé los ojos con una sonrisa.

—Me pregunto que dirían tus amigos al escucharte decir eso. —le di
un leve empujón con la mano.

—No me avergonzaría. —se encogió de hombros.

Torcí los labios antes de sonreír con maldad.

—¿Y si te digo "osito" en frente de ellos?

Pareció que se le fue el color en el rostro, provocando una risotada


de mi parte.

—Por favor, no.

—Sí.

—Serias un Omega muy malo. —alzó sus cejas.

Mi sonrisa se extendió aun más. Hice un gesto de despreocupación.

—Está bien. No te preocupes. —llevé una porción de comida a mi


boca. —Tu gusto culposo está a salvo conmigo.

Me atraganté con la comida cuando escuché las palabras de


Taehyung.

—No te preocupes, tu secreto de que te guste que te hablen sucio


también está a salvo conmigo.

Le observé con advertencia y tuve que evitar mis ganas de no soltar


un chillido de vergüenza.

—Taehyung. —avisé con las mejillas sonrosadas.

El Alfa pareció satisfecho con mi reacción, por lo que procedió a


sonreír mostrando su perfecta dentadura; y al igual que yo tomó una
porción de arroz y la llevó a mi boca.
—Abre, bebé.

Obedecí y comencé a masticar aún sintiéndome muy avergonzado.

—Te odio. —comenté como cuando solía hacerlo antes. —Eres


insoportable.

No estaba diciéndolo en serio, y por eso mismo Taehyung sonreía al


escucharme.

—¿Ah, si? —su voz sonó con picardía. —Dilo de nuevo y te besaré
aquí en frente de todos.

Y vaaaamoooos, otra vez me sonrojé.

—Taehyung. —volví a advertir. —Solo...sigamos cenando.

Llené mi boca de comida antes de volver a decir algo tonto. El Alfa


soltó una risita antes de dejar un beso rápido en mi mejilla derecha.

—Lo siento. Me gusta provocarte. —confesó antes de volver a tomar


de su vino.

—Me ha quedado más que claro. —rodé los ojos inconscientemente


con una sonrisa.

🌙🌙🌙

Como anteriormente había dicho, sabía que las reuniones que Jin
organizaba eran muy peculiares; porque cuando pusimos nuestro
primer pie dentro de la casa del Alfa, notamos un buen bullicio de
gente. No había tanta gente como en la fiesta de cumpleaños de
sorpresa de Namjoon, sin embargo eran las personas suficientes
para poner ambiente en la casa. Estaba decorada mínimamente,
con unas luces led de colores avivando el interior de la casa.

Mis ojos se dirigieron hacia Taehyung cuando pude percibir cierto


aroma de molestia de su parte.
—¿Todo bien, Tete? —apreté nuestro agarre de manos.

Parecía estar observando a la gente que se encontraba cerca, y


poco después conectó miradas conmigo, pareció vacilante pero
terminó por negar con su cabeza.

—No pasa nada. Busquemos a los demás, ¿si? —besó el dorso de


mi mano.

Asentí.

Nos encaminamos por la extensión de la casa, la cual era


considerablemente grande, pues cabía recordar que a Jin le
sobraban habitaciones.

Di un brinco en mi lugar cuando alguien tuvo la audacia de darme un


golpe en el trasero. Con el corazón latiente a mil, Taehyung y yo nos
giramos hacia la persona listos para pelear.

Pero era Jimin.

El pelirrosa sonrió nerviosamente al notar la mirada de molestia de


Taehyung —la cual se fue desvaneciendo al notar que era mi mejor
amigo—.

—Eh, tranquilo. Soy yo. —alzó ambas de sus manos a la altura de


su pecho.

Mi Alfa tenía los colmillos de fuera con la mirada destellando y el


ceño fruncido. Vaya intuición.

—Nos tomaste muy desprevenidos. —solté una risa.

Jimin pareció avergonzado, por lo que procedió a rascarse la nuca.

—Lo siento.

Poco después, mi mejor amigo nos guió hacia la cocina donde la


mayoría de personas que se encontraban en el lugar eran
conocidos.

Yoongi, Jin, Namjoon, una linda chica pálida, Eunha y un Alfa a su


lado, Hoseok, y dos chicos más.

Iba a acercarme a saludar principalmente a Eunha con un beso en


la mejilla, pero Namjoon se adelantó.

—¡Jungkook-ssi! —gritó al observarme. Sonrió y caminó hacia mi


para darme un fuerte abrazo.

Me tomó del rostro y apretujó mis mejillas.

—Hola, Joonie.

—¡Te extrañé! —hizo un gesto que provocó que sus hoyuelos


aparecieran en sus mejillas sonrojadas.

Taehyung a mi lado frunció el ceño observando al Omega.

—¿Estás borracho?

Namjoon, que no parecía haber observado al Alfa a mi lado, sonrió y


se abalanzó a sus brazos.

—¡Taehyung-asi! —también le apretujó las mejillas justo como había


hecho conmigo.

Me tomé mi tiempo de saludar a los presentes con una sonrisa y


una pequeña reverencia.

—¡Hola! ¿Ya cenaron? ¿Quieren algo de beber? —Jin ni siquiera


me permitió contestar cuando ya estaba sirviéndonos bebidas a
Taehyung y a mi.

Olfateé la sustancia en el vaso y arrugué la nariz.

—¿Qué es esto?
—Tequila con whisky.

Fruncí el ceño y negué con la cabeza, devolviéndole el vaso a Jin.

—Terminaré inconsciente. —hice una mueca.

Sabía que me ponía mal con soju, y con un solo vaso de tequila con
refresco; no quería ni imaginar que pasaría si cruzaba whisky con
tequila.

Taehyung se sentó en un taburete alto y como me había


acostumbrado, me senté en sus muslos.

—No seas aburrido. —Namjoon negó con la cabeza. —¡Bebe!

—Jungkook tiene poca tolerancia al alcohol. —mi Alfa contestó por


mi.

Y nos había quedado claro.

Tras unos minutos donde Namjoon se pasó quejándose, mis ojos se


encontraron con los de Eunha.

Sonreímos.

—Por cierto, te quiero presentar a Eunwoo. —observó al Alfa a su


lado. —Mi Alfa.

Por la manera en que su torso era largo, podía deducir facilmente


que era muy alto. Tenía rasgos delicados, sin embargo sus cejas le
daban un toque demandante.

—Un gusto. —reverenció con simpleza.

—Hola, soy Jungkook...y el es Taehyung, mi Alfa. —sonreí


levemente.

Ambos Alfas reverenciaron.


Pasamos un buen rato platicando, o más bien, Hoseok
entreteniéndonos a todos. Parecía muy radiante —más de lo que
jamás lo había visto— reía con fuerzas mientras contaba anécdotas
con las mejillas sonrosadas por el ligero alcohol en su sistema.

Había teñido su cabello de un color naranja, el cual, le quedaba muy


bien.

—¿Wendy, tú crees que soy lindo? —se dirigió a una chica que
estaba sentada a un lado de Eunha.

Wendy—que percibí como una Omega por su olor a fruta— sonrió


un poco.

—No.

—¡Hey! ¡Estás mintiendo! —Hoseok pareció indignado. —Te ves fea


mintiendo.

La acusada rodó los ojos, un ligero rubor apareciendo en su pálido


rostro.

—Iba a decir que eras lindo, pero me acabas de decir fea.

—No lo decía en serio. Eres bonita como un...como un dumpling. —


el Alfa pareció satisfecho por la comparación.

Pero Wendy alzó ambas de sus cejas.

—¿Un dumpling?

—Si. A mi me gustan los dumplings. —Hoseok sonrió alzando sus


cejas.

Todos hicieron un sonido de "uuuh" ya saben, para generar emoción


en la escena.

Wendy volvió a sonrojarse, pero esta vez de una manera más


notoria.
—Bueno, tu eres bonito como... una ardillita.

La sonrisa de Hoseok desapareció y dijo: —¿Una ardilla? Son feas.

—Claro que no. —la Omega rodó los ojos. —A mi me gustan las
ardillas.

Todos volvieron a emitir un sonoro "uuuh" y yo solté una risa.

—¡Bueno, ya, ya, ya! —Jin apareció en la puerta de la cocina,


haciendo que todos giráramos nuestras cabezas para observarlo.

Traía una gran cantidad de botellas mini de alcohol en sus manos.

—Vamos a jugar a yo nunca nunca. —Namjoon pareció


entusiasmado. Posó sus ojos sobre mi y Taehyung. —Y todos
vamos a jugar y beber.

Tae y yo nos observamos.

—¿Quieres jugar? —me susurró.

Torcí los labios antes de responder: —¿Por qué no? Ganaré este
juego, no he hecho nada.

Alzó ambas de sus cejas.

—¿ah, si? Ya veremos.

Jin nos entregó una botella a cada quien, y sonrió cuando volvió a
sentarse en su lugar, a un lado de Joonie.

Observé la etiqueta de la botella y emití una ligera mueca. Vodka.

—Bueno, ¿quien comienza? —Jimin preguntó con una sonrisa


maliciosa en los labios.

—¡Yo, yo! —Hobi dió pequeños brincos alzando una mano. —Mmh,
a mi nunca nunca me ha gustado alguien que está aquí.
Todos —menos los dos chicos que desconocía— tomaron de sus
bebidas.

Solté un gruñido de desagrado al sentir el fuerte licor deslizarse por


mi garganta, y percibí una risa de burla por parte de Taehyung.

—¿Está malo?

Asentí con la cabeza, y le hice un ademán para que bebiera.

—Pruébalo.

El Alfa acercó sus labios a la míos y dejó un suave beso que me


hizo estremecer. Se separó de mi y pasó la lengua sobre sus labios,
saboreando.

—Está bueno. —sonrió.

Era posible que me derritiera en frente de todos.

Ambos observamos a Namjoon cuando chilló con fuerza.

—¡Espera, has dicho que te gusta alguien! —se tapó la boca con
ambas de sus manos. —¿Quien te gusta, Hoseok?

El Alfa se sonrojó, y se limitó a encogerse de hombros.

—No lo sabrán.

Bueno, a menos de que no le gustara alguien con pareja, las


opciones de reducían a los desconocidos y a Wendy.

Y Wendy también había tomado.

—Es Wendy. —Jin respondió con obviedad.

–¡C-claro que no! ¡A lo mejor me gusta Jinyoung o Daniel! —el


acusado negó observando al par de chicos.
Estos soltaron risas.

—A ti te van más las chicas. —uno de ellos contestó.

Hoseok negó con la cabeza, evitando observar a la sonrojada


Wendy.

—¡Bueno, ¿quien sigue?!

—Que vaya en orden. En ese caso, sigo yo. —Jin contestó, y se


pasó un par de segundos pensando. —Yo nunca nunca he mojado
la cama.

Eunha frunció el ceño.

—¿Por pipí?

Jin sonrió con picardía y ladeó la cabeza.

—O por un orgasmo también. —sus ojos se dirigieron hacia


Namjoon, y este, tragó saliva nerviosamente.

Mis mejillas se calentaron ante la insinuación.

Estaba seguro de que ya había mojado la cama, y no precisamente


por algo que pasó cuando era bebé.

Ni siquiera soporté alzar mi vista para cotillear sobre quién lo había


hecho.

—¿No vas a beber? —Taehyung me preguntó a la altura de mi oído,


erizándome la piel. —Eres un mentiroso.

Aish.

Tomé de la botella de manera fugaz, evitando que alguien me


observara, porque si eso pasaba, me sentiría muy avergonzado.

—Yo nunca nunca he vomitado borracho.


Jimin, Hoseok, Jin y Jinyoung bebieron.

—Yo nunca nunca he hecho un streaptease dance. —Namjoon


observó a su Alfa.

Ya van a comenzar a ponerse directos y específicos.

Jin fue el único en beber, y todos estallaron en risas.

—¡ew! ¿Que pensabas, Jin hyung? —Hoseok observó con


desagrado al mayor.

—Bueno...sigo yo de nuevo. —Jin observó a su Omega con una


sonrisa traviesa. —yo nunca nunca he tenido fetiches extraños.

Ahí fue cuando varios bebieron, incluso Jimin y Yoongi; y


obviamente, el acusado de Namjoon.

Me pregunto exactamente cual sería un fetiche raro. Anteriormente


había dicho que tenía un gusto por las manos de Taehyung, pero
creo que no era extraño.

—Yo nunca nunca me he besado con más de tres personas en una


noche. —Daniel dijo.

Hoseok bebió.

—Yo nunca nunca he llorado viendo titanic.

Bueno, incluso Taehyung bebió en esta.

—Yo nunca nunca me he venido o he tenido más de tres orgasmos


en una sesión de sexo.

Y volvemos con las preguntas sexuales.

Con toda la pena del mundo, tomé un buen sorbo de Vodka


sintiendo la mirada fija de Taehyung sobre mi rostro.
Le observé esbozando una sonrisa.

Y así pasamos los siguientes cuarenta minutos, donde tuve que


tomar más de lo pensado.

Me sentía un poco adormilado, y risueño.

Observé la botella en mi mano y noté que solo quedaba un pequeño


trago. Lo lleve a mis labios con la intención de acabarlo de una vez
por todas, pero la bonita mano de Taehyung me lo impidió.

—Creo que es suficiente para ti. —la dejó sobre la mesa.

Hice un puchero. Era injusto que el se ya se hubiese acabado su


botella y siguiera luciendo normal.

—¡Ya casi la acabo! —me removí en su regazo. —¿Por qué tu no


estás borracho?

Taehyung me tomó de las caderas, deslizándome fuera de su


cuerpo para levantarnos del taburete.

—Tengo más tolerancia que tú, pero si me siento un poco borracho.


—me tomó de la mano para comenzar a caminar. —Vamos.

—¿A donde? —fruncí el ceño.

—Al baño. Veremos si se te baja un poco la borrachera.

Sonrei con picardía al recordar lo que pasaba cuando entrábamos al


baño juntos.

—¿Ah, si? ¿Volveremos a enrollarnos en el baño? —canturreé en


su oído. —¿Es acaso un fetiche tuyo, osito?

Taehyung me observó con advertencia, y yo solo sonreí


inocentemente.

—Jungkook.
—Tetep.

Una vez en la planta de arriba, nos encaminamos entre el pasillo de


habitaciones hasta llegar a un baño donde no tardamos en
adentrarnos.

Mojó una toalla con agua helada y la pasó sobre mi rostro mientras
yo me quejaba sobre mi maquillaje corriéndose.

🌙🌙🌙

Taehyung POV's

—¿Te sientes mejor, bebé?

El dulce Omega asintió con su cabeza.

—Eso creo. —torció los labios. —No puedo llegar ebrio a casa.

Tenía que admitir que Jungkook borracho era muy divertido. Caminó
lentamente por la extensión del pasillo, mientras yo le pisaba los
talones para que no se cayera.

Mis tediosos ojos observaron sus glúteos forrados de esos jeans de


cuero que se le ceñían a la perfección.

Santa luna.

—¿Qué hora es? —giró su rostro para observarme. —¿Ya casi es


navidad?

Alcé mi muñeca para observar el reloj.

—Faltan diez minutos.

Le observé asentir con la cabeza, como si estuviese analizando mi


respuesta.
Una vez de vuelta en la planta baja, los demás nos silbaron al
observarnos llegar.

—¿Qué estaban haciendo? —Namjoon alzó las cejas con una


sonrisa brillante en el rostro.

Jungkook rodó los ojos.

—Nada malo. —contestó. Su vista recorrió la cocina y frunció el


ceño. —¿Eunha se fue?

—Dijo tenía que tenía cosas pendientes con Eunwoo. —Jimin dijo
para después ojear a su amigo. —¿Se te pasó la borrachera, débil?

Jungkook —que aún lo estaba, pero no lo suficiente— le levantó el


dedo manzana a su mejor amigo.

Estuve a punto de sentarme en un taburete, pero Jungkook negó


con la cabeza. Me tomó de la mano y jaló.

—No, no. Espera...vayamos afuera.

Pude percibir un poco de nerviosismo en sus ojitos por lo que me


dediqué a asentir con la cabeza, y dejé que me guiara fuera de la
casa.

El frío nos golpeó cono una bola de nieve al pecho, pero el dulce
Omega parecía más que decidido por estar aquí.

Pasaron unos segundos de silencio donde nos tomamos el tiempo


de analizar el escenario. Parecía que en cualquier momento se
desataría una tormenta de nieve.

Observé a mi Omega una vez que habló.

—No puedo esperar más. —murmuró con una pequeña sonrisa. —


Te compré un regalo.
A pesar de que su revelación acelerará mi pulso, no pude evitar
hacer un puchero.

—¡Oye! Pero si tú mismo dijiste que no nos regalaríamos nada.

Me había dejado muy en claro que no eran necesarios regalos


materiales, y a pesar de que yo fuese una persona detallista —sobre
todo porque Jungkook se merecía el mundo— tuve que acceder
para mantenerlo feliz.

Y ahora me venía con esto.

—¡Lo siento! Es una excepción, ¿si? —pareció emocionado.

Buscó en el bolsillo de su chaqueta de cuero y tapó la cajita del


regalo con su mano.

—Eres un tramposo. —dije con un deje de tristeza.

Me hubiese hecho ilusión haberle comprado algo.

—¡No, no! —pareció desperado al ver mi expresión. —Por favor,


acéptalo. Me emociona mucho haberte comprado esto. Lo mire y
pensé en ti, tenía que dártelo.

Sonreí.

No pude evitar besarle.

Tomé su rostro con mis manos y acuné sus mejillas heladas.


Nuestros labios se complementaron, así como nuestros corazones
encajaban cuando estábamos cerca el uno del otro.

La suavidad y el movimiento leve de sus labios me hizo soltar un


pequeño jadeo.

Era el Alfa más feliz del mundo.


Una vez nuestros labios separados, me tomé el gusto de besar su
rostro, como en ocasiones anteriores ya había hecho. Me encantaba
percibir sus mejillas abultadas cuando sonreía y le besaba.

—Ah, Tete. —le escuché decir en un susurro.

Nuestros ojos se encontraron por unos segundos, y juro que pude


percibir el latido de su corazón latiendo con fuerza contra su pecho.

—Tenía que hacerlo. —acaricié su pómulo. —Ya no te interrumpiré.

Jungkook sonrió tímidamente.

—B-bueno...¿podrías cerrar tus ojos? ¿Por favor...?

Sin dudarlo, acaté la pregunta-orden al instante.

Pasaron unos segundos de silencio donde escuché como sus dedos


abrían la cajita. Sentí el roce de su mano en la mía y un jadeo se
escapó de mi boca cuando percibí un frío metal deslizándome sobre
mi dedo anular.

Sonreí.

—Ya puedes abrirlos. —dijo en un hilo de voz.

Mis ojos se encontraron con un anillo dorado. Era reluciente, muy


bonito y parecido al que le había regalado a Kookie el día de su
cumpleaños.

—Hace complemento con el mío. —sonrió. —¿T-te gusta...? Es que,


no sabía si te gustaría y estaba nervioso, así que tomé el riesgo y-

Diablos, podía comérmelo a besos en este preciso instante.

Volví a tomar su rostro para generar contacto visual.

—Claro que me gusta, bebé. —le besé. —Me encanta.


Estoy tan enamorado.

Pareció muy aliviado por mi respuesta. Enrolló sus brazos en mi


torso y se apegó en mi emanando su calor y feromonas de felicidad.

—Te amo, Tete.

Mi lobo aulló de pura felicidad.

—Yo también te amo. Demasiado. —volví a besar sus labios para


sellar el momento.

Sonreímos en medio del beso sin poder evitarlo.

—Espero que realmente podamos intercambiar nuestros anillos por


unos de compromiso. —Kookie susurró con un brillo especial en los
ojos. —Porque si es contigo, si quiero.

Volví a besarle, porque santa luna jamás me cansaría de hacerlo.

—Espero que nuestro futuro crezca y florezca. Que tengamos una


buena vida por delante, y que seamos muy felices. —hablé con el
pulso acelerado y las mejillas sonrosadas.

Incluso parecían los votos de una boda.

Jungkookie ladeó la cabeza, y precedió a acariciar mi cabello


mientras sus ojitos me observaban con ilusión.

—Espero que nos casemos y pueda cederte cachorros. —susurró


con la voz melosa. —Que envejezcamos juntos y que nos
encontremos en otra vida.

—O en millones más.

Mi reloj anunció las 12:00, y ambos sonreímos.

—Feliz primera navidad juntos, bebé. —dije antes de volver a


besarlo.
Fin

***
Cof, cof
Holaaaa
El epílogo será subido (No se cuando) asi q no se
preocupen,me quiero tomar mi tiempo escribiéndolo porque
quiero que sea perfecto, y porque tomará bastantes temas

Espero que les haya gustado.


Hubo todo de un poco en este capítulo, me parece fácil de leer
y un poco divertido
Gracias mucho mucho por leer mi historia

L@s TKM💜
Epilogo.
Jungkook POV's

—Hola. —observé la lápida con cierta nostalgia atravesándome el


pecho. —Ha pasado un tiempo desde la última vez que vine...lo
siento por eso.

Observé el suelo lleno de césped, y antes de inclinarme y ponerme


trasero contra el, tuve que soportar mi peso con mis manos.

Cerré los ojos al mismo tiempo que un suspiro de tristeza se


desvaneció de mis labios resecos. Tuve que tomarme un par de
segundos para evitar que las lágrimas que se habían formado en
mis ojos cayeran.

Platicarle mis cosas a la abuela Seung me hacía sentir muy bien, y


era lo único que me quedaba por hacer porque el hueco que había
dejado su ausencia seguía doliendo.

A mi mente llegó el recuerdo de su rostro con arrugas, sus ojos


claros y una sonrisa grande. Incluso podía percibir su voz diciendo
"ven aquí, comadreja."

Era un recuerdo tan vivo.

—Te extraño...Espero que tú también me extrañes, eh. —Solté una


risa seca. —Perdón por tardar tanto en venir. Creo que no quieres
escuchar explicaciones, pero la verdad es que he estado muy
ocupado con mis estudios. También he estado ayudando a mamá
con el nuevo local que inauguramos en Seúl.

Había pasado un buen tiempo. Ingresé a la universidad después de


haber tomado la decisión de estudiar mercadotecnia. Estaba
resultando pesado, creo que jamás había sentido tanta presión en el
estudio como en estos últimos años; sin embargo, sabía que todo
tipo de dolor —en su mayoría— tenía sus frutos. En ese lapso de
tiempo, también abrimos un nuevo local en Seúl. Fue algo muy caro,
tuvimos varios tropiezos y dolores de cabeza, pero por fin estaba
establecido en los suburbios de la ciudad, lo cual era muy ventajoso
para las ganancias.

—Quisiera que estuviese aquí. Estaría muy orgullosa de vernos. —


una pequeña sonrisa apareció en mis labios. —Quisiera volvérmela
a encontrar en otra vida. Me encantaría verla feliz, con familia... y
que también cocinara las galletas que solía hacer.

Tuve que tomar una pequeña pausa. Con la manga de mi suéter


sequé un par de lágrimas rebeldes que se habían deslizado sobre
mis mejillas.

La melancolía apretando mi pecho.

—¿Sabe? No nos pongamos tristes. —carraspeé mi garganta. —Le


platicaré sobre cómo me ha estado yendo.

>>Estoy apunto de terminar mi carrera. Ocasionalmente trabajo, al


igual que Tae...Ambos tenemos agendas muy apretadas. Hemos
estado sobreviviendo juntos con muchos inconvenientes, pero
cuando una pareja se quiere, se supone que sobrevive a ello, ¿no?
Ha sido muy difícil, hemos tenido muchas discusiones, pero al final
siempre aprendemos de nuestros errores.

"—Nunca tenemos tiempo para nosotros y ahora mismo estás


ignorándome.

Taehyung ni siquiera fue capaz de observarme, porque estaba


muy ocupado con su celular.

—Estoy publicando una foto de la sesión que tomé la semana


pasada, Kookie. —explicó con simpleza.

Pero yo no pude evitar rodar los ojos, claramente fastidiado


ante la situación.
—¡hazlo después!

—Espera un poco, tomará unos minutos. —siguió sin


observarme.

—Llevas casi una hora agregando hashtags, Taehyung. —me


incorporé en la cama para mirarle por encima del hombro. —
Hazlo después.

Taehyung conectó miradas conmigo y alzó ambas de sus cejas


pobladas.

—Ya me falta poco.

Solté un bufido.

Me levanté de su cama, —de la cual recién habíamos


despertado de una siesta de tres horas— y busqué mi calzado
para comenzar a atar las agujetas de mis botas.

Me costaba hablar de mis sentimientos cuando me sentía tan


vulnerable y estresado. Tenía mil pendientes en tareas, pocas
horas de sueño, y muchas de trabajo. Mi lobo estaba tan
cansando como yo, y lo único que pedía era atención o
simplemente sentir emocionalmente a su Alfa cerca.

Y me hacía sentir rechazado que Taehyung se tomara las cosas


a la ligera.

—¿Adonde vas? —escuché su voz, y observé de reojo como se


incorporó de golpe al observar mi intención de irme.

No quise verlo a los ojos, porque sabía que me echaría a llorar


como un bebé.

Caminé hacia el espejo y me acomodé el cabello antes de


comenzar a caminar hacia la puerta de la habitación.

—A casa. Tengo cosas importantes que hacer.


—¿Que es más importante que nosotros?

Me paré de golpe en frente de la puerta el escuchar su


pregunta.

Sabía que nada era más importante que nosotros, sin embargo
mi respuesta fue otra.

—Al parecer tu estupido post en Instagram. —un nudo de


instalo en mi garganta.

Taehyung soltó un suspiro profundo. Estuve a punto de girar el


pomo y salir de una vez por todas de su habitación, pero fue
más rápido que yo al cerrarla con su mano por encima de mi
cabeza.

—Yo nunca dije eso. —mencionó en un susurro.

Me tomó casi un minuto completo poder hablar con claridad.


No quería desvanecerme en llanto frente a él.

—P-pues eso parecía.

Sentí el suave agarre de sus manos sobre mis hombros y me


giró para enfrentar nuestras miradas.

Un millón de sentimientos me recorrió. Porque eso era lo que


pasaba cuando el estaba cerca. Porque mi lobo y yo estábamos
tan enamorados de la misma persona.

—Perdón si te hice creer eso. —me tomó del rostro para


acariciar mis mejillas.

Solté un suspiro.

—Parecía que no te importaba. —era el orgullo y el dolor


hablando por mi.

—Me importas.
¿Eso era todo lo que tenía que decir?

Asentí con la cabeza, analizando sus palabras. A pesar de que


lo necesitaba demasiado, lo único que quería hacer era tener
tiempo para pensar a solas.

—Me iré. Como dije antes...tengo cosas que hacer. —mi voz se
quebró, pero lo ignoré. —Nos vemos después. Cuando ambos
volvamos a tener tiempo.

Eso sería en un par de semanas.

Taehyung se encontraba trabajando en la empresa los fines de


semana, y estudiaba el resto de la semana.

Me observó consternado.

—¿En serio te irás? —tragó saliva. Asentí con la cabeza. —Por


favor, quédate un rato más...¿si? Te haré mimos y...-

Volví a girar el pomo de la puerta a mis espaldas.

—No seguiré tomando de tu tiempo si no lo tienes. —mis


palabras parecían tener un significado más profundo del que
parecían, por lo que carraspeé mi garganta antes de volver a
hablar. —estamos bien, ¿si? Es solo que me quiero ir a casa ya.

Taehyung pareció igual de dolido que yo.


Nos observamos a los ojos durante unos segundos.

La situación dolía, pero también contaba como una prueba a


resistencia de nuestra relación.

Ambos lo sabíamos.

—¿Puedo llevarte a casa?"

Solté un suspiro ante el recuerdo, seguido de una sonrisa amarga.


—Han pasado las mismas discusiones al menos diez veces, —
comenté observando la lápida. —y cada vez parecen ser más
difíciles. Jimin suele darme consejos pero...no funcionan porque la
relación que tiene con Yoongi es muy diferente a la que tengo con
Tae.

Jimin seguía en su relación con su Alfa. Ambos habían tenido más


de tres sustos de embarazo en los últimos meses. Eran una pareja
caótica y extraña, no obstante lograban complementarse.

—Por cierto, mis hermanos y mamá están bien. Yugyeon anda


soltando sus feromonas de encanto a un Omega de su escuela.
Jeongyeon está un poco rebelde, y termina y vuelve con Ryujin, a lo
cual todos ya estamos acostumbrados. —torcí los labios. —Mamá
es una soltera feliz...¿y papá? Pues papá ya tiene a dos lindos
cachorro de tres años.

Si, tres años. El cachorro se llamaba Minseok y LeeHyuk, eran unos


pequeños muy regordetes con la nariz que caracterizaba a los Jeon.

Incluso mamá tuvo el poder de sostener al niño en sus primeros


meses, y con amabilidad, sonrió y le hizo mimos. La familia parecía
estar mucho mejor desde entonces.

"—Pero mira que lindo. —sonreí al observar a Minseok dormido


en los brazos de Suni.

—Se parece a ti. —Suni me observó. —Veo que tienen fuertes


genes.

Pude observar de reojo como mamá sonrió, y preguntó:

—¿Puedo...? ¿Puedo sostenerlo?

Decir que aquella pregunta no me sorprendió sería mentir.


Incluso pude observar un deje de emoción en los ojos de Suni.

—Claro que si. —sonrió."


Solté un suspiro ante el recuerdo.

—A mamá siempre le han gustado los bebés, y es claro que


Minseok jamás sería la excepción. —enrollé las hebras de césped
entre mis dedos mientras hablaba. —También nos ha hecho
recordar a mis hermanos y a mi lo mucho que quiere nietos, pero
todos hacemos oídos sordos por ahora.

Di un pequeño brinco en mi lugar al sentir el modo vibrador de mi


celular en el bolsillo de mi suéter.

Sonreí.

—Tete.

—¿Ya casi vuelves? Estoy haciéndonos cena, bebé. —casi pude


imaginarlo haciendo un puchero. —¿Quieres que vaya por ti?

Observé la lápida a medida que solté un suspiro.

—Dame quince minutos más, ¿si? Volveré en el autobús.

—¿Estas seguro? Ya casi oscurece...no hay problema si-

Solté una pequeña risa al percibir su tono preocupado.

—No te preocupes por mi. Preocúpate por hacer nuestra cena, ¿si?
Estoy muuuuy hambriento.

—Está bien. —pude notar cierta vacilación en su voz. —Apresúrate.


Ya te extraño.

Taehyung parecía ser un bebé en ocasiones. Su dualidad era


increíble.

—Dramático. —solté entre risas, ganándome un bufido de su parte.

—¡Solo soy honesto! —replicó. —Anda, mándame un beso para que


pueda colgar.
Otra risa salió de mi. Me avergonzaba, y ni siquiera había nadie más
en el cementerio que yo.

—¡No!

—¿Por favor?

—Compórtate, osito. —dije con un deje de burla. —No te lanzaré un


beso, pero te lo daré una vez que llegue, ¿está bien?

Casi pude escuchar su sonrisa.

—Serán diez.

Rodé los ojos.

—Los que quieras.

Poco después, ambos terminamos la llamada, dejándome una


sensación de felicidad con tan solo haber intercambiado palabras
con el.

Solté una risa tonta, bajando mi vista hacia el césped con las
mejillas sonrojadas.

—Probablemente esté pensando que sueño ridículo. —volví a


hablar a la abuela. —Solo estoy enamorado.

Y vaya que lo estaba.

"—¿Que haces?

Tae soltó una risa contagiosa. Se posicionó en frente de la


puerta de su apartamento y sonrió, abultando sus mejillas.

—Te tengo una sorpresa. —alzó un dedo.

Parpadeé un par de veces.


—¿Una sorpresa? —no pude evitar tartamudear. —¿me estoy
perdiendo de algo? ¿Es hoy nuestro aniversario o...?

Taehyung me tomó de las mejillas y dejó un corto beso sobre


mis labios. Poco después, sonrió.

—No es nuestro aniversario, pero...hoy es un día especial.

Mi corazón dió un vuelco ante esas palabras. ¡Diablos, siempre


me toma desapercibido!

Le di un ligero golpe en el hombro.

—¡Me estás asustando, Tete! —me rasqué la nuca ante el


nerviosismo. —¿un día especial? ¿A-a que te refieres?

Con lentitud, se inclinó hacia mi oído.

—Entremos al apartamento. —susurró.

Incluso, me causó escalofríos. Sabía que era una debilidad mía


y siempre la utilizaba a su favor.

Me tomó de la mano y me jalo con suavidad hacia el interior del


lugar una vez que abrió la puerta. Fruncí el ceño al observar
todo completamente igual.

Solíamos compartir nuestros fines de semanas juntos casi dos


meses.

—¿Entonces...?-

Fui interrumpido.

—¡Yeontan!

Me tomó más de tres segundos poder entender que ese era el


nombre que le queríamos poner ambos a nuestra mascota —si
algún día teníamos una—.
Y ese día al parecer, ya había llegado.

Desde el pasillo de habitaciones, apareció una bola de pelo


corriendo de una manera peculiar, sacando su lengua de una
manera sumamente tierna.

—¡Taehyung! —grité emocionado. Me puse de cuclillas y tomé


al perrito entre mis manos. —¿T-tu...?

Pude observar cómo sonrió. Se puso a mi lado, en la misma


posición y acarició al perrito que sostenía entre mis manos.

—Es de nosotros. —generamos contacto visual. —Me dijiste


que querías un Pomerania, así que...lo que quiera mi bebé, mi
bebe obtendrá.

Dejé a Yeontan en el suelo, el cual comenzó a correr por todos


lados como si ya estuviese acostumbrado a estar en el
apartamento.

Sonreí. Ambos nos incorporamos en nuestros lugares, y no


pude evitar echarme contra el Alfa frente a mi.

Observé a Tae y planté un beso sobre sus labios. Un beso lleno


de sentimientos de felicidad.

—¡Gracias! —un beso. —¡Gracias, gracias! —otro beso. —


¡Gracias! —otro beso. —Te amo.

Nuestras feromonas de felicidad se mezclaron en el ambiente,


creando intimidad en nuestros lobos.

Me sonrió, sus ojos brillantes resplandeciendo de su bonito


tono amarillo/dorado.

—Yo también te amo, bebé. —esta vez, fue el el que me besó.

Sus labios acariciaron los míos con una suavidad que me hizo
sentir en las nubes. Posicionó una de sus manos detrás de mi
nuca, y la otra en mi espalda baja."

—También tenemos un hijo....¡bueno, no un hijo humano! —solté


una risa. —Es un Pomerian. Se llama Yeontan.

Mamá suele decir que es casi como "entrenamiento" para cuando


tengamos cachorros. Aquello me hace sentirme muy emocionado.

Me encontraba a mi mismo fantaseando en las madrugadas sobre


cómo sería tener un "mini Taehyung" y un" mini yo" corriendo de
aquí por allá. Estaba muy ilusionado por que aquello ya pasara, pero
sabía que primero que nada, teníamos que esperar el tiempo
adecuado.

Había tanto pendiente. Estabilidad económica, sobre todo.


Taehyung tuvo la oportunidad de terminar su carrera antes de
tiempo por excelencia, por lo que ahora está enfocándose en la
empresa de revistas de la cual lo contrataron años atrás. Suele
tener sesiones fotográficas —privadas, bajo el nombre de Vante—,
en las cuales le pagan muy bien. Tiene clientes muy constantes que
realmente les gusta su trabajo.

Por mi lado, todavía me faltaba más del año por terminar mi carrera
en la universidad, y también, seguía trabajando en la cafetería que
se encontraba en Seúl.

Quería llevar nuestro negocio a nivel internacional, lo cual, era algo


difícil y desafiante; pero si creía en mi mismo, sabía que era capaz
de muchas cosas.

Aparte, sabía que haría muy feliz a la abuela Seung.

Sus ojos claros aparecieron en mis pensamientos.

—¿Algo más pendiente que debería de contarle? Mmh... —torcí los


labios. Una pequeña sonrisa apareció en mi rostro poco después. —
Bueno, si lo hay. Y-yo...
Mis ojos bajaron hacia mis manos. Observé por encima los dos
bonitos anillos que Tae me había obsequiado.

El primero, que fue el que me dió minutos después de mi


cumpleaños. Fue cuando hicimos oficial lo nuestro. Tuvimos una
bonita cena, y aún el recuerdo de que hubiese reservado un piso
completo —donde, incluso sus padres se habían comprometido—
para nosotros, me hacía sentir muy especial.

Tenía tantos recuerdos con Taehyung, y todos eran mis favoritos.

Y luego estaba el segundo anillo en mi dedo anular.

El de compromiso.

Un remolino de sentimientos atravesaba mi cuerpo cada vez que lo


observaba. Me hacía recordar la sonrisa cuadrada del Alfa. A el
mismo sobre sus rodillas mientras un ligero rubor aparecía en sus
mejillas.

—Estoy muy feliz. —mencioné en un susurro. —Estoy


comprometido con Tae desde hace un par de semanas.

"—¡Que bonito! —observé el lindo paisaje. —hacía mucho que


no teníamos un picnic.

Taehyung me observó con una sonrisa en los labios.

—¿Estás feliz?

Asentí con la cabeza, muy animado de que por fin tuviéramos


tiempo juntos. Tendimos una manta sobre el pasto verde y una
vez que dejamos las canastas llenas de comida sobre la manta,
nos sentamos encima.

—¡Anda, corre! —quité la correa de Yeontan para que corriera


sobre todo el lugar.
Era muy normal que la gente tuviera picnics cerca del puente
del Río han. Era un lugar muy rural, y casi siempre parecía estar
lleno de personas; sin embargo, en esta ocasión no había
nadie.

Simplemente éramos Tae, Yeontan y yo.

—Es extraño ver vacío este lugar.

Tae me observó.

—Es relajante. —mencionó al mismo tiempo que se acostó


sobre la manta.

No tardé en imitar su gesto, acostándome a su lado para ambos


observar el cielo azul.

—Ah, me gustan muchos los picnics. Gracias, Tete.

Giré mi rostro hacia mi lado izquierdo, justamente donde el se


encontraba a centímetros del mío.

—A mi me gustas tu. —susurró como si estuviese contando un


secreto.

Jamás dejaría de sonrojarme ante las cosas que decía.

—A mi también me gustas. —le seguí el juego en un susurro,


provocándonos a ambos una risa.

Nos quedamos un buen rato observando el cielo azul, el cual,


me transmitía una paz inmensa.

Solté un suspiro.

—Se siente bien descansar después de estudiar cuatro días


seguidos.

Pude sentir la mirada de mi Alfa sobre mi.


—¿Sigues estresado?

Torcí los labios un poco.

—No tanto como antes. Los exámenes son tediosos, pero creo
que me irá bien. —respondí con simpleza.

—Yo puedo ayudarte a estudiar.

Rodé los ojos mientras una sonrisa se avecinaba en mis labios.

Si, claro.

—Sabes que no puedo estudiar cuando estás cerca. —sonó


como un reproche. —Me distraes.

—¡Claro que no te distraigo!

Esta vez volvimos a juntar miradas, porque ambos sabíamos


que mentía.

—Siempre terminamos haciendo otras cosas. —volví a rodar


los ojos mientras mis mejillas se calentaban.

Taehyung soltó un suspiro.

—Esa es tu culpa. Me seduces. —juntó el entrecejo, fingiendo


estar enojado.

Solté una risotada.

—¡Claro que no! Yo simplemente estoy sentando, intentando


leer mis libros y llegas y...y me besas, y ¡ah!

—Bueno, tu me sigues el beso. —sonrió.

Y volví a rodar los ojos, provocando que el Alfa me picara una


costilla con su dedo índice.
Sabía que no le gustaba que lo hiciera.

Poco después, procedimos a sacar la comida de las canastas.


Había una gran variedad. Desde waffles dulces hasta ramen
picante.

Yeontan se encontraba dormido mientras que Tae y yo


degustábamos de la comida mientras platicábamos de temas
tribales.

Podíamos tener casi cuatro años conociéndonos, pero jamás


se acaban los temas entre nosotros.

—¡Sigue el postre! —Tae dijo después de haber terminado gran


parte de la comida.

Le observé horrorizado.

—¿Postre? Tete, ya no puedo seguir comiendo. Me va a


reventar la panza.

El Alfa hizo un gesto de despreocupación. Sacó un pequeño


recipiente de helado.

—No exageres, Kookie. —soltó con una risa que me pareció


nerviosa. —Siempre hay más espacio en tu pancita para helado.

Bueno, tenía razón.

Me asomé para observar el recipiente.

—¿De que sabor es?

—He comprado de chocolate con menta para ti. —respondió


con una sonrisa. —y para mi de café. Oh, está un poco
derretido.

Alcé las cejas.


—¿De café?

—Si. Es mi favorito. Realmente me encanta el café. —incrustó


una cuchara para llevársela a la boca y saborear. —Y lo sabes.

Me acerqué a darle un beso en la mejilla.

Llevé a mi boca la primera cucharada y solté un gemido de


satisfacción cuando mis papilas gustativas abrazaron el sabor.

Santa luna, realmente me encantaba el helado de menta con


chocolate.

Pude sentir la mirada de Taehyung sobre mi a cada cucharada


que me llevaba a la boca. Podía notar cierta vacilación en sus
ojos, haciéndome sentir un poco confundido.

—¿Que? —fruncí el ceño.

Negó con la cabeza, volviendo sus ojos hacia su helado.

—Nada. Es que estás comiendo muy rápido.... —torció los


labios. —Te puedes ahogar.

Fruncí aún más el ceño, mis labios casi haciéndose un puchero


ante la confusión de su actitud.

Era extraño que pareciese preocupado por la rapidez en la que


comía.

—¿Como me voy a ahogar con helado, Tete? —solté una risa


obvia. —Se disuelve en mi lengua.

No volvió a decir nada. Simplemente nos tomamos nuestro


tiempo saboreando el helado. Seguí notando su mirada un par
de veces por lo que volví a hablar con un poco de fastidio.

—¿Le has puesto veneno?


El Alfa soltó una risa —que me volvió a parecer nerviosa—, y
negó con la cabeza.

—¡Kookie! —se quejó.

Sin dejar de verle a los ojos, incrusté la cuchara en el postre y


me la llevé a la boca, sin embargo, sentí una anomalía.

Una anomalía en mi boca.

Taehyung me observó un tanto ansioso.

—¿P-pasa algo?

Fruncí el ceño. Tragué el helado dejando cierto artefacto dentro


de mi boca, sosteniéndolo entre mis dientes.

¿Que estaba pasando? ¿Los creadores del helado habían


olvidado algo dentro de él?

Dirigí mi mano izquierda hacia la boca y tomé el artefacto.

Un anillo de con una piedrecita azul brillante apareció ante mis


ojos.

Parpadeé un par de veces, intentando analizar lo que estaba


pasando. Y me costó entender, por lo que mis ojos confundidos
se digirieron hacia Tae, el cual me observaba con las mejillas
sonrojadas y la vista resplandeciente de dorado.

—¿T-Tae...? —mi corazón comenzó a latir con rapidez.

El Alfa frente a mi se incorporó en su lugar. Posicionó una


rodilla por delante de su cuerpo contra el pasto mientras me
observaba con una sonrisa en los labios.

Santísima luna.
—Kookie...y-yo, umh... —balbuceó de una manera sumamente
adorable. —¿T-tu...? ¿Te casarías...conmigo?

Realmente me costaba creer que este era un momento real y no


una alucinación de mi mente. Había esperado tanto por este
momento.

Solté un jadeo al mismo tiempo que una gran sonrisa aparecía


en mis labios.

Taehyung era tan precioso.

Su cabello oscuro estaba revuelto por el viento, cayendo sobre


sus ojos de manera despreocupada. Sus mejillas sonrojadas
eran la cereza del pastel.

El corazón se me derretía ante tener semejante Alfa. Realmente


era muy afortunado.

No pude evitar que el sentimentalismo apareciera en mi sistema


ante el momento. Mis ojos se llenaron de lágrimas de felicidad,
porque, estaba más que claro que era feliz.

Quería tener mil vidas con Taehyung.

—Y-yo... —me costó poder hablar con claridad. —s-si quiero,


Tete."

Sabía que ese sería un recuerdo que le contraría a nuestros hijos en


un futuro. Sobre todo por la peculiar manera en la que Tae había
escondido el anillo en el helado.

Había sido romántico, y ni siquiera la posibilidad de que hubiese


podido morir ahogado por el anillo le quitaba lo especial a la
propuesta.

—Espero que estés feliz, abuela Seung. —sonreí. —Porque yo lo


soy, aunque...siempre me haga falta usted.
Unas lágrimas cayeron sobre mis mejillas.
Solté un suspiro antes de secarlas.

—Me retiraré. —mencioné unos minutos después. —volveré pronto.


Probablemente para ese entonces tenga tres cachorros en el
vientre...¡bromeo, eh!

Creo.

Me levanté del césped y tomé una última vista a la lápida antes de


irme.

—Nos vemos después. O en otra vida. —sonreí con amargura. —


Hágame saber que es usted, ¿está bien?

🌙🌙🌙

Mis pensamientos escandalosos al escribir el libro:

Debería de matar a kookie?

Debería dejar que Jimin se embaracé de Yoongi


accidentalmente?

Y si Jimin le pone el cuerno a Yoongi con Yugyeom?

Y si Ryujin le pone el cuerno a Hobi con Jeongyeon?

Y si Eunha y Hobi se enrollan y hacen un escándalo?

Hubo muchos más pensamientos, pero estos fueron los


principales xd

Por cierto, hablado de hobi (el de la historia) sabemos que hubo


algo entre el y Tae, sin embargo no quise poner algo
relacionado entre ellos en el epílogo, probablemente habrá algo
en los extras (por ejemplo, donde tae le platique a Kookie)
En fin, los extras (no se cuantos serán) los escribiré pronto (no
se cuando tampoco)

Comenta si quieres un extra de smut aquí

Comenta si quieres un extra de peleas y drama aquí

Comenta si quieres un extra de una fiesta, cosas entre amigos y


escándalo

Comenta si quieres un extra de la boda Namjin

Comenta si quieres un extra de Tae y Kookie con cachorros

Comenta ideas de extras aquí

EN FIN, GRACIAS POR LEER❤


La historia creció muchísimo, y estoy muy feliz y orgullosa, LES
AMO MUCHO💜💜💜

Gracias por las 138K LEÍDAS


Pronto tmb será corregido el libro

Espero que puedan leer mis próximos proyectos, y por cierto,


jamás se me olvidarán los user de las primeras y más
constantes lectoras de esta historia<333 ustedes saben
quienes son

Por si gustan pasarse <3:


LES TKM💜💜
보라해
Extra #1. "Gracias por estar conmigo"
Taehyung POV's

Oficialmente estábamos casados.

Jungkook —luciendo tan hermoso como siempre—me observó con


nerviosismo, sus mejillas sonrojándose mientras sonreía.

Di un paso hacia delante, los latidos de mi corazón retumbando con


fuerza contra mi pecho y mis oídos.

Le tomé del rostro, y deposité el beso más suave del mundo contra
sus labios rojizos.

Un beso lleno de sentimientos, de sensaciones y felicidad pura,


porque si tuviera que describir la felicidad, la felicidad para mi era
tener a Jungkook.

Bajé mis manos hacia su cintura y apreté levemente al sentir como


siguió mi beso de manera tímida.

—Taehyung-ah. —habló contra mi boca, sus labios extendiéndose


en una sonrisa. —Nuestros padres están viendo.

Le devolví la sonrisa. Luego tendríamos más tiempo de comernos a


besos.

Me separé de él, y antes de dirigir nuestros ojos hacia la multitud


escandalosa, le dejé un beso en la punta de la nariz.

—¡Eso, eso! —se escuchó la voz de Hobi entre la multitud de


invitados.

—¿Eso que? ¡¿A eso le llamas un buen beso, Taehyung?! —Jin


gritó con toda la intención de causar cizaña.
Rodé los ojos la observarle, y Kookie a mi lado, soltó una risita.

—¡Pero embarázalo, Taehyung! —el mejor amigo de Kookie gritó de


forma aguda.

Aquel grito logró que muchos invitados se giraran a observarle con


confusión.

Con la felicidad recorriendo nuestros cuerpos, nos tomamos de las


manos y dimos por comenzado la celebración de la boda.

🌙🌙🌙

La dulce melodía que Jungkook cantaba hacia llenar mi corazón de


sentimientos de felicidad.

Al principio de la canción, lució un poco afligido por toda la atención


que estaba recibiendo, pero cuando me observó con los pulgares
arriba, sonrió.

Llenó sus pulmones de aire y optó una postura más relajada al


cantar.
Se encontraba tomando el micrófono con ambas de sus manos, sus
mejillas sonrojadas mientras cantaba de manera angelical las líricas
de la canción Memory Of The Wind.

Una canción que ambos amábamos, y que solíamos cantar cuando


íbamos viajando en el auto hacia cualquier lugar.

La piel se me erizó, y pude escuchar unos murmullos a mis


espaldas elogiando la preciosa voz de mi Omega —ahora, esposo
—. Sabía que haberlo alentado a cantar había sido una buena
decisión cuando al terminar de recitar la melodía, sonrió con
felicidad al ver que todos habían disfrutado.

Me gustaba ver que el día de hoy hubiera hecho un gran paso al


cantar frente una multitud —frente nuestras familias— y haber
podido sobre llevar su pánico escénico, el cual cada vez más
disminuía.

Sonreí al recordar como solía cantarme de vez en cuando, antes de


dormir.

Era tan talentoso, y sabía que si algún día un cazatalentos se le


plantaba en frente, no dudaría en querer reclutarlo para alguna
compañía.

Aplaudí de manera ruidosa, haciendo un escándalo cuando


comenzó a reverenciar.

—¡Estuviste precioso, bebé! —le tomé de las manos en cuando se


plantó en frente de mi cuerpo.

Soltó una risa avergonzada mientras escondía su rostro sonrojado


en mi cuello.

¿Como no enamorarme de Jeon Jungkook?

🌙🌙🌙

Había tantas razones por las cuales estaba tan nervioso. Quería que
la noche fuese perfecta en todos los sentidos; sin embargo, desear
la perfección siempre resultaba como desear la destrucción.

Había tres razones principales que me tenían muy nervioso:

La primera era todo el trámite de la unión —lo cual, ya había


acabado minutos atrás—, lo segundo era terminar de conocer a la
familia de Kookie —la cual era gigante—, y lo tercero y lo más
importante:

La marca.

Estaba muy desesperado. Tanta espera se reducía a esta precisa


noche donde Kookie, después de ese momento, estaría llevando mi
marca en su cuello.

Estaríamos completamente unidos a un cien porciento. El lazo que


estuvimos manteniendo desde que nacimos —desde que la luna
nos declaró como destinados— hasta el momento que mis colmillos
le mordieran la piel, se uniría.

El me pertenecería, y yo le pertenecería a él.

La piel se me erizó ante el gustoso pensamiento, provocando que mi


Alfa aullara muy emocionado.

—Tete. Ven, te voy a presentar a familiares lejanos. —apareció a mi


lado, junto a la mesa de aperitivos.

Observé un deje de cansancio en su rostro.

—¿Estás bien? —tomé su mano para jalar su cuerpo hacia el mío.

Sus ojos se encontraron con los míos, y al hacerlo, sonrió un poco.

—Si...es solo que estoy un poco exhausto.

—No te preocupes. Cuando menos te lo esperes estaremos


descansando en nuestra cama. —le besé la frente.

Ambos repetimos en nuestras cabezas las palabras que salieron de


mi boca.

¿Realmente llegaríamos a descansar?

Estábamos oficialmente viviendo en nuestro apartamento. Era


cómodo, y lindo. Queríamos tener una casa propia en un futuro,
pero por ahora nos conformaríamos con lo que teníamos.

Sabíamos que cualquier cosa que nos propusiéramos, lo


lograríamos.
Así que no había apuro en endeudarnos para comprar una casa de
última hora.
Y era obvio que ninguno de los dos quería tener ayuda de nuestros
padres.

Volviendo al tema:

Kookie alzó sus cejas, y terminó por ladear la cabeza, desviando su


mirada de la mía.

—¿Entonces...? —la oración que iba a formular se fue


desvaneciendo. —¿No...?

—¿No que?

Soltó un resoplido, sus mejillas sonrojándose a medida que me


observaba.

—¿No me vas a...marcar? —lo último lo soltó en un susurro que me


hizo sonreír.

Tomé su cintura —acentuada de una especie de corsé— y con mis


pulgares acaricié la superficie.

—¿No estás cansando? —alcé mis cejas.

Pareció vacilante ante mi pregunta.

—Bueno, si.

—Entonces podemos dejarlo para otro día. —aparté un mechón de


cabello de su rostro. Sonreí maliciosamente. —O si quieres
podemos ir directo al grano y simplemente marcarte.

Ambos sabíamos que deseábamos que el lazo se formara mientras


hacíamos el acto sexual.

O más bien, el amor.

Probablemente estaba jugando un poco con el para molestarlo.


El dulce Omega arrugó el entrecejo, probablemente preguntándose
a sí mismo si estaba hablando en serio.

—¡Claro que no! —rezongó. —¿Como...? ¿C-como desperdiciaría


nuestra primera noche como casados?

Mi sonrisa se extendió ante sus palabras. Acerqué mis palabras


hacia su oído, y me tomé un par de segundos para disfrutar de su
hermoso olor antes de volver hablar.

—Qué insinuante eres. —le susurré.

Sin duda alguna, tomar a Jungkook desapercibido era de mis cosas


favoritas.

Me separé de él, y tuve que reprimir una risa al mirar como se


atragantaba con su propia saliva.

—Como te decía...vamos a saludar a mi familia. —dijo después de


un rato, observándome con una pizca de vergüenza. —Los abuelos
están esperando.

Nos encaminamos hacia el otro extremo del salón de fiestas. El


Omega se acercó a una mesa llena de invitados, conmigo detrás de
él. Salude con cortesía y me presenté formalmente mientras los
parientes lejanos de Kookie me observaban con detenimiento.

Comenzamos una conversación normal, y a medida de que pasaban


los minutos me tuve que limitar a fingir que tomaba atención.

Jungkook soltó una risa, riendo ante algún comentario que hizo una
de sus tías, y al instante robando mi atención. Mis ojos dieron una
rápida y leve inspección a su bonito cuerpo.

Durante la ceremonia usamos las prendas tradicionales coreanas:


hanbok. Mientras que en la celebración, cambiamos de ropa.

Por mi parte, estaba usando un traje color azul marino oscuro. Nada
especial —desde mi punto de vista— sin embargo, Kookie no
dejaba pasar la oportunidad de decirme lo guapo que me veía
cuando la tenía.

Pero santísima luna, mi Omega se llevaba toda la atención con su


belleza. Llevaba puesto un traje oscuro. Relucía unos pantalones de
vestir —que se le cernían muy bien a las piernas—, una camisa de
seda que encima llevaba un corsé que favorecía su cintura;
provocando efectos estimulantes ante mis ojos.

—Vamos a sentarnos con los demás, ¿si? —me observó al cabo de


unos minutos.

Al parecer la conversación había terminado.

Dimos pasos hasta toparnos con la mesa de los escandalosos. No


debía de especificar quiénes eran.

—¡Vivan los novios! —gritó un Jin ya pasado de copas. —


¡Bienvenidos al club!

—¡Ahora solo falta que Jimin y Yoongi se casen! —Namjoon le


siguió.

Los mencionados fingieron no escuchar. Jimin carraspeó su


garganta y Yoongi se rascó la ceja.

—¿Cómo lo están pasando? —Eunha observó a Kookie.

Procedimos a sentarnos en las sillas restantes.

—Bien. —Kookie sonrió mientras me daba una leve mirada.

Todos observamos de golpe al Omega que se quejó tomándose del


estómago de seis meses.

—¡A-ah, mierda! ¡Contracción! —Namjoon cerró los ojos.

Jin, que aún no estaba acostumbrados a observar a su esposo con


tales contracciones, sufrió de un tic en el ojo.
—¡No! ¡Todavía no nazcas! —Jimin observó la barriga de Joon. —
¡Espera a que se acabe la boda!

Namjoon le dió un golpe en la cabeza al —actualmente— pelinegro.

—¡Hey! —Jimin hizo un puchero, observando a Yoongi a su lado. —


¿Vas a dejar que me peguen?

El Alfa pálido rodó los ojos.

—No le pegues, va a quedar más incompleto de lo que está. —le


dijo a Namjoon.

Todos soltamos una risa. Jimin, aún con un puchero en los labios, se
dedicó a tomarse tu copa de champagne.

Las horas comenzaron a pasar. Cuando te lo pasas bien, el tiempo


en horas parece pasar en minutos. Al cabos de las once de la
noche, la mayoría de los invitados mayores comenzaron a retirarse.

Comenzó la etapa más jovial de la noche. Obviamente, Jimin abrió


la pista de baile mientras jalaba Yoongi para que se moviera. Poco a
poco las personas comenzaron a bailar al ritmo de la música que
retumbaba entre las paredes del salón.

Kookie a mi lado, tenía un sonrojo natural en las mejillas.

—¿Estás bien?

Pareció salir de un trance de pensamientos, porque al escucharme


dió un brinco en su lugar.

—¿Ah? Si. —soltó una risa. Observó a las personas bailando. —


¿Vamos?

Asentí con la cabeza. Nos encaminamos a la pista de baile donde


Jimin movió sus hombros esperando a que su mejor amigo le
imitara.
—Estás muy borracho. —dijo Kookie, y después, observó a Yoongi.
—Suerte con él.

El Alfa pálido alzó los pulgares.

—Gracias. Lo necesitaré.

Tomé la cintura de Kookie cuando comenzó una canción melosa.


Todos a nuestros alrededores soltaron unos gritos de molestia,
porque el ambiente había pasado de alegre a romántico, pero a mi
esposo y a mi no nos importó.

—¿Eso que? Pongan música latina, ¡pongan suavemente! —Jimin


gritó a todo pulmón al dj.

Jungkook entrelazó sus dedos detrás de mi y sonrió, arrugando su


naricita. Comenzamos un vaivén suave y lleno de gracia, bailando
ante el ritmo de una balada muy conocida.

—Te ves precioso, bebé. —no pude evitar decirle.

No pude evitarlo porque realmente lo era. Quería que lo supiera a


cada segundo que pasara.

Me encantaba como sonreía, y como sus dientes frontales


sobresalían en el proceso, o como arrugaba su nariz cuando algo le
avergonzaba o le gustaba. Amaba la forma en la que su cabello se
mecía cuando hablaba sobre algún interés suyo, o cuando se ponía
competitivo sobre cualquier deporte —en los cuales, yo era pésimo
—. Me gustaba cuando sus ojos se achicaban cuando sonreía, y me
encantaba besar el lunar debajo de sus labios.

Diablos, me encantaba cuando nos separábamos de un beso


acalorado, soltaba una risa nerviosa y me observaba avergonzado.

Todo en el era perfecto.

Kookie masajeó la parte trasera de mi nuca, causando relajación en


mi cuerpo.
—Te amo. —susurró mientras sus ojos brillaban. —Mucho, Tete.

Con el corazón acelerado y mi Alfa interno muy feliz, tomé su rostro


y dejé repetidos besos sobre sus labios.

—Yo te amo más. —sonreí.

Nuestros labios se encontraron nuevamente, esta vez en un beso


meloso y suave como el café dulce.

La voz de Yugyeom a mis espaldas me cayó como balde de agua


fría.

—¡Ewww! Dejen eso para privado. —Kookie y yo nos separamos


para observarlo.

Teníamos la confianza suficiente ahora para gruñirle en la cara.

—No jodas. —rodé los ojos.

Después, apareció Jeongyeon con Ryujin tomadas de las manos.

—Aww, ni parece que se pelean por el helado napolitano a


almohadazos. —la hermana Alfa de Kookie mencionó con burla.

Si, hubo varias ocasiones en las que tuvimos una pelea con
almohadas por helado.

Cabe recalcar que casi termino noqueado por lac competitividad de


Jungkook.

—Váyanse o los corro. —mi Omega pareció fastidiado. Observó a


Yugyeom. —No finjas que no lloraste durante la ceremonia.

El mellizo se escandalizó y sus orejas se tornaron rojas.

—¡No lloré!
—¡Claro que si! —Jeongyeon soltó una carcajada que contagió a
Ryujin.

Solía tener debates con Jungkook sobre quién tenía los hermanos
más molestos. Siempre llegaba a la conclusión de que Jennie sola
se barría a Yugyeom y a Jeongyeon, pero mi Omega siempre se
negaba a creerlo.

Realmente no sabía que Jennie, debajo de esa cara de ángel tenía


la mentalidad de un demonio con siete cuernos.

—En fin, no sólo veníamos a molestar. —Yugyeom explicó. —


Veníamos a preguntarte donde está la caja de botellas de
champagne.

—¿Para que quieres la caja completa? —Kookie frunció el ceño.

Jeongyeon soltó un suspiro lastimero.

—La abuela está confundiendo a Yugyeom contigo.

Solté una risa.

—No para de preguntarme cuándo tendremos hijos Taehyung y yo.


—el Alfa mellizo hizo un mohín. —necesito un buen trago de
alcohol.

Tras unos minutos más, se retiraron.

Iba a volver a tomar de la cintura a Kookie y reanudar el entorno


romántico que estaba antes de que nos interrumpieran, pero todo
eso se fue a la basura.

El ambiente se tornó muy diferente cuando la música cambió a un


estilo muy americano con letras en inglés muy obscenas. Tuve que
desviar mi mirada de mi derecha, donde se encontraba Jimin
refregándose contra Yoongi.
Kookie conectó miradas conmigo y sonrió. Se acercó a mi y
posicionó sus manos sobre mis hombros para comenzar a
menearse de manera un poco insinuante.

En los años que tenía conociéndole, jamás había visto que se


moviera de esa forma.

Al menos no bailando.

Posicioné mis manos sobre sus caderas intentando seguirle el ritmo,


porque vamos, no era el mejor bailarín del mundo.

—Tenias vergüenza de que nos vieran besándonos en el altar, pero


ahora estas bailándome así, ¿eh? —solté mientras alzaba las cejas.

El dulce Omega se rió, y procedió a encogerse de hombros.

—Todos están pasados de copas. —contestó con simpleza. A


continuación, se giró pegando su espalda a mi pecho. —No importa.

Comenzó a moverse de manera sensual, y simplemente tuve que


hacer mi esfuerzo por no tener una jodida erección enfrente de
todos.

—Kookie. —hablé en su oído, mi voz sonando muy afectada en el


proceso. —Ten piedad de mi.

Me alegró escucharlo soltar una carcajada. Se separó de mi y me


observó con las mejillas encendidas.

—Lo siento, Tete. A mi también me gusta tomarte desprevenido.

Bueno, creo que yo también ocupaba unos tragos para poder


sobrellevar este tipo de actitud en Jungkook.

Unas horas más tarde, la velada estaba llegando a su fin. La


mayoría de invitados se fueron poco a poco, Yoongi, Jimin y mi
Omega y yo éramos los últimos.
Fue difícil despegar al borracho —y coqueto— de Jimin de Kookie,
que parecía terco porque su mejor amigo le diera un beso.

Eso jamás pasaría.

🌙🌙🌙

Realmente hice mi mejor esfuerzo por quitarle con rapidez el corsé a


Kookie en cuanto llegamos al apartamento, sin embargo, me tomó
más de quince minutos.

Y claro, se burló de mi.

—Qué tierno eres, Tete. —dijo una vez que aventé el corsé a no se
que lugar.

Ladeé la cabeza, acercándome a él.

—No te seguiré pareciendo tierno en unos minutos más. —alcé mis


cejas con una sonrisa.

Nos sofocamos en nuestras respiraciones aceleradas cuando


nuestros labios y lenguas no dejaron de hacer contacto. Mis manos
tocaron cada centímetro de su cuerpo sintiendo la suavidad y su ser
en las yemas de mis dedos.

Le saqué la ropa, y le brindé todo el amor que sentía por el


convertido en placer y satisfacción. Acaricié con mi lengua la piel de
su cuello, su pecho, su estómago y sus muslos.

Me jaló del cabello en el proceso, intentado mantener sus ruidosos


gemidos entre sus labios hinchados, y también me formuló lo mucho
que me quería mientras me observaba con los ojos cristalizados en
lágrimas.

El cabello le caía sobre la frente mientras unos jadeos quebradizos


salían desde su garganta. Nos dejé caer sobre la cama, donde
estimulé su cuerpo una y otra vez; y cuando sentí que era momento,
me hundí en el.

Ahogó un gemido sobre mi boca, dándome a entender lo


hipersensible que se encontraba.

No pude evitar sonreír de manera orgullosa al tenerlo de esta forma.

Acaricié la superficie de la piel de su pierna enrollada en mi cintura,


y después pellizqué con mis dedos; ganándome un quejido de su
parte.

Amaba cada centímetro de él con locura.

Con lentitud, enterré ambas de mis manos sobre sus glúteos —que
anteriormente se encontraban contra el colchón—y levanté esa
parte, creando una angulación para encontrar su prostata.

Conocía tan bien su cuerpo, que al cabos de unos segundos ya


estaba estimulándola.

—¡A-ah! —gimió con fuerza contra mi boca. —¡A-ahí!

Sonreí al verlo hecho un desastre de sensaciones.

Comencé a dejar besos húmedos sobre su mandíbula, poco a poco


haciendo un recorrido hacia su cuello; donde pude sentir como
comenzó a respirar con dificultad.

Sabía que estaba nervioso.

Me separé de su cuello y me dediqué a observarle mientras seguía


embistiéndolo con ritmo. Poco después, sus ojos se encontraron con
los míos haciendo que el rubor de sus mejillas se esparciera a su
pecho.

—N-no...no me veas a-así. —tartamudeó, mordiendo su labio.


Sabía que le ponía nervioso que lo observara con tanta atención, sin
embargo, era algo que yo amaba hacer. Mi Omega era hermoso,
pero cuando parecía estar disfrutando de algo, su belleza se
multiplicaba por el número mil.

Una pequeña sonrisa se avecinó en mis labios.

—Ya sabes que me encanta verte, bebé. —susurré. Mis manos


hicieron un recorrido hasta llegar a sus pezones efectos, los cuales
comencé a acariciar. Gimió alto. —Y escucharte también.

Lloriqueos desesperados comenzaron a salir de su boca,


alentándome a acelerar mis movimientos dentro de él.

Me incliné sobre su cuerpo y volvimos a pegar nuestros labios, esta


vez, en un beso dulce. Sus manos se posicionaron sobre mis
hombros desnudos, comenzando a ascender a mi cuello —lleno de
las marcas de su boca— hasta mi cabello, donde entrelazó las
hebras entre sus dedos.

—Estoy tan loco por ti. —pensé en voz alta.

Sus dientes tomaron mi labio inferior y jaló de el, enviando


corrientes de placer por todo mi cuerpo.

—T-tete...~ —gimió de manera aguda.

Seguimos perfumando nuestros olores en el cuerpo del otro por un


buen rato, sintiendo amor y placer corriendo por nuestros torrentes
sanguíneos.

Jungkook me observó con advertencia cuando su entrada se


contrajo, avisando que su clímax no tardaría en llegar.

Sus uñas se clavaron en la superficie de mi espalda, y arqueó su


espalda mientras gemía alto. Una de sus manos agarró su propia
erección y comenzó a bombearla sin vergüenza alguna.
Aceleré mis movimientos, mi vientre bajo comenzando a causar una
necesidad de venirme pronto.

Nuestras necesidades sincronizadas fue como que mi Alfa me


transmitió que era momento. Sus ojos brillaron de amarillo, sus
colmillos saliendo de su hocico mientras optaba por una posición de
cazador.

Tragué saliva, mis ojos encontrándose sobre el cuello de Kookie.

Estaba muy nervioso, y mil maneras de como arruinar el momento


me atormentaron la cabeza en tan solo un par de segundos.

Comencé a vacilar, y mi Omega lo notó.

—E-está bien, Tete. —su voz salió entrecortada. —Yo quiero...

Tragué saliva, sintiéndome un tanto cohibido. Me incliné hacia sus


labios y dejé pequeño un beso que logró calmarme un poco.

Con las manos temblorosas, tomé las caderas del Omega para
tomar soporte en su cuerpo y poder penetrarlo con más delirio. Mis
labios se posicionaron sobre su cuello al mismo tiempo que mis
colmillos salieron a la luz.

—T-Tae...ya- ya casi. —su respiración entrecortada hizo mover mi


cabello.

—E-está bien. —contesté en un susurro.

Mis colmillos acariciaron su piel con tentación, esperando al


momento en que ambos llegáramos al clímax.

—¡A-ah! —la piel me ardió donde sus uñas incrustaron mi piel. —


Tae, a-anúdame.

Le observé con el entrecejo fruncido.


Sabía que eso causaba dolor, ¿para que hacerlo entonces?
—No.

Soltó un quejido necesitado.

—Hazlo. —replicó en una súplica. —P-por favor, tenemos protección


y-

Sabía que la protección —esta vez— era resistente al nudo, aún así,
el dolor que le podía causar era terrible.

Otra contracción sobre mi, y sentí como mi Alfa interior me aulló con
fuerza.

Me separé levemente de él y sonreí. Le acomodé las hebras de su


cabello detrás de su oreja derecha y besé su mejilla.

—Te amo, Kookie.

Milésimas después, mis colmillos se enterraron profundándome


sobre su cuello. Pude sentir como el clímax nos arrasó a ambos, las
sensaciones llevándonos a un máximo.

La marca, el nudo y el orgasmo.

Jungkook ahogó un gemido de dolor combinado con placer,


procediendo a jalar mi cabello mientras los efectos del orgasmo le
estremecían el cuerpo.

Parecí perder el sentido durante unos segundos, donde lo unico que


percibí eran los latidos de mi Omega y los míos; los cuales,
comenzaron a ser sincronizarse.

Convirtiéndose en uno.

El aire se me quedó en los pulmones, y un espasmo me recorrió el


cuerpo.

Cerré los ojos, y una imagen que me cortó la respiración apareció


en mi cabeza.
Era un Jungkook de cabello rosado. Parecía estar teniendo una
conversación con alguien en un lugar desconocido. No podía
escuchar, mucho menos entender lo que decía, pero lucia
completamente diferente al Kookie que yo conocía.

Soltó una risa observando al individuo que tenía cerca. De repente,


sus ojos cayeron sobre los míos y alzó ambas de sus cejas.

Alzó una de sus manos y me hizo un gesto, mientras que con la que
tenía libre, se llevaba un cigarrillo a la boca.

Otra vida en la que éramos destinados.

Realmente nos pertenecíamos.

Por inercia, mis ojos se abrieron de golpe donde me encontré la


vista cansada de mi Omega.

Nos comunicamos con contacto visual durante unos segundos


eternos, ambos explicándonos con las miradas que habíamos
presenciado algo sorprendente:

A nosotros en otra vida.

Mi corazón se aceleró a un más cuando observé como sus ojitos se


llenaron de lágrimas y comenzó a sollozar.

Me estrechó con ambos de sus brazos con fuerza.

Totalmente aturdido por lo que estaba pasando, comencé a acariciar


su cabello.

—¿E-estás bien ? —susurré, asustadizo.

Tenía la esperanza que no estuviese así por lo que fuera que había
visto, sin embargo, seguia sollozando con fuerza; dándome a
entender que había presenciado algo que le causaba dolor.
Definitivamente habíamos visto cosas distintas, y sabía que no
había sido muy agradable para él.

Tenía miedo de lo que podía ser.

—Por favor...nunca me de-dejes. —pareció querer aferrarse a mi


cuerpo. —No lo pienses nunca, n-ni lo hagas.

Me mordí el labio.

—No te dejaré nunca, bebé. —mi instinto protector salió a la luz. —


Siempre seremos tú y yo.

Mis palabras parecieron ponerlo más sensible que antes. Se separó


de mi cuerpo un poco para observarme.

Tenía los ojos y las mejillas llenas de lágrimas gruesas. Sus orbes
chispearon de azul por una milésima de segundo, y yo tuve que
parpadear para asegurarme de que realmente había visto lo que
había visto.

Yo ya conocía ese destello azul, que definitivamente se sintió como


un deja vú.

Tragué saliva, intentando eliminar el nudo que se había creado en


mi garganta.

Kookie Kookie siguió soltando un llanto silencioso. Mis ojos hicieron


un recorrido hacia su cuello donde chorreaba de sangre.

—L-lo siento. —las palabras salieron de mi boca antes de


analizarlas.

Se secó las lágrimas con el dorso de la mano, y una diminuta —


extremadamente pequeña—sonrisa apareció en sus labios.

—Está bien. Estamos juntos ahora... —susurró para sí mismo.


Tenía bastante curiosidad, pero no quería empeorar la situación de
sentimentalismo que estaba sufriendo.

Intenté moverme un poco una vez que el nudo se deshinchó, sin


embargo, el dulce Omega hizo un sonido de negación.

Volvió a estrecharme con sus brazos, evitando que me moviera.

—N-no te vayas. —su voz salió en un hilo.

Pude sentir los latidos de su corazón retumbar contra mi pecho, los


cuales eran ruidosos y rápidos.

Le observé con preocupación.

—Solo iré por una toalla para limpiarte, bebé.

Negó con la cabeza.

—N-no. —dijo en un tono amargo. —Hay que quedarnos así un rato


más, ¿si? Por favor.

Solté un suspiro tembloroso. La situación me estaba consternando


demasiado.

—Está bien, bebé. —me acerqué a su frente para depositar un


beso. Descansemos.

Asintió con la cabeza, aún luciendo un poco consumido en sus


pensamientos. Me tomó del rostro con sus manos temblorosas y
depositó un besito sobre mis labios.

—G-gracias, Tete. —susurró. —Gracias por estar conmigo.

***
👁👁👁👁👁👁👁👁👁👁👁👁👁👁👁👁👁👁👁👁👁👁

DISCULPEN SI HAY ERRORes


Espero que lo hayan disfrutado<3, todo ha sido súper
espontáneo

Gracias por las 145k leídas💜

Realmente estos extras tienen mucho sabor, je je

Gracias por leer, bebus


Extra #2. "Platicas"
Jungkook POV's

Si la clientela en Suwon era demandante, en Seúl mucho peor.


Trabajar en la ciudad era muy exhausto.

El local —a pesar de ser el doble de grande que el que estaba en


Suwon— siempre estaba lleno de clientes. Por la puerta principal
entraban desde estudiantes hasta personas que trabajaban en
oficinas importantes.

Tenía un buen rendimiento, y eso era algo maravilloso.

Cuando recién compramos este lugar, me puse muy emocionado


por comenzar a decorarlo. Mis hermanos y yo pusimos nuestros
pocos conocimientos en decoración, pero al final todo terminó
funcionando.

La cafetería en Suwon tenía una vibra más vintage, mientras que


aquí en Seúl parecía tener una vibra más elegante y sofisticada.

A medida qué pasó el tiempo y seguimos ganando ingresos,


terminamos por darle los últimos detalles al lugar. Compramos unos
candelabros pequeños que colgaban desde el techo, e incluso
pusimos unos cuadros fotografiados especialmente por mi esposo,
Tae.

Por la gran demanda laboral, tuvimos que contratar a gente, porque


santa luna, nos hacía falta ayuda.

—Que tengan un buen día. —sonreí con cortesía ante la pareja


frente a mi.

Ambos reverenciaron levemente antes de encaminarse a la salida y


salir de la cafetería.
Observé el par de wones de propina que me dieron y los guardé en
mi bolsillo.

Algo más de dinero para el bote de ahorros de Tae y mío.

—¿Estás cansado? —Mamá salió del inventario, observándome


masajear mi hombro derecho.

Giré mi cuello hacia ella para mirarle.

—Solo un poco. —hice una pequeña mueca. Segundos después


bostecé. —También he tenido muy pocas horas de sueño.

Mamá me observó con preocupación.

—¿Y eso?

—El estrés me causa un poco de insomnio. —hice un gesto de poca


importancia. —Pero no te preocupes.

Pensé que cuando terminaría mi carrera universitaria sentiría menos


estrés, pero era todo lo contrario.

Sabía que aquí en Seúl —siendo la capital del país—, había


demasiada demandancia laboral. Por las noches el pensamiento y el
miedo que de no ser lo suficiente bueno para conseguir un trabajo
me causaba insomnio.

Me sentía como un cordero siendo tirado a una cueva llena de


hienas...pero supongo que ese tipo de sentimientos era normal,
¿no?

Me senté en la butaca libre una vez que observé que no había


clientes con pedidos. Mama se sentó a mi lado, luciendo muy
vacilante.

—Puedo pedirle a Jeongyeon que venga en tu lugar, Kookie. —


posicionó una mano sobre mi espalda. —O podemos contratar a
alguien más.
Torcí los labios.

¿Contratar a alguien más? No me parecía necesario cuando estaba


yo medianamente disponible.

Aparte, Jeongyeon estaba enfocada en sus estudios ahora mismo,


no quisiera que se distrajera mucho.

—No, mamá. —negué con la cabeza. —Por ahora no nos


preocupemos por eso, ¿si? Estoy bien.

La mujer pareció dudosa, no obstante no volvió a hablar del tema.

Cierto aroma llamó mi atención —de hecho, no sólo la mía—.

Taehyung anunció su presencia en el local con su semblante


intimidante y atractiva.
Su vista me buscó tan rápido como entró.

Sonreí al observarlo tan guapo como siempre.

Se acercó al lado contrario del mostrador y puso una bolsita sobre la


oscura madera. Miró a mamá e hizo una suave reverencia.

—Hola, suegra. —sonrió un poco para después observarme a mi. —


Hola, bebé.

Me sorprendía bastante verlo aquí en el trabajo.

Me levanté de la butaca y caminé hacia el mostrador para


acercarme. Tuve que evitar suspirar como un enamorado al notarlo
con aquel atuendo y peinado.

—Te ves muy guapo. —susurré con las mejillas sonrosadas.

Todo en Kim Taehyung era mi debilidad.

Su cabello oscuro estaba peinado medianamente hacia arriba, sus


cejas llamando la atención ante lo pobladas que eran.
Sabía que las estudiantes que se encontraban en las mesas del
local no exageraban al observarlo como enamoradas, porque
vamos, el Alfa se veía fenomenal con aquellos pantalones de vestir
y con esa camisa de botones de color blanco.

Después de haberse graduado el año pasado, comenzó a trabajar


en la empresa a tiempo completo y así, comenzó a estar muy
ocupado la mayoría del tiempo.

A pesar de eso, feliz de hacer lo que le gustaba.

Tae me dió un pequeño beso en los labios.

—Tu también te ves precioso. —sonrió mientras me miraba a los


ojos.

Sabía que exageraba. Simplemente estaba usando ropa apropiada


para trabajar aquí en la cafetería.

—Pensé que ya estabas en las oficinas. —mencioné una vez que


mamá carraspeó a mis espaldas. —¿No vas tarde?

El Alfa asintió con la cabeza, y a continuación hizo una mueca.

—Bueno, si. Se me hizo tarde. Yeontan no me despertó como suele


hacerlo. —soltó una risa. —¡Por cierto! Les traje el almuerzo a mi
suegra y a ti.

Me extendió la bolsa, y no pude evitar sonrojarme ante aquel gesto


que me pareció lindo y atento.

—Probablemente llegarás aún más tarde por mi, Tete. No tenias por
qué.

Sonrió.

—Claro que si. No puedo dejar que mi bebé sufra hambre.


Acercó su mano hacia un mechón de cabello que caía desordenado
sobre mi frente para después, proceder a acomodarlo detrás de mi
oreja.

Su tacto seguía acelerando mi pulso como la primera vez.

—Por cierto, mañana tengo día libre. —me avisó con entusiasmo. —
Mañana podemos ir al centro comercial y compartir un atuendo para
tu graduación.

Tan solo quedaban dos días para la ceremonia, y no tenia ninguna


pizca de entusiasmo.

Arrugué la nariz.

—No es necesario, Tete. —negué con la cabeza. —Podemos


ahorrar ese dinero mejor.

Cada moneda y billete valdría la pena para comprar nuestra casa


cuanto antes.

—Claro que no. —negó, frunciendo el ceño. —Quiero darte el lujo


de comprarte algo lindo.

Después de años conociéndonos, aún seguía sin saber si el o yo


era más terco.

—Lo hablamos esta noche. —dije en un suspiro.

El Alfa asintió con la cabeza.

—Está bien. No te duermas muy temprano, ¿si? Lo discutiremos. —


observó el reloj que descansaba en su muñeca. —Me tengo que ir.

—Adiós. —besé la comisura de sus labios.

—Adiós, bebé.
Ambos sabíamos que siempre llegaba tarde de las oficinas. Nunca
platicábamos por las noches porque yo siempre caía rendido ante el
cansamiento.

Acercó nuevamente sus labios a los míos en un suave y corto beso,


después hizo una seña de despedida a mamá para salir de la
cafetería.

Solté un suspiro lleno de sentimientos, y mis ojos se quedaron


clavados sobre la puerta por donde había salido durante unos largos
segundos.

—Los ahorros te tienen como loco, ¿no? —mamá habló a mis


espaldas. —Deja que Taehyung te consienta.

Me sentía culpable si me consentía con cosas materiales, —que no


me parecieran necesarias—. Quería irme en cuanto antes del
apartamento y así poder tener una casa donde, en un futuro más
estable, nuestros cachorros crecerían.

Los ingresos que comenzamos a tener desde que nos propusimos


tener una casa propia —porque el apartamento era de renta— los
fuimos juntando poco a poco debido a nuestros trabajos. Taehyung
era el que más traía dinero debido a la empresa donde trabajaba,
más las sesiones que tomaba a clientes privados.

Mientras tanto, mis únicos ingresos eran los de la cafeteria —los


cuales solo obtenía de vez en cuando—.

Tenía que conseguir un trabajo relacionado a mi carrera universitaria


cuanto antes.

—Puedo usar un traje normal en la ceremonia de graduación. —


comenté mientras abría la bolsa del almuerzo. —No es la gran cosa.

Le entregue a mamá un burrito cuando me senté a su lado en la


butaca.
—Tu poco entusiasmo es molesto. —la mujer respondió, y yo me
reí.

Eso sonó como si Jimin lo hubiese dicho.

🌙🌙🌙

—¡T-tío! —el bebé de medio año alzó sus bracitos hacia mi.

Podía derretirme ante la imagen.

—¡Cachorro! —agarré a Minseok para cargarlo en mis brazos.

Sus brazos regordetes y enrollaron mi cuello para después pegar


nuestras mejillas. Observé como Leehyuk hizo un puchero.

—Yo también quiero que me abraces. —el gemelo hizo una


expresión de sorpresa.

Taehyung no tardó en ponerse de cuclillas hasta agacharse a la


altura del cachorro.

—¿No quieres un abrazo mío?

Leehyuk asintió, sus labios curvándose en una sonrisa para


después acercarse a abrazar a Tae.

Eran unos gemelos muy melosos.

—¡Felicidades, Kookie! —Suni me sonrió con emoción, y procedió a


besar mi mejilla.

—Estamos orgullosos. —papá me observó con emoción.

Justamente la ceremonia había terminado.

Jamás había tenido tanta vergüenza como en el momento en el que


la directora de la universidad dijo mi nombre para que pasase al
frente a recibir mi título, porque los gritos de emoción de Taehyung y
mis hermanos fueron muy ruidosos.

—Te queremos. —mamá me sonrió con la mirada y la voz


quebradiza.

Bajé al gemelo al suelo y observé a mamá con preocupación.

—Mamá, no llores.

Ver a gente llorar me hacía llorar.

—Más vale que así reaccionen cuando me gradúe yo. —Jeongyeon


mencionó con el entrecejo fruncido.

Unos minutos más tarde, papá nos invitó a cenar a un restaurante.


La familia estaba casi completa, por lo que los empleados del lugar
tuvieron que juntas dos mesas para que todos cupiéramos.

Taehyung a mi lado tomó mi mano y besó el dorso de mis dedos.

—Estoy triste por no haberte convencido de comprarte algo.

Solté una risa.

Si, se lo había prohibido. Y apesar de eso, me sentía un poco


egoísta.

—Puedes mimarme con besitos y abrazos. —le susurré.

Había pasado un buen rato desde la ultima vez que habíamos


tenido tiempo para eso.

El Alfa torció los labios.

—Okay, ¿algo más?

—Y helado también. —sonreí.


Dejó un beso en mi mejilla.

—Está bien. Esta noche. Es una cita casera.

Mi celular vibró en el bolsillo de mi pantalón, y esbocé una sonrisa al


observar un mensaje de Jimin.

"Estoy triste de no poder estar ahí


Lo siento;( me siento mal amigo
Quiero llorar"

"No te preocupes
Entiendo que estes muy ocupado!"

"Luego lo celebraremos, te lo juro

MIERDA podría llorar ahora mismo


Siempre estuvimos juntos en nuestras graduaciones"

"Estaré en la tuya sin falta, jiminssi"

Desde que nos volvimos universitarios, con casi empleos y muchas


responsabilidades era difícil vernos como lo hacíamos antes.

Supongo que era algo fundamental cuando crecemos.

—¡Brindemos! —papá alzó una copa al aire, todos después


siguiendo el gesto.

Espero que el vino tinto no me ponga sensible.

—Brindemos por lo rápido que crecen nuestros hijos. —mamá


mencionó.

—Brindo por terminar mi carrera. —mi hermana dijo poco después.

—Brindo por un futuro con sobrinos. —Yugyeom mencionó con


malicia, observándonos a mi Alfa y a mi.
Le fulminé con la mirada. Por suerte papá alcanzó a darle un golpe
en la nuca.

—Mi niño todavía está muy pequeño para hijos.

Jeongyeon hizo una expresión de disgusto.

—"Su niño" tiene veintitrés años.

—También está casado y marcado. —mi mellizo siguió.

—Bueno, cállense. —mamá rodó los ojos. —Bebamos.

Taehyung a mi lado soltó una risa.

Lo caótica que era la familia era abrumante, y eso que la abuela


Seung y Jimin no estaban presentes.

Sino, la situación sería mucho peor.

🌙🌙🌙

Me puse mis shorts más cómodos y un suéter de Taehyung. Me dejé


caer en la cama y solté un suspiro de alivio.

Mis lugares favoritos eran mi cama y Tete.

El Alfa me observaba desde el umbral de la puerta mientras secaba


su cabello húmedo con una toalla.

—¿Que película vamos a ver? —pregunté con emoción.

—La que tú quieras. —respondió con suavidad.

Comenzó a caminar hacia la cama para sentarse a un lado mío.

—No se vale que te quedes dormido, eh. —advertí con los ojos
entrecerrados.
—No me quedaré dormido. —rodó los ojos, soltando una risa en el
proceso. Alzó su dedo meñique. —Lo juro.

Enrollé su dedo con el mío, la promesa cerrándose.

Comencé a buscar algo en Netflix mientras que Tae preparaba


palomitas y sacaba el helado del congelador.

—Elegí Parasite. —avisé una vez que entro a la habitación con las
cosas en sus manos.

Sus dedos eran tan largos que ni siquiera batallaba.

Tae apagó las luces y se sentó a mi lado, procediendo a taparnos


con una manta. Me pasó el Bowl de palomitas y luego el helado.

Recargué mi cabeza en el ancho hombro del Alfa y solté un suspiro


para después ambos poner atención en la película.

Tener momentos así con Taehyung me hacían tan feliz. Me hacía


sentir como si no tuviese estrés o preocupaciones. Me sentía en mi
hogar.

Aprisioné la cintura de Tae con mis brazos, aferrándome cada vez


más a su cuerpo conforme pasaba la película.

Observé el envase de helado y tuve que evitar soltar un jadeo al ver


como estaba medio vacío.

Ni siquiera llevábamos la mitad de la película y casi lo había


terminado. Dejé el envase sobre la mesita de noche que estaba a un
lado de Tae, y el Alfa frunció el ceño.

—¿Por qué no lo terminas? Te falta poco.

Tragué saliva. Negué con la cabeza y volví a acomodarme cerca de


su cuerpo.

—Ya no quiero. —mi voz salió en una queja.


Estaba comiendo demasiado. Más de lo normal, y eso me estaba
causando inseguridades.

Había dejado de hacer el ejercicio que solía hacer diario en Suwon;


y fue hasta unos meses que comencé a ver cambios en mi cuerpo.

No sabía si era fantasía de mi cabeza o si era real que mis piernas


habían tomado un gran grosor.

—¿Estás bien? —sentí la mirada de Tae clavada sobre mi rostro. —


¿Te sientes mal?

Volteé mi cuello para mirarle. A pesar de que la habitación estuviese


oscura, podía observar la intensidad de su mirada dorada.

—E-estoy bien. —hice un gesto para que le restara importancia.

El Alfa pareció inquieto, sin embargo pude notar como guardó sus
ganas de volver a preguntar. Con una de sus manos tomó mi muslo
y lo posicionó por encima de su regazo.

Aquello me hizo dudar al par de minutos.

¿Mi muslo no era demasiado pesado para el?

—¿Que haces? —Tae cuestionó cuando me observó bajarlo.

Tragué saliva.

—Está pesado.

El Alfa parpadeó un par de veces, analizando lo que había dicho.

—No lo está. —dijo un poco después.

No puede evitar decir lo que había estado rondando en mi cabeza


en los últimos meses:

—Estoy engordando.
Hubo un silencio de segundos.

Taehyung me tomó del rostro para girarlo hacia el suyo. Me encontré


con su mirada confundida.

—¿Por eso no te terminaste el helado, mmh? —alzó una ceja.

Hablar sobre este tema me causaba incomodidad, pero sabía que


mi Alfa era muy comprensivo para hablar sobre ello.

—Es que... es que siento que he ganado mucho peso. —respondí


con nerviosismo. —Siento que...

Taehyung me tomó de la cintura y me acomodó en su regazo.


Tragué saliva nerviosamente.

—Bebé...no estás pesado. —masajeó mi piel con sus dedos


pulgares. —No entiendo porque piensas eso.

—Si lo estoy. —respondí con vergüenza.

Su vista viajó hacia mis muslos desnudos.

—Solo estás viéndote mejor a cada día. —respondió con suavidad,


sonriéndome. —Es normal que a veces ganemos unos kilos.

Entonces si subí de peso.

Solté un quejido.

—Mira...para mi siempre serás hermoso. Tus piernas se están


haciendo más gruesas y se ven geniales. —las acarició con lentitud
mientras me miraba. —Pero tu opinión sobre ti mismo es más
importante. Si quieres cambiar para hacerte feliz, podemos hacer
ejercicio juntos.

Hice un puchero.
—Casi no tenemos tiempo para nosotros, Tete. —mi labio tembló. —
Siempre estamos trabajando.

La expresión de Taehyung pareció un poco triste, pero terminó por


sonreír levemente.

—Todo esto tendrá una recompensa. —sentía como sus ojos


transmitían paz a mi lobo inquieto. —Te juro que todo será mejor en
unos meses.

Solté un suspiro.

—Espero que tengamos nuestra casa pronto.

Tae sonrió.

—Espero que en un tiempo más esto se hinche. —posicionó la


palma de su mano sobre mi estómago.

No pude evitarme sonreír ante la idea.

—Serás un gran papá, Tete. —acaricié su mejilla.

—Estoy muy emocionado. —confesó con un brillo especial en los


ojos. —¿Deberíamos de elegir el nombre ya?

Solté una risa.

—Tengo una lista de nombres en mi celular.

Los ojos de mi Alfa se extendieron de impresión.

—Yo también tengo una. —nos reímos ante la coincidencia. Me


observó con suavidad. —Todavía tenemos que esperar.

—Tengo que conseguir trabajo. —torcí los labios mientras me


removía sobre el regazo del Alfa.

Aún seguía pensando que era muy pesado.


—Puedo decirle a papá que te ayude. —dijo con timidez —Tiene
muchos contactos en esa rama. Mercadotecnia es algo muy
utilizado.

Se podía usar a mi favor para las sucursales de la cafetería.

—Suena bien. —susurré un poco vacilante. —Pero tengo miedo.

Tae me besó suavemente.

—No te preocupes. Todo saldrá bien. —volvió a darme otro beso


corto. —Mañana a primera hora llamaré a papá. Estará muy feliz de
ayudarte.

A pesar de lo abrumado que me sentía, un cierto alivio me recorrió


el cuerpo.

—Muchas gracias, Tete. —le dejé besos tronados en la mejilla. —Te


amo, te amo.

Casi pude visualizar como su lobo se movía con felicidad en su


interior. Era muy tierno.

—Te amo más. —una vez que terminé de besarle, me tomó del
rostro con sus manos. —Eres precioso.

Sonreí como un enamorado.

—Quiero que nos quedemos así siempre. —mencioné aferrándome


a su cuerpo.

Escondí mi rostro en su cuello para oler su hermosa fragancia.


Extrañaba nuestros momentos así.

Su mano acarició mi espalda con suavidad, enviando paz a mi


cuerpo.

—Te haré los mimos que quieras hasta que te quedes dormido, ¿te
parece?
Asentí con la cabeza. Me incorporé lo suficiente para volver a verle
el rostro.

Mis mejillas calentaron.

—¿me das... más besitos? —pregunté con voz melosa.

Soltó una risa ronca.

—Los que quieras y donde quieras, bebé.

***
Un poco mediocre y necesario, pfff
Pronto pondré lo que tanto esperan<3 es solo que estoy
tardando porque quiero que se note el progreso que hacen
como pareja casada :(

A la próxima escribiré algo mejor

Tengo muchos borradores, raios

Ya quiero escribir a KOOKIE EN CINTA

Jummmmm 👀
Extra #3. "집"
Taehyung POV's

—No sé porque te dije que si.

Solté una risa sonora para después besarle la frente.

—Tranquilo. Lo harás bien. —di un paso hacia atrás y le observé.

El dulce Omega se removió con incomodidad sobre su lugar.


Carraspeó su garganta al verme alzar la cámara.

—¿Que hago?

Tuve que reprimir una risa al observar como se movía con rigidez,
buscando alguna pose. Dejé la cámara sobre el sofá y volví a
acercarme a él.

—¡Soy pésimo! —un puchero apareció en sus labios. Se cruzó de


brazos dando un suave pisotón al suelo.

Sonreí.

—Solo actúa normal, Kookie. —le tomé de las mejillas para generar
contacto visual. —Podemos tener una conversación mientras
tanto...o puedes simplemente hacerte el despistado.

El dulce Omega entrecerró los ojos.

—P-pero...bueno, está bien. —soltó un suspiro una vez que quité mi


agarre de sus mejillas. Me observó y sonrió levemente. —¿Me das
un besito?

Qué tierno que aún me lo pidiera de esa forma.


Sin dudarlo me acerqué a pegar sus labios con los míos en un corto
tacto.

Una vez que me separé de él, pasé la lengua sobre mis labios
saboreando cierto sabor.

Fresa.

—¡Te dejé gloss! —Kookie dijo soltando una risa. Ladeó su cabeza
observándome fijamente. —Se te ve bien.

Alce los labios como pato.

—¿Ah, si? —sonreí. —¿No quieres ponerme más?

El Omega asintió con la cabeza, y con torpeza comenzó a buscar


algo en los bolsillos de sus jeans.

—Creo que lo guarde por aquí.

Rodé los ojos al mismo que una sonrisa se esbozó en mis labios.

Despistado.

Extendí mi brazo para tomar la corbata que estaba usando, poco


después jalé de ella para que se acercarlo a mi. Sus ojos se
extendieron con sorpresa, sus mejillas coloreándose de rosado
mientras los latidos acelerados de su corazón se escuchaban en mis
oídos.

—No me refería a eso. —le susurré.

Fue fácil percibir como se estremeció.

Solté un suspiro de satisfacción, porque santísima luna, me


encantaba la manera en la que su mirada lucia por el delineador
negro que llevaba.
Besé la comisura de sus labios, y aquel tacto me llevó por una
milésima de segundos al recuerdo de nuestro primer beso: Cuando
se acercó a mi y se sonrojó al darse cuenta de que había besado la
esquina de mis labios.

Amaba cada recuerdo que tenía con el.

—Oh...

El Omega entendió segundos después mis palabras, porque


comenzó a dejarme besos cortos sobre la boca.

Me tomó de los costados del cuello para tomarme firmemente y


seguir besándome. En un acto inesperado, moví mi cabeza hacia
delante para que nuestras bocas se pegaran en un beso duradero.

Aprovechando nuestra cercanía, mis manos tomaron los bordes


inferiores de la camisa de botones que llevaba puesta; después, mis
dedos hicieron un recorrido hacia el cuello de esta y aflojé el nudo
de la corbata.

—¿Que haces? —preguntó en un susurro contra mi boca.

Desabotoné los primeros dos botones de la camisa para dejar un


poco de la piel de su pecho a la vista.

—Nada. —respondí con un deje de burla.

Por último, con mis manos despeiné su cabello ganándome una


queja de su parte.

—¡H-hey! —separó nuestras bocas en un chasquido. Me observó


con recelo y yo sonreí.

—Te estoy dando un look más despreocupado.

Di un paso hacia atrás y me pareció ver el alumno malo del que todo
mundo se enamora en los dramas.
El conjunto de su ropa levemente arrugada con la corbata y su
pecho a la vista mía, sus ojos delineados, su cabello desordenado
más el rubor en sus mejillas y labios rojos era perfecto.

Lucia recién revolcado. Y saben a lo que me refiero.

—Estás listo, bebé. —murmuré alzando mis cejas.

Kookie soltó un suspiro, y no pude evitar sonreír al ver el labial brillo


que llevaba desparramado sobre sus labios.

No dije nada al respecto, simplemente le di una indicación para que


se acercara nuevamente a la esquina de la sala.

Pude ver como se rascó la nuca con nerviosismo.

—Si no estás cómodo podemos cancelar esto, Kookie.

El Omega negó con la cabeza.

—Claro que no. No cuando has tardado bastante montando un


estudio fotográfico aquí en la sala de estar. —respondió. —Aparte,
es inaceptable que no le hayas hecho jamás una sesión de fotos a
tu esposo.

No pude evitar sonreír ante lo mismo.

—Yo siempre quise. Desde el momento en el que te conocí. —


confesé.

No podía contar los dedos de las manos las veces que lo había
imaginado posando para mi.

Su belleza merecía ser capturada.

—Más vale tarde que nunca. —me dijo observándome con timidez.
—Por cierto...¿estás fotos serán solo para ti?

Volví a tomar la cámara entre mis manos y le miré con altanería.


—Claro. No dejaré que nadie más las vea porque son mías y eres
mío.

Pude visualizar a su lobo feliz por mis palabras, y no pude evitar


sonreír.

Sabía lo mucho que le gustaba que le recordara lo perteneciente


que era a mi.

—Qué egoísta. —rechistó rodando los ojos mientras que sus


mejillas volvían a colorearse de rosado.

🌙🌙🌙

Jungkook POV's

Decir que estaba nervioso era poco. Podía sentir como mis manos
picoteaban en sudor y mi garganta se encontraba seca.

Con el pulso a mil por hora, observé el gran edificio que se


encontraba a unos metros de mi y solté un suspiro.

Observé al señor Kim parado a un lado de una gran maceta y me


acerqué a el.

—H-hola. —reverencié levemente.

El hombre sonrió provocando que unas arrugas aparecieran a los


alrededores de su boca.

—Hola, Jungkook. —habló con el cierto tono de voz que le


caracterizaba. —¿Estás nervioso?

Asentí con la cabeza.

—Estoy asustado.

Soltó una risa, echando su cabeza hacia atrás en el proceso.


Después, posicionó su mano sobre mi hombro transmitiendo un
poco de paz a mi.

—No te preocupes. Confía en ti. —habló muy animado. —Ya sabes,


la mejor suerte de todas es la qué haces por ti mismo.

Dicho eso, el hombre me hizo un ademán para que lo siguiera hacia


el interior del edifico.

El señor Kim era un hombre muy amable e inteligente, sabia que


había sido un padre espectacular y por eso, sus hijos eran muy
parecidos a el.

No había duda que Taehyung había sacado muchísimas cualidades


de el, ayudando a crear al hombre que era ahora.

—Buenos días. —el recepcionista se inclinó con muchas ganas al


observar al señor Kim.

—Buenos días, Richard.

Segundos después, nos encaminamos hacia el ascensor el cual se


encontraba vacío. El señor Kim aprovechó para darme consejos.

—No tartamudees al hablar, o todos se reirán de ti.

Más que consejos eran recomendaciones.

Parpadeé un par de veces observando mi reflejo en la pared de


metal.

—¿C-como?

—Tenemos buen ambiente laboral, simplemente a veces son muy


burlescos y se les pasa la mano. —explicó con tranquilidad. —
También, no te entristezcas si te usan para hacer mandados, todos
pasamos por eso.

De repente tenía ganas de vomitar el desayuno —que Tete me


había preparado— por los nervios.
—P-pero...

El hombre me interrumpió.

—Eso si, no dejes que nadie te trate mal física o verbalmente. Si


eso pasa, me lo haces saber, ¿está bien? —me observó y yo asentí
con la cabeza. —Por ahora comenzarás como analista, lo cual es
muy alto para tu comienzo. La mayoría tendrán un poco de envidia,
pero ignóralos.

Analicé sus palabras.

—G-Gracias por su ayuda.

El hombre sonrió.

—De nada.

Una vez que las puertas del ascensor se abrieron en el piso catorce,
pude sentir como miradas se clavaron como cuchillos sobre mi.

Tragué saliva, preguntándome a mi mismo en que momento había


desarrollado una pizca de ansiedad social.

🌙🌙🌙

Taehyung POV's

Observé el reloj del celular y noté que aún era demasiado temprano
para que Kookie regresara de su primer día de trabajo.

Estaba desesperado por preguntarle mil cosas al respecto. También


estaba muy feliz y orgulloso de que mi Omega comenzara a trabajar
profesionalmente.

Abrí el chat que tenía con el y escribí un mensaje.

"Como te está yendo, bebe?


Estas cansando? Tienes hambre?
La desesperación me carcomió por completo en los quince minutos
que tardó en responder.

"Me está yendo normal, creoo


Si, si estoy cansado ;(
Y si, también tengo muchísima hambre"

Por alguna razón, un puchero apareció en mis labios al leer los


últimos dos mensajes donde confirmaba su hambre y cansancio.

Estaba muy preocupado, y tan sólo era su primer día.

"Algo en especial que quieras cenar?"

Volvió a tardar en contestar.

"Podemos pedir sushi, Tetep?"

"Claro que si;)


A que horas regresas?
Iré a recogerte"

"A las 10"

Solté un jadeo, incorporándome sobre el colchón de nuestra cama.

"como que A LAS 10?


Eso es muy tarde ;(((((("

"Supongo que así es el trabajo


No te quedes dormido, eh"

El día de hoy había salido temprano de las oficinas, siendo


especifico, a las cinco de la tarde; y cuando solía regresar a casa
siempre Kookie y Yeontan me recibían juntos.

Pero ahora al ver que mi dulce Omega no se encontraba cerca era


extraño, y era mucho peor que ahora en esta ocasión tenía que
esperar cinco horas para poder verle.
Me encantaría pedirle que no trabajara, pero sería inaceptable y
egoísta de mi parte.

"Está bien, bebe


Te amo"

"Yo te amo más, Tetep"

Tras unos segundos de dejar que pensamientos variables


atormentaran mi cabeza —y entre medio, sobándole la pancita a
Yeontan— recibí un mensaje.

De Hoseok.

"Estás en casa?"

"Si, por?"

"Jim, nam y yo vamos en camino"

Sabia que aquel mensaje también se podía leer como "Vamos a ir a


tu casa y beber un poco."

Tras haber contestado el mensaje me adentré en la ducha hacer un


poco de tiempo en lo que llegaban. Cuando estaba enjabonándome,
pude escuchar los ladridos de Yeontan y los mimos que Hoseok le
hacia.

No sabia si haberles dado la contraseña del apartamento había sido


algo bueno o malo. Entraban como Pedro por su casa.

Una vez listo me cambié casualmente, y salí del baño mientras


secaba mi cabello. Se encontraban mis tres amigos sentados en el
comedor mientras abrían un par de cervezas.

—Hola, bello. —Jin bromeó. Me extendió una lata. —¿Quieres?

Negué con la cabeza, arrugando la nariz en el proceso.


—Paso. —me senté a un lado de Nam y le observé. —¿y el niño?

—Lo dejamos con nuestros suegros. —explicó. —Estamos teniendo


una tregua.

Solté una risa por la palabra "tregua."

—Los niños a esa edad son insoportables. —Hoseok dijo haciendo


una expresión de terror.

Jin le golpeó el hombro.

—Mi hijo no es así. —respondió. —Es más, pronto tendremos otro.

Hobi se ahogó en la cerveza y yo contra mi propia saliva al escuchar


aquello.

¿Tan pronto?

—Demonios, ¿que son? ¿Conejos? —Hobi cuestionó con los ojos


exaltados de sorpresa.

—Simplemente somos felices. —Nam rodó los ojos. —Algo que


deberías de hacer tu. ¿Por qué mierda no le pides matrimonio a
Wendy?

Solté una risa fuerte.

—Ni siquiera es capaz de que le pida ser su novia, ¿como seria


capaz de pedirle matrimonio después de años? —pregunté con
burla.

Hoseok alzó ambas de sus cejas, procediendo a cruzarse de


brazos.

—La situación me recuerda a Jin tardando casi dos décadas en


cortejar a Namjoon.

El acusado soltó una queja.


—Supéralo. Ahora estamos casados, y tú eres el único solterón.

—Estoy disfrutando de mi soltería. No lo hagas ver como algo malo.


—Hobi se defendió.

—Te estás haciendo viejo. —repliqué.

Estaba apunto de comenzar una discusión absurda, sin embargo,


Namjoon fue rápido en interrumpirnos.

—Me dijo Kookie que hoy era su primer día de trabajo, ¿a que horas
llega?

—Tarde. A las 10. —hice una mueca.

Jin se sentó en la silla frente a mi.

—Uuuh, más vale que le proporciones todas las comodidades del


mundo. Prepárale un baño caliente y hazle cena. —recomendó. —
También hazle un masaje.

Hoseok frunció el ceño.

—O simplemente déjalo dormir.

Namjoon rodó los ojos al escuchar aquello.

—Por eso estás soltero.

Hobi soltó un resoplido.

—Tienen mucha ganas de atacarme hoy. —se tomó un sorbo de


cerveza después.

Namjoon torció los labios observándome unos segundos más tarde.

—Ustedes no tuvieron luna de miel, ¿cierto?

Parpadeé un par de veces antes de responder.


—Umh, no. —me rasqué la nuca. —Kookie prefirió dejar el dinero
que se invertiría para nuestra casa.

—¿Y como van con los ahorros? —Hobi se adentró en la platica.

—Muy bien, de hecho. Para tener casi dos años, nos va muy bien.
—respondí. —Estoy considerando en decirle a Kookie pronto sobre
ir a conocer algunos vecindarios con casas disponibles.

Namjoon sonrío satisfecho.

—Estoy seguro de que eso le hará muy feliz.

Por fin tendríamos un lugar propio, y el proceso que conllevaba me


hacía sentir muy emocionado.

El esfuerzo y la espera al final de todo, siempre valía la pena.

***

Siento mucho la tardanza, no me he sentido muy bien la vdd


Espero q les haya gustado al menos un poco, estoy intentando
acelerar puntos importantes en la historia

Así q supongo que en el próximo cap será sobre Kookie y Teté


eligiendo su casita <3

Perdonen por la tardanza;(

GRACIAS POR LAS 162k leídas 💜💜L@s TKM


Extra #4. "Vengativo"
Jungkook POV's

—¿Qué piensas de esta casa? —Taehyung me susurró una vez que


la mujer de bienes raíces nos dejó a solas.

Observé a mi Alfa unos segundos, y luego volví la mirada hacia la


sala de estar, la cual, era espaciosa.

Solté un suspiro.

—No sé... —me rasqué la nuca. —es bonita, y hay espacio pero...

Taehyung asintió con la cabeza.

—Si hay un "pero" es porque no es la casa indicada. —me murmuró


con una sonrisa. —Tiene que ser un "si" instantáneo.

Intercambiamos miradas durante unos segundos, nuestros lobos


imitando la acción.

—Creo que las casas no se sienten hogareñas. —confesé,


pensando en las casas anteriores que habíamos visto. —Todas
lucen muy modernas y planas, como la mayoría de las casas aquí
en Seúl.

El Alfa frente a mis ojos acarició mi cabello mientras me observaba


con dulzura.

—Entiendo... —saboreó sus palabras. Se inclinó levemente hacia mi


para que nuestros rostros quedaran al mismo nivel. —¿Entonces
como luce un "hogar" para ti?

Me mordí el labio, pesando en la instantánea respuesta que


apareció en mi mente.
—Luce alto, con cabello oscuro y ondulado. Tiene un lunar en la
nariz, es talentoso y tiene habilidades culinarias. —respondí con una
sonrisa. —También es muy guapo.

Tete, ante la evidente descripción, echó su cabeza hacia atrás


mientras sus mejillas se coloreaban levemente de rosado.

Qué tierno.

No pude evitar arrugar mi nariz y sonreír ante mi Alfa estando


sonrojado.

—H-hey. —soltó en una risa nerviosa. —Sabes a que me refiero.

Guié mi mano hacia su mejilla y jalé de ella mientras le miraba con


ternura.

—No sé a que te refieres. —hice un puchero.

El Alfa me tomó de la cintura con ambas de sus manos,


acercándome a él con lentitud. Solté mi agarre en su mejilla para
observarle y sonreír.

—Bebé, hablemos físicamente de una casa. —habló con suavidad


—¿Que es un hogar para ti?

La pregunta parecía ser más profunda de lo que era. Me tomó más


de lo pensado responder, y a pesar de ello, no tuve una respuesta.

—N-no lo sé. —tragué saliva y después, solté un suspiro. —Lo


sabré una vez que esté en ella.

Quería estar completamente seguro de encontrar la casa perfecta.

Tae torció los labios —un hábito que había sacado de mi —mientas
observaba.

—Está bien. —se acercó a mi para darme un pequeño beso en los


labios. —Sigamos buscando.
La señorita de bienes raíces, Annie, apareció observándonos con
una pequeña sonrisa. Posicionó sus manos por encima de su
regazo y alzó sus cejas.

—¿Y bien?

Antes de hablar, dirigí una mirada fugaz hacia mi Alfa, incitándome a


hablar.

—¿Puede enseñarnos casas más...? —mis palabras quedaron en el


aire por unos segundos. —Con un estilo diferente. No muy
modernas, ni con mármoles muy lujosos y arquitectura muy
predecible.

Tenía miedo de sonar ofensivo, pero por suerte, Annie no dejó de


sonreír al escucharme.

—¿Algo rústico?

—Algo hogareño, simple pero bonito. —Tae respondió por mi. —


Puede tener características de cabañas.

La idea de aquello último me agradó bastante. Sería como tener una


parte de Suwon aquí en la ciudad.

La señorita asintió con la cabeza mientras analizaba las palabras de


mi Alfa.

—Entiendo...veámonos en dos días. Tendré un nuevo plan


programado para ustedes, ¿si? —se rascó el brazo como un tic. —
Creo que tengo un par de ideas.

🌙🌙🌙

La señorita de bienes raíces ya parecía cansada de estar haciendo


su trabajo, sin embargo intentaba mantenerse entusiasta ante
nosotros.
—¿Primeras impresiones del vecindario? —preguntó en cuanto Tae
y yo nos bajamos del auto. Annie sonrió, poniendo sus manos por
encima de su regazo. —Es un vecindario muy tranquilo.

Mi esposo y yo observamos levemente nuestros alrededores.

Lucia muy diferente a los últimos lugares que habíamos visitado.


Había mucha naturaleza dándome aires de Suwon.

—Seré honesta. Hay muchos beneficios de vivir por aquí, pero


también tiene sus contras. —Annie explicó mientras nos observaba.
—Por ejemplo, el centro de la ciudad está un poco alejado y para
tomar el bus está aproximadamente a diez calles.

La señorita de bienes raíces era un poco contradictoria en su


trabajo. Realmente nos estaba diciendo las cosas malas en vez de
las buenas.

Taehyung me observó por el rabillo del ojo, y yo hice la misma


acción; claramente ambos pensando en lo mismo.

—¿Y las cosas buenas? —pregunté con la voz cargada de


curiosidad.

Hasta ahora, el vecindario me agradaba bastante. Había


demasiados cerezos por esta zona, dando un aspecto casi angelical
y suave.

Podíamos darle una oportunidad.

—Bueno, la arquitectura es buena. La localización es muy segura.


Hay muchas tiendas de conveniencia cerca, y hay muchas parejas
jóvenes como ustedes viviendo por aquí. —sonrió con ternura,
provocando que sus ojos se achicaran. —Veamos la casa. Síganme.

Tomé la mano de mi Alfa y ambos comenzamos a caminar detrás de


Annie, la cual nos guió mientras parloteaba sobre unos detalles.
Pasaron unos minutos hasta que nos detuvimos. Taehyung y yo
dirigimos nuestros ojos hacia la casa enfrente de nosotros.

—Dos pisos, tres habitaciones, dos baños y un patio trasero. —


Annie mencionó con orgullo. —Obviamente cuenta con sala de estar
y cocina.

Parpadeé un par de veces.

La casa era de color blanco. Tenía una gran puerta de madera


oscura y pesada; podía percibirse que era de muy buena calidad al
igual que los grandes ventanales que eran del mismo material.

Había un gran cerezo a un lado de esta, rápidamente ganando un


punto a su favor. El jardín delantero era grande y este estaba
adornado por un césped verde potente.

Jamás me había interesado en la jardinería, pero sabía que en


algún punto de mi vida iba a pasar.

La casa a frente mis ojos me gustaba bastante, y ni siquiera había


visto el interior.

Pude percibir como Taehyung sonreía mientras me observaba.

Me conocía tan bien.

—Pasemos. —la señorita Annie nos hizo gesto para que la


siguiéramos. Cambiamos por el jardín delantero hasta la puerta,
donde la mujer insertó la llave. —¡Estoy emocionada! Espero que
les guste.

La emoción de la mujer era muy contagiosa.

Tan pronto como nos adentramos en el interior, cierto sentimiento


me puso los bellos de punta. El lugar era muy amplio.

Lo primero que se observaba al entrar, era una gran escalera de


madera gruesa.
Estando muy emocionado por la buena impresión que me brindó la
casa en los primeros segundos, ni siquiera noté que me encontraba
caminando detrás de Annie.

Nos paramos en seco en lo que parecía ser la sala de estar. El lugar


era casi tan grande como mi casa en Suwon.

—Mira, bebé, hay una chimenea. —Tae me avisó, apuntando con su


dedo.

Mis ojos se dirigieron rápidamente hacia la dirección, y no pude


evitar jadear.

—¡Una chimenea! —di un salto de emoción sobre mi lugar. —¡Me


encanta!

Diablos, la casa era mejor cada vez más.

Tete sonrió al ver mi reacción.

—¡Oh, si! La chimenea es preciosa. Me has dicho que vienes de


Suwon, ¿cierto? —Annie me observó, y yo respondí a su pregunta
con un asentimiento. —Esta casa está ligeramente diseñada como
una cabaña. Justo como me lo pidieron. Si se fijan en el techo,
pueden ver la estructura en forma de triangulo. El suelo es de
madera fina, sin embargo también es térmico.

—Me gusta. —Tae mencionó mientras pasaba sus ojos sobre el


lugar.

—¡Vamos a ver las habitaciones primero! —Annie aplaudió con


entusiasmo.

Tae y yo tuvimos que reprimir una risa ante la mujer y su


personalidad tan escandalosa.

Nuevamente seguimos sus pasos hasta llegar a las escaleras y


subirlas. Nos dió mil detalles de cada cosa del lugar, nos explicó que
había calefacción —lo cual se utilizaba demasiado en invierno—, las
tierras del jardín eran fértiles, y que la casa contaba con protección
de seguridad.

Con toda esa información en mi cabeza, pude saber que sería una
casa cara; sin embargo, iba a valer la pena.

—Aquí está una habitación. —Annie dijo mientras prendía las luces
de esta. —Esta es la más pequeña. Puede servir para huéspedes o
una pequeña oficina.

Los ventanales en cada parte de esta casa eran gigantes, y me


encantaba.

Nos encaminamos hacia la siguiente.

—Está habitación es la mediana. Puede ser para cuando tengan sus


cachorros. —la mujer habló con una gran sonrisa.

Me sonrojé al escuchar aquello y Tae sonrió con orgullo.

—Por último...esta es la habitación principal. —Annie dijo una vez


que nos adentramos en esta. —Es muy espaciosa y tiene un baño.

Nos explicó cada detalle de cada partícula del lugar con cansancio
durante los próximos siete minutos. Parloteó con emoción mientras
movía sus manos por todo su eje.

Observé de reojo como Taehyung se asomaba sobre la gran


ventana y observaba el bonito paisaje que se podía apreciar.

A su lobo interior le gustaba el lugar.

—Les dejaré a solas. —Annie dijo con una sonrisa. —Cualquier


duda me hacen saber.

Dicho esto, la mujer procedió a salir de la habitación dejándome a


solas con Tete.
Ninguno de los dos dijo nada, nos inmutamos a comunicarnos con
miradas.

Sonreí al observar como sus ojos chispearon de amarillo.

—Con que te agrada, ¿mmh? —sonreí.

El Alfa dio unos pasos hasta acercarse a mi. Tomó mi mano entre
las suyas y besó el dorso mientras no rompía el contacto visual.

—Me encanta. —me sonrió con dulzura. —¿y a ti?

Cierto cosquilleo me corrió el vientre ante la manera en la que me


miraba Me hacía sentir muy amado.

Y obviamente el mejor sentimiento de todos era ser amado por Kim


Taehyung.

—También me gusta. —respondí con voz baja. —Tiene muchas


cosas que me gustan.

Tae torció una sonrisa.

—Por ejemplo, las paredes son insonorizadas.

No pude evitar rodar los ojos ante las palabras del Alfa, que
claramente tenían una insinuación sexual.

—Yo no soy ruidoso, Tete. —me atreví a decir, provocando que la


sonrisa de mi Alfa se extendiera aún más.

—Mentiroso.

Entre risas, extendí mis brazos para poder abrazarlo. Me enrollo en


sus brazos mientras me apegaba a su cuerpo.

Podía escuchar los latidos de su corazón y visualizar a su Alfa feliz.


Refregué mi mejilla contra su pecho, indirectamente haciéndole
mimos a su lobo.
—Creo que esta casa se puede convertir en un hogar. —murmuré.

—Yo también lo creo. —pude sentir su mano acariciar mi columna


de manera lenta y suave. —¿Firmamos el contrato? No puedo
esperar más tiempo.

Solté una risa ante su desesperación.

—Ni siquiera hemos visto el patio trasero ni la cocina.

Tae se encogió de hombros mientras sonreía.

—No importa. —respondió. —Quiero que hagamos nuestro hogar lo


más rápido posible.

🌙🌙🌙
Dos meses después
Taehyung POV's

—¿Estás enojado? —pregunté observando la espalda de Kookie.

Podía apostar que el Omega tenía un puchero de enojo en los


labios.

—Hey, te estoy hablando. —dije después de varios segundos, ya


que ni siquiera me contestó. —No me ignores, bebé.

Observé a Kookie levantarse del suelo. Se sacudió el trasero con


sus manos y procedió a subirse con dificultad hacia la encimera de
la cocina.

Me acerqué sigilosamente detrás de el para evitar cualquier tipo de


accidente. Se apoyó con ambas de sus manos y comenzó a pintar la
pared en silencio.

Como siempre, la había cagado.

Una hora atrás, habíamos tenido nuestro descanso. Habíamos


pasado casi todo el día pintando las paredes de nuestra casa nueva
con ayuda de mis hermanas y los hermanos de Kookie —los cuales
se retiraron después de haber terminado su parte—.

Como decía, el dulce Omega había estado teniendo su descanso


mientras yo seguía pintando. Se recostó a un lado de la cubeta de
pintura y yo, estando muy comprometido con mi tarea ni siquiera lo
noté hasta en el momento en que decidí sumergir la brocha en la
pintura; pero lo qué pasó es que pinté el rostro de Kookie.

Y su cabello.

—Fue un accidente. —volví a hablar con insistencia. —Aparte, ¿por


que te acostarías a un lado de la cubeta de pintura, Kookie?

Escuché como soltó un suspiro cansado.

—No quiero hablar. Estoy cansado y quiero terminar. —dijo en un


susurro.

Torcí los labios al mismo tiempo en que mis curiosos ojos se


dirigieron hacia su trasero, el cual, estaba muy cerca de mi rostro.

Que tentación.

—Deja que te ayude. —tragué saliva.

El dulce Omega torció su cuello hacia mi y me observó con una ceja


alzada.

—¿Que haces atrás mío?

—Estoy cuidando que no te caigas.

Kookie chasqueó la lengua y siguió pintando el pequeño rincón que


quedaba.

De manera maliciosa, acerqué mi boca hacia su trasero y mordí con


una fuerza considerable su nalga derecha.
—¡H-hey! —dió un brinco en su lugar al sentir mis colmillos. Me
observó con el ceño fruncido—¡Taehyung! Compórtate o te pinto la
cara.

Sonreí.

—Qué vengativo.

Sintiéndome muy divertido, alcé mi mano para dejarle una nalgada


fuerte.

Y me eché a correr por mi vida, porque cuando Kookie me había


dicho que me pintaría en la cara; no estaba bromeando.

El dulce Omega comenzó a corretearme por la casa, y siendo


consciente de que ambos estábamos manchados de pintura, salí al
patio trasero.

Podía observar las mejillas sonrojadas de Kookie mientras me


seguía muy enojado.

—Más vale que sea por las buenas que por las malas, Taehyung.

Uy, ya estaba usando mi nombre.

—Alcánzame. —le reté entre risas mientras le miraba.

Pero por segunda vez siendo despistado, me tropecé con un


aspersor de agua en el césped.

Amortigüé mi caída con ambas de mis manos, pero para en el


momento en el que quise seguir huyendo, Kookie se subió encima
de mi espalda.

—Te odio. —murmuró con desdén, y yo a pesar de estar acorralado,


me reí. —Voltéate o te pinto el trasero.

Soltando una risa, me levanté levemente del césped para girarme y


quedar de espaldas. Kookie se sentó en mi regazo y alzó la brocha
de pintura a la altura de su rostro ya manchado.

Le observé el cabello pintado de rosa —por mi culpa—y cierto


recuerdo me llegó a la mente.

De aquel Jungkook en una vida diferente. Uno de cabello rosado


fuerte con un cigarro en los labios.

—Cachorro vengativo. —le susurré con una sonrisa.

El dulce Omega lucia muy enojado porque sus cejas casi se unían
en una expresión furiosa.

—Te odio. —volvió a repetir.

—¿Que? ¿No me vas a pintar la ca...? —ni siquiera terminé mi


pregunta cuando cerré los ojos se golpe.

Kookie pasó sus manos por encima de cabello, mojándolo de


pintura con mucha emoción. Después sentí los brochazos sobre mi
rostros mientras soltaba una risas malévolas.

Apostaba que todo este tiempo se había aguantado las ganas de


hacerlo.

—Atrévete a morderme el trasero otra vez. —dijo al cabos de unos


segundos.

Abrí los ojos lentamente y observé a Kookie que tenía una expresión
de satisfacción en el rostro.

—Si te encanta que lo haga.

—Jamás te he dicho que me encanta. —sus mejillas se sonrojaron y


desvió su mirada de la mía.

Alce ambas de mis cejas en una insinuación.


—Me lo has dejado saber. —sonreí pícaramente. —Cada vez que te
retuerces bajo mi boca y-

—¡T-Tete! —chilló al escucharme.

Solté una carcajada. Era tan fácil que se avergonzara.

—¿Que? Solo digo la verdad.

El dulce Omega rodó los ojos, mordiendo levemente su labio.

—Pervertido.

Adornando su descripción hacia mi, dirigí ambas de mis manos


hacia su trasero y lo apreté, provocando que Kookie jadeara.

—Un poco. —sonreí.

Nos quedamos observándonos unos segundos largos, cosa que


hacíamos muy seguido desde el día que nos enlazamos.

Desde aquel entonces, Kookie no me había dicho nada de lo que


había visualizado. Tampoco había querido preguntarle, porque no
quería que aquellos recuerdos llenos de angustia se le vinieran a la
mente.

Me había dolido demasiado verlo hecho un desastre de lágrimas, y


no quería que volviese a pasar.

Jamás.

Lo que ahora importaba era que estábamos juntos, y que nada nos
separaría. Teníamos un futuro por delante, el cual se cumplía a cada
segundo que daba.

Nuestra casa ya estaba terminada. En menos de varias horas


estaríamos mudándonos y estaríamos comenzando un nuevo
capítulo en nuestras vidas.
Me sentía tan dichoso de que el Omega con aroma a café dulce
fuese mi destinado.

—Si supieras lo bobo que te ves en este momento con la cara


pintada. —se echó a carcajear.

Había cortado mis pensamientos románticos con su burla hacia mi.

🌙🌙🌙

Hola, TENGO MUCHS TAREA


GRACIAS POR LEER
L@S TKM<3
Extra #5. "Rechazo"
Jungkook POV's

—¿Estas bromeando? ¿En que parte cuando nos casamos


dijiste esto? Mentiroso.

Parpadeé observándole atónito ante su actitud.

Esperaba un abrazo de su parte. Esperaba mimos y una plática


tranquila.

No su actitud tóxica.

—E-es algo que ni siquiera yo sabía, Taehyung. —intenté


acercarme a él pero retrocedió.

Mi labio tembló.

—¿Y? ¿Por que no fuiste capaz de hacerte una prueba? —la


voz se le rompió. —Sabes lo mucho que me hacía ilusión.

Le tomé de los hombros.

—¿Que piensas de mi? ¿Crees que no me hacía ilusión? —los


ojos se me llenaron de lágrimas. —Me siento como un Omega
inservible.

Taehyung me observó con la frente en alto. Todo en el irradiaba


molestia y eso me hacía sentir intimidado.

Se agarró el puente de la nariz y cerró los ojos mientras un


silencio sepulcral nos envolvía.

El corazón me retumbaba en el pecho con dolor. No sabia que


era lo que más me hería: el hecho de no poder conceder hijos o
la actitud de mi destinado.
¿En serio era este el mismo hombre del que me había
enamorado?

Era cierto que Taehyung no era el hombre perfecto, pero al


menos yo pensaba que me quería lo suficiente para no hacerme
daño.

Comenzaba a dudar de sus sentimientos.

—Como sea. Me largo. —dijo.

Mi lobo comenzó a aullar tan pronto como observó su


intención. Tae agarró su abrigo en el perchero, se encaminó
hacia la puerta principal de nuestra casa y la abrió.

Corrí hacia su encuentro.

—¿A-a donde vas? —las lágrimas brotaron de mis ojos. —Eres


un maldito idiota. ¡Pensé que me entenderías!

Me observó por encima de su rostro.

—No todo es sobre ti, Jungkook.

Negué con la cabeza.

—Yo no estoy diciendo eso. —le tomé del brazo. —Lo único que
quería era que te tomaras las cosas a la ligera.

Taehyung me observó como si estuviese loco.

—¿A la ligera? ¿Cómo podría tomarme eso a la ligera? —la


vena del cuello se le marcó. —Estoy devastado, Jungkook.

El corazón se me rompió aún más al verlo soltar lágrimas.

—T-Tae...podemos sobrellevar esto. —mi voz salió en un hilo


débil. —Somos destinados, podemos sobre muchas cosas.
El Alfa me observó con los labios apretados. Se safó de mi
agarré en su brazo mientras se limpiaba las lágrimas con rabia.
Negó con la cabeza.

—Los destinados tienen hijos juntos.

Me sentía rechazado, y me estaba doliendo mucho. Realmente


estaba siendo rechazado por la persona que más amaba.

—Pensé que me amabas, Taehyung. —solté con tristeza. —


Pensé que serias más suave conmigo respecto a este tema.

El Alfa apretó su mandíbula. Sus ojos parecían vacíos mientras


me observaba.

—Eres un egoísta.

Di un paso hacia atrás ante sus palabras. No podía creer que


estaba comportándose de esta manera.

—Vete a la mierda. —le escupí con coraje.

Sin dejar pasar más de dos segundos, Taehyung volvió a girar


sobre sus talones. Giró el pomo de la puerta y salió del interior
de la casa.

Me recargué en el umbral de la puerta mientras le observaba


subirse al auto.

—¿Adonde vas? —mi voz tembló.

Taehyung se quedó observando a la nada durante un par de


segundos.

—A la mierda. Como tú me dijiste. —respondió bruscamente,


sin dirigirme la mirada.

Tragué saliva. Comenzaba a sentir a mi lobo muy afectado.


Jamás en mil años me hubiese imaginado que algo asi pasaria.
Realmente no quería que se fuera. Mi lobo me rogaba porque
no lo dejara marcharse; pero mi parte humana comenzaba a
odiarlo. Quería que se fuera de mi vista porque su actitud me
quemaba como el fuego.

No podía permitirme a mi mismo que me trataran de esta


manera. No importaba que fuese mi Alfa.

—No me esperes. —avisó una vez que estuvo arriba del auto.

El motor de este rugió, y me sentí muy desesperado cuando


comenzó a moverse.

Corrí hacia el auto. Puse mis puños encima del cristal de la


ventana.

—No quieres hacer esto, Taehyung. —intente convencer mas a


mi mismo que a el.

El Alfa me observó con el rostro serio antes de usar su voz de


Alfa.

—Aléjate del auto, Jeon.

En un acto de sumisión, retrocedí con los latidos del corazón


retumbando hasta en mi cabeza. Las lágrimas me llenaron los
ojos tan pronto como visualicé su partida en el auto.

—Nos vas a matar a los dos. —un sollozo dejó mi garganta


antes de dejarme caer de rodillas en el pavimento rasposo.

Abrí mis ojos de golpe. Me incorporé en el cama e intenté a respirar


apropiadamente, queriendo recobrar el aliento que había perdido.
Pase mi mano sobre mi frente, eliminando la leve capa de sudor que
se había formado en mi frente.

A este punto, ya estaba acostumbrado a que esto pasara.


Mis ojos cayeron sobre Yeontan que me observaba desde abajo de
la cama, inclinando su cabeza hacia los lados con curiosidad.

Le sonreí con dolor.

—Ha sido una pesadilla. —le expliqué. Extendí mis brazos hacia el.
—¿Quieres subir?

El perro respondió moviendo su cola. Lo tomé con ligereza y lo


posicioné encima de mi estómago.

Acaricié su pelaje mientras le observaba cerrar sus ojos.

Estaba muy cansado de esto.

Moví mi cabeza hacia mi derecha donde se suponía que Taehyung


debía de estar dormido. Era la madrugada y todavía no regresaba
del trabajo; aunque me sentía aliviado de que no estuviese para
presenciarlo.

No quería que siguiese insistiendo en preguntar sobre de que eran


mis pesadillas.

Aunque no eran pesadillas. Eran recuerdos de mi vida pasada junto


a él.

—Durmamos, Yeontanie. —hable en un susurro mientras seguía


acariciando su pelaje. —Mañana es aniversario de tu padre y mio.
Tengo que preparar una cena sorpresa.

🌙🌙🌙

—¡Ta-da! —alcé mis manos extendidas a la altura de mi rostro. —


Feliz aniversario, osito.

Taehyung sonrió hasta que sus ojos casi desaparecieron. Sus ojos
divagaron sobre la casa, la cual, había decorado levemente. Me
había costado poner serpentinas sobre los lugares altos, e incluso
mi espalda dolía un poco; pero eso nada de eso importaba cuando
tenía a mi Alfa feliz por el pequeño detalle.

Se acercó dando pasos largos hacia mi para envolverme en sus


brazos.

—Feliz aniversario, bebé. —le escuché decir con voz melosa.

Sonreí al sentir sus suaves labios dejar un casto beso sobre mi


frente para después, tomarme de las mejillas para generar contacto
visual.

Sus ojos chispeando de su característico color dorado me hizo


suspirar.

—Siento mucho que no hayamos podido celebrarlo en algún


restarurante o algo así. —me dijo con una mueca en los labios. —Te
prometo que te lo compensaré.

Negué con la cabeza. Nuestros horarios tan apretados no nos


daban tiempo para planes con anticipacion, pero no le tomaba
mucha importancia a eso.

—No importa. Lo importante es que estás aquí. —sonreí levemente,


y el Alfa me devolvió la sonrisa. —He preparado una cena especial.

Taehyung movió su cabeza para observar la mesa repleta de


comida.

—¿Has hecho todo esto tú solo? —cierta impresión tembló en su


voz.

Solté una risa baja.

—Si.

—Apuesto a que estás cansado, bebé. —comentó con


preocupación. —Lo siento.
Rodé los ojos.

—Estoy bien. No te preocupes. —esta vez, fui yo el que tomé su


rostro con ambas de mis manos. —Preparé esto para ambos.

El Alfa asintió con la cabeza.

—Okay. Te ayudaré a levantar todo esto después.

Ambos nos acercamos hasta chocar nuestros labios en un beso


dulce y lento. Taehyung me tomó por la parte posterior de mi nuca y
yo le tomé del cabello mientras disfrutábamos de la cercanía de
nuestras bocas.

Nos separamos el uno del otro, ambos con unas sonrisas pintando
nuestros rostros.

—Yah, pongámonos cómodos. —dije mientras me dedicaba a


desnudar su corbata.

Podía sentir a mi Alfa observando mi rostro mientras hacía aquello,


y a pesar de tener años conociéndonos, aún me sentía muy
nervioso al ser observado con tanta atención de su parte.

—Pensé que te gustaba verme en traje.

Alcé mi vista hacia la de el, y alcé una ceja fingiendo no estar


ciertamente nervioso.

—Me gusta...pero prefiero que tengamos una cena normal y


comoda. —contesté con simpleza.

Taehyung soltó una risa.

—Simplemente dime que te distrae verme en traje. —dijo una vez


que comenzó a caminar hacia la sala de estar para dejar su ropa
encima del sofa.

Rodé los ojos, fingiendo estar un tanto molesto.


Aunque era cierto que me distraía.

—Deja tu ego de lado, Taehyung.

Minutos después, ambos nos sentamos en nuestros respectivos


lugares en la mesa. Tae se llevó una gran porción de ramen a la
boca y soltó un sonido de satisfacción.

Sus ojos cayeron sobre mi.

—Guau, ¿nueva receta?

Asentí con la cabeza.

—Así es. —le observé con una sonrisa un tanto retante. —


Prepárate, que mis acciones culinarias serán mejores que las tuyas.

—Siempre tan competitivo.

—Me conoces bien. —respondí alzando mis cejas.

Nuestra conversación comenzó a fluir como el aire. Comencé a


preguntarle que si como iban las cosas en su trabajo y su respuesta
encaminó a otra cosa. Me explicó que tenía una sorpresa para mi y
que me la daría en un par de días.

Le fulminé con la mirada.

—¿Por qué tengo que esperar un par de días? —un puchero


involuntario apareció en mis labios. —¿No puede ser ahora?

Taehyung ladeó la cabeza.

—Las mejores sorpresas tardan, bebé.

—Buaj. Solo haces que me ponga ansioso por saber que traes
debajo de tu manga. Juegas conmigo.

—Me conoces bien. —repitió mis palabras de hace unos minutos.


Solté un resoplido mientras revolvía la comida con mis palillos.

—Eres injusto.

Casi podía escuchar sonreír a mi Alfa.

—Lo único que te puedo decir es que... —se inclinó hacia delante en
la mesa mientras me clavaba los ojos encima. —Prepara tu mejor
ropa.

Aquello me hizo alzar ambas de mis cejas. ¿A que se podía


referir...?

—¿Vamos a ir algún lugar especial?

Taehyung se encogió de hombros, claramente fingiendo no saber su


respuesta.

—Creo que he revelado demasiado.

Volví a verle un tanto dudoso.

—Un viaje no puede ser. Ambos estamos trabajando con horarios


diferentes. —fruncí el ceño. —No tenemos tiempo.

De cierta forma, el Alfa soltó una risa mientras desviaba su mirada.

—¿De que te ríes?

—De nada.

Rodé los ojos mientras una sonrisa aparecía en mis labios. Procedí
a cruzarme de hombros antes de decir:

—¿Que? ¿Le atiné a tu sorpresa? —susurré.

Tae también rodó los ojos.

—No arruines la sorpresa. No hagas mas preguntas.


Tuve que reprimir un chillido de emoción.

—O-okey. —sonreí abiertamente. —Está bien. Callado me veo más


bonito, entonces.

Mi Alfa me observó con los ojos brillantes de amarillo.

—En realidad me gusta que seas ruidoso.

No pude evitar sonrojarme.

—¿Estas insinuando algo, Taehyung? —alcé mis cejas.

A veces me gustaba usar su nombre para molestarlo. Tae era


muy...sexy cuando se enojaba.

Soltó un gruñido mientras me miraba con el ceño fruncido.

—Ya van dos veces que me llamas por mi nombre en un rato. —me
observó con advertencia. —Soy consciente.

Solté una risa juguetona.

—Está bien. Te llamaré ''osito'' si quieres.

Tae volvió a gruñir levemente y yo alcé mis cejas ante la acción tan
valiente de su parte.

—No te atrevas a volver a gruñirme, Taehyung.

Ambos estábamos bromeando y siendo serios...pero era divertido.

Volvió a gruñir y yo solté un suspiro.

—Tu me vuelves a gruñir y no te doy ningún beso en toda la


noche. —hablé con mi voz de Omega.

No pude sentirme más orgulloso al visualizar como su Alfa bajó sus


orejitas en una señal de rendición.
—No creo que soportes no darme un beso en toda la noche. —Tae
alzó sus cejas. —Es nuestro aniversario.

Ladeé la cabeza.

—¿Y?

Taehyung sonrió de manera atractiva.

—No te dejaré libre tan fácil.

Cuando se ponía así de coqueto me ponía las cosas difíciles. Tenía


que fingir que no me afectaba.

—No me besarás.

—Luego me lo vas a rogar. —alzó una ceja.

Tuve que tragar saliva antes de hablar.

—Quiero ver que lo intentes.

🌙🌙🌙

—No me estes jodiendo, Jeon Jungkook. —Jimin me observó con


los ojos bien abiertos.

Le observé con todos los nervios del mundo recorriendo mi cuerpo.

—Estoy desesperado, Jimin.

—¿Cuanto tiempo ha pasado? —me tomó de la muñeca antes de


permitirme entrar al baño.

—Ocho días.

Mi mejor amigo torció los labios.

—Es muy pronto. Espera un poco más.


Apreté el dispositivo en mis manos.

—No. Quiero saber si debemos de seguir intentando o si debo de


darle la noticia ya. —la desesperación hizo temblar mi voz.

Jimin me apretujó las mejillas mientras me observé con los ojos


suavizados.

—No te frustres. Tae te esperará el tiempo necesario si no sucede


ahora.

Mis recuerdos de la vida pasada me estaban afectando.

—Pero yo quiero ya. —un nudo se instaló en mi garganta.

—¿Estás seguro de que ambos quieren esto ya? ¿Tuvieron una


buena plática sobre esto?

Aparté mi vista de la suya antes de contestar. La vacilación me


quemó la garganta ante la última pregunta.

—Si queremos esto. Lo hicimos sin condón y ambos estamos


conscientes de lo que se supone qué pasa cuando haces eso.

Jimin soltó un suspiro.

—¿Pero lo platicaron?

—No.

—Recuérdame cuantas veces te has hecho la prueba desde


entonces.

Tragué saliva antes de responder.

—Tres veces. —me sentía ciertamente patético. —Y ha salido


negativo.

No quería ser rechazado por Tae.


No quería volverme a sentir inservible. Quería concederle los
cachorros que nos hicieran feliz a ambos.... porque en otra vida no
había podido hacerlo.

Quería compensar algo que ni siquiera él recordaba.

Mis sentimientos por darle un cachorro se volvieron desesperación


pura desde el momento que tuvimos relaciones sin protección —el
día de nuestro aniversario número tres—.

No quería que me dejase.

Y todo este tema me estaba afectando bastante conforme el tiempo


pasaba. Era como si todo este tipo de remordimientos hubiesen sido
retenidos por algo, pero ahora mismo querían explotar.

No quería que...no quería pensar que algo pudiese pasarnos a los


dos y que no pudiésemos compartir la felicidad de tener cachorros
tampoco.

Me dolía pensarlo porque el Taehyung que llegué a conocer en otra


vida fue capaz de dejarme por no darle lo que quería.

A pesar de que fuésemos destinados, prefirió el sufrimiento de


ambos sin importarle el lazo que nos unía.

Me dolía como un infierno sus acciones pasadas.

Realmente estaba sufriendo por algo que no estaba pasando en


esta vida actual, pero simplemente no podía eliminar la sensación
de vacío y melancolía cada vez que recordaba mi visión.

Observé a mi mejor amigo con un nudo en la garganta.

—¡Entonces no estás encinta! —Jimin me observó con frustración.


—¡No te estreses! Vuelvan a intentarlo.

Negué con la cabeza.


—Ya lo hicimos dos veces, y aún así me parece inverosímil que no
esté embarazado, Jimin.

Tenía que estarlo.

—Puede suceder. —mi mejor amigo me observó contestado. —A lo


mejor no estás muy fértil.

—Estoy en mis días fértiles. He estado checando mi ciclo. —quité su


agarre de mi rostro.

—Entonces no está funcionando por ahora. Probablemente estás


estresado, Kookie. —torció los labios. —Espera a tu celo.

Me tallé el rostro con desespero.

—¡Mi celo fue hace un mes! No quiero esperar más. —el nudo en mi
garganta comenzaba a doler más.

Sabia que si reventaba en llanto, Jimin me haría contarle el porqué


de mis acciones tan desesperadas.

Y no quería hacerlo.

—¡Pues vuelvan a intentar!

Negué con la cabeza.

—¿Y si estoy embarazado y volvemos a intentarlo? ¿Y si Taehyung


anuda en mi y de alguna forma...? ¡no sé! ¿Lastima al bebé?

Jimin clavo sus dedos sobre mi brazo.

—Kookie, mírame a los ojos. —acate su orden. —Vuelvo a decírtelo.


No te desesperes por quedar encinta. No lo estás, y si quieres estar
más seguro vamos con un médico.

—P-pero...-
—También platica las cosas con Taehyung.

Mi labio tembló ante el pensamiento.

De cierta forma, me encontraba abrumado ante la idea.

—Pero yo quiero darle la sorpresa, Jimin. —me excusé.

Mi mejor amigo sonrió levemente. Extendió sus brazos y me


estrechó en un cálido abrazo que me hizo cerrar los ojos por inercia.

—Entiendo. No te preocupes. Le darás la sorpresa —acarició mi


cabello de manera reconfortante. —Solo relájate, estoy para ti.

A pesar de que sus palabras me hicieron sentir bien, una parte de


mi sabía que era necesario tener una plática con mi Alfa.

—Gracias, Jimin-ssi.

Mi mejor amigo me tomó de los hombros para poder observarme.

—También te puedo dar unas buenas posiciones para que...-

—Estoy bien, gracias. —le interrumpí con las mejillas sonrojadas.

🌙🌙🌙

La figura de Taehyung sentada en el sofá de la sala de estar me


tomó desprevenido.

Di un brinco en mi lugar y puse mi mano sobre mi pecho.

—M-mierda. Me asustaste.

El Alfa palmeó el lugar disponible a su lado.

—Ven acá. ¿Como te fue en el trabajo? —habló con dulzura. —


Llegaste un poco más tarde de lo normal.
Torcí los labios.

—Mucho tráfico. —mentí despiadadamente.

Si, había ido a hacerme un ultrasonido acompañado con Jimin. Y


tenia razón, no estaba encinta.

Realmente esperaba que mis feromonas no me delataran, porque


Tae era muy bueno adivinando mi lenguaje corporal y el
comportamiento de mi lobo.

Pude percibir como alzó su ceja derecha mientras me observaba,


pero decidí ignorar el gesto conforme me sentaba a su lado en el
sofá.

—¿Estás bien?

Buscó mi mirada con la suya y yo sonreí levemente.

—Si, Tete. —me acerqué para darle un suave beso en los labios que
me correspondió. —¿Y tú estás bien...?

Mi Alfa asintió con la cabeza. Me tomó de las manos y me clavó los


ojos encima.

—He hecho algo.

—Me pusiste el cuerno.

Taehyung soltó una risotada, echando su cabeza hacia atrás.

—¡No! —nego con la cabeza. —¿Por qué siquiera le haría daño a


mi destinado? A alguien que amo.

Pregúntaselo al Taehyung de mi vida pasada.

Sonreí con nerviosismo ante las palabras de mi lobo.

—Bueno, ya. Dime que has hecho.


Observe como enderezaba su espalda antes de hablar.

—¿Recuerdas que te dije que te tenia una sorpresa? —preguntó y


yo asentí con la cabeza. —Bueno, aquí está.

Buscó detrás de sus espaldas algo.

—¿Q-qué es...?

—Primero que nada, ambos estamos en periodo vacacional.

Parpadeé mientras le observaba.

—¿Qué? —fruncí el ceño.

—Le pedí a papá un favor para que tus vacaciones se alinearan con
las mías. —explicó con una sonrisa. —Así que tenemos tiempo
para...irnos a Europa.

Posicionó dos boletos de avión sobre mis narices y yo solo extendí


mis ojos con sorpresa.

—N-No entiendo. —tartamudeé con torpeza. —¿P-por qué?

Mi Alfa soltó una risa. Dejó los boletos de lado para besarme.

—Pues porque te amo, bebé. —habló contra mi boca. —Quiero


darte la luna de miel que te mereces.

No pude evitar derretirme ante sus palabras.

Era tan romántico.

—P-pero...¿en serio? —me costaba creer que viajaríamos.

Jamás había salido de Corea.

—¡Si! Nos vamos justo pasado mañana. —me apretujó las mejillas.
—Así que podemos comenzar a alistar nuestras maletas, bebé.
Abrí mis brazos y me lancé encima de el, estrechando nuestros
cuerpos en un abrazo cálido.

Me acomodé encima suyo mientras le besaba el rostro.

—¡Gracias, gracias, Tete! —me sentía muy feliz. —Te amo.

Tae sonrió. Me tomó de la cintura mientras me observaba con los


ojos brillantes.

—Yo también te amo, bebé. —acarició mi cabello. —Estoy


emocionado.

Nos quedamos un minuto generado contacto visual. Sentí cómo los


latidos de su corazón se sincronizaron conmigo y no pude sentirme
más en mi hogar ante aquello.

Mi respiración se cortó cuando por alguna razón, la dulce mirada de


Tae se distorsionó para convertirse en una de odio y decepción.

Me recordaba al antiguo Taehyung. Estaba teniendo alucinaciones.

—¿Estás bien, bebé?

Parpadeé hasta poder enfocar a mi Alfa frente a mi. Me observaba


con preocupación y con el ceño levemente fruncido.

Este Tae no se parecía en nada al otro.

Eso me hacía feliz, pero aún así... tenía mis miedos de que resultara
rechazado al no poder quedar encinta.

—Si estoy bien. —intente sonreír.

Supongo que luego habría tiempo para platicar de ello.

***
Disculpen mi hiatus
No sabia de que sería el extra pero anoche me decidí xd
Que piensan al respecto? :)
Los leo y los tkm 💜

GRACIAS POR LAS 184k LEÍDAS 💜💜💜💜💜. La santa luna


de los agradece

No quiero hablar de los Grammys porque estoy emputada😄.


Extra #6. "No te preocupes"
Jungkook POV's

—¿Estás bien? ¿Quieres vomitar?

Observé a mi Alfa.

Sentía el estómago en la garganta, y apenas llevábamos dos horas


de viaje en el avión.

—N-no. —negué con la cabeza.

—Estás verde, Kookie.

Su comentario me hizo reír.

—El verde es mi color, Tete.

Taehyung sonrió levemente. Tomó una de mis manos y besó el


dorso con suavidad.

—Lo siento que tengas que pasar por esto.

Tragué saliva antes de contestar.

Me sentía terrible.

—No exageres. La pastilla para el mareo hará efecto en unos


minutos. —contesté con lentitud.

Sentía que si hablaba muy fuerte o hacía un movimiento muy


brusco, vomitaría.

—Me preocupo por ti, bebé. Eso no es exagerar. —un puchero


involuntario apareció en sus labios.
No pude evitar besarlos.

—Estaré bien. —sonreí.

Las luces del avión fueron apagadas. Se escuchó una voz en las
bocinas diciendo "buenas noches" en un par de idiomas.

Dado que aún iluminaba una luz tenue en cada uno de los lujosos
asientos, observé como Tae se acomodaba en su lugar. Tomó una
palanca que se encontraba al costado del asiento, y este se
convirtió en una especie de cama.

Solté un sonido de fascinación.

—¡No sabia que se podía hacer eso!

Mi Alfa soltó una risa ante mi expresión.

—¿Quieres acostarte conmigo? —susurró mientras entrelazaba


nuestros dedos.

Observé a nuestros alrededores. Los pasajeros a nuestro alrededor


parecían ajenos a nosotros.

—¿Es permitido? —pregunté en un susurro.

Taehyung se encogió de hombros mientras me sonría.

La belleza que deslumbraba siempre lograba robarme el aliento.


¿Como era posible que pudiese verse tan guapo haciendo lo
mínimo?

Simplemente estaba acostado, usando ropa cómoda y con el


cabello revuelto; y aún así no fallaba en hacerme suspirar.

—No importa. Acurrúcate conmigo. —me pidió casi en una súplica.


—Sirve y probablemente dejas de sentirte mareado.

Me mordí el labio en un gesto nervioso.


No sé porque me sentía tan asustado de que alguna azafata nos
llamara la atención por estar compartiendo asiento-cama.

Pero si quería tenerlo más cerca.

Pasé una de mis piernas hacia el asiento de Tae hasta quedar con
mi cuerpo casi encima del suyo. acurruqué mi rostro entre su cuello
y hombro, enredando nuestras piernas en el proceso.

El Alfa tapó nuestros cuerpos con una manta, aprisionando nuestro


calor corporal y feromonas.

Me gustaba este sentimiento.

Olfateé su suave aroma refregando mi nariz contra su cuello caliente


, y no pude evitar querer acercarme a él aún más —aunque
físicamente era imposible—.

Con un puchero en los labios me di la tarea de enrollar mis brazos


en su cuello y cerrar los ojos con parsimonia.

Taehyung comenzó a acariciar mi espalda baja cuando preguntó:

—¿Estás ronroneando, cachorro?

No pude evitar sonrojarme con ganas. Solté un quejido agudo contra


su piel.

—No me llames así, Tete. —respondí con la voz afectada. —Me


pongo sentimental.

El Alfa dejó un beso sobre mi cabello.

—Y te pones mimado también.

Solté una risa.

—Y ponerme mimado en un avión no es buena idea.


🌙🌙🌙

—Siento que estoy soñando.

Me sentía completamente fascinado por Italia. Las calles, la


arquitectura, la gente; el ambiente en sí era mágico.

—Te ves hermoso. Deja fotografiarte. —Tae tomó la cámara que


colgaba de su cuello. —Posa.

Genuinamente sonreí ante el momento. Recargué mis manos contra


el barandal de fierro, el paisaje del mar avecinándose detrás de mi,
mientras posaba para mi Alfa.

—Vamos a colgar todas estas fotografías en nuestra casa.

—Necesitamos una de nosotros juntos.

Con eso dicho, me acerqué al Alfa. Me puse de puntillas para poder


alcanzar a besar su mejilla mientras que el tomaba la fotografía.

El corazón me latió fuertemente cuando Tae pegó nuestros labios en


un beso suave y dulce, capturando el momento en otra fotografía.

Estaba muy sonrojado.

—Te amo. —me susurró.

—Yo también te amo, Tete.

Si, ambos estábamos derrochando miel.

Estaba feliz, pero había cierto nerviosismo en lo más profundo de mi


ser. Quería platicar con el de lo que venía persiguiéndome y
dejándome sin sueño durante las noches.

Jimin me comentó que entre más sincero fuera, mejor. Me dijo que
tenía que estar completamente seguro de mi mismo, y que tenía que
hacerlo pronto.
Sus palabras rebotaban en mi cabeza muy seguido.

La pregunta era... ¿debía hacerlo está noche o dejarlo para


después?

—¿Que quieres cenar, bebé? —la voz de mi Alfa me sacó de mi


mini trance.

Caminábamos a lo largo de una preciosa calle, la cual parecía


habitada mayormente por turistas.

—N-no sé...

Al escuchar mi tartamudeo, Taehyung me observó.

—¿Estás cansado? Te siento inquieto. —un tono de preocupación


hizo vibrar su voz.

Me mordí el labio con cierto nerviosismo recorriéndome el cuerpo.

Apreté nuestro agarre de manos mientras le observaba.

—¿P-podemos volver al hotel? Podemos cenar ahí...y ver alguna


película. —pregunté con voz dudosa. —Si estoy un poco cansado,
Tete.

El Alfa asintió con la cabeza.

—Claro, claro que si. —se acercó para besar mi frente. —


Cenaremos fuera otro día. De todas formas, estaremos casi dos
semanas por aquí.

Sonreí.

—Gracias.

Un par de minutos después encontramos un taxi. En el transcurso


del camino una suave lluvia se desató provocando un hermoso
panorama.
—¿Estás bien? —Tae recargó su cabeza en mi hombro.

Parpadeé un par de veces.

Si lo preguntaba es porque probablemente notaba a mi lobo muy


inquieto.

—Quiero que...platiquemos sobre algo.

El Alfa se separó de mi para observarme. Su rostro estaba fruncido,


la curiosidad impregnada en su expresión.

—Me estás poniendo nervioso. —contestó.

El corazón me latía con fuerza, y estaba seguro que el podía


sentirlo.

—Esperemos a llegar al hotel, por favor. —dije sutilmente.

Taehyung asintió con la cabeza, y ninguno de los dos no volvió a


decir algo en el transcurso.

La manera en que su pulgar acariciaba en el dorso de mi mano


mientras nuestros dedos estaban entrelazados lograba calmarme un
poco.

Me sentía muy cohibido, porque no sabia que ai sería capaz de


contar aquello sin soltar una lágrima.

Un suspiro abandonó mis labios.

Lastimosamente mi lobo interior estaba lastimado por algo que no le


había pasado en esta vida; y de cierta manera, tenía un leve trauma
con el rechazo de su Alfa.

Por eso estaba tan nervioso.

Una vez que el taxi se estacionó fuera del hotel, pagamos y nos
despedimos del dulce hombre.
Pasamos por la extensión de la recepción hasta encaminarnos hacia
el elevador. Tae presionó el botón número ocho y la caja metálica
comenzó a moverse.

Podía sentir la preocupación de Taehyung inundando las paredes de


metal, y aquello me hizo tomarle del rostro.

—No te preocupes, Tete.

Sus ojos chispearon de amarillo mientras sus pobladas cejas le


daban el toque de consternación.

—Que me pidas eso, es imposible.

Torcí los labios.

—Solo es algo...que quiero platicarte. Se que es necesario porque


ha estado causando efectos sobre mi. —susurré. —No quiero seguir
guardándomelo.

El Alfa analizó mis palabras durante un par de segundos.

—Está bien.

Como siempre decía, la comunicación era lo más importante en


nuestra relación.

Los destinados tenían su química y sentían la pertenencia al otro;


sin embargo, aquello no daba la certeza de que una relación
funcionara.

Éramos mitad lobo, y mitad humanos.

Tenemos sentimientos tanto malos como buenos. Solíamos ser


obstinados, orgullosos y rencorosos. Por eso era más que obvio que
lamentablemente en ocasiones algunos destinados no podían estar
juntos.

Por suerte, Taehyung y yo nos habíamos conectado a la perfección.


Nuestras mitades encajaban. Nos complementábamos tanto física y
románticamente. Nos entendíamos como humanos y como lobos.

Por ende, tampoco podía dejar pasar más tiempo. Tenía que
platicarlo con el —después de estarlo omitiendo durante años—
porque sentiría que iba a estallar en cualquier momento.

Estaba mayormente seguro de que el me escucharía con


calma...pero había una pequeña parte de mi lobo que se sentía muy
rencorosa.

Y odiaba aquel sentimiento, porque no podía manejarlo.

Una vez llegado a nuestro piso, dimos un par de pasos hasta entrar
en nuestra habitación.

—¿Quieres que cenemos primero? —Tae preguntó mientras se


sentaba en la cama y me observaba.

Asentí con la cabeza.

Como solíamos hacerlo, pedimos una gran variedad de comida. De


vez en cuando bromeábamos de que engordaríamos felizmente
como un matrimonio.

Cuando la comida llegó como servicio a habitación, comenzamos a


degustarla mientras mirábamos algo random en la gran televisión.

—¿Quieres más vino, bebé?

Asentí con la cabeza y puse la copa de cristal para que pudiera


servirme.

Lo necesitaría para más valor.

Cuando nos tomamos un par de copas más, dimos por terminada la


cena. Me quité mis botas y me subí por completo a la cama mientras
observaba a Taehyung quitarse su saco.
Pasé las palmas sudorosas de mis manos contra la tela de mis
jenas al mismo tiempo que tomaba una larga respiración.

El colchón a mi lado se hundió cuando mi Alfa se sentó en el.

—¿Me vas a platicar qué pasa? —me preguntó en un susurro, poco


después frunció el ceño. —Estás sonrojado.

Solté una risa nerviosa.

—Es el vino.

Tae asintió con la cabeza mientras manteníamos el contacto visual.

Un par de segundos de silencio fueron suficientes para poder


ordenar mis pensamientos, y saber precisamente que palabras
saldrían de mi boca.

Había ensayado tanto con este momento en mi cabeza.

—T-te quiero contar esto...pero no para que te sientas mal. —


murmuré, desviando mi vista de la suya. —Los recuerdos que
visualicé el día que me reclamaste me han estado afectando.

Percibí como Tae alzó sus cejas en un gesto de curiosidad.

Sabia que durante todo este tiempo se había aguantado las ganas
de preguntarme al respecto de lo que había visto esa noche.

—Te escucho.

Me mordí el labio con fuerza, mis ojos clavándose contras las


sábanas blancas de la cama.

—Yo...u-uhm, he estado soñando con el recuerdo, y es


muy...doloroso. —solté en un susurro. —No es agradable, y siendo
honesto, me encantaría borrarlo de mi cabeza.
>>Siento que no puedo seguir adelante si no te digo todo lo que me
atormenta. Es por esto que te lo contaré. Quiero ser sincero, pero
más que nada, lo hago porque no quiero que me siga afectando. N-
no quiero que te sientas mal...porque te conozco, y tomarías la
responsabilidad de algo que no te corresponde, Tete.

Taehyung alcanzó mi mano derecha, y el tacto me hizo sonreír.

—El recuerdo de ambos de nosotros en una vida pasada no ha sido


agradable. Eras un Alfa...diferente. —mis ojos se posaron sobre los
suyos.

Le escuché tragar saliva.

—¿Q-que pasó?

Solté un suspiro, preparándome mentalmente para mis próximas


palabras; porque incluso decir en voz alta me dolía.

—Ese Alfa me quería quería pero...no lo suficiente. —susurré. —Y-y


el me dejó porque no pude concebirle cachorros.

No quería decir que el era el mismo Taehyung porque me quemaba


el pensamiento.

Me tomé unos segundos antes de seguir hablando. El nudo que se


había formado en mi garganta me complicaba las cosas.

—Y y-yo...he tenido miedo porque cada vez que lo recuerdo o lo


sueño, se siente tan real. —mi voz salió en un hilo. —Mi lobo se
siente lastimado, y lo odio. Odio que eso pase porque es algo que
quedó en el pasado.

>>P-pero es que no he podido pasar por desapercibido los


recuerdos. Mi lobo se ha mostrado impaciente por darte hijos,
porque piensa que t-te aburrirás de mi si no los tenemos pronto.

Las primeras lágrimas salieron de mis ojos cuando Taehyung me


estrechó contra sus brazos.
—K-Kookie... —susurró. —Lo siento-

Negué con la cabeza.

—No quiero te que disculpes, Tete. —le interrumpí. —N-no...no es tu


culpa. Te cuento esto porque realmente sentía la necesidad. Sentía
que iba a explotar.

Tae me tomó de los hombros y me separó de su cuerpo para


observarme a los ojos.

Sus ojos eran tan suaves, tan diferentes a los del Alfa de mi vida
pasada.

Su manos en mis mejillas me hizo sonreír levemente, sus dedos


acariciando mi piel en un roce lento y dulce.

El sentimiento que me recorría el cuerpo cada vez que el me tocaba,


podia contra todos los dolores que me atormentaban.

—Yo jamás me aburriría de ti, bebé. —me murmuró con suavidad.


—Para mi lo eres todo. No tenemos porqué correr si quieres
caminar. Podemos tener cachorros cuanto te sientas listo...y te
esperaré el tiempo que sea necesario.

Justamente esas eran las palabras que mi lobo quería escuchar.

Solté un sollozo.

—¿E-estás seguro...? Es que yo tengo miedo, y me siento tan


estúpido por dudar de ti. —escondí mi rostro en su cuello mientras
las lágrimas seguían saliendo. —Es horrible porque me has hecho
saber más de mil veces lo mucho que me amas, pero mi lobo se
siente tan adolorido.

Pude percibir las fuertes feromonas de Taehyung inundando la


habitación, permitiéndome distraerme un poco.

—Te recodaré lo mucho que te amo a cada hora si es necesario.


Volví a soltar más lágrimas.

—Lo siento, Tete. —mi voz salió quebradiza contra su piel. —soy un
tonto.

Taehyung comenzó a acariciar mi espalda en un gesto para


relajarme.

—Claro que no, bebé. Es normal sentirte de esta manera... —me


susurró con sutileza. —Probablemente te dejó un trauma el
recuerdo, y lo siento.

Me separé de él con lentitud para observarle el rostro. Sus dedos


pulgares volvieron a viajar hacia mi rostro, esta vez, para secar mis
lágrimas.

—Olvidémoslo. —susurré.

El Alfa asintió con la cabeza mientras una pequeña sonrisa apareció


en sus labios.

—¿Quieres saber... —me tomó del brazo para inclinarme contra su


cuerpo recargado en la cabecera de la cama. —que fue lo que yo
vi?

Su pregunta me hizo parpadear.

Jamás platicamos de esto, pero estaba muy interesando.

—¿N-no fue algo triste, Tete? —sorbí mi nariz mientras le


observaba.

Observé como extendió su brazo para alcanzar en la mesa de


noche un par de kleenex.

El Alfa puso el pañuelo sobre mi nariz mientras sonreía con ternura.

—Se te están saliendo los moquitos, Kookie. —dijo mientras me


limpiaba.
Solté una risa tonta, mis mejillas calentándose en el proceso.

Una vez que terminó, volvió a estrecharme en sus brazos mientras


me acariciaba el cabello.

—Pues lo que vi fue a un Jungkook que lucia rebelde.

Su revelación me hizo alzar las cejas.

—¿Rebelde? —cuestioné con curiosidad.

Tae asintió con la cabeza.

—Tenía el cabello rosa fuerte, y en ese momento estabas fumando


un cigarrillo.

Arrugué la nariz y saqué la lengua ante sus palabras.

—El rosa no es mi color.

El Alfa soltó una risotada que le hizo echar la cabeza hacia atrás.

—¿Eso te preocupa, bebé? Me parece inaceptable que estuvieses


fumando. —dijo con desaprobación.

Me encogí de hombros.

—Probablemente me veía cool. —Tae alzó las cejas y yo sonreí


levemente. —¿Y qué pasó?

Tae dejó un beso en mis labios, que inconsciente se habían creado


en un puchero.

—No mucho. —respondió con simpleza. —Estabas platicando con


alguien y me dijiste que me acercara. Fue corto pero muy
interesante.

Asentí con la cabeza.


—Me pregunto que habrá pasado después.

El Alfa me apretó contra su cuerpo, y me sentí muy gustoso ante el


gesto.

—Probablemente algún día sepamos. —dijo con una sonrisa en los


labios.

Nos quedamos en un silencio cómodo.

A pesar de que ya había sido muy honesto con Tete, había otra cosa
que debíamos de hablar, y el pensamiento solo, volvió a acelerar mi
corazón.

Terminé por separarme levemente de él, sentándome en su regazo


en el proceso y mirándole con las mejillas sonrojadas.

—H-hay algo más... —susurré.

El Alfa acarició mis muslos —sin ningún tipo de insinuación sexual—


y me observó atentamente.

—Dime.

Sonreí un poco.

—Quiero que comencemos a hacerlo...sin protección en unos


meses más. —dije de manera rápida y clara.

Taehyung alzó ambas de sus cejas.

—¿Hacer que? —preguntó con un tono de altanería.

Estaba jugando conmigo.

—Ya sabes qué.

El Alfa soltó una risa baja, mientras negaba con su cabeza.


—No sé a que te refieres, bebé. —se acercó para darme un beso
lento.

La situación me recordó al día que nos besamos por primera vez.


Me hizo decirle entender lo mucho que me gustaba mientras me
molestaba.

—Al...al hacer el a-amor. —dije mientras un bochorno me recorría el


cuerpo. Tae sonrió. —Si quiero que tengamos cachorros, pero
antes...quiero esperar unos meses más.

El Alfa se quedó en silencio durante unos segundos.

—Está bien.

Fruncí el ceño.

—¿No quieres...?

—¡Claro que si! —me tomó del rostro, mirándome con los ojos
brillantes en el proceso. —Es solo que...te estaba imaginando con la
pancita hinchada.

Pude percibir a su lobo mover la colita, y aquella visualización casi


hizo derretir a mi corazón.

—Oh... —sonreí con las mejillas sonrojadas.

—Entonces en unos meses más, bebé. —Tete murmuró de forma


dulce. —También te llevaré al ginecólogo antes para asegurarnos de
que todo estará bien.

Una fugaz idea de ser infertil me pasó por la cabeza tan rápido
como dijo aquello.

Mierda.

Volví a esconderme en su cuello.


—E-está bien. —respondí con voz débil. Carraspeé mi garganta. —
Tete..., ¿Podemos ver una película?

El Alfa entendió que quería cambiar el tema de conservación, al


instante.

—Claro. —respondió con voz suave. —La que quieras.

🌙🌙🌙

Holi, disculpen los errores


Han pasado más de dos semanas desde q actualicé, losiento xd

Como me encanta alargar las cosas, habrá un total de 10


extras<3

Espero que estén bien y que estén tomando awita:)

Gracias por las 196k LEÍDAS, ESTE MES LA HISTORIA CUMPLE


UN AÑO Y ME HACE FELIZ HABER LOGRADO ESTO💜💜💜
Les dejo mi nuevo libro en curso, que estará súper cool, por si
desean pasarse<3 me haría muy feliz

Los tkm<3
Extra #7. "Besos con alcohol"
Taehyung's POV

Después de regresarnos de Italia, pasaron unos meses. Ambos nos


enfocamos en nuestros trabajos, y teníamos citas de vez en cuando
para mantener nuestra relación viva.

Kookie me comentaba lo cansado que estaba, y yo le consentía con


mimos casi todas las noches.

Después de la plática que tuvimos sobre sus sentimientos, y los


recuerdos que mantenía sobre nuestra vida pasada; había
comenzado a ser más cuidadoso con mis palabras.

No quería herirlo. Quería que olvidase todo mal sabor amargo que le
trajera la brutalidad del Alfa de aquella vida, que de alguna forma u
otra, había sido yo.

Decir que no había una sensación de culpabilidad en mi pecho,


sería mentir. Odiaba el pensamiento de hacerle daño, de hacerle
sentir mal, de que se volviese inseguro por mi culpa.

Le cortejaba a cada día como si aún nos estuviésemos conociendo,


y eso nos traía demasiados recuerdos.

La vida de adultos era dura, sobre todo si te encontrabas en


matrimonio. Los momentos de cuando nos conocimos, cuando
íbamos a fiestas y teníamos citas de picnic se habían vuelto
recuerdos nostálgicos; ya que no solíamos tener tanto tiempo y
energía para ello.

Preferíamos estar en la cama, viendo alguna película y comiendo


pizza.

Era una rutina, pero siempre nos asegurábamos de nuestra


comunicación no se afectara; y gracias a eso, las cosas entre
nosotros funcionaban.

Como costumbre, en los cumpleaños del otro hacíamos unas cenas


tranquilas con familia, las cuales terminaban a las diez de la noche
—lo más temprano posible— para después irnos a dormir temprano
y prepararnos para el trabajo del día siguiente.

Pero este año iba a ser diferente, porque el dulce Omega se había
encargado de convencerme para festejar mi cumpleaños.

—No quiero nada. Simplemente quiero que la pasemos en nuestra


cama. —comenté con el ceño fruncido.

Observé como mi Omega dobló su cuerpo para levantar un juguete


de Yeontan que se encontraba en el suelo.

Aquellos shorts se le veían muy bien.

—No te comportes como un anciano, Tete. —me observó por


encima del hombro.

Su elección de palabras me hizo reír. Extendí mi cuerpo acostado en


el sofá mientras le observaba con una sonrisa.

—¡No lo soy! Solo quiero que la pasemos relajados.

Kookie soltó un quejido mientras daba brincos sobre el piso, casi en


un gesto de berrinche.

—¡Pero, Tae! Vas a cumplir veinticinco años. Estás a la mitad de los


20s. —me observó con reproche.

Dejé caer mi cabeza sobre el brasero del sofá e hice una mueca.

—Me estoy haciendo viejo. —dije.

Pude escuchar los pasos del Omega acercándose hacia mi. El sofá
a mi lado se hundió, y luego sentí su peso sobre mi regazo.
—Por eso mismo debemos de festejar tu cumpleaños
adecuadamente. —hizo un tierno puchero. Posó sus manos sobre
mi pecho y aleteó sus pestañas divinamente. —Cabe la posibilidad
de que el año que viene... t-te vuelvas papá y no será lo mismo.

Ambos conectamos miradas, y noté que aquello le provocó un


temblor en las piernas.

Me encantaba la idea de pasarla con mi Omega y mis cachorros en


casa. Estaba seguro de que no habría mejor plan que aquel.

—Diciéndolo de esa manera...es entendible.

Un suave rubor adornaba las mejillas de mi dulce Omega,


haciéndolo lucir más hermoso de lo normal. Su torso se inclinó hacia
el mío aún manteniendo las rodillas flexionadas a los lados de mi
regazo.

La acción hacía resaltar su trasero, y era obvio que tenía que


masajearlo.

—Entonces...¿si? —hizo un puchero manipulador. Sus labios


estaban pegados a mi barbilla mientras me observaba con ojos
brillantes.

Chasqueé la lengua.

—No vamos a invitar a Lucas.

No pude evitar morderme la lengua cuando aquellas palabras


salieron automáticamente de mi boca.

La expresión de Kookie se desencajó en una sonrisa boba.

—No puedo creer que estés pensando en otro Alfa. —el Omega
soltó una risa. —Lucas está muy ocupado como para eso.

No pude evitar sentirme enfadado al pensar en él.


—¿Y? Sigue sin agradarme.

—Tete, está recién casado.

Mis ojos se posaron sobre los suyos y alcé ambas de mis cejas.

—Existen los Alfas infieles. —dije con ironía. —Asistimos a su boda


y juro que aún te miraba con ojos de enamorado.

Kookie soltó una fuerte risa, como si disfrutara de mi molestia hacia


aquel hombre.

—Es tu imaginación.

—¿Me estás llamando loco?

—Tete loco. —me llamó con el rostro rojo, aguantándose de la risa.

Fingí molestia.

—No quiero una celebración de cumpleaños.

—No te estoy preguntando. —se atrevió a decir con un tono


desafiante. Puso sus labios sobre los míos para dejar un casto beso.
—Haré una fiesta de cumpleaños para ti.

—No quiero.

—Sin Lucas.

Torcí los labios.

—Probablemente me convenzas si me das otro beso. —use mi


método de chantaje.

El Omega sonrió, y aproveché que estábamos cara a cara para ver


detalladamente la expresión que puso cuando cacheteé su trasero.
Incluso Yeontan levantó su cabeza del suelo para fijarse de donde
había provenido el fuerte ruido.

—¡E-ey! No tienes que hacer eso. Ya sabes que puedo darte los
besos que quieras. —se sonrojó hasta el cuello.

Sonreí de manera ladeada.

—Solo lo hice para ver que cara ponías.

Sabia de sus gustos, y entendía que aquel gesto le había encendido


una chispa en el vientre bajo. Mi teoría fue acertada por la manera
en la que me besó.

El Omega tomó mi rostro con ambas de sus manos y pegó nuestros


labios. Los movió de manera lenta y sensual, mientras su lengua ya
se estaba escabullendo a mi boca.

Me estaba comiendo a besos de una forma nada dulce.

No pude evitar sonreír.

—Kookie...

Se alejó de mi, pero en esta ocasión, sus labios fueron a pegarse


contra la piel de mi cuello.

—¿Qué? —su voz salió en un tono a la defensiva.

—Vamos a preparar la cena, bebé.

El Omega soltó un quejido contra mi piel húmeda.

—Un rato más. —sus manos se pasaron sobre mi abdomen


mientras sentía que hacía una marca en mi cuello.

Si seguía haciéndolo, nos desviaríamos de una noche tranquila.

Solté un suspiro acalorado.


—¿O mejor quieres pedir boneless?

Levantó la cabeza tan rápido como escuchó aquello. Sus ojos se


extendieron con emoción, y sus labios hinchados se formaron en
una sonrisa.

—¡Si!

🌙🌙🌙

—¿Esto... —levantó una camisa corta ante mis ojos. Después una
chaqueta de cuero. —...y esto?

Hice una mueca, al mismo tiempo que mi lobo exagerado en


sobreprotección salía a la luz.

—K-kookie... —vacilé.

El Omega frunció el ceño.

—¿No te gusta? Es bonito.

Me mordí la lengua interna mientras le observaba un par de


segundos.

—Pero...se ve tu panza, bebé. —dije en un tono grave. —Y no


quiero que otros se interesen en ti.

Kookie alzó ambas de sus cejas.

—Nadie se interesará en mi. Llevo tu marca. —explicó con un


puchero. —E incluso tu aroma.

—Si, porque eres mío.

Observé como una sonrisa apareció en sus labios.

—Lo soy. —afirmó con gentileza. —No hay problema, Tete.


Jamás controlaría su vestimenta, pero no podía evitar sentirme
dudoso.

Jungkook es precioso, era obvio que llamaba la atención a donde


fuera que fuese.

Me hacía sentir orgulloso tener un Omega tan precioso para mi,


pero me molestaba la idea de que otros Alfas tuvieran ideas
repugnantes y morbosos hacia mí Omega.

—Está bien. Siempre estaré para defenderte si algo sucede. —le


besé la frente.

Salimos de casa a las once de la noche. Tras habernos puesto de


acuerdo con nuestros amigos, la propuesta de ir a un antro fue la
más decente.

Kookie y yo habíamos declinado la idea de celebrar en nuestra casa


una fiesta, porque obviamente sería demasiado esfuerzo. Optamos
por ir por un par de tragos y después ir a bailar un poco.

El Omega se bajó del auto tan pronto como me estacioné y corrió


hasta Jimin —que se encontraba al otro lado de la acera— para
darle un abrazo.

—¡Te extrañé! —su mejor amigo gritó.

Se habían visto la semana pasada.

Tras unas felicitaciones de parte de Yoongi, y de su Omega, nos


adentramos en el antro donde se encontraban los demás en el
segundo piso; sentados en una mesa exclusivamente para nosotros.

—¡Pero si han pasado más de dos años desde la última vez que
vinimos a divertirnos! —gritó Namjoon cuando nos observó con una
sonrisa.

Recibí felicitaciones por parte de Eunha, Eunwoo, Wendy, Hoseok,


Jin y Nam.
Los que frecuentábamos siempre.

—Es que nos hemos vuelto viejos. —Eunha respondió.

Y era cierto. A pesar de que no fuésemos tan viejos todos tenían


sus preocupaciones.

—Bueno, primero que nada —Namjoon gritó fuerte, porque su voz


se mezclaba con la música —¡Un shot para el cumpleañero!

Extendí los ojos de susto.

—¡No! Manejo y no puedo hacerlo borracho.

Todos me observaron con molestia.

—Luego se te baja la borrachera. —Jin exclamó. Le pasó una


botella de tequila a Kookie. —Dásela a tu hombre.

El dulce Omega me observó con una sonrisa de malicia. Las botas


que estaba usando tenían unas pequeñas plataformas, así que no
necesitó ponerse de puntillas para tomarme del rostro.

—Abre la boca e inclínate, Tete. —me observó con ojos brillantes.

No tenía ganas de seguir reteniéndome, así que accediendo a su


orden: incliné mi cabeza hacia atrás y abrí la boca.

Kookie vertió el amargo líquido en mi cavidad bucal, llenándolo de


una cantidad considerable. Todos soltaron gritos animados conforme
me tomaba el tequila.

Sintiéndome animado, tomé de la nuca a mi Omega y pegué


nuestras bocas para que pudiera saborear. Mi lengua tocó la suya
de manera brusca, haciéndolo suspirar y temblar.

—T-Tae. —respiró aceleradamente.

Me separé de él y le quité la botella de las manos.


—Tu turno.

Le tomé de la mandíbula mientras me observaba nerviosamente.

—N-no mucho. —sonrió con timidez.

Abrió la boca y vertí el tequila. El Omega jaló de mi chaqueta de


cuero cuando sintió que era demasiado, y yo solté una risotada.

Tragó el líquido y me observó alterado.

—¡Eso fue mucho! —murmuró en un tono lastimero. —¡Me voy a


emborrachar muy rápido!

Le miré encogiéndome de hombros y sonriendo con malicia.

Dado que era un día antes de la víspera de Año Nuevo, el lugar


estaba repleto. Los últimos días del año solían ser ajetreados, llenos
de energía y de emoción por terminar una etapa para comenzar
otra.

Por suerte, solíamos tener unas mini vacaciones de tres días, y no


teníamos que preocuparnos por asistir al trabajo con resaca.

Observé a lo lejos como Kookie meneaba su cuerpo junto con Jimin,


Nam y Wendy. Movía las caderas y alzaba los brazos, provocando
que su camisa —que ya era corta— mostrara su abdomen
suavemente marcado.

El cabello le caía por el rostro, y una sonrisa coqueta aparecía en


sus labios rojos.

Solté un suspiro de ensueño.

Unos golpes en mi hombro me hicieron girar mi cuello hacia la


persona proveniente. Yoongi se rascó la nuca y me observó con
nerviosismo.
—Necesito un consejo. —dijo en voz alta, pasando su vista desde
mi hacía Jin.

Ni Hoseok, ni Eunwoo y Eunha estaban cerca, así que éramos


solamente nosotros.

Me acomodé en el sofá de cuero mientras observaba al Alfa pálido.


Jin me sonrió como si supiera de que se tratara, por el otro lado, yo
tenía el ceño fruncido.

—Escuchamos.

Yoongi resopló, provocando que sus mejillas se llenaran de aire.

—Bueno...y-yo- —se rascó la nuca, desviando la mirada. —Le


quiero pedir matrimonio a Jimin.

El mayor de nosotros le pegó un golpe en el hombro ante sus


palabras, abriendo los ojos de sorpresa.

Hasta yo estaba impresionado.

—¡¿En serio?!

El Alfa pálido sonrió levemente, sus orejas enrojeciendo en el


proceso.

—Si. Quiero hacerlo mañana, en víspera de Año Nuevo. —comentó.


—Pero no sé cómo.

—Felicidades, hombre. —le di unos golpes en la espalda. —Ya era


hora.

Jin soltó una risa, y antes de darle un sorbo a su cerveza, dijo: —


Más vale tarde que nunca.

Como había pedido le dimos un par de consejos. Yoongi platicó que


quería que fuese perfecto porque había pasado demasiado tiempo
planeándolo.
Pronto tendríamos una boda.

Ahora el único que faltaría en casarse sería Hoseok.

—Suerte. Ya verás que te dirá que si. —Jin dijo.

—¿Y si no? —Yoongi preguntó con nerviosismo. —He tardado


mucho en pedírselo, probablemente se ha enfadado de mi.

—Si se hubiera enfadado de ti, ya te hubiese dejado. —respondí


con obviedad. —Así que no te preocupes por eso.

De cierta forma, aquellas palabras le tranquilizaron.

Cuando el reloj de mi muñeca marcó la una y media de la mañana,


los Omegas que se habían encontrado bailando exhaustivamente,
aparecieron.

Kookie se dejó caer en mi regazo con los ojos entrecerrados.

—¿Estás borracho?

Entrelazó sus manos detrás de mi nuca e hizo un puchero.

—Intermedio. —suspiró en mi mejilla, y después dejó un beso.

Sus feromonas estaban muy fuertes, y sabía que podía llamar la


atención de otros Alfas. Aprisioné mis brazos en su torso, pegándolo
aun más a mi cuerpo.

—¿Me acompañas al baño? —me preguntó.

Asentí con la cabeza, y ambos nos levantamos del sofá para


encaminarnos entre las multitudes de gente. Pegué su espalda a mi
pecho en todo el trayecto para asegurarme de que nadie se le
acercara, aunque era casi imposible.

Una vez encontrada la puerta del baño, nos adentramos en este. El


Omega corrió hacia el espejo y se observó en el.
—La iluminación aquí, es horrible. —hizo una mueca mientras se
examinaba el maquillaje en los ojos.

Esta noche, llevaba puestos unos jeans negros rotos, una camisa
corta —que dejaba ver unos centímetros la piel de su estómago—,
una chamarra de cuero y unas botas altas. Su cabello oscuro caía
sobre los costados de su rostro, y sus ojos estaban levemente
maquillados en un tono café oscuro.

Lucia tan... caliente que dolía.

—Te ves precioso, bebé.

El Omega sonrió, observándome a través del espejo.

—Tu también te ves muy guapo, Tete. —se giró sobre su cuerpo
para observarme.

Se acercó a mi y plantó un besito en mis labios.

—Solo quería verme el maquillaje, ¿nos vamos?

Cuando regresamos a la mesa donde nos encontrábamos, Jimin se


levantó bruscamente de su lugar y observó a Kookie.

—¿Me das un beso? —preguntó observando a mi Omega. —Me


debes un beso desde el día de tu boda. ¡Siempre que estoy
borracho lo recuerdo!

Observé alteradamente a Kookie, el cual ya se encontraba


asintiendo con la cabeza.

—Los amigos no se besan, Jimin. —me entrometí. —Ni hablar.

Yoongi parecía más calmado ante el tema, mientras que todos los
demás observaban divertidamente la escena.

—¡Si quiero un beso! ¿Por que no? —Kookie sonrió con


entusiasmo.
Sentí que se me caía el mundo encima.

La idea de ver a mi Omega besándose con alguien me alteraba


mucho. Sabía que era Jimin, su amigo de toda la vida, pero no
podía evitar sentirme extraño.

Kookie me observó con una sonrisa.

—No pasa nada, Tete. —dijo en un tono blando y ligero. —A ti te


daré los que quieras, ¿puedo?

Yoongi y yo conectamos miradas, y este se encogió de brazos.

—No importa. Son amigos.

Mi mirada volvió a posarse sobre Kookie. Me observaba paciente a


mi respuesta. Sabía que tenía debido respeto por nuestro
matrimonio, por eso me estaba pidiendo aprobación a pesar de que
Jimin fuese su amigo.

—B-bueno.

Fue entonces cuando, Kookie tomó del rostro a su amigo y juntaron


sus labios en un corto beso.

No pude evitar hacer una mueca mientras los demás hacían sonidos
de sorpresa.

—Te amo, Jimin-ssi. Eres mi mejor amigo. —mi Omega comentó


después de haberse separado.

Jimin —claramente bajo los efectos del alcohol— soltó unas


lágrimas para después abrazar a Kookie.

No podía creer lo que habían visto mis ojos.

—¡Bueno, démosle otro shot a Taehyung por haber visto eso! —


Hoseok gritó, alzando la botella de tequila.
Sería una larga noche.

Después de tener más alcohol en el sistema, todos nos fuimos a


bailar. El dulce Omega se meneó contra mi, y yo no podía evitar
comérmelo a besos cada vez que tenía la oportunidad.

Después de todo, estaba resultando ser una velada muy agradable.

🌙🌙🌙

—Estoy muy cansado, Tete. —Kookie hizo un puchero. —Estoy un


poco borracho también.

Solté una risa al observar lo adorable que lucia.

El cabello le caía de manera desordenada, cubriendo un poco sus


ojos adormilados.

—No te preocupes. Ya casi llegamos al apartamento para


descansar, ¿si, bebé? —volví mi vista hacia la autopista.

Justamente eran las tres de la madrugada. Las calles y la ciudad


parecía desierta la noche de hoy. Lo único brillante eran las luces de
los edificios y la luna llena.

Según Hoseok, aún era muy temprano para terminar la celebración,


pero siendo sincero ya me sentía muy cansado para seguir en el
alboroto.

Supongo que después de todo, si me estaba volviendo como un


anciano anticuado.

—Kookie, ¿que estás haciendo? ¡Kookie!

No pude evitar ponerme en pánico cuando noté su intención. De


reojo, observé como se quitó el cinturón de seguridad para después
ponerse de rodillas en el asiento e intentar pasarse hacia el mío.

Mientras yo manejaba.
—Nada. —pareció ajeno ante mi regaño.

—Kookie. Quédate en tu lugar, ¿que estás haciendo? Podemos


tener un accidente.

Mis palabras no parecieron tener un efecto en el porque sin


importarle, de cierta manera se las ingenió para sentarse a
horcajadas sobre mi regazo. Después, su rostro se enterró en la piel
de mi cuello para olfatear.

Santa luna.

—Tengo sueño. —dijo con voz somnolienta. —tu sigue manejando,


Tete.

Jungkook con alcohol en su sistema era todo un caso perdido.

Solté un suspiro.

—Creo que lo mejor sería que regresaras a tu asiento. —comenté,


mis ojos viendo por el retrovisor. —Si alguna patrulla nos ve
podemos meternos en problemas.

El dulce Omega soltó un quejido mientras abrazaba mi torso.

—Entonces manejas más rápido para deshacernos de ellos.

—Kookie. —mi tono de voz salió en un tono advertencia.

No volvió a decir nada durante un par de segundos, sin embargo


sentí como meció sus caderas sobre mi regazo logrando acelerar mi
pulso.

Despegó su rostro de mi cuello y sentí su mirada sobre mi.

Pude percibir como torció una sonrisa llena de travesura.

—Tete...te ves muy guapo manejando. —susurró con picardía.


¿En que momento había cambiado el ambiente dentro del auto?

—Estás muy borracho. —solté.

Me detuve en un semáforo rojo, donde tuve la suerte de que no


hubiese algún otro auto cerca observando la escena que Jungkook
estaba montando.

Lo tomé de las cinturas con fuerza y le obligué a que me observara.

—Vuelve a tu asiento, Kookie. —alcé mis cejas mientras el ladeaba


su cabeza. —Es peligroso y-

Ahogó mis palabras sobre sus labios los cuales se movieron con
rudeza sobre los míos. Parecía desesperado porque le
correspondiera el beso, comenzando a moverse de manera
torturosa sobre mi.

—Bésame, por favor. —su voz salió en un gemido sensible. —Por


favor.

Negué con la cabeza, despegando nuestros labios en un gesto


rápido.

Estaba mal.

—Cuando lléguenos a casa, pero ahora mismo no.

El Omega soltó un quejido desesperado.

—¡Taehyung! —me tomó de la camisa en puños mientras sus ojos


se aguaban. —¡Yo quiero que me beses ahora!

Jungkook borracho tenía muchos efectos secundarios. Uno de esos


era el sentimentalismo.

Solté otro suspiro, sintiéndome acorralado en la situación por hacer


llorar al Omega.
—Bebé... —acaricié su pómulo.

—Solo...solo dame un besito, por favor. —suplicó de nuevo con un


puchero en sus labios rojos. —Es lo único que pido.

Tomé su rostro y dejé un pequeño pico que lo hizo suspirar.

—¿Contento?

No contestó, pero lo interpreté como un "si."

El semáforo cambió a verde y volví a emprender el camino hacia


casa, la cual sólo quedaba a un par de calles.

De repente, fruncí el ceño al sentirme embriagado por las feromonas


que comenzó a emanar.

Eran fuertes, espesas y muy dulces; y sabía que lo estaba haciendo


a propósito.

La mente se me quedó en blanco cuando comenzó a besarme el


cuello con sensualidad. Su lengua está a recorriendo la piel caliente
mientras sus dientes rozaban esta de manera tentativa.

—K-Kookie, espera. —con mi mano izquierda le tomé de la cintura.

Mi resistencia se estaba agrietando.

—Tete... —soltó un jadeo que me erizó la piel. Sus labios hicieron un


recorrido hacia mi oído donde mordió ligeramente el lóbulo. —estoy
muy...caliente.

Santa luna, apiádate de mi.

Las palabras quedaron estancadas en mi garganta. El simple hecho


de que el dulce Omega estuviera comportándose así, lograba lo
mismo en mi en tan sólo segundos.
Tragué saliva ruidosamente, dando vuelta por una esquina y
acelerando la velocidad del auto.

—K-Kookie, solo espera un poco más.

Soltó un quejido, acompañando del movimiento de sus labios con


los de sus caderas contra mi regazo.

Sus tediosas manos comenzaron a desabotonar mi camisa blanca


con rapidez, obligándome a tomarle de las muñecas antes de que
siguiera haciéndolo.

—Jungkook. —advertí.

Pude percibir una sonrisa de su parte, la cual se ensanchó cuando


se zafó con brusquedad de mi agarre.

—¿Qué pasa? —soltó en un susurro.

—¿Por que te estás comportando así? —la actitud no era propia de


él.

Solté sus muñecas para seguir manejando.

—¿Así como? —alzó sus cejas.

Hizo una flexión con sus rodillas, alzando su culo unos centímetros
para después dejarlo caer nuevamente sobre mi.

Apreté el volante, intentando calmarme a mi mismo ante la situación


que parecía fuera de mi campo de control.

Una de sus manos tocaron la piel de mi pecho, la cual estaba ahora


descubierta por su acción de segundos atrás.

Diablos, el camino al apartamento se me estaba haciendo eterno.

—Jungkook. —apreté los dientes cuando sentí su tacto sobre mi


pene medianamente erecto. —Manos arriba.
El Omega soltó una risa coqueta.

Volvió a fundir sus labios en mi cuello, esta vez, con una


brusquedad que logró ponerme más duro. Podía escuchar sus
respiraciones descontroladas mientras se mecía sobre mi.

—A-ah, T-tae.... —gimió morbosamente y a propósito sobre mi oído.

Aceleré aun más la velocidad, pronto adentrándonos en nuestra


vecindad.

Con mi mano izquierda tomé uno de sus glúteos y lo apegué a mi,


provocando otro gemido de su parte.

—Ya vamos a llegar. —comenté con voz gruesa.

El proceso de bajar del auto fue casi doloroso.

A pesar de que Jungkook fuese el que parecía más desesperado, yo


lucia un desastre.

Tenía una ereccion con la cremallera del pantalón abajo, el cabello


desordenado, probablemente marcas en el cuello y la camisa
desabotonada.

—Hagamos el amor por última vez en el año, Tete. —me susurró


una vez dentro de la casa.

Le tomé de las caderas y pegué su cuerpo con brusquedad contra la


pared.

—¿Quién dijo que vamos a hacer el amor, bebé?

***
Hola y me retiro xd
La vdd no estaba segura de escribir smut o si de seguirle, pero
creo q es algo decente
Aún quedan 3 extras y debo organizarme, así q no se
preocupen

Gracias por leer, comentar y votar<3

Les tkm 💜
Extra #8. "Inaceptable"
Jungkook POV's

Un sonido agudo salió de mi garganta cuando Taehyung me


estampó contra la pared.

Su lengua se escabulló en mi boca de manera brusca y con lascivia,


tomándome de las caderas y pegándome a su cuerpo mientras
respiraba de forma acelerada.

—Estoy enojado. —gruñó. —Estás loco.

Las mejillas se me enrojecieron de vergüenza.

Sabía que lo que había hecho había estado mal, sin embargo, el
leve alcohol en mi sistema provocó una sensación parecida a la
adrenalina.

—L-lo siento. —solté contra su boca.

Tae se separó de mi, en sus ojos percibí sus pupilas dilatadas y su


característico color amarillo brillando.

Tras haber desabotonado la camisa de mi Alfa en el auto, la piel


levemente bronceada de su pecho quedaba a mis ojos.

Bajo la tenue luz de la luna que entraba por el cristal de la ventana,


percibí lo excitado que me sentía de tan solo verle la piel.

Tenía muchas ganas de hacerle marcas, no obstante, sabía que el


Alfa no me dejaría hacer lo que yo quisiera. No después de la
escena que monté en el auto.

—Es inaceptable. —dijo en un tono duro. —Pusiste en riesgo


nuestras vidas, ¿estás consciente?
La manera en la que sus ojos lucían duros y molestos me
asustaba...pero lograba calentarme aún más.

Estaba claro que el alcohol me causaba miles de sentimientos.

Me mordí el labio con fuerza, un nudo instalándose en mi garganta


en el proceso.

—N-no volverá a pasar, Tete. —bajé la mirada hacia mis botas.

Pasaron unos largos segundos de silencio, donde ambos percibimos


nuestros corazones bombeando sangre en sincronización.

Sentí sus largos dedos tomarme del mentón para obligarme a verle
a los ojos x

—Claro que no volverá a pasar.

No me dejó formular algo porque nuevamente pegó su boca con la


mía.

Un bochorno me recorrió el cuerpo, y luego un suspiro dejó mis


labios cuando sus dedos tocaron mis hombros y sacó mi chaqueta.

—Alza los brazos. —ordenó contra mi boca.

Ciertamente curioso ante el momento le obedecí.

Alcé mis brazos y sus manos tomaron el borde de mi top para


sacarlo, dejándome desnudo de la parte superior el cuerpo.

El frío ambiente de la casa hizo endurecer mis pezones, y la simple


sensación me hizo sentir extasiado.

Tae me tomó de la cintura con ambas de sus grandes manos y


comenzó a besarme el cuello de una manera tosca.

Sus dientes se clavaron contra mi piel sensible, mandando un dolor


excitante sobre mis torrentes sanguíneos.
Eché la cabeza hacia atrás entretanto me dejaba llevar por los
movimientos de su boca. De pronto, percibí como se encontraba
bajando la cremallera de mis jeans y botando el botón.

—¿Q-que haces? —mi voz salió en un hilo afectado.

Taehyung se despegó de mi cuello y me observó con una sonrisa


lujuriosa en sus labios hinchados.

La mente me quedó en blanco cuando tomó el borde de mis jeans y


de mis bóxers, bajándolos de golpe.

Mi ereccion golpeó de manera orgullosa contra mi abdomen,


provocándome un suave gemido desesperado.

—Coopera, Kookie. —su voz ronca me hizo estremecer.

Con las mejillas sonrojadas, di un paso para poder sacar por


completo mi ropa, y quedar desnudo ante sus ansiosos ojos.

Mis piernas ya se encontraban temblando, en mi vientre bajo ya


había un cosquilleo y el lubricante ya comenzaba a escurrir entre
mis piernas.

Me sorprendía lo fácil que era para el ponerme de esta manera


besándome.

—T-Tete...

Un sonido de sorpresa dejó mi boca cuando le observé poniéndose


de rodillas frente a mi.

Alzó su vista hacia mi erección y luego hasta mis ojos, donde me


advirtió con la mirada. Tae tomó la base de mi pene, sosteniéndolo
con firmeza para después sacar su lengua y pasarla por la
extensión.

Solté un gemido desastroso, y mi mano viajó con fuerza hasta esta


para poder acallar cualquier ruido vergonzoso.
En un movimiento brusco, el Alfa metió mi erección en su cavidad
bucal y succionó, ocasionándome un fuerte espasmo.

Mis mano libre fue hasta su cabeza, donde enrollé mis dedos en las
hebras de su cabello para intentar soportarme.

Mis dientes estaban incrustados sobre mi labio inferior, evitando los


lloriqueos que querían salir desde lo más profundo de mi garganta.

Me estaba tragando por completo sin ningún tiempo de problema.

—¿Por qué estás tan callado, mmmh? —dijo tras haber dejado de
mansturbarme con su boca. —Sabes que no me gusta eso...y no
estoy muy feliz contigo.

La forma en la que formulaba las oraciones, seguido de su voz


ronca era mi perdición y de la manera en la que lucia en este
preciso momento.

Había tanta obscenidad.

La saliva le escurría desde las comisuras de la boca hasta la barbilla


mientras me observaba.

—Y-yo...-

La lengua del Alfa tocó la punta de mi glande, ocasionando que mis


piernas comenzaran a temblar a un más.

Cerré los ojos con fuerza, intentando mantenerme cuerdo ante sus
movimientos sucios contra mi punta hinchada.

Por inercia mi mano izquierda viajó hacia uno de mis pezones,


intensificando el placer que me atravesaba el cuerpo.

Se sentía muy bien.

Taehyung separó mis nalgas y cuando sentí la yema de su dedo


contra mi entrada, cerré las piernas en un gesto desesperado.
Mi miembro se movió por encima de sus labios.

—Abre las piernas, bebé. —advirtió.

Ambos conectamos miradas, y yo solté un suspiro ciertamente


avergonzando.

Obedecí su petición unos segundos más tarde, cuando mi corazón


estaba latiendo con fuerza contra mi pecho y sus feromonas
comenzaban a marearme.

Su dedo palpó por encima, mi entrada pidiendo por mucho más que
un simple toque.

—T-Tae...-

—Estás chorreando. —soltó en un tono burlón. La sonrisa que


adornó sus labios hizo contraer mi entrada. —Me gusta.

Su dedo entró en mi en un gesto rápido, ocasionándome un gemido


ahogado que retumbó entre las paredes.

Una vez más, comenzó a chupar mi erección mientras coordinaba


los movimientos de su dedo en cavidad anal.

Estimulé ambos de mis pezones, el placer y a la lujuria corriéndome


entre la sangre.

Me sentía al borde del delirio.

—¡T-Tae, mmhp-! —dejé caer la cabeza hacia atrás contra la pared.

El Alfa había encontrado mi punto P.

—¿Si? ¿Te gusta? —dijo tras haberse separado de mi pene.

Asentí con la cabeza, mi vista comenzando a nublarse ante las


sensaciones.
—Espera- y-yo... —mi voz ni siquiera podía salir correctamente. Le
observé con los ojos empañados de lágrimas.

Tae jugueteó con su lengua mi glande, y el contacto visual me hizo


temblar aún más.

Añadió dos dedos en mi entrada ya dilatada, y solté un fuerte jadeo.

—¿Te estás tocando? —su pregunta pareció más un regaño. Negó


con la cabeza, y con su mano libre agarró ambas de mis muñecas
con facilidad. —No te di permiso.

Mis pezones erectos e hinchados necesitaban atención; pero sabía


que no me pondría las cosas tan fáciles.

Y me gustaba cuando se ponía mandón.

—P-pero...es que- ¡ah! —estaba estimulando cruelmente mi punto.


—E-estoy cerca, Tae.

El juego previo era tan fácil para mi.

El Alfa sonrió, y pareció intensificar los movimientos de su boca y de


sus dedos en mi cavidad anal.

Sentía que en cualquier momento podría caer contra el suelo.

Cuando todo el placer y el cosquilleo comenzó a acumularse en mi


vientre bajo, un gemido de frustración quedó atascado en mi
garganta.

Taehyung presionó la punta de su dedo contra el orificio de mi pene,


obstruyendo que mi esencia saliera.

Detuvo sus movimientos en mi entrada mientras observaba mis


gestos de desesperación con burla.

Las lágrimas salieron finalmente de mis ojos.


—¿P-por qué hiciste eso? —mi voz salió en un hilo débil.

Había un dolor contenido en mi pene, que ciertamente hacia una


buena combinación con el placer.

—Te dije que estoy enojado. —dijo con voz ronca.

Se levantó del suelo y mientras seguía sosteniéndome de las


muñecas, con su otra mano apretó mi cuello.

Más lubricante comenzaba a salir de mi entrada ante lo mucho que


me gustaba que hiciera eso.

Su lengua se enroscó en mi boca, y le seguí los movimientos


bruscos mientras buscaba algo de fricción.

Moví mis caderas hacia el frente para que mi erección chocará


contra la suya.

—¿Tendré que amarrarte de las piernas?

No tuve tiempo de responderle porque sin molestia alguna, me tomó


de los muslos y me levantó.

Enrollé mis piernas en sus caderas, y el Alfa comenzó a


encaminarse hacia las escaleras para poco después, subirlas y
entrar en nuestra habitación.

Me dejó sobre la cama con un poco de brusquedad.

La boca se me hizo agua cuando escuché el tintineo de su cinturón


mientras se deshacía de él. Le observé muy expectante mientras se
lo sacaba de la cinturilla del pantalón, y lo doblaba entre sus manos.

—¿Quieres probar algo nuevo? —preguntó con una sonrisa.

Tragué saliva.
Sabía exactamente a lo que se refería por la manera en la que
acariciaba el accesorio.

Taehyung y yo teníamos gustos decentes.

Solíamos ser bruscos cuando sentíamos hambre carnal el uno por el


otro, —principalmente en nuestros celos— sin embargo jamás
habíamos pasado a algo como usar artefactos.

Siempre usaba sus manos para nalguearme, y su boca para


hacerme marcas.

Sin embargo la chispa curiosa dentro de mi, me hizo asentir con la


cabeza.

El Alfa sonrió de lado, y puso una rodilla contra el colchón mientras


me observaba.

Su mano alcanzó mi pómulo, y con su dedo pulgar lo acarició en un


tacto suave mandando relajación a mi cuerpo.

—Recuerda siempre la palabra de seguridad, bebé. —me habló con


dulzura. —¿Entendido?

Asentí con la cabeza, mi boca siendo incapaz de formular palabras.

Taehyung me besó de manera lenta para que sus labios se


movieran sobre los míos con parsimonia y dulzura.

—Te amo. —me recordó con una sonrisa que le devolví.

Mojé mis labios.

—Yo también te amo, Tete. —dije en un susurro.

Acercó sus labios a mi frente, y dejó un pequeño beso para después


decir:

—Voltéate.
Con las piernas temblorosas, ejercí la fuerza suficiente para quedar
con el estómago contra el colchón. Solté un gemido cuando el Alfa
me tomó de las caderas y alzó mi culo.

La sangre del rostro me picaba ante la vergonzosa posición.

—T-Tae...

—Vas a contar conmigo. —ordenó con voz ronca.

Una de sus manos tocó la extensión de mi columna vertebral. El


simple tacto de sus yemas provocó un cosquilleo placentero sobre
mi piel.

El cuero sintético de su cinturón rozó la piel de mis glúteos, y


después de unos segundos llenos de tensión; azotó con fuerza.

Mi estómago se contrajo ante el ardor, y ahogué un gemido fuerte


contra la almohada. Los ojos se me llenaron de lágrimas, y los
dedos de mis manos apretaron las sábanas.

—Uno. —Tae contó con la voz calmada.

Los pulmones se me llenaron de aire para poder intentar sobrellevar


el dolor.

Tragué saliva.

—U-uno... —le seguí con voz ahogada.

El sonido del cinturón contra mis glúteos se volvió a escuchar,


seguido de un grito agudo de mi parte.

El placer del dolor viajó hacia mi ereccion, la cual comenzó a ser


más molesta que antes.

Como anteriormente no había podido tener mi clímax, las


sensaciones se sentían mucho más fuertes que nunca.
—Dos.

—T-Tae... —lloriqueé extasiado. —Dos- ¡mmhp!

Las manos del Alfa amasaron mi culo. Ardía como una mierda, e
incluso podía apostar que mi piel estaba pintada de un rojo vivo.

No sabía que el dolor podía ser tan excitante.

Percibí como pegó su pecho contra mi espalda para poder inclinarse


hacia mi oído.

—¿Estás bien? —su aliento caliente me hizo soltar un gemido


necesitado.

Tenía muchas de besarle.

—S-si, Tete.

Su calor corporal desapareció de mi tan pronto como contesté.

Y volvió a azotarme con el cinturón.

Dos veces seguidas.

Comencé a sollozar de la desesperación. Mi erección y mis nalgas


dolían demasiado.

—No te escuché contar, bebé.

Mordí mi labio.

Sintiéndome curioso ante la imagen de mi Alfa, torcí mi cuello para


poder verle.

Estaba de rodillas en la cama, con las mangas de su camisa hasta


los codos, su pantalón abierto y su pene orgullosamente hacia arriba
saliendo por el orificio de la cremallera.
El Alfa y yo conectamos miradas, y aprovechó para sonreírme
coquetamente. Con su mano libre tomó su dura erección para
frotarla contra mi necesitada entrada.

—Tres y cuatro. —jadeé con una pequeña sonrisa.

La fricción duró poco, porque sentí como volvió a pasar el cinturón


por la superficie de mi piel.

El último azote fue el peor, y a su vez, el mejor.

Dolió tanto que me desplomé contra el colchón mientras las


lágrimas fluían por mis mejillas. La piel me ardía, y las piernas me
picaban tras haberme quedado tanto en aquella posición.

—Cinco y último. —Tae acarició mis glúteos.

Me costó hablar.

—C-cinco...

Me quedé un par de segundos en silencio, donde cerré los ojos en


un mini descanso que mi Alfa me permitió.

Me sentía exhausto.

Percibí sus labios mojados dejando besos mimosos sobre mi


espalda.

—¿Cómo estás? —preguntó con suavidad.

Sonreí.

Minutos atrás había estado azotandome, y ahora se encontraba


hablándome con suavidad. Su dualidad me encantaba.

—A-adolorido. —confesé.

Santa luna, incluso la borrachera se me había bajado.


—¿Quieres que durmamos?

Su pregunta me hizo alzar la cabeza del colchón para observarle.

El Alfa tenía una mirada de deseo impregnada en sus orbes.


Sabíamos ambos que no queríamos dejar las cosas así.

—No.

Eso fue suficiente para que el Alfa me tomara nuevamente de las


caderas para voltearme sobre el colchón.

—¡Mierda!

El simple roce de las sábanas contra el de mis nalgas dolió. Sabia


que sería insoportable durante los próximos días.

¿Como me sentaría correctamente?

—Te pondré pomada. —Tae intentó levantarse de la cama con toda


la intención.

Pero se lo evité, tomándole de la muñeca y observándole con


desesperación.

—P-por favor, no. —le rogué. —Solo... solo hazme sentir bien.

Sacándome un jadeo de vergüenza, Tae sonrió mientras sus ojos


viajaban hacia mi ereccion; la cual estaba roja e hinchada.

—¿Eso es lo que quieres? ¿Seguro?

Asentí con la cabeza.

—Si, Tete. —mi voz salió melosa.

El Alfa sonrió satisfecho. Abrió ambas de mis piernas y se acomodó


entre ellas, mientras que terminaba de bajar su pantalón.
—No seré gentil. —avisó con voz ronca.

Con los ojos llenos de lujuria, y una sonrisa traviesa le dije:

—No importa.

Tras haber mostrado tarjeta verde, se alineó en mi entrada y entró


de golpe.

Mis manos viajaron hacia sus brazos donde clavé mis uñas con
fuerza cuando comenzó a embestirme.

Sus estocadas eran duras y precisas, donde a cada movimiento un


gemido agudo salía de mi boca. Mientras se balanceaba contra mi,
se inclinó sobre mi cuerpo para comenzar a besar mi cuello.

—T-Tae... quiero tocarme. —más que avisarle, era un permiso.

El Alfa gruñó contra mi cuello.

—No. Sigo enojado.

Suspiré con impaciencia.

—E-esa solo es una excusa y lo- ¡Mierda! —sus dientes mordieron


mi piel, claramente haciéndome tragar mis propias palabras.

—No te escuché...¿que decías? —preguntó con burla.

Con la adrenalina corriéndome por todo el cuerpo, mi mano derecha


hizo un recorrido hacia mi erección para comenzar a estimularme.

Si, estaba desobedeciendo.

—No puedo creerlo, Kookie. —se separó de mi cuello para


observarme.

Se incorporó en su lugar —sin dejar de penetrarme— y alzó ambas


de sus cejas cuando me observó mansturbandome.
Tenía que admitir que era muy valiente de mi parte.

Con brusquedad tomó mis muñecas y las puso por encima de mi


cabeza; privándome de lo que quería.

Lloriqueé.

—D-duele, Tete. —intenté mover mis piernas en un berrinche.

El Alfa me observó con dureza mientras apretaba la mandíbula. No


dijo nada, pero si comenzó a embestirme con más lentitud;
buscando mi próstata con crueldad.

Cuando dió en el punto justo un espasmo recorrió mi cuerpo, y fue


entonces cuando Tae comenzó a estimularlo sin cansancio.

Sabía que sería una noche larga.

***
Smut corto pero pikante

Hay una actualizaron rápida después d esta, pendientes

Les tkm <3


Extra #9. "Momentos"
Notita: he actualizado dos veces seguidas, así que asegúrate de
estar leyendo el extra correspondiente<3 por si Wattpad te trajo
a esta actualización primero

🌙🌙🌙

Jungkook POV's

Una parte de mi estaba nerviosa.

A pesar de que la felicidad me corriera por cada centímetro de piel y


por cada partícula de mi alma; mi parte ansiosa quería gritar.

Tenía dos noches sin poder dormir, y más de una semana


sintiéndome ciertamente fatigado.

En la garganta sentía una bola que no me dejaba respirar, me sentía


sensible. Llevaba dos días sabiéndolo, y aún así sentía que estaba
soñando.

¿En que momento había pasado de ser Kookie trabajador de


diecisiete años a uno casado?

Pero no simplemente eso. Estaba casado con mi destinado.

Y la verdad era que el matrimonio había sido mucho mejor de lo que


me lo habían pintado en los libros y en las películas. En la ficción, la
figura que solía ser la "masculina" era la que hacía el trabajo
"pesado."

Taehyung no era ese.

Era mucho más que eso. Llegaba a casa junto a mi después de una
larga jornada de trabajo. Me quitaba los zapatos, el abrigo, después
nos duchábamos juntos; y al final nos preparábamos cena.
Incluso en ocasiones, el insistía en hacerlo por mi para que yo
descansara.

La mayoría de las veces, nos conformábamos de lo mínimo de una


figura sumamente "masculina." Nos enamorábamos de las simples
acciones que hacían por nosotros porque estábamos
acostumbrados a recibir tan poco; que cuando nos daban más, nos
parecía una maravilla.

Sin embargo, siempre tuve mis expectativas arriba. Desarrollé mis


pensamientos, no quería conformarme con lo mínimo de un Alfa.

Y Taehyung me dió cada centímetro de él, porque realmente lo


quería hacer.

No podía ni imaginarme como se comportará cuando se entere que


estoy encinta.

—Te siento raro. —Jeongyeon aproximó su vista hacia mi.

Me acomodé en el sofá con una mueca en los labios.

—No. —rodé los ojos. —Estás alucinando.

Mis hermanos siempre atinaban en actitudes sospechosas mías.

No sabía que hacer. ¿Como se supone que daría la noticia de que


tenía un cachorro de dos meses en el vientre?

Nadie lo sospecharía físicamente. La barriga ni siquiera era notoria.

Santa luna, me sentía desfallecer en cualquier minuto. Tenía que


anunciarlo a mi familia, pero lo más importante; para el padre.

Pude sentir como mis mejillas se sonrojaron al tope.

Al padre.

Taehyung sería el padre de mis hijos. ¿A caso estaba soñando?


Después de mis miedos de ser rechazado, —los cuales habían ido
desapareciendo poco a poco— y las traumas que me causaron los
recuerdos de mi vida pasada, finalmente habían desaparecido con
la ayuda de una prueba de embarazo positiva.

La cigüeña había traído al bebé en el momento indicado.

Si, claro. La cigüeña.

—Estás asustándome. —mi hermana menor dijo. —¿Se sientes


bien?

Me le quedé observando unos segundos. Jimin me ayudará con


esto.

Me levanté del sofá.

—Dile a mamá que volveré antes de la cena. —avisé con una


sonrisa nerviosa. —Voy a casa de Jimin.

La Alfa no objetó porque yo ya me encontraba caminando hacia la


puerta para salir del interior de la casa.

Saqué las llaves del auto para entrar en el, y en menos de unos
minutos estar estacionándome frente a la casa del Omega.

Toqué la puerta y fue abierta casi al instante.

—¡Kookie! —la madre de Jimin me recibió con un cálido abrazo. —


¿Como estás?

Sonreí con cortesía.

Intercambiamos un par de palabras, hasta que comencé a subir a la


habitación de mi amigo. Ni siquiera toqué la puerta, la abrí de golpe
con una de mis piernas.

Y pues, ahí estaba Jimin a medio beso con Yoongi.


Claro, desde que estaban comprometidos derrochaban miel por
todos lados.

La notica me había tomado con la guardia baja, sin embargo me


hacía sumamente feliz de ver a mi mejor amigo feliz. Jimin se
merecía toda la felicidad del mundo.

Sonreí levemente.

—Siento interrumpir.

El Alfa pálido soltó un suspiro al observarme, mientras que su


Omega solo sonrió.

—¡Kookie! —se acercó para abrazarme muy fuerte.

Muy fuerte. ¿Y si le hacía daño al bebé?

¿Acaso existían casos donde un bebé moria por ser aplastado en un


abrazo? ¿Estaba siendo muy paranoico?

Tomé de los hombros a mi amigo y nos separé de nuestro abrazo.

—Hola. —saludé con nerviosismo. —Y-yo...

Estaba tibuteando.

Jimin juntó sus cejas, observándome con sospecha.

—¿Qué? ¿Por que traes esa cara? —me dió un fuerte golpe en el
hombro. —¿Vienes de un velorio?

Por alguna razón, la intensa mirada de Yoongi estaba puesta sobre


mi.

Solté una risa nerviosa.

Lastimosamente, ese hombre era más observador de lo que


esperaba. Había captado la diferencia del ambiente tan pronto como
entre por este lugar.

—Los dejaré solos. —mencionó, levantándose de la cama.

Antes de salir por la puerta hizo un gesto de sellar sus labios.

El corazón me comenzó a latir desenfrenadamente. ¿Qué mierda?

Una vez a solas con Jimin, este me tomó de las manos y me hizo
sentarme a su lado en la cama.

—¿Como estás? —preguntó con una sonrisa ajena.

Tragué saliva mientras intentaba adquirir una sonrisa tranquila en


mis labios.

—U-uh, bien. —me rasqué la nuca, yo amigo arqueó una ceja. —


Deberíamos de llamar a Namjoon.

Ante la inesperada mención busqué mi celular en el bolsillo de mi


pantalón. Me encontré un par de mensajes de Tae en la barra de
notificaciones.

"Llegaré en una hora, bebé


Dile a mi suegra que extraño de su comida"

No pude evitar sonreír. Maldito enamoramiento.

Me desvíe hacia el chat de Namjoon, y sin pensarlo dos veces,


comencé a llamarle en videollamada.

—¿Tan de pronto? —Jimin pareció confundido.

—Pues sí.

El Omega mayor a nosotros contestó. En mi pantalla apareció su


rostro muy cerca de la cámara, alcanzando a ver sus hoyuelos en
primera plana.
—¡Hola! —sonrió, para después quejarse. Un piecito le aplastó la
mejilla. —¡Hyun-ni!

Pareció regañar a su cachorro, casi tomándole unos minutos darle


una lección de vida.

El corazón me latía con una aceleración desmedida a cada


segundo. Sabía que platicarlo con mis amigos más cercanos sería
algo muy escandaloso.

Y la idea de decirlo en voz alta me parecía irreal.

—Tengo casi tres meses de embarazo.

Ambos omegas se quedaron en silencio analizando lo que había


salido de mi boca tan de repente.

Los tres cruzamos miradas.

El labio de Jimin tembló, y cuando percibí sus ojos acuosos se me


encogió el corazón.

—¡Kookie! —Namjoon gritó. —¿E-estás seguro? ¿Cuantos meses


tienes? Cuéntanos todo.

Pero el llanto dramático de mi mejor amigo nos alertó.

—¡Estoy muy feliz! —gritó.

Y los tres comenzamos a llorar. También nos habíamos puesto así


con el embarazo de Namjoon.

Por alguna razón, los embarazos nos ponían sensibles. Era la idea
de estar engendrando la vida de alguien más en tu vientre.

Iba más allá de lo físico. Mi hijo estaba completamente planeado y


deseado.
Les expliqué entre lágrimas que me había hecho la prueba días
atrás, la cual salió en positivo. Había estado sospechándolo desde
hace mucho antes, porque algunos síntomas me habían estado
golpeando; sin embargo no quise hacer suposiciones antes de
tiempo.

Diablos, ni siquiera recordaba en que noche habíamos hecho al


cachorro.

—¿Y cuando se lo contarás? —Namjoon preguntó mientras se


limpiaba una lágrima.

Ambos Omegas me observaron y yo solté un suspiro.

—N-no lo sé. Debe de ser pronto. En el tercer mes los síntomas


comienzan a ser peores. —comenté. Observé a Nam y sonreí. —
¿Como fue que le contaste a Jin?

El Omega de hoyuelos torció los labios.

—Simplemente se lo solté. —explicó con una risita. —La ocasión


fue simple, pero la noticia fue lo suficiente para hacerlo llorar.

Mi nariz picó.

Jimin me acarició la espalda con una de sus manos mientras me


observaba.

—Haz lo que te haga sentir más cómodo. Seguro que estará muy
feliz.

Namjoon cortó el royo.

—¿Cuándo hicieron al bebé?

Solté una risa avergonzada.

—¿Por qué preguntarías eso? —fruncí el ceño, mis mejillas


calentándose en el proceso.
—Debemos saber el signo zodiacal. —explicó el Omega de
hoyuelos.

Rodé los ojos.

—No sé. No recuerdo. —me crucé de brazos.

Jimin arqueó una ceja, y poco después soltó una risa entrometida.

—Si tienes casi tres meses...¿no fue en febrero? —dijo de manera


acusatoria.

Solté un bufido.

—Bueno, ¿a ti que te importa? —no pude evitar ponerme a la


defensiva.

Porque creo que si fue en febrero.

El Omega de hoyuelos soltó una risotada.

—El catorce de febrero. —gritó en un escándalo. —¡Lo apuesto!

🌙🌙🌙
Días después

Minutos atrás me había encontrado riendo solo ante la idea de


poner la prueba de embarazo en helado.

Justamente como Tae me había pedido matrimonio, poniendo el


anillo en el postre.

Obvio solo había sido un pensamiento tonto.

Al final de todo, le soltaría la noticia como un balde de agua.


Simplemente estaba esperando el momento adecuado.

—Quédate quieto, Tete. —fruncí el ceño.


El Alfa negaba con la cabeza, no dejándome untarle la sábila en el
rostro.

—Huele horrible. —se quejó con un puchero. —Y está helado. Me


voy a torcer.

Solté una risotada ante lo último que dijo.

—No seas dramático. —le tomé de la mandíbula para que se


mantuviera quieto. —Deja que te mime.

—No me estás mimando. Me estás torturando.

Rodé los ojos.

—Bueno. Ya no quiero, entonces.

Me acomodé en mi lugar en el sofá y solté un suspiro, llamando la


atención de mi Alfa al instante.

—Si quiero.

—Yo no.

—Te rendiste tan fácilmente. —me acusó con una risa burlona.

De repente, no tenía ganas de seguir luchado. Podía llegar a decir


que me encontraba cansado.

—Sí, lo que sea. —le resté importancia.

Subí mis pies sobre su regazo y me acosté en la extensión del sofá,


cerrando los ojos.

Sentí una de las manos del Alfa masajearme el brazo, —¿Estás


bien? ¿Por qué no estás discutiendo conmigo?

Un bostezo dejó mi boca.


—Tengo sueño.

Santa luna, ¿esto era un síntoma del embarazo o simplemente si


estaba muy cansado?

A pesar de tener los ojos cerrados, podía sentir sus ojos clavados
sobre mi rostro; y el simple hecho me hizo sentir muy nervioso.

—Estás inquieto, bebé. —susurró.

En un gesto suave, pasó uno de sus brazos por detrás de mis


rodillas y otro por debajo de mi cuello; acunando mi cuerpo.

Su aroma me hizo soltar un suspiro de gusto. Me sentí más


somnoliento que antes, y nervioso también.

Abrí los ojos con lentitud encontrándome con los suyos. El Alfa
acercó sus labios para besarme con lentitud.

—¿Qué pasa?

Tragué saliva.

—¿Por qué lo preguntas? —fingí demencia.

Los dedos de Taehyung trazaron un camino sobre mi pecho, donde


se podían percibir los latidos de mi corazón.

—Creo que es obvio. No sé si lo recuerdes, pero estamos


enlazados. —sonrió levemente.

Era muy difícil esconderle algo.

Mordí mi labio con vacilación. De repente, unas terribles ganas de


llorar me atormentaron.

Jamás había sido tan vulnerable en mi vida como en estos últimos


años. Taehyung era muy influyente en esto. Jamás dejaba que me
guardara mis pensamientos, angustias y preocupaciones.
Siempre me ayudaba a sacar todo lo que amenazaba con pegarse a
mi como un chicle.

Por eso, solté un llanto silencioso. Mi Alfa pareció aliviado al verme


soltar mis pensamientos tan fácilmente a sus ojos.

Me borró las lágrimas y me besó la frente.

Era la segunda vez que lloraba en todo el día. El miedo y la felicidad


me desbordaba.

—L-lo siento, Tete. —hablé en un hilo de voz. Me acurruqué en su


pecho para poder calmarme con su aroma. —Estoy bien.

Escuchar una suave risa de su parte, me hizo sentir mejor.

—Si tu lo dices. —comentó. —Puedo escucharte mientras me pones


la sábila en el rostro.

Me despegué de él para observarle.

—No. No te obligaré a algo que no quieres.

—Solo estaba intentando molestarte, bebé. —explicó con


preocupación. —Lo siento.

Solté un suspiro.

—Eso no me atormenta.

Tae me acarició mi pómulo mientras generábamos contacto visual.


El amarillo de sus ojos era tan brillante como los rayos del sol.

Eran cálidos.

El labio me tembló. Dirigí mi mano hacia el bolsillo de mi suéter y


encontré el pequeño pedazo de tela.
Mi mejor amigo había comprado esto para mi unos días atrás, y
tenerlo entre mis manos lograba ponerme sensible.

Porque luego un cachorro se encontraría usándolo.

—T-te tengo u-un regalo. —tartamudeé.

Creía que podría desmayarme en cualquier segundo.

Tomé el pequeño par en un puño de mi mano, para que el Alfa no


pudiese percibirlo tan fácilmente.

—¿Qué es? —preguntó en un tono ronco.

Podía percibir que la idea de se le cruzaba por la mente. Era algo


que ambos habíamos estado esperando, mucho más después de
que la ginecóloga me dijera que todo estaba bien.

Finalmente después de meses intentándolo, el momento había


llegado.

Engendrar a un bebé en mi vientre sería posible. No fue hasta que


conocí a Taehyung que la idea de tener uno, me ilusionaría tanto.

—Extiende tu mano, Tete. —le pedí con gentileza.

El Alfa obedeció con lentitud. Extendió sus largos dedos, dejando su


palma a la vista de mis ojos.

La mano me tembló cuando dejé un pequeño calcetín de color


violeta sobre la suya.

Analizó el pequeño trocito de tela con ambos de sus ojos. Se quedó


en silencio durante unos segundos mientras su respiración se
cortaba.

—¿Q-qué...?
Me observó con los ojos brillantes, preguntándome con la mirada si
lo que estaba pensando era acertado.

Asentí con la cabeza.

—Es...es para nuestro cachorro, Tete. —susurré en un hilo de voz.

El Alfa soltó un suspiro quebradizo, y poco después soltó lágrimas.


Apretó el calcetín en su mano, sonriendo con pureza.

No pude evitar volver a llorar.

—Y-yo...¿en serio? —preguntó.

Volví a sentir con la cabeza.

—Si, Tete. Tengo tres meses. —acaricié su mejilla con una sonrisa
nerviosa plantada en los labios.

Fue entonces cuando me apretó contra su cuerpo en un abrazo


sumamente afectivo. Nos mantuvimos en silencio, mientras nuestros
lobos se sincronizaban en felicidad y nuestros corazones latían al
mismo ritmo.

—Te amo, te amo, te amo. —repitió con la voz agrietada. —Estoy


tan feliz.

Nos separé lo suficiente para dejarle un par de besos en el rostro.

La respiración se me cortó cuando la mano de Tae viajó hacia mi


vientre —por debajo de mi suéter— donde las yemas de sus dedos
hicieron un tacto con la piel de mi estómago.

—Mis cachorros. —sonrió.

🌙🌙🌙
Dos meses después

Solté un bostezo.
Agarré mi taza de té y tomé un sorbo del líquido caliente.

Me sentía cansado y somnoliento.

La presencia de mi Alfa me hizo girar el rostro hacia él, donde se


encontraba entrando en la cocina. Su torso estaba desnudo, y sus
ojos hinchados me indicaban que tampoco había tenido una noche
muy tranquila.

Después de todo, me había levantado un par de veces en la


madrugada para vomitar; y el ayudándome moralmente.

—Hola, bebé. —dejó un beso en mi mejilla, para después inclinarse


hacia mi pequeña barriga y dejar un beso. —Hola, cachorro.

Este hombre va a hacer que me desmaye.

Mis mejillas se ruborizaron, y tuve que carraspear mi garganta. El


Alfa percibió mi sonrojo, para después guiñarme un ojo.

Poco después, observé cada unos de sus movimientos cuando se


servía cereal en un plato y vertía la leche.

—¿A que hora entras al trabajo hoy? —pregunté antes de dar un


sorbo a mi té.

—En dos horas. —explicó con suavidad. —¿Como te sientes?

Solté un suspiro, desviando la mirada hacia la taza de té.

—Tengo sueño. —contesté. —Y tengo los pies hinchados.

El cachorro estaba creciendo demasiado con tan solo cinco meses.


Había sido un tiempo de locos en las últimas semanas. Los
síntomas, el trabajo —del cual aún no estaba por completo inmune
— y las hormonas me estaban acabando por completo.

Taehyung hizo un puchero involuntario.


—¿Quieres un masaje?

Los ojos se me comenzaron a cerrar del sueño.

—N-no...estoy bien. —fingí.

Dormir duraría un par de horas en las cuales el estaría alistándose


para irse al trabajo; y yo después despertando en su ausencia.

No me gustaba despegarme de él. Quería quedarme todo el día


acurrucado a su lado, haciéndome mimos y siendo como un niño
pequeño encaprichado.

Pero desgraciadamente, Taehyung no se podía quedar en casa


todos los días.

—¿Estás tomando solo té? —reprochó. —Te haré desayuno.

Ni siquiera tenía ganas de replicarle. Simplemente le dejé hacer mi


desayuno mientras yo intentaba mantener los ojos abiertos.

Y la piel de la espalda del Alfa fue suficiente para eso.

Me gustaba como era ancha, y como ciertos lunares le adornaban la


tez suavemente bronceada.

Todo eso era mío.

Terminé riéndome bajo.

Probablemente la falta de sueño me estaba causando


alucinaciones. También le echaría la culpa al embarazo por mis
cambios de animo tan drásticos.

🌙🌙🌙
Taehyung POV's

Kookie se posicionó enfrente del espejo y se examinó. Percibí una


mueca en sus labios, y cierta molestia.
—Dios, estoy tan subido de peso.

Me acerqué a su cuerpo, posicionándome detrás de él mientras


conectábamos miradas a través del espejo.

—Bueno, tienes un cachorro en el vientre. —expliqué con una risita.

—Exacto. En el vientre. —hizo un puchero. —¿Por qué tendría que


engordar de los cachetes y las piernas?

Mis ojos le recorrieron el cuerpo lentamente. Sus muslos eran más


gruesos que antes, sus mejillas eran más abultadas y...su trasero.

Su trasero, santa luna.

—Te ves fenomenal, bebé. —le planté un beso en la mandíbula. —


¿No quieres que te haga otro bebé?

El Omega enrojeció.

—T-Tae...no hay lugar en mi panza ya. —contestó en un tono


avergonzado.

La felicidad me recorría por cada vena. Me sentía completo al tener


a un Omega que me quisiera, y a un cachorro hecho a base de
nuestro amor.

Era todo lo que siempre había querido. No podía esperar a crear


una familia más grande.

Obvio, solo si Kookie quería. Al final, era su cuerpo.

—Después habrá más espacio. —contesté con una risa. —Todo


queda en ti.

El dulce Omega alzó una ceja, observándome.

—¿Estás insinuando que quieres otro a pesar de que todavía no doy


a luz?
Solté una risotada.

—Solo me gusta la idea de criar nuestros cachorros, bebé. —


contesté con suavidad. —Así que estoy dispuesto a crear una gran
familia.

—¿Cuantos cachorros quieres tener?

Decidí bromear, —¿ocho?

Los ojos de Kookie se extendieron en terror.

—Estás loco. —hizo una mueca. —Nos volvemos locos con


Yeontan, imagina ocho niños corriendo de por aquí allá.

Me imaginé unos minis Kookie.

—Suena genial. —respondí con ilusión.

—Imagínate cuando estén grandes y comiencen a tener citas.

No pude evitar fruncir el ceño ante la idea.

—Eso pensé. —Kookie soltó una risa al observar mi expresión de


desagrado.

🌙🌙🌙

—¡Hola! Pasen, pasen. —mamá sonrió con ganas al vernos.

O más bien a Kookie. Desde que se enteró de que sería abuela le


daba toda su atención a mi Omega.

—¿Como estás, corazón? —le tomó del rostro. —¿Como te


sientes? ¿Estás fatigado? Siéntate.

Jennie —que se encontraba observando la escena desde lejos—


alzó una ceja con una sonrisa burlona en los labios.
—Veo que ya no causas un impacto.

Rodé los ojos ante su comentario.

Nos encaminamos hacia la sala de estar, saludamos a papá, y


platicamos levemente sobre algunos temas.

El día de hoy teníamos planeado comer en familia. Algo tranquilo


mientras pasábamos el rato y jugábamos algún juego de mesa.

Sacamos unas mesas y sillas al patio trasero de la casa mientras


que Kookie pasaba a sus padres y hermanos al interior de la casa.

Todos compartimos saludos y la tarde comenzó muy tranquila.


Yugyeom peleaba sobre algo con Jennie, mientras que Jeongyeon
parecía ajena a lo que pasaba a su alrededor.

Por el otro lado, mi hermana mayor Mina, se encontraba


secreteándose algunas cosas con su Omega.

Porque si, al final de todo, se terminó quedando con Chaeyoung.


Sus sentimientos se desarrollaron desde odio a amor; y de cierta
forma, funcionó.

Mis ojos se aproximaron hacia mi dulce Omega, el cual se


encontraba muy callado.

—¿Estás bien? —le tomé de la mano al verlo con la vista perdida


sobre el pasto.

Me observó durante unos segundos, y después asintió con la


cabeza.

Podía sentir tristeza en su sistema. Era pésimo mintiendo, pero no le


preguntaría nada más al tema para no presionarle.

Podía adivinar que estaba así por su papá, porque el hombre no


había venido el día de hoy a pesar de haber sido invitado.
No podía evitar sentir cierto rencor hacia él. Entendía que estaba
casado con su destinada, pero no por eso tenía que alejarse.
Habían pasado meses desde que Kookie —ni sus hermanos— no
tenían contacto con él.

Platiqué con mi dulce Omega en varias ocasiones sobre el tema. Le


aconsejé que dejara de buscarlo. Era difícil, pero ese hombre no se
merecía todo el cariño que Kookie sentía por el.

Era horriblemente egoísta. Ni siquiera sabía que su hijo estaba


encinta.

—¿Quieres helado? —le pregunté con una leve sonrisa.

Haría cualquier cosa por hacerle feliz.

—No tengo hambre. —respondió, y al notar mi preocupación en mis


ojos, sonrió. —Estoy bien.

Dejé un beso en su mejilla.

—Okay. Ya sabes que siempre te escucharé si quieres hablar de tus


sentimientos.

Kookie alzó sus cejas.

—¿No has considerado en seguir tu carrera universitarias en


psicología? —cuestionó, abultando sus mejillas en una tierna
sonrisa. —Eres terriblemente comprensivo.

Sintiéndome muy valiente —porque no solía hacerlo enfrente de


nuestras familias—, le tomé de las mejillas y le planté un ruidoso
beso en los labios.

El rostro se le pintó de rojo.

—¡Tete! —me regañó en un susurro.

Solté una risa traviesa.


A lo lejos se encontraban Yugyeom y Jennie observándonos con
desagrado; mientras que nuestros padres ni se habían inmutado.

🌙🌙🌙

Estar en celo, sin poder recibir ayuda de tu Omega era horrible.

Me tallé los ojos con frustración. Ni siquiera los supresores podían


calmarme lo suficiente; y el extremo olor dulce de Kookie me hacía
querer enloquecer.

En el embarazo sus feromonas estaban descontroladas.

Ahí estaba el. Luciendo tan inocente mientras preparaba unos


waffles y se lamia los dedos llenos de chocolate.

—¿Quieres? —alzó su dedo índice.

Tragué saliva.

—E-estoy bien.

—Luces que estás en dolor.

—Lo estoy. —contesté en un gruñido. —Necesito un baño de hielo.

—Puedes usar tu mano, Tete. —soltó con simpleza.

Y yo solté una risa.

—No es lo mismo. —alce mis cejas. —Hacer eso me haría sentir


como un adolescente.

—Te hace falta. Ya te estás volviendo viejo. —bromeó entre risas.

Iba a replicar diciendo que no estaba viejo pero entonces sacó su


lengua para lamer el chocolate en su dedo, —aclaro —sin ningún
tipo de albur.
Solté un gemido de frustración.

—Por favor, no hagas eso. —le pedí, cerrando los ojos.

La erección me dolía con ganas. El calor me atravesaba todo el


cuerpo. Tenerlo tan cerca sin poder tomarlo me resultaba tan difícil.

Pero tenía que mantenerme cuerdo. No podíamos poner en riesgo


la salud del cachorro; sobre todo porque en mis celos me volvía muy
bruto.

Los pasos de mi Omega aproximándose a mi, me hicieron abrir los


ojos para observarle.

Había un sonrojo en sus mejillas.

—Tete, para mi también es difícil. Créeme, tengo las hormonas


alteradas con el embarazo. —explicó, tomándome del rostro. —Y tu
olor me está volviendo loco.

Hice un puchero.

—¿Me das un beso?

Incluso besarnos parecía peligroso, pero ambos teníamos muchas


ganas. El Omega tuvo la audacia de poner chocolate sobre sus
labios para después besarme.

Le hice un espacio entre mis piernas —ya que me encontraba


sentado en un taburete—y Kookie enrolló sus brazos en mi cuello
mientras nuestras bocas se movían en sincronización.

El chocolate se derretía entre nuestras bocas de una manera


exquisita.

Su vientre de seis meses no nos permitía acercarnos tanto, sin


embargo eso no nos alejó para que yo le masajeara el trasero.

El Omega gimió en mi boca.


—E-espera. —habló con la voz entrecortada para después alejarse
de mi. —Creo que yo también necesito un baño de hielo.

Solté una risa ronca.

Lucia alborotado. Había un fuerte sonrojo desde su cuello hasta su


rostro; luciendo más hermoso que nunca.

—Hay que ducharnos juntos entonces.

Mi mano derecha hizo un recorrido desde su glúteo, pasando por su


vientre y su pecho, donde soltó un gemido escandaloso.

Le observé con curiosidad.

—¿Que fue eso? –pregunté con una sonrisa.

Kookie se mordió el labio, desviando la mirada de la mía con


avergonzamiento. No contestó, pero si volvió a gemir cuando pasé
mis dedos sobre el mismo lugar.

—E-estoy muy sensible, Tete. —contestó con la voz afectada. —Mis


pezones son muy...¡Tae!

Alcé su camisa a la altura de los botones rozados e hinchados.

No pude evitar sonreír.

—¿Puedo? —pedí permiso antes de volver a tocarlos. —Después


de esto me das un calmante. Quiero hacerte sentir bien, bebé.

Si, no pasó nada fuera de lugar después de eso.

🌙🌙🌙

—Dios, Jimin. Tu hombre se está muriendo por un cachorro, ¿que


no lo ves? —Kookie señaló al Alfa que estaba jugando con el hijo de
Namjoon y Jin.
Yoongi fingía desmayarse a cada rato para hacer reír a Hyunni.

—No entiendo coreano. —respondió en un pésimo inglés.

Hoseok soltó una risotada.

—Solo faltas tú. —le acusó mientras acariciaba la pequeña panza


de Wendy.

—Faltas tu de comprometerte. —Jimin replicó mientras mordía un


pretzel. —A este punto, ella va a terminar pidiéndote matrimonio.

Namjoon pareció emocionado.

—Suena genial. —sonrió, aplaudiendo. —A la mierda los ideales.

Sorpresivamente, Wendy pareció analizarlo en lo restante de la


noche.

***
Holis , quERIA abarcar a la mayoría de los personajes en este
extra xd

Disculpen lo mediocre

Como han leído, he puesto varias escenas de Kookie


preñado<3 son súper versátiles xd

Gracias por leerjejejsj

Pd: Tengo mil tareas y exámenes en las próximas semanas, así


q no creo actualizar muy pronto;(

Les tkm 💜
Extra #10. "El pasado en las estrellas"
Taehyung's POV

Observé a Kookie hacer pucheros mientras jugaba videojuegos.


Lucia tan tierno con las orejas rojas —probablemente de frustración
—, y el entrecejo fruncido.

Sus piernas estaban extendidas sobre la extensión del colchón, la


espalda contra la cabecera de la cama y el control sobre la barriga.

—Estoy harto. —bufó, claramente enojado. Apuntó la pantalla de la


televisión, mirándome incrédulo. —No puedo pasar del quinto
puesto. ¡Es embarazoso!

Siempre tan competitivo.

Después de tantos años juntos, jamás le llevaría la contraria en


ocasiones donde se ameritaba saber quien era el mejor.

Preferiría vivir.

Solté una risa.

Soporté los pies contra el suelo para que la silla giratoria se


acomodara en su dirección. Crucé las piernas cómodamente y alcé
las cejas.

—Has perdido el brillo. —me atreví a juguetear, ganándome un


suave gruñido de su parte.

El dulce Omega resopló provocando que sus mejillas se abultaran


de aire. Dejó el control sobre el colchón y pareció rendirse, porque
sus hombros dejaron de tensarse.

—Estoy cansado. —comentó.


Me levanté de la silla tan pronto como dijo aquello, y me encamine a
su dirección.

Me senté en la orilla de la cama y generamos contacto visual.

—¿Quieres dormir, bebé? —acomodé las hebras que caían sobre


su frente con mis dedos. —¿Te ayudo a acomodarte?

Porque si, su barriga de ocho meses le limitaba demasiadas cosas.


No podía moverse rápido, ni agacharse o quedar en una
determinada posición por mucho tiempo.

Debía de ser muy agotador.

Kookie asintió con la cabeza.

—Si...pero, ¿te puedes acostar a mi lado? —preguntó con un suave


brillo en los ojos que me hizo suspirar. Siempre tan hermoso. —Es
que si estás cerca duermo fácilmente.

Asentí con la cabeza.

Me incliné sobre él para dejar un suave beso en su mejilla,


haciéndole sonreír. Me acomodé en el lugar libre a su lado en la
cama, y le tomé con delicadeza del brazo para acercarlo a mi calor
corporal.

Kookie tenía ya ocho meses encinta, y habían sido unos meses de


locos.

Todo se reducía a vistas al doctor, ácido fólico, besos, mimos,


ecografías, hormonas, medicamentos; y una vez más, besos.

El afecto entre ambos había sido muy poderoso. El Omega jamás


había estado tan necesitado en su vida como en estos últimos
meses, lo único que quería era sentirse querido y mimado.

Y para mi, le daría todo lo que quisiera, porque, era más que obvio
que amar a un Omega tan hermoso como lo era Kookie, no era tan
difícil.

Al contrario, ¿como podría no amarlo? Era jodidamente perfecto.

Desde mis ojos enamorados, mi vida empezaba y terminaba en él.

Mis ojos se posaron sobre sus párpados cerrados. Podría jurar que
estaba dormido, pero luego observé como restregó su nariz contra
mi pecho.

Solté un suspiro. Mi dedo índice contorneó su mandíbula,


provocando que el Omega abriera sus ojitos y me observara.

—¿Me das un beso? —pregunté en un susurro.

Como solía pasar, se sonrojó al escuchar mi pregunta. Extendió su


cuello para alcanzar mis labios con los suyos en un beso.

El tacto fue cálido y suave, nuestros belfos sincronizándose en


roces lentos; sin embargo, Kookie comenzó a soltar una risilla.

Se separó de mi boca y me observó divertido. Sus dedos tocaron mi


barbilla.

—Tu barba...pica. — sus ojos se posaron sobre el vello. —Hace


cosquillas.

Sonreí maliciosamente.

Pegué mi barbilla contra su mejilla sonrosada, haciéndole reír


mientras se retorcía ante lo picoso que era el vello.

—¡Tete! —gritó entre risas, negando con la cabeza y empujándolo


con suavidad.

Pasaron unos segundos donde me dediqué a torturarlo de risa, sin


embargo me aseguré que no fuese demasiado tiempo porque solía
fatigarse fácilmente.
El Omega tomó un par de bocanadas de aire, aún con una sonrisa
en sus rosados labios.

—¿Quieres que me la quite? —le pregunté, alzando ambas de mis


cejas. —Creo que me veo viejo.

Kookie lo pensó antes de responder, —Me parece que te ves muy


guapo.

Mordí mi labio, evitando sentirme avergonzado por su cumplido.

—¿Ah, si?

El dulce Omega asintió con las mejillas sonrosadas.

Acercó nuevamente nuestros labios, esta vez el tomando la


iniciativa y creando un beso más duradero que el anterior.

Mis manos fueron a parar en sus mejillas, acariciando con gentileza


la piel.

Cada noche le agradecía a la madre luna por haber encontrado a mi


destinado, y por sobre todo, haber tenido la oportunidad de estar
con el.

Era muy afortunado.

En ocasiones el universo era injusto, y no se podía hacer nada al


respecto en momentos de desesperación cuando una pareja de
destinados no podían tener la felicidad de coincidir.

Pero la luna y las galaxias alinearon sus deseos para que Jungkook
y yo pudiésemos estar juntos, vivos y amados.

Tras habernos separado de aquel beso, Kookie pasó su dedo pulgar


entre mis labios. Acarició y palpó los rojos que estaban, para
después tocar el vello rasposo de mi barbilla, el cual no era tan
largo; pero si visible.
—Si quieres quitarlo esta bien. —comentó, creando contacto visual
conmigo.

Se me ocurrió una idea mejor.

—¿Puedes quitarlo por mi?

El Omega parpadeó, analizando mi petición por un par de segundos.

—¿Estás seguro? —preguntó con cierta emoción reflejada en su


voz.

—Claro.

—¿No tienes miedo que te depile una ceja?

Solté una risa.

—Si eso pasa, me aseguraré de depilar las tuyas también. —dije en


un tono amenazante y burlón

Kookie sonrió, y asintió con la cabeza. —No te preocupes, me


aseguraré de no hacerlo, Tete.

Pensé que dormiríamos un rato, no obstante me obligó a caminar al


baño junto con el. Me sentó en el vater del inodoro y tomó un
rastrillo nuevo.

Tragué saliva.

—Creo que estoy nervioso. —admití.

Kookie me observó desde su lugar en el espejo. Descansó su peso


en su pierna derecha, mientras que posaba una mano en su cintura.

—¿No confías en mi? —acusó, frunciendo el ceño.

Me rasqué la nuca.
—Claro que si, bebé. —hice un puchero, para evitar una molestia en
el.

Porque si, los cambios de humor en él eran muy intensos y


dramáticos. Prefería vivir.

—Bueno, entonces no te eches para atrás. —comentó con voz


ligera mientras tomaba la espuma de afeitar y caminaba hacia mi. —
Tu fuiste el de la idea.

Mis manos fueron automáticamente sobre sus caderas cuando se


posicionó frente a mi. Se metió entre mis piernas mientras su barriga
generaba un pequeño espacio entre nosotros.

Levanté el borde de su camisón —por cierto, mío— para dejar un


suave beso sobre la piel.

Sentí la mirada de Kookie, y alcé mis ojos para guiñarle un ojo. El


Omega sonrió, estremeciéndose un poco ante mi acción.

—Anda, levanta tu rostro, Tete. —acarició mi cabello.

Obedecí, enderezándome en mi lugar para que el Omega


comenzará a dejar la espuma sobre la parte inferior de mi rostro.

—Pareces Santa. —comentó mientras una sonrisa aparecía en sus


labios.

Podía ver fácilmente como esto le hacía feliz. Compartir momentos


tan simples, pero tan significativos entre nosotros era una de
nuestras cosas favoritas.

Donde una persona veía un vaso medio vacío de agua, nosotros lo


veíamos lleno; y eso era suficiente para ser felices.

Solté una risa, observando a mi Omega.

—Ho, ho, ho. —imité la emblemática voz del viejo de navidad,


provocando una risa aniñada en Kookie.
Sus ojos se achicaban y sus mejillas se abultaban. Cuando el reía,
sus dientes frontales eran notorios, dándole un aspecto de conejito.

Era así como solía llamarlo para molestarle, o cuando el me llamaba


"osito" para mi revancha.

—¿Te vestirás de Santa para nuestros hijos? —su voz salió


acaramelada. —Ya sabes...e-en la víspera de navidad.

Sus ojos se encontraron con los míos, sintiéndose como fuegos


artificiales bajo un cielo estrellado.

Sonreí.

—Claro que sí. —contesté, y tragué saliva antes de decir: —¿Dijiste


nuestros hijos?

Porque no podía pasar desapercibido que lo había dicho en plural.

Kookie terminó de poner la espuma sobre mi rostro mientras hacía


visible una pequeña sonrisa tímida.

—Claro, ¿como vamos a dejar a Minho sin hermanitos? —dijo en un


tono confidencial.

Solté una risa, más de felicidad que divertida en realidad.

—Me alegra que digas eso. —comenté.

La idea de tener una familia con un par de integrantes más de lo


usual me hacía mucha ilusión.

Kookie no volvió a decir nada, porque podía notar que quería


concentrarse en no cortarme con el rastrillo. Puso las navajas contra
mi mejilla derecha y las deslizó con lentitud mientras tomaba una
bocanada de aire.

Su expresión de concentración me hacía sentir mariposas en el


estómago. Fruncía el ceño y la nariz levemente, mientras un
puchero inconsciente aparecía en sus labios.

Mis ojos viajaron hacia el lunar debajo de su labio inferior. Me


encantaba besarle, y me gustaba pensar que podría hacerlo hasta el
día que uno de nosotros dejara la vida.

—Me estás poniendo nervioso. —admitió. Sonreí notoriamente, y el


me observó. —¡Tae, no te muevas!

Me eché hacia atrás, mientras mis manos viajaban nuevamente


hacia sus caderas.

—Lo siento. —formulé, lamiéndome los labios. —No era mi


intención.

🌙🌙🌙

—¿Podemos ir a pescar el sábado? —Jin preguntó con ilusión.

Todos intercambiamos miradas.

—Yo tengo una cita con Wendy. —Hoseok contestó. —Iremos a un


festival artístico.

Solté un suspiro.

—Yo también tengo una cita. —contesté, observando al mayor que


hizo una expresión lastimera. —Cita sorpresa.

Jin nos miró con una expresión de molestia. Observó a Yoongi


alzando las cejas cejas pobladas que tenía.

—Vamos, yo se que tú no me defraudaras. —dijo observando al


pálido Alfa.

Este hizo una mueca.

—Tampoco puedo. —contestó mientras le daba vueltas a su bebida.


—Jimin y yo iremos a buscar los últimos detalles de la boda.
Jin pareció frustrado.

—Vaya, no puedo creerlo. —se cruzó de brazos dándonos una


mirada acusatoria. —Me están dejando por sus parejas.

Solo estaba siendo dramático.

—Exactamente. —contesté con una sonrisa.

Namjoon a su lado, medio adormilado soltó un quejido observando a


su esposo.

—Yo también te dejaré por mi nueva pareja. —dijo, molesto. —¿Que


no me tienes a mi para ir a pescar?

Jin soltó un jadeo.

—Pero, amor...la otra vez que fuimos casi me sacas un ojo con el
anzuelo.

Todos tuvimos que reprimir una risa; porque si no, el Omega se


molestaría.

—Puedo seguir aprendiendo. —contestó, con el ceño fruncido.

Siguieron compartiendo un par de palabras que nadie escuchó


porque los ojos de Hoseok se posaron sobre mi y preguntó:

—¿Que planeaste, Romeo? —preguntó, observándome mientras se


llevaba el vaso de limonada a los labios. —Para la cita.

Sabía que estaba curioso porque días atrás le había pedido el


número de la agencia de autos rentables.

Por alguna razón, todos me observaron con expectación.

Me crucé de brazos con indiferencia, —Es privado.

Era algo solo para Kookie y yo. No quería dar detalles, era simple.
Yoongi soltó un chasquido, observándome con incredulidad. Tenía
un par de copas encima, y eso le hacía lucir gracioso.

Parecía un gato con mejillas rojas.

—¿Como que es privado? —Jin se apresuró en preguntarme


mientras me miraba de la misma manera que Yoongi. —No es como
si fuésemos a cotillear al edificio de la revista para la que trabajas.

Aquello me hizo soltar una risa.

—Pues si, no hagan preguntas. —advertí alzando las cejas.

Namjoon —aún un poco adormilado— posó sus ojos sobre mi.

—¿Ya programó el médico cuando Kookie dará a luz?

Asentí con la cabeza.

—El próximo mes. —un nerviosismo me recorrió el cuerpo cuando


dije aquello.

Namjoon sonrió, —¿Y como se sienten?

Eran demasiados sentimientos. Todos parecidos al nerviosismo, la


adrenalina, la felicidad y la euforia.

Entrelacé mis dedos, desviando la mirada hacia mis manos.

—Están que derraman miel. —Hoseok contestó por mi, y yo asentí


con la cabeza dándole la razón.

El mayor de todos rechistó.

—Desde aquí apesta a Alfa miedoso. —Jin se burló con una risa
exagerada.

—Te burlas simplemente porque tienes experiencia, ¿pero sabes...?


—Alcé las cejas. —La experiencia te hace viejo.
Yoongi me dio la razón, alzando su dedo índice al aire.

—Pero soy sabio. —el mayor de todos me observó con molestia


fingida.

—Más sabe el diablo por viejo que por diablo. —Cité.

🌙🌙🌙
Jungkook's POV

—¿Que haces? ¿Me estás corriendo de la casa? —especulé a sus


espaldas mientras le observaba guardar ropa en una mochila.

El Alfa pareció sorprendido porque dió un brinco en su lugar. Como


si hubiese pillado a un pequeño robando dulces.

Giró su cuello para observarme recargado contra el umbral de la


puerta.

—¿Q-que? —su voz salió incrédula.

—¿Por que estás metiendo ropa en la mochila? —cuestioné,


apuntando al suéter en sus manos.

Taehyung sonrió levemente. Soltó un suspiro, y antes de girarse


hacia mi, metió la prenda de la ropa en la mochila.

—Te tengo una sorpresa.

Solté un jadeo.

—¿Una sorpresa? —fruncí el ceño con confusión. —¿Así de


repente?

—Pues claro, si no, no fuese una sorpresa, bebé. —respondió con


delicadeza. Caminó hacia a mi y me tomó de las manos. —Así que
prepárate.
Taehyung era tan impredecible. Era tan bueno tramando cosas a
mis espaldas; o probablemente yo era muy despistado.

¿Que se podría traer entre manos?

Hice un puchero, —¿A donde vamos? ¿Regresaremos hoy o


dormiremos en otro lugar?

—No te puedo decir a donde vamos, y regresaremos hoy porque


necesitas reposar. —tocó con delicadeza mi barriga. El calor que me
brindó en su mano, provocó una contracción. —Alguien está
emocionado.

Sonreí.

—Espero que no tanto para salir antes de tiempo. —mencioné


alzando mis cejas.

Podía ver a la perfección como la piel de mi panza era levemente


estirada en los movimientos interiores del cachorro.

Fuera de contexto era aterrador.

—Si, eso esperemos. —Tae se acercó para plantarme un beso. —


Nos daremos una ducha antes de irnos, ¿si, bebé?

—Si, osito.

Cuando ambos estábamos bajo el chorro de agua, mi Alfa siempre


siempre me daba unos ligeros masajes en los hombros para quitar
la tensión de los músculos.

Estar en cinta era malditamente agotador. Física y mentalmente. Me


sentía pesado, incapaz de hacer tantas cosas que antes podía
hacer con facilidad.

Antes estaba muy asustado por el parto, pero lo único en lo que


podía pensar ahora era que quería que Minho saliera lo más pronto
posible.
Taehyung me vistió como solía hacerlo. Me acomodaba las mangas
de mis suéteres, y me amarraba las agujetas de los tenis.

—Gracias, Tete. —le di un beso en los labios. —No podría hacer


esto sin ti.

Me derretía el corazón cuando era tan atento. No podía esperar


menos del el, siempre sobrepasando más allá de mis deseos.

—Cualquier cosa para ti. —me sonrió, para después observar mi


barriga. —y para mi otro bebé también.

Taehyung terminó de vestirse. Tomó la mochila que llevaba dentro


cosas que desconocía. Tomó las llaves de la casa, y tomó a Yeontan
en los brazos para darle mimos.

—Volveremos pronto. —le dió un beso.

Estaba poniéndose viejito, pero vaya, jamás dejaba de ser tan


entusiasta.

—Estoy emocionado. —mencioné una vez que cerró la puerta de


casa.

—Me alegra. Llevo preparando esto desde hace tiempo. —me


sonrió, y yo le devolví el gesto.

Taehyung me tomó de la mano una vez que guardó las llaves de la


casa en su bolsillo, y girarnos para comenzar a caminar sobre la
extensión del jardín delantero.

Mis ojos se posaron sobre una furgoneta estacionada enfrente de


nuestro auto.

—¿Por qué estacionarían este auto frente a nuestra casa? —no


pude evitar preguntar.

No solíamos tener vecinos poco éticos, así que si me parecía


extraño que esto pasara. Todos tenían su espacio necesario.
Observé de reojo como mi Alfa tornó sus ojos hacia mi.

—¿No te gusta?

Fruncí el ceño, —Creo que no entiendo tu pregunta.

—¿No te gusta el auto? —alzó sus cejas.

—Pues claro, siempre he querido viajar en una de esas, pero no


creo que sea aceptable que-

—Eso haremos. —me interrumpió, y yo le observé.

Me rasqué la nuca

—¿El que?

Taehyung sonrió, mostrado su hermosa sonrisa cuadrada. Buscó


algo en su bolsillo y me mostró una llave.

—Lo he rentado. —admitió, y yo parpadeé. —Viajaremos.

La declaración me hizo confundirme. Estaba siendo muy


inesperado.

—¿C-como? —tartamudeé, mis ojos volviendo a posarse sobre el


clásico Volkswagen. —¿Viajaremos en el?

—Si, bebé. Lo he rentado.

Solté un jadeo, mezclado de emoción y sorpresa. Taehyung hizo


sonar el seguro del auto, para abrir la puerta del copiloto y poner la
mochila dentro.

No sabía si yo estaba siendo muy lento en entender las cosas, o si


era tonto.

—¿A donde vamos? —pregunté aún muy impresionado. —¿Por


qué?-
—En el camino te explico, antes pasemos por algo de comida. —me
interrumpió con voz suave. Me hizo un gesto para que entrara al
auto. —¿Vamos?

Asentí con la cabeza.

Una vez sentado sobre el asiento del copiloto, me tomé mi tiempo


de fijarme en los detalles de la furgoneta.

Me encantaba.

—Me siento en una película de los 90s. —mencioné con una


sonrisa. —¿Hace cuanto estuviste planeando esto, Tete?

El Alfa aceleró el auto, poniendo su mano izquierda sobre el volante


y la otra entrelazándola con la mía. Se llevó el dorso a los labios
para dejar un beso sin despegar la vista del camino.

—Un par de días. —comentó con una pequeña sonrisa. —Estoy


feliz.

Me incliné hacia el para dejarle un beso en la mejilla.

—Que estés feliz, me hace feliz. —declaré, arrugando la nariz y


sonriendo. —Aparte, siempre he querido viajar en una de estas
furgonetas.

El Alfa posó sus ojos sobre los míos durante una milésima de
segundo.

—Lo sé. Me lo dijiste hace cinco años.

Aquellas palabras me hicieron parpadear. Fruncí el ceño, e intente


hacer memoria en lo más recóndito de mis recuerdos.

—¿Hace cinco años? —pregunté con curiosidad. —Y-yo no sé


cuando-
—La primera noche que salimos juntos. —alzó sus cejas, volviendo
a sonreír. —Fuimos al Río Han, ¿lo recuerdas?

Mi mandíbula se destrabó ante el fugaz recuerdo de nosotros


viajando en su auto de noche. Mis ojos se extendieron de impresión.

"—Me gusta mucho ir en el auto de noche —comenté,


observando al Alfa que parecía muy atento en mis palabras. —
Se que es información innecesaria pero...siempre he querido
viajar en una furgoneta Volkswagen sin rumbo.

Le vi sonreír antes de dirigir su mirada hacia mi. Se tomó un par


de segundos analizando mi rostro, lo cual provocó un leve
rubor en mis mejillas.

—Suena como una buena idea —Taehyung asintió con la


cabeza para después tornar su vista al camino. —y podrías
escuchar música en todo el camino.

Entendía a la perfección mi punto.

—¡Exacto! —esbocé una sonrisa. —imagina viajar de noche, las


estrellas y una buena canción de fondo."

—Santa luna, Tae. —mi mano voló hacia mi boca. —¿Cómo es que
aún recuerdas eso?

Guiñó un ojo.

—Soy un excelente esposo. —se encogió de hombros con una


sonrisa en los labios. —Y también me encantaría cumplirte todos tus
deseos.

Me mordí el labio, evitando mis ganas de gritar y patalear de la


emoción.

—T-tete... —hice un puchero, mis mejillas sonrojándose. —yo


también quiero cumplirte todos tus deseos.
Afortunadamente, el Alfa se paró en un semáforo en rojo, teniendo
la oportunidad de observarme. Una de sus manos me tomó de la
nuca para acercar nuestros labios.

—Mi único deseo es que estés junto a mi, bebé. —el suave tono de
su voz me hizo querer derretirme.

Le robé un beso, sonrojándome hasta las orejas.

—Ay, que cursis. —bromeé, con una sonrisa avergonzada.

—Tu me hiciste así. —fingió molestia, arrugando el entrecejo.

Ambos soltamos risas bobas.

Llegamos al drive thru en MacDonald's unos minutos más tardes.


Me sentí agradecido, porque estos antojos en el embarazo me
estaban matando.

—¿Entonces...? —torné mis ojos hacia Tae mientras tomaba de mi


refresco de fresa. —¿Manejarás sin rumbo?

Finalmente estábamos en la autopista, y no tenía ni idea de cual era


exactamente el plan, pero debíamos de ser cuidadosos porque
podríamos perdernos.

Aparte, no tardaría de oscurecer en un par de horas.

—Tengo una idea. —formuló, moviendo los hombros de gusto. —


¿Que te parece ir a la playa?

Asentí con la cabeza rápidamente.

—¡Si! —aplaudí de la emoción. —Han pasado meses desde la


última vez que fuimos a la playa.

—Okay, entonces a la playa. —me observó con una sonrisa. —


Simplemente que tendría que abrigarte muy bien.
El frío de octubre estaba siendo devastador, y todavía ni siquiera
habíamos comenzado el invierno.

Mi boca se hizo una "o" cuando sentí una contracción. Hice una
mueca y tuve que tomar una profunda bocanada de aire. Sentí los
ojos de Tae sobre mi.

—¿Estás bien?

Asentí con la cabeza, apretando los labios.

—Si, solo una contracción. —contesté tras unos segundos de


silencio. —Minho está emocionado de ir a la playa.

El Alfa soltó una risa.

Taehyung POV's

Ahí se encontraba Kookie, cantando a todo pulmón una de sus


canciones favoritas mientras usaba su celular de micrófono.

El viento que entraba por la ventana le alborotaba el cabello, sin


embargo no perdía el entusiasmo y el estilo.

—¡Canta, Tete! —me puso el celular en la boca.

—Canto terrible. —grité para que pudiese escucharme, porque la


música era muy alta.

El Omega hizo un puchero, negando con la cabeza, —Claro que no,


y lo sabes. Te he escuchado antes.

Mis orejas se calentaron.

—Kookie...

Pero claro, jamás me negaría a él. Entonces comencé a seguirle el


juego. Cantamos y ambos desafinamos, pero eso nos quiera
importaba; simplemente era el momento.
Una vez que nos cansamos, Kookie recargo su cabeza en mi cuello,
entrando en un trance de paz.

—Creo que acabas de gastar ochenta por ciento de tu energía. —


dije, soltando una risilla.

El Omega soltó un bufido.

—Me cuesta admitirlo, pero si. —gruñó. —Luego volveré a ser el


activo Kookie con mucha energía.

Sonreí.

—Me preguntó si Minho será igual a ti.

Despegó su cabeza de mi hombro para observarme.

—Ya lo averiguaremos. —torció los labios. —lo único que sabremos


es que será muy terco.

Solté una risa, echando la cabeza hacia atrás, —Te lo aseguro.

El sol comenzaba a ocultarse, provocando unos colores amarillos y


rosados en el cielo.

Solté un suspiro de satisfacción.

—Voy a escribir todas las primeras experiencias de nuestro


cachorro. —escuché a Kookie decir.

Torné mis ojos hacia el, alzando mis cejas.

—¿Algo así como un diario?

—¡Si! Con fotografías, así que necesito de tu ayuda. —sus ojos


brillaron de la emoción. —Será la primera vez que diga "papá" o el
primero paso que de. El primer corte de cabello que tenga, y la
fecha del día que le salga su primer diente.
Sonreí.

—Será el diario con el cual le avergonzarás cuando sus amigos le


visiten en casa. —especulé.

—Exacto. —admitió soltando una risa malévola. —Incluso la primera


vez que tenga pareja. El primer amor siempre es bonito.

Aquello me hizo extender los ojos con curiosidad. Torcí mi cuello


hacia Kookie, el cual se encontraba sonriendo divinamente como si
estuviese recordando algo.

O probablemente era mi imaginación.

—¿El primer amor, mmh? —alcé una ceja, mirándolo de manera


acusatoria.

—Si, Tete. —sonrió al punto que sus hoyuelos se marcaron.

Volví mi vista a la autopista.

—¿Quién fue tu primer amor?

Mire de reojo como el Omega soltaba un suspiro avergonzado.

—No estamos hablando de mi. —desvió el tema.

—Kookie... —advertí. Carraspeé mi garganta. —Es una pregunta


simple, sin trampas. Solo quiero saber.

—Ay, no lo recuerdo. —se cruzó de brazos. —Habrá sido más de


una década atrás...

Torcí los labios.

—¿Ah, si?

Asintió con la cabeza, posando sus ojos sobre mi.


—Creo que era un niño de mi vecindario en aquel entonces. La
abuela Seung me molestaba con él. —su voz salió dulce ante el
recuerdo

Sonreí levemente.

Jamás la olvidaríamos. Kookie y Jimin siempre solían mencionarla.


Era algo que jamás dejarían de hacer porque era más que obvio que
había sido una gran influencia en su vida.

—¿Y qué pasó después? —pregunté.

—No lo sé. Solo recuerdo que se mudó y no volví a verlo.

Rechisté sin poder evitarlo, —Qué bueno.

Escuché una risilla de su parte.

—¿Qué? ¿Estás celoso de un niño de doce años? —acusó,


divertido. —No seas infantil, Tete.

—No lo soy. —negué, frunciendo el ceño.

—Si, claro. —le vi rodar los ojos con una sonrisa plantada en los
labios. —¿Y tu? ¿Quien fue tu primer amor?

—Rachel McAdams. —confesé.

Kookie soltó un bufido.

—¡Celebridades no cuentan! —hizo un puchero. —Mientes.

—No miento. —me defendí entre risas. —Te lo juro.

Pero a él se le ocurrió algo mejor, —Bueno, cuéntame de tu primer


beso.

Me rasqué la nuca.
No se porque me parecía incómodo recordar cualquier tipo de
acercamiento con alguien que no fuera Kookie.

Era más que claro que todo estaba en el pasado, pero aún así se
me revolvían las entrañas.

—Mi primer beso fue a los doce. —le conté. —Besé a una niña
porque estábamos jugando a los retos.

Eran recuerdos borrosos, sin embargo aún seguían en mi


subconsciente.

—¿Entonces no te gustaba esa niña? —Kookie cuestionó con


curiosidad.

—Noup.

El dulce Omega alzó las cejas, —Bueno, a esa edad ni siquiera se


sabe lo que es el amor.

Hubo unos segundos de silencio tranquilo, donde me debatí a mi


mismo si debía de preguntar lo siguiente o no —aunque yo ya sabía
la respuesta, solo quería hacerlo sonrojar—.

—¿Y cuando fue tu primera vez, Kookie? —sonreí con malicia.

Comenzó a toser tras haberse atragantado con su propia saliva y


posó sus ojos sobre mi, apretando los labios de vergüenza.

—¡Taehyung!

—¿Qué? Realmente no lo sé. —fingí demencia.

Sabía que le estaba molestando a propósito. Siempre se


avergonzaba de las cosas más cotidianas entre nosotros, pero
simplemente era así.

—No he tenido mi primera vez, Tete. —mintió con una sonrisa.


Solté una risilla. Con mi dedo índice apunté su barriga.

—¿Y eso que es? —acusé.

—Es una hamburguesa, un refresco de fresa y unas papas. —se


encogió de hombros.

Chasqueé la lengua, —Ya veo.

Kookie pareció que iba a decir algo más, sin embargo lo único que
percibí fue silencio y su rostro lleno de confusión.

Pasaron unos largos segundos de silencio.

—¿Pasa algo? —giré mi cuello para observarle.

Sus ojos se posaron sobre los míos, su expresión desencajandose.

—Tae, se rompió la puta fuente. —dijo claro y firme.

Pero yo no entendí.

—¿Q-que? —tartamudeé. Mis ojos viajaron hacia su regazo, donde


percibí humedad.

—Tae, se rompió la puto fuente. —repitió en un tono desesperado.


—¡T-Tae!

Apreté el volante.

—Pero si todavía no es tiempo. —la voz me tembló de nerviosismo.

—¿Tu crees que a eso le importa a Minho? —me observó con los
ojos exaltados. —¡Vamos a un hospital!

Pero estábamos a mitad del camino, en medio de la nada.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza contra mi pecho, e incluso


mis manos comenzaron a temblar.
Mierda, tenía que conducir rápido.

—Nos iremos devuelta a Seúl, solo soporta, bebé. —le dije antes de
girar el auto en un retorno.

Teníamos dos horas en la autopista, me pregunto cuánto


tardaríamos en regresar.

Aceleré la velocidad y observé de reojo como Kookie entraba en


pánico.

Tomó su celular con las manos temblorosas y llamó a nuestro doctor


para avisarle que estábamos en camino.

El hombre pareció dar unas indicaciones por si algo pasaba, y una


vez que la llamada terminó, Kookie me observó con el rostro pálido.

—Mierda, estoy asustado. —gimoteó. Se tomó la barriga con ambas


de sus manos . —el d-doctor dijo que mandaría a una ambulancia
por si acaso.

Asentí con la cabeza, mi labio inferior temblando en el proceso.

Puse mi mano sobre su barriga, —Tranquilo, todo estará bien.

La verdad estaba que me cagaba del miedo. ¿Y si tenía que recibir


yo al bebé?

Debi haber entrado a medicina.

—Creo que voy a vomitar. —Kookie dijo.

Su pecho subía y bajaba, y sabía a la perfección que eso no estaba


bien. Tenía que respirar correctamente.

Subí las ventanas para evitar el desastroso aire que entraba por
estas, y observé al dulce Omega.
—Okay, vas a comenzar a inhalar y exhalar conmigo, ¿si? —asintió
con la cabeza. —Hazlo al mismo tiempo que yo, bebé.

Y ahí nos encontrábamos, intentando mantener la calma. Kookie


soltaba gemidos de dolor debido a las contracciones, y yo me sentía
al borde del colapso.

Faltaba casi el mes para la fecha indicada, así que era oficial que
Minho estaba saliendo antes de tiempo.

¿Eso causaría problemas?

El miedo me recorría por la sangre. Solo quería que todo saliera


bien.

—Tete, ¿puedes ir más...rápido? —tragué saliva al verlo adormilado.

¿Eso era algo malo?

—Si, si. Ya casi llegamos, tranquilo.

🌙🌙🌙

La sala de espera era silencio sepulcral. Tras haber manejado como


un loco, llegamos al hospital en desesperación pura.

El doctor no había aparecido desde hace treinta minutos. Se


llevaron a Kookie rápidamente en una silla de ruedas, y me negaron
el paso al quirófano.

Eso me hizo querer elegir la violencia, y yo jamás elegía la violencia.

Estaba que me desmayaba del miedo. Tenía un nudo instalado en la


garganta, y los ojos llorosos.

Simplemente no podía con el pensamiento de que Kookie no tuviese


mi apoyo moral en esta situación.

O incluso el de su madre.
Tras haber contactado a la familia, todos aparecieron al cabo de
unos minutos.

Misuk apareció con el rostro pálido, y el cabello despeinado.


Yugyeom y Jeongyeon estaban sentados uno al lado del otro,
ambos mordiéndose las uñas en sincronía y en silencio.

Por el otro lado, mamá y papá estaban un poco más tranquilos.


Parecían un poco nerviosos, pero no al punto del colapso. Mina no
había podido venir, pero Jennie si, la cual estaba dando pisotones
por la extensión del pasillo.

La tensión en el aire era asfixiante.

—¿Qué pasó?

La inesperada voz de Namjoon se hizo presente. Dejé de dar


vueltas en mi lugar y torcí mi cuello.

Qué caos.

Mis ojos se posaron sobre la primera pareja. Jin se encontraba


usando su ropa de pesca, con el ligero detalle que estaba
empapado de agua, y por el otro lado, su Omega —Nam— estaba
usando ropa desaliñada, con los pantalones rotos en las rodillas.

La segunda pareja lucia igual de caótica. Wendy y Hobi tenían


brochazos de pintura en la cara y la ropa. Luego recordé que
Hoseok había dicho que tendrían una cita en un festival de artístico.

Por último, estaba Yoongi luciendo normal, pero Jimin parecía una
maceta. Tenía flores en la cabeza, un saco de traje —color blanco—
y unos jeans informales.

¿Acaso estaba teniendo una pesadilla?

—¿Vienen del circo o que? —espeté con terror.


Los presentes me observaron, sin embargo ignoraron mi pregunta.
El primero en aproximarse hacia mi fue Jimin, el cual me tomó de
los hombros y me miró con nerviosismo.

—¿Qué pasó ? ¿Hay complicaciones? ¿Ya dió a luz? —me sacudió.


—¿Que dijo el doctor, Taehyung? ¡Necesito respuestas!

Podía notar sus ojos llenos de lágrimas. Estaba muy nervioso.

—Créeme, yo también quiero respuestas. —le contesté. —Pero solo


queda a esperar a que nos den información.

Namjoon dió un paso hacia nosotros.

—¿Pero qué pasó...?

Solté un suspiro.

—I-íbamos a la playa, en una cita que tenía planeada desde hace


tiempo. —expliqué, mientras me revolvía el cabello. —pero de
repente se le rompió la fuente, y entramos en pánico. Regresamos
tan rápido como pudimos.

—¿Y Kookie estaba consciente? —Jin preguntó, observándome con


preocupación.

—Si, por suerte si. —tragué saliva, queriendo eliminar el nudo de mi


garganta. —S-solo espero que todo salga bien.

Nadie volvió a decir nada. Inundamos la sala de espera nosotros


mismos. Todos tomamos asiento mientras pasaban los segundos
que se convertían en minutos.

Percibí el tacto de Jennie en mi espalda, dándome masajes un poco


relajantes.

—Todo estará bien. —susurró.


Me mordí la lengua. Giré mis ojos hacia mi hermana menor y asentí
con la cabeza.

El mundo se me vino encima cuando observé una de las enfermeras


a cargo.

—¿Familia de Jeon Jungkook? —preguntó. Me levanté del asiento y


caminé hacia ella. —¿Quién es la madre?

Me paré en seco, y observé por encima de mi hombro como Misuk


alzaba su mano.

—Pase conmigo, por favor.

Me tembló el labio, —¿Como está...?

La enfermera asintió con la cabeza. Más que un signo de "si" era un


gesto tranquilizante.

—¿Usted es?

—Su esposo.

Sonrió.

—No se preocupe. Luego tendrá su turno, pero primero le daremos


lugar a la mamá. —explicó, haciéndole una seña a Misuk para que
se adentrara en el pasillo del quirófano. —Por cierto, felicidades
como papá.

La nariz me pico.

—¿Escuchaste eso? ¡Papá! —Hobi se levantó del asiento,


observándome con una sonrisa.

Pero yo comencé a soltar lágrimas de felicidad. Jennie se acercó a


abrazarme, seguidos de mis padres.
Me sentía en un trance. En shock porque no podía creer lo que
estaba pasando.

Jimin soltó un chillido de la emoción, abrazando a Yoongi con fuerza


mientras enseñaba lo feliz que estaba.

—No duraré mucho, Taehyung. —la madre de Kookie me sonrió con


calidez. —Volveré rápido para que puedas verlo.

Y los siguientes veinte minutos fueron los más eternos de mi vida.


Podía escuchar los sonidos de mis corazón en mis oídos, haciendo
eco y siendo agobiantes.

Me sentía muy ansioso.

Las manos me sudaban, y cierta picazón de euforia me recorría


cada célula del cuerpo.

Sentía que en cualquier momento podría desmayarme.

—Estás pálido, Tae. —papá me observó, posándose frente a mi. Me


tomó de las manos y sonrió. —Tranquilízate, todo está bien.

Asentí con la cabeza.

—Estoy muy feliz... —mi voz salió en un susurro. —pero es


aterrador.

Le escuché soltar una risa baja.

—Si. Ser papá es aterrador, pero termina siendo una las mejores
experiencias. —me acarició el cabello, justo como solía hacerlo
cuando era pequeño. —Disfruta de tu familia.

Realmente lo haría.

La puerta del pasillo se abrió, donde apareció Misuk observándome.


Alcé mis cejas, esperando que me dijese que todo estaba bien. La
mujer me hizo un gesto con la mano.

—Ya puedes pasar, Taehyung. —sonrió levemente.

No dejé pasar mucho tiempo. Me levanté del asiento y caminé hacia


la puerta de las habitaciones.

—¡Tu puedes con esto, papá! —Jin gritó, alzando su puño. —


¡Fighthing!

Le regalé una sonrisa nerviosa antes de desaparecer de su vista.

La misma enfermera de antes me encaminó a una habitación, y


antes de entrar en esta, me detuvo.

—Fue un parto prematuro. Por lo que aún no podrás sostener al


bebé. —avisó, observándome. —Eventualmente, lo harás, sin
embargo debemos de dejar que se cumplan las cuarenta semanas
para su desarrollo.

Mierda. Me tallé el rostro en frustración.

Tragué saliva, asintiendo con la cabeza.

—E-está bien.

La mujer me dejó entrar en la habitación unos segundos más tarde.


Con las piernas temblorosas caminé hacia la camilla, donde yacía
mi dulce Omega con los ojos entrecerrados.

Tenía el cabello alborotado, y la frente sudorosa.

—Kookie... —sollocé.

El Omega sonrió levemente observándome. Alzó una de sus manos


y me hizo un ademán para que me acercara a él.

—No llores, Tete. —su voz salió débil. —Todo está bien.
Me arrodillé a su lado, y le tomé de la mano para dejar un par de
besos sobre el dorso.

—Estaba muy asustado. —confesé, evitando que ciertas lágrimas


cayeran sobre mis mejillas.

—Está bien...está bien. — su suave voz logró funcionar como


calmante.

No podría vivir sin Jungkook, y ahora, sin Minho. La idea de


perderlos me quemaba.

El efecto que tenía sobre mi era poderoso.

— ¿Y como es? ¿Ya le conociste...? —pregunté con cierta


desesperación haciendo vibrar mis cuerdas vocales.

Me moría por tomarlo entre mis brazos.

—Si, lo vi por un par de segundos. —Kookie respondió, esbozando


una sonrisa dulce. —Se parece a ti.

Aquella comparación me hizo soltar una risa.

—¿Como se va a aparecer a mi, bebé? —pregunté, risueño. —


Tiene una hora de nacido.

—Te lo juro. —respondió con un tono suave en la voz. —Tu padre y


tu tienen genes fuertes.

Sonreí.

No podía soportar mis ganas de besarlo, por eso lo hice. Dejé un


casto beso sobre sus labios, el cual me correspondió.

—Ya quiero que... lo llevemos a casa. —dije, sintiéndome un poco


triste de no poder hacerlo tan pronto. —Quiero conocerlo.

Kookie asintió con la cabeza, acariciando mi cabello.


—Pronto. Solo queda esperar. —sonrió levemente. Sus ojos se
movieron hacia la puerta. —Por cierto, ¿le has avisado a Jimin?

Asentí con la cabeza.

—Si, estaba igual de mal que yo. Si no fuera Omega, hubiesen


pensado que el era tu marido y no yo.

Kookie soltó una risa.

—Ya lo imagino.

Volví a dejar otro besito sobre sus labios.

—Supongo que pospondremos nuestra visita a la playa una vez que


Minho pueda salir. —susurré.

El dulce Omega asintió con la cabeza.

—Probablemente, Tete.

🌙🌙🌙
Narrador omnisciente
Meses después

—¿Quieres un café, bebé? —Taehyung giró su rostro para observar


Kookie.

El Omega estaba sentado con el cachorro de cinco meses en los


brazos.

Minho estaba comiendo papilla. Las mejillas regordetas llenas de


comida, mientras saboreaba y soltaba risas encantadoras.

—Si, por favor. —Jungkook dijo. —Lo necesito.

—Lo necesitamos. —el Alfa reprendió. Sirvió el agua en dos tazas y


después puso el café para revolver.
Ambos estaban cansados. Sabía que ser padres era cansado, sin
embargo no sabían hasta que limite.

—Minho, me debes más de cien horas de sueño. —Kookie dijo,


observando al cachorro que sonrió sin entender.

Taehyung soltó una risa.

Puso las tazas sobre la mesa y se senté a un lado de su Omega.


Puso varias cucharadas de azúcar en su taza, y en la de Kookie
dos.

El cachorro, Minho alzó sus brazos hacia su padre, sus ojitos


observándolo con necesidad.

—Alguien quiere que lo cargues. —Kookie mencionó sonriendo. —


Te toca, papá Tete.

Taehyung tomó en los brazos al cachorro, dejándole un par de


besos en la frente. Procedió a limpiarle las mejillas llenas de papilla
mientras soltaba risas.

Sorpresivamente, Minho tenía los ojos redondos de Kookie, o al


menos eso era lo que pensaban todos —menos el Omega—.

Tenía una nariz de botón, con un pequeño lunar en la punta como


Taehyung.

—Dios, parezco panda con estas ojeras. —el Omega dijo antes de
llevarse la taza de café a la boca.

No era mentira que sus horarios de sueño habían sido muy


inestables. Aún no lograban acostumbrase y sólo habían pasado
cinco meses.

Después del parto, Minho estuvo en la incubadora por unas


semanas. Jungkook y Taehyung en ningún segundo se separaron
del pequeño. Estaban muy ansiosos por tomar al cachorro en sus
brazos y llevarlo a casa.
Cuando el Alfa tuvo la oportunidad de sostenerlo, soltó lágrimas que
fueron contagiosas para Kookie.

Había sido un momento mágico para los dos. Justo como si el


mundo parara, y todo se redujera a ese suceso en específico.

Como si nada más importara. Simplemente eran ellos tres, y nadie


más.

Incluso el día que ellos murieran, se juraron a sí mismos que jamás


lo olvidarían. Que sería un recuerdo que se llevarían a otra vida,
porque la felicidad que habían sentido en ese momento jamás se
podría comparar a algo igual.

—Te ves hermoso. —Taehyung mencionó con una sonrisa,


observando a su dulce Omega.

Estaba enamorado hasta las trancas.

No podía dejar pasar por desapercibido que el cuerpo de Kookie


había cambiado, luciendo más hermoso que nunca. Tenía unas
mejillas más redondas que antes, sin embargo, había ganado un
peso muy saludable.

Cada día se enamoraba más. Se sentía derretir cada vez que le


veía con Minho, ambos dormidos esperando a que llegara del
trabajo por las noches.

Era justo todo lo que había soñado.

Kookie sonrió, observando a su Alfa, —Gracias, Tete.

Ambos se quedaron en silencio, sin embargo el cachorro se


encontraba balbuceando mientras pegaba con sus pequeños puños
en la mesa.

A Taehyung le gustaba pensar que había una burbuja por encima de


ellos, manteniéndolos ajenos de problemas; pero no siempre
funcionaba.
Porque sabía que fuera de esa burbuja, había cosas que lograban
poner triste a su Omega. Y siempre era la misma persona.

El Alfa soltó un pequeño suspiro, —Tu padre me ha mensajeado.


Quiere que te pases por su casa.

Kookie torció los labios, desviando su mirada hacia la ventana más


cercana.

El día estaba nublado, un viento moviendo los árboles del patio


trasero. Le gustaban los días así, pero de vez en cuando, le
recordaban a cierta anciana.

—Lo haré. No puedo negarle su nieto. —respondió, con una


pequeña sornisa.

Se había convencido a si mismo que las cosas con aquel hombre


jamás volverían a ser lo mismo. Había aprendido a sobrellevarlo con
los años, y sabía que no podía hacer nada al respecto.

Simplemente dejaría que así fuera.

Aquella relación de padre e hijo no volvería a ser lo mismo desde


que el hombre tenía otra familia, la cual, le hacía muy feliz.

Y si así tenían que ser las cosas, no intentaría cambiar nada.

—Puedo faltar al trabajo y acompañarte si quieres, bebé. —Tae le


observó con preocupación.

Odiaba recordarle cualquier cosa que tuviese que ver con ese Alfa,
pero a veces tenía que hacerlo.

—Está bien, no te preocupes. —sonrió, negando con la cabeza. —


Iré solo, pero...quiero ir al cementerio y que me acompañes, ya
sabes...-la abuela.

Taehyung asintió, —Claro que si.


🌙🌙🌙

Jungkook POV's
Meses después

—¡Guaoooo! —Minho se llevó sus manitas a la boca. Después,


apunto con su dedo índice al agua.

—¿Te gusta? —pregunté con una sonrisa.

Taehyung apareció a mi lado, y tomó de los brazos al cachorro. —


Déjalo que sienta la arena, bebé.

Asentí con la cabeza.

Quité las calcetas violetas de Minho, provocando que estirara sus


piecitos.

—Okay, con cuidado. —dije con preocupación. Taehyung posicionó


al cachorro en el suelo, y este soltó una risilla. —No dejes que corra.

El Alfa asintió con su cabeza. Tomó de las manos a Minho y


comenzó a caminar con el, no sin antes besarme la mejilla.

—Tranquilo. —guiñó un ojo con coquetería.

Yo solo rodé los ojos con una sonrisa en los labios.

A mi lado apareció Jimin, cruzado de brazos y observando el mar. El


día de hoy era soleado, y perfecto para pasarla en la playa todo el
día.

Haber planeado este viaje había sido una maravilla.

—¿Nos metemos al agua, sirenita? —me preguntó, empujándome


con su hombro.

—Te reto a unas carreras de natación. —propuse con una sonrisa.


Mi mejor amigo alzó las cejas, mirándome con competitividad.

—Me sorprende que me lo pidas. Siempre perdías contra mi.

Solté una risa seca.

—¡Mentiroso! —puse mis manos en la cintura. —Hagamos una


apuesta.

Jimin me miró con interés, —¿Que quieres apostar?

Ni siquiera tuve que pensarlo dos veces.

—Si gano, te pintas el cabello de rosa como antes.

Mi mejor amigo me observó horrorizado ante la idea. Negó con la


cabeza.

—Ni hablar.

Sonreí.

—No seas cobarde. Si eras más bueno que yo, no tendrías de que
preocuparte. —jugueteé.

Jimin suspiró.

—Está bien. —me tomó de la mano para estrecharlas. —Si gano yo,
te haces un piercing.

Mis ojos se extendieron ante la idea.

—Estás loco. —hice una mueca. —Definitivamente debo de ganar.

Ni hablar me haría algo así. Creo que me sentía muy viejo para
hacerme una perforación.

—Que sea en el pezón. —Namjoon apareció, observándome con


malicia.
—Dios, no le metas ideas a Jimin en la cabeza. —le dije.

Demasiado tarde. Mi mejor amigo ya se encontraba asintiendo con


emoción.

—Si, ¡un piercing en el pezón! —gritó.

Observé a lo lejos como Taehyung posó sus ojos sobre mi, y me


observó con confusión.

—¿De que hablan? —gritó.

—Nada. —le mentí. —No es nada.

No pareció muy convencido, pero siguió jugando con Minho, el cual


parecía muy feliz de estar tocando la arena con sus piecitos.

—Bueno, le seguimos a esta apuesta más tarde. —dije, observando


a mis amigos. —Entremos.

Tras haberle avisado a Tae, nos adentramos en la casa que justo


todos habíamos rentado para pasar el fin de semana aquí.

Había muchísimo espacio. Era un lugar de en sueño.

Yoongi se encontraba en la cocina preparando algo al lado de Jin.


Hoseok estaba leyéndole un cuento a su bebé, mientras que Wendy
le cambiaba el pañal.

Faltaba Eunha, y tenía que decir que había pasado un tiempo desde
la última vez que la vimos. Se terminó mudando fuera de Seúl con
su esposo Eunwoo. Por suerte teníamos la suerte de verla de vez
en cuando.

Me senté en una silla de mesa cuando observé a mi Alfa entrando


con Minho en los brazos.

—Alguien tiene sueño. —me susurró con una pequeña sonrisa.


El cachorro tenía los ojos entrecerrados mientras que estiraba sus
brazos y bostezaba. Escondió su rostro en el cuello de Tae y se
aferró a él.

Me pareció tierno el gesto.

—Me temo que antes de dormir tiene que darse una ducha. —dije
con un puchero.

🌙🌙🌙

La noche cayó por encima de nosotros. En el cielo oscuro estaban


reflejadas las estrellas, y ciertas constelaciones que atractivamente,
Taehyung conocía.

Me acurruqué a su lado, ambos sentados en una silla playera.

Todos nos encontrábamos sentados al rededor de una fogata que


Yoongi se había tomado el tiempo de preparar. Nos encontrábamos
platicando de cosas al azar, siempre Hobi haciéndonos reír con su
risa tan contagiosa.

La noche era helada, pero el cuerpo tan cálido de mi Alfa me


permitía sentirme en casa y caliente.

Pasó su brazo sobre mi cintura y alzó mis piernas para ponerlas por
encima de su regazo. Recibí un beso en la frente de su parte para
después sonreírme.

¿En que momento habíamos crecido tanto?

Antes el pensamiento de crecer me asustaba, y me disgustaba.


Cuando cumplí los dieciséis años me di cuenta que la vida era más
gris de lo pensado. Todo era repetitivo y sin chiste.

Nacíamos para morir. Eso era todo, cuando algo nos parecía muy
difícil y significante; solo bastaba recordar que éramos una molécula
dentro de una galaxia en otras miles de galaxias.
Nuestro vivir era insignificante.

Sin embargo, cuando conocí Taehyung, me di cuenta que crecer no


era tan malo. Envejecer no sonaba tan mal cuando amabas a
alguien y esa persona te amaba de la misma manera.

Lo peor de todo podría ser que te arrebataran a esa persona una


vez que la tuviste.

Ese tipo de sentimiento y arrebatamiento solo lo sentí una vez, que


fue cuando la abuela Seung murió.

Taehyung me consoló con cada parte de él. Como si pudiera


compartir el dolor que me recorría entre la sangre. El amor que tenía
por aquella vieja era tan parecido como el que tenía por mi Alfa.

Eran intenciones y maneras de amar tan diferentes, pero tan


acertadas. Ni siquiera podía explicarlo.

Aquella vieja había sido tan importante para mi, y yo sabía que los
sentimientos que tenía por ella siempre habían sido correspondidos.

Siempre estuvo sola, pero me alegra pensar que estuve para ella en
un tiempo determinado en su vida.

Cada vez que miraba las estrella podía recordarla, porque según la
ciencia, ver el cielo estrellado es como estar viendo el pasado.

—¿Estás bien? —Tae me susurró.

Torné mi cuello hacia el, y sonreí levemente.

—Si, solo estaba recordando algo. —confesé.

Apretó su cuerpo con el mío, y me observó con los ojos dorados


destellantes.

—Siento nostalgia en ti. —apuntó mi pecho con su dedo índice.


—Supongo que la playa en la noche me pone así. —le dije,
torciendo los labios.

Me acerqué para besarle la mejilla, y el Alfa sonrió.

—¿Quieres ir a caminar un rato? —preguntó en un susurro ronco.

Mis ojos viajaron hacia la casa, donde sabía que se encontraba


Minho dormido en su cuna.

—No te preocupes, nos llevamos el monitor. —Tae acarició mi


mejilla con suavidad. —Podremos saber si se despierta o no.

Asentí con la cabeza.

—Okay, vamos.

Nos levantamos de la silla y todos posaron sus ojos sobre nosotros.

—Iremos a dar un paseo. —Tae avisó, tomándome de la mano para


comenzar a caminar.

—¡Eh, no sabía que tenías un fetiche de hacerlo sobre la arena,


Kookie! —sorpresivamente, eso fue lo que gritó Namjoon.

Rodé los ojos, mientras mis mejillas se calentaban de un sonrojo.


Sin girarme a verle, alcé mi dedo medio con mi mano libre.

Se escuchó una risotada de Jimin y Hobi.

Percibí la mirada de Taehyung sobre mi, y yo se la devolví con el


ceño fruncido.

—¿Es cierto eso que dijo Nam?

No pude evitar rodar los ojos con una sonrisa avergonzada.

—¡No! —negué con la cabeza. —¡Claro que no!


El Alfa comenzó a reír, moviendo los hombros en el proceso y su
cabello ondulado cayendo sobre sus ojos.

—Solo preguntaba. —dijo con inocencia.

—¿Me lo ibas a cumplir o que?

Tae chasqueó la lengua.

—Probablemente. —bromeó, alzando las cejas con una expresión


traviesa.

Le di un suave golpe en el hombro.

—Bobo. —arrugué la nariz con una sonrisa.

Me gustaba pensar que no tenía gustos tan raros.

Pasamos unos segundos en silencio, donde nos dedicamos a


apreciar el sonido de las olas rompiéndose de fondo. Era
tranquilizante.

La luna estaba llena, y muy brillante; con muchas estrellas a los


alrededores de esta. Observé a Taehyung.

Lucia lleno de paz. Su expresión era tranquila, su rostro relajado lo


hacía verse como un adolescente. El viento ocasionaba que su
cabello se moviera hacia atrás, permitiéndome la vista de su frente y
sus pobladas cejas.

Qué guapo. Y era mi esposo.

En un gesto rápido, me acerqué para déjale un beso en la mejilla. El


Alfa giró su rostro hacia mi para observarme.

—¿Y eso?

Me sonrojé.
—Es que me gustas. —dije en un susurro.

Tenía que confesarlo cada vez que tenía ganas, sino sentiría que iba
a explotar. No quería sonar cursi, pero incluso sentía la necesidad
de gritarlo a los cuatro vientos.

Taehyung me tomó del cuello y me acercó a él para rozar nuestros


labios. Sus ojos amarillos se clavaron sobre los míos, donde percibí
la felicidad de su lobo interior.

Estaba feliz.

—¿Qué tanto? —preguntó con una pequeña sonrisa.

Torcí los labios y fingí pensar mi respuesta.

—¿Mucho? —adiviné. —¿Infinito?

El Alfa ladeó la cabeza, —¿Ah, si? debemos de recordar que Georg


Cantor descubrió qué hay infinitos más grandes que otros infinitos.

Solté un jadeo.

—Que mono te ves cuando dices cosas así. —le guiñé un ojo, y el
Alfa sonrió. —Bueno, pues...te quiero y me gustas del tamaño del
infinito más grande de todos.

Tae volvió a rozar nuestros labios, matándome de la anticipación.

—Me parece justo, porque yo siento lo mismo por ti. —me dijo con
voz ronca, en un susurro tranquilo.

No pudiendo evitar más la espera, pegué nuestros labios en un


romántico beso.

Porque si, tenía escrito en todos lados el romanticismos que


sentíamos el uno por el otro.
Su boca era lenta y cálida, encajándose con la mía y
complementándose. Percibí ambas de sus manos sobre mi cintura,
acercándome a su pelvis y luego enrollando sus dedos en las
hebras de mi cabello.

—A mi también me gustas. —habló contra mi boca. —Y te amo.

Sonreí.

—¿Qué tanto?

Se separó de mi para observarme con los ojos brillantes.

—Del tamaño del infinito más grande. —sonrió, acariciando mi


mejilla con su pulgar. —Te amo, mi Omega dulce.

***
HOLA Y ADIÓS
Q DOLOR DE CABEZA
NO QUEdÓ WOW, peRO luego pondré unos detalles<3 (cuando
termine de editar todo el libro)

Gracias por haberme acompañado en esta travesía, me hace


muy feliz que realmente se hayan tomado el tiempo de leer mis
pendejadas y de disfrutar

Estoy competente agradecida por permitirme y alentarme en


terminar de escribir esto

Cualquier pregunta de cualquier duda de la historia,


pregúntenme aquí<3

Por cierto, Jimin y Kookie quedaron empatados en la carrera de


natación, o sea que...?

Omití lo de Hobi y Tae porque no me pareció muy necesario, la


vdd

Por si gustan pasarse por mi otro libro:


LEs TKM💜

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