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Las medidas preparatorias del proceso (Art.

323 CPCCN)

Por Juan Manuel Hitters (*)

SUMARIO: I. Generalidades. Diferencias y semejanzas con otros institutos. II. Características y


presupuestos. III. Medidas Admitidas. IV. Otros supuestos (permitidos o denegados). V. Juez
competente. VI. Caducidad. VII. Honorarios. Costas. VIII. Recursos. IX. Conclusiones.
X. Bibliografía.

I. Generalidades. Diferencias y semejanzas con otros institutos

El presente trabajo tiene como objetivo efectuar una descripción de los aspectos que a nuestro
criterio resultan los más relevantes de las medidas preparatorias del proceso, pero sin descuidar la
interrelación con los demás tópicos que configuran la totalidad de un juicio.

Como aclaración previa, destacamos que el término diligencia preliminar, según el criterio seguido
por el codificador nacional, comprende a las ‘medidas preparatorias del juicio’ (art. 323 CPCCN) y a
la ‘producción de pruebas anticipadas’ (art. 326 CPC). Ambas constituyen una especie dentro del
género “diligencias preliminares”. [1] Su naturaleza jurídica es discutida, situación que llevó a
algunos a opinar que no deberían estar legislados bajo el mismo título, proponiendo que la prueba
anticipada constituya un subtítulo dentro del propio procedimiento probatorio, [2] criterio que
compartimos. [3] No por ello estas últimas dejarán de ser diligencias preliminares.

Sin perjuicio de su ubicación en las diferentes leyes procesales, las medidas preparatorias y las
pruebas anticipadas poseen varias características comunes: a) pueden ser previas a la
interposición demanda y no introducen la instancia principal. [4] No constituyen una pre-demanda,
[5] pudiéndose esta etapa calificar como un procedimiento y no un proceso; [6] b) son accesorios, y
la competencia se corresponde con la del órgano jurisdiccional que debe entender en el proceso
principal; c) no son taxativos; d) de ellos no se obtiene una resolución judicial de una controversia;
[7] e) cualquiera de las partes tiene legitimación para incoarlos; f) la recusación es procedente; [8]
g) son idóneos para interrumpir la prescripción. [9]

La diferencia básica entre la prueba anticipada y las medidas preparatorias, radica en que las
primeras importan un adelantamiento excepcional y preventivo de las demostraciones, en una
etapa que no es propia, con fundamento en su eventual desaparición o en su dificultosa producción
posterior. [10] En cambio, las últimas son aquellas que tramitan con anterioridad a un proceso
-léase traba de la litis-, procurando a quien ha de ser parte en un juicio de conocimiento, colectar
hechos o informaciones que no se pudieron obtener por otros medios, [11] buscando la posibilidad
de plantear la demanda con la certidumbre correspondiente. [12]
Lo fundamental de las medidas preparatorias es que por su naturaleza, se interponen antes de
promoverse la demanda, o eventualmente junto con ella [13] -si lo hace el actor- pero tomando el
prudente recaudo de solicitar la suspensión del traslado de la misma ya que con las informaciones
obtenidas en la diligencia, ésta puede ser modificada (art. 331 CPC). Sabemos que el hito
cronológico para la transformar la acción lo constituye su notificación (efectivamente realizada) a la
contraria, y que además no hay obstáculo alguno en que la accionada se constituya en el proceso
anoticiándose per se y trabando de este modo la litis [14] irregularmente planteada y causando un
grave perjuicio a los intereses del actor.

Partiendo de base del tiempo en que las medidas preparatorias deben ser impetradas, es preciso
diferenciarlas de la preparación de la vía ejecutiva (art. 525 CPC), porque éstas tienen por objeto
complementar el título ejecutivo, pero la demanda debe necesariamente ser iniciada. También
distan de las informaciones sumarias del art. 197 CPC, por la naturaleza asegurativa de éstas,
destacando que las medidas cautelares son de carácter provisional y las diligencias preliminares
(latu sensu), una vez incorporadas al proceso, son definitivas. [15]

II. Características y presupuestos. Las particularidades y requisitos de otorgamiento de las


medidas preparatorias son:

a) Tipos de proceso. Pueden ser utilizadas a los efectos de preparar un proceso de conocimiento
(o una sucesión): ordinario, sumario [16] y procesos especiales en cuanto no sean incompatibles.

En cuanto a su admisibilidad en procesos sumarísimos ciertos doctrinarios se inclinan por la


negativa, [17] mientras que otros son favorables a la permisión. [18] De todos modos,
consideramos que la inapelabilidad genérica del 498 (496CPCCBA) no deroga la específica del
327 para el caso de denegarse el diligenciamiento.

Los juicios ejecutivos se hallan fuera de la norma, pero nosotros no vemos obstáculos serios para
su petición. [19] Incluso permitiendo practicar las medidas en estos procesos breves, se puede
evitar la innecesaria promoción de un futuro y ficticio litigio de conocimiento por cobro de pesos al
solo efecto de lograr que la diligencia prospere, y luego desistirlo para presentar un juicio ejecutivo
utilizando la información que se ha obtenido en virtud de ese trámite. [20]

En los procesos contencioso administrativos (planteados contra actos), consideramos que en


principio tampoco proceden, habida cuenta que luego de la necesaria remisión del expediente
administrativo, el accionante obtendrá todos los datos que tal vez desconocía (inculpablemente) y
consecuentemente podrá ampliar su demanda. Pero si la Administración no envía dichas
actuaciones, el actor podrá requerir directamente su secuestro, si así lo desea. [21]

Asimismo se entiende que no es posible el planteamiento de las medidas del art. 323 en los
amparos por mora. [22]
Finalmente, los procesos voluntarios también escapan a la posibilidad de prepararse con estas
diligencias, por ser éstas el antecedente de una “demanda”. [23]

b) Legitimación. Ambas partes tienen legitimación para promoverlas. El demandado tiene la


posibilidad de interponer solo las reglamentadas en algunos incisos -como luego veremos-, pero
consideramos importante ratificar que si lo hace este sujeto procesal, ello no constituye una
confesión de culpabilidad para el proceso principal. [24] Esta facultad precluye para todas las
partes desde que se practique la notificación de demanda, salvo escasas excepciones que a las
que haremos referencia (ver comentario del inc. 4º -en pto. III-).

Se ha extendido jurisprudencialmente al tercero el derecho de hacerlo, siempre con la salvedad de


lograrlas en el momento oportuno. [25]

c) Numerus apertus. Su enumeración no es taxativa, ni su admisión debe ser restrictiva, por queda
al arbitrio del juez tanto su extensión como su admisión. [26] En tal sentido, el examen debe
realizarse con criterio amplio, aunque coherente con el respeto de sus fines y evitando abusos. [27]

Consideramos importante destacar que para sostener una u otra doctrina, a nuestro criterio el juez
puede hacer dos tipos de control diferentes: el primero se encuentra vinculado con los recaudos
propios a todas estas figuras (presupuestos), y el segundo se relaciona con la taxatividad o
enunciatividad de las diligencias (en los sistemas que las detallan, como el nacional y sus
concordantes).

Por ello, el órgano jurisdiccional tendrá frente a sí dos cuestiones a analizar: si se cumplen todos
los recaudos impuestos en este punto II, y además en el caso de no estar legislada la medida, si
ésta procede y analógicamente bajo que figura. Entendemos que el juez no debe ser elástico con
los recaudos, pero permeable a la admisión de medidas no reglamentadas.

Con esto no insinuamos que cualquier diligencia pueda ser llevada adelante, sino que el iudex no
se encasille en las previsiones expresas de la ley para rechazarla. Si ella es útil al futuro proceso,
habrá que declararla procedente.

En este sentido, no hay que perder de vista que es el litigante quien tiene que procurar obtener
toda la información necesaria en forma extrajudicial y que solo necesitará de las medidas
preparatorias en caso de imposibilidad de acceder a ello. Además habrá que relatar con claridad
una síntesis del objeto del futuro proceso, un resumen de los hechos y determinar las futuras
partes, enunciando su domicilio. [28]

Es dable destacar que existe jurisprudencia que acota la permisión solo a los supuestos regulados
en la ley (véase el punto IV).

d) Necesidad de su producción. Sin perjuicio de lo mencionado en el subpunto anterior, no hay que


olvidar que como las diligencias preliminares configuran una excepción al trámite normal del
proceso, es imprescindible que el peticionario demuestre la necesidad de su producción. [29]

En principio la figura no procede si las averiguaciones útiles para plantear la demanda con la
certeza necesaria pueden ser obtenidas extrajudicialmente. [30] De todos modos, habrá que tener
presente que estas medidas tienden a evitar la eventual oposición de alguna excepción, y
coadyuvan a la constitución regular de la litis.

e) Planteamiento de demanda. No es requisito que las diligencias preliminares tengan que ser el
antecedente de una demanda. Su promoción se limita a la petición de exhibición de una cosa
mueble, un título, documentos, o elementos útiles al interesado en un proceso posterior, cuya
iniciación y modalidades pueden depender del resultado de la diligencia. [31]

Como se puede advertir, quien requiera la medida debe creer que accionará o será accionado (o
heredero), pero siempre supeditado al resultado del trámite previo. [32]

f) Principio de contradicción. La citación a la contraparte se da solo en el caso de prueba


anticipada, [33] y no en las medidas preparatorias.

En las últimas, el eventual contradictor no es parte en el trámite, y no corresponde darle


intervención en la decisión, [34] salvo en los supuestos de medidas cautelares accesorias. Pero en
la generalidad de los casos se debió proceder a la intimación previa del art. 325 del CPC, e
incumplida ésta se despachará la orden de secuestro. [35]

g) No aplicación de los recaudos para las medidas cautelares. Si mediante la promoción de


diligencias preliminares se pretende, por ejemplo, la entrega de una historia clínica y demás
documentación -que le fue negada al interesado-, no cabe exigir la acreditación de los
presupuestos contemplados para la procedencia de las medidas cautelares, [36] sino simplemente
acreditar todos los requisitos de la medida preparatoria más el incumplimiento del requerido.

III. Medidas Admitidas. En este tópico hemos de considerar las medidas que se encuentran
reglamentadas en los diferentes incisos del art. 323 del CPC, y algunas que a nuestro criterio son
de aplicación analógica.

A. Inciso 1º: Declaración jurada sobre hechos relativos a la personalidad. Se refiere a una cualidad
esencial de la personalidad, esto es, la legitimación o ciertos elementos vinculados a la titularidad
de derechos sustanciales. Solo la puede pedir el futuro actor.

Se relacionan con la nacionalidad, edad (se vincula con el inciso 6º), [37] representación o bien con
su calidad de heredero, propietario, [38] simple tenedor o poseedor de una cosa (vgr., para
averiguar quién es el verdadero propietario de un automóvil que ha provocado un accidente).

La personalidad a que alude este inciso, debe entenderse referida a la capacidad o a la


legitimación procesal del sujeto. [39] La averiguación no podrá exceder el marco preliminar, y si lo
hiciera el juez puede limitar el contenido del pliego, [40] evitando de este modo que se convierta en
una prueba anticipada.

Con respecto a la comprobación de edad, el solicitante tiene como medio alternativo -y excluyente-
el haber requerido previamente -y sin éxito- la partida de nacimiento ante el registro pertinente. En
lo atinente a la indagación de la nacionalidad de la contraparte, también el régimen es alternativo
porque existen otros medios para zanjar dichas inquietudes.

Asimismo, se ha permitido su interposición en un supuesto particular en que luego de promovida la


demanda de paternidad por el Ministerio Público (art. 255 CC), se presentó el accionado a los
efectos de constatar el estado civil de la madre (que no era actora, pero había prestado
conformidad al planteo de la acción) para intentar hacer jugar la presunción del art. 243 CC. [41]

El art. 324 CPC reglamenta el trámite estableciendo que la declaración jurada deberá ser
presentada dentro del plazo que el juez señale a tales efectos. No se fija audiencia, sino que la
contestación deberá realizarse por escrito. [42]

La última parte de la norma mencionada tiende distanciar este procedimiento de la absolución de


posiciones, ya que podrá demostrarse lo contrario en la etapa probatoria. La certeza a que se
arribe en esta etapa solo tiene vinculación con la medida preparatoria, y el silencio o la falsedad en
las declaraciones de la contraparte conllevan la aplicación de una multa y no una confesión ficta.

De todos modos, quien haya obrado con mala fe aseverando datos falsos (sin perjuicio de la
multa), entendemos que debería correr con las costas de una futura excepción que lo favorece (art.
68 CPC), [43] o eventualmente distribuirlas a prudente criterio del juez, [44] sin perjuicio de la multa
prevista en el art. 329 de la ley adjetiva.

Con respecto al perjuicio que le pueda causar a un menor brindar datos apócrifos o no contestar el
informe, es de destacar que ni siquiera la multa (art. 329) sería aplicable por no tener éste
capacidad para obligarse.

En caso de ser necesaria la promoción de una medida preparatoria, si de ella surge que el
investigado no es un sujeto demandable en tribunales ordinarios, la demanda deberá promoverse
ante el fuero federal.

B. Inciso 2º: Exhibición de cosa mueble (actio ad aexhibendum).Su objeto es permitirle a quien
tenga interés en la cosa (futuro actor o demandado), cerciorarse de la identidad de la misma y que
ésta se encuentre en poder del requerido. [45]

También se puede impedir que la misma sea llevada a otro lugar, ocultarse, adulterarse o
destruirse (soportes magnéticos), con carácter cautelar amplio (inc. 2º in fine). Este inciso
concuerda con los arts. 2417 y 2786 del CC.

Se admitió la utilización del procedimiento sub análisis para constataren el domicilio de la


accionada de reproducciones en diskettes y en discos rígidos u otros soportes físicos, si quien lo
solicitó invocó la titularidad de la propiedad intelectual de un software, y con tal medida trató de
obtener elementos indispensables para iniciar un proceso con el objeto de resguardar los derechos
consagrados por la ley 11.723. [46]Esto no constituye prueba anticipada de reconocimiento judicial
(art. 326 inc. 2ºCPC), pero en cierto modo se vincula con dicho supuesto, debiendo el litigante ser
cauto para no confundirlos, salvo que se requieran en forma conjunta. [47]

El art. 325 reza que será el juez (in audita pars) quien establezca el plazo, modo y lugar para
efectuar la diligencia. La exhibición se podrá realizar en audiencia o a través de un reconocimiento
judicial, si es que el objeto no puede trasladarse. [48]

En la hipótesis en que el requerido no cumpliere el mandato despachado por el magistrado, o no


indicare dónde está la cosa o quién la tiene, se hará efectiva una orden de allanamiento y
secuestro (arts. 329 ap. 2º y 221). La verosimilitud del derecho adquiere vida propia con el
incumplimiento. Repárese además, que el art. 2786 del CC permite el secuestro directo en los
casos de reivindicación.

Consideramos que la figura del inc. 2º se diferencia de la prevista en los arts. 387 y 388 CPC, en
primer lugar porque para que proceda la intimación a la presentación de documentos (388) la
demanda ya debe estar notificada, constituyendo la negativa una presunción en contra del remiso
sin conferirle al requirente el derecho a secuestrar. En las medidas preparatorias, configurados los
recaudos, nada obsta a requerir el secuestro del documento (latu sensu) negado.

C. Inciso 3º: Exhibición de Testamento. Quien la pretenda deberá acreditarse un interés concreto,
puede creerse futuro heredero (o legatario).

Coincidimos con Palacio en que no necesariamente el peticionante debe creerse heredero, sino
que bien podría interponer la diligencia un interesado en revocar el acto de última voluntad. [49]

Solo es de utilidad para el requerimiento de testamentos ológrafos o de aquellos que se custodian


en sobre cerrado (art. 3963 CC). Si el acto ha sido otorgado en instrumento público, debe
rechazarse la medida porque se podrá consultar en el Protocolo o Archivo correspondiente, [50]
salvo negativa del escribano a exhibirlo.

Esta figura puede ser el antecedente de un proceso sucesorio o de un contradictorio. También se


aplicará aquí el trámite de los arts. 325 y 329.

D. Inciso 4º: Exhibición de títulos, como medida preparatoria de una demanda por evicción. Puede
ser requerida por cualquier enajenante o adquirente, transigente (art. 2115 CC) o cesionario (art.
2156 CC) o donatario (art. 2145 CC).

Como lo pone de relieve Alsina, cuando el comprador es molestado en el uso y goce de su


propiedad puede optar por defenderse por sí mismo o citar de evicción a su vendedor (enajenante
latu sensu) para que comparezca a defenderlo en el juicio (art. 2108 CC). En el primer caso, aquél
podrá exigir al transmitente la exhibición de los títulos y documentos atinentes al dominio. En el
segundo, si el enajenante comparece, lógicamente podría necesitar los documentos que hubiese
entregado al comprador (variante ‘A’). [51]

Pero aún en el segundo supuesto, si el citado se abstiene a comparecer o se resiste a asumir la


defensa, el adquirente tiene el justo derecho de requerir esta medida (variante ‘B’). [52]

Dentro de las posibilidades de la segunda hipótesis (variantes: ‘A’ y ‘B’), adviértase que la litis ya
se encuentra trabada, y de todos modos se admite la diligencia. En la primer variante, quien la
plantea es el enajenante (‘A’),y en la segunda es el adquirente (‘B’).

En lo concerniente al procedimiento, regirá en plenitud el sendero de los arts. 325 y 329.

E. Inciso 5º: Presentación de documentos societarios (Libros y Cuentas).Se exige previamente la


justificación de la calidad de socio o comunero, y la medida tiene como objeto necesariamente la
promoción de una demanda y no la mera exhibición de documentación.

La legitimación recae en cabeza de quien pretenda accionar o crea que será demandado.

Se puede plantear esta vía a los efectos de un futuro juicio por repartos de dividendos societarios
(como actor), o para eventuales demandas por incumplimiento de aportes de cuotas sociales
(como futuro demandado), entre otros, siempre que el objeto no se confunda con el de una prueba
anticipada.

La doctrina del foro ha permitido la utilización de este supuesto para contratos de alquileres que
establezcan un precio fijo y un plus móvil sujeto a las ganancias de las ventas del locatario. Aquí al
locador se le asigna -solo para el proceso- el carácter de comunero, pudiendo pedir la exhibición
de libros. [53] Obviamente el proceso deberá ser necesariamente de conocimiento (proceso
determinativo de alquileres) y no un mero juicio ejecutivo.

El procedimiento a aplicarse es el del art. 325 y 329 CPC.

Para la simple exhibición de documentación, el legislador ha previsto el sistema “voluntario” del art.
781 CPC, que le otorga andamiento al régimen de fondo en materia de sociedades, permitiendo al
socio compulsar los libros. [54] Este último trámite se decreta in audita pars y al solo efecto de su
toma de conocimiento (por ejemplo, previo a la celebración de una asamblea extraordinaria en la
cual se tratara la memoria y balance).

F. Inciso 6º: Determinación del Carácter de Ocupante. Puede tratarse de la preparación de una
acción real o personal y tiene en miras citar al ocupante de un inmueble para que manifieste su
carácter de propietario, heredero, legatario, tenedor o poseedor del bien.

No hallamos obstáculos para requerirla previo a procesos que versen sobre bienes muebles o
derechos inmateriales (derecho de autor).
Se refiere a la relación del sujeto con la cosa, y entendemos que solo se encuentra facultado para
implantarla el futuro actor. La ley procesal ha dejado un vacío en cuanto a la tramitación, pero se
sostenemos que se aplica el art. 324 CPC. [55]

Asimismo consideramos válido emplearla en el contexto de un juicio de desalojo por intrusión,


debiendo ordenar el juez un mandamiento de constatación (y no una cédula) para averiguar los
datos de los ocupantes.

G. Inciso 7º: Nombramiento de Tutor o Curador ad litem para integrar la personería. [56] Soluciona
el problema de los incapaces que carecen de representantes legales y serán futuros actores o
demandados.

Partiendo de la teoría de los presupuestos procesales pergeñada por Von Bülow, la capacidad de
las partes se enmarca dentro de la categoría “presupuestos dela acción”, sin el cual no puede
válidamente nacer un proceso. [57]

La finalidad básica de esta figura es legitimar a un sujeto que le promoverá un juicio al incapaz,
para solicitar la designación de tutor o curador. Obviamente el requirente de la medida no busca
constituirse en representante del incapaz, ya que se accionará en su contra y en ese caso violarían
las reglas del mandato.

El rito se encuentra normado en los arts. 776 y ss. CPC. También la designación de tutor o curador
puede ser un proceso voluntario, pero en ese estadio existe un interesado para peticionarla. La
medida consagrada en este inciso subsana el requisito de la legitimación para el nombramiento de
representantes, aplicándose luego el procedimiento del 776 precitado.

Por otra parte, podrá darse la variante de los arts. 61, 285 y 397 del CC, donde el menor será
demandado generalmente en contra de los intereses de sus representantes necesarios, y requerirá
de una tutela especial (no sustitutiva de la patria potestad).

H. Inciso 8º: Constitución de domicilio. Esta figura se ideó para evitar costos innecesarios de
diligenciamientos notificatorios, cuando el futuro demandado se fuera a ausentar del país por un
largo período. [58]

De proceder, se lo intima a constituir domicilio ad litem o incluso también puede éste designar un
representante que se hará cargo de su defensa. Si no constituye domicilio dentro de los cinco días
se lo tendrá por válido en los estrados del juzgado y se le notificará a demanda conforme art. 41
CPC.

Solo surge a requerimiento del actor, ya que si éste es quien se ausentara (definitivamente) luego
de promovida la demanda, el demandado podrá exigir que éste arraigue (348 CPC).

Por otra parte, quien es citado a constituir domicilio puede pedirle al juez la fijación de un plazo
para la trabazón de la litis, [59] bajo apercibimiento de serle inoponible la medida.
I. Inciso 9º: Mensura Judicial. Puede plantearse como paso necesario para interponer un juicio
reivindicatorio, de deslinde o división de condominio. En principio solo está facultado para
impetrarla el futuro actor.

Se practica con la finalidad de comprobar y precisar la superficie de un inmueble, y entendemos


que habrá de dársele participación a la contraria (327). El camino procedimental a seguir el es de
los arts. 658 a 672 CPC.

Es de destacar que existe un juicio especial de mensura, prevista en el art. 658como proceso de
jurisdicción voluntaria (que como otros de su especie puede convertirse en contradictorio), pero en
este supuesto (art. 323) se plantea como preliminar a una demanda.

J. Inciso 10º: Reconocimiento de la obligación de rendir cuentas. Se citará al eventual demandado


para que reconozca la obligación de rendir cuentas.

Existen tres etapas diferenciadas en la rendición de cuentas: en la primera se declarará la


procedencia de la obligación de rendir, en la segunda se rendirá la cuenta, y la última lo es a los
efectos del cobro de la misma. [60]

En orden a lo antedicho, se edictó con buen criterio que debe distinguirse la etapa del proceso
tendiente a determinar si existe obligación de rendir cuentas, de la fase de rendición propiamente
dicha, que es consecuencia de la primera regida por el art. 652 CPC. [61] En este orden de ideas,
resulta inadmisible en la primera etapa discutir el contenido de la cuenta. [62] La rendición de
cuentas puede ser parte integrativa de otra demanda (por ejemplo: remoción de administrador).

Si el demandado reconociera que es un sujeto obligado a rendir cuentas, la rendición propiamente


dicha se regirá por el trámite de los incidentes (art. 653 inc. 2 in fine CPC). Es de destacar que no
es necesaria la promoción de esta diligencia cuando la obligación de rendir cuentas fuese
indiscutible (arts 653inc. 1º y 2º -salvo in fine- CPC). [63]

Al igual que en el inciso 6º, no se halla establecido el trámite a seguir, aplicándose a nuestro
criterio el del art. 324. La multa del art. 329 será impuesta si el futuro demandado diere
informaciones falsas, destruyere u ocultare los instrumentos, pero en caso de silencio existen
soluciones diversas conforme a cada legislación.

En las Provincia de Buenos Aires (art. 329 CPC) y Santiago del Estero (art. 322CPC) entre otras, la
consecuencia del incumplimiento será la multa misma. Pero en el sistema nacional, dicha
inconducta se castiga con el tácito reconocimiento de la obligación de rendir cuentas (art. 329
tercer ap. CPCCN). [64]

K. Inc. 11º: Reconocimiento de mercaderías. En el código adjetivo federal se encuentra previsto el


reconocimiento de mercaderías, siempre y cuando no se opte por el juicio pericial prescripto en el
art. 773 del mismo cuerpo legal.
Ritualmente se aplica el art. 782 CPC, que es un proceso voluntario, pero en esta hipótesis se
pretende utilizar la diligencia previo a la promoción un contradictorio.

IV. Otros supuestos (permitidos o denegados). Tal como lo hemos anticipado, la mayoría de la
doctrina y jurisprudencia se inclinan por la tesitura amplia o permisiva.

Con este criterio, se ha admitido una medida tendiente a constatar quién resultaba ser el
propietario o tenedor de un inmueble lindero, y a su vez quién era la persona responsable de una
obra que se estaba construyendo en el mismo. Se vincula con la legitimación pasiva. [65]

También enrolado en esas aguas, se declaró procedente una diligencia preliminar por la cual se
propuso se oficie a los asegurados para que informaran si las obligaciones garantizadas por las
pólizas de seguro de caución respecto de la tomadora demandada se encontraban vigentes. [66]
Entendemos que esta figura puede encuadrar por analogía en el inc. 1º del 323.

Con buen tino se rechazó una acción de hábeas data tendiente a poder conocer las constancias de
un expediente administrativo -en el caso, las que habría tenido en cuenta la junta de Calificaciones
que consideró al actor inepto para el servicio efectivo en la Policía Federal-, a fin de merituar la
pertinencia o no de iniciar una acción judicial, si no se demostró que las diligencias preliminares,
las medidas de prueba anticipada y la promoción de una demanda judicial fueran inidóneas para
asegurar el derecho de defensa del peticionante. [67] De todos modos entendemos que tampoco
hubiera prosperado una medida preparatoria en este caso, en atención a lo ya expresado acerca
de la remisión de los expedientes administrativos.

Con aplicación de la teoría restrictiva se sostuvo que la diligencia preliminar consistente en la


exhibición de documentación bancaria no se halla prevista en ninguno de los incisos del art. 323
CPC. [68] Sin embargo, se la admitió en juicio ordinario posterior, luego de haberse desestimado
las defensas en juicio ejecutivo. [69]

El tema concerniente a la exhibición y secuestro de historias clínicas, bien puede ser encuadrado
en el art. 323 (aplicando la teoría amplia) o en su defecto dentro del art. 326 inc. 4º CPCCN. [70] Di
Iorio se inclina por la segunda posibilidad. [71]

V. Juez competente. Conforme lo normado por el art. 6 inc. 4º del CPC, será juez competente en
las medidas preliminares (latu sensu) el que deba conocer en el juicio principal.

Como pauta liminar, la Justicia Federal es incompetente para el conocimiento de las diligencias
preparatorias, si el futuro proceso debe tramitar ante los estrados de provincia. [72]

Si la diligencia preliminar ha sido presentada antes de la iniciación de la demanda, la primera


deberá practicarse ante el juez con competencia en el futuro expediente principal, en razón del
principio de accesoriedad. Además, si tales trámites fueron ordenados por el iudex que hubiere
sido apto para entender en el principal, luego éste debe transitar ante él, aunque la actuación en
aquellas hubiese concluido. [73]

Tratándose en la especie de una pretensión en las que se permita el pacto de competencia, éste
deviene inobjetable, sin perjuicio de la suerte que en definitiva pudiere corresponderle (arts. 6 inc. 4
del C PC). [74]

Si existiere más de un juez ante los cuales pueda radicarse el futuro juicio principal, la medida fijará
la competencia de aquél. Alguna resolución judicial justificó este fuero de atracción impropio [75]
por razones de unidad intelectual, conexidad y economía procesal. [76]

Pero resulta importante destacar que estas diligencias nunca sanearán la incompetencia del juez
ante al cual se instaurará la litis. [77] También puede suceder que del resultado de la diligencia se
advierta que el magistrado que oportunamente previno, luego resulte incompetente. [78]

En Capital Federal, debe intervenir la justicia comercial si se persigue con posterioridad la


iniciación de una acción por daños y perjuicios contra una firma de productos alimenticios,
originados en la ingesta de un producto elaborado por aquélla. [79]

VI. Caducidad. La doctrina entiende que es inaplicable la caducidad de instancia en estas


diligencias. [80]

La jurisprudencia también se inclina este criterio. [81] En este orden de ideas, se expresó que por
instancia debe entenderse al conjunto de actos procesales que se suceden a continuación del hito
que marca la apertura de aquélla, esto es, demanda, o escrito de promoción del incidente que
conformará una disputa cuyo destino natural será la sentencia que la dirima, lo que margina a las
medidas preliminares que sólo operan a la manera e antesala de aquélla. [82]

Alno poseer carácter de medidas precautorias, consideramos inaplicable la caducidad del art. 207,
[83] salvo el supuesto especial que hemos planteado al analizar el art. 323 inc. 8ºque tendría cierta
similitud con la mentada “sanción”.

El art. 323 in fine del CPCCN regula una suerte de caducidad para las medidas legisladas en los
incs. 1º al 8º de dicha norma. Con similar fundamento lo reglamenta el art. 485 in fine del código
cordobés. En Jujuy (art. 293 CPC) las diligencias de marras quedan sin efecto si dentro delos 15
días de practicadas no se incoa la demanda.

VII. Honorarios. Costas. El fundamento de la condena en costas es el hecho objetivo de la


derrota, para lo cual es menester la existencia de contradicción, contienda, incidente o ejecución
forzada, no advirtiéndose esta situación en las medidas preliminares puesto que no existe un
litigante vencido. [84]

El requirente de la medida deberá tener en cuenta que a veces la doctrina judicial se inclina por
regular los honorarios de los peritos (de ser el caso) por sus tareas realizadas en el trámite de
medidas preliminares, en esa “instancia” y no en una futura y aleatoria demanda. [85] Si la parte
que hubiese soportado los gastos de cualquier índole, luego es eximida del cargo delas costas del
proceso, podrá reclamar dichas erogaciones al perdidoso. [86]

De todos modos, recordamos que la regla general es que la regulación de honorarios debe
practicarse en el proceso principal, ya que allí se determinará, en primer lugar, quién se hará cargo
de las costas de dichas actuaciones, y luego cuál será la base regulatoria. [87]

VIII. Recursos. De conformidad a la letra de la ley, solo la resolución que deniegue la diligencia
será apelable (art. 327).

Ello así, la providencia que admite o acoge una diligencia preliminar no es apelable (art. 327, 3er.
párrafo cód. proc.). [88] Cuando la resolución sea irrecurrible en lo principal, también debe serlo en
lo relacionado con la imposición de las costas, por tratarse de una cuestión accesoria que seguirá
su suerte. [89]

Sin embargo se ha admitido la apelación contra el auto que decide solo sobre la imposición de las
costas en materia de diligencias preliminares. [90]

IX. Conclusiones. Nuestra propuesta fue pasar revista de las cuestiones más importantes de las
medidas preliminares, entre las que hemos incluido las diferencias básicas con otras figuras y los
presupuestos de admisión.

Reiteramos que nos enrolamos en la postura amplia en cuanto a la admisibilidad de estas


diligencias, pero con la aclaración que la enunciatividad deberá estar vinculada a las medidas y
no a sus presupuestos.

Si surgiese la duda, habrá que considerar que las leyes procesales se deben interpretar teniendo
en cuenta su contexto general y los fines que las informan. Vale decir, de manera que mejor se
compadezca con los principios y garantías constitucionales, en tanto que no se esfuerce
indebidamente la letra o el espíritu del precepto que rige en el caso.

Finalmente, reivindicamos la importancia de esta institución e instamos a su utilización dentro de


sus límites, con miras a evitar perjuicios ulteriores.

X. Bibliografía. Ver notas al pie.


Diciembre de 2003

(*) Subdirector del Instituto de Derecho Procesal Civil, Colegio de Abogados de La Plata

[1] COLOMBO, CARLOS J., Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, Ed. Abeledo-Perrot,
Tomo III año 1969, pág. 92; HITTERS, Juan Manuel, Análisis de la prueba anticipada en un marco
global, LL 2003-C, págs. 896 y ss. Con similar criterio ver también LEGUIZAMÓN, Héctor
Eduardo, Las medidas preparatorias del proceso, LL 1996-B, pág. 158.

[2] MORELLO – SOSA – BERIZONCE. Códigos Procesales... Librería Editora Platense, T. IV-A (2º
edición, año 1994), págs. 432/3; DI IORIO, Alfredo, Prueba anticipada, ver libro de ponencias del
XXII Congreso Nacional de Derecho Procesal (Paraná año 2003), T. II pág. 345; y FALCÓN,
Enrique. Gráfica Procesal. Ed. Abeledo-Perrot. T. I, año 1982, pág. 39. Para
FENOCHIETTO-ARAZI, la prueba anticipada no constituye una categoría jurídico-procesal con
personalidad propia, y no comparten el encuadramiento efectuado por el legislador (Código
Procesal... Ed. Astrea, Tomo 2 año 1983, pág. 154).

[3] En el Código ritual de la Provincia de Santa Fe, la prueba anticipada se encuentra prevista en el
capítulo de la prueba (art. 142), y las medidas preparatorias están regladas previo al contexto
general del proceso (art. 390) igual al sistema nacional. Sin embargo, la legitimación para incoar
pruebas anticipadas la encontramos dentro del esquema reglamentario de las preparatorias (art.
392 CPCCSF). En el Código Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad Autónoma de Bs.
As. (ley 189), ambas diligencias preliminares se hallan en el rubro de la prueba (ver arts. 311 y
313). En Bolivia se reglamentan todas las diligencias preliminares conjuntamente en el mismo
artículo (art. 319 CPC).

[4]COLOMBO, CARLOS J., op. cit., pág. 94.

[5] Aunque a los efectos interruptivos de la prescripción, se asimilan al escrito postulatorio.

[6] RIVAS, Armando Adolfo, Diligencias preliminares, LL 1991-E, pág. 205. Consideramos que
todo lo que ocurra con antelación al hito procesal “demanda” podría caer dentro de la naturaleza
jurídica de procedimiento. Incluso la constitución de la relación jurídica procesal se origina recién
con la litis contestación.

[7] Salvo la impugnación de una medida cautelar ordenada como accesoria a la diligencia, y que
afecte al sujeto pasivo de la misma. Como bien lo destaca Palacio, las medidas precautorias
pueden proceder simultáneamente con las preparatorias o ante la negativa de exhibir una cosa
(PALACIO, Lino Enrique, Derecho Procesal Civil, Ed. Abeledo-Perrot, T. VI primera reimpresión,
año 1983, pág. 47). Más adelante haremos referencia a ello.
[8] Consideramos que este medio para garantizar la imparcialidad del juez, procede en las mismas
condiciones que en la acción principal. En caso de duda sobre la naturaleza de la futura demanda,
la recusación será con causa. En Córdoba dicho instituto está prohibido para las diligencias
preparatorias (art. 24 inc. 1º CPC).

[9] La jurisprudencia ha enmarcado dentro del concepto de demanda también a las diligencias
preliminares, en tanto la actuación que ellas originan enmarca un procedimiento que puede
constituir principio de un proceso, por lo cual, cabe atribuir a tales medidas carácter interruptivo de
la prescripción en los términos del art. 3986 del Código Civil. CNac. Com., Sala A, Capital Federal,
del 18-09-98 (‘Sucesores de Vega Lecich, Rodolfo Alfredo c/ Citibank, S.A.’). La doctrina también
comparte esta postura (ver WETZLER MALBRÁN, Ricardo, Diligencias preliminares: equiparación
con la demanda para interrumpir la prescripción, ED 181-493).

[10] La producción de prueba ante tempus constituye una forma excepcional de ofrecer y producir
prueba. Se trata de una medida cuyo objeto no es sino asegurar pruebas de realización dificultosa
en el período procesal correspondiente. (Cám. Civ. y Com. 2ª, Sala I La Plata, causas 93601,
RSD-128-00, Sent. del 01-06-2000, ‘Yañez c/ Sucesión de Fructuoso Torres s/ Medida cautelar y
prueba anticipada’; y95533, RSI-192-1, Interloc. del 27-09-01, ‘Rossetti c/ Municipalidad de La
Plata s/ Prueba anticipada’).

[11] MORELLO – SOSA – BERIZONCE, op. cit., pág. 432. Para Guasp las diligencias preliminares
son el conjunto de actuaciones que se dirigen a aclarar las cuestiones que pueden surgir antes del
nacimiento de un proceso principal (GUASP, Jaime, Derecho Procesal Civil, Instituto de Estudios
Políticos, Madrid año 1961, pág. 1273).

[12] CNac. Civ, Sala F, sentencia del 28-10-71.

[13] Existe un supuesto interesante en el cual se demandó por daños al accionado y a la presunta
aseguradora. El primero, al momento de la litis contestatio nada dice acerca de la existencia de
contrato de seguro, y el asegurador hace lo propio negando su carácter. Aquí se podría pretender
-y luego de trabada la litis- que el demandado manifieste si realmente estaba asegurado y en qué
compañía (ver LEGUIZAMÓN, Héctor Eduardo, op. cit., pág. 162. Véase también el caso del art.
323 inc. 4º (pto. III de este trabajo).

[14] Cám. Civ. y Com. 1ª, Sala II La Plata, causa 216.733, RSI-847-93, Interloc. del 16-12-93,autos:
‘Said c/ Cominotti s/ Daños y perjuicios’; Cám. Civ. y Com. 1ª, Sala II Mar del Plata, causa 94.124,
RSD-197-95, Sent. del 13-06-95,carátula: ‘Rodríguez c/ Gimeno Rossi s/ Cancelación de títulos’.

[15] PALACIO, Lino Enrique, op. cit., pág. 13; ARAZI, Roland, Derecho Procesal Civil y
Comercial, Ed. Astrea, 2º edición, año 1995, pág. 561. A pesar de preverse en el art. 329 un
secuestro como medio accesorio para el éxito de las medidas preparatorias, ello no tiene entidad
para transformar la naturaleza jurídica de las figuras del art. 323 de la ley adjetiva.
[16] En el CPCCN ya no existe el proceso sumario (art. 320 derogado por ley 25.488).

[17] FENOCHIETTO-ARAZI, op. cit., pág. 142.

[18] RIVAS, Armando Adolfo, op. cit, pág. 205.

[19] Hemos tenido la oportunidad de requerir una medida preparatoria en el marco de un juicio
ejecutivo, a los efectos de constatar quiénes resultaban ser los miembros de una sociedad de
hecho, para luego demandarlos personalmente (autos “El Chacal SACI c/ AMERA SH -luego
Vallejos- s/ Cobro ejecutivo”, Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial Nro. 17 de La
Plata). Sin embargo, la doctrina judicial destacó que las medidas preliminares y la prueba
anticipada -en el caso, tendiente a determinar los obligados al pago de una deuda previsional- sólo
pueden ser seguidas de un juicio de conocimiento, y no de una ejecución (fallo comentado por
FLORIÁN, Pablo F., Improcedencia de las diligencias preliminares para el inicio de un juicio
ejecutivo, publicado en LLBA 2000, pág. 840). Estamos de acuerdo en restringir solamente el
planteamiento de pruebas anticipadas en los procesos de ejecución.

[20] Aquí las costas por la diligencia desistida debe abonarlas el actor. Convengamos que este
camino es poco ético pero si los jueces saben que es posible, probablemente sean más flexibles
antes de denegar una medida por el solo hecho de no estar legislada.

[21] CNac. Fed., Capital Federal, Sala 1º, fallo del 18-04-96, in re ‘Vicente Robles SA’.

[22] CREO BAY, Horacio D, Amparo por mora de la Administración Pública, Ed. Ediar año 1989,
pág. 70. El amparo por mora no existe en todas las legislaciones, tal como sucede en el actual
sistema contencioso administrativo de la Provincia de Buenos Aires (ley 2961). Desde hace poco
tiempo la Corte Suprema de la provincia, ha permitido la posibilidad de incoar los amparos por
mora vía acción de amparo (in re “Laluk”, causa B 64.202, fallo del 16-07-03; y su precedente
“Chacur”, causa B 64.200, del 27-11-02). Cuando rija la ley 12.008 en plenitud ya no habrá
inconvenientes, en razón de lo normado en los arts. 12 inc. 7º y 76 de la misma.

[23] Cabe considerar improcedente como diligencia preliminar a la exhibición de libros con la
expresa aclaración de que la misma no importa la obligación de inicio de un posterior proceso de
conocimiento. Se destacó que dicha pretensión deberá ser encuadrada dentro del art. 781 del
CPCCN (CNac. Com., Sala A, Capital Federal, del 12-6-98, ‘Espósito de Beretta s/ Diligencia
preliminar’). No puede hablarse de demanda en los procesos voluntarios, en razón de no lograrse
constituir una verdadera relación jurídica procesal (juez-actor-demandado).

[24] Si las impetra el accionado, deberá ser muy precavido cuando relate someramente los hechos
(como recaudo de admisibilidad) y no incurrir en confesiones fácticas.

[25] La Cámara Civil y Comercial 2ª La Plata, ha dicho que si la petición de diligencia preliminar
introducida por el tercero en su contestación de demanda, no ha sido previa a la constitución del
proceso sino que por el contrario se ha solicitado cuando la demanda ya ha sido incoada, la misma
se torna improcedente (Sala 1ª, Causa B 67658, RSI-531-89, Interloc. del 31-10-89, carátula:
‘Iglesias c/ Gorosito s/ Daños y Perjuicios’).

[26] COLOMBO, CARLOS J., op. cit., pág. 95; PALACIO, Lino Enrique, op. cit., nota 12 de la
pág. 18. Ver también Cám. Civ. y Com. Bahía Blanca, sala 1ª, DJBA 118-172; CNac. Civ, Sala G,
08-07-80. El Código Procesal santafesino establece la taxatividad de estos medios (art. 393). En
cambio en el Código Contencioso Administrativo y Tributario del la Ciudad Autónoma de Bs. As., ni
siquiera se enumeran (art. 311).

[27] Cám. Civ. y Com. San Nicolás, Sala 1ª, Causa 910103, RSI-241-91, Interloc. del
07-05-91,‘Peralta de Viena c/ Silicani s/ Daños y perjuicios’, y mismo tribunal, Causa 970352,
RSI-257-97, Interloc. del 29-05-97 ‘Maldonado s/ Diligencia preliminar’.

[28] Similares recaudos se exigieron en la causa ‘Montanaro’, a los efectos de brindarle al juez los
elementos necesarios para la apreciación de la procedencia (CNac. Civ., Sala G, fallo del
04-03-88).

[29] CNac. Com., Sala A, Capital Federal, del 25-09-96, autos ‘Nicoll Eterplast S.A. c/ Cosur S.A.’

[30] Es menester no confundir las diligencias necesarias para procurar los datos filiatorios de una
persona que se pretende demandar, con las investigaciones previas siempre privadas, que
preceden a la formulación de un reclamo (Cám. Civ. y Com. 1ª, Bahía Blanca, del 12-11-79, ‘Azzi,
Carlos’).

[31] CNac. Civ., Sala F, Capital Federal, del 06-07-95, ‘Bianchi de Sáenz c/ Sanatorio Greyton S.
A.’

[32] Véase si no el supuesto del art. 323 inc. 3º del CPC.

[33] CURÁ, José María, Las diligencias preparatorias en el proceso y la citación al contrario ¿un
invitado no querido?, LL 1999-D, pág. 72 (criticando un fallo en el que se dispuso la intervención de
la defensoría oficial por razones de urgencia, CNac. Civ., Sala G, del 12-03-98, ‘Consorcio c/
Giannattasio’); RIVAS, Armando Adolfo, op. cit., pág.205; HITTERS, Juan Manuel, op. cit., pág.
901 (pto. III-c).

[34] VELERT FRAU, Jaime A., Diligencias preliminares y prueba anticipada, Ediciones Jurídicas
Cuyo, año 2003, pág. 40.

[35] Existen supuestos en que puede omitirse la citación a la contraparte, si el anoticiamiento


previo a ésta o a la destinataria de la medida, puede frustrar el éxito de la misma (Cámara del
Trabajo y Minas, 4º Nominación, Santiago del Estero, causa Nro. 10908, fallo del 29-06-00, en
autos ‘Zurita c/ Guardería Nivel Inicial Shishilo’).

[36] CNac.Civ., Sala I, Causa I 030125, Sent. del 29-06-00, ‘Piccinini C/ Sanatorio Mitre S.A. S/
Diligencias’.

[37] La diligencia prevista en el art. 323 inc. 6° del Cód. Procesal se superpone de algún modo con
la contemplada en el inc. 1° de dicha norma, pues la respuesta del o los requeridos determinará la
existencia o la índole de la legitimación que eventualmente les corresponda en el proceso
respectivo. Ello así, pues la personalidad aludida se refiere a la capacidad y a la legitimación
procesal del sujeto pasivo de la pretensión que se desea interponer (CNac. Civ., Sala A, Capital
Federal, del 21-04-97, autos ‘González c/ Pastene de Godoy’).

[38] Se refiere a la titularidad de derechos sustanciales (FENOCHIETTO-ARAZI, op. cit., pág. 145).

[39] CNac. Civ., Sala A, Capital Federal, del 05-12-95, ‘Cheb Terrab, Guillermo M.’. Es decir que la
diligencia tiende a establecer la identidad, edad, nacionalidad, carácter de heredero, propietario,
poseedor o tenedor de una cosa u otras figuras análogas (causa ‘Iglesias c/ Gorosito’, citada en
nota 25).

[40] Solo se puede indagar lo pertinente a la legitimatio ad procesum, y no a la ad causam


(VELERT FRAU, Jaime A., op. cit., pág. 59).

[41] CNac. Civ., Sala C, interlocutorio del 17-04-90. Aquí se adoptó una posición amplia, aplicando
por analogía la diligencia del art. 323 inc. 1º CPC. Véase su comentario en RIVAS, Armando
Adolfo, op. cit, págs. 207/8.

[42] Según ciertos criterios doctrinarios, el requerido puede oponerse dentro del plazo de
contestación, a la procedencia de las preguntas, alegando la no acreditación de los requisitos para
su procedencia (MORELLO – SOSA – BERIZONCE, op. cit., pág. 438).

[43] Para que proceda la exención en costas al actor vencido, la razón probable para litigar debe
estar avalada por elementos objetivos de apreciación de lo que se infiera la misma sin lugar a
dudas, pues en frente está la situación del vencedor que injustamente se ha visto obligado a
realizar gastos de justicia (Cám. Civ y Com., Trenque Lauquen, causa 9913, RSD-20-22, Sent. del
09-04-91, ‘Fenocchio c/ Repetto s/ Daños y perjuicios’).

[44] La norma del art. 68 del CPC adopta la teoría del hecho objetivo de la derrota y sólo
excepcionalmente cabe hacer apreciación de aspectos subjetivos que puedan llevar al vencedor a
soportar parte de las costas (Cám. Civ y Com. 1ª, Sala 2ª Mar del Plata, causa 92687, RSD-92-95,
Sent. del 23-03-95, autos ‘Di Meo de Collivadino c/ Maciel s/ Daños y perjuicios por incumplimiento
contrato’).

[45] Para Alsina la exhibición solo puede pedirse contra el que posee la cosa, ya sea en nombre
propio o en nombre de otro. En principio solo tiene por objeto corroborar su estado, pero podrá
dejarse constancia de cualquier circunstancia relativa a la misma (ALSINA, Hugo, Derecho
Procesal, Ed. Ediar, Tomo III segunda edición, año 1961, pág. 12. Corresponde al comentario del
anterior art. 67 inc. 2º CPCCN, pero su redacción básica no ha variado a excepción de la amplitud
de la medida conservatoria recogida en el actual 323 inc. 2º).

[46] CNac. Civ., Sala L, Causa L 56. 368, del 30-05-00, ‘Autodesk Inc. c/ Myeel S.A. S/ Diligencias
preliminares’.

[47] Ver interesante planteo de reconocimiento judicial (del art. 326 inc. 2º) en la página web
denominada “La enseñanza del Derecho Procesal vía internet”
(http://www.practicasprocesales.com.ar/caso7.htm).

[48] FERREYRA de LA RÚA – GONZÁLEZ DE LA VEGA de OPL, Código procesal Civil y


Comercial de la Provincia de Córdoba, Ed. La Ley, tercera edición año 2002, pág. 894 (las autoras
comentan el art. 485 inc. 2º de dicha provincia, que es similar al 323 inc. 2º CPCCN).

[49] PALACIO, Lino Enrique, op. cit., pág. 27.

[50] VELERT FRAU, Jaime A., op. cit., pág. 68.

[51] ALSINA, Hugo, op. cit., pág. 14.

[52] PALACIO, Lino Enrique, op. cit., pág. 29.

[53] CNac. Esp. Civ. y Com., Sala IV, del 03-05-69.

[54] La petición del socio accionista que ve turbado su derecho de información habiendo sido
excluido su acceso a la sede social de la empresa se encuadra en el art. 781 CPC. (CNac. Com.,
Sala B, Capital Federal, fallo del 26-09-96, ‘Chmea c/ Boeing S.A.’; véase asimismo fallo ‘Espósito
de Beretta, Ana María s/ Diligencia preliminar’, citado en nota 23).

[55] Se han agrupado estas diligencias junto con las del inc. 1º (RIVAS, Armando Adolfo, op. cit,
pág. 205).Jurisprudencialmente también se las ha asimilado (nos remitimos comentario del inc. 1º
-art. 323-).

[56] FALCÓN, Enrique M., Derecho Procesal Civil, Comercial, Concursal, Laboral y Administrativo,
Ed. Rubinzal-Culzoni, T. I, año 2003, pág. 521.

[57] COUTURE, Eduardo J., Fundamentos del derecho procesal civil, Ed. Depalma, tercera
edición año 1958 (póstuma), Buenos Aires, pág 105; VESCOVI, Enrique, Teoría general del
proceso, Ed. Temis, segunda edición año 1999, Santa Fe de Bogotá (Colombia), pág. 81.

[58] Dicha situación podrá acreditarse de la misma manera que el supuesto del art. 326 inc. 1º in
fine, por ejemplo, mediante declaración jurada extrajudicial de alguna persona efectuada ante
Notario Público (a los efectos de no perder tiempo valioso) y agregada al expediente o
eventualmente en audiencia preliminar.

[59] FASSI, Santiago C., Código Procesal Civil y Comercial comentado, anotado y concordado,
Ed. Astrea, Tomo I año 1971, pág. 551. Consideramos que este criterio se afianza mucho más
cuando el destinatario de la medida ha designado representante, porque en la generalidad no es
un trámite gratuito. Además esta cuestión es aplicable aún a las provincias que no poseen un
sistema similar al art. 323 última parte CPCCN.

[60] SCBA, Ac. 63.124, fallo del 17-02-98.

[61] Cám. Civ. y Com. 1ª, Sala III La Plata, Causa 157.071, RSD 187/73. El fallo se refiere al art.
649 del CPCCBA, concordante con el 652 del código nacional.

[62] CSJN, fallo del 24-09-96, ‘Martínez c/ Rueda’; CNac. Civ, Sala C, ver en ED 48-295.

[63] El deber de rendir cuentas recae sobre toda persona que haya administrado bienes total o
parcialmente ajenos, a saber: tutor, curador, mandatario, martillero, socios en las sociedades de
hecho, etc.

[64] Similar criterio sigue el Código Procesal Civil Boliviano (art. 321).

[65] En este caso se citó al defensor oficial (art. 327 CPC) por no estar determinado a ese
momento el sujeto pasivo de la diligencia, y se libró oficio a la Municipalidad de Buenos Aires (año
1988) para que informara quién aparecía en los expedientes como responsable de la obra (autos
‘Montanaro’, citados en nota 28).

[66] CNac. Com., Sala B, Capital Federal, fallo del 22-02-02, autos: ‘Compañía Argentina de
Seguros Anta S.A. c/ Sideco Americana S.A.’.

[67] Cám. Fed. Cont. Adm, Sala II, Capital Federal, sent. del 09-11-2000, ‘Ponchon c/ M. I.’.

[68] CNac. Com, Sala D, Capital Federal, del 20-12-2000, Buffoni c/ Banco Río de la Plata S.A.’.

[69] CNac. Com, Sala A, Capital Federal, del 27-12-01, ‘Daboul c/ Banco Itaú Buen Ayre S.A.’

[70] Con la sanción de la ley 25.488 se incorporó un inciso al art. 326 del CPCCN, como medio de
prueba anticipada: la exhibición, resguardo o secuestro de documentos. De este modo, se permite
al peticionante resguardar los documentos de una posible modificación o mutilación (ARAZI –
ROJAS, CPCCN, Análisis exegético de la reforma. Ed. Rubinzal-Culzoni, Santa Fe año 2002, pág.
91). Sin embargo consideramos que este medio se asemeja más a una medida cautelar o a una
preliminar (art. 323 incs. 2 y 3, 325 y 329), que a una prueba propiamente dicha.

[71] DI IORIO, Alfredo, op. cit., pág. 364.

[72] Cám Civ. y Com., Lomas de Zamora, Sala 2ª, Causa 38, RSI-37-00, Interloc. del 24-10-2000
(‘Aguero c/ Telefónica de Argentina’).

[73] Cám. Civ. y Com. 1ª Mar del Plata, Sala 1ª, Causa 75677, RSI-979-89, Interloc. del14-11-89,
‘Municipalidad de Gral. Pueyrredón c/ Amado s/ Desalojo’; Y causa del mismo tribunal y sala, Nro.
76587, RSI-27-90, Interloc. del 20-02-90, ‘Bilbao c/ Villagra s/ Nulidad por vicio de simulación’.
Cám. Civ. y Com. 1ª Bahía Blanca, Sala 2ª, Causa 85920, RSI-154-12, Interloc. del 07-05-91
(‘Pradilla c/ Labate s/ Daños y perjuicios’). Cám. Civ. y Com. San Isidro, Sala II, fallo del 03-12-98,
causa: ‘Kañevisky c/. Municipalidad de San Isidro’, publicado en LLBA 1999, pág. 524 y ED
180-244.

[74] Fallo de la Cámara Civil y Comercial 2ª La Plata, Sala 1ª, Causa B 90256, RSI-286-98,
Interloc. del 30-11-1998 (‘Ortali s/ Diligencias Preliminares’). Además se dijo que la expresa
previsión en el Reglamento de Copropiedad y Administración de someter a la jurisdicción de un
determinado Departamento Judicial, toda cuestión judicial o extrajudicial propia de dicho
instrumento, desplaza la competencia subsidiaria del art. 5 (Cám. Civ. y Com. 2ª La Plata, Sala 1ª,
Causa 92750, RSI-249-99, Interloc. del 02-11-99, ‘Consorcio Propietarios Edificio Martínez de Hoz
4105 c/ Narváez, Luis Antonio s/ Diligencia preliminar’).

[75] El término es nuestro.

[76] CNac. Com., Sala A, Capital Federal, del 08-10-97 (‘Vega Lecich, Rodolfo A., sucs. c/ Citibank
S.A. y otro’).

[77] Cám. Civ. y Com. 2ª La Plata, Sala 1ª, Causa 96184, RSI-114-1, Interloc. del 21-06-01 (‘Bruno
c/ Trenes de Bs. As. S.A. s/ Daños y perjuicios’).

[78] PALACIO, Lino Enrique, op. cit., pág. 15.

[79] CNac. Civ. Sala J, Capital Federal, fallo del 31-03-98, ‘Pedrozo c/ Cica S.A. Alimenticia’ (en: JA
1999-I, 879).

[80] FERNÁNDEZ, Eduardo Abel, Caducidad de la instancia e incidentes. Provincia de Buenos


Aires, Editorial Scotti, año 2001, págs. 37/8; VELERT FRAU, Jaime A., op. cit., pág. 97.

[81] CNac. Com., Sala D, Capital Federal, fallo del 31-10-2000, ‘Weinstein c/ Golf Country Los
Cedros S.A.’

[82] Cám. Civ. y Com. 1ª de La Plata, Sala 2ª, Causa 208335, RSI-525-90, Interloc. del
13-11-1990, autos ‘Castillejo Gómez c/ Serra s/ Diligencias preliminares’.

[83] HITTERS, Juan Manuel, op. cit., pág. 903.

[84] Cám. Civ. y Com. 1ª Mar del Plata, Sala 2ª, Causa 71411, RSI-454-88, Interloc. del 25-07-88
(‘Obra Social del Sindicato de obreros marítimos unidos s/ Medidas preliminares’). A título
informativo, destacamos que en este caso los gastos y honorarios de los profesionales actuantes
se impusieron -inter-in- en el orden causado.

[85] Cám. Civ. y Com. Dolores, Causa 65739, RSI-292-89, Interloc. del 24-10-89, autos ‘Ghibaudi
c/ Municipio de Pinamar s/ Medida preliminar’. Ver también nota anterior.

[86] HITTERS, Juan Manuel, op. cit., pág. 903.

[87] Cám. Civ. y Com. 1ª Mar del Plata, Sala 1ª, Causas 109976, RSI-546-99, Interloc. del
10-6-1999 (‘Patruno c/ Redaelli’), y 110103, RSI-1520-99, Interloc. del 23-12-1999 (‘Sanchez s/
Incidente de determinación’). En otro pronunciamiento se sostuvo que dichas actuaciones no
tienen caracter autónomo o independiente respecto al proceso en el cual se hará valer (Cám. Civ. y
Com. 2ª La Plata, Sala 2ª, Causa B 74954, RSI-103-93, Interloc. del 11-03-93, ‘Contin, s/ Medidas
preliminares’).

[88] Cám. Civ. y Com. Trenque Lauquen, Causa 10227, RSD-20-147, Sent. del 19-11-91 (‘Lence s/
Diligencias preliminares’).

[89] Cám. Civ. y Com. 2ª, La Plata, Sala 3ª, Causa B 71319, RSD-144-91, Sent. de 16-07-91
(‘Cepeda c/ Dapino’).

[90] Cám. Civ, y Com. Trenque Lauquen, Causa 11545, RSD-217-23, Sent. del 20-12-94, ‘Simonet
s/ Recurso de queja’

Citar: elDial.com DC341

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