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PROCEDIMIENTOS CAUTELARES.

1. CONCEPTO.
Los procedimientos cautelares son aquellos destinados a hacer efectivas las providencias
cautelares, concepto que comprende todas aquellas medidas que tienen por objeto asegurar
pretendidos derechos mientras ellos no se encuentren sancionados por la resolución judicial
definitiva.
Calamandrei define a las providencias cautelares como una anticipación provisoria de
ciertos efectos de la providencia definitiva, encaminada a prevenir el daño que se podría derivar
del retardo de la misma.
Por lo mismo nuestro legislador ha estimado necesario, establecer ciertos medios de que los
litigantes puedan valerse para preparar su entrada en juicio; y también ciertas medidas para asegurar
al demandante los resultados del mismo.
En efecto, cada vez que es necesario intervenir en un juicio, sea en calidad de demandante,
sea en calidad de demandado, es indispensable tener a mano ciertos datos, determinados
documentos o algunas pruebas con el objeto de organizar la defensa. Es necesario, pues, preparar la
entrada en juicio.
Por otra parte, en el periodo comprendido entre la interposición de la demanda y el
pronunciamiento de la sentencia de término, que puede ser más o menos largo según sea la
naturaleza del juicio, puede variar material o jurídicamente la cosa objeto del pleito. Se hace
necesario asegurar el resultado de la acción de manera que el demandante no vea burlado sus
derechos.
Hablamos, en el primer caso, de las medidas prejudiciales y, en el segundo, de las medidas
precautorias.

2. CLASIFICACIÓN DE LAS MEDIDAS CAUTELARES.


Calamandrei distingue cuatro grupos de medidas en atención a las diversas formas que
puede asumir la relación de instrumentalidad que liga a la medida cautelar con la providencia
principal:
1. Medidas cautelares instructorias anticipadas;
2. Medidas dirigidas a asegurar la ejecución forzada;
3. Medidas mediante las cuales se decide interinamente una relación controvertida; y
4. Cauciones procesales.

a. Medidas instructorias anticipadas.


Medidas instructorias anticipadas son aquellas que tienen por objeto, en el evento de un
posible futuro proceso, fijar y conservar ciertas diligencias probatorias que deberán ser utilizadas
posteriormente en aquel proceso, y en el momento oportuno.

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Nuestro Código de Procedimiento Civil se refiere a estas medidas cautelares en el Titulo
IV, Libro II, bajo la denominación de “Medidas Prejudiciales”, artículo 273° y siguientes.
Si se observa la normativa de este título, puede percibirse en él reglamentadas varias
providencias que se refieren a medios probatorios que pueden solicitarse en forma previa al juicio
ordinario, tanto por aquel que pretende demandar como por toda persona que fundadamente tema
ser demandada, en conformidad al artículo 273° y 288° del Código de Procedimiento Civil.
En este grupo está el artículo 273 n°5, 281°, 284° y 286° del Código de Procedimiento
Civil.

b. Medidas dirigidas a asegurar la ejecución forzada.


Medidas dirigidas a asegurar la ejecución forzada son aquellas que sirven para facilitar
el resultado práctico de una futura ejecución forzada, y que impiden la dispersión de los bienes que
pueden ser objeto de la ejecución.
Con la existencia de estas providencias cautelares se asegura el conveniente cumplimiento
de la sentencia que recaiga en un juicio, garantizándose de tal forma al actor en forma práctica el
resultado del ejercicio de la acción.
En nuestro Código de Procedimiento Civil estas medidas se encuentran reglamentadas en el
Título IV del Libro II, artículos 290° al 302°, que lleva el epígrafe “De las medidas precautorias”.

c. Medidas mediante las cuales se decide interinamente una relación controvertida.


A través de estas medidas se va a decidir interinamente (transitoriamente) en espera de que,
a través del proceso, se perfeccione la decisión definitiva, una relación controvertida de cuya
indecisión, si ella perdurase hasta la dictación de la sentencia definitiva, podría derivar un daño
irreparable para una de las partes.
Por ejemplo encontramos la aceptación provisional de la demanda que se reglamenta en el
juicio sumario (Art. 684° del Código de Procedimiento Civil), o el otorgamiento de alimentos
provisorios (Art. 327° del Código Civil) o el interdicto posesorio de denuncia de obra nueva (Art.
565° del Código de Procedimiento Civil).

d. Cauciones procesales.
Cauciones procesales consisten en la imposición por parte del juez de una caución, de una
garantía, al interesado como una condición necesaria para obtener una ulterior providencia
judicial.
Estas cauciones procesales son garantías que se ordenan rendir como condición previa para
que el actor obtenga medidas precautorias u otra clase de providencia. De allí que se hable de ellas
como medidas de contracautela, pues la finalidad de esa caución es asegurar el resarcimiento de los
posible perjuicios o daños que podrían causarse a la contraparte con ocasión de una medida cautelar
que se concede.

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Por ejemplo encontramos el artículo 298° parte final, el artículo 299° y también la reserva
de excepciones del artículo 473°, en el juicio ejecutivo. Todas normas del Código de Procedimiento
Civil.

MEDIDAS PREJUDICIALES.
1. CONCEPTO.
La ley no da un concepto de medidas prejudiciales, tan sólo entrega sus elementos, los que
sirven de base para redactar un concepto.
Podemos definir las medidas prejudiciales como ciertas medidas o diligencias con las que
cuentan los futuros litigantes, tanto demandante como demandado, y que se hacen valer antes de
formalizarse el juicio, con la finalidad de preparar la demanda, o bien obtener algún medio
probatorio e incluso, asegurar el resultado de la acción.
Estas medidas son diligencias anteriores a la presentación de la demanda y en ningún caso
constituyen demanda.

2. CAMPO DE APLICACIÓN DE LAS MEDIDAS PREJUDICIALES.


El artículo 273° del Código de Procedimiento Civil, al igual que lo señala el artículo 253°
del mismo Código, indica que el juicio ordinario puede iniciarse por demanda o a través de una
medida prejudicial.
No obstante, la ubicación en el Código de estas medidas, por aplicación del artículo 3° del
Código, las normas de las medidas prejudiciales son aplicables a cualquier tipo de procedimiento.
El Libro II tiene una aplicación subsidiaria y supletoria a los demás procedimientos del
Libro III (Art. 3° del Código de Procedimiento Civil). Se debe convenir, eso sí, que la ubicación
que el legislador dio a estas medidas no es la más afortunada, pues, lo lógico habría sido ubicarlas
en el Libro I que contiene las disposiciones comunes a todo procedimiento.

3. INDEPENDENCIA DE LAS MEDIDAS.


Es preciso determinar si estas medidas dan origen a un juicio o son independientes y con
una finalidad sólo preparatoria de él. La discusión no es ociosa, pues, si se piensa que al solicitarse
y concederse la medida nos encontramos en juicio, se sigue que se producen diversos efectos, tales
como, la interrupción de las prescripciones adquisitiva y extintiva; los derechos se transforman en
litigiosos; la prescripción de corto plazo se transforma en de largo plazo; se constituye en mora al
deudor; y empieza a correr el plazo para el abandono del procedimiento.
La opinión mayoritaria, es que solamente nos encontramos ante una antesala del juicio, por
cuanto:
1. El artículo 253° señala “sin perjuicio”, lo que es sinónimo de “no obstante”;
2. El artículo 273° establece que son anteriores a la iniciación del juicio;

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3. El artículo 287° señala que para entablar una medida prejudicial debe indicarse la
acción que se propone deducir;

4. Pueden entablarlas quien teme será demandado, lo que implicaría iniciar un juicio
por el demandado; y
5. La Comisión de 1875 dejó constancia que las medidas prejudiciales, por su
tramitación sencilla, no constituyen juicio mismo, sino, sólo medidas preparatorias.
Hoy ya no se discute que todo juicio comienza siempre con la demanda del actor y que las
medidas prejudiciales en ningún caso cumplen el rol de demanda porque con ellas no queda
planteado el conflicto jurídico entre partes que corresponde resolver al tribunal.
La doctrina afirma que cuando el artículo 253° del Código de Procedimiento Civil señala
que “todo juicio ordinario comenzará por demanda del actor, sin perjuicio de lo dispuesto en el
Título IV de este Libro”, resulta categórico en cuanto a que todo juicio comenzará siempre por la
demanda aun cuando pudieren existir medidas prejudiciales.

4. FUNDAMENTO DE ESTAS MEDIDAS.


El fundamento de las medidas prejudiciales se encuentra en el deseo del legislador de evitar
que se presenten demandas mal preparadas que deriven en juicios inútiles.
Tienen también por fundamento asegurar el derecho de defensa de ambos litigantes.

5. FINALIDADES DE ESTAS MEDIDAS.


En cuanto a la finalidad de las medidas prejudiciales, existen dos objetivos que constituyen
la regla general y un tercer objetivo que es excepcional:
1. Sirven para preparar la entrada en juicio permitiendo al demandante presentar
adecuadamente su demanda obteniendo datos para la elaboración y redacción de la
demanda del juicio que se iniciará. Los cuatro primeros números del artículo 273° del
Código de Procedimiento Civil están establecidos claramente para este propósito;
2. Procurarse medios de prueba sobre hechos que pueden desaparecer, o rendir medios
probatorios que durante el juicio no pueden rendirse (Arts. 273 n°5, 281°, 284° y 286°
del Código de Procedimiento Civil); y
3. Asegurar los resultados del juicio. En forma excepcional las medidas prejudiciales
pueden tener por finalidad asegurar el resultado de la acción que va a entablarse.
Decimos que este objetivo es excepcional, porque generalmente las medidas que tienen
por objeto asegurar el resultado de la acción son medidas precautorias que se solicitan
durante la tramitación del juicio.
Cuando estas medidas tendientes a asegurar el resultado de la acción se solicitan antes
del juicio se denominan medidas prejudiciales precautorias.

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De estas finalidades surge la clasificación de las medidas prejudiciales. Se distinguen,
entonces:
1. Medidas prejudiciales propiamente tales;
2. Medidas prejudiciales preparatorias;
3. Medidas prejudiciales probatorias; y
4. Medidas prejudiciales precautorias.

6. TITULAR DE LAS MEDIDAS PREJUDICIALES.


La regla general es que puede exigirlas o impetrarlas el que pretende demandar de aquel
contra quien se propone dirigir la demanda (Art. 273 inc. 1° del Código de Procedimiento Civil).
Por excepción, puede solicitar estas medidas toda persona que fundadamente tema ser
demandada, como lo indica el artículo 288° del Código de Procedimiento Civil. En este caso, dicha
persona puede solicitar las medidas de los artículos 273 n°5, 281°, 284° y 286° del cuerpo
normativo antes señalado.

7. CLASIFICACIÓN DE LAS MEDIDAS PREJUDICIALES.


a. Atentiendo a su objeto o finalidad.
Conforme a este criterio distinguimos entre medidas prejudiciales:
1. Preparatorias;
2. Probatorias; y
3. Precautorias.
Medidas prejudiciales preparatorias son aquellas que tienden a obtener datos necesarios
para entablar una demanda. Son las contempladas en los artículos 273 números 1 al 4, 282° y 285
del Código de Procedimiento Civil.
Medidas prejudiciales probatorias son aquellas que tienden a obtener pruebas anticipadas
para un próximo juicio, como aquellas contempladas en el n°5 del artículo 273 y en los artículos
281°, 284° y 286° del Código de Procedimiento Civil.
Medidas prejudiciales precautorias son aquellas destinadas a asegurar el resultado de la
acción que se va a entablar. Se encuentran reguladas en al artículo 279° del Código de
Procedimiento Civil.

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b. Atendiendo a las personas que puedan impetrarlas.
Conforme a este criterio distinguimos entre:
1. Medidas del futuro demandante, señaladas en el artículo 273° del Código de
Procedimiento Civil; y
2. Medidas del futuro demandado, y que son algunas prejudiciales preparatorias y
probatorias.

c. Según si ellas se decretan o no.


Conforme a este criterio distinguimos entre:
1. Medidas que se decretan en todo caso, como sucede con las del numeral 5° del
artículo 273 del Código de Procedimiento Civil; y
2. Medidas que se decretan a juicio del tribunal. Se decretan sólo si a juicio del tribunal
son necesarias para que el demandante pueda iniciar posteriormente el juicio, como las
de los números 1 al 4 del artículo 273° del Código de Procedimiento Civil.

d. Según el conocimiento previo que de ellos se da para practicarlas.


Conforme a este criterio distinguimos entre:
1. Con previo conocimiento: Las medidas pueden decretarse previo conocimiento de la
persona a quien se trata de demandar, como las de los artículos 281° y 286° del Código
de Procedimiento Civil; y
2. Sin previo conocimiento: Ellas, son las demás distintas a las previstas en los
artículos 281° y 286° del Código de Procedimiento Civil.

8. CARÁCTERÍSTICAS DE ESTAS MEDIDAS.


Las medidas prejudiciales, y en general, las medidas cautelares, presentan una serie de
rasgos distintivos que les dan un carácter especial, a saber:
1. Tienen un carácter previo: El artículo 253° del Código de Procedimiento Civil usa la
frase “sin perjuicio de lo dispuesto en el Titulo IV de este libro ”, es decir, sin perjuicio
de empezar el juicio por demanda del actor a veces puede iniciarse por un
procedimiento previo como las medidas prejudiciales;
2. Son condicionales: En cuanto están vinculadas al juicio posterior por la demanda
que va a presentarse; si la demanda no se presenta, la medida prejudicial caduca;

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3. De finalidad variable: En cuanto pueden ser preparatorias, probatorias y
excepcionalmente precautorias;

4. De aplicación general: No obstante estar tratadas en el Libro II del Código de


Procedimiento Civil relativo al Juicio Ordinario, estas medidas son de aplicación
general a toda clase de juicios puesto que en virtud del artículo 3° de ese Código, las
reglas del procedimiento ordinario son supletorias de los demás procedimientos que no
contengan regla especial diversa;
5. Son taxativas: Es decir, no hay otras medidas prejudiciales que aquellas
contempladas expresamente en la ley;
6. Son de carácter restrictivo: Por cuanto sólo deben otorgarse en los casos que autoriza
expresamente la ley, y si bien es cierto que se indican los requisitos que las hacen
procedentes, no lo es menos que se deja entregado al juez su concesión, el que las va a
decretar siempre que sean necesarias a la persona que las impetra. Incluso aquella
medida que debe concederse siempre impone el cumplimiento de los requisitos
generales contemplados por el legislador.
Esta particularidad impide que estas diligencias tengan una aplicación indiscriminada y
abusiva;
7. Tienen una tramitación simple: En efecto, y de acuerdo a la historia fidedigna del
establecimiento de la ley, se trata de un procedimiento que antecede a la demanda y que
es de información a la misma, de modo que debe tener una tramitación y una solución
rápida y simple para que pueda ser eficaz; y
8. Gozan de flexibilidad en su otorgamiento: Si bien la ley se cuida de indicar los
trámites y oportunidades que el tribunal debe observar para conceder este tipo de
diligencias, no es menos cierto que sólo ha dado pautas generales, fundamentales y, en
lo demás, entrega amplias facultades al juez para pronunciarse sobre su concesión.
Por ejemplo, las cuatro medidas que contempla el artículo 273° del Código de
Procedimiento Civil, se conceden cuando, a juicio del tribunal, son necesarias para que
el demandante pueda entrar en el juicio (Art. 273 inc. 2° del Código de Procedimiento
Civil).

9. REQUISITOS PARA SOLICITAR LAS MEDIDAS PREJUDICIALES.


Se distinguen dos grupos de requisitos:
1. Requisitos generales o comunes a toda medida prejudicial; y
2. Requisitos específicos de cada medida

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a. Requisitos comunes de toda medida prejudicial.
Los requisitos comunes que deben concurrir tratándose de cualquier medida prejudicial son
los siguientes:
1. Solicitud escrita del interesado. Esta solicitud puede presentarla cualquiera de los
futuros litigantes, demandante o demandado; y ella debe cumplir con los requisitos
comunes a todo escrito; y
2. Deberá el solicitante expresar la acción que se propone deducir y someramente sus
fundamentos. A través de esta última exigencia se debe demostrar al tribunal que
realmente se precisa de la medida que se pide.
Estos requisitos son generales, pues, por una parte, son aplicables a toda medida prejudicial
y, por la otra, porque también existen requisitos especiales y propios de cada medida prejudicial y
que deben concurrir para decretar la medida prejudicial particular.

b. Requisitos especiales o específicos.


Son distintos para cada medida y se mencionarán al estudiar las distintas medidas
prejudiciales.
Para determinar los requisitos de procedencia debemos distinguir entre:
1. Las medidas prejudiciales propiamente tales; y
2. Las medidas prejudiciales precautorias.

10. TRIBUNAL COMPETENTE PARA CONOCER DE ESTAS MEDIDAS.


La ley no señala cual es el tribunal competente, pero ante este silencio hay que recurrir al
tribunal que sería competente para conocer del juicio.
Se debe tener presente lo establecido en el artículo 178° del Código Orgánico de Tribunales
referido a la prórroga de la competencia, pero si la medida se presenta ante un tribunal
relativamente incompetente, esta suerte de prórroga de competencia alcanza a la medida y no se
extiende al juicio futuro, según la jurisprudencia, porque la prórroga debe producirse respecto del
juicio y en el juicio mismo.

11. TRAMITACIÓN DE UNA MEDIDA PREJUDICIAL.


La norma fundamental aquí es el artículo 289° del Código de Procedimiento Civil, en
conformidad con el cual, las medidas prejudiciales pueden decretarse sin audiencia de la persona
contra quien se piden, salvo los casos en que expresamente se exige su intervención.

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Esta norma ha ocasionado algunas dificultades interpretativas y no todos los autores están
de acuerdo en cuanto al procedimiento aplicable a las medidas prejudiciales.
Señalamos como punto de referencia que la tramitación de las medidas prejudiciales debe
ser rápida y eficaz pues de lo contrario se atenta contra la naturaleza de estas medidas y se pierde el
objetivo que se persigue con ellas.
La tramitación de estas medidas se inicia con la presentación de la solicitud respectiva ante
el tribunal competente para conocer del futuro juicio o pleito.
Una vez presentada la solicitud existen dos posiciones en cuanto a la tramitación que a ella
debe dársele:
1. Según algunos, el tribunal debe adoptar alguno de estas dos actitudes:
a. Acoger la solicitud y conceder de inmediato la medida prejudicial con el solo
mérito de la presentación, esto es, se resuelve de plano sin audiencia de la persona
contra quien se pide la medida; o
b. Rechazar de plano la medida solicitada cuando a juicio del juez no concurran los
requisitos legales que la hacen procedente o cuando el juez la estime innecesaria, es
decir, tampoco aquí se oye a la persona en contra de quien se solicita la medida.
Lo anterior no significa que la resolución que recaiga sobre la solicitud no vaya a
ser notificada al afectado. Por supuesto deberá notificársele.
2. Ante la presentación que solicita una medida prejudicial el juez puede adoptar una
de las siguientes actitudes:
a. Rechazar de plano la medida cuando no se cumplen los requisitos que la hacen
procedente o la estime innecesaria;
b. Acceder a la medida de plano, sin audiencia de la persona contra quien se pide si
estima que no se requiere oír a dicha persona; o
c. Decretar la medida con audiencia de la persona contra quien se pide si así lo
aconsejan las circunstancias.
En este último caso es necesario conferir traslado a esa persona para que concurra a
hacer valer sus derechos y solo después de oír a esta persona o en su rebeldía,
resolverá el juez si concede o no la medida solicitada.
En la práctica esta es la posición que siguen los jueces, actuando prudencialmente
según lo aconsejen las circunstancias del caso y la naturaleza de la medida
solicitada.
Ahora bien, cualquiera sea la tramitación que se le de a estas medidas prejudiciales, la
resolución que recaiga sobre su solicitud deberá notificarse; y como probablemente se trate de la
primera notificación que se practica en el proceso, deberá notificarse personalmente al afectado.
Luego, la notificación de la posterior demanda que se entable no será la primera del juicio y
no será necesario notificarla personalmente siendo suficiente su notificación por el estado.

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12. NATURALEZA JURÍDICA DE LA RESOLUCIÓN QUE RESUELVE UNA MEDIDA
PREJUDICIAL.
Se trata de una sentencia interlocutoria de segunda clase, esto es, de una sentencia
interlocutoria que resuelve sobre un trámite que debe servir de base para la dictación de una
sentencia posterior.
Tratándose de una sentencia interlocutoria, procede en su contra recurso de apelación, el
que se concede en el solo efecto devolutivo.
No procede el recurso de reposición ya que el solo procede contra autos y decretos y contra
aquellas sentencias interlocutorias expresamente señaladas en la ley, y esta no es una de ellas.
Tampoco procede el recurso de casación de acuerdo a lo dispuesto en los artículos 766° y
767° del Código de Procedimiento Civil.
Procede sí el recurso de aclaración, agregación o rectificación.

13. ESQUEMA DE LAS MEDIDAS PREJUDICIALES.


a. Medidas prejudiciales preparatorias de la demanda.
En primer lugar tenemos las medidas del artículo 273° del Código de Procedimiento Civil,
que contempla 5 medidas prejudiciales. Señala la norma:
Artículo 273°.- “El juicio ordinario podrá prepararse, exigiendo el que pretende demandar
de aquel contra quien se propone dirigir la demanda:
1) Declaración jurada acerca de algún hecho relativo a su capacidad para parecer en
juicio, o a su personería o al nombre y domicilio de sus representantes;
2) La exhibición de la cosa que haya de ser objeto de la acción que se trata de entablar;
3) La exhibición de sentencias, testamentos, inventarios, tasaciones, títulos de propiedad u
otros instrumentos públicos o privados que por su naturaleza puedan interesar a diversas
personas;
4) Exhibición de los libros de contabilidad relativos a negocios en que tenga parte el
solicitante, sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos 42 y 43 del Código de Comercio; y
5) El reconocimiento jurado de firma, puesta en instrumento privado.
La diligencia de reconocimiento de firma se decretará en todo caso, las otras sólo cuando,
a juicio del tribunal, sean necesarias para que el demandante pueda entrar en el juicio”.
Las primeras cuatro las puede solicitar exclusivamente el futuro demandante en contra de
aquel contra quien se propone dirigir la demanda pues todas ellas son preparatorias de la demanda.
La quinta pueden solicitarla tanto el futuro demandante como el futuro demandado, pues se
trata de una medida que además de preparatoria es también de carácter probatorio.

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En segundo lugar, tenemos las medidas del artículo 282° del Código de Procedimiento
Civil, que dispone:
Artículo 282°.- “Si aquel a quien se intenta demandar expone ser simple tenedor de la cosa
de que procede la acción o que es objeto de ella, podrá también ser obligado:
1) A declarar bajo juramento el nombre y residencia de la persona en cuyo nombre la
tiene; y
2) A exhibir el título de su tenencia, y si expresa no tener título escrito, a declarar bajo
juramento que carece de él.
En caso de negativa para practicar cualquiera de las diligencias mencionadas en este
artículo, se le podrá apremiar con multas que no excedan de dos sueldos vitales, o arrestos hasta
de dos meses”.
Como medidas de naturaleza preparatoria sólo puede solicitarlas el futuro demandante.
En tercer lugar, encontramos la medida del artículo 285° del Código de Procedimiento
Civil, el cual dispone:
Artículo 285°.- “En el caso del inciso 1° del artículo anterior, podrá también pedirse que
aquel cuya ausencia se teme, constituya en el lugar donde va a entablarse el juicio apoderado que
le represente y que responda por las costas y multas en que sea condenado, bajo apercibimiento de
nombrársele un curador de bienes”.
Esta también es una medida preparatoria de la demanda que solo puede solicitar el futuro
demandante.
Precisemos que cuando sostiene la norma “en el caso del inciso 1° del artículo anterior” se
refiere a si hay motivo fundado para temer que una persona se ausente en breve tiempo del país.

b. Medidas prejudiciales probatorias.


En primer lugar, tenemos las medidas del artículo 281° del Código de Procedimiento Civil.
Señala la norma:
Artículo 281°.- “Puede pedirse prejudicialmente la inspección personal del tribunal,
informe de peritos nombrados por el mismo tribunal, o certificado del ministro de fe, cuando exista
peligro inminente de un daño o perjuicio, o se trate de hechos que puedan fácilmente desaparecer.
Para la ejecución de estas medidas se dará previamente conocimiento a la persona a quien
se trata de demandar, si se encuentra en el lugar del asiento del tribunal que las decreta, o donde
deban ejecutarse. En los demás casos se procederá con intervención del defensor de ausentes”.
Para la ejecución de estas medidas se dará previamente conocimiento a la persona a quien
se trata de demandar, si se encuentra en el lugar del asiento del tribunal que las decreta, o donde
deban ejecutarse. En los demás casos se procederá con intervención del defensor de ausentes.

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Como se trata medidas de naturaleza probatoria las pueden solicitar tanto el futuro
demandante como el futuro demandado.
En segundo lugar, tenemos la medida del artículo 284° del Código de Procedimiento Civil,
que dispone:
Artículo 284°.- “Si hay motivo fundado para temer que una persona se ausente en breve
tiempo del país, podrá exigírsele como medida prejudicial que absuelva posiciones sobre hechos
calificados previamente de conducentes por el tribunal, el que, sin ulterior recurso, señalará día y
hora para la práctica de la diligencia.
Si se ausenta dicha persona dentro de los treinta días subsiguientes al de la notificación sin
absolver las posiciones, o sin dejar apoderado con autorización e instrucciones bastantes para
hacerlo durante la secuela del juicio, se le dará por confesa en el curso de éste, salvo que aparezca
suficientemente justificada la ausencia sin haber cumplido la orden del tribunal”.
Es una medida de naturaleza probatoria que puede solicitar cualquiera de los futuros
litigantes.
En tercer lugar, tenemos la medida del artículo 286° del Código de Procedimiento Civil. La
norma señala:
Artículo 286°.- “Se podrá, asimismo, solicitar antes de la demanda el examen de aquellos
testigos cuyas declaraciones, por razón de impedimentos graves, haya fundado temor de que no
puedan recibirse oportunamente. Las declaraciones versarán sobre los puntos que indique el actor,
calificados de conducentes por el tribunal.
Para practicar esta diligencia, se dará previamente conocimiento a la persona a quien se
trata de demandar, sólo cuando se halle en el lugar donde se expidió la orden o donde deba
tomarse la declaración; y en los demás casos se procederá con intervención del defensor de
ausentes”.
También se trata de una medida de naturaleza probatoria que pueden solicitar tanto el futuro
demandante como demandado.

c. Medidas prejudiciales precautorias.


Se trata de medidas precautorias que pueden solicitarse prejudicialmente y a ellas se
refieren los artículos 279° y 280° del Código de Procedimiento Civil.
Ellas pueden ser solicitadas únicamente por el futuro demandante pues su objetivo es
asegurar el resultado de la acción.
Estas medidas son excepcionales y para su procedencia se requiere:
1. Que existan motivos graves y calificados que justifiquen la medida;
2. Que se determine el monto de los bienes sobre que deben recaer las medidas
precautorias; y
3. Que se rinda fianza u otra garantía suficiente, a juicio del tribunal, para responder
por los perjuicios que se originen y multas que se impongan.

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Además surgen dos obligaciones para el futuro demandante:
1. Deberá el solicitante presentar su demanda en el término de diez días; y
2. Deberá pedir en su demanda que se mantengan las medidas decretadas.
Luego, si:
1. No se deduce demanda oportunamente;
2. No se pide en ella que continúen en vigor las medidas precautorias decretadas; o
3. Al resolver sobre esta petición el tribunal no mantiene dichas medidas.
Por este solo hecho quedará responsable el que las haya solicitado de los perjuicios
causados, considerándose doloso su procedimiento.

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MEDIAS PRECAUTORIAS.
1. NOCIONES GENERALES.
La ley no las define sino que únicamente hace referencia a la finalidad de dichas medidas.
Están reglamentadas en el Título V del Libro II, artículo 290° al 302° del Código de Procedimiento
Civil.
Don Mario Rojas Rodríguez define a las medidas precautorias como aquellas providencias
de naturaleza cautelar que, sirviendo para facilitar el cumplimiento práctico de la sentencia,
pueden solicitarse por el demandante para asegurar el resultado de su acción.
Quezada Meléndez por su parte, las define como actos procesales que tienen por objeto
asegurar los resultados de la acción deducida o que se va a deducir.
La finalidad de estas medidas es evitar que el demandante o futuro demandante vea
burlados sus derechos.
En efecto, el periodo que va desde la interposición de la demanda hasta el pronunciamiento
de la sentencia de término puede ser más o menos largo y en el intertanto puede desaparecer la cosa
objeto del juicio o bien el demandado puede perder solvencia.

2. TITURAR DE ESTAS MEDIDAS.


Podrán solicitar estas medidas:
1. El demandante, y lo puede hacer en cualquier estado del juicio, aun cuando no esté
contestada la demanda; y
2. Puede pedirla también el demandado (sólo doctrinariamente), pues sólo puede
ocurrir si reconviene al actor y sólo para asegurar el resultado de la acción que dirige en
contra del demandante. Luego, no es demandado sino demandante.
Como el demandado no puede exigirlas sin demandar, hay aquí una gran diferencia con las
medidas prejudiciales.

3. CONTRA QUIÉN SE SOLICITAN.


Sólo proceden contra las personas que han sido demandadas y, eventualmente, contra
terceros cuando estos sean responsables de la acción deducida.

4. OPORTUNIDAD PARA SOLICITARLAS.


Dispone el artículo 290° inciso primero del Código de Procedimiento Civil:

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Artículo 290°.- “Para asegurar el resultado de la acción, puede el demandante en
cualquier estado del juicio, aun cuando no esté contestada la demanda, pedir una o más de las
siguientes medidas”. (…)

En consecuencia, el derecho del demandante de solicitar medidas precautorias puede


ejercitarlo durante todo el curso del juicio aun cuando no se haya contestado la demanda e incluso
antes de presentarse la demanda tratándose de las medidas precautorias prejudiciales; y el artículo
433° del Código de Procedimiento Civil establece que a pesar de que las partes se encuentren
citadas para oír sentencia puede el demandante pedir alguna medida precautoria.
También pueden pedirse estando la causa en segunda instancia o pendiente recurso de
casación, si bien se entiende que, en todo caso, la petición se formulará ante el tribunal de primera
instancia.
Puede también pedirse antes de presentarse la demanda, vale decir con el carácter de
prejudicial, de allí que se hable de “medidas prejudiciales precautorias”.

5. CARÁCTERÍSTICAS DE LAS MEDIDAS PRECAUTORIAS.


Son características de las medidas precautorias:
1. Son esencialmente provisionales: Así lo señala expresamente el artículo 301° del
Código de Procedimiento Civil:
Artículo 301°.- “Todas estas medidas son esencialmente provisionales. En
consecuencia, deberán hacerse cesar siempre que desaparezca el peligro que se ha
procurado evitar o se otorguen cauciones suficientes”.
De manera que estas medidas deben cesar:
a. Si desaparece el peligro que se ha procurado evitar con ellas; o
b. Si se otorgan cauciones suficientes.
2. Son instrumentales: Tienen una naturaleza instrumental ya que están destinadas a
garantizar el cumplimiento de la sentencia definitiva, esto es, son un instrumento de
aquella y carecen de objeto por sí mismas;
3. Son limitadas: De conformidad con el artículo 298° del Código de Procedimiento
Civil, las medidas precautorias se limitarán a los bienes necesarios para responder a los
resultados del juicio;
4. Se aplican a toda clase de procedimientos: Si bien sus reglas están dadas a propósito
del Juicio Ordinario, lo cierto es que, en conformidad al artículo 3° del Código de
Procedimiento Civil, ellas son de aplicación general pues de acuerdo con la mencionada
disposición, las reglas del procedimiento ordinario se aplicarán a las gestiones, trámites
o actuaciones que no tengan regla especial diversa, cualquiera sea su naturaleza;

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5. Se trata de medidas sustituibles: En efecto las medidas precautorias pueden ser
reemplazadas unas por otras siempre que se garanticen debidamente los derechos del
actor; y
6. No son taxativas: A diferencia de las medidas prejudiciales, las medidas precautorias
no son taxativas ya que pueden decretarse las que se estimen necesarias aunque no se
encuentren expresamente reglamentadas en la ley, es decir, innominadas.
6. CLASIFICACIÓN DE LAS MEDIDAS PRECAUTORIAS.
a. Según la reglamentación que tienen en la ley.
Conforme a este criterio distinguimos entre:
1. Medidas precautorias ordinarias, que son aquellas expresamente contempladas en la
ley; y
2. Medidas precautorias extraordinarias, que son aquellas que la ley no regula
expresamente.

b. Atendiendo a su regulación.
Conforme a este criterio distinguimos entre:
1. Medidas precautorias reguladas en el título V del Libro II del Código de
Procedimiento Civil y que enumera el artículo 290°;
2. Medidas precautorias reguladas en otras leyes. Por ejemplo, los alimentos
provisionales; y
3. Medidas precautorias innominadas o que no se encuentran reglamentadas en la ley.
Una de las más solicitadas es la custodia de los títulos de crédito.

c. Atendiendo a la oportunidad en que se solicitan.


Conforme a este criterio distinguimos entre:
1. Medidas precautorias judiciales; y
2. Medidas precautorias prejudiciales.

d. Según para su procedencia se exija o no caución.


Conforme a este criterio distinguimos entre:
1. Medidas precautorias que no requieren caución, que es la regla general respecto de
las medidas ordinarias;
2. Medidas precautorias que requieren caución, lo que ocurre cuando en casos graves y
urgentes se conceden medidas precautorias sin que el solicitante haya acompañado los
comprobantes exigidos por la ley; y

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3. Medidas precautorias que pueden requerir caución, cuando se trata de medidas no
contempladas expresamente en la ley y el juez lo estime necesario.

e. Atendiendo a la prueba del derecho que se reclama.


Conforme a este criterio distinguimos entre:
1. Medidas precautorias que se piden con comprobante, que es la regla general; y
2. Medidas precautorias que se piden sin comprobantes, en casos graves y urgentes, y
que se conceden provisionalmente por un término que no exceda de 10 días y mientras
se acompañan dichos comprobantes.

7. MEDIDAS PRECAUTORIAS QUE ENUMERA EL ARTÍCULO 290° DEL CÓDIGO


DE PROCEDIMIENTO CIVIL.
Las medidas precautorias que enumera el artículo 290° del Código de Procedimiento Civil
son:
1. El secuestro de la cosa que es objeto de la demanda;
2. El nombramiento de uno o más interventores;
3. La retención de bienes determinados; y
4. La prohibición de celebrar actos o contratos sobre bienes determinados.

a. Secuestro de la cosa que es objeto de la demanda.


Se define el secuestro como el depósito de una cosa que se disputan dos o más individuos,
en manos de otro que debe restituirla al que obtenga una decisión a su favor. El depositario se
llama secuestre (Art. 2449 del Código Civil).
El secuestro es de dos clases:
1. Convencional; y
2. Judicial.
Aquí nos referimos al secuestro judicial.
Para que proceda el secuestro deben darse los siguientes requisitos:
1. Debe tratarse de una cosa corporal mueble determinada; y
2. Debe tratarse de alguna de las siguientes situaciones:
a. Que reivindicándose dicha cosa, hubiere motivo para temer que se pierda o
deteriore en manos del poseedor; y

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b. Que entablándose otras acciones con relación a dicha cosa, haya motivo de temer
que se pierda o deteriore en manos de la persona que sin ser poseedora, la tenga en
su poder.

b. Nombramiento de uno o más interventores.


El interventor judicial es la persona designada por el juez con el objeto de que controle la
administración de los bienes materia del juicio, y que aún se hallan en poder del demandado.
Según lo dispone el artículo 293° del Código de Procedimiento Civil, hay lugar al
nombramiento de interventor:
1. En el caso del inciso segundo del artículo 902° del Código Civil;
2. En el del que reclama una herencia ocupada por otro, si hay el justo motivo de temor
que el citado inciso expresa;

3. En el del comunero o socio que demanda la cosa común, o que pide cuentas al
comunero o socio que administra;
4. Siempre que haya justo motivo de temer que se destruya o deteriore la cosa sobre
que versa el juicio, o que los derechos del demandante puedan quedar burlados; y
5. En los demás casos expresamente señalados por las leyes.

c. Retención de bienes determinados.


La medida de retención recae exclusivamente sobre dinero o cosas muebles, impidiendo
que el demandado disponga de ese dinero o cosas muebles durante el curso del juicio y permitir de
esa manera el cumplimiento del fallo entregando el dinero o realizando las cosas muebles retenidas
para hacer pago al demandante de su crédito.
La retención de bienes tiene lugar cuando:
1. Las facultades del demandado no ofrezcan suficiente garantía;
2. Haya motivo racional para creer que procurará ocultar sus bienes; y
3. En los demás casos determinados por la ley.

d. Prohibición de celebrar actos o contratos sobre bienes determinados.


Mediante esta medida se impide al demandado que celebre cualquier clase de acto o
contrato sobre los bienes objeto de la misma.
La prohibición de celebrar actos o contratos podrá decretarse:
1. Con relación a los bienes que son materia del juicio; y

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2. También respecto de otros bienes determinados del demandado, cuando sus
facultades no ofrezcan suficiente garantía para asegurar el resultado del juicio.

8. REQUISITOS PARA LA CONCESIÓN DE MEDIDAS PRECAUTORIAS.


Debemos distinguir según se trate de las medidas precautorias:
1. Contempladas en el artículo 290° del Código de Procedimiento Civil; y
2. Las innominadas.

a. Requisitos de procedencia de las medidas del artículo 290° del Código de Procedimiento
Civil.
Estas medidas, para ser concedidas, exigen la concurrencia de un doble grupo de requisitos:
1. Requisitos generales para la concesión de medidas precautorias; y
2. Requisitos especiales de cada medida.

i. Requisitos generales para la concesión de medidas precautorias.

Estos requisitos generales son dos:

1. Que las medidas se limiten a los bienes necesarios para responder de los
resultados del pleito; y
2. Que el demandante acompañe comprobantes que constituyan a lo menos
presunción grave del derecho que se reclama.

ii. Requisitos específicos de cada medida.

Requisitos específicos de cada medida son aquellos que deben concurrir para
la concesión de cada medida en particular.

b. Requisitos de procedencia de las medidas innominadas.


Deben también recurrir los requisitos generales de toda medida precautoria esto es:
1. Que se limiten a los bienes necesarios para responder a los resultados del pleito; y
2. Que se acompañen por el demandante comprobantes que constituyan a lo menos
presunción grave del derecho que se reclama.
Pero además en este caso existe un requisito particular, cual es rendir caución para
responder de los perjuicios que se originen, si el tribunal lo estima necesario.

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9. TRAMITACIÓN DE LAS MEDIDAS PRECAUTORIAS.
A ello se refiere el artículo 302° del Código de Procedimiento Civil, disposición que ha
dado lugar a discusiones en cuanto a la manera que deben tramitarse las medidas precautorias.
Dispone dicho precepto que:
Artículo 302°.- “El incidente a que den lugar las medidas de que trata este Título se
tramitará en conformidad a las reglas generales y por cuerda separada.
Podrán, sin embargo, llevarse a efecto dichas medidas antes de notificarse a la persona
contra quien se dictan, siempre que existan razones graves para ello y el tribunal así lo ordene.
Transcurridos cinco días sin que la notificación se efectúe, quedarán sin valor las diligencias
practicadas. El tribunal podrá ampliar este plazo por motivos fundados.
La notificación a que se refiere este artículo podrá hacerse por cédula, si el tribunal así lo
ordena”.
Existen, en cuanto el alcance de esta disposición, dos posiciones o doctrinas:
1. Primera doctrina:Algunos autores estiman que presentada la solicitud respectiva, el
tribunal debe conferir traslado al demandado originándose un incidente cuyo fallo
determinará si se concede o no lo medida.
Este incidente se tramitará conforme a las reglas generales de los incidentes, por cuerda
o ramo separado.
Sólo excepcionalmente la medida puede concederse sin notificación previa del
demandado, y ello cuando:
a. Existan razones graves que así lo justifiquen; y
b. El tribunal lo ordene expresamente; y
2. Segunda doctrina: De acuerdo con esta posición, el juez debe resolver la medida de
plano, con el sólo mérito de la solicitud, ya sea concediéndola o rechazándola.
Para los efectos de ejecutar la medida será preciso notificar la resolución que la ordena
al demandado, salvo que existan razones graves para cumplirla sin dicha notificación y
el tribunal así lo ordene.
En la práctica los tribunales siguen la primera de estas doctrinas dando las medidas
precautorias tramitación incidental, salvo que existan razones graves para concederla
inmediatamente en carácter provisional mientras se resuelve el incidente que en definitiva
determinará si la medida se mantiene o se deja sin efecto.

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