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La necesidad de un manual de prevención de riesgos penales en la

empresa

Los Manuales de prevención de riesgos penales o de cumplimiento normativo


en materia penal, o también denominados «Compliance Programs», tienen
como finalidad establecer una política empresarial de lucha y prevención de
delitos mediante la organización de unos adecuados y eficaces controles a
nivel interno de la empresa

Este instrumento de control ha sido incorporado a nuestro ordenamiento


jurídico y en muchos otros europeos, por importación de Estados Unidos,
donde la responsabilidad penal directa de las personas jurídicas es una
institución que funciona con solvencia.

Según el texto de la Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio, la implementación de


este tipo de Manuales en las entidades jurídicas no supone en modo alguno la
exclusión de la responsabilidad penal, solamente se prevé la atenuación de la
misma. Esta deficiencia técnica ha sido profundamente criticada por la mayoría
de los operadores jurídicos de nuestro país, deficiencia que también ha sido
causa del poco éxito de este tipo de Manuales o Programas en el común de las
empresas en el pasado.

Todo lo contrario sucede con el Proyecto de Reforma del Código Penal que
está en trámite parlamentario. Según se extrae de su tenor literal, será
obligatorio disponer de este tipo de Manuales, no solamente por la nueva
posibilidad de excluir por completo la responsabilidad penal de las empresas
más allá de la mera atenuación, sino porque el Proyecto prevé un delito
específico para aquellos representantes legales o administradores de cualquier
persona jurídica, empresa, organización, o entidad que carezca de
personalidad jurídica, que omitan la adopción de las medidas de vigilancia o
control que resulten exigibles para evitar la infracción de deberes o conductas
peligrosas tipificadas como delito, siempre que si se hubiera empleado la
diligencia debida se pudiera haber evitado, o seriamente obstaculizado, la
ejecución de una de tales conductas ilícitas. La prevención de los riesgos
penales, de los riesgos de comisión de delitos en el seno de las personas
jurídicas, se convierte en una obligación para las empresas y los
administradores de las mismas.

Debido a lo anterior disponer de un Manual de cumplimiento normativo va a ser


esencial para excluir la responsabilidad penal de las empresas o personas
jurídicas en general y para proteger a todos aquellos administradores y
representantes legales de esta nueva figura delictiva proyectada, que, como
queda dicho, consiste en la omisión de esta conducta preventiva.

La forma de evitar o de dificultar seriamente la comisión de un delito en el seno


de la persona jurídica ha de consistir en la adopción de un Manual que sea
verdaderamente eficaz y que esté adaptado a las necesidades de cada
empresa y a la actividad que ésta desarrolle, siendo imprescindible para tal fin
el experto análisis de los riesgos penales que pudieran existir en cada ámbito
de la actividad de la empresa y que, dependiendo de la misma, pueden ser
extremadamente amplios y variados Una vez hecho lo anterior habrá que
concretar e implementar los controles que mitigarán los específicos riesgos
penales, sin olvidar que estos habrán de ser actualizados periódicamente. Para
ello será fundamental la figura del responsable de cumplimiento, también
denominado «compliance officer», quien se encargará de velar por el correcto
desarrollo, supervisión y mejora del Manual, pues éste no puede convertirse en
una foto fija que muestre una situación concreta en una fecha determinada. Un
Manual ha de ser un instrumento cambiante que se adapte a la práctica diaria
del negocio de cada empresa y a las vicisitudes de las mismas.

Lo anterior no es baladí ya que disponer de un Manual mal diseñado es


sinónimo de correr un importante riesgo, pues éste podrá no tener ningún
efecto jurídico en futuros procedimientos, ni tan siquiera para atenuar una
eventual responsabilidad penal, y muchísimo menos para excluir o eximir las
responsabilidades pertinentes.

En definitiva, como se desprende de la normativa vigente y muy concretamente


del Proyecto de Reforma del Código Penal, el fundamento de un eventual
reproche penal descansa sobre la inexistencia o ineficacia de los controles
internos de cada empresa en orden a prevenir posibles delitos cometidos en su
seno. O dicho sea con otras palabras, si se ha adoptado un Manual de
cumplimiento normativo eficaz y bien diseñado y puesto en práctica, no habrá
base para exigir responsabilidad ni a la propia persona jurídica, ni a sus
administradores o representantes legales.

26.09.2014 Ernesto Díaz-Bastien, socio fundador de Díaz-Bastien & Truan


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