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La Filosofía de la Historia va mucho más allá. Trata de elaborar una interpretación general
del pasado, de encontrar un sentido al conjunto de la historia humana, para insertar el pasado en un
proceso genérico que tiene una finalidad, un destino. Ello supone, según Raymond Aron, resolver 4
cuestiones interdependientes: a) Cómo han vivido los actores?, b) Cómo se han producido los
sucesos?, c) Cuál es el o son los factores que determinan que sucedan los procesos?, d) Cómo
pueden nuclearse esos procesos en unidades históricas?, e) Cuál es el esquema de Cambio
histórico?, e) Qué da sentido a los cambios históricos?.
El Actor o protagonista o sujeto es el hombre, que es un ser con características únicas e
irrepetibles, que provienen de su herencia psicosomática. Este hombre es además de un ser
individual, un miembro de una especie, y como tal comparte con los otros hombres ciertos rasgos
comunes. Y es, por último, un ser localizado espacio-temporalmente, de modo que comparte con
sus coetáneos un tiempo y un lugar, y junto a ellos está pautado por una herencia socio-cultural que
permea su ser. De modo que en cada hombre, ese complejo de influencias se hallan en interacción
recíproca, constituyendo una unidad indisoluble.
El motor causal de los procesos históricos ha sido caracterizado de diferentes modos.
1-Para algunos, como Carlyle, el impulso del proceso histórico ha sido la conducta individual,
especialmente la de los grandes hombres, ya que ellos, con su accionar y su dirección, generaban y
orientaban los acontecimientos.
2- Para otros, el proceso ha estado determinado en todos los casos por un factor del hábitat,
sea la geografía o la raza; de allí que se elaboran las teorías deterministas: determinismo
geográfico y determinismo racial.
3- Hay explicaciones que ponen el acento en un factor de la vida social, como los problemas
sociales. Tal el caso de Marx, para quien las contradicciones de clases que emergen del sistema de
producción -o sea la lucha de clases-, son el factor que en todos los tiempos ha impulsado el
proceso histórico.
4- Hay interpretaciones pluralistas o multicausales, propias de los autores que consideran que
los factores que impulsaron los procesos fueron siempre múltiples, y que según el tiempo y lugar,
unos tuvieron relevancia sobre los otros: lo socio-económico sobre lo político, o viceversa. 5)- Hay
quienes ponen de relieve la libertad del hombre, esto es, consideran que el hombre actúa buscando
aumentar sus niveles de libertad y autonomía, no en el sentido de libertad irrestricta sino
condicionada social y culturalmente. Y esa lucha sería la impulsora de los Cambios.
5. Describir las teorías que explican los factores causales de los hechos históricos.
RESPUESTA: Teorías que explican los cambios de los hechos históricos. Los Sistemas
de Pensamiento orientados a explicar, no los factores causales de un hecho histórico, sino
del curso total de la historia, son las Teorías Filosóficas. Ellas pueden clasificarse en 3
tipos:
1.-Las deterministas o monocausales, que son las que afirman la existencia de una causa
primaria, que sería la determinante, aunque admiten la existencia de otras que serían las causas
secundarias o condicionantes. Entre esas teorías se ubica el Marxismo, que señala las causas
económicas como primarias –porque es la ubicación de los individuos en el sistema productivo el
que determina su conciencia y los impulsa a la acción contra las clases que detentan el poder
político y económico- y las ideológicas o políticas como secundarias o derivadas. Según esta
concepción, todas las sociedades habrían pasado por las mismas etapas evolutivas: etapa esclavista,
feudal, capitalista, socialista.
2.- Las pluricausales, o sea que admiten una pluralidad de causas, con preeminencia de unas
sobre otras, según las particularidades de tiempo y lugar. Esta posición considera que la Historia es
pluralidad y sucesión de épocas, todas ellas singulares, exclusivas, irreemplazables; o también por
aquellos que establecen nexos y relaciones entre los procesos de diferentes sociedades, pero que no
consideran que siempre el motor de los cambios se haya originado en un factor social –aunque en
los hechos, privilegien el peso de lo económico-.
3.- Las Teorías espiritualistas como las de Spengler y Toynbee, que consideran que diversas
situaciones y etapas históricas pueden nuclearse en conjuntos mayores que denominan
"sociedades", "civilizaciones" o "culturas". Ellas tendrían una unidad interna, que sería un alma
singular o una religión inspiradora. Tales conjuntos recorren un ciclo -inevitable para Spengler,
sujeto a la interferencia de la libertad humana según Toynbee- cuyo desenlace es la disgregación -
en etapa de barbarie- o la superación en una Iglesia Universal.
Ambos sistemas institucionales fueron el resultado del poder creador que se fue fraguando en
los procesos históricos que le precedieron. El sistema tecnológico industrial y el Estado nacional
son dos instituciones heredadas que reflejan el dominio que todavía ejercen sobre nuestras
imaginaciones actuales y no hay páginas de los historiadores que no resalten su influencia.
El sistema industrial presenta un aspecto humano en la división del trabajo y uno no-humano
en la aplicación del pensamiento científico y tecnológico al contexto social y medioambiental del
hombre. La teoría y la práctica del pensamiento occidental en el último siglo reflejan esas
características del sistema industrial. En cuanto a los Estados nacionales, salvo los recalcitrantes,
comenzaron a sentir esa falta de autosuficiencia en el plano político y se vieron dispuestos a
acomodar su independencia soberana a procedimientos internacionales (OEA, UN, UE. Etc.).
Todo ello indica que los historiadores no pueden desprender sus pensamientos y sentimientos
del contorno en que viven. Por lo tanto, la concepción y actividades de los historiadores corre en
paralelo con su contexto físico (geográfico, medioambiental, etc) y humano (político, económico,
tecnológico, ideológico, etc).
b- Los estudios históricos al reflexionar sobre el conjunto de la sociedad en tiempos pasados,
pretenden enseñar a comprender las claves que están detrás de los acontecimientos, las instituciones
y los procesos históricos, por lo tanto, tiene un alto poder formativo para los futuros ciudadanos. Al
examinar los problemas de las sociedades de otros tiempos, la historia ayuda a comprender la
complejidad de cualquier acontecimiento, de cualquier fenómeno y proceso social, político,
económico y jurídico histórico analizando causas y consecuencias. La Historia debe servir para
comprender críticamente la propia identidad y poder contextualizarla en un mundo amplio.
c- El conocimiento histórico debe comprender la Historia general y la Historia nacional,
porque sólo es posible comprender esta última dentro de la primera. El estudio de la Historia con
mayúscula fue introducida por los gobiernos liberales europeos en la primera mitad del siglo XIX
con la finalidad de forjar la ciudadanía apoyada en los sentimientos patrióticos y crear adhesión a
los proyectos nacionales. Las burguesías triunfantes del siglo XIX, vieron en la Historia un
excelente medio para crear conciencia y asentar la estabilidad social de los estados. Así se
generaron visiones de la Historia cuyo objetivo fundamental era la transmisión de una idea de
Historia colectiva como nación: la Historia al servicio de los nuevos Estados y como forjadora de
ciudadanos nacionales.
d- Los nacionalismos han hecho uso y, en ocasiones, abuso de la Historia, ya que, como
señala Jerzy Topolsky, «la Historia y su conocimiento son uno de los principales elementos de la
conciencia nacional y una de las condiciones básicas para la existencia de cualquier nación». La
perspectiva nacionalista en la selección de contenidos históricos para la enseñanza se ha extremado
hasta límites peligrosos en los períodos de preguerra y, sobre todo, ha sido muy utilizada por los
regímenes totalitarios.
e- La Historia alcanzó su estatus de ciencia social a lo largo de los dos últimos siglos. Debe
ser enseñada y percibida como ciencia y no como instrumento de adoctrinamiento ideológico y
político. En este contexto la Historia debe servir para entender cómo se han forjado las identidades
nacionales y enseñar a descodificarlas, centrándose en su historicidad y, por lo tanto, su principio,
evolución, y transformación de esa identidad.
f- Hoy nadie se atrevería a sostener seriamente que la autonomía ética y cívica del ciudadano
puede fraguarse en la ignorancia de todo aquello que es necesario saber. Fernando Savater, se
preguntaba: «¿Cómo van a transmitirse valores morales y ciudadanos sin recurrir a informaciones
históricas, sin dar cuenta de las leyes vigentes y del sistema de gobierno establecido, sin hablar y
entender otras culturas y países o sin emplear algunas nociones de información filosófica, y sin
haber descodificado la magia de la tecnología?» O, «sensu» contrario: ¿Cómo puede instruirse a
alguien en conocimientos científicos sin tener en cuenta los valores tan humanos, como la
curiosidad, la exactitud, o el deseo de alcanzar la verdad?
g- El conocimiento de la Historia es cada vez más necesario para formar personas con criterio
y con una visión lo más fundada posible sobre un mundo desbocado y lleno de incertidumbres. La
Historia tiene un gran poder formativo en la educación, como disciplina científica, es un tipo de
conocimiento de un gran poder formativo y también educativo. Y lo tiene por ser un medio válido
para aprender a realizar análisis sociales (en el sentido amplio). Permite estructurar todas las demás
disciplinas sociales y hace posible incorporar muchas situaciones didácticas para trabajar las
diversas habilidades intelectuales y potenciar el desarrollo personal.
RESPUESTA: Durante la Revolución industrial y las revoluciones liberales del siglo XIX,
se creó la necesidad de efectuar una crítica social a fin de evaluar los cambios sociales y
políticos que sucedían, así como su impacto en la sociedad y los motivos que los habían
producido. La preocupación por el cambio social, combinada con el avance que las ciencias
naturales estaban logrando gracias al desarrollo del método científico, impulsó la fusión de
ambas, dando lugar a las ciencias sociales. Así surgiría la sociología, y más adelante la
ciencia política, asociada al estudio de la jurisprudencia y de la filosofía política.
Aunque ha tenido su origen en la filosofía política se distingue de ella porque emplea una
multiplicidad de herramientas metodológicas propias de las ciencias sociales. Entre los
diferentes acercamientos posibles a la disciplina están el institucionalismo o la teoría de la
elección racional.
La ciencia política es una disciplina relativamente reciente, cuyo nacimiento (al menos
en lo que concierne a la ciencia política moderna) algunos sitúan en el siglo XV con Nicolás
Maquiavelo (separación de la moral y de la política). Sin embargo, ya en la Antigüedad existen
formas de organización política: la polis(donde nació la palabra 'política', y que significa ciudad) en
la democracia griega, la Res publica (cosa pública) que instauró la igualdad en cuanto a los
derechos políticos en la Republica Romana a excepción de los esclavos. En el Pensamiento
chino de Marcel Granet, el arte político databa de las «escuelas confucianas». La administración
pública china es la más antigua, comenzando el «mandarinato» en esta época.
Toda sociedad en la historia humana se presenta como una unión moral que tiene por
finalidad realizar en el tiempo un proyecto de vida en común, vale decir, un plan que, trasladado a
la realidad configura un orden. En las sociedades civilizadas ese orden es sinónimo de organización,
la cual implica la existencia de un órgano cuya función es dirigir la formulación y ejecución del
plan, velar por el diseño y la realización del orden. Y el órgano ejecutor ha de poseer la potencia,
fuerza y eficacia necesaria para poder cumplir su cometido y para asegurar el orden; el o los
órganos son entonces, los depositarios del poder.
De allí que el concepto de lo político está esencialmente vinculado a la idea de un
poder, de órganos de gobierno, de un plan y de un orden. Todas estas ideas son consustanciales a la
sociedad civilizada y constituye la estructura permanente y estable que subyace a través de las
distintas formas de organización de la sociedad que han definido los hombres en el tiempo.
El rol de lo político consiste, precisamente, en proporcionar homogeneidad, unidad y
cohesión a ese conjunto. De manera que lo político es una dimensión necesaria de la sociedad, una
potencia que la política traduce en actos concretos y contingentes de organización. La unidad que lo
político proporciona a la sociedad es inquebrantable, pero de manera alguna inmutable e invariable,
puesto que se modifica según las fuerzas que luchan, se combinan, se equilibran y se destruyen en
el seno de la sociedad a través del tiempo.
Por eso, debe distinguirse por una parte lo político como categoría existencial de la
dimensión humana, y por la otra la política como actividad y acción humana de contenido
contingente y mutable en sus formas y direcciones. Tales actividades están determinadas por la
inteligencia, por la voluntad y por las pasiones humanas, y tiende a proporcionar a la sociedad, en
cada lugar y tiempo histórico, las estructuras e instituciones, de acuerdo a las necesidades
materiales, morales e intelectuales determinadas por las coordenadas de la historia y del espacio.
Las relaciones entre lo público y privado es una categoría cuya finalidad establecer en la
actividad social un límite entre la protección del bien común de los miembros de una
colectividad (público) y la protección de los bienes que conciernen al individuo y a las
relaciones interindividuales como tales (privado). La extensión de lo público y privado está
determinada en cada sociedad y cada época por la idea del derecho vigente. Ambas
nociones son correlativas y no son pensables una sin la otra. El ámbito de lo privado es una
de las condiciones de la libertad civil y política y necesita de un orden político. De la
tensión entre lo publico y lo privado nace la opinión pública, es decir la adhesión a un
conjunto de ideas que se encausan a través de la contienda política y del sufragio. La
frontera entre lo publico y lo privado varían en la historia según las creencias valores y
representaciones que modelaron las sociedades y los estados en la historia.
RESPUESTA: La tarea de los juristas puede llamarse “sistemática” ya que está guiada por la
idea de presentar a las normas legales como partes de un todo o sistema. Esa tarea está guiada por la
idea de orden jurídico, que es el todo sistemático y no contradictorio en el cual se integran como
partes, todas las normas, ya sean éstas disposiciones constitucionales, leyes propiamente dichas,
decretos reglamentarios, etc.
Las normas jurídicas aparecen mutuamente relacionadas formando un conjunto, un todo
unitario, un sistema de normas que recibe el nombre de orden u ordenamiento jurídico en el cual
cada una tiene su lugar.
¿Cuál es el principio que determina la unidad sistemática de un conjunto de normas? El
principio que determina la unidad del ordenamiento jurídico es la validez de la ley o norma. La
validez de una norma legal siempre se funda en la conformidad con la norma superior y de todas
ellas, mediata o inmediatamente, con la Ley Fundamental también llamada Constitución por ser la
primera ley constitutiva del ordenamiento jurídico,
RESPUESTA: La clásica división del derecho en público y privado todavía hoy suele
presentarse como la más fundamental de las divisiones del derecho positivo.
Sus antecedentes remontan a la clásica difusión tripartita del derecho romano (ius civile, ius
gentium y ius naturale) a saber: derecho civil, propio de los ciudadanos romanos y que
comprendía tanto el derecho público como el privado, el derecho de gentes, común a los
romanos con los otros pueblos y, el derecho natural, emergente de la misma naturaleza y
por encima de las divisiones entre los pueblos (Ulpiano, s. 1 d. C).
Desde entonces se entiende que el derecho público regla las relaciones de los hombres
considerados como miembros de la asociación política: se ocupaba del gobierno del Estado,
de la organización de las magistraturas y de las relaciones de los ciudadanos con los
poderes públicos. Y el derecho privado tenía por objeto las relaciones entre los particulares.
Dado que el derecho público y el privado constituyen principios regulativos del conocimiento
jurídico se impone una subdivisión del derecho según las características de las relaciones jurídica e
instituciones que la componen: A) Derecho público: a) derecho internacional público, b) derecho
constitucional, c) administrativo, d) penal, e) procesal, f) tributario, etc; B) Derecho privado: a)
derecho civil, b) derecho comercial, c) derecho del trabajo, d) derecho agrario; e) derecho de
minería, f) derecho internacional privado, etc.
RESPUESTA: Entre los conjuntos de hechos históricos que estudia la ciencia histórica se
encuentran los conjuntos de conductas humanas pautadas por reglamentos y normas, las
cuales rigen esas conductas estableciendo roles, jerarquías y funciones sociales. Ese
conjunto histórico social se denominan instituciones. Por lo tanto, es conveniente
interrogarse sobre tres cuestiones: ¿qué significa institución?, ¿cuáles son los elementos
que caracterizan a las instituciones? ¿cómo se producen los cambios institucionales?, y
¿qué efectos desencadenan los cambios institucionales?.
Las Instituciones "son formas sociales, destinadas a sistematizar las relaciones entre los
individuos y grupos que componen la sociedad" (Ponsati: 1974; 34). Son organizadas por los
hombres con el objeto de ordenar las actividades tendientes a dar satisfacción a sus necesidades
materiales, morales e intelectuales; esto es, a hacer posible la supervivencia y convivencia del grupo
todo. En el seno de estas instituciones las relaciones interindividuales se establecen en base a los
roles preestablecidos que cada uno de los miembros ocupa. Constituyen en consecuencia una
estructura vincular más o menos rígida, estable y permanente, porque se acomodan a los modelos
preexistentes y a la normativa que regula los derechos y obligaciones de cada rol, su estructura
piramidal, sus funciones y los tipos de vínculos a entablarse entre roles de igual o diferente
jerarquía. En eso se diferencian de otros tipos de relaciones no institucionales, que no responden a
patrones rígidos y no tienen estabilidad o permanencia.
Pueden distinguirse dos tipos de instituciones:
1- las que constituyen sistemas simples de relaciones, como la propiedad privada;
2 las que configuran sistemas complejos de relaciones, porque suponen la existencia de un
conjunto de individuos vinculados por una regla de derecho, en torno a un fin común, dotados de
una autoridad que diseña el orden del grupo y lo conduce hacia su meta, haciendo cumplir las reglas
que describen ese orden. Son las organizaciones, como por ejemplo los sindicatos.
Las instituciones se constituyen con dos clases de elementos esenciales:
1° los elementos objetivos que están ordenados y configuran la "estructura"; esto es, los roles,
las normas, las funciones;
2 |los elementos subjetivos, conformados por las creencias, valores y representaciones
colectivas que le dan sentido a la institución dentro del contexto global, y que le dan funcionalidad
porque hacen que sean aceptadas y obedecidas. El elemento subjetivo es fundamental, porque las
Instituciones son percibidas por los grupos sociales, no necesariamente como son, sino como el
sistema de valores aprendido los lleva a creer que son, y en base a esas ideas las instituciones son
aceptadas y justificadas. Si un grupo determinado, tras haber sido socializado en un orden social
determinado termina disociándose espiritualmente y adhiere a otro sistema de valores, dentro del
cual una institución determinada es irrelevante o anacrónica, puede pasar de ese rechazo subjetivo a
un rechazo objetivo, o sea a negarle obediencia. Y es entonces cuando se producen las revoluciones.
Un ejemplo de eso puede encontrarse en el Virreinato del Río de la Plata en 1810, cuando la
población dejó de prestar obediencia al virrey y exigió una modificación de ese régimen por una
Junta de gobierno; para llegar a ese hecho de mayo debió haber existido previamente un proceso
interno de ruptura intelectual y subjetiva en esos actores.
Las Instituciones son esenciales para la sociedad porque cumplen funciones, que apuntan a
solucionar algún problema esencial para la supervivencia del todo. Todas aquellas instituciones
orientadas al cumplimiento de un tipo de función, constituyen un sistema. Así por ejemplo, las
empresas y los sindicatos constituyen el sistema económico. Los otros sistemas son: el político, el
parental, el cultural, el religioso. Como a su vez los distintos sistemas están relacionados entre sí, se
tiende a concebir las sociedades humanas como un conjunto de sistemas institucionales. Esa relativa
coherencia interna lleva a que cuando se produce un cambio en uno de los sistemas sociales, se
vayan concretando cambios en los otros.
En los cambios institucionales, toda y cada una de las partes de la estructura institucional se
ven impactadas y exigen un reajuste de sus instituciones sociales, políticas, y jurídicas en
cualquiera de los tres modos (adaptación, revolución o perversión institucional).A
continuación se analizará el modo en que impactan los cambios institucionales en la
sociedad, el estado, el derecho y la justicia (ordenamiento jurídico).
a) la sociedad el reajuste institucional afecta al sistema de relaciones humanas individuales
y colectivas. Las nuevas creencias, valores, representaciones, técnicas y sentimientos se
yuxtaponen con las antiguas poniendo en riesgo la cohesión de la convivencia social. El
entrecruzamiento entre los contenidos viejos y las nuevas formas sociales producen
cambios cualitativos y cuantitativos en las relaciones interpersonales sistematizadas
institucionalmente. Esa yuxtaposición puede no significar una transformación de los
modelos estructurales de la sociedad o bien iniciarse un proceso de reajuste que elimine los
más flagrantes anacronismos institucionales sea paulatino.
Pude ilustrarse ese reajuste en el cambio sufrido por la sociedad occidental medieval (siglos
V d.C a. XV d. C) frente a las nuevas ideas y descubrimientos científicos y geográficos a
partir del Renacimiento y Humanismo (siglos XV al XVIIII d. C) que paulatinamente
transformó el orden social teocéntrico y estamentario medieval en un orden social
antropocéntrico y de clases en la modernidad. Otro ejemplo de reajuste en la actual
sociedad contemporánea son los cambios en las relaciones sociales -individuales y
colectivas-, causados por la revolución tecnológica, la explosión demográfica, la brecha
generacional, el flagelo del hambre y la pobreza, el analfabetismo, el deterioro de la
naturaleza. Las sociedades contemporáneas tienen el desafío de reajustar sus instituciones
frente a la exigencia perentoria e insoslayable para mantener la cohesión social. El retraso
de ese reajuste genera frecuentes y violentos reclamos sociales de adaptación
(revoluciones). La resistencia al cambio para resolver esos problemas pone en riesgo la
preservación de la vida humana civilizada y del medioambiente. La ausencia o fracaso del
esfuerzo de la sociedad en encontrar soluciones a esos problemas originará relaciones
sociales perversas en lo individual y colectivo.
b) En el Estado el cambio institucional impacta en todo su ensamblaje político y exigen
reajustes en el sistema institucional que regulan las relaciones humanas en que discurren la
dialéctica de mando-obediencia, privado-público y amigo-enemigo. Las nuevas fuerzas
sociales generan nuevas “opiniones” políticas que intentan modificar el “orden establecido”
que regula a la comunidad sobre lo político pero también sobre lo jurídico, económico,
cultural, de clase, etc. Ese cambio institucional se verifica en el modo en que se establece
la lucha y confrontación política por el ejercicio y administración del poder.
Puede ejemplificarse este proceso de cambio institucional en el Estado Moderno desde el
siglo XV d. C al XX d. C, observando sus transformaciones desde la Monarquía absoluta,
sustituida por el Estado liberal burgués, luego por el Estado social democrático o por el
Estado totalitario. Otra ejemplo de cambio en la estructura política se encuentra en las
funciones del Cabildo del Virreinato del Río de la Plata (siglo XIX d. C) luego de la
Revolución de 1810 que dejaron de identificarse con el gobierno de la ciudad para
conformarse como juntas de representación política y administrativa, verdaderas juntas
provinciales, sustento de las ideas federales.
c) En el derecho y la justicia el reajuste institucional es una consecuencia del cambio
operado en la sociedad y en el Estado porque las relaciones jurídicas son las que articulan y
ordenan a la sociedad y el Estado en un momento histórico concreto. El elemento jurídico –
ordenamiento jurídico- se inserta en cada una de las formaciones sociales históricas como
elemento de la estructura global que las constituye. Las nuevas creencias ideológicas,
valores y representaciones acerca de los hechos sociales ofrecen la posibilidad de rediseñar
el orden social, económico y jurídico a cada sociedad histórica. Esa posibilidad actúa sobre
las instituciones jurídicas existentes de tal modo que cada sociedad puede o no crear otras
instituciones para resolver las necesidades de regulación de los hechos sociales básicos de
la convivencia humana.
Un ejemplo de esos reajustes puede hallarse en el derecho de propiedad: en el derecho
romano es un derecho absoluto y su propietario podía usar, gozar y abusar de los bienes
muebles o inmueble de tu titularidad (ius utendi, fruendi et abutendi); sin embargo, en el
derecho moderno (siglo XIX d. C) la propiedad es el uso y goce de los bienes pero su abuso
genera responsabilidad por daño; finalmente, en el derecho contemporáneo (siglo XX y
XXI d C) la propiedad genera el uso y goce del bien y la responsabilidad por daño, pero
además tiene una función social motivo por el cual el Estado -por ley- puede declararla de
utilidad pública y expropiarla. Otro tanto corre con la institución del matrimonio, cuya
regulación depende de las creencias y valores del orden jurídico de cada comunidad
histórica. Según sus creencias religiosas, podrá orientarse o no hacia una solución
monogámica (ha existido la poliandria y en el área musulmana se resolvería con una
fórmula poligámica), indisoluble o divorcista. Pero la configuración que el derecho dé al
tema básico será la institución jurídica del matrimonio tanto en un caso como en otro.