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CORREGIR ERRORES GRAMATICALES DE Coherencia Y COHESION

3) Buscar el Libro de Ciro Cardoso los siguientes temas y en sus páginas, y desarrollarlos:

Pag 77: La evolución de los enfoques acerca de las relaciones entre ciencia y sociedad

Pag 101- 13: ¿Es la Historia una ciencia? Y  Pag 139 -142:  Naturaleza del método histórico

Critica externa y crítica interna de los documentos (pag 142 en adelante)

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¿Es la historia una ciencia ?

La respuesta a esta pregunta depende de:

1) que la definición de ciencia que se acepte

2) de verificar si la historia llena los requisitos de dicha definición.

Ciencia es un tipo de actividad (y el resultado de dicha actividad) que consiste en aplicar a un


objeto el método científico, es decir, el método de planteamiento y control de problemas según el
esquema básico: teoría-hipótesis-verificación-vuelta a la teoría

Según Mario Bunge). La ciencia es un «conocimiento racional, sistemático,

Exacto, verificable y por consiguiente falible»

Viejas discusiones:

Positivismo ->crítica ->historicismo neokantiano/ «presentismo» (Windelband, Rickert, Dilthey,


Croce, Collingwood, etc.).

Nuevas discusiones ;

El segundo corresponde a la fase de derrumbe de estas corrientes, pasando la cuestión de la


cientificidad a ser planteada de manera diferente (positivismo lógico y por los diversos
estructuralismos).

Witold Kula habla de los dos caminos que pueden conducir a la definición de una ciencia o
disciplina.

# Se puede proceder empíricamente, por el examen de lo que investigan, de hecho, los


especialistas que la practican.
#También es posible buscar una definición normativa, deduciendo
de ciertos principios generales, teóricos o filosóficos, lo que debería ser el contenido de la
disciplina en cuestión.

La manera indicada seria tomar ambos y no ignorar cuestiones prácticas, ni teóricas, debido a que
en diferentes ocasiones como señala el autor, una persona con conocimiento teórico, quizás
hubiese llevado a cabo una investigación más detallada y minuciosa que uno puramente practico.

El autor da una fuerte crítica sobre los estudios con poca profundidad y faltos de un análisis
riguroso, acotando “son libres de decir lo que se les ocurra acerca de lo que les parece que la
historia es: de qué se trata, si es o no ciencia, qué tipo de ciencia, o qué debe hacer para volverse
científica. Pero es verdad también que, si hablan de algo que ignoran profundamente, los
historiadores tienen todo el derecho de no tomarlos muy en serio.” Cita de . E. H. Carr, ¿Qué es la
historia?

La vieja polémica: positivistas versus idealista

El positivismo tenía una concepción de las ciencias según la cual consisten en dos sistemas de
operaciones:

1) el establecimiento de los hechos;

2) su explicación a través de leyes. Los hechos se imponen por sí mismos al observador, por
intermedio de la percepción sensorial Y las leyes se alcanzan por inferencia inductiva,
generalizando a partir de los hechos acumulado

Otra característica de la historia positivista era la creencia no sólo en su carácter científico y


objetivo, sino en que éste participa del modo de ser de las ciencias naturales y por otra parte la
significación de un proceso cultural depende por completo de su peculiaridad individual.

Estas características impulsadas en su mayoría por augusot Comte, y con notables relaciones con
la sociología no fueron de todo aceptadas por el resto de historiadores, Debido a que
consideraban deficiente el análisis de los hechos como singulares e irrepetibles y ligados a esto
argumentaban que el sentido de la “ intuición” era demasiado variable como para ser importante
en un análisis Historiografico.

“No hay, en efecto, ningún modo de fundamentar procedimientos científicos objetivos, que
busquen sistemáticamente la intersubjetividad, si se elimina el realismo del objeto: se queda uno
exclusivamente con la subjetividad individual del observador visto como sujeto activo del
conocimiento.”
EN CUANTO AL IDEALISMO…. (RESUMIR)

El idealismo halló en la filosofía de Hegel su forma acabada y brillantemente expuesta. La historia


de la sociedad, desde el punto de vista de Hegel, es un proceso, sujeto a leyes de desarrollo y
perfeccionamiento de la cultura humana. Pero el fundamento de esa sujeción a leyes y la fuente
del desarrollo de la sociedad, radican no en la sociedad misma, sino en una mística “idea
absoluta”. La “idea absoluta”, he ahí el principio creador que dirige la vida de los pueblos y de los
Estados, e impulsa la sociedad hacia adelante. Idealistas en la concepción de la historia, fueron los
socialistas utópicos, aunque ellos, como, por ejemplo, Saint-Simon, enunciaron diversas conjeturas
geniales sobre la enorme importancia de la producción y de la técnica para la vida de la sociedad.
También concebían en forma idealista el desarrollo histórico, los populistas, los “eceros” y los
anarquistas. Los populistas, como es sabido, consideraban que la historia la hacen “los héroes”, las
personalidades ilustres. Los populistas fundaban su acción sobre la base de planos “ideales”,
apartados de la vida y omnímodos, mas no sobre la base de una concepción científica de las
condiciones y necesidades de la vida material de la sociedad. Marx fue el primero en demostrar
que el desarrollo de la producción material es la base del desarrollo social. Por eso, la política del
Partido marxista-leninista, como política científica, toma por punto de partida las condiciones
concretas y las necesidades materiales de la sociedad y de la lucha de clases.

En oposición a la concepción materialista, la concepción idealista considera las ideas, las teorías, la
conciencia del hombre como la fuerza motriz esencial del desarrollo social. Antes de Marx, la
concepción idealista de la historia dominaba por completo. Aun los materialistas explicaban como
idealistas los fenómenos sociales. Incapaces de aplicar su materialismo al conocimiento de los
hechos sociales, limitaban su interpretación materialista únicamente a los fenómenos de la
naturaleza. Así, los materialistas franceses del siglo XVIII, al mismo tiempo que admitían que las
opiniones y las concepciones de los hombres estaban en función del medio social, caían en el
idealismo en cuanto era necesario explicar los cambios en la sociedad, afirmando que esas
transformaciones eran determinadas por la instrucción, la difusión del saber, los cambios
sobrevenidos en las opiniones (“la opinión gobierna al mundo”). Creían que el progreso histórico
estaba en función de la voluntad, de las disposiciones y de los deseos de las “personalidades
eminentes”: soberanos, conquistadores, jefes militares, Así, encaraban la historia como el
resultado de un conjunto de circunstancias favorables o desfavorables, y no como un proceso
determinado. El materialista alemán del siglo XIX, Feuerbach (ver), concebía igualmente como
idealista los hechos históricos, y afirmaba que los diferentes períodos de la historia humana no se
distinguían los unos de los otros sino por los cambios de la religión.

( PONER EN FORMA DE ITEMS O DE FRASES )


Las nuevas polémicas: neopositivistas y estructuralistas contra la historia

SEGÚN EL AUTOR El neopositivismo en más de una ocasión trató de atacar frontalmente

a la historia, con la finalidad de demostrar que no es ni puede ser ciencia. Una de las maneras en
que lo intentó fue a través de la llamada «teoría de la ley envolvente» , ya en los años 1940. Karl
Popper y Cari Hempel, actuando paralelamente, fueron responsables del intento. Según ellos, el
procedimiento lógico de la explicación es el mismo en cualquier ciencia. La explicación causal, para
Popper, depende de dos elementos:

1) una ley universal conocida

2) la descripción de las condiciones iniciales (o sea, las condiciones específicas en que transcurre
el proceso estudiado).

la confluencia del marxismo y del grupo de los «Anales».

La «Corriente de los Annales» desarrolla una historia que no se interesa por el acontecimiento
político y el individuo como protagonista típicos del trabajo de la Historiografía contemporánea,
sino por los procesos, las estructuras sociales y, después, por una amplia gama de temas cuyo
acercamiento con las herramientas metodológicas de las Ciencias sociales le permitió estudiar.

El historiador en esta corriente se adhiere a un modo de escribir la historia desde el planteamiento


de problemas que resolver o preguntas que contestar,1 postura heredada de las ciencias naturales
exactas y, en segundo término, de las sociales. Además, a diferencia de la historiografía clásica,
estos autores toman conciencia de que no están escribiendo sobre el pasado reproduciéndolo de
modo fiel sino interpretándolo, partiendo de sus propios conceptos y subjetividad, así como de
teorías, para escribir su versión del fenómeno histórico sobre el que trabajan.

En cuanto a las fuentes, amplió el abanico de recursos de los que es legítimo disponer. Si bien los
documentos escritos siguen siendo un elemento muy importante en su base empírica, se
incluyeron todos aquellos elementos que pudieran dar evidencia útil en la investigación. Así, la hoz
habla del campesino, el vestido, de la dama o el acordeón, del músico.

Se produjo historia geográfica, social, económica, cultural, demográfica, psicológica, etnográfica y


política, pero esta última en un sentido distinto al clásico.

La Corriente de los Annales es de trascendencia para el análisis de los estudios en ciencias sociales
desarrollados en el siglo XX y dejó el camino abierto para que aparecieran una gran variedad de
metodologías y enfoques dentro de la disciplina histórica. Para finales de siglo, esta atomización
disciplinaria resultaría en un importante conflicto metodológico y epistemológico y en la crisis de
la crítica posmoderna.
Naturaleza del método histórico Critica externa y crítica interna de los documentos (pag 142 en
adelante)

la crítica externa de los documentos: Se trata de determinar si un documento es auténtico o


falso, en su totalidad o en parte, y de ubicarlo en el tiempo y el espacio, además de restablecer su
texto en su forma primera. Comprende tres operaciones: crítica de restitución, crítica de
procedencia y clasificación crítica de las fuentes.

Mediante la crítica externa se verifica la autenticidad y la validez de un documento o vestigio, es


decir que comprueba si es lo que parece o dice ser, a fin de determinar si puede considerárselo
como prueba. Para descubrir los orígenes de una fuente material se pregunta lo siguiente: cuándo
o por qué fue elaborado el documento, quién fue el autor o creador, si escribió el material el autor
a quien se le atribuye, si es ése el original o bien es una copia exacta del trabajo del autor (y en su
caso si es posible restaurar el texto original del documento. Preguntándose infinidad de
cuestionamientos se debe de determinar cuándo, dónde y por qué fue producido un documento o
vestigio y verificar quién fue su autor. La determinación de la autoría es una prueba que el
historiador de be realizar con frecuencia, puesto que algunos documentos no incluyen el nombre
del autor, ocultan su identidad con un seudónimo, o bien mencionan como autor a alguien que no
tuvo en el trabajo ninguna participación significativa.

Crítica interna: Después de realizar la crítica externa de una fuente, es momento de proceder a la
crítica interna. La primera se refiera a la determinación de la época, lugar y autoría del documento,
y procura restaurar la forma original y el lenguaje empleado por el autor. La crítica interna consiste
en determinar el significado y confiabilidad de los datos que contiene el documento. Para verificar
el contenido de una fuente, el historiador se pregunta qué quiso significar el autor con cada
palabra y cada expresión, y si son dignos de fe sus asertos. La finalidad de la crítica interna consiste
en determinar las condiciones en que se produjo el documento, la validez de las premisas
intelectuales sobre las que se basó el autor y la interpretación correcta de los datos.La tarea de
determinar con exactitud el significado de una expresión, término técnico o palabra arcaica es
sumamente compleja y requiere considerables conocimientos de historia, leyes, costumbres e
idiomas. Es más fácil leer un documento “con los ojos del autor”, si se está familiarizado con el
ambiente geográfico, social, religioso y económico en que aquél vivió. Si un investigador conoce el
motivo que indujo al autor a redactar un informe, se halla en condiciones de interpretar con más
exactitud el significado de este último. Cuando dispone de tales informaciones, el investigador
puede determinar si el autor escribe seriamente, con humor, con ironía, o de manera simbólica.

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