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La extinción contractual está sometida a rígidos límites con el fin de hacer efectivo el
principio de estabilidad en el empleo; protegiendo intensamente al trabajador;
particularmente en los casos de extinción irregular. No obstante, la normativa sobre extinción
salvaguarda también la libertad de empresa, posibilitando la realización de ajustes sobre la
plantilla en función de causas que preserven los intereses empresariales.
Las causas extintivas y el régimen jurídico aplicable a cada una de ellas se concretan en los
arts. 49 y ss. ET, siendo dicha regulación indisponible para las partes, tanto en su vertiente
sustantiva (causas y efectos económicos), como a la procedimental (forma y contenido de la
comunicación, obligaciones informativas o de consulta con los representantes de los
trabajadores). Aunque el ET recoge un listado legal de causas de extinción de carácter
abierto, en la práctica no se admite una ampliación o flexibilidad. Generalmente, la extinción
exonera a ambas partes de sus respectivas obligaciones jco-laborales, teniendo en cuenta lo
siguiente:
- El deber de satisfacer las indemnizaciones u otras prestaciones económicas vinculadas
a la extinción que, en atención a la causa extintiva, corran a cargo del empresario.
- El deber de liquidar y abonar las cantidades pendientes de pago.
- La subsistencia de determinados deberes (como el deber de secreto o deber de
respetar las garantías previstas en la normativa de protección de datos).
- Los efectos que para ambas partes van anudados a los posibles pactos de no
competencia postcontractual.
El empresario debe formalizar un documento de liquidación de las cantidades adeudadas al
trabajador a la fecha de la extinción. Dicho documento debe acomodarse a lo dispuesto en el
art. 49.2 ET y ser clara y transparente, recogiendo los conceptos y cuantías adeudados, así
como las retenciones, deducciones y compensaciones que procedan, para que queden
completamente saldadas y liquidadas las cuentas pendientes y evitar que se interpongan
nuevas reclamaciones de cantidad.
Debe facilitarse tal propuesta liquidatoria en la fecha misma de la extinción; pero la ley
determina que habrá de hacerse con anterioridad, coincidiendo con la denuncia del contrato o
la del preaviso, cuando el empresario venga obligado a respetar estos últimos requisitos.
Además, el trabajador puede exigir que esté presente un representante legal de los
trabajadores en el momento de la firma y debe hacerse constar en el documento de finiquito si
estuvo o no presente y si fue la empresa quien lo impidió.
El trabajador deberá devolver todos los bienes, instrumentos o dispositivos que la empresa le
haya facilitado con fines laborales, salvo que se llegue a un acuerdo, al igual que deberá
restituir los poderes, información y documentación que estaban en su poder.
La empresa tiene también la obligación de expedir el certificado de empresa en 10 días desde
la terminación de la relación, en el que ha de constar la concreta causa extintiva junto a otra
información de interés a efectos del reconocimiento de prestaciones de SS. La extinción
determina la formalización de la baja en SS, cesando la obligación de cotizar, salvo
remuneraciones de vacaciones pendientes de disfrute y a otras percepciones económicas.
El sistema legal de la extinción del contrato del trabajo adopta una perspectiva de
desocupación involuntaria del trabajador que le generan unos perjuicios que deben ser
compensados. Así, se establece un régimen de indemnizaciones mínimas indisponibles
tasadas. En el caso de extinción por decisión unilateral del trabajador o por mutuo acuerdo,
no se establecen cargas indemnizatorias. En la legislación tributaria se declaran exentas de
tributación las indemnizaciones para las extinciones por decisión empresarial, con un tope
máximo (180.000 euros).
La extinción que por decisión empresarial sin causas justificadas o sin cumplir con los
requerimientos de fondo o de forma, serán consideradosdespidos no ajustados a Derecho,
llevando aparejados las consecuencias jurídicas del despido disciplinario improcedente.
9.1 MUTUO ACUERDO.
Se trata de un acuerdo de voluntades entre trabajador y empresario sobre la extinción del
contrato durante el transcurso de la relación. Tiene una difícil articulación práctica. Aunque la
iniciativa parta de uno de ellos, si se ponen de acuerdo, encaja en este supuesto.
Puede producirse automáticamente por las causas previstas en el contrato que no supongan
desconocimiento de los límites legales, ni sean potestativas para el empresario o sean
abusivas. En caso contrario, las consecuencias serían las previstas para el despido
improcedente. Si las condiciones supusieran vulneración de derechos fundamentales o fueran
discriminatorias, se activarían las consecuencias del despido nulo.
Si la condición resolutoria es apta, no hay requisitos de procedimiento ni forma, de modo que
podría operar automáticamente; pero procede que se respeten los requisitos de denuncia y
preaviso difícilmente prosperará la reclamación. Se deberá proceder, además, a la liquidación
de salarios pendientes.
El trabajador sólo accedería a una indemnización si así se hubiera pactado expresamente; y en
tal caso quedaría sujeta a tributación . Por ello en la práctica puede pretenderse simular un
despido. En todo caso el trabajador tendría derecho a desempleo, por la involuntariedad del
acaecimiento de la condición resolutoria y de la extinción contractual.
9.1.2. Acuerdo extintivo sobrevenido.
Se trata de un acuerdo de voluntades entre el empresario y el trabajador alcanzado durante el
transcurso de la relación.
La iniciativa puede provenir de cualquiera de las partes, pero el acuerdo ha de estar exento de
vicios de consentimiento. No debe confundirse con los acuerdos que se alcancen en la
terminación de la relación sobre las consecuencias aparejadas a la extinción.
No hay requisitos formales, si bien debe existir constancia del acuerdo. No debe prestarse
plazo de preaviso pues se entiende que el trabajador pasa voluntariamente a una situación de
desocupación, por tanto, no disfrutará de prestaciones por desempleo. Se debe proceder a la
liquidación de salarios pendientes.
El trabajador sólo percibirá indemnización si así lo hubiera pactado con la empresa, sin que la
ley fije un mínimo de referencia. De pactarse→ bajas incentivadas, la indemnización estaría
sujeta a tributación y a cotización, con la excepción de despidos colectivos.
Para salvar este inconveniente, puede ocurrir que se pretenda simular un despido. De
probarse la simulación efectuada, ello no impediría la aplicación del tratamiento fiscal que se
quiso evitar y las correspondientes sanciones de orden tributario. Además, las prestaciones
por desempleo deberán ser restituidas, con abono de recargos e imposibilidad de acceder
temporalmente a determinados beneficios en materia de SS, haciendo frente además a las
sanciones administrativas correspondientes. Además, estas conductas están tipificadas como
delito siendo coautores trabajador y empresario. La liberación de responsabilidad tampoco se
conseguiría recurriendo a un intento de conciliación administrativa.
9.10. JUBILACIÓN
9.10.1. Jubilación del trabajador (art. 49.1.f) ET)
La jubilación del trabajador extingue el CT, bajo cualquiera de las fórmulas de jubilación
total contempladas por nuestro sistema público de protección social (ordinaria o anticipada).
Es preciso que el retiro sea total y efectivo y que el trabajador reúna todos los requisitos (si la
jubilación es parcial, el contrato sigue vigente).
La jubilación se configura como una vicisitud voluntaria, un derecho del trabajador; siendo él
quien decide el momento de retiro; sin que el OL establezca una edad límite , ni una edad
máxima para el acceso al mercado laboral. No cabe jubilación impuesta por contrato
individual o decisión unilateral de la empresa (derecho a no sufrir discriminación por razón
de edad y el derecho al trabajo, 14 y 35 CE). Distinto es que el contrato se extinga por
jubilación voluntaria incentivada por la empresa, protagonizada por un trabajador de edad
avanzada, sin que ello plantee especiales problemas.
Pese a esto, tras la última Reforma en 2018, se vuelve a la posibilidad de imponer la
jubilación forzosa a través de la aplicación de cláusulas en la negociación colectiva. En este
punto, las sucesivas reformas han seguido una evolución en direcciones opuestas.
Los requerimientos de las cláusulas convencionales de jubilación forzosa tratan de asegurar
que el trabajador afectado no vea perjudicados sus derechos de pensión y que se cumpla el fin
de reparto intergeneracional.
No debe confundirse con la prejubilación, que no cuenta con previsión legal específica, bajo
la que quedan comprendidas distintas fórmulas de protección transitorias de contratos de
empleados de edad avanzada pero inferior a la edad legal de jubilación. Reducen el impacto
financiero de las extinciones y tienen su origen en pactos individuales o colectivos y resultan
costosas.
En el caso de prejubilaciones fruto de acuerdo individuales, tendrán un tratamiento
desfavorable en términos de cobertura de desempleo y exención tributaria, lo que explica que
a veces estos pactos se encubren bajo supuestos despidos. En sede colectiva también pueden
pactarse, dentro y fuera del marco de despidos colectivos, en evitación del riesgo de que la
fórmula de salida se considere discriminatoria por razón de edad.
La reforma trae la posibilidad de jubilación forzosa con amparo en los CC. La DA 10ª del ET,
impone los siguientes requerimientos:
1. Que el trabajador haya cumplido la edad legal de jubilación ordinaria.
2. Que conforme a la normativa de SS, le corresponda el 100% de la pensión ordinaria
de jubilación en su modalidad contributiva
3. La medida deberá vincularse a objetivos coherentes de política de empleo expresados
en el CC, como la contratación de nuevos trabajadores o el relevo generacional.
El trabajador que extingue su contrato por jubilación pasa a tener la condición de pensionista,
con derecho a la pensión pública que le corresponda en función de la modalidad de jubilación
a la que se haya acogido y su carrera de cotización previa, que podrá verse completada con
complementos a cargo de sistemas de previsión social complementaria financiados por la
empresa. Y, aunque no se contempla indemnización por jubilación, podría existir el deber de
satisfacer premios por jubilación, permanencia o fidelidad.
El haberse extinguido el contrato por jubilación total no tiene carácter irreversible, de modo
que, si posteriormente tuviera nuevas oportunidades, podría reanudar su actividad profesional
con suspensión del cobro de la pensión. Sin embargo, en el sistema de SS se establecen reglas
legales especiales que posibilitan la compatibilización de la jubilación con el desempeño de
trabajos con los límites previstos y con el impacto sobre la pensión determinado para cada
supuesto. Así, se regula la jubilación flexible y se incorporan reglas especiales sobre
continuidad de la vida laboral, para promover el envejecimiento activo.
9.10.2. Jubilación del empresario (art. 49.1.g) ET)
Cumplida la edad legal de jubilación por el empresario, su decisión de retiro total de la
actividad empresarial posibilita la extinción de los contratos de trabajo que viniera
protagonizando.
Para poder invocar su jubilación como causa de extinción es preciso:
● Que viniera siendo el verdadero empleador efectivo y que su decisión de retiro
determine el cese de la actividad de la empresa (pues si se pone en manos de un 3º, la
jubilación no implica la extinción; y en caso de traspaso de la empresa entrarían en
juego las garantías de la sucesión de empresas).
● Relativa inmediatez entre la fecha de acceso a la jubilación y el momento en el que se
intenta la extinción de los contratos. Cabría el mantenimiento provisional de cierta
actividad como una extinción “escalonada” para operaciones de liquidación.
No es exigible que reúna los requisitos previstos para tener derecho a una pensión. Bastaría el
retiro de hecho, tenga o no cubiertas sus necesidades económicas mediante sistemas de
previsión social complementaria para la jubilación.
Con todo, la normativa de SS también posibilitará la reanudación o mantenimiento por el
empresario de cierta actividad profesional después del acceso a la condición de pensionista.
Los trabajadores tendrán garantizada una indemnización legal mínima de un mes de salario,
cualquiera que sea el tipo de contrato y la antigüedad; y accederán a la protección por
desempleo.
● Despido nulo
La nulidad es una declaración que se justifica porque en el despido se han producido
circunstancias adicionales que merecen un especial reproche y vician de nulidad el mismo. Se
trata de una excepción, se dará cuando concurran elevadas dosis de arbitrariedad o se trate de
una ilegalidad intensa y superlativa. Procederá la nulidad del despido en dos supuestos:
● Nulidad subjetiva: es nulo el despido que persiga la vulneración de DDFF o
alguna de las causas de discriminación prohibidas por la CE. Lo importante es
el elemento intencional: la causa real factor de discriminación o vulneración
de derechos. Concurre la exigencia de que el móvil sea siempre uno de los
mencionados, no cabrá en supuestos que se aprecie un panorama
discriminatorio si el empresario acredita motivos diferentes.
● Nulidad objetiva: son supuestos concretos, que el empresario no tiene ni que
conocer, basados en la protección familiar y la necesidad de conciliación de la
vida laboral y familiar para evitar despidos improcedentes con baja
indemnización. Buscan proteger a los trabajadores que se encuentran en estas
concretas situaciones. Supuestos concretos de nulidad objetiva:
○ Trabajadores durante los períodos de suspensión del CT por
nacimiento, adopción, acogimiento, riesgo durante embarazo o durante
la lactancia natural → art. 45 1. D) y e) ET, o por enfermedades
causadas por embarazo, parto o lactancia, o la notificada en una fecha
tal que el plazo de preaviso concedido finalice en dichos periodos.
○ Trabajadoras embarazadas, desde el inicio del embarazo hasta el
comienzo del periodo de suspensión a que se refiere la letra a); el de
las personas trabajadoras que hayan solicitado uno de los permisos de
los arts. 37.4,5 y 6 ET, o estén disfrutando de ellos, o hayan solicitado
o estén disfrutando la excedencia prevista en el art. 46.3 ET; y el de las
trabajadoras víctimas de violencia de género por el ejercicio de su
derecho a la TJE o de los derechos reconocidos para hacer efectiva su
protección o su derecho a la asistencia social integral.
○ Trabajadords después de haberse reintegrado al trabajo al finalizar la
suspensión del contrato por nacimiento, adopción o acogimiento→ art.
45.1.d), siempre que no hubieran pasado más de 12 meses desde el
nacimiento, la adopción, la guarda por adopción o acogimiento.
En todos estos casos, el despido será nulo salvo que se declare procedente por motivos no
relacionados con el embarazo o el ejercicio del derecho a excedencia señalados.
Las consecuencias de la declaración de nulidad comportan la inmediata readmisión del
trabajador a su puesto de trabajo y el restablecimiento del vínculo laboral sin opción posible
de extinción indemnizada
10.5 La readmisión
En caso de optar por la readmisión (tras declarar el despido como improcedente) se
comunicará por escrito al trabajador en 10 días siguientes a la notificación de la sentencia y
se concederá un plazo no inferior a 3 días para que se produzca la incorporación efectiva; si
no se respeta este plazo, el trabajador no estará obligado a incorporarse hasta el transcurso de
esos 3 días . La readmisión comporta:
a) Incorporación al puesto de trabajo: En las mismas condiciones de trabajo; mismo
puesto o equivalente dentro de los límites de movilidad funcional (art. 39 ET). Si
existieran causas objetivas que obliguen a una modificación sustancial de condiciones
de trabajo, el empresario podrá proceder a la misma sometiéndose a las exigencias
habilitantes y respetando sus requisitos formales. En cuanto a la movilidad geográfica,
de existir causa cierta y suficiente que obligue al traslado, puede producirse la
readmisión una vez cumplimentado el procedimiento previsto en el art. 41 ET.
b) Abono de salarios dejados de percibir, correspondientes desde la fecha de efectos del
despido hasta el momento de la efectiva incorporación tras la sentencia. Su devengo y
pago sólo se produce en caso de readmisión. El importe de estos salarios será el
correspondiente al salario diario ordinario sin las partes proporcionales de pagas
extras ni salarios variables y del importe resultante habrán de deducirse los salarios
que se hubieran percibido si el trabajador hubiera estado prestando servicios en otro
sitio durante la tramitación del despido.
c) Incidente de readmisión irregular : Lo establece la LRJS ante la disconformidad del
trabajador en la forma en que se ha ejecutado la readmisión, para verificar si es
regular o irregular. Si se estima el incidente, se dictará un auto que determinará:
i) En el despido nulo, requerimiento para la inmediata readmisión con medidas
coercitivas mediante el embargo de bienes, traslado a la Inspección de Trabajo
para levantar Acta de Liquidación de Cuotas y multas pecuniarias diarias hasta
que se verifique la readmisión.
ii) En el despido improcedente, la extinción de la relación laboral con efectos de
la fecha del Auto, condenando a la empresa a pagar los salarios hasta esa fecha
y la indemnización del despido improcedente, que podrá ser incrementada
hasta en 15 días más de salario por año de servicio, con máximo 12 meses.
● El elemento teleológico
El elemento finalístico es esencial para lograr el equilibrio: este despido nace como solución
ante una necesidad definitiva, se justifica en el futuro de la empresa a corto plazo y la medida
ha de ser razonable o proporcionada a la entidad de la crisis. El despido empresarial nunca
podrá convertirse en un instrumento de reducción automática de plantillas por unos datos
contables. La flexibilidad anterior no significa que no deba existir una justificación real o que
con simples pérdidas el despido sea procedente. El empresario tiene que justificar que la
medida es adecuada, proporcionada y razonable en la situación que está viviendo la empresa
en ese momento; sin embargo, no hay que juzgar si hay mejores medidas a tomar. La STS 29
de septiembre de 2008 establece los elementos necesarios para que proceda un despido de
este tipo:
1. El supuesto de hecho que determina el despido: la situación negativa.
2. La necesidad de amortizar un puesto de trabajo para superarla
3. La finalidad que se asigna: ponderación que conduzca a decidir la relación entre la
situación de crisis y la medida de despido. La jurisprudencia nos determina qué
considerar media razonable:
a. Se prohíbe cuestionar la viabilidad futura de la empresa, no cabe juzgar en qué
medida el despido contribuye a la viabilidad de la empresa, el juez no puede
sustituir al empresario en la gestión de la empresa.
b. Se trata de adecuar la plantilla a la situación presente.
c. Una situación económica negativa cualquiera por sí misma no basta para
justificar los despidos de cualquier número de trabajadores.
d. Hay que comprobar si las causas tienen entidad suficiente y si la medida es
plausible. Tiene que haber una adecuación entre la causa y la medida.
e. Los efectos de la causa del despido han de justificar la extinción de los
contratos afectados.
f. Lo que ha de exigirse es la necesidad de extinguir el puesto, no las funciones,
que pueden ser absorbidas o repartidas: estamos ante una amortización
orgánica, no funcional.
● Causa técnica
El art. 51 ET :“se entiende que concurren causas técnicas cuando se produzcan cambios en
el ámbito de los medios o instrumentos de producción”.
Implica la introducción de avances tecnológicos y científicos, para ahorrar en factores
productivos y actualizar la propia estructura y situar la empresa en aceptables condiciones de
competitividad. Sin embargo, no podemos no tener en cuenta que, “aunque no existe duda de
que cualquier cambio tecnológico u organizativo se hace para mejorar la situación de la
empresa, no basta la mera conveniencia de la empresa para acudir a este tipo de despido”.
Por ello la jurisprudencia señala:
- Debe probarse lo razonable de la medida para superar una dificultad existente.
- Debe haberse realizado una determinada inversión en innovación tecnológica.
- Debe haber sido en fechas inmediatamente anteriores a la decisión extintiva.
● Causa productiva
Concurren causas productivas: “cuando se produzcan cambios en la demanda de los
productos o servicios que la empresa pretende colocar en el mercado”. Un desajuste de
producción evidencia una necesidad de reacomodar la plantilla cuando la retracción del
mercado obliga a la empresa a producir menos y reducir proporcionalmente la plantilla
(siempre que sea una medida adecuada y proporcional excluyendo la mera conveniencia, el
abuso y el fraude de ley). El remedio a esa situación debe aplicarse allí donde se aprecia el
desfase. La mera posibilidad de acomodo del trabajador en otro puesto no enerva la
concurrencia de la causa o la idoneidad del despido
● Causa organizativa
El art. 51 ET declara que la causa organizativa opera “cuando se produzcan cambios en el
ámbito de los sistemas y métodos de trabajo del personal”. A diferencia de la causa
económica, la organizativa debe acreditarse por unidades o centros de trabajo y procede en
caso de cierre del centro de trabajo en el que el trabajador presta servicios a pesar de que la
empresa tenga otros centros de trabajo en la misma localidad.
+ Referencias temporales
Cómputo: 90 días a partir del primer despido. Entre una tanda de despidos y otra deben
dejarse también 90 días (desde el último de una al primero de la siguiente). Además, el
cómputo debe hacerse por períodos sucesivos, fijandose concretamente el día inicial y final.
+ Extinciones computables
Se han de incluir tanto despidos empresariales como otras extinciones producidas en el
mismo período, por iniciativa del empresario o por otros motivos no inherentes al trabajador
distintos de los previstos en el 49.1 c) ET, siempre que sean al menos 5. Hay que tener en
cuenta dos puntualizaciones:
- El fraude de ley puede conllevar excepcionar estos cómputos si la proximidad entre
los ceses es tan escasa que cabe presumir que el empresario sabía que a las
extinciones se les unirían en fechas próximas otras con las que se superarían los
umbrales del despido colectivo.
- La delimitación del procedimiento extintivo es derecho necesario absoluto de
obligado respeto bajo sanción de nulidad
● En el despido colectivo
Caben 4 procedimientos distintos:
- Conflicto colectivo promovido por los representantes de los trabajadores.
- Demandas individuales por cada trabajador afectado.
- Acción de jactancia (acción civil por la que se obliga a una persona a que ejercite
judicialmente sus derechos o a que guarde silencio) que interpone el empresario para
que se declare ajustado a derecho el despido y evitar demandas individuales.
- Procedimiento de oficio instado por la autoridad laboral en caso de apreciar fraude,
dolo,o abuso de derecho en el acuerdo o que tuviera por objeto la obtención indebida
de prestaciones por desempleo.
Hay 3 acciones colectivas que enjuician el despido con afectación para todos los trabajadores
despedidos y que paralizan los procesos individuales, existiendo 3 posibles calificaciones:
1. Procedencia: se constata la corrección formal y causal, convalidando el despido en la
fecha de efectos y consolidando el percibo de la indemnización legal mínima o
derecho de percibir por iliquidez al no haberse puesto a disposición en la entrega de la
carta de despido.
2. Improcedencia: la jurisprudencia equipara no estar sujeto a derecho a improcedencia.
Se condena a optar por readmisión o extinción con abono de indemnizaciones por
despido improcedente.
3. Nulidad: el art 124 LRJS enuncia sus causas:
a. No haber realizado el período de consultas. Aunque la ley se refiera a la
absoluta omisión, se ha extendido la nulidad a la existencia de defectos graves
que puedan afectar a dicho período, especialmente a no negociar de BF→
jurisprudencia exige una intención maliciosa (no se presume) de violar la
norma para declarar la nulidad
b. No haber entregado la documentación prevista del 51.2 ET. Esta se da cuando
la documentación entregada sea insuficiente. Solo se declarará en casos de
indefensión o de merma de garantías.
c. Tras vulneración de derechos fundamentales y libertades públicas
d. Tras no respetar las prioridades de permanencia de ley, convenio o acuerdo.
La nulidad también se produce si no se respeta el plazo mínimo de 30 días entre la
finalización de las consultas y la comunicación del despido. Además, aunque no esté
recogido en 124 LRJS, la jurisprudencia también confirma que serán nulos los despidos que
excedan los umbrales del art. 51.1 ET de no haberse tramitado el proceso colectivo.