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Ciclo de vida:
Clínica de RN o lactante:
Tríada clásica:
● Coriorretinitis
● Hidrocefalia
● Calcificaciones intracraneales difusas
Signos y síntomas:
● Fiebre
● Hepatoesplenomegalia
● Linfadenopatía
● Ictericia
● Anemia y trombocitopenia
● Retraso en el crecimiento
● Petequias y púrpura (erupción en forma de «magdalena de
arándanos»)
● Macrocefalia
● Neumonitis
● Convulsiones
● Pérdida auditiva neurosensorial
Toxoplasmosis congénita:
● De los recién nacidos infectados el 80% no tiene signos de
enfermedad en el momento del nacimiento
● Un bajo porcentaje presenta compromiso ocular solamente y el resto
tiene una forma aguda generalizada o secuelas irreversibles.
● Los síntomas que aparecen en el recién nacido dependen del
momento de la infección del feto.
● Los mortinatos o muertes neonatales son raros.
Estudios de laboratorio:
➔ Cuando los títulos, con las reacciones anotadas, son más elevados
en el recién nacido que en la madre, entendiendo por título más
alto cuando hay diferencia en 4 diluciones.
➔ Cuando durante los meses siguientes al nacimiento, e l niño eleva
progresivamente los títulos de anticuerpos.
Histopatología
Imagenología
● Opciones:
○ TC
○ RM
● Hallazgos en la toxoplasmosis del SNC:
○ Lesiones anulares únicas o múltiples
○ Cambios inflamatorios
● Hallazgos en la toxoplasmosis congénita:
○ Calcificaciones dispersas
○ Hidrocefalia
○ Atrofia cortical
Tratamiento
Los pacientes inmunocompetentes no suelen requerir tratamiento. Sin
embargo, el tratamiento es necesario para los pacientes
inmunocomprometidos, embarazadas o con síntomas graves o
prolongados.
Prevención y profilaxis
Medidas generales:
Lavarse las manos después de manipular carne cruda o arena para gatos.
Cocinar bien la carne.
Pacientes embarazadas:
● No se recomienda el tamizaje rutinario de anticuerpos en mujeres
embarazadas.
● Evitar los gatos.
● No limpiar las cajas de arena para gatos (si es inevitable, use
guantes).
● Pacientes con SIDA: trimetoprim/sulfametoxazol a largo plazo cuando
el conteo de CD4 sea < 100 células/µl
Diagnóstico Diferencial
1. Mononucleosis infecciosa: enfermedad causada por el virus de
Epstein-Barr (EBV, por sus siglas en inglés) que se caracteriza por
fiebre, fatiga, linfadenopatía y faringitis. Puede observarse una
linfocitosis atípica. El diagnóstico se basa en las características
clínicas y en las pruebas de laboratorio, como una prueba de
anticuerpos heterófilos positiva o la serología. El tratamiento es de
soporte.
2. Mononucleosis por CMV: enfermedad causada por el CMV. Los
pacientes pueden presentar fiebre, linfadenopatía, hepatitis y
linfocitosis atípica. Sin embargo, la faringitis está ausente. La prueba
serológica positiva para el CMV proporciona el diagnóstico. La
enfermedad es autolimitante.
3. Infección aguda por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH):
enfermedad de transmisión sexual o sanguínea causada por el VIH.
La presentación del VIH está marcada por síntomas constitucionales
como linfadenopatía y fiebre. Una mayor progresión puede dar lugar
a infecciones oportunistas y tumores malignos. El diagnóstico se
realiza mediante un inmunoensayo enzimático. Las pruebas
adicionales incluyen la determinación de la carga viral del VIH, el
genotipo y el recuento de linfocitos T CD4+. Se recomienda el
tratamiento inmediato con terapia antirretroviral combinada.
4. Tularemia: infección rara causada por Francisellatularensis,
adquirida por contacto con tejidos animales, garrapatas o moscas
picadoras. La infección se manifiesta como una pápula, seguida de
fiebre, cefalea y linfadenopatía supurativa. La tularemia puede tener
una afectación multiorgánica. El diagnóstico se basa en el
hemocultivo y el cultivo de los tejidos infectados. El tratamiento es con
antibióticos.
5. Enfermedad del arañazo de gato: infección causada por Bartonella
henselae, un bacilo gram-negativo. Los pacientes generalmente se
presentan con fiebre, pérdida de peso y linfadenopatía dolorosa tras
ser mordidos o arañados por un gato. El diagnóstico se confirma
mediante serología o PCR. Se recomienda el tratamiento sintomático
y se administra azitromicina en caso de enfermedad grave.
6. Tuberculosis extrapulmonar: una infección diseminada por
micobacterias. La presentación de la tuberculosis extrapulmonar
incluye meningitis, pericarditis, linfadenitis e infección hepática, y
puede variar en función del lugar afectado. El diagnóstico se basa en
la detección de bacilos ácido-alcohol resistentes mediante el cultivo
de fluidos corporales o muestras de tejido. El tratamiento consiste en
una terapia combinada con isoniazida, rifampicina, pirazinamida y
etambutol.
7. Enfermedad de Hodgkin:una neoplasia de linfocitos B en los ganglios
linfáticos. Los pacientes presentan linfadenopatía, sudoración
nocturna, pérdida de peso, fiebre, esplenomegalia y hepatomegalia.
Las pruebas de diagnóstico incluyen el análisis histológico de los
ganglios linfáticos, los análisis de sangre, la TC y la tomografía por
emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés). El tratamiento
incluye quimioterapia y radioterapia.
8. Neurocisticercosis: infección causada por la ingestión de huevos de
Taenia solium. Los quistes pueden formarse en cualquier parte del
SNC y causar cambios de personalidad, convulsiones, déficits
neurológicos focales o signos de hipertensión intracraneal.
Generalmente, el diagnóstico se realiza basándose en el aspecto de
«queso suizo» del cerebro en la RM o la TC. Las pruebas serológicas
también puede ser útiles. El tratamiento es controversial, pero puede
incluir esteroides, terapia antihelmíntica y una consulta
neuroquirúrgica.
9. Tumores intracraneales: crecimiento benigno o maligno de células en
el cerebro que se presenta como cefalea, náuseas o vómitos
inexplicables, visión borrosa y dificultad para hablar o escuchar. El
diagnóstico se realiza mediante un examen neurológico,
imagenología (RM o TC) y, a veces, una biopsia. El tratamiento incluye
radiación, quimioterapia y/o cirugía.
10. Absceso cerebral: acumulación de pus en el parénquima cerebral
debido a una infección. El absceso cerebral se presenta con fiebre,
cefalea, convulsiones, náuseas y vómitos. El diagnóstico se basa
principalmente en la imagenología, ya que es difícil llegar a un
diagnóstico definitivo basado únicamente en la presentación clínica.
El tratamiento incluye terapia con antibióticos y cirugía para drenar el
absceso.