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INFARTO AGUDO AL MIOCARDIO

E l Infarto de Miocardio (IM) es un tipo de Cardiopatía Isquémica, (CI) es


decir, una enfermedad provocada por el deterioro y la obstrucción de las
arterias del corazón (arteriosclerosis coronaria). Se produce debido a la
acumulación de placas de colesterol, lípidos (grasas) y células inflamatorias en
las paredes de estas arterias, provocando que el corazón no reciba sangre
suficiente.

CLASIFICACIÓN

I
nfarto de miocardio espontáneo (IAM tipo 1): Es un episodio que
se relaciona con ruptura, úlcera, erosión o disección de una placa
aterosclerótica y producción de un trombo intraluminal en una o más
de las arterias coronarias, con necrosis de los miocitos. En el 5-20% de
los casos se puede hallar EC no obstructiva o ausencia de EC en la
arteriografía, en especial en mujeres.

I
nfarto de miocardio secundario a desequilibrio isquémico (IAM
tipo 2): En casos de lesión miocárdica con necrosis, donde otra
enfermedad que no sea la EC contribuye al desequilibrio entre la
provisión y las necesidades de oxígeno, se emplea el término ‘IAM
tipo2’. En pacientes con enfermedades graves o sometidas a cirugía
mayor (no cardíaca), pueden aparecer valores altos de los
biomarcadores cardíacos, debido a los efectos tóxicos directos de las
grandes concentraciones de catecolaminas endógenas o exógenas
circulantes. Asimismo el vasoespasmo coronario o la disfunción
endotelial pueden causar IAM.

M uerte cardíaca por infarto de miocardio (IAM tipo 3): A los


pacientes que sufren muerte cardíaca, con síntomas sugestivos de
isquemia miocárdica acompañada por cambios isquémicos en el ECG,
se los debe clasificar como IAM mortal, aún si no se dispone de
biomarcadores de IAM.

R
elacionado con una intervención coronaria percutánea (ICP
tipo 4ª): Las intervenciones coronarias por vía percutánea (ICP)
incluyen la angioplastia coronaria transluminal percutánea
(PTCA) con colocación de una prótesis endovascular o sin ella.

I
nfarto de miocardio asociado con procedimientos de
revascularización (IAM 5): Se puede producir lesión miocárdica o
infarto en algún momento de las maniobras instrumentales cardíacas
necesarias durante los procedimientos de revascularización, ya sea
por AIC o por cirugía de derivación aortocoronaria (DAC).

Signos y Síntomas

L
os síntomas de ambos tipos de infartos son los mismos.
Aproximadamente dos terceras partes de los pacientes presentan
síntomas prodrómicos entre varios días y semanas antes del evento,
que incluyen angina inestable o progresiva , disnea y fatiga.
El primer síntoma del infarto suele ser el dolor visceral subesternal profundo
descrito por el paciente como un dolor continuo o una compresión, que suele
irradiar a la espalda, la mandíbula, el brazo izquierdo, el brazo derecho, los
hombros o a todas estas áreas. El dolor es similar al de la angina de pecho ,
pero suele ser más intenso y prolongado y se asocia con mayor frecuencia
con disnea, sudoración, náuseas y vómitos y se alivia menos o sólo
temporalmente con reposo o administración de nitroglicerina. No obstante,
las molestias pueden ser leves y alrededor del 20% de los infartos agudos de
miocardio es silente (es decir, asintomático o que causa síntomas indefinidos
que el paciente no reconoce como una enfermedad), con mayor frecuencia
en los pacientes con diabetes. Los pacientes suelen interpretar estas
molestias como indigestión, en particular porque pueden atribuir el alivio
espontáneo erróneamente a la emisión de eructos o al consumo de
antiácidos.
En algunos individuos, el infarto se manifiesta con síncope.

Las mujeres tienen más probabilidades de presentar molestias torácicas


atípicas. Los ancianos pueden informar disnea con mayor asiduidad que
dolor torácico de tipo isquémico.

En los episodios isquémicos graves, el paciente suele experimentar dolor


muy intenso, inquietud y miedo. También puede presentar náuseas y
vómitos, en especial cuando el infarto de miocardio afecta la pared inferior.
En ocasiones, predomina la disnea y la debilidad provocada por insuficiencia
del ventrículo izquierdo, edema de pulmón, shock o una arritmia grave.

La piel puede ser pálida, fría y sudorosa. Puede identificarse cianosis


periférica o central. El pulso puede ser filiforme y la tensión arterial es
variable, aunque muchos pacientes presentan cierto grado de hipertensión
arterial cuando recién empiezan a percibir el dolor.

Los ruidos cardíacos suelen auscultarse algo distante y casi siempre se


detecta un cuarto ruido. También puede identificarse un soplo sistólico apical
suave de tono agudo (que refleja la disfunción del músculo papilar). En el
examen inicial, el hallazgo de un roce o un soplo más llamativo sugiere una
cardiopatía preexistente u otro diagnóstico. La detección de un roce pocas
horas después del establecimiento de los síntomas del infarto de miocardio
hace sospechar una pericarditis aguda en lugar de un infarto de miocardio.
No obstante, los roces, en general evanescentes, suelen identificarse durante
el segundo y el tercer día posteriores al infarto de miocardio con
supradesnivel del segmento ST. En alrededor del 15% de los pacientes,
suele hallarse hipersensibilidad a la palpación de la pared torácica.
En general, el infarto del ventrículo derecho los signos incluyen un aumento
de las presiones de llenado de este ventrículo, con distensión de las venas
yugulares (a menudo conocido como signo de Kussmaul) , campos
pulmonares limpios e hipotensión arterial.

Equipos para la toma de la Presión Arterial


La determinación se debe realizar mediante Doppler o con equipos
oscilométricos específicamente validados para el cálculo del índice tobillo-
brazo. Muchos diabéticos, especialmente los de larga evolución y los más
sedentarios, pue- den presentar una arteriopatía periférica silente.
 Doppler: Es una prueba no invasiva que calcula el flujo de la sangre en
los vasos sanguíneos haciendo rebotar ondas sonoras de alta frecuencia
(ecografía) en los glóbulos rojos circulantes.

 Equipos oscilométricos: El método oscilómetrico (Oscilometría de


Pachón o de Recklinghausen) recoge directamente las oscilaciones de
las paredes arteriales, entre esto tenemos:

I. El esfigmomanómetro: Instrumento médico empleado para la


medición indirecta de la presión arterial.

II. El tensiómetro: Monitor de presión arterial.


Tratamiento

En el instante en que el paciente tenga la sospecha de que presenta algunos de los


síntomas ya descritos debe avisar inmediatamente a los servicios de emergencias y
posteriormente pueden tomar una aspirina (tiene un efecto antiplaquetario que
inhibe la formación de coágulos en las arterias). “Uno de los problemas derivados
del infarto es que se produzca una arritmia maligna y que el paciente fallezca”,
explica Lidón. “Si está delante el servicio sanitario, las consecuencias pueden ser
menores porque pueden activar el protocolo de actuación ante un infarto”.

Según la especialista, el electrocardiograma marcará el tipo de tratamiento. Así, si


se produce un infarto con elevación del ST, los médicos activarán todos los
mecanismos para intentar abrir esa arteria lo antes posible. “En caso de que el
infarto no tenga elevación del ST, el médico tendrá que estudiar cómo está la
anatomía coronaria, la capacidad de bombeo del corazón, decidir si conviene
realizar una coronariografía y actuar en consecuencia, ya sea a través del mismo
catéter o indicando una cirugía”, señala Lidón.

La especialista insiste en que tanto si los especialistas realizan un intervencionismo


percutáneo coronario, como si hacen una cirugía es necesario que el paciente siga
un tratamiento médico de por vida. “Estos tratamientos están indicados para facilitar
la cicatrización, disminuir el trabajo del corazón para que pueda funcionar
adecuadamente y evitar que se produzcan nuevos infartos”, especifica. “Nuestro
objetivo es controlar todos los factores de riesgo cardiovasculares para evitar que la
enfermedad coronaria continúe progresando y, si progresa, que lo haga lo más
lentamente posible.

En el hospital, los pacientes pueden recibir distintos tipos de tratamientos:

 Oxígeno: Suele ser la primera medida que toman los facultativos en el hospital
y en la propia ambulancia.

 Analgésicos: En las situaciones en las que el dolor torácico persiste se


administra morfina o fármacos similares para aliviarlo.

 Betabloqueantes: Impiden el efecto estimulante de la adrenalina en el corazón.


De esta forma, el latido es más lento y tiene menos fuerza, por lo que el
músculo necesita menos oxígeno.

 Trombolítico: Disuelven los coágulos que impiden que fluya la sangre. Para que
sean eficaces deben administrarse en la hora siguiente al inicio de los síntomas
y hasta las 4,5 horas aproximadamente.

 Antiagregantes plaquetarios: Este tipo de fármacos, como por ejemplo la


aspirina, impiden la agregación plaquetaria en la formación de los trombos.

 Calcioantagonistas. Son bloqueadores de los canales del calcio. Impiden la


entrada de calcio en las células del miocardio. De esta forma disminuye la
tendencia de las arterias coronarias a estrecharse y posibilitan que el corazón
trabaje menos, por lo que descienden sus necesidades de oxígeno. También
reducen la tensión arterial.

 Nitratos. Disminuyen el trabajo del corazón. En la fase aguda de un ataque al


corazón suelen usarse por vía venosa y/o sublingual.

 Digitálicos. Estimulan al corazón para que bombee la sangre.

Otros tratamientos:

 Bypass coronario. La intervención consiste en seleccionar una sección de una


vena o arteria de otra parte del cuerpo para unirla a la arteria coronaria por
encima y por debajo del área bloqueada. Así se genera una nueva ruta o
puente por la que puede fluir la sangre al músculo cardiaco.

 Intervención coronaria percutánea. El objetivo es abrir la luz de la arteria


bloqueada. El especialista determinará el vaso infartado con un angiografía
inicial y posteriormente realizará una angioplastia con balón del segmento
trombosado pudiendo a la vez implantar un stent. En algunas ocasiones
pueden extraer el trombo con un catéter aspirador.
 Intervenciones en Enfermería

Para esto la intervención de la enfermera cobra importancia; es así como la


enfermera debe contar con los conocimientos y preparación suficientes para
orientar en forma oportuna todos sus esfuerzos, no solamente hacia brindar el
tratamiento específico a la persona con infarto, sino también hacia la
prevención y detección temprana de sus complicaciones. Los datos sobre los
cuales se establece el diagnóstico médico son clínicos, electrocardiográficos y
de laboratorio, herramientas en las que se basa la enfermera para realizar su
intervención. La Intervención de enfermería se presta al paciente y a su familia
mediante elementos interactivos del proceso de enfermería: observación,
diagnóstico de enfermería, planificación, intervención y evaluación. La
observación y valoración física realizada por la enfermera se inicia con la
asistencia al dolor; debe valorar el tipo de dolor, localización, duración y causa
que lo desencadena. El significado del dolor para el paciente y el resultado de
la respuesta emocional son factores esenciales para que la enfermera lo
asista. El miedo y la ansiedad producida por el dolor pueden aumentar el
trabajo y la frecuencia cardíaca por estimulación simpática. El examen físico
revela información sobre la situación actual del paciente. Los datos obtenidos
son correlacionados con los hallazgos clínicos y de laboratorio sobre los
cuales se establece el plan de cuidados de enfermería. Es importante que la
enfermera valore minuciosamente la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la
frecuencia respiratoria y la temperatura, ya que el paciente con infarto agudo
del miocardio en la fase aguda presenta cambios muy específicos en relación
con éste e igualmente la enfermera debe estar en capacidad de realizar su
análisis e interpretación. Respecto a los medios de diagnóstico que se
emplean para confirmar la presencia del infarto están las enzimas y el
electrocardiograma, siendo su control y análisis responsabilidad de la
enfermera. Igualmente está el control de gases arteriales el cual permite
evaluar la oxigenación y el balance ácido-básico, guiando el tratamiento y
asegurando una oxigenación óptima.
La enfermera identifica y define los problemas reales y/o potenciales que
presenta el paciente con infarto agudo de miocardio en la fase aguda. Para
cada uno planea actividades que conduzcan a su solución y de esta forma
prevé que la atención proporcionada sea de calidad.
Distribución de pacientes según localización del infarto
cerebral

Localización del infarto cerebral total


no %
60 46.15
Arteria cerebral media del hemisferio dominante

45 34.62
Arteria cerebral media del hemisferio no dominante

15 11.54
Arteria cerebral anterior

10 7.69
Arteria basilar

130 100.00
total

Distribución de los pacientes con infarto agudo del


miocardio según edad y sexo

Sexo masculino Sexo femenino total

Promedio ± IC 61.96 ± 1.37 68.35 ± 2.42 63.77 ± 1.24


Grupo etario n % n % n %
30-39 10 3.2 2 1.7 12 2.8
40-49 51 16.2 11 9.5 62 14.4
50-59 82 26.0 17 14.7 99 23.0
60-69 89 28.3 34 29.3 123 28.5
70-79 59 18.7 24 20.7 83 19.3
80 24 7.6 28 24.1 52 12.1
total 315 73.1 116 26.9 431 100

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