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ALUMNO: FLAMA, Ezequiel

CURSO: 5to C

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2 – Juan conoce la filosofía y al investigar descubre que es una actividad viva del pensamiento y de
la reflexión sobre ese mismo pensamiento, es decir, tiene más que ver con las preguntas que el
hombre se realiza, que con las respuestas de esas preguntas mediante las cuales el hombre llega a
ser él mismo haciéndose participe de la realidad. Ver la realidad según su origen. Apresar la realidad
conversando mentalmente conmigo mismo en la actividad interior. Abrirnos a la vastedad de lo que
nos circunvala. Osar la comunicación de hombre a hombre sirviéndose de todo espíritu de verdad en
una lucha morosa. Mantener despierta con paciencia y sin cesar la razón, incluso ante lo más
extraño y ante lo que sé rehúsa.

Esta rama del conocimiento surgió en la Antigua Grecia en Jonia, en Asia Menor, a principios del
siglo VI a.c. De entre los pensadores que se destacaron en la antigüedad, no sólo griegos, sino
romanos, se encuentran Tales de Mileto, Sócrates, Platón, Aristóteles, Séneca, entre muchos.

Desde la antigua Grecia existía una cierta división entre la filosofía y la ciencia: el saber dividía, de
manera general, en disciplinas filosóficas y matemáticas. Por ejemplo, la astronomía y la mecánica
se consideraban parte de las matemáticas; y la física y la biología, parte de la filosofía. Sin embargo,
esa separación nunca fue muy clara, principalmente porque era la misma gente la que solía hacer
tanto el trabajo científico como el filosófico. Desde Aristóteles y los pensadores árabes
medievales, encontramos una gran cantidad de filósofos que colaboraron al avance de las ciencias.
Fue precisamente en el siglo XVII, cuando se dio la famosa Revolución científica, que los métodos
de la ciencia y la filosofía comenzaron a distinguirse. No obstante, incluso cuando se empezaban a
diferenciar con más claridad estas disciplinas, seguía habiendo grandes hombres que las cultivaban
por igual: Descartes, Leibniz, Newton son sólo algunos ejemplos de estos filósofos-científicos.
No es casualidad que una de las obras más grandes de la historia de la ciencia lleva precisamente
por nombre Principios matemáticos de filosofía natural (Isaac Newton). Sin duda, el método que
siguen estas dos disciplinas es bastante diferente.

Las ciencias:

• se ocupan de resolver preguntas concretas y muy específicas en diferentes áreas del saber,

• se apoyan mucho en el conocimiento cuantitativo y matemático,

• demuestran sus hipótesis a través de experimentos físicos.

La filosofía:

• suele atender a problemas universales o abstractos,

• se apoya en la lógica, en la historia e incluso en otras ciencias particulares,

• demuestra sus hipótesis a través de métodos más variados como la fenomenología, el análisis
cualitativo, la lógica simbólica o la hermenéutica.

Sin embargo, la filosofía y la ciencia comparten muchas cualidades por las que una persona puede
sentirse atraída por igual a ambas disciplinas: buscan desentrañar los misterios del Universo.

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• siguen métodos rigurosos y lógicos para demostrar sus conclusiones (en esto se distinguen de las
pseudociencias o las creencias populares).

• comparten temas y objetos de estudio: la materia, el espacio, el tiempo, el origen del Universo.

Juan en su estudio descubre que al igual que lo real está dividido en una dimensión material,
sensible y visible y una dimensión ideal, inteligible e invisible, también el hombre es un ser dual, un
ser compuesto de su cuerpo material y corruptible y su alma espiritual e inmortal. Por eso decimos
que la concepción platónica del hombre es dualista. Que para Aristóteles, el hombre es un "animal
político", es decir, un ser que vive en una ciudad (del griego polis). Él ve evidencia en que la
naturaleza no hace nada en vano, nos ha dotado de la capacidad de hablar, haciéndonos capaces
de compartir conceptos morales como la justicia. En el Libro I de su Política, Aristóteles dice que «lo
que es cada cosa cuando se completa su crecimiento lo llamamos la naturaleza de cada cosa» y que
«el objeto para el que existe una cosa, su fin, es su principal bien; y la autosuficiencia es un fin y un
bien principal».

En sintonía, respecto a la construcción del individuo dentro de la política, Pericles comprendía


que “la forma de ser de un hombre está en simbiosis con el sistema político en el que vive […] En
armoniosa convivencia con la vida política, los individuos conducen una vida privada que cada cual
regenta a su manera” (Hermosa, 2000, p. 44). desarrolló una nueva sensibilidad del espíritu
apoyándose en un sistema educativo en el cual se buscaba la comprensión de los siguientes
aspectos:

• La existencia de varios caminos para la misma meta, la viabilidad de conciliar elementos dispares en
un mismo punto, porque lo heterogéneo no es de por sí contradictorio. […] Esa convicción es parte
de la obra con que la historia sella la originalidad del ateniense, y en esa flor liba la miel de su
autoconfianza y hasta de su generosidad.
• Autoconfianza que le permite mirar al extranjero sin ver en él a un enemigo […] esa autoconfianza le
capacita para dilatar el órgano y el radio de la moralidad, mediante la práctica del altruismo […]
• Altruismo y generosidad son signos de la autonomía de la voluntad y de la actividad del alma, dos
formas de actividad de un sujeto que rige los impulsos de su corazón por el movimiento de la
libertad (Hermosa, 2000, pp. 47-48)
Siglo de Pericles es el término con el que se designa a un período de la historia de Atenas dentro
del siglo v a. C. en el que alcanzaron su apogeo diversas manifestaciones
culturales. Pericles ―estratega, político y orador Ateniense― supo rodearse de las personalidades
más destacadas del momento, hombres excelentes
en filosofía, arquitectura, escultura, historia, literatura, etc. Fomentó las artes y las letras y dio
a Atenas un esplendor que no se repitió a lo largo de su historia. Realizó también grandes obras
públicas y mejoró la calidad de vida de los ciudadanos. De ahí que esta importante figura histórica
haya legado su nombre al Siglo de Oro ateniense, cenit de la Grecia clásica. Todos estos aspectos y
cualidades dieron lugar a un nuevo tipo de humano: el ateniense. “El hombre versátil de espíritu
abierto, con plena conciencia cívica y amigo de la sensualidad, respetuoso con los otros y buen

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patriota”. En última instancia, Pericles también analizó que la ciudad, bajo este sistema político,
también debe estar hecha a imagen y semejanza de sus individuos.
También descubrió que Tales de Mileto el primer filósofo griego en plantear la naturaleza última del
mundo, concebida sobre la base de un primer y último elemento: el agua. Para el filósofo presocrático,
el agua es el principio de todas las cosas que existen. El agua es origen que dio comienzo al universo,
una idea que los griegos llamaban arjé, (fuente, principio u origen). De esta manera nació la primera
teoría occidental sobre el mundo físico. Este filósofo de la Grecia antigua nacido en el año 624 a.C. es
considerado el precursor de la ciencia moderna y es uno de los principales sabios de Grecia. Iniciador de
la escuela de Mileto, la primera de las escuelas filosóficas de la antigua Grecia. En un mundo marcado
por la interpretación mitológica de los fenómenos de la naturaleza, Tales de Mileto recurrió a
explicaciones racionales para mostrar el funcionamiento del mundo.
Una de sus teorías sostenía que la tierra sobre la que pisamos es una especie de isla que «flota» sobre el
agua de forma parecida a un leño. Utilizando esta analogía, Tales de Mileto quiso explicar por qué la
tierra a veces temblaba: al no estar sostenida sobre unas bases fijas, el agua que hay debajo de la
superficie terrestre hace que ésta se tambalee.
No han trascendido escritos de ninguna de las teorías de Tales de Mileto. Sin embargo, filósofos como
Aristóteles o Séneca se encargaron de promulgar sus teorías, lo cual le ayudó a ganarse el título de uno
de los Siete Sabios de la Grecia Antigua.

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