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SALOME UREÑA
ISFODOSU
Recinto Emilio Proud’ Homme
Materia:
Fundamentos Filosóficos e Históricos de la Educación
Titulo:
Historia de la Filosofía Occidental
Sustentante:
Elvis Rafael Rosario Vallejo 20223-0002
Profesor:
Lic. Cruz Osvaldo Santos Cid
Filosofía antigua
La filosofía antigua es aquella fase histórica de la filosofía que comprende desde su
aparición en Grecia en el siglo VI a.C. hasta el siglo IV d.C., coincidiendo con la decadencia
del Imperio Romano de Occidente.
El establecimiento de polis o ciudades-estado y el inicio de la democracia favoreció que, a
partir del año 450 a. C., comenzara el esplendor de la filosofía griega.
Los filósofos de esta época, además de ser consejeros y maestros de políticos y
aristócratas, se enfocaron en el humanismo, pues el hombre y la búsqueda de la verdad
por parte de este era su principal interés.
Estoicismo
el fundador del estoicismo fue Zenón de Citio, un discípulo de Crates de Tebas que
desarrolló su pensamiento a partir de las tesis cínicas de su maestro (de ahí la clara
sintonía entre ambas filosofías en varios aspectos).
Sin embargo, quien convirtió al estoicismo en una doctrina de relevancia fue Crisipo de
Solos, quien dirigió la Stoa (la escuela estoica, ubicada en el pórtico pintado de Atenas)
desde el 232 a. C. al 204 a. C. Gracias a su enorme talento dialéctico y a su gigantesca
producción -nada menos que unas 700 obras, de las que tristemente solo nos han llegado
fragmentos-, Crisipo consiguió no solo que el estoicismo fuera una filosofía de gran
relevancia, sino que la Stoa llegase a superar a la Academia de Platón y el Liceo de
Aristóteles.
Los estoicos se enfocan en el ser humano como tema central de estudio. Su filosofía se
centra en la moral y busca enseñarnos cómo vivir en armonía con nuestra naturaleza.
Utilizan la lógica, la física y la ética para servir a la persona y guiarla en ese propósito.
Los estoicos reconocen dos principios: la materia y la razón. Sin embargo, la razón no es
algo separado, sino que está presente en todo. Según los estoicos, la razón y Dios son
iguales, ya que Dios gobierna el mundo y es su esencia misma. Por lo tanto, podemos
afirmar que la naturaleza del mundo es racional.
Todo en el mundo está conectado por una ley natural, una razón universal. Esta conexión
incluye al ser humano, ya que también es un ser racional y está vinculado al mundo. Esta
interrelación forma una cadena ineludible de relaciones, causas y efectos que conocemos
como destino. Los estoicos son deterministas y creen que los eventos del mundo están
preestablecidos, por lo que tenemos poco control para cambiarlos.
Sofistas
En la Antigua Grecia se llamó sofistas a los estudiantes y maestros de retórica que vivieron
principalmente en Atenas durante los siglos V y IV a. C. Si bien los sofistas eran en su
mayoría maestros y estudiantes, nunca constituyeron un conjunto uniforme, como si se
hablara de una escuela, sino que cada uno de ellos predicaba y enseñaba a su manera y
diferenciándose de los demás.
Según los sofistas, el lenguaje es lo que define al ser humano y lo distingue de los
animales. Es la expresión de su naturaleza psicofísica y también la base de su carácter
social. A través del lenguaje, el ser humano puede mejorar personalmente e integrarse en
la sociedad. Es por esta razón que la elocuencia adquiere importancia y la retórica se
vuelve relevante en el ámbito académico.
También debemos a los sofistas importantes logros en el ámbito de la teoría y de la
creación literarias. Además de su insistencia en el valor de la palabra (y, como
consecuencia, en la importancia del lenguaje literario), defienden la doble finalidad de la
literatura, como fuente de placer -por su condición estética- y como medio de
conocimiento: en este sentido, fueron grandes impulsores del comentario y la crítica de
los poetas (C. Bobes, 1995, I: 49). Y, como indica A. López Eire, hicieron especial hincapié
en la capacidad de la poesía para «hechizar» a los oyentes (2002: 75).
Epicuro
Epicuro fundó, como también hicieron Platón y Aristóteles, su propia escuela, El Jardín.
Este espacio, dentro de su propio hogar, fue el lugar escogido para desarrollar su filosofía,
en las reuniones y charlas que mantenía con sus seguidores y amigos. A diferencia de lo
que ocurría con otros filósofos y sus escuelas, estos amigos y seguidores eran de toda
condición: hombres, mujeres, ricos, pobres, esclavos, etc.
Aunque la filosofía de Epicuro abarca diversas ramas, se enfoca principalmente en la ética
y, más específicamente, en un tema crucial: la felicidad. Para Epicuro, esto es
fundamental, ya que es la principal búsqueda de todo ser humano en su vida.
Cinismo
El cinismo es ante todo un modo de hacer frente a la vida, una sabiduría práctica basada
en una forma de pensar crítica, subversiva y totalmente revulsiva, frente a los sistemas
sociales vigentes y las convenciones que vayan en contra de una cierta idea de la vida en
libertad y en naturaleza.
El creador de la escuela fue Antístenes, quien fue discípulo de Sócrates y vivió en el siglo
IV a.C. Estuvo presente en los últimos momentos de la vida de Sócrates, cuando este
discutió sobre la inmortalidad del alma con sus seguidores más cercanos, un evento que
Platón relató en su diálogo "Fedón".
Antístenes se impresionó profundamente por la tranquilidad de Sócrates frente a la
muerte. Aunque Sócrates no deseaba morir, estaba dispuesto a hacerlo por sus
convicciones sin oponer resistencia. Después de presenciar este evento, Antístenes
decidió dedicar su vida a promover la autarquía, es decir, la capacidad de autogobernarse.
Aprendió a no preocuparse por cuestiones superficiales y triviales que no merecen
atención ni importancia.
Filosofía Medieval
Durante la Edad Media, la filosofía se basó en el cristianismo como explicación de la
existencia y los fenómenos del mundo. La Verdad se buscaba en la Biblia, considerada el
libro de sabiduría divina revelada por Dios, especialmente en los Evangelios del Nuevo
Testamento. Según esta visión cristiana, Dios creó el mundo y todas las criaturas. Además
de ser una religión, el cristianismo se convirtió en una solución para abordar las cuestiones
comunes de la época, cambiando el enfoque que prevalecía en la filosofía helénica
anterior.
La filosofía medieval se divide en dos etapas:
La Patrística
Es aquella que corresponde a la articulación definitiva de los dogmas cristianos, su defensa
ante otras religiones y a la iniciación a la humanidad en la Verdad de Cristo. Estos
primeros hombres fueron llamados Padres de la Iglesia y su estudio y difusión se
denominó Patrística de la mano de autores como Hipólito de Antioquia o de San Agustín.
Si nos referimos al segundo, encontraremos sus teorías dentro del neoplatonismo, que
implica una reinterpretación cristiana de las ideas de Platón. Agustín (354-430) es
considerado el último gran filósofo de la antigüedad y el inicio de la modernidad,
marcando el límite entre dos formas de entender y pensar la filosofía. Se presenta como
un apasionado buscador de la Verdad, donde el conocimiento se convierte en una
cuestión de vital importancia. Según sus escritos, Agustín destaca la profunda vena
religiosa en las enseñanzas de Platón, resumiéndola en la idea de que no es posible
conocer sin amar, ya que el conocimiento es amor y solo al amar y acercarnos a Dios
podemos alcanzar un conocimiento certero. Todo conocimiento verdadero se logra a
través de la luz divina.
La Escolástica
En la segunda etapa de la filosofía medieval, conocida como la Escolástica, que surgió en el
siglo XIII, se dio lugar a un enfoque metafísico. Esto fue resultado del conocimiento de
Aristóteles y del neoplatonismo greco-árabe. El objetivo principal de esta etapa era
descubrir las causas profundas o esenciales y utilizarlas como base para aplicar el método
científico, a través de la reinterpretación de Aristóteles. Esto fue posible gracias a nuevas
traducciones realizadas en las Escuelas y Universidades, destacando la Escuela de
Traductores de Toledo. En estos espacios, que surgieron durante la Edad Media, se cultivó
principalmente un conocimiento teológico y filosófico, en el cual se intentaba explicar la
existencia sobrenatural de Dios a través de la ciencia de Aristóteles. Aunque la Escolástica
se centraba principalmente en la teología, también era esencialmente filosofía. Como
señala Julián Marías, la Escolástica abordaba problemas filosóficos que surgían en el
contexto de cuestiones religiosas y teológicas.
Representantes:
Filosofía Moderna
La filosofía moderna se define como la intención de llegar a los mismos términos de
implicación intelectual para resolver problemas que surgen por la revolución científica y
abarca a grandes pensadores desde la época del Renacimiento desde el siglo XIV hasta
alrededor del año 1800. También es aquella filosofía desarrollada durante la edad moderna
y asociada con la modernidad. No es una doctrina concreta o escuela (por lo que no debe
ser confundida con movimientos específicos como el Modernismo), a pesar de que
muchos autores de esta eran comparten ciertos supuestos comunes, lo cual ayuda para
distinguirla de filosofía anterior y posterior.
La filosofía moderna se define como la intención de llegar a los mismos términos de
implicación intelectual para resolver problemas que surgen por la revolución científica y
abarca a grandes pensadores desde la época del Renacimiento en el siglo XIV hasta
alrededor del año 1800.
La filosofía moderna nace como un quiebre del pensamiento establecido en la Edad Media
con la aparición de los humanistas y de los movimientos renacentistas.
Las corrientes más importantes que surgieron en la etapa moderna:
El racionalismo: El racionalismo es una corriente filosófica que defiende la primacía de la
razón como fuente de conocimiento. Su apogeo abarca desde el año 1640 hasta el 1700.
Su mayor exponente y también considerado padre de la filosofía moderna fue René
Descartes (1596-1650) cuya frase más famosa es “Pienso, luego existo”.
El empirismo: el auge del empirismo se encuentra entre los años 1690 y 1780. La doctrina
fue desarrollada teóricamente por John Locke (1632-1704) quien afirma que el
conocimiento solo puede ser alcanzado empíricamente o sea a través de la experiencia.
El idealismo trascendental: se desarrolla entre los años 1780 y 1800 y su mayor
exponente es Immanuel Kant (1724-1804) quien combina el racionalismo y el empirismo.
Según esta teoría, lo único que se puede conocer son los fenómenos, siendo la cosa en sí o
nóumeno, incognoscible para el sujeto.
El renacimiento
El surgimiento de la filosofía renacentista marcó el fin del pensamiento teocéntrico, en el
que Dios era el centro, y dio paso al modelo antropocéntrico. En este nuevo enfoque, el
ser humano se convierte en el centro del universo y es considerado la creación más
perfecta de Dios y la naturaleza. El antropocentrismo desplaza al teocentrismo que
predominaba en la Edad Media, como lo expresó Santo Tomás de Aquino. Ahora, el ser
humano adquiere un papel central: se exaltan sus cualidades, se reconoce su plena
capacidad, su libertad, su potencial intelectual ilimitado y su control sobre su propio
destino, en lo que se conoce como autonomía moral. En resumen, el ser humano se
convierte en el protagonista, tal como lo plasman Michael de Montaigne en su obra
"Ensayos" y el pensamiento antropológico de Giordano Bruno.
La ilustración
La época de la Ilustración, también conocida como Siglo de la Razón o Siglo de las Luces,
se desarrolló en toda Europa durante el siglo XVIII. Aunque había diferentes corrientes de
pensamiento, todos los filósofos compartían una actitud común: una confianza casi
ilimitada en el poder de la razón. Creían que, si se utilizaba de manera libre y sin
prejuicios, la razón permitiría al ser humano adquirir un conocimiento y control efectivo
sobre la naturaleza, lo que conduciría a un progreso ilimitado. Consideraban que la
verdadera historia de la humanidad comenzaba en esa época y que el pasado estaba
plagado de errores causados por un uso incorrecto de la razón. Aunque la filosofía de la
Ilustración podría parecer superficial en comparación con los sistemas filosóficos del siglo
XVII, tuvo un impacto significativo en la sociedad, despertando un entusiasmo por adquirir
un mejor conocimiento científico y organizar la vida social en base a esos conocimientos.
Los filósofos ilustrados eran ejemplos vivos de libertad, independencia y audacia en el
ejercicio del juicio. Eran ciudadanos reflexivos que amaban la sociedad y actuaban en
consecuencia. Más allá de las ideas concretas de cada filósofo, lo importante era esa
actitud común, que define el espíritu de la Ilustración. En esta época, la razón no se
entendía de la misma manera que en la filosofía racionalista del siglo anterior. Para los
racionalistas, la razón era una facultad destinada a descubrir los principios del ser,
descomponiendo lo complejo en elementos simples para reconstruir la realidad a partir de
ellos. El pensamiento filosófico del siglo XIX al siglo XXI abarca una amplia variedad de
corrientes y enfoques. A continuación, mencionaré algunas de las principales corrientes
filosóficas y sus ideas características.
Galileo Galilei (1564-1642)
Galileo, un físico y astrónomo italiano, desafió la autoridad ciega de Aristóteles y la
escolástica dogmática, abriendo el camino hacia la ciencia experimental moderna. Sus
logros más importantes en la mecánica incluyeron establecer la ley de la inercia y el
principio de relatividad. Estos descubrimientos desafiaron la física escolástica estéril.
Además, sus hallazgos astronómicos fueron argumentos decisivos a favor del sistema
heliocéntrico de Copérnico, lo que tuvo un impacto importante en la lucha contra los
dogmas religiosos. Sin embargo, Galileo tuvo que retractarse de sus creencias debido a la
presión de la Inquisición. Aunque tenía una concepción progresiva del mundo,
considerando que es infinito y que la naturaleza es una, aún mantenía prejuicios religiosos
y reconocía un primer impulso dado por Dios. Su obra principal es "Diálogo sobre los dos
sistemas máximos del mundo: el tolomeico y el copernicano" (1632), en la que expone sus
ideas.
Nicolás Copérnico (1473-1543)
Nicolás Copérnico fue una polímata renacentista polaco-prusiano, activo como
matemático, astrónomo y canónigo católico, que formuló la teoría heliocéntrica del
sistema solar, concebida en primera instancia por Aristarco de Samos, un antiguo
astrónomo griego que formuló tal modelo unos dieciocho siglos antes.
Copérnico, astrónomo polaco, propuso el sistema heliocéntrico, en el cual la Tierra gira
alrededor del Sol y también sobre su propio eje. Esta teoría desafió el sistema geocéntrico
de Ptolomeo y las creencias religiosas asociadas, que consideraban a la Tierra como
especial y al hombre como privilegiado en el universo. El enfoque de Copérnico marcó un
hito en la historia de la ciencia al afirmar la independencia de la investigación de la
naturaleza y liberarla de la teología. Además, rechazó la dicotomía entre los movimientos
celestes y terrestres propuesta por Aristóteles y utilizada por la escolástica. Su teoría
cuestionó la narrativa de la Iglesia sobre la creación divina del mundo y sentó las bases
para futuras teorías sobre el origen y desarrollo del sistema solar. Los descubrimientos de
Copérnico se enfrentaron a la oposición de la Iglesia, pero también se convirtieron en un
símbolo de lucha para los pensadores progresistas de su tiempo y posteriores. Su obra
principal, "De revolutionibus orbium coelestium" (1543), presentaba los sistemas
heliocéntrico y geocéntrico del mundo.
Giordano Bruno (1548-1600)
Giordano Bruno, basándose en el sistema de Copérnico, expandió con nuevas ideas, como
la existencia de múltiples mundos, la rotación atmosférica de la Tierra y el movimiento del
Sol en relación a las estrellas. Su audaz doctrina desafiaba las creencias religiosas y
defendía la unidad material del universo compuesto por infinitos mundos similares al
nuestro. Aunque sus ideas panteístas eran extravagantes, su contribución al desarrollo
científico fue significativa. Bruno también introdujo la noción de la historia de los mundos
en el tiempo y planteó la idea de cambios geológicos constantes en nuestro planeta.
Defendió que el conocimiento científico debe basarse en la experiencia y rechazó la
escolástica estéril. Aunque su pensamiento estaba influenciado por la teología, su
panteísmo sirvió como vehículo para difundir concepciones materialistas. Aunque algunos
intentan presentarlo como un idealista, su papel en el desarrollo de las ideas de Copérnico
es importante. Entre sus principales obras se encuentran "De la causa, del principio y de la
unidad", "Del infinito, del universo y de los mundos" y "Expulsión de la bestia triunfante".