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1. Introducción
Con este reporte esperamos ahondar en cada uno de los temas dados, para así conocer la
contribución de cada filósofo y reconocer la importancia que ha tenido cada uno de ellos
desde los siglos pasados hasta el presente.
Los filósofos presocráticos fueron los primeros pensadores que rompieron con las formas
míticas de pensamiento para empezar a edificar una reflexión racional. Es decir, fueron los
primeros que iniciaron el llamado «paso del mito al logos », proceso propiciado por las
especiales características de espíritu crítico y condiciones sociales que permitieron una
especulación libre de ataduras a dogmas y textos sagrados. En este sentido, son tanto
filósofos como cosmólogos, físicos o, más en general, «sabios». Y, aunque comparten
algunas características comunes, no forman un grupo bien definido sino que se dividen en
diversas escuelas de pensamiento, a veces muy alejadas unas de otras.
Platón: Es el primer comentarista de los presocráticos (si bien existían referencias ocasionales
en Eurípides y Aristófanes). Sus comentarios, sin embargo, están, en su mayor parte,
inspirados, al igual que muchas de sus citas, por la ironía o el divertimiento. Así, sus
referencias a Heráclito, Parménides y Empédocles son, con más frecuencia que lo contrario,
festivos, parciales o exagerados, más que juicios históricos moderados y objetivos. Hecha
esta salvedad, su información es muy valiosa. Un pasaje, Fedón 96 ss., ofrece una perspectiva
útil, aunque breve, de las preocupaciones físicas del siglo v.
Aristóteles: prestó más atención que Platón a sus predecesores filosóficos y comenzó
algunos de sus tratados, sobre todo en la Metafísica A, con un examen formal de sus
opiniones. Sus juicios, sin embargo, están frecuentemente deformados debido a su
consideración de la filosofía precedente como un titubeante progreso hacia la verdad que él
mismo reveló en sus doctrinas físicas, en especial las concernientes a la causación. También
aporta, naturalmente, muchos juicios críticos agudos y valiosos y un cúmulo de información
positiva.
Sócrates: Era ateniense (no como los sofistas, que eran extranjeros) y comparte con ellos su
interés por el ser humano, y por las cuestiones morales y políticas. Su personalidad y su
doctrina, sin embargo, contrastan radicalmente con las actitudes y enseñanzas de aquellos: 1)
no cobraba por enseñar; 2) no impartía conocimientos a sus oyentes, sino que los invitaba a
reflexionar planteándose constantemente cuestiones; 3) no pronunciaba largos discursos,
conferencias eruditas, sino que cultivaba el diálogo filosófico con el objetivo de alcanzar la
verdad. Pensaba que el diálogo interpersonal y directo, es el único método de filosofar válido.
Su método filosófico fundamentado en el diálogo lo denominaba mayéutica (arte que decía
haber heredado de su madre, que era comadrona). Por esta razón no escribió ninguna obra.
Gracias al pensamiento científico se han podido establecer bases firmes para el desarrollo y
crecimiento del ser humano, pues brinda herramientas para buscar soluciones a diferentes
problemas, así como para predecir el comportamiento de ciertos fenómenos que afectan a la
humanidad de manera directa o indirecta. Con el pensamiento científico se pueden obtener
mejoras en la salud, educación, tecnología, medio ambiente y, en general, en todos los
aspectos que influyen en la calidad de vida de las personas. Al fomentar este tipo de
razonamiento, se obtienen elementos para que se explore la curiosidad, se desarrolle un
pensamiento crítico y se implementen estrategias para vivir en armonía con el medio que nos
rodea.
a. conocimiento sensorial.
b. conocimiento social.
Incluye tanto los conocimientos sobre las normas y reglas de convivencia social, como el
conocimiento sobre uno mismo y sobre los demás. Un aspecto clave del conocimiento social
es entender cómo se construye. Las personas, al observar el funcionamiento del mundo que
nos rodea, construimos representaciones o modelos que explican lo que percibimos. Esto nos
sirve para dar un sentido a lo que sucede fuera de nosotros y para generar modelos propios,
muy útiles como marcos para la acción. Esta teoría de las representaciones fue creada por el
psicólogo social Serge Moscovici. Con ellas, pretendía explicar que nuestro comportamiento
se rige por un código común con el que nombramos y clasificamos todo lo que nos sucede.
Por eso estas representaciones sociales nos permiten actuar de manera “socialmente
aceptable” en la mayor parte de las situaciones. En efecto, las representaciones hacen posible
anticipar lo que va a suceder, y actuar en consecuencia. Es sencillo deducir el gran valor
adaptativo que tiene nuestra capacidad para generar y ajustar modelos válidos y fiables. A
partir de las representaciones mentales que incorporamos y estructuramos mediante la
relación con el medio y con la sociedad, por ello, somos capaces de atribuir estados mentales
y emocionales a otras personas. Así pues, se afirma que este tipo de conocimiento constituye
las bases para el conocimiento Moral, ya que mediante él aprendemos a comportarnos y a
vivir en sociedad. Algunos ejemplos pueden ser: el altruismo, la cooperación, la violencia, la
agresión, la amistad, entre otros.
Este conocimiento tiene la cualidad de ser particular, porque se conoce por medio de la
experiencia y la percepción. Este conocimiento permite una conexión inmediata con la
realidad, aun cuando sólo se conozca una parte de todo lo que nos rodea. Además, se puede
demostrar porque se basa en la experiencia que se tiene del mundo, y se obtiene al realizar
una acción por repetición o al percibir un objeto varias veces, se produce a través de los
sentidos, esto sucede al experimentar sensaciones sobre la realidad con la que se interactúa.
Ya que el conocimiento empírico no es general, permite identificar que cada experiencia es
distinta dado que cada individuo siente la vida de manera distinta. Por ello, el conocimiento
empírico nos permite desarrollar: el momento de experimentar sensaciones ante lo que nos
rodea, permite sentir otro tipo de emociones y valorar la naturaleza de distinta manera,
también, como el conocimiento empírico es inmediato y está basado en nuestros sentidos,
permite resolver de forma práctica problemas que se presentan. Este tipo de saber se interesa
por lo que existe y sucede, no se interesa en lo abstracto, es la experiencia que se tiene del
medio natural y se produce a través de nuestros sentidos y de la manera en cómo percibimos
la realidad. Algunos ejemplos de este tipo de conocimiento serían: aprender a escribir; El
conocimiento de idiomas solo es posible si se los practica de manera escrita y además si se
escucha a personas hablando. Reconocer el color de las cosas; Es por medio de la experiencia
y aprendizaje inconsciente que nos han inculcado nuestros padres. Aprender a caminar o
andar en bicicleta, manejar un vehículo, entre otros.
El saber teórico se obtiene de los procesos de análisis y síntesis, ya sea a través de una
explicación verbal o una lectura. De este proceso surgen leyes, dogmas, e ideologías, por
mencionar algunas ejemplificaciones. Progresivamente, desde sus inicios, la especie humana
inventó la forma de darle sentido a lo que ocurría a su alrededor a través de la mitología.
Conforme las sociedades humanas fueron evolucionando, estos mitos fueron cuestionados y
en la mayoría de los casos, llevados al campo de experimentación para corroborar su
veracidad. Los períodos de cambio histórico propiciaron entonces buscar cómo se divide el
conocimiento entre la teoría y la práctica. De allí surgen dos tipos de estudios del
conocimiento.
Por una parte, está la epistemología, ciencia encargada del estudio del conocimiento a través
de métodos de verificación, evaluación de resultados y el desarrollo crítico en diversos
campos de estudios. Mientras que por otra parte se encuentra la gnoseología, uno de los tipos
de saber filosófico en el que se estudian posibilidades o medios del origen de un fenómeno,
así como otras características que atañen a su esencia. La gnoseología conforma el
conocimiento desde el ámbito individual de la persona, es decir, sus experiencias personales
cotidianas. Con esa experiencia, construye relaciones conceptuales con fenómenos que
ocurren a su alrededor, los objetos que le rodean, otras personas e incluso, la trascendencia.
Así que podría decirse que la visión epistemológica defiende el saber teórico como fruto de la
experimentación para verificar las hipótesis que se plantean en torno a la realidad. La más
conocida de estas perspectivas es el conocimiento científico. Por lo tanto, el conocimiento
científico reniega de la razón pura, exigiendo la experiencia como forma de llegar a
conclusiones veraces. En cambio, la visión gnoseológica deriva en corrientes que reflexionan
en torno a los objetos y fenómenos, buscando en el análisis acercarse a la verdad. En ella
pueden enumerarse disciplinas como la teología, la filosofía y la metafísica. En
consecuencia, la gnoseología fundamenta el saber teórico por sí mismo, como una manera de
formular leyes y paradigmas para explicar la realidad.
b. Concreto y sensorial.
c. Concreto y mental.
Se ha comprobado que este mecanismo adaptativo del pensamiento es el mismo que utilizan
la mayoría de pobladores del reino animal, sobre todo aquellos que siempre han sido
considerados como el hermano más peludo y cercano al ser humano, los primates.
b. Naturalismo.
Filosóficamente, el naturalismo era heredero del determinismo, que suponía que la conducta
del ser humano estaba predefinida, sometida a diferentes factores internos o externos, como
sus pasiones, su entorno social y económico, y su genética. Es decir, negaba el libre albedrío.
A su vez, el naturalismo puede definirse como la actitud filosófica según la cual la naturaleza
y las cosas que la forman son las únicas realidades existentes. También, es la actitud de creer
que todo lo que existe (el universo, metafísicamente hablando) es “la naturaleza”: se hace,
pues, una relación de identidad entre universo y aquello problemático que es la naturaleza. El
naturalista también cree que el “universo-naturaleza” es un sistema perfectamente cerrado, no
puede haber influencias o causas externas, que serían por definición sobrenaturales, ya que
sólo existe lo natural. El naturalista también tiene la tendencia a creer que el universo-
naturaleza se mueve, en última instancia, por causas inmanentes y automáticas
(inconscientes); las cuales generan comportamientos regulares (leyes) entre los entes
naturales, sin lugar a excepciones. Esta es la razón por la que los naturalistas rechazan
acontecimientos excepcionales a las leyes o regularidades como los milagros de las
mitologías o religiones, además que estos tendrían causas sobrenaturales o externas con un
agente consciente. Los ejes centrales del naturalismo serían, entonces, la inmanencia y el
automatismo. El primer brote de naturalismo propiamente dicho en el mundo occidental, y tal
vez en la historia de la humanidad, fue el de la escuela de Mileto en la Grecia jónica del siglo
VII antes de nuestra era.
c. Falibalismo.
4. Conclusiones
5. Bibliografías