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UNIVERSIDAD SIMÓN BOLIVAR

PROGRAMA:

PSICOLOGÍA

MATERIA:

MODELO PSICOANALITICO

GUIA 2

ESTUDIANTES:

VALERIA ESTRADA FONTALVO

GABRIELA MUTIS RODRIGUEZ

GRUPO: T-06

BARRANQUILLA

2023
1. ¿Qué es un instinto?

Un instinto es una capacidad o necesidad innata de reaccionar a un grupo

determinado de estímulos en una forma estereotipada o constante, una forma que

se acepta generalmente como comprendiendo un comportamiento considerable

más complejo que aquello a lo que llamamos reflejo simple, como el reflejo

patelar, por ejemplo.

No obstante, cual un reflejo simple, el instinto en un animal dotado de un

sistema nervioso central se supone que esté compuesto de un estímulo, algún

tipo de excitación central y una respuesta motora que sigue un curso

predeterminado.

1. ¿Qué es un impulso?

Un impulso, entonces, es un constituyente psíquico, genéticamente determinado

que, cuando actúa, produce un estado de excitación psíquica o, como se dice a menudo,

de tensión. La excitación o tensión impele al individuo a una actividad, que también

está determinada genéticamente en gorma general, pero que puede alterarse en forma

considerable por la experiencia individual. Esta actividad debe llevar a algo que

podemos llamar: cesación de la excitación o tensión o gratificación.

2. ¿En qué consiste la catexia y cómo se relaciona con el objeto?

Es la cantidad de energía psíquica que está orientada hacia o unida a la

representación mental de una persona o cosa. Es decir, que el impulso y su

energía se consideran como fenómenos puramente intrapsíquicos.


La energía no puede fluir a través del espacio y catectizar o unirse al objeto

exterior directamente.

Claro está que lo que se catectiza son los diversos recuerdos, pensamientos y

fantasías del objeto que comprenden lo que llamamos sus representaciones

mentales o psíquicas. Cuanto mayor la catexia, más "importante" es el objeto,

psicológicamente hablando, y viceversa.

Podemos ilustrar nuestra definición de catexia con el ejemplo de una criatura

cuya madre es la fuente de muchas gratificaciones instintivas importantes. como

es natural esperar que sea el caso. Con nuestra nueva terminología, expresamos

este hecho diciendo que la madre de la criatura es un objeto importante de sus

impulsos y que este objeto está altamente catectizado con energía psíquica. Con

esto queremos decir que los pensamientos, imágenes y fantasías del niño que

conciernen a la madre, es decir la representación mental de ésta en la mente del

niño, están altamente catectizados.

3. Describa la primera y la última formulación de los impulsos.

En su primera formulación propuso dividir los impulsos en sexual y de

autoconservación. Pronto abandonó la idea de un impulso de autoconservación,

pues lo consideraba una hipótesis insatisfactoria, y, por muchos años todas las

manifestaciones instintivas se consideraron como parte o derivado del impulso

sexual. El estudio de diversos fenómenos psíquicos, empero, y en particular los

del sadismo y masoquismo, llevaron eventualmente a Freud a revisar una vez

más sus teorías y en Más allá del principio del placer (Freud, 1920) formuló la

teoría de los impulsos que aceptan hoy en general todos los psicoanalistas,
aunque, como veremos, no todos la aceptan íntegramente en la forma en que

Freud la presentó originariamente.

En su última formulación, Freud propuso responder de los aspectos instintivos

de nuestra vida mental suponiendo la existencia de dos impulsos, el sexual y el

agresivo.

4. Explique la fusión de los impulsos.

la teoría de Freud supone, y esto es lo más importante a recordar en la teoría

dual de los impulsos, que en todas las manifestaciones instintivas que podemos

observar, normales o patológicas, participan ambos impulsos, el sexual y el de

agresión. Para emplear la terminología de Freud, los dos impulsos están

habitualmente "fusionados" aunque no necesariamente en cantidades iguales.

5. ¿Qué nombre recibe la energía asociada a los impulsos?

De acuerdo con esta distinción también suponemos que hay dos clases de

energía psíquica, aquella que está asociada con el impulso sexual y la que está

relacionada con el de agresión. La primera tiene un nombre especial, "libido".

La otra carece de ese nombre, aunque alguna vez se sugirió que se la

denominara "destrudo", de destruir y por analogía. Algunas veces se hace

referencia a ella simplemente como energía de agresión, aunque a veces se le

dice "agresión". Este uso no es afortunado, pues como ya hemos dicho el

significado de la energía agresiva y del impulso agresivo no es el mismo que

para la conducta a la que hacemos referencia comúnmente como agresión, y usar


la misma palabra para ambos sólo puede llevar a una confusión innecesaria al

tender a disimular la distinción importante que debe hacerse entre ellos.

6. ¿Cómo podemos identificar las manifestaciones del impulso sexual en el

niño y el adulto?

Las pruebas existentes provienen de por lo menos tres fuentes. La primera es la

observación directa de los niños.

Es realmente notable cuán obvias son las evidencias de deseos y conductas

sexuales en los niños pequeños, si uno habla con ellos con una mentalidad

objetiva e imparcial.

Lamentablemente, "ahí está el obstáculo", porque es precisamente a causa de la

propia necesidad de cada persona de olvidar y negar los deseos y conflictos

sexuales de su temprana niñez que antes de las investigaciones de Freud casi

nadie fue capaz de reconocer la presencia obvia de deseos sexuales en los niños

que observaba.

Las otras fuentes de evidencias sobre este punto provienen de los análisis de los

niños y adultos. En los primeros se puede ver en forma directa y en los últimos

se puede inferir por reconstrucción, la gran importancia de los deseos sexuales

infantiles, así como su naturaleza.


La similitud entre los deseos sexuales del niño de tres a cinco años y los del

adulto es tan llamativa, cuando se reconocen los hechos, que nadie tiene

vacilación alguna en llamarlos por el mismo nombre en el niño y en el adulto.

¿Pero cómo hemos de identificar las derivaciones o manifestaciones del impulso

sexual en una etapa anterior aún? Podernos hacerlo observando:

1. Que en el curso del desarrollo normal se hacen parte de la conducta sexual

del adulto, subordinada y contribuyendo a la excitación y gratificación

genital, como sucede comúnmente en los besos, miradas, caricias,

exhibiciones y demás.

2. Que en ciertos casos de desarrollo sexual anormal (perversiones sexuales)

uno u otro de estos intereses o acciones infantiles se transforman en la fuente

principal de gratificación sexual en el adulto (Freud, 1905).

7. Describa las fases del desarrollo psicosexual según Freud.

Fase oral: Durante el primer año y medio de vida, aproximadamente, la boca,

los labios y la lengua son los principales órganos sexuales de la criatura. Con

esto queremos decir que sus deseos, así como sus gratificaciones, son

primordialmente orales. La prueba de esto es en su mayor parte de tipo

reconstructivo, es decir, basada en los análisis de niños mayores y de adultos,

pero también es posible observar bastante directamente la importancia que

tienen para niños de esta edad, y aun mayores, el succionar, tomar con la boca y

morder, como fuentes de placer.


Fase anal: En el año y medio siguiente, el otro extremo del tubo digestivo, es

decir el ano, se constituye en el lugar más importante de tensiones y

gratificaciones sexuales. Estas sensaciones de agrado y desagrado están

asociadas con la expulsión y la retención de las heces, y estos procesos

orgánicos, como las heces en sí, son los objetos del máximo interés para el niño.

Fase fálica: Hacia fines del tercer año de vida el papel sexual principal

comienza a ser desempeñado por los genitales y de allí en adelante,

normalmente, lo conservan. Esta fase del desarrollo sexual se conoce como

fálica por dos razones. En primer lugar, el pene es el objeto principal de interés

para el niño de uno u otro sexo. En segundo lugar, consideramos que el órgano

de la excitación y el placer sexual en la pequeña durante este período es el

clítoris, el cual embriológicamente en la mujer es análogo al pene. Para mayor

confirmación, puede ocurrir que esto siga siendo así durante la vida posterior,

aunque habitualmente la vagina remplaza al clítoris en este sentido.

8. Describa los componentes adicionales de la sexualidad: el mirar, el exhibir y

el erotismo uretral.

Además de las tres modalidades destacadas de la sexualidad en el niño, que dan

nombre a las fases principales que hemos considerado, existen otras

manifestaciones del impulso sexual que merecen ser mencionadas. Una de éstas

es:
el deseo de mirar: que suele ser más marcado en la etapa fálica, y su

contraposición.

el deseo de exhibir: El niño desea ver los genitales de otros. así como exhibir

los propios. Es claro que esta curiosidad y exhibicionismo incluyen otras partes

del organismo y otras funciones orgánicas también.

Otro componente de la sexualidad que suele hallarse presente en el niño es el

que está relacionado con:

la uretra y la micción: Se denomina erotismo uretral a las sensaciones

cutáneas también aportan su parte, y además lo hacen el oído y el olfato, de

modo que hay oportunidad para una variación individual considerable de un

niño a otro en este solo terreno.

9. Describa cómo se da el flujo de la libido.

De acuerdo con nuestras teorías hay un flujo de la libido de objeto a objeto y de

uno a otro modo de gratificación durante el curso del desarrollo psicosexual, un

flujo que marcha a lo largo de un camino que es probable esté genéticamente

prescrito en forma amplia, pero que puede variar considerablemente de una

persona a otra.

Tenemos buenas razones para creer, empero, que ninguna catexia libidinal fuerte

se abandona jamás por completo. La mayor parte de la libido puede fluir hacia

otros objetos, pero una parte por lo menos permanece normalmente unida al

original. A este fenómeno, es decir, la persistencia de la catexia libidinal de un

objeto de la infancia o de la niñez en la vida posterior, se le denomina “fijación”

de la libido.

Ejemplo: un niño puede permanecer fijado a su madre y de ese modo ser incapaz

en la vida adulta de trasferir sus afectos a otra mujer, como debería normalmente
ser capaz de hacerlo. Además, la palabra "fijación" puede referirse a un modo de

gratificación. Así hablamos de personas que están fijadas a los modos de

gratificación oral o anal.

10. ¿En qué consiste la fijación?

Una fijación tanto a un objeto como a un modo de gratificación suele ser inconsciente,

total o parcialmente.

Se puede suponer a primera vista que una fijación intensa, es decir la persistencia de una

catexia intensa, sería consiente, mientras que otra débil seria inconsciente; pero en

realidad, la mejor evidencia de que dispone indica que no hay relación entre la

intensidad de la catexia persistente y su acceso a la conciencia.

Además, de cuanto hemos descrito como flujo progresivo de la libido en el curso del

desarrollo psicosexual, también puede producirse un reflujo.

11. ¿En qué consiste la regresión?

La regresión está muy relacionada con la fijación, pues, de hecho, cuando se produce la

regresión, suele ser a un objeto o modo de gratificación al cual el individuo ya está

fijado. Si un placer nuevo resulta insatisfactorio y se abandona, el individuo tiende

naturalmente a volverse a aquel que ya ha sido probado y aceptado.

12. ¿Cómo son las vicisitudes de ambos impulsos durante el desarrollo?


Las manifestaciones del impulso de agresión muestran la misma capacidad de

fijación y regresión y la misma transición de oral a anal y a fálica que hemos

descrito para las manifestaciones del impulso sexual. Es decir que los impulsos

de agresión en la criatura muy pequeña pueden ser descargados por un tipo de

actividad oral como sería el morder. Algo más tarde, el ensuciarse o el retener las

heces se tornan medios importantes de liberación del impulso de agresión,

mientras que en el niño algo mayor el pene y su actividad se emplean -o al

menos se los concibe (uso en la fantasía)- como un arma y un medio de

destrucción, respectivamente.

Sin embargo, está claro que la relación entre el impulso de agresión y las

diversas partes del organismo que acabamos de mencionar no están en relación

tan estrecha como en el caso del impulso sexual. El niño de cinco o seis años,

por ejemplo, no usa, en realidad, en gran proporción a su pene como arma; por

lo común utiliza sus manos, dientes, pies y vocablos. Pero sí es verdad que las

armas utilizadas en sus juegos y fantasías, tales como lanzas, flechas, rifles, etc.,

puede demostrarse mediante el psicoanálisis que representan en su inconsciente

al pene. Resulta, por tanto, que en sus fantasías se lo encuentra destruyendo a

sus enemigos con su poderoso y peligroso pene. A pesar de ello, debemos llegar

a la conclusión de que el impulso sexual está mucho más íntimamente ligado a

las zonas erógenas corporales que el impulso de agresión a la misma o a una

parte similar del organismo.

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