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Según Rico Álvarez, el contrato puede ser definido de manera concisa como
un "negocio jurídico bilateral". Además, destaca que el contrato es el tipo de
negocio jurídico que otorga a los individuos no solo la facultad de decidir si
desean celebrarlo o no, como sucede con otros actos jurídicos, sino también
les brinda una amplia libertad para regular sus consecuencias. Esta libertad
está fundamentada en la autonomía de la voluntad, siempre y cuando se
mantenga dentro del marco legal y no vulnere principios éticos como la moral y
el orden público. Los diversos autores coinciden en que el contrato es la fuente
más significativa de las obligaciones legales. Además de su importancia
jurídica, el contrato posee un gran impacto social y económico.
En la misma línea, Castán Tobeñas, citado por Puig Peña, define el negocio
jurídico como un acto compuesto por una o varias declaraciones de voluntad
privada, dirigidas a generar un efecto jurídico reconocido por el derecho
objetivo, siempre que se cumplan los requisitos y límites establecidos por el
ordenamiento jurídico. Para Pérez Fernández del Castillo, el negocio jurídico
es la facultad que tienen las personas de autodeterminarse dentro del marco
legal.
El código civil define al negocio jurídico como una declaración que requiere
para su validez: capacidad legal del sujeto que declara su voluntad,
consentimiento que no adolezca de vicio y objeto lícito. ART 1251 Código Civil
Según el artículo 1,251 del código Civil establece que los requisitos más
esenciales para la válidez de éste se conforman a través de la capacidad legal
del sujeto que declara su voluntad, consentimiento que no adolezca de vicio y
objeto lícito.
El Código Civil aborda en sus artículos 1257 al 1268 los vicios de la voluntad o
consentimiento, dentro del Capítulo II de la Primera Parte del Libro Quinto,
dedicado a las obligaciones en general. El artículo inicial, el 1257, establece
que un negocio jurídico puede ser anulado si la declaración de voluntad está
afectada por error, dolo, simulación o violencia, siendo importante destacar
que la parte que haya causado el vicio no puede solicitar la nulidad.
Este artículo presenta una lista cerrada de los casos en los que procede la
anulación del negocio jurídico, los cuales son el error, el dolo, la simulación y la
violencia. El error y el dolo afectan al conocimiento necesario en la
manifestación de la voluntad, mientras que la violencia afecta a la libertad de
esa manifestación. Sin embargo, llama la atención que se menciona la
simulación, lo cual no se ajusta a la clasificación previa realizada. Además, la
intimidación, aunque no se menciona en el artículo 1257, sí es tratada en otros
artículos del capítulo, como el 1264, 1265 y 1266.
6. NULIDAD
6.1. Nulidad relativa
La nulidad relativa, también conocida como anulabilidad, se refiere a la
situación en la que un negocio jurídico, aunque cuenta con todos los requisitos
esenciales para ser válido, presenta un defecto grave que podría llevar a su
anulación por parte de la justicia. A diferencia de la nulidad absoluta, donde el
negocio carece de requisitos esenciales desde su origen, en la nulidad relativa
el negocio es válido, pero podría perder esa validez si se presenta una acción
legal para su anulación y esta tiene éxito. La nulidad relativa presenta dos
características principales: primero, el acto o negocio jurídico puede ser
confirmado o ratificado para que surtan todos sus efectos, y segundo, protege
intereses particulares en lugar de intereses sociales como sucede con la
nulidad absoluta. Esto significa que el negocio se encuentra en una situación
incierta y transitoria, ya que su validez depende de si se solicita su anulación
por parte de quien tenga derecho a hacerlo. Si no se ejerce esta acción a
tiempo, el negocio puede ser confirmado o ratificado, o el derecho para solicitar
su anulación puede caducar.
Son consensuales cuando basta el consentimiento de las partes para que sean
perfectos; y reales, cuando se requiere para su perfección la entrega de la
cosa. Art. 1588 Código Civil
Son principales cuando subsisten por sí solos; y accesorios, cuando tienen por
objeto el cumplimiento de otra obligación. Art. 1589 Código Civil
9. CONTRATOS SOLEMNES