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Obligaciones

LIC ENCI ATUR A EN DER ECHO


Principales fuentes del Derecho de las
Obligaciones

Fuentes de las Obligaciones


Al seguir los principios de la teoría francesa, podemos precisar que la fuente de las
obligaciones son los hechos y actos jurídicos que les dan origen.

Tradicionalmente, se ha considerado a los contratos como fuente genérica de las


obligaciones; sin embargo, y tal como precisamos en líneas anteriores, éstas pueden
tener su origen en diversos actos o hechos jurídicos que analizaremos a
continuación.

Actualmente, el Código Civil Federal reconoce a las siguientes como fuentes de


obligaciones:

Cabe destacar que la enumeración aquí planteada no debe considerarse limitativa ni


excluyente.

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Reflexión…

¿Qué se dispone en el Código Civil de su entidad? ¿Encuentra alguna


fuente diferente reconocida en los ordenamientos vigentes en su Estado?

El contrato

Definamos...
Contrato

Fuente más importante de obligaciones. “La palabra contractus, más que


acuerdo, alude al negocio o a la relación causa del vínculo obligatorio
negotium contactum” (Castrillón, 2009: 30).

El contrato es el acto jurídico por excelencia, ya que en su formación interviene la


voluntad de dos o más personas para producir consecuencias de derecho.

Sin embargo, también es importante que conozcamos la definición de convenio, para


ello veamos lo dispuesto en los artículos 1792 y 1793 del Código Civil Federal:

La Ley establece…

Artículo 1792. Convenio es el acuerdo de dos o más personas para


crear, transferir, modificar o extinguir obligaciones.

Artículo 1793. Los convenios que producen o transfieren las


obligaciones y derechos, toman el nombre de contratos.

Así, tenemos que el convenio es el género y el contrato es la especie;


sin embargo, ambos términos son empleados de forma indistinta en la
legislación civil vigente.

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Ahora bien, veamos lo dispuesto en artículos posteriores:

Artículo 1794. Para la existencia del contrato se requiere:

I. Consentimiento;
II. Objeto que pueda ser materia del contrato.

Artículo 1795. El contrato puede ser invalidado:

I. Por incapacidad legal de las partes o de una de ellas;


II. Por vicios del consentimiento;
III. Porque su objeto, o su motivo o fin sea ilícito;
IV. Porque el consentimiento no se haya manifestado en la forma que la
ley establece.

Las disposiciones nos permiten distinguir claramente los elementos de existencia y


validez que deben verificarse en todo contrato. Estudiaremos brevemente cada uno de
ellos, como introducción al examen exhaustivo que haga de éstos en la asignatura
Contratos Civiles:

Elementos de los contratos

Esenciales o de existencia Elementos de validez

Ausencia de Licitud en el
Consentimiento Objeto Solemnidad Capacidad vicios en el objeto, Forma
consentimiento motivo o fin

o Consentimiento

De acuerdo con la Real Academia Española, consentimiento, en los contratos, es la


conformidad que sobre su contenido expresan las partes.

“El consentimiento es el acuerdo o concurso de voluntades que tiene por objeto la


creación o transmisión de derechos y obligaciones” (Rojina, 2007: 56).

El consentimiento presupone la manifestación exteriorizada (de manera expresa,


tácita e, incluso, mediante el silencio) de tales voluntades, así como el acuerdo de

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éstas respecto a determinado punto de interés jurídico. Así, el consentimiento se
conforma por una oferta o policitación y la aceptación que se haga de ésta.

o Objeto

Como recordará, “el objeto trata de una cosa que el obligado deber dar, o bien puede
consistir en el hecho que debe hacer o no hacer” (Castrillón, 2009:49). En el artículo
1824 del Código Civil Federal se recoge dicho principio.

Tratándose de contratos, debemos distinguir entre el objeto directo e indirecto (Rojina,


2007: 64-65):

a) El objeto directo se deriva de la definición misma de contrato, es decir, crear


o transmitir obligaciones.

b) El objeto indirecto, por su parte, tal como se establece en el artículo antes


referido, será la cosa o hecho materia de la obligación que engendra el
contrato.

De igual forma, y tal como precisamos anteriormente, el objeto de toda obligación


debe ser lícito, posible física y jurídicamente, así como determinable o determinado.

o Solemnidad

No es un requisito de existencia que se manifieste de manera constante en nuestro


ordenamiento, pero sí es uno de innegable trascendencia.

La solemnidad, de acuerdo con el maestro Víctor Castrillón (2009:52), es “el


revestimiento que, de conformidad con la ley, debe contener el acto jurídico para ser
existente”.

Así, un contrato será solemne cuando, por disposición de ley, la voluntad de una
persona deba manifestarse de manera específica, siendo el ejemplo clásico el
matrimonio. Cuando el contrato a celebrar requiera alguna solemnidad para su
celebración, ésta implica que la voluntad debe exteriorizarse en la forma establecida
para tener vida jurídica.

o Capacidad

Es la aptitud de una persona para ser sujeto de derechos y obligaciones. En


materia contractual, es la capacidad de ejercicio la que adquiere mayor relevancia.

Al respecto, en el artículo 1798 del Código Civil Federal se establece:

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La Ley establece…
Artículo 1798. Son hábiles para contratar todas las personas no
exceptuadas por la ley.

o Ausencia de vicios en el consentimiento

Los vicios en el consentimiento, o voluntad, son aquellos elementos que intervienen en


la formación de éste e inciden sobre la voluntad interna, desviándola de la dirección
que una persona, de no haber existido el vicio, habría impreso a su propia voluntad y
la manera de exteriorizarla (Castrillón, 2009). Nuestro Código Civil reconoce, en el
artículo 1812, los siguientes:

La Ley establece…
Artículo 1812. El consentimiento no es válido si ha sido dado por error,
arrancado por violencia o sorprendido por dolo.

Añadimos, derivado de la lectura del artículo 1815, al dolo y mala fe:

Artículo 1815. Se entiende por dolo en los contratos, cualquiera


sugestión o artificio que se emplee para inducir a error o mantener en él
a alguno de los contratantes; y por mala fe, la disimulación del error de
uno de los contratantes, una vez conocido.

o Licitud

Por analogía, podemos establecer que es ilícito todo aquello que contraviene las
normas de orden público.

o Forma

La voluntad, en términos generales, debe manifestarse con las formalidades que en


cada caso exija la ley. A su vez, este principio nos remite forzosamente a casos de
consentimiento expreso que, a su vez, supone la manifestación de éste por escrito.

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Si bien, actualmente, tan sólo la forma escrita es la expresión del consentimiento
regulada, no es la única reconocida en nuestro ordenamiento. Respecto a este
requisito, en el artículo 1833 del Código Civil Federal se establece:

La Ley establece…
Artículo 1833. Cuando la ley exija determinada forma para un contrato,
mientras que éste no revista esa forma no será válido, salvo disposición
en contrario; pero si la voluntad de las partes para celebrarlo consta de
manera fehaciente, cualquiera de ellas puede exigir que se dé al contrato
la forma legal.

La declaración de la voluntad
Está contemplada en el Código Civil vigente, de la siguiente forma:

Estipulación a Documentos
Promesa de
Ofertas al público favor de tercera civiles a la orden
recompensa
parte y a quien porte

o Ofertas al público

Las ofertas al público se encuentran reguladas del artículo 1860 al 1865 del Código
Civil Federal.

Conforme con dichos preceptos, la persona que hace una oferta para vender, o se
comprometa a alguna prestación, queda obligada desde ese momento. Así, la
aceptación que de la oferta haga una tercera parte sólo perfecciona dicha promesa. La
obligación existe a favor de una persona acreedora indeterminada.

o Promesa de recompensa

De acuerdo con lo establecido en los artículos 1866 y 1867 del Código Civil Federal, la
promesa de recompensa se configura cuando una persona ofrece públicamente

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conceder un beneficio a quienes realicen determinada conducta del interés de la
persona ofertante.

Tal como sucede en las ofertas al público, las promesas de recompensa se caracterizan
porque la persona acreedora queda indeterminada. La declaración unilateral de la
voluntad de la persona promitente basta para vincularla, independientemente de la
posterior adhesión de otra persona.

o Estipulación a favor de terceras partes

Tal como su nombre lo indica, la característica distintiva de este acto es que las partes
no convienen entre o para sí, sino respecto a una tercera parte.

Así, cuando la persona promitente acepta obligarse a favor de una tercera, nace un
derecho irrevocable a favor de ésta que, si bien puede repudiarlo, cuenta con un
crédito a su favor, aunque no lo haya convenido así con la persona promitente.

A diferencia de las dos figuras estudiadas con anterioridad, la estipulación a favor de


tercera parte sólo puede darse en un contrato; es a propósito de éste que las
partes estipulan a favor de una tercera.

Las estipulaciones a favor de tercera parte se contemplan del artículo 1868 al 1872 del
Código Civil Federal.

o Documentos civiles a la orden o al portador

Regulados en los artículos 1873 al 1881, los documentos civiles a la orden y a quien
porte comparten características con los títulos de crédito, tales como la forma de
transferencia y el hecho de consagrar derechos autónomos; sin embargo, se
diferencian en que los documentos civiles a la orden y a quien porte no requieren la
literalidad, esencial para los títulos de crédito.

No existe precepto alguno en el Código Civil en el que se establezca enunciación


alguna como requisito de forma o validez, sino absoluta libertad para su redacción.

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El enriquecimiento ilegítimo y el pago de lo
indebido

Definamos...
Enriquecimiento ilegítimo

Se suscita cuando una persona se enriquece injustamente y sin


justificación, en detrimento de otra. Ya desde el derecho romano, en
el Digesto, se establecía que es de derecho natural y de equidad que
nadie se haga más rico en detrimento e injuria de otro (Castrillón, 2009:
189).

De acuerdo con lo expuesto por el maestro Rafael Rojina (2009), denominarlo


enriquecimiento ilegítimo es incorrecto, ya que esto evoca la idea de ilícito. Por el
contrario, denominarlo enriquecimiento sin causa significa simplemente que no ha
habido un motivo jurídico que, como causa eficiente, justifique el aumento en un
patrimonio y la disminución en el otro.

Es esta ausencia de fuente del enriquecimiento, ya sea lícita o ilícita, la que nos
permite distinguir al enriquecimiento sin causa como tal. Así, Rojina (2007) distingue
cuatro elementos del enriquecimiento sin causa:

Es importante precisar que tanto el empobrecimiento como el enriquecimiento deben


ser de carácter patrimonial. La figura de enriquecimiento sin causa no comprende
beneficios extrapatrimoniales ni daños de carácter moral que no puedan
justificarse con dicha relación aumento-disminución.

Sobre dicha relación causal, en el artículo 1882 del Código Civil Federal se establece la
siguiente regla:

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La Ley establece…
Artículo 1882. El que sin causa se enriquece en detrimento de otro,
está obligado a indemnizarlo de su empobrecimiento en la medida que él
se ha enriquecido.

El enriquecimiento sin causa se encuentra regulado en los artículos 1882 al 1895 del
Código Civil Federal, en los que destaca la regulación hecha a la figura del pago de lo
indebido, especie distintiva de la figura.

El autor nos dice…

Manuel Bejarano

Es una especie de enriquecimiento sin causa, que se presenta cuando, sin


existir relación jurídica entre dos personas, una de ellas entrega una cosa
a la otra con el propósito de cumplir la supuesta obligación (1984: 204).

Para reforzar la definición anterior, el maestro Rafael Rojina expone lo siguiente:

El autor nos dice…

Rafael Rojina

La noción general del pago de lo indebido supone que sin existir


obligación alguna, una persona, por error de hecho o de derecho, paga lo
que realmente no debe. Por consiguiente, el pago de lo indebido
descansa: a) en la inexistencia de una obligación; b) en un error de
hecho o derecho (2009: 272).

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Así, Bejarano (1984) señala como elementos del pago de lo indebido, los siguientes:

Todo pago presupone la existencia de una deuda; de no ser así, es evidente que el
pago no tiene razón jurídica de ser y debe ser restituido. La principal consecuencia del
pago de lo indebido es la restitución. Ésta, a su vez, admite dos supuestos (Rojina,
2007: 274):

En los artículos mencionados, con anterioridad se establecen reglas específicas para el


segundo supuesto. Destaca que, tratándose de enajenaciones a título gratuito, es
irrelevante la buena o mala fe.

Reflexión…

¿Qué se dispone al respecto en su entidad?

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La gestión de negocios ajenos

Definamos...
Gestión de negocios

Comprende “todos los actos que por oficiosidad y sin mandato expreso,
sino sólo presunto, desempeña una persona a favor de otra que está
ausente o impedida de atender a sus cosas propias” (Borja, 2009: 334).

Así, una persona denominada gestor interviene en negocios ajenos, es decir, aquellos
de la persona dueña del negocio, ejecutando actos de toda especie, los cuales
pueden ser materiales o jurídicos. El fin es evitar un daño en los negocios del dueño,
así como, en su caso, proporcionarle algún lucro.

La característica principal de la gestión de negocios es que quien geste obra sin


mandato expreso, sin ser representante de la persona dueña, sino por injerencia
voluntaria (Borja, 2009: 334).

La naturaleza de la gestión de negocios ha sido objeto de múltiples debates que, a la


fecha, no han concluido en un punto común. Retomaremos lo expuesto por el maestro
Rafael Rojina, quien expone la postura más clara y concreta, al señalar que:

El autor nos dice…

Rafael Rojina

…las obligaciones y derechos recíprocos de las partes se explican por un


hecho jurídico voluntario lícito y por el principio del enriquecimiento sin
causa (2007: 259).

Este principio se explica porque, como analizaremos en líneas posteriores, la persona


dueña queda obligada si la gestión es útil.

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La ley, por cuestiones de equidad, presume la existencia de un consentimiento que es
fuente de utilidad. Las acciones que surgen entre las partes en una gestión de negocios
ajenos no nacen en realidad de ningún contrato; sin embargo, es por causa de la
utilidad a la que hemos aludido que se admite el nacimiento de la obligación “para que
no quedasen abandonados los negocios de los ausentes que se hubiesen visto
obligados a salir precipitadamente sin dejar a nadie encomendada la administración de
sus negocios, de los cuales, sin duda, ninguno se encargaría a no tener acción por los
gastos que hubiere hecho” (Magallón, 1997: 61).

La gestión de negocios engendra obligaciones, tanto para quien geste como para la
persona dueña del negocio. Dichas obligaciones se regulan en los siguientes artículos
del Código Civil Federal:

1.
Artículo 1896. El que sin mandato y sin estar obligado a ello se encarga de un asunto
de otro, debe obrar conforme a los intereses del dueño del negocio.
Artículo 1897. El gestor debe desempeñar su encargo con toda la diligencia que
emplea en sus negocios propios, e indemnizará los daños y perjuicios que por su culpa
o negligencia se irroguen al dueño de los bienes o negocios que gestione.
Artículo 1898. Si la gestión tiene por objeto evitar un daño inminente al dueño, el
gestor no responde más que de su dolo o de su falta grave.

2.
Artículo 1899. Si la gestión se ejecuta contra la voluntad real o presunta del dueño,
el gestor debe reparar los daños y perjuicios que resulten a aquél, aunque no haya
incurrido en falta.
Artículo 1900. El gestor responde aun del caso fortuito si ha hecho operaciones
arriesgadas, aunque el dueño del negocio tuviere costumbre de hacerlas; o si hubiere
obrado más en interés propio que en interés del dueño del negocio.

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Artículo 1901. Si el gestor delegare en otra persona todos o algunos de los deberes
de su cargo; responderá de los actos del delegado, sin perjuicio de la obligación directa
de éste para con el propietario del negocio.
La responsabilidad de los gestores, cuando fueren dos o más, será solidaria.

3.
Art. 1902. El gestor, tan pronto como sea posible, debe dar aviso de su gestión al
dueño y esperar su decisión, a menos que haya peligro en la demora.
Si no fuere posible dar ese aviso, el gestor debe continuar su gestión hasta que
concluya el asunto.
Art. 1903. El dueño de un asunto que hubiere sido útilmente gestionado, debe cumplir
las obligaciones que el gestor haya contraído a nombre de él y pagar los gastos de
acuerdo con lo prevenido en los artículos siguientes.
Art. 1904. Deben pagarse al gestor los gastos necesarios que hubiere hecho en el
ejercicio de su cargo y los intereses legales correspondientes; pero no tiene derecho de
cobrar retribución por el desempeño de la gestión.

4.
Artículo 1905. El gestor que se encargue de un asunto contra la expresa voluntad
del dueño, si éste se aprovecha del beneficio de la gestión, tiene obligación de
pagar a aquél el importe de los gastos hasta donde alcancen los beneficios, a no

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ser que la gestión hubiere tenido por objeto librar al dueño de un deber impuesto
en interés público, en cuyo caso debe pagar todos los gastos necesarios hechos.
Art. 1906. La ratificación pura y simple del dueño del negocio, produce todos los
efectos de un mandato.
La ratificación tiene efecto retroactivo al día en que la gestión principió.

5.
Artículo 1907. Cuando el dueño del negocio no ratifique la gestión, sólo responderá
de los gastos que originó ésta, hasta la concurrencia de las ventajas que obtuvo del
negocio.

Si bien los artículos citados pertenecen al Código Civil Federal, han sido adoptados, en
esencia, de manera uniforme por el resto de los ordenamientos estatales.

La gestión de negocios es una de las pocas figuras que se ha mantenido prácticamente


intacta en nuestro ordenamiento y su importancia radica en que parte de un principio
de solidaridad social, de ayudar a una tercera parte y velar por sus intereses sin que
esto represente un beneficio real, jurídicamente hablando, a la o el gestor. La gestión
de negocios, como fuente de obligaciones es una muestra clara de la reciprocidad en
las relaciones jurídicas que el derecho busca tutelar.

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A continuación podemos ver enunciadas las principales obligaciones para personas que
gesten y para dueñas, que se mencionan en el Código Civil Federal (Borja, 2009: 335-
336).

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Los hechos lícitos, ilícitos y el dolo

Hechos ilícitos
Partimos de la regla general de que toda conducta ilícita impone a la persona autora la
obligación de reparar el daño causado. Por lo tanto, cuando hablamos de hechos
ilícitos, debemos considerar los siguientes elementos:

o Concepto

Entenderemos como hecho ilícito a toda conducta antijurídica que, ya por culpa o
negligencia, le impone a la persona autora la obligación de reparar el daño causado.
Debemos destacar que el concepto no se limita a la mera conducta y su resultado
material, sino a la conducta y su intencionalidad, así como a diversos resultados,
además de los materiales, con igual significación jurídica, situaciones que derivan en
varios tipos de responsabilidad.
o Elementos

Identificaremos como elementos de todo hecho ilícito y, en consecuencia, de la


obligación de reparar el daño:

o Conducta antijurídica

Tradicionalmente, identificamos a la conducta antijurídica con lo que, como su nombre


lo indica, es contrario a alguna disposición normativa. Tratándose de obligaciones, la
entenderemos como toda contradicción a un orden jurídico, sea público o privado, a
través de una acción u omisión.

Al hablar de órdenes privados o públicos, aludimos a que una conducta puede ser
antijurídica por contravenir de manera directa una norma, o bien, por incumplir lo
pactado en un contrato. Hablamos, entonces, de responsabilidad contractual o
extracontractual:

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Responsabilidad contractual

Resulta del incumplimiento de una obligación nacida


de un contrato, es decir, presupone la existencia de
una obligación. Exige la indemnización de daños y
perjuicios ocasionados por el incumplimiento. Se
encuentra prevista en los artículos 2104 del Código
Civil Federal.
(1) Responsabilidad contractual
Responsabilidad extracontractual

No está fundada en la existencia de un vínculo


jurídico preexistente, sino en la realización de un
acto ilícito de una persona en contra de otra, por la
gestión de negocios o las consecuencias del riesgo
(2) Responsabilidad
creado.
extracontractual

El origen de la obligación, en términos generales, es


la violación a la ley, a una norma de observancia
general.

o Culpa

Debemos entender la culpa como todo acto ejecutado con negligencia, descuido o falta
de previsión. Si hay intención de dañar, el término que debemos acuñar es dolo.

Conforme a lo establecido en el artículo 1910 del Código Civil Federal, se define a la


culpa a través del hecho ilícito o del acto que se ejecuta contra las buenas costumbres.

La noción de culpabilidad entraña, a su vez, la de causalidad. Para determinar la


responsabilidad civil a cargo de una persona no sólo debe ser culpable del daño, sino
también causante del mismo.

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¡Importante!
La relación de causalidad implica, entonces, que el daño sea directo e
inmediato.

En este orden de ideas, la víctima no debe acreditar únicamente la culpa o dolo del
demandado, sino también la relación causal entre el ilícito y el daño. El daño debe
ser real, no hipotético o posible (Rojina, 2007: 303-323).

o Daño

Para que exista la obligación de reparar, se requiere, evidentemente, haber causado


un daño. A diferencia de la responsabilidad penal, la civil subjetiva sólo atiende al
daño causado exclusivamente a la víctima. En discrepancia con la responsabilidad
objetiva, el daño considerado por la responsabilidad subjetiva puede ser de índole
patrimonial o moral.

> Patrimonial

El daño patrimonial implica todo menoscabo sufrido en el patrimonio por virtud de un


hecho ilícito, así como la privación de cualquier ganancia que legítimamente debió
haber obtenido la víctima y que no obtuvo como consecuencia de ese hecho.

Al respecto, en el Código Civil Federal se definen dichos conceptos:

La Ley establece…
Artículo 2108. Se entiende por daño la pérdida o menoscabo sufrido en
el patrimonio por la falta de cumplimiento de una obligación.

Artículo 2109. Se reputa perjuicio la privación de cualquiera ganancia


lícita, que debiera haberse obtenido con el cumplimiento de la obligación.

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> Moral

El daño moral comprende toda lesión sufrida por la víctima en sus valores espirituales,
es decir, su honor, honra, sentimientos y afecciones. Lo anterior se preceptúa en el
primer párrafo del artículo 1916 del ordenamiento en cita:

La Ley establece…
Artículo 1916. Por daño moral se entiende la afectación que una
persona sufre en sus sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor,
reputación, vida privada, configuración y aspecto físicos, o bien en la
consideración que de sí misma tienen los demás. Se presumirá que hubo
daño moral cuando se vulnere o menoscabe ilegítimamente la libertad o
la integridad física o psíquica de las personas.

o Responsabilidad

La obligación de reparar el daño es la que denominamos responsabilidad civil y


surge a cargo de quien incurre en una conducta antijurídica y dañosa. Así,
distinguimos a la responsabilidad civil de la penal porque la primera comprende una
reparación económica (sanción privada), en tanto que aquélla se traduce en castigo
(sanción pública).

> Por hechos propios

Identificaremos a la responsabilidad por hechos propios con la responsabilidad


subjetiva, es decir, la que recae sobre una persona determinada como consecuencia de
un acto propio que ha causado un daño a otra.

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Definamos...
Teoría subjetiva de la responsabilidad (doctrina de la culpa)

El punto focal de su estudio son los hechos ilícitos como fuentes de


obligaciones. A diferencia de la responsabilidad objetiva, la subjetiva se
funda en un elemento de carácter psicológico: la intención de dañar, o
bien, la culpa por incurrir en descuido, negligencia o falta de previsión al
actuar.

Al respecto, en el Código Civil Federal se establece lo siguiente:

La Ley establece…
Artículo 1910. El que obrando ilícitamente o contra las buenas
costumbres cause daño a otro, está obligado a repararlo, a menos que
demuestre que el daño se produjo como consecuencia de culpa o
negligencia inexcusable de la víctima.

> Por hechos de terceros

¿Podemos quedar obligados por actos no propios? Sí, como parte de la denominada
responsabilidad subjetiva.

Detengámonos un momento y reflexionemos, ¿qué atributo esencial presupone una


obligación? La capacidad de las partes que intervienen, ¿cierto? Tradicionalmente,
hemos caracterizado a las personas como aquellos sujetos en aptitud de ser titulares
de derechos y obligaciones. ¿Qué pasa, entonces, si aquella persona que causa daño
es incapaz? Surge, así, la responsabilidad por hechos ajenos, que se encuentran
regulados en los artículos 1911 y 1919 a 1925 del Código Civil Federal.

Por su parte, en los artículos 1929, 1931 y 1933, del mismo código, se reglamentan
las responsabilidades por daños causados por animales o cosas, veamos lo que
establece en este rubro:

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La Ley establece…
Artículo 1929. El dueño de un animal pagará el daño causado por éste,
si no probare alguna de estas circunstancias:
I. Que lo guardaba y vigilaba con el cuidado necesario;
II. Que el animal fue provocado;
III. Que hubo imprudencia por parte del ofendido;
IV. Que el hecho resulte de caso fortuito o de fuerza mayor.

Artículo 1931. El propietario de un edificio es responsable de los daños


que resulten por la ruina de todo o parte de él, si ésta sobreviene por
falta de reparaciones necesarias o por vicios de construcción.

Artículo 1933. Los jefes de familia que habiten una casa o parte de ella,
son responsables de los daños causados por las cosas que se arrojen o
cayeren de la misma.

Es importante destacar que el término daño se acuña en la más amplia acepción de la


palabra, ya que comprende también los perjuicios, es decir, la privación de una
ganancia lícita.

> Material derivado, de la propiedad o posesión de las cosas

La responsabilidad material, u objetiva, se denomina así porque el resultado dañoso de


la acción carece de intención. La responsabilidad civil objetiva entraña, a su vez, un
riesgo creado.

Definamos...

Responsabilidad objetiva

Es la que, en virtud de la cual, aquella persona que hace uso de cosas


peligrosas, debe reparar los daños que cause, aun cuando haya
procedido lícitamente.

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La responsabilidad objetiva, como su nombre lo indica, no considera la subjetividad
detrás de la conducta que genera una obligación, es decir, si hubo o no intención. La
responsabilidad objetiva atiende la naturaleza de los materiales o herramientas
empleadas por una persona que pueden provocar un daño. Así, en el artículo 1913 del
Código Civil Federal se dispone lo siguiente:

La Ley establece…
Artículo 1913. Cuando una persona hace uso de mecanismos,
instrumentos, aparatos o substancias peligrosas por sí mismos, por la
velocidad que desarrollen, por su naturaleza explosiva o inflamable, por
la energía de la corriente eléctrica que conduzcan o por otras causas
análogas, está obligada a responder del daño que cause, aunque no obre
ilícitamente, a no ser que demuestre que ese daño se produjo por culpa o
negligencia inexcusable de la víctima.

Derivado de la lectura del artículo transcrito, podemos identificar tres elementos


constitutivos de la responsabilidad objetiva:

Es esta relación causal entre el hecho, es decir, el uso de cosas peligrosas y el daño
producido, que le da a la responsabilidad objetiva su denominación y el elemento que

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la distingue de la responsabilidad subjetiva, que, como precisaremos, parte de un
elemento estrictamente personal, sea la negligencia, el dolo o la culpa (Rojina, 2007:
280).

La responsabilidad objetiva o por el riesgo creado surge como contrapartida al


provecho que produce el empleo de cosas peligrosas. “El empleo de estas cosas por sí
mismo, no puede constituir una culpa, no hay nada de reprochable en él; pero siempre
crea un riesgo que, cuando origina daños, sirve de fundamento a la responsabilidad”
(Rojina, 2007: 280).

Por su parte, el término cosas peligrosas hace referencia a los mecanismos, aparatos
o substancias que por su naturaleza puedan crear un riesgo para la colectividad.
Dicha naturaleza funcional es clave al determinar la peligrosidad de la cosa, ya que la
cosa sólo se convierte en peligrosa en tanto y cuanto cumpla con una función (Rojina,
2007: 281).

Ya que la responsabilidad objetiva no toma en cuenta el aspecto subjetivo de la


conducta dañosa, requiere que el daño sea de carácter patrimonial, no se indemniza
el daño moral.

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Conducta
antijurídica

Culpa
Concepto
Patrimonial
Hechos ilícitos
Daño
Elementos
Moral

Por hechos
propios

Por hechos de
Responsabilidad terceros

Material
derivada

El uso abusivo del derecho


Figura que data desde el derecho romano, estipulaba que quien usa de su derecho a
nadie perjudica, es decir, no había responsabilidad civil cuando en el ejercicio de un
derecho se causaba daño; sin embargo, éste tenía un límite, consistente en la
intención de su ejercicio, esto es, cuando el titular del derecho tenía la intención de
perjudicar a un tercero sin obtener ningún provecho por el ejercicio abusivo de dicho
derecho.

Por su parte Planiol dice que, es contradictorio hablar del uso abusivo de los derechos,
ya que, éste se distingue por dos situaciones lógicas, “si hay uso, no puede haber
abuso; y si hay abuso, no puede haber uso. De manera que el titular de un derecho o
lo usa o abusa de él, pero no puede en el uso abusar del derecho” (Rojina, 2007: 325-
326).

La ley dice que, “cuando al ejercitar un derecho se cause daño a otro, hay obligación
de indemnizarlo si se demuestra que el derecho sólo se ejercitó a fin de causar daño,
sin utilidad para el titular del derecho” (CCF, art. 1912).

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La tesis de Bonnecase sostiene que el abuso del derecho sin utilidad para su titular
tiene un fin nocivo, como podemos apreciar esta tesis es seguida por nuestra
legislación, en la que podemos identificar cuatro elementos:

Ineficiencias y reparación del daño moral


Tal como se dispone en el primer párrafo del artículo 1915 del Código Civil Federal, la
reparación del daño debe consistir, a elección de la persona ofendida, en el
restablecimiento de la situación anterior, cuando ello sea posible, o en el pago de
daños y perjuicios. En uno y en otro caso se tiene derecho al pago total.

En el segundo párrafo de dicho artículo se establecen las directrices de la reparación


del daño patrimonial causado a las personas, a saber:

La Ley establece…
Artículo 1915.
[…]
Cuando el daño se cause a las personas y produzca la muerte,
incapacidad total permanente, parcial permanente, total temporal o
parcial temporal, el grado de la reparación se determinará atendiendo a
lo dispuesto por la Ley Federal del Trabajo. Para calcular la indemnización
que corresponda se tomará como base la Unidad de Medida y
Actualización y se extenderá al número de unidades que para cada una
de las incapacidades mencionadas señala la Ley Federal del Trabajo. En

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caso de muerte la indemnización corresponderá a los herederos de la
víctima.

Reflexión…
Lea con detenimiento la última línea del párrafo transcrito, ¿considera
esta disposición acertada? ¿Por qué? ¿Qué se dispone al respecto en el
derecho laboral? ¿Qué disposición debe prevalecer?

Fuentes de consulta

Bibliografía

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 Borja Soriano, Mariano, Teoría general de las obligaciones, 21.ª ed., México,
Porrúa, 2009.
 Castrillón y Luna, Víctor M., Obligaciones civiles y mercantiles, México, Porrúa,
2009.
 García Maynez, Eduardo, Introducción al Estudio del Derecho, 35.a ed., México,
Porrúa, 1984.
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1997, t. VI.
 Pothier, Robert, Tratado de las Obligaciones, México, Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal, s. f.
 Rojina Villegas, Rafael, Compendio de derecho civil, 27.ª ed., México, Porrúa,
2007, t. III.

Legislación

Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Código Civil Federal, última reforma
publicada en el DOF 03/06/2019, disponible en
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/index.htm, consulta: 18/06/2019.

Sitio electrónico

Real Academia Española, http://www.rae.es/.

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Imágenes

(1) edar, [Responsabilidad contractual], [fotografía], 2015,


https://pixabay.com/es/negocios-firma-contrato-documento-962358/,
consulta: 07/11/2016.
(2) s. a., [Responsabilidad extracontractual], [fotografía], s. f., tomada de
https://indemnizaciónporaccidente.com/definicion-de-accidente-de-trabajo/,
consulta: 07/11/2016.

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