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Universidad nacional autónoma de México

Facultad de economía

Asignatura: historia económica de México

Actividad 1

Resumen

Teoría del conocimiento


La investigación filosófica sobre la naturaleza del conocimiento ha continuado a lo
largo de la historia y ha generado numerosos movimientos que intentan resolver
este misterio. La lucha entre realismo e idealismo está en el centro de esta
investigación, lo que demuestra la tensión entre la afirmación de la realidad objetiva
y la primacía de la razón en la creación del conocimiento. Al mostrar la superioridad
de la conciencia, el idealismo choca con el realismo, que mantiene la existencia
independiente del mundo exterior. Sin embargo, estas luchas no llevaron a una
solución definitiva. El idealismo no puede mostrar la imposibilidad del realismo y
viceversa. Cuando se utilizan métodos puramente racionales, persisten las
controversias, ya que ni el idealismo ni el realismo pueden probarse o refutarse
finalmente por medios lógicos.
Una salida a esta dicotomía la ofrece el idealismo de la voluntad, que enfatiza el
aspecto voluntario del hombre. A diferencia del idealismo, que ve a los humanos
como seres puramente intelectuales, el realismo volitivo enfatiza que los humanos
son esencialmente seres de voluntad y acción. Cuando una persona se enfrenta a
una situación que va en contra de sus deseos y voluntad, inmediatamente siente la
verdad. Por tanto, la creencia en la verdad del mundo exterior no se basa en el
razonamiento lógico, sino en la experiencia directa, en la experiencia de la voluntad.
Pero el idealismo no surge inofensivamente de la pregunta "yo existo". La certeza
inmediata de la existencia personal basada en la auto intuición presenta un desafío
que el idealismo no puede superar. La autosuficiencia inmediata presenta un
obstáculo insuperable para cualquier forma de idealismo que busque negar la
realidad personal. El argumento se extiende aún más cuando consideramos la
posibilidad del conocimiento de los objetos. ¿Es posible conocer la esencia de las
cosas, o estamos limitados a conocer sólo la existencia de las cosas en el sentido
del fenomenalismo kantiano? La respuesta a esta pregunta está estrechamente
relacionada con nuestra visión del significado del conocimiento humano.
En este ámbito, las opiniones de Aristóteles y Kant son extremas. La primera dice
que el objeto de conocimiento ya existe con algún significado que puede ser
reproducido por la mente conocedora. La visión de Kant niega la existencia de
objetos creados y afirma que nuestra mente los crea. Aquí el conocimiento se
entiende como actividad consciente activa y productiva.
La elección entre estas perspectivas no es trivial. El énfasis de Aristóteles en la
representación de objetos implica una repetición de la realidad, que puede
considerarse innecesaria. Además, se basa en un supuesto metafísico no
demostrado: que la realidad tiene una estructura racional. La teoría de Kant, por otra
parte, tropieza con dificultades al suponer que la intuición es puro caos sin orden
interno. La falta de claridad en el significado de los datos plantea la cuestión de
cómo la conciencia puede utilizar categorías como sustancia o causalidad para
organizar dichos datos. Al estudiar esta perspectiva, es necesario considerar
soluciones teológicas a los problemas educativos. Estas soluciones, a menudo
asociadas con enfoques monistas y panteístas, intentan resolver el problema desde
principios absolutos, que son los principios últimos de la realidad. Dependiendo de
si lo Absoluto se entiende como inmanente o trascendente al mundo, se llega a una
solución monista o dualista.
La solución monista expresada en la filosofía de Spinoza considera sujeto y objeto,
pensamiento y existencia como aspectos de una sola realidad. Una sustancia con
infinitas propiedades condiciona la unidad de sujeto y objeto. Desde una perspectiva
similar, Schelling propone una filosofía de la identidad, que define como la unidad
absoluta de naturaleza y espíritu. Las soluciones dualistas y teístas, por otra parte,
preservan la distinción metafísica esencial entre pensamiento y ser. Aquí la dualidad
no es definitiva. Sujeto y objeto, pensamiento y existencia finalmente se funden en
el principio supremo común. Como creador del universo, Dios armoniza los ideales
y la realidad y logra la armonía entre el pensamiento y la existencia.
Es importante señalar las críticas y los desafíos a las soluciones tanto idealistas
como realistas y teológicas. El idealismo tiene dificultades para resolver la existencia
de un "yo" y su autoconciencia inmediata. Por otro lado, el realismo tiene
limitaciones porque no puede proporcionar argumentos lógicos y se basa en
supuestos metafísicos no probados. Las soluciones teológicas ofrecen un enfoque
alternativo, pero deben abordarse con cautela. El enfoque monista a veces cae en
especulaciones no científicas, y el enfoque dualista y teísta, aunque se basa en la
armonía divina, no puede considerarse una base científica para resolver los
problemas del conocimiento. Es muy importante no confundir la base del argumento
teísta con su propósito epistemológico.
En la compleja red de teorías cognitivas, el conflicto entre realismo e idealismo
conduce a una reflexión profunda. Las soluciones teológicas, ya sean monistas o
panteístas, dualistas o teístas, ofrecen perspectivas que buscan trascender los
límites de los movimientos filosóficos tradicionales. En conjunto, estos enfoques
proporcionan una comprensión más holística y completa de la naturaleza del
conocimiento.

Referencias
Hessen, J. (2005). teoria del conocimiento. mexico: exodo.

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