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Este documento resume la teoría del conocimiento y la larga lucha entre el realismo e idealismo. También explora soluciones teológicas como el monismo de Spinoza y la filosofía de la identidad de Schelling. Finalmente, señala que si bien estas perspectivas ofrecen enfoques alternativos, deben abordarse con cautela ya que a veces caen en especulaciones no científicas.
Este documento resume la teoría del conocimiento y la larga lucha entre el realismo e idealismo. También explora soluciones teológicas como el monismo de Spinoza y la filosofía de la identidad de Schelling. Finalmente, señala que si bien estas perspectivas ofrecen enfoques alternativos, deben abordarse con cautela ya que a veces caen en especulaciones no científicas.
Este documento resume la teoría del conocimiento y la larga lucha entre el realismo e idealismo. También explora soluciones teológicas como el monismo de Spinoza y la filosofía de la identidad de Schelling. Finalmente, señala que si bien estas perspectivas ofrecen enfoques alternativos, deben abordarse con cautela ya que a veces caen en especulaciones no científicas.
La investigación filosófica sobre la naturaleza del conocimiento ha continuado a lo largo de la historia y ha generado numerosos movimientos que intentan resolver este misterio. La lucha entre realismo e idealismo está en el centro de esta investigación, lo que demuestra la tensión entre la afirmación de la realidad objetiva y la primacía de la razón en la creación del conocimiento. Al mostrar la superioridad de la conciencia, el idealismo choca con el realismo, que mantiene la existencia independiente del mundo exterior. Sin embargo, estas luchas no llevaron a una solución definitiva. El idealismo no puede mostrar la imposibilidad del realismo y viceversa. Cuando se utilizan métodos puramente racionales, persisten las controversias, ya que ni el idealismo ni el realismo pueden probarse o refutarse finalmente por medios lógicos. Una salida a esta dicotomía la ofrece el idealismo de la voluntad, que enfatiza el aspecto voluntario del hombre. A diferencia del idealismo, que ve a los humanos como seres puramente intelectuales, el realismo volitivo enfatiza que los humanos son esencialmente seres de voluntad y acción. Cuando una persona se enfrenta a una situación que va en contra de sus deseos y voluntad, inmediatamente siente la verdad. Por tanto, la creencia en la verdad del mundo exterior no se basa en el razonamiento lógico, sino en la experiencia directa, en la experiencia de la voluntad. Pero el idealismo no surge inofensivamente de la pregunta "yo existo". La certeza inmediata de la existencia personal basada en la auto intuición presenta un desafío que el idealismo no puede superar. La autosuficiencia inmediata presenta un obstáculo insuperable para cualquier forma de idealismo que busque negar la realidad personal. El argumento se extiende aún más cuando consideramos la posibilidad del conocimiento de los objetos. ¿Es posible conocer la esencia de las cosas, o estamos limitados a conocer sólo la existencia de las cosas en el sentido del fenomenalismo kantiano? La respuesta a esta pregunta está estrechamente relacionada con nuestra visión del significado del conocimiento humano. En este ámbito, las opiniones de Aristóteles y Kant son extremas. La primera dice que el objeto de conocimiento ya existe con algún significado que puede ser reproducido por la mente conocedora. La visión de Kant niega la existencia de objetos creados y afirma que nuestra mente los crea. Aquí el conocimiento se entiende como actividad consciente activa y productiva. La elección entre estas perspectivas no es trivial. El énfasis de Aristóteles en la representación de objetos implica una repetición de la realidad, que puede considerarse innecesaria. Además, se basa en un supuesto metafísico no demostrado: que la realidad tiene una estructura racional. La teoría de Kant, por otra parte, tropieza con dificultades al suponer que la intuición es puro caos sin orden interno. La falta de claridad en el significado de los datos plantea la cuestión de cómo la conciencia puede utilizar categorías como sustancia o causalidad para organizar dichos datos. Al estudiar esta perspectiva, es necesario considerar soluciones teológicas a los problemas educativos. Estas soluciones, a menudo asociadas con enfoques monistas y panteístas, intentan resolver el problema desde principios absolutos, que son los principios últimos de la realidad. Dependiendo de si lo Absoluto se entiende como inmanente o trascendente al mundo, se llega a una solución monista o dualista. La solución monista expresada en la filosofía de Spinoza considera sujeto y objeto, pensamiento y existencia como aspectos de una sola realidad. Una sustancia con infinitas propiedades condiciona la unidad de sujeto y objeto. Desde una perspectiva similar, Schelling propone una filosofía de la identidad, que define como la unidad absoluta de naturaleza y espíritu. Las soluciones dualistas y teístas, por otra parte, preservan la distinción metafísica esencial entre pensamiento y ser. Aquí la dualidad no es definitiva. Sujeto y objeto, pensamiento y existencia finalmente se funden en el principio supremo común. Como creador del universo, Dios armoniza los ideales y la realidad y logra la armonía entre el pensamiento y la existencia. Es importante señalar las críticas y los desafíos a las soluciones tanto idealistas como realistas y teológicas. El idealismo tiene dificultades para resolver la existencia de un "yo" y su autoconciencia inmediata. Por otro lado, el realismo tiene limitaciones porque no puede proporcionar argumentos lógicos y se basa en supuestos metafísicos no probados. Las soluciones teológicas ofrecen un enfoque alternativo, pero deben abordarse con cautela. El enfoque monista a veces cae en especulaciones no científicas, y el enfoque dualista y teísta, aunque se basa en la armonía divina, no puede considerarse una base científica para resolver los problemas del conocimiento. Es muy importante no confundir la base del argumento teísta con su propósito epistemológico. En la compleja red de teorías cognitivas, el conflicto entre realismo e idealismo conduce a una reflexión profunda. Las soluciones teológicas, ya sean monistas o panteístas, dualistas o teístas, ofrecen perspectivas que buscan trascender los límites de los movimientos filosóficos tradicionales. En conjunto, estos enfoques proporcionan una comprensión más holística y completa de la naturaleza del conocimiento.
Referencias Hessen, J. (2005). teoria del conocimiento. mexico: exodo.