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Voces: MEDIACIÓN - MEDIACIÓN OBLIGATORIA - HONORARIOS DEL MEDIADOR -

ANTICIPO DE HONORARIOS - BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS - TUTELA JUDICIAL


EFECTIVA

Partes: Aguirre Daiana Macarena y otro c/ Pineda Daiana Cristina | daños y perjuicios
automotor c/lesiones o muerte

Tribunal: Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de San Nicolás

Fecha: 24-may-2022

Cita: MJ-JU-M-137213-AR | MJJ137213

Producto: MJ

El mediador puede solicitar un anticipo de honorarios y supeditar la continuación de su labor,


sino se acredita al menos el inicio del incidente del beneficio de litigar sin gastos.

Sumario:

1.-Hasta tanto se acredite el inicio del beneficio de litigar sin gastos, asiste razón a la
mediadora acerca de la exigibilidad del anticipo a cuyo pago supeditó la continuación de su
labor, sin que ello pueda ser considerado una vulneración del derecho de acceso a la
jurisdicción ni a la tutela efectiva de sus derechos, tanto más cuando ya el art. 7 de la Ley de
mediación provincial tenía prevista esa contingencia y su solución legal.

2.-El anticipo de honorarios del mediador no es un obstáculo económico que impida la tutela
efectiva de derechos, pues quien afirme carecer de recursos suficientes para afrontar el
proceso cuenta con la posibilidad de plantear el beneficio de litigar sin gastos y obtener su
provisoria concesión.

3.-La unidad fijada por el Dec. Reglamentario n° 600/21 , que se traduce en un importe de un
valor que actualmente es de $ 4.176, parte del presupuesto de que quien abre un proceso de
mediación ha efectuado antes una ponderación acerca de que la pretensión subyacente es
superadora de la insignificancia, pues necesariamente ha de considerarse la realidad de los
costos que implica poner en marcha el servicio de justicia; sin desconocer el derecho de
acción, el decreto reglamentario ha fijado, entonces, un importe que permitiría al mediador
llevar a cabo las tareas elementales sobrevinientes al ejercicio de aquel derecho.

San Nicolás, 24 de mayo de 2022.


Vistos:

Ante la denuncia de la actora (del 25/11/21), en la que expresó que la abogada mediadora,
Dra. Valeria Aroza, había supeditado la fijación de la fecha de audiencia a que se cumpliera
con la entrega del anticipo de honorarios, el Juzgador la intimó (el 14/12/21) para que señalara
audiencia.

Para decidirlo así, sostuvo que no estaba previsto en el art. 31 del decreto reglamentario n°
600/2021 que su incumplimiento pudiera impedir la celebración de la audiencia preliminar en el
contexto de este modo alternativo de solución de los conflictos. Con citas de fallos de este
Tribunal aplicables -a su criterio- por analogía, consideró que la solución se asemejaba a la
exigencia del pago de la tasa de justicia, cuya inobservancia no era impedimento para
continuar con el trámite del proceso.

Contra ello, la Mediadora dedujo recurso de apelación (el 23/12/21). Los fundamentos que
obran en su presentación del 16/2/22 se cimentaron, en síntesis, en que el referido decreto
establece la obligatoriedad del pago del anticipo al momento de notificarse la designación y que
para eximirse de él era necesario contar con la concesión del beneficio de litigar sin gastos.
Dijo que el juez, en su lugar, resolvió como si hubiera tratado la inconstitucionalidad de la
norma, siendo inadmisible la resistencia de las partes a abonar el anticipo como así también, la
intimación que había recibido de continuar su labor pese al incumplimiento. Los argumentos
fueron contestados por la actora mediante el escrito del 9/3/22.

Y Considerando:

I. Que de la lectura del art. 31 del Dec. Reglamentario n° 600/21, surge que el/ la mediador/a
tiene derecho a percibir un (1) Jus arancelario en concepto de anticipo a cuenta de la
retribución total, el que debe ser abonado por el requirente al momento de notificarse su
designación.Así también, la exención del anticipo por parte de quien hubiere obtenido el
beneficio de litigar sin gastos por sentencia firme.

La cuestión que aquí se plantea es la relativa a si la falta de cumplimiento de ese aporte obsta
a la prosecución del trámite de mediación.

II. La unidad fijada por el reglamento, que se traduce en un importe de un valor que
actualmente es de $ 4.176.- (desde el 1/3/22 al 1/7/22), parte del presupuesto de que quien
abre un proceso de mediación -preámbulo del judicial- ha efectuado antes una ponderación
acerca de que la pretensión subyacente es superadora de la insignificancia, pues
necesariamente ha de considerarse la realidad de los costos (en términos de gastos y
esfuerzos) que implica poner en marcha el servicio de justicia.

Sin desconocer el derecho de acción (el que tiene cualquiera de demandar a quien quisiera,
tuviere o no razón), el decreto reglamentario ha fijado, entonces, un importe que permitiría al
mediador llevar a cabo las tareas elementales sobrevinientes al ejercicio de aquel derecho.

III. No obstante, ese decreto reglamentario ha previsto la posibilidad de que el requirente


carezca de recursos para afrontar ese valor, y en tal sentido, respetuoso de esa condición, su
posibilidad de articular el trámite del beneficio de litigar sin gastos donde se lo acredite.

IV. Si bien la norma establece la necesidad de contar con sentencia definitiva que acoja la
carta de pobreza pedida, esta Cámara considera que no obstante el silencio del reglamento
acerca de los efectos de la concesión provisoria, debe entenderse que los efectos inmediatos
de dicha concesión son aplicables también al anticipo de la mediación, postulando su
operatividad dado que éstos han sido reconocidos en el referido artículo de la ley procesal que
el legislador provincial considera como un instrumento de acceso inmediato a la justicia (art.83
del CPCC; y 18 CN), como así también, en la ley de mediación (nº 13.951 art.7ª). En función
de la jerarquía normativa subordinada del reglamento y de su compatibilidad con el art. 28 de la
Constitución Nacional y 57 de la Constitución Provincial, ésa parece ser la solución más
razonable.

V. De tal modo, el anticipo de honorarios del mediador no es un obstáculo económico que


impida la tutela efectiva de derechos (art. 18, CN; 8 CADH, 15, Const.Provincial y su doctrina),
pues quien afirme carecer de recursos suficientes para afrontar el proceso cuenta con la
posibilidad de plantear el beneficio de litigar sin gastos y obtener su provisoria concesión
(Giannini, Leandro, "Mediación en Provincia de Buenos Aires. El anticipo de honorarios ante el
beneficio de litigar sin gastos provisorio", en Diario LL 9/5/22, p. 9).

VI. Hasta tanto se acredite el inicio de ese trámite, entonces, asiste razón a la mediadora
recurrente acerca de la exigibilidad del anticipo a cuyo pago supeditó la continuación de su
labor, sin que ello pueda ser considerado una vulneración del derecho de acceso a la
jurisdicción ni a la tutela efectiva de sus derechos, tanto más cuando ya el art. 7 de la Ley de
mediación provincial tenía prevista esa contingencia y su solución legal.

VII. Las costas se imponen en el orden causado, teniendo en cuenta las dificultades
interpretativas que exhibe la cuestión planteada, que además resulta de novedoso tratamiento
(art. 68 y 69 del CPCC).

Por los fundamentos expuesto, se resuelve:

Acoger el recurso articulado por la mediadora Dra. Aroza, el 23/12/21, e imponer las costas por
su orden (art. 68 y 69 del CPCC).

Notifìquese y devuélvase.

REFERENCIAS:

Funcionario Firmante: 24/05/2022 12:24:23 - FERNANDEZ BALBIS Amalia - JUEZ

Funcionario Firmante: 24/05/2022 12:30:03 - KOZICKI Fernando Gabriel - JUEZ

Funcionario Firmante: 24/05/2022 13:11:27 - TIVANO Jose Javier - JUEZ

Funcionario Firmante: 24/05/2022 14:17:55 - MAGGI Maria Raquel - SECRETARIO DE


CÁMARA
JUZG 1A INST CIV COM 22A NOM
Protocolo de Sentencias
Nº Resolución: 100
Año: 2022 Tomo: 4 Folio: 1089-1103

EXPEDIENTE SAC: 9861057 - PEREZ CARRANZA, MARIA VICTORIA Y OTRO C/ SEGUROMETAL COOPERATIVA DE

SEGUROS LTDA - EJECUTIVO - COBRO DE HONORARIOS

PROTOCOLO DE SENTENCIAS. NÚMERO: 100 DEL 09/08/2022

SENTENCIA NUMERO: 100.

CORDOBA, 09/08/2022.

Y VISTOS:
Estos autos caratulados PEREZ CARRANZA, MARIA VICTORIA Y OTRO C/
SEGUROMETAL COOPERATIVA DE SEGUROS LTDA – EJECUTIVO –
COBRO DE HONORARIOS – EXPTE. Nº 9861057, fecha de inicio 03.03.2021,
que tramitan por ante este Juzgado de Primera (1ª) Instancia y Vigésimo Segunda (22ª)
Nominación en lo Civil y Comercial de esta ciudad de Córdoba, traídos a despacho a
los fines de resolver y de los que resulta:
Que con fecha 03.03.2021 comparecen MARIA VICTORIA PEREZ CARRANZA y
GRACIELA INES BERRETTA, bajo el patrocinio letrado del Dr. GONZALO
GUEVARA, y promueven demanda ejecutiva - cobro de honorarios en contra de
SEGUROMETAL COOPERATIVA DE SEGUROS LTDA por la suma de pesos tres
mil cincuenta y tres ($3.053,00), con más intereses, desde que la suma es debida, y
costas. Persiguen con esta acción el cobro de los honorarios profesionales que les
corresponden por las tareas desarrolladas como mediadoras en la mediación efectuada
bajo el número de trámite 39794, entre Carlos Emanuel Delgado en el carácter de
requirente y Orgudi SRL y la demandada en el carácter de requeridas. Cuentan que la

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mediación se llevó a cabo por medios digitales en una audiencia que tuvo lugar el
10.09.2020 y finalizó sin acuerdo por decisión de las partes. Informan que por ese
motivo, sus honorarios se fijaron en pesos nueve mil ciento cincuenta y nueve
($9.159,00) en conjunto y proporción de ley para ambas mediadoras, tal cual lo
dispone la Ley 10.543 en su art. 24, los cuales debieron ser soportados en la siguiente
proporción: pesos tres mil cincuenta y tres ($3.053,00) a cargo del requirente, pesos
tres mil cincuenta y tres ($3.053,00) a cargo de La Segunda Seguros y pesos tres mil
cincuenta y tres ($3.053,00) a cargo del demandado, quien aún no ha cumplido con el
pago de los honorarios. Dicen que adjuntan a la demanda, el acta de cierre con las
fotografías de los participantes de la audiencia y sus D.N.I., lo que integra el acta
como un todo único. Manifiestan que adjuntan además, el Certificado Electrónico de
Validación del Centro Público de Mediación, el cual tiene los mismos efectos que la
protocolización del acta. Expresan que ello constituye el título de la acción, de acuerdo
con lo establecido por el art. 518 inc. 8 del C.P.C. y por el art. 27 de la Ley 10.543 de
Mediación Prejudicial Obligatoria. Dicen que al respecto la Resolución Nº 002/20
dictada por la Secretaría de Justicia del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de
la Provincia de Córdoba establece cómo deben realizarse las mediaciones virtuales y
cómo se deben instrumentar las actuaciones. Transcriben, para mayor claridad, los
párrafos respectivos de dicha Resolución: “Córdoba, 22 de Abril de 2020. Y Vistos:
(...) Y considerando: (...) La Secretaría de Justicia Resuelve: 1) APROBAR EL
PROTOCOLO de actuación elaborado por la Dirección de Mediación y el Centro
Publico de Mediación y que como Anexo 1 forma parte integrante de la presente
Resolución, a los fines de ser implementado bajo la modalidad virtual con carácter de
prueba piloto de aplicación progresiva (…).- “ANEXO I - PROTOCOLO DE
ACTUACION PRUEBA PILOTO MEDIACION VIRTUAL".- 1. Ámbito de aplicación
El siguiente protocolo establece la modalidad de actuación para las mediaciones

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prejudiciales obligatorias que se lleven a cabo de manera virtual (on line) (…).- 2.5.
Acta de cierre: El Acta de cierre -ya sea con o sin acuerdo- supone la presencia de
todas las partes, firmada mediante un consentimiento expreso con carácter de
declaración jurada. Las actas deberán ser firmadas por todos los participantes de la
mediación, dicha firma ológrafa será suplida mediante el envío de parte de todos los
involucrados de una foto de su D.N.I. (anverso y reverso), al mediador/a que está
completando el acta, en señal de dejar constancia de la presencia y dando fe de dicho
acto. El mediador que labra el acta, deberá adjuntar al acta de cierre toda la
documental necesaria a los fines de la verificación del acto. Dicha documental es
parte integrante del acta, conformando un Anexo único, todo lo cual deberá ser
enviado al mail oficial del Centro Público. En el cuerpo del mail, el mediador/a que
remita toda la documental expuesta supra deberá consignar una declaración jurada
en la que asuma la legitimidad de todo lo actuado y autenticidad de la documentación
adjunta. El centro público no procederá a su revisión hasta tanto el mediador no
certifique la legalidad y autenticidad de todo lo actuado con la declaración jurada.
Esta mecánica vendría a subsanar de una manera transitoria la falta de las firmas en
el acta de cierre. Las partes y sus abogados enviarán la foto de su D.N.I. y carnet
profesional en señal de confirmación del acto, los cuales serán impresos y serán parte
integrante del acta.- 2.6. Certificado electrónico de validación del Centro Público:
Verificado los requisitos formales del acta de cierre, el Centro Público emitirá un
certificado electrónico de validación de la mediación firmado digitalmente y con un
código QR de verificación, que deberá ser remitido a las partes a la dirección de
correo electrónico constituido y al Centro Privado interviniente. Esto valdrá de
fehaciente notificación del acto de cierre de la mediación, validando todo lo actuado
así como la documental anexa. Este Certificado tendrá los mismos efectos de la
protocolización del acta en los términos del artículo 27 de la Ley 10.543, por lo que

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resulta válido para las presentaciones pertinentes y a futuro que se deban realizar en
sede judicial para interponer la demanda o pedir la homologación de un acuerdo
cuando fuere necesario.- (…).-”. Reclaman, en definitiva, el pago de la cantidad de
pesos tres mil cincuenta y tres ($3.053,00) en conjunto, más intereses, desde que la
suma es debida, y costas.
Que con fecha 26.03.2021 se imprime el trámite de ley.
Que con fecha 23.04.2021 comparece el Dr. LUIS ALBERTO DURAN, en carácter
de apoderado de SEGUROMETAL COOPERATIVA DE SEGUROS LTDA (conf.
poder juramentado adjuntado con fecha 23.04.2021), opone las excepciones de falta de
personería en el demandante, falta de personería en el demandado e inhabilidad de
título, hace reserva de iniciar dentro del término legal el correspondiente juicio de
repetición en contra de las actoras y solicita se acojan dichas excepciones y, en
consecuencia, se rechace la demanda en todos sus términos con especial imposición de
costas a la parte actora. Asimismo y en forma subsidiaria, hace reserva de hacer la
denuncia pertinente, por la posible falta ética de las actoras, ya sea por su
comportamiento canalizado en el presente juicio, como así también durante el
desarrollo de la función de mediadoras, por la adopción de metodologías contrarias a
derecho y a los usos y costumbres del foro local, todo por ante el Tribunal de
Disciplina del Colegio de Abogados (si correspondiere), ya que en el escrito de
demanda se identifican como abogadas con matrículas supuestamente habilitadas (1-
40264 respecto de la accionante MARIA VICTORIA PEREZ CARRANZA y 1-33489
respecto de GRACIELA INES BERRETTA) y la de poner en conocimiento el
comportamiento desplegado por las referidas ante la DIMEC (Dirección de Mediación
del Poder Ejecutivo de la Provincia) y ante el Tribunal de Disciplina de Mediación en
el ámbito del Ministerio de Justicia, el que se encargará en este caso del conocimiento
y juzgamiento de las infracciones a los regímenes éticos y disciplinarios de los

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mediadores y de la aplicación de las sanciones que correspondan conforme a la
naturaleza, gravedad de los supuestos hechos contraventores y antecedentes de las
infractoras. Dice que las excepciones opuestas son procedentes formalmente por las
siguientes razones: 1) temporalidad: se interponen dentro del término de ley; 2)
formalidad: se interponen en el modo y forma que establece la ley del rito; y 3)
admisibilidad: las excepciones opuestas son admisibles en virtud de lo dispuesto en las
normas procesales vigentes. Excepción de falta de personería en el demandante o falta
de legitimación activa. Expresa que, sin desconocer que en principio en este tipo de
procesos se está vedado entrar en la discusión de la causa de la obligación o respecto
de la relación que vincula al actor con el demandado, según luce de la demanda, las
actoras invocan como causa eficiente de su supuesto crédito su participación en la
audiencia de mediación que se habría desarrollado con la modalidad virtual, con fecha
10.09.2020 y en la que se habrían conectado por vía Zoom los Sres. CARLOS
EMANUEL DELGADO (requirente), DIEGO ACEVEDO CASTAÑOS y
SANTIAGO GIR (abogados patrocinantes del requirente), MATIAS MOLINA
(abogado apoderado de la aseguradora del requerido, LA SEGUNDA S.A.),
GRACIELA INES BERRETA (mediadora) y el suscripto LUIS ALBERTO DURAN
(abogado apoderado de SEGUROMETAL COOPERATIVA DE SEGUROS
LIMITADA), aseguradora del acoplado enganchado al vehículo de mayor porte, según
el relato del requirente, con cobertura solo del 20%, ya que el 80% restante es a cargo
de la aseguradora antes mencionada que cubre la responsabilidad civil del camión en
cuestión, denunciado también por el requirente). Manifiesta que todo según la imagen
que, en copia de captura de pantalla, se agrega como documental integrante de la
demanda de autos. Ruega que se advierta que de dicha imagen, de la que se presume
serían los asistentes en la audiencia en cuestión que habría devengado los honorarios
que dicen las actoras su parte les adeuda, luciría por su ausencia la mediadora MARIA

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VICTORIA PEREZ CARRANZA, ya que la imagen que agregan las actoras como
documentación no es clara o es poco certera en lo que pretenden mostrar, ergo, con
esta primera observación se puede advertir la primera cuestión que da sustento a la
ilegitimidad de la acción y de la pretensión de ambas actoras. Excepción de falta de
personería en el demandado. Refiere que las actoras fundamentan su crédito, el que
dicen es un título ejecutivo, en lo que establece el art. 27 de la Ley 10.543 y pretenden
que la supuesta acta de cierre que agregan como documentación a su demanda se
convierta en título suficiente en los términos de dicho precepto legal y es precisamente
en este instrumento que de la simple lectura se puede advertir quién es el requirente
(indicado en el apartado “a”), quién es el requerido (indicado en el apartado “b”),
quiénes serían los mediadores intervinientes (indicados en el apartado “c”) y los
terceros en calidad de requeridos (indicados en el apartado “d”) y allí se ubica a la
aseguradora La Segunda S.A. y a su abogado apoderado Matías Molina, quien a su
vez, según luce en el apartado “b” ya referido, también representa los intereses de
Orgudi S.R.L., por lo tanto allí se encuentran las partes intervinientes en el acto; así,
destaca que su intervención por la citada en garantía Segurometal Coop. de Seguros
Ltda. literalmente lo es en esa calidad y como tal la jurisprudencia y doctrina local,
como la misma Ley de Seguros que reglamenta el contrato de seguro en todos sus
extremos, establecen con claridad que ninguna aseguradora es parte en el proceso, ni
aún en etapa previa, conforme lo reglamenta la Ley 10.543. Afirma que a todo evento,
el asegurador es siempre una garantía de pago frente a una eventual condena si es un
proceso judicial, o de pago si se acuerda por alguna vía distinta, situación que no pasó
en la mediación de marras. Señala que esta reflexión no es una mirada antojadiza para
evadir las responsabilidades que podrían interpretar quienes reclaman del asegurador
el cumplimiento de lo contratado en la póliza respectiva. Cita jurisprudencia sobre tal
reflexión. No desconoce que existe doctrina y jurisprudencia favorable a la tesis

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jurídica sustentada por la parte actora tanto en el ámbito nacional (v.gr. CNCom., sala
B, Fernández, in re: “Adriano c/ HSBC La Buenos Aires Cía. de Seguros”, 11/02/2004
Cita Online: AR/JUR/1226/2004, y sala A, en autos “Cerecedo, Berta c. Gral
American Arg. Seguros de Vida S.A.J”, 08/04/2002, Cita Online: AR/JUR/3958/2002)
como en el local (vide por ejemplo, Cám. 1° Civ. Com. Cba., en autos “Avalos, Luis
Alberto c. Casanova, Marcelo y otro” 17/06/2009, Cita Online: AR/JUR/24041/2009,
del voto mayoritario), empero por su parte comparte aquella otra que, fundada en el
régimen legal del seguro que niega acción directa al damnificado y que subordina su
derecho al reclamo contra el dañador asegurado, como lo sostuvo el voto de la minoría
en el último fallo citado, sostiene la ausencia de efecto interruptivo o suspensivo de la
reclamación solamente ante la aseguradora del guardián y titular registral del rodado
causante de los daños (véase, Código Civil Comentado. Doctrina – Jurisprudencia –
Bibliografía. Privilegios. Prescripción. Aplicación de las Leyes Civiles, Aída
KEMELMAJER DE CARLUCCI, Claudio KIPER, Félix A. TRIGO REPRESAS
<Directores>, Ed Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2006, págs. 416/417, y precedente
jurisprudencial que allí se cita <Cám. 2° Civ. Com. La Plata, Sala III, 21-4-94, Juba 7
B352020>). Dice que en este proceso reglado por la Ley 10.543, sin perjuicio de que
el supuesto título invocado por las actoras deviene además inhábil por no contener los
requisitos formales rituales, la convocatoria a la participación es por lo compulsivo del
sistema (falsamente llamado voluntario), ya que la incomparecencia en cualquier
calidad tiene la sanción de una multa, según reza el texto de la ley filiada. Expresa que
yerran las actoras en dirigir la acción en contra de su representada, pues en realidad no
existe acción en contra de su instituyente, la incorporación deliberada en el rubro N° 3
denominado honorarios es infundada, antojadiza e ilegal. Manifiesta que, además,
jamás la audiencia en cuestión fue ratificada por ninguno de los intervinientes y
sumado a ello la certificación que se otorga para acreditar la etapa prejudicial

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obligatoria deviene nula de nulidad absoluta. Refiere que su parte jamás ha sido
notificada por ninguna vía de ninguna naturaleza ni del cierre de la instancia de
mediación, ni de su certificación, ni de ningún acto posterior al celebrado el día
10.09.2020. Excepción de inhabilidad de título. Dice que las demandantes manifiestan
deliberadamente que su supuesto crédito de honorarios tiene acción ejecutiva y que
quedaría encuadrado en los términos del art. 518 inc. 8 del C.P.C. y del art. 27 de la
Ley 10.543. Expresa que la interpretación de las actoras es más que elocuente y con un
evidente desconocimiento supino del derecho procesal y de fondo. Manifiesta que el
fundamento más letal que lesiona de muerte a la supuesta acción ejecutiva que
tendrían las actoras, es la mentada “acta de cierre” de la mediación, que como tal ley
es clara y concisa que debe ser protocolizada por el Centro Judicial de Mediación,
situación que jamás ha ocurrido y no hay ningún documento ni físico ni virtual que
haga presumir que ese estadio procesal ocurrió e invistió al supuesto cierre de la
categoría de homologación. Refiere que como consecuencia directa, el supuesto
certificado de cumplimiento del proceso de mediación deviene inválido, cuando no
nulo, en el caso que nos ocupa, pues ni siquiera ha sido notificado por ninguna vía, ni
en soporte papel, ni por e-mail, ni por ningún medio digital que demuestre que el acto
quedó firme y consentido por todos los que intervinieron, inclusive por su
representada, que ni siquiera es parte en el proceso, sino que su incorporación ha sido
compulsiva, por lo tanto, frente a tal tamaña inobservancia de requisitos y
formalidades prescriptos de modo claro en el mentado art. 27, no puede considerarse a
la supuesta acta de cierre como un título ejecutivo en los términos del último párrafo
del art. citado. Señala que todo el proceso desde el cierre hasta la demanda de los
presentes autos es nulo y de nulidad absoluta que ataca al corazón mismo de la
habilidad del título en el que se pretenden basar las actoras para simplemente
enriquecerse sin causa, donde la evidencia mayor queda de manifiesto al no existir, en

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ningún momento, la ratificación posterior por ninguna vía de los intervinientes. Dice
que no es menos cierto que la demanda que pretende darle contención a la supuesta
acción ejecutiva relata para mayor abundamiento lo que se denomina “ANEXO n°1,
PROTOCOLO DE MEDIACION, PRUEBA PILOTO DE MEDIACION VIRTUAL”,
allí, de la simple lectura, parecería que las actoras no habrían actuado conforme a
derecho, porque en definitiva esta supuesta reglamentación no es ley ya que no es
emanada de órgano legislativo alguno que permita enervar con tal jerarquía, pero aun
así, “bajo una mirada con ojo benévolo” ya que la realidad sanitaria actual permitiría
comportamientos como los que pretende reglar el Anexo en cuestión, las mediadoras
pretensas de un crédito que dicen tener legitimidad, no obraron en modo prolijo y
suficiente para legitimar su reclamo, pues en la misma demanda transcribieron el
Anexo aludido, donde figura que a todo evento debe notificarse por correo electrónico
constituido y de ello no existe prueba alguna, ni en autos, ni en ningún expediente
digital de la mediación en cuestión, que acredite que a la casilla del correo electrónico
del suscripto, que se identifica como duranejuridico@hotmail.com, se haya cursado
alguna notificación o noticia que haga presumir todo lo que invocan. Desconoce la
casilla de correo consignada por las actoras en los formularios pertinentes de la
mediación, en especial, uno indicado allí a saber: duranjuridico@arnet.com.ar, aclara
que el mismo es inexistente y desconoce cuál es el motivo por la cual está consignado
de esa manera. Expresa que si hubo alguna notificación ha sido en forma equivocada,
errónea o negligentemente mal dirigida y en la práctica ordinaria actual la ratificación
de todo lo sucedido en las mediaciones virtuales no solo es necesario sino que sirve
para corregir supuestos errores o malas consignaciones de datos que podrían inducir a
más errores y hacer presumir que se adquirieron derechos que a la postre son
inexistentes, como es el caso de las actoras de marras, ergo su título es inhábil y por
ello no existe acción ejecutiva que permita avanzar con este proceso. En definitiva,

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manifiesta que su parte nada adeuda a las reclamantes, en especial por no tener acción
de naturaleza ejecutiva en contra de su representada y en particular por entender que la
citada en garantía no es parte en el proceso judicial, ni mucho menos en la etapa
previa. Hace saber a las actoras y al Tribunal, como colofón, que conforme a la
normativa 1415/2003 actual de la A.F.I.P., para poder liquidar y requerir pagos de
supuestos créditos de servicios u honorarios que aseguradoras deban abonar a
profesionales de cualquier tipo, es menester emitir la factura electrónica pertinente y
remitirla por vía digital al domicilio electrónico de dicha empresa o de su apoderado
para procesar el pago que correspondiere, este comportamiento jamás fue desplegado
por las actoras por ninguna vía, por lo tanto, para el hipotético e improbable caso de
que les asista alguna razón en su demanda, debieron haber en tal supuesto
cumplimentado con la normativa del organismo recaudador aludido que deben
conocer, pues la ley como tal se presupone también conocida por todos y en ese
carácter las accionantes no son la excepción. Ofrece prueba documental-instrumental,
confesional y pericial informática. Hace reserva del caso federal. En definitiva, solicita
que se acojan las excepciones en todos sus términos con costas a las actoras.
Que con fecha 30.11.2021 la parte actora contesta las excepciones opuestas por la
demandada. Aclara que no hará ninguna consideración sobre las imprudentes
expresiones vertidas por la demandada, aún pese al claro tono amenazante que
contienen. Dice que se limitará a demostrar la sinrazón de toda su presentación.
Expresa que la demandada ha opuesto tres excepciones. Manifiesta que lo ha hecho de
manera confusa y que confunde la naturaleza de cada una de ellas, por ejemplo, al
referirse a la falta de personería y a la falta de legitimación como si se tratara de la
misma cosa. Refiere que, en relación a la naturaleza ejecutiva del acta de cierre de
mediación, como se advierte de una simple lectura, el acta de cierre contiene la
descripción de todos los que intervinieron en la mediación, el rol en el que lo ha hecho

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cada uno, el nombre de los mediadores que han dirigido la audiencia, el monto de sus
honorarios y la obligación de cada uno de los intervinientes en su pago. Señala que es
un documento completo del cual surge la obligación lisa y llana de pagar una suma de
dinero líquida, el acreedor y el obligado al pago. Afirma que reúne todos los requisitos
que debe reunir un título ejecutivo. Dice que el art. 27 tercer párrafo de la Ley 10.543
establece, de manera terminante, que “Una vez protocolizada, el acta de cierre es
título ejecutivo a los fines del cobro de honorarios de abogados y mediadores”.
Expresa que la afirmación de la norma condena a las excepciones a la desestimación,
porque la protocolización constituye el reconocimiento, por parte de la autoridad de
aplicación, de que el acta de cierre de la mediación reúne todos los requisitos que
exige la ley y le otorga el carácter de instrumento público. Considera que el Decreto
1705/18, al reglamentar el art. 27, refuerza el concepto, cuando señala que “Previo a
su protocolización se debe verificar que la misma contenga la totalidad de los
requisitos previstos en el art. 26 de la ley 10.543 ... el acto de protocolización se limita
al control formal del cumplimiento de los requisitos legales del acta de cierre. Los
funcionarios encargados de la protolización no son responsables del contenido del
acuerdo ni sus términos”. Insiste, la protocolización del acta de cierre de la mediación
es el reconocimiento administrativo de que aquella reúne todos los recaudos que la ley
impone para dar por concluido el proceso de mediación y resulta título ejecutivo para
el cobro de los honorarios de los mediadores intervinientes. Hecha la aclaración,
responden a las excepciones opuestas. 1) Excepción de falta de personería en el
demandante o falta de legitimación activa. Manifiesta que la sola enunciación de la
excepción demuestra la confusión que tiene la demandada sobre lo que significa cada
una de ellas. No se explaya sobre ese punto, porque dice que la diferencia entre cada
una es bien conocida por el Tribunal y porque en definitiva la funda en que una de las
mediadoras (María Victoria Perez Carranza) habría estado ausente de la audiencia.

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Refiere que la protocolización certifica que el acta de cierre reúne todos los requisitos
que establece la ley y en el acta de cierre (capítulo I punto C) consta que ambas actoras
intervinieron como mediadoras en ese proceso. Señala que la captura de pantalla forma
parte del acta de cierre de la mediación y tiene como fin demostrar la presencia de
todos los intervinientes y los mediadores. Destaca que si se observa esa captura de
pantalla, con un mínimo detenimiento -no con lo ligereza y falta de conocimiento con
lo que lo ha hecho la demandada- se puede advertir que, en el margen superior
derecho, hay una foto de menores dimensiones que el resto y que en lugar de tener la
indicación de un nombre, como las otras, dice “Tú”. Dice que si se agranda esa imagen
mediante la función “zoom” el Tribunal advertirá, sin mayor complicación, que esa
foto corresponde a la Dra. Victoria Perez Carranza. Expresa que con el planteo de la
excepción, tanto la demandada como su letrado apoderado han demostrado un
profundo desconocimiento de las plataformas virtuales, especial Meet, que fue la
utilizada en dicha oportunidad. Manifiesta que aunque a esta altura de los tiempos ya
no resulta admisible que no se conozca el funcionamiento de tales plataformas,
realizará una breve explicación, como un gesto de colaboración para con la demandada
y su letrado. Refiere que la plataforma Meet permite configurar las imágenes de la
pantalla de diversos modos. Señala que en el caso de la configuración utilizada por
“Alianza”, muestra la imagen de todos los intervinientes en la audiencia en un mismo
tamaño, mientras que la del generador de la sesión y quien en definitiva realiza la
captura de pantalla, figura en un tamaño más reducido, en el margen superior derecho,
e indicado como “tú”, porque se realiza sobre su máquina. Dice que obviamente,
cuando se toma una captura de pantalla, la captura -que es realizada por quien lleva
adelante la sesión- refleja las imágenes del mismo modo como lo ha explicado.
Informa que puede advertirse que sobre la foto de Victoria Perez Carranza hay otra
foto de ella, la que indica que la sesión está abierta en su máquina. Considera que por

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esa razón, no existe ninguna falta de legitimación activa y mucho menos de personería,
que es otra cosa. 2) Excepción de falta de personería del demandado. Dice que la
demandada insiste en la confusión entre la falta de personería y la falta de legitimación
activa, cuestión sobre la que no volverá. Expresa que la demandada exhibe, también,
una clara confusión respecto del rol de las partes en el proceso de mediación y las
obligaciones que tienen en el pago de los honorarios de los mediadores. Manifiesta
que cuando la ley de mediación "denomina partes" se está refiriendo a todos aquellos
que intervienen en la mediación, sea como requirente, requerido o tercero. Refiere que,
es decir, a partir del requirente, que es quien moviliza la instancia de mediación con su
petición o requerimiento, todos los citados a participar de la mediación son partes, más
allá de la relación sustancial que las una y al carácter que cada uno tendrá en el
proceso que probablemente se llevará a cabo de no arribarse a un acuerdo. Señala que
para la ley de mediación, el requirente, el requerido, la citada en garantía y los
terceros, son todos partes de manera individual y, como tales, responsables del pago de
los honorarios devengados por su participación. Dice que Segurometal intervino en la
mediación como requerida, tal cual consta en el acta de cierre (ver anexo) no como
citada en garantía. Expresa que, más allá de eso, intervenga como requirente,
requerida, tercera o citada en garantía, para la ley de mediación es una parte que debe
abonar los honorarios que le corresponden por su intervención en la mediación,
situación que no la convierte en una deudora u obligada de la relación causal, pero sí
una obligada al pago de los honorarios por haber participado en la mediación.
Manifiesta que el hecho de que esa intervención sea compulsiva, tal cual lo prescribe
la Ley 10.543, en nada modifica las cosas. Por último, aclara que la audiencia de cierre
no requiere ninguna ratificación por parte de quienes intervinieron en ella. Refiere que
ni siquiera hace falta notificarles a los intervinientes el cierre de la mediación, porque
eso se les comunica a todos los intervinientes en el acto. Señala que, sobre todo, ello

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no tiene ninguna relación con la legitimación pasiva de la demandada, la que está dada
por la obligación de pagar los honorarios devengados en la audiencia en la que
intervino. 3) Excepción de inhabilidad de título. Señala que la demandada afirma que
el título base de la acción es inhábil y que ello se debe a que el acta de cierre nunca fue
protocolizada por el "Centro Judicial de Mediación". Afirma que obviamente que el
acta de cierre nunca iba a ser protocolizada por el Centro Judicial de Mediación,
porque ese organismo no es la autoridad de aplicación en las mediaciones que se
realizan en los centros privados. Refiere que en esos casos, la autoridad de aplicación
es el Centro Público de Mediación, en cuyo ámbito, el 03.02.2021, se emitió el
certificado que fue suscripto por el funcionario a cargo y tiene el código de validación
nº 039794058558. Insiste en el hecho de que el cierre de la mediación no se notifica,
ni hay resolución que se dicte que deba quedar firme. Manifiesta que en el mismo acto
de cierre de la mediación se impone a todos los presentes que la mediación concluyó
sin acuerdo, como en el caso que nos ocupa, por lo cual se remite el acta de cierre al
Centro Público para que se la protocolice. Afirma que no hay vicio alguno que se haya
cometido que invalide el acta como título ejecutivo. Expresa que las objeciones a las
normas dictadas por el Centro Público y que regulan la modalidad de mediación
virtual, no tienen ningún asidero. Dice que no puede desconocerse que, a partir de la
declaración de la pandemia, la administración pública, en todos sus ámbitos, incluso el
judicial, emitió normas para poder realizar distintas actividades con la menor
presencialidad posible. Expresa que este fue el objetivo de la mediación virtual y que
fue reglamentada por quien tiene las facultades para hacerlo, así como el Tribunal
Superior de Justicia reglamentó el expediente electrónico y distintas modalidades para
el desenvolvimiento de la actividad judicial, que modifican lo que rígidamente
disponían los códigos de procedimiento. Manifiesta que un ejemplo de ello son las
vistas de causa en el procedimiento laboral, que se realizan con una modalidad

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semivirtual. Refiere que la demandada adeuda honorarios, como lo adeuda todo aquel
que ha intervenido en una mediación y no los abona en el momento de la conclusión
de la mediación, como lo establece la ley. Afirma que lo que sucede es que ni la
demandada, ni su letrado apoderado, entendieron cómo se desenvuelve el
procedimiento de la mediación prejudicial, cómo se inicia, cómo transcurre, cómo se
concluye y cuáles son las consecuencias de haber participado en la mediación.
Reiteran que todos los recaudos que debe tener el acta de cierre para ser considerada
un título ejecutivo están cumplidos. Señala que da fe de ello no sólo el acta misma,
sino también el certificado puesto por el Centro Público de mediación. Dice que la
facturación de los honorarios en nada tiene que ver con la habilidad del acta de cierre
de la mediación como título ejecutivo. Expresa que se trata de una cuestión tributaria,
absolutamente ajena a la relación acreedoras-deudor. Afirma que la excepción de
inhabilidad de título debe ser desestimada, con costas. En definitiva, solicita se
rechacen las excepciones y se mande llevar adelante la ejecución, con costas.
Que con fecha 16.03.2022 se abre a prueba la presente causa.
Que con fecha 05.05.2022 se certifica el vencimiento del término probatorio y se corre
traslado para alegar.
Que con fecha 11.05.2022 la parte actora presenta su alegato.
Que con fecha 26.05.2022 la parte demandada presenta su alegato.
Que con fecha 01.06.2022 se dicta el decreto de autos, el cual firme y consentido, deja
a la presente causa en estado de dictar resolución.
Y CONSIDERANDO:
I) Que según se desprende de los Vistos que anteceden, MARIA VICTORIA PEREZ
CARRANZA y GRACIELA INES BERRETTA, con el patrocinio letrado del Dr.
GONZALO GUEVARA, inician formal demanda ejecutiva en contra de
SEGUROMETAL COOPERATIVA DE SEGUROS LTDA, por la suma de pesos tres

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mil cincuenta y tres ($3.053,00), con más sus intereses desde la fecha que la suma es
debida y hasta su efectivo pago y costas, incluidos los honorarios del art. 104 inc. 5 de
la Ley 9.459.
Citada de remate la parte demandada, esta comparece y opone las excepciones de falta
de personería en el demandante o falta de legitimación activa, falta de personería en el
demandado e inhabilidad de título en base a los fundamentos expuestos en su escrito
de fecha 23.04.2021, al que me remito.
Corrido traslado de las excepciones a la parte actora, esta solicita se rechacen con
costas, en base a los argumentos esgrimidos en su escrito de fecha 30.11.2021, a los
que cabe igualmente remitirse.
De tal manera queda trabada la litis.
II) Así proyectada la cuestión litigiosa, corresponde a este Tribunal valorar los
elementos de convicción arrimados a la causa, a fin de dirimir la procedencia o no de
las pretensiones y defensas articuladas por las partes. Sin perjuicio de ello, adelanto
opinión en el sentido de que debe rechazarse las excepciones opuestas por la parte
demandada y, en consecuencia, hacerse lugar a la demanda. Doy razones.
1. Excepciones de falta de personería en el demandante y en el demandado.
Algunas nociones conceptuales.
Atento a todo lo expuesto y a los términos en que han sido planteadas las excepciones,
considero necesario, como cuestión preliminar, distinguir brevemente las nociones de
legitimación procesal o ad processum y legitimación sustancial o ad causam.
Así se ha dicho “La legitimatio ad causam es la condición jurídica en que se halla una
persona con relación al derecho que invoca en juicio, ya sea en razón de su
titularidad o de otras circunstancias que justifican su pretensión; legitimatio ad
processum es, en cambio, la aptitud de idoneidad para actuar en un proceso, en el
ejercicio de un derecho propio o en representación de otro” (Morello, Passi Lanza –

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Sosa Berizonce, Códigos, AbeledoPerrot, t. IV, p.314 citados por: Díaz Villasuso,
Mariano “Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba Comentado y
Concordado” Advocatus. Córdoba. 2013. Tomo I. P. 637/638).
A continuación expresa el doctrinario citado “Por vía de consecuencia, la falta de
acción (sine actione agit) es procedente cuando el actor (o la parte demandada, en su
caso) no tenga la cualidad emanada de la ley que faculta a requerir una sentencia
favorable respecto del objeto litigioso…En tanto que la excepción de falta de
personería sólo se refiere a la aptitud de realizar personalmente o por medio de
mandatario convencional, actos procesales válidos, y por ello tiene carácter
netamente procesal(…) De la diferenciación de ambas se colige, según nuestro diseño
legal, (que) la excepción de falta de personería no se puede fundar en la falta de
acción, (...)” (Díaz Villasuso, Mariano “Código Procesal Civil y Comercial de la
Provincia de Córdoba Comentado y Concordado” Advocatus. Córdoba. 2013. Tomo I.
P. 637/638).
Improcedencia de las excepciones de falta de personería en el demandante y en el
demandado.
Efectuada esta aclaración conceptual y analizadas las constancias de autos, se advierte
entonces, que las argumentaciones defensivas de la parte demandada refieren a la
ausencia de legitimación “sustancial activa” y “sustancial pasiva”, previstas en el art.
809 del C.P.C. para la ejecución de sentencia.
Ergo, no refieren a la falta de legitimación “procesal activa” y “procesal pasiva” lo
que habilitaría la procedencia de las excepciones de falta de personería en el
demandante y en el demandado incoadas.
Por lo tanto, en razón de que las cuestiones opuestas exceden el marco de análisis de
las defensas incoadas y al no estar ellas dentro de las defensas contempladas en la
enumeración taxativa del art. 547 del C.P.C., no corresponde su abordamiento en esta

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oportunidad, asuntos que serán tratados “iura novit curia” dentro de la excepción
genérica de inhabilidad de título, también planteada por la parte demandada en su
escrito de fecha 23.04.2021.
2. Excepción de inhabilidad de título (falta de legitimación sustancial activa y
pasiva e inhabilidad de título).
Respecto de la excepción de inhabilidad de título articulada por la parte demandada,
cabe decir que ella no merece recibo. Doy razones.
La excepción de inhabilidad de título sólo puede fundarse en las irregularidades
extrínsecas del título, capaces de suprimir su fuerza ejecutiva, y debe versar sobre
formalidades esenciales que hacen a la naturaleza misma del título ejecutivo. En este
sentido el art. 549 del C.P.C., expresamente establece que la inhabilidad de título se
limitará a los requisitos extrínsecos del título.
En los presentes autos nos encontramos ante una mediación prejudicial
obligatoria que se llevó a cabo en el centro de mediación privado Alianza con
fecha 10.09.2020 a través de medios virtuales.
El art. 517 del C.P.C. dispone “Se procederá ejecutivamente siempre que, en virtud de
un título que traiga aparejada ejecución, se demande una obligación exigible de dar
una suma de dinero líquida, o fácilmente liquidable sobre bases que el mismo título
suministre.” y el art. 518 establece “Traen aparejada ejecución: (...) 8) Los demás
títulos a los que las leyes atribuyan expresamente fuerza ejecutiva y que no tuvieren
determinado un procedimiento especial.”.
La Ley 10.543 (vigente desde el día 06.06.2018) regula la mediación como instancia
prejudicial para la resolución de conflictos en todo el ámbito de la Provincia de
Córdoba. En el título II regla la mediación prejudicial obligatoria. En el capítulo 1
de dicho título establece las disposiciones generales y reza que a elección de la parte
requirente el proceso de mediación previa y obligatoria puede ser realizado

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indistintamente en el Centro Judicial de Mediación, en cualquier otro centro de
mediación público o privado, o utilizar los servicios de mediadores habilitados (art. 5).
En el capítulo 2reglamenta el proceso de mediación ante el Centro Judicial de
Mediación y dice que todos los actos vinculados al proceso de mediación y sus
consecuencias se notifican al domicilio electrónico, salvo las excepciones previstas en
dicha ley (art. 14). El art. 15 reza “Notificaciones. Domicilio real. Son notificados en
su domicilio real, residencia o lugar donde se encuentren, por cédula u otro medio
fehaciente: 1) El requerido, cuando no se haya presentado conjuntamente con el
requirente a solicitar la apertura del proceso de mediación, y los terceros en todos los
casos, hasta que constituyan domicilio, y 2) Las personas a las que no fuera posible
notificar electrónicamente.”. La retribución por la actividad profesional desempeñada
debe ser abonada en el acto de darse por concluido el proceso de mediación, haya o no
acuerdo (art. 24). El acta de cierre debe ser protocolizada por el Centro Judicial de
Mediación; el acta de cierre, debidamente protocolizada, constituye el Certificado de
Cumplimiento del Proceso de Mediación, que se debe acompañar a la demanda en los
casos previstos por la presente ley, en cumplimiento de las disposiciones del art. 182
del C.P.C.; una vez protocolizada, el acta de cierre es título ejecutivo a los fines del
cobro de honorarios de mediadores y abogados (art. 27). En el capítulo 3regula la
mediación prejudicial ante otros centros de mediación y ordena que en todo lo no
expresamente contemplado son aplicables las disposiciones del capítulo 2 referido
precedentemente (art. 35). Habiendo comparecido, y previa intervención de los
mediadores, cualquiera de las partes puede dar por terminada la mediación, en
cualquier etapa del proceso; los mediadores, sea cual fuere el resultado del proceso de
mediación, deben confeccionar un acta de cierre; el acta de cierre debe ser firmada por
todos los participantes del proceso de mediación; el acta de cierre debe ser
protocolizada por la Dirección de Mediación o por el organismo que se determine por

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vía reglamentaria para las circunscripciones en que aquélla no tenga sede; el acta de
cierre, debidamente protocolizada, resulta válida como Certificado de Cumplimiento
del Proceso de Mediación para acompañarse con la demanda, en caso de iniciarse
acción judicial (art. 39). En el título V establece las disposiciones generales. En el
capítulo 2 de tal título fija la autoridad de aplicación. Así, el art. 62 establece “
Artículo 62.- El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, por intermedio de la
Dirección de Mediación o del organismo que en el futuro la reemplace, es la
Autoridad de Aplicación de la presente Ley, teniendo a su cargo las siguientes
atribuciones: 1) Fijar las políticas del Poder Ejecutivo Provincial sobre la
implementación, desarrollo y puesta en marcha de la mediación en el territorio
provincial; 2) Desarrollar programas de promoción de la autogestión de conflictos en
los diferentes ámbitos de desarrollo de la convivencia ciudadana; 3) Celebrar
convenios con el Estado Nacional, estados provinciales, municipalidades y comunas,
entes públicos y privados, cualquiera sea su naturaleza, que tenga por finalidad el
cumplimiento de los objetivos que refiere el inciso 2); 4) Promover, desarrollar y
ejecutar conjuntamente con las instituciones mencionadas en el inciso 3) de este
artículo programas de mediación comunitaria; 5) Inscribir en el Registro de
Mediadores del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia de
Córdoba a los mediadores que hayan cumplido con los requisitos que
reglamentariamente se establezcan; 6) Otorgar matrícula a los mediadores
mencionados; 7) Determinar las condiciones de admisibilidad y pautas de evaluación
para la obtención por parte de los solicitantes de la matrícula habilitante; 8)
Organizar el Registro de Mediadores y llevar un legajo personal de cada uno de ellos;
9) Solicitar información al Tribunal Superior de Justicia sobre la cantidad de causas
que tramiten por ante el Centro Judicial de Mediación y cualquier otro dato relevante
a los fines estadísticos; 10) Receptar de los mediadores habilitados el formulario

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estadístico previsto por la presente Ley y confeccionar estadísticas de acceso público
con la información allí vertida; 11) Recibir denuncias por infracción de mediadores
en su actuación; 12) Aplicar, por medio del Tribunal de Disciplina de Mediación, las
medidas correctivas del accionar de los mediadores y centros de mediación, de
conformidad a las normas éticas que se dicten; 13) Aplicar sanciones y multas a las
partes intervinientes en el proceso de mediación; 14) Coordinar e instrumentar
normas procedimentales para la ejecución de las políticas que refiere el inciso 1) de
este artículo; 15) Promover la capacitación continua y la especialización de los
mediadores como condición para el mantenimiento de la matrícula y para el
desarrollo de competencias específicas para el logro de la excelencia en el servicio
que prestan los mediadores en los diferentes ámbitos de mediación; 16) Integrar con
uno o más mediadores habilitados los comités de crisis, cuando fuere solicitado; 17)
Protocolizar las actas de cierre de los procesos de mediación llevados a cabo en
centros privados y en centros públicos, con excepción del Centro Judicial de
Mediación que protocoliza sus propias actas; 18) Verificar el correcto pago de las
Tasas Retributivas de Servicios a su cargo; 19) Habilitar los centros de mediación,
propiciar actividades de colaboración recíproca y realizar el monitoreo de su
funcionamiento; 20) Homologar las actividades de formación básica y capacitación
continua de mediadores desarrolladas por instituciones académicas, centros
demediación y capacitación y formadores, y 21) Realizar toda otra gestión necesaria
para el cumplimiento de los objetivos de la presente Ley.”.
La Secretaría de Justicia del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos mediante
Resolución Nº 002 de fecha 02.04.2020aprueba el Protocolo de Actuación Prueba
Piloto Mediación Virtual elaborado por la Dirección de Mediación y el Centro Público
de Mediación, a los fines de ser implementado bajo la modalidad virtual para, entre
otros casos, la realización de mediaciones prejudiciales obligatorias en los centros

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privados de mediación habilitados en la ciudad de Córdoba conforme los establece la
Ley 10.543. El punto 2.4. del Protocolo de Actuación Prueba Piloto Mediación
Virtual establece “A los fines de certificar la presencia de las partes a la instancia de
mediación, se deberá hacer captura o print de pantalla de las reuniones realizadas.
(...)”, el punto 2.5. dispone “El Acta de cierre -ya sea con o sin acuerdo- supone la
presencia de todas las partes, firmada mediante un consentimiento expreso con
carácter de declaración jurada. Las actas deberán ser firmadas por todos los
participantes de la mediación, dicha firma ológrafa será suplida mediante el envío de
parte de todos los involucrados de una foto de su D.N.I. (anverso y reverso), al
mediador/a que está completando el acta, en señal de dejar constancia de la presencia
y dando fe de dicho acto. El mediador que labra el acta, deberá adjuntar al acta de
cierre toda la documental necesaria a los fines de la verificación del acto. Dicha
documental es parte integrante del acta, conformando un Anexo único, todo lo cual
deberá ser enviado al mail oficial del Centro Público. En el cuerpo del mail, el
mediador/a que remita toda la documental expuesta supra deberá consignar una
declaración jurada en la que asuma la legitimidad de todo lo actuado y autenticidad
de la documentación adjunta. El centro público no procederá a su revisión hasta tanto
el mediador no certifique la legalidad y autenticidad de todo lo actuado con la
declaración jurada. Esta mecánica vendría a subsanar de una manera transitoria la
falta de las firmas en el acta de cierre. Las partes y sus abogados enviarán la foto de
su D.N.I. y carnet profesional en señal de confirmación del acto, los cuales serán
impresos y serán parte integrante del acta. (...)” y el punto 2.6. reza “Verificado los
requisitos formales del acta de cierre, el Centro Público emitirá un certificado
electrónico de validación de la mediación firmado digitalmente y con un código QR de
verificación, que deberá ser remitido a las partes a la dirección de correo electrónico
constituido y al Centro Privado interviniente. Esto valdrá de fehaciente notificación

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del acto de cierre de la mediación, validando todo lo actuado así como la documental
anexa. Este Certificado tendrá los mismos efectos de la protocolización del acta en los
términos del artículo 27 de la Ley 10.543, por lo que resulta válido para las
presentaciones pertinentes y a futuro que se deban realizar en sede judicial para
interponer la demanda (...)”.
En orden a ello cabe remarcar, que todo título ejecutivo debe bastarse a sí mismo, tal
como ocurre con el título traído a ejecución el cual engasta en la normativa procesal
que da sustento a su condición de tal, en cuanto dispone traen aparejada ejecución “
Los demás títulos a los que las leyes atribuyan expresamente fuerza ejecutiva y que no
tuvieren determinado un procedimiento especial.” (art. 518 inc. 8 C.P.C.).
De tal precepto legal se puede inferir que no establece la norma ninguna solemnidad ni
recaudo particular. Solo es menester la certificación de asistencia de las partes a la
instancia de mediación mediante captura o print de pantalla de las reuniones realizadas
por el centro de mediación privado interviniente, el acta de cierrelabrada por el centro
de mediación privado respectivo y firmada por todos los participantes de la mediación
mediante el envío de parte de todos los involucrados de una foto de su D.N.I. (anverso
y reverso) al centro de mediación privado interviniente y el certificado electrónico de
validación de la mediación firmado digitalmente por el Centro Público de Mediación
del Poder Ejecutivo dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y con
un código QR de verificación.
Ello así, la certificación de asistencia de las partes, el acta de cierre y el certificado
electrónico de validación del Centro Público confeccionados en la forma reseñada
cumplen con todos los requisitos que la ley requiere para que en conjunto gocen de
fuerza ejecutiva.
Sin perjuicio de lo dicho, carecen de todo sustento fáctico las afirmaciones de la parte
demandada en orden al agravio en que funda este aspecto de la inhabilidad de título,

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ya que de la documental que adjunta la parte actora a su demanda resulta que la
mediación en cuestión se trató de una mediación prejudicial obligatoria, que se llevó a
cabo con fecha 10.09.2020, a través de medios virtuales, entre CARLOS EMANUEL
DELGADO, ORGUDI S.R.L., LA SEGUNDA S.A. y las partes actora y demandada,
en el centro de mediación privado Alianza (conf. art. 5 Ley 10.543); la retribución por
la actividad profesional desempeñada debía ser abonada en el acto de darse por
concluido el proceso de mediación, haya o no acuerdo (arts. 24 y 35 Ley 10.543); el
Protocolo de Actuación Prueba Piloto Mediación Virtual en que se basó la mediación
ha sido aprobado mediante Resolución N° 002 de fecha 02.04.2020 del Ministerio de
Justicia y Derechos Humanos que es la autoridad de aplicación de la Ley 10.543 de
acuerdo a sus atribuciones (conf. art. 62 Ley 10.543); de la captura/print de pantalla de
la única reunión realizada, surge certificada por el centro de mediación privado
interviniente la presencia de las partes actora y demandada a la instancia de mediación
(conf. punto 2.4. Protocolo de Actuación Prueba Piloto Mediación Virtual); el Dr.
LUIS ALBERTO DURAN, apoderado de SEGUROMETAL COOPERATIVA DE
SEGUROS LTDA, firmó el acta de cierre mediante el envío de una foto de su D.N.I.
(anverso y reverso) y carnet profesional, al centro de mediación privado interviniente,
lo cual supone la presencia de la parte demandada, su confirmación del acto y su
consentimiento expreso con carácter de declaración jurada (conf. punto 2.5. Protocolo
de Actuación Prueba Piloto Mediación Virtual); y el Centro Público de Mediación del
Poder Ejecutivo dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la
Provincia de Córdoba emitió el certificado electrónico de validación de la mediación
firmado digitalmente y con un código QR de verificación, lo que implica que ha
verificado los requisitos formales del acta de cierre y el cual tiene los mismos efectos
de la protocolización del acta en los términos del art. 27 de la Ley 10.543 (conf. punto
2.6. Protocolo de Actuación Prueba Piloto Mediación Virtual y arts. 39 y 27 Ley

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10.543).
En tal sentido, la carga de la prueba de la defensa esgrimida corresponde a quien la
alega. Así lo establece el art. 548 de nuestro ordenamiento ritual que textualmente
dispone “Corresponderá al demandado la prueba de los hechos en que funde las
excepciones. Al oponerlas deberá ofrecer los medios de que haya de valerse, bajo
pena de inadmisibilidad, y pedir la apertura a prueba, si fuere necesario, para
diligenciarla. (...)”. De modo tal que la parte demandada debió acreditar el extremo
invocado como fundamento de su defensa. Ello no ha acaecido en autos. En efecto, de
las constancias de la causa, surge que si bien la parte demandada ofreció prueba
pericial informática, no fue diligente en la producción de la prueba ofrecida.
Por lo expuesto la excepción de marras, tal como fue introducida, no puede ser
acogida, cuestión que así decido.
En virtud del principio iura novit curia, en base a lo expresado al tratar las excepciones
de falta de personería en el demandante y en el demandado, trataré las excepciones
opuestas no como de falta de personería en el demandante y en el demandado, sino
como excepciones de falta de legitimación sustancial activa y pasiva dentro de la
excepción genérica de inhabilidad de título.
De acuerdo a lo supra expresado, cabe decir en principio que si bien las excepciones
de falta de legitimación sustancial activa y pasiva no son de las taxativamente
enumeradas en el art. 547 del C.P.C., también es cierto que la jurisprudencia y la
doctrina han admitido a la excepción de inhabilidad de título como una vía adecuada
para interponer la falta de legitimación sustancial tanto activa como pasiva.
Sin embargo, cabe señalar al respecto que las argumentaciones defensivas opuestas
como excepciones carecen - en el caso de autos - de sustento suficiente como para
tornarlas procedentes. Doy razones.
En relación a lo manifestado por la parte demandada respecto de la falta de

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legitimación sustancial activa, en la captura/print de pantalla de la única reunión
realizada, la cual integra el acta de cierre adjuntada por la parte actora a su demanda,
se observa una foto de GRACIELA INES BERRETTA bajo la indicación “Graciela
Berretta” y una foto de MARIA VICTORIA PEREZ CARRANZA bajo la indicación
“Tú”, lo cual implica la certificación de asistencia de GRACIELA INES BERRETTA
y MARIA VICTORIA PEREZ CARRANZA a la instancia de mediación (conf. punto
2.4. Protocolo de Actuación Prueba Piloto Mediación Virtual), imágenes que a su vez
se corresponden con las fotos de los D.N.I. (anversos y reversos) de GRACIELA
INES BERRETTA y MARIA VICTORIA PEREZ CARRANZA, adjuntadas
asimismo a la demanda, mediante las cuales GRACIELA INES BERRETTA y
MARIA VICTORIA PEREZ CARRANZA firman el acta de cierre (conf. punto 2.5.
Protocolo de Actuación Prueba Piloto Mediación Virtual), razón por la cual la defensa
planteada como excepción de falta de legitimación sustancial activa debe ser
rechazada, lo que así decido.
En relación a lo invocado por la parte demandada sobre la falta de legitimación
sustancial pasiva, en la mediación prejudicial realizada en centros privados, los
honorarios del mediador pueden ser libremente convenidos con las partes; de no existir
convenio, son aplicables las disposiciones relativas a los honorarios del mediador
previstas en el art. 24 de la Ley 10.543 (art. 41 Ley 10.543). Así, el art. 24 establece “
Los mediadores y las partes pueden acordar libremente los honorarios por la tarea
desempeñada en la mediación. De no existir convenio, son de aplicación las siguientes
disposiciones: (...) 2) Si no hubiere acuerdo, dos (2) Jus por parte en la primera
reunión y un (1) Jus por parte en las siguientes, no pudiendo exceder de la cantidad
de cinco (5) Jus por parte (...) Los montos y topes establecidos en la presente Ley se
entienden fijados en conjunto para ambos mediadores y son abonados en igual
proporción por las partes intervinientes, salvo convención en contrario o que así lo

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disponga expresamente la presente normativa. (...)”. Del acta de cierre adjuntada por
la parte actora en su demanda resulta que en la mediación respecto a honorarios se
estableció “Monto de los honorarios de los mediadores: $ 9159 (pesos nueve mil
cincuenta y nueve) Distribución de los honorarios / persona a cargo del pago: $3053
(pesos tres mil cincuenta y tres) requirente - $3053 (pesos tres mil cincuenta y tres)
requerida LA SEGUNDA SEGUROS - $3053 (pesos tres mil cincuenta y tres)
requerida SEGUROS METAL”. Dicha acta de cierre ha sido firmada por la parte
demandada mediante el envío de una foto del D.N.I. (anverso y reverso) y carnet
profesional del Dr. LUIS ALBERTO DURAN, apoderado de SEGUROMETAL
COOPERATIVA DE SEGUROS LTDA, al centro de mediación privado interviniente,
lo cual supone, reitero, la presencia de la parte demandada, su confirmación del acto y
su consentimiento expreso con carácter de declaración jurada (conf. punto 2.5.
Protocolo de Actuación Prueba Piloto Mediación Virtual). Respecto de lo manifestado
por la parte demandada en relación a que en este proceso reglado por la Ley 10.543, la
convocatoria a la participación es por lo compulsivo del sistema (falsamente llamado
voluntario), ya que la incomparecencia en cualquier calidad tiene la sanción de una
multa, según reza el texto de la ley filiada, y que yerran las actoras en dirigir la acción
en su contra, pues en realidad no existe acción en su contra, la incorporación
deliberada en el rubro denominado honorarios es infundada, antojadiza e ilegal, todas
esas cuestiones exceden el marco de análisis de este proceso ejecutivo. Por las razones
invocadas, la defensa planteada como excepción de falta de legitimación sustancial
pasiva debe ser rechazada, lo que así decido.
3. Ello así, rechazada la excepción de inhabilidad de título (falta de legitimación
sustancial activa y pasiva e inhabilidad de título) opuesta por la parte demandada, y
atento revestir el instrumento por el que se acciona todas las condiciones a los fines de
su habilidad como título ejecutivo de conformidad a lo prescripto por los puntos 2.4.,

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2.5. y 2.6. del Anexo I Protocolo de Actuación Prueba Piloto Mediación Virtual de la
Resolución N° 002 de fecha 02.04.2020 de la Secretaría de Justicia del Ministerio de
Justicia y Derechos Humanos, arts. 39 y 27 de la Ley 10.543 y arts. 517, 518 inc. 8,
concordantes y correlativos del C.P.C., corresponde mandar a llevar adelante la
ejecución hasta el completo pago de la suma reclamada de pesos tres mil cincuenta y
tres ($3.053,00).
III) Intereses. En relación a los intereses se calcularán desde la fecha en que la
obligación es debida (10.09.2020) y hasta su efectivo pago, a razón de la tasa pasiva
que publica el B.C.R.A. con más el dos por ciento (2%) nominal mensual.
IV) Costas. Las costas del presente se imponen a la parte demandada, por resultar
vencida (arg. art. 130 C.P.C.).
Deberá observarse al momento de la regulación de los honorarios profesionales del
letrado de la parte actora, lo normado por los arts. 26, 27, 29, 30, 31, 81, 36 - punto
medio de la escala -, 39, 104 inc. 5, 125 y cc. de la Ley 9.459, sin perjuicio del mínimo
legal.
Para fijar el punto medio citado (22,5%), he tenido en cuenta el éxito obtenido en la
labor encomendada; los valores económicos en juego; las etapas procesales cumplidas;
y la complejidad de las cuestiones en debate. Se debe tomar como base para la
regulación de honorarios del letrado de la parte ejecutante, el monto de la condena con
más sus intereses (arg. art. 31 inc. 1 Ley 9.459), base que a la fecha de la presente
regulación asciende a la suma de pesos seis mil doscientos cincuenta y uno con
veintitrés centavos ($6.251,23).
Los honorarios regulados generarán desde la presente un interés (art. 35 Ley 9.459)
que resulte de sumar a la tasa pasiva promedio que publica el B.C.R.A., el dos por
ciento (2%) nominal mensual hasta su efectivo pago.
No corresponde regular en esta oportunidad honorarios al Dr. LUIS ALBERTO

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DURAN conforme a lo dispuesto por el art. 26 de la Ley 9.459.
Por todo ello y las normas legales citadas,
RESUELVO;
I) Rechazar la excepción de inhabilidad de título (falta de legitimación sustancial
activa y pasiva e inhabilidad de título) opuesta por la parte demandada en contra del
progreso de la acción.
II) Mandar llevar adelante la ejecución promovida por MARIA VICTORIA PEREZ
CARRANZA (D.N.I. 34.218.774) y GRACIELA INES BERRETTA (D.N.I.
14.155.466) en contra de SEGUROMETAL COOPERATIVA DE SEGUROS LTDA,
hasta el total y completo pago de la cantidad reclamada de pesos tres mil cincuenta y
tres ($3.053,00); con más los intereses indicados en el Considerando respectivo.
III) Imponer las costas a la parte demandada en su calidad de vencida.
IV) Regular en forma definitiva (art. 28 Ley 9.459) los honorarios profesionales del
Dr. GONZALO GUEVARA (M.P. 1-39405), en la suma de pesos cuarenta y tres mil
cincuenta con ochenta centavos ($43.050,80 - 10 jus) con más la suma de pesos doce
mil novecientos quince con veinticuatro centavos ($12.915,24 - 3 Jus) en virtud de lo
normado por el art. 104 inc. 5 de la Ley 9.459.
V) No regular honorarios al letrado de la parte demandada condenada en costas Dr.
LUIS ALBERTO DURAN (M.P. 1-27740) (arg. art. 26 Ley 9.459).
Protocolícese, hágase saber y dese copia.

Texto Firmado digitalmente por:


ASRIN Patricia Verónica
JUEZ/A DE 1RA. INSTANCIA

Fecha: 2022.08.09

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TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA
SALA CIVIL Y COMERCIAL
CÓRDOBA

PROTOCOLO DE ……...……………………………….……...

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SECRETARIA: Verónica Rapela

AUTO INTERLOCUTORIO NÚMERO: 131

Córdoba, 10 de junio de dos mil catorce.----

VISTO:----------------------------------------------------------------------------------------

El recurso directo deducido por el Dr. Adán Luis Ferrer, en representación

de los codemandados, Sres. Jorge Antonio Alladio y Jorge Andrés Alladio Giner,

en autos: “CUERPO DE APELACIÓN – CUERPO DE COPIA – RECURSO

DIRECTO (CIVIL) – BOSIO ROSA ELENA C/ PERALTA DANIEL

ÁNGEL Y OTROS – ORDINARIO – SIMULACIÓN – FRAUDE –

NULIDAD” (EXPTE. 2540371/36 - B-16/13)”, en razón de que la Cámara de

Apelaciones en lo Civil y Comercial de Séptima Nominación de esta ciudad,

mediante Auto N° 115 de fecha 09 de mayo de 2013, denegara la concesión del

recurso de casación fundado en la causal prevista en el inc. 1º del art. 383,

C.P.C., oportunamente interpuesto por su parte en contra del Auto Nº 139,

fechado el 15 de junio de 2012.------------------------------------------------------------

En sede de Grado, la impugnación fue debidamente sustanciada conforme

al procedimiento establecido en el art. 386, C.P.C., corriéndose traslado a la

contraria, que fuera evacuado por la Dra. Rosa Elena Bosio, con el patrocinio de

la Dra. Susana T. Ledermann (vide copia de fs. 6/8).-----------------------------------

Dictado y firme el decreto de autos, queda la causa en estado de dictar

resolución.------------------------------------------------------------------------------------

Y CONSIDERANDO:---------------------------------------------------------------------

“CUERPO DE APELACIÓN – CUERPO DE COPIA – RECURSO DIRECTO (CIVIL) – BOSIO ROSA ELENA C/ PERALTA
DANIEL ÁNGEL Y OTROS – ORDINARIO – SIMULACIÓN – FRAUDE – NULIDAD” (EXPTE. 2540371/36 - B-16/13)”
I) Por la vía reglada en el art. 402, C.P.C., el quejoso se alza contra la

repulsa de casación, aseverando que, contrariamente a lo sostenido por la Cámara

a-quo, el Máximo Tribunal Local tiene dicho que la determinación de honorarios

profesionales devengados en sede judicial exige -en todos los casos- un acabado

examen de los extremos que particularizan la gestión a remunerar, los cuales

deben ser ponderados a la luz de las diversas pautas de evaluación cualitativas

que el propio ordenamiento arancelario suministra, a fin de que las partes puedan

verificar la razonabilidad o proporcionalidad de la retribución resultante.----------

Afirma que, de conformidad a esa directiva y al criterio plasmado por esta

Sala en los precedentes que cita, resulta insostenible que se fije un porcentaje

regulatorio que excede largamente el mínimo (punto medio de la escala), sin

referencia alguna a los extremos previstos en el art. 39, ley 9459. Ello así, en

especial -asevera-, teniendo en cuenta las específicas circunstancias que

particularizaban el caso concreto.----------------------------------------------------------

II) Con el propósito de proveer a la queja lo que por derecho corresponda,

ha menester memorar el contenido de las censuras esgrimidas en basamento del

remedio casatorio rehusado, las que admiten el siguiente compendio:---------------

Al amparo de la causal que autoriza el inc. 1º del art. 383, C.P.C., el

impugnante aduce que la regulación que la Cámara a-quo practicara de los

honorarios devengados por la apelación de la medida cautelar, carece de

fundamento válido, a la luz de lo normado por el art. 29 de la ley 9459.------------

Alega que la fijación de un porcentaje de la base regulatoria, dentro de los


Directo, inc 1º (Honorarios - Deber de fundamentación - Incumplimiento - Nulidad - art. 29, ley 9459).- 2
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SECRETARIA: Verónica Rapela

límites de la escala arancelaria, depende de una valoración de los 0065tremos

previstos por el art. 39, C.A. y el art. 39 del mismo ordenamiento requiere que

los fundamentos de la regulación expresen, además de la normativa aplicada,

“…las pautas cualitativas tenidas en cuenta, bajo pena de nulidad”, exigencia

que no habría sido satisfecha en el auto cuestionado.-----------------------------------

Reseña precedentes de este Tribunal Superior, en los que sostuviera que la

determinación de honorarios devengados en sede judicial exige, en todos los

casos, un acabado examen de los extremos que particularizan la gestión a

remunerar, los cuales deben ser ponderados a la luz de las diversas pautas de

evaluación cualitativa que prevé el Arancel.---------------------------------------------

Recuerda que esta Sala ha llegado -incluso- a sostener que el Juez debe

expresar puntuales razones para justificar un porcentaje superior al mínimo de la

escala arancelaria.----------------------------------------------------------------------------

En base a ello, pregona infundada la decisión de fijar un porcentaje

regulatorio que excede largamente el mínimo (equivale al punto medio de la

escala), sin referencia alguna a los extremos previstos en el art. 39 de la ley 9459,

tal como se ha hecho en el fallo en crisis, es especial, meritando que se trata de

una medida cautelar por monto elevado que, a juicio de la propia Cámara, el caso

no presentaba complejidad alguna, al punto de haber desestimado el recurso con

fundamentos que no llegan a veinte renglones en ninguno de los dos votos

formulados.-----------------------------------------------------------------------------------

“CUERPO DE APELACIÓN – CUERPO DE COPIA – RECURSO DIRECTO (CIVIL) – BOSIO ROSA ELENA C/ PERALTA
DANIEL ÁNGEL Y OTROS – ORDINARIO – SIMULACIÓN – FRAUDE – NULIDAD” (EXPTE. 2540371/36 - B-16/13)”
III) Reseñado en esos términos el recurso denegado, prima facie,

concurren a su respecto los requisitos que condicionan el acceso a esta fase de

excepción, desde que el vicio de actividad acusado en su basamento

(insuficiencia de la motivación), de existir, configuraría un típico error in

procedendo, en cuya detección y eventual subsanación compete a esta Sala

entender, por la vía impugnativa propuesta (inc. 1° del art. 383, C. P.C.).----------

En consecuencia y sin perjuicio de lo que quepa decidir en punto a la

procedencia del recurso, corresponde declararlo mal denegado y habilitar la

instancia extraordinaria a los fines de su tratamiento, lo que así dejamos

resuelto.---------------------------------------------------------------------------------------

IV) Abordando ahora el examen del recurso cuya habilitación se acaba de

disponer, anticipamos criterio en sentido favorable a su procedencia.---------------

En miras a hacer explícitas las razones que convergen a formar convicción

sobre el particular, deviene impostergable recordar que la regulación aquí

objetada advino como corolario de la decisión del Tribunal a-quo, de rechazar,

con costas, la apelación a través de la cual los codemandados -Sres. Alladio y

Alladio Giner- propugnaran ante su sede el levantamiento de una medida cautelar

despachada inaudita parte en la instancia previa (fs. 1/2).-----------------------------

Las únicas disquisiciones ensayadas por el Mérito en torno al capítulo

arancelario (vertidas -por cierto- en la parte resolutiva del fallo) fueron expuestas

en términos que, para mayor recaudo, se transcriben a continuación: “Regular los

honorarios profesionales, por las tareas en la Alzada, de los Dres. Rosa Elena
Directo, inc 1º (Honorarios - Deber de fundamentación - Incumplimiento - Nulidad - art. 29, ley 9459).- 4
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Bosio, Susana T. Ledermann, Aldo Nallino -en conjunto y proporción de ley (…)

en el 38% …) del punto medio (…) de la escala del art. 36, C.A., Ley Nº 9459

(…), sin perjuicio, en su caso, del mínimo legal, para la segunda instancia,

equivalente a 8 Jus, en su actual valor y de los eventuales Convenios entre

letrados y partes (arts. 36, 39, 40, 85, C.A., ley cit., concs. y corrs.)” (2º párrafo,

copia de fs. 2).--------------------------------------------------------------------------------

Contra esa decisión se alza el condenado en costas, pregonando su

insuficiencia motivacional, en tanto el Tribunal omitiera exponer razones que

justificaran su decisión, a pesar de las especiales circunstancias que informara el

caso concreto y que -entiende- resultaban dirimentes en orden a la determinación

de las pautas regulatorias a aplicar: entre ellos, que el embargo preventivo

resistido por su parte había sido por un monto elevado ($ 600.000), extremo que

-vale señalar- se corrobora por simple cotejo de las constancias instrumentales

que ilustran las actuaciones rotuladas “Bosio, Rosa Elena c/ Peralta, Daniel

Ángel y otros - Ordinario - Simulación - Fraude - Nulidad - Cuerpo de copia -

Cuerpo de apelación -2239657/36” (vide fs. 7, 30 y 24), que obran a la vista por

haber sido requeridas ad effectum videndi.----------------------------------------------

V) Sobre la base de los antecedentes descriptos, se impone conceder al

casacionista que las únicas declaraciones formuladas por el Tribunal de Grado en

ese pasaje conclusivo de su resolución, no presentan, en el caso concreto, entidad

suficiente para erigirse en sustento motivacional eficaz para validar la regulación

“CUERPO DE APELACIÓN – CUERPO DE COPIA – RECURSO DIRECTO (CIVIL) – BOSIO ROSA ELENA C/ PERALTA
DANIEL ÁNGEL Y OTROS – ORDINARIO – SIMULACIÓN – FRAUDE – NULIDAD” (EXPTE. 2540371/36 - B-16/13)”
practicada en favor de los abogados de la parte vencedora en la Alzada. Ello así,

al menos, a la luz de las notas distintivas que exhibía la causa y que el recurrente

procura hacer valer en casación.-----------------------------------------------------------

No obstante, nos apresuramos a prevenir que el déficit de fundamentación

que inficiona la validez de este capítulo sentencial no admite prédica a partir de

la mera ausencia de mención explícita acerca de “las pautas cualitativas tenidas

en cuenta”, siendo del caso señalar que, en rigor, la modificación impresa al

texto del art. 29, ley 9459 respecto del de su predecesor -el art. 8226-, tan sólo ha

venido a brindar consagración legislativa a una directiva de actuación ya

concebida y consolidada con anterioridad a la sanción del nuevo Código

Arancelario Local.---------------------------------------------------------------------------

Tan es así, que aun bajo la vigencia de la ley 8226, la invalidación de los

pronunciamientos regulatorios dictados en transgresión al deber de motivación,

devenía igualmente procedente y justificada, no sólo en función de los principios

y garantías de orden constitucional que rigen en la materia (arg. art. 155, Const.

Prov.), sino también en debido respeto a la regla adjetiva que establece, con

alcance general, que “Toda decisión definitiva deberá tener fundamentación

lógica y legal, bajo pena de nulidad” (arg. art. 326, C. de P.C.).---------------------

Eso es, justamente, lo que acontece en las presentes actuaciones, donde el

vicio invalidante de la decisión impuesta en materia de honorarios proviene, más

que del apartamiento de una directiva arancelaria específica (el art. 29, C.A.), de

una insuficiencia motivacional genérica que, habiendo sido formal y


Directo, inc 1º (Honorarios - Deber de fundamentación - Incumplimiento - Nulidad - art. 29, ley 9459).- 6
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oportunamente denunciada por la interesada, impone fulminar con nulidad la

regulación practicada en tales condiciones.----------------------------------------------

VI) No se nos escapa que la fijación del punto de la escala respectiva

(siempre -claro está- que se emplace entre el mínimo y el máximo previstos por

la ley), en tanto supone un específico juicio de valor respecto de la labor

profesional a retribuir, remite a una cuestión de mérito, privativa de los tribunales

ordinarios y, como tal, sustraída al control casatorio ejercible en sede casatoria,

al menos, a título de quebrantamiento de las formas (inc. 1º del art. 383, C.P.C.).-

Tampoco nos es ajeno que tal “modalidad” de determinación de los

honorarios constituye una práctica forense habitual, resultando en principio

sustento motivacional suficiente de esa decisión la cita de las normas arancelarias

que se apliquen al caso.---------------------------------------------------------------------

Sin embargo, no es menos cierto que el regular ejercicio de la potestad

regulatoria dentro del relativamente amplio marco de “discrecionalidad” que la

ley confiere a los tribunales, reconoce como límite infranqueable la estricta

observancia de elementales pautas axiológicas, que imponen al sentenciante no

perder de vista el verdadero y último objetivo que inspira el ordenamiento

arancelario en su conjunto, que no es otro que el de asegurar al profesional una

retribución digna y equitativa por la actividad cumplida (arg. art. 110, ley 9459).-

VII) Ahora bien, en esa senda, cabe reflexionar que la mera circunstancia

de que el punto seleccionado por el juzgador se halle comprendido dentro del

“CUERPO DE APELACIÓN – CUERPO DE COPIA – RECURSO DIRECTO (CIVIL) – BOSIO ROSA ELENA C/ PERALTA
DANIEL ÁNGEL Y OTROS – ORDINARIO – SIMULACIÓN – FRAUDE – NULIDAD” (EXPTE. 2540371/36 - B-16/13)”
mínimo y el máximo que la ley habilita para el supuesto de que se trate, no

aventa per se la alternativa de una eventual arbitrariedad, puesto que la libre

movilidad ejercible por el sentenciante dentro de aquel abanico porcentual

supone -necesariamente- como parámetro validante de esa decisión, que la tarifa

estimada satisfaga los específicos standares de “razonabilidad” y

“proporcionalidad”, no sólo con los valores en juego, sino también -y

fundamentalmente- con la tarea profesional que los mismos están llamados a

recompensar.---------------------------------------------------------------------------------

De hecho, esa noción básica se halla ínsita -incluso- en el propio

temperamento de la Cámara a-quo, quien en ocasión de denegar la concesión del

remedio casatorio impetrado, manifestara -en defensa de su decisión- haber

procedido “-…como es de rigor y práctica habitual en estos casos- a fijar los

porcentajes que estimara pertinentes, tarea en la que tiene atribuciones

privativas y excluyentes y en la cual es soberana, conforme a las pautas del

Código Arancelario, en atención a la cuantía del pleito y demás circunstancias

de la causa” (fs. 96; énfasis agregado).---------------------------------------------------

Esas mismas declaraciones, efectuadas -insistimos- por el propio órgano

de Alzada en su repulsa, conspiran contra la subsistencia de la resolución en

crisis, en tanto contribuye a patentizar el vicio de fundamentación que la afecta,

cual es la omisión de valorar circunstancias fácticas concretas que, hallándose

explícitamente enumeradas por el ordenamiento arancelario vigente entre las

pautas de evaluación cualitativa que los tribunales deben tener en cuenta al


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momento de regular (arg. art. 39, ley 9459), presentaban en el caso un matiz

particular que sugería dispensarles tratamiento específico, tendiente a juzgar

-aun en sentido adverso- su repercusión en orden a la determinación del punto de

la escala a asignar.---------------------------------------------------------------------------

En efecto, en el sublite, la Cámara a-quo se conformó con fijar las pautas

para el cálculo de los honorarios en favor de los abogados que asistieran a la

parte vencedora ante su sede, mediante la asignación de un porcentaje (el 38% -

art. 40, ley 9459-) sobre el “punto medio” de la mitad de la escala del art. 36,

C.A. (arg, art. 85, ib.), absteniéndose por completo de abundar en consideración

alguna -ni tan siquiera mínima- tendiente a justificar, en función de las

particularidades que informara la causa, la justicia y equidad del gaje resultante

de la aplicación de esos guarismos, lo cual atenta de modo insalvable contra la

validez de lo resuelto, que debe por ello ser anulado.-----------------------------------

Tal desenlace en nada contraviene el temperamento invariablemente

mantenido por la Corte Suprema, en punto a que la “parquedad argumental” que

caracteriza a las decisiones judiciales que se adoptan en materia arancelaria

resulta en principio intrínsecamente inocua para resentir la regularidad formal de

las regulaciones que se fijen en esas condiciones, salvo que la cuestión haya sido

objeto de controversia o articulaciones expresas (conf.: C.82.XXVI.RHE,

21/8/97).---------------------------------------------------------------------------------------

Por el contrario, es precisamente en la inteligencia que subyace a esa

“CUERPO DE APELACIÓN – CUERPO DE COPIA – RECURSO DIRECTO (CIVIL) – BOSIO ROSA ELENA C/ PERALTA
DANIEL ÁNGEL Y OTROS – ORDINARIO – SIMULACIÓN – FRAUDE – NULIDAD” (EXPTE. 2540371/36 - B-16/13)”
doctrina judicial que, habiendo el obligado al pago alertado la configuración de

un específico vicio de motivación que viciaría la regulación (tal la ausencia de

valoración de extremos dirimentes para juzgar el capítulo arancelario) y siendo

que esa decisión se impuso como accesoria de la única instancia cautelar

contradictoria (esto es, la apelación contra el embargo dispuesto inaudita parte),

la efectiva verificación de la irregularidad viene a despojar a aquellas

declaraciones de aptitud motivacional suficiente para apuntalar la validez de lo

resuelto al respecto.--------------------------------------------------------------------------

Sucede que, tal como lo advierte el casacionista, la regulación bajo

anatema ha sido practicada por el Mérito con abstracción de las particularidades

que informara la causa, omitiendo sopesar extremos fácticos con objetiva

virtualidad para influir sobre el sentido y alcance de dicha decisión, entre ellos: la

inocultable importancia económica de la base a utilizar (identificable con el

monto del embargo cuestionado, trabado por la suma de $ 600.000), la

simplicidad de la cuestión debatida (de lo que da acabada cuenta el escrito de

contestación de agravios -obrante a fs. 64/69- y la concisa resolución a través de

la cual se rechazara la apelación -víde fs. 78/79-); y el escaso tiempo que

insumiera la tramitación del artículo (repárese en que se notificó el decreto de

concesión del recurso el día 01/12/2011 -fs. 24-, se evacuó traslado el 23/03/2012

-fs. 64/69- y se rechazó la apelación con fecha 15/06/2012 -fs. 78/79), datos éstos

-todos- que, de haber sido tomados en consideración por la Cámara a-quo, bien

pudieron razonablemente -incluso, en el propio temperamento que anidara en su


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denegatoria-, alentar que se dejaran de lado, en el caso concreto, las fórmulas

porcentuales que se postularan de uso habitual.-----------------------------------------

VIII) A mayor abundamiento, nos permitimos acotar que, si alguna duda

se albergarse en torno a la deficiencia motivacional de la decisión arancelaria

bajo anatema, la misma quedaría definitivamente disipada en atención a la

explícita prevención que el Tribunal de Grado introdujera en la parte final de su

resolutorio dejando a salvo el “mínimo legal, para la segunda instancia,

equivalente a 8 Jus…”, en tanto esa alusión al “piso” arancelario que rige en esa

sede contribuye a fortalecer -aún más- la idea de que la regulación en crisis ha

sido practicada en palmaria desconexión de la realidad que informara la causa.---

La conclusión se impone, ni bien se repare en que si la Cámara hubiese

asumido de modo conciente el monto al que ascendía el estipendio resultante de

aplicar las pautas fijadas, sobre el valor de la base a adoptar, se habría abstenido

de formular dicha salvedad, por revelarse la misma de suyo inane en el caso que

nos ocupa, dado que el mínimo minimorum previsto en el art. 40, C.A., en tanto

ha sido previsto por el legislador local con el único objetivo de garantizar la

dignidad del gaje profesional, adquiere operatividad en supuestos en los que la

exigüidad de los valores en juego, hace peligrar el aseguramiento de dicho

pedestal.---------------------------------------------------------------------------------------

IX) Las reflexiones expuestas en los acápites que anteceden dejan al

descubierto el dogmatismo y abstracción con que el Tribunal de Grado

“CUERPO DE APELACIÓN – CUERPO DE COPIA – RECURSO DIRECTO (CIVIL) – BOSIO ROSA ELENA C/ PERALTA
DANIEL ÁNGEL Y OTROS – ORDINARIO – SIMULACIÓN – FRAUDE – NULIDAD” (EXPTE. 2540371/36 - B-16/13)”
procediera a fijar las pautas porcentuales para el cálculo de los estipendios

devengados ante su sede, cualidades estas que, descalificando la regulación como

acto jurisdiccional válido, imponen proveer a su anulación, lo que así dejamos

decidido.---------------------------------------------------------------------------------------

X) El presente pronunciamiento es sin imposición de costas, atento la

naturaleza estrictamente arancelaria de la cuestión debatida (arg. art. 112, C.A.).-

XI) A fin de evitar el dispendio de una nueva etapa procesal, y atento que

las consideraciones que ilustran el presente decisorio contienen ínsito un anticipo

de la solución que cabe asignar al capítulo rescindido, se estima conveniente

prescindir del reenvío y, en uso de la prerrogativa conferida por el art. 390 del

C.P.C., dejar definitivamente resuelto el punto en esta misma oportunidad.--------

XII) En cumplimiento del objetivo propuesto y conforme las precisiones

ya apuntadas más arriba, la cabal valoración de las reglas de evaluación

cualitativa que prevé el art. 39, C.A., comprensivas tanto de las que remiten a las

particularidades que informa la causa (en especial, la cuantía del asunto -inc. 7-),

cuanto de las que hacen al mérito específico de la gestión profesional a

remunerar (que imponen estar no sólo al éxito obtenido -inc. 5º-, sino también a

la simplicidad de la cuestión debatida -inc. 2º- y al reducido lapso empleado en

su solución -inc. 10-), se estima justo y equitativo, en el caso concreto, regular

los honorarios en beneficio conjunto de los Dres. Rosa Elena Bosio, Susana T.

Ledermann y Aldo Nallino, por su labor en la instancia de apelación, en el 36%

(treinta y seis por ciento) sobre la mitad del punto mínimo de la escala
Directo, inc 1º (Honorarios - Deber de fundamentación - Incumplimiento - Nulidad - art. 29, ley 9459).- 12
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA
SALA CIVIL Y COMERCIAL
CÓRDOBA

PROTOCOLO DE ……...……………………………….……...

TOMO........................................AÑO:...............................

FOLIO …………...................................................................

SECRETARIA: Verónica Rapela

respectiva del art. 36, C.A., tomando como base lo que fuera materia de

discusión en la Alzada (arg. arts. 26, 29, 39, 40, 85 y conc., ley 9459).------------

Por ello,-------------------------------------------------------------------------------

SE RESUELVE:----------------------------------------------------------------------------

I) Declarar mal denegado el recurso de casación intentado con evocación

de la causal que prevé el inc. 1º del art. 383, C.P.C.------------------------------------

II) Hacer lugar al recurso de casación fundado en el motivo del inc. 1º del

art. 383, C.P.C. y, en su mérito, anular parcialmente el Auto nº 139 de fecha 15

de junio de 2012, dictado por la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial

de Séptima Nominación de esta ciudad, sólo en cuanto fija los porcentajes para la

regulación de estipendios en favor de los abogados de la parte vencedora en sede

de Grado. Sin costas.------------------------------------------------------------------------

III) Dejar regulados en forma definitiva los honorarios en beneficio

conjunto de los Dres. Rosa Elena Bosio, Susana T. Ledermann y Aldo Nallino,

por su labor profesional en la instancia de apelación contra la medida cautelar

despachada en autos, en el 36% (treinta y seis por ciento) sobre la mitad del

punto mínimo de la escala respectiva del art. 36, C.A., tomando como base lo

que fuera materia de discusión en la Alzada (arg. arts. 26, 28, 29, 39, 40, 85 y

conc., ley 9459).-----------------------------------------------------------------------------

Protocolícese incorpórese copia.---------------------------------------------------

“CUERPO DE APELACIÓN – CUERPO DE COPIA – RECURSO DIRECTO (CIVIL) – BOSIO ROSA ELENA C/ PERALTA
DANIEL ÁNGEL Y OTROS – ORDINARIO – SIMULACIÓN – FRAUDE – NULIDAD” (EXPTE. 2540371/36 - B-16/13)”
Dr. Armando Segundo Andruet (h)
Presidente de la Sala Civil y Comercial T.S.J.

Dr. Carlos Francisco García Allocco Dra. María Marta Cáceres de


Bollati
Vocal del Tribunal Superior de Justicia Vocal del Tribunal Superior de Justicia

Directo, inc 1º (Honorarios - Deber de fundamentación - Incumplimiento - Nulidad - art. 29, ley 9459).- 14
SALA 11 CAMARA DEL TRABAJO-SEC.21
Protocolo de Autos
Nº Resolución: 70
Año: 2021 Tomo: 1 Folio: 159-163

EXPEDIENTE: 9686124 - - CUERPO APELACIÒN DEL DR JOSE D'ITRIA POR HONORARIOS Y

COSTAS EN AUTOS EXPEERTA ART SA / CUELLO MILENA SOL CONSIGNACION 9152425 - RECURSO DE APELACION

AUTO NUMERO: 70. CORDOBA, 17/05/2021. Y VISTOS: Estos autos caratulados:

CUERPO APELACIÒN DEL DR JOSE D'ITRIA POR HONORARIOS Y COSTAS EN

AUTOS EXPERTA ART SA / CUELLO MILENA SOL CONSIGNACION 9152425

RECURSO DE APELACION, Expte.N° 9686124, de los que resulta que: I) el Dr. José

Antonio D’Itria, en interés propio, interpone recurso de apelación en contra del Auto Número

N° 117 de fecha 08/10/2020, dictado por el Juzgado de Conciliación de 1° Nominación Sec.

No. 2, por medio del cual la Juez de Conciliación dispuso "I) Rechazar el pedido de

aclaratoria del Auto N° 110 del 28/09/2020.” II) Se agravia el recurrente por cuanto con fecha

21/09/2020 el apelante solicitó medida de Tutela Anticipada a favor Cuello, Milena Sol, en su

carácter de abogado apoderado de la menor en autos “EXPERTA ART S.A. C/ CUELLO,

MILENA SOL - ORDINARIO - CONSIGNACION (LABORAL)” Expte. No. 9152425.

Fundó la pretensión solicitando textualmente: “De ello solicitamos que se provea en forma

urgente la medida solicitada y se libre a favor de la señorita CUELLO, MILENA SOL orden

de pago por la suma de pesos Dos Millones Cuatrocientos Treinta y Tres Mil Quinientos Uno

con 96/100 ($ 2.433.501,96), con imposición de costas a Experta ART S.A.” Que con fecha

28/09/2020 el tribunal mediante auto interlocutorio N° 110 resolvió: “Conceder, con carácter

de tutela anticipada (despacho interino), la disponibilidad de los fondos consignados a favor

de Cuello, Milena Sol, DNI 45.486.286, por Experta ART S.A., a fin de que sean invertidos

en la adquisición del inmueble propuesto e indicado en documental anexa, Lote Baldío Mat.

Expediente Nro. 9686124 - 1 / 10


986.031, titularidad del Sr. Berra, José Indalecio, para la construcción de una casa

prefabricada y su obra de cerramiento, debiendo realizarse escritura traslativa de dominio a

nombre de la citada menor. Librar oficio al Banco de Córdoba a fin de que desafecte el plazo

fijo constituido en autos. Oportunamente deberá acompañarse copia de escritura y efectuarse

rendición de cuentas. Protocolícese y hágase saber.” Continúa diciendo que con fecha

06/10/2020 el letrado interpuso recurso de aclaratoria en los términos del art. 336 del C.P.C.C

de Córdoba del auto interlocutorio N° 110, atento que el tribunal omitió expedirse sobre una

cuestión oportunamente introducida – “con imposición de costas a Experta ART S.A.”, con el

objeto que V.S. subsane la omisión en cuanto la imposición de costas a Experta ART S.A. en

base de la medida cautelar solicitada y proveída. Con fecha 08/10/2020 la -quo dictó auto

interlocutorio N° 117, notificado mediante e-cedula recibida el 08/10/2020 por la que resolvió

“I) Rechazar el pedido de aclaratoria del Auto N° 110 del 28/09/2020.” exponiendo

fundamentos que no se comparten y son motivo de agravio. Sostiene que el gravamen

irreparable es que S.S. rechazó la aclaratoria del Auto N° 110 del 28/09/2020 sosteniendo que

“advierte que no se ha incurrido en omisión que corresponda suplir” fundando tal afirmación

en: “Ello es así por cuanto la tutela anticipada despachada en los presentes se trata de un

medida dictada durante la tramitación del juicio principal que reviste carácter provisional y

accesoria, motivo por el cual la valoración del trabajo profesional del letrado peticionante a

fin de cuantificar sus honorarios, como, asimismo, la decisión en torno a quien debe cargar

con las costas respectivas, corresponde sea practicada al momento de resolverse aquél

(confrontar, en cuanto a los honorarios, lo dispuesto en el art. 85, primer párrafo, segundo

supuesto de la ley 9459 y, en cuanto a las costas, “Condena en costas en las medidas

precautorias” por Roberto G. Loutayf Ranea, publicado en “Revista de Derecho Procesal”.

“Medidas Cautelares”, Santa Fe, Rubinzal y Culzoni, 1998, pág. 283 y sgtes.)” . Señala que

esta interpretación literal y aislada del art. 85 primer párrafo, segundo supuesto del código

arancelario para abogados y procuradores de la provincia de Córdoba, le produce un

Expediente Nro. 9686124 - 2 / 10


gravamen irreparable por cuanto lo priva del fruto de su trabajo y de la percepción oportuna

de honorarios que son de naturaleza alimentaria. Continúa diciendo que no se puede equiparar

el género medidas cautelares con una especie de medida cautelar que es la tutela anticipada o

los despachos interino de fondo que implica un adelanto de jurisdicción, “que requiere para su

despacho favorable (como característica distintiva) de un plus en relación a los tres requisitos

clásicos que demandan las demás medidas cautelares para su procedencia, circunscripto a la

verificación, no de una simple verosimilitud del derecho sustancial invocado, sino de “certeza

suficiente, cuasicerteza o alto grado de probabilidad de su existencia”; conjuntamente con

ello, un “daño inminente irreparable” de no proveerse la medida, y por último, aunque no

imprescindible según parte de la doctrina, de un mínimo de sustanciación que garantice el

derecho de defensa. Cita jurisprudencia. De ello que la concesión de la medida “Tutela

anticipada” concedida en los presentes autos no posee las características de “provisional y

accesoria”, ya que la procedencia del monto económico que es objeto de la medida no se

encuentra discutida por las partes en autos. Que al existir base económica en los presentes

actuados, es obligación del tribunal regular honorarios a petición de parte en toda resolución

interlocutoria o definitiva, conforme lo establece el art. 26 la Ley 9.459, siguiendo los

lineamentos dispuestos en los art. 26 in fine, 36, 39, 40 de la Ley 9.459. Arguye que,

existiendo la obligación del tribunal de regular honorarios, existiendo las pautas establecidas

en código arancelario para abogados y procuradores de la provincia de Córdoba a los efectos

de su cuantificación, le corresponde decidir sobre quién es el obligado al pago de los

honorarios. Que en este punto el obligado al pago de los honorarios profesionales es la parte

actora (Experta ART S.A.) quien en su carácter de obligada al pago de las indemnizaciones

establecidas en la L.R.T., y en el caso concreto por el fallecimiento del padre de la menor

CUELLO, MILENA SOL, cumplimenta con disposiciones legales y administrativas que le

ordenan que, en caso de la existencia de menores de edad en calidades de derechohabientes, el

deber de efectuar el pago por vía de consignación judicial. De ello, los honorarios

Expediente Nro. 9686124 - 3 / 10


profesionales por la asistencia letrada obligatoria que la menor debe tener necesariamente en

el proceso judicial, no debe afectar la intangibilidad de la indemnización que por derecho le

corresponde. En tal sentido, si la obligación de consignar es de la ART, entra en el plexo de

sus responsabilidades los honorarios profesionales por la asistencia letrada necesaria y

obligatoria que requiere la menor. Que por lo expuesto, y conforme lo dispuesto por el art. 5

de la Ley 9.459 los honorarios son de su propiedad exclusiva; toda actividad profesional se

presume de carácter onerosa y poseen carácter alimentario (art. 6 de la Ley 9.459) por lo que

lo decidido le causa un gravamen irreparable que le afecta en su derecho a la propiedad

privada. Que al respecto, lo que hace al debido contenido del carácter “alimentario” de los

honorarios profesionales, es la oportunidad. Hace reserva del Caso no reglado (recurso

extraordinario por sentencia arbitraria). III) Impreso el trámite del art. 96 de la ley foral, la

parte actora en el juicio de consignación contesta los agravios deducidos por el recurrente,

alegando que de la sola lectura del escrito que integra y forma parte del remedio incoado, no

surge cual ha sido el supuesto gravamen irreparable que aduce haber sufrido o sufrir el

apelante respecto a que no se le regularon en la oportunidad sus honorarios profesionales.

Embate que tal como el presentante lo postula en su escrito, el a quo se ha expedido

haciéndole saber y conocer, que en esta ocasión no corresponde que se le regulen sus

honorarios profesionales, toda vez que los mismos le serán regulados en el expediente o juicio

principal, como así también a cargo de quien se imponen las costas, fundando dicha

interpretación en lo normado en el art. 85, primer párrafo, segundo supuesto de la ley 9.459.

Señala que la tutela anticipada concedida, ha sido y reviste las características de provisional y

accesoria, dado que los autos del rubro no han finalizado, no hubo ninguna sentencia que

ponga fin a los mismos, justamente la medida intentada por el letrado recurrente y de la cual

el tribunal acogió de manera favorable, ha sido accesoria del principal y lo fue con motivo de

la urgencia invocada por el propio presentante letrado de la menor de edad a fines de que se

gire orden de pago a favor de ésta. De otra arista entiende que no existe en autos aún, base

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económica que sirva de plataforma en los presentes actuados como para proceder a regular los

honorarios profesionales por las tareas desplegadas del reclamante. Advierte que dentro del

gravamen irreparable que hace alusión el peticionante, manifiesta que el obligado al pago de

los estipendios profesionales, es la parte actora (Experta ART S.A.) quien en su carácter de

obligada al pago de las indemnizaciones establecidas en la LRT y, en el caso concreto, por el

fallecimiento del padre de la menor Cuello, Milena Sol, cumplimenta con disposiciones

legales y administrativas que le ordenan, en caso de la existencia de menores en calidades de

derechohabientes, el deber de efectuar el pago por vía de consignación judicial. En base a los

dichos y al supuesto gravamen irreparable que le causa al letrado apelante la supuesta actitud

asumida por la ART, ésta se agravia toda vez que el pago a la madre de la menor y a la

abogada que la patrocinara frente a la Comisión Médica, fueron abonados en su totalidad.

Refiere que por otra parte y al haber sido intimados por la Superintendencia a fines de

efectuar el pago mediante consignación judicial, no necesariamente entra en el plexo de sus

responsabilidades los honorarios profesionales por la asistencia letrada necesaria y obligatoria

que requiere la menor, toda vez que, de manera necesaria y obligatoria necesita la asistencia y

representación del Asesor letrado promiscuo de menores y en forma subsidiaria de un letrado

de la matrícula, lo cual implica que quien ha cumplido en tiempo y forma tenga que soportar

otra vez el pago de honorarios profesionales. Enfatiza que efectivamente los emolumentos

profesionales tienen carácter alimentario pero, una vez que los mismos han sido determinados

o regulados, por lo cual no se alcanza a comprender cuál es el agravio irreparable esgrimido.

Y CONSIDERANDO: I) Que practicado el análisis formal del remedio procesal intentado, se

constata que el mismo ha sido presentado en término, por quien tiene interés directo y en

cumplimiento de las exigencias legales previstas por los arts. 85, 86, 95 y sgtes. de la LPT,

por lo que corresponde su tratamiento. II) LA SRA. VOCAL ELADIA GARNERO DE

FAZIO DIJO: Previo a cualquier otra consideración, corresponde señalar que la expresión de

agravios implica una verdadera descalificación crítica del decisorio cuestionado. Por ello,

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exige un preciso y concreto examen de los fundamentos de la resolución apelada y una

alusión clara a los yerros que – a juicio del apelante- ella contiene. En el particular, el

presentante imputa diversos quebrantamientos de índole formal y sustancial en el decisorio

cuestionado, por lo que debe analizarse si se encuentra satisfecha la carga crítica que exige el

remedio intentado. En esta dirección, en lo concerniente a la admisibilidad formal del medio

impugnativo articulado, de la confrontación entre los fundamentos brindados por el “a quo”

en la resolución objeto de recurso y la expresión de agravios formulada por el impugnante,

surge que han efectuado una crítica concreta y razonada de cada una de las razones que se

esgrimen en el pronunciamiento en crisis, lo que habilita el análisis de su procedencia

sustancial. Definido lo anterior e ingresando al quid del tema sometido a decisión,

observamos que el recurrente se agravia por la omisión de regulación de sus honorarios

profesionales e imposición de costas por parte del Juzgado de Conciliación, con motivo del

otorgamiento de la tutela anticipada en el juicio de consignación judicial que consiste en la

inversión, con fines de vivienda a favor de la menor de edad, de la suma de dinero consignada

por la actora y desafectada del plazo fijo oportunamente constituido. Esgrime la desatención

del carácter alimentario de sus emolumentos fruto de su labor profesional. La a quo

argumentó que conforme las constancias de autos y la naturaleza de la pretensión resuelta,

advierte que no ha incurrido en omisión que corresponda suplir, por cuanto la tutela

anticipada despachada se trata de una medida dictada durante la tramitación del juicio

principal que reviste carácter provisional y accesoria, por lo que la valoración del trabajo

profesional del letrado peticionante, a fin de cuantificar sus honorarios como, asimismo, la

decisión en torno a quien debe cargar con las costas respectivas, corresponde sea practicada al

momento de resolverse aquél. Se funda en lo dispuesto en el art. 85, primer párrafo, segundo

supuesto de la ley 9.459 en lo atinente a los honorarios y, respecto a las costas, manda a

confrontar con la publicación “Condena en costas en las medidas precautorias” por Roberto G

Loutayf Ranea, en Revista de Derecho Procesal. Medidas Cautelares, Santa Fe, Rubinzal y

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Culzoni, 1998, pág 283 y sgts. En este escenario, corresponde, liminarmente, delimitar el

instituto llamado indistintamente “tutela anticipada, anticipación de tutela jurisdiccional,

sentencia anticipada o despacho interino de fondo.” Citando a Juan Martín Morando

(“Procesos urgentes en el Derecho del Trabajo”, Editorial Hammurabi, José Luis Depalma

Editor, 2006), el despacho interino de fondo es aquella providencia dictada en un proceso con

anterioridad a la sentencia definitiva, que otorga al actor la pretensión principal, en forma

total o parcial, cuyo fundamento radica en la irreparabilidad del daño que pudiera provocar la

demora en el dictado de la sentencia o que convierta su ejecución en ineficaz o imposible.

Presenta como caracteres ser instrumental, provisoria y no mutable ni flexible, esto último por

cuanto el contenido de la obligación de dar (que es su objeto) se incorpora al patrimonio del

peticionario, lo cual hace que esa situación no pueda alterarse sino por otra resolución que

contenga una nueva obligación de dar (en este caso de devolver). Tiene una naturaleza

compleja, ya que comparte elementos de otros institutos: se nutre de algunas características de

las medidas cautelares y tiene contenido de sentencia definitiva, pero sus efectos son distintos,

puesto que no hace cosa juzgada ni pone fin a la etapa de conocimiento del proceso. El

despacho interino de fondo, requiere para su dictado, además de la irreparabilidad del daño, la

existencia de una convicción suficiente o certeza provisional mayor que la simple

verosimilitud en el derecho. La irreparabilidad posterior del daño constituye un plus por sobre

el simple peligro en la demora. La resolución anticipatoria firme, no hace cosa juzgada

material respecto de los créditos reconocidos, ya que esta resolución puede ser revocada por

la sentencia definitiva. De ahí su carácter interino. En el supuesto de admitirse la solicitud de

adelanto de tutela, la resolución denegatoria no causa estado respecto de esos créditos, los

cuales podrán ser reconocidos posteriormente en la sentencia definitiva. De otra arista, la Dra.

Claudia Zalazar en su obra “Medidas cautelares” (Edición 1era Editorial Alveroni 2010)

enseña que la llamada sentencia o tutela anticipada refiere a aquellas medidas que adelantan

interinamente el resultado del proceso, trasladando a la contraparte el urgimiento del mismo,

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para llegar al dictado de la resolución definitiva. Involucra el dictado de una condena

provisoria que puede ser ratificada o revocada en oportunidad del dictado de la sentencia de

mérito final, vale decir que el proceso seguirá su curso. Agrega que en esta línea, se han

expedido varios tribunales sobre el “anticipo de fondo”. Este despacho interino de fondo, que

si bien está dentro del género de las medidas cautelares, es de una especie diferente y resulta

definido como “el que tiende a obtener una providencia no contemplada en previsiones

legislativas específicas, otorgando en forma anticipada, total o parcialmente, el objetivo

inmediato de la pretensión contenida en la demanda y que, según la naturaleza del interés, el

carácter del peligro que lo amenaza o las particulares circunstancias que surgen de la situación

jurídica por la inminencia o presencia efectiva de un perjuicio irreparable o de difícil

reparación, atento el grado de convicción enmarcado en la certeza suficiente que se forma el

juez en forma sumaria en base a la prueba aportada y, de acuerdo a su criterio discrecional,

por conceptuarla la más idónea para obviar las consecuencias disvaliosas de un evento que

podría producir la supresión o la restricción de los efectos obligatorios o ejecutivos de la

decisión sobre el mérito. De lo explicitado se colige que la resolución anticipatoria adelanta

provisoriamente, ya sea de manera total o parcial, lo pretendido por el adquirente que podrá

ser confirmado o revocado por la sentencia definitiva sobre el mérito que se dictará al

finalizar el proceso. Ello es así, toda vez que existe una fuerte probabilidad de que se llegue a

sufrir un perjuicio irreparable, ocasionado por tener que esperar la conclusión del juicio

principal. De cara a una medida con las características de provisionalidad, instrumentalidad y

accesoriedad supra apuntadas, despachada anticipada e interinamente en el marco de la

tramitación de un juicio ordinario reconvenido, pendiente de resolución definitiva, no

podemos sino concluir que la misma queda atada a la suerte del principal, no resultando ser la

oportunidad para establecer quién debe soportar las costas, como pretende el recurrente, toda

vez que para que exista vencimiento debe existir un pronunciamiento jurisdiccional que

declare con certeza el derecho de las partes (la existencia o inexistencia, según el caso). El

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despacho y cumplimiento de una medida cautelar no implica el vencimiento del demandado,

razón por la que no pueden imponérsele a éste las costas respectivas. La determinación de

quién deberá cargar con las costas del proceso cautelar solamente podrá hacerse al tiempo del

dictado de la sentencia en el principal, que es el momento idóneo para apreciar quién es el

vencido en la cuestión de fondo, oportunidad en que debe valorarse la actitud asumida por las

partes en el proceso. Palacio y Alvarado Velloso señalan que, en mérito a la accesoriedad y

provisionalidad características de las medidas precautorias, es menester omitir toda decisión

sobre imposición de costas hasta tanto se haya dictado la resolución definitiva en la causa

principal; la concreta imposición de las costas en las medidas cautelares, en principio, sigue la

suerte del juicio principal, y deben ser soportadas por el vencido en la proporción en que le

han sido impuestas en la sentencia definitiva, salvo que la medida haya sido innecesaria o

superflua, en cuyo caso las costas recaen siempre sobre su peticionante. De lo que sigue, que

tampoco corresponde en la instancia, proceder a cuantificar los estipendios profesionales del

pretendiente con origen en el despacho interino de fondo dispuesto por el a quo, toda vez que

como se dijo, la mentada medida se tramitó dentro del juicio principal por lo que carece de

regulación autónoma (art. 85, primer párrafo, segundo supuesto de la ley 9.459). En su mérito,

debe rechazarse el recurso de apelación articulado por el letrado de la parte demandada en el

juicio principal y confirmar la resolución atacada en lo que es materia de agravio, sin costas

en esta instancia atento la naturaleza de la cuestión planteada. Los Sres. Vocales Dra. Silvia

Mónica Vitale y Tomás Enrique Sueldo dijeron: Que adherían al voto emitido por la Vocal

preopinante y, en consecuencia, se expiden en igual sentido. Por lo expuesto el Tribunal por

unanimidad RESUELVE: I) Desestimar el recurso de apelación articulado por el Dr. José

Antonio D’Itria y confirmar el Auto Número N° 117 de fecha 08/10/2020, dictado por la Sra.

Juez de Conciliación de 1° Nominación Sec. No. 2, en lo que es materia de agravio. II) Sin

costas atento la naturaleza de la cuestión planteada. Protocolícese y hágase saber

Expediente Nro. 9686124 - 9 / 10


Texto Firmado digitalmente por:
GARNERO Eladia Teresa
VOCAL DE CAMARA

Fecha: 2021.05.17

VITALE Silvia Monica


VOCAL DE CAMARA

Fecha: 2021.05.17

SUELDO Tomas Enrique


VOCAL DE CAMARA

Fecha: 2021.05.17

GUZMAN LOPEZ PEÑA Mariana


PROSECRETARIO/A LETRADO

Fecha: 2021.05.17

Expediente Nro. 9686124 - 10 / 10


SENTENCIA NÚMERO: 25
En la Ciudad de Córdoba a los veintiún días del mes de Marzo de dos mil
dieciocho, siendo las doce y treinta (12:30) hs., se reunieron en Audiencia
Pública los Señores Vocales de esta Cámara Quinta de Apelaciones en lo Civil y
Comercial, en presencia de la Secretaria autorizante, en estos autos caratulados:
“CASTILLO, CARLOS ALBERTO c/ CABLEVISIÓN S.A. - ABREVIADO
– COBRO DE PESOS - EXPTE. N° 5912156”, venidos del Juzgado de
Primera Instancia y Trigésimo Quinta Nominación en lo Civil y Comercial, en
virtud del recurso de apelación interpuesto por el actor Sr. Carlos Alberto
Castillo, en contra de la Sentencia Número uno (N° 1) de fecha dos de febrero de
dos mil diecisiete (fs. 374/380), dictada por la Sra. Juez Dra. María Cristina
Samartino, que en su parte resolutiva dispuso: “1) Rechazar la demanda
deducida en autos por el Sr. Carlos Alberto Castillo D.N.I. 27.014.832 en
contra de CABLEVISIÓN S.A. con costas a cargo del actor. 2) Regular en
forma definitiva (art. 28 ley 9459) los honorarios profesionales del Dr.
Sebastián J. Cancio en la suma de pesos ciento veinticinco mil ($125.000). 3)
Regular en forma definitiva (art. 28 ley 9459) los honorarios profesionales del
perito contador oficial, Mariano A. Gómez, en la suma de pesos cinco mil
ciento cincuenta y nueve con cuarenta centavos ($5.159,40). Protocolícese,
hágase saber y dese copia”.
Realizado el sorteo de ley, la emisión de los votos resultó de la siguiente
manera: Señores Vocales Claudia E. Zalazar, Rafael Aranda y Ricardo
Belmaña.-
El Tribunal en presencia de la Actuaria se planteó las siguientes cuestiones
a resolver:
1) ¿Es procedente el recurso de apelación deducido por el actor Sr.
Carlos Alberto Castillo?
2) En su caso, ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?

1
LA SEÑORA VOCAL CLAUDIA ZALAZAR A LA PRIMERA
CUESTIÓN PLANTEADA DIJO: I) Contra la sentencia de primera instancia,
cuya parte resolutiva ha sido transcripta precedentemente, el actor Sr. Carlos
Alberto Castillo interpuso recurso de apelación (fs. 381), el que concedido, hizo
radicar la causa en esta instancia.-
Corrido traslado a los fines de la expresión de agravios, es evacuado por el
apelante a fs. 418/426, siendo respondidos por el representante de la demandada
Cablevisión S.A. quien peticionó el rechazo de los agravios expresados con
costas (fs. 453/464).- Por su parte, se corrió traslado a la Sra. Fiscal de Cámaras,
evacuándolo a fs. 468/499.-
Dictado y firme el decreto de autos, queda la causa en estado de ser
resuelta.-
II) El recurrente a fs. 418/426 procede a expresar agravios.
En este orden, expone como primera queja que la A quo haya, por un
lado omitido, y por otro, valorado de forma deficiente la prueba rendida en autos.
En este sentido, previo transcribir algunos párrafos de la resolución
opugnada, explica en relación a la prueba instrumental valorada en la sentencia
que los resúmenes de tarjeta Naranja de los meses de Mayo y Junio de 2014 se
encuentran debidamente glosados a fs. 38 y 39 de los presentes y, no fueron
considerados por el tribunal. Añade que, se desprenden de la pericial contable
solicitada por la parte actora -punto a.2)- todos los pagos realizados desde el
01/04/2013 al 01/12/2015 con el correspondiente valor de pago de cada uno de
dichos meses.
Considera que tal información fue aportada por la propia demandada y
pese a ello tampoco fue valorado a la hora de emitir sentencia. Sostiene que
carece de relevancia lo resaltado por la A quo sobre la falta de documentación al
momento de expedirse en su resolución definitiva, ya que fue debidamente
probado que contrató los servicios de televisión por cable y de internet de

2
Cablevisión y Fibertel y que abonó todos y cada uno de los meses que se le
brindó el servicio.
Afirma que el tribunal confundió un contrato de comodato con una orden
de trabajo, transcribiendo a continuación párrafos de la resolución atacada. Hace
notar que resulta claro y evidente que la documental de fs. 40 y 109 son copias
del contrato de comodato en el cual se le dio en préstamo el módem que debía
utilizar para contar con el servicio de internet Fibertel, por ello es que mal puede
interpretarse como órdenes de trabajo de los técnicos de la empresa.
Agrega que las órdenes de trabajo propiamente dichas (fs. 107, 108, 110,
111, 111 bis y 112) demuestran que los técnicos de la empresa tuvieron que
asistir en reiteradas oportunidades a su domicilio para solucionar los
inconvenientes expresados en la demanda incoada. Opina que dichas órdenes de
trabajo no son claras en los detalles que se hicieron como trabajo o que trabajos
debían realizarse. Señala que incluso en algunos casos tampoco son legibles,
razón por la cual la demandada debió haber ofrecido como prueba testimonial a
dichos técnicos.
Opina que al no poder establecerse que dichas órdenes de trabajo fuesen
por razones diferentes a las expresadas en demanda en la cual precisó claramente
que se enviaron en reiteradas oportunidades técnicos a su domicilio a los fines de
solucionar los problemas técnicos, el tribunal debió haber razonado con lógica y
estimado que tales órdenes fueron para remediar o reparar los desperfectos que
fueron denunciados ante la empresa.-
Soslaya que la A quo no recurrió ni aplicó lo establecido en el segundo
párrafo última parte del art. 3 de la ley 24.240, norma que a continuación
transcribe.
Señala que también le agravia lo manifestado por el sentenciante en
relación a las publicidades de la empresa, transcribiendo luego párrafos del
resolutorio cuestionado. Sostiene que la juez no ha tenido en cuenta que quien se
encuentra en mejores condiciones para probar las publicidades realizadas por la
3
empresa es la misma demandada, puesto que no es el consumidor quien realiza
las publicidades comerciales, sino que por el contrario, es la empresa que brinda
el servicio la que sabe el momento exacto de la publicación, ubicación,
características, empresa publicitaria que la difunde, etc., por lo cual resulta
irrisorio lo pretendido por la juzgadora ya que no ha aplicado lo establecido por
el art. 53 tercer párrafo de la ley de Defensa del Consumidor.
A continuación agrega que lo expuesto comprueba que la empresa no ha
respetado lo normado por los arts. 4, 7, y 8 de la normativa citada. Expresa que
su parte ofreció como prueba un CD room en el que constan grabaciones de la
página web de Cablevisión S.A. donde existen publicidades (fs. 67) y la
inspección judicial de la página web de la demandada (fs. 64) a lo que el tribunal
no hizo lugar, negándole una prueba fundamental para el proceso.
Expone que por esto, la sentenciante mal puede pretender que su parte
demostrase tales publicidades si en dicha página web figuraban las mismas.
Relata que su parte acompañó como documental los datos del propietario de
dicha página web resultando que es la misma demandada (fs. 60). Concluye que
de todo lo expuesto surge que, la A quo no tuvo en cuenta toda la prueba ni
tampoco aplicó la inversión de la carga probatoria (art. 53 ley 24.240) la cual
debió considerar como de orden público, tal como lo expresa el art. 65 del mismo
cuerpo normativo.
En segundo lugar, aduce como agravio que al sentenciar se valoró
deficientemente la prueba testimonial obrante en autos, y examina
detalladamente los testimonios brindados por el Sr. Claudio Rubén Maldonado
González y por el Sr. Dardo Ramiro Leguizamón, confrontando las actas de la
declaración prestada por cada uno de ellos con lo manifestado por el tribunal en
su sentencia.
Manifiesta respecto al testimonio del Sr. Claudio Rubén Maldonado
González que, si se constata el acta de la audiencia se puede visualizar sus
respuestas y agruparlas en cuatro grupos a saber: a) respuestas constatadas por el
4
mismo testigo, las cuales se componen de la décimo cuarta y la vigésima; b)
respuestas que no sabía o desconocía el testigo, que fueron la décimo octava,
vigésimo segunda y vigésimo tercera; c) respuestas que el testigo conoció a
través de comentarios del actor constituidas por: la décimo quinta pero que a su
vez al concurrir a su domicilio constató que continuaban los inconvenientes, la
vigésimo primera y vigésima cuarta; y d) preguntas renunciadas por la parte
actora, que fueron la décimo sexta y décimo séptima.
Aclara que de las diez preguntas que mal interpretó el tribunal y manifestó
que el testigo las conoció por dichos del actor, tan solo surge que fueron tres las
conocidas por comentarios de su parte y, de las cuales una de ellas fue también
constatada por el testigo a lo que se suma que, de las dos restantes las preguntas
fueron realizadas para conocer cuál era el estado emocional del actor, tanto con
los inconvenientes derivados del servicio como del presente proceso judicial.
En referencia a la testimonial del Sr. Dardo Ramiro Leguizamón alega que
el tribunal resaltó varias de las respuestas de la audiencia pero no las tuvo en
cuenta al pronunciarse. Seguidamente transcribe párrafos del pronunciamiento
cuestionado, para finalmente afirmar que las conclusiones adoptadas por el
tribunal resultan erróneas y con falta de fundamentación lógica y legal, en tanto
no se consideró que el Sr. Claudio Rubén Maldonado González juró decir la
verdad sobre los hechos en la misma audiencia (fs. 202).
Asevera que es notoria la veracidad de los dichos del testigo, atento a que
en varias de las preguntas realizadas contestó que no sabía respecto a tales
preguntas y, de lo contrario, en todo el cuestionario el testigo se hubiere
manifestado a favor del actor. Indica que idéntica situación acontece con el
testigo Leguizamón.
Añade que la demandada impugnó solamente al primer testigo en la
audiencia, para posteriormente incorporar al expediente un escrito impugnando
ambos testimonios por la calidad de la pureza que requiere un testigo. Pone de
relieve que los testigos presentados resultan de carácter necesario, atento que
5
cualquier persona en su lugar dejaría ingresar a su casa solo a amigos o parientes
que revistan la cualidad o condición de confianza.
Destaca que la parte demandada ofreció como prueba testimonial a los
Sres. Nicolás Torrilla y Hernán Ávila (fs. 113) quienes son técnicos de la
empresa que asistieron a su domicilio tal como figura en la orden de trabajo de fs.
107. Aclara que se decretó audiencia a tales fines para el día 27/04/2015 a las 10
y 10,30 hs. pero tal audiencia no se tomó por la incomparecencia tanto de los
testigos como de la propia demandada.
Puntualiza que tampoco la demandada intentó posteriormente insistir que
asistieran a testificar conforme lo establece el art. 287 del CPC. Dice que el
tribunal omitió valorar tal situación que le correspondía diligenciar a la parte
demandada por ser quien se encontraba en mejor situación para probar.
Añade que las órdenes de trabajo que acompañó la accionada y en las que
se basa la sentencia son de contenido vago, impreciso, ilegibles, inentendibles y
pese a esto, la empresa tampoco ofreció una pericial técnica a los efectos de
esclarecer su contenido siendo que sólo la empresa podía acompañar tal
documentación, pues la actora no tiene acceso a ella, lo que debió ser tenido en
cuenta al momento de juzgar.
Insiste en que la testimonial de los propios técnicos hubiesen sido
relevantes para sostener la documentación agregada, ya que de lo contrario,
solamente son palabras técnicas o cifradas utilizadas por el personal que no
prueban nada a favor de la prestataria accionada debiendo aplicarse el principio
in dubio pro usuario.
En calidad de tercer agravio el accionante alega que, el tribunal ha
valorado deficientemente la absolución de posiciones de la parte demandada.
En este sentido precisa que, quien absolvió posiciones fue el Dr. Sebastián
Cancio apoderado de Cablevisión S.A. y no el presidente del directorio de la
empresa, lo que es relevante ya que es abogado litigante de la empresa, pero
nunca trabajó como empleado administrativo, técnico, gerente comercial,
6
presidente del directorio o parte del directorio, como tampoco integró el
departamento jurídico interno, sino que solamente formó parte de los abogados
externos que la demandada contrata para gestionar sus juicios tal como consta en
las respuestas dadas en las absoluciones cuarta, quinta, décimo octava y
trigésimo cuarta.
Expresa que atento a ello, es claro que el Dr. Cancio no pudo conocer
ninguno de los hechos sobre los que se le preguntó en la absolución de
posiciones, pues no conocía las condiciones en que se le brindaban al actor los
servicios de televisión y de internet, ya que tomó conocimiento de lo sucedido
recién cuando compareció a los presentes autos.
Pone de resalto que por esto es que el letrado respondió a toda la
absolución “…no me consta…”.
Afirma que la juez debió haber tenido a la demandada como confesa
según lo normado por el art. 225 CPC, y que conforme el art. 219 CPC en los
presentes solo se entorpece el esclarecimiento de la verdad, en tanto el artículo
permite que sea otra la persona que absuelva sobre la base de que la proponente
no intervino personalmente o no tuvo conocimiento directo de los hechos (art.
219 inc. 1 CPC), consistiendo su fundamentación lógica en que sea sustituida por
una persona que reúna esas características.
Se agravia que la A quo tomó como ciertas las respuestas dadas por el
letrado sin considerar otras. Examina algunos puntos de la absolución de
posiciones obrante en autos, confrontándola con las demás constancias de la
causa.
Como cuarto agravio cuestiona que la magistrada solo haya tenido en
cuenta el informe pericial contable acompañado a fs. 211/213 por el perito oficial
contador Mariano Antonio Gómez, quien solamente analizó la documental
aportada en autos.
Apunta que la A quo no valoró el nuevo informe pericial contable de fs.
263/268 donde el perito examinó además la documental aportada por la
7
demandada en el domicilio legal de la propia empresa donde se continuaron con
las tareas periciales.
Relata que no se valoró que en el punto A.1) se solicitó el contrato de
adhesión firmado con la demandada y que esta solo acompañó una ficha de
instalación. Señala que este proceder resulta sumamente relevante por cuanto si
no existe contrato de adhesión cabe presumir que el usuario no fue debidamente
informado sobre los derechos y obligaciones emergentes del contrato para ambas
partes, todo en violación al art. 4 LDC.
Consecuentemente, cualquier modificación o acto realizado fuera de esos
términos debe ser previamente notificado, de lo contrario resulta abusivo al
derecho que le asiste. A tal fin, transcribe párrafos de la resolución y de la
pericial contable de los puntos ofrecidos por la parte demandada (fs. 267 vta.)
para poner de relieve que, se contradicen.-
Expone que aún en el hipotético caso que su parte hubiese tenido cinco
bocas del servicio, carece totalmente de relevancia respecto a la deficiencia
técnica o mal servicio brindado por la empresa.-
Agrega que en referencia a la boca adicional que le cobró todos los meses
la demandada, la juzgadora no valoró lo expresado por los empleados de la
empresa cuando solicitó la misma vía Facebook.
Sostiene que es clara y notoria la falta de información brindada por la
demandada ya que expresó que solamente se le cobraría la suma de pesos
cincuenta ($50) por la boca adicional y nada dijo de que posteriormente se le
exigiría un canon mensual, lo que vulneró su derecho a la información pues si
hubiera sabido que se le cobraría mensualmente no lo hubiese contratado.
Añade que ello condicionó su voluntad de contratación y contraría lo
normado por el art. 42 de la CN y art. 4 de la LDC.
Expresa que la sentenciante se basa en lo establecido al dorso de las
facturas de pago pero, si bien allí existe cierta información, ésta no es precisa y
clara, ya que no detalla exactamente a cuales de todos los servicios adicionales
8
prestados por la empresa se le aplica un determinado precio sea como costo de
instalación por única vez o una tarifa mensual como lo sería por ejemplo en
canales Premium que contiene una programación distinta todos los meses.
Considera que la sentenciante viola el razonamiento lógico y razonable,
atento que la pericial contable en su punto 4) expresa que dos bocas son sin cargo
y una con cargo, mientras que la magistrada pronuncia que solamente una boca
es sin cargo y las demás con cargo, argumento en contra de lo informado por el
perito contador, aplicando un criterio contra el usuario y favoreciendo a la
empresa demandada.
En carácter de quinto agravio cuestiona que la magistrada haya realizado
una enunciación de todos los reclamos y seguimientos de los mismos con sus
respectivas visitas técnicas y sostiene que la juzgadora no analizó ni verificó que
la accionada nunca acompañó una orden de trabajo posterior a la visita técnica
del 09/01/2014 es decir, si bien se realizó una derivación al área de redes la
misma nunca se llevó acabo en su domicilio. Adita que por tanto no existen
constancias de que se hicieron trabajos por el área de redes de la compañía como
tampoco existieron descuentos o bonificaciones por el servicio deficientemente
prestado.
Se queja que la A quo manifieste que su parte no acreditó que no se
modificó la instalación, que se negó en tiempo y forma en el escrito del traslado
de la documental que obra a fs. 122. Esgrime que la sentenciante no tuvo en
cuenta que quien prestó el servicio fue la demandada y, por ende, le cabe a ella
realizar la correcta instalación y mantenimiento.
Añade que tampoco se consideró que si se hubiese cambiado la
instalación, la empresa seguramente le hubiera sancionado pudiendo hasta
rescindir el contrato tal como lo informa al dorso de las facturas de pago. Insiste
que si no existieron penalizaciones mal se puede presumir que los hechos
favorecen a la accionada. Reitera que la accionada no pudo comprobar ni probar
tales circunstancias, atento que no presentó prueba alguna para dar por cierto que
9
el actor había modificado la instalación; dice que en su poder estaban los
elementos para tal comprobación por lo que, si no fueron exhibidos en el
presente proceso es porque no contaba con ellos.
En carácter de sexto agravio refiere que juez omitió valorar el CD room
acompañado y reservado en secretaría que demostraba las interferencias o mala
señal que la empresa prestataria enviaba a su domicilio (fs. 67).
Remarca que tampoco se valoró que se ordenó a Cablevisión S.A. que
acompañase las grabaciones de las llamadas de reclamo efectuadas al call center
de la empresa y el registro de todos esos reclamos, a lo que se negó la demandada
argumentando que no tenía obligaciones legales para realizarlo (fs. 127), no
obstante a lo determinado por el art. 53 LDC que obliga a la firma prestataria a
presentar todas las pruebas que obren en su poder a los fines de dilucidar los
hechos del proceso.
Agrega que la accionada manifestó no tener relación con la red social
Facebook cuando sin embargo quedó demostrado mediante CD que la
demandada tiene una cuenta en dicha red con fines de publicidad como así
también para receptar y contestar reclamos entre otras cosas (fs. 67).
Además, señala que se demostró que en su página web tenía un link –
enlace directo- con esa cuenta de la red social, y, se comprobó con constancia de
la Dirección Nacional del Registro de dominio de internet que la demandada es
dueña de esa página web (fs. 60), lo que también se intentó probar mediante
inspección judicial y cuya audiencia no decretó la magistrada.
En calidad de séptimo agravio critica que la juzgadora haya omitido
valorar pruebas rendidas a los fines de acreditar la falta de información y el daño
moral causado.
En particular se queja de la falta de la valoración del informe de la
Dirección de Protección al Consumidor y Mediación comunitaria de la
Municipalidad de Córdoba que expresó que existían 66 denuncias por casos
similares (fs. 153), mientras que la Dirección General de Defensa del
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Consumidor y Lealtad Comercial indicó que constaban 66 denuncias en contra de
Cablevisión y 7 en contra de Fibertel (fs. 188).
Por otro lado, cuestiona la incorporación por parte de la demandada del
informe de la Dirección de Protección al Consumidor y Mediación comunitaria
de la Municipalidad de Córdoba, solicitado con fecha 02/06/2015 introducido
como documental, bajo juramento que la empresa nunca fue sancionada por
ningún organismo administrativo de defensa del consumidor. Puntualiza que su
parte se opuso por vía de reposición, siendo esta denegada.
En esta línea, critica que la juez otorgue mayor valor probatorio al
documento acompañado bajo juramento que a los informes expedidos por los
organismos administrativos vulnerando el principio in dubio pro consumidor (art.
3 LDC y art. 1094 CC) a favor de la demandada contrariando el art. 65 LDC.
Alega que es notoria la parcialidad de la A quo hacia la demandada
tratando de beneficiarla y, ello se ve reafirmado por el hecho que la juzgadora
permitió a la accionada acompañar la informativa como una absurda, aparente e
inexistente documental mientras que en relación a su parte, cuando acompañó
como documental un cd room que contenía el programa televisivo “INFORME
SOOM” de fecha 14/06/2014 en el cual se evidenciaba que otros usuarios habían
padecido los mismos problemas (fs. 220/221) el juzgado no hizo lugar a tal
ofrecimiento (fs. 222).
Remarca que esta situación representa una vulneración al principio de
igualdad entre partes en el proceso judicial ya que a la demandada se le permitió
mientras que a su parte se le denegó la presentación de una prueba correcta
ofrecida en tiempo y forma.
Como octava queja puntualiza que, le agravia el hecho que no se tuvo en
cuenta al resolver que la prestación del servicio por cable es monopólica, es
decir no existe otra empresa que preste el mismo servicio. Aclara que si bien
existe otro servicio similar, éste es por aire, con condiciones de prestación
diferente y con valores monetarios superiores.
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Explica que así, al manifestar la magistrada que existe la libre posibilidad
de elección de las personas respecto al servicio no consideró la realidad de los
hechos. Esgrime que el usuario debe someterse a uno u otro servicio, diferente y
según posibilidades económicas.
En referencia a las Resoluciones 43/2014 y 93/2014 de la Secretaría de
Comercio del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas expone que, no
fueron atacadas de inconstitucionales por la accionada en tiempo y forma. Pone
de resalto que el Estado debe velar por los consumidores que son quienes se
encuentran en una situación de desventaja sea en lo administrativo o en lo
jurídico por medio del Poder Judicial.
Reitera que la A quo no ha tenido en cuenta nada de esto, expresando
solamente la libertad contractual y dando a entender que los proveedores de
servicios pueden imponer las condiciones a su antojo ya que no serán controladas
de manera alguna, contrariando con esto la normativa vigente (art. 963 CCCN).
Por último asevera que, la judicante ponderó de la absolución de
posiciones número 26 la aclaración de la demandada sobre las resoluciones
43/2014 y 93/2014 expresando que sobre las mismas han obtenido sentencias
favorables o medidas cautelares pero en rigor, tal circunstancia no fueron
comprobada en ningún momento del proceso por la empresa debiendo aplicarse
en consecuencia lo establecido por el art. 3 segundo párrafo de la LDC: principio
in dubio pro usuario o consumidor.
Como noveno agravio el recurrente cuestiona la imposición de costas y
destaca que el tribunal no consideró que su parte tenía concedido beneficio de
litigar sin gastos sin limitación alguna (fs. 359/362).
Menciona que por otro lado, el daño punitivo que tuvo en cuenta la
magistrada para la base regulatoria por la suma de pesos trecientos mil
($300.000) es incongruente con el art. 52 bis de la LDC.
Expresa que si bien en el caso de autos existen motivos más que
suficientes para aplicar la multa civil a la demandada, la a quo no lo ha entendido
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de esa manera, pero si hubiese impuesto dicha multa civil se deberían aplicar
según la sana crítica del magistrado. Comenta que los consumidores deben
establecer un monto determinado en la demanda incoada pero solamente a los
fines de calcular la tasa de justicia y demás gastos judiciales que demandan el
comienzo de un pleito, pero ello no obsta a que el juez pueda modificar dicho
monto según lo estime prudente, por lo que no se obliga al juez a imponer el
monto peticionado atento a lo cual, mal puede entenderse que se deben aplicar las
costas judiciales sobre tal monto específico que queda al arbitrio del tribunal.
Agrega que a su vez, la estimación que se impone como daño punitivo lleva
intereses luego de fijarse en sentencia no obstante lo cual, la A quo le sumó
intereses para el cálculo de honorarios desde el momento de la presentación,
situación que torna a la resolución como incongruente y excesiva.
Destaca que no se consideró el monto máximo establecido por el art. 36
tercer párrafo de la ley 9459. Afirma que así el tribunal no solo omitió valorar
pruebas, sino que tampoco tuvo contemplación ni reflexión sobre los principios
fundamentales de la Constitución Nacional ni de la LDC como la regla
hermenéutica y de ponderación, el deber de información, la responsabilidad
objetiva, el trabajo digno y las reglas probatorias.
Finalmente en carácter de décimo agravio cuestiona la validez en el
trámite del proceso, toda vez que la a quó Dra. María Cristina Samartino de
Mercado por uso de licencia por razones de salud se apartó de los presentes autos
(fs. 363).
Relata que luego de haberse realizado el procedimiento pertinente para la
designación del juez que debía avocarse a dictar sentencia (recayó sobre el juez
Osvaldo Pereira Esquivel, juez de primera instancia y Trigésimo Segunda
Nominación) la magistrada mediante decreto de fecha 13/12/2016 lo dejó sin
efecto y se abocó nuevamente a la causa, sin dar la debida notificación a las
partes intervinientes.

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Expresa que con esto se vulneró su derecho de defensa y las debidas
garantías procesales. Sostiene que el procedimiento realizado por la magistrada
torna nula la sentencia dictada por ella ya que al haberse apartado de los
presentes autos no podía volver a avocarse debiendo estarse a los efectos de lo
normado por el art. 31 del CPC.
Sostiene que, el procedimiento procesal utilizado por la judicante ha
vulnerado sus derechos constitucionales atento que desconocía el avocamiento
entendiendo que la sentencia iba a ser dictada por el Dr. Pereira Esquivel.
Precisa que el accionar de la magistrada invalidó su resolución siendo
además inconstitucional al contrariar lo normado en el art. 18 CN. Resalta que la
falta de notificación a su parte le impidió y cercenó su derecho a recusar sin justa
causa conforme a lo establecido por los arts. 16 y 19 inc. 1 del CPC.
En conclusión, señala que se ha omitido valorar pruebas y otras fueron
erróneamente consideradas; que no se aplicó el Derecho del Consumidor ni los
principios que lo inspiran, por lo que, solicita se deje sin efecto la sentencia
recurrida y se condene al pago de Capital por la suma de $305,66, con más
actualizaciones e intereses, Daño moral por $9.000 con más actualizaciones e
intereses, Daño punitivo por $300.000.
Peticiona que por todo lo expuesto, se haga lugar al recurso de apelación
impetrado. Efectúa reserva de caso federal.
III) Corridos los traslados de ley, la demandada Cablevisión S.A. contesta
los agravios a fs. 453/464 peticionando el rechazo del recurso de apelación
planteado, con costas.
Por su lado, anoticiada la Sra. Fiscal de Cámaras Dra. Viviana Siria Yacir
emite su dictamen a fs. 468/499 y manifiesta que a su criterio, en los presentes
autos: “1) Primero, corresponde rechazar el planteo de nulidad de la sentencia,
conforme lo expuesto en el apartado VI) del presente dictamen.

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2) Segundo, corresponde rechazar el rubro reclamado por daño
patrimonial por el cobro de una boca adicional del servicio de televisión por
cable, conforme lo expuesto en el apartado VII) del presente dictamen.
3) Tercero, corresponde rechazar el rubro reclamado por daño
patrimonial por sobrefacturación, conforme lo expuesto en el apartado VIII) del
presente dictamen.
4) Cuarto, corresponde admitir el rubro por daño moral por la suma
reclamada de pesos nueve mil ($9.000), conforme lo expuesto en el apartado IX)
del presente Expediente Nro. 5912156 - 43 /dictamen.
5) Quinto, corresponde admitir el rubro por daño punitivo por la suma de
pesos ciento cincuenta mil ($150.000), conforme lo expuesto en el apartado X)
del presente dictamen.
6) Sexto, corresponde imponer las costas en su totalidad a la demandada,
conforme lo expuesto en el apartado XI) del presente dictamen”.
IV) Ingresando al análisis de los agravios expuestos en el recurso de
apelación planteado, advertimos que le asiste razón parcialmente a la parte
recurrente. Doy razones.
La primera cuestión sobre la que corresponde pronunciarse es la relativa
al derecho aplicable a la presente causa.
En este sentido, no se encuentra controvertida la existencia de una relación
de consumo entre el Sr. Carlos Alberto Castillo y Cablevisión S.A. la que además
está acreditada con las facturas y comprobantes de pago glosados a fs. 15/27,
28/39, lo que fue ratificado por el perito contador en su informe a fs. 266 vuelta.
Si bien al contestar la demanda la empresa accionada cuestiona la calidad
de consumidor del actor, ello no es de recibo pues tal como lo señaló la Fiscal de
Primera Instancia y la de Segunda, la alegación del Sr. Castillo en relación a las
molestias ocasionadas laboralmente por la falta de conexión a internet, son una
mera demostración de los inconvenientes generados, máxime cuando también se
acreditó en el beneficio de litigar sin gastos cuyas copias obran en autos (fs. 299),
15
que se encontraba desempleado y que realizaba algunas tareas como técnico
electricista.
Cabe agregar que la relación que une a las partes deriva de la prestación
de un servicio profesional, que incluye dos prestaciones: televisión por cable y
servicio de conexión a internet.
Sin lugar a dudas el servicio de televisión presenta un destino familiar y
para consumo final, pues tiene como objetivo el esparcimiento de los miembros
del hogar.
Ahora bien, la prestación de acceso a internet podría ser más cuestionada
en cuanto a su finalidad, pero aun considerando un destino “mixto”, en el caso
prevalece el destino final que agota la cadena de comercialización.
En síntesis, el actor engasta en la noción de “consumidor” del art. 1 de la
LDC y la empresa demandada en la de “proveedor” del art. 2 de dicho cuerpo
legal, lo que importa la existencia de una relación de consumo: art. 3 de la LDC y
art. 42 de la Constitución Nacional, que impone el análisis de la cuestión desde el
derecho del consumidor conformado por las normas y principios constitucionales
y legales de la LDC.
Al respecto vale tener especialmente en cuenta el principio de las “cargas
dinámicas de la prueba” que impone el art. 53 de la LDC, en atención a que la
mayoría de los agravios son relativos a la valoración de los elementos
diligenciados.
Al respecto, la norma citada consagra el principio del “solidarismo
probatorio” e impone a las partes el deber de probar a quien se encuentre en
mejores condiciones de hacerlo respecto a los diversos hechos de la causa.
Concretamente, la norma impone a los proveedores: “…aportar al proceso todos
los elementos de prueba que obren en su poder, conforme a las características
del bien o servicio, prestando la colaboración necesaria para el esclarecimiento
de la cuestión debatida en el juicio”.

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El fundamento de dicha manda se encuentra en el desequilibrio estructural
entre las partes de la relación de consumo, es decir, la profesionalidad del
proveedor, que es precisamente quien posee toda la información respecto al bien
o servicio que comercializa, por lo que, es quien se encuentra en mejores
condiciones de acreditar todo lo relativo a éstos, constituyendo una prueba
“diabólica” para el consumidor que no tiene acceso a dicha información ni a los
registros, archivos ni expertos con que sí cuenta aquél.
Con relación a las cargas dinámicas de la prueba Berizone aclaró que: “El
objetivo que se persigue es el de asegurar o, al menos, propender al
esclarecimiento de la verdad de los hechos que resulten decisivos para la más
justa solución de los conflictos” (ARAZI, Roland; BERIZONCE, Roberto O.;
PEYRANO, Jorge W.; Cargas probatorias dinámicas, LA LEY 01/08/2011, 3).
Por su parte, vale tener presente que el principio consumeril incorporado
en el art. 3 de la LDC, denominado “in dubio pro consumidor” es aplicable
también en materia de interpretación de la prueba. En consecuencia, ante la duda
respecto a si un determinado hecho se encuentra o no probado, deberá aplicarse
la presunción a favor del consumidor.
En definitiva, se trata que el proveedor acerque al proceso todos los
elementos de prueba de que dispone y que el consumidor no puede diligenciar,
en pos del esclarecimiento de la verdad de los hechos.
Todas estas apreciaciones realizadas serán consideradas al momento de
valorar los agravios relativos a prueba diligenciada en la causa.
En segundo lugar, corresponde considerar el planteo de nulidad de la
sentencia por la eventual falta de notificación del decreto por el que la
sentenciante retoma el estudio de la causa luego de haber dejado sin efecto la
licencia que le había sido concedida y la intervención del Dr. Pereyra Esquivel a
los fines de dictar resolución.
Desde esta perspectiva, a fs. 298 obra el decreto de fecha 5 de julio de
2016, por el cual la titular del Juzgado de 35° Nominación, Dra. María Cristina
17
Sanmartino de Mercado, dispone: “…Autos para resolver, previo emplazamiento
a todas las partes y peritos intervinientes a los fines de que manifiesten su
condición ante AFIP…”.
Por su parte, y luego de que cada una de las partes acompañe constancias
de su condición tributaria, a fs. 317 el propio actor presenta un escrito en el que
señala: “… vengo a acompañar cédulas de notificación debidamente
diligenciadas a la parte demandada y al perito oficial contador, Mariano
Antonio Gómez, del decreto de fecha 5 de julio de 2016, por lo que solicito a V.S.
pasen los autos a resolución definitiva”.
En este sentido, en autos consta la notificación del decreto de “Autos” al
Ministerio Público, fs. 306, a la empresa Cablevisión a fs. 315, al perito oficial a
fs. 316, y al actor quien fue precisamente quien diligenció estas notificaciones y
quien expresamente solicita el pase a resolución, tal como fue transcripto.
Con posterioridad, la titular del Juzgado entra en uso de licencia por salud,
tal como se advierte del certificado de fs. 363, por lo que, por decisión del Área
de Recursos Humanos, se remite la causa a Mesa de Entrada para su sorteo hasta
el reintegro de su titular (fs. 364).
Luego del sorteo, se avoca sólo a los fines de dictar resolución el Dr.
Osvaldo E. Pereyra Esquivel, con fecha 02/11/2016 (fs. 367), resolución que es
notificada a las partes y que justifica el pase a estudio de la causa.
Sin embargo, posteriormente, a fs. 373 la Dra. Sanmartino deja sin efecto
la designación del citado y pasa los autos a resolver (fs. 373).
Precisamente éste es el decreto que el actor considera que no ha sido
notificado a su parte y que lo agravia pues no pudo plantear la recusación de la
titular.
Ahora bien, este planteo no es de recibo, doy razones.
En primer lugar, y tal como lo señala la Fiscal de Cámaras, el decreto de
autos de fs. 298 fue notificado a todas las partes, por lo que, precluyó la

18
oportunidad para recusar sin expresión de causa, todo lo cual deja sin perjuicio al
actor (art. 77 del CPCC), lo que justifica el rechazo del planteo de nulidad.
Resulta trascendental destacar que la Dra. Sanmartino es la juez natural de
la causa, por lo que, tampoco genera agravio alguno su reincorporación, máxime
cuando –como se señaló- ya estaba firme el decreto de Autos.
En segundo lugar, el planteo en esta instancia del Sr. Castillo va contra sus
propios actos pues él mismo solicitó en dos oportunidades que pasen los autos a
resolver en definitiva, tal como se transcribió supra, sin alegar recusación alguna,
por lo que, mal puede en esta instancia apelativa quejarse al respecto. Cabe
insistir el mismo actor consintió el decreto de “Autos” y descartó la posibilidad
legal de recusar sin causa a la juez en dicha oportunidad.
En definitiva, corresponde desestimar el agravio de la parte actora relativo
a la nulidad de la sentencia.
La tercera cuestión sometida a decisión en esta Alzada es la relativa a la
procedencia del daño patrimonial reclamado de $305,66 como capital por
eventual cobro indebido de la “boca adicional” del servicio de cable desde
Octubre de 2013 que el actor alega nunca le fue informado.
La juez de grado rechazó la procedencia del rubro, lo que debe ser
confirmado por los siguientes motivos.
De las constancias de la causa, consta que en el reverso de las facturas
acompañadas por el actor (fs. 15 vuelta y ss.) la empresa imprime las
“Condiciones de provisión del servicio de televisión por cable y aire codificado
(MMDS- UHF)”, y en la primera de ellas expresamente dispone: “El servicio
básico de televisión por cable prestado por Cablevisión S.A., en adelante LA
EMPRESA, comprende una sola boca de conexión. Las bocas adicionales,
servicios Premium, codificados u otros que preste la empresa deberán ser
solicitados por EL CLIENTE por separado. En todos los casos EL CLIENTE
abonará los costos de conexión y tarifas mensuales correspondientes” (el
destacado me pertenece).
19
Por su parte, del informe pericial se desprende que de la registración de la
demandada se advierte que el Sr. Castillo cuenta con 3 bocas, siendo 2 instaladas
sin cargo y 1 con cargo, desde Octubre de 2013.
En consecuencia, y con respecto al concreto cobro por la boca adicional
que ambas partes reconocen que existe en el inmueble del actor, no puede
alegarse violación al deber de información por parte de la empresa que lo
consagró expresamente en dichas condiciones de la contratación y que recibió el
consumidor en las facturas de cada mes.
Desde otro costado, el Sr. Castillo se queja de la falta de aplicación de las
Resoluciones 43/2014 y 93/2014 de la Secretaría de Comercio del Ministerio de
Economía y Finanzas Públicas, y alega que no fueron atacadas de
inconstitucionales por la demandada en tiempo y forma, y argumenta que deben
regir los precios máximos fijados por el Estado en aquellas, en lo que justifica el
reclamo por “sobrefacturación”.
En este sentido, y siguiendo el detallado análisis de la Fiscal de Cámaras a
fs. 487/489, las Resoluciones relativas a la temática cuestionada son la 50/2010
en la que se fijan fórmulas para determinar el monto del abono que pagará
mensualmente el usuario del servicio de televisión paga; la 43/2014 que fija para
los meses de abril a junio de dicho año la suma de $152 mensuales; y la 93/2014
que prorroga la anterior hasta el mes de septiembre inclusive.
Ahora bien, tal como aclara la Fiscal, dichas Resoluciones se encuentran
suspendidas por diversas sentencias, incluso de la CSJN, a saber: Cámara
Federal de Apelaciones de Mar del Plata, en autos “La Capital Cable S.A. c.
Ministerio de Economía – Secretaría de Comercio Interior de la Nación” s/
Medida Cautelar, Expte. 12439, Corte Suprema de Justicia de la Nación, en:
“Municipalidad de Berazategui c. Cablevisión S.A. s/amparo”.
En definitiva, comparto la opinión de la titular del Ministerio Público que
señala que el reclamo de sobrefacturación resulta improcedente porque se

20
sustenta en normativa cuya aplicación fue suspendida por vía cautelar, en el
marco de procesos colectivos.
Por todo lo expuesto, corresponde rechazar la queja relativa a la
procedencia del rubro daño patrimonial por improcedente.
En cuarto lugar, cabe determina la procedencia del rubro daño moral que
la juez rechazó y que el actor considera que se encuentra suficientemente
acreditado.
A tal fin, lo primero que debe analizarse es la acreditación de los hechos
base de la presente acción, todo conforme las quejas relativas a la valoración de
la prueba por parte de la actora en su recurso de apelación.
De la lectura del libelo introductorio de la demanda (fs. 4 vuelta) se
advierte que el actor funda el daño moral en la falta de atención a sus quejas y
reclamos, sin que se haya reconocido dinero a su favor por la prestación
ineficiente del servicio, y especialmente se queja de la pérdida de tiempo por las
demoras en atención para realizar los reclamos que al final no tuvieron efecto
alguno (fs. 4 y vuelta).
Agrega que el accionar de la empresa fue con dolo y malicia, colocándolo
en situación de trato humillante de espera, generándole disgustos, malestares y
estrés, todo lo cual repercutió en su personalidad, y en definitiva, reclama la
suma de $9.000.
En esta instancia alega que el rubro fue rechazado por falta de valoración
de prueba dirimente, cuestión que impone el análisis de los elementos
diligenciados en la causa.
Cabe destacar que la propia empresa demandada reconoce el servicio
defectuoso presentado al Sr. Castillo, pues acompaña a fs. 107, 108 y 110/112
copias de las órdenes de trabajo realizadas en el domicilio por diversos reclamos
de aquél.
Si bien dichas constancias no resultan de fácil lectura por haber sido
escritas a mano, y por contener códigos numéricos, permiten leer a fs. 107 que el
21
día 03/5/2013 se realizó: “reconexión de acometida por conectores en mal
estado…”; a fs. 111 con fecha 19/11/2013: “en el momento de visita ok. Se
chequeó señal ok”; a fs. 111 bis y el 30/09/2013, “pase a reinstalación, inst.
modificada por atonado”; el 01/10/2013 consta a fs. 112 que se reinstalaron 3
bocas.
Por su parte, el perito contador informó a fs. 268, que de conformidad a la
copia de pantalla de los reclamos técnicos recibidos por la demandada, la actora
realizó los siguientes reclamos: “1) El día 9 de noviembre de 2012 se registró un
reclamo informado por IVR.- 2) El día 3 de mayo de 2013 se realizó un reclamo
de OT pedida por el técnico; 3) El día 10 de julio de 2013 se registró un reclamo
informado por IVR, 4) El día 1 de octubre de 2013 se realizó un reclamo porque
“cuando hay viento se ve mal la tv”, 5) El día 19 de noviembre de 2013 se
registró reclamo por “posible cable cortado”, 6) El día 10 de enero de 2014 se
registró reclamo por “constantes inconvenientes de señal y corte de servicio”.
Ahora bien, dichas constancias de la empresa coinciden con las fechas que
constan en las copias del chat acompañado por la parte actora vía “Facebook”,
que si bien no fueron sometidos a pericia técnica, sirven como indicio que
también confirma las diversas quejas realizadas por el Sr. Castillo.
En este sentido, no resulta procedente la alegación de la demandada
respecto a que no tiene relación con Facebook, pues la propia empresa en sus
facturas –en el reverso, ver fs. 15/19 todas vta.- informa a sus clientes que tiene
disponible una cuenta en dicha red social con el nombre de “Cablevisión
Argentina /Fibertel”.
Asimismo, ingresando a Facebook se confirma la existencia de dicha
cuenta, en la que se informa bajo el título “Our story. Políticas de uso”: “Esta es
la página oficial de Cablevisión y Fibertel en Facebook, es un espacio creado
para informar sobre novedades y beneficios especiales para nuestros clientes y
Fans…”, y dentro de la opción “Información” figura como teléfono: “0810-122-
2225”, como sitio web: http://cablevisionfibertel.com.ar; en “Descripción”
22
expresamente aclara: “¡Atención al cliente las 24 hs y todo lo que hace que la
TV por Cable e Internet estén tan buenas!”.
En consecuencia, y también aplicando el principio “in dubio pro
consumidor” que tal como referimos tiene vigencia en materia de prueba, los
reiterados reclamos realizados por los diversos medios de comunicación deben
tenerse por ciertos.
Al respecto, cabe reiterar que en virtud del art. 53 de la LDC, el proveedor
tiene el deber de acompañar al proceso toda la prueba que obre en su poder,
prestando la colaboración necesaria para el esclarecimiento de la cuestión
debatida en el juicio, lo que no fue cumplido por Cablevisión que constantemente
asumió una conducta contraria a dicha manda y sólo negó cada pedido del
tribunal con diversos argumentos, sin aportar prueba dirimente a la que sólo la
empresa tiene acceso.
En esta línea, se resolvió que: “Una empresa de telecomunicaciones es
responsable ante los daños derivados de la defectuosa prestación del servicio,
pues no logró acreditar que lo hubiera prestado en la debida forma para librarse
de la responsabilidad objetiva que establece la ley 24.240, máxime cuanto tiene
una relación contractual dominante, con el manejo de todos los medios técnicos
para acreditar o desvirtuar los hechos expuestos en la demanda” (CCC de Jujuy,
Sala I, 28/3/2013, “Diez Yarade, Oscar Matías c. Telecom S.A. s. sumarísimo
por acción de defensa del consumidor, AR/JUR/3412/2013).
Concretamente resulta reprochable a la empresa demandada que: 1) no
explicó el contenido de las órdenes de trabajo por ella misma acompañadas a fs.
107/108 y 110 a 112; 2) ofreció como testigo a los técnicos que asistieron a la
casa del Sr. Castillo, pero no diligenció dicha prueba; 3) se negó a la intimación
de acompañar documentación para su exhibición, ordenada por la juez de grado a
fs. 121, alegando, a fs. 127, “que los libros contables se encuentran en la sede
social”, que “Cablevisión no tiene obligación legal de grabar las llamadas
siendo que éstas son aleatorias para control de calidad…y que no hay
23
constancias respecto al actor…”, y que respecto a los reclamos en Facebook “no
tiene relación con ella”; 4) cuando se ordena la absolución de posiciones del
Presidente del Directorio de Cablevisión, Sr. Alejandro Alberto Urricelqui, a fs.
140, expresamente se opone –a fs. 146- ya que afirma que éste “no ha tenido
conocimiento directo de los hechos de la litis, oponiéndose a la confesional”, y
ofrece al apoderado de la empresa a tal fin, pese a lo cual, al diligenciarse la
prueba el Dr. Cancio contesta a la mayoría de las posiciones que: “No le consta”
y aclara que es “abogado externo de la empresa”; 5) contesta a fs. 142 que no fue
posible localizar antecedentes de los reclamos del actor, ni acompañar copia del
contrato puesto que se perfeccionó telefónicamente.
De todas estas circunstancias cabe destacar la relativa a la prueba
confesional y sus consecuencias. En este punto, el art. 219 del CPCC
expresamente regula el caso de la persona jurídica, y admite la oposición a la
absolución del representante elegido por el oferente de la prueba, pero aclara en
el último párrafo que hecha la opción a favor de otra persona, si el absolvente
manifiesta en la audiencia que ignora los hechos, se tendrá por confesa a la parte
que representa, apercibimiento que es aplicable al caso de autos.
En consecuencia, y tal como lo señala la Sra. Fiscal de Cámaras a fs. 491
vuelta, vale tener por ciertas las posiciones relativas a: que el Sr. Castillo tenía
inconvenientes con la calidad del servicio de cable, que la empresa envió en
varias oportunidades a los técnicos para que solucionen el problema, que recién
después de varios meses y de innumerables reclamos, la demandada derivó al
Área de Redes para verificar el inconveniente, que el servicio de internet ha
sufrido micro cortes y afecta a varios usuarios, que la velocidad de internet no
alcanza a ser la que ofrecen en las publicidades y que es una tasa variable distinta
en cada día y horario pero que jamás es constante, a todo lo cual el apoderado de
Cablevisión, que la propia empresa ofreció como sustituto para absolver
posiciones respecto del Presidente, contestó “Que no es cierto, no me consta”,
por lo que, debe tenerse todo como confesado por la demandada.
24
Por su lado, y con respecto a la queja por falta de valoración de las
constancias eventualmente contenidas en el CD ofrecido por el actor, cabe
señalar que si bien sería de recibo, el agravio se torna abstracto pues del resto de
las pruebas valoradas se tiene por acreditada la deficiente prestación del servicio
por Cablevisión.
En definitiva, de la totalidad de las constancias reseñadas se advierte que
se encuentra acreditada la deficiencia en la prestación del servicio de TV por
Cable prestado por Cablevisión, cómo mínimo desde noviembre de 2012 y
hasta enero de 2014, y también el de internet, así como también los constantes
reclamos del Sr. Castillo a fin de que fueran solucionados (de la pericia constan
seis reclamos y de las copias del chat de Facebook: once), es decir, la empresa
incumplió el contrato y vulneró el art. 19 de la LDC que le impone:
“Modalidades de Prestación de Servicios. Quienes presten servicios de cualquier
naturaleza están obligados a respetar los términos, plazos, condiciones,
modalidades, reservas y demás circunstancias conforme a las cuales hayan sido
ofrecidos, publicitados o convenidos”.
Valorada la prueba diligenciada en la causa respecto al incumplimiento de
los deberes del proveedor, corresponde ingresar al análisis del daño moral
solicitado por el actor.
Al respecto, el actor se queja del rechazo de la valoración de la prueba
testimonial de los Sres. Claudio Rubén Maldonado a fs. 202/3 y Dardo Ramiro
Leguizamón a fs. 206, pues la juez consideró que los absolventes pretendían
beneficiar al actor por ser sus amigos.
Sin embargo, corresponde admitir la queja del Sr. Castillo, y valorar
dichos testimonios, pues conforme lo señaló la Fiscal de Cámaras, el hecho de
los desperfectos en la prestación del servicio ocurre dentro del hogar del actor,
por lo que, resulta imposible que un tercero ajeno a su familia o relaciones de
amistad ingrese a utilizar la TV por cable o internet. En consecuencia, no resulta

25
ajustado a derecho exigir al actor testigos desconocidos por él para acreditar estas
circunstancias en especial.
En definitiva, los testimonios de los Sres. Maldonado y Leguizamón
deben ser admitidos y valorados.
A tal fin, el Sr. Maldonado a fs. 202/3 luego de afirmar que le constan las
deficiencias de los servicios prestados por Cablevisión/Fibertel, destacó que
cuando querían ver un partido y no lo conseguían por dichos desperfectos: “Que
se indignaban o les daba bronca de no poder ver la imagen pero a Castillo le
pasaba peor, le daba más bronca. Decía que tenía que pagar un servicio que no
recibía porque no podía ver televisión”.
Por su parte, Leguizamón depone a fs. 206, responde que el no ver la
imagen generaba en la persona la idea de maldecir, y que sabe que el Sr. Castillo
reclama y no tenía respuesta.
De todo lo dicho se deriva que el hecho de reclamar reiteradamente y por
diversos medios por casi dos años, sin obtener la solución de los desperfectos,
indudablemente genera malestares, disgustos y sensación de impotencia, todo lo
cual afecta los sentimientos y personalidad de cualquier persona.
Ahora bien, esta situación de impotencia y falta de respuesta a sus
reclamos se agudizó en el Sr. Castillo, quien decidió iniciar el presente pleito,
con todas las consecuencias que ello implica: buscar un abogado, poner a
disposición la prueba que posee, estar pendiente de su desarrollo, etc., lo que
además de las molestias e incertidumbres ocasionadas, indudablemente importa
una gran pérdida de tiempo en dichas condiciones.
En este sentido, la doctrina especializada en derecho del consumidor, que
se comparte, destacó que: “Muchas veces, por estas cuestiones, los consumidores
deben dejar de atender sus cuestiones personales (trabajo, estudio u otras
obligaciones) o renunciar a disponer libremente de su tiempo para embargarse
en fatigosos reclamos, llamadas a centros de atención telefónica
despersonalizados, cuando no a un verdadero peregrinar a oficinas de atención
26
al cliente, servicios técnicos, organismos de defensa del consumidor, abogados,
asociaciones de consumidores, etc., con las consiguientes erogaciones de
traslados, costos, llamadas telefónicas, gastos administrativas, entre otros,
sumado al preciado bien del tiempo…Entendemos que no resulta necesario
fundamentar la importancia de la disposición del tiempo para el desarrollo de
actividades productivas que provean el sustento de una persona y su familia en
un mercado complejo, competitivo y flexibilizado como el que atravesamos en
estos tiempos. Por consiguiente, la pérdida del tiempo resulta un perjuicio
indemnizable cuando esa pérdida, ajena a su voluntad, esta originada por la
acción u omisión de un tercero que cause un daño a una persona”
(BAROCELLI, Sergio S., El valor tiempo como menoscabo a ser reparado al
consumidor. Su cuantificación, publicado en: http://www.acaderc.org.ar/).
El autor citado agregó que: “La pérdida de tiempo implica también un
desgaste moral y un trastorno espiritual para el consumidor, quien debe
desatender sus obligaciones para enfrascarse en una lucha en la que está casi
siempre en clara desigualdad de condiciones frente al proveedor, en razón de la
debilidad y vulnerabilidad estructural en que se sitúan los consumidores en las
relaciones de consumo…”; y citando a Zavala de González agregó que:
“….resulta encomiable reconocer un daño moral por pérdida injustificada de
tiempo el cual es vida y libertad ya que éste resulta jurídicamente significativo al
margen de su función instrumental para logros existenciales y económicos.
Señala la autora citada que, en estos supuestos, en la persona emerge un
sentimiento de "cosificación", de: no ser tratado dignamente, aunque no haya
lesión de otros intereses espirituales (es decir, ninguna particular urgencia para
llegar a destino)”.
En el caso de autos, y con respecto al tiempo transcurrido, ya señalamos
que hasta el inicio de la presente causa, el actor reclamó por casi dos años (cómo
mínimo desde noviembre de 2012 y hasta enero de 2014) sin obtener respuesta
alguna, y sin haber llegado a una solución en instancia de mediación por
27
desistimiento de la empresa. Es decir, desde el 2012 hasta la actualidad el actor
sigue en conflicto por la mala prestación del servicio de televisión por cable e
internet.
Por otro lado, toda esta situación descripta vulnera abiertamente la manda
constitucional (art. 42 de la CN) y legal (art. 8 bis de la LDC) que impone el
trato digno al consumidor por parte de los proveedores, y expresamente señala
la última de las normas citadas que: “Los proveedores deberán garantizar
condiciones de atención y trato digno y equitativo a los consumidores y
usuarios….”, lo que no se verificó en el caso de autos, por lo que, podría resultar
de aplicación la última parte del artículo que habilita la aplicación de la sanción
del daño punitivo para la violación del deber impuesto, cuestión que se analizará
en apartados siguientes por tratarse de un agravio específico.
Del todo el análisis efectuado se concluye que le asiste razón al Sr.
Castillo, por lo que, cabe admitir su queja y declarar procedente el reclamo por
daño moral.
Respecto a su cuantificación, el actor reclama la suma de $9.000 con más
actualizaciones e intereses.
En este sentido, la CSJN ha reiterado que en materia de daños rige el
principio de la reparación plena o integral, y expresamente resolvió que:
“…Dicha reparación no se logra si el resarcimiento —producto de utilización de
facultades discrecionales de los jueces— resulta en valores insignificantes en
relación con la entidad del daño resarcible (fallos: 314:729, consid. 40;
316:1949, consid. 4° y 335:2333; entre otros; CSJN, Ontiveros, Stella Maris c.
Prevención ART SA y otros s/ accidente - inc. y cas., 10/08/2017, La Ley Online,
cita Online: AR/JUR/50672/2017).
Del análisis de la jurisprudencia en la materia se advierte que en un caso
similar, se mandó a abonar en el año 2008 la suma de pesos $2.700 con más
intereses (CC Neuquén, sala I, “Baiza, Mónica y ots. c. Cablevisión S.A. y
Palacios y Gutiérrez Producciones S.A.”, 27/05/2008, AR/JUR/4614/2008),
28
mientras que en esta Circunscripción –tal como citó la Fiscal a fs. 492 vuelta- se
condenó en el 2014 por $10.000 (Juzgado de Primera Instancia y 18°
Nominación Civil y Comercial, “Martínez, Cristian Darío c. AMX Argentina
S.A. Abreviado, otros. Recurso de apelación, Expte. 2253821/36).
De la valoración de las particularidades del caso de autos, y en especial, de
la cantidad de reclamos insatisfechos del actor y el tiempo transcurrido, se
concluye que resulta ajustado a derecho y a los parámetros actuales económicos
cuantificar el daño moral del Sr. Castillo en la suma reclamada de $9.000, con
más intereses desde el día de la mora, es decir: del primer reclamo de fecha 9 de
noviembre de 2012, conforme la tasa pasiva que publica el BCRA con más el 2%
nominal mensual.
Por último, se analizará la queja relativa al daño punitivo que el actor
solicitó por $300.000, el que fue rechazado por la juez de grado, y que la Fiscal
de Cámaras considera procedente por la suma de $150.000.
El daño punitivo es una sanción pecuniaria que la LDC prevé en el art. 52
bis de la LDC que reza: “Al proveedor que no cumpla sus obligaciones legales o
contractuales con el consumidor, a instancia del damnificado, el juez podrá
aplicar una multa civil a favor del consumidor, la que se graduará en función de
la gravedad del hecho y demás circunstancias del caso, independientemente de
otras indemnizaciones que correspondan. Cuando más de un proveedor sea
responsable del incumplimiento responderán todos solidariamente ante el
consumidor, sin perjuicio de las acciones de regreso que les correspondan. La
multa civil que se imponga no podrá superar el máximo de la sanción de multa
prevista en el artículo 47, inciso b) de esta ley”.
El daño punitivo tiene una doble finalidad: preventiva y punitiva, tal como
lo explicó Pizarro al señalar que se trata de: “sumas de dinero que los tribunales
mandan a pagar a la víctima de ciertos ilícitos, que se suman a las
indemnizaciones por daños realmente experimentados por el damnificado, que
están destinados a punir graves inconductas del demandado y a prevenir hechos
29
similares en el futuro" (el destacado me pertenece, Pizarro, Ramón Daniel, Daño
Moral, p. 453, Hammurabi, Bs.As., 1996).
La doctrina especializada ha debatido los requisitos que deben concurrir a
los fines de la procedencia del daño punitivo, los que Galdós reseña como los
siguientes: 1) petición de parte -pues no procede de oficio- es decir por el
consumidor dañado; 2) la existencia de un daño efectivo, 3) que exista entre las
partes una relación de consumo; 4) la presencia de un elementos subjetivo del
dañador, es decir, una culpa agravada (GALDÓS, Jorge M. Los daños punitivos
en la Ley de Defensa del Consumidor, en: Tratado de Derecho del Consumidor,
Gabriel Stiglitz y Carlos A. Hernández: Directores, Tomo III, Buenos Aires, La
Ley, 2015, pág. 286/290).
Merece especial alusión el requisito del factor de atribución subjetivo
respecto a la conducta del proveedor, pues así lo fijó nuestro Máximo Tribunal
Provincial.
Concretamente, la Sala Civil y Comercial del Tribunal Superior de
Justicia, confirmó el precedente dictado por la Cámara Tercera en “Teijeiro” en
donde se resolvió que no basta el sólo incumplimiento para la condena por daño
punitivo, sino que es necesario un reproche de índole subjetivo y calificado (CCC
3° de Córdoba, “Teijeiro (o) Teigeiro, Luis Mariano c. Cervecería y Maltería
Quilmes S.A.I.C.A. y G.”, 17/4/12).
Por su parte, en la doctrina parece haber consenso en afirmar que la
aplicación de los daños punitivos se encuentra condicionada a la existencia de
una conducta especialmente reprochable y cualquier actuación meramente
negligente o culpable no dará lugar a la multa civil prevista en el artículo 52 bis
en análisis. Se sostiene que la aplicación del instituto es de carácter excepcional y
de naturaleza restrictiva y que solo procede cuando el proveedor incumpla sus
obligaciones con dolo, culpa grave, malicia, cuando el comportamiento importe
un desprecio inadmisible para el consumidor" (CNCOM, Sala F, "R., S. A. c.
Compañía Financiera Argentina S.A.", 10 de mayo de 2012, elDial AA769F,
30
Otaola, María Agustina, “La Justificación de los Daños Punitivos en el Derecho
Argentino”, Publicado en: Revista de la Facultad -UNC- 2014-1 , 135, Cita
Online: AR/DOC/1484/2014). Es necesario entonces para la procedencia del
daño punitivo, que exista una conducta deliberada por parte del proveedor, es
decir, a la luz de un factor de atribución subjetivo calificado (culpa grave o dolo).
Tal tesitura, como se dijo, es avalada por la doctrina mayoritaria a nivel nacional
(López Herrera, Edgardo, "Daños punitivos en el derecho argentino. Art. 52 bis,
ley de defensa del consumidor", Lexis n° 0003/013877; Vergara, Leandro, "La
multa civil. Finalidad de prevención. Condiciones de aplicación en la legislación
argentina", Revista de Derecho de Daños, 2011-2-329; HERNÁNDEZ, Carlos A.
- SOZZO, Gonzalo, "La construcción judicial de los daños punitivos.
Antecedentes y funciones de la figura en Argentina", Revista de Derecho de
Daños, 2011-2-361; ARIZA, Ariel, "Contrato y responsabilidad por daños en el
derecho del consumo", en ARIZA, Ariel (coord.), La reforma del régimen de
defensa del consumidor por ley 26.361, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2008, p.
134/135; ELÍAS, Ana I., "Daño punitivo: derecho y economía en la defensa
consumidor", en ARIZA, Ariel (coord.), La reforma..., cit., p. 153; MOISÁ,
Benjamín, "Los llamados 'daños punitivos' en la reforma a la ley 24.240", RCyS,
agosto de 2008, p. 38; COSSARI, Maximiliano N. G., "Problemas a raíz de la
incorporación de los daños punitivos al ordenamiento jurídico argentino", LL,
3/12/2012, p. 3; STIGLITZ, Rubén S. - PIZARRO, Ramón D., "Reformas a la
Ley de Defensa del Consumidor", LL, 16/3/2009, p. 4/5; JUNYENT BAS,
Francisco - GARZINO, María C., "Daño punitivo. Presupuestos de aplicación,
cuantificación y destino", LL, 19/12/2011, p. 4., citados por Picasso, Sebastián en
“Objeto extraño en una gaseosa y los "daños punitivos"”, Publicado en: LA LEY
25/06/2014, 5 • LA LEY 2014-D, 24 ).
A la luz de los lineamientos señalados procederé al análisis de las
constancias obrantes en la causa a los fines de dilucidar si se detectan los
presupuestos reseñados.
31
En primer lugar, existe una relación de consumo derivada de la
contratación del servicio de cable e internet entre las partes; por su parte, el
consumidor solicitó expresamente al demandar la sanción del daño punitivo, la
que cuantificó en la suma de $300.000 (fs. 6 y ss.); además, ya se concluyó
respecto a la acreditación del daño efectivo causado al actor por la deficiente
prestación del servicio durante casi dos años por parte de Cablevisión (art. 19 de
la LDC), así como también respecto a la violación al deber de trato digno y
equitativo al consumidor (art. 42 de la CN y art. 8 bis de la LDC).
Con respecto al factor de atribución subjetivo que se requiere para la
procedencia de la sanción, adelanto opinión en sentido que se verifica en la
causa, doy motivos.
La demandada prestó un servicio defectuoso durante un mínimo de dos
años al Sr. Castillo, sin dar una solución efectiva y definitiva al problema, de
modo consiente pues constan los innumerables reclamos que el actor realizó ante
la empresa, obligándolo a iniciar el presente pleito.
En este sentido, se pronunció el Superior Tribunal de Jujuy al señalar que
“los reiterados reclamos sin respuesta alguna, durante más de dos años,
demuestra un abuso de posición de poder del proveedor que evidencia un
menosprecio grave de los derechos del actor, ya que existió una grosera
negligencia demostrada en la manifiesta indiferencia ante las continuas
denuncias efectuadas, en primer lugar ante la empresa, luego en sede
administrativa y ahora judicial” (“Recurso de inconstitucionalidad interpuesto en
expte. N° a-53.893/12 (Sala IV- Cámara Civil y Comercial) Amparo: Montaldi,
Juan José c. Telecom Argentina S.A. por violación a la ley 24.240, sentencia del
30/10/2012)
Además, incumplió con el deber de trato digno al consumidor –tal como
se analizó en apartados anteriores a donde remito en honor a la brevedad- lo que
expresamente autoriza la aplicación del daño punitivo: art. 8 bis de la LDC,
último párrafo.
32
A lo dicho cabe agregar la conducta procesal de la demandada, cuestión
también analizada precedentemente de manera detallada, pero que vale insistir no
prestó la colaboración necesaria para el esclarecimiento de los hechos base de la
presente acción, sino que por el contrario, dificultó dicho camino no
acompañando prueba dirimente que obraba en su poder y que era de imposible
diligenciamiento para el consumidor. Es decir, la demandada no colaboró de
modo alguno con la producción de la prueba, máxime cuando expresamente el
art. 53 de la LDC impone las cargas dinámicas de la prueba, y que en la causa el
tribunal se lo requirió de modo concreto, lo que también importa un menosprecio
a los derechos del consumidor.
En definitiva, desde el 2012 (primer reclamo del actor) hasta la actualidad
no ha solucionado el problema del consumidor, ni la empresa ha ofrecido
descuento o compensación alguna a éste, sino que por el contrario, con desidia,
destrato e intencionalidad ha obligado al Sr. Castillo a recurrir a instancias
judiciales para obtener una respuesta a la deficiente prestación de los servicios
contratados.
En consecuencia, de las afirmaciones vertidas se advierte que
efectivamente existe una culpa grave y/o dolo por parte de Cablevisión en su
accionar respecto a la deficiente prestación de los servicios prestados al actor, es
decir, una conducta reprochable subjetivamente que justifica la procedencia del
daño punitivo.
Dicho esto, corresponde cuantificar el mismo, para lo cual, debemos
valorar, la cantidad de tiempo que le han insumido al consumidor los distintos
reclamos y, en especial, la conducta desaprensiva de las demandadas, factores
que influyen notoriamente en la conducta punible que aparece como un grave
menosprecio para el consumidor y que son tenidos en cuenta para establecer el
monto final por el cual procede la indemnización.
También debe tenerse en cuenta la envergadura de la empresa demandada,
que constituye un hecho notorio y, necesariamente debe ser merituado para
33
estimar si la multa mandada a pagar resulta suficiente para disuadir a los
proveedores de la conducta en cuestión.
A la luz de lo expuesto y de la gravedad de la conducta desplegada por los
proveedores, comparto lo señalado por la Fiscal de Cámaras respecto a que
correspondería un monto equivalente a $150.000.
Por ello, corresponde hacer lugar al agravio que nos ocupa, acogiendo el
rubro daño punitivo por la suma de pesos ciento cincuenta mil ($150.000) a
favor de la parte actora.
En último lugar, corresponde analizar la queja relativa al criterio de
imposición de costas.
Atento a que lo resuelto importa una alteración de la base regulatoria,
corresponde dejar sin efecto las regulaciones de honorarios practicadas por la
juez de grado, y ordenar se proceda a realizar nuevas estimaciones para los
profesionales intervinientes.
No puede soslayarse que la distribución de las costas también debe ser
valorada teniendo en cuenta que integran la indemnización de los daños y
perjuicios y, como tal, no deben vulnerar el derecho a una indemnización integral
a favor del actor. Es por ello que, pese a existir vencimientos recíprocos, se
insiste en que no debe realizarse un cálculo meramente matemático, sino que
debe prevalecer un criterio jurídico.
Por ello, cabe admitir parcialmente la queja del actor e imponer las costas
en un 90% a cargo de la parte demandada, y en un 10% a cargo de la actora, a
cuyo fin, se regulan los honorarios de esta instancia del Dr. Carlos Alberto
Castillo en el cuarenta por ciento (art. 40 de la ley 9459) del término medio de la
escala del art. 36 de ley 9459, y de los Dres. Gerardo F. Viramonte Moyano y
Gerardo P. Viramonte, en conjunto y en proporción de ley en el cuarenta por
ciento (art. 40 de la ley 9459) del término medio de la escala del art. 36 de ley
9459, todo sobre lo que ha sido materia de agravio.

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EL SEÑOR VOCAL RAFAEL ARANDA A LA PRIMERA CUESTION
PLANTEADA DIJO: Que adhiere en un todo al voto emitido por la Señora
Vocal Claudia E. Zalazar.-
EL SEÑOR VOCAL RICARDO BELMAÑA A LA PRIMERA CUESTION
PLANTEADA DIJO: Que adhiere en un todo al voto emitido por la Señora
Vocal Claudia E. Zalazar.-
LA SEÑORA VOCAL CLAUDIA ZALAZAR A LA SEGUNDA CUESTIÓN
PLANTEADA DIJO: propongo: 1) Admitir parcialmente el recurso de apelación
de la parte actora. 2) Rechazar los agravios relativos a la nulidad de la sentencia y
el daño patrimonial. 3) Admitir las quejas referidas a la falta de valoración de
prueba, revocar la sentencia de primera instancia en cuanto rechaza el daño moral
y el daño punitivo, y en consecuencia, admitirlos condenando a la parte
demandada Cablevisión S.A. a abonar a la actora la suma de pesos nueve mil
($9.000) en concepto de daño moral, con más intereses de conformidad al
considerando respectivo, y la suma de pesos ciento cincuenta mil ($150.000) por
daño punitivo. 4) Modificar el criterio de imposición de costas de Primera
instancia, las que deberán estimarse nuevamente, e imponer las de esta Alzada en
un 90% a cargo de la parte demandada, y en un 10% a la actora, a cuyo fin, se
regulan los honorarios de esta instancia del Dr. Carlos Alberto Castillo en el
cuarenta por ciento (art. 40 de la ley 9459) del término medio de la escala del art.
36 de ley 9459, y de los Dres. Gerardo F. Viramonte Moyano y Gerardo P.
Viramonte, en conjunto y en proporción de ley en el cuarenta por ciento (art. 40
de la ley 9459) del término medio de la escala del art. 36 de ley 9459, todo sobre
lo que ha sido materia de agravio.
EL SEÑOR VOCAL RAFAEL ARANDA A LA SEGUNDA CUESTION
PLANTEADA DIJO: Que adhiere en un todo al voto emitido por la Señora
Vocal Claudia E. Zalazar.-

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EL SEÑOR VOCAL RICARDO BELMAÑA A LA SEGUNDA CUESTION
PLANTEADA DIJO: Que adhiere en un todo al voto emitido por la Señora
Vocal Claudia E. Zalazar.-
A mérito del resultado de la votación precedente.-
SE RESUELVE: 1) Admitir parcialmente el recurso de apelación de la
parte actora. 2) Rechazar los agravios relativos a la nulidad de la sentencia y
el daño patrimonial. 3) Admitir las quejas referidas a la falta de valoración
de prueba, revocar la sentencia de primera instancia en cuanto rechaza el
daño moral y el daño punitivo, y en consecuencia, admitirlos condenando a
la parte demandada Cablevisión S.A. a abonar a la actora la suma de pesos
nueve mil ($9.000) en concepto de daño moral, con más intereses de
conformidad al considerando respectivo, y la suma de pesos ciento cincuenta
mil ($150.000) por daño punitivo. 4) Modificar el criterio de imposición de
costas de Primera instancia, las que deberán estimarse nuevamente, e
imponer las de esta Alzada en un 90% a cargo de la parte demandada, y en
un 10% a la actora, a cuyo fin, se regulan los honorarios de esta instancia
del Dr. Carlos Alberto Castillo en el cuarenta por ciento (art. 40 de la ley
9459) del término medio de la escala del art. 36 de ley 9459, y de los Dres.
Gerardo F. Viramonte Moyano y Gerardo P. Viramonte, en conjunto y en
proporción de ley en el cuarenta por ciento (art. 40 de la ley 9459) del
término medio de la escala del art. 36 de ley 9459, todo sobre lo que ha sido
materia de agravio. Protocolícese, hágase saber y bajen.-

36
AUTO NUMERO: 408

En la ciudad de Córdoba, a los veintidós días del mes de Junio de Dos mil veintiuno
(22/06/2021).— Y VISTOS: los autos caratulados: “PRIOTTO, ANALIA
c/CORDES, FEDERICO JAVIER Y OTROS – EMBARGO PREVENTIVO –
Expte. 7821507 (Iniciados el 11/12/2018), de los que resultan: 1°) Que con fecha
16/12/2020 comparecen los Sres. SILVINA ESTER DERDOY – DNI 20.395.018;
MARIA DEL CARMEN ORTOLANI – DNI 5.759.236 y FEDERICO JAVIER
CORDES – DNI 20.622.604 y solicitan la cancelación del embargo sobre los vehículos
de su propiedad, con especial imposición de costas a la actora. Manifiestan: “…Que
atento haber sido embargados vehículos de nuestra propiedad a solicitud de la actora,
venimos en tiempo y forma, a solicitar la cancelación del embargo, con especial
imposición de costas a la actora.- Fundamos la presente petición en lo normado en el
art. 465 del CPCC que textualmente ordena: “Si la medida cautelar se hubiere decretado
antes de la demanda, el peticionante deberá promoverla dentro de los días posteriores a
aquel en que la medida se trabó…Vencido ese plazo el afectado podrá pedir su
cancelación…”.- Siendo ello así y tal como surge de las constancias de autos en cuanto
informan la efectiva toma de razón por parte de los registros nacionales de propiedad
del automotor, ha vencido con creces el plazo legal fijado por la norma de referencia.-
Es por lo expuesto que es pertinente la cancelación de la medida cautelar de embargo
ordenada sobre los tres (3) vehículos de propiedad de los embargados…”.----
- 2°) Impreso trámite de ley a fs. 128, la parte actora con fecha 20/04/2021 evacúa la vista
corrida con motivo de la petición efectuada, solicitando su rechazo con costas. Sostiene
que: “…2. Como aclaración preliminar resulta importante destacar los antecedentes que
surgen de las constacias de los presentes actuados como de los autos caratulados
“PRIOTTO ANALIA C/CORDES FEDERICO JAVIER Y OTROS – PRUEBA
ANTICIPADA (expte 7024548)” que demuestran, por sí solos, que no se configura en
autos el presupuesto de caducidad previsto por el art. 465 del CPCC.- Con fecha 22.3.18
mi parte dio inicio al proceso de Prueba Ancipada consistente en prueba pericial la cual
fue definitivamente agregada en autos con fecha 3.12.18.- Con fecha 19.12.18 V.S.
autoriza los embargos preventivos peticionados, esto es, con la prueba anticipada ya en
trámite y con fecha posterior se diligencian los respectivos oficios (ver fs. 29/31).- Con
fecha 6.2.19 se da inicio al proceso de mediación previa judicial obligatoria la que
finaliza con su acta protocolizada con fecha 4.3.20.- El día 10.3.20 la Dra. Castelló
promueve incidente de perención de instancia en la Prueba Anticipada lo que es resuelto
a favor de mi parte en fecha 24.2.21, quedando firme y consentida dicha resolución.- Con
fecha 17.12.20 los demandados solicitan la caducidad de las medidas cautelares petición
que recién es notificada a mi parte con fecha 19.4.21.- Previo a dicha notificación, con
fecha 13.4.21 mi parte ya había ingresado la demanda en autos (Prueba Anticipada) la
que, solo a los fines del ordenamiento informático de compensación de causas del Poder
Judicial, V.S. ordenó que se reingrese como nuevo expediente (proveído del 16.4.21), lo
que ya fue cumplimentado (20.4.21).- Consecuentemente surge de las constancias de
autos que no se configura la caducidad interpuesta ya que toda la actividad procesal
desarrollada por mi parte a fin de la interposición de la demanda fue efectuada en tiempo
y forma y con el único y claro objetivo de avance del proceso judicial sumada a que la
efectiva interposición de la demanda se efectuó con fecha anterior a la notificación a mi
parte del pedido de caducidad.- Reitero la actividad procesal desplegada, instando el
trámite, demuestra acabadamente que no existe ni se configura el presupuesto de
caducidad del art. 465 del CPCC ya que se siguió en tiempo y forma el camino procesal
adecuado para la interposición de la demanda (Prueba Anticipada – Mediación –
Tramitación y Resolución de Perención de Instancia – Demanda).- 3.- Surge así
entonces, como dije, que no se configuran los presupuestos de caducidad que determinen
la procedencia del levantamiento de las medidas cautelares por lo que pido un
pronunciamiento expreso de V.S. en tal sentido, con costas.- Tal como nos enseña Vénica,
cuando el art. 465 se refiere a la “demanda”, debe entenderse en sentido amplio y no
caer así en el rigorismo formal que provocaría la vulneración de los derechos de defensa,
debido proceso y propiedad.- “El vocablo demanda se entiende en sentido amplio, a
semejanza de lo ocurre con el art. 3987 CC, o sea toda actuación que demuestre
inequívocamente la voluntad del actor de hacer valer sus derechos y que vincule
procesalmente al contrario” (Autor citado, Cod. Proc. Civ y Com. Tomo IV, pag. 379).-
Tal como aconteció en los presentes actuados, mi parte llevó adelante, en tiempo y forma,
y con intervención de los demandados, todos los pasos procesales previos a la
interposición de la demanda, incluida esta última.- “La palabra “demanda” está tomada
en su acepción amplia, como el acto procesal mediante el cual el sujeto obre la instancia
judicial y solicital al tribunal la protección de un interés legítimo de contenido
patrimonial respecto del otro sujeto…” (Mario Martínez Crespo, Código Procesal Civil
y Comercial, Ed. Advocatus, Pag. 553).- Asimismo, hacer lugar a la petición de los
demandados implicaría la desprotección de mi derecho indemnizatorio ya que los únicos
bienes que lo garantizan, son los automotores embargados en autos.- En el hipotético
caso en el que V.S. entendiera que fuera procedente la caducidad peticionada,
determinaría encontrarnos frente a un desgaste jurisdiccional y económico innecesario
ya que, habiendo mi parte interpuesto ya la demanda podría solicitar nuevas medidas
cautelares sobre los mismos tal como lo hago más abajo cuando solicito la ampliación
de las mismas.- En conclusión, reitero, no se configuran en autos los presupuestos
formales ni sustanciales para hacer lugar al pedido de caducidad de embargos formulaos
por los demandados por lo que pido el rechazo del planteo formulado.-“. Ofrece prueba
documental-instrumental. Solicita ampliación de las medidas cautelares.---- 3°) Dictado
el decreto de autos con fecha 05/05/2021 (fs. 138) y encontrándose firme el mismo, queda
la causa en estado de ser resuelta.--------- Y CONSIDERANDO: I) Que debe decidirse
respecto al pedido de caducidad de embargo deducido por los demandados,
Sres. SILVINA ESTER DERDOY – DNI 20.395.018; MARIA DEL CARMEN
ORTOLANI – DNI 5.759.236 y FEDERICO JAVIER CORDES – DNI 20.622.604, en
base a los argumentos puestos de manifiesto en su escrito obrante a fs. 125/126 y que han
sido transcriptos en la relación de causa precedente a la que me remito por razones de
brevedad, al igual que la vista evacuada por la actora, Sra. ANALIA PRIOTTO – DNI
27.543.081, a fs. 129/134 y que le fuera conferida con motivo de dicha petición.---------
- II) Que ingresando al análisis del incidente en cuestión tenemos que el art. 465 de
nuestra ley ritual prescribe que “Si la medida cautelar se hubiere decretado antes de la
demanda, el peticionante deberá promoverla dentro de los diez días posteriores a aquél
en que la medida se trabó o desde que la obligación fuere exigible. Vencido este plazo el
afectado podrá pedir la cancelación...El pedido de medidas previas tiene los efectos de
la demanda, pero se operará la caducidad si transcurren diez días sin instarse el
procedimiento, o si no se entabla aquélla en el mismo plazo luego de culminado.”. El
fundamento de esta caducidad se relaciona con la provisionalidad que es uno de los
caracteres más marcados de las medidas cautelares. Sobre el punto, la doctrina ha
sostenido que: “...la caducidad tiene un doble fundamento: Por un lado, las medidas
cautelares no se conciben, en principio, sin la existencia de una pretensión ejercida en
un juicio pendiente, por lo que, si se permite obtenerlas antes de la demanda, por razones
prácticas, corresponde otorgar un breve plazo para ello. Por otro, evitar que el
mantenimiento indefinido de la cautelar, sin juicio, opere como medio de presión. La
caducidad pues responde a razones de orden público y de interés general –valoraciones
jurídicas de paz y de orden-, siendo su finalidad la de evitar la subsistencia de medidas
cautelares, cuando el transcurso de determinado lapso autoriza a suponer una pérdida
de interés actual, por parte del acreedor, ante su falta de actividad tendiente al logro de
la efectividad de su derecho...” (Vénica, Oscar Hugo; “Código Procesal Civil y
Comercial de la Provincia de Córdoba-Ley 8465”, Marcos Lerner-Editora Córdoba,
Tomo IV, Pág. 376).----------- III) De lo dispuesto por la norma citada, surge que si la
medida cautelar se hubiere decretado antes de la demanda, el peticionante deberá
promoverla dentro de los diez días posteriores a aquél en que la medida se trabó. De tal
modo, se presentan como presupuestos que condicionan la procedencia del pedido de
caducidad: la existencia de una medida cautelar de carácter preventiva decretada por el
tribunal, la falta de promoción de la demanda, el transcurso del tiempo previsto por la ley
y la petición expresa del afectado por la medida. En consecuencia, fijado tal marco
corresponde analizar si se configuraron dichos presupuestos que tornen procedente la
caducidad solicitada.----------- IV) En primer lugar, la existencia de medida cautelar de
carácter preventivo decretada por el tribunal: de las constancias de la causa
encontramos que con fecha 18/12/2018 (fs. 24), la actora incidentada, Analía Priotto,
solicitó se trabara embargo preventivo por la suma de Pesos Un millón trescientos cuatro
mil cuatrocientos cincuenta ($1.304.450,00.-) sobre los automotores: a) Dominio
AA904NE de propiedad del demandado Cordes por la suma de $888.000,00; b) Dominio
NLD006 de propiedad de la demandada Ortolani por la suma de $193.000,00 y c)
Dominio OCK745 de propiedad de la demandada Derdoy por la suma de $223.000,00;
petición que fue proveída favorablemente por el Tribunal mediante decreto del
19/12/2018 (fs. 25). Que el Registro Nacional de la Propiedad Automotor N° 23 (dominio
AA904NE); N° 7 (dominio OCK745) y N° 18 (dominio NLD006) de la ciudad de
Córdoba, tomó razón de la citada medida cautelar el día 21/12/2018, según constancias
de fs. 29/31 y que fuera incorporado en autos con fecha 22/02/2019 (fs. 32). Por lo que
estimo, se encuentra cumplido el primero de los presupuestos.------ En segundo lugar se
requiere la petición expresa del afectado por la medida, este requisito fue cumplido por
los embargados mediante la solicitud realizada el 16/12/2020 y que obra acompañada a
fs. 125/126 de autos.----------- En tercer término, lo relativo a la falta de promoción de
la demanda: conforme la norma ritual analizada, en el supuesto de las medidas cautelares
trabadas antes de la demanda (embargo preventivo), la misma caducará si no se interpone
la ésta en el plazo de diez días desde que fuera trabada dicha medida o desde que la deuda
fuere exigible. A su vez, el art. 465 CPCC también establece que el pedido de medidas
previas tiene los efectos de la demanda, pero se operará la caducidad si transcurren diez
días sin instarse el procedimiento, o si no se entabla aquélla en el mismo plazo luego de
culminado.-------Esto nos lleva a analizar qué sentido le damos al término “demanda”
empleado por la norma, y podemos concluir que se le asigna un significado amplio, es
decir estimo que el término se emplea en un sentido laxo o vulgar, y no técnico,
comprensivo de toda petición ante la jurisdicción, dirigida contra el deudor que
exteriorice en forma clara la voluntad de no abandonar el derecho de que se trate por parte
de su titular; por lo que queda incluida en el concepto, y en lo que aquí nos interesa, la
prueba anticipada. Así se ha dicho: “…Siguiendo con el análisis del artículo provincial
(artículo 465, CPCC), debemos precisar que a la palabra demanda se le debe dar un
significado amplio (igual que en caso del art. 3896 del CC para la prescripción), por lo
que quedan incluidas en ese concepto las medidas preparatorias, la prueba anticipada y
la preparación de la vía ejecutiva. En estos casos, y como textualmente lo establece el
artículo que venimos comentando, igualmente opera la caducidad si transcurren diez
(10) días sin instarse el procedimiento, o si no se entabla la demanda en el mismo plazo
luego de culminada la medida previa…” (Zalazar, Claudia E., “Medidas Cautelares”,
Ed. Alveroni, Córdoba 2010, pág. 87).- Dicho esto, se advierte de las constancias de autos
y del SACM, como así también de lo manifestado por la incidentada en la contestación
de la vista que le fuera corrida, la secuencia de las actuaciones que permiten determinar
la procedencia o no de la caducidad aquí planteada. Así tenemos que el presente Embargo
preventivo se solicitó con fecha posterior (11/12/2018) a la deducción de la demanda de
Prueba Anticipada (Expte. 7024548) realizada el 08/03/2018. También se aprecia que al
momento de deducir los demandados la caducidad de la cautelar que aquí se resuelve (el
día 16/12/2020), aquélla se encontraba con un planteo de perención de instancia pendiente
de resolver que determinaría la supervivencia o no de dicha prueba. El mismo fue resuelto
mediante Auto N° 79 del 24/02/2021, el cual decidió rechazar la perención articulada y
garantizar la subsistencia de la medida probatoria. La mencionada resolución fue
notificada el día 26/02/2021 mediante e-cédula, de conformidad a lo establecido por el
art. 4 del A.R. 1103 de fecha 27/06/2012. Encontrándose firme aquélla, la actora dedujo
demanda ordinaria con fecha 13/04/2021, la que fue proveída mediante decreto del
16/04/2021 haciéndole saber a la actora que debía interponer la demanda en expediente
independiente; lo que hizo mediante presentación electrónica del 20/04/2021 generándose
así el expediente electrónico N° 9987683 correspondiente a la acción ordinaria por ella
entablada y en contra de los ahora incidentistas.----------- El análisis de este punto se
relaciona íntimamente con el presupuesto relativo al transcurso del tiempo previsto por
la ley a los fines de la caducidad requerida. A fin de determinar desde cuando corre
el diez a quo para interponer la demanda sin que opere la mentada caducidad, el art. 465
del CPCC establece un plazo de diez (10) días posteriores a aquél en que la medida se
trabó. La Comisión de Reforma del C.P.C.C. Córdoba agrega en la norma que los diez
días deben ser contados desde “...que tuvo o pudo tener conocimiento que la medida se
trabó…”. Ergo, en el caso de bienes registrables, el plazo debe correr desde que conste la
toma de razón de la medida en el registro respectivo. Sin embargo, cuando se han
interpuesto medidas previas, la norma concede el plazo de diez (10) días para continuar
con dichas medidas previas al proceso o iniciarlo, finalizadas éstas; ya que vencido el
plazo se opera sin más, la caducidad de la cautelar. Se trata de un plazo fatal (art. 49 inc.
5).--------- En nuestro caso, encontramos que la Prueba Anticipada ya había sido iniciada
y se estaba tramitando al momento de solicitar la cautelar. Que una vez trabada ésta, el
día 21/12/2018 conforme dan cuenta de ello los oficios diligenciados de fs. 29 a 31; en la
prueba anticipada se dedujo un incidente de perención de instancia; el que rechazado
mediante Auto N° 79 del 24/02/2021, fue notificado mediante e-cédula generada el
26/02/2021 (de conformidad a lo establecido por el A.R. 1103 del 27/06/2012 y acuerdos
comp.). Luego de adquirir firmeza dicha resolución; permitió a la actora con fecha
13/04/2021 incoar la demanda ordinaria -la que si bien fue erróneamente deducida como
una presentación de la prueba anticipada- actuando como un acto interruptivo del plazo
de caducidad, sirvió a los fines de repeler planteos de caducidad y manifestó de manera
inequívoca la voluntad de la actora en mantener viva la medida y la petición iniciada. Por
lo expuesto corresponde rechazar el pedido de caducidad de la medida cautelar por falta
de inicio de la demanda en el plazo previsto - diez días- para ello (art. 465 C.P.C.C.) y en
tal sentido me pronuncio. A mayor abundamiento cabe señalar que con fecha 20/04/2021
se dedujo por expediente independiente (Expte. N° 9987683) la demanda ordinaria, la
que también se planteó antes de vencer el plazo de caducidad de la medida cautelar.------
---- V) Sin perjuicio de lo novedoso de la solución acordada y la diversidad
jurisprudencial sobre la cuestión debatida, las costas se imponen a los embargados
incidentistas en su condición de vencidos (art. 130 in fine, CPCC). Honorarios: La ley
9459 en su artículo 85 establece: “…EL requerimiento o cancelación de medidas
cautelares devenga honorarios equivalentes a un tercio de la escala del artículo 36 de la
presente Ley sobre el valor que se pretenda asegurar, si no hubiese controversia, y la
mitad de la escala si la hubiese. El requerimiento o cancelación de medidas cautelares,
pedidos durante la tramitación del juicio o de la ejecución de sentencia, siempre que sea
accesorio o consecuencia de la conclusión, integra la tarea profesional propia de
aquéllas.- Los honorarios por el requerimiento de medidas cautelares pedidas antes de
promover la demanda, sumados a la regulación que corresponda por el juicio posterior,
no pueden exceder el límite máximo de la escala del artículo 36 de la presente Ley, sobre
el valor del juicio principal.”. Siguiendo la norma de aplicación la base cuantitativa de
regulación se encuentra representada por el valor que se pretende asegurar, en nuestro
caso la suma del embargo preventivo, esto es la suma de Pesos Un millón trescientos
cuatro mil cuatrocientos cincuenta ($1.304.450,00.-). Que dicho importe es actualizado
de conformidad a lo normado por los artículos 30 y 33 de la ley 9459, y aplicando un
interés equivalente al 2% nominal mensual con más la Tasa Pasiva del B.C.R.A, desde la
fecha de interposición del embargo preventivo, es decir, desde el día 18/12/2018 hasta el
día de la fecha asciende a la suma de PESOS TRES MILLONES CUATROCIENTOS
TRECE MIL OCHOCIENTOS TREINTA Y OCHO CON TREINTA CENTAVOS
($3.413.838,30). Escala: De conformidad a lo establecido por el art. 85 -parte pertinente-
, corresponde aplicar el 50% de la escala que prevé el Art. 36 CA (18% - 25% = 21,5%).
Efectuados los cálculos matemáticos de rigor ($3.413.838,30 x 21.5% x 50% =
$366.987,61), los honorarios definitivos del Dr. Pablo Daniel Loza ascienden, por la
labor profesional desplegada en el presente, a la suma PESOS TRESCIENTOS
SESENTA Y SEIS MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y SIETE CON SESENTA Y
UN CENTAVOS ($366.987,61). No se regulan los emolumentos profesionales del
Dr. Gustavo Martín Crespo Erramuspe, hasta tanto lo solicite (art. 26, contrario sensu,
C.A.). Por todo ello y normas legales citadas y lo dispuesto por el artículo 155 de la
Constitución de la Provincia de Córdoba; RESUELVO: I) Rechazar el pedido
de caducidad de la medida cautelar trabada en autos formulado en los términos del art.
465 del CPCC y deducido por los Sres. SILVINA ESTER DERDOY – DNI 20.395.018;
MARIA DEL CARMEN ORTOLANI – DNI 5.759.236 y FEDERICO JAVIER
CORDES – DNI 20.622.604. II) Imponer las costas a los embargados incidentistas, en su
condición de vencidos (art. 130 CPCC). III) Regular en forma definitiva los honorarios
profesionales del letrado de la parte incidentada, Dr. Pablo Daniel Loza, en
la suma PESOS TRESCIENTOS SESENTA Y SEIS MIL NOVECIENTOS
OCHENTA Y SIETE CON SESENTA Y UN CENTAVOS ($366.987,61). No regular
los emolumentos profesionales del Dr. Gustavo Martín Crespo Erramuspe, hasta tanto
lo solicite (art. 26, contrario sensu, C.A.).- Protocolícese, hágase saber y dése copia.

SUAREZ Hector Daniel


Texto Firmado digitalmente por: JUEZ/A DE 1RA. INSTANCIA
Fecha: 2021.06.22

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