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17/04/2023 - 18:13:35
Expediente: 3726/05
Carátula: BARQUET JORGE OSVALDO S/ PRESCRIPCION ADQUISITIVA
*H102064313058*
H102064313058
Y VISTO:
RESULTA:
Por decreto del 29/12/2022 se ordenó correr traslado del planteo efectuado a la contraparte, quien el
06/02/2023 contestó y sostuvo respecto a la primera parte del decreto atacado, que la intervención
de la Dra. María Teresa Ivankow es a lo fines de verificar que el cumplimiento de la sentencia se
concrete en un adecuado marco de garantías legales y un trato diferenciado de preferencial tutela al
tratarse de adultos mayores de edad, que se encuentran en una situación de vulnerabilidad. En
cuanto a la segunda parte del decreto citado, alegó que ordena primero cuantificar las mejoras,
para con ello disponer un integral traslado a la contraria en relación a la pretensión de esta parte
(derecho de retención), y a los fines de que oportunamente se pueda resolver luego de haberlas
escuchado. Fundamentó su petición, en el hecho que la contraria debe indemnizarla por los trabajos
y gastos efectuados que redundaron en beneficio del fundo y que fueron debidamente acreditados y
cuantificados en autos; y el valor que en definitiva se fije deberá ser calculado conforme a los
acreditados parámetros y certezas en torno a las dimensiones de las mejoras y construcciones, a fin
de evitar el injustificado enriquecimiento sin causa. Citó jurisprudencia.
Mediante providencia del 14/02/2023 se ordenó pasar el expediente a despacho para resolver.
Providencia que notificada y firme colocó la causa en condiciones de emitir pronunciamiento.
CONSIDERANDO:
1. Por sentencia del 29/04/2021 la Excma. Cámara Civil y Comercial hizo lugar al recurso de
apelación deducido por los demandados (Antonio Salvador Lebbos, Jorge Agustín Lebbos y Alberto
Lebbos) en contra de sentencia de primera instancia del 28/09/2015, en cuanto resolvió hacer lugar
a la acción de prescripción adquisitiva deducida por el actor Barquet. En consecuencia, se rechazó
la acción de prescripción deducida y se hizo lugar a la reconvención por reivindicación deducida por
los demandados mencionados. En esos términos, el 14/11/2022 la parte actora (reconvenida),
previo a la entrega del bien, reclamó derecho de retención por las mejoras introducidas en el
inmueble; y la intervención en el proceso de la Dra. María Teresa Ivankow, en su caracter de
funcionaria del Área de Discapcidad de la CSJT.
2. Cabe examinar el proveído recurrido en dos partes. Por un lado lo que refiere al derecho de
retención solicitado y por el otro, la intervención de un tercero en el proceso en calidad de
funcionaria del Área de discapacidad de la CSJT.
2.1. En primer lugar, la pretensión defensiva argüida se subsume en el supuesto contemplado por el
artículo 2587 del Código Civil y Comercial. La doctrina ha entendido que el derecho de retención es
un derecho en virtud del cual el acreedor que detenta una cosa perteneciente al deudor está
facultado para conservarla en su poder hasta el pago de lo que le es debido con motivo de la misma
cosa. Tradicionalmente, el derecho de retención ha sido uno de los institutos de naturaleza jurídica
controvertida.(Código Civil y Comercial Comentado- Directores: Marisa Herrera, Gustavo Caramelo
y Sebastian Picasso).
En tal sentido, Salas - Trigo Represas, al comentar el art. 3940 del Código Civil, señalan que:
"tratándose de juicios de reivindicación, como durante su secuela el demandado pretende ser
propietario y no podrían entonces deducir cuestiones de mejoras introducidas e invocar el derecho
de retención, se admite que puede oponerlo al quedar firme la sentencia que lo obliga a restituir la
cosa" ("Código Civil Anotado", Tomo 3, pág. 279)” (Sentencia n°430 de Fecha: 30/11/1993, in re
“Bartoletti Rosa Angelica y otra vs. Moreno Ibaich de Colotti Jolie Del Valle y otra s/ Reivindicación)”.
El hecho que el reconvenido haya intentado canalizar su reclamo de mejoras y labores, mediante el
supuesto ejercicio de un derecho de retención, requiere para ser debidamente sustanciado con la
parte reconviniente, su determinación para que aquella pueda oponer oportunamente su derecho de
defensa, en tanto la contraparte tiene derecho a saber exactamente quién, qué y por qué se le
demanda. Es decir, previo a ejercitar el reconvenido la defensa opuesta, y entablar la cuestión por
vía incidental, corresponde una estimación del monto de los gastos por mejoras realizados, sin
perjuicio de lo que eventualmente pueda determinarse en una evaluación que se hiciese
oportunamente al tiempo de la restitución. Por ello, es que considero que luce ajustado a derecho el
decreto recurrido, en tanto se encuentra libre de vicios de actividad oerrores in procedendo, por
cuanto no ha hecho otra cosa que solicitar al interesado que cuantifique los valores de las mejoras
que invoca y reclama. Asimismo, tengo presente que resulta prematuro cualquier planteo como el de
análisis, atento que a la fecha no ha recaído pronunciamiento que admita o rechace el derecho al
reclamo por reconocimiento de mejora, en tanto todavía no se ha dado curso a la cuestión incidental
del derecho de repetición con la contraparte.
2.2. En segundo lugar, se reserva para la etapa procesal oportuna la pertinente admisión e
incorporación al proceso de la Dra. María Teresa Ivankow, funcionaria del Área de Discapacidad
CSJT. El fundamento empleado para diferir su pronunciamiento, responde a una eventual etapa de
lanzamiento, de no efectuarse la restitución en el tiempo que se estableciere. De verificarse tal
supuesto, es ajustado a derecho, dar intervención a las autoridades administrativas competentes
que correspondan para llevar a cabo la medida de lanzamiento, según quienes sean los obligados a
a la entrega del inmueble.
Tengo presente que en fecha 15/06/2015 se adopta la Convención Interamericana sobre Protección
de los Derechos Humanos de las Personas Mayores (CIDHPM en adelante), ratificada por nuestro
país el 09/05/2017 a través de ley N° 27 360. La CIDHPM dispone que los Estados parte están
obligados a garantizar a la persona mayor un trato diferenciado y preferencial en todos los ámbitos
(art. 4 inc. c). En la vejez, la noción de vivienda adquiere la misma importancia que tuvo en la
infancia como lugar de pertenencia, de ubicación de los objetos que fragmentan la historia personal,
la seguridad y amparo del entorno conocido. (cfr Goizueta, María Perla, “Protección jurídica de la
vivienda en la vejez: Perspectiva interdisciplinaria”. Cita online: AR/DOC/1874/2020). A su vez, en su
art. 24 compele a los Estados Partes a garantizar el derecho de la persona mayor a una vivienda
digna y adecuada, adoptando políticas de promoción del derecho a la vivienda.
En igual sentido, la reciente ley sancionada en la Provincia N° 9519 de “Protección Integral de los
Derechos de las Personas Mayores”, prevé en su artículo 14 que “La persona mayor tiene derecho a
un sistema integral de cuidados que provea la protección y promoción de la salud, cobertura de
servicios sociales, seguridad alimentaria y nutricional, agua, vestuario y vivienda, promoviendo, de
este modo, que la persona mayor pueda decidir permanecer en su hogar y mantener su
independencia y autonomía”. Esta normativa local es pionera en la garantía de los derechos de este
grupo vulnerable, pues es única en el país en cuanto a la actualidad e integridad de la protección
prevista. De esta manera, a través de este cuerpo legal se efectiviza en el orden local el trato
diferencial a las personas mayores. Asimismo, en un interpretación armónica y sistemática de la
norma se puede advertir las medidas afirmativas de protección a grupos de mayores adultos en el
nuevo código procesal civil y comercial en su artículo 501 inciso 4, ya que contempla un trato
diferencial para personas con discapacidad, menores de edad o de la tercera edad, en tanto dispone
un plazo mayor para el lanzamiento.
Por todo lo considerado, es que en el presente caso tratándose de dos adultos mayores de 69 y 65
años de edad respectivamente, eventualmente se tendrá presente en la etapa procesal oportuna la
intervención de la autoridad administrativa competente en la materia, que es la Dirección de Adultos
Mayores perteneciente al Ministerio de Desarrollo Social.
3. Por lo expuesto, corresponde no hacer lugar al recurso de revocatoria impetrado por el 12/2/2022
por la letrada Norma P. Gonzalez, en representación de la parte demandada, contra providencia del
29/11/2022 conforme lo considerado.
Por ello;
RESUELVO:
I°. NO HACER LUGAR al recurso de revocatoria deducido por la parte demandada, contra
providencia del 29/11/2022 y RECHAZAR el recurso de apelación interpuesto en subsidio, sin
perjuicio de eventualmente citar a Dirección de Adultos Mayores perteneciente al Ministerio de
Desarrollo Social, conforme lo
considerado precedentemente.
II°. COSTAS, conforme se consideran.
La autenticidad e integridad del texto puede ser comprobada en el sitio oficial del Poder Judicial de Tucumán https://www.justucuman.gov.ar.
INTERPONE RECURSO DE REVOCATORIA CON APELACION EN SUBSIDIO
EXPTE Nº 3726/05
I.- OBJETO
Que vengo por el presente acto, en tiempo y forma a plantear Recurso
de Revocatoria con Apelación en Subsidio en contra del proveído de fecha 29/11/2022,
depositado en casillero digital el 30/11/2022, a fin de que por contrario imperio se lo revoque
y modifique, rechazando in limine los planteos del reconvenido en autos por reivindicación,
en cuanto a la intervención del Area de Discapacidad de la SCJT y al ejercicio del derecho
de retención sobre el inmueble objeto de litis, en base a las consideraciones de hecho y de
derecho que paso a exponer.
II.- FUNDAMENTOS
1.- REVOCATORIA
Los planteos del reconvenido en esta instancia deben ser rechazados in
limine, por ser manifiesta la carencia de fundamento legal de los mismos, por alegarse hechos
que contradicen la realidad y las constancias de la causa, por configurar supuestos de abuso
del proceso y del derecho de defensa reeditando cuestiones ya debatidas y resueltas con
carácter firme y por ser un medio ilegítimo de entorpecer el desarrollo normal y expedito del
proceso con propósitos manifiestamente dilatorios. En efecto:
En cuanto al pedido de intervención de la funcionaria del Área de
Discapacidad CSJT, el mismo debe ser rechazado in limine por configurar un planteo no
previsto procesalmente, interpuesto con la única finalidad de seguir postergando los
derechos humanos de mi mandante, quien también es una persona mayor y mucho más que
el actor. Por otro lado, la intervención del Área referida ni siquiera se encuentra justificada
en autos, no habiéndose acreditado la condición de discapacitado del actor o de algún
miembro de su familia mediante ninguna documentación. Previo a todo tramite encaminado
a dar curso a tal solicitud, pido se intime al actor a presentar el Certificado de Discapacidad
correspondiente.
B) EL PERJUICIO Y EL INTERES:
En el caso de autos, ante la falta de traslado mi mandante ha sufrido un
enorme perjuicio, ya que se le ha impedido o vedado su derecho a ser oído, a oponerse al
ejercicio del derecho de retención por parte del reivindicado, a cuestionar si se encuentran
cumplidos o no los requisitos legales para su procedencia, a ofrecer y producir pruebas y
controlar la producida por la contraparte, tener una sentencia arreglada a derecho, en un
procedimiento judicial llevado a cabo ante un juez imparcial, con respeto de las garantías de
debido proceso legal e igualdad procesal.
Se vuelve necesario recordar que nuestra CSJN ha sostenido que en
casos , como el de autos, donde no se ha corrido siquiera el traslado a la contraparte “ es
obvio que la indefensión es total y patente y que obligarlo a desarrollar sus argumentos
defensivos concretos sería tanto como exigirle que dentro del más breve plazo en que
procede solicitar la nulidad contestara la demanda, valorase la prueba contraria, apreciara
la propia y alegara del mérito de ella, lo cual estaría muy distante de respetar el fundamental
derecho que consagra el art. 18 de la Constitución Nacional “(Fallos: 302:1262).
Asimismo, la SCJN recordó que: “dicho traslado resulta insoslayable,
pues su omisión compromete irremediablemente el derecho de defensa de la contraparte,
y estimó que al exigir en el caso la acreditación del interés y del perjuicio sufrido, la alzada
aplicó mecánicamente un precepto formal fuera del ámbito que le es propio y por esa vía
hizo gala de un ciego ritualismo incompatible con el debido proceso adjetivo. Por ello, dejó
sin efecto el pronunciamiento y ordenó el reenvío de las actuaciones para que el recurso
extraordinario fuese sustanciado y se resolviese nuevamente sobre su procedencia” (F. 478.
XXV. REX, “Ford Motor Argentina S.A. (Autolatina S.A.) c/ Fisco Nacional- Dirección
General Impositiva s/ repetición”, del 30/4/1996).
C) DECLARACION DE OFICIO Y SIN SUSTANCIACION
Tratándose en el caso de autos, de un supuesto de nulidad expresa,
absoluta, insubsanable y manifiesta el juzgador no puedo excusarse de su obligación
fundamental de controlar la legalidad del procedimiento y declarar la nulidad de oficio y sin
substanciación, tal como ordena la normativa procesal vigente, so pretexto del
incumplimiento de un requisito meramente formal puesto en cabeza de las partes.
III.- RESERVAS
Dado que todo lo expuesto vulnera las garantías constitucionales
previstas en los Arts. 16 y 18 Const. Nacional, Arts. 8 y 25 de la Convención Americana de
Derechos Humanos y Arts. 24/29 Const. Pcial, hago expresa reserva de recurrir en casación
y de recurso extraordinario federal.
.
IV.- DERECHO
Fundo la presente en lo dispuesto por los Arts. 2587, 1533, 1538, 192
1962 3° parr., del Código Civil y Comercial de la Nación, Arts. 23/26, 757, 761, 766, 801,
805, 807 y 225 y ss. y cc. del Nuevo Código Procesal Civil y Comercial de Tucumán, Arts.
24/29 y 30 de la Constitución Provincial y Arts. 16 y 18 Const. Nacional y Arts. 8 y 25 de la
Convención Americana de Derechos Humanos.
V.- PRUEBA
Ofrezco como prueba las constancias de autos.
VI.-PETITORIO
JUSTICIA.-
Fecha Impresión
15/04/2023 - 15:50:04
Expediente: 3726/05
Carátula: BARQUET JORGE OSVALDO C/ S/ PRESCRIPCION ADQUISITIVA
Unidad Judicial: JUZGADO EN LO CIVIL Y COMERCIAL COMÚN VI
Tipo Actuación: DECRETOS CON FD
Fecha Depósito: 30/11/2022 - 00:00
Notificación depositada en el/los domicilio/s digital/es:
27230925327 - LEBBOS, ANTONIO SALVADOR-DEMANDADO
20239307095 - BARQUET, JORGE OSVALDO-ACTOR/A
27230925327 - LEBBOS, ALBERTO LUIS-DEMANDADO
20239307095 - CRUZ, JULIA LIDIA-ACTOR
27230925327 - LEBBOS, JORGE AGUSTIN-DEMANDADO
*H102064207686*
H102064207686
O B J E T O:
conferido por V.S. a través del decreto de fecha 29-12-22 (Cédula diligenciada en
Apelación en Subsidio deducido por los reconvinientes contra el decreto de fecha 29-11-
estricto orden jurídico que a continuación paso a reproducir, su rechazo con costas.
5, 761 y 766 Procesal): En primer y determinante lugar advertirá V.S. como el Recurso
que nos ocupa, se dirige reprochar una providencia de trámite, que como tal, no contiene
decisión sobre las peticiones esgrimidas por esta parte, ni cuestión alguna a reparar.
Es que al disponerse “oportunamente” y “cuantifique” (en
trámite preparando su adecuada y previa sustanciación, para que luego y recién luego de
sustanciado (escuchadas las partes), pueda V.S. decidir y pronunciarse sobre dichas
pretensiones.
hacia una decisión que aún no existe. Es decir, en lugar de cuestionar el trámite que el
decreto dispone (“cuantifique”), se nutre de reproches hacia el fondo de una cuestión aún
sobre las pretensiones que decide sustanciar, resulta inocua e insusceptible de generar un
expresamente dispuesto por los arts. 753 y 754 inc 3 y 5 del Digesto Procesal, determina
expresamente dispuesto por los arts. 754 inc. 4 (“Si cumple con los requisitos especiales
de admisibilidad que se establezcan para cada recurso”); arts. 761 y 766 del C.P.C. y C.,
la Apelación en Subsidio resulta también formalmente inadmisible. Pido se tenga
presente.
relación a las pretensiones de esta parte Actora, podrá verificar como el nuevo Recurso
interpuesto por los reconvinientes se encontrará fundado en los mismos argumentos que
las estrictas constancias de autos, fue nuestro Alto Tribunal de la Provincia quien a través
a ánimos dilatorios como falsamente invoca la reconviniente. Obedece, eso sí, al concreta
debate nada más y nada menos que la titularidad registral del inmueble donde se asienta
Personas Mayores, que a través de su art. 3 inc. K y N consagra entre otros principios:
“El enfoque diferencial para el goce efectivo de los derechos de la persona mayor” y “La
protección judicial efectiva”), y que integra nuestro Bloque Constitucional (conf. arts. 14
vulnerabilidad.
derivación de casos que involucran a personas mayores a finde garantizar una atención
intervención en autos del Area Discapacidad de nuestra C.S.J.T., a los fines de verificar
internacional asumido por nuestro País, a partir del mismo Preámbulo de la referida
presente.
dispone: “Cuantifique el presentante las mejoras realizadas en el inmueble, por las que
surge con meridiana claridad del decreto, como su expreso contenido propende a una
las mejoras, para con ello disponer un integral traslado a la contraria en relación a la
pretensión de esta parte (derecho de retención), y a los fines de que oportunamente V.S.
pueda resolver recién luego de haber escuchado a las mismas. Claridad que despeja
es que V.S. lo considera oportuno, advertirá con toda gravedad como resulta tan auto
adjuntaron testimonio de hijuela por medio del cual denuncian la existencia en el predio
Cámara de fecha 30-11-17, al decirnos: “A mayor abundamiento cabe referir que las
dimensiones de la construcción “original” (v. fs. 1339) que el perito toma como parámetro
, concuerda con la descripción que del inmueble originario hace la propia recurrente a fs.
357 y vta., al referir que: “En el testimonio de hijuela extraído de los autos Lebbos
3 m cada una, una cocina de 2,5 m x 2,5 y una galería, todo de material y techo de tejas,
la que se encuentra en regular estado de conservación'. La misma apelante informa que
dichas operaciones fueron aprobadas el 29/05/1978, de manera que tales eran las
características del inmueble a esa fecha. …Por otro lado, las conclusiones del perito
consta que entre los años 1981 y 2000 el actor adquirió diversos materiales de
original (Casa Habitación). Con ello que la superficie de la casa pasó de 40 a 130 metros
Civil (fs. 1333 a 1343), donde luego de un cotejo comparativo, profesional y científico
entre las dimensiones de las viviendas originarias (de único dormitorio) y como es
mejoras: A lo largo del frente se construyó una cerca de mampostería con rejas
metálicas; Prácticamente todos los muros fueron revocados interior y exteriormente; los
pisos tiene ahora mosaicos de cerámica esmaltada y se han colocado zócalos; Se han
cambiado las carpinterías, se han renovado las hojas de las ventanas; se agregó una
Galería, Dos Dormitorios, Baños completos; techado el patio, lavadero, cocina, etc, etc,
etc, (Fs. 1.341 y 1.342).” Informe Pericial (firme, luego de desestimada dos veces la
impugnación en su contra por parte de los reconvinientes) del que esencialmente surge
que entre las mejoras realizadas por la Familia Barquet a la superficie de la Casa original,
se sumaron cerca de 90 metros cuadrados. Con ello que la superficie de la casa pasó
coincidieron en afirmar que: “La prueba pericial producida por el Ingeniero Stagnetto a
inmueble que tuvieron lugar al menos en tres etapas, en virtud de las cuales la superficie
año 1984 en que el Sr. Jorge Osvaldo Barquet en perfecta posesión del inmueble veinte
años antes, iniciara el público proceso jurisdiccional caratulado “Jorge Osvaldo Barquet
declaración testimonial del Dr. Iramain José Hernán fs. 707/709 y hasta considerado e el
fallo de CSJT de fecha 22-11-19), los reconvinientes NUNCA en ningún momento hasta
la interposición de su trágica denuncia penal por usurpación (año 2007, DOS AÑOS
DESPUES AL INICIO de este Proceso, si V.S. dos años después), ejercitaron las acciones
(policiales ni posesorias) con que contaban pese a conocer a ciencia cierta que desde el
año 1960 la familia Barquet se encontraba en posesión del inmueble sobre el que además
de las públicas mejoras, pagaban los tributos que pesaban sobre el mismo. Pido se tenga
presente.
Resulta así plenamente acreditado en autos, lo reitero, que los
reconvinientes obraron de mala fe (en los términos que describe el art. 2590 Cód. Civil
largo del tiempo y raíz del genuino y prolongado esfuerzo de mis mandantes en las
mejoras del mismo (y en tanto, reitero, su vivienda familiar por más de 60 años). Y no
cabe, ni puede caber otra conclusión V.S., pues de otro modo (y sin perjuicio de todas las
conductas que ilustran las constancias de autos) no logra entenderse porque frente a la
pública construcción y mejoras del inmueble durante tantos años, los reconvinientes
nunca ejercitaron las acciones policiales y/o posesorias que tenían a su disposición para
estipulando que "Se entiende haber mala fe por parte del dueño, siempre que el edificio,
siembra o plantación, se hiciere a vista y ciencia del mismo y sin oposición suya". (Ver
sentencia del 20/2/2002, "in re" "Acevedo, Atilio Adolfo c. Acevedo, Jorge Aldo y otra
s/Indemnización por mejoras", CCC, sala 2, San Martín, Base Juba 7.0a ) Y en
consecuencia "Cuando haya habido mala fe, no sólo por parte del que edifica, siembra o
planta en terreno ajeno, sino también por parte del dueño, se arreglarán los derechos de
uno y otro según lo dispuesto respecto al edificante de buena fe" (art. 2590).
consiste en que lo invertido por el edificador debe incluir materiales y mano de obra y en
caso que esas erogaciones sean menores que el mayor valor adquirido por el fundo,
entonces puede optar por reclamar ese monto, puesto que no podría recibir menos que el
constructor de mala fe ("Tratado de Derecho Civil - Derechos Reales", t. I, p. 293 y
sigtes.; Ed. Perrot, 1984). Esta posición cuenta con la adhesión de, entre otros, Areán
Fabián M.Picado, Leandro S. Publicado en: LLBA 2005 (mayo), 380 • DJ 2005-2, 561.
indemnizar a mis mandantes por los trabajos y gastos efectuados que redundaron en
valor que en definitiva se fije deberá ser calculado conforme a los acreditados parámetros
retención se asentó sobre el carácter de mala fe que adquirió la posesión del demandado
concluyó la sentenciante que al no haberse probado que las mejoras se hayan concretado
antes de dicha oportunidad, no puede el accionado invocar derecho de retención por ser
poseedor de mala fe. Contra tal conclusión sentencial debe recordarse que posesión de
mala fe no equivale a posesión viciosa como parece insinuar la a quo. La posesión viciosa
confianza (arts. 2364, 2365, 2366, 2367, 2369, 2370, 2372 y conc.) situaciones que no se
configuran en el caso de autos. Dicho ello, cabe destacar que el artículo 2441 del CC
retención por las mejoras necesarias, en tanto que no hubiere hurtado la cosa. El art. 2441,
por su parte, le otorga el derecho de repetir las mejoras útiles que hayan aumentado el
valor de la cosa, hasta la concurrencia del mayor valor existente. Si bien éste último
precepto nada dice en orden al derecho de retener la cosa por las mejoras útiles -como si
que rigen el derecho de retención en función de lo prescripto por los arts. 3939 y 3940 del
los poseedores de mala fe, permitiéndoles el ejercicio de la referida prerrogativa (v. Peña
CC, a falta de texto expreso que lo prohíba, no puede dejar de aplicarse el principio
general allí consagrado. Ello es así, pues el derecho de retención no es una facultad que
precedentemente, que fijan las condiciones para el ejercicio del derecho de retención, son
de carácter general. La amplitud del texto, así lo demuestra. (CCCCTuc., sala 1, “Díaz
Lola Sara vs. Díaz José Alberto s/reivindicación”, sentencia Nº 91 del 30/03/1998).”
P E T I T U M:
revocatoria con apelación en subsidio deducido por los reconvinientes en contra del
respetuosamente solicito que en consideración por los fundamentos aquí vertidos (junto
relación al Derecho de Retención ejercitado por esta parte. Pido se tenga presente.
JUSTICIA
Fecha Impresión
05/12/2022 - 07:29:26
Expediente: 3726/05
Carátula: BARQUET JORGE OSVALDO C/ S/
Descripción: SENTENCIA FONDO
Unidad Judicial: EXCMA. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA - SECRETARÍA JUDICIAL - CIVIL
Expte. n° 3726/05
En la Ciudad de San Miguel de Tucumán, 30 de noviembre de 2017, reunidos los Sres. Vocales de la
Excma. Cámara en lo Civil y Comercial, Sala IIIa., Dres. Carlos Miguel Ibáñez, Alberto Martín Acosta
y Raúl Horacio Bejas con el objeto
de conocer y decidir los recursos interpuestos contra la sentencia dictada en los autos caratulados
“BARQUET JORGE OSVALDO S/ PRESCRIPCION ADQUISITIVA”; y abierta la vista pública, el
Tribunal se plantea la siguiente cuestión: ¿ESTA AJUSTADA A DERECHO LA SENTENCIA
APELADA?
Practicado el sorteo de ley para determinar el orden de la votación, el mismo dio el siguiente
resultado: Dres.Carlos Miguel Ibáñez y Alberto Martín Acosta.
1-Vienen a conocimiento y resolución del Tribunal sendos recursos de apelación interpuestos por la
parte actora y demandada, contra la sentencia de fecha 28/09/2015 (fs. 1980/1986), que resolvió: 1-
No hacer lugar a la excepción de falta de legitimación pasiva interpuesta por los codemandados
Antonio Salvador y Jorge Agustín Lebbos; 2- Hacer lugar a la demanda por prescripción adquisitiva
promovida por Jorge Osvaldo Barquet en contra de Alberto Luis Lebbos, Antonio Salvador Lebbos y
Jorge Agustín Lebbos, respecto del inmueble objeto de autos; 3- Declarar de abstracto
pronunciamiento expedirse sobre la reconvención por reivindicación de inmuebles y las excepciones y
defensas opuestas como accesorias.
El recurso del actor fue deducido a fs. 1090 y concedido por providencia del 14/10/2015 (fs. 1991). A
fs. 1998/1999 corre agregado el memorial de agravios, que sustanciado con la parte demandada, es
objeto de responde mediante presentación de fs. 2002/2006 en la que pide el rechazo de la
apelación. A su vez, el recurso de la parte demandada fue deducido a fs. 1992 y concedido por
providencia del 14/10/2015 (fs. 1993). Los agravios corren agregados en memorial de fs. 2024/2044.
Sustanciado el recurso con la contraria, es respondido por el actor a fs. 2048/2052, solicitando su
rechazo.
La causa se abrió a prueba en esta instancia conforme resolución del 02/03/2017; producida la misma
y firme el decreto de fs. 2087, los recursos han quedado en condiciones de ser resueltos.
2-Previo a ingresar al análisis de los agravios resulta conveniente efectuar una breve reseña de lo
acontecido en este litigio.
Jorge Osvaldo Barquet promovió demanda por prescripción adquisitiva de dominio de un inmueble
ubicado en la localidad de La Florida, Departamento Cruz Alta, de esta provincia, identificado
catastralmente con el Padrón Nº 174.653, Matrícula y Nº de Orden: 12.916/518 -Circunscripción I-
Sección G1- Manzana/ Lámina: 24- Parcela: 5; y en el Registro Inmobiliario con Matrícula N° A-
06561, contra Luis Alberto Lebbos, Antonio Salvador Lebbos y Jorge Agustín Lebbos.
Relató que desde hace más de cuarenta años viene ejerciendo la posesión quieta, pacífica, pública,
ininterrumpida, animus domini sobre dicho inmueble. Que efectuó todo tipo de tareas, entre ellas la
limpieza del terreno, cercado del mismo y la construcción de la propia casa, hoy hogar de su grupo
familiar; que pagó la totalidad de los impuestos que gravaban el inmueble. Señaló que allí nació,
creció, se educó, se casó y formó su hogar. Que desde muy joven -primero a través de su padre y
madre Don Ángel del Carmen Barquet y Clara Rosa García, y luego de modo independiente- tuvo la
posesión del inmueble en cuestión. Que desde el año 1978 trabaja en el Ingenio La Florida, es decir
en la zona donde se estableció desde joven con su familia.
A fs. 136 se apersonaron los codemandados Antonio Salvador Lebbos y Jorge Agustín Lebbos, y
opusieron excepción de falta de personalidad alegando que el 13/10/1986 en virtud de un convenio
de división de condominio se adjudicó a su hermano Alberto Luis Lebbos la propiedad exclusiva del
inmueble. De dicha excepción -cuya resolución quedó diferida para definitiva- se corrió traslado al
actor, quien contestó a fs. 302 oponiéndose a su procedencia.
A fs. 356/371 los codemandados nombrados contestaron demanda y reconvinieron por reivindicación
en contra de Jorge Osvaldo Barquet y Julia Lidia Cruz.
Luego de una negativa genérica de la totalidad de los hechos y el derecho invocado por el actor,
cuestionaron cada uno de los actos posesorios invocados por aquel; a saber: limpieza del terreno,
cercado del terreno y construcción de la casa. En lo que concretamente respecta a la construcción de
la casa, manifestaron que tanto de la Escritura Pública de Venta n° 47 del 23/01/1952, como del
testimonio de hijuela extraído de los autos “Lebbos Antonio s/ Sucesión” y de la propia declaración del
imputado Barquet en la causa penal, se desprende que la edificación existía desde la época de la
venta referida. En relación al pago de impuestos, indicaron que el actor sólo pagó clandestinamente
en la Dirección General de Rentas, el día 30/01/1984, los impuestos correspondientes a los períodos
1976-1983. Que en cambio, su padre pagó regularmente el impuesto inmobiliario y tasas comunales
entre los años 1954 a 1976 y su hermano pagó el impuesto inmobiliario del año 2007. Negaron
carácter posesorio a la limpieza del terreno, al pago de servicios y a la constitución de domicilio en el
inmueble.
Al exponer la verdad de los hechos, relataron que el 14/08/1895, la Compañía Azucarera Tucumana,
compró el inmueble de autos. Que con fecha 23/01/1952 lo vendió a los Sres. León Feler y David
Feler, transmitiendo la propiedad y entregando la posesión del mismo, que ya constaba de una casa
habitación construida por la Compañía vendedora.
Que el 2/10/1953 los Sres. Feler vendieron a los hermanos Antonio Lebbos y Alberto Luis Lebbos
dicho predio con la casa habitación, entre otras propiedades; al fallecer el último de los nombrados,
dejó como único heredero a su hermano, Antonio Lebbos, transmitiéndole la titularidad del inmueble y
sus edificaciones, como así también la posesión.
Que el 08/01/1977 falleció el Sr. Antonio Lebbos, dejando como herederos a sus tres hijos, Alberto
Luis, Antonio Salvador y Jorge Agustín Lebbos; y que el 13/10/1986, mediante un convenio de
división de condominio, los hermanos decidieron adjudicar a Alberto Luis Lebbos el inmueble en
cuestión, entre otros.
Concluyeron que la posesión se adquirió por tradición y se continuó por medio de los herederos, y
que por aplicación del art. 2790 del CC, la misma se remonta al 14 de agosto de 1895.
Destacaron que no obstante ello, su padre y luego su hermano Alberto Luis Lebbos, tuvieron la
posesión real, material y efectiva del inmueble: del terreno, mediante actos posesorios propios; y de
la casa habitación, a través de los miembros de la familia Barquet, primero como servidores de la
posesión y luego como tenedores precarios.
Respecto al predio, señalaron que su padre desde el momento mismo de su adquisición lo utilizó
como depósito de herramientas y maquinarias agrícolas; luego, su hermano, como administrador de
la sucesión de su padre, siguió usándolo para tales fines. Que desde el año 1986, éste cambió el giro
de los negocios dedicándose a la producción ladrillera y comenzó a destinar el terreno al depósito de
ladrillos e insumos, y también como vía de acceso al predio mayor de su propiedad.
Explicaron que, en efecto, en mayo de 1954 comenzó un relación laboral entre su padre como
empleador, y Ángel del Carmen Barquet como empleado, en la categoría “obrista”, relación laboral
que continuaría hasta que Ángel Barquet accedió a su jubilación ordinaria; que en mayo de 1956 su
padre empleó a Segundo Genaro Barquet, en la categoría “obrero”, relación laboral que continuaría
hasta el año 1980, fecha en que accedió a su jubilación ordinaria.
Señalaron que en el marco de esa relación laboral, su padre les proveía de trabajo y además de
vivienda en la referida casa habitación. Que entre los años 1974 y 1975, el actor también mantuvo
una relación laboral con su padre.
Indicaron que por ser éste el origen de la ocupación del inmueble en cuestión, los Sres. Barquet
vienen a constituirse en servidores de la posesión del Sr. Antonio Lebbos y sus herederos, durante
toda la relación laboral. Que concluida la relación laboral, por la jubilación del Sr. Ángel Barquet, éste
se constituyó en tenedor precario ante la mera tolerancia de la familia Lebbos por razones
humanitarias y por continuar el vínculo con su hermano, el Sr. Segundo Genaro Barquet. Que al
jubilarse éste último, comenzó a detentar también el inmueble como tenedor precario, y una vez
fallecido, el Sr. Jorge Osvaldo Barquet, solicitó continuar ocupando el inmueble hasta tanto
consiguiera vivienda propia, a lo que accedieron por cuestiones humanitarias. De esa manera, el
origen de la ocupación del actor a título propio, se configura recién en el año 1996, y en el carácter de
tenedor precario.
Expresaron que incluso después de esa fecha, Barquet no formuló ninguna oposición pública a la
posesión de su hermano, reconociendo su carácter de verdadero poseedor y propietario.
Que, en efecto, el terreno era permanentemente utilizado por aquel como acceso al predio colindante
donde desarrolla la actividad de producción de ladrillos. Que a raíz del aumento en dicha producción,
necesitó más lugar para acopiar los mismos, ante lo cual comenzó a solicitarle a Barquet que
desocupe el inmueble; y ante su silencio, lo intimó mediante carta documento.
Manifestaron que atento al carácter de la ocupación del actor, la interversión del título es el único
medio por el que pudo adquirir el carácter de poseedor, y ello no ocurrió sino hasta el día 16/02/2007
cuando realizó actos que inequívocamente revelaron su voluntad de iniciar una posesión para sí al
colocar alambrados precarios en el límite oeste a fin de impedir el libre ingreso de su hermano a
retirar los ladrillos depositados en el predio.
Recordaron que a raíz de dichos hechos su hermano realizó la correspondiente denuncia tanto en
sede policial como judicial por los delitos de usurpación de propiedad y apropiación indebida de
98.000 ladrillos, constituyéndose luego en querellante y actor civil en la causa “Barquet Jorge Osvaldo
s/ usurpación de propiedad y otros”, Expte. 3783/07.
Añadieron que a raíz de la acción judicial presentada en sede penal antes de que se les corriera
traslado de la presente demanda, la posesión que pretende alegar al actor, se encuentra interrumpida
en los términos del art. 3986 del CC.
Pidieron que, en virtud de todo lo expuesto, se rechace la demanda por prescripción adquisitiva
interpuesta.
A fs. 523/535 el demandado Alberto Lebbos contestó demanda y dedujo reconvención por
reivindicación reiterando los motivos esgrimidos por los codemandados. Asimismo, reconvino por
reivindicación de los ladrillos de su propiedad depositados en el predio.
Por presentación de fs. 586/595, el actor contestó el traslado de las reconvenciones por reivindicación
deducidas por los demandados.
En lo que aquí interesa, dedujo excepción de falta de acción en relación a la reivindicación de los
98.000 ladrillos que se encontrarían en su inmueble. Señaló que la reivindicación no admite
pretensiones que no estén sustentadas en un vínculo más o menos mediato o inmediato con la
pretensión del actor; en el caso menos aún por ser cosas de distinta naturaleza y no sujetas a
identificación, ni robadas, y por tanto no reivindicables.
Aclaró que no obstante ello, en fecha 28/05/2008 los ladrillos en cuestión le fueron entregados al Sr.
Alberto Lebbos en el marco de la causa penal.
En relación a la reivindicación del inmueble, opuso excepción de prescripción con sustento en los
derechos invocados en la acción originaria, pero ampliando los fundamentos allí vertidos.
Detalló que desde el año 1946 los Sres. Ángel del Carmen Barquet -padre de su conferente- y
Segundo Genaro Barquet iniciaron la posesión pública y pacífica del inmueble objeto de la litis. En el
año 1947 el primero contrajo matrimonio con la Sra. Clara Rosa García; que en perfecta comunidad
familiar, los Barquet arreglaron y ampliaron su casa, percibieron sus frutos, la pintaron, etc.
Que al fallecer el Sr. Ángel Del Carmen, la posesión fue continuada por su esposa, su hijo y su
hermano. Que tal es la buena fe y el convencimiento del animus domini por parte de aquello que en el
año 1984, fecha a la cual registralmente se encontraba a nombre de Compañía Azucarera Tucumana
(CAT), iniciaron un proceso judicial para adquirir el inmueble por prescripción.
Puso de relieve que desde el inicio de la posesión, hasta la fecha en que el Sr. Alberto Lebbos inicia
su maliciosa denuncia penal, transcurrieron 61 años, plazo que excede con creces el legalmente
previsto para prescribir.
Negó que la posesión de la familia Barquet hubiera estado originada en el contrato de trabajo
invocado por los Sres. Lebbos. Ofreció nueva prueba documental, y pidió en definitiva, que se
rechacen las reconvenciones deducidas.
La sentencia impugnada comenzó por desestimar la excepción de falta de legitimación pasiva. Luego
se abocó al análisis de la prescripción adquisitiva incoada; tuvo por probado que el actor ingresó al
inmueble en virtud de una prestación complementaria laboral, para uso y habitación de los obreros y
sus familias.
Ante ello, consideró necesario determinar si la parte actora intervirtió el título de su ocupación.
Consideró, en definitiva, que ello ha quedado acreditado con el análisis conjunto de las pruebas
reunidas, en especial la pericial, testimonial y de inspección ocular.
En primer lugar se agravia de que en el punto I de la sentencia se haya resuelto no hacer lugar a la
excepción de falta de legitimación pasiva interpuesta por los codemandados Antonio Salvador y José
Agustín Lebbos contra la demanda de prescripción adquisitiva, con fundamento en la falta de
publicidad registral, y por ende, de oponibilidad frente a terceros del Convenio de División de
Condominio obrante a fs. 118/122, donde se adjudica a Alberto Luis Lebbos la propiedad exclusiva
del inmueble.
Le agravia porque en autos, consta el reconocimiento expreso por parte del actor sobre que el
referido instrumento privado goza entre las partes de este proceso de voluntaria publicidad y, por
ende, de oponibilidad. Cita el art. 1026 del Cód. Civil.
Pide que, en consecuencia, atento al reconocimiento judicial del actor, ante su expresa solicitud de
que se receptara dicha manifestación al momento de resolver estas excepciones, como así también a
los efectos de evitar sentencias contradictorias, se haga lugar a la excepción de falta de legitimación
impetrada.
Como segundo agravio, expresa que el punto II de la sentencia cuestionada afecta seriamente el
principio de congruencia, en cuanto hace lugar a la prescripción adquisitiva en base a hechos no
invocados en la demanda, al considerar que el actor ha intervertido su título “mediante
modificaciones, ampliaciones y refacciones a la vivienda”.
Sostiene que, en efecto, en ningún lugar del escrito de interposición de demanda, el actor invoca esos
actos posesorios, sino únicamente la construcción de la vivienda, la limpieza del terreno, el cercado
perimetral del terreno, y el pago de impuestos.
Entiende que hay una enorme diferencia entre construir una casa o hacer modificaciones,
ampliaciones y refacciones; diferencia que –aduce- no es menor, porque su parte no pudo ejercitar su
derecho de defensa, ya que tales hechos no fueron oportunamente incorporados al proceso.
Refiere que, por otra parte, la limpieza del terreno no constituye acto posesorio sino un acto común a
un mero detentador. Y que en el caso, el pago de impuestos tampoco es prueba de animus domini o
acto posesorio a la luz de la jurisprudencia vigente, ya que fueron pagados en un solo acto.
En tercer término sostiene que la sentencia en crisis es autocontradictoria y violatoria del derecho de
fondo en cuanto hace lugar a la adquisición del dominio por prescripción en base a hechos no
invocados en la demanda, sino en la excepción de prescripción adquisitiva interpuesta por el actor en
contra de su reconvención por reivindicación del inmueble.
Indica que por otro lado, la sentencia viola el derecho de fondo vigente y el principio de congruencia,
porque aun en caso de prosperar la excepción interpuesta, nunca puede tener como efecto que el
actor adquiera el dominio del bien objeto de la litis por usucapión, por tratarse de una simple defensa.
En cuarto lugar, se agravia del punto III del pronunciamiento recurrido, en el que se declara de
abstracto pronunciamiento expedirse sobre la reconvención sobre reinvindicación de inmueble y las
excepciones y defensas opuestas como accesorias, por cuanto –aduce- viola el principio de
congruencia.
Señala que el juez debió resolver todas las pretensiones impetradas por su parte; pide que se
modifique este punto, y se emita pronunciamiento en esta instancia sobre la acción de reivindicación
de inmueble y sobre la reivindicación de los 98.000 ladrillos. Desarrolla ampliamente los fundamentos
en virtud de los cuales ambas pretensiones serían procedentes.
Como quinto agravio señala la apelante que el sentenciante realiza una valoración parcializada y
errónea de la prueba obrante en autos, con relevancia para la decisión de la causa.
A partir de dichas precisiones, enfatiza que en virtud de la prueba obrante en autos, no puede
sostenerse que el actor intervirtió el título, ni que haya tenido la posesión animus domini, pública,
pacífica ni ininterrumpida por el lapso de 20 años anteriores a la interposición de la demanda. Analiza
seguidamente cada una de las pruebas producidas, en orden a evidenciar que no demuestran la
mentada interversión.
Respecto de la prueba pericial, aduce que las conclusiones del experto fueron oportunamente
impugnadas por su parte; reitera los fundamentos por los cuales entiende que cabe apartarse del
dictamen, y pide que así se resuelva.
Destaca que, por otra parte, esta prueba no aprovecha al actor sino que prueba en su contra, porque
lo único que surge de ella es que la casa tiene dos dormitorios, o sea, Barquet no solo no construyó
sino que ni siquiera amplió la casa.
En relación a la prueba testimonial, pone de manifiesto que todos los testigos de la parte actora
fueron tachados porque manifestaron que el actor les anotició o directamente los llevó a declarar.
Que no obstante ello, los testigos incurren en contradicciones con sus propios dichos o con los de
terceros, o con la restante prueba obrante en autos. Analiza cada una de las declaraciones brindadas,
y concluye que el actor solo cuenta con una prueba testimonial valedera, y que la misma prueba en
su contra.
Puntualiza que es la actora quien debe probar con el grado de certeza que se requiere, la realización
de actos de interversión del título; que su parte, en cambio, no está obligada a probar que hizo las
supuestas modificaciones o ampliaciones, puesto que ello no formó parte de los hechos invocados al
momento de contestar demanda, y al momento de contestar la excepción expresamente se opuso a
que estos hechos y otros más se incorporaran al proceso por ser contradictorios con lo expresado en
la demanda.
Añade a continuación, que el actor tampoco pudo acreditar que dichos actos fueron realizados con
intención de privar al poseedor de la disposición de la cosa, ni que los mismos tuvieran dicho efecto.
Manifiesta que, por el contrario, obra prueba en autos que acredita que hasta antes del 16/02/2007 su
parte tuvo la disponibilidad del bien, tanto del terreno como de la casa; o sea que nunca hubo despojo
e interversión.
Que los actos posesorios ejercidos por Lebbos sobre el inmueble, fueron exteriores, visibles,
materiales, comportándose como el verdadero dueño del inmueble; la actora, en su momento no se
opuso al ejercicio de los mismos de manera exclusiva y excluyente; que tampoco se opone en el
marco de este procedimiento por lo que se configura el reconocimiento judicial de la causal de
interrupción, lo que pide se declare.
Afirma luego, que de la prueba de autos se desprende que si bien el actor acreditó el corpus
posesorio, no logró acreditar la realización de actos posesorios animus domini con los requisitos
legales para usucapir.
Pide se valore y aprecie la prueba teniendo en cuenta las actitudes y conductas asumidas por las
partes. Refiere a las contradicciones en que incurrió el actor en sede civil y penal.
Finalmente y como séptimo agravio, replantea en la Alzada todas las cuestiones que fueron
planteadas y rechazadas en virtud de lo previsto por el art. 301 procesal.
Pide en definitiva, que se haga lugar al recurso de apelación interpuesto, se revoque la sentencia y se
dicte sustitutiva haciendo lugar a la excepción de falta de legitimación pasiva de Antonio Salvador y
José Agustín Lebbos, rechazando la demanda de prescripción adquisitiva del inmueble de autos; y en
consecuencia se haga lugar a la reconvención por reivindicación de inmueble a favor de los
codemandados y a la reivindicación de 98.000 ladrillos a favor de Alberto Luis Lebbos, rechazando
las excepciones de falta de acción y de prescripción adquisitiva interpuestas por la contraria, con
costas.
3.- Atento a la entrada en vigencia del CCyCN (ley 26.994) desde el 1° de agosto del año 2015
(conforme ley 27.077), de manera liminar, corresponde pronunciarse sobre la ley aplicable al presente
caso. De conformidad con lo normado tanto por el art. 7 del CCyCN (ley 26.994) como por el art. 3 del
CC (ley 340), en materia de derechos reales, la regla es que la constitución y los efectos ya
producidos de las situaciones nacidas bajo el CC (ley 340) no pueden ser afectadas por nuevas
disposiciones; en cambio, el CCyCN rige las consecuencias o efectos de esas situaciones aún no
producidas y la extinción no operada (cfr. Aída Kemelmajer de Carlucci, en "La aplicación del Código
Civil y Comercial a las relaciones y situaciones jurídicas existentes", edit. Rubinzal Culzoni, Santa Fe,
2015, pág. 159). En consecuencia, atento a la naturaleza de la pretensión esgrimida, en la que se
invoca una situación jurídica anterior a la entrada en vigencia del CCyCN, corresponde aplicar al
presente caso las normas del Código de Vélez, sin perjuicio de aclarar que, muchas de las
disposiciones del nuevo código, recogen las normas y criterios doctrinales y jurisprudenciales nacidos
durante la vigencia del CC (ley 340), por lo que la solución del caso no sería diferente de aplicarse
uno u otro ordenamiento.
Los extremos requeridos para la procedencia de la usucapión ejercida como acción, son la prueba
plena y concluyente de la existencia: a) del corpus, entendido como el ejercicio del poder de hecho o
su señorío sobre la cosa; b) del animus o intención de tener la cosa para sí; c) del mantenimiento de
ambos requisitos durante el plazo requerido por la ley, en forma pública y pacífica (doctrina del art.
4015 del Código Civil).
Se trata de un proceso de carácter contencioso, que debe entenderse contra quien resulte titular del
dominio de acuerdo con las constancias de catastro, y si no se pudiera establecer con precisión quién
figura como titular al tiempo de promover la demanda, se procederá de la forma que determinan las
normas del rito para la citación de personas desconocidas. Compete a la actora acreditar que ha
ejercido la posesión del bien, a título de dueño, y en forma pública, pacífica e ininterrumpida por el
plazo de ley. Tal acreditación se logra cuando las pruebas arrimadas conforman lo que se denomina
"prueba compuesta", consistente en la coordinación de una serie de elementos de diferente
naturaleza, que valorados de modo conjunto y relacionado, y de conformidad con las reglas de la
lógica y de la sana crítica racional, resultan eficaces para probar los extremos exigidos para que
prospere la acción.
En tal inteligencia, resulta imprescindible que mediante concreción idónea y coherente de esa prueba
-compuesta- (art. 24 Ley 14159) llegue el órgano judicial a la convicción de que en el caso ha
mediado posesión, por lo que aquella no puede sustentarse sólo en prueba instrumental. A su vez, la
prueba de testigos, que es por lo común la sustancial y de mayor importancia dada la naturaleza de
los hechos que se pretenden justificar, no deber ser la única aportada por el actor, sino que debe
aparecer corroborada por evidencia de otro tipo que forme con ella la prueba compuesta. Reviste
también singular relevancia la prueba de impuestos, tasas y contribuciones abonados, aunque cabe
recordar que ellos han dejado de constituir un requisito ineludible a los fines de la usucapión, por lo
que su falta de pago no es suficiente por sí misma para rechazar la acción, cuando existe prueba
compuesta que justifique su procedencia. Asimismo, si bien no es forzoso que las pruebas versen
sobre actos cumplidos a lo largo de todo el período de prescripción, es preciso que exterioricen la
posesión durante una buena parte de ese período, de modo que sea posible concluir que en el caso
concreto ha mediado posesión veinteñal.
5.- Por razones de orden metodológico se abordará el tratamiento de los agravios del demandado,
dentro de los cuales se encuentra subsumida la queja única del actor.
Los mentados agravios versan, en lo sustancial, sobre las siguientes cuestiones: a) rechazo de la
excepción de falta de legitimación pasiva de los codemandados Antonio Salvador Lebbos y Jorge
Agustín Lebbos; b) fundamentación de la decisión sobre la base de hechos y pruebas invocados al
oponer la prescripción adquisitiva como defensa y no como acción; c) indebida y errónea valoración
de la prueba; d) omisión de tratamiento de la reconvención por reivindicación.
5.1.- Cabe precisar que en el caso, el accionante ha demandado por prescripción adquisitiva y los
accionados han reconvenido por reivindicación, ante lo cual el actor opuso la prescripción adquisitiva
como defensa. Abordando las cuestiones en un orden lógico, la sentencia resolvió en primer término
lo atinente a la prescripción adquisitiva, y en ese contexto valoró la totalidad de las pruebas
producidas en autos en orden a acreditar la posesión animus domini invocada por el término de ley, y
en definitiva, las consideró suficientes a esos fines.
Es, siguiendo tal tesitura, que la apelante entiende que se ha modificado el material fáctico ya
delimitado por las partes con la traba de la litis; que se ha violado el derecho de fondo vigente al
declarar adquirido el dominio con fundamento en una simple defensa; que la sentencia es nula por
violar el principio de congruencia.
La reconvención constituye uno de los supuestos del proceso acumulativo; se acumulan dos
pretensiones autónomas, una propuesta por el actor y otra por el demandado. Por eso se exige que
se adecue a las normas que rigen la acumulación objetiva, imponiéndose los mismos requisitos
(Fenochietto – Arazi, CPCN, comentado, T. 2, p. 261).
Ahora bien, no obstante tratarse de una nueva litis dentro de un mismo proceso, ambas responden a
la misma causa, emanada del mismo hecho constitutivo, y dado al carácter único e integral del
proceso, deben resolverse de manera conjunta y atendiendo a la totalidad de las proposiciones de la
partes en la demanda y reconvención y sus respectivas contestaciones, actos procesales éstos que
producen la traba de la litis y delimitan la “quesito iuris” a decidir por el órgano jurisdiccional.
Las pretensiones de las partes y los poderes del juez quedan fijados por la demanda, la reconvención
y sus respectivas contestaciones (cfr. Colombo, Carlos J., Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación, t. II, p. 565, Abeledo - Perrot, Buenos Aires, 1969).
A la luz de las precisiones anteriores, se advierte que yerra la demandada cuando alega que ha visto
vulnerado su derecho de defensa y que se ha violado el principio de congruencia, toda vez que las
pretensiones esgrimidas en el marco de la reconvención -tanto en la demanda como en la
contestación- quedaron incorporadas al proceso antes de la traba de la litis, y consecuentemente las
partes tuvieron oportunidad de ofrecer y producir las pruebas tendientes a acreditar sus pretensiones
y a desvirtuar las de la contraria.
A su vez, no se advierte exceso alguno del sentenciante en cuanto pondera las pruebas ofrecidas y
producidas en el marco de ambas acciones, ya que es deber del juez, al fundar su decisión, valorar la
totalidad de las pruebas incorporadas al proceso.
La doctrina es actualmente pacífica en el sentido que el juzgador debe valorar la totalidad de las
pruebas practicadas y basarse en todas ellas para dictar sentencia, con independencia del efecto que
cada prueba conlleve -en sentido positivo o negativo, beneficioso o perjudicial- para las pretensiones
de la parte que en su caso la haya propuesto, siendo perfectamente posible, incluso, que el
convencimiento del juzgador acerca de las alegaciones de una de las partes se alcance mediante una
prueba propuesta por la otra. Y ello porque las pruebas aportadas al proceso se desentienden de su
procedencia y se incorporan a éste. En definitiva, el principio de adquisición procesal obliga a
ponderar todas las pruebas producidas, ya a favor, ya en contra de cualquiera de las partes, con
independencia incluso de la voluntad o interés de la parte cuando las aportó. En otros términos, los
resultados de la actividad procesal son comunes para las partes y se consiguen para el proceso, por
lo que las pruebas practicadas son del proceso y están destinadas al juez, quien debe utilizarlas
prescindiendo de quién las haya aportado, pudiendo valerse de ellas para fundar su decisión
estimatoria o desestimatoria de la pretensión esgrimida. (CSJT, Sentencia nº 850 de fecha
28/06/2017).
Por lo demás, cabe precisar que las denunciadas contradicciones entre los hechos expuestos en la
demanda y en la contestación a la reconvención, no se advierten configuradas. Antes bien, nos
encontramos -en sustancia- ante dos relatos que no son incompatibles sino complementarios entre sí.
Y más allá de lo manifestado por el accionante en una y otra oportunidad, y de si las pruebas han
estado dirigidas a acreditar la construcción o la refacción de la vivienda, lo cierto es que han sido
consideradas suficientes por el A quo para tener por demostrada la posesión animus domini del
accionante por el término de ley.
La legitimación procesal es el requisito en virtud del cual debe mediar coincidencia entre las personas
que efectivamente actúan en el proceso, y aquellas a las cuales la ley habilita especialmente para
pretender (legitimación activa) y para contradecir (legitimación pasiva), respecto de la materia sobre
la cual el proceso verse (cfr. Palacio, Lino, "Derecho Procesal Civil", Abeledo Perrot, 1975, pág. 406).
Sin perjuicio de ello, la excepción deducida perdió todo sustento al haber los excepcionantes
reconvenido por reivindicación y, con ello, tomado participación voluntaria en el proceso.
En virtud de ello, el agravio sobre el punto se rechaza.
5.3.- En relación a la concreta procedencia de la demanda por prescripción adquisitiva, aclarado que
lo alegado y probado en el marco del proceso reconvencional integra el thema decidendum,
corresponde abocarse al análisis de las pruebas obrantes en el proceso a los fines de determinar si
concurren los presupuestos legales que la configuración del instituto en cuestión exige.
Es un hecho no controvertido que la ocupación inicial del inmueble devino de una prestación
complementaria laboral, para uso y habitación de los obreros y sus familias, que data
aproximadamente del año 1.954 (cfr. sentencia del 28/09/2015).
Más aun, ha quedado acreditado con la escritura de venta nº 47 del año 1952 acompañada por los
demandados a fs. 372/377, que las tierras en que se emplaza el inmueble objeto de la litis,
pertenecieron a Compañía Azucarera Tucumana, que las vendió a David Rafael Feler y León Feler,
quienes al recibirlas prestaron “conformidad con los actuales ocupantes de las casas existentes como
tenedores precarios de las mismas…”. Y que ya para ese entonces, el inmueble de autos se
encontraba ocupado por la familia Barquet que entró al mismo por la relación laboral que los ligó con
la mentada empresa.
De allí que -como lo destacó el sentenciante-, resulta necesario determinar si conforme a las
constancias de autos, la parte actora intervirtió válidamente ante los demandados, mediante
manifestaciones externas inequívocas y suficientes, el carácter de tenedor con el que accedió a la
ocupación del inmueble, legitimándose como poseedor animus domini, en las condiciones requeridas
para usucapir. Anticipo que comparto la valoración realizada por el sentenciante de grado.
Interesa señalar que el progreso de la acción se basa en un pormenorizado análisis del plexo
probatorio reunido, eficaz para constituir la prueba compuesta. En efecto, la sentencia exhibe un
análisis conjunto e interrelacionado que la apelante no logra desvirtuar, toda vez que su posición se
limita a una crítica parcial de algunos elementos de prueba, eludiendo la consideración integral que
condujo a un pronunciamiento favorable al usucapiente.
La prueba pericial producida por el Ingeniero Stagnetto a fs. 1333/1343 resultó contundente en
relación a la existencia de ampliaciones en el inmueble que tuvieron lugar al menos en tres etapas, en
virtud de las cuales la superficie de la casa pasó de tener 40 a 130 m2.
Conviene recordar que el perito ha sido convocado a juicio en razón de sus conocimientos técnicos,
de modo que su dictamen resulta de ineludible consideración, máxime cuando la apelante se limita,
en esta instancia, a reiterar impugnaciones genéricas, orientadas a descalificar el desarrollo de la
labor profesional, en especial el método comparativo empleado, sin el rigor técnico necesario que
autorice al tribunal a apartarse de sus conclusiones. Así fue señalado en la anterior instancia, donde
se concluyó que las aclaraciones vertidas por el perito en su presentación de fs. 1371/1375 confieren
al dictamen seriedad e idoneidad técnica suficiente.
A mayor abundamiento cabe referir que las dimensiones de la construcción “original” (v. fs. 1339) que
el perito toma como parámetro comparativo para determinar la extensión de las ampliaciones –que la
apelante cuestiona-, concuerda con la descripción que del inmueble originario hace la propia
recurrente a fs. 357 y vta., al referir que: “En el testimonio de hijuela extraído de los autos Lebbos
Antonio s/ Sucesión ´Operaciones de Inventario y Avalúo de Bienes´ se denuncia la existencia en el
predio de ´una casa habitación compuesta de dos habitaciones, de 3 m x 3 m cada una, una cocina
de 2,5 m x 2,5 y una galería, todo de material y techo de tejas, la que se encuentra en regular estado
de conservación´. La misma apelante informa que dichas operaciones fueron aprobadas el
29/05/1978, de manera que tales eran las características del inmueble a esa fecha.
Por otro lado, las conclusiones del perito Stagnetto encuentran adecuado respaldo en la documental
glosada a fs. 36/56, en la que consta que entre los años 1981 y 2000 el actor adquirió diversos
materiales de construcción y mobiliario destinados al inmueble objeto de autos.
Como bien se señaló en la sentencia impugnada, dicha documentación ha sido objeto de una mera
negativa genérica que resulta insuficiente a los fines de desvirtuar su autenticidad. Los restantes
cuestionamientos introducidos en el memorial de agravios no serán considerados en virtud de no
haber sido sometidos a conocimiento del inferior en grado (art. 713 CPCC).
Las declaraciones brindadas por los testigos ofrecidos por el actor dan cuenta de que éste “ha
edificado y ha ampliado la casa” (fs. 1071), que “antes era una casa con una sola habitación y una
cocina; luego la fueron ampliando…” (fs. 1072); que “tiene limpia la propiedad; hizo ampliaciones
como por ejemplo dos piezas, siendo antes una casa de una sola habitación” (fs. 1115 vta); que “la
casa era de una habitación y fue haciendo mejoras” (fs. 1841 vta); que el inmueble “en esos tiempos
era de una sola habitación y ahora tiene verjas y ampliaciones (fs. 1843); que “he visto que hacía
remodelaciones del año 80, pintaba, revocaba” (fs. 1845 vta.); “hizo una galería y habitaciones” (fs.
1846 vta.); “viene haciendo ampliaciones hace aproximadamente 25 años”.
Las tachas a las declaraciones anteriores han sido abordadas y desestimadas por el sentenciante
anterior con fundamentos que se comparten.
En efecto, la circunstancia de que los testigos hayan sido anoticiados de la audiencia por el actor no
conduce inexorablemente a la descalificación de sus declaraciones, máxime si sus dichos aparecen
como verosímiles y se encuentran ratificados por otras constancias probatorias, como ocurre en la
especie.
La referida inspección ocular da cuenta además del estado de ocupación actual del inmueble por
parte de la familia Barquet. Finalmente, añade el oficial actuante que la parte antigua de la vivienda
data de 80 años atrás y las modificaciones de hace 30 años aproximadamente.
Si bien es cierto que -como expresa la recurrente- la antigüedad de las construcciones se determina a
través de la prueba pericial, y no mediante una inspección ocular llevada a cabo por quien no reviste
la condición de especialista en la materia; ello no descalifica la apreciación efectuada por el oficial
actuante que resulta concordante con la propia pericia, y con las demás constancias de autos,
máxime cuando surge del acta que estuvo asistido por un arquitecto de parte.
Por otro lado, no puede dejar de meritarse como elemento que acredita el animus domini del actor,
que ya en el año 1984 inició, junto a Genaro Barquet, un juicio de prescripción adquisitiva en relación
al inmueble, en contra de su entonces titular Compañía Azucarera Tucumana (cfr. fs. 710 y vta), para
lo cual confeccionó plano de mensura para información posesoria que fuera aprobado por la
Dirección de Catastro el 30/12/1983 (cfr. fs. 711/712).
Ello fue corroborado con la declaración testimonial del Dr. Hernán José Iramain, quien manifestó que
intervino en el proceso referido como patrocinante de los actores. Reconoció como de su puño y letra
la documentación que se le exhibiera (fs. 707/709) consistente en un recibo por el monto de 100
australes en concepto de honorarios profesionales convenidos en el juicio; y una nota dirigida al Dr.
Dato solicitando que entregara al portador de la misma el expediente “Jorge y Genaro Barquet s/
Prescripción adquisitiva de dominio”, que en ese momento se encontraba en su poder, recibiendo
como respuesta al dorso de la nota, que aquel fue remitido a Buenos Aires por el fuero de atracción,
al Juzgado Nacional de Comercio nº 2 en la quiebra de la Compañía Azucarera Tucumana.
Finalmente, preguntado el deponente sobre su opinión como profesional del derecho acerca de la
procedencia de dicha acción, manifestó “...de toda procedencia conforme la cuestión que me
planteara el cliente al momento de encomendarme la tarea profesional” (fs. 1179).
Finalmente, el actor ha acreditado con las constancias obrantes a fs. 25/35 que ha abonado
impuestos ante la Dirección General de Rentas correspondientes a períodos comprendidos entre los
años 1976 y 1984.
Se trata de una prueba demostrativa del animus domini, que según lo previsto por el 24 inc. c) de la
ley 14.159 resulta útil para valorar la antigüedad de la posesión, aunque tales pagos no se extiendan
durante todo el plazo de prescripción. De manera que el hecho de que dichos impuestos hayan sido
abonados en un solo acto, no obsta a su valoración como referencia temporal para establecer la
fecha de inicio de la posesión animus domini.
Se observa en autos, un vasto material probatorio que valorado de manera conjunta permite concluir
que el actor, al menos desde el año 1980 -fecha en la que se extinguió el vínculo laboral entre
Segundo Genaro Barquet y Compañía Azucarera Argentina- ha intervertido el título en relación al bien
de autos, completando desde hace más de veinte años a la fecha de la interposición de la demanda,
la posesión del inmueble objeto del presente litigio. En efecto, está probado que para esa época
comenzó a llevar a cabo importantes reformas y ampliaciones, inició un proceso de prescripción
adquisitiva respecto del inmueble; pagó los impuestos que lo gravan, a la par que continuó
ocupándolo pacífica e ininterrumpidamente por más de veinte años, habitando siempre allí con su
grupo familiar.
Se ha dicho que resulta acreditada la interversión del título por parte de quien primero detentó un
fundo “nomine alieno”, y luego “nomine propio”, si realizó de manera ostensible un conjunto de actos
que son típicamente posesorios y demostrativos de la intención de no poseer para otro sino de
hacerlo “per se”. Dicha acreditación surge de actos tales como haber levantado un asiento
domiciliario, criado los hijos, cultivado la tierra, demarcado un pedazo de tierra; todo ello efectuado
con la firme convicción de no ser ya más tenedor sino poseedor a título de dueño y por lógica
consecuencia, desconociendo los derechos que cualquier otro pudiera tener, intervirtiendo el título en
forma absolutamente unilateral. (Conf. Cám. Civ. Com. 5ª Nominación Córdoba, 03/04/1995, LLC,
1995-565). (La Ley Online, Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala G, 17/04/13,
AR/JUR/10547/2013).
No empecen a la conclusión anterior, los testimonios ofrecidos por la parte demandada corrientes a
fs. 1689/1697. En efecto, los testigos, en su mayoría empleados de Lebbos, son concordantes en
cuanto a la ocupación del inmueble por parte de la familia Barquet, y si bien sindican a Lebbos como
propietario y manifiestan que éste les prestaba la casa- habitación a aquellos, se trata de
manifestaciones que no encuentran sustento en las demás constancias de la causa. Por lo demás, la
mayoría de los testigos refiere que desconoce quién construyó y/o reparó la casa.
En cuanto a los actos posesorios concretos invocados por los demandados, la única prueba
producida es la testimonial antes referida y la colectada en sede penal. Las declaraciones dan cuenta
–además del invocado préstamo de uso-, de que el inmueble siempre fue utilizado como vía de
acceso al predio mayor vecino de propiedad de Lebbos, y que en el mismo se depositaron, por orden
de Lebbos y con la tolerancia del actor, 98.000 ladrillos entre octubre y noviembre de 2005. Ahora
bien, las restantes pruebas colectadas solo permiten corroborar las declaraciones referidas al
depósito de los ladrillos, que tendrán eventual incidencia en lo concerniente a la reivindicación de
éstos, pero carecen de entidad acreditativa suficiente en lo que respecta a la concreta posesión del
inmueble.
Tampoco puede considerarse -como pretende la recurrente- que dicho depósito opere como
demostración sine qua non del ejercicio de actos posesorios por parte de los demandados que
desvirtuarían el animus domini del actor, toda vez que la proximidad del hecho con la fecha de inicio
de la presente demanda, hace suponer precisamente lo contrario, es decir, que el actor controvirtió
oportunamente el derecho de aquel de realizar actos sobre el inmueble.
Por fin, los pagos de impuestos invocados por la parte demandada corresponden a períodos
anteriores a la fecha considerada como inicio de la posesión animus domini del actor, o bien a
períodos posteriores a la interposición de la presente demanda. Lo mismo ocurre con la constancia
de Catastro que da cuenta de que el inmueble está empadronado a nombre de los demandados y
sindica como contribuyente a “Lebbos Alberto Luis y otros”, toda vez que la misma data del año 2009,
y en autos se encuentra agregada constancia anterior a dicha fecha, en la que figura como
contribuyente el actor.
5.4.- En lo que concierne a los agravios de ambas partes sobre la omisión del A quo de resolver las
pretensiones impetradas por la parte demandada, cabe efectuar una distinción. En lo que hace a la
reivindicación de inmueble, las quejas no pueden ser admitidas, toda vez que el acogimiento de la
demanda de prescripción adquisitiva torna improcedente la pretensión reivindicatoria. Ante ello, la
conclusión arribada por el A quo de que resulta abstracto pronunciarse sobre la cuestión, resulta
ajustada a derecho.
En cuanto a la reivindicación de los 98.000 ladrillos la situación varía, toda vez que la procedencia de
la demanda de prescripción del inmueble, no empece a su acogimiento en caso de reunirse los
recaudos legales pertinentes, por lo que correspondía abocarse a su tratamiento.
Al respecto, la parte demandada (actora en la reconvención por reivindicación) aduce que obra en
autos prueba suficiente que acredita el cumplimiento de los mentados requisitos, a saber: derecho de
poseer; pérdida de la posesión; posesión actual del demandado. Aclara que si bien una parte –no la
totalidad- de los ladrillos, fueron entregados a Antonio Luis Lebbos antes del dictado de la sentencia
definitiva en el marco de una medida cautelar en el proceso penal por usurpación, no puede
considerarse que la entrega provisoria de aquellos haya concluido el proceso.
Por su parte, el actor considera que debe hacerse lugar a la defensa de falta de acción opuesta, con
fundamento en que la reivindicación de los ladrillos no guarda vínculo más o menos mediato o
inmediato con la pretensión del actor; máxime cuando se trata de cosas (inmuebles y muebles no
registrables) de naturaleza completamente distintas, y a mayor gravedad no sujetas a identificación,
ni robadas, por ello no reivindicables. Añade que la defensa de falta de acción es asimismo
procedente, porque los ladrillos que hoy se pretende reivindicar fueron ya entregados al Sr. Lebbos -
reivindicante-.
En primer término, corresponde rechazar la defensa de falta de acción, toda vez -contrariamente a lo
pretendido- la contrademanda guarda evidente relación con la pretensión de prescripción adquisitiva,
toda vez que el depósito de los ladrillos en el inmueble objeto de la litis ha sido invocado por el
reconviniente como acto posesorio con incidencia sobre la pretensión del actor; por lo demás, las
demandas guardan identidad material. Con ello se cumplen los recaudos previstos por el art. 295
procesal.
Sentado ello, e ingresando al análisis del fondo de la cuestión, se advierte de las constancias de
autos que los ladrillos se encuentran debidamente identificados, y probado el derecho de poseer por
parte del Sr. Lebbos.
En efecto, surge de autos un reconocimiento por parte del propio actor (demandado en la
reinvindicación), respecto a que entre los meses de septiembre y octubre de 2005 el nombrado
depositó miles de ladrillos en el fondo del inmueble donde habita con su grupo familiar. Ello resulta
corroborado con los testimonios brindados a fs. 231/250, y con la documental corriente a fs. 207/223.
El despojo sufrido se encuentra asimismo probado con las constancias de la causa penal, de las que
surge que el 16/02/2017 Barquet y su esposa se opusieron al retiro de los ladrillos, adjudicándose en
dicha oportunidad la propiedad de los mismos.
En lo que respecta a la posesión actual de los ladrillos, debe tenerse por acreditada, por cuanto si
bien la mayor parte de estos han sido entregados al apelante en el marco de una medida cautelar
trabada en el proceso penal (v. fs. 777/778), dicha entrega es provisoria y no voluntaria, máxime
cuando está pendiente de resolución definitiva el pedido de sobreseimiento formulado por Barquet -
que eventualmente producirá la extinción de las medidas cautelares decretadas-.
En mérito de lo expuesto, corresponde hacer lugar al recurso de apelación interpuesto por las partes
sobre el punto, y en consecuencia rechazar la excepción de falta de acción impetrada por el
demandado en la acción de reivindicación, y hacer lugar a la pretensión reivindicatoria del
reconviniente respecto de los 98.000 ladrillos individualizados e identificados con los elementos
probatorios indicados anteriormente.
6.- Resta pronunciarse sobre las costas las que, atento al modo en que se resuelve, se imponen en
un 70% a los demandados y el 30% restante al actor (arts. 105, 108 procesal).
Es mi voto.
Que estando de acuerdo con los fundamentos dados por el Sr. Vocal preopinante, se adhiere a los
mismos, votando en igual sentido.-
RESUELVE:
I.- RECHAZAR el recurso de apelación deducido por los codemandados en contra de los puntos I) y
II) de la sentencia de fecha 28/09/2015, los que se confirman en cuanto fueran materia de agravios.
HÁGASE SABER.-
Ante mí:
La autenticidad e integridad del texto puede ser comprobada en el sitio oficial del Poder Judicial de Tucumán https://www.justucuman.gov.ar.
Fecha Impresión
05/12/2022 - 07:34:51
Expediente: 3726/05
Carátula: BARQUET JORGE OSVALDO C/ S/
Descripción: CEDULA LETRADO DOMICILIO CONSTITUIDO
Unidad Judicial: EXCMA. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA - SECRETARÍA JUDICIAL - CIVIL
*35DRDFTF*
*35DRDFTF*
CEDULA DE NOTIFICACION
PROVEIDO
Secretario Jefe
*62548964*
MP
La autenticidad e integridad del texto puede ser comprobada en el sitio oficial del Poder Judicial de Tucumán https://www.justucuman.gov.ar.
Fecha Impresión
05/12/2022 - 07:31:19
Expediente: 3726/05
Carátula: BARQUET JORGE OSVALDO C/ S/
Descripción: SENTENCIA FONDO
Unidad Judicial: EXCMA. CÁMARA EN LO CIVIL Y COMERCIAL COMÚN SALA III
*H102233331035*
H102233331035
Expte. n° 3726/05
En la Ciudad de San Miguel de Tucumán, abril de 2021, reunidos los Sres. Vocales de la Excma.
Cámara en lo Civil y Comercial, Sala IIIa., Dres. Raúl Horacio Bejas y María Dolores Leone Cervera
con el objeto
de conocer y decidir los recursos interpuestos contra la sentencia dictada en los autos caratulados
"BARQUET JORGE OSVALDO s/ PRESCRIPCION ADQUISITIVA"; y abierta la vista pública, el
Tribunal se plantea la siguiente cuestión: ¿ESTA AJUSTADA A DERECHO LA SENTENCIA
APELADA?
Practicado el sorteo de ley para determinar el orden de la votación, el mismo dio el siguiente
resultado: Dres. Raúl Horacio Bejas y María Dolores Leone Cervera.
1- La sentencia dictada por la Corte Suprema de Justicia de la Provincia en fecha 22/11/2019 hizo
lugar al recurso de casación interpuesto por los demandados contra el pronunciamiento de esta Sala -
con distinta integración- de fecha 30/11/2017, que confirmó la sentencia de primera instancia en
cuanto hizo lugar a la acción de prescripción adquisitiva interpuesta por el actor y declaró abstracto el
pronunciamiento sobre la reconvención por reivindicación opuesta por su parte.
Reenviada la causa a este tribunal, corresponde dictar nuevo fallo y resolver el recurso de apelación
deducido por la parte demandada contra la sentencia de primera instancia del 28/09/2015.
2.- Como antecedentes relevantes de la causa, cabe reseñar, que por la referida sentencia del
28/09/2015, la Sra. Juez de primera instancia resolvió I°. NO HACER LUGAR a la excepción de falta
de legitimación pasiva interpuesta por los co-demandados Antonio Salvador y Jorge Agustín Lebbos;
II°. HACER LUGAR a la demanda de prescripción adquisitiva promovida por Barquet Jorge Osvaldo
D.N.I. n° 10.663.975), respecto del inmueble objeto de la litis; III°. DECLARAR DE ABSTRACTO
PRONUNCIAMIENTO, expedirse sobre la reconvención sobre reivindicación de inmueble y las
excepciones y defensas opuestas como accesorias.
La primera sentencia dictada por este Tribunal y Sala con distinta composición (fs. 2089/2098), a la
luz de la valoración que efectuó de las circunstancias de la causa que estimó probadas, resolvió no
hacer lugar al recurso de apelación deducido por los codemandados en relación al progreso de la
demanda de prescripción adquisitiva iniciada por Jorge Osvaldo Barquet y al rechazo de la falta de
legitimación pasiva de los codemandados Antonio Salvador y Jorge Agustín Lebbos (punto I° de la
parte resolutiva). Sin embargo, decidió revocar parcialmente la declaración de abstracción dispuesta
por la sentencia de Iª Instancia, disponiendo sustitutivamente lo siguiente: “RECHAZAR la defensa de
falta de acción deducida por el actor, y HACER LUGAR a la reconvención por reivindicación de los
98.000 ladrillos deducida por Alberto Lebbos. En consecuencia, condeno a los demandados -Jorge
Osvaldo Barquet y Julia Lidia Cruz-, a que en el término de diez días de quedar firme la presente,
restituyan al actor la efectiva posesión de los 98.000 ladrillos individualizados e identificados con las
constancias de autos referenciadas en los considerandos, en aras de que éste último tenga el uso y
goce de los mismos” (punto II° de la parte resolutiva). Prorrateó las costas en función del éxito
obtenido imponiendo el 70% a cargo de los demandados y el 30% a cargo de la actora.
En tal marco la parte actora interpuso recurso de casación en contra del punto II de la sentencia
referida, y la parte demandada hizo lo propio respecto de los puntos I y III de la misma.
A la luz de la sentencia del Superior Tribunal que ordena el reenvío de la causa, la resolución dictada
por esta Excma. Cámara en fecha 30/11/2017 ha quedado sin efecto sólo en cuanto rechaza el
recurso de apelación deducido por los codemandados en contra del punto II de la sentencia de Iª
Instancia -que decide hacer lugar a la acción de prescripción adquisitiva-; a su vez, y como
consecuencia natural de ello, también ha quedado sin efecto el punto III referido a las costas. Los
demás aspectos de dicho pronunciamiento se encuentran firmes.
3.- En lo que aquí resulta pertinente, los agravios de los demandados apelantes, versan sobre la
valoración parcializada y errónea de la prueba reunida en autos, con relevancia para la decisión de la
causa.
A partir de dichas precisiones, enfatizan que en virtud de la prueba obrante en autos, no puede
sostenerse que el actor intervirtió el título, ni que haya tenido la posesión animus domini, pública,
pacífica ni ininterrumpida por el lapso de 20 años anteriores a la interposición de la demanda.
Analizan seguidamente cada una de las pruebas producidas, en orden a evidenciar que no
demuestran la mentada interversión.
Respecto de la prueba pericial, aducen que las conclusiones del experto fueron oportunamente
impugnadas por su parte; reiteran los fundamentos por los cuales entienden que cabe apartarse del
dictamen, y piden que así se resuelva.
Destacan que, por otra parte, esta prueba no aprovecha al actor sino que prueba en su contra,
porque lo único que surge de ella es que la casa tiene dos dormitorios, o sea, Barquet no solo no
construyó sino que ni siquiera amplió la casa.
En relación a la prueba testimonial, señalan que todos los testigos de la parte actora fueron tachados
porque manifestaron que esta los anotició o directamente los llevó a declarar. Que no obstante ello,
los testigos incurren en contradicciones con sus propios dichos o con los de terceros, o con la
restante prueba obrante en autos. Analizan cada una de las declaraciones brindadas, y concluyen
que el actor solo cuenta con una prueba testimonial valedera, y que la misma prueba en su contra.
Puntualizan que es la actora quien debe probar con el grado de certeza que se requiere, la
realización de actos de interversión del título; que su parte, en cambio, no está obligada a probar que
hizo las supuestas modificaciones o ampliaciones, puesto que ello no formó parte de los hechos
invocados al momento de contestar demanda, y al momento de contestar la excepción, expresamente
se opusieron a que estos hechos y otros más se incorporaran al proceso por ser contradictorios con
lo expresado en la demanda.
Añaden a continuación, que el actor tampoco pudo acreditar que dichos actos fueron realizados con
intención de privar al poseedor de la disposición de la cosa, ni que los mismos tuvieran dicho efecto.
Manifiestan que, por el contrario, obra prueba en autos que acredita que hasta antes del 16/02/2007
su parte tuvo la disponibilidad del bien, tanto del terreno como de la casa; o sea que nunca hubo
despojo e interversión.
Que los actos posesorios ejercidos por Lebbos sobre el inmueble, fueron exteriores, visibles,
materiales, comportándose como el verdadero dueño del inmueble; la actora, en su momento no se
opuso al ejercicio de los mismos de manera exclusiva y excluyente; que tampoco se opone en el
marco de este procedimiento por lo que se configura el reconocimiento judicial de la causal de
interrupción, lo que piden se declare.
Afirman luego, que de la prueba de autos se desprende que si bien el actor acreditó el corpus
posesorio, no logró acreditar la realización de actos posesorios animus domini con los requisitos
legales para usucapir.
Piden se valore y aprecie la prueba teniendo en cuenta las actitudes y conductas asumidas por las
partes. Refieren a las contradicciones en que incurrió el actor en sede civil y penal.
4- Encontrándose los autos a despacho para resolver, como punto de partida cabe considerar que es
un hecho no controvertido que la ocupación inicial del inmueble devino de una prestación
complementaria laboral, para uso y habitación de los obreros y sus familias, que data
aproximadamente del año 1954 (conf. fs. 2095). En efecto, las tierras en que se emplaza el inmueble
objeto de la litis, pertenecieron a Compañía Azucarera Tucumana, que las vendió a David Rafael
Feler y León Feler, quienes al recibirlas prestaron “conformidad con los actuales ocupantes de las
casas existentes como tenedores precarios de las mismas”. Y que ya para ese entonces, el inmueble
de autos se encontraba ocupado por la familia Barquet que entró al mismo por la relación laboral que
los ligó con la mentada empresa (conf. fs. 2095).
De manera que resulta necesario determinar si conforme a las constancias de autos, la parte actora
intervirtió válidamente ante los demandados, mediante manifestaciones externas inequívocas y
suficientes, el carácter de tenedor con el que accedió a la ocupación del inmueble, legitimándose
como poseedor animus domini, en las condiciones requeridas para usucapir.
Conforme lo ha indicado nuestro Superior Tribunal en la sentencia de fecha 22/11/2019 “corresponde
recordar que en reiterados pronunciamientos este Tribunal señaló que el art. 2353 del Código Civil
(aplicable al caso en función de la fecha de los hechos) prescribía: ‘Nadie puede cambiar por sí
mismo, ni por el transcurso del tiempo, la causa de su posesión. El que comenzó a poseer por sí y
como propietario de la cosa, continúa poseyendo como tal, mientras no se pruebe que ha comenzado
a poseer por otro. El que ha comenzado a poseer por otro, se presume que continúa poseyendo por
el mismo título, mientras no se pruebe lo contrario’. Y el art. 2354 del mismo digesto establecía:
‘Tampoco se pueden cambiar por la propia voluntad, ni por el transcurso del tiempo, las cualidades ni
los vicios de la posesión; tal como ella comenzó, tal continúa siempre, mientras no se cree un nuevo
título de adquisición’. En análoga tesitura, el actual art. 1915 del CCCN señala que ‘Nadie puede
cambiar la especie de su relación de poder, por su mera voluntad, o por el solo transcurso del tiempo.
Se pierde la posesión cuando el que tiene la cosa a nombre del poseedor manifiesta por actos
exteriores la intención de privar al poseedor de disponer de la cosa, y sus actos producen ese efecto’.
Esta Corte ha explicado repetidamente que ‘La interversión del título no se produce como
consecuencia de la simple mutación de la voluntad del interesado o el mero transcurso del tiempo,
siendo exigible un acto de entidad suficiente para modificarlo. (Doctrina art. 2353 CC). ‘Para la
interversión del título debe mediar: a) un acto de entidad suficiente para modificarlo (v.gr., convención
entre poseedor y tenedor); b) actos materiales efectuados por el sujeto de la relación real; c)
participación de un tercero; y d) sentencia. Deben ser probados, no bastando exteriorizar la mutación
de la voluntad o el transcurso del tiempo´ (Kiper, Claudio M., Comentario al art. 2353 en la obra
dirigida por Zannoni y coordinada por Kemelmajer de Carlucci, Código Civil y leyes complementarias,
tomo 10, Astrea, Buenos Aires 2005, pág. 212)” (CSJTuc, sentencia N° 900 del 16/8/2016, “Córdoba
José Antonio vs. Quiroga Martin Luis Horacio s/ Desalojo”). Este Tribunal ha enfatizado también que
‘Como lo expresa el art. 2458 del Código Civil, la interversión exige actos exteriores que manifiesten
la intención de privar al poseedor de disponer de la cosa y que, efectivamente, produzcan ese efecto;
debe consistir en hechos que impliquen una verdadera contradicción a los derechos del propietario,
un alzamiento contra su derecho. Tales actos deben ser incompatibles con el ejercicio del dominio de
quien es el propietario de la cosa (Cám. Nac. Civ. Sala A, 01/7/1993, JA, 1994-III-235) y de hecho
tienen como consecuencia lograr el fin querido privando de la posesión a aquél en cuyo nombre
estaba poseyendo (Cám. Nac. Civ. Sala K, 29/5/1997, DJ, 1998-3-133); esos actos ´deben ser lo
suficientemente precisos para significar la voluntad del tenedor de excluir al poseedor, y lo
suficientemente graves para poner en conocimiento de la situación al poseedor, para que éste pueda
hacer valer sus derechos. El acto de oposición es al mismo tiempo un acto de afirmación de la
posesión propia, y de negación de la posesión ajena´ (Kipper, Claudio, en Zannoni-Kemelmajer de
Carlucci, ´Código Civil Comentado y leyes complementarias´, Bs. As., Ed. Astrea, 2005, t. 10, p. 209).
En definitiva, la interversión del título supone una pugna efectiva que implique impedir realmente al
propietario el ejercicio de sus facultades, esto es, la realización de actos claramente incompatibles
con la primitiva causa de la posesión o tenencia, que no dejen la más mínima duda sobre la intención
de privar al dueño de la facultad de disponer de ella. La mera afirmación de haber poseído el
inmueble por haber seguido habitándolo, o de haber efectuado ampliaciones, no basta por sí sola
para cumplir con todos los recaudos legales exigibles a los fines de la adquisición del dominio por
prescripción adquisitivano resultando suficiente para ello la ocupación, el pago de impuestos o el
plano de mensura, toda vez que constituyen actos materiales que puede realizar un simple
detentador’ (CSJTuc., sentencia N° 1229 del 25/11/2008, “Isasmendi Juan Antonio s/ Prescripción
adquisitiva”). En esa misma línea interpretativa, la Corte Federal ha juzgado que ‘para que se
configure la interversión del título no basta el cambio interno de la voluntad, ni siquiera su
exteriorización por simples actos unilaterales, sino que tiene lugar cuando el cambio se produce
mediando conformidad del propietario o actos exteriores suficientes de contradicción de su derecho.
Lo primero porque excluye la unilateralidad de la mutación y lo segundo con arreglo al principio del
art. 2458 del código citado (confr. Fallos: 253:53, considerando 10)’ (CSJN, sentencia del 07/10/1993,
“Glastra S. A. E. e I. c. Nación Argentina y otros”, Fallos 316:2297). En similar tesitura, la
jurisprudencia nacional ha expuesto que ‘La interversión del título por quién tiene la cosa a nombre
del poseedor requiere para que opere de actos exteriores contra aquel. No basta la mera voluntad del
tenedor, tanto sea la voluntad interna como que ésta se manifieste. Es menester que existan actos
exteriores que reflejen la voluntad de provocar la pérdida de la posesión, pero solo cuando los
mismos producen ese efecto. El acto positivo de voluntad no debe dejar la más mínima duda de la
voluntad de provocar la pérdida de la posesión y de la intención de privar al poseedor de su facultad
de disponer de ella. Es necesario que se lo exteriorice de modo tal que el poseedor la conozca o
pueda conocerla, todo lo cual debe ser apreciado en forma rigurosa, no bastando a tal fin la prueba
de la mera ocupación, ni el pago de servicios’ (Cám. Nac. Apel. Civil, Sala F, del 18/5/2011, “Casco,
Elpidia c/Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires s/ Prescripción adquisitiva”). La jurisprudencia
transcripta, que representa el pacífico criterio de nuestros tribunales, deviene demostrativa de los
rigurosos estándares exigidos para admitir la producción de una interversión de título (conf. CSJT,
sentencia N° 560 del 11/5/2017)”.
A la luz de las precisiones sentadas por el Alto Tribunal, sustentadas en sólida y pacífica
jurisprudencia, se advierte que las pruebas rendidas en autos son insuficientes para tener por
operada la interversión del título invocada por el actor en tanto no ha logrado demostrar la realización
de actos que hubieran afectado a los verdaderos propietarios.
En efecto, los elementos reunidos en autos consisten en: a) prueba pericial que acredita la realización
de mejoras y ampliaciones en el inmueble; b) documentación que demuestra la efectiva ocupación
por parte del actor, su familia y sus antecesores; c) documentación vinculada a las mejoras y
reformas en el inmueble; d) comprobantes de pago de impuestos; e) declaraciones testimoniales que
respaldan las pruebas anteriormente mencionadas; f) plano de mensura para información posesoria.
Estos elementos, aun siendo compatibles con la posesión, no son idóneos para operar un cambio en
la causa originaria en virtud de la cual se comenzó a detentar el inmueble, toda vez que no suponen
un avance que implique impedir al propietario el ejercicio de sus facultades.
Se ha dicho, con criterio que se comparte, que resultan insuficientes para acreditar la interversión “los
actos de mantenimiento del inmueble, o las mejoras efectuadas, o el pago de impuestos, ya que si
bien son actos compatibles con la posesión, no son exclusivos de ella y también pueden válidamente
ser realizados por un tenedor interesado en conservar la cosa” (SCJM, Sala I, del 29/10/2015,
“Manrique, Carmen y otro en J° 85723/50669 Cordo, Ana Yolanda y otros c. Manrique, Carmen y
otros s/ Desalojo s/ Recursos extraordinarios de inconstitucionalidad y casación”, en LLGran Cuyo
2016 (marzo), 200, AR/JUR/58413/2015).
Por otra parte, no puede dejar de valorarse en sentido negativo, en relación con la invocación de
interversión, la constatación de que durante los meses de septiembre y octubre del año 2005 el señor
Lebbos depositaba los ladrillos de su propiedad en el fondo del inmueble en cuestión, sin que el señor
Barquet se haya opuesto a ello, demostrando libre disponibilidad y acceso al inmueble. En este
sentido, las declaraciones de los testigos propuestos por los demandados, que depusieron tanto en
este proceso como en el marco de la causa penal, dan cuenta “de que el inmueble siempre fue
utilizado como vía de acceso al predio mayor vecino de propiedad de Lebbos, y que en el mismo se
depositaron, por orden de Lebbos y con la tolerancia del actor, 98.000 ladrillos entre octubre y
noviembre de 2005”. Esa situación recién se habría modificado en febrero de 2007, cuando Barquet y
su esposa se opusieron a que Lebbos retire los ladrillos; es recién a partir de allí donde se aprecia un
acto que permite identificar una interversión del título que cumple con los estándares señalados a
nivel jurisprudencial, conforme lo señalara el Superior Tribunal.
Debe tenerse en cuenta que este medio de adquisición de dominio es excepcional, y la prueba debe
ser contundente, clara y convincente (CSJTuc., sentencia N° 1023 del 23/12/1997” (CSJT, sentencia
N° 210 de fecha 28 de marzo de 2001; en idéntico sentido, Sentencia N° 356/2014; C.S.J.T.,
sentencia N° 282 del 13/4/2015 y sus citas). En el caso, y por las razones expresadas, las pruebas
analizadas no reúnen las características señaladas.
Por lo expuesto, procede hacer lugar al recurso de apelación deducido por los demandados en contra
del punto II de la sentencia apelada, en cuanto acoge la demanda de prescripción adquisitiva.
5.- Resuelto del modo precedente el agravio referido a la procedencia de la acción de prescripción
adquisitiva, corresponde abordar el estudio de la reconvención por reivindicación deducida por los
demandados.
Quien inicia la acción reivindicatoria debe, como primera medida, justificar su derecho sobre la cosa
objeto de la acción, invocando título de dominio o de alguno de los derechos reales que se ejercen
por la posesión. Aquí la prueba se regirá por una serie de presunciones que en su contenido serán
diferentes de la prueba del derecho real respectivo, por lo cual, en concordancia con los principios
sobre la titularidad de la acción, el demandante no necesita demostrar que ha recibido la posesión del
inmueble al cual se aplica su título. Sí, en cambio, resulta insoslayable la invocación del título, por
cuanto se exige del reivindicante una mera probabilidad que torne preferible su derecho a la posesión
-que emana del título conforme al art. 2468- frente al del poseedor actual" (cfr. Papaño, Kiper, Dillon y
Causse en "Derecho Civil, Derechos reales" tomo 2, editorial Astrea edición 2004, páginas 420 y
421). Agregan los autores citados que "no cabe duda, pues, de que la carga de la prueba pesa sobre
el reivindicante. Pero ésta, insistimos, consiste en la demostración de su derecho a la posesión, lo
que se concreta mediante el título" (cfr. ob. cit. p. 421). Por su parte, el art. 2790 CC dispone: "Si
presentare títulos de propiedad anterior a la posesión, y el demandado no presentare título alguno, se
presume que el autor del título era el poseedor y propietario de la heredad que se reivindica". Ello
significa que si el reivindicante presenta títulos de fecha anterior a la posesión del demandado y éste
no acompaña título alguno, se establece en favor del primero la presunción de que el autor de dicho
título era poseedor a la fecha de aquél sobre el inmueble reclamado (cfr. Mariani de Vidal, M.: Curso
de Derechos Reales Bs. As. Zavalía. T. 3, p. 216). A su vez, corresponde interpretar que al referirse
el artículo 2790 a títulos de propiedad anteriores, no se debe tomar en cuenta solamente el título del
autor inmediato, pues el título anterior puede ser tanto el del reivindicante como el de cualquiera de
sus antecesores de dominio. Y, ante la presunción establecida por el art. 2790 del Código Civil carece
de trascendencia que el título invocado no contenga constancias sobre la posesión del enajenante o
sobre la tradición del inmueble, ya que dicha presunción recae sobre la posesión y propiedad del
autor del título (conf. SCBA, 1979/05/02; DJBA, 116-504). El art. 2790 del Código Civil se aplica en
cada caso de transmisión, con lo cual la presunción de posesión se remonta hasta donde los títulos
llegan. Por ello resulta procedente la reivindicación en los términos del art. 2790 del Código Civil, si
como sucede en autos, el reconviniente por reivindicación presenta un título de propiedad anterior a
la posesión del demandado y éste no exhibe título alguno (cfr. CSJTuc. sentencia n° 685 del
31/8/2000 en autos: "Augier de Galera B. vs. José Morelli y otro s/ Reivindicación y daños y
perjuicios", sentencia del 13/5/1996. Ídem: "Aguirre, José G. vs. Luna, Juan B. s/Reivindicación"). En
suma, el reivindicante no se halla obligado a probar que ha tenido la posesión del inmueble, sino que,
para incoar la acción, le es suficiente acreditar su derecho a poseer, y ello, porque la ley acude en su
auxilio en virtud de presunciones que permiten suponer que en algún momento fue poseedor con
antelación al demandado (si su título es de fecha anterior), o si no, le autorizan a invocar la habida
por sus antecesores" (ob. cit. p. 431). Conforme a ello, el reivindicante debe acreditar que tiene título
sobre la cosa, entendiéndose por título el antecedente jurídico del cual resulta el derecho ejercitado, o
sea todo acto que acredite la existencia del mismo (compraventa, donación, permuta, partición,
sentencia judicial, etc.). (CCCC Concepción, sentencia n° 251 de fecha 17/11/2017).
Surge de las constancias de autos que los reconvinientes han sustentado su derecho en el testimonio
de hijuela extraído de los autos caratulados “Lebbos Antonio s/ Sucesión” con trámite ante el Juzgado
Civil y Comercial de la V Nominación que instrumenta la adjudicación a su parte del inmueble de
autos (fs. 390/396). A su vez, acompañaron Escritura Pública n° 567 de fecha 02/10/1953 que
documenta la compraventa celebrada entre los Sres. León Feller y David Rafael Feller por una parte y
los hermanos Antonio Lebbos y Alberto Luis Lebbos (fs. 378/383); y testimonio de hijuela extraído de
los autos caratulados “Lebbos Alberto Luis s/ Sucesión” de la que surge la adjudicación de la totalidad
de los bienes inventariados al heredero Antonio Lebbos (fs. 384/389). Por fin, demostraron que el
inmueble fue vendido a los Sres. Feller por Sociedad Anónima Compañía Azucarera Tucumana en el
año 1952 mediante Escritura n° 47 (fs. 372/377), constando en el citado instrumento que el inmueble
formaba parte de la mayor extensión adquirida por la vendedora a los Sres. “Pedro G. Méndez y
Compañía” por escritura de fecha 14 de agosto de 1985 ante el Escribano Lauro Román. Dichos
antecedentes quedaron corroborados con copia certificada de la escritura citada en último término,
remitida por el Archivo General de la Provincia en el marco de la prueba informativa producida a fs.
1427/1463.
Habiendo demostrado los reconvinientes en forma instrumental los títulos de su derecho de dominio
sobre el inmueble objeto de la litis, y a que el demandado no lo hizo, resultan de aplicación las
normas y jurisprudencia anteriormente citadas.
Frente a tal escenario, la única posibilidad concreta que asistía al reconvenido, consistía en invocar y
probar que ha poseído animus domini el inmueble por el término legal para adquirirlo por usucapión,
lo que -conforme fuera anteriormente analizado- no ha ocurrido.
Por lo expuesto, corresponde hacer lugar a la acción de reivindicación deducida por Antonio Salvador
Lebbos, Jorge Agustín Lebbos (fs. 356/371) y Alberto Lebbos (fs. 523/535).
6.- Atento al resultado del recurso, corresponde imponer las costas a la actora vencida en virtud del
principio objetivo de la derrota (arts. 105 y 107 CPCyCT).
Es mi voto.
Que estando de acuerdo con los fundamentos dados por el Sr. Vocal preopinante, se adhiere a los
mismos, votando en igual sentido.
RESUELVE:
I.- HACER LUGAR al recurso de apelación deducido por los demandados en contra de la sentencia
de primera instancia de fecha 28/09/2015, en cuanto resolvió hacer lugar a la acción de prescripción
adquisitiva deducida por el actor. En consecuencia, RECHAZAR la misma, conforme a lo
considerado.
II.- HACER LUGAR a la reconvención por reivindicación deducida por Antonio Salvador Lebbos,
Jorge Agustín Lebbos (fs. 356/371) y Alberto Lebbos (fs. 523/535).
Ante mí:
FEDRA E. LAGO.
La autenticidad e integridad del texto puede ser comprobada en el sitio oficial del Poder Judicial de Tucumán https://www.justucuman.gov.ar.
Fecha Impresión
05/12/2022 - 07:33:44
Expediente: 3726/05
Carátula: BARQUET JORGE OSVALDO C/ S/
Descripción: CED 13 - CEDULA LETRADO CASILLERO VIRTUAL
Unidad Judicial: EXCMA. CÁMARA EN LO CIVIL Y COMERCIAL COMÚN SALA III
Depositado en casillero virtual el: 12/05/2021
Depositado en casillero virtual: 20239307095
*H102233349151*
H102233349151
Domicilio: 20239307095
PROVEIDO
"En la Ciudad de San Miguel de Tucumán, abril de 2021,...Y VISTOS: ...RESUELVE: I.- HACER
LUGAR al recurso de apelación deducido por los demandados en contra de la sentencia de primera
instancia de fecha 28/09/2015, en cuanto resolvió hacer lugar a la acción de prescripción adquisitiva
deducida por el actor. En consecuencia, RECHAZAR la misma, conforme a lo considerado.II.-
HACER LUGAR a la reconvención por reivindicación deducida por Antonio Salvador Lebbos, Jorge
Agustín Lebbos (fs. 356/371) y Alberto Lebbos (fs. 523/535).III.- COSTAS del recurso conforme a lo
considerado.IV.- RESERVAR pronunciamiento sobre honorarios para su oportunidad.HÁGASE
SABER. RAUL HORACIO BEJAS MARÍA DOLORES LEONE CERVERA Ante mí: FEDRA E.
LAGO.- FIRMADO DIGITALMENTECertificado Digital:CN=BEJAS Raul Horacio, C=AR, SERIALNUMBER=CUIL 20110657197,
Fecha:29/04/2021;<br>CN=LEONE CERVERA María Dolores, C=AR, SERIALNUMBER=CUIL 27149665353, Fecha:29/04/2021;<br>CN=LAGO Fedra Edith,
C=AR, SERIALNUMBER=CUIL 27206925375, Fecha:29/04/2021;<br>La autenticidad e integridad del texto puede ser comprobada en el sitio oficial del Poder
HFS
Firmado digitalmente por:
CN=MURUA Marcela Alejandra
C=AR
SERIALNUMBER=CUIL 27200634131
FECHA FIRMA=11/05/2021
La autenticidad e integridad del texto puede ser comprobada en el sitio oficial del Poder Judicial de Tucumán https://www.justucuman.gov.ar.
Fecha Impresión
15/04/2023 - 16:01:25
Expediente: 3726/05
Carátula: BARQUET JORGE OSVALDO C/ S/ PRESCRIPCION ADQUISITIVA
Unidad Judicial: JUZGADO EN LO CIVIL Y COMERCIAL COMÚN VI
Tipo Actuación: DECRETOS CON FD
Fecha Depósito: 15/02/2023 - 00:00
Notificación depositada en el/los domicilio/s digital/es:
27230925327 - LEBBOS, ANTONIO SALVADOR-DEMANDADO
27230925327 - LEBBOS, JORGE AGUSTIN-DEMANDADO
27230925327 - LEBBOS, ALBERTO LUIS-DEMANDADO
20239307095 - CRUZ, JULIA LIDIA-ACTOR
20239307095 - BARQUET, JORGE OSVALDO-ACTOR/A
*H102064241112*
H102064241112
O B J E T O:
procesal, vengo a poner en conocimiento de V.S. que con fecha 25-10-2022 esta parte
interpuso un Recurso de Queja por Recurso Extraordinario Denegado ante nuestra Corte
tenga presente.
mandantes le asiste sobre el inmueble materia de la litis hasta que la parte reconviniente
constancias de autos, mis mandantes (Sres. Jorge Barquet y Julia Lidia Cruz) efectuaron
expresa Reserva de ejercitar este Derecho de Retención desde la génesis misma de este
idéntico sentido advertirá también V.S. que de acuerdo a lo resuelto a través de los
diferentes pronunciamientos dictados en autos (en especial las dos sentencias de mérito
resulta esta la etapa procesal adecuada para que V.S. se pronuncie sobre el derecho de
II b).- PROCEDENCIA
como las pruebas ofrecidas, admitidas por V.S. y luego producidas. De esta forma se
ejercitó en la oportunidad en que se trabó la Litis y sin perjuicio a que conforme a la misma
y elevada Doctrina que infra se cita, también se admite que pueda oponerse esta defensa
al quedar firme la sentencia que lo obliga a restituir la cosa (Salas- Trigo Represas, al
comentar el art. 3.940 del Código Civil Anotado", Tomo 3, pág. 279).
los medios de prueba que V.S. tras considerar conducentes admitiera, las mejoras fueron
probatoria y frente a su solidez probatoria hasta desestimadas (por las dos sentencias de
Pericial en Ingeniería Civil (fs. 1333 a 1343), donde luego de un cotejo comparativo,
profesional y científico entre las dimensiones de las viviendas originarias (de único
mampostería con rejas metálicas; Prácticamente todos los muros fueron revocados interior
y exteriormente; los pisos tiene ahora mosaicos de cerámica esmaltada y se han colocado
zócalos; Se han cambiado las carpinterías, se han renovado las hojas de las ventanas; se
agregó una Galería, Dos Dormitorios, Baños completos; techado el patio, lavadero,
cocina, etc, etc, etc, (Fs. 1.341 y 1.342).” Esencialmente V.S. surge del Informe Pericial
que entre las mejoras realizadas por la Familia Barquet a la superficie de la Casa
que: “La prueba pericial producida por el Ingeniero Stagnetto a fs. 1333/1343 resultó
al menos en tres etapas, en virtud de las cuales la superficie de la casa pasó de tener 40
a 130 m2.”
la construcción “original” (v. fs. 1339) que el perito toma como parámetro comparativo
con la descripción que del inmueble originario hace la propia recurrente a fs. 357 y vta.,
al referir que: “En el testimonio de hijuela extraído de los autos Lebbos Antonio s/
una cocina de 2,5 m x 2,5 y una galería, todo de material y techo de tejas, la que se
operaciones fueron aprobadas el 29/05/1978, de manera que tales eran las características
del inmueble a esa fecha. …Por otro lado, las conclusiones del perito Stagnetto
encuentran adecuado respaldo en la documental glosada a fs. 36/56, en la que consta que
entre los años 1981 y 2000 el actor adquirió diversos materiales de construcción y
testimonios de los vecinos que dan cuenta del esfuerzo realizado por la familia Barquet a
los fines de dignificar poco a poco su vivienda mediante numerosas y públicas mejoras
Inspección Ocular Ambiental en el hogar de la Familia Barquet (fs. 1.307) y que da cuenta
dormitorios), mientras que las más recientes son pisos de cerámica en la cocina y baño y
un cuarto de estudios, mientras acredita también la existencia de una verja con zócalos y
pilares de ladrillos con una antigüedad de 10 años; pared y asador de unos 7 años de
necesidad de que V.S. se pronuncie sobre la presente cuestión introducida por esta parte.
parte le asiste (escrito de Fs. 534 vta, cuyo contenido fue ratificado en su Recurso de
aparece nítida frente a los claros postulados que contienen los artículos 2440, 2441, 2590
y ccs. del Código Civil de la Nación. Es que de otro modo se estaría consagrando (además
de la injusticia que ya padecen dos adultos mayores) un notorio enriquecimiento sin causa
para el reconviniente, quien conforme a las estrictas de autos y a sus expresas posiciones,
desde que adquiriera el inmueble (mayor extensión de 220 Hectáreas en cuyo interior se
ningún momento durante todos esos años (más de 50 años) ejercitó oposición alguna, ni
mucho menos ejercitó las acciones (policiales, ni posesorias) con que contaba, pese a
conocer a ciencia cierta que ya desde el año 1960, la familia Barquet en posesión del
inmueble realizó en forma pública numerosas mejoras en su vivienda (además de registrar
y pagar públicamente los Tributos que pesaban sobre el mismo). Pido se tenga presente.
obraron de mala fe (en los términos que describe el art. 2590 Cód. Civil de la Nación),
especulando con la notable apreciación económica que tuvo el lote a lo largo del tiempo
y raíz del genuino y prolongado esfuerzo de mis mandantes en las mejoras del mismo (y
tanto, reitero, su vivienda familiar por más de 60 años). Y no cabe, ni puede caber otra
conclusión V.S., pues de otro modo (y sin perjuicio de todas las conductas que ilustran las
mejoras del inmueble durante tantos años, los reconvinientes nunca ejercitaron las
acciones policiales y/o posesorias – civiles y penales - que tenían a su disposición para
"Cuando haya habido mala fe, no sólo por parte del que edifica,
siembra o planta en terreno ajeno, sino también por parte del dueño, se arreglarán los
derechos de uno y otro según lo dispuesto respecto al edificante de buena fe" (art. 2590).
consiste en que lo invertido por el edificador debe incluir materiales y mano de obra y en
caso que esas erogaciones sean menores que el mayor valor adquirido por el fundo,
entonces puede optar por reclamar ese monto, puesto que no podría recibir menos que el
Ed. Perrot, 1984). Esta posición cuenta con la adhesión de, entre otros, Areán ("Código
1
Ver sentencia del 20/2/2002, "in re" "Acevedo, Atilio Adolfo c. Acevedo, Jorge Aldo y otra s/Indemnización por
mejoras", CCC, sala 2, San Martín, Base Juba 7.0a.
2
Doctrina legal, en casos de edificación de mala fe en fundo ajeno. Loiza, Fabián M.Picado, Leandro S. Publicado en:
LLBA 2005 (mayo), 380 • DJ 2005-2, 561.
Aplicados estos claros conceptos al sublite, la contraria deberá
indemnizar a mis mandantes por los trabajos y gastos efectuados que redundaron en
beneficio del fundo y que fueron debidamente acreditados en autos; y el valor que en
definitiva se fije deberá ser calculado conforme a los acreditados parámetros y certezas en
reconozca el derecho de retención que a mis conferentes les asiste sobre el fundo hasta
mejoras realizadas.
II c.- PRUEBAS
Ingeniería Civil de fs. 1333 a 1343, por la que ya incontrovertidamente se acreditó “la
a través de la Inspección Ocular Ambiental -fs. 1.307- la existencia de una verja de hierro
con zócalos y pilares de ladrillos en el frente de la vivienda), ofrezco como prueba que
de la cual se consignan un estudio de variación del costo del metro 2 durante los años
Tucumán –C.A.T.– (con domicilio en calle Virgen de la Merced N° 179 – P.B. Ofic. 2 de
esta ciudad), a los fines de que informe y remita detalle sobre el valor económico (precio
en pesos) del metro cuadrado de construcción terminado para una casa de vivienda
por la Revista Arquitectura & Construcción en relación a la variación del costo del metro
2 durante los años 2.019 a septiembre de 2022 y el cómputo y presupuesto del metro de
adjunta.)
Civiles de Tucumán (con domicilio en calle Alberdi N° 786 de esta ciudad), a los fines de
que informe y remita detalle sobre el valor económico (precio en pesos) del metro
cuadrado de construcción terminado para una casa de vivienda familiar (materiales y mano
Arquitectura & Construcción en relación a la variación del costo del metro 2 durante los
acreditas en autos, a cuyo fin una vez que fuere declarada la admisión del reclamo
formulado, ordene V.S. el sorteo de un Perito Tasador de la lista que a tales fines lleva la
Cámara del Fuero para que el profesional que resulte desinsaculado se constituya en el
realizadas conforme la prueba rendida en autos (fs. 1333 a 1343 y fs., 1.307), y del fundo
V.S. solicito que se le confiera intervención a la Dra. María Teresa Ivankow para que en
que a través de su art. 3 inc. K y N consagra entre otros principios: “El enfoque diferencial
para el goce efectivo de los derechos de la persona mayor” y “La protección judicial
través del segundo fallo de Cámara, así como incrementan fundadamente su reiterado
pánico a pagar con su propio hogar familiar toda la injusticia que denuncia y reclama el
Sr. Alberto Lebbos en otras causas judiciales ajenas a esta, fundamenta con la misma
conforme al compromiso internacional asumido por nuestro País, a partir del mismo
IV.- PETITORIO
alcances.
oposición.
JUSTICIA
Fecha Impresión
15/04/2023 - 15:46:44
Expediente: 3726/05
Carátula: BARQUET JORGE OSVALDO C/ S/ PRESCRIPCION ADQUISITIVA
Unidad Judicial: JUZGADO EN LO CIVIL Y COMERCIAL COMÚN VI
Tipo Actuación: DECRETOS CON FD
Fecha Depósito: 11/11/2022 - 00:00
Notificación depositada en el/los domicilio/s digital/es:
27230925327 -
*H102064175831*
H102064175831
San Miguel de Tucumán, noviembre 2022. Por recibidos los autos. Cúmplase. Fdo. Dr. Jesús Abel
Lafuente. Juez 3726/05 GAM
O B J E T O:
Denegado ante nuestra CSJN, es que también y con toda buena fe procesal manifiesto que
que implica efectuar una cuantificación dineraria de las mejoras (construcciones edilicias)
acreditadas en autos y en tanto una tarea ajena al ámbito de nuestro específico saber
jurídico (y por ello mismo sujetas a prueba idonea), en cumplimiento de vuestra manda,
que V.S. tras considerar conducentes, admitiera, las mejoras fueron debidamente
probatoria hasta desestimadas (por las dos sentencias de mérito) las impugnaciones de la
contraria en relación a los resultados arrojados por la Pericial en Ingeniería Civil (fs. 1333
pasó de 40 a 130 metros cuadrados (en igual sentido Sentencia de la Excma. Civil de
http://www.arquitecturayconstrucciondigital.com/costos-de-construccion/ ) publicación
la mejora de su vivienda familiar (90 metros cuadrados), nos permite arribar al siguiente
resultado ($ 182.331 valor metro cuadrado x 90 metros cuadrados construidos = $
etc) necesarios para la construcción de las restantes mejoras: Cocina, Baño, Cerramiento
completos” y una “cerca de mampostería con rejas metálicas” fs. 1333/1343 (es una
verja de hierro con zócalos y pilares de ladrillos abarcativo de todo el frente del inmueble
– fs. 1307) y un Asador (fs. 1307), a los fines de cuantificar estas concretas mejoras, en
forma provisoria y sujetas a la prueba a rendirse hacia dicha cuantificación y sin perjuicio
1.000.000; c).- Cerca de Mampostería con zócalos y pilares y rejas metálicas (todo el
través de los Puntos 1 y 2 (ut supra), nos permite alcanzar como resultado de
esta parte con el decreto de fecha 29-11-22, y que al ordenar su traslado, disponga hacerlo
junto con el escrito de esta parte con cargo en 15-11-22, toda vez que en el mismo se
encuentran volcados los fundamentos jurídicos (ya de fondo como procesales) en virtud
a los que mi mandantes ejercitan el Derecho de Retención que les asiste sobre el inmueble
materia de la litis hasta que la parte reconviniente proceda a indemnizar en forma íntegra
JUSTICIA