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The Analytical Potential of Affective Imaginaries in Higher Education Research Es
The Analytical Potential of Affective Imaginaries in Higher Education Research Es
Michalinos Zembylas
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INVESTIGACIÓN EDUCATIVA
https://doi.org/10.1080/20004508.2023.2223781
ARTÍCULO ORIGINAL
Al mismo tiempo, algunos estudiosos (por ejemplo, Hodge y Parker, 2019) han
sugerido que el uso del concepto de imaginarios sociales en los estudios sobre educación
ha sido relativamente limitado o que el concepto se ha adoptado de manera más bien
prescriptiva. En un reciente editorial inaugural de The International Journal of Social
Imaginaries, el Colectivo Editorial señala que las discusiones sobre imaginarios sociales
en disciplinas específicas a menudo han ignorado las discusiones sobre imaginarios
sociales en otras disciplinas; esto también es evidente en la insuficiente elaboración
teórica y explicación de este concepto (Colectivo Editorial, 2022). Según el Colectivo
Editorial, la respuesta teórica al imaginario dominante del neoliberalismo, por ejemplo,
"no ha logrado articular todo el significado de la crisis, contrarrestar la pérdida de visión
colectiva e inspirar un nuevo imaginario político" (ibíd., p. 8). Por esta razón, continúan,
existe "una necesidad urgente de encontrar nuevos enfoques teóricos y marcos
interpretativos" (ibíd.) que permitan a los académicos rearticular una respuesta política
productiva a los imaginarios perjudiciales.
Un enfoque teórico prometedor que se ha propuesto recientemente para explorar los
imaginarios sociales en la educación superior es un marco que se centra en el "afecto
institucional" (Celermajer, Churcher, Gatens & Hush, 2019, Churcher, 2022, 2023,
Churcher, Calkins, Böttger & Slaby, 2023, Hush, 2019). Este enfoque -que estudia la
intersección entre el afecto, los imaginarios sociales y las instituciones, y reúne ideas de
la teoría del afecto y la filosofía feminista (por ejemplo, Gatens, 1996, 1998, 2008)- hace
dos contribuciones importantes a las teorizaciones de los imaginarios sociales en la
educación superior. En primer lugar, ayuda a los académicos a comprender mejor cómo
surgen y circulan los afectos y las emociones en las instituciones que conforman y son
conformadas por l o s i m a g i n a r i o s sociales; y, en segundo lugar, permite
estudiar cómo pueden formarse imaginarios sociales alternativos en las instituciones y
desafiar los imaginarios dominantes. Estas contribuciones constituyen un avance
importante en los estudios sobre los imaginarios sociales en la educación superior ,
porque prestan atención a los afectos, el cuerpo y la imaginación como algo entrelazado
y no aislado (Celermajer et al., 2019).
El objetivo de este trabajo teórico es explorar las posibilidades analíticas que ofrecen
los imaginarios sociales en la educación superior, y específicamente la innovación de los
imaginarios afectivos, que aporta un enfoque institucional. Como se ha señalado, los
imaginarios son siempre ya "afectivos" en el sentido de que el afecto y la imaginación
están fuertemente entrelazados en las visiones y prácticas de las instituciones educativas
(Nichols & Coleman, 2020). Así pues, este artículo de se basa en trabajos teóricos
recientes sobre la intersección entre el afecto, los imaginarios sociales y las instituciones
(Churcher et al., 2023) para teorizar los imaginarios afectivos como un concepto que
implica dos "lados" complementarios: los "afectos de los imaginarios" y los "imaginarios
del afecto". El primero llama la atención sobre los afectos producidos por determinados
imaginarios sociales en la educación superior como, por ejemplo, los afectos (p. ej.,
miedo, ansiedad, esperanza) producidos por las políticas neoliberales (p. ej., Valovirta &
Mannevuo, 2022); el segundo hace hincapié en cómo los afectos contribuyen a la
formación de determinados imaginarios sociales en la educación superior como, por
ejemplo, cómo la solidaridad afectiva puede desafiar las políticas neoliberales en las
universidades (p. ej., véase Zembylas, 2022). Ambas "facetas" ponen de manifiesto el
potencial analítico de los "imaginarios afectivos" al permitir a los académicos no sólo
prestar atención a los componentes afectivos y encarnados de los imaginarios en los
entornos de la educación superior, sino también destacar el potencial de las instituciones
como lugares para la transformación de los imaginarios afectivos.
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EDUCATIVA
Su propuesta es que hay que formar un contraimaginario alternativo que haga hincapié
en el aprendizaje cosmopolita. Explican que,
Por imaginario social me refiero a algo mucho más amplio y profundo que los esquemas
intelectuales que la gente puede entretener cuando piensa en la realidad social de un modo
desvinculado. Estoy pensando, más bien, en las formas en que las personas imaginan su
existencia social, cómo e n c a j a n c o n l o s demás, cómo suceden las cosas entre ellos y
sus semejantes, las expectativas que normalmente se cumplen y las nociones e imágenes
normativas más profundas que subyacen a estas expectativas (Taylor, 2002, p. 106; 2004, p.
23).
Para Taylor, pues, el imaginario social no es un conjunto de ideas, sino más bien una
forma de describir y evaluar cómo la gente corriente "imagina" su entorno social -tal y
como éste se vehicula en imágenes, historias y leyendas-, es decir, un entendimiento
común que permite las prácticas comunes que conforman nuestra vida social. Taylor no
se compromete explícitamente con Castoriadis, sino que una de sus fuentes intelectuales
clave es Anderson (1991)
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EDUCATIVA
Taylor sostiene, por tanto, que es imposible hablar de un imaginario social único en la
modernidad, porque existen múltiples imaginarios que pueden movilizarse como parte
de un proyecto político. Las tres grandes esferas de prácticas sociales que instituyen la
modernidad y caracterizan lo que Taylor denomina "imaginarios sociales modernos
occidentales" son: el autogobierno colectivo, la economía de mercado y la esfera pública
(Adams, Blokker, Doyle, Krummel y Smith, 2015).
La idea de la imaginación como impulso para la acción -de forma análoga a la
concepción de Castoriadis sobre lo imaginario (Stankiewicz, 2016)- es fundamental en la
explicación de Appadurai (1996, 2000) sobre la globalización y la modernidad. Según
Appadurai, la globalización no consiste simplemente en una economía de mercado que
se extiende por todo el planeta, sino que está marcada por el nuevo papel que desempeña
la imaginación en la modernidad. Como él mismo escribe:
Como explica Stankiewicz (2016), para Appadurai, las imágenes (los medios de
comunicación) son a la vez distintas de la comunidad imaginada y del imaginario social,
pero todas juntas son constitutivas de la imaginación. La imaginación, por lo tanto,
implica una fuerza social colectiva que siempre es múltiple y se extiende a través de las
comunidades. Según Appadurai, es a través de este imaginario colectivo como se crea
una sociedad y adquiere coherencia e identidad, una idea que recuerda tanto al
imaginario de Castoriadis como a la comunidad de Anderson.
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Huelga decir que este breve análisis de las aportaciones de Castoriadis, Taylor y
Appadurai es incompleto. Sin embargo, ilustra el valor de estas contribuciones a la hora
de identificar cómo se formulan, movilizan y condicionan la práctica los imaginarios
sociales, al tiempo que reconoce que los imaginarios sociales están en constante cambio.
En este s e n t i d o , es importante destacar que los imaginarios sociales no sólo se
consideran reproductivos, sino t a m b i é n formas de creatividad y transformación
social (Editorial Collective, 2022). En otras palabras, si los "imaginarios sociales" son
vistos como un enfoque a través del cual los académicos identifican y analizan
imaginarios colectivos en competencia (por ejemplo, neoliberalismo vs. inclusión y
equidad), entonces es posible argumentar que los imaginarios sociales pueden abrir
posibilidades para imaginar la educación de manera diferente. La discusión aquí no es si
deben adoptarse los imaginarios sociales como enfoque, en lugar de los enfoques del
"discurso" u otros enfoques socioculturales como la teoría de la actividad o los enfoques
de las ciencias políticas como la economía política cultural. Cada enfoque responde a
una problemática analítica diferente. La siguiente sección del documento presenta las
posibilidades analíticas que ofrecen los imaginarios sociales y, en concreto, la innovación
de los imaginarios afectivos; la noción de imaginarios afectivos, sostengo, permite a los
estudiosos prestar atención al afecto institucional y a cómo se encarnan las instituciones.
El relato de Gatens sobre el imaginario es especialmente valioso por la gran atención que
presta a la imbricación de la imaginación y el afecto con estructuras sociales y materiales
más amplias, y cómo estos fenómenos se combinan para permitir y restringir de forma
diferente a determinados actores sociales y sus poderes de acción (2023, p. 146).
[Las instituciones como la academia, que son fundamentales para la producción y difusión
del conocimiento, surgen y responden a la imaginación colectiva de ciertas voces y puntos
de vista como epistémicamente valiosos y autorizados, y funcionan, a su vez, para mediar
en los hábitos compartidos de imaginación y sentimiento que rigen las prácticas epistémicas
cotidianas (2022, p. 898).
Churcher explica que las relaciones de poder se entrelazan con el afecto, los hábitos y la
corporeidad en las instituciones académicas, haciendo que algunos imaginarios sociales
(por ejemplo, el indivi- dualismo, la competencia) se vuelvan gradualmente dominantes.
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importante -entre otras cosas- construir nuevos imaginarios afectivos que empiecen a
imaginar una academia diferente (por ejemplo, basada en valores de equidad e
inclusión).
Churcher (2023) nos recuerda que reimaginar el mundo de otra manera no es un
proceso individual, sino colectivo. Por ejemplo, este proceso puede estar "orientado a
llevar los imaginarios marginados y sus soportes m a t e r i a l e s de la periferia al centro,
y trabajar para establecer gradualmente nuevas inversiones afectivas en apoyo de un
cambio normativo profundo" (2023, p. 155). Lo que un enfoque sobre imaginarios
afectivos ofrece, entonces, es que estos cambios a nivel material tienen que ir de la mano
con cambios a nivel afectivo y encarnado, porque "los aspectos materiales, simbólicos y
encarnados de la vida institucional tienden a estar profundamente entrelazados y a
reforzarse mutuamente" (Churcher, 2023, p. 155). Hush (2019), por ejemplo, sostiene
que las universidades pueden ser lugares para la transformación de los imaginarios
sexuales dominantes, pero este proceso debe ir acompañado de cambios tanto afectivos
como materiales.
Con todo, la contribución única de los imaginarios afectivos como enfoque es que
ofrece un marco conceptual que pone en primer plano un enfoque institucional sobre el
afecto. Como explican Churcher et al. (2023):
Al hacer hincapié en el afecto institucional, llamamos la atención sobre fenómenos afectivos
como las disposiciones afectivas, los vínculos emocionales, las atmósferas y las posturas
corporales que están vinculadas a todo el conjunto de relaciones, constelaciones materiales
y prácticas normativas y discursivas de un entorno institucional. Este marco conceptual
reconoce que el comportamiento afectivo y las experiencias de los actores institucionales
siempre surgen en el contexto de configuraciones sociales y materiales y están vinculados a
campos de significado social y poder (p. 3, énfasis original).
Este enfoque, por tanto, teoriza explícitamente las formas en que el afecto y la emoción
conforman (y también son conformados por) los acuerdos institucionales en entornos
de educación superior, incluidos los imaginarios sociales integrados en estos acuerdos.
Por lo tanto, el marco de trabajo de los imaginarios afectivos con su enfoque
institucional permite a los educadores y estudiosos de la educación superior desentrañar
los diversos elementos que producen formaciones y vínculos afectivos particulares en
entornos institucionales, por ejemplo, vínculos afectivos (o desapegos) a imaginarios
sociales neoliberales. Por ejemplo, permite a los educadores y estudiosos de la educación
preguntarse: ¿Qué hace que algunos académicos creen vínculos afectivos con algunos
imaginarios? ¿Qué se necesita para que los académicos se desapeguen de estos
i m a g i n a r i o s ? ¿Cuáles son los costes afectivos, políticos y de otro tipo que pagan
estas inversiones afectivas? No se trata de añadir un concepto más a l a larga lista de
ideas teóricas sobre los imaginarios sociales, sino de ofrecer claridad conceptual,
especificidad y poder explicativo a la teorización de cómo se sedimentan o transforman
afectivamente los imaginarios sociales en la enseñanza superior.
Conclusión
Este artículo ha buscado proponer y teorizar cómo el concepto de imaginarios afectivos
puede ser retomado en investigaciones sobre imaginarios sociales en la educación
superior. El análisis ha puesto en conversación lecturas socioculturales y afectivo-
políticas de los imaginarios sociales con el fin de considerar posibilidades analíticas para
la investigación en educación superior. El artículo se basa en investigaciones recientes
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Los dos "lados" de los imaginarios afectivos no se entienden como opuestos, sino como
dimensiones complementarias del entrelazamiento entre afectos e imaginarios. Los dos
"lados" de los imaginarios afectivos no deben entenderse como opuestos, sino como
dimensiones complementarias de la relación entre afectos e imaginarios. Comprender
cómo se manifiestan empíricamente estos dos lados en los entornos de la educación
superior ayudará a los educadores y a los estudiosos de la educación a diseñar políticas y
prácticas que modifiquen las relaciones afectivas y las normas existentes con el fin de
realizar los imaginarios que resuenen con los imaginarios sociales alternativos. En
conclusión, la atención a los imaginarios afectivos como enfoque en la investigación de
la educación superior apunta a vías muy necesarias para examinar las consecuencias de
los apegos afectivos a imaginarios institucionales particulares. El estudio de los
imaginarios afectivos permitirá a los educadores y estudiosos de la educación repensar
de otro modo las subjetividades de los actores institucionales, y el reconocimiento del
entrelazamiento dinámico de imaginarios y afectos se convertirá en el primer paso para
identificar la fuerza afectiva de los imaginarios colectivos en las instituciones de
educación superior. Sostengo, por tanto, que este enfoque añade poder analítico a los
enfoques existentes de estudio de las instituciones educativas. Espero que las futuras
investigaciones empíricas sobre los imaginarios afectivos de la enseñanza superior en
distintos contextos permitan comprender mejor aspectos de la vida afectiva de las
instituciones académicas.
instituciones que no se han estudiado h a s t a a h o r a .
Declaración de divulgación
El autor no declaró ningún posible conflicto de intereses.
ORCID
Michalinos Zembylas http://orcid.org/0000-0001-6896-7347
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