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Los contratos de trabajo son los acuerdos que se celebran entre trabajadores y
empresas para regular las relaciones entre los mismos, dando lugar a una serie de
obligaciones y derechos por ambas partes, entre las que destacan: actividad y tareas a
realizar, remuneración, horario, jornada, vacaciones, periodo de prueba y duración del
contrato.
Tanto las pymes como los autónomos pueden darse de alta como empresarios en la
Seguridad Social mediante la presentación del modelo TA.6, lo que les convierte en
empleadores y les confiere la capacidad de contratar y tener personal en nómina tras
la firma de los correspondientes contratos de trabajo.
Para ayudarte a que los entiendas bien, vamos a repasar cada uno de los cuatro tipos
de contratos de trabajo en vigor:
Características generales
Los contratos indefinidos son aquellos contratos de trabajo que se conciertan sin
establecer límites de tiempo en la prestación de los servicios, en lo referido a la
duración del contrato.
Por tanto, son adecuados para ofrecer estabilidad, compromiso y buenas condiciones
laborales a tus empleados. Y, lógicamente, entre todos los tipos de contratos de
trabajo son los más deseados por los trabajadores.
Su formalización puede ser verbal o escrita, salvo los acogidos al programa público de
fomento de la contratación indefinida, discapacitados, etc., u otros que estipulen la
obligación de formalizarse por escrito.
En todo caso, cualquiera de las partes podrá exigir que el contrato se formalice por
escrito incluso durante el transcurso de la relación laboral.
Los trabajadores que no hubieran sido dados de alta en la Seguridad Social, una
vez transcurrido un plazo igual al que legalmente se hubiera podido fijar para el
período de prueba, salvo que de la propia naturaleza de las actividades o de los
servicios contratados se deduzca claramente la duración temporal de los
mismos, todo ello sin perjuicio de las demás responsabilidades a que hubiera
lugar en derecho.
Los trabajadores con contratos temporales celebrados en fraude de ley.
Los trabajadores que en un período de treinta meses hubieran estado
contratados durante un plazo superior a veinticuatro meses, con o sin solución
de continuidad, para el mismo puesto de trabajo con la misma empresa,
mediante dos o más contratos temporales, sea directamente o a través de su
puesta a disposición por empresas de trabajo temporal, con las mismas o
diferentes modalidades contractuales de duración determinada, adquirirán la
condición de fijos.
Entre todos los contratos de trabajo, los temporales son los más adecuados cuando
tienes que incorporar a un trabajador por un tiempo determinado o para una actividad
muy concreta.
El contrato temporal tiene por objeto establecer una relación laboral entre el
empresario y el trabajador por un tiempo determinado. Para que esté justificada la
temporalidad es necesario especificar con precisión en el contrato:
Hasta marzo de 2022 existían tres tipos de contratos temporales: de obra o servicio
determinado, eventual por circunstancias de la producción, y de interinidad.
Con la reforma laboral desapareció el contrato por obra y servicio determinado desde
el 31 de marzo de 2022.
Así, las nuevas modalidades de contrato de duración determinada son las que tienen
que ver con las circunstancias de la producción o con la sustitución de la persona
trabajadora.
Vamos a verlas.
En estos casos, la duración no podrá ser superior a 6 meses, ampliable a 1 año por
convenio del sector.
Las situaciones en las que un contrato temporal pasa a ser indefinido son:
Y también suele ser usado por parte de las empresas de trabajo temporal (ETT), y en
los casos de contratas y subcontratas mercantiles o administrativas.
Mediante el contrato fijo discontinuo los trabajadores tienen los mismos derechos que
en el contrato indefinido, incluida la indemnización por despido.
Los contratos formativos pueden ser de dos tipos: de formación en alternancia y para
la práctica profesional.
Consiste en llevar a cabo al mismo tiempo el proceso formativo con una actividad
laboral retribuida.
Vamos a explicarte cuáles son los principales cambios en los diferentes tipos de
contratos laborales:
Contratos indefinidos: los contratos indefinidos pasan a ser el modelo por
defecto de contratación, salvo algunas excepciones.
Contratos temporales: pasarán a ser de dos tipos: 1) Por sustitución del
trabajador, debiendo especificarse el nombre de la persona sustituida. 2) Por
circunstancias de la producción, para empleos de temporada (máximo 90 días)
y para picos de producción.
Contratos por obra o servicio: con la reforma laboral desaparecen, aunque se
podrán mantener hasta seis meses después de su entrada en vigor.
Contratos fijos discontinuos: se les va a dar prioridad en situaciones de
trabajos estacionales o de temporada con respecto a los trabajos temporales.
Además, se considerará que el trabajador ha permanecido en la empresa todo
el tiempo de la relación laboral de cara a su antigüedad.
Contratos formativos de formación dual: empleo y formación en alternancia,
con restricciones a la jornada, una duración de entre 3 meses y 2 años,
limitados a jóvenes menores de 30 años y salarios mínimos del 60 % el primer
año.
Contratos formativos de obtención de la práctica profesional: de entre 6
meses y 1 año de duración, siempre que no hayan pasado más de 3 años desde
la finalización de los estudios.
Aumento de las sanciones por falsos contratos temporales: se endurece el
control sobre los falsos contratos temporales. Los contratos suscritos sin una
causa bien motivada y sin respetar la duración serán sancionados. Habrá multas
de hasta 10.000 euros si se cometen infracciones en materia de falsa
temporalidad. Además, se impondrá una multa por cada uno de los contratos
irregulares que se detecten en el negocio.
A este motivo también se le suma el hecho de que el contrato tenga como finalidad el
desarrollo de actividades ilegales.
Sustitución por jubilación anticipada. Este contrato de trabajo tiene por objeto
la contratación de trabajadores desempleados en sustitución de trabajadores
que anticipen su edad ordinaria de jubilación de sesenta y cinco a sesenta y
cuatro años.
Contrato de relevo. Es el que se concierta con un trabajador en situación de
desempleo o que tuviera concertado con la empresa un contrato de duración
determinada, para sustituir parcialmente a un trabajador de la empresa que
accede a la pensión de jubilación de forma parcial, pues la percibe
simultáneamente con la realización de un trabajo a tiempo parcial en la misma
empresa.