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Es muy importante darnos cuenta de que todas las situaciones, por pequeñas o cotidianas que parezcan, nos generan
emociones. A su vez, actuamos de determinada manera de acuerdo a las emociones que sentimos, y nuestras acciones
generan consecuencias a corto, mediano o largo plazo.
Intentemos identificar en la noticia “pelea en plena carrera” la situación (lo que sucedió), la emoción de las personas
implicadas (qué sintieron), la acción de las personas implicadas (lo que hicieron o cómo actuaron) y las consecuencias de
esas acciones (qué pasó después a causa de la manera como actuaron las personas implicadas).
¿Por qué será tan importante desarrollar la capacidad para visualizar las consecuencias de nuestras acciones?
Por qué seré tan importante desarrollar la capacidad para visualizar las
consecuencias de nuestras acciones?
Al visualizar las consecuencias podemos anticiparnos a nuestras acciones, y eso nos ayudará enormemente a decidir
mejor nuestro curso de acción. Por ejemplo, podemos reaccionar intentando no lastimar a los demás o a
nosotros mismos con nuestras acciones.
En ciertas culturas, las reacciones agresivas están normalizadas. Específicamente, hay culturas en las que se permite y se
propicia que los varones utilicen reacciones agresivas porque se cree que son reacciones propiamente masculinas. Las
reacciones agresivas no son saludables; no alivian la emoción, más bien incrementan su intensidad y tampoco facilitan
soluciones positivas, lo que da lugar a consecuencias poco favorables y, en ocasiones, de largo alcance.
En situaciones de emergencia, como un incendio o una persona con un ataque al corazón, no es mejor actuar
impulsivamente y rápido, ¿que parar a pensar en nuestras emociones y sus consecuencias mientras el tiempo pasa
y la situación se agrava?
Conforme vamos aprendiendo a reconocer nuestras emociones y lo que nos están comunicando, podemos acortar el
tiempo entre emoción y acción; y mejorar las consecuencias que resulten.
Así, podemos aprender a actuar de manera más efectiva en distintas situaciones como si fuera un instinto adquirido. Pero,
cualquiera sea la situación, el pánico o el comportamiento impulsivo no son recomendables.