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La acción de tutela presentada por Olga Lucía Torres Barrero tiene como objetivo solicitar el

amparo de sus derechos fundamentales al debido proceso, igualdad, acceso a la administración de


justicia y propiedad privada. Considera que estos derechos han sido vulnerados por las autoridades
judiciales al emitir sentencias de primera y segunda instancia que declararon su falta de
legitimación para cuestionar el contrato de compraventa de derechos herenciales celebrado
mediante Escritura Pública No. 1439 de 20 de junio de 2013, en la Notaría 2ª de Zipaquirá, y la
consecuente adjudicación realizada por Escritura No. 2971 de 18 de octubre de 2013 de la Notaría
19 de Bogotá.

En consecuencia, solicita que las determinaciones mencionadas sean depuestas o anuladas,


poniendo fin a la arbitrariedad presente en ellas, y que se profieran las decisiones que
correspondan en derecho, previa observancia del debido proceso y tomando en cuenta las
consideraciones que el fallo de tutela consigne.

Los hechos detallados en este documento describen una serie de eventos relacionados con un
cheque girado por Carlos Hernán García Romero a favor de Luz Stella Ortiz, el cual posteriormente
fue endosado a la tutelante, Olga Lucía Torres Barrero. Sin embargo, al presentar el cheque para
cobro, este no pudo ser pagado debido a la carencia de fondos en la cuenta.

Luz Stella Ortiz presentó una demanda ejecutiva contra el girador y la endosante para recuperar la
deuda. Paralelamente, Olga Lucía Torres Barrero promovió una demanda de simulación respecto al
contrato de compraventa de derechos herenciales entre Carlos Hernán García Romero y su
hermano Nestor Libardo García Romero, argumentando que era una estrategia para insolventarse.
Sin embargo, esta demanda fue denegada tanto en primera instancia como en apelación.

La tutelante, inconforme con estas decisiones judiciales, ha interpuesto una acción de tutela para
solicitar la protección de sus derechos fundamentales, argumentando que se ha desconocido su
legitimidad para cuestionar la venta de los derechos herenciales y que se han vulnerado sus
prerrogativas fundamentales, incluyendo el derecho al debido proceso, igualdad, acceso a la
administración de justicia y propiedad privada. En consecuencia, busca la protección de sus
garantías procesales mediante este mecanismo excepcional.
El trámite de la instancia comenzó con la admisión de la acción de tutela el 23 de agosto de 2018,
seguido del traslado a los interesados para que ejercieran su derecho a la defensa. El Juzgado 1º
Civil del Circuito de Zipaquirá remitió el expediente objeto de la queja para su inspección,
limitando su intervención a este aspecto. Para el momento en que se sometió a consideración de
la Sala el proyecto de decisión, los demás convocados no habían ofrecido respuesta.

En cuanto a las consideraciones legales, la jurisprudencia establece que la acción de tutela


generalmente no procede contra providencias judiciales, a menos que estas causen una
vulneración a los derechos fundamentales de las personas. Una de las causas que justifican la
procedencia de la tutela contra decisiones judiciales es cuando el funcionario judicial inaplica las
normas destinadas a gobernar el asunto, resultando en una decisión que vulnera derechos
fundamentales.

En el caso en cuestión, la tutela se dirige contra las sentencias emitidas en primera y segunda
instancia, pero la Corte solo considerará la última, emitida el 20 de junio de 2018 por el Tribunal
Superior de Cundinamarca. Se advierte un defecto sustancial en esta providencia, ya que al
resolver el recurso de apelación, se determinó que la tutelante no tenía legitimación para ejercer
la acción, a pesar de que en el proceso se estableció que ella no era la real titular de la acreencia
que se pretendía proteger. Esto constituye un motivo para la intervención del juez constitucional.

El Tribunal argumentó que la demandante reconocía que no había sufrido perjuicio directo por la
transacción en cuestión, ya que el perjuicio recaía en su esposo, Adolfo Gil. El cheque girado a
favor de la esposa del demandado no tenía como objetivo pagar ninguna deuda que el girador
tuviera con su esposa, sino para respaldar una deuda que tenía con el esposo de la demandante,
quien había instruido al demandado para que así lo hiciera. Se señaló que, aunque la demandante
tenía el título valor en su poder y podía ejercer acciones cambiarias, el trasfondo de la deuda
estaba en la relación entre el girador y el esposo de la demandante.

Además, se citaron testimonios que corroboraban que el cheque se había emitido por
instrucciones del esposo de la demandante para respaldar una deuda que el demandado tenía con
él. En resumen, se argumentó que, dado que el perjuicio recaía en el esposo de la demandante y
no en ella directamente, no estaba legitimada para ejercer la acción pauliana contra el
demandado.
En cuanto a la legitimación en la causa, se explicó que es un requisito indispensable para la
procedencia de la pretensión, y que en el caso de los acreedores en acciones de simulación y
pauliana, esta legitimación es extraordinaria y deriva de su interés en la relación jurídica ajena que
es objeto de la demanda. Se mencionó que el fin último perseguido por el acreedor en este tipo de
acciones es la reconstrucción del patrimonio de su deudor, en ejercicio de su derecho auxiliar de
perseguir la satisfacción de la deuda.

El texto proporcionado detalla el razonamiento del tribunal en un caso legal específico. Aquí hay un
resumen de los puntos principales:

Argumento principal del tribunal: Se argumenta que Olga Lucía no ha sufrido perjuicio directo por
la transacción en cuestión, ya que el perjuicio recae en su esposo, Adolfo Gil. El cheque se emitió
para respaldar una deuda que el demandado tenía con el esposo de la demandante, y no para
pagar ninguna deuda que el girador tuviera con su esposa.

Testimonios y evidencia: Se citan testimonios que corroboran que el cheque se emitió por
instrucciones del esposo de la demandante para respaldar una deuda que el demandado tenía con
él.

Conclusión del tribunal: Dado que el perjuicio recae en el esposo de la demandante y no en ella
directamente, el tribunal argumenta que no está legitimada para ejercer la acción pauliana contra
el demandado.

Legitimación en la causa: Se explica que la legitimación en la causa es un requisito indispensable


para la procedencia de la pretensión. En el caso de los acreedores en acciones de simulación y
pauliana, esta legitimación es extraordinaria y deriva de su interés en la relación jurídica ajena que
es objeto de la demanda. El fin último perseguido por el acreedor en este tipo de acciones es la
reconstrucción del patrimonio de su deudor, en ejercicio de su derecho auxiliar de perseguir la
satisfacción de la deuda.

Demostración del perjuicio: Se establece que corresponde a la demandante demostrar la


existencia de la acreencia contraída a su favor y cómo el acto cuestionado la perjudica,
impidiéndole hacer efectivo su derecho o disminuyendo sus activos patrimoniales.

Normativa sobre títulos valores: Se recuerda la normativa del Código de Comercio relacionada con
los títulos valores, donde se establece que el suscriptor de un título queda obligado conforme al
tenor literal del mismo, y que toda obligación cambiaria deriva su eficacia de una firma puesta en
un título valor y su entrega con la intención de hacerlo negociable.

Legitimidad de la demandante: Se menciona que la demandante aportó al proceso copias de


documentos que demostraban su interés en la causa, como la promoción de un proceso ejecutivo
contra el girador del cheque y su endosante. Por lo tanto, se concluye que la demandante estaba
legitimada para ejercer la acción que entabló contra su deudor.

Autonomía y literalidad del título valor: Se argumenta que la reclamante, siendo la titular del
título valor, tiene derecho a perseguir el pago coercitivo en caso de incumplimiento,
independientemente de acuerdos privados que haya tenido con su esposo.

Decisión del tribunal: Se critica la decisión del tribunal de declarar la ilegitimidad de la


demandante, argumentando que desatendió los postulados legales y vulneró los derechos de la
demandante. Por lo tanto, se ordena dejar sin valor la sentencia emitida por el tribunal y se le
ordena emitir una nueva providencia teniendo en cuenta las motivaciones expuestas.

En resumen, el texto presenta argumentos detallados para respaldar la posición de la demandante


y criticar la decisión del tribunal, concluyendo en la necesidad de emitir una nueva providencia que
considere adecuadamente los aspectos legales y los derechos de la demandante.

La Corte Suprema de Justicia, en Sala de Casación Civil, ha tomado la siguiente decisión:


CONCEDER la protección constitucional solicitada y en consecuencia dispone:

Se deja sin valor ni efecto la sentencia emitida por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Cundinamarca el 18 de junio de 2018.

Se ordena a la autoridad accionada que, en un plazo máximo e improrrogable de 2 días hábiles,


contados a partir del recibo de las diligencias cuestionadas, emita una nueva providencia, teniendo
en cuenta las motivaciones expuestas en precedencia.

Se ordena al Juzgado 1º Civil del Circuito de Zipaquirá que, una vez notificado de esta decisión,
remita de manera inmediata el proceso reivindicatorio cuestionado a la autoridad accionada.

Se comunica telegráficamente lo aquí resuelto a los interesados; y, en su momento, se remitirá el


expediente a la Corte Constitucional para su eventual revisión, en caso de no ser impugnado este
fallo. Esta decisión se ha tomado en nombre de la República y por autoridad de la ley, con el fin de
garantizar la protección constitucional solicitada.

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