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CASO 7
[1] Este seminario está dedicado a los Bloques IV y V del programa (El Derecho
subjetivo; El patrimonio). Propiamente, veremos aquí lo relativo al Derecho subjetivo
(las cuestiones relacionadas con el patrimonio podemos remitirlas a lo estudiado al
contextualizar el fraude de acreedores en el Caso 5).
En relación con el Derecho subjetivo, ¿hasta qué punto éste queda limitado o
delimitado por los derechos subjetivos ajenos o contrarios al propio derecho subjetivo?
El derecho subjetivo constituye las facultades, potestades y libertades que poseen los
habitantes de un Estado. Este concepto surge del uso que se hace de las normas y
leyes que determinan los derechos y obligaciones de cada persona en las diferentes
situaciones de su vida.
Dado que la vida humana se desarrolla en sociedad, los derechos subjetivos están
limitados por el respeto a los derechos de los demás y al bien común general. Esto
quiere decir que no se admite un uso del propio derecho contrario a la buena fe ni un
uso abusivo del derecho.
La protección del tercero de buena fe y a título oneroso es uno de los límites del
derecho subjetivo que deberá tener en cuenta su titular, ya que puede perder la
titularidad del derecho cuando se dé el supuesto de hecho correspondiente y, la
colisión de derechos subjetivos funciona como medio de delimitación de los derechos.
Además, existen otros límites derivados de la buena fe, exigida en este caso en la
persona que ejercita el derecho y ajustarse a la finalidad económica o social que
justifica la legitimación de su titular, evitando así el abuso del derecho.
[2] ¿Cuál es el régimen jurídico aplicable en los casos de abuso del derecho?
La doctrina del abuso del derecho entró en el Código civil a través de su artículo 7.2 en
una reforma tardía de su Título Preliminar.
Art. 7.2 CC: ‘’La Ley no ampara el abuso del derecho o el ejercicio antisocial del mismo.
Todo acto u omisión que, por la intención de su autor, por su objeto o por las
circunstancias en que se realice sobrepase manifiestamente los límites normales del
ejercicio de un derecho, con daño para tercero, dará lugar a la correspondiente
indemnización y a la adopción de las medidas judiciales o administrativas que impidan
la persistencia en el abuso’’.
Para apreciar el abuso del derecho deben concurrir las siguientes circunstancias:
a) El ejercicio de un derecho por su legítimo titular.
b) El uso antisocial del derecho. Se entiende por tal el que traspasa los límites
normales de un derecho.
c) El daño efectivamente producido a un tercero o al bien común, o que se prevé
que se producirá si no cesa el ejercicio del derecho.
Si efectivamente se produce el daño, éste será indemnizable.
Se produzca o no el daño, en la medida en que existe un riesgo, el abuso del derecho
legitima al sujeto afectado, para solicitar el cese de la actividad molesta o dañosa
(acción de cesación), así como otras medidas judiciales o administrativas que eviten la
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[4] Caso: Una empresa con licencia para la extracción de arenas en una playa,
causa, como consecuencia de su actuación, determinados daños en la empalizada de una
casa vecina. El propietario de la finca afectada desea interponer una demanda para
reclamar una indemnización por daños frente a la empresa citada. ¿Puede esta última
defenderse alegando que contaba con una licencia administrativa y que está amparada,
por tanto, en el ejercicio de su derecho?
El Código Civil español determina que cualquier acción u omisión en el uso de las
normativas sobrepase los límites que el sistema jurídico considera normales y
ocasione daños a terceros, será considerada como un abuso de derecho y no será
tolerado.
Si este es el caso, el sujeto titular deberá responder con las sanciones administrativas o
judiciales correspondientes, además de las indemnizaciones a que dé lugar este abuso
de derechos.
En este caso, el tercero es quien sufre los daños.
[5] Para aproximarnos al estudio del abuso del derecho, analizaremos antes de clase
la sentencia del Tribunal Supremo de 13 de enero de 2015 (núm. Recurso:
1147/2013), con el sistema habitual de extracto de sentencias:
2. Proceso;
b) AUDIENCIA PROVINCIAL:
La Audiencia estimó el recurso de apelación. Concluye que, al ser el valor real
del bien al tiempo de su adjudicación en la subasta judicial superior, no sólo a la
cantidad por la que BBVA había instado la ejecución, sino también a la que se
exigía como remanente del crédito, la obligación crediticia quedaba satisfecha
con la adjudicación del referido bien. Para llegar a esta conclusión, la Audiencia
razona del siguiente modo. Primero distingue dos escenarios en el ámbito de la
subasta judicial:
i) que concurran licitadores y uno de ellos ofrezca una postura legalmente
admisible; y
ii) que, por quedar la subasta desierta, el acreedor pida en el plazo de 20
días la adjudicación del bien por una cantidad igual o superior al 50% de
su valor de tasación o por la cantidad que se le deba.
En el segundo caso, estaríamos, a juicio del tribunal de apelación, ante
una medida sustitutiva de la dación en pago hipotecaria.
c) TRIBUNAL SUPREMO:
"ADMITIR EL RECURSO DE CASACIÓN interpuesto por la representación
procesal del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria S.A, contra la Sentencia dictada,
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3. Doctrina de la sentencia;
Estimamos el recurso de casación formulado por Banco Bilbao Vizcaya
Argentaria, S.A. contra la Sentencia de la Audiencia Provincial de Córdoba
(sección 2ª) de 20 de marzo de 2013 (rollo núm. 52/2013), que dejamos sin
efecto. En su lugar acordamos la desestimación del recurso de apelación
formulado por máximo y Patricia, contra la Sentencia del Juzgado de Primera
Instancia núm. 1 de Peñarroya-Pueblonuevo (juicio ordinario 402/2010), cuya
parte dispositiva confirmamos. No procede hacer expresa condena de las
costas generadas por el recurso de casación, ni tampoco las de apelación.
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