Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Rol: 12126-2018
Ministro: Egnem Saldías, Rosa
Ministro: Fuentes Belmar, Juan Eduardo
Ministro: Maggi Ducommun, Rosa María
Ministro: Silva Gundelach, Guillermo Enrique
Redactor: Maggi Ducommun, Rosa María
Abogado integrante: Munita Luco, Diego
Tribunal: Corte Suprema Primera Sala (Civil)(CSU1)
Partes: Víctor Hernández Leiva con José Hernández Leiva y otros
Tipo Recurso: Recurso de Casación en el Fondo
Tipo Resultado: Acogido
Fecha: 20/02/2020
Cita Online: CL/JUR/11070/2020
Hechos:
Parte demandada interpone recurso de casación en la forma y en el fondo contra la sentencia de la Corte de
Apelaciones, que confirmó el fallo de primer grado que acogió parcialmente la demanda sobre nulidad de
contrato de cesión de derechos. La Corte Suprema rechaza el recurso de casación en la forma, acoge el recurso
de casación en el fondo deducido y dicta sentencia de reemplazo
Sumarios:
1 . En nuestro derecho la venta de cosa ajena vale porque siendo un contrato meramente productivo de
obligaciones, no hay impedimento para que el objeto de la obligación sea una cosa perteneciente a un tercero.
En otras palabras, no es un requisito de la compraventa que el vendedor sea dueño de la cosa vendida y nada
impide que las partes contraigan obligaciones respecto de una cosa ajena, puesto que en tal contrato concurren
todos los requisitos necesarios para su validez, sin perjuicio de que el vendedor no podrá transferir al comprador
el dominio de la cosa vendida, pues sólo puede efectuar la tradición el dueño de la cosa que se entrega; a quién,
no le afecta dicha venta ni está obligado de ninguna manera para con el comprador (considerando 11° de la
sentencia de casación)
2 . La diferencia fundamental entre inoponibilidad y nulidad consiste en que en la primera la generación del acto
o contrato es irreprochable, pero, por determinadas circunstancias, pierde su eficacia frente a terceros; mientras
que la segunda supone un vicio en el nacimiento del acto jurídico, una falla en sus elementos constitutivos. En
la nulidad hay un interés público comprometido y de ahí que se límite su renuncia, pueda en ciertos casos ser
declarada de oficio y se permita invocarla, cuando es absoluta, a todo el que tenga interés en ello. En la
inoponibilidad, en cambio, hay que distinguir entre el acto o contrato y sus efectos, pues son éstos los
comprometidos. El contrato es perfectamente válido y las partes siguen obligadas por él; son los terceros
quienes quedan liberados de sufrir las consecuencias del contrato que no le es oponible. Ello no sucede con la
nulidad, pues cuando ha sido declarada desaparece el acto o contrato tanto respecto de las partes como de
terceros, salvo los casos de excepción en que ella no puede oponerse a éstos (considerando 13° de la sentencia
de casación)
3 . En el contrato de cesión de derechos a título oneroso otorgado por los demandados, a diferencia de lo
declarado en la sentencia censurada, no carece de alguno de los requisitos prescritos por la ley para su validez,
aun cuando deba ser sancionado con su ineficacia respecto del actor, en su calidad de legítimo dueño de los
derechos cedidos. En efecto, en nuestra legislación la venta de cosa ajena no es nula. Lo que acontece es que
esta venta no es oponible al verdadero dueño, quien puede reivindicar la cosa vendida -en este caso, derechos
hereditarios sobre un inmueble singular- mientras su acción no se extinga por la prescripción a favor del
comprador. En consecuencia, en la especie el contrato de cesión de derechos sobre el predio en cuestión,
celebrado por los demandados, sólo importa una venta de cosa ajena, cuya sanción es la inoponibilidad al
verdadero dueño y no la nulidad absoluta por falta de requisitos de existencia o validez del acto jurídico, de
modo que al declarar los sentenciadores que la sanción aplicable al caso de autos corresponde a aquella
estatuida en el artículo 1682 inciso 1° del Código Civil y no a la prevista en el artículo 1815 del mismo código
han violado ambas disposiciones, incurriendo en una errónea aplicación de la ley que ha tenido influencia
substancial en lo dispositivo del fallo (considerandos 14° y 15° de la sentencia de casación)
Texto Completo:
Normativa relevante citada Arts. 1682, 1815 del CC.
I. Sentencia de casaciónSantiago, veinte de febrero de dos mil veinte.
VISTOS:
En estos autos Rol N° 12.126 2018 de esta Corte Suprema sobre juicio ordinario de nulidad de contrato,
caratulados "Hernández Leiva Víctor con Hernández y otros", seguidos ante el Juzgado de Letras y Garantía de
Río Bueno bajo el Rol C 188 2015, la parte demandada recurrió de casación en la forma y en el fondo en contra
de la sentencia de la Corte de Apelaciones de Valdivia de trece de abril de dos mil dieciocho, escrita a fojas 399
y siguientes, en cuanto confirmó el fallo de primer grado de dieciocho de octubre de dos mil diecisiete, que se
lee a partir de fojas 318, que acogió parcialmente la demanda, ordenando al Conservador de Bienes Raíces de
las comunas de Rio Bueno y Lago Ranco proceder a la cancelación de la inscripción de cesión, Hernández
Leiva José German de Luis Juvenal Hernández Leiva y Otros de fojas 892 vta., bajo N° 965 correspondiente al
año 2014; y la cancelación de la anotación marginal practicada en la inscripción de dominio a nombre de Leiva
Sepúlveda Selmira de fojas 301 bajo el N° 383 correspondiente al año 1999 y la cancelación de la anotación
marginal practicada en la inscripción especial de herencia, Hernández Leiva, Víctor y Otros de Selmira Leiva
Sepúlveda, de fojas 512 vta., bajo el N° 543 correspondiente al año 2014.
Se trajeron los autos en relación.
CONSIDERANDO:
I. En cuanto al recurso de casación en la forma.
Primero: Que el recurrente sostiene que la sentencia impugnada ha incurrido en la causal de casación formal
contemplada en el N° 4 del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, esto es, haber sido dada ultra petita
al extenderse a puntos no sometidos a la decisión del tribunal, por cuanto acogió la demanda de nulidad por
fundamentos distintos a los planteados en ésta, los que no formaron parte de la discusión.
Explica que en el libelo sólo se pidió la nulidad de la escritura pública por una supuesta causa ilícita y sin
embargo la sentencia "interpretó" la intención del actor señalando que debía entenderse que lo demandado era
una cosa diversa la nulidad del contrato de cesión contenido en el instrumento público desconociendo el claro
tenor de la demanda e incluso los puntos fijados en la resolución que recibió la causa a prueba.
Añade que el fallo desecha uno a uno todos los argumentos de la demanda y sin embargo termina
acogiéndola sobre la base de argumentos nuevos, ajenos al debate, lo que en su concepto no sólo resulta un
contrasentido, sino que también atenta contra el principio de congruencia.
Segundo: Que en relación con el vicio en examen, esto es, la ultra petita, esta Corte de Casación ya ha
establecido que aquélla concurre cuando la sentencia, apartándose de los términos en que las partes situaron la
controversia por medio de sus respectivas acciones o excepciones, altera el contenido de éstas, cambiando su
objeto o modificando su causa de pedir.
Sin embargo, cabe desechar desde ya la causal de invalidación formal alegada por cuanto los jueces del
fondo, al acoger la demanda intentada en autos, se han encuadrado en las argumentaciones y pretensiones
formuladas en ella, pues si bien aquella atribuye al acto jurídico impugnado adolecer de causa ilícita y ser
simulado, dichos postulados jurídicos encuentran basamento fáctico en la circunstancia de que algunos de los
demandados cedieron a otro derechos de dominio sobre un inmueble que ya habían sido previamente
transferidos al demandante. Y es sobre la base de estos mismos hechos, introducidos a la litis al inicio de la
etapa de discusión, que los jueces del mérito resuelven acoger, parcialmente, el libelo pretensor.
Cabe precisar además que, tal como lo reconocen los sentenciadores del grado, en el cuerpo de la demanda
se cuestiona no la materialidad de la escritura pública, sino la validez del acto jurídico contenido en ella.
Establecido lo anterior, parece pertinente recordar que la doctrina comparada ve tanto en la ultrapetita
otorgar más allá de lo pedido como en la extrapetita extender la decisión a puntos no sometidos a conocimiento
del tribunal vicios que socavan un principio rector de la actividad procesal, cual es el de la congruencia, que
exige una necesaria adecuación entre las pretensiones de las partes, formuladas oportunamente y la parte
dispositiva de la resolución judicial. No puede olvidarse que la congruencia se encuentra claramente ligada al
derecho constitucional de defensa, ya que éste exige que el justiciable en cualquier clase de proceso conozca las
pretensiones o imputaciones que contra él se han formulado, por lo que una efectiva violación de la congruencia
implica también la de aquél derecho; cuestión que sin duda no acaece en la especie, ya que, como se dijo, desde
un principio los derroteros de la discusión se articularon en torno a la validez de una cesión de derechos de
dominio por quiénes carecían de la calidad de dueños de tales derechos, al haberlos cedido previamente al
demandante.
De ello se sigue que las fundamentaciones vertidas en el fallo impugnado se encuadran precisamente en las
alegaciones formuladas por las partes en la fase de debate, quedando en evidencia, por lo demás, que los
argumentos del recurrente reflejan más bien una discrepancia con el razonamiento seguido por los jueces de la
instancia, constituyendo ese reproche no un vicio de ultrapetita, sino un cuestionamiento de carácter sustantivo
por la cual decidieron solicitar derechamente la posesión efectiva de la herencia de sus padres y practicar la
inscripción especial de herencia, en la que el actor fue incluido como heredero y, realizados dichos trámites
conforme a derecho, cedieron nuevamente los derechos a otro hermano, pero esta vez correctamente y previo
pago de una suma de dinero por parte del cesionario. Agregaron, asimismo, que el demandante no llegó a
ocupar materialmente propiedad ni practicó la competente inscripción, por lo que, en puridad, no puede hablarse
de una "doble venta de derechos."Séptimo: Que para una mejor inteligencia del recurso interpuesto y discernir
la existencia de un quebrantamiento a lo previsto en los preceptos mencionados, es fundamental recordar que
los sentenciadores tuvieron asentados, como hechos de la causa, los siguientes:
1. Selmira Leiva Sepúlveda, madre del demandante y los demandados, era dueña de un inmueble
denominado hijuela N° 3 en la comuna de Rio Bueno de una superficie aproximada de 0.55 hectáreas, y los
siguientes deslindes especiales: Norte: hijuela número dos de Héctor Baldovino Hernández Leiva, separado por
cerco recto; Este: Norma Ferrón, separado por cerco recto; Sur: Edelmira Luz Hernández Leiva, separado por
cerco recto; y Oeste: Camino público Lumaco a Rio Bueno. Adquirió esta propiedad por Resolución N° 131 de
fecha 2 de febrero de 1999 del Ministerio de Bienes Nacionales; el título de dominio anterior rola inscrito a
fojas 106 número del Registro de Propiedad de 1997, y que fue transmitido a fs. 512 vta. N° 543 del Registro de
Propiedad del año 2014.
2. Selmira Leiva Sepúlveda falleció en la ciudad de Osorno el 16 de noviembre de 2001.
3. La posesión efectiva de la herencia de Selmira Leiva Sepúlveda se encuentra inscrita bajo el número
40.132 del año 2010, en el Servicio de Registro Civil e Identificación de Chile.
4. La Inscripción Especial de Herencia de los bienes quedados al fallecimiento de Selmira Leiva Sepúlveda,
se realizó con fecha 5 de junio de 2014 a favor de sus herederos Víctor Osvaldo Hernández Leiva, Luis Juvenal
Hernández Leiva, Héctor Baldovino Hernández Leiva, Juan Ángel Hernández Leiva, José German Hernández
Leiva y Edelmira Luz Hernández Leiva, sobre el inmueble denominado hijuela número tres, ya individualizado,
figurando al margen de la inscripción la siguiente anotación: "Transferidos los derechos de Luis Juvenal, Héctor
Baldovino; Juan Ángel y Edelmira Luz, todos Hernández Leiva a José Germán Hernández Leiva a fojas 892
vta. N° 965 del Registro de Propiedad de 2014. Río Bueno 08 de septiembre de 2014."5. Con fecha 14 de
noviembre de 2011 Edelmira Luz Hernández Leiva, José German Hernández Leiva, Héctor Baldovino
Hernández Leiva, Luis Juvenal Hernández Leiva y Juan Ángel Hernández Leiva venden, ceden y transfieren a
don Víctor Osvaldo Hernández Leiva, quien compra, adquiere y acepta para sí, la totalidad de los derechos
hereditarios que le corresponden o pudiere corresponderle a los cedentes en la sucesión intestada de su madre
Selmira Leiva Sepúlveda, en el único bien quedado a su fallecimiento y que es un inmueble denominado hijuela
número tres, ubicado en Lumaco, comuna de Rio Bueno, de una superficie aproximada de 0.55 hectáreas. El
precio total de la cesión es la suma de cien mil pesos, es decir, veinte mil pesos para cada cedente, que los
cesionarios pagaron en dinero efectivo, monto que cada uno de los cedentes declara haber recibido a entera
satisfacción con anterioridad a la celebración de esta escritura.
6. Con fecha 18 de junio de 2014, Luis Juvenal Hernández Leiva, Héctor Baldovino Hernández Leiva, Juan
Ángel Hernández Leiva y Edelmira Luz Hernández Leiva, sucesión intestada de Selmira Leiva Sepúlveda,
vende, cede y transfiere a José German Hernández Leiva, quien compra, acepta y adquiere para sí, todos los
derechos parte o cuota que a la cesionaria le corresponde o pudiera corresponderle por cualquier motivo o título
en el bien raíz denominado hijuela número tres, ubicado en Lumaco, comuna de Rio Bueno, Provincia del
Ranco, Región de Los Ríos de una superficie aproximada de 0.55 hectáreas. El dominio rola inscrito a nombre
de la sucesión a fojas 512 vta. N° 543 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Río
Bueno correspondiente al año 2014, siendo el precio de la venta de un millón de pesos, que el cesionario ha
pagado con anterioridad a este acto en diversas partidas, suma que los vendedores declaran que recibieron a su
entera conformidad y que a cada uno correspondió la suma de doscientos cincuenta mil pesos.
7. Actualmente existe una investigación penal por delito de estafa y otras defraudaciones, causa RUC
número 1410033151 K, causa RIT N° 892 2014 en este mismo Juzgado, iniciada por querella criminal deducida
por el actor en contra de sus hermanos, demandados en estos autos, con motivo de la cesión de derechos cuya
nulidad se ha solicitado en el presente litigio.
8. Se ha realizado pago de contribuciones a nombre de José German Hernández Leiva respecto de la
propiedad Hijuela número Tres, y la Cooperativa Rural Eléctrica de Rio Bueno Ltda., ha emitido facturas por
habilitación de suministro de energía a nombre de José German Hernández Leiva, con fecha 26 de enero de
2015.
9. Víctor Osvaldo Hernández Leiva con fechas 11 de julio de 2014 y 14/08/2014, solicitó al Conservador de
Bienes Raíces de Rio Bueno las inscripciones y cancelaciones correspondientes a la cesión de derechos en su
El artículo 1682 del Código Civil dispone que: "La nulidad producida por un objeto o causa ilícita, y la
nulidad producida por la omisión de algún requisito o formalidad que las leyes prescriben para el valor de
ciertos actos o contratos en consideración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de las personas que
los ejecutan o acuerdan, son nulidades absolutas. Hay asimismo nulidad absoluta en los actos y contratos de
personas absolutamente incapaces. Cualquiera otra especie de vicio produce nulidad relativa, y da derecho a la
rescisión del acto o contrato".
Luego, son características especiales de la nulidad absoluta las contempladas en el artículo 1683 del Código
Civil, que establece que: "La nulidad absoluta puede y debe ser declarada por el juez, aun sin petición de parte,
cuando aparece de manifiesto en el acto o contrato; puede alegarse por todo el que tenga interés en ello, excepto
el que ha ejecutado el acto o celebrado el contrato, sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba; puede
asimismo pedirse su declaración por el ministerio público en el interés de la moral o de la ley; y no puede
sanearse por la ratificación de las partes, ni por un lapso de tiempo que no pase de diez años".
Por otra parte, en cuanto a la inoponibilidad, nuestro Código Civil no establece una teoría general al
respecto, como lo hace con la nulidad, pero aquélla se encuentra establecida en numerosos preceptos y su
existencia es reconocida por la doctrina y la jurisprudencia, entendiéndosela como una sanción de ineficacia
jurídica respecto de los terceros ajenos al acto o contrato, en cuya virtud se les permite desconocer los derechos
emanados de ellos.
Así, no obstante su amplia aplicación, la inoponibilidad es de interpretación restrictiva, toda vez que es la
ley la que, por su intermedio, priva de eficacia a un acto.
Decimotercero: Que la diferencia fundamental entre inoponibilidad y nulidad consiste en que en la primera
la generación del acto o contrato es irreprochable, pero, por determinadas circunstancias, pierde su eficacia
frente a terceros; mientras que la segunda supone un vicio en el nacimiento del acto jurídico, una falla en sus
elementos constitutivos. En la nulidad hay un interés público comprometido y de ahí que se límite su renuncia,
pueda en ciertos casos ser declarada de oficio y se permita invocarla, cuando es absoluta, a todo el que tenga
interés en ello.
En la inoponibilidad, en cambio, hay que distinguir entre el acto o contrato y sus efectos, pues son éstos los
comprometidos. El contrato es perfectamente válido y las partes siguen obligadas por él; son los terceros
quienes quedan liberados de sufrir las consecuencias del contrato que no le es oponible. Ello no sucede con la
nulidad, pues cuando ha sido declarada desaparece el acto o contrato tanto respecto de las partes como de
terceros, salvo los casos de excepción en que ella no puede oponerse a éstos.
Decimocuarto: Que, a la luz de las precisiones efectuadas, ha de concluirse que en el contrato de cesión de
derechos a título oneroso otorgado por los demandados el 18 de junio de 2014, a diferencia de lo declarado en la
sentencia censurada, no carece de alguno de los requisitos prescritos por la ley para su validez, aun cuando deba
ser sancionado con su ineficacia respecto del actor, en su calidad de legítimo dueño de los derechos cedidos por
Luis Juvenal Hernández Leiva, Héctor Baldovino Hernández Leiva, Juan Ángel Hernández Leiva y Edelmira
Luz Hernández Leiva a José Germán Hernández Leiva.
En efecto, como se dijo, en nuestra legislación la venta de cosa ajena no es nula. Lo que acontece es que esta
venta no es oponible al verdadero dueño, quien puede reivindicar la cosa vendida en este caso, derechos
hereditarios sobre un inmueble singular mientras su acción no se extinga por la prescripción a favor del
comprador.
Decimoquinto: Que, en consecuencia, en la especie el contrato de cesión de derechos sobre el predio
denominado Hijuela número Tres, ubicado en Lumaco, Comuna de Río Bueno, Provincia del Ranco, Región de
Los Ríos, celebrado por los demandados, por escritura pública de 14 de junio de 2014, sólo importa una venta
de cosa ajena, cuya sanción es la inoponibilidad al verdadero dueño y no la nulidad absoluta por falta de
requisitos de existencia o validez del acto jurídico, de modo que al declarar los sentenciadores que la sanción
aplicable al caso de autos corresponde a aquella estatuida en el primer inciso del artículo 1682 del Código Civil
y no a la prevista en el artículo 1815 del mismo código sustantivo han violado ambas disposiciones, incurriendo
en una errónea aplicación de la ley que ha tenido influencia substancial en lo dispositivo del fallo, pues se
acogió una acción de nulidad absoluta que debió ser desestimada al no referirse a una de las situaciones que el
legislador reprime con dicha penalidad civil, por lo que corresponde hacer lugar a la casación en el fondo
interpuesta.
Por estas consideraciones y lo preceptuado en los artículos 764, 767 y 768 del Código de Procedimiento
Civil, se rechaza el recurso de casación en la forma y se acoge el recurso de casación en el fondo deducidos en
lo principal y primer otrosí de fojas 405 por el abogado Ricardo Morales Guarda, en representación del
demandado José Germán Hernández Leiva, en contra de la sentencia de la Corte de Apelaciones de Valdivia de
© Westlaw Thomson Reuters 6
Documento