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Valoración e intervención
temprana en problemas de
desarrollo infantil
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
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INTRODUCCIÓN
La Atención Temprana es el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población
infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo
más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños
con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos.
En este temar se abordan las bases teóricas sobre las que se fundamenta la
atención temprana. Dando así una explicación de porqué es tan importante esta
intervención en los primeros años de vida.
Por ello, también se exponen cuáles son los modelos de intervención y los signos
de alarma. El desarrollo infantil en los primeros años se caracteriza por la progresiva
adquisición de funciones por ello es también necesario saber los factores de riesgo tanto
biológicos como sociales que hacen que el niño pueda desarrollar algún problema
futuro.
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BASES TEÓRICAS EN LAS QUE SE FUNDAMENTA LA AT.
Por otro lado, se comprueba la existencia de una relación entre el desarrollo del
niño y variables como las características de los padres en cuanto a respuestas a las
iniciativas comunicativas de sus hijos.
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Es importante la aportación que hacen estos autores, al considerar el aprendizaje como
la vía a través de la cual madura el sistema nervioso central.
El crecimiento neuronal continúa después del nacimiento con una contribución del
medio cada vez más importante.
BASES NEUROLÓGICAS.
La característica más relevante del sistema nervioso del niño, frente al del
adulto, es que el niño nace con un sistema nervioso inmaduro y en vías de desarrollo,
siendo este desarrollo el que le permitirá alcanzar la maduración necesaria para llegar a
la plenitud funcional, propia de todo ser humano adulto.
En estos primeros años de vida, cuando contamos con el tiempo en que biológicamente,
psicológicamente y educativamente se justifica la razón de ser de la Intervención
temprana, en tanto que parte de ella se basa en la plasticidad del sistema nervioso del
niño.
Durante el primer año de vida, este sistema se desarrolla a gran velocidad y a medida
que pasan los años va decreciendo la intensidad de este desarrollo. Por esto se dice que,
en los primeros años de vida, hay gran plasticidad en el sistema nervioso, reduciéndose
notablemente a medida que pasan los años.
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fundamenta la aplicación de programas de intervención temprana para la recuperación
funcional.
Para Villa Elízaga (1991), adquieren especial relevancia los procesos de crecimiento
celular y el proceso de mielinización, como procesos orgánicos elementales en la
maduración del sistema nervioso. Ambos procesos orgánicos, aun siendo uno de los
aspectos de la maduración funcional del sistema nervioso más relevantes, no son los
únicos.
“En las primeras etapas de la vida, lo que predomina es la estructura recibida merced a
la dotación cromosómica…,pero posteriormente pasará de sus primeros patrones
automáticos a los niveles motores que liberan al niño de su dependencia íntima con el
adulto y a adquirir las grandes funciones que caracterizan al hombre” (Campos Castelló,
1989:2)
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Por lo tanto, la intervención temprana dadas las características del sistema nervioso,
sería más eficaz cuanto más precoz se plantee, y esto es porque en esta primera etapa el
cerebro tiene una enorme plasticidad.
BASES PSICOLÓGICAS.
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o Teorías sobre el desarrollo infantil
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Las Teorías Psicoanalistas, con su insistencia en la primacía de la experiencia
precoz y en las consecuencias a largo plazo de los acontecimientos adversos precoces
(Bowlby, 1951; Hurt, 1961), centraron su atención en las relaciones de la primera
infancia, las cuales podían sustentar un crecimiento y desarrollo adecuado.
La Teoría de Piaget (1954) afirma que los niños crean de forma activa su
propio conocimiento del mundo y atraviesan cuatro fases dentro del desarrollo
cognitivo.
Las versiones del acercamiento conductista que podemos explorar son las teorías
del condicionamiento clásico de Paulov y, más tarde las teorías del condicionamiento
operante de Skinner, bajo este modelo, se van a desarrollar las bases para los programas
de intervención temprana sobre “modificación de conducta”.
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La elaboración de programas de Intervención Temprana, bajo la aplicación de la
Teoría del condicionamiento operante, se aplica en niños con patologías establecidas,
cuyo objetivo es reforzar ciertas conductas que son débiles o extinguir otras que sean
patológicas.
Es Bandura (1986) quien cree que los procesos cognitivos son mediadores
importantes de las conexiones entre el ambiente y el comportamiento.
Por otro lado la teoría etológica subraya los factores biológicos y la teoría
ecológica hace hincapié en los factores ambientales. También hay otras variables tales
como: características de los padres, la disponibilidad de redes sociales de apoyo,
modelos de crianza… que se ha comprobado que tienen una relación con el posterior
desarrollo del niño.
El estudio que han hecho estas teorías, que hemos revisado, sobre el desarrollo
humano ha perseguido un doble objetivo: por un lado describir las conductas que van
sucediéndose cronológicamente a lo largo de la evolución del niño durante sus primeros
años y, a partir de esta descripción, buscar una explicación y comprensión de esa
manifestación.
El estudio que han hecho estas teorías, que hemos revisado, sobre el desarrollo
humano ha perseguido un doble objetivo: por un lado describir las conductas que van
sucediéndose cronológicamente a lo largo de la evolución del niño durante sus primeros
años y, a partir de esta descripción, buscar una explicación y comprensión de esa
manifestación. Esta doble intencionalidad de los estudios tiene también una doble
aportación al campo práctico, concretamente en el que nosotros nos ubicamos, la
Atención Temprana.
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La descripción conductual del niño ha permitido la elaboración y difusión de una
amplia gama de escalas de medición del desarrollo, y estas escalas han posibilitado la
detección temprana de una anomalía o alteración en el desarrollo.
BASES BIOLÓGICAS
Si entendemos el desarrollo humano como los cambios producidos por la edad, los
cuales permiten al hombre salir del largo período de inmadurez con el que nace y que
caracteriza los primeros años de su vida, aceptaremos que existe una base genética en la
que se sustenta; pero es, sobre todo, la interacción entre los factores internos (genéticos
y biológicos) y las influencias externas (culturales) lo que lo propicia y define.
Desde las bases biológicas podemos entender los factores genéticos del ser
humano, las leyes que lo regulan y los acontecimientos que los pueden alterar.
Todo nuevo ser, será portador de una información biológica con las
características morfológicas y fisiológicas que lo definirán. Esta información se
transmite de generación en generación a través del ácido desoxirribonucleico (ADN)
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El comportamiento es una propiedad biológica y, por tanto, como el resto de
características de un ser vivo, está sujeto a las leyes de la Biología. La conducta es la
propiedad biológica que permite a los organismos establecer una relación activa y
adaptativa con el medio ambiente.
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Mediante las experiencias de aprendizaje, los niños desarrollan sus capacidades.
La etapa de educación infantil resalta la importancia que la acción educativa temprana
tiene en el desarrollo físico, cognitivo y socioafectivo de los más pequeños.
La Educación Infantil es una etapa única, con una identidad propia. Las bases
educativas nos llevan a plantear, desde el sistema educativo, la necesidad de unos fines
educativos iguales para todos los sujetos. Consideramos que tanto la Educación Infantil
como la Atención Temprana están destinadas a la atención (planificada, intencional y
sistemática) de los niños hasta los seis años.
• Si los primeros años de la vida de un niño tienen una importancia vital para su
desarrollo y sus primeros aprendizajes, la Atención Temprana y la Educación Infantil
van a proporcionar las experiencias básicas que contribuyan a ese desarrollo y van a ser
los principales mecanismos de prevención y compensación de desigualdades.
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MODELOS DE ACTUACIÓN
MODELO CONDUCTISTA
Este modelo pretendía ofrecer una atención global, que estaba dirigida
simultáneamente al niño, a la familia y a la comunidad. Sus servicios eran los
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siguientes: información, detección, diagnóstico, orientación, tratamientos
psicopedagógicos y rehabilitadores, apoyo y asesoramiento a padres así como apoyo y
asistencia técnica a los centros de Educación Infantil.
Intervención: este modelo considera, no sólo las necesidades del niño y su familia, sino
también al entorno. La intervención en el entorno natural del niño, va a ser importante
para conseguir el principio de normalización y de integración. Destaca también la
necesidad de evaluar al sujeto en su contexto natural, el contexto mismo y las
intervenciones programadas.
Si entendemos la ecología como el estudio de las relaciones entre los organismos y los
ambientes…
La primera es la interacción del niño como organismo biológico con el medio social
inmediato;
Las teorías ecológicas postulan que los marcos ecológicos y las unidades
sociales, así como las personas y los acontecimientos dentro de ellos, no operan
aisladamente, sino que cada uno influye en el otro, tanto directa como indirectamente,
de manera que los cambios en una unidad o subunidad repercuten e influyen en los
miembros de otras unidades.
La teoría del apoyo social intenta describir las propiedades de las unidades
sociales, las relaciones entre estas y cómo la administración de apoyo por los miembros
de las redes sociales mejora el bienestar individual, familiar y de la comunidad.
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La ecología humana hace hincapié en las interacciones y acomodaciones entre
un niño en desarrollo y su medio ambiente animado e inanimado, y en cómo los
acontecimientos en diferentes marcos ecológicos afectan directa e indirectamente la
conducta de la persona.
Pone el énfasis en los efectos del niño y del medio ambiente. Las experiencias
proporcionadas por el medio no son contempladas como independientes del niño.
Coloca al niño como principal agente de su desarrollo. Supone un cambio en cuanto al
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modelo educativo, a la atención unida a la primera evaluación diagnóstica, en cuanto al
protagonismo de la familia… lo que conlleva un cambio tanto en el ámbito de actuación
como en el tipo de actuaciones y profesionales a intervenir.
Bajo esta perspectiva, el crecimiento y el desarrollo del niño son la suma de las acciones
hacia el medio, y de las reacciones desde el medio. Este modelo considera la naturaleza
recíproca, bidireccional del marco cuidador-niño y, en especial, la interacción padres-
hijo. Lo innovador de este modelo es que hace un idéntico énfasis en los efectos del
niño y del medio ambiente, de manera que las experiencias proporcionadas por el medio
no son contempladas como independientes del niño; éste puede haber sido un claro
determinante de las experiencias actuales, pero el rendimiento evolutivo no puede ser
descrito sistemáticamente sin un análisis de los efectos del medio sobre el niño.
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d) La infancia es el mejor momento para iniciar la intervención con los niños
discapacitados y con los niños de riesgo biológico o ambiental y con sus padres,
dentro de un contexto familiar.
o Crecimiento y desarrollo.
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anteriormente, el desarrollo consiste en dos procesos biológicos fundamentales:
crecimiento y diferenciación. El crecimiento va unido a una progresiva diferenciación
de todas las células, tejidos, órganos y sistemas y el crecimiento origina e impulsa la
diferenciación, que, de alguna manera, supone el final del crecimiento.
Este patrón es claro y se han definido hitos básicos que permiten determinar
cuándo un niño progresa adecuadamente o por el contrario se desvía del desarrollo
normativo.
- DE LOS 0 A LOS 6 MESES.
Durante los primeros meses de vida es cuando el niño experimenta más cambios,
sobre todo en el ámbito psicomotor.
Durante los 3 primeros meses de vida el bebé tiene plena dependencia de los
padres. Les necesita para alimentarse y comenzar a descubrir el mundo que le rodea. A
partir de los 3 meses, sin embargo, comienza su maratón de aprendizaje. El bebé
empieza a interactuar con las personas que tiene a su alrededor y descubre que sus actos
implican una reacción. Comienza a sonreír, a sacar la lengua, a pedir con los brazos que
le sostengan en el regazo... Es capaz de mantenerse sentado con apoyo, y luego
conseguirá hacerlo sin él. También se inicia el balbuceo. El bebé intentará unir fonemas
con mayor o menor acierto.
- DE LOS 6 A LOS 12 MESES.
El niño al fin comienza a andar. Ahora un nuevo mundo se abre ante él. Su autonomía
aumenta y se da cuenta de que es capaz de hacer muchas cosas por sí mismo. Sin
embargo, se acerca a la etapa de las rabietas y los celos. Aún es incapaz de entender
ciertas normas y límites. Durante esta época muestra un gran apego por sus padres.
- DE LOS 2 A LOS 4 AÑOS.
Durante esta etapa, el desarrollo social y cognitivo cobra gran relevancia. Empiezan a
interactuar más con los demás niños y descubren el campo artístico: la pintura, los
libros...Y en cuanto al lenguaje, al fin son capaces de formar frases, aunque a menudo se
'tropiezan' y no son capaces de expresar sus pensamientos en orden.
- DE LOS 4 A LOS 6 AÑOS.
Al fin empiezan a dominar todos los campos, tanto el del lenguaje como el psicomotor y
el cognitivo. Son capaces de saltar, trepar y bailar con facilidad. Expresan pensamientos
y perfeccionan sus dibujos y representaciones artísticas. Buscan a los demás niños
porque les encanta el juego colectivo.
SIGNOS DE ALARMA
Primer mes
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•No reacciona al sonido.
•No se tranquiliza con la acción de la madre, sin existir un problema fisiológico
que justifique el estado de irritabilidad.
•Alteraciones en el tono muscular (hipotonía grave, asimetrías…)
•Presencia de plagiocefalias (distorsión asimétrica del cráneo) y/o tortícolis
congénita.
4 – 6 meses
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•Torpeza en la motricidad fina.
•No señala personas/objetos familiares cuando se le nombran.
•No ejecuta órdenes habituales (acción+objeto).
•No aumenta su vocabulario (<50 palabras).
•No construye frases de 3 palabras incluyendo verbos.
•No imita acciones sencillas de forma diferida.
•Muestra poco interés hacia las personas/niños de su entorno.
•No utiliza los objetos de manera adecuada.
•Realiza movimientos extraños repetitivos.
•Se resiste a los cambios de rutinas.
30-36 meses
FACTORES DE RIESGO.
•Neonato de riesgo
- Prematuridad o bajo peso neonatal: RN con peso <P10 para su edad
gestacional o con Peso <2000 gr. o Edad Gestacional < a 35semanas.
- APGAR < 3 al minuto o <7 a los 5minutos. (Examen rápido entre el
minuto 1 y 5 después del nacimiento)
- Asfixia severa.
- RN con ventilación mecánica durante más de 24horas
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- Hiperbilirrubinemia que precise exanginotransfusión
- Convulsiones neonatales
- Sepsis, Meningitis o Encefalitis neonatal
- Disfunción neurológica persistente (+ de 7días)
- Daño cerebral evidenciado por neuroimagen (ECO, TAC…)
- Malformaciones del SNC.
- Neuro-Metabolopatías
- Cromosomopatías y otros Síndromes Dismórficos
- Hijo de Madre con Patología Mental y/o Infecciones y/o Drogas que
puedan afectar al feto.
- Neonato con hermano con patología neurológica no aclarada o con riesgo
de recurrencia.
- Gemelo, si el hermano presenta riesgo neurológico
- Síndrome Malformativo con compromiso visual o auditivo.
- Ingesta de aminoglucósidos durante un periodo prolongado con niveles
plasmáticos elevados durante el embarazo.
- Antecedentes familiares de hipoacusia.
- Otras razones a juicio del Pediatra.
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- Familias que no cumplimentan los controles de salud repetidamente.
El niño se está organizando como sujeto a todos los niveles y además depende y
está inmerso en un contexto de interacciones muy estrechas con lo que una evaluación
adecuadamente realizada no puede prescindir del análisis y valoración del contexto
familiar, social y cultural.
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De esta manera, es imprescindible que la valoración diagnóstica y su
clasificación, consideren al niño y también a los contextos en los que éste se desarrolla.
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clasificación se usa en el ámbito de la rehabilitación y a nivel administrativo para
establecer grados de discapacidad. Actualmente, de manera especial en la descripción
de la discapacidad, pero los criterios son de difícil aplicación al niño pequeño.
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Clasificación francesa de los trastornos mentales del niño y del adolescente 2000
(CFTMEA) es una clasificación estadística biaxial basada en una concepción
estructural de la psicopatología, que comporta un glosario con criterios precisos de
inclusión-exclusión y de equivalencias con la CIE-1O lo que supone una posibilidad de
utilización internacional.
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ESTRUCTURA:
PERINATAL: Recién nacido con peso inferior al percentil 10 para su edad gestacional.
Recién nacido con peso inferior a 1.500 gramos. Edad gestacional inferior a 32
semanas. APGAR inferior a 3 al minuto o 7 a los cinco minutos. Recién nacido con
ventilación mecánica durante más de 24 horas. Asfixia severa. Recién nacido con
hiperbilirrubinemia que precisa exanguinotransfusión. Convulsiones neonatales. Sepsis
(una fuerte reacción inmunitaria por una infección), meningitis o encefalitis neonatal.
Disfunción neurológica persistente: más de 7 días. Administración de aminoglucósidos,
agentes ototóxicos durante un período prolongado.
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de violencia en el domicilio, las instituciones o la TV. Exposición a prácticas y
situaciones inadecuadas.
MOTOR: Tr. motor cerebral/Parálisis Cerebral Infantil. Tr. de origen espinal. Tr. de
origen periférico. Tr. de origen muscular. Tr. de origen óseo-articular. Tr. del tono no
especificado. Hábitos y descargas motrices.
VISUALES: Niños con ceguera congénita, Ceguera adquirida, Niños de baja visión,
Nistagmo, Estrabismo, Defectos de refracción, Trastornos motores.
COGNITIVO: Retraso mental: leve. Retraso mental: moderado. Retraso mental: grave.
Retraso mental: profundo. Retraso mental no especificado.
LENGUAJE: Dislalia. Retraso simple del habla. Disglosia. Disartria. Disfemia. Retraso
simple del lenguaje. Disfasia. Trastorno específico del desarrollo del lenguaje (TEL)
Afasia infantil adquirida.
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EXPRESIÓN SOMÁTICA: Afecciones somáticas. Trastornos psicofuncionales.
Enuresis. Trastornos de la alimentación. Trastornos del sueño. Retraso psicógeno del
crecimiento.
DE REGULACIÓN Y COMPORTAMENTALES:
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FAMILIA-NIÑO: Relación sobreinvolucrada. Relación subinvolucrada. Relación
ansiosa/tensa. Relación colérico/hostil. Relación mixta. Relaciones abusivas. Ausencia
de cuidadores sensibles. Malos tratos y abusos. Negligencia. Institucionalización
prolongada. Permanencia excesiva en guardería o escuela. Hacinamiento. Chabolismo.
Violencia e inseguridad ambiental. Pobreza extrema. Estigmatización. Confluencia de
factores de exclusión.
- EJE VI - Entorno
EVALUACIÓN
En este proceso hay que tener en cuenta que el niño es un ser integrado, y no una
colección de habilidades, adquisiciones o elementos; el desarrollo de cada área influye
en las otras y depende de ellas. Considerar solamente un área del desarrollo, haciendo
abstracción de las demás, conlleva no reconocer la influencia de esas otras áreas y
puede oscurecer nuestro conocimiento de las habilidades del niño teniendo claro
también que el objeto de evaluación son las capacidades y no las conductas o
rendimientos del niño.
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MÉTODOS DE EVALUACIÓN
La evaluación debe ser inicial (ya que debe comenzar por el propio proceso de
desarrollo del sujeto en todas las áreas) continua e individualizada, estableciendo como
criterio de referencia los patrones normales del desarrollo. En el ámbito de la Atención
Temprana, al hablar de evaluación, nos referimos de un modo especial a la evaluación
inicial, que debe aportar un conocimiento lo más completo posible de la realidad del
sujeto, su familia y su entorno, objeto, proceso o situación a evaluar.
Esta evaluación inicial es muy importante porque nos va a permitir conocer las
necesidades del sujeto al que se evalúa, lo que a su vez, facilitará la orientación de su
programa.
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Además debe realizarse una evaluación continua que permita conocer el
desarrollo y los pasos que se han dado.
LA EVALUACIÓN DEL AMBIENTE.
Las capacidades funcionales del niño deben examinarse en varios contextos, con el fin
de comprender cómo los niños integran habilidades en su repertorio de conductas y
respuestas. Para comprender mejor la competencia del niño y la relación con su entorno
socio-familiar, hay que ampliar el abanico de la exploración, buscando información en
estas tres dimensiones:
Un aspecto importante con el que debemos tener cuidado es con las “etiquetas” que se
suele poner a las personas. En muchos casos, las clasificaciones son inadecuadas e
incluso contradictorias, limitan las expectativas de la familia y de la propia comunidad
escolar y favorecen las posturas conformistas.
ETAPAS DE LA EVALUACIÓN
4) Precisar los criterios en los que el evaluador ha de apoyar su juicio de valor respecto
a la faceta a evaluar.
6) Evaluación explorando aquellas áreas que consideramos que pueden estar afectadas:
funciones cognitiva, lingüística, afectiva, neuropsicológica, familiar, social, etc.
7) Interpretación de la evaluación.
OBJETIVOS DE LA EVALUACIÓN.
•Como valoración del estado evolutivo del niño antes de iniciar un tratamiento
propiamente dicho y para poder valorar con posterioridad, mediante una re-evaluación,
los resultados de dicho tratamiento y la evolución del niño.
•Como fuente de información para otros profesionales ajenos al centro y para la familia.
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b) Identificar capacidades funcionales para diseñar programas y apoyos
individualizados
c) Registrar los progresos del niño durante la intervención.
FUNCIONES DE LA EVALUACIÓN.
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Estrés: Cuando el input recibido es muy intenso (giro de cabeza, parpadeo,
arquea el cuerpo...).
Autorregulatorias: Comportamientos del niño para mantener su equilibrio e
interacción de los sistemas (succión voluntaria con chupete o su propio dedo).
Escala de evaluación del desarrollo psicomotor (EEDP), de Rodríguez, S.
Arancibia, V. y Undurraga, C. Edad: 0 y 24meses. Objetivo: Diagnóstico del
desarrollo cognitivo del lactante. Esta escala evalúa las áreas de lenguaje (verbal
y no verbal), motora, coordinación y social.
Escala para medir el desarrollo Psicomotor de la Primera Infancia de Brunet-
Lezine: Edad: De 0 a 30 meses. Ampliada hasta los 6 años. Objetivo: Evaluación
del nivel madurativo del niño en las cuatro áreas que explora: (P) Control
postural. (C) Coordinación óculo – motriz. (L) Lenguaje/Comunicación. (S)
Sociabilidad/Autonomía. Características: Permite obtener una Edad de
Desarrollo y un Cociente de Desarrollo global del niño, así como una valoración
parcial de la Edad de Desarrollo y del Cociente de Desarrollo del niño en cada
una de las áreas exploradas.
Escalas Bayley de Desarrollo Infantil (BSID): Edad: De 2 a 30 meses. Objetivo:
Evaluación del desarrollo relativo del niño en los primeros años de vida, en un
triple aspecto: mental, psicomotor y social. Características: La prueba está
constituida por tres partes bastante diferenciadas pero complementarias:
o Escala mental: Preparada para apreciar la agudeza sensorio-perceptiva, la
discriminación y la capacidad de respuesta a los estímulos; la adquisición
temprana de la ʺconstancia del objetoʺ y de la memoria; el aprendizaje y
capacidad de resolución de problemas; las vocalizaciones al comienzo de
la comunicación verbal; y la capacidad para generalizar y clasificar, base
del pensamiento abstracto.
o Escala de psicomotricidad: Proporciona una medida del grado de control
del cuerpo, de la coordinación de los músculos grandes y de la habilidad
manipulativa de manos y dedos; va dirigida específicamente a los
comportamientos que implican destreza y coordinación psicomotora y no
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está relacionada con las funciones que por su naturaleza comúnmente se
denominan ʺmentalesʺ o ʺinteligentes”.
o El Registro del comportamiento: Ayuda a evaluar la naturaleza de las
orientaciones sociales y objetivas del niño hacia su entorno, expresadas
en actitudes, intereses, emociones, energía, actividad y tendencias de
aproximación o evitación de los estímulos.
Posteriormente se utilizan otras escalas desde los 2 a los 6 años (ya que los 6 años es la
edad máxima considerada dentro del tratamiento de atención temprana). Dentro de estas
edades, las escalas más utilizadas son:
Las Escalas de Aptitudes y Psicomotricidad para Niños de McCarthy: Edad:
Entre dos años y medio y ocho años y medio. Puede utilizarse a edades
superiores en caso de retraso o detención del desarrollo aptitudinal o motor.
Objetivo: Evaluación de las aptitudes cognoscitivas y psicomotoras del niño a
través de una amplia serie de tareas de tipo lúdico.
Características: La batería está integrada por 18 test que, agrupados según
criterios variables en cada caso, dan lugar a 6 subescalas, cada una de las cuales
está formada por varios test:
1ª Verbal, que aprecia la madurez de los conceptos verbales en el niño y su
aptitud expresiva.
2ª Perceptivo-manipulativa, que evalúa la capacidad de razonamiento a través de
tareas lúdico-manipulativas.
3ª Cuantitativa, que mide la facilidad en el manejo y comprensión de conceptos
cuantitativos y símbolos numéricos.
4ª Memoria, que aprecia diversos aspectos de la memoria inmediata (de tipo
visual, acústico, verbal y numérico).
•5ª Motricidad, que evalúa diversos aspectos de la aptitud motora (grandes
movimientos de las extremidades, motricidad fina, coordinaciones diversas,
etc.).
•6ª General cognitiva, formada por todos los test que se incluyen en las
subescalas Verbal, Perceptivo-manipulativa y Cuantitativa, ofrece una
evaluación de los procesos mentales cognoscitivos de tipo general.
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Las Escalas de Inteligencia para Preescolar y Primaria de Weschler (WPPSI).
Edad: Entre 4 y 6 años y medio de edad cronológica. Objetivos: Evaluación de
la inteligencia general en sus aspectos cuantitativos y cualitativos.
Características: Compuesta por 10 pruebas: 5 verbales (Información,
Vocabulario, Aritmética, Semejanzas y Comprensión) y 5 manipulativas (Casa
de los animales, Figuras incompletas, Laberintos, Dibujo geométrico y Cubos).
Permite la obtención de Cocientes de Inteligencia Verbal, Manipulativo y
Global.
Batería de Evaluación de Kauffman para niños (K-ABC): Edad: Entre 2 y medio
y 12 años y medio de edad cronológica. Objetivos: Evaluación de la inteligencia
y del rendimiento. Características: Se compone de un total de 16 test (aunque a
ningún niño se le aplican más de 13), clasificados en cuatro escalas
diferenciadas: Escala de Procesamiento Secuencial, E. de Procesamiento
Simultáneo, ambas dan lugar a la Escala de Procesamiento Mental Compuesto
(medida intelectual), Escala de Conocimientos (medida del rendimiento, o de los
hechos adquiridos) y por último la Escala no verbal (que es un formato reducido
de la batería, que se correlaciona con el Procesamiento Mental Compuesto y es
aplicable a niños con alteraciones severas en la comunicación oral).
Otras escalas que se pueden utilizar en estas edades iniciales serían: BDI -
Inventario de Desarrollo Battelle. Escala de Uzgiris y Hunt para Evaluar el
Desarrollo de la Inteligencia Infantil (de 0 a 30 meses). Escala Social de
Vineland (a partir de los 2años). Test de Conceptos Básicos de Bohem. Test
Gestáltico Visomotor de Bender. Reversal Test: Percepción Espacial. Escala
Adaptativa de Wisconsin.
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- The School Version of the Assessment of Motor and Process Skills (School
AMPS).
- Manual Ability Classification System para niños con parálisis cerebral entre 4-
18años.
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distintos centros o administradores (especialmente cuando no existen adaptaciones
estandarizadas y cada profesional que administra la prueba tiene que realizar sus propias
adaptaciones a las características concretas de la patología que sufre el niño). La
recomendación aquí sería especificar siempre dichas adaptaciones cuando se hayan
realizado. Todas las escalas de desarrollo están mayoritariamente centradas, en las
primeras edades, en el desarrollo motor (adquisiciones motoras). Por ello, ante
problemas específicamente motrices su aplicación resulta a veces dificultosa e incluso
impide su aplicación.
La intervención es una acción compleja que comienza con una evaluación inicial
que da lugar al diseño de un programa de desarrollo, que sirve de base para continuar
con la intervención propiamente dicha, controlada por sistemas de seguimiento y
evaluación. Un programa de intervención en Atención Temprana constituye un conjunto
de actividades planificadas, orientadas a originar un cambio en el desarrollo y el
aprendizaje del niño en la etapa comprendida entre los 0 y 6 años.
La intervención debe ser una tarea estructurada que permita optimizar las
posibilidades del sujeto, a partir de un modelo de actuación abierto, flexible, donde se
dé cabida a las adaptaciones y adecuaciones que precise en cada momento.
En este último caso, va a ser necesario que el niño reciba un tipo de estimulación
específica, suficiente y adecuada para su problema. Para intervenir con el niño, es
básico conocer previamente sus capacidades, su entorno, sus necesidades y su
pronóstico probable, ya que no se va a trabajar de manera aislada con él, sino que el
trabajo del día a día se verá influido por todas las características del entorno físico,
familiar, educativo y social en el que se desarrolla el niño, así como por sus
características genéticas, biológicas y de personalidad.
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Para establecer el punto de partida de la intervención, es necesario partir de los
resultados de una evaluación previa en la que se traten de determinar los siguientes
aspectos:
a) Médicos y neurológicos. En este punto se incluirá la historia neonatal, médica y
evolutiva del niño, así como sus posibles antecedentes familiares.
b) Historia clínica familiar y personal: Incluye información respecto al comienzo y
duración de los síntomas, eventos familiares de interés, factores estresantes,
cambios importantes, historia personal de desarrollo del niño y relaciones
sociales que mantiene con las personas significativas de su entorno.
c) Desarrollo de las áreas específicas del perfil evolutivo: Se recoge información
sobre las áreas de lenguaje y comunicación, cognitiva o intelectual, académica,
personal-sensorio motora, neuropsicológica
d) Evaluación de los estilos de interacción social y aprendizaje.
e) Recursos económicos, familiares y culturales de los que dispone.
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precisión, por lo que el seguimiento del programa ha de estar abierto a progresos,
estancamientos y modificaciones.
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Modelos de intervención en Atención Temprana
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e) Modelo Interactivo: Defiende el interaccionismo social y el entrenamiento
cognitivo y toma como conceptos básicos la inteligencia, que sería el resultado
de la compleja interacción entre la persona y el ambiente, la cultura, formada por
el conjunto de valores, conocimientos, creencias, etc. transmitidos de generación
en generación y el potencial de aprendizaje o capacidad latente para aprender
cuando se dan las condiciones que permitan la interacción con el medio. Su
máximo representante, Feuerstein se basa en la teoría de la modificabilidad
cognitiva estructural y propone que se puede alterar el desarrollo cognitivo
mediante una intervención consistente y sistemática. Parte de que todos, y
especialmente los niños, poseen un potencial de aprendizaje que no se utiliza
adecuadamente.
f) Modelo Transaccional: Se basa en la capacidad de respuesta social del ambiente
y en la naturaleza interactiva del intercambio niño-medio ambiente. El
crecimiento y el desarrollo del niño son la suma de las acciones hacia el medio y
de las reacciones desde el medio. Su contribución a la Atención Temprana es
enfatizar la importancia de la díada padres-niño, que constituye el objetivo de la
intervención. Considera que los niños se desarrollan mediante intercambios
recíprocos positivos con el ambiente y especialmente con los padres o
cuidadores. Los cambios de comportamiento se explican como el efecto del
contexto sobre el niño y del niño sobre el contexto.
g) Actualidad: camino hacia un modelo integrador: En el momento actual, el
modelo que se propone se basa en las aportaciones de modelos anteriores,
buscando explicaciones rigurosas que permitan superar las limitaciones que
presentan cada uno de los anteriores e intentando aglutinar todas las variables
que inciden en este proceso y las relaciones entre las mismas.
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escolar y social, así como su autonomía personal. Según este modelo, la Atención
Temprana debe llegar a todos los niños que manifiestan cualquier trastorno o alteración
en su desarrollo, tanto de tipo físico, psíquico o sensorial o se les considere en una
situación de riesgo biológico o social. Las acciones que se lleven a cabo desde este
marco deben considerar al niño pero también a la familia y al entorno (GAT, 2005).
TIPOS DE PROGRAMAS:
Durante la primera fase, o fase de entrada del niño en el centro o unidad donde
va a ser atendido, se lleva a cabo la valoración, la cual es un paso previo imprescindible
a la elaboración del programa de intervención. Para llegar a un conocimiento completo
y ajustado de la realidad del niño, es imprescindible que la valoración incluya una
historia clínica y biográfica del paciente, así como una evaluación exhaustiva de las
diferentes áreas, que nos permite llegar a un diagnóstico y establecer una estrategia de
intervención.
En una segunda fase, a partir de las conclusiones extraídas con anterioridad, será
el momento de elaborar el programa instruccional, cuyos componentes se van a analizar
a continuación. Después de su implementación se procederá a su evaluación.
1. Área adaptativa: Capacidad del niño para utilizar la información y las habilidades
evaluadas en las otras áreas. Evalúa las habilidades de autoayuda y las tareas que dichas
habilidades requieren. Consta de cinco subáreas:
a) Atención
b) Comida
c) Vestido
d) Responsabilidad personal
e) Aseo
2. Área motora: Capacidad del niño para usar y controlar los músculos del cuerpo
(desarrollo de la motricidad gruesa y fina). Está compuesta por cinco subáreas:
a) Control muscular
b) Coordinación corporal
52
c) Locomoción
d) Motricidad fina
e) Motricidad perceptiva
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CONCLUSIÓN
Destacar la importancia de evaluar bien al niño o niña con retraso, ya que esta
valoración proporcionará información para que los servicios sean los más beneficiosos
posible para su futuro desarrollo.
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En resumen, el objetivo de los programas de intervención debe ser acercar al
niño, dentro de sus posibilidades, a los niveles de normalidad deseados.
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