Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
[5.6] Resumen
TEMA
Teoría de la Coordinación
Esquema
TEMA 5 – Esquema 2
Teoría de la Coordinación
Ideas clave
Para estudiar esta lección lee las páginas 131-155 del manual de referencia de la
asignatura: La fuerza del grupo. Coordinar los procesos, silos, tribus y otros puntos
de fricción de las organizaciones (1ª edición), Ediciones Universidad de Navarra
(EUNSA). 2011, de José María Berenguer.
Es recomendable que sigas con cuidado las consideraciones que se hacen en relación
al caso práctico de la Anábasis de Jenofonte, pues te ayudarán a internalizar los
conocimientos que se exponen en el tema.
Para hacer frente a estos retos, alguna de las más innovadoras recurren a uno de los
más potentes y complejos mecanismos de coordinación: las estructuras matriciales
que es el objeto de estudio de este tema.
No es extraño que se cite a Frederick W. Taylor (1911) y a Henri Fayol (1917) como
precursores de la filosofía de la matriz. La teoría matemática de matrices iba, en sus
años, por buen camino y había sido plenamente aceptada. La imagen de la matriz se
introducía con facilidad en los esquemas mentales. Además, era una forma nueva de
analizar algunos problemas muy complejos… y las organizaciones lo son, ¡y en qué medida!
Tanto a Taylor como a Fayol les preocupaba el rendimiento de los trabajadores y éste
no podía ser el mejor, si no contaban en todo momento con los conocimientos
adecuados (los suyos y otros complementarios). La idea de la functional foremanship
de Taylor y el modelo de personal “de línea y de soporte” de Fayol se orientan en este
sentido: el trabajador recibe un asesoramiento especializado en su lugar de trabajo. Los
conocimientos especializados se acercan al puesto de trabajo, ya sea en la persona de
un capataz especialista o de una persona de una unidad soporte. El trabajador se
relaciona con dos personas: su jefe natural y el capataz/asesor. El síndrome del
“empleado con dos jefes” se empieza a perfilar, por más que Fayol -no es el caso de
Taylor, que todo lo subordina a la eficiencia de las tareas- intente mantener el principio
sagrado de la unidad de mando.
A finales de los 60 las antes mimadas empresas aeroespaciales tiene que transformar
sus estructuras de forma que reflejen este compromiso dual: mantener funciones
fuertes, expertas; pero, a la vez, complementar estas capacidades con una organización
eficientísima de gestión de proyectos. La matriz ha aparecido.
Avalada por tan buenos auspicios, los años 70 y el principio de los 80 verán florecer
esta forma novedosa de organización. También provocarán un rastro de organizaciones
en las que la adopción de la estructura matricial termina con un sonoro fracaso. La
frase de muchos responsables es: «Intentamos implantar la matriz, pero no funcionó».
En la segunda mitad de los 90 la matriz resurge, pero ya solo como un elemento más de
la caja de herramientas de coordinación de los directivos. En este periodo se perfila la
naturaleza de la estructura matricial y se formulan las primeras descripciones. Linn C.
Stuckenbruck, un reconocido experto en gestión de proyectos de la University of
Southern California, se refiere en 1984 a la matriz en estos términos:
«La matriz es una forma organizativa compleja que puede llegar a ser
verdaderamente complicada en proyectos muy grandes […] La organización
matricial ha surgido para afrontar el conflicto básico inherente a cualquier gran
organización: las necesidades de especialización frente a las necesidades de
coordinación […].
Porque en ella radica todo su poder de coordinación, dado que la estructura matricial
consigue equilibrar estrategias organizacionales que exigen igual atención a múltiples
prioridades. El poder de la matriz radica en que auspicia la implantación de sistemas,
roles, controles y recompensas duales y que contrapesa su funcionamiento para que se
puedan gestionar con ecuanimidad las distintas dimensiones de la estrategia.
«Una matriz es un tipo de estructura organizativa que se forma en torno a dos o más
dimensiones, tales como funciones, productos o regiones, y en la que las personas
tienen dos jefes».
El nuevo diseño, que madura con el tiempo, puede adoptar tres estados en los que se
aprecia el cambio de poder de una dimensión (funciones, productos, geografía) a otra
(procesos, proyectos). En algún punto de este continuo se producirá el equilibrio de
poder que, como se ha visto, es la más señalada capacidad estratégica de la
organización matricial.
Como los directores funcionales mantienen el control sobre sus recursos y sobre las
áreas del proceso de su competencia, el responsable del proceso tiene una autoridad
muy limitada sobre las personas que forman el equipo del proceso. Juega el papel de
coordinador. La matriz funcional es un “quiero y no puedo” en lo que se refiere a la
transformación de la organización. Su diseño no presta rapidez a la organización para
que pueda responder como debe a los cambios. Tampoco facilita las comunicaciones
interfuncionales, que están condicionadas por el poder de los directores funcionales.
La matriz equilibrada puede adoptar muchas formas, pero siempre los miembros de los
equipos de proyecto dependerán de dos directores: su director funcional y el
responsable del proyecto para el que se le ha reclutado. Durante su estancia en el
equipo -limitada a un periodo de tiempo- será evaluado por dos jefes y su coste será
facturado por su departamento al proyecto. El departamento será la unidad en la que
podrá actualizar sus conocimientos y no perder su especialidad.
Este tipo de matriz es adecuada para situaciones en las que están en juego varios proyectos
que se ajustan a una cronología limitada y que tienen que dar resultados en corto plazo de
tiempo. El responsable del proyecto es un mini director general. De él o de ella depende el
éxito o fracaso del proyecto. Su realización en tiempo, coste y especificaciones. Y su
potencial futuro. La evaluación de las personas del equipo del proyecto sigue siendo dual,
pero el reconocimiento es competencia del responsable del proyecto.
matriciales aparecen por iniciativa de los directores funcionales, que buscan hacer más
eficiente su trabajo. Son formas de coordinación espontánea y sin la fanfarria de los
cambios más estructurales. Son las que, casi con toda seguridad, se pueden encontrar
en cualquier organización.
La matriz espontánea surge del convencimiento compartido por todos los directores
funcionales de que trabajar juntos es la mejor solución para las necesidades de cada
uno. Se le llama también “matriz de directores”. Uno de ellos asume el papel de director
del proyecto.
A la matriz aislada se le llama “grupo de trabajo” o “equipo de proyecto” o
cualquiera otro nombre que indique que se ha constituido un grupo para alcanzar unos
objetivos específicos aparte de la corriente principal de metas de la organización. Las
personas del equipo mantienen su dependencia de sus respectivos directores funcionales.
El “jefe máximo” tiene el rol de dirigir cualquiera de sus dos líneas de mando. Más
específicamente, tiene responsabilidades en relación: a la definición de la estrategia, al
equilibrio de poder entre los directores matriciales, a la gestión de la toma de
decisiones que debe ser simultánea para ambos brazos de la matriz o pica y al
establecimiento de los estándares del desempeño global de la organización.
del nuevo estamento directivo horizontal. Estos pueden ser: su nivel de retribución, los
títulos de los puestos, la asistencia del “jefe máximo” a las reuniones con los
propietarios de procesos, la localización de su puesto de trabajo y el nivel a quien
informan.
Los directores funcionales sufren una pérdida de poder, autoridad y control con la
implantación de la matriz. No obstante, a medida que la madurez de la organización
aumenta, puede que encuentren que el nuevo rol no es solo soportable, sino atractivo y
lleno de oportunidades porque les enfrenta al reto de equilibrar las necesidades de los
diferentes procesos; a anticipar las necesidades de formación de su gente y gestionar las
bajas y nuevos reclutamientos; y a administrar el staff soporte y los recursos que van a
compartir los procesos.
Los directores funcionales gestionan, en definitiva, los picos y valles de la demanda de los
recursos a su cargo. Esto les obliga a tener un olfato especial para prever las alternancias de
la carga de trabajo de los procesos y a negociar constantemente con los propietarios de
procesos por la asignación de los recursos -se reitera que siempre escasos- de los que son
responsables. Los directores funcionales deben evolucionar desde una actitud feudal de
control y mando hacia otra servicial de gestión y colaboración.
Los propietarios de procesos, por su parte, tienen que romper en sus mentes el mito de
que solo se avanza y progresa con influencia y poder. Muy al contrario, deben usar las
comunicaciones y las relaciones para hacer que las cosas se muevan, gestionando
eficazmente las reuniones, expresando con atractivo sus puntos de vista y negociando los
consensos necesarios. Su postura con sus iguales en el poder debe estar definida por dos
términos: razón y defensa de las causas. Son, en definitiva, unos campeones de sus
procesos que no pierden el sentido de compartir con los otros. Es importante también, que
contribuyan a crear el justo equilibrio entre los directores funcionales que intervienen en el
proceso del que son responsables, luchando por integrar las visiones, generalmente
contrapuestas, que aquellos con toda seguridad defenderán.
Los directores “con dos jefes” padecen las incertidumbres (… ¿a qué tipos de
compromisos puedo llegar?, ¿cómo puedo influir en este conflicto?, ¿qué debo
comunicar y cómo?…) y las ambigüedades que se puede esperar de su doble
dependencia. Pero, a la vez, se encuentran con frecuencia en la posición de ser árbitros
-por tener información de primera mano- en un desacuerdo entre sus dos jefes.
El papel de comunicador de los directores “con dos jefes” es, por tanto, crucial y se sitúa al
mismo nivel que la exigencia de sus capacidades de líder y de integrador. Los directores
con dos jefes son peones clave de este tipo de estructuras: porque en la toma de decisiones
se hace participar al nivel que tiene la información más relevante por estar más cercano al
flujo de valor. La instantaneidad y el grado de actualización de las personas que participan
en la toma de decisiones es lo que da flexibilidad al diseño organizativo.
Sin embargo, a pesar de que el movimiento lean ha adquirido una inercia que la ha
llevado a ser adoptado tanto en empresas de fabricación (el medio en donde se originó)
como en empresas de servicios (hospitales, instituciones financieras y departamentos
específicos de los gobiernos); la triste realidad es que muchas iniciativas de
implantación se han quedado en una simple reducción de tiempos de ciclo y de costes
de los procesos sin apenas haber llegado a rascar la dura epidermis de la cultura
empresarial existente. The Toyota Way (2004), a pesar de haber sido un bestseller
internacional, parece que no se ha hecho “carne de la carne” de los directivos y de los
empleados de las empresas que lo eligieron.
Las personas, primer factor de esta ecuación, aportan la inteligencia y la energía que
necesita cualquier sistema lean, y en él se incluyen aspectos que van desde el
reclutamiento y la selección hasta el modo de aprendizaje institucional, pasando por la
estructura organizativa.
los directivos funcionales de Toyota, que le prestan servicios internos. En este sentido
se puede decir que es el propietario del proceso.
Se ve por esto que el Chief Engineer System (CES) es una pieza clave para conseguir el
equilibrio (citado en párrafos anteriores) entre la necesidad fundamental de disponer
de unas funciones que trabajen con excelencia es disciplinas específicas y la exigencia
de sacar adelante el proyecto de un nuevo producto coordinado la acción de varias de
estas funciones. Equilibrar, en otras palabras, la expertise funcional con el foco en un
nuevo producto.
En la organización matricial de Toyota el CES está del lado del producto. Ninguno de
los ingenieros responsables del diseño de un nuevo vehículo reportan con el CES, sino
que lo hacen con su responsable funcional. Él es como la fuente del agua de vida de su
expertise y de su desarrollo profesional. Pero todos entienden que hay que atender al
cliente… y el CES representa al cliente, de forma que, en este sentido, todos trabajan
para el CES.
Todo en la estructura matricial del LPD está pensado para evitar el despilfarro. Los
directores funcionales están mentalizados para dar a los CES los servicios internos que
necesiten y cuando lo necesiten. Para eso gestionan óptimamente, a modo de
equilibristas, sus recursos escasos. Por su parte, los CES solicitan recursos a los
directores funcionales, haciéndose responsables ante sus iguales de lo que han
solicitado (que se les ha podido conceder con merma para los restantes). Y en los
equipos de diseño se coordinan las especialidades. Hay numerosas iteraciones con el
cliente y entre ellas. El aprendizaje, así menudeado, se valida con la máxima rapidez y
al menor coste.
Esta compleja estructura matricial ha dado mucho que hablar (tanto que se han
instaurado apelativos tales como “Obama’s Matrixed Presidency”). El hecho es que los
sucesivos presidentes de los Estados Unidos han intentado resolver los enormes restos
de coordinación que se derivan de la implicación de 22 departamentos y agencias y más
de 200.000 empleados federales solo en la seguridad interior; retos que hasta hoy no
han sido superados con el éxito esperado.
La organización del NSC plantea los clásicos problemas de gestión de este tipo de
estructuras: la institucionalización de conflictos entre los departamentos y entre sus
responsables. Para que operen eficazmente hay que garantizar un adecuado equilibrio
de poder entre la rama funcional (la de los departamentos) y la de los proyectos
relacionados con la seguridad que estos abordan.
Las dificultades surgen porque los objetivos y las formas de financiación de las agencias
son diferentes, por las disimilitudes entre sus organizaciones jerárquicas y los estatus
de las personas, y porque cada organización trata de maximizar su propia autonomía.
El número de agencias que cooperan exacerba el problema, haciendo la coordinación
más compleja. Las interdependencias entre agencias, por el contrario, lo minimizan.
Los contactos informales, el historial de buenas relaciones con las otras organizaciones,
una base de compromiso sólidamente compartida, la existencia de un lenguaje común,
las semejanzas estructurales, o la estandarización de procedimientos son circunstancias
que favorecen la coordinación de agencias en una matriz. Aún con todo, se han
ensayado otros mecanismos como los entes coordinadores; cuyo homotético, en el
caso de la organización matricial, sería el “jefe máximo”.
Acordando quién hace qué en la alianza, cuándo y a qué coste, y cómo se repartirán
los beneficios.
Desplegando el mejor sistema de comunicaciones posible entre los aliados.
Sentando las bases de una eficaz gestión de los conocimientos en la que sean
proscritas las agendas escondidas.
Llegando a un entendimiento de la diversidad y valor de la variadas culturas de los
aliados.
Acordando la estructura, los procesos y el estilo de dirección con los que se va a
gobernar la alianza.
Todo esto da idea de que el nivel de coordinación debida entre las agencias o empresas que
forman la matriz se intensifica extraordinariamente. La vía no es actuar en comunidad, ni
siquiera cooperar: el objetivo es colaborar. Es construir sobre los fundamentos de la
confianza y el compromiso. Confianza significa, en pocas palabras, creer en los aliados,
evitando cualquier tentación de actuación oportunista por parte propia.
Compromiso es estar convencido de que los aliados (¡incluido uno mismo!) están
dispuestos a consagrar todas sus energías para mantener la relación. A través del
compromiso los aliados dedicarán recursos para lograr -y avanzar más lejos- en las
metas, ya sean para vencer la acción terrorista, encauzar una ayuda humanitaria o
fabricar aviones o motocicletas. Y también intercambiarán información, desplegarán
procesos interdependientes, consolidarán relaciones de trabajo, estables y eficaces, y se
preocuparán de desarrollar las capacidades propias y de los demás. Todo en el
convencimiento de que la mejora de uno es la mejora de todos.
5.6. Resumen
Hay que anticiparse a las posibles celotipias que genera la matriz, haciendo más
sencillas a las personas de la organización y más preparadas para aceptar sus nuevos
roles y dependencias.
Se debe aprender a trabajar en una matriz de aliados, en la que se tendrá que labrar
las nuevas interdependencias en base a la confianza y al compromiso.
Lo + recomendado
Lecciones magistrales
TEMA 5 – Lo + recomendado 19
Teoría de la Coordinación
No dejes de leer…
Las estructuras organizativas matriciales se han vuelto cada vez más comunes en la
última década. El potencial de este tipo de estructura es la flexibilidad y la versatilidad.
Paul R. Lawrence, Harvey F. Kolodny y Stanley M. Davis colaboran en este artículo que
aclara el tratamiento que se debe de dar a las personas que se incardinan en este
complejo y revolucionario tipo de organización.
En esta sección del wikilibro de la EOI “Gestión de proyectos” se realiza una breve
descripción de los tipos de organizaciones y cómo encaja la dirección de proyectos en
función de cada una. También se describirán los roles del Director de Proyectos y la
Oficina de Gestión de Proyectos (PMO).
TEMA 5 – Lo + recomendado 20
Teoría de la Coordinación
No dejes de ver…
En este vídeo del profesor Álvaro González-Alorda se analizan dos casos como el de
Wikipedia, esta enciclopedia que se hace colectivamente; y Apache, el servidor Web que,
hoy por hoy, compite con gigantes
como Microsoft y Oracle que han
fundamentado su estrategia en crear
coordinación lateral para tener agilidad
y para ser capaz de dar respuesta a las
peticiones del mercado, y eso, al ritmo
trepidante del mercado.
TEMA 5 – Lo + recomendado 21
Teoría de la Coordinación
+ Información
A fondo
Este artículo, realizado por Miguel Díaz del Real Instituto Elcano, comenta un discurso
que pronunció el pasado mes de marzo el fiscal general estadounidense, Alberto
Gonzales, declarando que la guerra contra las bandas juveniles centroamericanas en
general, y contra la Mara Salvatrucha (MS-13) en particular, solo es superada en
importancia por la guerra contra al-Qaeda. Por desgracia, de forma muy similar a lo
que sucede con la guerra contra el terrorismo internacional en Irak, EEUU está
consiguiendo escasos resultados en la lucha contra estas bandas. De hecho, los datos
indican que las maras, como suelen denominarse estas bandas en Centroamérica, han
aumentado de tamaño, son más violentas y están mejor organizadas, lo cual aumenta
hasta niveles alarmantes la amenaza que representan para Centroamérica y EEUU.
TEMA 5 – + Información 22
Teoría de la Coordinación
Bibliografía
TEMA 5 – + Información 23
Teoría de la Coordinación
Actividades
Lee con detalle el fragmento del caso práctico que corresponde a este tema en las
páginas 131-134 del manual de la asignatura y las conclusiones del capítulo en las
páginas 152-155 del referido manual.
Las dos dimensiones estratégicas de la estructura matricial formada por los griegos.
Los roles y responsabilidades que asumen Jenofonte y Quirísofo en esa estructura.
Los tipos de conflicto que provoca la estructura y la forma de resolverlos.
Concretamente, se te pide que elabores un documento que no tenga más de dos páginas
de extensión en letra tipo Georgia de tamaño 12.
Con este trabajo vas a comprobar que los problemas que sufren las organizaciones
actuales no son nuevos y que la complejidad y la incertidumbre son viejos conocidos
del ser humano.
TEMA 5 – Actividades 24
Teoría de la Coordinación
Test
2. ¿Cuáles de estos periodos son los de vigencia o moda de las estructuras matriciales?
A. Años sesenta.
B. Años setenta y principios de los ochenta.
C. Años ochenta.
D. Segunda mitad de los noventa hasta la actualidad.
TEMA 5 – Test 25
Teoría de la Coordinación
9. ¿Cuáles de las siguientes son cuestiones básicas que necesitan ser abordadas antes
de migrar la organización a una estructura de tipo matricial?
A. Sentar claramente el sentido de colaboración.
B. Desarrollar la sensación de confianza.
C. Apertura a compartir las cuotas de control adquiridas.
D. Ninguna de los tres anteriores.
10. ¿Cuáles de las siguientes son condiciones críticas para alcanzar la coordinación
entre agencias?
A. Suficiencia de presupuesto económico.
B. Un staff suficientemente numeroso.
C. Construir sobre los fundamentos de la confianza y el compromiso.
D. Ninguna de las tres anteriores.
TEMA 5 – Test 26