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Neobatllismo 1946-1958.

El partido colorado resultó ganador de las elecciones (1946) y se reafirmó el batllismo como principal fuerza .
Dentro del partido colorado iba surgiendo como fuerte figura de un gran líder carismático capaz de interpretar los problemas del país, Luis Batlle Berres.
Sin embargo este fue resistido por otros figuras de la facción batllista para que se presentara como candidato a intendente d e Montevideo por lo cual
tuvo que conformarse con el cargo de vice presidente de la república. Pera muerto Berreta el vice saltó a la popularidad.
Este periodo se abrió a partir del año 1946 y se va a caracterizar por la consolidación del sistema democrático representativ o, auge económico
originando un optimismo colectivo conocido a través del eslogan "como el Uruguay no hay”.
Precisamente esta noción de "país de excepción", se afirmará a través de la concreción de las libertades, la democracia, el orden, la paz social, y el
ejericio ciudadano de una vida colectiva. El imaginario colectivo interpretará al Uruguay como "un pequeño gran país", "un oasis de libertad, justicia y
paz".
El Neobatllismo concibió como estrategia aceptar el proceso revolucionario incorporándose a él, siempre desde el orden y el camino de la no violencia.
En este sentido, reconoce que la humanidad vive tiempos de revolución social y política; una revolución que pretende continuar el tránsito desde el
liberalismo a la socialización, encauzada por la llamada "vía normal", es decir, a través de la ley, la democracia y la libertad.
Socialización, es entendida bajo el supuesto de justicia (ante los beneficios del progreso y la riqueza) atendiendo a los rec lamos populares, pero
siempre controlando las inquietudes de los mismos.
El neobatllismo pone el acento en la democracia y la libertad, entendiendo que ésta última solo se logra a través de la primera, y es completada a
través de una serie preocupación de justicia social, en el mismo sentido que Batlle y Ordóñez expresaba: "que los pobre sean menos pobres, aunque
los ricos tengan que ser ricos".
Una de las características que diferencian marcadamente la política económica de este período respecto al anterior, refiere a la modalidad que asume
el creciente intervencionismo estatal en la economía y en particular a la relación entre el estatismo y la regulación económica. En ese sentido, el sector
público retomó su expansión, pero la innovación más destacada está dada por el establecimiento progresivo de un nutrido conju nto de instrumentos
que establecieron una creciente regulación económica por parte del Estado.

La industrialización se presentó como el modelo de desarrollo alternativo al agro-exportador, sobre todo, como modelo que satisfacía las expectativas de
la base social del partido.
En este sentido, el Estado actuó estableciendo un marco de protección y de política cambiaria para que la actividad privada fuera responsable de
expandir la economía.
Las ventajas del nuevo modelo:- crear una clase media - salario bien pago - atrae capitales - crear clase administrativa bien paga - reparte la riqueza
(redistribución de ingresos)
De esta manera, la industria entendida como una mancomunidad de intereses donde existe la conciliación de clase, sumada al capitalismo benefactor
(distribuidor de ingresos), sentaron las bases de la política económica neobatllista.
Bajo este planteo, se presentó como indispensable la participación del trabajador en los beneficios de expansión económica, intentado conciliar trabajo-
capital, así como también, movilizar los trabajadores en apoyo de la política industrializadora.
En el marco de este plan industrializador, fue pertinente defender a la industria ante la firme oposición del grupo ganadero. Para esta defensa se
identificó industria con trabajo y con el pleno empleo, así como también, se les aseguró a los inversores beneficios y extens ión de éstos a otras clases.
La industria se convertía así en la fuente de riqueza para la nación.
Paralelamente, el discurso industrializador, logró comprometer al Estado, a los Capitalistas y a los obreros, sobre todo, a éstos últimos, a través de un
lenguaje obrerista, que le valió a Batlle Berres el apoyo del sector proletario.
En una primera instancia, las industrias desarrolladas serían para el mercado interno, es decir, consumo nacional. Pero Batlle Berres planeaba, una vez
alcanzada la satisfacción de dicho mercado, pasar a una etapa exportadora: "la segunda etapa de la defensa de nuestras indus trias es salir al mundo a
imponerlas".
El Estado puso en marcha, particularmente durante el neobatllismo, una importante transferencia de recursos desde el sector agropecuario hacia otras
actividades productivas (políticas pro-agrícolas e industrialistas).
La idea es que a través de la creación de organismos y reglamentaciones, el Estado despliegue una cada vez más afinada regulación del comercio
exterior y, por medio de ella, una creciente transferencia de recursos orientada al estímulo de la diversificación productiva y de la distribución del ingreso.
De esta forma, entre 1931 y 1941 se fue montando un conjunto de instituciones regulatorias. Entonces quedó configurado un núc leo básico que se fue
completando en los años posteriores. Con este instrumental, el Estado uruguayo desplegó entre 1943 y 1959, en el arco que va de la tr ansición
democrática a la crisis del neobatllismo, la política de promoción industrial más impetuosa que se registra en la historia del país.
La alianza de clases que constituyeron la base social del Neobatllismo, necesitaba de una ESTADO ÁRBITRO o Estado promotor de l
desarrollo industrial. En este sentido el Estado interventor y dirigista estuvo implícito en la concepción estatal neobatllista, esto se
observa a través de: el control económico para impulsar la actividad privada (dirigismo). Al mismo tiempo se observa la accion del
Estado en que en primer lugar, el Estado debe defender el interés general. Sí las empresas privadas desconocen este interés común,
entonces, en segundo lugar, es primordial que el Estado intervenga controlando el exceso de afán de lucro, abuso de especulac ión o
incluso suplante al particular.
Esto se da ya que la intervención del Estado asegura una "economía ordenada" regulando la producción y la distribución.
En la teoría se justifica el control del Estado porque la función principal del mismo es: 1° cuidar el interés general 2° cuidar el interés de
los más débiles. Las clases pobres necesitan y esperan del Estado la tutela (legislación social y económica).
La nacionalización de la compañía inglesa de aguas corrientes (1947) y la creación de OSE como empresa estatal encargada de la
potabilización y suministro de agua a la población, significaron una mejora y expansión nacional del servicio.
También se hizo cargo del maltrecho servicio de trenes, al nacionalizarse en 1947 la compañía inglesa y hacerse cargo AFE de sus
bienes y servicios. Lo mismo sucedió con la compañía inglesa de tranvías de Montevideo y la creación de la empresa municipal
AMDET. Para completar el panorama de la política de expansión de la cobertura estatal de servicios de transportes, señalemos que en
1951 se producía la estatización de PLUNA, con lo cual el Estado pasó a disponer de su propia línea aérea. De esta forma, con la
excepción del nunca concretado proyecto batllista de creación de una marina mercante nacional, el Estado uruguayo cubría parte del
espectro de servicios de transporte de la época.
A su vez, desde el punto de vista económico, defendió el desarrollo de la industria nacional; ante el problema de los combustibles
defendió el monopolio del Estado que culminó con la creación de ANCAP.

Bajo el neobatllismo se impulsó una política de fuerte estímulo estatal al desarrollo de la agricultura. Cuatro fueron los instrumentos en los
que pueden sintetizarse los medios movilizados para alcanzar este fin: fijación de precios “sostén” (trigo, lino, girasol, maní, algodón, etc.),
tipos de cambio preferenciales, facilidades para la importación de maquinaria agrícola y créditos a bajo interés.
Reeditando la experiencia del primer batllismo, esta política de tierras pro agrícola y antilatifundista naufragó en medio de la escasez de
recursos con que debió sobrevivir.
Respecto a los arrendamientos, en base a la ley de 1942, sobre crédito para mejoras en los predios rurales, se aprobó la ley de 1954, que
establecía diversas medidas de protección del uso del suelo, el derecho de los arrendatarios a acceder a esos créditos y a la
indemnización por parte de los propietarios por las mejoras realizadas.
Bajo el neobatllismo, la política fiscal marcaría un giro y en cierta forma una consonancia con los postulados tradicionales del batllismo. En
una época en que el país se benefició de acrecidos saldos comerciales acumulados, y con un Estado crecientemente costoso, los
impuestos fueron una parte más del complejo entramado de mecanismos redistributivos (entre sectores de la economía y entre niveles de
ingreso) desplegados al servicio de la diversificación productiva y del sostenimiento de una ampliada cobertura estatal de servicios
públicos que contribuyeron a la elevación general del nivel de vida experimentado en los años cuarenta y primeros cincuenta. El impuesto
a las ganancias extraordinarias de guerra establecido en el curso de la Segunda Guerra Mundial, es un ejemplo paradigmático d e cómo
en estos años el Estado, por medio de su política fiscal, recurrió a los beneficios del sector ganadero para transferir recursos y a la vez
financiarse.

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