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Es necesario pensar que estas sociedades se pensaban como comunidad o grupo, mas no
como individuos o personas, sin embargo; mediante el surgimiento de nuevos pensamientos a
mediado de 1700, los cuales se cuestionaban las formas de gobierno actuales de ese entonces
y el rol de cada persona en su quehacer diario, junto con su papel en la sociedad donde
también tenían control en los actuales y nuevos mercados, sintieron la necesidad de analizar
el valor de cambio de las mercancías, como también el proceso de producción y distribución,
haciendo que cada sujeto tuviese un interés particular en ganancias, poniendo en juego su
supervivencia a través de la economía, la cual depende del consumo de las personas y alcance
del producto o servicio ofrecido.
A mediados de 1800, una vez establecido un sistema de mercado el cual compite entre sí (¿El
sistema compite entre sí?) y al cual solo tienen alcance los de poder adquisitivo (burgueses,
dueños de la banca e industria) conlleva a que las sociedades clase media y baja ¿? vivieran
un proceso de violencia durante su época, luchando por los derechos de los obreros, sin
embargo; esta lucha pese a que tuvo resultados con el tiempo se empezó a naturalizar la idea
de bienestar y progreso a través del esfuerzo y explotación individual, queriendo alcanzar un
único objetivo llamado “felicidad” que se piensa… es subjetivo en cada persona, pero que
está mediado por las relaciones de poder, entorno y contexto.
Luego de naturalizar la idea de individuo y su bienestar, como la idea de progreso donde
conceptos como: nuevo, cambio, creativo, diligente, óptimo, rápido se empezaron a
interiorizar en cada sujeto, todas respondiendo a un sistema de mercado, el cual generaría
ganancias a muy bajos costos (Esta oración no termina). La idea de bajo costo (Es todo un
salto, sin fundamento, en el hilo que traía), en una nación crea el imaginario de más empleo,
mayor bienestar, menos pobrezas, mayor productividad y así mismo más ganancias, no
obstante; estas ideas permeadas en cada individuo donde las personas poco a poco se fueron
olvidando de las ideas comunidad o grupo, llevó a que cada uno construyera un superego
generando conflictos en las distintas relaciones donde cada quien piensa que sus posesiones o
ideas prevalecen sobre las de otros, ideas como estas desarrollaron distintas guerras en
distintos territorios del mundo, beneficiando a unos y afectando a otros, generando mayor
desigualdad, pobreza y hambruna.
Es de tener en cuenta que hasta ese entonces a mediados de 1800 a 1920, los distintos
pensadores economistas uno de ellos, John Keynes pensaba que la intervención del Estado
era necesaria para ayudar al crecimiento de la economía de un país, pues esta inyectaría
dinero en proyectos públicos los cuales estarían mediados por las empresas privadas, así
mismo generaría empleo, lo cual haría que sus ciudadanos tuviesen la capacidad adquisitiva
para gastar y así mismo mover un sistema de mercado, apoyando su crecimiento monetario
en la nación y en cada individuo, no obstante; dado los distintos conflictos sociales que se
desarrollan en 1900, como la primera guerra mundial y segunda guerra mundial, hace pensar
que la intervención del Estado en el sistema de mercado, no era la adecuada ya que esta
responde a un interés particular de personas o de ciertas élites que estuviesen en el poder,
evidenciando corrupción y falta de resultados a una economía global (Toda esta parte está
muy mal escrita y su supuesto recorrido histórico es muy superficial y confuso).
El neoliberalismo como modelo económico surgió como respuesta teórica y política en contra
del “estado de bienestar” que predominó en el mundo occidental después de la Segunda
Guerra Mundial. Se debe recordar, como lo hace Hobsbawn (2011), que las ideas del
liberalismo económico fueron puestas en tela de juicio luego de la primera guerra mundial y
al tenor de la crisis económica de 1929. Las posturas que defendían el libre comercio y el
papel pasivo del Estado en la regulación de los mercados fueron enterradas en un momento
histórico en que el ascenso de los fascismos y la consolidación económica de la Unión
Soviética marcaban trayectorias claramente planificadoras a nivel económico. Ya a mitad de
los años cuarenta con la resolución de la segunda guerra mundial las ideas de Keynes definen
una senda importante para actuar en un periodo de países europeos devastados por la guerra,
que requerían una fuerte inyección económica e intervención estatal.
Sólo será hacia los años setenta cuando las ideas y prácticas económicas neoliberales se
posicionean en el ámbito académico, cultural, político y económico. Sin embargo, como
observa Harvey (2007), el neoliberalismo se posiciona desigualmente en América Latina,
Europa y Estados Unidos. Por un lado, en nuestra región se impone a través de golpes
militares que, a sangre y fuego, estructuran reformas económicas sustanciales orientadas, por
ejemplo, por los Chicago Boys en el caso chileno. Por otro lado; el esparcimiento la
expansión de la globalización neoliberal fue posible debido a la crisis de deuda que obligó a
los países -latinoamericanos a pedir préstamos a las organizaciones internacionales de crédito
(FMI) para -poder saciar los problemas objetivos y concretos como pobreza extrema,
enfermedad,- analfabetismo, desempleo, decadencia regional y urbana, narcotráficos
referidos a la exclusiva mecánica del régimen político. Los técnicos que pertenecían a estos
organismos, principalmente del FMI, empezaron a exigir la implementación de fuertes
políticas de -estabilización macroeconómica, especialmente en las áreas de presiones
inflacionarias y contabilidad financiera y externa, y la realización de reformas de mercado.
Estos acuerdos- fuertemente alentados por el sector neoconservador indican una profunda
reestructuración del- Estado y de la sociedad guiada a través de políticas de privatización de
las empresas estatales, el desmantelamiento del mercado interno y la apertura radical de la
economía.
Ahora bien, también en la Unión Soviética estas tendencias tuvieron cabida, como argumenta
Theotonio Dos Santos (2020), a finales de los años ochenta en el marco de las políticas
asociadas a la Perestroika y la Glasnot, que luego darían al traste con su disolución a
principios de los años noventa. En América Latina, además de lo acontecido en Chile y
Argentina, países como Perú con el caso de Fujimori experimentaron un giro neoliberal. En
este último ejemplo fue el resultado de la elección de Fujimori en los años noventa con un
discurso en contra el FMI y luego, ya electo, con un vuelco autoritario y abierto a las medidas
de ajuste estructural (Dos Santos, 2020).-En el caso colombiano ya desde el periodo de
Virgilio Barco (1986-1990) se delinearon políticas de esencia neoliberal en su plan de
modernización económica. Sin embargo, en el marco de la definición de la Constitución de
1991, como dice Cruz (2010), se entreteje una apuesta por la garantía de derechos y también
pautas de corte neoliberal que los gobiernos posteriores sabrán aprovechar en clave de la
apertura económica del país. A esto se le suma que, si bien la nueva constitución orienta una
profundización de la participación política, lo cierto es que la democracia restringida
existente en Colombia y la persecución por parte del Estado—y también a través de los
paramilitares—impide cualquier forma de descontento en relación con las nuevas políticas
económicas.
Al principio las ideas que defendía Hayek en contra del Keynesianismo no fueron muy
creíbles, ya que éste sostenía que cualquier limitación del mercado por parte del Estado era
un ataque directo contra la libertad, tanto económica como política. Su mensaje se puede
considerar drástico y contundente: “A pesar de sus buenas intenciones, la socialdemocracia
moderada inglesa conduce al mismo desastre que el nazismo alemán: a una servidumbre
moderna”. Estas ideas no fueron aceptadas al principio, ya que, contra lo que creía la
sociedad de Mont Pèlerin, el capitalismo estaba atravesando una época de crecimiento
exponencial durante los 50 ś y los 60´s, pero todo esto cambiaría cuando en 1973 se da la
mayor crisis que atravesaría el keynesianismo.
En 1973 estallaría la guerra de Yom Kipur, un conflicto bélico donde se enfrentó un bloque
de países árabes liderados por Egipto y Siria contra el Estado de Israel. Como dice David
López Cabria en un artículo titulado “La crisis del petróleo de 1973”, “La Crisis del Petróleo
de 1973 es una crisis internacional que tuvo lugar en el año 1973 con la decisión de varios
países del golfo pérsico de no exportar petróleo a países occidentales.” (López. D Falta el año
y la página). Esta decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) fue
tomada a manera de represalia contra los países de occidente que apoyaron a Israel en la
guerra de Yom Kipur. Estados Unidos, además, bajo la presidencia de Richard Nixon estaba
atravesando una fuerte devaluación de su moneda gracias a su reciente participación en la
Guerra de Vietnam. Lo que se traducía en una desaceleración de su crecimiento; aunado a
esto, el presidente Richard Nixon tomó la decisión de desligar el patrón oro-dólar. Lo anterior
mencionado constituye las- principales causas de la crisis de 1973.
Posterior a esta crisis del Estado de Bienestar, las ideas difundidas por la sociedad de Mont
Pèlerin comenzaron a ganar terreno. Según Perry Anderson “Las raíces de la crisis, afirmaban
Hayek y sus compañeros, estaban localizadas en el poder excesivo y nefasto de los sindicatos
y, de manera más general, del movimiento obrero, que había socavado las bases de la
acumulación privada”. La solución para Hayek es sencilla: tener un Estado lo suficientemente
fuerte para derrocar los sindicatos y movimientos obreros, pero lo suficientemente limitado
como para definitivamente no intervenir en el mercado.
Lo que llegó prometiendo hacer a los países más competitivos por medio del libre comercio,
reducir los índices de desigualdad y crear más empleos, con mejor remuneración se tradujo
en bajo crecimiento económico y aumento de brecha entre pobres y ricos. Y a pesar de que
las sociedades latinoamericanas siempre se han caracterizado por sus niveles de desigualdad,
económica, política y social (Ferranti, 2003). (Este no es el signo pertinente aquí) Esta
situación parece agravarse desde la implantación del modelo económico neoliberal desde
hace más de dos décadas.
Para entender el porqué del triste panorama que deja el después del neoliberalismo es muy
útil recordar que una de las características del mismo es la privatización de muchos servicios
que en algún momento otorgaba el Estado, ahora estarán a favor de individuos particulares,
haciendo más complicado que todos accedan a ellos.
Por otro lado, una consecuencia también muy clara a nivel social es la reducción de derechos
de los trabajadores, la liberalización económica que trae este modelo viene de la mano con la
flexibilidad salarial, lo cual lleva a los empresarios a reducir sueldos y, ciertamente con estos,
las prestaciones sociales.
La salud también es uno de los sectores que los neoliberales piensan que funciona mejor
siendo privado. Pero tristemente esto deja desamparados a la mayoría de ciudadanos, los
cuales no tienen la manera de acceder a ella si no es pública. Esta privatización supone un
ahorro en el bolsillo público, pero en realidad no es un secreto que la corrupción de las eps la
paga el mismo Estado. Y es que realmente esa es una de las bases de que las consecuencias
de este modelo sean tan nefastas, se tiene la idea de que la iniciativa privada es menos
corrupta, más limpia y transparente, cuando en realidad es todo lo contrario. Se necesita, de
hecho, a los componentes privados para la corrupción pública.
Ya para finalizar, haciendo todo un análisis desde sus antecedentes, ideas, posicionamiento y
ejecución de un modelo económico neoliberal, se puede evidenciar cóomo ha crecido la
economía de ciertas clases sociales, la cual posee el capital cultural y económico para
dominar en un sistema de mercado, el cual solo beneficia los intereses de ciertas naciones y
grupo de personas. Por otro lado, logra que los países enfoquen su economía en ciertoas
productos manufactureros produciendo en masa e importando a otros países, no sin antes
olvidar que este proceso de intercambio es poco equitativo entre nacionales ya que estas
compiten de acuerdo al valor de cambio de monedas de cada nación y que otros países con
mucho máas dinero tienen la capacidad de invertir en su país para su mismo desarrollo, como
también negociar con distintos países los tratados de libre comercio, el cual termina
condicionando a los “países subdesarrollados” haciéndolos dependientes de ellos, al tener que
comprar sus insumos y distintos materiales para la producción de nuestra industria, como lo
es el ejemplo de Colombia y el campo, el cual ya se encuentra en quiebra al tener que
comprar insumos en dólares incrementando a niveles demasiados altos el costo de
producción, dejando pocas o ninguna ganancia en los campesinos colombianos.
Por otro lado, en Llatinoamérica se evidencia cómo en algunos países empiezan a enfocar su
economía en materias primas, olvidando el campo y así mismo llevándolo a quiebra, esto
hace que los países exporten materias primas e importean productos ya terminados listos para
el consumo a un valor mucho más alto que la exportación, desde estea panorama ya se logra
ver como una nación se empieza a sobregirar económicamente en sí misma con sus distintos
tratados de libre comercio, los cuales como se mencionaba con anterioridad son poco
equitativos y justos a la hora de analizar. El neoliberalismo ha provocado una mayor
desigualdad en Llatinoamérica, así mismo pobreza, empujando a toda una sociedad a buscar
las formas y medios para poder sobrevivir pesandose ¿? en uno solo, olvidando al que está a
su alrededor, haciendo a la sociedades menos empáticas y conscientes del trabajo en equipo,
equitativo y justo para todos. Se hace necesario que se replantee este modelo económico
poniendo en cuestionamiento cuestión distintas políticas que se van ejecutando a lo largo y
ancho de la historia, esto con el fin de tener una sociedad un poco más justa y equitativa.
Bibliografía
Hobsbawm, E. (2011). El abismo económico. Historia del siglo XX. Buenos Aires: Crítica,
pp. 92-115.
Observaciones
El trabajo tiene una estructura clara y pertinente y hay partes muy bien trabajadas.
Desafortunadamente otras, sobre todo la primera y la última, tienen serios problemas
de escritura, incluso de argumentación.
Nota: 4.4