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3 CONTENIDO
Trayecto I
El seminario titulado Política, Ética y Seguridad Ciudadana analizará, desde una perspectiva crítica,
el papel de los órganos de seguridad ciudadana y del sistema penitenciario en la democracia
socialista, como garantes de los derechos humanos, la justicia social y atención a la víctima a través
del ejercicio ético, responsable, oportuno, eficaz y eficiente de su labor profesional. La Universidad
Nacional Experimental de la Seguridad (UNES) cónsona con las funciones prioritarias del Estado
en materia de seguridad, forma a sus estudiantes en el modelo social-democrático que garantiza la
convivencia pacífica y armónica del pueblo venezolano, dejando en claro aspectos básicos como
bienestar social, Estado social de Derecho y de Justicia, ética y respeto por los derechos humanos.
Por ello, aboga por una educación que busca la promoción del cambio social que aspira a una
sociedad sin opresores ni oprimidos. Este seminario está organizado en tres grandes temas, a saber:
Sociedad y Democracia Socialista, Ética, Derechos Humanos y Seguridad Ciudadana y Atención a
la Víctima, que buscan contribuir con la formación de una futura funcionaria y funcionario de la
seguridad ciudadana y del sistema penitenciario en la construcción de un orden social justo, basado
en la participación, el respeto por la diversidad cultural, la integridad física y la atención a las
víctimas. El presente seminario permitirá a las y los estudiantes generar reflexiones críticas sobre su
participación como futuras y futuros actores garantes de la seguridad ciudadana en el nuevo modelo
de Estado socialista, guiado por directrices como la democracia protagónica, la suprema felicidad
social y la ética socialista en consonancia con nuestra Carta Magna sobre los valores y principios
propios de un Estado democrático y social y de justicia.
Este seminario tiene como propósito analizar, comparar y valorar las categorías sociedad y
democracia socialista para demostrar su papel y función en el sistema de seguridad ciudadana en
Venezuela, partiendo de los principios de la justicia, la equidad y la dignidad.
SABERES
TEMA 2. Estado: orígenes, estructura y formas de gobiernos. Saber: analizaremos las concepciones
y funciones del Estado y el gobierno a través de las diferentes formaciones socioeconómicas con la
intención de evaluarlos con respecto al momento actual que vive el Estado venezolano y sus
incidencias en los problemas de seguridad ciudadana, promoviendo la dignidad humana, ética y la
diversidad cultural.
METODOLOGÍA SUGERIDA
Este seminario está dividido en tres momentos: preparatorio, desarrollo constructivo y cierre
socializador.
2. Desarrollo constructivo: el profesor o la profesora hace las veces de moderador y guía de debate,
en este momento no existe la relación tradicional profesor-estudiante. Se escoge un comité relator
constituido mínimo por tres estudiantes y otro u otra estudiante que se encargue de llevar el tiempo
de intervención. Se expone tanto el documento central como las ponencias. Se abre el debate a
manera de plenaria por cada ponencia, es decir, en forma intercalada ponencia-debate,
preferiblemente con relatoría abierta. Por último, se elabora el documento final producto del análisis
y del debate y se socializa entre los participantes. El profesor o profesora también puede elaborar su
ponencia y presentarla, igualmente se pueden invitar ponentes externos. Se bebe grabar el seminario
y en especial el debate para que se pierda el miedo escénico y para que sirva como material de
difusión en el cierre socializador.
3. Cierre socializador: el documento final se socializa con las comunidades, previa revisión
institucional, a través de foros, charlas, talleres y otras formas de análisis y construcción colectiva.
Asimismo, se sugiere utilizar medios de comunicación e información como internet, radio, artículos
de revista, periódicos, entre otros, para su divulgación y difusión.
15 seminario de formación sociocrítica 15 partir del cual hay que explicar, en última instancia, toda
la Superestructura (SE) de las instituciones jurídicas y políticas, así como los tipos de
representación religiosos, filosóficos y de otra naturaleza de cada período histórico; la base
económica de la sociedad, que es el conjunto de las relaciones de producción que corresponden con
el grado determinado de desarrollo de las fuerzas productivas, incluye las relaciones de propiedad
de los medios de producción, los nexos económicos de las clases y los grupos sociales y otras
relaciones económicas entre los seres humanos, con motivo de la producción y la distribución de los
productos del trabajo. En la superestructura se encuentran todas las relaciones ideológicas y
espirituales de una sociedad históricamente determinada. Son las opiniones jurídicas, morales,
filosóficas, ideológicas, éticas, de teoría de género, patriarcales, religiosas y políticas que
corresponden a la base que constituyen una formación económica social, es decir, son las formas de
conciencia de una determinada sociedad. La Superestructura es producto de la Base Económica de
la sociedad, o lo que es igual, surge de ella y está indisolublemente ligada con ella; como es la Base
así es la Superestructura. Marx concibe el desarrollo de la formación económica de la sociedad
como un proceso histórico natural. Lenin, siguiendo a Marx, las define como el conjunto de
relaciones de producción imperantes en un momento histórico determinado. La clave para explicar
el curso y desarrollo de las relaciones sociales entre los seres humanos en el proceso de la
producción, de distribución y el consumo de los bienes materiales, es el gran aporte que Marx hace
a la sociedad y con esto se demuestra que quienes verdaderamente hacen la historia son las masas
populares, las trabajadoras y los trabajadores. Federico Engels explica la estructura socioeconómica
así: la concepción materialista de la historia parte de la tesis de que la producción, y tras de ella el
cambio de sus productos, es la base de todo orden social; de que en todas las sociedades que
desfilan por la historia, la distribución de los productos, y junto a ella la división social de los seres
humanos en clases o estamentos, es determinada por lo que la sociedad produce, cómo lo produce y
por el modo de cambiar sus productos. Por otro lado, las clases sociales están definidas por las
relaciones de producción, es decir, por la forma en que los seres humanos producen mercancías. En
el seno de las relaciones de producción, el papel que ocupa cada individuo está determinado por la
división del trabajo; esto es, aquellos que desarrollan una misma actividad y, por tanto, están
sometidos a unas idénticas condiciones conforman una clase social. Las clases sociales vienen
determinadas por el lugar que ocupan en el proceso de producción de la riqueza. Unos la producen y
otros se apropian de una porción de la misma. De esa relación no cabe esperar sino el antagonismo
y la hostilidad entre explotados y explotadores; es decir, entre quien trabaja y quien se roba parte
del
16 16 seminario de formación sociocrítica producto del trabajo del otro. A este antagonismo y
hostilidad se le llama Lucha de Clase. En el seno de la sociedad capitalista la lucha de clases es
protagonizada por la burguesía, propietaria de los medios de producción (capital, fábricas,
industrias, máquinas, transportes, bancos, tierra, ganados, etc.) y por el proletariado (trabajador)
que, al disponer únicamente de su fuerza de trabajo, se ve obligado a venderla a cambio de un
salario que escasamente sirve para satisfacer su supervivencia. La evidencia de que existe la lucha
de clase en cualquiera sociedad está determinada por la existencia del Estado; es decir, que la
existencia del Estado es la fiel prueba de que esa sociedad está enredada en antagonismos
irreconciliables entre las clases sociales. Si suprimiéramos a ese Estado y con ello sus aparatos
represivos (fuerza pública, tribunales, leyes, etc.) esa sociedad entraría en un caos enorme, en una
lucha fratricida entre las clases sociales. Ese tipo de violencia entre clases sociales, la cual el Estado
amortigua y mantiene bajo orden determinado, se expresa de diferentes maneras: delincuencia,
violencia juvenil, violencia de género, violencia sexual, criminalidad, violencia penitenciaria,
protesta social, corrupción, egoísmo, xenofobia, entre otras formas. Estas expresiones de violencia
tiene un elemento que le es común a todas: la propiedad privada. Hasta a la esposa el marido la ve
como su propiedad. El sistema utiliza diferentes medios ideológicos para garantizar la propiedad
privada, pero al mismo tiempo y sin poder evitarlo, garantiza la violencia; que en última no es más
que la expresión material de la lucha de clase. Por último, en una sociedad de clases se distribuyen
de manera desigual e injusta tanto los bienes materiales, la protección y los servicios del Estado. Por
ello, en sociedades desiguales los pobres son tres veces víctimas: víctimas de las condiciones de
exclusión y de las injusticias sociales que conducen a muchos al delito; víctimas del delito, al estar
menos protegidos y más expuestos a distintos riesgos y, finalmente, víctimas de las políticas
injustas con que se pretende enfrentar el crimen, pero realmente sólo sirven para perpetuar el orden
de cosas dominantes. Se debe plantear una política alternativa de seguridad para revertir estas
condiciones, actuando tanto sobre el delito como sobre sus causas, incluyendo y protegiendo a los
más pobres, a través de políticas que garanticen la dignidad y respeto de los derechos humanos.
Sólo será posible reducir el delito y la pobreza si se actúa sobre los factores estructurales que los
generan, promoviendo la inclusión y la justicia social, la reconstitución del tejido social en las
comunidades populares, garantizando a todos sus derechos y dignidad. Más que el derecho a la
seguridad, se trata de ofrecer la seguridad de los derechos.
17 seminario de formación sociocrítica 17 Por último leamos el siguiente texto acerca del
capitalismo: EL CAPITALISMO COMO SISTEMA MUNDIAL EN EXPANSIÓN El capitalismo
constituye una manera de organizar la sociedad a escala mundial. Aunque nació históricamente en
Europa Occidental, el capitalismo se estructuró desde su inicio como una sociedad en permanente
expansión. El capitalismo no puede existir sin conquistar nuevos territorios geográficos y nuevas
relaciones sociales. Las primeras formas que asumió estuvieron centradas en el capital bancario y
en el capital comercial. Durante la Edad Media europea, los primeros prestamistas y mercaderes
aparecieron en el siglo XI. Aunque los prestamistas y mercaderes perseguían la obtención de interés
y ganancia comercial, todavía en ese entonces, a nivel social, predominaba la producción de valores
de uso para el consumo. Más tarde, en los siglos XV y XVI, las grandes casas comerciales
europeas, principalmente italianas, financiaron los viajes expedicionarios en busca de nuevas rutas
comerciales. Nacía el colonialismo moderno. La primera división del mundo en metrópolis y
dominios coloniales. Desde ese momento, el capitalismo occidental europeo se expandió a nivel
mundial. Fue la primera globalización todavía incipiente. A fines del siglo XV y comienzos del
XVI, a partir de los viajes de Colón y sus colegas, el mundo se empieza a unificar bajo la tutela y la
expansión de Occidente, que produce un aplastamiento brutal de las sociedades periféricas. Es la
carga del hombre blanco que lleva sobre sus espaldas el deber de ( ). civilizar y evangelizar a los
bárbaros (los pueblos coloniales). América Latina, sojuzgada y conquistada, ingresa en la
civilización occidental capitalista de la misma manera que África y Asia, como parte de la
naturaleza a conquistar y evangelizar. La humanidad llegaba hasta donde llegaban los blancos,
occidentales, propietarios y varones. No resulta por ello casual que los pueblos originarios
americanos hayan sido comparados con los animales (es decir, como si pertenecieran a la naturaleza
y no a la sociedad) por los conquistadores europeos. Exactamente lo mismo sucedió a los habitantes
de África, que alimentaron la sed capitalistas de riquezas como mano de obra esclava. El saqueo
colonialista del Tercer Mundo posibilita la acumulación originaria europea. Ésta, a su vez, permite
el desarrollo de la revolución industrial a fines del siglo XVIII. Con la introducción de la máquina
de vapor y el pasaje de la producción artesanal y manufacturera a la gran producción industrial, el
capitalismo de las metrópolis (principalmente Inglaterra) se expande aún más por el mundo
conquistando nuevas colonias (o robándoselas a otras potencias como España y Portugal). Hacia
fines de