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Renuevan la forma de hacer poesía: metáforas e imágenes insólitas, verso libre,
abolición de los signos de puntuación, disposición tipográfica especial del poema en la
página, creación de neologismos…
Se entusiasman por el mundo moderno y la ciudad con todos sus avances (máquinas,
edificios modernos de la gran ciudad).
El carácter de las vanguardias es minoritario y elitista, así como efímero.
Hubo gran variedad de movimientos vanguardistas, cada uno con sus rasgos diferenciadores.
Entre ellos encontramos: el Expresionismo, el Dadaísmo, el Cubismo, el Futurismo y el
Surrealismo.
El Surrealismo fue la vanguardia más importante, influida por el psicoanálisis de Freud. El
hombre, sometido durante toda la historia, busca liberar el subconsciente de las
convenciones morales y sociales. Para ello utiliza la escritura automática (liberar el
pensamiento subconsciente escribiendo sin buscar un sentido lógico), las asociaciones libres,
las metáforas insólitas… El creador de esta corriente fue André Breton con el “Primer
manifiesto del Surrealismo” de 1924.
España es posiblemente el país europeo en el que la repercusión del Surrealismo fue mayor.
Casi todos los poetas de la Generación del 27 quedaron fuertemente marcados por este
movimiento. Con él, lo humano e incluso lo social y político penetrarán de nuevo en la
literatura.
2.3. Las vanguardias en España:
Los primeros ismos fueron introducidos en España por Ramón Gómez de la Serna, cuya mayor
contribución a la vanguardia es la creación de sus Greguerías, que él mismo definió como
metáfora + humor (“De la nieve caída en el lago nacen los cisnes”).
En 1920 la literatura se aleja de la realidad aparente (deshumanización) y en España surgieron
el Ultraísmo y el Creacionismo.
Los poetas de la Generación del 27 fueron los que más rendimiento sacaron de estas nuevas
tendencias.
3. LA GENERACIÓN DEL 27.
3.1. Concepto e integrantes:
Recibe el nombre de Generación del 27 el grupo de escritores y de poetas que, nacidos entre
1892 y 1902, se dieron a conocer a partir de 1920. Se llama de este modo por el homenaje que
algunos poetas del grupo rindieron a Góngora en Sevilla en 1927. Federico García Lorca,
Rafael Alberti, Jorge Guillén, Pedro Salinas, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente
Aleixandre, Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados han formado la llamada
Generación o grupo poético del 27. A ellos se unirá más tarde Miguel Hernández. Sin embargo,
no podemos olvidarnos de las escritoras de esta Generación, pertenecientes al grupo de Las
Sinsombrero, que durante mucho tiempo han permanecido en la sombra. Algunas de estas
escritoras son: María Teresa León, Concha Méndez, Rosa Chacel, Josefina de la Torre, Carmen
Conde, María Zambrano, Ernestina de Champourcín… (https://www.rtve.es/play/videos/las-
sinsombrero/imprescindibles-sin-sombrero/3318136/)
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3.2. Características:
Los poetas del 27 valoraron el pasado y rescataron autores y estilos diversos, realizando una
verdadera síntesis de vanguardia y tradición. Del pasado literario español rescataron formas
de la poesía tradicional (canciones, villancicos, romances), en la tendencia llamada
neopopularismo; de la poesía del Siglo de Oro prestaron especial atención a Góngora, pero
también a Garcilaso, San Juan, Lope o Quevedo; de la poesía del S.XIX recibieron la influencia
del intimismo de Bécquer; también se vieron influidos por las innovaciones métricas y el uso
de las imágenes de Darío, y la concepción de la realidad como algo que puede ser pensado,
soñado o imaginado de Unamuno y Machado, y establecieron relación directa con la poesía
simbolista. Utilizan estos autores un lenguaje nuevo, opuesto al del 98. Mezclan tradición y
modernidad y cultivan intensamente la imagen y la metáfora. En el apartado métrico
introducen la innovación del verso libre al que mezclan con la estrofa tradicional. El abanico
temático incluye tanto temas vanguardistas como tradicionales.
3.3. Etapas:
1ª etapa:
Hasta 1927, etapa de juventud, en la que el grupo se formó como tal, coincidió con el
esplendor de las vanguardias, aunque los poetas del 27 no rechazaron nunca el pasado
literario, logrando un equilibrio entre vanguardia y tradición. En estos años cultivaron la
poesía pura, rechazando el exceso retórico: se atiende más al trabajo de la forma que a la
expresión de lo humano ("Poesía pura es todo lo que permanece en el poema después de
haber eliminado de él todo lo que no es poesía" Guillén). Pero no todo es deshumanización, lo
humano entra por el camino de la lírica popular: Romancero gitano de Lorca; Marinero en
Tierra de Alberti o Romancero de la novia de G. Diego.
2ª etapa:
De 1927 hasta la Guerra Civil. Se inicia un proceso de rehumanización (frente a la poesía pura,
deshumanizada). Es una etapa de plena madurez en casi todos los escritores, irrumpe el
surrealismo y pasan a primer término los eternos sentimientos del hombre: el amor, la
frustración...Entran también los temas sociales y políticos: La voz a ti debida y Razón de amor,
de Salinas; Los placeres prohibidos, de Cernuda; Poeta en Nueva York, de Lorca, Sobre los
ángeles, de Alberti; Espadas como labios, de Aleixandre.
3ª etapa:
Ante la llegada de la guerra, el conflicto se convierte en el tema central de la poesía. El fin de
la guerra supone la dispersión del grupo: Lorca ha muerto; Aleixandre, Dámaso Alonso y G.
Diego permanecen en España; los demás parten para el exilio. La poesía deriva hacia un
humanismo angustiado o abierto hacia una nueva solidaridad. En el exilio, la nota dominante
será, al correr de los años, la nostalgia de la patria perdida. Como epígono de esta generación,
destaca Miguel Hernández, que inicia la poesía social. Su poesía comienza con una obra
influida por la Generación del 27: Perito en lunas. Algunas de sus obras fueron escritas desde la
cárcel y tienen un marcado carácter combativo y de compromiso político.
Destacamos a Federico García Lorca, tanto por su obra, como por ser símbolo de la represión
política. De entre toda su producción poética, hacemos una especial mención a Romancero
gitano, obra en la que se dan cita la tradición culta, la audacia vanguardista y los ritmos
populares, y Poeta en Nueva York en la que hay una implacable denuncia a la sociedad
capitalista deshumanizada y a la injusticia social.
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4. JUAN RAMÓN JIMÉNEZ (1881-1958)
4.1. Biografía:
Nació en Moguer (Huelva) en 1881. Era una persona muy sensible que se entregó ya desde
joven a la poesía. Conoció a Zenobia Camprubí y se casó con ella en 1916. Tras la Guerra se
marcharon al exilio a Puerto Rico. En 1956 le concedieron el premio Nobel de literatura. La
personalidad de Juan Ramón Jiménez fue peculiar. Su hipersensibilidad favoreció la alta calidad
de su obra literaria, pero contribuyó a aislarle de sus contemporáneos. Fue un hombre muy
sensible, impresionable, elitista, amante de la belleza y la perfección, que dedicó toda su vida a
la poesía.
Es difícil clasificar a este autor dentro de un movimiento literario determinado. Muestra en sus
obras características neorrománticas, modernistas, novecentistas y vanguardistas. Murió en
Puerto Rico en 1958.
4.2. Obra:
No es sencillo presentar en pocas líneas la obra literaria de Juan Ramón Jiménez, no solo por la
cantidad abrumadora de libros que publicó, sino por la constante reelaboración de sus textos.
Su producción poética supone una renovación de la lírica del S. XX que abriría las puertas a las
vanguardias y a la generación del 27. Trajo novedades de otros países, aunque su concepto
elitista e íntimo de la poesía dirigida “a la minoría siempre” le trajo críticas de otros autores
como Neruda.
El mismo autor dividió su evolución en tres etapas:
a) Época sensitiva: desde sus comienzos hasta 1915. Sus primeras obras Ninfeas y Almas de
violeta muestran un tono decadente y neorromántico. Rimas, además de la huella
becqueriana presente ya en el título, deja traslucir la influencia de los simbolistas franceses.
Arias tristes y Jardines lejanos sitúan la poesía de su autor en la órbita del Modernismo
intimista y simbolista: soledad, melancolía, inevitabilidad del paso del tiempo, presencia de la
muerte, recuerdos, fuentes, paisajes otoñales…
Durante su estancia en Moguer compone numerosos libros, publicados después: Elejías, La
soledad sonora, Poemas májicos y dolientes…
b) Época intelectual: se inicia con el Diario de un poeta recién casado (1916) y se prolonga
hasta que abandona España en 1936. En este libro empieza la búsqueda de la poesía pura.
Abandona los rasgos modernistas y va a lo esencial; elimina lo superfluo del texto para
destacar el significado profundo de la palabra poética. Así utiliza versos libres sin rima o con
alguna asonancia e incluso el poema en prosa. La paulatina desaparición de la anécdota
conduce a una poesía esencial, poesía pura o desnuda, que busca la expresión de lo inefable.
Son poemas cortos y densos, dirigidos a una minoría. En esta etapa incluimos obras como
Eternidades (1917), Piedra y cielo (1918), Poesía (1923), y Belleza (1923).
c) Época suficiente o verdadera: comprenderá toda su producción de los años de exilio a partir
de 1936. Es una poesía cada vez más densa y profunda, que desemboca en lo metafísico,
incluso en cierto misticismo (diálogo con un dios que él identifica con la naturaleza o la
belleza). En esta etapa escribe, entre otros, La estación total; En el Otro costado; Dios
deseado y deseante.
La importancia de Juan Ramón es extraordinaria; su obra abre caminos sin cesar, tanto en los
temas como en la expresión. Discípulos suyos, en mayor o menor medida, son todos los poetas
de la Generación de 1927. Es uno de los grandes poetas de todos los tiempos.
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TEXTOS DE LA GENERACIÓN DEL 27
I)
¿Serás, amor
un largo adiós que no se acaba?
Vivir, desde el principio, es separarse.
En el primer encuentro
con la luz, con los labios,
el corazón percibe la congoja
de tener que estar ciego y solo un día.
Amor es el retraso milagroso
de su término mismo;
es prolongar el hecho mágico
de que uno y uno sean dos, en contra
de la primera condena de la vida.
Con los besos,
con la pena y el pecho se conquistan
en afanosas lides, entre gozos
parecidos a juegos,
días, tierras, espacios fabulosos,
a la gran disyunción que está esperando,
hermana de la muerte o muerte misma.
Cada beso perfecto aparta el tiempo,
le echa hacia atrás, ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.
Ni en el llegar, ni en el hallazgo
tiene el amor su cima:
es en la resistencia a separarse
en donde se le siente,
desnudo, altísimo, temblando.
Y la separación no es el momento
cuando brazos, o voces,
se despiden con señas materiales:
es de antes, de después.
Si se estrechan las manos, si se abraza,
nunca es para apartarse,
es porque el alma ciegamente siente
que la forma posible de estar juntos
es una despedida larga, clara.
Y que lo más seguro es el adiós.
(Razón de amor, Pedro Salinas)
II)
PERFECCIÓN
Queda curvo el firmamento,
Compacto azul, sobre el día.
Es el redondeamiento
Del esplendor: mediodía.
Todo es cúpula. Reposa,
Central sin querer, la rosa,
A un sol en cenit sujeta.
Y tanto se da el presente
Que el pie caminante siente
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La integridad del planeta.
(Jorge Guillén)
III)
DEL TRANSCURSO
Miro hacia atrás, hacia los años, lejos,
Y se me ahonda tanta perspectiva
Que del confín apenas sigue viva
La vaga imagen sobre mis espejos.
IV)
EL OLVIDO
No es tu final como una copa vana
que hay que apurar. Arroja el casco y muere.
Por eso lentamente levantas en tu mano
un brillo o su mención, y arden tus dedos,
como una nieve súbita.
Está y no estuvo, pero estuvo y calla.
El frío quema y en tus ojos nace
su memoria. Recordar es obsceno,
peor: es triste. Olvidar es morir.
V)
No quiero, triste espíritu, volver
Por los lugares que cruzó mi llanto,
Latir secreto entre los cuerpos vivos
Como yo también fui.
No quiero recordar
Un instante feliz entre tormentos;
Goce o pena, es igual,
Todo es triste al volver.
VI)
MARINERO EN TIERRA
El mar. La mar,
El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste
del mar?
En sueños, la marejada
me tira del corazón.
Se lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajiste
acá?
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VII) GALOPE
Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España en las herraduras.
Galopa, jinete del pueblo,
Caballo cuatralbo,
Caballo de espuma.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo,
Jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos el mar!
(El poeta en la calle, Rafael Alberti)
VIII)
CANCIÓN DEL JINETE
Córdoba.
Lejana y sola.
Córdoba.
Lejana y sola.
(Canciones, F.G.Lorca)
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IX)
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X)
LA AURORA
XI)
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Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda...
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!
CXXV
Yo no soy yo.
Soy este
que va a mi lado sin yo verlo;
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces, olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pie cuando yo muera.
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(Eternidades)
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