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A finales del siglo XIX, los gustos estéticos se ven modificados por un cambio de
mentalidad artística, que recupera principios del Romanticismo, como la originalidad o la
libertad creadora. La crisis en la cultura occidental, agravada en España por el desastre del
98, provocó el cambio artístico que desembocó en el Modernismo y en el Vanguardismo.
POESÍA MODERNISTA-NOVENTAYOCHISTA
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Sus rasgos estéticos más importantes son: el racionalismo, pues se concede gran
importancia al rigor intelectual y a la claridad expositiva; el antirromanticismo, se rechaza lo
sentimental y lo pasional; defensa del “arte puro”, es decir, se considera que el arte solo debe
proporcionar placer estético, sin ser vehículo de preocupaciones religiosas o políticas;
aristocratismo intelectual, al considerar el arte concebido para minorías selectas (para la
“inmensa minoría”, dijo JR Jiménez).
Juan Ramón Jiménez, premio Nobel en 1956, es el máximo representante de la lírica
en esta etapa. Su poesía es, según el propio poeta, una obra en marcha. Se inicia en la
estética modernista -Arias tristes, Jardines lejanos, La soledad sonora- para ir fraguando a lo
largo de su vida un estilo esencial y propio. El poeta moguereño entiende la escritura como
una búsqueda constante de la belleza y de la perfección, de ahí que reescriba
permanentemente su obra. Por otra parte, concibe la poesía como una forma de
conocimiento, esto es, como un medio para analizar y entender la realidad. Así, el deseo de
eternidad es otro de los temas constantes. Diario de un poeta recién casado o Dios deseado
y deseante son algunas de sus obras fundamentales.
EL VANGUARDISMO
Este término designa aquellos movimientos que se oponen al pasado y que proponen,
generalmente con sus manifiestos, nuevos caminos, nuevas concepciones del arte y las
letras; se trata de una respuesta a la crisis histórica, social y cultural. Es un movimiento
efímero que tendrá en torno a 1920 sus primeras manifestaciones y cuyo máximo
representante y creador es Ramón Gómez de la Serna, traductor del manifiesto futurista del
italiano Marinetti y creador de sus famosas greguerías, pequeñas composiciones que
consistían en la unión de la metáfora y el humor, en palabras del propio autor.
De entre los diferentes “ismos” (entre los que también se cuentan el dadaísmo y el
futurismo), las vanguardias que tuvieron mayor importancia en nuestro país fueron:
El creacionismo, que llegó con el poeta chileno Vicente Huidobro, influyó en autores como
Gerardo Diego y Juan Larrea. Su máxima, era entregarse al impulso creativo, al más puro
gozo de crear.
El ultraísmo, llegado a través del sevillano Rafael Cansinos Assens, supuso una ruptura
definitiva con los excesos verbales del Modernismo. Incorporó a la poesía el mundo
contemporáneo y urbano, enalteciendo la metáfora, el humor y la sorpresa. Añaden ciertas
innovaciones tipográficas como efectos visuales en la disposición de los versos (a imitación
de los caligramas de Apollinaire, que ya habían aparecido en Francia). El autor más
destacado de este movimiento es Guillermo de Torre.
El surrealismo entró en España con fuerza influyendo en autores como Rafael Alberti
(Sobre los ángeles) o Federico García Lorca (Poeta en Nueva York). Defiende la necesidad
de alumbrar un hombre nuevo, pues la cultura occidental ha mutilado al hombre con la razón,
y exalta para ello la imaginación, el deseo, la infancia o el sueño. Casi todos los poetas del
27, en algún momento, quedaron marcados por este movimiento.
Importante reseñar la importancia del ensayista José Ortega y Gasset en el vanguardismo
español, con La deshumanización del arte y la creación de la Revista de Occidente.
Por último, hay que reseñar como artista muy personal, brillante y con características propias,
pero que por edad desarrolló gran parte de su obra en este periodo, a Miguel Hernández. Su obra
recorre distintos movimientos: Perito en lunas cuenta con un estilo barroco y vanguardista, para luego
pasar a una poesía más comprometida en tiempos de guerra (Viento del pueblo) y más personal y
sentida en sus últimos años en prisión (Cancionero y Romancero de ausencias)