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TEMA 4.

LA POESÍA EN EL NOVECENTISMO, LAS VANGUARDIAS


Y LA GENERACIÓN DEL 27. JUAN RAMÓN JIMÉNEZ.

Las décadas que van desde el comienzo de siglo hasta el inicio de la Guerra Civil
suponen uno de los períodos más fecundos de la literatura española, hasta el punto de que
algunos críticos lo denominan la Edad de Plata de la Literatura española. Confluyen
en este período diferentes corrientes en la poesía: el Modernismo y la Generación del
98 (la llamada Generación de fin de siglo); el Novecentismo, un movimiento estético de
poetas, ensayistas y narradores nacidos hacia 1880 y donde se sitúan pensadores como
Ortega y Gasset, el novelista Gabriel Miró o el propio Juan Ramón Jiménez; por último,
los movimientos de Vanguardias, como el surrealismo, o el ultraísmo, que corren
paralelos a la Generación del 27.

El novecentismo o la Generación del 14 está formado por un grupo de


intelectuales que se preocupan por la educación, son europeístas, con actitud abierta y
cosmopolita. Defienden el arte puro, con valor en sí mismo y no en función de su utilidad.
Los novecentistas persiguen el equilibrio, la serenidad, evitan los excesos. La metáfora
es su recurso fundamental. En su ensayo La deshumanización del arte (1925), Ortega y
Gasset presenta un diagnóstico del arte y la literatura de vanguardia surgidos después de
la Primera Guerra Mundial.

Entre el Novecentismo y las Vanguardias, está Ramón Gómez de la Serna, un


autor polifacético y polémico, que cultivó la conferencia, el programa de radio, la poesía,
el teatro, la novela. Hoy en día se le recuerda sobre todo por sus “greguerías” a las que
definió como una obra breve en la que se mezcla el humor y la metáfora.

Desde la segunda década del siglo XX surge en Europa el concepto de


Vanguardias, una serie de movimientos artísticos muy diversos y de variada duración
que se caracterizan por la ruptura con los conceptos de arte heredados del siglo anterior,
el afán de originalidad y polémica, el juego y la mezcla de lenguajes y artes. A partir del
Manifiesto Futurista del italiano Marinetti (1908), se sucederán los denominados
“ismos” que, en ocasiones, tendrán su reflejo en la literatura. Son antirrealistas y niegan
que el arte y la literatura deban estar al servicio de la realidad y de lo humano.
En el caso de la literatura en lengua española, podemos destacar el Creacionismo
del chileno Vicente Huidobro, que rechaza la relación de la literatura con la realidad; el
Ultraísmo de Borges y Gerardo Diego; o el Surrealismo, con autores tan significativos
como los de la Generación del 27, Lorca, Cernuda y Aleixandre. De la gran cantidad de
vanguardias surgidas entre los años 1910 y 1930, será el Surrealismo la más importante,
bien por su expresividad en cualquiera de las artes como la pintura, la poesía o el cine,
bien por su fuerte desarrollo teórico que parte de las teorías del psiquiatra Freud.

Se considera el inicio de la Generación del 27


de escritores el homenaje realizado en Sevilla en 1927 con
motivo del tercer centenario de la muerte de Góngora.
Al grupo de poetas asistentes se unieron posteriormente
otros autores en antologías o en artículos. El número de
autores integrantes de esta Generación no está cerrado y
las nuevas antologías incluyen a otros poetas, pensadores,
novelistas (como Ayala) e incluso cineastas o artistas (como Dalí o Buñuel). Últimamente
se reivindica también la presencia de algunas escritoras en la lista, como Luisa Carnés o
Concha Méndez, que en su época solo fue conocida por ser la mujer del poeta
Altolaguirre.
TEMA 4. LA POESÍA EN EL NOVECENTISMO, LAS VANGUARDIAS
Y LA GENERACIÓN DEL 27. JUAN RAMÓN JIMÉNEZ.

Las características que dan unidad a estos autores son las siguientes:
a) Las enseñanzas de Ramón Gómez de la Serna, creador de la greguería y uno de los
personajes más activos en el principio de siglo.
b) Influencia de los clásicos españoles (Cervantes, Góngora, Lope...) y reivindicación
de los clásicos menores del Siglo de Oro.
c) Gusto por lo popular y tradicional, como se ve en los poemas de Alberti y Lorca.
e) Influencia de las vanguardias. Aunque la evolución de estos autores es muy variada,
todos ellos pasaron por etapas vanguardistas, como el ultraísmo de Gerardo Diego, el
surrealismo de Lorca, Cernuda y Aleixandre etc. Pasada la Guerra Civil y la muerte de
Lorca, muchos de los autores abandonan las vanguardias y tienden hacia una poesía pura
o de corte más clásico.
f) Influencia de otras artes como la pintura, el cine y la música.
g) Las vivencias en torno a la Residencia de Estudiantes de Madrid.
h) La creación de revistas vanguardistas, en las que colaboraron todos los integrantes
de la Generación del 27 como Grecia, Gallo, Cervantes, Litoral o Ultra.

Aunque los temas de la poesía del 27 son muy variados, es posible resumirlos en:
el destino del hombre; la ciudad junto a temas vinculados a la modernidad (deportes,
cine...), por influjo del futurismo; la naturaleza, como ámbito cotidiano del artista; el
amor; el compromiso con su tiempo, con la creación artística, con los amigos o un
compromiso social y político.

Citemos a algunos de los integrantes de la Generación del 27:


Pedro Salinas es el mayor de la Generación y un poeta del amor, como en el libro La voz
a ti debida.
El vallisoletano Jorge Guillén es el poeta de la “poesía pura” como en su libro Cántico.
La obra de Gerardo Diego transcurre entre la influencia vanguardista (el ultraísmo) en
un libro como Imagen (1922) y una poesía más tradicional.
Rafael Alberti (fallecido en 1999) fue uno de los autores más conocidos, gracias a su
imagen y su militancia política. Su obra más famosa es Marinero en tierra (1925).
Dámaso Alonso destacó como crítico literario, director de la Real Academia y poeta.
Tras la terrible experiencia de la Guerra publica su libro fundamental: Hijos de la ira
(1944) concebido como una protesta ante la deshumanización y la violencia, a medio
camino entre el realismo y el surrealismo.
Vicente Aleixandre (1898-1984), Premio Nobel de Literatura, permaneció en España
tras la Guerra Civil, convirtiéndose en protector de nuevas generaciones de poetas. Su
obra se inicia en la poesía pura pero avanzará hacia el Surrealismo, con un libro
fundamental: Pasión de la tierra de 1935.
El sevillano Luis Cernuda (1902-1963) es el más importante de la Generación, junto a
García Lorca. Hay una identificación entre su biografía y literatura: reflexión sobre la
soledad, el amor no cumplido, la melancolía, la homosexualidad. Destaca su libro La
realidad y el deseo.
Por último, el granadino Federico García Lorca (1898-1936) es importante tanto por su
poesía como por su teatro, del que destacan los dramas como La casa de Bernarda Alba.
En cuanto a su poesía se divide en tres etapas: juventud, plenitud y surrealista. De la
segunda se recuerda siempre el Romancero gitano mientras que de la última, truncada por
su fusilamiento al comienzo de la Guerra Civil, hay que señalar Poeta en Nueva York,
libro desesperanzado y pesimista escrito a raíz de sus vivencias en un viaje a Estados
Unidos.
TEMA 4. LA POESÍA EN EL NOVECENTISMO, LAS VANGUARDIAS
Y LA GENERACIÓN DEL 27. JUAN RAMÓN JIMÉNEZ.

Anterior a esta Generación del 27, modernista en sus


comienzos y superviviente a dichos movimientos, encontramos al
poeta más complejo y prolífico de la literatura del siglo XX: Juan
Ramón Jiménez (1881-1958). Tenía un carácter difícil,
enfermizo y melancólico, lo que le llevó a enfrentarse con otros
autores. Es también conocida su obsesión por la perfección
literaria, por lo que corregía una y otra vez sus poemas. Para Juan Ramón, la poesía era
un género minoritario que exigía una inteligencia en el lector. Decía escribir para una
inmensa minoría. Tuvo amistades en varias generaciones y, de hecho, llegó a ser el editor
de autores tan diversos como Rubén Darío o Federico García Lorca. Tras la Guerra Civil
se exilió en Estados Unidos y Puerto Rico, junto a su esposa Zenobia Camprubí, quien se
encargó de reunir la obra de su marido, y escribió unos interesantes diarios.
El tema fundamental de su obra es el ansia de transcendencia, de eternidad. Para
él, la poesía es el camino del conocimiento de uno mismo y de la realidad y una vía de
elevación espiritual. Su estilo evoluciona constantemente. Utiliza gran variedad de metros
y alterna verso y prosa. En su poesía, son símbolos habituales la brisa, el agua, la luz, la
llama, la flor (la rosa), el pájaro, la mujer y el poeta.

Su obra se suele dividir en varias etapas:


Étapa sensitiva (1896-1915): es la etapa de iniciación y de influencia modernista.
Los libros más importantes son Arias tristes y Almas de violeta, en los que aparecen esos
espacios melancólicos y sentimentales que eran comunes a Darío y Machado. Al final de
esta etapa publica su libro Platero y yo. Aunque se ha considerado un libro infantil, en
realidad es un libro de poemas en prosa con numerosas alusiones a la crueldad, el egoísmo
y la tristeza tras la muerte.
Etapa intelectual (1915-1936): Su primer viaje a América y el contacto con la
poesía en inglés marcan profundamente esta segunda etapa caracterizada por una
expresión desnuda y pura. Se produce un hecho fundamental: el descubrimiento del mar
como motivo trascendente. El mar simboliza la vida, la soledad, el gozo, el eterno tiempo
presente. Un gran libro de esta época es el novedoso Diario de un poeta recién casado, un
diario escrito con motivo de su boda con Zenobia y su viaje a Nueva York. Mezcla poesía
y prosa, descripciones y sentimientos personales. Es una especie de diario personal en el
que anota reflexiones, vivencia, sentimientos a lo largo de la travesía del viaje.
Juan Ramón se va despojando de los adornos modernistas y busca la “poesía
pura”: “inteligencia / dime el nombre exacto de las cosas”, dice en uno de los poemas de
Eternidades. Su obsesión es ya la perfección.
Etapa suficiente o verdadera (1936-1958): es la etapa más filosófica, con
poemas casi místicos. Destaca el libro Dios deseado y deseante: supone la culminación
de su anterior libro, Animal de fondo. El poeta llega incluso a identificarse con ese dios
que tanto ha buscado. Un dios que existe dentro y fuera de él, un dios deseado y deseante.
En 1956 recibe el Premio Nobel de Literatura, el mismo año en el que muere
Zenobia. El poeta fallece dos años más tarde y sus restos fueron trasladados con
posterioridad a España, a la localidad natal de Moguer (Huelva).

La obra de Juan Ramón Jiménez es tan inmensa que su recopilación se hace difícil
y, con cierta frecuencia, van apareciendo textos inéditos. Su influencia en la poesía
posterior es enorme y es uno de los poetas más leídos y admirados de nuestro país. Junto
con otros representantes del novecentismo, las vanguardias y la Generación del 27, Juan
Ramón ha dejado una huella imborrable en la literatura española de principios de siglo.

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