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La Generación del 27 surgió en la época de la Segunda República española y estuvo influenciada por el liberalismo y progresismo de la época. Los miembros de esta generación compartían influencias literarias como Góngora y Ortega y Gasset. Publicaron en revistas vanguardistas y asimilaron elementos literarios precedentes como el folclore y las vanguardias. Sus obras exploraron temas como el destino individual y colectivo y el amor, y estuvieron influenciadas por acontecimientos históricos como la Guerra Civil espa
La Generación del 27 surgió en la época de la Segunda República española y estuvo influenciada por el liberalismo y progresismo de la época. Los miembros de esta generación compartían influencias literarias como Góngora y Ortega y Gasset. Publicaron en revistas vanguardistas y asimilaron elementos literarios precedentes como el folclore y las vanguardias. Sus obras exploraron temas como el destino individual y colectivo y el amor, y estuvieron influenciadas por acontecimientos históricos como la Guerra Civil espa
La Generación del 27 surgió en la época de la Segunda República española y estuvo influenciada por el liberalismo y progresismo de la época. Los miembros de esta generación compartían influencias literarias como Góngora y Ortega y Gasset. Publicaron en revistas vanguardistas y asimilaron elementos literarios precedentes como el folclore y las vanguardias. Sus obras exploraron temas como el destino individual y colectivo y el amor, y estuvieron influenciadas por acontecimientos históricos como la Guerra Civil espa
Antes de entrar en las características de este movimiento literario es relevante mencionar
que dicha generación ve la luz en tiempos de la 2ª República, tras el exilio de Alfonso XIII, por lo tanto encontramos un ámbito liberal y progresista que influirá posteriormente cuando se produzca la Guerra Civil y la dictadura. A todos los miembros de esta generación, aparte de sus fechas de nacimientos y sus estudios (Residencia de Estudiantes, la gran mayoría), les une la conmemoración centenario por la muerte de Góngora, homenaje al autor barroco reivindicado por su esteticismo, y por el uso de la imagen y la metáfora, su ausencia de sentimentalismo y el cuidado de la forma. Además todos ellos tienen el mismo guía espiritual: Ortega y Gasset. Publicarán en la revista de este último, “Revista de Occidente”, y en la de Gómez de la Serna, “Prometeo”, y por otro lado, publicarán en sus propias revistas de vanguardia como “Gallo” o “Carmen”, entre otras. Debemos entender a la Generación del 27 como jóvenes no rupturistas si no que supieron asimilar elementos precedentes. No olvidemos que en esta época conviven: la Generación del 98 y modernistas, la Generación del 14. Los autores del 27 adoraban a Unamuno, Antonio Machado, Rubén Darío. Herederos de los presupuestos de la Institución Libre de enseñanza, por ello adoptaron el folclore, el gusto por la tradición popular y oral y de ahí el uso constante de los romances (Romancero gitano de Lorca, Romancero de la novia de Gerardo Diego o Romancero de ausencias, no de un miembro de la generación, sino cercano a la misma, Miguel Hernández). Dicha influencia sumada a la vanguardia surgió el denominado neopopularismo. Por otra parte, también tuvieron en consideración modelos clásicos y sobre todo el Siglo de Oro español. Recordemos que muchos de los miembros fueron profesores y catedráticos de literatura. De ahí su amor por Garcilaso de la Vega, San Juan de la Cruz, Góngora, Quevedo, Lope de Vega, Bécquer, influencias patentes en sus composiciones. Podríamos entender que a partir de este hecho era lógico que naciera la propuesta “neogongorista” y, un poco más tarde, la propuesta “neobarroca” de Miguel Hernández, amantes todos de la imagen, la metáfora y los símbolos. Y, por otro lado, como hemos apuntado, seguidores de las vanguardias y de la poesía pura (Ortega y Juan Ramón Jiménez). Por consiguiente, podríamos afirmar que la estética del 27 es ecléctica. Los temas más recurrentes confluían en el destino, que a su vez se dividía en tres ramas: el individual, el colectivo y el amoroso. En el individual destaca lo relacionado con la vida y la muerte mientras que el hombre se ve relacionado con la naturaleza y con unos símbolos cristianos que se convierten en paganos pues ignoran el punto de vista cristiano moral. En cuanto al destino amoroso ven el amor como aquello que proporciona libertad más allá de las convenciones sociales, destacando “Los sonetos del amor oscuro” de Lorca. Y por último, el destino colectivo, pues ellos serán llamados la Generación de la República, están implicados en los momentos históricos y muchas veces su poesía se tiñe de ideología progresista. Todos sus temas estarán muy relacionados con la naturaleza, vinculada con lo mítico y los sentimientos del poeta, y con la ciudad, vista desde el lado del progreso, relacionada con el futurismo Los miembros de esta generación fueron: Pedro Salinas, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Emilio Prados, Jorge Guillén, Rafael Alberti y Federico García Lorca. La primera etapa de la Generación del 27 es la etapa vanguardista. Todos los anteriormente mencionados adoptan aspectos de “La deshumanización del arte” de Ortega y Gasset por lo que rompen con la mímesis y reivindican el progreso. En esta época serán introducidos el neogongorismo y el neopopularismo. Dentro del primero encontramos “El rayo que no cesa” de Miguel Hernández. En el segundo Romancero gitano de Lorca o Marinero en tierra de Rafael Alberti, La canción del farero de Emilio Prados. Las más vanguardistas entre otras serán Manual de espumas de Gerardo Diego, “Seguro azar” de Pedro Salinas, Perfil del aire de Cernuda. Caso aparte, será Jorge Guillén, el más fiel seguidor de Juan Ramón Jiménez y la defensa de la poesía pura y la obsesión por la perfección formal, Cántico. La segunda etapa fue la rehumanizada que girará en torno al surrealismo (rehumanización del arte). Algunas de las obras escritas entonces fueron Poeta en Nueva York de Lorca, La destrucción o el amor de Vicente Aleixandre, Sobre los ángeles de Rafael Alberti, Un río, un amor de Luis Cernuda y La voz cautiva de Emilio Prados . Finalmente se desarrolla la etapa del compromiso. Al estallar la Guerra Civil se escribe una poesía política, panfletaria, en contra del régimen que se quería imponer en contra del todos los principios progresistas. Una obra relevante fue “Entre el clavel y la espada” de Rafael Alberti”. Así pues la Generación del 27 se divide, unos exiliados, otros fusilados y unos pocos que permanecen en España. Destacará la poesía del exilio sobre la añoranza de la tierra, los amigos asesinados o los propios ideales censurados. Centrándonos en algunos de sus miembros mencionados destacamos a Federico García Lorca, asesinado al comienzo de la Guerra, quien muestra una vitalidad desatada junto a un profundo sentimiento de frustración. Los grandes temas de su producción son el destino trágico, la muerte inevitable, la lucha entre el principio de autoridad y libertad, el desdoblamiento emocional que se une con el amor imposible, la falta de “fruto” (descendencia) y las apariencias. Todo ello llevado a cabo por numerosos símbolos que encierra su producción poética: la luna, el caballo, la sangre, el cuchillo, los gitanos, los pozos. Lorca quedará para la historia de la literatura como la voz de los más desfavorecidos. Una literatura simbólica de alcance universal. Luis Cernuda quien muestra su anhelo por un mundo habitable y humano donde se disfrute con libertad la belleza y el amor, pero solo encuentra espacio para la desesperanza. De ahí, la constante lucha entre la realidad y el deseo, simbolizado como algo inalcanzable: las nubes. Tras el exilio, su producción se volverá más melancólica y nostálgica Ocnos. Pedro Salinas que concebía la poesía como un modo de encontrar la esencia de los sentimientos, de la vida y del conocimiento. Reflexionaba sobre los conceptos más complejos a través de los vocablos más sencillos. Destacamos su obra La voz a ti debida donde presenta a un ser humano que solo está completo cuando ha escuchado la voz del amor, que se convierte así en un espacio místico en el que los amantes encuentran la plenitud absoluta, la identidad y el gozo. De ahí que se le considere el “poeta del amor”. Vicente Aleixandre (premio Nobel) reflexiona sobre el amor, la naturaleza y la muerte. Poeta más influido por el surrealismo: imágenes sorprendentes y uso del versículo. Espadas como labios; Historias del corazón. Por último, cabría mencionar a Mª Teresa de León, Concha Méndez y María Zambrano, conocidas como las sinsombrero, como mujeres miembros de la Generación del 27.