Historia de la Filosofía 2º Bachillerato

2ª Pareja de nociones de Platón: el ascenso al mundo de arriba y el sol

El ascenso al mundo de arriba y el sol son dos conceptos metafóricos fundamentales

en el mito de la caverna que describe Platón al comienzo del libro VII de la República.
En primer lugar, el ascenso al mundo arriba, de forma general, puede ser interpretado
como el proceso del alma de dejar atrás la doxa (opinión) propia del mundo sensible
hasta llegar a la episteme (ciencia) del mundo inteligible. En este camino, el alma se libera
de los elementos negativos que aporta el cuerpo, es decir, las pasiones y los sentidos.
Recordemos que Platón consideraba, por influencia de los pitagóricos, que el cuerpo es
la tumba del alma (soma-sema). La salida de la caverna se realiza a través de la práctica de
la dialéctica ascendente, método elevado a ciencia por el Platón más maduro, que permite
conocer las ideas y tomar conciencia de que los objetos del mundo sensible no son más
que copias de la auténtica realidad. La posibilidad de llevar a cabo la dialéctica se explica a
través del concepto de anamnesis (reminiscencia o recuerdo), ya que consiste en volver a
captar lo que ya se conocía antes de comenzar a vivir en el mundo sensible. El ascenso al
mundo de arriba también se identifica con el proceso educativo, cuya dificultad queda
señalada por Platón cuando habla sobre lo escarpado de la subida o el rechazo que siente
el prisionero que es liberado y arrastrado en contra de su voluntad. Este proceso no solo
es epistemológico, sino que también tiene un componente ético que conlleva la práctica
de las virtudes para controlar las partes más impuras del alma.
Por otra parte, el sol se identifica de forma clara con la idea del bien en el mito de la
caverna. Platón utiliza el símil del sol para ilustrar los diferentes matices de la
importancia del bien. Con respecto a la realidad, el sol es el fundamento ontológico de
todo lo que existe, es la causa del resto de ideas y, en consecuencia, también de los objetos
materiales. También es esencial en la epistemología, puesto que de la misma forma que el
sol arroja luz que permite ver los objetos, la idea del bien permite al alma conocer el resto
de ideas. Siguiendo la lógica de la dialéctica, cabe destacar que el bien en sí mismo está
fuera de las posibilidades de conocimiento humano, puesto que no hay otra idea más allá
de esta que permita entenderlo plenamente. Para finalizar, también en la política la idea
del bien es necesaria para conocer en qué consiste realmente la justicia y poder así
organizar la ciudad correctamente.