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Filosofía, Platón

La teoría de las ideas

- Es la concepción central de la filosofía platónica y consiste en afirmar que las


ideas abstractas procedentes de las matemáticas tienen existencia y son reales.

Estas ideas no existen en el mundo sensible que nos rodea, caracterizado por la
imperfección, sino que existe en un mundo que se encuentra más allá del mundo
sensible y que por ser alcanzable exclusivamente por la razón en lugar de por los
sentidos, se conoce como mundo inteligible.

Al distinguir entre dos mundos, Platón defiende una concepción dualista de la realidad,
un dualismo ontológico.

Las ideas (Platón las llama también formas), existen con independencia de las cosas, son
realidades objetivas.
Hay un único concepto universal de la belleza misma, y este concepto capta la esencia
de las cosas que llamamos bellas.

Platón atribuye a las ideas las mismas características que tenía el ser de Parménides: son
únicas, eternas, inmutables e inalterables.
En el mundo inteligible se hallan todas las ideas y la más elevada de todas es la idea del
bien.

La relación entre dos mundos

Las ideas son el modelo de las cosas y puede decirse que las cosas existen gracias a
ellas.
Platón afirma que las ideas son causas de las cosas y que todos los juicios que emitimos
sobre las cosas tienen como referencia la idea correspondiente.

Entre las ideas y las cosas hay una relación que Platón caracterizó en algunos diálogos
como participación y en otros como imitación.

El mito de la caverna (alegoría de la educación)

La contraposición entre los dos mundos (sensible e inteligible) aparece ilustrada en la


República con el más célebre de los mitos platónicos, la alegoría de la caverna.

En la caverna, unos hombres encadenados desde niños tienen la vista puesta en la pared
del fondo. Tras ellos hay un fuego y, en medio, un camino a una cierta altura y un muro
que hace las veces de pantalla. Por el camino desfilan hombres que llevan toda clase de
objetos, y las sombras de estos objetos se reflejan en el fondo de la caverna. Lo único que
pueden ver los prisioneros, por tanto, son sus propias sombras y las de los objetos
reflejados en la pared, y estas sombras serán para ellos la realidad.

Sombras: mundo sensible


Prisioneros: población de la polis
Clases de objetos: formas
Sol: idea del bien

Origen

La teoría de las ideas desarrollada por Platón supone, por una parte, una alternativa al
relativismo de los sofistas contra el que se dirige su filosofía, y, por otra parte, le
permite unir concepciones tradicionalmente discrepantes de la etapa presocrática,
como la defendida por Parménides y por Heráclito.

Encontramos estos tres aspectos fundamentales en el origen de la teoría:

- Oposición al relativismo sofista. Sócrates había rechazado la idea de los sofistas


de que la verdad es relativa. Platón hereda esta convicción de que un
conocimiento universalmente válido es posible.

- El mundo sensible. Se encuentra en un constante cambio. No es posible hacer


ciencia sobre aquello que está en perpetuo cambio: el conocimiento verdadero
no puede tratar sobre los objetos sensibles.

- Las ideas del mundo inteligible. Tienen las características del ser de Parménides.
Explica la unidad en la diversidad, la existencia real de un elemento común a
todos los objetos de la misma clase.

Objetivos

La teoría de las ideas, en Platón, tiene tres objetivos. Se corresponden con la teoría del
conocimiento, la ética y la política.

- Teoría del conocimiento. Para Platón, el conocimiento verdadero no puede tratar


sobre los objetos sensibles. El verdadero conocimiento ha de tratar sobre las
ideas o formas.

- Ética. Platón necesita que existan estos valores absolutos porque sólo así es
posible rechazar el relativismo moral apoyado por los sofistas.
- Política. La finalidad última de las concepciones platónicas se dirige al ámbito
político, a la organización de la ciudad. Los gobernantes, para Platón, tienen que
ser filósofos, y la filosofía es la única garantía de que haya gobiernos justos.

La antropología

Según Platón , hay en el hombre dos principios opuestos: el cuerpo, que nos vincula al
mundo sensible, y el alma inmaterial e inmortal, que nos vincula al mundo de las ideas.
El cuerpo nos arrastra hacia lo material y dificulta el ascenso del alma hacia las ideas.
Este dualismo antropológico se corresponde con el dualismo ontológico.

En lo que respecta al alma, el rasgo fundamental es su inmortalidad, un concepto clave


en el pensamiento de Platón, imprescindible para sostener la teoría de las ideas. La
inmortalidad del alma permite a Platón establecer la posibilidad del conocimiento de las
ideas, que queda garantizada porque el alma es una realidad intermediaria entre los dos
mundos: el alma ha existido con anterioridad al cuerpo y le sobrevivirá después.

Platón parece aceptar la teoría órfico-pitagórica de la transmigración de las almas: el


alma está condenada por alguna falta cometida a vivir en un cuerpo como en una
prisión.

Mientras está unida al cuerpo, el alma debe concentrarse en la purificación y


ejercer el control sobre las pasiones, despegándose del cuerpo lo más posible.

El dualismo platónico se extiende también a su concepción del alma. Platón considera


que en el alma existen tres partes:

- El alma racional. Platón la sitúa en el cerebro. Tiene afinidad con el mundo


inteligible porque su lugar natural es el mundo de las ideas.

- El alma irascible. De donde surgen las pasiones nobles. Esta parte del alma muere
con el cuerpo, y Platón la sitúa en el tórax.

- El alma apetitiva. De la que surgen los apetitos, los deseos corporales. Es mortal
como la anterior y se halla en el vientre.

El acceso al conocimiento

Para Platón, el conocimiento científico consiste en la contemplación de las ideas.

Según Platón, el ascenso hacia el conocimiento se logra mediante dos vías: la


reminiscencia y la dialéctica, que son posibles gracias a la mediación del alma. En este
ascenso al conocimiento, Platón señala un componente emocional: el amor.
La reminiscencia

La teoría platónica de la reminiscencia sostiene que conocer no es otra cosa que


recordar. El alma humana ha contemplado con anterioridad las ideas. Eso significa que
el conocimiento no es sino una reminiscencia, un recuerdo de lo que ya está en el alma.

El conocimiento sensible hace posible que el alma inicie el proceso del recuerdo y, aun
así ser auténtico conocimiento, es un primer peldaño en el acceso al conocimiento
verdadero.

La dialéctica

Platón entiende la dialéctica como el método mediante el cual se asciende gradualmente


desde el conocimiento sensible hasta el verdadero conocimiento, que consiste en la
contemplación directa de las ideas. Este ascenso se produce a través de diferentes
grados de conocimiento.

El símil de la línea

Este símil presenta una línea dividida en segmentos desiguales. El primer segmento
corresponde al conocimiento del mundo sensible (interior de la caverna), ya que el
camino hacia el conocimiento empieza por la realidad sensible.

Acerca de esta realidad, no es posible hacer ciencia, de manera que Platón denomina a
este conocimiento opinión (doxa).

Este segmento de la opinión aparece a su vez dividido en dos:

- El grado más bajo de conocimiento es la imaginación, que se refiere a los reflejos


de las cosas sensibles (son las sombras de la caverna).

- La opinión que tiene como objeto las cosas sensibles es un segundo grado de
conocimiento, la creencia, e incluye el estudio de la física, que sigue sin ser
propiamente ciencia (en la caverna, las figuras que llevan los porteadores).

El conocimiento del mundo inteligible recibe el nombre de ciencias (episteme) y aparece


en otro segmento (correspondiente al exterior de la caverna) también dividido en dos
partes:

- El pensamiento discursivo, pensamiento propio de las matemáticas (el primer


momento tras la salida de la caverna: la visión de las cosas reflejadas, todavía
cegada la vista por el sol)
- La inteligencia, el ámbito ya de la dialéctica, el auténtico conocimiento, que
consiste en la contemplación de las ideas (equivalente a la visión de los objetos
reales fuera de la caverna)

Tipos de dialéctica

La dialéctica se toma como punto de partida provisional para llegar a los primeros
principios, elevándose de idea en idea hasta llegar a la idea suprema, la idea del bien.
Existen dos tipos de dialéctica:

- Dialéctica ascendente. Comienza por los objetos sensibles y continúa por


conceptos cada vez más universales hasta captar las ideas y sus relaciones. Va de
lo particular a lo universal.

- Dialéctica descendente. Va de lo universal a lo particular, define lo que es cada


cosa recurriendo únicamente a las ideas mediante divisiones sucesivas.

La ética

Platón defiende el intelectualismo moral: la virtud es sabiduría, ya que quien sabe lo que
es el Bien necesariamente obrará bien. Como la virtud supone desempeñar una función
correctamente, la excelencia moral se alcanza por el conocimiento y gracias a la
purificación.

Las virtudes del alma

Platón considera la justicia como la virtud suprema del alma.

- La parte racional del alma. La virtud que le corresponde es la prudencia.


- La parte irascible. La virtud que le corresponde es la fortaleza de ánimo.

- La parte apetitiva. La virtud que le corresponde es la templanza.

La política: el Estado ideal

Platón tiene muy presente que el individuo depende de la comunidad y está supeditado
a ella: la virtud en la vida privada y en la pública están estrechamente relacionadas,
porque es el Estado el que ha de proporcionar los medios para alcanzar la sabiduría.

Una comunidad (polis) se divide de manera natural en tres clases sociales: gobernantes,
soldados y productores. Los más valientes, en los que predomina la parte irascible del
alma, estarán destinados a servir como guerreros y pertenecerán a la clase de los
guardianes.

Por otra parte, la República destinará a la clase de los productores a quienes muestran
una inclinación apetitiva.

La analogía entre las partes del alma y las clases sociales se completa cuando entre los
guardianes son cuidadosamente seleccionados los futuros gobernantes.

La educación de los filósofos

El Estado de Platón es un proyecto político basado en la educación: la educación de la


república es la que hace posible que sus ciudadanos sean buenos y sabios, y en ella
confluyen, por tanto, la vida privada y la vida pública.

La influencia del pensamiento platónico

Platón sentó las bases de todo el pensamiento filosófico occidental. Su mito de la


caverna se ha interpretado muchas veces como el mundo virtual de los medios de
comunicación de hoy (un mundo de sombras que mantiene la desinformación)

La metafísica de los siglos posteriores tiene su origen en Platón. Por otra parte, Platón
ha impregnado nuestra civilización a través del cristianismo (la idea dualista del hombre,
la consideración negativa del cuerpo y de lo material en general o la creencia en un
mundo superior a este son ideas platónicas que perviven en nuestra cultura)

La teoría política platónica ha sido asociada a los totalitarismos y no parece tener cabida
en las sociedades desarrolladas de hoy, en las que el individuo es más importante que la
sociedad.
Hay aspectos éticos y políticos que Platón dejó planteados y que siguen preocupando
hoy, como el problema de conseguir una sociedad justa o la manipulación de la opinión
pública en la democracia.

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