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EL PENSAMIENTO DE PLATÓN

1. Introducción
1.1. Biografía de Platón
Fue un filósofo Ateniense perteneciente a una familia noble. Fue amigo de Perícles. Vivió la
dictadura de los 30 tiranos que representó la decadencia de la democracia ateniense. El
retorno de la democracia conllevó la condena a muerte de su amigo Sócrates. Su formación
filosófica tuvo las siguientes influencias: Fue alumno de Crátilo, que a su vez fue seguidor de
Heráclito, con el que se planteó el problema del cambio y la eternidad. Tuvo influencias
pitagóricas que aparecerán en su ética y su antropología. Por último, fue amigo y discípulo
de Sócrates, de quien tomaría su idea de que la verdad existe y es cognoscible, además de
que el conocimiento se obtiene mediante la educación y es la
clave para obtener una sociedad justa.

1.2. Situación histórica. Voluntad política del pensamiento


Platón es consciente de la decadencia de Atenas y culpó de ello a los excesos demagógicos
de la platónico democracia. Platón opinó que las tiranías tienen su origen en la perversión de
la democracia. Por ello, propone un sistema político conocido como la Monarquía del filósofo
rey. Su utopía política se Basa en el concepto de educación para vencer la corrupción y los
intereses particulares. Platón fue un seguidor del intelectualismo moral socrático en el que los
sabios son buenos y deben gobernar por eso. La preocupación política de Platón se debe a
una nueva concepción de la polis, como espacio de convivencia justa entre los ciudadanos.
Por último, pensó que la función social no debe depender del origen sino de la formación del
hombre.

2. Mundo de las Ideas, ideas en Platón


El objetivo de las Teoría de las Ideas es demostrar que la verdad existe. El tema central de la
filosofía de Platón es el de las Ideas y su realidad. Para el filósofo las ideas son esencias son
trascendentes e inmutables, es decir que no cambian. Las ideas son las definiciones
socráticas que con Platón adquieren un carácter ontológico, es decir que son reales e
inmutables. Además, las ideas son el ser y son subsistentes, existen por sí mismas, no solo en la
mente humana.

Que las ideas sean trascendentes significa que son realidades separadas, inmutables, es decir
que las realidades son eternas, perfectas e imperecederas. Las ideas para Platón proceden
de otro mundo, no son entes de la razón humana, sino que son la verdadera realidad.
Mientras que el mundo sensible lo captamos por los sentidos, no por la razón, son solo
apariencia y su nivel ontológico (realidad) es menor que el del mundo de las ideas. Para
poder conocer las ideas debemos recurrir al método dialéctico y a la anámnesis o
reminiscencia. Para poder explicar que la realidad existe Platón recurre al mito de la caverna
y a la Alegoría o Analogía de la Línea.

2.1. Las ideas y su valor ontológico + Analogía de la línea


Platón estableció una correspondencia entre la verdadera realidad y el verdadero ser, en la
que el conocimiento tiene distintos niveles. -El mundo sensible (doxa, opinión) se divide en dos
tipos de conocimientos, las imágenes que son eikones (conjeturas) y los objetos o cosas físicas
que son pistis (creencias). -El mundo de las ideas (episteme, ciencia) se divide a su vez en dos
realidades. Los entes matemáticos pertenecen a la dianoia (razón discursiva) y las ideas (el
bien) son conocimientos de la dialéctica o filosofía, Nous. Para Platón este conocimiento es
el que se corresponde con aquellas parcelas estables y necesarias de la realidad. Mediante
estos pasos se llega al conocimiento, y al conocer algo tienes la obligación de volver sobre
tus pasos y explicar lo aprendido al resto. Para explicar esta jerarquía de conocimientos usará
la alegoría de la línea y el mito de la caverna.

2.2. El mito de la caverna


El mito de la caverna está narrado en República, obra de Platón. El mito habla de unos
prisioneros que nunca han visto la luz del sol y están encadenados de pies y manos en el
fondo de una gran cueva de espaldas. En el interior de la caverna, detrás de los prisioneros
arde una gran hoguera que no pueden ver por una vaya que se interpone entre ellos. A lo
largo de la hoguera van pasando hombres portadores de figuras, los prisioneros solo pueden
escuchar sus voces y contemplar las sombras de los objetos que van proyectando. Un día
uno de ellos es liberado escapando de la caverna y viendo la luz del sol. Este prisionero es el
filósofo que ahora tiene la obligación de volver a la caverna para liberar a sus compañeros y
sacarles a la luz del sol. Esta última parte explica la visión Platónica del conocimiento, que no
es ascendente, sino descendente, porque solo es considerado conocimiento cuando se
revisa varias veces y se vuelve al principio para compartirlo con el resto.

2.2.1 Las 3 interpretaciones del mito de la caverna


1ª La Interpretación Antropológica: la caverna en la que solo se nos permite ver sombras y
nunca verdaderas realidades, sería el cuerpo. El alma estaría prisionera atada en el interior
del cuerpo, por eso debe intentar liberarse del cuerpo incluso en vida dominando sus
pasiones y alcanzar la idea del bien. Entonces dejará de reencarnarse porqué llegará a su
máximo.

2ª La Interpretación epistemológica: el mundo sensible sólo hay imágenes o sombras de las


auténticas verdades, que sería el interior de la caverna. El mundo exterior a la caverna sería
el mundo ideal simbolizando el sol como la idea del bien. 3ª La interpretación pedagógica y
política: la salida de la caverna representa el duro camino del aprendizaje. Los espacios de
la caverna representan un tipo de saber (imaginación, física, matemática y filosofía o
dialéctica) y la salida de la caverna supone que se han recorrido todos esos saberes y solo
puede haberlos pasado el filósofo. La segunda parte en la que el filósofo vuelve para explicar
a sus compañeros representaría que debe educarlos y gobernarlos porque solo el sabio
conoce el bien, justificando así la teoría del filósofo rey de Platón.

3ª La interpretación pedagógica y política: la salida de la caverna representa el duro camino


del aprendizaje. Los espacios de la caverna representan un tipo de saber (imaginación, física,
matemática y filosofía o dialéctica) y la salida de la caverna supone que se han recorrido
todos esos saberes y solo puede haberlos pasado el filósofo. La segunda parte en la que el
filósofo vuelve para explicar a sus compañeros representaría que debe educarlos y
gobernarlos porque solo el sabio conoce el bien, justificando así la teoría del filósofo rey de
Platón.

2.3. La relación entre el mundo de las ideas y el mundo sensible en Platón


Entre el mundo sensible y el de las ideas existe un abismo (khorismos). Este abismo se utiliza
para explicar las imperfecciones del mundo sensible. A pesar de este abismo existen dos tipos
de relación entre los mundos:

1. La mímesis o imitación son modelos de la realidad, pero la realidad sensible nunca puede
alcanzar la perfección de las ideas. Para explicar esta imperfección Platón crea el Demiurgo
que es una inteligencia ordenadora NO creadora que crea el orden. (Con esta teoría crítica
a los atomistas Demócrito y Leucipo).

2. La participación es la otra posible relación entre los mundos. El bien es la realidad más
perfecta, y participa en el resto de niveles de la realidad. Las realidades más perfectas son
las más próximas al bien. De está forma las imperfecciones se explican con la jerarquía del
ser, siendo las más alejadas las más imperfectas. La participación soluciona el problema de
unidad-multiplicidad.

3. Sociedad, ética y política en Platón


3.1. Jerarquía del saber (sociedad), el bien y la dialéctica
La jerarquía de saberes o ciencias aparece por primera vez en la obra de Platón La república.
La educación consistía en los siguientes niveles que significarían tu clase social. Solo los
Hombres mínimamente adinerados (para adquirir las bases de conocimiento) y en edad de
ser pupilo podrían acceder a aprender las siguientes ciencias:

1º El ciclo elemental comprende las ciencias de la música y la gimnástica. Estás serían para
los integrantes de la clase Productora, la más baja y serían los agricultores y artesanos.

2ºEl ciclo superior comprende ciencias relacionadas con la matemática y serán propias de
la clase de los guerreros.

3º La cumbre de la ciencia y del saber es la dialéctica. Esta ciencia está reservada para los
filósofos y los gobernantes que ocuparán el nivel más alto.

Dentro de la jerarquía del saber hay que atender a la idea del bien. El Bien en Platón se puede
definir como la cumbre de la jerarquía del ser y del saber. El bien es la razón carente de
presupuestos, es decir que va más allá de las ideas y reglas de la lógica. El bien se encuentra
en la cumbre de las ideas y su conocimiento es preparado por la dialéctica. La dialéctica
para Platón tiene 3 significados. A veces se refiere a ella como el arte del discurso para llegar
a la verdad. Se diferencia de la retórica que busca la seducción buscando conmover y de
la erística que busca la polémica y la imposición de argumentos.
Otras utilizan la dialéctica como sinónimo de filosofía o de sabiduría reservada para los
mejores.

Por último, la utiliza como método del conocimiento que nos permite ascender dese
realidades plurales a la unicidad del bien (inducción) o descender desde la unidad del bien
hasta la pluralidad de lo sensible (deducción).

3.2. La ética en Platón


La ética de Platón se basa en su antropología. El hombre está compuesto por dos sustancias,
el alma y el cuerpo. El origen del alma se cuenta en el mito alado o el mito del auriga. En el
mito se habla sobre la estructura del alma, que según Platón está compuesto por tres
aspectos. El auriga representa el aspecto racional del alma. El caballo Blanco representa el
alma irascible, que controla las pasiones nobles y el caballo negro simboliza el alma
concupiscible. El alma viene al mundo para aprender y purificarse mediante la anámnesis.

Este mito caracteriza cada parte del alma con una virtud. El carro o auriga representa la
sabiduría, el caballo negro la virtud de la templanza y el caballo blanco la fortaleza. Por esto
el auriga o carro es la cabeza y deben de ser los filósofos, el caballo negro son las pasiones
innobles y deben ser los productores y el caballo blanco es el pecho y deben de ser los
productores

3.3. La ética individual en Platón


El alma preexiste en el mundo de las ideas y su objetivo es purificarse. Platón nos propone los
siguientes caminos de la purificación:
El primer camino es la ascesis o represión de las pasiones: Platón tiene una concepción
negativa del placer y de la corporalidad (contrario Nietzsche).

El segundo camino es el ejercicio de las virtudes:

1. Sabiduría: virtud propia del alma racional (carro)

2. Fortaleza: virtud propia del alma irascible(caballo blanco)

3. Templanza: virtud propia del alma concupiscible(caballo negro)

4. La justicia es la virtud que armoniza las tres almas.

El tercer camino es el amor, sobre todo el de las ideas no el carnal.

3.4. La ética social


Para Platón los gobernantes deben de ser los filósofos. Estos no deben de tener familia ni
propiedades. Estas ideas se manifiestan en su obra la República. La Timocracia es un gobierno
de clase militar, que según Platón no debe gobernar porque son los guerreros los que deben
defender a la sociedad. La oligarquía es un gobierno de clase adinerada que según el filósofo
no debe tener derecho a gobierno porque el hecho de tener dinero no significa que estén
preparados para ello. La Tiranía es un desorden democrático que el filósofo ya vivió y cree
que no debe gobernar por que usa la demagogia, que es la acción de convencer al resto
con malas artes y no se basa en la sabiduría. La república es la forma de gobierno en la que
el pueblo gobierna, y no cree que tengan el conocimiento suficiente. Y, por último, Platón
crítica la monarquía por el poder hereditario que supone esta. Lo que plantea el filósofo es
una nueva república (filósofo rey) en la que gobierne el más sabio y preparado.

4. Teoría de la reminiscencia o anámnesis


La llamada “teoría de la reminiscencia” de Platón consiste, pues, en afirmar que el
conocimiento en el hombre es innato, que la psyché (alma) del ser humano conoce ya la
verdad antes de encarnarse en un cuerpo, y que la tarea del hombre en la vida es ir
recordando todas las cosas que su mente ya conocía. De esta forma, no es posible para el
hombre ampliar sus conocimientos, puesto que éstos se encuentran en él desde el nacimiento,
sino tan sólo sacarlos a la luz, recordarlos, pero con ayuda de la filosofía. Y aquí hay, claro, un
poco de trampa, puesto que lo que Sócrates saca del esclavo le pertenecía al esclavo, pero
a la vez no podría haber sido descubierto sin el concurso del filósofo. Que es como si el
manager de los Rolling Stones les dijera que ellos no podrían vivir sin él, porque aunque es
cierto que la música la han compuesto ellos, sería imposible que llevaran a cabo ese trabajo
sin su diligente asistencia. Esto, no obstante, es lo que venden muchas escuelas alternativas
a los padres incautos: que van a sacar oro puro del alma de sus hijos, pero cobrando a
cambio seiscientos euros al mes. La respuesta evidente es que si sabes extraer oro de las
cabezas o corazones de las personas, pues empieza con la tuya propia en vez de pedir nada
por hacer ese trabajo con los demás. Por eso, personalmente pienso que es mentira, que
aprender consiste en asimilar lo otro que te encuentras por el hecho de nacer y que es más
bien distinto de ti, porque para conocerte a ti mismo ya tendrás tiempo y tus maestros serán
la familia, los amigos, los libros y las malas pasadas, que mal que bien son gratis y juez y parte
de tus andanzas. Los seres humanos no necesitamos ni ideas innatas, como quería el Platón
joven, ni una tonelada de experiencia, como pensaba su discípulo Aristóteles. En realidad, el
lenguaje nos lo da casi todo hecho. Yo ya sé, con absoluta certeza, que no quiero que me
practiquen una tortura medieval, tan solo con que me sea descrita, y sería absurdo tanto
decir que no lo quiero porque de modo innato un instinto (por cierto, nadie ha definido
“instinto” satisfactoriamente nunca) me aleja del dolor intenso, como decir que, oye, es que
no sabes si te gustará o no el potro hasta que lo pruebes… El lenguaje humano -aún no
conocemos otro- aporta bloques de experiencia sensorial completos sin necesidad de
haberlos actualizado en nuestros propios nervios. Yo nunca me he roto un brazo, pero sé muy
bien lo que debe sentirse cuando notas que se te tronza un hueso; lo sé con la sola
comprensión de la palabra “tronzar”. Si yo escribo aquí “imaginaos que os rebozan una
mierda bien calentita por la barriga” ya está, ya no hace falta decir más para sentir asco. Ese
asco no es ni innato ni propiamente aprendido de una sensación directa, viene con el
lenguaje que todo bebé aprende y funciona de maravilla siempre que hace falta. Si una
persona necesitara tener todas las sensaciones posibles para conocer una cosa, sería preciso
el tiempo de tres vidas humanas tan sólo para asimilar la Gran Vía de Madrid un domingo por
la mañana.
El lenguaje no consiste únicamente en mover glotis y lengua para comunicar deseos, dudas,
exigencias, etc.; el lenguaje es como los riders de Glovo, transporta paquetes de experiencia
de un punto a otro del mundo. Y esto es exactamente lo que se pierden los animales. Como
vimos, en el mito del carro alado del Fedro Platón trataba de pintar imaginativamente cómo
la psyché, que se encontraba libre en el presunto “mundo de las ideas”, es condenada a
encarnarse en un cuerpo por algún tipo de falta cometida. Cuando el cuerpo muere, la
psyché es juzgada –otro mito, el mito de Er al final de La república-: si el veredicto es positivo,
esto es, si ha conseguido purificarse, puede permanecer ya para siempre en el “mundo de
las ideas”; si, por el contrario, no ha obtenido la purificación (catharsis), deberá encarnarse
en sucesivos cuerpos hasta que la consiga. Los estudiosos de Platón se decantan hacia la
consideración de que tal explicación no es sino una alegoría que simboliza la convicción de
Platón de que el conocimiento realmente valioso es innato en el hombre, y que este mundo
de apariencias en que vagamos como sonámbulos no tiene nada bueno que aportarnos. La
ligereza con que dicho mito es tratado, y el hecho de que sólo se plantee en uno de sus
diálogos y de forma marginal, así parece confirmarlo, como he observado antes. Otros
opinan, en cambio, que el concepto tiene una función teórica en su filosofía, y que responde
a la influencia de tradiciones místico-religiosas anteriores como el orfismo, el pitagorismo y la
creencia oriental en la reencarnación. Las dos interpretaciones son ciertas, porque ambas
convergen en el temperamento religioso de Platón. René Descartes, siglos después, también
creerá en el innatismo, pero no ya en la filosofía como terapia –por cierto, en lenguaje médico
“anámnesis” es la información que el doctor obtiene de las declaraciones voluntarias del
paciente. Para Descartes el auto-recuerdo se lo practica uno a sí mismo de manera metódica,
pero solitaria. A mí, que no cuento nada, no me gustan en este aspecto ni unos ni otros, ni
Platón, ni Descartes ni los pedagogos ni Chomsky. Se aprende viviendo, claro que se aprende.
La anámnesis no es más que un modo de mirarse el ombligo, sea por voluntad propia o con
una guía ajena. Lo que sea que haya en ti ya saldrá, lo quieras o no, preocúpate mientras de
medirte y abrazar y sufrir el resto del mundo, que no es precisamente pequeño ni sencillo -
sino ancho y ajeno, según Ciro Alegría.

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