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Asignatura: Derecho Romano

Unidad 2: Sujeto de Derecho y Hechos Jurídicos


Tema 7: Los Hechos Jurídicos

Sesión 11

1. Los Hechos Jurídicos

Podemos afirmar que si bien los romanos no crearon una doctrina general sobre el hecho y el
acto jurídico, eso no quiere decir o significar que no los hayan estudiado, por el contrario, sin
elaborar doctrinas de tipo general, hicieron un estudio suficiente y claro sobre el hecho
jurídico.

1.1. Concepto

Según Uría: “hecho jurídico es un acontecimiento dependiente o independiente de la libre


voluntad humana, en cuanto ejerce influjo sobre el nacimiento, modificación o extinción de
alguna relación jurídica”.

Según Bonfante: “Es cualquier condición de la que la Ley hace depender la adquisición o la
modificación o la pérdida de un derecho; en otros términos, es un hecho que engendra
consecuencias jurídicas.

Según estas definiciones “no todo hecho es un hecho jurídico”, porque existen sucesos
producidos en la naturaleza que no producen consecuencias de derecho, que son simples
hechos de naturaleza; para que sea hecho jurídico o jurigénico es necesario que el
acontecimiento producido dimane consecuencias o efectos de derecho, como el
nacimiento, o la muerte.

1.2. Clasificación de los hechos jurídicos

Se clasifican en:

- Hechos jurídicos en sentido propio.


- Hechos jurídicos voluntarios.

Profesor:Bartolomé Gil
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Los hechos jurídicos en sentido propio: son aquellos acontecimientos, sucesos o eventos
independientes de la libre voluntad humana. En esta categoría de hechos jurídicos se suele
decir que para efecto jurídico, por ejemplo, la adquisición acontece por la ley, ope legis, ipso
iure.

Por ejemplo: la parte de terreno que el aluvión traslada a mi fundo, será en adelante de mi
propiedad, por fuerza de un hecho independiente de mi libre voluntad.

Los hechos jurídicos voluntarios: son aquellos acontecimientos dependientes de la libre


voluntad humana que producen efectos jurídicos.

Otros autores clasifican los hechos jurídicos en: hechos naturales y hechos humanos.

Los hechos naturales: son los dependientes de la voluntad del hombre. Ejemplos ilustrativos son
el nacimiento, la muerte, hechos en los cuales no interviene la voluntad humana.

Los hechos jurídicos humanos: son los antagónicos, los realizados por el hombre, tales como la
compraventa, arrendamiento, comodato, préstamo, en los cuales para su realización y
perfeccionamiento interviene la voluntad del hombre y produce efectos jurídicos.

Bonfante sostiene que los hechos jurídicos o hechos voluntarios se distinguen en: negocios
jurídicos (actos lícitos) y actos ilícitos.

Así, los actos jurídicos lícitos: son los que se realizan en conformidad, en armonía con las
prescripciones del derecho y ordenamiento jurídico vigente.

Los actos ilícitos: son los que se realizan, verifican o celebran, sin cumplir lo establecido por el
derecho, es decir, que no se ajusta a las prescripciones legales. Y como tales constituyen
violaciones, transgresiones, por ejemplo, a la moral, a las buenas costumbres y al orden
público. Los actos ilícitos también se pueden entender como aquellos que producen lesiones o
daños a derechos ajenos culposamente y que la doctrina contemporánea denomina
responsabilidad civil extracontractual.

a. Elementos del acto ilícito

- Violación de un precepto jurídico.

Profesor:Bartolomé Gil
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- La voluntariedad del acto, lo cual constituye la culpa; y
- La lesión de un derecho ajeno, que se llama daño.

- El acto ilícito o delito civil es una cato violatorio a una disposición legal que está sancionado
con una pena. Son aquellos actos que no se ajustan a las prescripciones y prohibiciones de la
Ley.
- La culpa, es falta de diligencia, descuido en la conducta, caracterizada por la realización de
un acto o una omisión que causa a otro un daño que no hubiera tenido lugar de haber
observado el culpable las precauciones o diligencia debida. Se debe tomar en cuenta que la
voluntariedad del acto constituye la culpa, por tanto, la culpa exige capacidad de obrar, de
allí que los enfermos mentales graves (furiosos, locos) o los menores (infantes o impúberes
próximos a la infancia) no pueden incurrir en culpa.

b. Divisiones de la culpa

- Culpa contractual: es aquella que interviene en los actos que son ilícitos, a causa de una
relación particular con la persona perjudicada, ya que tal relación se deriva por lo general de
un contrato.
- Culpa extracontractual: es aquella culpa necesaria en todos los actos ilícitos por si misma.
- Culpa grave (lata culpa): es una negligencia extraordinaria, superior al promedio común, es
decir, no usar la atención más vulgar, o el no entender lo que entienden todos.
- Culpa leve (culpa levis): esta culpa es el no usar la atención propia del hombre regular y
ordenado en la hacienda doméstica. Este tipo de hombre ―continua Bonfante, es para los
romanos el Bonus o diligens pater familias, para nosotros el buen padre de familia―, es decir,
en su significación del latio un hombre honrado, diligente en sus acciones o en su hacienda
agrícola.

Los comentaristas modernos suelen considerarla en dos sentidos:

- Culpa levis in abstracto.


- Culpa levis in concreto.

Algunos autores agregan un tercer grado,

- Culpa Levísima. Es la falta de diligencia que suele poner en sus propios negocios un
parterfamilias muy diligente y cuidadoso.

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- El daño (damnum). Es la lesión de un derecho, el perjuicio o menoscabo que una persona
sufre, bien en su patrimonio, bien en su honor o bienes jurídicos ideales fama, consideración.

c. Clases de daño

- Daño positivo o emergente: cuando existe la lesión del derecho, lo cual implica una
disminución del patrimonio como consecuencia del perjuicio sufrido por la víctima.
- Daño negativo o lucrocesante: en el cual además del daño material sufrido, se presenta la
pérdida de un aumento esperado.
- Daño moral: el patrimonio no es sólo material o pecuniario, sino que involucra una
significación más amplia referente a nuestra integridad personal, al honor o estimación de que
gozamos en el medio social.

d. Los efectos del acto ilícito: resarcimiento del daño

La consecuencia o efecto del acto ilícito es siempre la obligación de indemnizar o resarcir el


daño o la parte lesionada, como también sufrir la pena privada o pública, patrimonial o
personal, cuando el acto constituye un delito.

En relación a los tres grados de culpa propiamente dicha, la base de la responsabilidad es el


criterio del commodum o del Lucrum, es decir, de la ventaja que se saca o no de la relación.

2. El Negocio Jurídico

Los actos jurídicos lícitos, entre los cuales incluimos de manera predilecta los negocios jurídicos,
revisten una importancia considerable ya que a diario los realizaban en Roma los sujetos de
derecho.

2.1. Concepto

Según Juan Iglesias “es una manifestación de voluntad encaminada a la consecución de un


fin práctico permitido y protegido por la ley” (1972, pp. 169-170).

Bonfante, por su parte, define al negocio jurídico “como aquella manifestación de voluntad a
la que la Ley, en las condiciones y en los límites por ella determinados, reconoce la virtud de
producir los efectos jurídicos apetecidos o pretendidos por el sujeto” (1959, p.76).
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2.2. Principios generales relativos a la voluntad de los negocios jurídicos

Para que la Ley le reconozca a la voluntad la virtud de producir efectos jurídicos apetecidos
por el sujeto, en Roma era preciso:

a. Que el sujeto pueda realizar un acto voluntario.


b. Que efectivamente quiera realizarlo.
c. Que manifiesta esta voluntad suya.

En otras palabras, los tres momentos en que se debe considerar el requisito de la voluntad son:

- Capacidad de actuar.
- Volición efectiva (Volo: quiero) y
- Manifestación de la voluntad.

La Capacidad de Obrar, se conoce también como la capacidad de querer, de ejercicio. En


relación a esto la doctrina romanística establece que son capaces los sujetos de derecho, es
decir, las personas que gozan de los tres status: libertatis, civitatis y familiae.

Para que un negocio jurídico sea válido, el consentimiento debe emanar de personas
capaces. La capacidad de las partes es, pues, un elemento esencial a todo negocio jurídico.

La Volición Efectiva, es decir, la conciencia efectiva del negocio que se realiza, que el sujeto
quiera efectivamente realizar el acto. No es necesario, por tanto, advertir la naturaleza jurídica
del negocio mismo.

La Manifestación de la Voluntad; por último, se exige en los negocios jurídicos, que la voluntad
se manifieste, se declare, se exteriorice, se lleve al campo exterior.

En una serie numerosa de negocios jurídicos, la ley romana exigía que la voluntad fuera
manifestada de un modo determinado, con carácter de solemnidad y publicidad, porque de
lo contrario el acto era nulo. Tal manifestación determinada es llamada por los comentaristas
modernos Forma, así el negocio jurídico es llamado solemne o formal.

Profesor:Bartolomé Gil
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