Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Hecho: Es todo cuanto ocurre, cuanto sucede, sea de la naturaleza o del hombre.
1) Hecho material. Es todo cuanto ocurre, pero que no produce efectos jurídicos, como por
ejemplo, estudiar, alimentarse, dormir, etc.
2) Hecho jurídico. Es todo cuanto ocurre y sí provoca efectos jurídicos, como por ejemplo, el
nacimiento y la muerte.
A su vez, el hecho jurídico del hombre puede ser: a) Con intención de provocar efectos jurídicos,
como por ejemplo, testar, contratar, adquirir el dominio; y b) Sin intención de producir efectos
jurídicos (Ej.: cuasidelito).
1ª CLASIFICACIÓN: Positivos: Suponen ocurra algún hecho, como por ejemplo, la celebración de un
contrato que necesita acuerdo de voluntades; y Negativos: No suponen la ocurrencia de un hecho,
como es el caso de la prescripción extintiva.
Víctor Vial del Río define al acto jurídico como “manifestación de voluntad hecha con el propósito
de crear, modificar o extinguir derechos, y que produce los efectos queridos por el autor o las
partes, en virtud de que el derecho sanciona dicha manifestación de voluntad.”
De esta última definición es posible analizar los siguientes elementos:
c) La manifestación de voluntad produce los efectos queridos por el autor o por las partes porque
el derecho la sanciona. La causa eficiente de los efectos del acto jurídico o antecedente generador
de los mismos proviene de la voluntad y la ley: los efectos del acto jurídico derivan en forma
inmediata de la voluntad del autor o de las partes, y en forma mediata de la ley, que permite la
libertad jurídica, cuya expresión es el poder jurídico, la facultad de los particulares para crear las
relaciones jurídicas.
En la misma línea, Rodrigo Barcia, siguiendo a Henry Capitant, define el acto jurídico como “la
manifestación de voluntad formada con la intención de producir efectos jurídicos”. Con todo,
conviene recordar que para él los efectos pueden consistir en crear, modificar, transferir,
transmitir o extinguir una relación jurídica.
Respuesta: 1) Cosas de la esencia: Todas aquellas sin los cuales no produce efecto
alguno o degenera en otro contrato diferente. Dentro de estas cosas de la esencia
existen: a) Elementos de la esencia comunes: voluntad, objeto, causa, que deben estar
presentes en todo acto o contrato; y b) Elementos de la esencia específicos, vale decir,
aquellos propios y característicos de cada acto o contrato (Ej: el precio en dinero, en la
compraventa). Si falta un elemento de la esencia común, el acto o contrato no produce
efecto alguno; si falta un elemento de la esencia específico, degenera en otro diferente.
2) Cosas de la naturaleza: No siendo esenciales en el acto o contrato, se entienden
pertenecerle sin necesidad de una cláusula especial o declaración (Saneamiento de los
vicios redhibitorios).
3) Cosas accidentales: Aquellas que ni esencial ni naturalmente pertenecen a un acto o
contrato, sino que el autor o las partes agregan mediante cláusulas especiales
(modalidades).
3. REQUISITOS DE EXISTENCIA.
Son requisitos de existencia aquellos indispensables para que el acto jurídico nazca a la vida del
Derecho. Si faltan, el acto es jurídicamente inexistente, por lo que no produce efecto alguno.
Son requisitos de existencia: la voluntad, el objeto, la causa y las solemnidades requeridas para la
existencia de acto. Los primeros tres son también elementos de la esencia comunes a todo acto
jurídico; las solemnidades, en cambio, son de derecho estricto y el legislador las exige para ciertos
actos.
4. REQUISITOS DE VALIDEZ.
Son necesarios para que el acto jurídico tenga una vida sana y produzca sus efectos en forma
estable. Su omisión no impide que el acto nazca, pero nace enfermo, con un vicio que lo expone a
morir si es invalidado. Aunque no lo declare expresamente, Vial identifica la nulidad con la
anulabilidad, pues su formulación da a entender que el acto es válido mientras no se declare la
nulidad por sentencia judicial firme. La doctrina moderna, encabezada en esta materia por Jorge
Baraona y Lilian San Martín, critica esta manera de explicar el fenómeno jurídico, pues arguye que
al menos la nulidad absoluta es una sanción que está dada por la ley, siendo la sentencia judicial
meramente declarativa, no constitutiva. El acto, por tanto, es nulo originaria y radicalmente,
desde el momento mismo en que se ha omitido un requisito o formalidad que la ley prescribe para
su valor. En el caso de la nulidad relativa, en cambio, en atención a que sólo está implicado el
interés privado, tendría más sentido hablar de anulabilidad.
Son requisitos de validez: la voluntad exenta de vicios, el objeto lícito, la causa lícita y la capacidad.
5. Siguiendo a la doctrina italiana, el fin perseguido por el autor o las partes de un acto jurídico, al
menos en forma inmediata, es un fin práctico, de contenido socioeconómico.
No obstante, la brecha entre los efectos (fines) que persiguen las partes y los que la ley atribuye a
los actos jurídicos no debiese ser muy pronunciada. En efecto, existe una estrecha relación entre el
fin perseguido por el autor o las partes de un acto jurídico y los efectos que la ley asigna al mismo.
Recordemos que desde la perspectiva de la doctrina italiana, si el fin es merecedor de tutela, el
ordenamiento crea una figura típica a través de la cual se puede lograr la satisfacción de la
necesidad del sujeto, y determina los efectos que producirá el tipo creado, teniendo presente qué es
lo que el sujeto persigue con él.
Los efectos del acto jurídico, entonces, son la visión que tiene el legislador del fin práctico. Es la
conversión de éste a un fin jurídico.
PRINCIPIOO DE IGUALDAD
En materia patrimonial los contratantes se encuentran casi siempre (salvedad hecha en los
contratos de adhesión) en igualdad de condiciones para discutir el contenido del contrato.
Es la obligación de constituirse en garante del daño causado ya sea por el incumplimiento de una
obligación o por la ejecución de un hecho. Existen dos campos de responsabilidad en relación al
hecho ilícito que genera la obligación reparatoria o indemnizatoria: la responsabilidad contractual
(no cumplir oportunamente una obligación derivada de un contrato), y la extracontractual
(comisión de un delito o cuasidelito, dolosa o culposamente, que daña a un tercero)
1547: El deudor no es responsable sino de la culpa grave en los contratos que por su
naturaleza sólo son útiles al acreedor; es responsable de la leve en los contratos que se
hacen para beneficio recíproco de las partes, y de la levísima en los contratos en que el
- 1933: Tendrá derecho el arrendatario (si el mal estado o calidad de la cosa le impide hacer
el uso para que ha sido arrendada) a que se le indemnice el daño emergente si el vicio de
la cosa arrendada tiene una causa anterior al contrato. Y si el arrendador conocía del vicio
no las haya hecho necesarias por su culpa, y que haya dado aviso al arrendador lo más
pronto, para que las hiciese por su cuenta. Si no se pudo dar aviso en tiempo oportuno
modo forzado a aceptarlo, cediendo a instancias del mandante, será menos estricta la
VOLUNTAD: El concepto de voluntad no es pacífico y varía según las distintas tradiciones y/o
cosmovisiones. Así, para algunos, la voluntad puede definirse como la aptitud del alma para
querer algo. Por su parte, la rae la define como la facultad de decidir y ordenar la propia conducta.
Con todo, en general suele ser concebirse como el querer interno de una persona.
Para que la voluntad produzca efectos jurídicos debe cumplir dos requisitos copulativos:
a) Manifestarse.
b) Ser seria.
CAUSA: En doctrina se pueden distinguir dos corrientes: los causalistas y los anticausalistas.
Los causalistas (doctrina tradicional), como es obvio, señalan que el acto jurídico requiere, como
supuesto esencial para su existencia, que tenga una causa. Y para que el acto jurídico sea válido, la
causa debe ser lícita.
En cambio, los anticausalistas postulan que para la existencia del acto jurídico bastan la voluntad y
el objeto.
Desde ya debe prevenirse que muchos causalistas hablan de causa refiriéndose a la causa de la
obligación y otros a la causa del acto o contrato. Al respecto, anticipamos que hoy se acepta la
definición de causa ocasional como causa de los actos y contratos, y la definición de causa final
como causa de las obligaciones.
Existen distintas acepciones sobre la causa:
A) Causa eficiente:
Es el elemento generador del efecto. En este sentido, las fuentes de las obligaciones son su causa
eficiente.
B) Causa final:
Es el fin inmediato o invariable de un acto, o sea, el fin próximo que determina la voluntad a obrar y
que siempre es posible encontrar en la estructura misma del contrato. Es siempre idéntica para todos
los actos pertenecientes a la misma especie.
C) Causa ocasional:
Es el fin lejano y variable de un acto y es de carácter estrictamente personal y psicológico. Es
diferente para cada individuo, ya que es la razón que lo impulsa a celebrar el acto en
determinadas circunstancias. Por eso una misma especie de acto puede tener infinitas causas.
Causa, es el motivo jurídico, que induce a la celebración del acto o contrato (Art. 1467).
*Obs: “Jurídico”, agregado por la doctrina, profesores Sergio Gaete Rojas, Rubén Celis
Rodríguez, Ramón Domínguez Águila, etc.
OBJETO: El artículo 1445 señala que “Para que una persona se obligue a otra por un acto o
declaración de voluntad es necesario: (…) 3º. Que recaiga sobre un objeto lícito”. Luego, el
artículo 1460 indica que “Toda declaración de voluntad debe tener por objeto una o más cosas que
se trata de dar, hacer o no hacer. El mero uso de la cosa o su tenencia puede ser objeto de la
declaración”. El artículo 1461, por su parte, dispone que “No sólo las cosas que existen pueden ser
objetos de una declaración de voluntad, sino las que se espera que existan (…) Si el objeto es un
hecho, es necesario que sea física y moralmente posible”. Los artículos 1462 a 1466, según
veremos, establecen los casos de objeto ilícito. El artículo 1468, en fin, advierte que “No podrá
repetirse lo que se haya dado o pagado por un objeto o causa ilícita a sabiendas”.
En principio, podemos señalar que el objeto es un requisito de existencia del acto jurídico. De
hecho, el Código chileno habla de un objeto de “un acto o declaración de voluntad” (artículo
1445), es decir, de los actos jurídicos en general, y en este punto fue más preciso que el
Código francés, que se refirió al objeto del contrato o convención en el artículo 1108.
En síntesis, si se trata de aludir al objeto del acto jurídico, debemos entender la palabra “objeto”
como sinónimo de finalidad. Corresponde a la acepción de la palabra que el Diccionario de la
Lengua define como “Fin a que se dirige una acción u operación”. En cambio, si nos referimos al
objeto de la obligación, entendemos la expresión “objeto” en su acepción de contenido de las
mismas, es decir, objeto de la obligación referido a la prestación, y objeto de ésta que recae en una
cosa o hecho que, respectivamente, debe darse, entregarse o ejecutarse o no ejecutarse.
Nuestro Código Civil, tanto en el artículo 1438 como en el 1460, entiende que el objeto se refiere a
la prestación. Por lo demás, si se atiende al tenor del artículo 1445, en tanto exige que el acto o
declaración recaiga en un objeto lícito, y se revisan los casos de objeto ilícito, parece más patente
que nuestro Código se refiere al objeto como prestación.
SOLEMNIDADES: Las formalidades se definen como aquellos requisitos que dicen relación con
la forma o aspecto externo del acto jurídico, requeridos por la ley con objetivos diversos y cuya
omisión se sanciona en la forma prevista por el legislador.
Según el fin para el cual se exigen pueden distinguirse varias especias de formalidades y su no
observancia en los actos en que deben concurrir trae sanciones diversas para éstos. Son especies de
formalidades: a) las solemnidades, b) las formalidades habilitantes, c) las formalidades de prueba y
d) las medidas de publicidad.
Las formalidades pueden consistir en instrumentos públicos, instrumentos privados, presencia de
funcionarios públicos y/o de testigos, medidas de publicidad (aviso en los diarios, inscripción en
registros públicos), etc.
161. Formalidades propiamente tales o solemnidades.
A) Solemnidades requeridas para la existencia del acto jurídico:
Son los requisitos externos que exige la ley para la celebración de ciertos actos jurídicos, pasando a
ser la solemnidad el único medio a través del cual el autor o las partes pueden manifestar su
voluntad.
Constituyen un requisito esencial para la existencia del acto jurídico.
Sin embargo, algunos plantean que no constituyen, en verdad, un requisito de existencia
independiente de la voluntad, ya que la solemnidad es la manera de manifestarla.
Si bien en el derecho antiguo lo normal era la observancia de alguna formalidad para que un acto
jurídico produjera efectos, hoy en día la regla es la contraria y lo normal es que los actos jurídicos
sean consensuales (esto deriva de la trascendencia del principio de la autonomía de la voluntad). Por
excepción, hay algunos actos solemnes, siendo la solemnidad un requisito de existencia. Ej.
Compraventa de las cosas enumeradas en el artículo 1801 inc. 2° del Código Civil.
Las solemnidades no se presumen: sólo existen en virtud de texto expreso de la ley. Sin embargo,
los particulares pueden hacer solemne un acto meramente consensual. Así se señala, por ejemplo,
a propósito de la compraventa en el artículo 1802.
ELEMENTOS DE VALIDEZ:
1) VOLUNTAD EXENTA DE VICIOS: Como nos indican Reveco y Martinic, “los artículos 1445 y 1451
exigen no solo que exista la voluntad de obligarse, sino también que dicha declaración de voluntad
(consentimiento en el caso de los contratos) no adolezca de vicios.”
Si bien el artículo 1451 habla de vicios del consentimiento, lo cierto es que más bien debiese
hablarse de vicios de la voluntad; en efecto, por un lado, los vicios pueden afectar perfectamente
a la voluntad del autor de actos jurídicos unilaterales; y, por el otro, incluso en los actos jurídicos
bilaterales, los vicios inciden en la voluntad de quien los experimenta
Los vicios de la voluntad pueden definirse como aquellas circunstancias o elementos que impiden
que la voluntad se manifieste de forma libre e informada.
En otras palabras, un vicio de la voluntad existe siempre que la voluntad negocial se ha formado
defectuosamente. La voluntad jurídica presupone un “conocimiento” suficiente del alcance o
extensión del negocio, de su objeto, de sus circunstancias y, por otro lado, también presupone
“libertad” por parte del sujeto que emite dicha declaración de querer sus consecuencias.
En otras palabras, la representación de la realidad material puede ser falsa, como en los casos de
error o dolo; en dichos casos la voluntad jurídica se manifestará sin un conocimiento adecuado de
la realidad. Por otra parte, si el sujeto no tiene un control de los hechos o actúa determinado por
un apremio ilegítimo, como en el caso de fuerza, su voluntad no se manifestará de manera libre,
pues no deseará realmente las consecuencias de su declaración.
El acto en que falta la voluntad no existe. En cambio, el acto en que incide un vicio de la voluntad,
existe, pero expuesto a ser invalidado;
CAUSA LICITA: No es necesario que el autor o las partes de un acto jurídico expresen la causa. La
ley presume que todo acto jurídico tiene una causa, constituida por los motivos que normalmente
inducen a celebrar las diversas especies de actos jurídicos. Asimismo, la ley presume que el motivo
es lícito. Por tanto, la prueba de la falta de causa corresponde al que la alega.
ILICITA: Cuando está prohibida por ley; es contraria a las buenas costumbres y al orden público.
Cada vez que se alegue la ilicitud de la causa, corresponde al juez indagar por el motivo individual
que indujo a celebrar el acto jurídico. Éste es el motivo real, que puede ser lícito o ilícito, a
diferencia del motivo presunto, que siempre es lícito.
Debe indagar por el motivo que verdaderamente impulsó a las partes a celebrar el acto jurídico,
para lo cual es necesario que se haya manifestado o exteriorizado de alguna forma
3) Convención en que una persona se le paga para que concurra a un remate o subasta pública.
5) Contrato dicotómico entre médicos. (Dicotómico. Práctica condenada por la recta deontología,
que consiste en el pago de una comisión por el médico consultante, operador o especialista, al
médico de cabecera que le ha recomendado un cliente. Dicc. RAE, 2ª Acepción).
OBJETO LICITO: Para la validez del acto jurídico el objeto debe ser lícito. El artículo 1445 así lo
dispone, pero no establece qué debe entenderse por licitud o ilicitud del objeto. Así las cosas, es la
doctrina la que ha dado diferentes conceptos de objeto ilícito:
A) Claro Solar entiende que el objeto lícito es el reconocido por la ley, que lo protege y ampara. A
contrario sensu, objeto ilícito es aquél que no se conforma con la ley, o bien aquél que infringe la
ley o contraviene el orden público o las buenas costumbres. Para esta conclusión el autor se apoya
en los artículos 1461 (respecto de los hechos moralmente imposibles) y 1467 (éste último por
analogía).
B) Eugenio Velasco Letelier entiende por objeto ilícito aquel que carece de cualquiera de los
requisitos que la ley señala al objeto, tanto cuando éste consiste en una cosa como en un hecho.
C) Avelino León señala que objeto ilícito es el que versa sobre cosas incomerciables o sobre hechos
o contratos prohibidos por las leyes, o sobre hechos contrarios a las buenas costumbres o al orden
público. Se apoya en el tenor de los artículos 1464 N°1 y 1466.
D) Para Víctor Vial del Río las cosas no pueden ser lícitas o ilícitas en sí mismas, por lo que el
objeto es ilícito cuando consiste en la ejecución de un hecho ilícito, o en un acto o contrato
prohibido por las leyes (artículo 1466).
Vial señala que las cosas incomerciables no pueden ser consideradas objeto, pues en tal caso,
según su opinión, habría inexistencia. No obstante, el artículo 1464 N° 1 expresamente considera
constitutiva de obje
CAPACIDAD:
Respuesta: Aptitud legal para adquirir derechos (capacidad de goce) y para ejercerlos sin el
ministerio o autorización de otro (capacidad de ejercicio).
2) Incapacidad de ejercicio: Inhabilidad para ejercitar un derecho que se tiene. Esta última puede
ser: a) Absoluta (Arts. 1447, 1682); b) Relativa (Arts. 1682 y 1691); y 3) Incapacidades especiales to
ilícito la enajenación de cosas que no están en el comercio.
-La capacidad de ejercicio es aquella aptitud legal de una persona para obligarse por sí
misma, y sin el ministerio o autorización de otra. (Art. 1445 inc. 2).
MANIFESTACIÓN DE LA VOLUNTAD
Debe manifestarse, vale decir, exteriorizar la voluntad ya sea expresa (declaración, gestos) o
tácitamente (deducida inequívocamente de ciertos actos) En el Código Civil, la manifestación
expresa y la tácita tienen el mismo valor, al igual que en el Código de Comercio (artículo 103
Código de Comercio).
2) Hay casos excepcionales en el derecho en que se le da validez, esto es, cuando la ley
reconoce eficacia jurídica al silencio como manifestación de voluntad;
¿Cuáles son los dos actos necesarios para que se forme el consentimiento?
Respuesta: 1) La oferta (acto jurídico unilateral mediante el cual una persona, el futuro
acreedor o deudor, propone a otra celebrar determinada convención, bastando para que
ésta se perfeccione la aceptación de aquél a quien fue dirigida); y
Respuesta: a) Expresa, vale decir, en términos explícitos. Puede ser verbal o escrita;
Ser hecha durante la vigencia de la oferta. Existen hechos que provocan la no vigencia de
la oferta: retractación, muerte e incapacidad sobreviniente del proponente.
• PREGUNTA Nº 89. ¿Qué teorías existen respecto del momento en que se forma el
consentimiento?
-Teoría del conocimiento (el oferente toma conocimiento de la aceptación. (Art. 1412);
Respuesta: 1ª) Porque las partes deben ser capaces en dicho momento;
4ª) Porque el contrato, si es consensual, produce efectos desde ese mismo instante;
-Los casos en que la voluntad de las partes puede interpretarse por los usos o las
costumbres. (Arts. 1940 y 1944 del Código Civil).
PREGUNTA Nº 74. Clasifique los actos jurídicos según: a) el número de partes cuya voluntad es
necesaria para el nacimiento del acto o contrato, y b) la utilidad que reporte a las partes.
Respuesta: a) Unilaterales (voluntad de una sola parte), como por ejemplo, la emancipación,
aceptar una oferta o testar; y bilaterales (voluntad de dos o más partes), como es el caso de las
convenciones. Arts. 1437 y 1438.
b) Gratuitos o de beneficencia: procuran ventaja o utilidad a una sola de las partes, como por
ejemplo, el testamento o la donación y onerosos: persiguen la utilidad de ambos contratantes,
gravándose cada uno a beneficio del otro, como es el caso del arrendamiento o la compraventa.
El acto o contrato bilateral oneroso se sub clasifica en oneroso conmutativo (Cada una de las
partes se obliga a dar o hacer una cosa que se mira como equivalente a lo que la otra parte debe
dar o hacer a su vez. Ej.: compraventa, sociedad, arrendamiento) y aleatorio (Si el equivalente
consiste en una contingencia incierta de ganancia o pérdida. Ejs.: seguro, juego y apuesta, renta y
censo vitalicio). (Ver Arts. 1440 y 1441).
PREGUNTA Nº 75. Según si el acto o contrato subiste o no por sí mismo, éste se clasifica en
principal y accesorio, y según el modo como se perfecciona en real, solemne y consensual.
Refiérase a cada uno de ellos.
Respuesta: 1) Principal: Subsiste por sí mismo sin necesidad de otra convención. Ej.:
arrendamiento, sociedad.
2) Accesorio: Su objeto es el cumplimiento de una obligación principal, de manera que no
puede subsistir sin ella. Ejs.: hipoteca, prenda, fianza. Estos contratos toman el nombre
de «cauciones». (Art. 1442);
3) Real: Para que sea perfecto es necesaria la tradición de la cosa a que se refiere. Ejs.:
prenda común, depósito, mutuo (Según la doctrina mayoritaria, contrato real es el que se
perfecciona por la entrega y no por la tradición).
4) Solemne: Está sujeto a la observación de ciertas formalidades especiales, de manera
que sin ellas no produce efecto civil. Ejs.: hipoteca, matrimonio, testamento;
5) Consensual: Se perfecciona por el solo consentimiento. Ej.: venta y permuta de cosas
muebles. (Art. 1443).
- De disposición: Los que tienen como fin hacer salir bienes del patrimonio