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Universidad de Panamá

Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

Derecho Romano I

Desarrollo Examen Semestral I

Marubel Martínez
8-716-756

Código de Asignatura: 24847


Código de horario: 1020
1 Análisis del Derecho en su Aspecto Subjetivo
 Referencia a las Doctrinas enunciadas,
 Enunciar aquellos derechos subjetivos que establece la
lectura del Tratado Elemental de Derecho Romano.

El derecho subjetivo en general, como nos refiere el libro es la facultad, el poder

moral de hacer, omitir o exigir. El derecho subjetivo es la razón por la cual existe

una ley escrita, para observancia, protección y cumplimiento de nuestros

derechos innatos. Entre los derechos subjetivos encontramos los derechos

morales imperfectos, son aquellos que no es posible sancionar por ser de orden

sagrado divino, muchas veces son los que originalmente dictan nuestra ética y

conducta en la sociedad; por otro lado tenemos los jurídicos o perfectos ya que

se pueden hacer valer en los tribunales.

Los deberes correlativos de los derechos también pueden ser perfectos o

imperfectos, ya que poseen la misma naturaleza y por esta razón existen

deberes correlativos imperfectos de orden, moral y perfectos de orden jurídico.

“Los derechos son hermanos siameses de los deberes. Por desgracia. Al cabo de
medio siglo, este hecho ha quedado relegado al olvido, por no decir se ha vuelto
inconveniente. Muchos reclaman sus derechos, sin sentirse obligados por los
deberes correlativos”.
JEAN-CLAIDE OYER, COMISIÓN EUROPEA DE DERECHOS HUMANO

Según su objeto y finalidad, distinguimos entre derechos subjetivos relativos o

absolutos donde el Derecho Subjetivo Relativo se hacen valer ante otra persona o

personas concretamente identificadas y el Derecho Subjetivo Absoluto lo hace

ante todas las personas que integran la sociedad. Podemos condensarlo de la

siguiente manera existen derechos que operan como absolutos cuyo grado de
cumplimiento o satisfacción es imperioso, mientras que los derechos que operan

como relativos, son susceptibles de matizar o limitar siempre y cuando la

restricción respectiva tenga un fin constitucionalmente valido. Como la libertad de

movilidad vs los toques de queda ante la emergencia sanitaria nacional. Existen

doctrinas que han estudiado el derecho a lo largo de la historia, tenemos al filósofo

panteísta alemán Hegel, en la época moderna se encuentra representada por

Puchta, Winscheid y Brinz. La filosofía del Derecho humano de Hegel, es una de

las partes quizás más importantes e influyentes de su filosofía. Nos muestra que

el Estado representa el ultimo escalón último de desarrollo del Espíritu objetivo.

Hegel sostiene que la Constitución es el espíritu colectivo de la nación y que

el gobierno es el cuerpo de tal espíritu. Cada nación tiene su propio espíritu

individual. El inconveniente con las teorías de Hegel es el hecho de que no logra

exponer como aquellas personas carentes de voluntad hacen valer sus derechos

intrínsecos

Por otro lado la doctrina de Rudolf Von Ihering la célebre definición de los

derechos subjetivos como «intereses jurídicamente protegidos». El primero de los

dos elementos de esta definición lo designa Ihering como utilidad, ventaja, el

«interés» del el valor o el bien. El primer elemento, «en el que reside el fin

práctico», es el «substancial», mientras que el segundo, «que se relaciona con

aquel fin simplemente como medio», es decir, la protección jurídica, es el

elemento «formal». Y continúa Ihering explicándonos la relación entre uno y otro:

«El primero es la pepita, el grano; el segundo, la cáscara protectora». Dándonos a

entender que el Estado debe procurar el derecho de todos.


1- Diferencias entre Hechos Jurídicos y Negocios Jurídicos.

Actos jurídicos y Hechos jurídicos

El acto jurídico es cuando una persona comete una acción con alevosía y ventaja.

El acto jurídico produce una modificación en las cosas o en el mundo exterior

porque así lo ha dispuesto el ordenamiento jurídico.

Para que se dé el acto jurídico no basta con que haya un sujeto y un objeto con

bastante capacidad, se necesita algo que los ponga en relación, estableciendo un

lazo o un vínculo que los una, haciendo pasar la relación jurídica del estado de

posibilidad al estado de existencia. Este tercer elemento es un hecho, que por ser

productor de efectos jurídicos se denomina Hecho jurídico, cuando tal hecho

procede de la voluntad humana recibe el nombre de acto jurídico. Como por

ejemplo un matrimonio.

Mientras que el hecho jurídico es cuando, por ejemplo: ocurre un accidente de

tránsito y el accidentado fallece, es un hecho ya que transcurrió en un lapso

de tiempo y aunque no fue a propósito, de todos modos tiene consecuencias

legales, es por eso que se llama hecho jurídico. Esto nos lleva a definir el Hechos

Jurídicos como las acciones con consecuencias jurídicas. Se denominan

naturales, ya que se generan espontáneamente, no por la voluntad humana. Se

hace queriendo por parte del individuo aunque puede desconocer las

consecuencias jurídicas.
Se denomina hecho jurídico a un acontecimiento que tiene trascendencia en el

ámbito del Derecho.

Por otra parte, el Negocio Jurídico es el acuerdo de voluntades, mediante el cual

el individuo espera conseguir un resultado jurídico de carácter autorregulador, que

la ley reconoce y protege, ya sea por el solo hecho de la voluntad o voluntades

declaradas.

Tipos de Negocios Jurídicos. Por ejemplo todos los tipos de contratos entre dos

partes.
3- Concepto de Causa en el Negocio Jurídico, en el Derecho Romano la
Causa era un elemento Accidental, hoy día es un elemento esencial para la
conformación del Negocio Jurídico.
La causa no era establecida por los romanos como un requisito de validez de

los contratos o de las obligaciones, en el derecho romano la causa se

encontraba dentro de los elementos accidentales del contrato, como lo eran el

modo, la condición, las arras y la cláusula penal, elementos q si las partes

querían establecerlas la establecían. Lo que si era obligatorio para la validez de

los contratos en Roma era el consentimiento, la capacidad y el objeto.

Los romanos partían del concepto de que, excepto en algunos casos especiales,

no bastaba el simple consentimiento de las partes (pactum, conventio) para

constituir una obligación completa y civilmente eficaz: consideraban necesario que

al consentimiento se agregara, sea una forma especial, sea una prestación

especial, sea, finalmente, un reconocimiento especial del derecho civil o del

honorario. Estos diversos requisitos se comprendían con el nombre genérico de

causa, causa civilium obligationum, causa civilis.

Una de las acepciones en que los jurisconsultos romanos tomaron la-palabra

causa era el motivo jurídico que expresaba la voluntad del concurrente en el acto

de derecho. De manera que en todo acto jurídico podían las partes expresar la

causa o motivo que les impelía para celebrarlo, y si bien, por regla general, no

perjudicaba a la validez del acto la falsedad de la causa, sucedía lo contrario si


diera lugar a ella un error o si se había expresado por vía de condición. La causa,

en el sentido antes expresado; afectaba a los negocios jurídicos de tal modo que,

si ella faltaba, el acto seria nulo, especialmente para aquellos negocios que llevan

su causa en sí mismos, como son los bilaterales perfectos, los contratos reales, el

mandato o los contratos

innominados; pero no sucede lo propio tratándose de negocios en que la causa

reside en relaciones anteriores o posteriores, porque entonces la validez del acto

se impone, aunque exista la voluntad sin causa.

Hasta el siglo XVIII vemos que Jean Daumat decía que la causa es el elemento

esencial de toda obligación. En el siglo XVIII Robert Joseph Pothier dice en su

tratado de las obligaciones, que existe una causa de donde nacen las

obligaciones y que la causa de tales son los contratos, los cuasi contratos, los

delitos y los cuasi delitos, el mismo distingue la causa de la obligación de la

causa del contrato.

A partir del establecimiento del código civil napoleónico es que aparece la causa

como un elemento esencial para la validez de los contratos, donde establecía

cuatro condiciones primordiales para establecer el contrato, el consentimiento,

la capacidad, el objeto y una causa licita en la obligación.


4 Establecer similitudes y diferencias con las obligaciones nacidas QUASI
EX CONTRACTU
Cuando una obligación es engendrada por un hecho licito, o una manifestación de

voluntad unilateral, o aun por ciertas relaciones independientes del hecho del

hombre, pero de tal suerte que no haya ni contrato ni delito, los romanos dicen que

nace quasi ex contractu. Las Instituciones de Justiniano citan las principales Son:

 la gestión de negocio,

 la tutela y curatela,

 la indivisión,

 la aceptación de una herencia,

 el pago de lo indebido.

Pero hay otras de las que sólo indicaremos las más importantes. Los cuasi-

contratos presentan, en general, similitudes con los contratos. Así, la gestión de

negocio se parece al mandato; la indivisión, a la sociedad; el pago de lo indebido,

al mutuum (Préstamo de consumo, es un contrato por el cual una parte trasfiere a

otra la propiedad de cierta cantidad de cosas que son apreciables en peso,

numero, o medida con la obligación de restituir al cabo de determinado tiempo la

misma cantidad de cosa, especie y calidad.) Unos son sinalagmáticos prefectos

como la indivisión, o imperfectos, como la gestión de negocios, la tutela o la

curatela, las obligaciones que de ellos nacen son sancionadas por acciones de
buena fe. Los otros son unilaterales, como el pago de lo indebido, y producen una

obligación sancionada por una acción de derecho estricto.

Actualmente en nuestro Código civil se nos presentan tres tipos de cuasicontratos,

tenemos en el Articulo 1630 al 1636 De la gestión de negocios ajenos, donde nos

dice que aquel que se encarga voluntariamente de administrar los negocios de

otro, debe hacerlo hasta su término.

Los Artículos del 1637 al 1643 Del cobro de lo indebido, donde se nos explica que

cuando se recibe alguna cosa que no había derecho a cobrar, entonces surge la

obligación de restituirla y sus consecuencias y demás.

Finalmente tenemos Del enriquecimiento sin causa, Artículos 1643A al 1643C, que

nos explica que quien se ha enriquecido sin causa (licita), está OBLIGADO a

indemnizar.
5- Establecer en qué consistía el Enriquecimiento sin causa en los CUASI

EX CONTRACTUS.

A través de la historia se ha identificado la figura del enriquecimiento sin causa,

con la actio in rem verso, proveniente del derecho romano, sin embargo, la

institución atiende a un principio universalmente aceptado, que impide el

enriquecimiento injustificado de una persona, a costa del empobrecimiento de otra.

Si bien la actio in rem verso, se tiene como el sinónimo jurídico de la pretensión de

reparación por un enriquecimiento injustificado, en el derecho romano existieron

múltiples posibilidades para restablecer el equilibrio patrimonial quebrantado

injustificadamente, que, aunque no tuvieron el mismo impacto en la tradición

jurídica, como lo tuvo la actio in rem verso, comparten el mismo sentido de justicia

y equilibrio que inspiran al enriquecimiento sin causa como lo son:

1. Condictio ob causam datorum ó condictio causa data causa no secuta. Ante

la imposibilidad de ejecutar forzadamente los contratos celebrados para

liberar esclavos, emancipar hijos o desistir de demandas; en Roma se

otorgaba el derecho a la persona que había pagado para alcanzar tales

fines, a que se le reintegrara lo pagado, en el evento de un incumplimiento.

En este mismo género estaba la Condictio ob turpem causam, establecida

para negocios realizados sobre condiciones inmorales que no podían ser

ejecutadas, Ej. Pago de rescates por personas secuestradas.


2. La Condictio indebiti. Instituida para el que pagaba por error una deuda

inexistente.

3. Condictio ob injustam causam. Creada para cuando la entrega de una cosa

atendía fines contrarios al derecho, como el reintegro de intereses pagados por

encima del tope de usura.

4. Condictio indebiti. Instituida para el que pagaba por error una deuda

inexistente. Entre otras. "Según Mazeaud, el enriquecimiento sin causa es el

tercer cuasicontrato. Este concepto fue tomado junto al pago de lo indebido y a

la gestión de negocios ajenos por los Códigos modernos. Es un principio

aceptado y puede enunciarse como que "nadie puede enriquecerse sin causa

legítima a costa de otro".

Dentro del Código Civil panameño se encuentran los Artículos 1643 A al 1643 C

donde estipulan que la acción de enriquecimiento sin causa en perjuicio de otro,

debe ser indemnizado, la acción prescribe a los cinco años de producidos los

hechos.

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