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filosófico y sociológico.
De acuerdo a Parra, (2004) la legalidad se trata del conjunto de reglas que rigen el
comportamiento de los individuos y las instituciones, proporcionando un marco
normativo que guía la convivencia en una sociedad lo que se relaciona con la
aplicación y el respeto de las leyes, constituyendo el fundamento del Estado de
Derecho en los sistemas políticos.
Jean-Jacques, (2015) por otro lado plantea en su obra "El Contrato Social" que la
legitimidad del gobierno proviene del contrato implícito entre los ciudadanos, su
enfoque destaca la soberanía popular y la voluntad general como fundamentos de la
autoridad legítima. Estas teorías han dejado una marca indeleble en la comprensión
de la legalidad y la legitimidad en el ámbito político.
Wolfgang, (1982), en su obra ‘Max Weber y la crisis del sistema de valores liberal’,
menciona que en la teoría de Max de la autoridad legal racional, la legalidad se basa
en reglas y procedimientos establecidos mientras que la legitimidad implica la
aceptación de la autoridad por parte de los gobernados (1982, pág. 13). Esta distinción
es esencial para comprender cómo las instituciones pueden ser percibidas como
legales, pero carecer de legitimidad, lo que puede dar lugar a tensiones sociales
significativas.
Otro caso notable es la caída del régimen comunista en Europa del Este, simbolizada
por la caída del Muro de Berlín en 1989, aquí países como Polonia, Hungría y
Alemania Oriental tenían legalidad comunista respaldada por estructuras políticas
establecidas pero la falta de legitimidad derivada de la represión política y económica
generó un descontento generalizado por lo que los movimientos ciudadanos y la
presión internacional contribuyeron al colapso de estos regímenes, dando paso a la
reconfiguración política y la transición a sistemas más democráticos (Pichel, 2019).
Estos casos demuestran que las tensiones entre legalidad y legitimidad son inherentes
a la dinámica política y su interacción puede dar lugar a cambios significativos en las
estructuras de poder, los movimientos sociales y las revoluciones a menudo surgen
como respuestas a la percepción de que las instituciones legales carecen de
legitimidad, ya sea debido a la opresión, la corrupción o la falta de representación. Es
importante señalar que el desafío a la legalidad y legitimidad no siempre conduce a
resultados positivos o a una mayor democracia ya que los regímenes autoritarios
pueden surgir como respuesta a la inestabilidad generando nuevas formas de
legalidad respaldadas por la fuerza, pero con una legitimidad cuestionada.
Las teorías de Locke, Rousseau y Weber permiten analizar estas situaciones, Locke
destaca la importancia del consentimiento de los gobernados y la necesidad de que
las acciones gubernamentales se alineen con la voluntad de la población, incluso en
tiempos de conflicto. Rousseau propone la voluntad general como base de la
legitimidad con preguntas cruciales sobre cómo determinar y garantizar esa voluntad
en situaciones caóticas. Por último, Weber, distingue entre legalidad y legitimidad
ofreciendo una herramienta para analizar cómo las instituciones pueden ser percibidas
como legales pero carecer de legitimidad especialmente en tiempos de crisis.
Henry David Thoreau, (1976) en su ensayo "La desobediencia civil", abogó por la
resistencia individual a leyes consideradas injustas, el filósofo argumentó que la
obligación moral de un individuo primaba sobre la obediencia ciega a las leyes,
especialmente cuando estas eran percibidas como instrumentos de injusticia. Desde
esta perspectiva, la legitimidad de las leyes se encuentra en su concordancia con
principios éticos más elevados y la desobediencia civil se convierte en un acto de
resistencia moral.
Por otro lado, Immanuel Kant, (2016) ofrece una perspectiva ética que aborda la
obediencia civil desde un enfoque de deber y moralidad universal, afirmando que la
legalidad y legitimidad de las leyes están intrínsecamente vinculadas a la moralidad,
ya que las leyes deben derivarse de principios éticos universales para ser
consideradas legítimas. En este contexto, la obediencia civil sería ética cuando se
ajusta a principios morales universales, mientras que la desobediencia civil estaría
justificada cuando las leyes contradicen esos principios fundamentales.
Conclusiones y recomendaciones
Referencias:
Kant, I. (2016). Teoría y Práctica, En torno al tópico: "Eso vale en la teoría pero no
sirve de nada en la práctica". Madrid: Alianza Editorial S.A.
McKay, L. (2022). Hacia una cultura del Estado de Derecho. Obtenido de Análisis de
respuestas eficaces a desafíos de justicia y seguridad:
https://www.usip.org/sites/default/files/Hacia-una-cultura-de-Estado-de-
derecho.pdf
Pichel, M. (2019). Por qué cayó el Muro de Berlín y cómo su desaparición cambió el
mundo. Obtenido de BBC News Mundo: https://www.bbc.com/mundo/noticias-
internacional-50214151
Pineda, T. (2019). La Desobediencia Civil una mirada desde Rawls. Cátedra: Revista
Especializada en Estudios Culturales y Humanísticos. Obtenido de
http://portal.amelica.org/ameli/jatsRepo/227/227978015/index.html
Wolfgang, J. (1982). Max Weber y la crisis del sistema de valores liberal. evista de
Sociología, 15, 9-32.