Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Trastornos autoinmunitarios
Problemas vasculares
Su dieta
Sus genes
Primer embarazo
Antecedentes de preeclampsia
Obesidad
Ser afroamericana
Hinchazón de manos y cara o en las áreas alrededor de los ojos (edema periorbitario)
Aumento repentino de peso en un período de 1 a 2 días, o más de 2 libras (0.9 kg) por semana
Nota: se considera normal que se presente algo de hinchazón en los pies y los tobillos durante el
embarazo.
Dolor abdominal en el lado derecho, debajo de las costillas. El dolor también se puede sentir en el
hombro derecho y se puede confundir con acidez gástrica, dolor en la vesícula biliar, un virus
estomacal o patadas del bebé.
No orinar con mucha frecuencia.
Cambios en la visión, incluso pérdida temporal de la visión, ver puntos o luces centelleantes,
sensibilidad a la luz y visión borrosa.
La preeclampsia generalmente se cura dentro de las 6 semanas después de que el bebé nace y sale
la placenta. Sin embargo, puede persistir por más tiempo o incluso empezar después del parto.
Casi siempre, a las 37 semanas su bebé está suficientemente desarrollado para nacer saludable.
Como resultado, el proveedor probablemente querrá que el bebé nazca para que la preeclampsia
no empeore. Se le pueden dar medicamentos para ayudar a inducir el parto o puede necesitar
una cesárea.
Si el bebé no está totalmente desarrollado y usted tiene preeclampsia leve, la enfermedad a
menudo puede manejarse en casa hasta que su bebé haya madurado.
El proveedor recomendará:
Visitas frecuentes al médico para verificar que usted y su bebé estén evolucionando bien.
Medicamentos para bajar la presión arterial (en algunos casos).
Algunas veces, una mujer embarazadas con preeclampsia es hospitalizada. Esto permite que el
equipo de atención médica controle al bebé y a la madre más de cerca.
Usted y su proveedor continuarán hablando sobre el momento más seguro para dar a luz al bebé,
considerando:
Exámenes que muestran que el bebé no está creciendo bien o no está recibiendo suficiente sangre
y oxígeno.
El valor inferior de su presión arterial (presión arterial diastólica) está por encima de 110 mm Hg o
es mayor a 100 mm Hg de forma constante durante un período de más de 24 horas.
Bajo gasto urinario, mucha proteína en la orina y otros signos de que los riñones no están
funcionando correctamente.
Harper LM, Tita A, Karumanchi SA. Pregnancy-related hypertension. In: Resnik R, Lockwood
CJ, Moore TR, Greene MF, Copel JA, Silver RM, eds. Creasy and Resnik's Maternal-Fetal
Medicine: Principles and Practice. 8th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2019:chap 48.
Sibai BM. Preeclampsia and hypertensive disorders. Landon MB, Galan HL, Jauniaux ERM, et
al, eds. Gabbe's Obstetrics: Normal and Problem Pregnancies. 8th ed. Philadelphia, PA: Elsevier;
2021:chap 38.
La eclampsia es una enfermedad que aparece en el embarazo y que se caracteriza por la
aparición de una o más convulsiones generalizadas que no pueden ser atribuidas a otra causa y/o
la aparición de un coma en el contexto de una preeclampsia.
La eclampsia puede aparecer en cualquier momento, desde el segundo trimestre de la gestación
hasta el puerperio. Hace tiempo se pensaba que era el resultado final de la preeclampsia (de ahí su
nombre), sin embargo en la actualidad se considera que las convulsiones son una manifestación
de una preeclampsia grave, más que una enfermedad diferente.
Aunque no se conoce el mecanismo último de las convulsiones, se piensa que son una respuesta
del cerebro (por falta de riego y por hinchazón) al aumento de la tensión arterial de la madre.
En la madre produce:
En un tercio de los casos, las convulsiones se producen sin que se haya detectado una
preeclampsia previa debido a que el aumento de la tensión arterial no llegó a superar los 140/90
mmHg y no se encontraron proteínas en orina.
En el feto produce:
Estabilizar a la madre.
Prevenir nuevas convulsiones. En general la primera convulsión se suele producir en
situaciones en las que no existe un fácil acceso a recibir medicación. Por ello, el
tratamiento se dirige más hacia la prevención de nuevas convulsiones (suelen recurrir en
el 10 % de los casos) que a tratar la convulsión inicial. El fármaco de elección es el sulfato
de magnesio. Su administración intravenosa es más rápida y menos dolorosa que la
intramuscular. El sulfato de magnesio es más eficaz, más barato, más fácil de administrar y
produce menos somnolencia que otros fármacos anticonvulsivantes tradicionales como el
diazepam o la fenitoína. El sulfato de magnesio está contraindicado en mujeres con
miastenia gravis porque puede desencadenar una crisis miasténica. Si a pesar del
tratamiento con sulfato de magnesio se volviera a convulsionar, se puede intentar
administrar más sulfato de magnesio controlando los signos de toxicidad. Si las
convulsiones persistieran se suelen utilizar diazepam o lorazepam.
Tratar la hipertensión grave. Un 10-20% de las muertes maternas por eclampsia se deben
a que padecen una hemorragia cerebral. Los expertos recomiendan tratar la hipertensión
de forma agresiva si las tensiones diastólicas se mantienen por encima de 105-110 mmHg
o las tensiones sistólicas por encima de 160 mmHg. Se debe llevar la tensión hasta
alcanzar valores de 100-105 mmHg de diastólica y de 140-145 mmHg de sistólica. En
hipertensiones arteriales moderadamente elevadas no se ha demostrado una mejora del
curso de la eclampsia ni una disminución de la morbimortalidad perinatal con el
tratamiento antihipertensivo. Así, este tratamiento no se recomienda en elevaciones
moderadas de la tensión arterial.
Iniciar el parto. La eclampsia es una contraindicación absoluta de permanecer a la espera.
Su tratamiento definitivo es el parto, lo que no quiere decir que no se pueda intentar su
inducción vía vaginal. Para decidir el tipo de parto a realizar tras estabilizar a la madre, hay
que tener en cuenta:
si ha comenzado el parto.
En embarazos de más de 32-34 semanas, con cuello del útero favorable, se puede
inducir el parto vía vaginal, evitando siempre inducciones largas (mayores de 24
horas).
Henn MC, Lall MD. Complications of pregnancy. In: Walls RM, eds. Rosen's Emergency
Medicine: Concepts and Clinical Practice. 10th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2023:chap 173.
https://www.redaccionmedica.com/recursos-salud/diccionario-enfermedades/eclampsia
La hemorragia obstétrica (HO) sigue siendo la causa más común de mortalidad materna en todo el
mundo. Corresponde al 50% de las causas de muerte materna, lo que equivale a 530,000 muertes
al año(1). Las diferentes causas de hemorragia obstétrica son la atonía uterina, las anomalías de
placentación, el desprendimiento de placenta, la rotura uterina, el trauma genital quirúrgico y los
trastornos de coagulación. Dentro de los factores de riesgo se han identifi cado: etnia asiática,
edad mayor de 40 años, obesidad, HO previa, embarazo múltiple, anemia, fi ebre, producto
macrosómico, placenta previa, desprendimiento de placenta, trabajo de parto prolongado,
episiotomía, parto vaginal instrumental, cesárea y cesárea previa(2).
La Organización Mundial de la Salud reveló que para el año 2010, la Tasa de Mortalidad Materna
mundial es de 402 muertes/100.000 nacidos vivos, y en la declaración del milenio propuso reducir
a 100/100.000 nacidos vivos para el año 2015 (75%).
De acuerdo a datos que aporta la "Confidencial Enquiries into Maternal Death and Child Health"
(CEMACH), referente de mortalidad para los países desarrollados, las muertes maternas de causa
directa han disminuido de 6.24 /100.000 nacimientos a 4.67/100.000, trienio 2006-2008. Se asume
que esta reducción fue debida a la disminución de muertes causada por enfermedad
tromboembólica, siendo la primera causa de muerte materna la sepsis. Las causas indirectas no
han variado, la cardiopatía continúa siendo la principal causa de muerte indirecta.
I. Medidas generales
II. Resucitación
A. Tratamiento no quirúrgico
3. Radiológico
B. Tratamiento quirúrgico
1. Cirugía conservadora
2. Cirugía radical
I. MEDIDAS GENERALES
II. RESUCITACIÓN
Es restaurar el volumen sanguíneo y mantener la perfusión de los tejidos, para ello se debe seguir
los siguientes pasos:
- Cabeza baja, recostada de lado izquierdo si aún no hubo parto, para evitar compresión
aortocava.
- Acceso venoso Branula 14 o 16, se requiere dos vías, previa toma de hemograma, coagulograma
y pruebas cruzadas, fibrinógeno. (Recomendación-C).
- Líquidos: cristaloides, coloides evitando dextranos para no alterar la agregación plaquetaria (no
exceder 3 a 5 litros) previa transfusión sanguínea. Para iniciar la reposición y expansión del
volumen circulante se puede usar 1000-2000 ml de soluciones cristaloides (Recomendación -A), la
relación es 3:1 (Recomendación -C) o coloides relación 1:1, (Evidencia-1b). La hipotermia aumenta
el riesgo de falla orgánica múltiple y coagulopatía (Evidencia-IV), por lo que los líquidos a reponer
deben estar alrededor de los 37 grados para evitar la hipotermia, (Recomendación -C).
a. Resucitación hemorrágica
b. Resucitación hemostática
Tiempo de protrombina y APTT, < 1.5 tiempos control (Relación Internacional Normalizada RIN <
1.5)
Constituye terapia de elección en hemorragias masivas siempre y cuando la paciente tenga más de
50000 mm3 plaquetas, fibrinógeno de 50 a 100 mg/ dl, temperatura > a 32 grados centígrados, pH
7,2 y calcio normal ionizado, activa la cascada de la coagulación, se une a las plaquetas y formar
depósitos de fibrina; si bien la vida media es de 2 a 6 horas existe riesgo de tromboembolismo
pulmonar y/o arterial, la dosis recomendada 90 mg/kg peso [42].
El uso de factor VII activado recombinante si bien es una alternativa para salvar la vida y ha
disminuido la muerte por hemorragia obstétrica, es costoso y de difícil administración [43].
A. Tratamiento no invasivo
Carbetocina 100 ug, IV previa liberación de receptores con 200 ml de solución fisiológica a
infusión continua por 5 a 6 minutos.
Masaje uterino bimanual, una mano a través de la vagina en puño presionando la pared anterior
del útero y la otra supraumbilical sobre cara posterior del cuerpo uterino.
Taponamiento uterino (efectivo en el 84 % de los casos) [49], el dispositivo más utilizado fue el
catéter Sengstaken Blakemore, Barki [50].
La colocación de un balón (Cobra Cordis 5F) a la arteria iliaca interna a través de la femoral
común, siguiendo la técnica de Seldinger, a una presión1-2atm., se insufla y se deja por 24 horas a
48 horas, con profilaxis antibiótica, este procedimiento es seguro, efectivo y se puede realizar en
pacientes inestables. Es importante contar con el apoyo de un radiólogo experimentado [51].
B. Tratamiento quirúrgico
1. Cirugía conservadora [46-48]. Se recurre a ella si las otras medidas son insuficientes.
Ligadura de Arteria Uterina inmediatamente después del alumbramiento. (Evidencia III). El éxito
es del 90%, más aun si se tiene el dato de placenta ácreta por su alto riesgo de morbi-mortalidad
materna,
Las mujeres sometidas a cualquiera de las ligaduras arriba señaladas tienen probabilidades
mantener su capacidad reproductiva [53].
Balón del Catéter Fogarty, colocado en arteria iliaca interna durante el preoperatorio sin
complicaciones en la cesárea histerectomía [45].
Las suturas de compresión uterina (B-Lynch) [54], son efectivas en el 91% de los casos. Sin
embargo, existe riesgo de necrosis uterina, adherencias intrauterinas y abdominales así como
piometra [55].
Múltiples suturas cuadradas [56]; procedimiento seguro para hemorragia masiva post parto,
asociada a pocas complicaciones de infección, isquemia y adherencias.
2. Cirugía radical
Históricamente la primera indicación para histerectomía fue la atonía uterina actualmente son las
anormalidades de placentación [57, 58]
2. Kane TT, el-Kady AA, Saleh S, Hage M, Stanback J, Potter L: Maternal mortality in Giza,
Egypt: magnitude, causes, and prevention. Stud Fam Plann 1992, 23(1):45-57. [ Links ]
5. http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-89582014000200009