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● TEMAS
Búsqueda de la belleza en todas sus formas:
- Para ello recrean objetos y lugares hermosos, lo exótico y cosmopolita, París, lo
bello, el refinamiento y lo aristocrático frente a la vulgaridad anterior.
- Buscan despertar los sentidos, por lo que atienden a la exterioridad sensible,
presentando sensaciones y emociones intensas.
Intimidad del poeta: manifestando vitalidad (búsqueda de la felicidad) y melancolía
(rechazo de la realidad).
- Recogen la desazón romántica, el malestar y rechazo de la sociedad, el mundo de
las pasiones y el alejamiento de la razón.
- Esto les lleva a la evasión y escapismo en el espacio y el tiempo: países lejanos,
exóticos, orientales...
- Cosmopolitismo: París.
- Amor y erotismo: amores imposibles, experiencias sensuales…
- Temas americanos: indigenismo, búsqueda de las raíces.
- Temas hispánicos: reafirmación frente a lo anglosajón.
● ESTÉTICA
En sí mismo, el modernismo tiene una finalidad estética: el arte por el arte, es el deseo
de armonía y perfección.
- Hay una búsqueda de la belleza, la musicalidad y recursos rítmicos: anáfora,
paralelismo, aliteración…
- Búsqueda de los valores sensoriales (sinestesia), es una literatura de los sentidos,
que pueda sugerir sensaciones (táctiles, olfativas, gustativas).
- Hay un enriquecimiento del idioma mediante palabras coloridas, sonoras y
musicales, cultismos…
● MÉTRICA
Deseo de ritmo.
- Recuperan estrofas clásicas modificando el número de versos o sílabas, con
preferencia por el arte mayor: alejandrinos, dodecasílabos, eneasílabos, sonetos
en alejandrinos (influencia francesa)
- Influencia de la antigüedad clásica: adaptación del metro latino al esquema
acentual del castellano.
● EVOLUCIÓN EN ESPAÑA
Comienza con Salvador Rueda como precursor. En 1896 se publica Prosas profanas de
Rubén Darío, en el que se puede ver el preciosismo formal, pero muy pronto el
Modernismo en España se orienta hacía una menor brillantez externa y un predominio
del intimismo, más simbolista. Sus máximos representantes son Valle Inclán (Sonatas),
Antonio Machado (Soledades) y Juan Ramón Jiménez en su etapa sensitiva.
● REPRESENTANTES
RUBÉN DARÍO
Fue periodista y diplomático, famoso antes de los veinte años y un ídolo para otros
poetas. Murió joven. Persigue la belleza formal posee influencia parnasiana simbolista
piensa que los poetas son seres superiores inspirados por la divinidad con una concepción
aristocrática de la poesía.
Azul... (1888), libro de poemas y cuentos escrito y publicado en Chile, es la primera
revelación del espíritu moderno de Darío. Posee gran influencia parnasianista, ya que
busca la belleza formal: cisnes, hadas, princesas, palacios, mitología… con abundante
adjetivación, cultismos y ornamentación formal.
Su libro de poemas Prosas profanas (1896) fue la consagración de la estética
dariana y creó polémica en torno a sus temas eróticos y fue el que inició verdaderamente
el Modernismo literario. «Si Azul... simboliza el principio de mi primavera, y Prosas
profanas mi primavera plena, Cantos de vida y esperanza encierra las esencias y savias
de mi otoño».
LA GENERACIÓN DEL 98
Sus integrantes son Miguel de Unamuno, José Martínez Ruiz “Azorín”, Pío
Baroja, Antonio Machado, Ramiro de Maeztu y Ramón del Valle-Inclán.
1. CARACTERÍSTICAS
Estos escritores situados entre la Generación del 98 y la Generación del 27 son autores
cuyos objetivos fueron la renovación estética y la creación de un arte y una Literatura
propias del siglo XX, es decir, del novecientos.
● Dejan de lado la queja de los autores del 98 y tratan de hacer un análisis
más riguroso y frío, casi científico de los problemas, para solucionarlos.
● Este grupo de autores, con una sólida formación intelectual y una
expresión artística opuesta a la tradición, vieron en lo europeo un modelo
que se debía imitar para conducir al progreso y la modernización de
nuestra sociedad.
● Antirromanticismo, clasicismo y deshumanización: huida del
sentimentalismo romántico y los adornos modernistas.
● Pretenden solucionar el problema de España desde el poder,
involucrándose en la vida pública a través del periodismo, la docencia, la
política...
2. GÉNEROS Y AUTORES
El Novecentismo supone la consolidación de un tipo de intelectual diferente al
bohemio modernista. Los escritores sienten una gran preocupación por la ciencia y la
educación como factores determinantes para transformar el país (en 1910 se funda la
Residencia de estudiantes, en 1915 la Residencia de señoritas y en 1918 el Instituto
Escuela, que recoge la semilla de la Institución Libre de Enseñanza).
El género más importante es el ENSAYO. La importancia del intelectualismo
determina el cultivo de este género. Destacan autores como Ortega y Gasset, Manuel
Azaña, Eugenio d'Ors, Clara Campoamor o Américo Castro, que van a intervenir
activamente en la prensa, en instituciones culturales, educativas y científicas, y en la
política. José Ortega y Gasset es el principal referente e ideólogo del Novecentismo.
En su obra La deshumanización del arte afirma que el arte moderno es un arte
deshumanizado porque no hace referencia a los sentimientos y es antirrealista. Se trata
de un arte de ideas dirigido a una minoría.
La POESÍA novecentista se suele identificar con la poesía pura: poesía de la
inteligencia, que anhela la perfección formal y pretende que la palabra poética sea el
medio para combatir el tiempo y dar sentido a la vida. El máximo representante es Juan
Ramón Jiménez (Diario de un poeta recién casado)
En esta época la NOVELA sigue en dos líneas principalmente: por un lado, es
una novela de éxito con tintes realistas, y, por otro lado, una novela que pretende
renovar el género continuando los intentos del Modernismo y 98. Esta novela es
minoritaria.
Presenta cuatro tipos fundamentales: el lirismo, Gabriel Miró (Las cerezas del
cementerio), el intelectualismo con Ramón Pérez de Ayala (Troteras y danzaderas), el
humor con Wenceslao Fernández Flórez (El bosque animado) y la deshumanización,
Benjamín Jarnés (Locura y muerte de nadie).
LAS VANGUARDIAS
Con el término VANGUARDIA se designan aquellos movimientos que se oponen
ferozmente al pasado y que proponen ―con sus manifiestos― nuevos caminos para el
arte y las letras y suponen una radical renovación del concepto de literatura y del
lenguaje poético. Los ismos vanguardistas se desarrollan en las primeras décadas del
siglo XX y se suceden en Europa y América a un ritmo muy rápido.
1. CARACTERÍSTICAS
Poseen afán experimental y voluntad de ruptura con respecto al arte anterior;
pretenden desarrollar un arte nuevo y presumen de un marcado antisentimentalismo.
Este afán de originalidad les hará renegar de los valores y formas de expresión
tradicionales de la cultura por lo que buscarán la experimentación de nuevas formas.
2. FINALIDAD
Son movimientos diversos e incluso contradictorios que buscan la provocación
y la polémica, ser rompedores e irracionales. Suelen darse a conocer en las revistas
literarias mediante proclamas o manifiestos en los que atacan lo que consideran el arte
oficial y afirman sus nuevas propuestas estéticas.
―El futurismo fue fundado por el italiano Filippo Marinetti, que en 1909 publicó en
París su primer manifiesto. Admiran los avances técnicos: la velocidad, las máquinas,
la industria, los deportes.
―Dadaísmo ―de “dadá”, imitación de los primeros balbuceos del bebé que,
deliberadamente, no pretende significar nada― fue fundado por Tristan Tzara (1916).
Pretende romper con el arte y la literatura de la corrompida sociedad burguesa, para
recuperar la falta de lógica y la inocencia de la infancia.
Prometeo y fue uno de los mayores representantes del ultraísmo. Destacó por ensayos
como La nueva literatura (1927), donde difundía la nueva estética. Ramón Gómez de
la Serna, director de Prometeo, se encargó de publicar en 1909 el Manifiesto futurista y
la Proclama, que marcarán la historia de la literatura española. Aunque escribió novelas
de temas muy diversos, es conocido sobre todo por sus greguerías, sorprendentes
asociaciones de humorismo y metáfora.
CONTEXTO HISTÓRICO
Federico García Lorca escribió La casa Bernarda Alba en 1936, año trágico que marca el comienzo
de la Guerra Civil. Fue también el año de su muerte, fusilado por tropas franquistas en su Granada natal.
Tras el triunfo de la II República en 1931 se suceden unos años muy convulsos; el 18 de julio de
ese mismo año la sublevación del General Franco contra el gobierno provoca un sangriento conflicto que
durará tres años. [La ayuda exterior (de la Alemania nazi y la Italia de Mussolini al bando franquista), las
tensiones internas y el agotamiento forzaron la derrota del gobierno republicano, a pesar del apoyo recibido
de la Unión Soviética y de las Brigadas internacionales.]
La guerra marcó para siempre la vida y la obra de los autores del 27, condenados a la muerte, el
exilio o el exilio interior.
CONTEXTO LITERARIO Y COMENTARIO
La Casa de Bernarda Alba, obra cumbre del autor, escrita en 1936 en la cima de su carrera literaria, es una
de las muestras más representativas del teatro innovador que pretende triunfar, un teatro en consonancia
con el de los grandes dramaturgos europeos de su época, que no tuvo éxito en España, con un panorama
escénico dominado por obras comerciales del gusto burgués. Se estrenó en Buenos Aires y en otras capitales
europeas en 1945; en España no sería hasta 1950.
La trayectoria de su autor está marcada por su infancia granadina en una familia culta, su formación en
Madrid en la Residencia de estudiantes, su adscripción y relaciones con los miembros de la Generación del
27 y la huella del surrealismo. A partir de 1931 colabora con el gobierno de la II República en un grupo de
teatro universitario, La Barraca, con el propósito de difundir los grandes clásicos teatrales por las tierras de
España. Esta labor como director y escenógrafo le involucra definitivamente con el género dramático.
Partiendo de la tradición teatral española del siglo de Oro y de las vanguardias, desarrolla una
dramaturgia llena de lirismo y de gran trascendencia simbólica.
La obra, inspirada en una familia real vecina de Lorca, cuenta cómo tras la muerte de su segundo marido,
Bernarda Alba impone a sus cinco hijas un período de luto de ocho años. Los conflictos que provoca esta
situación, el ansia de libertad y las pasiones encarnadas en los personajes, se desbordarán a medida que el
encierro se hace patente. Desencadenante de la tragedia será la figura de Pepe el Romano, pretendiente de
Angustias, hija mayor y heredera, pero atraído por la juventud y la belleza de Adela, la menor, y amado, a su
vez, por Martirio.
LCDBA plantea la temática más personal de Lorca: el principio de autoridad, encarnado por
Bernarda, que trae consigo la frustración amorosa y la muerte (el final trágico de Adela), frente al
principio de libertad, encarnado por las hijas, sobre todo por Martirio y Adela, pero, fundamentalmente,
por Mª Josefa, madre de Bernarda; en sus palabras se mezclan locura, verdad y poesía. Sus apariciones
simbolizan los anhelos de las hijas: libertad, matrimonio y maternidad.
Junto a este tema central se pueden señalar otros temas conexos como pueden ser la moral tradicional y
la presión social sobre los individuos, las diferencias sociales, el orgullo de casta, la condición de la mujer
en la sociedad española de la época y la sumisión femenina en el matrimonio.
A partir de la temática descrita, la obra se ajusta a la concepción de Lorca del teatro como “poesía que se
levanta del libro y se hace humana y habla y grita, llora y se desespera”; encarnada por unos personajes
vestidos con “un traje de poesía” y a los que les vemos a la vez “los huesos y la sangre”. Todo ello da lugar
a un universo mítico basado en un realismo poético en el que se conjugan elementos tomados de la realidad,
( una familia vecina, un escenario conocido) y costumbristas, reflejo de usos populares (el duelo, el luto, el
ajuar, la reja, los segadores…), junto con un profundo simbolismo: simbolismo del río y de los pozos
(muerte); frente a la casa familiar, el mar o el campo serán símbolos de libertad; el olivar, el lugar de los
encuentros amorosos; el agua y la sed son vida y anhelos, el vestido verde con el que Adela rompe el luto
presagia su trágico final; el caballo que cocea los impulsos eróticos reprimidos.
El lenguaje es otro de los instrumentos esenciales en la conjunción de realidad y poesía. Por una parte,
nos da impresión de realidad el lenguaje popular, sin caer en vulgarismos fáciles, muy enraizado en el
habla andaluza; por otra, mediante el simbolismo y con abundantes imágenes y comparaciones, Lorca nos
transmite un profundo lirismo.
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La Guerra Civil supuso un corte drástico en la vida cultural de España. Durante la dictadura del
general Franco (1939-1975) diversos factores dificultaron la creación y publicación de nuevas novelas,
principalmente, la censura, el aislamiento internacional y la marcha de muchos de los narradores anteriores.
En la narrativa hasta 1975 podemos encontrar estas tendencias:
1. LA NOVELA DEL EXILIO, AUTORES Y OBRAS
El exilio de numerosos escritores que desarrollaron su creación fuera de España refleja, a pesar de sus
diversas orientaciones, algunos rasgos comunes: el recuerdo de la España anterior a 1936, la añoranza de los
amigos desaparecidos, la reflexión sobre la guerra, la descripción de los nuevos ambientes, el desánimo ante
la certeza del imposible regreso...
Uno de sus principales autores fue Ramón J. Sender. En su extensa obra se encuentran varias
tendencias y temas: narraciones realistas, alegóricas, históricas, autobiográficas, etc. Su obra más destacada
es Réquiem por un campesino español y la serie de novelas Crónica del alba con la Guerra Civil como
elemento importante.
Por otra parte, destaca también la obra narrativa de Max Aub. Su tema principal es el ser humano
como ser social, político y moral. Su producción más considerada es la serie sobre la Guerra Civil y sus
consecuencias, como en Campo de los almendros.
2. LA DÉCADA DE LOS 40: NOVELA NACIONALISTA, NOVELA FANTÁSTICA, NOVELA
EXISTENCIAL Y EL TREMENDISMO
A consecuencia de la guerra, las tendencias artísticas que se habían iniciado en los años anteriores
fueron interrumpidas violentamente, lo que obligó a la nueva generación de novelistas a partir de la nada y
explorar nuevas formas narrativas, inspirándose en la novela realista y naturalista del siglo XIX y, entre sus
contemporáneos, principalmente, Baroja.
Las tendencias de la DÉCADA DE LOS CUARENTA son:
- La novela nacionalista que se acerca a la Guerra Civil desde la óptica de los vencedores. Destacaron en
esta corriente Edgar Neville, con Frente de Madrid; y Torrente Ballester, con Javier Mariño.
- La novela fantástica, donde la fantasía, el humor y la creación de mundos imaginarios constituyeron
recursos para rechazar la cruda realidad: Wenceslao Fernández Flórez, El bosque animado.
- La novela existencial. Esta corriente se aleja de la denuncia social para instalarse en la conciencia
personal del “yo”. De ahí que los grandes temas sean la soledad, la inadaptación, la frustración, la muerte…
Abundan en ella personajes marginados y desarraigados, o desorientados y angustiados, revelando el
malestar del momento. Destacan Nada de Carmen Laforet (premio Nadal 1945, refleja el desencanto ante
una realidad asfixiante a través de una universitaria que va a estudiar a Barcelona) y La sombra del ciprés es
alargada de Miguel Delibes.
- El TREMENDISMO, refleja también la angustia y la desolación propias de la novela existencial, pero
insiste en lo más sórdido y desagradable de la realidad; se inicia con La familia de Pascual Duarte, primera
novela de Camilo José Cela, publicada en 1942. Entronca con la novela picaresca y presenta la
autobiografía de un condenado a muerte.
3. LA DÉCADA DE LOS CINCUENTA: REALISMO SOCIAL Y NEORREALISMO
Las novelas publicadas en los años 50 ofrecen un testimonio crítico de la sociedad española de la
época; las caracterizan la temática social - se desplaza el interés desde el individuo a lo colectivo- y su
adscripción a la tradición literaria del realismo.
Marca este cambio la publicación, en 1951 en Buenos Aires, de La colmena de Camilo José Cela (la
obra fue prohibida en España durante años); en ella el realismo imperante en la década anterior se convierte
en objetivista, en fría reproducción de la vida en el Madrid de la época. Esta obra, origen del realismo
social, se caracteriza por su protagonista colectivo, la condensación temporal y la visión pesimista de las
rutinas y miserias cotidianas de una multitud de personajes que luchan por sobrevivir en un entorno de
soledad y frustración.
Para los autores del realismo social la literatura es un instrumento con el que cambiar el mundo, por
eso el escritor tiene el compromiso de denunciar la realidad del momento: la falta de libertad, las injusticias
sociales y las penosas condiciones de vida de la gente común en la España de posguerra, presentadas desde
un punto de vista crítico. Se trata de novelas que muestran la solidaridad con los humildes. Los temas más
importantes son: la vida del campo, con su duro trabajo y miseria (La zanja de Alfonso Grosso); el mundo
del trabajo y las relaciones laborales, como en Central eléctrica de López Pacheco; el tema urbano y la
miseria de los suburbios (La resaca, de Juan Goytisolo).
[Sin embargo, en el extremo opuesto, se hallan las novelas de la burguesía, en las que se trata el
vacío y el egoísmo de esta clase social, especialmente en los jóvenes ociosos y conformistas (Encerrados
con un solo juguete, de Juan Marsé).]
En cuanto a sus rasgos formales característicos podemos destacar la tendencia al argumento lineal y a
la concentración espacio temporal; la preferencia por el personaje colectivo o representativo; y la objetividad
del narrador; escasez y funcionalidad de las descripciones y un lenguaje sencillo sin gran elaboración
estética (salvo excepciones, como Camilo José Cela), con abundantes diálogos que pretenden reflejar el
habla real.
Por último, el neorrealismo agrupa a una serie de autores que poseen una mayor preocupación
estética y carecen de una voluntad explícita de denuncia; se centran en los valores éticos y en la presencia
cotidiana de la soledad y la frustración. La acción es generalmente escasa y se desarrolla a través de diálogos
coloquiales. En esta corriente se sitúan Carmen Martín Gaite con Entre visillos y Rafael Sánchez Ferlosio
con El Jarama, máxima expresión del objetivismo con sus diálogos.
4. LA DÉCADA DE LOS SESENTA: LA NOVELA EXPERIMENTAL, RASGOS MÁS
SIGNIFICATIVOS, AUTORES Y OBRAS
En la década de los 60, junto al agotamiento del realismo, hay que destacar dos factores que
favorecieron la decisiva modernización de la novela española: el descubrimiento de la novela
hispanoamericana (Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez…); y la influencia de los grandes
renovadores de la literatura universal (Proust, Kafka, Joyce…).
Esta nueva novela se aparta de la política y el compromiso social y se centra en representar la realidad
según su punto de vista, dando más importancia a cómo se narra, que a la historia, con una voluntad de
renovación estética, de experimentar.
Algunos de sus rasgos principales son: frecuentes cambios de perspectivas narrativas; se concede
una gran importancia al monólogo interior; ruptura de la secuencia cronológica y de la división
tradicional del relato (los capítulos son sustituidos por secuencias separadas por espacios en blanco o sin
separaciones y, a veces, se insertan collages o materiales diversos); el argumento es irrelevante; se concede
más importancia al tratamiento de la anécdota. Los personajes son seres en conflicto con su entorno y con
su propia personalidad, los espacios simbólicos y se toman licencias ortográficas y tipográficas.
Los autores más destacados de esta corriente fueron Luis Martín-Santos, con Tiempo de silencio,
donde el subdesarrollo, la inmoralidad, el atraso de la ciencia y el deseo de subir a toda costa en la escala
social presentan un retrato desolador de la época, junto con una profunda renovación de las técnicas
narrativas; Miguel Delibes, con Los santos inocentes o Cinco horas con Mario, en la que introduce
innovaciones narrativas como el monólogo interior que muestra la brecha todavía existente entre “las dos
Españas”; Juan Benet, con Volverás a región, novela experimental compuesta de diversas anécdotas
contadas fragmentariamente, sin orden cronológico; Juan Goytisolo, con Señas de identidad, sobre la
búsqueda del sentido a la vida; y Juan Marsé, con Últimas tardes con Teresa, visión crítica de la burguesía
catalana, en la que emplea las técnicas narrativas experimentales.
También algunos narradores más jóvenes comienzan en esta línea experimental, caso de José María
Guelbenzu, con El mercurio (1967), y Eduardo Mendoza, con La verdad sobre el caso Savolta (1975).
Esta última abre paso a una cierta recuperación de la intriga o «vuelta a la narratividad», ya que desarrolla
una trama de crímenes y amores con el telón de fondo de los conflictos sociales de la Barcelona de
principios de siglo.
UD11 LA NOVELA ESPAÑOLA DE 1939 A FINALES DE LA DÉCADA DE LOS 70.
TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS REPRESENTATIVAS
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2. TEATRO EN EL EXILIO
Foix, Ana Mª Moix o Leopoldo María Panero. Son poetas nacidos tras la guerra, que comienzan a escribir con
una nueva sensibilidad en una sociedad de consumo muy influida por los medios de comunicación. Se inspiran
en los poetas de la generación anterior, en los surrealistas ingleses o franceses, en la nueva poética
hispanoamericana y la música, el cine, la publicidad o el arte contemporáneo.
Entre sus temas encontramos motivos “personales” (la infancia, el amor), junto a cuestiones “públicas” (la
guerra del Vietnam, los conflictos raciales…) con una visión crítica y sarcástica de la sociedad de consumo.
No hacen una poesía de contenidos, sino que lo que les importa, ante todo, es el estilo. buscando un nuevo
lenguaje, con influencia del surrealismo, por su ruptura con la lógica de un mundo absurdo (escritura
automática, versículo y caligramas, metapoesía: que no imita la realidad, sino que crea una ilusión). En este
sentido se habla de una nueva vanguardia, una poesía experimental que se preocupa por renovar la forma del
mensaje y no se detiene ante el riesgo de ser hermética o difícil.
5. LOS ÚLTIMOS AÑOS DEL SIGLO XX Y PRINCIPIOS DEL XXI
Con la llegada de la democracia a partir de 1975 surgirán tantas tendencias poéticas que es casi imposible
establecer una clasificación; se advierte un cambio en los poetas antes citados que frenan los excesos
culturalistas y rupturistas y se inician rutas que conducen a una poesía personal e intimista. Aun así, es difícil
establecer una única línea común en la poesía de los años 80 y 90, porque es posible encontrar representantes
de las poesías más variadas y dispares.
Entre sus rasgos generales están la rehumanización y recuperación del yo, el afán de comunicación y
renovación lingüística, el humor y la ironía, la vuelta al compromiso, la influencia del realismo y la
metapoesía.
Varias son las corrientes que marcarán la lírica de las últimas décadas:
• Poesía de la experiencia: que combina lo cotidiano, la contemporaneidad y la intimidad del poeta con
un léxico sencillo y cotidiano y la recuperación de las formas métricas tradicionales. Destacan Luis
García Montero, Jon Juaristi y Benjamín Prado.
• Poesía del silencio, minimalista, de carácter reflexivo y filosófico, compuesta por poemas breves
donde destacan Clara Janés y José Ángel Valente.
• Otras corrientes son el neosurrealismo, que continua la poesía de los novísimos, con Blanca Andreu y
Ana Rosetti y la poesía épica o coral que hace referencia a la historia y a los mitos del pasado, con
Luis Antonio de Villena.
A partir de 1990 no existe una tendencia dominante, aunque hay una menor presencia del yo poético y se
busca la renovación lingüística. Destacan Ada Salas y Enrique Falcón.
Con el cambio de siglo, los poetas reflejan en sus obras sus inquietudes personales. Tratan temas como la
reflexión sobre el mundo, la libertad y la vida, donde destaca Caballero Bonald y el amor y la pasión con Pere
Gimferrer.
INTRODUCCIÓN
TENDENCIAS NOVELÍSTICAS:
METANOVELA
NOVELA LÍRICA
NOVELA HISTÓRICA
NOVELA CULTURALISTA
NOVELA REALISTA:
Novela del realismo crítico y social
Novela de la memoria
Novela psicológica
Novela mítica y fantástica
Novela expresionista
Novela intimista
EL S. XXI
Tras la muerte de Franco en 1975, la novela se desarrolla en un ambiente de libertad que permite dar a conocer
mejor nuestra literatura en Europa y la difusión de la literatura occidental en España. Esto es debido a la
desaparición de la censura (lo que supone la publicación de novelas españolas prohibidas en nuestro país y
editadas en el extranjero); a la recuperación de las obras escritas en el exilio y al mayor conocimiento de la
narrativa extranjera. Por todo esto la novela de esta época ofrecerá multitud de tendencias, de las cuales,
cada novelista escogerá la propia, sin que haya propuestas colectivas.
En estos años coexisten cuatro generaciones de novelistas:
1. Generación de 1936: Torrente Ballester, Camilo José Cela, Miguel Delibes, José Luis Sampedro.
2. Generación de medio siglo (años 50): Goytisolo, Benet, Marsé, Carmen Martín Gaite.
3. Generación del 68 (años 75) cultiva la novela experimental e intelectual (que tiene su origen en Tiempo
de silencio de Martín Santos) dirigida a un lector culto. Atiende más a la forma que al contenido: no
hay casi argumento, abundan los monólogos interiores y presenta una sintaxis compleja. Destacan:
Eduardo Mendoza, José Mª Guelbenzu y Juan José Millás.
4. Nueva promoción de los 80: Manuel Vicent, Julio Llamazares, Javier Marías, Rosa Montero, Antonio
Muñoz Molina, Luis Landero…
TENDENCIAS NOVELÍSTICAS
1. Metanovela: cuenta una historia y al tiempo, el proceso de creación de la propia novela. Juegos de la
edad tardía de Luis Landero y Papel mojado de Juan José Millás.
2. Novela lírica: centrada en los sentimientos del autor y la reflexión sobre la propia existencia. El
desorden de tu nombre, de Juan José Millás, o La lluvia amarilla de Julio Llamazares
3. Novela histórica: El hereje de Miguel Delibes, así como la saga protagonizada por el capitán
Alatriste, de Arturo Pérez-Reverte, ambientada en el Siglo de Oro; ambientadas en la Guerra Civil,
Soldados de Salamina de Javier Cercas; La voz dormida de Dulce Chacón.
4. Novela de crónicas generacionales: se centran en el pasado inmediato, los años del franquismo, las
manifestaciones antifranquistas, la transición política: José María Guelbenzu: La noche en casa.
5. Novela policíaca y de intriga: este subgénero resurge con especial fuerza; destaca Manuel Vázquez
Montalbán, autor de una serie protagonizada por el detective Pepe Carvalho y Antonio Muñoz Molina
en Beltenebros.
6. Novela culturalista: se ocupa de analizar y explicar diferentes aspectos de la cultura occidental, Juan
Manuel de Prada con Las máscaras del héroe.
7. Novela realista: realismo renovado
• REALISMO CRÍTICO Y SOCIAL. Visión crítica de la realidad de la época: Juan José Millás
en Letra muerta.
• DE LA MEMORIA. Subjetividad y autobiografía evocando el pasado: El cuarto de atrás de
Carmen Martín Gaite.
• PSICOLÓGICA. Análisis interior de los personajes. El río de la luna de José María Guelbenzu.
• MÍTICA Y FANTÁSTICA. Juegos de la edad tardía de Luis Landero
• EXPRESIONISTA. Se aproxima a lo grotesco, al esperpento: El nombre que ahora digo de
Antonio Soler.
• INTIMISTA. Aborda temas como la memoria y la identidad, la soledad, el fracaso o la falta de
sentido vital, Tranvía a la Malvarrosa, de Manuel Vicent.
En el s. XXI la novela continúa cultivando temas diversos: filosóficos, históricos, sociales y políticos o
metalingüísticos, y distintos subgéneros, como el cuento, que se revaloriza en este periodo con autores como
Bernardo Atxaga o Manuel Rivas.