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El Modernismo

El Modernismo es un movimiento estético que se desarrolla entre 1888 y 1914 y


surge a partir de la crisis de fin de siglo; los españoles toman conciencia del atraso
de España con respecto a Europa a partir de la pérdida de sus posesiones de
Ultramar.

El inicio de este movimiento se fija en esa fecha de 1888 porque es el año en que se
publica Azul, el primer libro del poeta nicaragüense Rubén Darío, el máximo
exponente del Modernismo.

Este movimiento aparece como reacción al Realismo y al Naturalismo. Busca


nuevos temas alejados de los gustos burgueses y de la realidad del momento. El
Modernismo prefiere ambientes relacionados con lo misterioso y lo exótico.

Recoge influencias del simbolismo y del parnasianismo, dos movimientos franceses:


El uso de la palabra evocadora, el sentido de la musicalidad, la poesía preocupada
por los aspectos formales, con la conocida “el arte por el arte”. Además, sigue la
influencia de la literatura medieval, de autores hispánicos como Bécquer, y de
autores extranjeros como Poe, Whitman o Wilde.

El Modernismo se proyecta hacia el futuro y servirá de punto de partida a otras


tendencias, como el ultraísmo y el posmodernismo. Igualmente influye en escritores
como los de la generación del 27.

Los modernistas se mostraron rebeldes con los valores establecidos y presentaron


una estética bohemia y extravagante. Estos detalles se extendieron a la literatura,
que presenta las siguientes características:

▪ El desprecio por lo burgués, que consideraban vulgar.


▪ La búsqueda de un arte sensual y refinado, que se dirigía a los sentidos.
▪ La preferencia por los ambientes exóticos y misteriosos, alejados tanto en el
tiempo (Edad Media, Antigüedad clásica) como en el espacio (Oriente).
▪ El gusto por la armonía de la cultura grecolatina.
▪ La renovación de la sintaxis, el léxico, la métrica y el ritmo.

En lo que se refiere a la temática que trataban, los modernistas mostraban desazón


y pesimismo vital, parecido a los románticos, de manera que tomaron de estos
algunos temas y los reformularon desde su propia visión:

▪ Evasión: el rechazo de la realidad les llevaba a buscar mundos exóticos, con


princesas y ninfas.
▪ Cosmopolitismo: los modernistas se sentían ciudadanos del mundo. París
constituía el lugar donde se encontraba el refinamiento y la elegancia que
anhelaban.
▪ Angustia existencial: la amargura del presente, el hastío y la incertidumbre
ante el futuro son tratados con tristeza y melancolía.
▪ Amor y sensualidad: los poetas evocaban a la amada de forma idealizada y
en sus poemas introdujeron referencias sensuales y eróticas.
▪ Lo hispánico: se hace una defensa de lo español para acentuar las
diferencias respecto a la influencia estadounidense.

Por otra parte, la lírica fue el género preferido por los modernistas y en ella
aplicaban la nueva musicalidad que buscaban. Esto les llevó a una renovación del
lenguaje poético y a la adopción de nuevas formas estéticas. Hay en los poetas
modernistas una depurada selección de vocabulario y un uso abundante de
recursos literarios (entre los que destaca la sinestesia). En el léxico se muestra el
gusto por el exotismo, las palabras cultas, la adjetivación referida a los sentidos y
las aliteraciones que añaden musicalidad al verso.

Como hemos mencionado es el poeta nicaragüense Rubén Darío el iniciador del


Modernismo, además de ser uno de los autores más influyentes del siglo XX. En
Azul renueva un lenguaje monótono, dándole plasticidad, armonía y musicalidad.

En la trayectoria poética de Rubén Darío pueden distinguirse también dos etapas:

En el primer período es plenamente modernista y se preocupa sobre todo por la


originalidad del lenguaje. Azul constituye un canto al amor al más puro estilo
romántico; combina la prosa y el verso y abundan las imágenes (con cisnes y
fuentes). Prosas Profanas supone la culminación del modernismo. El amor se
vuelve más sensual. La mujer, inalcanzable, causa dolor en el poeta.

El segundo periodo es más trascendente y reflexivo. El lenguaje es más sobrio y el


poeta expresa sus preocupaciones sociales. Cantos de vida y esperanza, publicada
en 1905, es la obra más significativa de esta etapa.

La lírica modernista fue cultivada por algunos escritores españoles: Antonio


Machado (Soledades), Juan Ramón Jiménez (Arias tristes), Manuel Machado. Y
Valle Inclán, con sus Sonatas constituye una cumbre de la prosa modernista.

Del mismo modo podemos ver la huella de Rubén Darío en muchos poetas
hispanoamericanos de la época como José Asunción Silva, Alfonsina Storni o
Gabriela Mistral.

En conclusión, el modernismo fue un movimiento derivado del simbolismo y el


parnasianismo que, a pesar de su corta vigencia, tuvo una enorme trascendencia en
la historia de la literatura.
Generación del 98

Desde fines del siglo XIX aparecen en España e Hispanoamérica corrientes de


ideas inconformistas, nacen en el seno de la pequeña burguesía, pero poseen un
signo preferentemente antiburgués. En la literatura cunden los impulsos
renovadores, opuestos a las tendencias vigentes (realismo y naturalismo). Pronto se
designó con el término de “modernistas” a los jóvenes escritores animados de tales
impulsos innovadores; pero junto a ellos hay en España otros escritores que se
ocupan de temas del momento histórico en que viven, como la decadencia, la
miseria social o la atonía espiritual. Pertenecen al grupo que será conocido como
“generación del 98”.

Una serie de acontecimientos históricos desembocó en el desastre de la pérdida de


las últimas colonias españolas en 1898. La derrota de España supuso un duro
golpe, ya que se había cultivado la ilusión de una grandeza nacional. El descontento
se observará en el ambiente político, social y cultural del momento.

Fue Azorín quien acuñó el nombre de “generación del 98”, en una serie de artículos
de 1913. Según él, las características que permiten agrupar a tales autores son el
“espíritu de protesta” y “un profundo amor al arte”.

Aunque son muchos los autores que integran este grupo, destacan en la novela
Miguel de Unamuno (Niebla), Pío Baroja (El árbol de la ciencia), José Martínez Ruiz
“Azorín” (La voluntad), en teatro Ramón Mª del Valle Inclán (Luces de Bohemia) y en
poesía Antonio Machado (Campos de Castilla), a los que habría que añadir, no
como creador, sino como estudioso a Ramón Menéndez Pidal. Todos ellos
asistieron a tertulias, colaboraron en las mismas revistas, tuvieron lazos de amistad,
se vieron aunados por el desastre del 98 o protestaron por la concesión del premio
Nobel a Echegaray.

Los escritores del 98 reaccionaron contra la grandilocuencia y el prosaísmo de la


literatura precedente. Se sentían afines a Galdós, Bécquer o Larra; sentían devoción
por clásicos como Fray Luis de León, Quevedo y Cervantes y mostraron también
fervor por la literatura medieval, especialmente por el Poema de Mío Cid, y la obra
de Berceo y Manrique.

El “grupo del 98” sufrió una evolución como tal, desde su juventud hasta la madurez,
pasando por ese “grupo de los tres” en que se encontraban Azorín, Baroja y Maeztu.
En su juventud se observa un espíritu de protesta y rebeldía, que se manifiesta en
política, con ideas revolucionarias. Eran intelectuales antiburgueses principalmente.
El “grupo de los tres” es un episodio interesante en la evolución de estos autores,
que colaboraban en artículos que firmaban con el seudónimo de “los tres”,
deseando intervenir en la dolorosa realidad española. En su madurez, cada autor
fue creándose una fuerte personalidad, por lo que sus ideas políticas y sus
sentimientos estéticos serán muy diversos.

Como rasgos de estilo esenciales en el 98, algunos ya citados, debemos señalar la


creación de una nueva prosa más sobria, el gusto por las palabras tradicionales
(pusieron en circulación un enorme caudal léxico que recogieron de los pueblos y la
literatura antigua), el subjetivismo (de manera que el paisaje, la realidad, la
sensibilidad y la ideología se funden) y la renovación de los géneros (las “nivolas” de
Unamuno, el teatro de Valle Inclán con los esperpentos).

En cuanto a la temática se preocuparon por la situación del país (“dolor por


España”), este amor se combina con el deseo de europeización. Sintieron un gran
interés por Castilla, de la que intentaron revalorizar su paisaje, sus tradiciones y su
lenguaje castizo (Campos de Castilla de Antonio Machado). Relacionado con este
tema encontramos referencias históricas y lo que se llamó “intrahistoria”, “la vida
callada de hombres sin historia” que con su labor diaria hacen la historia más
profunda (en este sentido destacan las obras de Unamuno En torno al casticismo o
Castilla de Azorín). La religión, desde el conflicto y la contradicción hasta las
posturas católicas tradicionales, quedaron reflejadas en las obras Del sentimiento
trágico de la vida o San Manuel Bueno, mártir, todas ellas de Unamuno. Adquirieron
especial relevancia las preocupaciones existenciales (por lo que se les relaciona con
el existencialismo europeo (Nietzsche y Schopenhauer): Camino de perfección de
Baroja, La voluntad de Azorín y Amor y pedagogía de Unamuno).

Para terminar podemos señalar que como movimiento de regeneración social y


política, el 98 fracasó quizás por ofrecer una visión abstracta a los problemas de
España, pero como movimiento literario, se crearon grandes obras tanto en novela y
teatro como en ensayo. Por la diversidad estética de estos autores (en temas y
estilos), resulta difícil definir la generación del 98, pero tenían rasgos literarios
comunes, en cuanto al lenguaje, su visión de la realidad, su sentimentalismo y la
actitud social de sus obras.
LOS MOVIMIENTOS DE VANGUARDIA Y EL NOVECENTISMO

Después del desastre de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) las nuevas generaciones
en Europa defendieron la creación de un mundo nuevo, de un nuevo orden internacional y
de nuevas expresiones artísticas. En España, ese afán por la modernización y la rebeldía se
reflejó fundamentalmente en dos movimientos literarios: el novecentismo y las vanguardias.

Novecentismo

Se denomina así a la obra de un grupo de autores que alcanzan el momento de máximo


esplendor a partir de 1914 (por lo que también se conoce al grupo como Generación del
14). Casi todos comenzaron a publicar coincidiendo con el desarrollo de la Primera Guerra
Mundial.

Encontramos en ellos algunas características comunes: Tienen una sólida formación


académica (saben idiomas, fundan revistas, periódicos, editoriales…), alejados de posturas
radicales se muestran moderados y dialogantes, quieren acercarse a la cultura europea e
impregnarse de ella, están atentos a las novedades artísticas, científicas y literarias que van
apareciendo en Europa y cultivan una literatura culta y exquisita que destinan a minorías
intelectualmente mejor preparadas.

En el novecentismo encontramos en prosa principalmente ensayos y novelas. En la poesía


habrá que destacar la figura de Juan Ramón Jiménez.

En el terreno del ensayo, las figuras más importantes son la de José Ortega y Gasset y
Eugenio D’Ors. José Ortega y Gasset fue el fundador de la Revista de Occidente en 1923, y
desde ella promovió la difusión de las tendencias filosóficas y científicas más importantes de
la época. Entre sus obras se encuentran La rebelión de las masas (en la que propugna que
la sociedad debe estar regida por una minoría selecta) y La deshumanización del arte (con
ideas que influyeron en las vanguardias españolas como la defensa de un arte puro,
deshumanizado).

La novela, por otra parte, es un género minoritario en el novecentismo. Los autores


mencionados a continuación intentarán innovar buscando nuevas técnicas narrativas:
Ramón Pérez de Ayala en A.M.D.G. o Tigre Juan realiza una crítica a la moral tradicional
que influye de forma nefasta en la formación de la juventud. Gabriel Miró escribe una prosa
elaborada y descriptiva. Al autor le interesa la emoción que producen los objetos. Es autor
de El obispo leproso.

La poesía novecentista está representada por Juan Ramón Jiménez (Premio Nobel de
Literatura en 1956), figura fundamental de este período. En su producción, tras un
acercamiento al modernismo, podemos distinguir una etapa llamada intelectual orientada
hacia la poesía desnuda (Eternidades). En su última etapa, denominada suficiente o
verdadera, el proceso de abstracción se intensifica (Dios deseado y deseante). Juan Ramón
Jiménez es considerado el gran renovador de la lírica del siglo XX, que abrió camino a las
vanguardias y a la generación del 27.
Las vanguardias

Hay muchos rasgos comunes entre las vanguardias y el novecentismo. Ambos forman un
movimiento artístico de entreguerras que tiene como finalidad la reacción contra la literatura
anterior, pero se diferencian en que la reacción de las vanguardias es más radical, más
violenta. El nombre fue acuñado durante la I Guerra Mundial para designar las inquietudes
artísticas de la “avanzadilla” cultural europea. Fue uno de los momentos de mayor unidad
entre los artistas europeos. Pero no fue un movimiento unitario, sino que estaba formado
por un gran número de movimientos, que compartían el deseo de crear un arte radicalmente
distinto que rompiese definitivamente con el realismo y acabase con él.

En la literatura, la corriente vanguardista más importante fue el surrealismo. Surgió en


Francia hacia 1924, cuando André Breton publica un manifiesto del movimiento. El
surrealismo buscaba bucear más allá de la realidad y de la lógica. Pretendía liberar y
manifestar los impulsos reprimidos, el fondo inconsciente del ser humano. En la poesía se
empleaba la escritura automática. Mediante esta técnica se transcribía lo que sugería y
dictaba la mente sin que, en teoría, mediara la razón lógica. Así se conseguía una auténtica
expresión libre del lenguaje, con insólitas asociaciones de palabras e imágenes oníricas

Ramón Gómez de la Serna, máximo impulsor de las vanguardias en nuestro país, es


conocido principalmente por sus greguerías, que son pensamientos o frases breves en los
que se combina la metáfora con el humor. Su narrativa es vanguardista, como en El
caballero del hongo gris.

En España adquieren especial relevancia dos corrientes poéticas vanguardistas: el


creacionismo y el ultraísmo. El primero fue un movimiento propugnado por el chileno
Vicente Huidobro; buscaba crear la propia realidad en el poema por medio de imágenes
originales y nunca dichas. Se caracteriza por la ruptura de la realidad visible para crear una
nueva realidad que tuviera sentido en sí misma. Se trataba de “hacer florecer la rosa en el
poema”, no cantarla. El ultraísmo recogió parte de la influencia dadaísta y futurista. Surgió
en España hacia 1919, con el Manifiesto Ultra firmado entre otros por Guillermo de la Torre.
El ultraísmo intentaba resumir en él mismo todas las vanguardias mediante la ruptura del
discurso lógico y la introducción de innovaciones tipográficas. Se renovaron las metáforas,
se exaltaba el mundo moderno y las máquinas, se sustituían los signos de puntuación por
signos matemáticos, se trataba de eliminar lo sentimental y personal. A estos movimientos
se unieron autores como Gerardo Diego.

Otros movimientos vanguardistas importantes fueron el futurismo y el dadaísmo. El


primero nació en Italia, promovido por Marinetti. Ensalzaba el antirromanticismo y la
civilización mecánica y técnica. Propugnaba romper con los cánones estéticos y los temas
del pasado. El dadaísmo toma como nombre una palabra sin sentido, escogida al azar (al
parecer, a partir de una palabra infantil: dadá). Surge gracias al rumano Tristan Tzara en
1916. Como movimiento aspiraba a instaurar una expresión original, absurda y fuera de
toda lógica.

Las vanguardias, en especial el surrealismo, estarán presentes en la obra poética del 27.
Aunque fueran movimientos efímeros y minoritarios, su importancia fue capital en el arte y la
literatura de su tiempo.
LA GENERACIÓN DEL 27

En 1927 se celebró en el Ateneo de Sevilla una reunión para conmemorar el tricentenario


de la muerte de Góngora y a ella acudieron un grupo de autores que sentían admiración por
la forma en que elaboraba el lenguaje el poeta cordobés. Esta fecha sirvió para dar a esos
autores el nombre de Grupo o Generación del 27. Procedentes de la burguesía, su
encuentro fue facilitado por la estancia de muchos de ellos en la Residencia de Estudiantes
de Madrid. Los miembros de este grupo tenían una gran formación intelectual y mantenían
entre sí lazos de amistad que les llevaba a trabajar en colaboración en revistas (Cruz y raya,
Caballo Verde para la Poesía) y actos literarios.

Las principales características de este grupo son la utilización de una lengua muy
elaborada, sintetizan el ideal de poesía pura con el del compromiso social y político,
búsqueda de la belleza mediante el cultivo de la metáfora principalmente y el uso abundante
de imágenes; armonizan el respeto por la tradición literaria (Garcilaso, San Juan de la Cruz,
Góngora, Lope, Quevedo…) con el gusto por la novedad y la vanguardia y, tratan temas
universales (el amor, la vida, la muerte…) y otros relacionados con el espacio urbano y con
el compromiso cívico.

Distinguimos diferentes etapas en la producción poética del 27:

a) Hasta 1927: El magisterio de Juan Ramón Jiménez, el ensayo orteguiano La


deshumanización del arte y la poesía vanguardista los conduce a la poesía pura y culmina
en el homenaje a Góngora.

b) Hasta la Guerra Civil: Proceso de rehumanización de su poesía bajo la influencia de


Pablo Neruda y del surrealismo. La poesía del grupo adquiere un marcado compromiso
social y político.

c) Tras la guerra: Los poetas exiliados adoptan un tono nostálgico, los que se quedaron
orientan su obra hacia una poesía existencial.

A continuación repasaremos los principales autores y obras que se incluyen en la


Generación del 27. Cultivaron principalmente la poesía, pero algunos de ellos escriben
también obras dramáticas y ensayos.

- Federico García Lorca mezcló en su poesía lo popular y lo culto con un estilo personal e
inconfundible. En su obra distinguiremos tanto poesía como teatro. Podemos destacar los
poemas que tratan sobre la Andalucía trágica (Romancero gitano) o la poesía surrealista
(Poeta en Nueva York).

En su obra dramática aparece también un profundo tono trágico y lírico. Los temas
principales serían la frustración, el amor imposible, el deseo insatisfecho y la muerte. La
mujer es la protagonista. El autor presenta un mundo lleno de convencionalismos y violento,
que ahoga la libertad del individuo. Destacaremos de su obra dramática las grandes
tragedias rurales: Bodas de sangre, Yerma  (la tragedia de la maternidad frustrada) y La
casa de Bernarda Alba, que es considerada la mejor de las obras de García Lorca. La
búsqueda de nuevas formas dramáticas lo llevó a escribir obras que sabía irrepresentables
en su momento como El público.

Su asesinato en 1936, al inicio de la guerra supuso un mazazo para todos los intelectuales y
creadores de la época.
La vida y obra de Vicente Aleixandre recorre diferentes etapas, desde el surrealismo a una
mayor reflexión, y resume buena parte de la evolución de los autores de esta Generación
del 27, de la que es uno de los mejores representantes (recordemos que le fue concedido el
Premio Nobel de Literatura en 1977). Su poesía recoge un mundo caótico pero grandioso,
en el que se constata la imperfección humana y el deseo de comunicación con la creación.
Algunas de sus obras son: Sombra del paraíso, Espadas como labios, Historia del corazón.

- Jorge Guillén es el poeta más característico de una “poesía pura” e intelectual en este
grupo. Guillén condensa en su obra sus sensaciones y sus sentimientos a partir de su
experiencia. La unidad de sus versos queda recogida bajo el título Aire nuestro, que consta
de varias obras: Cántico (un poemario vitalista en el que expresa su entusiasmo por la vida
y la armonía de un mundo perfecto), Clamor y Homenaje.

- Gerardo Diego cultiva una poesía de vanguardia (sobre todo creacionista) y una poesía
enraizada en la lírica tradicional y clásica. En la primera se sitúan obras como Manual de
espumas, en la que busca la belleza verbal y la sugestión del lector. En la poesía tradicional
encontramos, por ejemplo, Versos humanos, con estrofas variadas.

- Pedro Salinas plasma su experiencia vital y amorosa en una poesía reflexiva y sobria en
el lenguaje, aunque muy elaborada y cargada de emociones. La obra poética más
importante de Salinas es La voz a ti debida, con una gran carga conceptual. El tema
fundamental es el amor. Como crítico literario y ensayista en El defensor incluye diversos
temas sobre las cartas, el lenguaje o la lectura.

- Luis Cernuda escribe versos en los que recoge el sentimiento amoroso con un tono de
tristeza, además de mostrar su inconformismo en una época llena de prejuicios sociales.
Toda la obra de Cernuda queda reunida bajo el título general de La realidad y el deseo.
Frente a una realidad oscura, Cernuda presenta la idealización y la nostalgia de un mundo
perdido, un paraíso clásico. Poco antes de su muerte, Cernuda publicó Desolación de la
quimera, donde aparecen como temas fundamentales el recuerdo de España y la juventud
perdida.

- Rafael Alberti es autor de una lírica variada en la que podemos observar la presencia de
una vena popular o clásica, la poesía surrealista y el verso comprometido. Entre sus obras
destacan Marinero en tierra (en el que aparece el recuerdo del mar), Cal y canto (de corte
gongorino y estrofas clásicas) y Sobre los ángeles, que muestra su angustia interior con
inquietantes imágenes surrealistas.

- Dámaso Alonso, profesor, crítico y teórico de la literatura, forma parte de este grupo
poético, pero su obra más trascendente la escribe durante la dictadura franquista, por lo que
lo estudiamos en la literatura posterior.

Mencionar la obra poética de Josefina de la Torre o Concha Méndez que, aunque tuvieron
una relación muy estrecha con el grupo del 27 y participaron en las mismas actividades, son
mucho menos conocidas.

Para concluir, fue una generación trágicamente marcada por la guerra civil; con todo, con
los años, lograron mantener los puentes necesarios para continuar con el fructífero
intercambio intelectual que ha llevado a este periodo a ser conocido como edad de plata.
Nos encontramos ante un texto _____________ cuyo ámbito de uso es periodístico.

COHERENCIA

El tema es _____________________________ y presenta una estructura


___________ en la que podemos detectar ______ partes (explicar).

ADECUACIÓN

La función del lenguaje predominante es __________ ya que la intención del autor


es _________. Utiliza para ello un tono _____ mediante un registro ____________.
Presenta los siguientes rasgos de objetividad/subjetividad (ejemplos).

COHESIÓN

La cohesión está asegurada por distintos mecanismos como el campo léxico


asociativo en torno a _______ (ejemplos), sinónimos (ejemplos), antónimos
(ejemplos), familia léxica (ejemplos), hipónimos o hiperónimos (ejemplos), marcas
deícticas (ejemplos) y conectores (ejemplos)
PERÍFRASIS VERBALES

Perífrasis verbal = V. Auxiliar ± R + verbo (principal) en forma no personal


PERÍFRASIS VERBALES ejemplos

MODALES De obligación Haber de + Has de lavarte


infinitivo Tener Tienes que lavarte
que + infinitivo Debes lavarte
Deber + infinitivo
Deben de ser las
De suposición o Deber de + dos Viene a ser el
infinitivo Venir a doble Puedo
duda De + infinitivo oírle

probabilidad Poder + infinitivo

ASPECTUALES Ingresivas Ir a + infinitivo Va a empezar el


(acción próxima a Pasar a + infinitivo acto Paso a
comenzarse) Estar a punto de + explicar
infi. Está a punto de salir

Incoativas Echarse a + Se echa a correr


(acción en su inicio) infinitivo Ponerse Se puso a cantar
a + infinitivo Rompe a hervir
Romper a +
infinitivo

Durativas Seguir + gerundio Sigue cantando


(acción en su proceso Estar + gerundio Está nevando
dedesarrollo) Andar + gerundio Anda haciendo el
Venir + gerundio vago Vengo
Ir + gerundio notándolo
Va murmurando

Resultativas Acabar de + Acabo de


(acción concluida) infinitivo Llegar a bañarme Llegó
+ infinitivo a saberlo todo
Dejar + participio Lo dejó dicho
Tener + participio Tengo sabida la
Llevar + participio lección Llevo
Quedar + participio parado un mes
Quedó resuelto

Reiterativas y Soler + infinitivo Suelo cantar


frecuentativas Volver a + infinitivo Vuelvo a reír
(señalan
repetición o
acciones
habituales o
frecuentes)
Lecturas 2º bachillerato

1ª evaluación San Manuel Bueno, mártir, de Miguel de Unamuno


Opcional: La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela
2ª evaluación La casa de Bernarda Alba, de García Lorca
Opcional Nada, de Carmen Laforet
3ª evaluación Los santos inocentes, de Miguel Delibes
Opcional: Las bicicletas son para el verano, de Fernando Fernán Gómez

La lectura opcional sumará hasta 0.5 puntos siempre y cuando la nota de la


evaluación sea 5 o más de 5

Trabajo personal (1 punto)


Bloque 1: 1.1.1, 1.1.2, 1.2.1, 1.3.1, 1.4.1, 1.4.2, 1.4.3, 1.4.4, 1.4.5 (0.5 p.)
Bloque 2: 2.3.1, 2.3.2 (0.5 p.)
Examen comentario (3 puntos)
Bloque 2: 2.1.1, 2.1.2, 2.1.3, 2.1.4, 2.2.1,2.2.2, 2.2.3, 2.3.1, 2.3.3, 2.4.1, 2.4.2, 2.4.3
(2.5 p.)
Bloque 3: 3.3.1 (0.5 p.)
Examen morfosintaxis (2 puntos)
Bloque 3: 3.1.1,3.1.2, 3.2.1, 3.2.2, 3.3.2, 3.4.1, 3.5.1, 3.5.2, 3.6.1, 3.6.2,3.6.3,3.6.4,
3.6.5, 3.6.6,
3.7.1, 3.8.1, 3.9.1, 3.9.2
Examen literatura (3 puntos)
Bloque 4: 4.1.1, 4.2.2, 4.4.1, 4.5.1
Examen lectura (1 punto)

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