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-BIOGRAFÍA
- TEMÁTICA
- TRAYECTORIA POÉTICA:
A través de una conjunción entre lo narrativo, lo descriptivo y lo reflexivo, su obra comprende tres
etapas:
1) Etapa modernista “Soledades, galerías y otros poemas”(1903 y 1907). Está dentro del
Modernismo intimista (expresión de sus emociones). Le interesa apresar -dice- “los universales
del sentimiento”: el amor, el paso del tiempo, la conciencia de la muerte, Dios...Muestra al poeta
de lo interior, de la soledad de la melancolía por la fugacidad de la vida y los paraísos
perdidos. Es una poesía simbolista: la tarde, el camino, el río, un árbol son símbolos de
realidades profundas, de estados de ánimo o de obsesiones íntimas.
- SU ESTILO: Lo más característico del estilo de Machado es el simbolismo. Las frases son breves
y de estructura sencilla y la adjetivación, abundante y con gran valor connotativo. Utilizó estrofas
tradicionales como el romance; una de sus composiciones preferidas fue la silva arromanzada. Más
adelante utilizó estrofas populares -soleares y coplas- y también el soneto.
2 ÉPOCA INTELECTUAL, POESÍA DESNUDA O PURA (desde 1916 hasta 1936): arranca con la publicación
de su “Diario de un poeta recién casado”. En esta etapa los rasgos modernistas han desaparecido y Juan Ramón
concibe la poesía como un medio de conocimiento de la realidad. El poema se desnuda buscando la sencillez y
prescindiendo de lo anecdótico. Crea una poesía cada vez más conceptual y difícil. Él mismo se enorgullece de la
dificultad y proclama el carácter minoritario de su poesía comprensible, dice, sólo para un grupo de elegidos, una
minoría. Entre los temas más trabajados en esta etapa destaca el mar y el deseo de eternidad a través de la poesía.
OBRAS: Diario de un poeta recién casado (1916), Eternidades (1918), La Estación Total (1923-36)
B) - GENERACIÓN DEL 27
Recibe el nombre de Generación del 27 el grupo de escritores y de
poetas que se dan a conocer a partir de 1920: Pedro Salinas, Jorge
Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, García Lorca, Vicente
Aleixandre, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Emilio Prados y Manuel
Altolaguirre. En 1927 se reunieron en Sevilla para hacerle un homenaje
a Góngora, autor cordobés del S. de Oro y al que ellos admiraban.
Todos ellos coinciden en tres aspectos fundamentales:
A lo largo de la trayectoria común de los poetas del 27, se pueden trazar tres etapas,
correspondientes a distintas orientaciones poéticas:
a) Poesía pura. Hasta 1929, sus preferencias poéticas se inclinan por el rechazo de los temas
humanaos y por la concepción del poema como un artefacto elaborado con precisión,
destinado a desencadenar emociones intelectuales. La metáfora y la imagen desempeñan un
papel esencial en la construcción del poema. La influencia de Juan Ramón Jiménez se advierte
en sus poesías y se despierta la admiración por Góngora. Las consecuencias de este concepto
de poesía son el hermetismo y la dificultad. Por otra parte, en esta poesía pura se puede incluir
también la asimilación de la lírica popular. Las formas métricas tradicionales (romances,
sonetos, coplas…) se ponen al servicio de una poesía estilizada de temas humanos, como el
amor y la muerte. (Marinero en tierra, de Alberti o Libro de poemas, de Lorca).
c) La Guerra Civil y el exilio. Al declararse la guerra en julio de 1936, todos los poetas del 27
se vieron afectados. Lorca moriría asesinado al mes siguiente y los demás se marcharon al
exilio. Sólo Gerardo Diego, Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre permanecieron en España,
donde los dos últimos tendrán un papel decisivo en el desarrollo de la poesía de posguerra.
Tras el desconcierto y el dolor iniciales causados por el conflicto civil y el destierro, los
poetas recuperarán poco a poco su voz antigua o la modificarán en función de las nuevas
circunstancias. En los años finales de su vida, la vejez, la soledad y la nostalgia irán tiñendo
los poemas con matices diversos. La concesión en l977 del Premio Nobel de Literatura a
Vicente Aleixandre es la confirmación de la plenitud poética de un grupo que ha dado una
nueva Edad de Oro a la lírica española.
VI
Fue una clara tarde, triste y soñolienta —No sé qué me dice tu copla riente
tarde de verano. La hiedra asomaba de ensueños lejanos, hermana la fuente.
al muro del parque, negra y polvorienta... Yo sé que tu claro cristal de alegría
La fuente sonaba. ya supo del árbol la fruta bermeja;
Rechinó en la vieja cancela mi llave; yo sé que es lejana la amargura mía
con agrio ruido abrióse la puerta que sueña en la tarde de verano vieja.
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave Yo sé que tus bellos espejos cantores
golpeó el silencio de la tarde muerta. copiaron antiguos delirios de amores:
En el solitario parque, la sonora mas cuéntame, fuente de lengua encantada,
copia borbollante del agua cantora cuéntame mi alegre leyenda olvidada.
me guió a la fuente. La fuente vertía —Yo no sé leyendas de antigua alegría,
sobre el blanco mármol su monotonía. sino historias viejas de melancolía.
La fuente cantaba: ¿Te recuerda, hermano, Fue una clara tarde del lento verano...
un sueño lejano mi canto presente? Tú venías solo con tu pena, hermano;
Fue una tarde lenta del lento verano. tus labios besaron mi linfa serena,
Respondí a la fuente: y en la clara tarde dijeron tu pena.
No recuerdo, hermana, Dijeron tu pena tus labios que ardían;
mas sé que tu copla presente es lejana. la sed que ahora tienen, entonces tenían.
Fue esta misma tarde: mi cristal vertía —Adiós para siempre la fuente sonora,
como hoy sobre el mármol su monotonía. del parque dormido eterna cantora.
¿Recuerdas, hermano?... Los mirtos talares, Adiós para siempre; tu monotonía,
que ves, sombreaban los claros cantares fuente, es más amarga que la pena mía.
que escuchas. Del rubio color de la llama, Rechinó en la vieja cancela mi llave;
el fruto maduro pendía en la rama, con agrio ruido abrióse la puerta
lo mismo que ahora. ¿Recuerdas, hermano?... de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
Fue esta misma lenta tarde de verano. sonó en el silencio de la tarde muerta.
XI
XIII
LIX
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una fontana fluía Anoche cuando dormía
dentro de mi corazón. soñé, ¡bendita ilusión!,
Di, ¿por qué acequia escondida, que un ardiente sol lucía
agua, vienes hasta mí, dentro de mi corazón.
manantial de nueva vida Era ardiente porque daba
de donde nunca bebí? calores de rojo hogar,
y era el sol porque alumbraba
Anoche cuando dormía y porque hacía llorar.
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazón; Anoche cuando dormía
y las doradas abejas soñé, ¡bendita ilusión!,
iban fabricando en él, que era Dios lo que tenía
con las amarguras viejas, dentro de mi corazón.
blanca cera y dulce miel.
XCVII: RETRATO
A distinguir me paro las voces de los ecos,
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y escucho solamente, entre las voces, una.
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla; ¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi historia, algunos casos que recordar no quiero. mi verso, como deja el capitán su espada:
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido famosa por la mano viril que la blandiera,
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—, no por el docto oficio del forjador preciada.
más recibí la flecha que me asignó Cupido, Converso con el hombre que siempre va conmigo
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario. —quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, mi soliloquio es plática con ese buen amigo
pero mi verso brota de manantial sereno; que me enseñó el secreto de la filantropía.
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
Adoro la hermosura, y en la moderna estética el traje que me cubre y la mansión que habito,
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard; el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
mas no amo los afeites de la actual cosmética, Y cuando llegue el día del último vïaje,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar. y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
Desdeño las romanzas de los tenores huecos me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
y el coro de los grillos que cantan a la luna. casi desnudo, como los hijos de la mar.
CXXX: LA SAETA
(XXIX) (XLIV)
De “Arias tristes”
Yo me moriré, y la noche NOCTURNOS
triste, serena y callada, 4
dormirá el mundo a los rayos ¿ Quién pasará mientras duermo,
de su luna solitaria. por mi jardín ? A mi alma
Mi cuerpo estará amarillo, llegan en rayos de luna
y por la abierta ventana voces henchidas de lágrimas.
entrará una brisa fresca *
preguntando por mi alma. Muchas noches he mirad
No sé si habrá quien solloce he visto quimeras blancas.
cerca de mi negra caja, *o
o quien me dé un largo beso desde el balcón, y las ramas
entre caricias y lágrimas. se han movido y por la fuente
Pero habrá estrellas y flores Y he bajado silencioso...
y suspiros y fragancias, y por las finas acacias
y amor en las avenidas he oído una risa, un nombre
a la sombra de las ramas. lleno de amor y nostalgia.
Y sonará ese piano *
como en esta noche plácida, Y después, calma, silencio,
y no tendrá quien lo escuche estrellas, brisa, fragancias...
sollozando en la ventana. la luna pálida y triste
dejando luz en el agua...
De “La soledad sonora” De “Poemas mágicos y dolientes”
Pájaro errante y lírico, que en esta floreciente PRIMAVERA AMARILLA
soledad de domingo vagas por mis jardines, Abril venía, lleno
del árbol a la yerba, de la yerba a la fuente todo de flores amarillas:
llena de hojas de oro y caídos jazmines…, amarillo el arroyo,
amarillo el vallado, la colina,
¿qué es lo que tu voz débil dice al sol de la tarde el cementerio de los niños,
que sueña dulcemente en la cristalería? el huerto aquel, donde el amor vivía.
¿Eres, como yo, triste, solitario y cobarde,
hermano del silencio y la melancolía? El sol ungía de amarillo el mundo,
con sus luces caídas;
¿Tienes una ilusión que cantar al olvido? ¡ay, por los lirios áureos,
¿una nostaljia eterna que mandar al ocaso?,
¿un corazón sin nadie, tembloroso, vestido el agua de oro, tibia;
de hojas secas, de oro, de jazmín y de raso? las amarillas mariposas
sobre las rosas amarillas!
Y se quitó la túnica.
y apareció desnuda toda...
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!
Si yo, por ti, he creado un mundo para ti, Esta conciencia que me rodeó
dios, tú tenías seguro que venir a él, en toda mi vida,
y tú has venido a él, a mí seguro, como halo, aurora, atmósfera de mi ser mío,
porque mi mundo todo era mi esperanza. se me ha metido ahora dentro.
Yo he acumulado mi esperanza
en lengua, en nombre hablado, en nombre escrito; Ahora el halo es de dentro
a todo yo le había puesto nombre y ahora es mi cuerpo centro
y tú has tomado el puesto visible de mi mismo: soy, visible,
de toda esta nombradía. cuerpo maduro de este halo,
Ahora puedo yo detener ya mi movimiento, lo mismo que la fruta, que fue flor
como la llama se detiene en ascua roja de ella misma, es ahora la fruta de mi flor.
con resplandor de aire inflamado azul,
en el ascua de mi perpetuo estar y ser; La fruta de mi flor soy, hoy, por ti,
ahora yo soy ya mi mar paralizado, dios deseado y deseante,
el mar que yo decía, mas no duro, siempre verde, florido, fruteado,
paralizado en olas de conciencia en luz y dorado y nevado, y verdecido
y vivas hacia arriba todas, hacia arriba. otra vez (estación total toda en un punto).
Todos los nombres que yo puse sin más tiempo ni espacio
al universo que por ti me recreaba yo, que el de mi pecho, esta
se me están convirtiendo en uno y en un dios. mi cabeza sentida palpitante,
El dios que es siempre al fin, toda cuerpo, alma míos
el dios creado y recreado y recreado (con la semilla siempre
por gracia y sin esfuerzo. del más antiguo corazón).
El Dios. El nombre conseguido de los nombres.
Dios, ya soy la envoltura de mi centro,
de ti dentro.
FEDERICO GARCÍA LORCA ( Fuente Vaqueros, Granada, 1898- Víznar, Granada 1936)
CANCIÓN DE JINETE ARBOLÉ ARBOLÉ
Arbolé arbolé
seco y verde.
Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
Aunque sólo sea una esperanza
porque el deseo es pregunta cuya respuesta nadie sabe.
De “Los placeres prohibidos”
DDD
UN POETA MUERTO (F.G.L.) El insulto, la mofa, el recelo profundo
Leve es la parte de la vida Ante aquel que ilumina las palabras opacas
Que como dioses rescatan los poetas. Por el oculto fuego originario.
Así como en la roca nunca vemos El odio y destrucción perduran siempre
La clara flor abrirse, Sordamente en la entraña La sal de nuestro mundo eras,
Entre un pueblo hosco y duro Toda hiel sempiterna del español terrible, Vivo estabas como un rayo de sol,
No brilla hermosamente Que acecha lo cimero Y ya es tan sólo tu recuerdo
El fresco y alto ornato de la vida. Con su piedra en la mano. Quien yerra y pasa, acariciando
Por esto te mataron, porque eras El muro de los cuerpos
Verdor en nuestra tierra árida Triste sino nacer Con el dejo de las adormideras
Y azul en nuestro oscuro aire. Con algún don ilustre Que nuestros predecesores ingirieron
Aquí, donde los hombres A orillas del olvido.(…)
En su miseria sólo saben (De La realidad y el deseo)