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C-4472-2007

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FOJA: 586 .- .-

NOMENCLATURA : 1. [40]Sentencia
JUZGADO : 23º Juzgado Civil de Santiago
CAUSA ROL : C-4472-2007
CARATULADO : RUFF FERRES ENRIQUE/LONZA LAZO

Santiago, treinta y uno de Enero de dos mil doce

Vistos,
A fojas 1, don Enrique Adolfo Ruff Ferrés, ingeniero comercial, domiciliado en
Avenida El Cerro n° 0738, Providencia, deduce demanda de nulidad de contratos, en juicio
ordinario de mayor cuantía, en contra de don Víctor Gabriel Lonza Lazo, ingeniero
comercial, domiciliado en el edificio ubicado en calle Navidad n° 1217, Vitacura, y en
Llano Subercaseaux n° 3153, San Miguel; de Inmobiliaria Santa Bárbara, del giro de su
denominación, representada indistintamente por doña María Isabel Guerra Poblete, factor
de comercio, y por don Peter Ernesto Dragícevic Cariola, factor de comercio, éste como
administrador de Inversiones Isla de Brac S. A., todos domiciliados en Avenida Américo
Vespucio n° 633, Huechuraba, y en calle Golfo Darién n° 10200, Las Condes; de Servicios
Financieros Arauco y Franklin S.A., antes Inversiones El Cerro S.A., del giro de su
denominación, representada por don Víctor Gabriel Lonza Lazo, ya individualizado, y por
don Maximiliano Enrique Gálvez Morales, ingeniero comercial, todos domiciliados en
Llano Subercaseaux n° 3153, San Miguel, el Sr. Lonza Lazo además en calle Navidad n°
1217, Vitacura, y el Sr. Gálvez Morales en Avenida Américo Vespucio Sur n° 840, Dpto.
504, Las Condes; de Paseo Franklin S. A., sociedad constructora e inmobiliaria,
representada por don Víctor Lonza Lazo, ya individualizado, domiciliados en Llano
Subercaseaux n° 3153, San Miguel, y el Sr. Lonza Lazo también en calle Navidad n° 1217,
Vitacura, y en contra de El Toltén S. A., sociedad comercial, representada indistintamente
por don Víctor Lonza Lazo, ya individualizado, y por don Santiago Augusto Lonza Lazo,
ingeniero comercial, todos con domicilio en Llano Subercaseaux n° 3153, San Miguel, y el
Sr. Santiago Lonza Lazo también en calle La Brabanzón n° 2766, Dpto. 702, Providencia, a
fin de que se declare la nulidad absoluta de la red de actos y contratos suscritos por el
demandado Víctor Gabriel Lonza Lazo, por sí, o a través de sociedades propias y de
terceros vinculados, por los cuales ha pretendido sustraer de su patrimonio los derechos de
propiedad que tenía sobre el predio denominado Fundo Santa Rosa de Chihuío, procurando
con ello impedir el cumplimiento del traspaso de los mismos al actor, conforme ordenó la
sentencia arbitral firme y ejecutoriada que resolvió los conflictos societarios que mantenía
con el demandado don Víctor Lonza Lazo, actos y contratos que adolecerían de causa
ilícita, como también de simulación absoluta, y que producirían su total ineficacia jurídica.
Funda su pretensión en que, ante el Juez Árbitro señor César Serani Martelli, se
tramitó entre el demandante, por una parte, y el demandado don Víctor Lonza Lazo y las
sociedades Transportes Maihue Ltda. y Complejo Agro Forestal Chihuío Ltda., por otra, un
juicio iniciado el 12 de Junio de 2000, en que se demandó el cumplimiento, por parte de los
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demandados, de diversos acuerdos que adoptaron con el demandado Sr. Víctor Lonza en el
año 1999, destinados a dividir el patrimonio que se fue formando entre ambos con motivo
de negocios que llevaron adelante en conjunto durante aproximadamente veinte años,
siendo condenados los demandados a diversas prestaciones por sentencia definitiva de 4 de
junio de 2002, la que fue recurrida de casación en la forma y queja, recursos rechazados por
la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago el 3 de diciembre de 2004, y sin que
prosperaran los nuevos recursos interpuestos para ante la Excma. Corte Suprema, quedando
ejecutoriada así la sentencia arbitral.
Agrega que los documentos en que constaban los acuerdos cuyo cumplimiento
motivó la interposición de la acción ante el Juez Árbitro, fueron principalmente: a)
“Acuerdo de División de Negocios”, instrumento privado de 21 de enero de 1999; b)
“Bases y Acuerdos para la División y Adjudicación de los Bienes de Propiedad de los
señores Víctor Lonza Lazo y Enrique Ruff Ferrés”, instrumento privado de 7 de septiembre
de 1999, protocolizado el 10 de septiembre de 1999 en la Notaría Pública de doña María
Angélica Zagal; c) documentos sobre valorización que las partes hicieron respecto de los
diversos bienes, protocolizados en la misma notaría el 13 de septiembre de 1999; d)
“Convenio de Adjudicación de Activos debidamente Valorizados”, de 18 de octubre de
1999, protocolizado en esa fecha en la misma notaría, y e) “Testimonio de Cumplimiento
Parcial de Obligación, Prórroga de Plazo y acuerdos que señalan”, instrumento privado de
20 de diciembre de 1999, suscrito ante la misma notario.
Indica que dentro de los bienes que fueron objeto de la liquidación y división de bienes y,
consecuencialmente, del arbitraje, se comprendió el Fundo Santa Rosa de Chihuío,
adquirido por el actor junto con el demandado Sr. Víctor Lonza en partes iguales, por
escritura pública de 4 de Agosto de 1983 otorgada ante el Notario Público de La Unión, don
Emilio Osnovikoff, por la suma de $16.000.000, equivalentes a esa fecha U.F. 9.729,64.-, e
inscrito a fojas 593 n° 968 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de
Río Bueno, año 1983, reinscrito a fojas 409 n° 480 del Registro de Propiedad del
Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, año 1994. Dicho fundo, cuyos roles de avalúo
son los números 60-39 y 60-50 de la comuna de Futrono, tiene una superficie aproximada
de 6.000 hectáreas, y se encuentra constituido por dos retazos o sectores singularizados
como: a) Un predio dentro del Fundo Chihuío ubicado en la subdelegación de Filudo,
comuna de Lago Ranco, hoy Futrono, y cuyos deslindes señala, y b) Un retazo de terreno
ubicado en el Fundo Chihuío, cuyos deslindes también indica.
Añade que, en los documentos antes indicados, se convino un procedimiento para
avaluar los diversos bienes para posteriormente adjudicárselos entre ellos, con derecho a
formular cada uno ofertas a partir de la tasación previamente realizada. Así, la avaluación
del Fundo Santa Rosa de Chihuío le correspondió efectuarla al demandado Sr. Víctor
Lonza, previo sorteo de listas, quién lo tasó en la suma equivalente a U. F. 37.743,42.-,
incluyendo otros derechos de muy pequeña entidad y valor, monto que por efectos de la
oferta que tenía derecho a formular el demandante Sr. Ruff, en beneficio directo de su
contraparte, se tenía que elevar en un 10%, por lo que el valor del predio ascendió a U. F.
41.517,76.-, suma por la cual le fue adjudicado el predio al actor, correspondiendo de ella
un 85% al Fundo Santa Rosa, o sea U. F. 35.290.-, cifra correspondiente a la valorización
comercial del citado inmueble, establecida conforme al procedimiento señalado. Valor que,
a su juicio, deja en evidencia la ilicitud de causa y objeto, como así también la simulación
absoluta, de que adolecen los contratos objeto de impugnación.
Agrega que el fundo le fue adjudicado en su integridad, de modo que considerando
que le pertenecía el 50% de los derechos del predio, el demandado don Víctor Lonza debía
transferirle el 50% de los derechos de propiedad sobre el inmueble, de los que era titular.
Así las cosas, con fecha 17 de diciembre de 1999, celebró una promesa de compraventa por
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la totalidad del Fundo Santa Rosa de Chihuío, ante notario público don Juan Ricardo San
Martín, con la sociedad Inversiones y Comercial Santa Paula S. A., fijándose el precio del
predio en la suma de U. F. 35.112 UF, tercero independiente que ratificó el valor comercial
asignado al predio por el demandado Sr. Víctor Lonza en septiembre de 1999. Refiere que,
por otra parte, al celebrarse dicha promesa se pagó la totalidad del precio de venta –dinero
que mediante el endoso del documento de pago entregado, destinó íntegramente a pagar al
Sr. Víctor Lonza parte importante del alcance producido en su favor conforme al
procedimiento fijado de común acuerdo—, y haciendo entrega material del fundo a la
promitente compradora, tenencia material que mantenía, conforme constaría en la cláusula
7° del documento denominado “Testimonio de Cumplimiento Parcial de Obligación,
Prórroga de Plazo y Acuerdos”, de 20 de diciembre de 1999.
Expone que, atendido el incumplimiento por parte del Sr. Víctor Lonza y sus
sociedades, de las obligaciones acordadas, en particular, de la transferencia del 50% de los
derechos sobre el Fundo Santa Rosa de los que era titular, se vio en la necesidad de
demandar su cumplimiento ante el juez árbitro Sr. Serani, acciones que fueron acogidas en
la sentencia arbitral, disponiendo, en lo pertinente, en el párrafo 4°, letra c) de su parte
resolutiva lo siguiente “4.- Que se acoge la demanda en cuanto a que el señor Víctor Lonza
Lazo y/o las personas jurídicas que en cada caso se indican, se encuentran obligadas al
cumplimiento de las obligaciones que se expresan a continuación: C) Don Víctor Lonza
Lazo debe cumplir con su obligación de transferir el bien que en el proceso de división
aparece nombrado e individualizado como Fundo Santa Rosa de Chihuio”.
Agrega que, no obstante ser dicho Fundo uno de los objetos directos del juicio arbitral en el
cual el demandado Sr. Víctor Lonza Lazo fue emplazado legalmente y compareció
formulando sus descargos, oponiendo las excepciones y ejerciendo los recursos que estimó
pertinentes, con el interés y finalidad de sustraerse del cumplimiento de una sentencia que
advertía como adversa, urdió una estrategia para, en apariencia, sustraer de su patrimonio
los derechos de propiedad que tenía sobre el predio, radicándolos en sociedades propias,
pretendiendo con ello impedir el cumplimiento del fallo arbitral que ordenó la transferencia
de dichos derechos a la propiedad del actor, y en primer término transfirió los derechos a la
sociedad Inmobiliaria Santa Bárbara Ltda., por escritura pública de 8 de enero de 2002,
otorgada ante notario público don Hugo Pérez Pousa, inscrita el 27 de marzo de 2002, a
fojas 153 n° 232 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Los
Lagos, año 2002, respecto de uno de los predios que forman parte del Fundo, y con fecha
primero de abril de 2002, a fojas 157 n° 239 del mismo Registro, Conservador y año,
respecto del otro. Venta aparente realizada antes de dictarse sentencia en el juicio arbitral,
por el ínfimo precio de $14.000.000, equivalente a U. F. 860,87 UF, suma menor al 5% de
la avaluación realizada por el mismo demandado en septiembre de 1999, contrato que
adolecería de nulidad absoluta por causa y objeto ilícito y por haber sido absolutamente
simulado, teniendo por único objeto impedir el cumplimiento de la sentencia que se dictare
en su contra y evitar que el juez decretara entre tanto prohibición de transferirlo. Informa
que luego se realizaron nuevas ventas entre sociedades del mismo demandado. Así,
Inmobiliaria Santa Bárbara Ltda. transfirió los mismos derechos a Inversiones El Cerro
S.A., por escritura de 8 de abril de 2002, otorgada ante Notario Público don Hugo Pérez
Pousa, e inscrita a fojas 252 n° 390 respecto de uno de los predios del fundo, y a fojas 252
n° 391 el otro predio, ambos del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces
de Los Lagos, año 2002, fijándose el precio en la suma de $16.000.000, equivalente a U. F.
860,87.-, o sea, menos del 5% del valor que el propio Sr. Lonza le asignó al inmueble,
considerando sólo el 50% del total. Por su parte, Inversiones El Cerro S. A., llamada
después Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A., transfirió los derechos sobre el
fundo a Paseo Franklin S. A., por escritura pública de 17 de marzo de 2005, ante la notario
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público doña María Gloria Acharán, inscribiéndose a fojas 497 n° 650 respecto de una parte
del Fundo, y a fojas 497 n° 651 respecto del otro predio, ambos del Registro de Propiedad
del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, año 2005, fijándose el precio en la suma
de $18.000.000.-, equivalente a U. F. 1.046,11.- que corresponden a 5,6% de la tasación
hecha por el referido demandado. Finalmente, el demandado Sr. Víctor Lonza, a título
personal, por escritura pública de 21 de junio de 2006, extendida ante notario público de
San Miguel, don Abner Poza, declaró vender nuevamente la mitad de sus derechos en el
Fundo Santa Rosa de Chihuío, equivalentes a un 25% del total del predio, a la sociedad El
Toltén S.A., absolutamente controlada por él, inscribiéndose a fojas 487 n° 695 y a fojas
488 n° 696 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, año
2006, fijándose el precio en la suma de $10.800.000, equivalente a U. F. 595,37.-, inferior
al 7% del valor de tasación hecha por el demandado, considerando el 25% de dicho valor
total asignado.
En cuanto a la nulidad absoluta de la compraventa celebrada entre el demandado
Víctor Lonza y la sociedad Inmobiliaria Santa Bárbara Ltda., que impetra, señala que el 8
de enero de 2000 se suscribió ante el notario público don Hugo Pérez Pousa una escritura
pública en la que compareció el demandado señor Víctor Lonza, como vendedor, y la
Inmobiliaria Santa Bárbara Ltda., representada por don Peter Dragicevic, como
compradora, declarando que el primero transfería a la segunda la totalidad de sus derechos
en el Fundo Santa Rosa de Chihuío, por el precio de $14.000.000.- pagado de contado,
compraventa realizada antes de dictarse sentencia en el juicio arbitral, suma equivalente
sólo a U. F. 860,87.-, ínfima en relación a la avaluación comercial que el mismo
demandado hizo del predio en septiembre de 1999, por instrumento protocolizado el 13 de
septiembre de ese año en la notaría de doña María Angélica Zagal. Así la compradora
habría pagado no más del 5% de su valor comercial. Dicha compraventa se inscribió a fojas
153 n° 232 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, año
2002 (inscripción practicada el 27 de marzo de 2002), respecto de uno de los sectores que
forman al predio total, y a fojas 157 n° 239 del mismo Registro y Conservador (practicada
el 1° de abril de 2002) en cuanto al otro sector.
Como fundamentos sustanciales de la solicitud de nulidad absoluta por causa ilícita,
cita los artículos 1467, 1682, 1683 y 1687 del Código Civil, que transcribe, y doctrina
nacional, específicamente a don Arturo Alessandri Besa y su obra “La nulidad y la rescisión
en el Derecho Civil Chileno”. Al respecto, señala que el aparente contrato de compraventa
impugnado adolece de ilicitud de causa, desde que el vendedor don Víctor Lonza Lazo, el
día de su celebración (8 de enero de 2002), tenía pleno conocimiento que conforme los
acuerdos adoptados en 1999, en el marco del proceso de división de los negocios, quien
debía quedar como único dueño del Fundo Santa Rosa de Chihuío, comprado en común
varios años antes, era el demandante de autos, de modo que aquel debía transferirle su 50%
para que ello se materializara jurídicamente. Además, de conformidad a los mismos
acuerdos, el predio total fue valorizado por el mismo demandado Sr. Víctor Lonza, y
considerando el incremento de 10% de la oferta del actor para los fines de su transferencia,
en U. F. 45.517,76.-, en base al acabado conocimiento que el referido demandado tenía del
predio en cuestión, explotado en comunidad y bajo RUT asignado a éste, desde entonces y
hasta aproximadamente el año 1995, especialmente en la parte maderera. Agrega que, ante
el incumplimiento del demandado Sr. Lonza de su obligación de transferir, el demandante
accionó, en su oportunidad, en su contra y ante el juez árbitro don César Serani, reclamando
el cumplimiento, siendo el Fundo Santa Rosa objeto directo de la Litis, procedimiento que
estaba tramitándose al 8 de enero de 2002, fecha de celebración del contrato, puesto que el
fallo se dictó en junio de 2002, acogiendo ésta y otras peticiones del actor en contra de los
demandados en el arbitraje. Así, igualmente el demandado señor Lonza declaró transferir
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sus derechos a una sociedad en que participa con un 70% del interés social y que es
administrada por un íntimo amigo suyo, pariente político y socio en otros negocios, en un
precio ínfimo de tan sólo $14.000.000, suma desproporcionada conforme a su real valor
comercial, que no llega al 5% del precio de avaluación realizado por el propio demandado,
valor ratificado por la promesa de compraventa celebrada con el tercero independiente
Inversiones y Comercial Santa Paula S.A. Añade que la sociedad Santa Bárbara carecía de
patrimonio suficiente para comprar los derechos sobre el fundo en su real valor comercial,
de modo que si el demandado recurrió a Santa Bárbara fue porque dicha sociedad se prestó
para aparentar la compraventa y sacar los derechos de su patrimonio para permitirle eludir
así el cumplimiento de su obligación de transferirlos al actor.
Así, queda en evidencia que la motivación psicológica del demandado Sr. Lonza no
fue reemplazar en su patrimonio un bien, consistente en los derechos que valían U. F.
17.644.-, por otro equivalente (dinero y/o dinero y crédito por ese monto) sino sacarlo a
como diere lugar de su patrimonio y con ello impedir o que se prohibiera su enajenación
mediante una medida precautoria, o bien, como finalmente se hizo, eludir la obligación que
tenía de transferirle sus derechos conforme se había obligado contractualmente, y como se
declaró finalmente por el juez árbitro. Dicha motivación, añade, es inmoral y tiene como fin
último perjudicar a un tercero como es el actor, al impedírsele incorporar a su patrimonio lo
que contractualmente le correspondía, conforme a lo acordado y lo ordenado por el juez
árbitro designado de común acuerdo, por lo que, de conformidad al citado artículo 1467, es
constitutivo de causa ilícita, por ser contrario a las buenas costumbres, y hace presente que
el perjuicio causado aumenta cada día como consecuencia de la promesa de compraventa
que sobre el fundo suscribió, convención de la que siempre ha estado plenamente
informado el demandado en cuestión, toda vez que el precio pagado por dicho contrato fue
endosado íntegramente a él, en cumplimiento a los alcances producidos en su favor.
Expone que siendo ilícita la causa que indujo al demandado Sr. Lonza a celebrar la
compraventa impugnada, el contrato es nulo de nulidad absoluta, conforme señala el
mencionado artículo 1682, sanción que solicita se declare, siendo suficiente para que ella
afecte a la compraventa la sola ilicitud de la causa que motivó la celebración del contrato
por parte de don Víctor Lonza, sin perjuicio de lo cual sería evidente que el representante
de la sociedad Santa Bárbara, Sr. Dragicevic Cariola, también obró sabiendo o no pudiendo
menos que conocer la irregularidad de la motivación del actuar de aquél, ya que conocía
perfectamente la insuficiencia del capital social para hacerse de un predio de una extensión
y valor comercial como el adquirido, acordando un precio de venta manifiestamente
irrisorio. Cita al respecto jurisprudencia nacional.
Además, señala que el contrato de compraventa celebrado entre los demandados
Víctor Lonza e Inmobiliaria Santa Bárbara, de 8 de enero de 2002, sería también nulo, de
nulidad absoluta, por ser simulado absolutamente, o sea, por carecer de consentimiento real
y también de causa real y lícita. En cuanto a ello, indica que la simulación ha sido
entendida por la doctrina como “el concierto o inteligencias de dos o más personas, autores
de una convención o contrato, para engañar a terceros”, institución que si bien no se
encuentra reglamentada en forma sistemática en nuestro Código Civil, ha resultado de la
construcción de la doctrina y jurisprudencia, armonizando principios jurídicos básicos a
partir de los artículos 1700, 1707, 1560, 1437, 966, 1314, 1716 y 2144 del precitado cuerpo
legal, entre otros, artículo 471 n°1 del Código Penal –delito de otorgamiento de contrato
simulado en perjuicio de tercero— y artículo 429 del Código de Procedimiento Civil.
Agrega que en la simulación la voluntad declarada no corresponde a la voluntad real,
debiendo ser ésta la que prime, y transcribe lo expuesto por el autor don Raúl Diez Duarte
en su obra “La simulación de contrato en el Código Civil Chileno”. Siendo posible la
simulación lícita, que es la que se realiza sin intención de defraudar a terceros,
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constituyendo una forma de manifestar consentimiento; es ilícita, en cambio, aquella que se
celebra con la intención positiva de perjudicar a terceros, porque es expresión de dolo, o
más bien de un carácter fraudulento que doloso, ya que no persigue perjudicar a la
contraparte sino a terceros. Así, la simulación ilícita es fuente de responsabilidad
contractual entre las partes del contrato y extracontractual respecto de los terceros por ser
constitutiva de un delito civil. El fundamento jurídico de esta clase de simulación, continúa,
se basa en los principios generales que se contienen en el Código Civil sobre la teoría
general de los actos jurídicos, de modo que como es aquella que se celebra con el propósito
de defraudar a terceros, debe concluirse que dentro de la teoría general de los actos
jurídicos, adolece de causa ilícita, siendo consecuencialmente el acto nulo de nulidad
absoluta, y cita jurisprudencia que corrobora tal sentido. Además, invoca al citado autor
señor Diez y jurisprudencia nacional para exponer respecto de la distinción entre
simulación absoluta y relativa, siendo la primera cuando la declaración no corresponde a
voluntad real alguna, y la segunda cuando se corresponde con una convención o contrato
distinto, sea en su totalidad, cuando por ejemplo un contrato se disfraza por otro, o
parcialmente, como cuando en un contrato se inserta una cláusula diferente a la convenida
en verdad o se indica un beneficiario distinto del real. Agrega que en doctrina la causa de la
simulación se denomina “causa simulandi”, consistente en el interés que lleva a las partes a
hacer un contrato simulado, el motivo que induce a dar apariencia a un negocio jurídico que
no existe o a presentarlo en forma distinta a la que corresponde, o sea, el porqué del
engaño. Asimismo, la acción de simulación, en conformidad a la jurisprudencia, sería
aquella que tiene por objeto establecer la voluntad real y verídica de los pactantes y hacerla
primar sobre la voluntad que falsamente expresaron, y cuyo único requisito para ejercitarla
es la existencia de un interés jurídico en el actor para que se declare o afirme la titularidad
de un derecho subjetivo o de un conjunto de relaciones jurídicas y que haya surgido, con su
violación o amenaza, la necesidad de la tutela jurídica, sin que pueda la simulación afectar
a terceros, ajenos al contrato simulado, bien porque no tomaron parte en él o no estuvieron
representados en el mismo, o porque no son sucesores a título universal de los que lo
realizaron, siendo en el hecho aquellos que de alguna manera, directa o indirecta, puedan
ser afectados o tener interés en sus estipulaciones.
Expone que como en el contrato absolutamente simulado hay ausencia total de
consentimiento, requisito de la esencia de toda convención, la sanción que le cabe no es
otra que la nulidad absoluta, y cita al autor antes señalado. En consecuencia, la
compraventa celebrada entre los demandados Sr. Lonza e Inmobiliaria Santa Bárbara Ltda.,
el 8 de enero de 2002, es absolutamente simulada, constituyendo una concertación entre los
otorgantes destinada a impedir que el demandante pudiera obtener el cumplimiento de la
obligación del primero de los referidos demandados de transferirle los que eran sus
derechos en el mencionado fundo y que obtuviere una prohibición de enajenar en tanto se
tramitaba el juicio, aparentándose para ello venderlo y transferirlo a Santa Bárbara. Agrega
que su “causa simulandi” se confunde con el perjuicio causado a sus intereses, lo que ha
requerido la interposición de su demanda, alegando la nulidad absoluta para que se declare
o afirme la titularidad de su derecho o conjunto de relaciones jurídicas y que ha hecho
surgir, con su violación o amenaza, la necesidad de tutela jurídica. Cita jurisprudencia
nacional para señalar que la prueba de la simulación es indirecta, de indicios, conjeturas,
pues se desarrolla en el mismo terreno, que es el psicológico, y que en el caso de autos se
infiere de que en la aparente compraventa el Sr. Lonza declara transferir a Santa Bárbara “la
totalidad de sus derechos” en el Fundo Santa Rosa, que son precisamente los que se obligó,
en el proceso de división de bienes que pactó con el actor en el año 1999, a transferirle para
que pasara a ser dueño de la totalidad del Fundo Santa Rosa, dado que el otro 50% ya le
pertenecía.
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Añade que el fundo sub-lite fue materia de la Litis ante el juez árbitro, hecho total y
absolutamente conocido del demandado Sr. Lonza, quien era su contraparte en ese juicio y
que concurrió a su tramitación. En el mismo orden de ideas, señala que, en el
procedimiento de tasación o avaluación del Fundo, le correspondió -por sorteo- al mismo
demandado realizar su valoración; que la venta a Santa Bárbara se realiza el 8 de enero de
2002, estando en tramitación el arbitraje, de modo que el demandado Sr. Lonza tenía
perfecta conciencia de que si lo sustraía de su patrimonio a través de alguna venta,
obstaculizaría seriamente sus derechos e impediría el cumplimiento de lo que ordenara el
Tribunal arbitral; que el Sr. Víctor Lonza buscó como contraparte y testaferro en la
simulación a Inmobiliaria Santa Bárbara Ltda., cuya representación e interés social
mayoritario -un 70%- correspondían a don Peter Dragicevic, ligado, en parentesco, con la
cónyuge del demandado Víctor Lonza y por amistad y negocios con éste; que en el contrato
se señala como precio de la compraventa la suma de $14.000.000.- pagada de contado,
suma insignificante frente al valor comercial del fundo asignada por el mismo demandado,
haciendo expresa declaración el representante de la compradora, por su lado, del hecho de
conocer el cuerpo cierto en que los derechos recaían, en especial lo plantado en el predio, lo
que involucra los bosques existentes en las 6.000 hectáreas de extensión del fundo; que la
falta de realidad de la supuesta negociación de venta resultaría evidente puesto que para ser
tal, el demandado Sr. Lonza tendría, al menos, que haberla cerrado con un comprador
dispuesto a pagar una suma similar a la asignada por él en su tasación, lo que habría
producido como efecto que en su patrimonio se sustituyeran los derechos ascendentes al
50% en el Fundo Santa Rosa, valorizados en U. F. 17.644.- por una suma similar, sea en
dinero en caso de pago al contado, o dinero y crédito, de haberse operado con plazo para el
pago; que, en seguida de celebrada la aparente compraventa el 8 de enero de 2002, las
inscripciones destinadas a hacer tradición de lo supuestamente vendido se practicaron el 27
de marzo y 1 de abril del mismo año en el Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, y
que el día 8 de abril siguiente, o sea, 7 días después, Santa Bárbara aparece vendiendo los
mismos derechos supuestamente comprados al demandado Víctor Lonza, a Inversiones El
Cerro S. A., sociedad que pertenece al mismo demandado en un 99,9%, correspondiendo el
0,1% restante a otra sociedad en la cual el mismo demandado señor Lonza tenía el 99,9%
de participación.
Así, resultaría evidente y claro que el demandado Sr. Lonza celebró la compraventa
impugnada única y exclusivamente para sustraer sus derechos sobre el predio sub-lite de su
patrimonio personal, impidiendo con ello dar cumplimiento a su obligación de transferencia
hacia la persona del demandante, radicándolo en el patrimonio de sus sociedades, utilizando
simplemente a Santa Bárbara por unos días de testaferro para hacer puente que permitiera
traspasarlo en aparente legalidad y licitud, por lo que siendo absolutamente simulada dicha
compraventa, es nula de nulidad absoluta por falta de consentimiento y por falta de causa
real y lícita, sanción que demanda en autos.
A continuación, expone acerca de la nulidad absoluta que afectaría a la compraventa
celebrada entre Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada e Inversiones El Cerro S. A., y entre
ésta y la sociedad Paseo Franklin S. A. Al efecto señala que, con fecha 8 de abril de 2002,
aparece otorgada en la notaría de don Hugo Pérez Pousa, entre las sociedades Santa
Bárbara Ltda., representada por don Peter Dragicevic, y El Cerro S. A., representada por
don Manuel Saavedra Álvarez, una escritura pública en la cual se declara, primero, que la
primera es dueña del 50% de los derechos sobre la totalidad de los sectores que conforman
el Fundo Santa Rosa, citándose como título la escritura de compraventa celebrada el 8 de
enero de 2002 ante el mismo notario, y como modo de adquirir las inscripciones de fojas
153 n° 232 y fojas 157 n° 239 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces
de Los Lagos, año 2002, o sea, los que había comprado supuestamente el demandado Sr.
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Lonza; que los vende a Inversiones El Cerro S.A., quien los compra para sí; que el precio es
la suma de $16.000.000, que se pagan en el mismo acto y en dinero en efectivo; que los
derechos consideran el inmueble como cuerpo cierto y que es conocido de la compradora,
quedando dicho aparente título inscrito a fojas 252 n° 390 y fojas 252 n° 391 del Registro
de Propiedad del mismo año y conservador. Hace presente que dicha compraventa tiene
lugar: a) 7 días después de inscrita la precedente; b) involucra todos los derechos del
demandado Sr. Lonza en el Fundo (50% del total); y c) se señala igualmente un precio
ínfimo: $16.000.000, equivalentes a U.F. 860,87.-, o sea, menos deI 5% del valor que el
propio demandado le asignó al fundo considerando el 50% del total.
En dicho orden de ideas, agrega que el demandado Víctor Lonza es dueño del
99,9% de la sociedad El Cerro S. A. y dueño también del 99% deI otro 0,1%, de modo que
lo que existe detrás de dicha estructura social es la sola persona y voluntad de don Víctor
Lonza, exclusivamente sus intereses y patrimonio, de modo que Santa Bárbara, que
controla y administra su amigo, pariente y socio en negocios don Peter Dragicevic, no hace
más que restituirle al demandado Sr. Lonza el inmueble inscrito por algunos días a nombre
de esa sociedad. Así, la causa que motiva la celebración del nuevo contrato de compraventa
sobre los derechos que el demandado Sr. Lonza debía traspasarle, adolece de la misma
ilicitud y se inscribe dentro de la maquinación y red de convenciones simuladas celebradas
con el único y claro propósito de impedir el cumplimiento de su obligación en perjuicio de
un tercero, como lo es su parte. Agrega que, no ha existido, ni en la supuesta venta
celebrada entre los demandados Sr. Lonza y sociedad Santa Bárbara Ltda., ni en la supuesta
venta entre ésta y sociedad El Cerro S. A., una manifestación de voluntad o consentimiento
real, puesto que sólo se han creado apariencias para defraudar los derechos de su parte,
habiendo simulación absoluta en ambas convenciones. Respecto de la simulación de la
voluntad de don Peter Dragicevic, quien habría prestado su sociedad como testaferro por
sus vínculos con el demandado señor Lonza, se pregunta si puede haber realidad en una
negociación en que el mencionado Sr. Dragicevic declara conocer cabalmente lo que
compra y después lo que vende (el 50% de un predio de 6.000 hectáreas, con un valor real
de U. F. 17.600.-), y pagar por él al comprar, y recibir al vender, sólo un 5% de ese valor,
exponiéndose a acciones revocatorias de lesión enorme u otras, y responde que no; por lo
que la causa simulandi en su caso, es prestar el servicio de oficiar de “puente” por algunos
días para que el inmueble vuelva a manos del demandado Sr. Lonza, que no es otra cosa
que Inversiones El Cerro S. A. Así, siendo absolutamente simulada la compraventa
celebrada, con fecha 8 de abril de 2002, entre los demandados Inmobiliaria Santa Bárbara
Ltda. e Inversiones El Cerro S. A., señala que adolece de nulidad absoluta por falta de
consentimiento y por falta de una causa real y lícita, sanción que demanda se declare.
En cuanto a la demanda de declaración de nulidad de la compraventa celebrada
entre Servicios Financieros Arauco & Franklin S. A., antes Inversiones El Cerro S. A. y
Paseo Franklin S. A., indica que con fecha 17 de marzo de 2005, ante la notario público
doña María Gloria Acharán, se otorgó la escritura pública en la cual Servicios Financieros
Arauco & Franklin S. A., antes Inversiones El Cerro S.A., representada por el demandado
Víctor Lonza y por don Maximiliano Gálvez, con domicilio en Llano Subercaseaux
N°3.153, y Paseo Franklin S. A., representada por el mismo demandado Víctor Lonza,
también con domicilio en Llano Subercaseaux N°3.153, en la que declaran que Inversiones
El Cerro S. A., hoy Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A., es dueña del 50% de los
derechos sobre la totalidad de los sectores que conforman el Fundo Santa Rosa, citándose
como título la escritura de compraventa de fecha 8 de abril de 2002, otorgada ante el
Notario don Hugo Pérez Pousa, y como modo de adquirir, las inscripciones de fojas 252 n°
390 y fojas 252 n° 391 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Los
Lagos, año 2002, comprado anterior y supuestamente a Santa Bárbara Ltda.; que los vende
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Foja: 1
a Paseo Franklin S. A. quien los compra para sí en la suma de $18.000.000, pagaderos en el
mismo acto y en dinero efectivo, y que los derechos consideran el inmueble como cuerpo
cierto y que es conocido por la compradora, título que queda inscrito a fojas 497 n° 650 y a
fojas 497 n° 651 del Registro de Propiedad del mencionado Conservador, año 2005, de lo
que se puede apreciar que Inversiones El Cerro, ahora Arauco & Franklin, perteneciente en
un 99,9% a don Víctor Lonza, siendo dueño del 99% deI otro 0,1%, de modo que lo que
existía detrás de esta estructura societaria era, nuevamente, la sola persona y voluntad de
don Víctor Lonza, donde aparece vendiendo los mismos derechos que él tasó a otra
sociedad, que él mismo representa y controla absolutamente, del mismo domicilio, y en el
ínfimo precio equivalente a U. F. 1.046,11 UF, que corresponde a menos del 6% deI valor
real de los derechos, quedando en evidencia que la causa que motiva o induce la
celebración de este nuevo contrato de compraventa sobre los derechos aludidos, adolece de
la misma ilicitud y se inscribe dentro de la maquinación y red de convenciones simuladas
celebradas con el único y claro propósito de impedir el cumplimiento de su obligación en
perjuicio de un tercero, como lo es su parte. Agrega que es también de toda evidencia la
simulación absoluta de esta nueva compraventa, pues no existe un consentimiento real para
vender y comprar sino sólo una nueva apariencia creada por la sola voluntad del
demandado Víctor Lonza con el propósito de seguir creando obstáculos para impedir que
dichos derechos sean traspasados al actor en cumplimiento a los acuerdos adoptados.
Luego, se refiere a la solicitud de declaración de nulidad de la compraventa
celebrada entre don Víctor Lonza Lazo y El Toltén S. A. por escritura pública de 21 de
junio de 2006, otorgada ante el Notario de San Miguel don Abner Poza, siendo representada
esta última por el hermano del demandado, don Santiago Lonza Lazo, y tanto el supuesto
vendedor como la aparente compradora con domicilio en Llano Subercaseaux n° 3153, San
Miguel, e indica que en la cláusula quinta el demandado Víctor Lonza declara ser dueño de
acciones y derechos en ambos retazos que forman el Fundo Santa Rosa, señalando que las
adquirió en conjunto con el suscrito mediante la escritura pública e inscripción ya referidas
anteriormente, cuantificando los derechos de los que declara ser dueño y que vende a El
Toltén en un 25% deI total de dicho Fundo; además, en la misma cláusula se fijó el precio
en la suma de $10.800.000, equivalente a U. F. 595,37.-, o sea, inferior al 7% del valor de
la tasación hecha en el año 1999, incrementada en un 10%, considerando para esta
comparación sólo el 25% del valor que se asignó a la totalidad del fundo. Señala que dicha
compraventa se inscribió a fojas 487 n° 695 y a fojas 488 n° 696 del Registro de Propiedad
del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, año 2006, venta que –a su juicio-
constituye una nueva y categórica prueba de que todas las aparentes transferencias de los
derechos en el Fundo Santa Rosa han sido manejadas libremente por el demandado señor
Víctor Lonza, con el sólo y claro propósito de impedir que el actor se haga dueño de ellos,
adoleciendo todas de la misma motivación o causa, que es sustraer bienes de su patrimonio
personal en perjuicio de un tercero, y sería tan evidente el hecho que la única voluntad
rectora y articuladora en la creación de estas apariencias es la del demandado don Víctor
Lonza, que en la última transferencia no tiene la prudencia en aparecer personal y
directamente cercenando en un 50% los derechos de Paseo Franklin S. A., quien decía
haber comprado a Inversiones El Cerro S. A. todos los derechos que provenían del mismo
demandado Sr. Lonza, esto es el 50% del Fundo Santa Rosa, sin que Paseo Franklin S. A.
haya comparecido en esta nueva supuesta compraventa o haya sido ella modificada, como
tampoco las anteriores; y fijando un precio vil, totalmente fuera del valor real, sin que de
parte de El Toltén S. A. exista la menor aprensión por acciones revocatorias, de lesión
enorme u otras.
Luego, previa cita legal al artículo 1687 del Código Civil, señala que la nulidad
absoluta pronunciada en sentencia declaratoria tiene fuerza de cosa juzgada, y da a las
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Foja: 1
partes el derecho de ser restituidas al mismo estado en que se hallarían si el contrato nulo
no hubiera existido. Invoca al efecto lo señalado por la doctrina nacional y postula que
declarada la nulidad, el acto o contrato y todas las consecuencias jurídicas que de él se
hayan derivado, desaparecen y las cosas deben quedar como si el negocio jurídico no se
hubiere llevado a cabo jamás, y que el reintegro de los bienes cuya disposición ha sido
declarada nula, o sea las restituciones, son procedentes aún cuando la nulidad sea declarada
de oficio por el tribunal, no obstante haberse rechazado la demanda en que se pedía esa
misma nulidad, conclusión aplicable plenamente al tercero que ejercita la acción por tener
interés en ello, como ocurre en la especie, conforme lo dispone el artículo 1683 del citado
cuerpo legal. En el mismo orden de ideas, agrega que, en la especie y corno consecuencia
de la declaración de nulidad de los diversos contratos referidos, los derechos del
demandado don Víctor Lonza Lazo en el Fundo Santa Rosa de Chihuío deben quedar
reintegrados a su patrimonio, lo que conlleva que desaparecería y se extinguiría
jurídicamente el contrato de compraventa de fecha 8 de enero de 2002 celebrado entre los
demandados Víctor Lonza e Inmobiliaria Santa Bárbara Ltda., o sea, el título, e igualmente
la tradición de los derechos inmuebles vendidos, plasmada en las inscripciones citadas
anteriormente, las que deberán ser canceladas y reponerse la plena vigencia de la de fojas
409 n° 480 del Registro de Propiedad del mismo Conservador, año 1994, que se refiere a
los derechos del demandado Sr. Lonza en el predio; que desaparecerían y se extinguirían
jurídicamente, como consecuencia de dicho efecto retroactivo de la nulidad, y por adolecer
además por sí mismos de causa ilícita y simulación absoluta en perjuicio de tercero, los
contratos posteriores y sus respectivas inscripciones relativas a los mismos derechos en el
Fundo Santa Rosa de Chihuío, esto es, de quienes derivaron derechos de Santa Bárbara
Ltda., que son Inversiones El Cerro S. A., quien aparece comprándolos a Inmobiliaria Santa
Bárbara Ltda., y Paseo Franklin S. A., quien aparece comprándolos a Inversiones El Cerro
S. A., ahora denominada Servicios Financieros Arauco y Franklin S.A. En cuanto a la
circunstancia que desaparecido el título, como efecto de la nulidad, desaparece igualmente
la inscripción en el caso de bienes raíces, señala que así ha sido resuelto, y cita
jurisprudencia al respecto.
Respecto a la legitimidad activa que le asiste para accionar de nulidad absoluta en
autos, invoca el artículo 1683 del Código Civil, en virtud del cual la nulidad absoluta
puede alegarse por todo el que tenga interés en ello, como ocurre en el caso de autos, por
cuanto en el proceso de división de bienes que desarrolló con el demandado don Víctor
Lonza Lazo en el año 1999, se adjudicó el Fundo Santa Rosa de Chihuío, que les pertenecía
en comunidad y por iguales partes, de modo que para ejecutar lo acordado el demandado
Sr. Lonza debía transferirle sus derechos, ascendentes al 50%, mediante la correspondiente
escritura pública, naciendo en ese mismo instante para él un interés directo consistente en
que tales derechos se mantuvieran en el patrimonio del deudor hasta la ejecución de lo
pactado, y dado que el demandado citado no cumplió sus obligaciones y se negó a
traspasárselos, debió accionar ante el Juez Arbitro Sr. Serani para obtener la declaración de
su derecho y su posterior cumplimiento forzado, procedimiento arbitral que se inició el 12
de junio de 2000, dictándose sentencia el 4 de junio de 2002, la que acogió integralmente
sus peticiones, entre ellas, la del referido traspaso. Además, los recursos de casación y queja
que los demandados interpusieron fueron rechazados por el Tribunal de Alzada el 3 de
diciembre de 2004, desestimándose también por la Excma. Corte Suprema, los recursos que
se interpusieron ante ella. Así, continúa, cuando el demandado Sr. Lonza vendió
subrepticiamente, o simula vender el 8 de enero de 2002, durante el procedimiento arbitral,
esos derechos a la demandada Santa Bárbara, y siguió realizando transferencias a personas
jurídicas de su propiedad, evidentemente habría lesionado su interés primordial, nacido ya
en 1999, consistente en que se mantuvieran en el patrimonio de aquél para que se le diera
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Foja: 1
cabal y completo cumplimiento a su obligación de transferírselos, siendo un interés claro,
categórico y coetáneo a la compraventa impugnada que cabe absolutamente en el concepto
legal del articulo 1683 citado.
Agrega otro antecedente que sirve para demostrar su interés, y es el que derivaría de
la promesa de compraventa celebrada con Inversiones y Comercial Santa Paula S. A., cuyo
precio fue entregado íntegramente al demandado Sr. Lonza, no obstante lo cual, hasta la
fecha de interposición de su demanda, le ha impedido dar cumplimiento a las obligaciones
contraídas en dicha promesa de vender a Inversiones y Comercial Santa Paula S. A. la
totalidad del Fundo Santa Rosa, celebrada por escritura pública de 17 de diciembre de
1999, otorgada en la notaría pública de don Ricardo San Martín. Expone que en esa
oportunidad recibió el precio, ascendente a U. F. 35.112.-, muy cercano al que el
demandado Víctor Lonza le asignó al avaluarlo, garantizando debidamente a la prometiente
compradora de hacerle entrega material del predio, sin perjuicio de las penas pactadas.
Expone que una vez producido el incumplimiento denunciado e iniciado el arbitraje,
cumplió parcialmente su obligación como prometiente vendedor, transfiriendo a
Inversiones y Comercial Santa Paula S. A. su 50% en el fundo, mediante escritura pública
de 8 de abril de 2002, otorgada en la notaría de María Angélica Zagal, e inscrita a fojas 223
n° 347 y fojas 224 n° 348 del Registro de Propiedad del Conservador De Bienes Raíces de
Los Lagos, año 2002; y que por escritura de la misma fecha y notaría se modificó la
promesa, prorrogándose el plazo para su entero cumplimiento y dándose algunos bienes en
pago de perjuicios ya producidos por el atraso. Expone que cuando el demandado Sr. Lonza
vende o aparenta vender a Santa Bárbara Ltda., el 8 de enero de 2002, los derechos en el
fundo que se mantenían inscritos a su nombre, el demandante de autos ya había prometido
venderlos quedando sujeto a un plazo y a multas en caso de incumplimiento, de modo que
tenía el más alto interés en que se mantuvieran en el patrimonio del demandado Víctor
Lonza para poder cumplir por su parte en la promesa, por lo que hecha que fue la primera
venta objetada de nulidad absoluta por causa ilícita, adquirió ipso jure el carácter de
interesado en la declaración de nulidad que persigue, en contra de don Víctor Lonza Lazo y
demás demandados respecto de los contratos de compraventa ya referidos.
En conclusión, previas citas legales, solicita se tenga por interpuesta demanda en
juicio ordinario en contra de don Víctor Lonza Lazo; de Inmobiliaria Santa Bárbara
Limitada, representada indistintamente por doña María Isabel Guerra Poblete o don Peter
Ernesto Dragicevic Cariola; de Inversiones El Cerro S. A., hoy llamada Servicios
Financieros Arauco & Franklin S. A., representada indistintamente por don Víctor Gabriel
Lonza Lazo o don Maximiliano Enrique Gálvez Morales; de Paseo Franklin S. A.,
representada por don Víctor Lonza Lazo; y de El Toltén S. A., representada indistintamente
por don Víctor Lonza Lazo o por don Santiago Lonza Lazo, y acogerla en todas sus partes
declarando: a) Que es nula absolutamente por causa ilícita y simulación absoluta, la
compraventa contenida en escritura pública de 8 de enero de 2002, otorgada ante el notario
público de Santiago don Hugo Pérez Pousa, celebrada entre don Víctor Lonza Lazo e
Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada, y que se cancelan las inscripciones de fojas 153 n°
232 y de fojas 157 n° 239 de Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de
Los Lagos, año 2002; b) Que, igualmente, por las mismas causales, y como consecuencia
de la retroactividad de la declaración de nulidad de la compraventa referida anteriormente,
son nulas y carecen de todo valor y efecto la compraventa celebrada entre Inmobiliaria
Santa Bárbara Limitada e Inversiones El Cerro S. A., por escritura pública de 8 de abril de
2002, otorgada ante Notario Público don Hugo Pérez Pousa y las inscripciones de fojas 252
n° 390 y de fojas 252 n° 391 del Registro de Propiedad deI Conservador de Bienes Raíces
de Los Lagos, año 2002; la compraventa celebrada entre Servicios Financieros Arauco y
Franklin S. A., antes Inversiones El Cerro S. A., y Paseo Franklin S. A., contenida en
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Foja: 1
escritura pública de 17 de marzo de 2005, otorgada ante la Notario Público doña María
Gloria Acharán, y las inscripciones de fojas 497 n° 650 y de fojas 497 n° 651 del Registro
de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, año 2005; la compraventa
celebrada entre don Víctor Lonza Lazo y El Toltén S. A., contenida en escritura pública de
21 de junio de 2006, otorgada ante Notario Público de San Miguel don Abner Poza, y las
inscripciones de fojas 487 n° 695 y de fojas 488 n° 696 del Registro de Propiedad del
Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, año 2006, y c) Que se condena a los
demandados solidariamente al pago de las costas de la causa o, en subsidio, en la forma que
el Tribunal determine.
A fojas 34, obra estampado receptorial de notificación personal a la representante
legal de la demandada Inmobiliaria Santa Bárbara Ltda., doña María Isabel Guerra Poblete.
A fojas 44, obra estampado receptorial de notificación personal subsidiaria al
representante legal de la demandada Inmobiliaria Santa Bárbara Ltda., don Peter
Dragicevic Cariola.
A fojas 45, obra estampado receptorial de notificación personal subsidiaria al
representante legal de la demandada Servicios Arauco y Franklin S. A., don Víctor Gabriel
Lonza Lazo.
A fojas 46, obra estampado receptorial de notificación personal subsidiaria a don
Víctor Gabriel Lonza Lazo, por sí y en su calidad de representante legal de la demandada
Paseo Franklin S. A.
A fojas 47, obra estampado receptorial de notificación personal subsidiaria al
representante legal de la demandada El Toltén S. A., don Víctor Lonza Lazo.
A fojas 48, obra estampado receptorial de notificación personal subsidiaria al
representante legal de la demandada Servicios Arauco y Franklin S. A., don Maximiliano
Enrique Gálvez Morales.
A fojas 49, obra estampado receptorial de notificación personal subsidiaria al
representante legal de la demandada El Toltén S. A., don Santiago Augusto Lonza Lazo.
En lo principal de fojas 50, don Víctor Lonza Lazo, Ingeniero comercial, con
domicilio para estos efectos en Llano Subercaseaux n° 3153, San Miguel, demandado en
autos, contesta la demanda deducida en su contra, solicitando sea rechazada íntegramente,
con costas. En primer término, hace referencia a la falsedad de los truculentos hechos y
malas intenciones con que se ha fundado el libelo, pues se intenta hacer aparecer a su parte
ejecutando ex profeso el montaje de una siniestra maquinaria para perjudicar derechos que
dice tener el demandante, todo ello aparejado de una absurda victimización del actor, quién
a consecuencia de un negocio puntual de venta de derechos en un terreno, habría sufrido
detrimentos patrimoniales irreversibles.
Funda su defensa, en primer lugar, en consideraciones personales y comerciales del
demandante, de quien expone que se trataría de una persona que en los últimos años ha
incursionado en las más diversas actividades de tipo comercial, dejando tras de sí una estela
ruinosa de deudas y documentos impagos de toda especie, estando involucrada en
numerosos procesos, fundamentalmente de carácter económico por haber defraudado a sus
contrapartes en contratos y compromisos de toda índole, actuando directamente, esto es,
bajo su propio nombre, o por medio de sociedades de que se ha valido al efecto. Prosigue,
señalando que ha estado involucrado en operaciones defraudatorias tanto a su ex cónyuge,
doña María del Carmen Montaña Gil, factor de comercio, como también a su propia hija,
como ofrece demostrar. Agrega que está detrás de sociedades con un extenso curriculum de
deudas, protestos e incumplimientos, que llenan páginas del informe DICOM-EQUIFAX, y
da como ejemplos a la Inmobiliaria Costa Bella Limitada, Inmobiliaria Paso Nevado
Limitada, Inversiones Heidelbereg, Constructora de Viviendas Econ, Inversiones Horizonte
S.A. etc. Añade que el demandante aparece también en el registro del Servicio de
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Foja: 1
Impuestos Internos con un comportamiento del todo irregular, siendo observado por dicho
Servicio por no presentar declaraciones de IVA, estando obligado a hacerlo, sin que hasta la
fecha haya solucionado ese problema; en cuanto al impuesto a la renta, ha presentado
declaraciones de renta que han sido observadas, sin que hasta la fecha haya solucionado
dicho problema. En suma, expone, se trataría de una persona con uno de los más “elevados
currículums negativos” del mercado nacional.
Respecto al Fundo Santa Rosa de Chihuío, indica que se trataría de un predio
rústico, de cordillera, ubicado en los extramuros de la X Región de Los Lagos, Provincia de
Valdivia, en la Comuna de Futrono, ubicado entre dos ríos cordilleranos prácticamente
desconocidos (Chihuío y Oporto) y que se desplaza hacia la frontera con Argentina. El
clima correspondería a uno de montaña, caracterizado por una elevada precipitación media
anual, la que oscila entre los 2.500 milímetros y montos superiores a los 4.000 milímetros,
existiendo una relación directa entre la precipitación y la enorme altura en que se ubica el
predio. La temperatura máxima media anual estaría comprendida entre los 9 y 6 grados
centígrados, y excepcionalmente en verano la temperatura puede alcanzar como máximo
los 15 grados, en condiciones especialmente favorables de vientos, heladas y otras variables
climatéricas; las temperaturas de invierno, en estas tierras de difícil acceso, son
frecuentemente negativas. La geomorfología del predio está representada por pequeños
valles de topografía ondulada a los que suceden cerros con pendientes abruptas. En cuanto
a la vegetación, el predio estaría cubierto con las más variadas especies autóctonas del
lugar. Expone que los ríos que cruzan el predio son de fuerte corriente, típica de los
denominados más bien “torrentes” de cordillera. En resumen, se trataría de un predio cuyo
fundamental objetivo es llegar en algún momento del tiempo futuro a efectuar inversiones
de carácter turístico menor, o sea, construir senderos, pasadas de ríos, miradores, cabañas,
recintos de detención para quienes deseen realizar un turismo de aventura en un lugar
prácticamente inhóspito; se trata de un predio enclavado en altas cumbres, prácticamente
inaccesible en invierno, y que fundamentalmente sirve para hacer paseos a caballo durante
buenas épocas de verano; carece de caminos sustentables, y sólo lo atraviesan senderos
efectuados por pequeños crianceros que ocasionalmente lo atraviesan. Añade que cualquier
utilización que alguien desee hacer en un predio de dichas características, debe incurrir en
grandes inversiones, cuya cuantía supera por lejos varias veces el valor mismo del predio
Chihuío. Así, lo que existe es solamente la posibilidad de un proyecto turístico-ecológico en
el futuro, para lo cual deben desembolsarse fuertes sumas de dinero, y que hasta la fecha
nadie lo ha intentado. Finalmente, sobre este punto, precisa que el dominio sobre el predio
se ejerce no como cuerpo cierto, sino que sólo respecto de derechos constituidos sobre el
mismo, por lo que se trata de una propiedad sui generis, cuyo valor no tiene
correspondencia con el dominio pleno y total con que habitualmente las personas ejercen su
dominio respecto de las propiedades que detentan como cuerpo cierto. Con lo anterior,
pretende demostrar que el verdadero valor del fundo, que se hace aparecer en la demanda
como un bien raíz de gran extensión y valores, es residual, de cerros y quebradas de
cordillera, cuyo único objeto puede constituirlo la actividad de turismo aventura, en un
lugar inhóspito, situado en el confín de la cordillera, en el límite con Argentina, y al que el
demandante le asigna un valor equivalente a US$ 1.000.000.
En tercer lugar, señala que, ya a comienzos del año 2002, el demandante estaba en
conocimiento de la venta de los derechos que efectuó a la sociedad Inmobiliaria Santa
Bárbara Limitada, esto es, antes que se dictara fallo en el juicio arbitral que estuvo a cargo
del señor Cesar Serani M., como constaría de documentos que ofrece acompañar. Así, se
cuestiona cuál es la razón por la que ha dejado transcurrir más de cinco años sin haber
intentado acción alguna en su favor, ni menos adoptar alguna medida de precaución para
evitar su enajenación, y la respuesta estaría en que las acciones judiciales que pudo detentar
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Foja: 1
el actor respecto del predio Chihuío se encuentran prescritas. Funda esta alegación en que
desde el mes de Enero de 2002, fecha en que el actor tomó conocimiento de la venta de los
derechos que le correspondían al demandado en el fundo, ha trascurrido en exceso el plazo
de cinco años, que la ley contempla para la prescripción de las acciones, para lo cual invoca
el artículo 2515 del Código Civil. En consecuencia, agrega, la acción de nulidad absoluta
que ahora intenta no tendría otro propósito que valerse de una acción excepcional en
nuestro derecho, ante la imposibilidad de accionar como por ley le correspondería, para lo
cual ofrece acreditar la forma y circunstancias en que se encontraría incapacitado el actor
para ejercer acciones restitutorias de dominio del predio. Así, el señor Ruff carecería de
legitimación activa para deducir su demanda, pues en el teórico caso de que ellas puedan
prosperar, las acciones judiciales para intentar el dominio de dichos derechos, se encuentran
sobradamente prescritas, por lo que nos encontraríamos ante un juicio inútil, que a nada
conduciría. Por último, respecto de la promesa de compraventa celebrada por el actor con la
Sociedad Inversiones y Comercial Santa Paula S. A., según escritura pública de 17 de
Diciembre de 1999, otorgada ante el Notario Público don Ricardo San Martín, señala que,
no obstante los plazos de entrega y para efectos de perfeccionar la venta definitiva de los
derechos, hasta la fecha, el actor ni menos la promitente compradora, jamás han deducido
acción legal alguna para que dicho contrato se cumpla, habiendo transcurrido casi ocho
años, lo que explica lo absurdo del presente juicio y su absoluta falta de fundamento, pues
resulta a todas luces inexplicable que una persona que ha prometido comprar un predio por
el que se promete pagar un altísimo monto de dinero –un millón de dólares— no intente
hacerse del dominio del mismo. En suma –afirma- se trataría de una demanda fundada en
hechos truculentamente falseados, que nada tienen que ver con la realidad, ni con las
verdaderas causas y los motivos por los cuales se ha ido transfiriendo en el tiempo, por lo
que su parte la rechaza, pues se trataría de un juicio montado sobre un relato falso.
En conclusión, previa citas legales, solicita se tenga por contestada la demanda de
autos y que, en mérito a los antecedentes de hecho y de derecho que su parte ha entregado y
que ofrece entregar oportunamente al tribunal, sea rechazada íntegramente, con costas.
En lo principal de fojas 57, don Peter Dragicevic Cariola, factor de comercio,
domiciliado para estos efectos en calle Golfo Darién n° 10200, Las Condes, en
representación de Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada, contesta la demanda deducida en
contra de su representada por don Enrique Ruff Ferrés, y por la que solicita la declaración
de nulidad absoluta de una serie de contratos, entre los que se incluye el celebrado por su
representada con don Víctor Lonza Lazo, mediante escritura pública de 8 de Enero de 2002,
otorgada ante Notario Público don Hugo Leonardo Pérez Pousa, sobre cesión de derechos
del 50% de parte de un predio de mayor extensión, denominado Fundo Chihuío, y en la que
también se solicita la declaración de nulidad respecto del contrato celebrado entre
Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada e Inversiones El Cerro Limitada, de que da cuenta la
escritura pública de 8 de Abril de 2002, extendida ante el mismo notario público, sobre
cesión de derechos del mismo predio, solicitando su íntegro rechazo, por cuanto serían
falsas las supuestas maquinaciones e intenciones perversas y perjudiciales de terceros de las
que el actor acusa a su representada.
Agrega que niega terminantemente los hechos supuestamente ilícitos en los que se
pretende vincular a su representada, dejando constancia que todas las operaciones y
negocios que ha realizado y realiza Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada son serias, que
corresponden a la realidad y a la voluntad de las partes, siendo falso, de falsedad absoluta
las circunstancias y hechos con que se ha planteado un relato tan absurdo como
inconsistente, con fines que no desea calificar, y que para demostrarlo, se valdrá de todos
los medios de prueba que la ley le franquea, reservándose expresamente las acciones con
que la ley le ampara, frente a los perjuicios que la acción ha podido deducirse.
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Foja: 1
En definitiva, solicita se tenga por contestada oportunamente la demanda, en cuanto
concierne a su representada, Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada, y en su mérito,
rechazarla íntegramente, con costas.
A fojas 78, previo rechazo de las excepciones dilatorias opuestas en lo principal de
fojas 63, don Juan Felipe Letelier Muñoz, abogado, domiciliado en calle Compañía
N°1390, oficinas 1204 y 1205, Santiago, en representación de las demandadas Servicios
Financieros Arauco y Franklin S. A., sociedad de giro Inmobiliario, cuyos representantes
legales son en forma conjunta don Víctor Gabriel Lonza Lazo, ya individualizado en autos,
don Maximiliano Enrique Gálvez Morales, ingeniero comercial, y don Santiago Augusto
Lonza Lazo, ingeniero comercial; de Paseo Franklin S. A., sociedad de giro inmobiliario,
cuyo representante legal es don Víctor Gabriel Lonza Lazo, ya individualizado, y de El
Toltén S. A., sociedad de giro agropecuario, cuyos representantes legales son don Víctor
Gabriel Lonza Lazo y don Santiago Augusto Lonza Lazo, ya individualizados, todos
domiciliados en calle Llano Subercaseaux n° 3153, San Miguel, contesta la demanda.
Al efecto y en primer término, señala que el 21 de Junio de 2007, según consta de
los estampados receptoriales rolantes de fojas 45 a 49, sus representadas han sido
notificadas de la demanda ordinaria de autos, libelo interpuesto por don Enrique Adolfo
Ruff Ferrés, demanda que adolecería de diversos vicios, tanto procesales como de fondo,
debido a los cuales la contesta, solicitando su íntegro rechazo, con costas. Hace presente
que controvierte desde ya todos los hechos señalados en la demanda, con la sola excepción
de aquellos que se reconocen expresamente en su escrito. Señala que sus representadas no
han celebrado contrato alguno con el demandante, y los que han celebrado no tienen las
características fraudulentas o antijurídicas que se les ha atribuido, y que, por lo demás,
carecen de legitimación pasiva conforme se señalará más adelante.
Reitera que contesta oportunamente la demanda deducida en contra de sus
representadas y por la que se solicita la declaración de nulidad absoluta de una serie de
contratos, entre los que se incluye el celebrado por Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada
con don Víctor Lonza Lazo, por escritura pública de 8 de Enero de 2002, ante Notario
Público don Hugo Leonardo Pérez Pousa, sobre cesión de derechos del 50% de parte de un
predio de mayor extensión, denominado Fundo Chihuío; el contrato celebrado entre
Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada e Inversiones El Cerro Limitada, por escritura pública
de 8 de Abril de 2002, ante el mismo ministro de fe, sobre cesión de derechos del mismo
predio, y solicita se rechace en todas sus partes la demanda deducida en contra de sus
representadas, por cuanto no tuvieron participación alguna en el señalado contrato, siendo
falsas las supuestas maquinaciones e intenciones perversas y perjudiciales de terceros de las
que las acusa el actor en su libelo. Así, niega terminantemente los hechos supuestamente
ilícitos en los que se les pretende vincular, y deja constancia que todas las operaciones y
negocios que han realizado y realizan son serias, corresponden a la realidad y a la voluntad
de las partes, siendo falsas, de falsedad absoluta, las circunstancias y hechos planteados por
la demandante. Añade que la demanda deducida en contra de sus representadas carece de
verdad y exactitud, tanto en los hechos como en los fundamentos de derecho en los cuales
ha pretendido fundar el actor su pretensión.
En lo que respecta a los contratos celebrados por sus representadas, expone que fueron
otorgados sin que existiera impedimento legal alguno para su celebración, sin ilegalidad, en
los hechos y en lo jurídico, con ausencia de mala fe y en la certeza que realizaron un acto
jurídico que no puede ser calificado de inválido, inexistente o nulo. Agrega que en un
mismo libelo se ha interpuesto una demanda de nulidad absoluta de los contratos que en
ella se indican, en contra de cinco demandados, y que se pretende fundarla en una supuesta
causa ilícita y en una supuesta simulación absoluta por una “burda red de actos y contratos”
suscritos por parte de todas y cada una de estas personas naturales y jurídicas. Demanda de
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Foja: 1
nulidad que, como dice relación con terceras sociedades, personas jurídicas distintas e
independientes entre sí por definición, que ni siquiera fueron parte del contrato inicialmente
celebrado entre don Víctor Gabriel Lonza Lazo y la sociedad Inmobiliaria Santa Bárbara
Limitada, a saber, las sociedades Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A., Paseo
Franklin S. A. y El Toltén S. A., personas jurídicas distintas a las demandadas y por
contratos celebrados posteriormente por éstas y respecto de las cuales se solicita, como
consecuencia de la retroactividad de la declaración de nulidad de la primera compraventa,
sean declaradas nulas y sin ningún valor, en cuyo sentido queda de manifiesto que sus
representadas carecen de legitimidad pasiva para ser demandadas en estos autos, ya que se
estaría frente a una demanda que intenta hacer efectiva una especie de litisconsorcio
voluntario en cuanto a los demandados y en cuanto a la acción incoada con una supuesta
pluralidad de causas, también llamada acumulación eventual.
A su juicio, la falta de legitimidad pasiva se encontraría íntegramente acreditada de
la sola lectura de la demanda de autos, pues resulta del todo improcedente exigir, a un
demandado eventual, comparecer a un juicio, cuando en realidad sólo se le está
demandando para el evento que se declare la nulidad de un primer contrato de cesión de
derechos. Por lo que nos encontraríamos ante una verdadera demanda condicional, cuyo
elemento condicional sería precisamente, en el caso concreto, que prospere la demanda
respecto del primer demandado. Indica que las demandas sólo deben intentarse en contra de
las mismas personas que han sido demandadas principalmente, que son las llamadas al
proceso y pueden defenderse para uno u otro caso, por haber sido parte en el contrato cuya
declaración de nulidad se solicita, pero no respecto de terceros, aunque los hechos estén
vinculados entre sí, pues respecto del actor sus representadas carecen de legitimidad pasiva
para ser demandadas en virtud de la supuesta nulidad de un contrato del que no fueron
parte. Agrega que, en consecuencia, el actor carecería de legitimación activa para deducir
su demanda respecto de sus representadas.
Además, señala que el tribunal debe rechazar la demanda íntegramente, con costas,
por encontrarse absolutamente prescrita la acción de nulidad intentada, toda vez que la
notificación del ejercicio de la acción de nulidad de los contratos impetrada por el
demandante no fue efectuada en forma oportuna, a saber, en el término de cinco años.
En conclusión, previa cita de los artículos 308, 309 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil, solicita se tenga por contestada la demanda de nulidad de contratos de
autos, declarando su íntegro rechazo, con costas.
A fojas 81, se tuvo por contestada la demanda por las demandadas Servicios
Financieros Arauco y Franklin S. A., Paseo Franklin S. A. y El Toltén S. A., y se confirió
traslado para la réplica.
A fojas 82, Francisco Bartucevic Sánchez, abogado, por el demandante, evacuó el
trámite de la réplica, haciéndose cargo de las defensas opuestas por los codemandados en el
mismo orden en que éstas fueron presentadas.
En cuanto a la contestación del demandado don Víctor Lonza Lazo, indica que en la
primera parte, lejos de oponer excepciones o defensas jurídicas, pretende exclusivamente
desprestigiar el nombre, honra y honor del actor, conducta respecto de la cual advierte
desde ya será una constante en el presente pleito, y que permite constatar una verdadera
animadversión personal en contra de su representado, la que inspiraría la irracional
conducta asumida por dicha parte para desconocer y pretender eludir el cumplimiento de
sus obligaciones derivadas del término de sus relaciones societarias, conducta que lo ha
privado de acceder a los bienes que legítimamente le correspondían, derecho
reiteradamente reconocido tanto por un Tribunal Arbitral como también por los Tribunales
Ordinarios, bienes adquiridos producto del trabajo y negocios en conjunto desarrollados
durante su vida comercial con el demandado señor Lonza, que al ser privado de ellos
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Foja: 1
explican su delicada situación comercial, la que lejos de deslegitimarlo en cuanto a las
acciones ejercitadas en autos, refuerzan su fundamento y justicia. Además, las
descalificaciones formuladas como así también las conductas desarrolladas por el
demandado explican su complicada situación procesal ante la justicia del crimen, en la cual
se encuentra siendo investigado ante el 32° Juzgado del Crimen de Santiago, proceso Rol
n°3850-2003, por contrato simulado y el delito de estafa, formalizado ante el 11° Juzgado
de Garantía, RUC 0610009774-3, también por los delitos de contrato simulado y estafa, e
investigado en el proceso RUC 0710000664-3 ante el Juzgado de Garantía de Peumo por el
delito de hurto.
Respecto de las características que el demandado entrega del Fundo Santa Rosa de
Chihuío, no se vislumbra excepción jurídica alguna, si no que sólo se pretende disminuir el
valor comercial y potencialidades del inmueble cuyos derechos son el objeto y finalidad de
la demanda, y con ello la trascendencia y cuantía de la causa, olvidando en su relato un
principio básico en el ordenamiento jurídico, cual es el de la buena fe, conforme al cual se
prohíbe a las partes contradecir el acto propio anterior, en la especie, materializado en la
tasación del inmueble efectuado por el mismo demandado Víctor Lonza, procedimiento
conforme al cual el predio fue valorizado en la suma de 41.517,76 UF, es decir, al
equivalente de $793.638.972, precio similar al cual fue transferido por su representado a la
sociedad Inversiones y Comercial Santa Paula S.A. el 17 de diciembre de 1999 en la suma
de 35.112 UF y que deja de manifiesto la irracionalidad de los precios convenidos por el
50% de los derechos sobre el predio en todos y cada uno de los contratos cuya nulidad se
demanda en autos. En cuanto a la infracción al principio de la buena fe que debe regir la
conducta de todas las partes del juicio, cita doctrina para invocar la regla que establece que
a nadie es lícito hacer valer un derecho en contradicción con su anterior conducta, lo que
concierne al principio que impide las conductas contradictorias, para lo cual también cita
jurisprudencia nacional, de acuerdo a la teoría de los actos propios, es decir, aquel principio
general del derecho fundado en la buena fe que impone un deber jurídico de respeto y
sometimiento a una situación jurídica creada por la conducta del mismo sujeto, evitando así
la agresión a un interés ajeno y el daño consiguiente, y que se traduce en que se debe
mantener en el derecho una conducta leal y honesta y, desde luego, es la inspiración de la
regla por la cual nadie puede aprovecharse de su propio dolo o fraude, encontrando en
materia contractual su base legal en el artículo 1546 del Código Civil, siendo sus requisitos
de procedencia los siguientes: a) una conducta anterior, que revela una determinada
posición jurídica de parte de la persona a quien se le trata de aplicar este principio; b) una
conducta posterior de parte del mismo sujeto, contradictoria con la anterior; y c) que el
derecho o pretensión que haga valer la persona en quien incide el acto propio perjudique a
la contraparte jurídica. Agrega que dentro de las investigaciones criminales seguidas en
contra del demandado, derivada de la venta simulada de los derechos sobre el inmueble
demandado civilmente, se ha evacuado un Informe Pericial de Tasación del predio,
conforme al cual se ha establecido su valor comercial en la suma de 50.000 Unidades de
Fomento, valor que adquiere la mayor trascendencia respecto de las acciones entabladas, ya
que permite establecer, de manera objetiva y clara, la manifiesta y burda simulación de los
contratos de compraventa impugnados.
En cuanto al supuesto conocimiento por parte del actor de la primera venta
efectuada, defensa alegada por el demandado, intentando con ello deslegitimarlo en cuanto
a su oportunidad, y vinculándolo con una supuesta prescripción extintiva de la acción,
señala que esta defensa nuevamente carece de relevancia jurídica. Indica que el Acuerdo de
División de Negocios celebrado en su representado y el demandado data del 21 de enero de
1999, las Bases y Acuerdos para la División y Adjudicación se suscribió con fecha 10 de
septiembre de 1999, la Valoración de los Bienes se efectuó el 13 de septiembre de 1999, el
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Convenio de Adjudicación se celebró con fecha 18 de octubre de 1999 y el denominado
Testimonio de Cumplimiento Parcial de Obligación, Prórroga de Plazo y Acuerdos se
suscribió con fecha 20 de diciembre de 1999, instrumentos que, frente al incumplimiento de
los acuerdos celebrados incurrido por el demandado obligaron a su representado a requerir
la constitución del Tribunal Arbitral, el que en definitiva dictó sentencia acogiendo las
pretensiones de su parte en el mes de junio de 2002, fallo en contra del cual el demandado
interpuso todo tipo de recursos, por lo que al fin quedó ejecutoriado en el mes de abril del
año 2005, y que nuevamente, frente al incumplimiento del fallo arbitral, su parte se vio en
la necesidad de requerir su cumplimiento ante la Justicia Ordinaria, demanda ejecutiva
seguida ante el 27° Juzgado Civil de Santiago, Rol N°13605-2005, caratulada “Ruff con
Transportes Maihue y otros” interpuesta el 10 de noviembre de 2005, en la que el 14 de
diciembre de 2006 se acogió la demanda y se ordenó la transferencia de los bienes
adjudicados a su parte, entre ellos, el 50% de los derechos sobre el Fundo Santa Rosa de
Chihuío, la respectiva escritura de transferencia ante la negativa del demandado de
suscribirla, en cumplimiento a lo ordenado por el Tribunal, la que fue finalmente otorgada y
suscrita, en representación de los demandados, por el Juez Árbitro don Cesar Serani,
escritura pública otorgada en Santiago con fecha 27 de abril de 2007 ante la Notario
Público doña María Angélica Zagal Cisternas, y que al ser inscrita en el Conservador de
Bienes Raíces de Los Lagos fue rechazada por encontrarse los derechos actualmente en
posesión y dominio de las también demandadas Paseo Franklin S.A. y El Toltén S.A.
Expone que, como quedaría en evidencia, no existe desidia o negligencia alguna en el
actuar del demandante, sino muy por el contrario, ha cumplido regularmente con todas y
cada una de las etapas jurídicas y posteriormente judiciales a las que ha sometido el
incumplimiento permanente y doloso del demandado.
En cuanto a la excepción de prescripción de la acción, señala que ésta constituye la
única defensa jurídica opuesta por el demandado, fundada en la norma del artículo 2515 del
Código Civil, contabilizándose el plazo de 5 años invocado desde un día indeterminado del
mes de enero del año 2002, fecha desde la cual, supuestamente, su parte habría tomado
conocimiento de la venta realizada por el demandado de los derechos sobre el predio que se
encontraba obligado a transferir al actor, excepción perentoria que, además, conduciría a la
pérdida de la legitimación activa para accionar en autos, desestimando la acción de nulidad
absoluta entablada en el proceso. Expone que existe una confusión manifiesta en las
alegaciones de la contraria, por lo que solicita su rechazo en todas sus partes. Indica que la
acción es la facultad que tiene una persona para presentarse ante los tribunales de justicia,
solicitando el reconocimiento o la declaración del derecho que cree tener, citando la
doctrina nacional, y que los sujetos de la acción, a su vez, se clasifican en activo y pasivo,
siendo el primero el titular de la misma, o sea, la persona que la ejerce y que dentro del
proceso reviste el papel de demandante, y que el sujeto pasivo de la acción es la persona en
contra de la cual ella es dirigida y que dentro del proceso reviste el rol de demandado. Así,
la legitimidad activa de su representado para el ejercicio de las acciones de nulidad absoluta
de los contratos impugnados emanaría de los acuerdos y compromisos suscritos por el
demandado y cuyo incumplimiento derivaron en las acciones judiciales pertinentes en los
términos antes referidos, sentencias judiciales firmes y ejecutoriadas que lo invistieron del
derecho ejercitado en autos, reconocido por el propio demandado al cuestionar su vigencia
mediante la excepción de prescripción intentada; luego, la falta de legitimación activa debe
ser rechazada en todas sus partes por ser abiertamente impertinente, como también,
ciertamente, inexistente.
Además, indica que la norma invocada por el demandado para alegar la prescripción
corresponde a la norma general en dicha materia, conforme a la cual las acciones ordinarias
se extinguen transcurrido el término de cinco años desde que la obligación se hizo exigible,
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Foja: 1
conforme lo dispone el artículo 2514 del Código Civil. Expone que el plazo para entablar
las acciones ejercitadas en autos comenzó a correr desde que nació el derecho de su parte
para exigir la obligación correlativa, en la especie, desde que se dictó sentencia arbitral
favorable a sus intereses, en junio del año 2002, y que ésta quedó ejecutoriada y se hizo
exigible en abril del año 2005; por consiguiente, bajo este marco legal la acción entablada,
con independencia de la supuesta fecha en que se tomó conocimiento de los contratos cuya
nulidad demanda, prescribiría en el mes de abril del año 2010; entonces, la prescripción
alegada resulta total y absolutamente inexistente y debe ser rechazada. No obstante lo
anterior, señala que en la especie la norma de prescripción general del artículo 2515 del
Código Civil resulta ser impertinente, por cuanto respecto de la acción entablada existe
norma especial de prescripción que prima por sobre la norma general. Cita al efecto
doctrina y jurisprudencia nacional para aseverar que, como lo señala el propio precepto,
este plazo es la regla general para la prescripción extintiva, y para que no se aplique, se
requiere una disposición legal que expresamente señale otro; si la ley no dice nada
específicamente, la prescripción extintiva es de 5 años y, también, que el artículo 2515
citado determina el plazo de prescripción de las acciones que no han sido ejercitadas. En la
especie, desde el mes de abril de 2005 empezaría a correr el plazo de la acción entablada,
ya que sólo a partir de la sentencia ejecutoriada a favor de su parte, ha nacido la
legitimación activa sobre el derecho que se reclama según se expuso anteriormente.
Agrega que en autos se ha entablado la acción de nulidad absoluta en contra de los
contratos individualizados en la demanda, no como afirma el demandado, para recurrir a
una “acción excepcional” y ampliar un plazo que supone vencido, sino que por el contrario,
señala que ha ejercitado la acción que el ordenamiento jurídico contempla precisamente al
efecto, derecho ejercitado luego de adquirir el derecho necesario para reclamarlo, o sea,
luego de haber obtenido sentencia arbitral firme y ejecutoriada que ordenó la transferencia
a su parte de los derechos que sobre el predio Santa Rosa de Chihuío que el demandado
irregularmente transfirió a terceros relacionados en intento de sustraerse al cumplimiento de
sus obligaciones para con su representado. Como fundamento, invoca doctrina nacional al
respecto para señalar que la acción de nulidad es el medio de hacer valer en juicio la
nulidad absoluta lo que se traduce en la presentación de la correspondiente demanda ante el
tribunal competente, y que tiene una existencia efectiva, porque es uno de los medios de
que se puede valer una persona para obtener de la justicia la declaración de nulidad
absoluta de una acto o contrato, y que la facultad de los jueces de declararla de oficio, aún
sin petición de parte, no excluye la facultad de los interesados para recabar un
pronunciamiento sobre el particular, sino, por el contrario, lo hace más ineludible, porque
no prosperaría ni la excusa de no haber sido observada.
Agrega que la naturaleza de dicha acción es personal, conforme dispone el artículo
578 del Código Civil, porque emana de un derecho personal, como es el que tiene
cualquiera de los contratantes o terceros a quienes esos contratos puedan lesionar en sus
respectivos derechos, para reclamar su nulidad, su infracción de la ley en los casos por ésta
previstos. Finalmente, hace presente que la acción de nulidad prescribe en el término de 10
años desde la celebración del acto o contrato, conforme ordena el artículo 1683 del Código
Civil, norma de prescripción especial establecida por el propio código y que prevalece
sobre la norma general del artículo 2515 antes citado, y que en la especie se encontraría
plenamente vigente, toda vez que el primer acto impugnado es de fecha 8 de enero de 2002,
es decir, a 5 años de la fecha en la cual se entabló la demanda.
En cuanto a la promesa de compraventa celebrada por el actor con la Sociedad
Inversiones y Comercial Santa Paula, señala que la alegación formulada por el demandado
nuevamente escapa a una defensa jurídica, buscando desacreditar a su parte, y que pretende
tender un manto de duda respecto de la legitimidad de las acciones entabladas y la
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veracidad de sus alegaciones, cuestionando el plazo del ejercicio de la acción, en relación a
la fecha de celebración del contrato de promesa al que se refiere. Expone que el primer
acuerdo de división de negocios suscrito por las partes data de enero de 1999 y el último,
referido al Cumplimiento Parcial de Obligación, Prórroga de Plazo y Acuerdos que señala,
es de 20 de diciembre de 1999, conforme a los cuales, el actor, luego de adjudicarse, entre
otros, el predio Santa Rosa de Chihuío, debía cancelar determinadas sumas de dinero al
demandado por los alcances derivados de sus adjudicaciones; para tal efecto, suscribió el
respectivo Contrato de Promesa con la Sociedad Inversiones y Comercial Santa Paula S.A.
y destinó íntegramente las sumas recibidas en pago del precio acordado con la promitente
compradora, al pago de los alcances que le correspondían al señor Lonza, quien lo recibió a
satisfacción, y de ahí la data de la suscripción de la promesa. En cuanto a la fecha del
ejercicio de las acciones entabladas, indica que ello se debe a que, no obstante que el
demandado se encontraba obligado a cumplir con la entrega de las propiedades adjudicadas
a su parte, su incumplimiento derivó en definitiva en la necesidad de recurrir al Tribunal
Arbitral acordado, el que recién dictó fallo condenatorio en contra del señor Lonza y sus
sociedades en el mes de junio de 2002, fallo ejecutoriado recién en el mes de abril de 2005,
luego de lo cual nació el derecho que se ha ejercitado, primero, entablando la acción
ejecutiva de cumplimiento de obligación de hacer y, luego, la acción entablada en estos
autos.
En cuanto a la contestación de la demanda por parte de la demandada Inmobiliaria Santa
Bárbara Limitada, indica que de su tenor queda claro que se ha limitado exclusivamente a
una negación de los hechos que sirven de fundamento al libelo, sin oponer excepción o
defensa alguna. Empero, hace presente que el representante de la demandada, don Peter
Dragicevic Cariola, enfrenta también la acción criminal por el delito de contrato simulado
seguida ante el 32° Juzgado del Crimen de Santiago, Rol N°3850-2003 conjuntamente con
el demandado Víctor Lonza Lazo.
Respecto de la contestación a la demandada presentada por las demandadas
Servicios Financieros Arauco y Franklin S.A., Paseo Franklin S.A. y Toltén S.A., expone
que nuevamente su defensa controvierte los hechos que han servido de fundamento de las
acciones entabladas, por lo que reitera lo señalado precedentemente. En cuanto a la falta de
legitimación activa alegada, fundada en el hecho de no haber tenido participación en el
contrato de compraventa suscrito entre los demandados Víctor Lonza Lazo y la sociedad
Inmobiliaria San Bárbara Limitada, se remite a lo expresado anteriormente, toda vez que la
legitimidad activa de su representado emana de los acuerdos y compromisos suscritos por
el demandado señor Lonza y cuyo incumplimiento derivó en las acciones judiciales
sometidas al conocimiento del Tribunal, por lo que la falta de legitimación activa planteada
por las demandadas deberá ser rechazada en todas sus partes por ser abiertamente
impertinente y carecer de argumento legal.
En cuanto a la falta de legitimación pasiva alegada, aclara que la demanda se
interpuso en contra de don Víctor Gabriel Lonza Lazo, Inmobiliaria Santa Bárbara
Limitada, Servicios Financieros Arauco y Franklin S.A., Paseo Franklin S.A. y el Toltén
S.A., todos en su calidad de demandados principales, por haberse beneficiado o participado
en el conjunto de actos y contratos ya enunciados, conducentes a burlar los efectos de la
sentencia arbitral dictada por el señor Serani, y que en ningún caso se persigue configurar
un litisconsorcio pasivo, sino que lo que se persigue es que los efectos de la acción de
nulidad impetrada se extiendan a todos los sujetos involucrados en los actos contrarios a la
buena fe cometidos por los demandados.
Respecto de la prescripción de la acción de nulidad ejercida, se remite a lo expuesto
en párrafos precedentes.
En definitiva, solicita se tenga por evacuado el trámite de la réplica, acogiendo la
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demanda en todas sus partes, con expresa condenación en costas.
A fojas 92 se tuvo por evacuado el trámite de la réplica y se confirió traslado para la
dúplica.
A fojas 93 comparece don Eduardo Estay Rodríguez, por el demandado don Víctor
Lonza Lazo, y evacúa el trámite de la duplica, reiterando la solicitud de rechazo de la
demanda incoada por el demandante, don Enrique Ruff Ferres, con especial condenación en
costas. Añade en esta oportunidad, la falta de interés patrimonial por parte del demandante,
ya que la acción de nulidad absoluta quedaría delimitada, en cuanto a sus titulares, a
quienes justifiquen un interés real en la declaración de nulidad. Al respecto, señala que la
doctrina y jurisprudencia exigen que el interés debe ser real, lo que necesariamente supone
que el interés sea patrimonial, lo que significa que la declaración de nulidad que se
persigue, o más precisamente, la extinción de derechos y obligaciones que ella implica,
tengan necesariamente una consecuencia económica para el que reclama la nulidad,
excluyéndose, por tanto, cualquier otro tipo de interés, sea moral, social, cultural, espiritual
etc.; como sea que la nulidad extingue derechos y obligaciones, repercute en el campo
patrimonial, y para la ley lo único que justifica poner en movimiento la jurisdicción y atacar
un acto presuntivamente válido es el provecho o perjuicio económico que de ello se sigue.
Al respecto, señala que el demandante ha dejado pasar más de cinco años sin accionar en
contra del señor Lonza para reclamar judicialmente la entrega del bien raíz –los derechos
sobre el fundo Chihuío—, tal como explicó en la contestación de la demanda, y asevera que
ello posee una importancia relevante, ya que en el eventual e hipotético caso que se llegare
a declarar la nulidad absoluta del contrato celebrado en enero de 2002 con la sociedad
Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada, el actor está impedido de accionar con el objeto de
hacerse de dicho bien, por haber transcurrido más de cinco años desde que se dictó la
sentencia que le sirve como titulo, que es de fecha 4 de Junio de 2002, operando a su
respecto la prescripción ordinaria de la acción reivindicatoria.
Expresa que les es posible confundir el derecho a alegar la nulidad absoluta, con el
interés que la ley exige como requisito para que este derecho pueda ejercerse; el derecho es
una facultad que la ley confiere a ciertas personas para alegar la nulidad, y que corresponde
a todo aquel que tiene un interés pecuniario comprometido en ello, pero no es menos cierto
que el derecho reconoce su origen en la ley y para ello deben observarse si hay o no
ausencia de requisitos que miran la naturaleza del acto o contrato. Cita jurisprudencia
respecto del artículo 1683 del Código Civil que expresa que el interés debe ser patrimonial
y que, por ende, la nulidad absoluta puede ser alegada por cualquier persona a quien
beneficie pecuniariamente esa declaración, mediante la restitutio in integrum. Además, que
se ha entendido que ese interés debe existir en el momento de ejecutarse el acto o celebrarse
el contrato y tener como su causa jurídica necesaria, la contravención legal que acarrea esta
nulidad. En la especie, y al no poder ejercitar el actor la acción reivindicatoria, no existiría
el interés patrimonial que exige la ley al hablar de la existencia de un interés real para el
demandante, requisito sine qua non para demandar de nulidad absoluta, lo que llevaría
perentoriamente a que la demanda de autos deba rechazarse.
En segundo lugar, agrega como alegación la falta de interés coetáneo, por parte del
actor, en la celebración del acto que se impugna. Señala que el artículo 1683 del Código
Civil expresa que la nulidad absoluta puede alegarse por todo el que tenga interés en ello,
de lo que se desprende que la acción de nulidad absoluta queda delimitada, en cuanto a sus
titulares, a quienes justifiquen un interés real en la declaración de nulidad, y que dicho
interés no es cualquiera. Invoca jurisprudencia para señalar los requisitos que deben
concurrir, y que don: a) que el interés exista al tiempo de producirse la nulidad, o sea, al
producirse la infracción que lleva consigo la sanción, y b) que ese interés, que nace de la
lesión o perjuicio producido por la infracción, tenga en ésta su causa jurídica y necesaria.
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Así, asevera que el interés debe ser coetáneo a la celebración del acto que se impugna, y
que el provecho económico no es un elemento sobreviniente, o sea, no es un interés que se
incorpore al acto después de su perfeccionamiento.
En otros términos, significa que el provecho o consecuencia económica que
experimentará el que demanda la nulidad, debe remontarse al momento en que se celebra el
acto impugnado. En cuanto al caso de autos, el título en virtud del cual el actor funda su
demanda consiste en el fallo arbitral dictado el 4 de Junio de 2002, y la enajenación que se
ataca es la venta de la propiedad que se hace a la sociedad Inmobiliaria Santa Bárbara
Limitada, materializada mediante escritura pública de 8 de Enero de 2002, otorgada ante
Notario Público de Santiago don Hugo Pérez Pousa, inscrita a fojas 153 n°232 del Registro
de Propiedad del año 2002 del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, inscripción
practicada el 27 de Marzo del año 2002, por lo que que el título que esgrime el actor para
demandar de nulidad es posterior a la conclusión de los actos que impugna de nulidad
absoluta, pues la venta y enajenación del predio Chihuío es anterior al nacimiento del
derecho esgrimido por el demandante. Cuando el título que se esgrime para demostrar la
existencia del interés es sobreviniente al acto que se impugna, señala, demuestra que tal
interés no existía al momento de la celebración de los contratos de compraventa a favor de
Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada. En virtud de este antecedente jurídico, señala que la
demanda no puede prosperar, debiendo ser rechazada.
Acto seguido, alega sobre el desmesurado precio del bien raíz establecido por el
actor, como fundamento basal de la simulación denunciada. Indica que el demandante
celebró un contrato de promesa de compraventa con la sociedad Inversiones y Comercial
Santa Paula S.A. por escritura pública de 17 de Diciembre de 1999 ante Notario Público
don Juan Ricardo San Martín, fijándose el precio en la suma de 35.112 U.F.; vencidos los
plazos para celebrar la compraventa prometida y vencidos también los plazos para ejercer
toda suerte de acciones ordinarias de cumplimiento de lo pactado, hasta la fecha,
transcurridos casi ocho años, jamás la promitente compradora, que dice haber pagado
35.112 Unidades de Fomento ha intentado acción judicial alguna, ya sea para adquirir el
dominio del inmueble, o para reclamar la restitución de lo pagado. Nadie se limitaría a
cruzarse de brazos y dejar que se pierda una suma de cuantía tan relevante sin accionar para
su recuperación, expone, y que al contrario, la actitud inexplicablemente pasiva de quién se
hace aparecer como promitente compradora, revela que el contrato ha consistido en una
figura que falsamente se montó por el demandante con una empresa perteneciente a una
persona de su confianza, y que el precio que se hizo figurar no guarda correspondencia con
la realidad. Además, que resulta igualmente inverosímil y demostraría la falsedad del
montaje articulado por el actor, que éste haya dejado pasar más de cinco años sin ejercitar
acciones concretas y efectivas para recuperar un predio de un supuesto tan cuantioso valor,
ya que nadie racionalmente deja pasar más de cinco años para accionar y recuperar las
supuestamente 35.112 Unidades de Fomento que según el demandante sería el valor de la
propiedad. En este punto, hace nuevamente alusión el prontuario de deudas impagas y
juicios por incumplimiento que detenta el actor, sus empresas y sus familiares cercanos, a
quienes habría utilizado para ejercitar sus actividades.
Como última alegación de defensa, señala que el derecho para obtener la
transferencia del fundo Chihuío fue reconocido por el propio actor en su demanda arbitral
como condicionado al pago del alcance, que hasta la fecha no se entera. En efecto, en su
demanda arbitral el mismo demandante de autos reconoce expresamente que entre los
bienes que estaban condicionados al pago íntegro del alcance que se había producido a
favor del señor Lonza en la división de activos, se encontraba precisamente el fundo
Chihuío, y cita un párrafo de la mencionada demanda arbitral. En efecto, hasta que se dictó
sentencia en el juicio arbitral el demandante reconocía que la transferencia del fundo
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Chihuío estaba condicionada al pago del alcance que había resultado de la división de los
activos, por lo que la enajenación que hizo el señor Lonza del fundo Chihuío el 8 de Enero
de 2002, se encontraba amparado y avalado por el propio reconocimiento del señor Ruff,
quien expresaba en sus escritos que no había obligación de traspasar el fundo Chihuío, sin
que previamente se pagara el alcance, que a esa fecha no había enterado. Tanto es así,
expone, que el cobro del alcance se encuentra aún pendiente a la fecha, con acciones de
cobro en juicios civiles y penales que se tramitan ante el 3° Juzgado Civil de Santiago,
caratulado “Inversiones Eslavas con Inmobiliaria Costa Bella”, rol de ingreso n°1670-00, y
ante el 22° Juzgado del Crimen de Santiago, caratulado “contra Enrique Ruff Ferres”, por el
delito de giro doloso de cheque, rol de ingreso n°11751-1. Agrega que el juicio arbitral
referido no fue iniciado por el señor Ruff, como erróneamente se expresa en la demanda,
sino que todo lo contrario: el juicio arbitral fue iniciado por don Víctor Lonza Lazo con
fecha 5 de Mayo de 2000, con el objeto de que se hiciera efectiva la multa pactada para el
caso de no pago oportuno del alcance.
Así, queda demostrado que cuando el señor Lonza vendió sus derechos en el fundo
Chihuío, no existía la obligación de transferir el fundo al señor Ruff, por lo que mal
entonces se le puede atribuir la mala fe o ilicitud que en la demanda se pretende demostrar
cuando enajena el mismo predio tantas veces nombrado. Este antecedente destruiría las
osadas afirmaciones vertidas por el actor en su demanda que debió accionar en contra del
señor Lonza ante el juez árbitro don Cesar Serani. Cita al efecto lo expuesto en la página 15
n°16 de la sentencia arbitral, titulado “Instrumento testimonio. Modificación del artículo 10
de las Bases”, los que demostraría que el actor a la fecha de celebración del contrato que
impugna y cuya nulidad solicita, no tenía título ni acción que le permitiera exigir la
transferencia del bien raíz, ya que para ser acreedor a la transferencia, debía previamente
pagar el alcance, lo que no ha hecho hasta el día de hoy. Cita como confirmación de lo
señalado, nuevamente el mismo fallo arbitral y su numeral 26, página 21, que acredita que
el actor carece de legitimación activa para deducir la demanda, pues a la fecha de
enajenación del bien raíz no había pagado el alcance, y que él mismo había reconocido que
la transferencia de dominio estaba supeditada a dicho pago; que mal puede atribuirse dolo o
mala fe del señor Lonza en la enajenación que hizo el 8 de Enero de 2002, en circunstancias
que a la fecha del contrato impugnado no existía obligación de transferencia de dominio de
la propiedad a favor del señor Ruff; que a la fecha del contrato impugnado, como
consecuencia de que no le correspondía exigir la transferencia del fundo Chihuío, el actor
no había recabado siquiera una prohibición de gravar o enajenar, o haber declarado el bien
raíz como litigioso, medidas enteramente a su alcance y que cualquier asistencia jurídica lo
hubiera aconsejado como imperioso, si seriamente hubiera tenido la convicción de que le
correspondía la exigibilidad de ése derecho; que el mismo fallo que se esgrime por el actor
señor Ruff, establece expresamente que a contar de la fecha del fallo –4 de Junio de 2002—
el sr. Ruff “dispondrá” (futuro) de una vía procesal para obtener el dominio en pleno uso,
goce y disposición de los bienes.
Concluye señalando la ausencia de dolo del demandado señor Lonza en el contrato
impugnado, y a la vez, la falta de legitimación activa del demandante, por ausencia de
interés coetáneo que se le exige al actor para hacer uso de la acción de nulidad absoluta
intentada.
En definitiva, solicita se tenga por evacuado, dentro de plazo, el trámite de la
dúplica que corresponde a la parte de don Víctor Lonza Lazo.
A fojas 105 comparece don Juan Felipe Letelier Muñoz, abogado, por las
demandadas Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A., Paseo Franklin S. A. y El
Toltén S. A., y evacúa el traslado conferido en relación al trámite de la dúplica de la
demanda ordinaria interpuesta en estos autos por don Enrique Adolfo Ruff Ferrés. Indica
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que el actor ha evacuado el trámite de la réplica, intentando tardíamente modificar los
fundamentos contenidos en la demanda de autos, al pretender erradamente señalar las
fechas a contar de las cuales se debería comenzar a contarse el plazo de su prescrita acción
de nulidad de contratos, conforme a las que señala en su presentación, aduciendo que el
plazo de prescripción se debería comenzar a contar desde el mes de abril del 2005, fecha de
ejecutoria de la sentencia arbitral, siendo que consta claramente en autos que el primer
contrato cuya nulidad se demanda se encuentra suscrito entre los demandados Víctor Lonza
Lazo e Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada el día 8 de enero de 2002, exactamente hace 5
años, 5 meses y 13 días, contados desde la fecha de su suscripción hasta la de notificación
de la demanda de autos, lo que demuestra claramente que la demanda de autos se encuentra
absolutamente prescrita. Señala que intenta también el demandante en su escrito
complementar tardíamente la demanda de autos con fundamentos de derecho, los que no se
encontraban contenidos ni mencionados siquiera en la demanda de autos.
Reitera el hecho que el demandante ha solicitado la declaración de nulidad absoluta de una
serie de contratos, entre los que primeramente se incluye el celebrado por Inmobiliaria
Santa Bárbara Limitada con don Víctor Lonza Lazo, por escritura pública de fecha 8 de
enero de 2002, ante Notario Público don Hugo Leonardo Pérez Pousa, sobre cesión de
derechos de su 50% en un predio de mayor extensión, denominado “Fundo Chihuío”,
contrato celebrado hace ya 5 años, 5 meses y 13 días, contados desde su suscripción hasta
la fecha de notificación de la demanda de autos, lo que demuestra claramente que la
demanda interpuesta se encuentra absolutamente prescrita, conforme a lo señalado en los
artículos 2514 y 1515 del Código Civil, preceptos aplicables en la especie. Que también se
ha solicitado la declaración de nulidad respecto del contrato celebrado posteriormente entre
Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada e Inversiones El Cerro Limitada, que da cuenta la
escritura pública de fecha 8 de abril de 2002, ante el Notario de Santiago recién nombrado,
sobre cesión de derechos del mismo predio, demanda que conforme a lo señalado en los
mismos artículos antes señalados, esto es, los artículos 2514 y 2515 del Código Civil, se
encontraría también absolutamente prescrita. Señala, además, que sus representadas no
tuvieron participación alguna en los señalados contratos, siendo falsas las supuestas
maquinaciones e intenciones perversas y perjudiciales de terceros de las que las acusa el
actor, negando terminantemente los hechos supuestamente ilícitos en los que se pretende
vincular a sus representadas, dejando constancia que todas las operaciones y negocios que
han realizado y realizan sus representadas, son serias, que corresponden absolutamente a la
realidad y a la voluntad de las partes, siendo falso, de falsedad absoluta, las circunstancias y
hechos con que se ha pretendido fundamentar la demanda presentada.
Indica que el demandante estaba en pleno y cabal conocimiento de las ventas de los
derechos que se han efectuado desde el año 2002 a la fecha. En efecto, antes que se dictara
fallo en el juicio arbitral, a comienzos del año 2002, el señor Ruff Ferrés estaba en perfecto
y cabal conocimiento de la venta de los derechos que se habían efectuado, primeramente, a
la sociedad Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada, transcurriendo también, en exceso, el
plazo de cinco años que la ley contempla para la prescripción de las acciones, conforme lo
señalan los artículos 2514 y 2515 del Código Civil, para lo cual ofrece valerse de todos los
medios de prueba que la ley procesal le franquea para tales efectos, para que en definitiva el
tribunal de rechace en todas y cada una de sus partes, con expresa condenación en costas, la
infundada e improcedente demanda de nulidad de contratos de autos, por encontrarse
prescrita la acción de nulidad de contrato impetrada por la demandante, por ser claramente
la causal invocada por la contraria una de nulidad relativa, acción ordinaria que prescribió
el día 8 de enero del año 2007, conforme a las normas legales antes citadas.
Insiste en que cada una de sus representadas carecen de legitimidad pasiva para ser
demandadas en autos, ya que la demanda intenta hacer efectiva una especie de
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Foja: 1
litisconsorcio voluntario en cuanto a los demandados y en cuanto a la acción incoada con
una supuesta pluralidad de causas, también llamada acumulación eventual, por más que la
demandante quiera indicar lo contrario en su escrito de réplica. Así, sus representadas
carecerían de legitimidad pasiva para ser demandadas en virtud de una supuesta nulidad de
un contrato, del que no fueron ni nunca serán parte, y más aún, respecto de los cuales han
actuado de buena fe en aquellos que si participaron, frente a derechos inscritos y sanos, que
no mantenían anotación o limitación alguna para su legítima transferencia.
En relación a la falta de legitimidad activa del demandante, expone que respecto a
sus representadas también carece de ella, basado en reiteradas declaraciones realizadas por
el actor en su escrito de réplica, en las cuales señala como hecho constitutivo de su
legitimación, sentencias de diversos Tribunales de Justicia, señalando que existe una
sentencia arbitral ejecutoriada y una ejecución de ella ante un Tribunal Ordinario Civil, que
a su vez habría dictado sentencia, ejecutoriada, incluso, ordenando la transferencia de
algunas propiedades, entre ellas los derechos sobre el fundo Chihuío, que eran del Sr.
Lonza Lazo, la cual consultada en el texto de ella, por mucho, no dice lo expresado, no
ordena la ejecución de la sentencia transfiriendo estos derechos, ni ningún otro, sino más
bien se declara incompetente para seguir conociendo del asunto, y que ordena que el señor
árbitro deberá dar cumplimiento ante el Tribunal que corresponda a lo dispuesto en el
artículo 635 inciso final del Código de Procedimiento Civil, supuesto que aún no se ha
verificado siquiera. Entonces, si en el juicio ejecutivo de la sentencia arbitral invocada, no
se ordena la transferencia de los bienes y en especial el del fundo, controvierte la
legitimidad activa del actor para pedir la nulidad de actos jurídicos celebrados válidamente
a los juicios indicados y a las personas afectadas por él.
Indica que el demandante impugna simultáneamente en su libelo, por causa ilícita y
simulación absoluta, todos los contratos de cesión de derechos que indica en su demanda,
celebrados por cinco demandados, libelo que pretende fundarse en una misma supuesta
causa ilícita y en una supuesta simulación absoluta, bajo el manto de una nulidad absoluta,
y alega que no puede ser un mismo acto jurídico, simultáneamente, simulado absolutamente
y también adolecer de causa ilícita, desprendiéndose también aquí la artimaña que se da la
demandante para intentar sorprender a sus escuchas, ya que acusa de situaciones imposibles
a terceros en sus negocios, con sorprendente verosimilitud a un relato real. Señala que
aunque se tomaran como independiente un contrato del otro, los celebrados por sus
representadas no han sido simulados, ni tampoco adolecen de causa ilícita, por ser hipótesis
contrapuestas una a la otra, atendida su propia naturaleza.
En cuanto a la falsedad de los hechos con que se ha pretendido fundar la demanda, indica
que ignora sin miramientos y por completo las presunciones de buena fe que amparan a sus
representadas, como a toda persona, sea esta natural o jurídica. Además, que hace caso
omiso y aparentemente, en forma intencional, olvidando que sus representadas son
sociedades legalmente constituidas, distintas a las personas que son propietarias de parte de
ellas o sus representantes y que, por lo tanto, no les son aplicables sus dichos respecto de
ellas y sin más las deja fuera de su accionar. Por lo demás, en los contratos y operaciones
comerciales que sus representadas ejecutaron, nada limitaba a los cedentes para transferir
legítimamente sus derechos, como tampoco a los cesionarios adquirirlos a su turno. Así, los
derechos en cuestión carecían de toda limitación al dominio o impedimento para la libre
transferencia de ellos; más aún, no tenían siquiera anotación alguna de litigio al margen de
las inscripciones de los derechos que recaen sobre el fundo Chihuío.
Precisa que el predio objeto litigioso de la demanda, no es un inmueble en sí, sino
que la acción se entabla respecto de derechos constituidos sobre parte del predio, lo que
significa que su valorización dependerá exclusivamente de las circunstancias que en un
momento dado motiven o sean el objeto de un negocio determinado y variará entre negocio
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y negocio y no corresponden a criterios objetivos e inamovibles, como pretende la
demandante.
En virtud de lo antes expuesto, reitera y ratifica lo señalado en el escrito de
contestación de demanda, solicitando que la demanda sea rechazada, en todas y cada una de
sus partes, con costas.
En definitiva, solicita se tenga por evacuado el traslado conferido en autos a su
parte, respecto del trámite de la dúplica, en los términos antes expuestos, y en su mérito, se
sirva rechazar la demanda de autos en todas y cada una de sus partes, con expresa condena
en costas.
A fojas 109 se tuvo por evacuado el trámite de la dúplica por los demandados Víctor
Lonza Lazo, Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A., Paseo Franklin S. A. y El
Toltén S. A.
A fojas 111 se tuvo por evacuado en rebeldía de Inmobiliaria Santa Bárbara
Limitada, el trámite de la dúplica.
A fojas 113 se citó a las partes a comparendo legal de conciliación, resolución que
fue debidamente notificada a las partes, como se lee de las actuaciones que obran de fojas
114 a 116, y que no prosperó atendida la rebeldía del demandado señor Víctor Lonza Lazo,
como se lee a fojas 118.
A fojas 120 se recibió la causa a prueba, interlocutoria repuesta parcialmente por
resolución de 16 de septiembre de 2008 –escrita a fojas 137-, fijándose los hechos
substanciales, pertinentes y controvertidos. En orden a acreditarlos, las partes rindieron la
que obra en autos.
Por último, a fojas 490 se citó a las partes para oír sentencia.
CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO:
I.- En cuanto a las tachas.
Primero: Que, a fojas 149, el apoderado del demandado don Víctor Lonza Lazo
formula tacha en contra del testigo presentado por la parte demandante, don Daniel Enrique
Gangas Manríquez, invocando las causales de los numerales 5, 6 y 7 del artículo 358 del
Código de Procedimiento Civil, pues conforme a sus respuestas a las preguntas de tacha
habría reconocido expresamente que ha prestado servicios constantes desde el año 2000 a la
Sociedad Iccsa, controlada por el demandante, quien toma las decisiones de contratación de
servicios y dispone el pago de las personas contratadas, como es el caso del testigo, quien
presta asesorías de investigación y seguimiento a personas, siendo de absoluta confianza
del actor.
Segundo: Que, evacuando el traslado conferido, el apoderado del demandante
solicitó el rechazo de la tacha opuesta, señalando que de los dichos del testigo de ninguna
forma se puede deducir que presta servicios en la actualidad a la empresa Iccsa, ni que
perciba sumas constantes de dinero de dicha sociedad, la que fue accionista de Inmobiliaria
Santa Bárbara, representada por el demandado Sr. Dragicevic Cariola, Inversiones Lada e
Inversiones Heildelberg. Agrega que no existe en autos antecedente alguno del cual se
pueda desprender que el actor detente el control de Iccsa ni que haya contratado como
persona natural los servicios del testigo, quien tomó contacto con dicha empresa por medio
de don Peter Dragicevic Cariola. Asimismo, señala que no se puede establecer la existencia
de un vínculo de subordinación y dependencia por todo el tiempo que la incidentista plantea
y que no se ha acreditado que el testigo sea o haya sido empleado de la empresa en
cuestión. Por último, expone que los servicios que haya prestado en el pasado el testigo, no
le inhabilitan o restan veracidad para dar fe de sus dichos, ni permiten concluir la existencia
de amistad con la parte que lo presenta.
Tercero: Que, de la simple lectura e inteligencia de las respuestas entregadas por el
testigo a las preguntas de tachas que le fueran formuladas con el objeto de establecer la
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concurrencia de alguna causal de inhabilidad a su respecto, no se advierte que éste se
encuadre en alguna de las hipótesis contempladas por nuestra legislación para dicho efecto,
toda vez que ni de ellas, ni del mérito del proceso, se deduce antecedente alguno que
permita estimar que el testigo preste o haya prestado servicios laborales remunerados bajo
relación de subordinación y dependencia de la persona que ha solicitado su testimonio en
este juicio, esto es, don Enrique Ruff Ferrés, ya que habría mantenido una relación laboral
con la empresa Iccsa, persona jurídica en la cual habría tenido participación el actor,
aunque desconociendo si ésta era mayoritaria, y aclarando incluso que primero se entendió
laboralmente con el Sr. Dragicevic Cariola y luego con el Sr. Acuña Guimpert, sin siquiera
mencionar al demandante para dichos efectos, por lo que, en primer término, se desechará
la causal contemplada en el n° 5 del artículo 358 del Código de Procedimiento Civil,
invocada para inhabilitar su testimonio.
En cuanto a la contenida en el n° 6 del precitado artículo 358, al igual que en el caso
anterior, de las respuestas entregadas por el testigo Sr. Gangas Martínez no se atisba interés
pecuniario alguno que éste pudiera tener respecto de los resultados del presente juicio,
desde que éste sería propietario de una empresa dedicada a la recuperación de antecedentes
y datos, sin vinculación necesaria o dependencia respecto del demandante y de su situación
comercial y/o patrimonial, por lo que no se puede aseverar que el resultado para el Sr. Ruff
en este juicio, sea favorable o adverso, pueda incidir de pecuniariamente en el estado
patrimonial de aquel, por lo que se rechazará también la tacha fundada en esta causal.
Por último, respecto de la última causal invocada, cabe también concluir que no
existe antecedente alguno del que pueda deducirse que el testigo mantiene o mantuvo en
algún momento algún grado de amistad con el demandante de autos, menos en el grado de
intimidad que exige la ley, único idóneo para sustraerle de la debida y mínima
imparcialidad que el testigo debe detentar para poder deponer en autos, por lo que también
se desechará la tacha en este sentido.
Cuarto: Que a fojas 158 el apoderado de la demandante formuló tacha en contra del
testigo presentado por la demandada Paseo Franklin S.A., don Maximiliano Enrique Gálvez
Morales, invocando las causales previstas en los números 4, 5 y 6 del artículo 358 del
Código de Procedimiento Civil, toda vez que, según lo expresado por el propio testigo, es
empleado de la sociedad que lo presenta a estrado, y que claramente tiene un interés de
carácter pecuniario en los resultados de este juicio, por lo que su declaración carece de la
imparcialidad necesaria para dar fe de sus dichos y para obrar como prueba de las defensas
planteadas.
Quinto: Que, evacuando el traslado conferido, el apoderado del demandado Sr.
Víctor Lonza solicitó el rechazo de la tacha formulada, por cuanto de lo expresado por el
testigo puede establecerse que él trabaja para la empresa Servicios Financieros Arauco y
Franklin S. A., por lo que no se ha establecido la relación de dependencia a que se refieren
los números 4 y 5 del artículo precitado artículo 358 respecto de la parte que lo presenta a
declarar y, además, no concurren los fundamentos del numeral 6° del mismo, esto es, que
carezca de imparcialidad, ni menos ha señalado tener un interés directo o indirecto en el
juicio, requisitos sin los cuales la tacha es improcedente.
Por su parte, el representante de las empresas demandadas Inversiones El Cerro S.
A., Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A., y El Toltén S. A., solicitó el rechazo de
la tacha formulada al testigo, por cuanto respecto de éste en ningún caso se ha podido
establecer que trabaje para las empresas Servicios Financieros Arauco S. A. y El Cerro S.
A.; agrega, además, que no se puede establecer la relación a que se refieren los números 4 y
5 del precitado artículo 358, y que tampoco ha podido establecerse, en conformidad al
numeral sexto, un interés directo o indirecto en el juicio, ni que carezca de total
imparcialidad, por lo que solicita que la tacha sea rechazada.
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El tribunal dejó para definitiva la resolución de la tacha opuesta.
Sexto: Que, en primer término, se advierte la improcedencia de la defensa esgrimida
por el apoderado del demandado Sr. Víctor Lonza Lazo respecto de la tacha formulada en
contra del referido testigo, pues éste fue citado a la presencia judicial por la demandada
Paseo Franklin S. A., como se lee de la presentación de fojas 130, demandada que posee
representación judicial distinta de la del demandado Sr. Lonza, como también se aprecia de
fojas 56, 62 y 68 vta., por lo que dicho apoderado no detenta la calidad jurídica, derecho,
interés y/o facultad para evacuar un traslado que no le empece, desde que la tacha se ha
deducido en contra de una persona que no es testigo de la parte a la cual representa, aunque
en definitiva pueda aprovecharse de sus declaraciones. En consecuencia, se desestimarán
sus alegaciones, considerándose únicamente las formuladas por el apoderado de la
demandante y del apoderado de las restantes demandadas que aparece evacuando el
traslado.
En cuanto a la causal contenida en el numeral 4° del citado artículo 358, se
desestimará de plano, puesto que tanto la jurisprudencia como la doctrina, en forma
conteste y reiterada, se han inclinado frente a la postura de que sólo es aplicable respecto de
trabajadores de servicio doméstico que se desempeñen para la persona que ha requerido su
testimonio en juicio, situación que concurre en la especie.
Respecto de las hipótesis previstas en las causales de los números 5° y 6°, tanto de
las declaraciones del testigo como del mérito del proceso se aprecia que el testigo fue
signado por el demandante como representante legal de una de las sociedades demandadas
–Servicios Financieros Arauco y Franklin S.A.—, entidad que junto a las demandadas El
Toltén S. A. y Paseo Franklin S. A. designaron un mandatario judicial en común –don Juan
Felipe Letelier Muñoz—, como se lee a fojas 60, 61, 62 y 63, quien no alegó de forma
alguna en el proceso que el señor Maximiliano Gálvez Morales no detentara la
representación que se le atribuía. Así las cosas, y a pesar de haber sido llamado a prestar
declaración sólo por la demandada Paseo Franklin S. A., habiendo concurrido ésta en
conjunto con Servicios Financieros Arauco y Franklin S .A. en la defensa de sus intereses
en el presente juicio, se estima la concurrencia de ambas causales de inhabilidad deducidas
en su contra, desde que efectivamente el testigo se desempeña como dependiente de esta
última, siendo incluso su representante legal, y que obviamente los resultados de este juicio
incidirán efectivamente en sus intereses patrimoniales, tanto positiva como negativamente,
dependiendo del resultado que obtenga respecto, incluso, del demandado señor Víctor
Lonza Lazo y de la convención que celebró con la demandada Sociedad Inmobiliaria Santa
Bárbara Limitada, por lo que con mayor razón lo tendrá respecto del resultado en cuanto
afecte los intereses de la empresa a la cual representa y de las otras con las cuales ha
comparecido en conjunto. Así, su testimonio se ve alcanzado por un interés pecuniario que
le resta la imparcialidad necesaria para poder declarar objetivamente en este juicio.
En consecuencia, se acogerá la tacha deducida en su contra, invocando las causales
contempladas en los números 5 y 6 del artículo 358 tantas veces citado, por lo que su
testimonio deberá ser obviado, para todos los efectos legales pertinentes.
Séptimo: Que a fojas 161 el apoderado del actor formuló tacha en contra de la
testigo, doña Mirtha Cristina Hernández Gárate, presentada al juicio por la demandada
Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A., invocando a su respecto las causales de los
números 4 y 5 del precitado artículo 358, toda vez que de sus dichos se desprenderían
nítidamente los vínculos de subordinación y dependencia respecto de la parte demandada
que la presenta, que forma parte del Holding de empresas controladas por el demandado
señor Víctor Lonza Lazo, quien es el representante legal de todas las demandadas,
evidenciando que en su calidad de empleada carece de la imparcialidad suficiente para dar
fe de sus dichos, afectándole de manera clara y precisa las inhabilidades indicadas en la
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Foja: 1
norma legal precitada.
Octavo: Que, al evacuar el traslado conferido, la parte demandada que representa a
don Víctor Lonza se opone a la tacha, con costas, puesto que la testigo ha declarado que
ella es contadora de una empresa, lo que debe entenderse a título profesional, ya que en
ningún caso la testigo ha dicho que es empleada de la misma, hecho que se desprendería
inequívocamente de sus propias declaraciones. Añade que la testigo jamás ha expresado la
pertenencia a un "Holding de empresas", dichos que fueron expresados por la parte
contraria y no por la Sra. Hernández. Asimismo, esgrime que de los dichos de la testigo
frente a la tacha formulada no se acredita ninguno de los supuestos legales de los números
4, 5 y 6 del artículo 358, quedando claro que la testigo comparece con imparcialidad
necesaria para declarar y que toda otra reflexión antojadiza que no corresponda a la
realidad, debe ser rechazada.
En el mismo orden de ideas, la parte demandada que representa a las sociedades El
Cerro S. A., Servicio Financiero Arauco y Franklin S. A. y el Toltén S. A., solicitó el
rechazo de la tacha, con costas, en razón de que doña Mirtha Hernández en ningún
momento ha dicho que es empleada de Toltén S. A., sino que muy por el contrario, la
testigo se encuentra contratada por Comercial Paseo Franklin Limitada, su actual
empleador, razón por la cual no es demandada en esta causa, por lo que solicita sea
rechazada la tacha opuesta.
El Tribunal dejó la resolución de la tacha para la presente definitiva.
Noveno: Que, al igual como se señaló en el primer párrafo del considerando sexto,
respecto de la testigo doña Mirtha Hernández se advierte la improcedencia de la alegación
de defensa realizada por el apoderado del demandado señor Víctor Lonza Lazo, puesto que
aquélla fue citada a la presencia judicial por la demandada Servicios Financieros Arauco y
Franklin S. A., como se lee del escrito que obra a fojas 129, demandada que posee
representación judicial diferente de la que ha presentado el demandado Sr. Lonza, como se
aprecia de fojas 56, 60 y 68 vta., por lo que efectivamente el apoderado de éste carece de la
calidad jurídica, derecho, interés y/o facultad para evacuar un traslado que no le incumbe,
ya que la tacha se ha deducido en contra de una persona que no es testigo de la parte a la
cual representa, aunque en definitiva pueda aprovecharse de sus declaraciones. En
consecuencia, se desestimarán sus alegaciones, considerándose únicamente las formuladas
por el apoderado de la demandante y del apoderado de las restantes demandadas que
aparece evacuando el traslado.
Que, como ya se concluyó en los párrafos segundo y tercero del considerando sexto,
se aprecia la improcedencia de la aplicación de la causal contemplada en el n° 4 del artículo
358, puesto que tanto la jurisprudencia como la doctrina unánimemente han estimado que
es sólo aplicable respecto de dependientes de servicio doméstico que presten servicios para
la parte que los ha presentado a su favor en juicio, circunstancias que no concurre en la
especie. En cuanto a la causal contemplada en el n° 5, aún cuando de lo expuesto por la
testigo objeto de impugnación al contestar las preguntas de tacha, como asimismo del
mérito del proceso, se advierte que efectivamente presta labores de contadora para una de
las demandadas de autos -El Toltén S. A.-; su declaración fue requerida por la demandada
Servicios Financieros Arauco y Franklin S.A., persona jurídica que, aunque junto a las
demandadas El Toltén S.A. y Paseo Franklin S.A. designaron un mandatario judicial común
–don Juan Felipe Letelier Muñoz— en defensa de sus intereses, como se lee a fojas 60, 61,
62 y 63, es distinta de aquélla para la que prestaría servicios, por lo que, aun cuando cabe
una razonable duda acerca de su imparcialidad para declarar, no habiendo sido invocada
esta última causal, se negará lugar a la tacha deducida amparada en la causal contemplada
en el n° 5 del artículo 358 del Código de Procedimiento Civil.
Decimo: Que a fojas 165, el representante del actor interpuso tacha en contra del
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testigo don José Álvaro Carvallo Silva, presentado en juicio por la demandada Servicios
Financieros Arauco y Franklin S. A.- La funda en que, de sus propios dichos, se
desprendería que desde el año 1998 o 1999 y hasta la actualidad, ha mantenido una relación
laboral remunerada con la parte que lo presenta a declarar, esto es, Servicios Financieros
Arauco y Franklin S. A., El Toltén S. A., y Paseo Franklin S. A., razón por la cual lo
afectarían las inhabilidades contenidas en los números 4, 5, 6 y 7 del artículo 358, por lo
que sus dichos carecen de la imparcialidad necesaria para obrar como prueba en el presente
juicio, solicitando se acoja la tacha, con costas.
Decimo primero: Que, evacuando el traslado conferido, la parte demandada de don
Víctor Lonza solicitó el rechazo de la tacha opuesta, con costas. Funda su defensa en que de
los propios dichos del testigo se desprende que él no es un trabajador remunerado, como
erróneamente plantea el demandante, pues ha señalado claramente que, en su calidad de
Ingeniero Civil y profesional independiente, ha prestado servicios a las dos sociedades que
nombró. En consecuencia, expone, no se dan los fundamentos jurídicos de las causales de
tacha contempladas en los números 4 y 5 del artículo 358. Agrega que, de sus dichos,
resulta patente que no tiene amistad íntima con quien lo presenta, ni enemistad con la
persona del demandante; en consecuencia, no incurre en la causal contemplada en el n° 7
del mentado artículo 358. Por último, expone que de las declaraciones del testigo en
cuestión, no se desprende ningún elemento fáctico ni jurídico que permita suponer una
suerte de parcialidad para declarar en este pleito. Por tanto, la invocada causal del n° 6
también carece de todo sustento fáctico. En suma, concluye, las tachas opuestas se fundan
en simples suposiciones producto de la imaginación de quien las formula, y no guardan
correspondencia con los hechos que el mismo testigo ha sentado al responder las preguntas
de tacha.
Por su parte, el apoderado común de las empresas demandadas, solicita el rechazo
de las tachas opuestas por el demandante, toda vez que el testigo en ningún momento ha
afirmado tener algún tipo de vínculo laboral remunerado, sino que, muy por el contrario, el
testigo ha sido claro en declarar que su relación como Ingeniero y Asesor a estas empresas
ha sido de carácter externo, por lo que solicita el rechazo de la tacha fundada en las
causales de los números 4 y 5 del artículo 358, con sus respectivas costas. Además, a su
juicio, no ha existido ningún dicho o elemento jurídico por parte del testigo que permitan
suponer una suerte de parcialidad en este juicio, en consecuencia, solicita el rechazo de la
tacha fundada en la causal del nº 6 del precitado artículo 358, con costas. Por último, afirma
que los dichos del propio testigo evidencian claramente que no existe una relación de
amistad o enemistad con las demandadas, por lo cual solicita el rechazo de la causal de
inhabilidad contemplada en el nº 7 del artículo 358, con costas.
El tribunal dejó para definitiva su resolución.
Decimo segundo: Que, conforme se expuso en el párrafo primero de los
considerandos sexto y noveno, se desestimarán de plano las alegaciones de defensa
formuladas por el apoderado del demandado señor Víctor Lonza Lazo, por improcedentes,
dando por reproducidos los argumentos expuestos en su oportunidad, por ser idéntica la
situación respecto de este testigo.
En cuanto a las inhabilidades invocadas por el apoderado del demandante respecto
de este testigo, por las mismas razones expuestas en los considerandos sexto y noveno, que
se dan por reproducidas en este acto, se desestimará la tacha deducida en cuanto se funda
en las causales de los numerales 4 y 5 del artículo 358 del Código de Procedimiento Civil,
puesto que no existe antecedente alguno del cual se pueda desprender que el testigo sea o
fuere trabajador dependiente, entendiéndose por tal –el que presta habitualmente servicios
retribuidos al que lo haya presentado por testigo-, ni menos que preste servicios laborales
remunerados bajo relación de subordinación y dependencia respecto de la misma.
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Foja: 1
Asimismo, no existen antecedentes que acrediten que entre el testigo y el representante
legal de la parte que lo ha presentado a estrados exista siquiera una relación de amistad, por
lo que menos podría alcanzar el grado de intimidad requerido por la ley, o de enemistad
evidente en contra del demandante, por lo que también se desechará la tacha fundada en la
causal contemplada en el n° 7 del precitado artículo 358.
Sin perjuicio de lo razonado precedentemente y teniendo presente que el testigo
objeto de impugnación ha declarado que, en su calidad de Ingeniero asesor en materias
financieras y comerciales, ha prestado asesorías externas a la demandada Paseo Franklin
S.A., desde su génesis o constitución, esto es, por lo menos desde el año 1999 a la fecha de
su declaración (13 de octubre de 2008), haciéndose extensiva dicha asesoría a la empresa
Comercial Paseo Franklin S. A., a la cual se encuentra ligado por un contrato de honorarios
desde hace nueve años, se advierte que mantiene una relación comercial o de negocios con
la empresa Paseo Franklin S. A., esto es, de relevancia económica por lo que su testimonio
necesariamente se verá alcanzado por un interés pecuniario que le resta imparcialidad;
máxime cuando, a pesar de haber sido presentado por otra de las demandadas, a saber,
Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A., ésta ha comparecido en autos conjuntamente
con Paseo Franklin S. A., defendiéndose en bloque y designando un procurador común, lo
que supone que sus líneas de defensa no son sólo comunes, sino que complementarias y
recíprocamente favorables para obtener en juicio; y que, a mayor abundamiento, ambas
sociedades –Paseo Franklin S. A. y Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A.—
comparten como denominador común, por lo menos hasta esta etapa, el haber entregado su
representación legal al también demandado Sr. Víctor Lonza Lazo, se estima que el testigo
en cuestión carece de la imparcialidad necesaria para declarar en juicio, ya que un resultado
eventualmente negativo para la parte que ha requerido su testimonio -Servicios Financieros
Arauco Franklin S. A.-, implicará ,casi con certeza, también un resultado adverso para
Paseo Franklin S. A. y Comercial Paseo Franklin S. A., con las que mantiene una relación
comercial, y, por ende, necesariamente revestirá una consecuencia negativa para sus
intereses económicos como asesor comercial externo, por lo que se acogerá la tacha
deducida en su contra, fundada en la causal contenida en el n° 6 del artículo 358,
descartándose la ponderación de su testimonio al momento de resolver el asunto
controvertido sometido a decisión de este Tribunal.
II.- En cuanto al fondo:
Decimo tercero: Que, a fojas 1, Don Enrique Adolfo Ruff Ferrés, deduce demanda
de nulidad de contrato, en juicio ordinario de mayor cuantía, en contra de los demandados,
ya individualizados, y solicita que se declare, en primer término, que es nula
absolutamente, por causa ilícita y simulación absoluta, la compraventa materializada en
escritura pública de 8 de enero de 2002, otorgada ante el notario público de Santiago don
Hugo Pérez Pousa, celebrada entre don Víctor Lonza Lazo e Inmobiliaria Santa Bárbara
Limitada, y que se cancelan las inscripciones de fojas 153 n° 232 y fojas 157 n° 239 del
Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, año 2002; que,
asimismo, por idénticas causales y como consecuencia de la retroactividad de la
declaración de nulidad de la compraventa referida anteriormente, son nulas y carecen de
todo valor y efecto la compraventa celebrada entre Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada e
Inversiones El Cerro S.A., por escritura pública de 8 de abril de 2002, otorgada ante
Notario Público don Hugo Pérez Pousa, y las inscripciones de fojas 252 n° 390 y fojas 252
n° 391 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, año
2002; la compraventa celebrada entre Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A. -antes
Inversiones El Cerro S. A.-, y Paseo Franklin S. A., por escritura pública de 17 de marzo de
2005, otorgada ante la Notario Público doña María Gloria Acharán, y las inscripciones de
fojas 497 n° 650 y fojas 497 n° 651 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes
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Foja: 1
Raíces de Los Lagos, año 2005; la compraventa celebrada entre don Víctor Lonza Lazo y
El Toltén S. A., por escritura pública de 21 de junio de 2006, otorgada ante Notario Público
de San Miguel don Abner Poza, y las inscripciones de fojas 487 n° 695 y fojas 488 n° 696
del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, año 2006; y,
por último, que se condena solidariamente a los demandados al pago de las costas de la
causa o, en subsidio, en la forma que el Tribunal determine.
Los argumentos de hecho y de derecho en los que ha fundado su acción se
encuentran latamente detallados en la parte expositiva de esta sentencia y se dan por
íntegramente reproducidos en esta parte.
Decimo cuarto: Que en lo principal de fojas 50, don Víctor Lonza Lazo,
demandado en autos, contesta la demanda deducida en su contra, solicitando sea rechazada
íntegramente, con costas. Al efecto, en primer término, expone algunas consideraciones
particulares de la persona del demandante y de su situación patrimonial, económica y
judicial; en segundo lugar, hace presente que las características topográficas y
geomorfológicas del Fundo Santa Rosa de Chihuío, unidas al inclemente clima de la zona
en que se encuentra enclavado, lo hacen con suerte viable en el futuro para algún proyecto
de turismo aventura, desestimando el valor de US$1.000.000.- que le asigna el actor; en
tercer lugar, señala que el actor se encontraba en conocimiento absoluto de la transferencia
de sus derechos en el referido inmueble, efectuada en el año 2002 a la sociedad
Inmobiliaria Santa Bárbara Ltda., lo que ofrece acreditar en el curso del juicio; agrega que
las acciones judiciales que pudo y debió intentar el demandante respecto del inmueble sub-
lite, se encuentran extintas por haber operado la prescripción a su respecto, toda vez que,
desde enero de 2002 -época en que el demandante tomó conocimiento de la compraventa
materia de autos- a la fecha de ejercicio de la acción de marras, ha transcurrido en exceso el
plazo prescrito por el artículo 2515 del Código Civil, lo que, en su concepto, privaría de
legitimidad activa al actor; y por último, que la supuesta celebración del contrato de
promesa de compraventa efectuado por el actor con la sociedad Inversiones y Comercial
Santa Paula S.A., por escritura pública de 17 de diciembre de 1999, sería demostración de
la falsedad que se ha tratado de presentar como juicio ante el Tribunal, puesto que,
transcurridos ocho años desde dicha convención, ni el promitente vendedor ni la promitente
compradora han intentado acción judicial alguna para hacerse del dominio que
supuestamente perseguirían.
Los argumentos de hecho y de derecho en que ha apoyado su defensa, fueron
detalladamente tratados en la parte expositiva y se dan por íntegramente reproducidos en
este acto.
Decimo quinto: Que en lo principal de fojas 57, don Peter Dragicevic Cariola, en
representación de la demandada Inmobiliaria Santa Bárbara Ltda., contesta la demanda,
solicitando sea rechazada íntegramente, con costas. Alegando, al efecto, la falsedad de las
imputaciones formuladas a su respecto, negando terminantemente los hechos
supuestamente ilícitos en los que se vincula a su representada, en particular, las
maquinaciones e intenciones perversas y perjudiciales de terceros que se le atribuyen. En el
mismo sentido, afirma que todas las operaciones y negocios que ha realizado y realiza su
representada son serias, corresponden a la realidad y a la voluntad de las partes, siendo
falsas las circunstancias y hechos planteados en el libelo, ofreciendo demostrar sus
afirmaciones en el curso del proceso.
Cabe tener presente que esta demandada no evacuó el trámite de la dúplica que le
asistía en el proceso, por lo que no agregó más antecedentes a su genérica defensa.
Decimo sexto: Que en lo principal de fojas 78, don Juan Felipe Letelier Muñoz,
abogado, en calidad de mandatario judicial de las demandadas Servicios Financieros
Arauco y Franklin S. A., Paseo Franklin S. A. y El Toltén S. A., contesta la demanda
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Foja: 1
interpuesta en contra de sus representadas, solicitando sea rechazada íntegramente, con
costas. En primer término, señala que controvierte todos los hechos señalados en la
demanda, con la sola excepción de aquellos que reconoce expresamente en su contestación.
Agrega que sus representadas no han celebrado contrato alguno con el demandante, y los
que han celebrado no tienen las características fraudulentas o antijurídicas que se les ha
atribuido, por lo que carecen de legitimación pasiva para ser demandadas en autos.
Asimismo, funda su defensa en que son falsas las supuestas maquinaciones e intenciones
perjudiciales para terceros de las que las acusa el actor en su libelo y, además, afirma que
todas las operaciones y negocios que han realizado y realizan son serias, siendo falsas las
circunstancias y hechos planteados por el actor, y que, para acreditarlo, se valdrá de todos
los medios de prueba que le franquea la ley. Alega, además, que los contratos celebrados
por sus representadas fueron otorgados sin que existiera impedimento legal alguno para su
celebración, en los hechos y en lo jurídico, con ausencia de mala fe y en la certeza que
realizaban actos jurídicos que no pueden ser calificados de inválidos, inexistentes o nulos.
Agrega que sus representadas carecen de legitimidad pasiva para ser demandadas, puesto
que –a su juicio- estaríamos frente a una demanda que intenta hacer efectiva una especie de
litisconsorcio voluntario en cuanto a los demandados y, en cuanto a la acción incoada, una
supuesta pluralidad de causas, también llamada acumulación eventual. Prosigue, señalando
que dicha falta de legitimidad pasiva se encontraría íntegramente acreditada, pues resulta
del todo improcedente exigir a un demandado eventual, comparecer a un juicio, cuando en
realidad sólo se le está demandando para el evento que se declare la nulidad de un primer
contrato de cesión de derechos, a saber, el suscrito entre quién tiene el carácter de
demandado principal, por lo que se trataría de una verdadera demanda condicional, sujeta
precisamente a la procedencia de la demanda respecto del primer demandado. En
consecuencia, si sus representadas carecen de legitimación pasiva, el actor carecería de
legitimidad activa para deducir la presente demanda. Por último, solicita se rechace
íntegramente la demanda, con costas, por encontrarse absolutamente prescrita la acción de
nulidad intentada, por no haberse notificado debida y oportunamente la acción de marras,
de acuerdo a los plazos que para dichos efectos señala la ley, a saber, cinco años para el
ejercicio de la acción ordinaria.
A fojas 105, don Juan Felipe Letelier Muñoz, apoderado de las demandadas
Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A., Paseo Franklin S. A. y El Toltén S. A.,
evacuando el trámite de la dúplica, reitera sus alegaciones y defensas en orden a
encontrarse prescrita la acción intentada en autos, y a la ausencia de participación alguna de
sus representadas en el contrato que se impugna primigeniamente, datado el 8 de enero de
2002, y que fuera celebrado entre don Víctor Lonza Lazo e Inmobiliaria Santa Bárbara
Ltda., por lo que carecerían de legitimidad pasiva para ser demandadas en autos. Agrega
que, conforme lo expuesto por el propio actor, éste tuvo pleno conocimiento, desde el enero
de 2002, de la venta de los derechos del demandado Sr. Lonza a Santa Bárbara Ltda., por lo
que sus acciones restitutorias se encuentran prescritas. Asimismo, careciendo de
legitimación pasiva sus representadas, consecuencialmente el actor se encuentra privado de
legitimidad activa para dirigirse en contra de aquellas, pues no cuenta con un título del cual
pueda desprenderse un derecho en su contra. Luego, hace presente la incompatibilidad de
las peticiones del actor, ya que un mismo acto jurídico no puede ser absolutamente
simulado y a la vez adolecer de causa ilícita, lo que en absoluto acontecería con los
contratos celebrados por sus representadas. Agrega que en la demanda se han atribuido
hechos a sus clientes, que viene a vulnerar la presunción de buena fe que les asiste; máxime
cuando son personas jurídicas distintas de las personas que las constituyen, y han ejecutado
dichos actos libremente, puesto que el bien objeto de la litis ni siquiera se encontraba afecto
a alguna medida precautoria o prohibición, o mención de ser un bien litigioso, que pusiera
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Foja: 1
aviso sobre su disputa. Por último, y respecto del bien, indica que no es un bien inmueble
en sí, sino que se trata de derechos constituidos sobre parte del predio, por lo que su
valorización dependerá de variadas circunstancias, siendo imposible objetivarla, como si se
tratare derechamente de un bien raíz.
Decimo séptimo: Que, conforme lo expuesto por el actor, su pretensión se ha
materializado en la interposición de una acción ordinaria de nulidad que, en la especie,
tiene por objeto que se declare nulo absolutamente el primigenio contrato impugnado –a
saber, la compraventa de derechos celebrado con fecha 8 de enero de 2002, entre don
Víctor Lonza Lazo y la sociedad Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada, respecto de los
derechos que aquél poseía sobre el Fundo Santa Rosa de Chihuío, correspondientes al 50%
de dicho inmueble, por adolecer de causa ilícita y simulación absoluta; y
consecuencialmente, por las mismas causales, idéntica declaración de nulidad respecto de
las demás compraventas efectuadas sobre los mismos derechos, entre las demandadas
Inmobiliaria Santa Bárbara Ltda., Inversiones El Cerro S.A., -ahora, Servicios Financieros
Arauco y Franklin S.A., Paseo Franklin S. A.- y El Toltén S. A.-; ordenando, asimismo, la
cancelación de las inscripciones de dominio que las amparan y que se restituya la
inscripción original, con costas.
Decimo octavo: Que, a su vez, las defensas que han esgrimido los demandados han
sido tanto genéricas, controvirtiendo todos y cada uno de los hechos y fundamentos de
derecho en que se ha apoyado el actor, como también específicas, constatándose que los
demandados Víctor Lonza Lazo y las sociedades Servicios Financieros Arauco y Franklin
S. A., Paseo Franklin S.A. y El Toltén S.A., han opuesto la excepción de prescripción de la
acción deducida, alegando, además, la falta de legitimidad tanto activa como pasiva, lo
desmesurado del valor de los derechos del bien raíz, la contrariedad de las peticiones del
demandante al solicitar la nulidad absoluta, primero, por causa ilícita y luego por
simulación absoluta, y la falsedad de las imputaciones que a su respecto se hizo en el libelo.
Decimo noveno: Que, atendido los fundamentos de hecho y de derecho en que se
ha apoyado la demanda del actor, y las excepciones y defensas esgrimidas por los
demandados en sus escritos correspondientes al período de discusión, la controversia quedó
acotada a los hechos substanciales, pertinentes y controvertidos signados en la
interlocutoria de prueba de fojas 120, misma que tras ser repuesta parcialmente por
resolución de fojas 137, quedó, en definitiva, como sigue: 1.- Derechos del demandante
sobre el Fundo Santa Rosa de Chihuío; 2.- Relación comercial, previa y/o coetánea a los
presentes autos, entre el demandante y el demandado Sr. Lonza Lazo; 3.- Existencia y, en la
afirmativa, cláusulas de diversos acuerdos adoptados entre el demandante y el demandado
Sr. Lonza Lazo, durante el año 1999, con el objeto de dividir el patrimonio común producto
de negocios conjuntos; 4.- Época en que las obligaciones emanadas de los contratos cuya
nulidad se solicita se hicieron exigibles; 5.- Vínculo jurídico o comercial existente entre los
distintos demandados; 6.- Efectividad de haberse celebrado una compraventa sobre el
predio Santa Rosa de Chihuío, entre los demandados Sr. Lonza Lazo e Inmobiliaria Santa
Bárbara Ltda.; en la afirmativa, precio acordado, pago efectivo del mismo, época de
celebración y demás cláusulas relevantes para la cuestión debatida en autos; 7.- Efectividad
de haberse celebrado una compraventa sobre el predio Santa Rosa de Chihuío, entre los
demandados Inmobiliaria Santa Bárbara Ltda., e Inversiones El Cerro S.A., hoy Servicios
Financieros Arauco y Franklin S.A.; en la afirmativa, precio acordado, pago efectivo del
mismo, época de celebración y demás cláusulas relevantes para la cuestión debatida en
autos; 8.- Efectividad de haberse celebrado una compraventa sobre el predio Santa Rosa de
Chihuío, entre los demandados Inversiones El Cerro S.A., hoy Servicios Financieros
Arauco y Franklin S.A., y Paseo Franklin S.A.; en la afirmativa, precio acordado, pago
efectivo del mismo, época de celebración y demás cláusulas relevantes para la cuestión
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Foja: 1
debatida en autos; 9.- Efectividad de haberse celebrado una compraventa sobre el predio
Santa Rosa de Chihuío, entre los demandados Sr. Lonza Lazo y El Toltén S. A.; en la
afirmativa, precio acordado, pago efectivo del mismo, época de celebración y demás
cláusulas relevantes para la cuestión debatida en autos, y 10.- Hechos y circunstancias
constitutivos de la causa ilícita y simulación absoluta alegadas.
Vigésimo: Que, en orden a acreditar los puntos de prueba que hagan procedente su
demanda, el actor rindió en tiempo, forma y sin objeción, la instrumental consistente en:
copia autorizada de la sentencia dictada por el Juez Arbitro don César Serani Martelli; copia
autorizada de la reinscripción del Fundo Santa Rosa de Chihuío a nombre del demandante y
del demandado don Víctor Lonza, practicada a fojas 411 n° 481 del Registro de Propiedad
del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, año 1994, que contiene la de fojas 593 n°
968 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Río Bueno, año 1983;
copia autorizada de la escritura pública de compraventa de 8 de enero de 2002, otorgada
ante Notario Público don Hugo Pérez Pousa, celebrada entre don Víctor Gabriel Lonza
Lazo e Inmobiliaria Santa Bárbara Ltda., y de las inscripciones de fojas 153 n° 232 y fojas
157 n° 239 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, año
2002; copia autorizada de la escritura pública de compraventa de 8 de abril de 2002,
otorgada ante Notario Público don Hugo Pérez Pousa, celebrada entre Inmobiliaria Santa
Bárbara Ltda. e Inversiones El Cerro S.A. y copia autorizada de las inscripciones de fojas
252 n° 390 y fojas 252 n° 391 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces
de Los Lagos, año 2002; copia autorizada de la escritura pública de compraventa de 17 de
marzo de 2005, otorgada ante la Notario Público de Santiago María Gloria Acharán,
celebrada entre Inversiones El Cerro S.A. -actualmente llamada Servicios Financieros
Arauco y Franklin S.A.- y Paseo Franklin S.A., y de las inscripciones de fojas 497 n° 650 y
fojas 497 n° 651 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Los
Lagos, año 2005; copia autorizada de la escritura pública de compraventa de 21 de junio de
2006, otorgada ante Notario Público de San Miguel, don Abner Poza, celebrada entre don
Víctor Gabriel Lonza Lazo y sociedad El Toltén S. A., y de las inscripciones de fojas 487
n°695 y fojas 488 n°696 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de
Los Lagos, año 2006; copia autorizada de las siguientes escrituras públicas: a) promesa de
compraventa celebrada entre el demandante y la sociedad Inversiones y Comercial Santa
Paula S. A., por escritura pública de 17 de diciembre de 1999, otorgada en la Notaría
Pública de don Ricardo San Martín, por la cual señala haber prometido vender a dicha
sociedad la totalidad del fundo Santa Rosa de Chihuío, respecto del cual tenía derechos
ascendentes al 50%, los que se completarían con el otro 50% que debía transferirle el
demandado Víctor Lonza Lazo, según lo explicado en la demanda, en que consta que el
precio total prometido ascendió a $528.553.927, equivalentes a U. F. 35.112.-, que la
sociedad Santa Paula pagó de contado al subscribir la promesa; b) escritura pública de 8 de
abril de 2002, otorgada en la Notaría de María Angélica Zagal, por la cual vendió y
transfirió sus derechos -ascendentes al 50% del total en el fundo Santa Rosa de Chihuío- a
Inversiones y Comercial Santa Paula S. A., en el precio de U. F. 17.556, equivalentes a
$264.276.964.-, y copia autorizada de la inscripción de dicha cesión de derechos, practicada
a fojas 223 n° 347 y fojas 224 n° 348 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes
Raíces de Los Lagos, año 2002; c) de modificación de la promesa de compraventa referida
en la letra a), de fecha 8 de abril de 2002, otorgada en la Notaría Pública de Santiago de
doña María Angélica Zagal Cisternas. Acompaña, además, copia autorizada del “Acuerdo
de División de Negocios”, que se contiene en instrumento privado de 21 de enero de 1999;
copia autorizada de la protocolización efectuada el 10 de septiembre de 1999, en la Notaría
Pública de Santiago de doña María Angélica Zagal, del documento denominado “Bases y
Acuerdos para la División y Adjudicación de los bienes de propiedad de los señores Víctor
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Foja: 1
Lonza Lazo y Enrique Ruff Ferrés”, que consta en instrumento privado de 7 de septiembre
de 1999; copia autorizada de la protocolización efectuada el 13 de septiembre de 1999 en la
misma notaría, respecto de los documentos datados el 11 de septiembre de 1999, sobre
valorización que las partes hicieron de los diversos bienes, y en el cual se aprecia que al
demandado Sr. Lonza Lazo le correspondió valorizar el Fundo Santa Rosa de Chihuío y
otros derechos, asignándole un valor de $563.430.000, equivalentes a U. F. 37.743,42.- que,
por efectos del mecanismo de ofertas, subió en definitiva a U. F. 41.517,76.-, precio en que
se lo adjudicó el demandante; copia autorizada de la protocolización del “Convenio de
Adjudicación de Activos Debidamente Valorizados”, ambos -pacto y protocolización- de
18 de octubre de 1999, en la precitada notaría, y copia autorizada del instrumento privado,
de 20 de diciembre de 1999, firmado ante la misma notario, denominado “Testimonio de
Cumplimiento Parcial de Obligación, Prórroga de Plazo y acuerdos que señalan”.
Estos documentos fueron adjuntos al proceso en el primer otrosí del libelo de fojas 1
y se encuentran guardados en la custodia n° 1324-2007 del Tribunal.
Asimismo, en tiempo, forma y sin objeción, a fojas 146 ofrece acompañar los
siguientes documentos: boletas de honorarios números 254, 269, 282 y 293, emitidas a
International Commerce Center S.A., por servicios de recuperos y otros trámites;
manuscrito de don Rodolfo Acuña, por el cual se encargan gestiones y trámites, con logo de
International Commerce Center S.A.; transacción comercial celebrada ante notario, entre
Temple Ángel, Clifton e International Commerce Center S.A.; recibo de vehículo en
calidad de depositario, él que da cuenta de que International Commerce Center S.A. recibe
en dicha calidad provisional un jeep marca Suzuki, rubricado por don Maximiliano Gálvez
Morales, en calidad de gerente general de la depositaria, con fecha 14 de noviembre de
2002, y certificados de anotaciones de vehículos del deudor de International Commerce
Center S.A.. Estos documentos fueron allegados materialmente al proceso y se encuentran
guardados en la custodia n° 4948-2008.- Asimismo, en el segundo otrosí de su escrito de
fojas 196, ofreció acompañar al proceso los siguientes instrumentos: certificado de
matrimonio celebrado entre el demandado Víctor Lonza Lazo y doña Jasna Elena
Dragicevic Burgos, certificado de nacimiento de esta última, certificado de nacimiento de
don Peter Dragicevic Cariola, representante legal de Inmobiliaria Santa Bárbara Ltda.,
certificado de nacimiento de don Pedro Segundo Dragicevic Damianovic, copia autorizada
de escritura pública de constitución de sociedad anónima cerrada “International Commerce
Center S. A.”, otorgada ante notario público doña María Angélica Zagal Cisternas, el 16 de
julio de 1993, copia autorizada de escritura pública en la que se redujo la primera junta
extraordinaria de accionistas de la sociedad señalada anteriormente, extendida ante la
misma notario, con fecha 18 de diciembre de 1995, y en la que aparece asistiendo el
demandado Víctor Lonza Lazo, en representación de Inversiones Eslavas S. A., y el actor,
en representación de Inversiones Heilderberg S. A., y copia autorizada de escritura pública
de constitución de sociedad anónima cerrada “Dnproshina América S. A.”, otorgada ante
notario público doña María Angélica Zagal Cisternas el 29 de noviembre de 1993, de la
cual es socia la sociedad International Commerce Center S. A. Estos documentos obran
materialmente de fojas 173 a 195.
Por otra parte, aportó la testimonial que obra de fojas 148 a 154, consistente en la
declaración de don Daniel Enrique Gangas Manríquez, quien depuso al tenor de los puntos
de prueba números 2 y 5; y la confesional provocada, consistente en la declaración prestada
en autos por el demandado don Víctor Gabriel Lonza Lazo, de fojas 364 a 369, al tenor de
las preguntas contenidas en el pliego de posiciones que obra de fojas 361 a 363, y las que
obran de fojas 491 a 495, respecto de la cuales, por resolución ejecutoriada de 13 de junio
pasado, escrita a fojas 490, se tuvo por confesos a doña María Isabel Guerra Poblete y a
don Peter Dragicevic Cariola, ambos en calidad de representantes legales de sociedad
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Foja: 1
Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada, a don Maximiliano Enrique Gálvez, en calidad de
representante legal de Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A., y a don Santiago
Lonza Lazo, en calidad de representante legal de El Toltén S. A., todas demandadas,
respecto de todos aquellos hechos categóricamente afirmados en los respectivos pliegos de
posiciones.
Vigésimo primero: Que con la finalidad de acreditar los fundamentos excepciones
y defensas y, consecuencialmente, desvirtuar los argumentos de la pretensión, las
demandadas Servicios Financieros Arauco y Franklin S.A., Paseo Franklin S.A. y El Toltén
S.A., rindieron la instrumental que obra de fojas 199 a 207, consistente en copia de
denuncia efectuada ante Ministro Visitador de la 26° Notaría de Santiago, en contra de don
Humberto Quezada, ministro de fe en el juicio arbitral caratulado “Lonza Lazo, Víctor con
Ruff Ferrés, Enrique”, efectuada por el actor; copia de carta enviada por don Humberto
Quezada al demandante, de 24 de junio de 2008; copia autorizada de declaración del señor
Humberto Quezada Moreno; y la testimonial, consistente en la declaración prestada en
autos, en favor de la demandada Servicios Financieros Arauco y Franklin S.A., a fojas 161
y siguientes, por doña Mirtha Hernández Gárate, al tenor del punto n° 9 de la interlocutoria
de prueba.
Vigésimo segundo: Que, por otra parte, con el objeto de acreditar los fundamentos
su defensa y, consecuencialmente, desvirtuar los argumentos de la pretensión, el
demandado don Víctor Lonza Lazo se limitó a acompañar en tiempo, forma y sin objeción,
copia de sentencia definitiva dictada, el 15 de julio de 2010, en los autos rol n° 9793-2007
caratulados “Ruff Ferrés, Enrique con Sociedad Complejo Agro Forestal Chihuío Limitada
y otros”, seguidos ante el 25° Juzgado Civil de Santiago, sobre demanda de nulidad de
contrato.
Vigésimo tercero: Que atendida la prueba rendida por las partes, la instrumental
acompañada por éstas oportunamente y en conformidad a las normas contenidas en los
artículos 342 y 346 del Código de Procedimiento Civil, según sea su naturaleza, se
apreciará de acuerdo a lo dispuesto en los artículos 1700, 1702, 1706 y 1707 del Código
Civil, puesto que no ha sido objetada legal legalmente. Por otra parte, la testimonial
aportada, se valorizará de acuerdo a lo dispuesto en la regla n° 1 del artículo 384 del
Código de Procedimiento Civil, toda vez que, tras la resolución de las tachas opuestas,
tanto la parte demandante, como la demandada en su conjunto, allegaron la declaración de
un solo testigo, y sin perjuicio de observarse lo dispuesto en la regla n° 5 del mismo
artículo. En cuanto a la confesional aportada, en conformidad a lo dispuesto en los artículos
385 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, su mérito probatoria se apreciará de
acuerdo a lo que establece el artículo 1713 del Código Civil, con especial observancia de lo
dispuesto en el artículo 394 del precitado Código de enjuiciamiento. Y, por último, las
presunciones que se establezcan, reguladas en los artículos 426 y 427 del Código de
Procedimiento Civil en relación al 1712 del Código Civil, deberán revestir las
características exigidas por la ley para formar convencimiento.
Vigésimo cuarto: Que teniendo en consideración que las instituciones jurídicas en
que el actor ha erigido su acción ordinaria de nulidad –entiéndase causa ilícita y simulación
absoluta- distan por mucho de ser materias pacíficas en nuestra jurisprudencia, en la
resolución del asunto controvertido sometido a decisión judicial se tendrá presente, además
de la prueba aportada por las partes y el mérito del proceso, lo expuesto por la doctrina
nacional y lo decidido por nuestros más altos tribunales de justicia respecto de dichas
materias.
Vigésimo quinto: Que, en primer término, y previo a dilucidar si la acción intentada
en autos se encuentra prescrita, o si son falsos los hechos en que se apoya el actor, o si
concurren la falta de legitimidad tanto activa como pasiva de las partes, o si el precio de los
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derechos sobre el fundo mencionado es desmedido, constituyendo las bases esenciales de
su acción, habrá que resolver si los argumentos en que se ha apoyado el actor para deducir
su acción de nulidad absoluta son contradictorios y/o incompatibles, como han alegado la
mayoría de los demandados, al señalar que un mismo acto no puede ser simulado
absolutamente y a la vez adolecer de causa ilícita.
Vigésimo sexto: Que con dicho propósito, en primer término y conforme dispone el
artículo 20 del Código Civil, a falta de definición legal, cabe precisar que, conforme su
sentido natural y obvio y su uso general, mientras “simular” significa “hacer aparente lo
que no es; mostrar una cosa que realmente no existe”, o sea una visión espectral;
“disimular” consiste en “ocultar al conocimiento de los demás una situación existente”, o
sea, es una máscara. Así, a pesar de la aparente diferencia, ambas figuras la determina un
elemento común, a saber, el engaño o ardid. En el mismo orden de ideas, un “negocio
simulado” se puede entender como el que tiene una apariencia contraria a la realidad, o
porque no existe en absoluto, o porque es distinto de como aparece, existiendo contraste
entre su forma extrínseca y la esencia o sustancia del mismo.
Vigésimo séptimo: Que, como se anticipo en el considerando anterior, a falta de
definición legal, en doctrina se ha definido la simulación como “La declaración de un
contenido de voluntad no real, emitida conscientemente y de acuerdo entre las partes, para
producir, con fines de engaño, la apariencia de un negocio jurídico que no existe o que es
distinto de aquél que realmente se ha llevado a cabo”. Por lo que sus requisitos generales
son: a) una declaración deliberadamente disconforme con la intención de las partes; b) una
declaración concertada de común acuerdo entre las partes, y c) el propósito de las partes,
que es engañar a terceros. Asimismo, de la referida definición se pueden extraer distintas
clasificaciones de la simulación, la que puede revestir las formas de lícita o ilícita; en la
primera, si bien existe el ánimo de engañar a terceros, no existe intención de perjudicarlos;
en la segunda, el propósito perseguido es justamente el perjuicio de terceros o la violación
de la ley. Asimismo, puede ser absoluta o relativa. La primera se produce cuando se celebra
un acto jurídico que no tiene nada de real y que es ficticio en su totalidad, mientras que la
segunda se produce cuando se ha querido realizar un acto distinto del manifestado, sea en
su totalidad, sea sólo parcialmente. En lo que nos convoca, esto es, la simulación absoluta
denunciada por el demandante, se podría advertir dicho carácter cuando el acto simulado no
esconde o disimula ningún otro; o sea, las partes en realidad ningún acto jurídico quieren
celebrar, y sólo aparentemente realizan uno, como la venta hecha por el deudor en perjuicio
de los acreedores, cuando en realidad no vende con la intención de transferir el dominio.
Vigésimo octavo: Que, como ya se ha señalado nuestro Código Civil no conoce la
voz simulación, a diferencia de lo que sucede en el Código Penal. Éste sanciona el delito de
contrato simulado en su artículo 471 nº 2, en relación con el artículo 466 inciso segundo.
En nuestro sistema, la doctrina y la jurisprudencia han analizado la simulación a partir del
artículo 1707 del Código Civil, que señala que “Las escrituras privadas hechas por los
contratantes para alterar lo pactado en escritura pública, no producirán efecto contra
terceros. Tampoco lo producirán las contraescrituras públicas, cuando no se ha tomado
razón de su contenido al margen de la escritura matriz cuyas disposiciones se alteran en la
contraescritura, y del traslado en cuya virtud ha obrado el tercero”. De ello, se desprende
que el acto simulado, en principio, no puede perjudicar a los terceros, ya que dichos efectos
le serán inoponibles. La simulación responde al principio de apariencia, que establece que
cuando alguien actúa en virtud de una apariencia, el derecho concede valor a esa apariencia
respecto de terceros. Dicha norma debe relacionarse y analizarse en conjunto con las
contenidas en los artículos 1545, 1546 y 1560, del mismo cuerpo legal, esto es la ley del
contrato, el principio de buena fe que debe regir toda convención y el principio de
interpretación de éstos, en virtud del cual conocida claramente la intención de los
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contratantes, debe estarse a ella más que a lo literal de las palabras
Vigésimo noveno: Que, en cuanto a los efectos de la simulación absoluta, válido es
señalar que como no hay voluntad, ni causa –como se verá más adelante- para celebrar acto
alguno, ni siquiera un acto jurídico aparente y, en general, ninguna clase de acto jurídico, el
acto simulado absolutamente adolece de nulidad absoluta por falta de consentimiento y
causa. Por lo que frente a los terceros de buena fe, esto es, los que tenían desconocimiento
de la simulación, se presenta como una situación en que el acto simulado debe considerarse
como un acto existente, de manera que las partes no podrán invocar la simulación absoluta
ante el tercero. Es decir, la simulación es inoponible respecto de terceros, y ellos deberán
atenerse al acto exteriorizado, mas si el tercero tiene interés en atacar la simulación puede
hacerlo; lo que no está permitido es que las partes aleguen u opongan la simulación frente a
terceros. Así, a éstos, les cabe acogerse al amparo del precitado artículo 1707, relativo a las
contraescrituras mediante las cuales se deja testimonio de la simulación; mas sólo si están
de buena fe el acto encubierto les es inoponible, pues para éstos el único acto existente es él
en apariencia celebrado, esto es, el acto simulado. Sin perjuicio de que sean los propios
terceros, quienes afectados por los efectos del acto ficticio, puedan alegar su simulación
para ponerle fin, hipótesis que sería la que se ha sometido a fallo en la especie.
Trigésimo: Que así las cosas, la acción de simulación, de carácter personal y
declarativa, tiene por objeto determinar la voluntad real de las partes o la falta de ésta, esto
es, establecer la voluntad real y verídica de las partes y hacerla primar sobre la que
falsamente expresaron o la ausencia de ésta, y a falta de regulación expresa en nuestra
legislación, se impetra conforme a las normas, oportunidad y procedimiento que regula la
de nulidad absoluta, atendido que lo alegado es la falta de consentimiento real y serio y de
causa en el contrato simulado.
Trigésimo primero: Que para entender mejor lo anterior, cabe señalar que la
simulación se perfecciona en, a lo menos, dos etapas, aunque cronológicamente puedan ser
casi simultáneas. En primer término, aquella en que las partes se ponen de acuerdo en
ocultar su voluntad real mediante la simulación; y en segundo lugar, la concreción de ésta,
mediante la celebración del contrato simulado. Así, en la primera etapa, las partes tienen
como motivo el de engañar a terceros; mas en lo que respecta al contrato simulado
propiamente tal –segunda etapa- y tratándose de simulación absoluta, éste carece de causa,
pues no existe motivo real para celebrar el contrato, entendiendo por tal la representación y
satisfacción de una necesidad que lleve a las partes a someter sus intereses a regulación
jurídica. Así las cosas, causa y simulación se encuentran íntimamente ligadas, desde que los
contratos simulados absolutamente carecen de aquella, y por ende, el solicitar la nulidad de
un acto o contrato fundada en la ausencia de la primera, cuando a aquel se le atribuye ser
simulado absolutamente, nada tiene de contradictorio.
Trigésimo segundo: Que, en otro orden de ideas, el cómputo de los plazos de
prescripción de la acción de simulación respecto de terceros al acto o contrato simulado que
tengan interés en la declaración de ésta, empieza a correr desde el momento que tuvieron
conocimiento del acto o contrato oculto, y corresponde al término de prescripción de la
acción de nulidad absoluta, puesto que, como ya se señaló, careciendo de regulación propia
aquella acción, se acoge a establecida para la nulidad, en la especie, la absoluta.
Trigésimo tercero: Que en cuanto a la titularidad de la acción de simulación, al
aplicársele las disposiciones y procedimiento que regulan la nulidad, la detenta todo el que
tenga interés en su declaración, excepto el que ha ejecutado el acto o celebrado el contrato,
sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba; y el ministerio público en el interés de
la moral o de la ley. Asimismo, puede y debe ser declarada por el juez, cuándo en el marco
de una controversia sometida a su decisión, aparece de manifiesto en el acto o contrato.
Trigésimo cuarto: Que, sin emitir pronunciamiento de fondo al respecto, la
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prescripción alegada en nada afecta lo concluido precedentemente en relación a la falta de
legitimidad activa atribuida al actor, puesto que aquella constituye una defensa de fondo y,
por ende, de análisis necesariamente posterior a la determinación de la cuestionada
capacidad para demandar del actor, toda vez que, conforme la ley, para obtener su
declaración debe ser expresamente alegada por el que quiera aprovecharse de ella.
Trigésimo quinto: Que, en abstracto, respecto a la prueba, el tercero debe observar
las reglas regulatorias de la responsabilidad extracontractual o del ilícito civil, y no
contractual, desde que, si bien, alegará verse afectado por los efectos del contrato simulado,
no ha concurrido con su voluntad al mismo.
Trigésimo sexto: Que, por último, en cuanto a la simulación, cabe tener presente
que generalmente participa de ella un tercero para ocultar el verdadero interesado en él,
esto es, la llamada “interposición de persona”; haciéndose figurar como contratante a quien
en realidad no lo es, testaferro que sólo coopera materialmente en el acto, prestando su
nombre y persona para encubrir, ante terceros, la identidad del que real y directamente se ha
obligado con los demás contratantes, sin que jamás adquiera derecho alguno. En efecto, los
derechos y obligaciones no se detienen en el interpuesto, sino que se radican directamente
en el patrimonio del interesado, aunque bajo un nombre falso.
Trigésimo séptimo: Que respecto a la causa ilícita, invocada por el actor como
vicio concurrente en la especie y en virtud del cual solicita la declaración de nulidad
absoluta de los contratos celebrados por los demandados, misma que tratan los artículos
1445, 1467 y 1468 del Código Civil, cabe señalar que puede definirse como el motivo que
induce a la celebración del acto o contrato. Palabra que, a su vez y según su uso general, es
la causa o la razón que induce a algo, esto es, los móviles psicológicos, individuales y
subjetivos que se ha representado el sujeto y que lo inducen a actuar. Causa que, conforme
a varias de las disposiciones del Código Civil que la regulan, también debe estar presente
en la obligación creada por el contrato.
Luego, en la primera etapa de la simulación, el acuerdo de voluntades por el que las
partes convienen en celebrarlo y ocultar su voluntad real, no tiene otro motivo, que le sirva
de causa, que defraudar a terceros. Y ya, en la celebración misma del contrato simulado
absolutamente, no existe ningún motivo real que pueda inducir a las partes a su celebración,
entendiendo por motivo real la representación de una necesidad que induzca a una
regulación de intereses a través de un determinado contrato; y si la simulación es relativa, si
bien existe un motivo real para el contrato disimulado o encubierto que corresponde a lo
que realmente las partes quieren, no existe un motivo real para el contrato simulado.
Así las cosas, el acto jurídico en que falta la causa es, doctrinariamente, inexistente, pues se
ha omitido un requisito esencial para su existencia jurídica, pues si todo acto o declaración
de voluntad requiere esencialmente una causa, su ausencia se opone al perfeccionamiento
jurídico del acto, por lo mismo, no existe; no es un acto nulo, sino un acto que no ha podido
nacer a la vida jurídica. Sucede a este respecto con la falta de causa, lo mismo que con la
falta de objeto. Para la parte de la doctrina que niega cabida a la inexistencia jurídica como
máxima sanción dentro del Código Civil, el acto en que falta la causa se sanciona con la
nulidad absoluta.
Trigésimo octavo: Que en este orden de ideas, conforme lo dispuesto por los
artículos 1681 y 1682, la nulidad absoluta es la sanción a todo acto o contrato a que falte
alguno de los requisitos que la ley prescribe para el valor del mismo acto o contrato, según
su especie, y sus causales son las siguientes: a) El objeto ilícito (elemento de validez); b) La
causa ilícita (elemento de validez); c) La omisión de algún requisito o formalidad que las
leyes prescriben para el valor de ciertos actos o contratos en consideración a la naturaleza
de los mismos, y d) La incapacidad absoluta de alguna de las partes. Todo otro vicio
produce nulidad relativa. Para la parte de la doctrina que no acepta la teoría de la
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inexistencia en el derecho civil chileno, a las causales anteriormente mencionadas cabe
agregar: e) La falta de voluntad; f) la falta de objeto; g) La falta de causa; h) El error
esencial, e i) La falta de solemnidades requeridas para la existencia de los actos jurídicos.
Asimismo, y como ya se ha señalado precedentemente, de lo prescrito por el artículo 1683
se desprende que la nulidad puede ser alegada por todo el que tenga interés en ello, excepto
el que ha ejecutado el acto o celebrado el contrato, sabiendo o debiendo saber el vicio que
lo invalidaba, puede ser solicitada su declaración por el ministerio público en el interés de
la moral o la ley, y puede y debe ser declarada por el juez, aun sin petición de parte, cuando
aparece de manifiesto en el acto o contrato. De ahí el énfasis en la labor que debe realizar
el juez que se forma convicción de la concurrencia de alguna de las causales que harían
aplicable dicha sanción durante el conocimiento del asunto sometido a su decisión, sin que
le quepa abstraerse o disculparse de su declaración.
Trigésimo noveno: Que, en cuanto a los efectos y extinción de la acción de nulidad
interpuesta, cabe señalar que todo acto que adolece de un vicio de nulidad es, hasta antes de
su declaración, sólo anulable y, por ende, en el intertanto produce todos sus efectos, como
si fuera válido. Dicha vigencia provisional, tratándose de vicios que producen nulidad
absoluta y conforme dispone el artículo 1683 del Código Civil, sólo puede transformase en
definitiva cuando opera la prescripción de la acción para hacerla valer, pues encontrándose
establecidas las causales de nulidad absoluta en el interés general, su acción no es
renunciable para las partes. Por otra parte, conforme dispone el inciso primero del artículo
1687 del precitado cuerpo legal, declarada la nulidad por sentencia ejecutoriada, tiene el
efecto restituir a las partes al mismo estado en que se hallarían si no hubiese existido el acto
o contrato nulo; sin perjuicio de lo prevenido sobre el objeto o causa ilícita.
Cuadragésimo: Que desechada la defensa de la parte demandada respecto de la
incompatibilidad del ejercicio de la acción interpuesta fundada simultáneamente en la causa
ilícita y la simulación absoluta que se le atribuye a los contratos sub-lite, cuestión de orden
netamente sustancial, con el mérito de la prueba rendida, se tendrá por acreditado que:
A.- Conforme copia autorizada de certificado de dominio vigente de 6 de mayo de 2004,
extendida por el Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, el demandante y el
demandado don Víctor Lonza Loza, eran dueños por partes iguales del denominado Fundo
Santa Rosa de Chihuío, constituido por las siguientes propiedades, a.1) Un predio dentro
del Fundo Chihuío, ubicado en la subdelegación de Filudo, comuna de Lago Ranco, hoy
Futrono, cuyos deslindes constan en la referida inscripción; y a.2) Un retazo de terreno
ubicado en el Fundo Chihuío, cuyos deslindes también constan de la misma, lo adquirieron
por escritura pública de compraventa de 4 de junio de 1994, otorgada ante el Notario
Público de La Unión, don Emilio Osnovikoff, por la suma de $16.000.000, inscrita a fojas
409 n° 480 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, año
1994. Por lo que los derecho del demandante sobre el inmueble sub-lite ascienden al 50%
del mismo;
B.- Conforme a los siguientes instrumentos, b.1) Copia simple de “Acuerdo de División de
Negocios”, instrumento privado de 21 de enero de 1999; b.2) Copia autorizada de “Bases y
Acuerdos para la División y Adjudicación de los Bienes de Propiedad de los señores Víctor
Lonza Lazo y Enrique Ruff Ferrés”, instrumento privado de 7 de septiembre de 1999,
protocolizado el 10 de septiembre de 1999 en la Notaría Pública de doña María Angélica
Zagal; b.3) Copia autorizada de “Acta de Reunión” y valorizaciones de bienes presentadas
por los señores Víctor Lonza Lazo y Enrique Ruff Ferrés, de 11 de septiembre de 1999,
protocolizados, el 13 del mismo mes y año, en la notaría ya referida; b.4) Copia autorizada
de “Acta de Reunión” de 18 de octubre de 1999, protocolizada en la misma fecha y en la
notaría ya indicada, y b.5) Copia simple de “Testimonio de Cumplimiento Parcial de
Obligación, Prórroga de Plazo y acuerdos que señala”, instrumento privado de 20 de
diciembre de 1999, suscrito ante la misma notario; se tendrá por acreditado que, al 21 de
enero de 1999, época de inicio de las tratativas plasmadas en el instrumento signado b.1),
los comparecientes habían desarrollado en conjunto negocios y actividades comerciales por
aproximadamente 20 años, formando un patrimonio cuyos activos se encontraban
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incorporados a distintas personas jurídicas constituidas por los mismos –a lo menos, 13
sociedades de responsabilidad limitada y anónimas, entre ellas Inmobiliaria Costa Bella y
Complejo Agroforestal Chihuío Limitada- y también en sus patrimonios personales, por
partes iguales. Acordando, en definitiva, poner término a todas las actividades desarrolladas
en conjunto y para ello, en principio, enajenar todos los activos –con algunas excepciones-,
pagar los pasivos y repartirse en partes iguales todo el excedente que se obtenga una vez
extinguidas las deudas;
C.- Conforme lo convenido en dichos instrumentos, específicamente a partir de la cláusula
tercera del signado b.2), en términos simples y pertinentes respecto de la controversia que
nos convoca, las partes acordaron valorizar, adjudicarse y dividirse los bienes
individualizados en la cláusula segunda, a saber, dieciocho activos, consistente en su
mayoría en inmuebles -entre éstos, el Fundo Santa Rosa de Chihuio, ya individualizado,
con roles de avalúo 60-39 y 60-50, incluidos todos los bienes muebles que guarnecen el
predio, ya sean animales, maquinarias, maderas aserradas volteadas o en píe y todo lo que
se encuentra dentro del mismo, entre otros dos camiones, un tractor oruga y un jeep-,
derechos sobre inmuebles, créditos y acciones, conforme un sistema de valorización en U.
F. de dos listas con los distintos bienes, correspondiendo en definitiva al demandado Sr.
Lonza Lazo valorizar la primera de éstas, entre cuyos bienes se encontraba el Fundo Santa
Rosa de Chihuio, incluido los bienes muebles ya indicados, él que, en definitiva y conforme
instrumento privado de 11 de septiembre de 1999, protocolizado con fecha 13 de
septiembre ante la Notario Público Titular doña María Angélica Zagal Cisternas, fue
valorizado en la suma de U. F. 37.743,42.- Cabe agregar que, conforme lo pactado en la
letra c) del instrumento signado con la letra B.- a objeto de adjudicarse los bienes en
cuestión, el compareciente que no estuviere de acuerdo con el valor expresado por quién
primigeniamente hubiere valorizado el bien, podía hacer una mejor oferta por dichos
bienes, siempre que ésta fuere superior en, a lo menos, un 10% de dicho valor original, a
esta oferta se denominó “oferta uno” y debía formularse personalmente el 21 de septiembre
de 1999; por su parte, hecha ésta, si el compareciente que valorizó originalmente los bienes,
desearé adjudicárselo, deberá aumentar en a lo menos un 10% la oferta uno, constituyendo
dicho acto la llamada “oferta dos” y debía formularla a las 11.00 horas del 05 de octubre de
1999, en la notaria ya indicada; y por último, el oferente final de cada bien sería quién no lo
valorizó originalmente, debiendo ofrecer ahora un 10% más que la “oferta dos”, mediante
la denominada “oferta tres” a efectuarse a las 17.00 horas del 18 de octubre de 1999, en la
misma notaria. Terminado dicho proceso de ofertas se extendería un acta con constancia de
todo el procedimiento, expresando los bienes que cada parte se adjudicó, con sus
respectivos valores, e indicando el alcance que se pudiera producir entre los adjudicatarios,
considerando el pasivo existente, acta que se protocolizaría en la ya tantas veces indicada
notaria, el 18 de octubre de 1999. Asimismo, en principio, el compareciente que, de
conformidad a sus adjudicaciones, tuviere que pagar al otro el referido alcance, lo debía
hacer a más tardar el 17 de diciembre de 1999, girando para dichos efectos, dentro de los
seis días hábiles siguientes al último proceso de oferta, un cheque por la misma suma del
alcance a nombre del otro compareciente, fechado al 17 de diciembre de 1999 y deberá
dejarlo en la notaria en cuestión con instrucciones de ser entregado a su beneficiario, sólo a
contar de la fecha indicada. Asimismo, si el obligado al pago no lo solucionase
oportunamente, incurriría en una multa a favor del acreedor equivalente al 50% de dicho
alcance, sanción establecida como indemnización de perjuicios avaluada anticipadamente.
Es del caso que, concluido el proceso de ofertas antes descrito, el actor se adjudicó, entre
otros, el Fundo Santa Rosa de Chihuio, en la suma de U. F. 41.517,76.-, sumando
adjudicaciones por un total de U. F. 187.601.-, mientras el Sr. Lonza Lazo sumó sólo U. F.
46.550.- por lo que considerado, además, el pasivo del primero, se produjo un alcance a
favor del último ascendente a U. F. 100.527.- Por último y sin perjuicio de lo concluido
precedentemente, conforme lo estipulado en el documento singularizado b.5), esto es, el
“Testimonio de Cumplimiento Parcial de Obligación, Prórroga de Plazo y acuerdos que
señala”, cláusula segunda, el actor dio cumplimiento parcial a la solución del referido
alcance, pagando la suma de U. F. 58.520.- a don Víctor Lonza Lazo, mediante el endoso
de un depósito a la vista por la suma de $796.473.806.-, y un cheque personal por la suma
de $84.619.700.- Asimismo, conforme la cláusula tercera, las partes acordaron que el saldo
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del alcance a favor del Sr. Lonza Lazo, ascendente a U. F. 42.007.- sería pagado el 17 de
febrero de 2000, en su equivalente en moneda nacional, incluido un interés de 11% anual,
resultando un total de U. F. 42.777,13.-, obligación que sería asumida, con esa misma fecha
y como deudora, por la sociedad “Inmobiliaria Costa Bella Limitada” y como acreedora, la
sociedad “Inversiones eslavas S. A.”, mediante un reconocimiento de deuda que suscriben
ambas sociedades, en las calidades indicadas, ante la misma notario; acordándose, además,
que para el sólo efecto de facilitar el pago y sin que importara novación, el actor dejó en
poder de la referida notario un cheque de su cuenta corriente personal del Banco de Chile,
por la suma de $644.064.447.-, documento que la notario entregaría al Sr. Lonza Lazo el
día de vencimiento de la obligación. Además la obligación asumida por Inmobiliaria Costa
Bella Limitada quedó caucionada con la hipoteca de cláusula de garantía general
constituida a favor de Inversiones Eslavas S. A., por la sociedad “Inmobiliaria Paso Nevado
Limitada”, sobre el inmueble ubicado en Avenida Américo Vespucio n° 0600, comuna de
Quilicura, inscrita a fojas 3.371 n° 3.010 del Registro de Hipotecas del Conservador de
Bienes Raíces de Santiago, año 1999. Por último, dejan constancia que el cumplimiento de
dicha obligación en ningún caso queda condicionado a la regularización a favor del actual
demandante de los bienes que se adjudicó en el proceso de división. Asimismo, conforme la
cláusula quinta, con el objetivo de ir materializando las adjudicaciones, el demandado
adquirió, a través, de su sociedad Inversiones Eslavas S. A., la totalidad de los derechos del
“Complejo Agroforestal Chihuio Limitada”, obligándose, una vez que le sea pagada la
diferencia del alcance a su favor, a traspasar al demandante o a la persona jurídica que éste
señale, los fundos Ucuquer, Rayo de Sol y los derechos en la sucesión González y en el
resto del fundo Chihuio, individualizados en el número dos de la cláusula segunda del
instrumento de 7 de septiembre de 1999. Por su parte, en la cláusula sexta del instrumento
en análisis, se deja expresa constancia de la materialización del traspaso de la totalidad de
los bienes adjudicados al demandado, de la materialización y regularización de varias de las
adjudicaciones establecidas en favor del demandante y del hecho que se encuentra
pendiente la materialización de la adjudicación, entre otros inmuebles, del Fundo Santa
Rosa de Chihuio, predios cuyo proceso de adjudicación se encontraba a esa fecha en
marcha. Por último, en la cláusula séptima, se deja expresa constancia que, a contar de esa
fecha, los comparecientes podrían usar y disponer individual y exclusivamente de cada uno
de los bienes adjudicados en el proceso de división, sin distinción alguna;
D.- Conforme la copia autorizada de la sentencia de 4 de junio de 2002, dictada por el
árbitro arbitrador Sr. César Serani Martelli, abogado, designado en dicha calidad, de común
acuerdo por el actor y el demandado Sr. Lonza Lazo, en la cláusula décima primera del
instrumento denominado “Bases y Acuerdos para la División y Adjudicación de los Bienes
de Propiedad de los señores Víctor Lonza Lazo y Enrique Ruff Ferrés”, signado
precedentemente con la letra b.2); en efecto, dicha cláusula dispuso “Cualquier dificultad
que se produzca entre los comparecientes con motivo del cumplimiento o interpretación del
presente instrumento será resuelta por el abogado don César Serani Martelli, como árbitro
arbitrador, quien fallará como tal, en única instancia y su resolución no podrá ser objeto de
recurso alguno.”, d.1) El demandado Sr. Lonza Lazo solicitó ante el Segundo Juzgado Civil
de Santiago que se notificara a aquel para la aceptación de dicho cargo, sometiendo a su
conocimiento y resolución, conforme la competencia que se le había entregado
anteriormente, la demanda por la cual se solicitaba que el Sr. Ruff Ferrés fuese condenado
al pago de una multa ascendente a U. F. 50.263,50.-, atendido el incumplimiento del
oportuno pago del alcance establecido a su favor, tras el proceso de ofertas detallado
anteriormente; d.2) Por su parte, en el marco del mismo procedimiento arbitral, don
Enrique Ruff Ferrés, además de contestar la primigenia demanda, demandó
reconvencionalmente de don Víctor Lonza Lazo, por sí y en representación de las
sociedades “Complejo Agro Forestal Chihuio Limitada” y “Sociedad de Transportes
Maihue Limitada”, el cumplimiento de todas y cada una de las obligaciones contenidas en
los acuerdos de división de negocios ya individualizados, con indemnización de perjuicios,
por incumplimiento de éstas; entre ellas, la de transferir el inmueble que en el proceso de
división aparece nombrado como Fundo Santa Rosa de Chihuío; d.3) Por último, en lo
resolutivo de dicha sentencia, se acogió la demanda interpuesta por don Enrique Ruff
Ferrés en contra de don Víctor Lonza Lazo y/o las personas jurídicas que se indican en cada
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caso, en cuanto a que éstos se encuentran obligados al cumplimiento de una serie de
obligaciones, consistentes fundamentalmente en la transferencia de un listado de inmuebles,
entre éstos, conforme el punto 4.- letra c) el bien nombrado e individualizado en el proceso
de división como Fundo Santa Rosa de Chihuío. Asimismo, conforme las letras h) e i) del
mismo punto, se les ordenó entregar materialmente al Sr. Ruff los bienes individualizados
en las letras anteriores, entre otros, el fundo ya individualizado, y específicamente al Sr.
Lonza Lazo, caucionar con garantías reales mientras penda la obligación de transferir los
bienes adjudicados a don Enrique Ruff Ferrés, bajo apercibimiento de ser suscrito el
correspondiente acto jurídico por el propio árbitro en representación de aquél. Por su parte,
se rechazó en todas su partes la demanda interpuesta por don Víctor Lonza Lazo,
condenándosele al pago de las costas.
E.- Con el mérito de los estampados receptoriales que obran a fojas 45, 46, y 47, que dan fe
de la notificación de la demanda a Servicios Arauco y Franklin S. A., a Paseo Franklin S. A.
y a El Toltén S. A., respectivamente, todas por intermedio de su representante legal don
Víctor Lonza Lazo; de la oportuna contestación de la demanda por parte de las referidas
sociedades demandadas sin que alegaran vicio alguno respecto de su emplazamiento; de la
confesional provocada que obra de fojas 364 a 369, en que don Víctor Lonza Lazo
reconoce, previo requerimiento de aclaración de sus respuestas a las posiciones 17 y 19 y,
por ende, refiriéndose a su participación accionaria en Servicios Financieros Arauco
Franklin S. A. y Paseo Franklin S. A., “En relación a ambas empresas soy accionista con el
50% de la sociedad, el resto de las acciones están en poder de parientes y de terceros”; y en
relación a las preguntas n° 14, 15 y 16, también previo requerimiento de aclaración
respecto de éstas, señala “Con el señor Peter Dragicevic no tengo una relación parental ya
que él es primo de mi señora”, de los certificados de matrimonio y nacimiento que obran de
fojas 173 a 177; y de la copia autorizada de la Primera Junta Extraordinaria de Accionistas
de Sociedad “International Commerce Center S. A.”, que obra de fojas 186 a 188, se tendrá
por establecido que: e.1) El demandado don Víctor Lonza Lazo, es o, a lo menos a la época
de notificación de la demanda, era representante legal de las demandadas Servicios
Financieros Arauco y Franklin S. A., Paseo Franklin S. A. y El Toltén S. A.; e.2) Detenta
además una participación accionaria ascendente al 50% en las dos primeras; y e.3) El Sr.
Lonza Lazo tiene vinculación parental, aunque de la llamada “por afinidad”, y tiene y/o ha
tenido relaciones comerciales con don Peter Dragicevic Cariola, desde que, en su calidad de
representantes legales de “Inversiones Eslavas S. A.” e “Inmobiliaria Santa Bárbara
Limitada”, respectivamente, participan y/o participaban –incluso en conjunto con el actor,
éste en representación de “Inversiones Heilderberg S. A.” – a través de éstas, en la
sociedad “International Commerce Center S. A.”.
F.- Atendido el mérito de las copias de sendas escrituras públicas de cesión de derechos y
de registros o certificados de propiedad, extendidos por el Conservador de Bienes Raíces de
Los Lagos Futrono, que obran en autos –guardadas en la custodia n° 1324-2007-; f.1)
Conforme escritura pública cesión de derechos de 8 de enero de 2002, otorgada ante notario
público don Hugo Pérez Pousa, e inscrita con fecha 27 de marzo de 2002, a fojas 153 n°
232 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, año 2002,
respecto de uno de los predios que forman parte del fundo, y con fecha primero de abril de
2002, a fojas 157 n° 239 del mismo Registro, Conservador y año, respecto del otro, don
Víctor Lonza Lazo, en su calidad de dueño del cincuenta por ciento de los derechos sobre la
totalidad de los siguientes inmuebles: a) Un predio dentro del fundo Chihuio, ubicado en la
subdelegación de Filuco, comuna de Lago Ranco, hoy comuna de Futrono, se indican
deslindes; b) Un retazo de terreno ubicado en el fundo Chihuio, se indican deslindes; los
que habría adquirido por escritura pública de compraventa de fecha 4 de junio de 1994,
otorgada ante el notario público de La Unión, don Emilio Osnovikoff Pizarenko,
encontrándose inscrito su dominio a fojas 409 n° 480 del Registro de Propiedad del
Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos Futrono, año 1994, vendió, cedió y transfirió
la totalidad de dichos derechos a Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada, representada por
don Peter Dragicevic, en la suma de $14.000.000, equivalente a U. F. 860,87.-; f.2) Luego,
por escritura de 8 de abril de 2002, otorgada ante Notario Público don Hugo Pérez Pousa, e
inscrita a fojas 252 n° 390 respecto de uno de los predios del fundo Chihuio, y a fojas 252
n° 391, respecto del otro, ambos del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes
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Raíces de Los Lagos, año 2002, Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada, representada por don
Peter Dragicevic, vendió, cedió y transfirió los mismos derechos ya individualizados,
adquiridos por la precedente cesión de derechos, a Inversiones El Cerro S. A., representada
por don Manuel Saavedra Álvarez, en la suma de $16.000.000, equivalentes a U. F.
860,87.-; f.3) Asimismo, Inversiones El Cerro S. A., llamada a la época del contrato
Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A., representada por don Maximiliano Gálvez
Morales y don Víctor Lonza Lazo, vendió, cedió y transfirió los derechos ya indicados,
adquiridos por la cesión de los mismos, celebrada con Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada,
a Paseo Franklin S. A., representada por el mismo demandado don Víctor Lonza Lazo,
conforme escritura pública de 17 de marzo de 2005, otorgada ante la notario público doña
María Gloria Acharán, e inscrita a fojas 497 n° 650 respecto de uno de los predios del
fundo Chihuio, y a fojas 497 n° 651 respecto del otro predio, ambos del Registro de
Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, año 2005, fijándose el precio
en la suma de $18.000.000.-; f.4) Por último, el propio demandado Sr. Lonza Lazo, a título
personal, por escritura pública de 21 de junio de 2006, otorgada ante notario público de San
Miguel, don Abner Poza, declaró ceder y transferir nuevamente acciones y derechos
equivalentes a un 25% del total de los predios precedentemente individualizados y que se
encontraban inscritos a fojas 409 n° 480 del Registro de Propiedad del Conservador de
Bienes Raíces de Los Lagos, año 1994, a la sociedad El Toltén S.A., representada por don
Santiago Lonza Lazo, en la suma de $10.800.000.-, equivalente a U. F. 595,37.-, inferior al
7% del valor de tasación hecha por el demandado, considerando el 25% de dicho valor total
asignado, e inscribiéndose el dominio de ésta última a fojas 487 n° 695 respecto de uno de
los predios del fundo Chihuio, y a fojas 488 n° 696 respecto del otro predio, ambos del
Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, año 2006; f.5)
Además, conforme lo declarado por las sociedades demandadas en las referidas escrituras
públicas de cesión de derechos, respecto a su individualización, mientras Inmobiliaria Santa
Bárbara Limitada y Paseo Franklin S. A. son de giro inmobiliario, Inversiones El Cerro S.
A. –luego denominada Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A.- tienen como giro los
servicios financieros, y, por último, El Tolten S. A. desarrolla el giro agro forestal.
G.- Conforme la concordancia existente entre la individualización del Fundo Santa Rosa de
Chihuío, contenida en el n° 1 de la cláusula segunda del instrumento denominado “BASES
Y ACUERDO PARA LA DIVISION Y ADJUDICACION DE LOS BIENES DE
PROPIEDAD DE LOS SEÑORES VICTOR LONZA LAZO Y ENRIQUE RUFF
FERRES”, de 7 de septiembre de 1999, protocolizado el 10 del mismo mes y año, en
particular de los roles de avalúo 60-50 y 60-39 que se le asignan, y la contenida en las
copias de escritura públicas de cesión de derechos y de registros o certificados de
propiedad, extendidos por el Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos Futrono, ya
analizados precedentemente, en todos los cuales se consignan los mismos deslindes y roles
de avalúo, y además, por no haber sido objeto de controversia, se constata la identidad del
objeto en todas las cesiones de derechos y transferencias detalladas en la letra anterior, esto
es, derechos sobre el denominado Fundo Santa Rosa de Chihuío.
H.- Conforme la constancia estampada, por el Notario Público don Abner Poza Matus, a la
vuelta de la penúltima foja de la escritura pública de cesión de derechos, de fecha 21 de
junio de 006, los certificados de avalúo fiscal rol n° 60-39 y 60-50 -que se tuvieron como
parte integrante de dicha escritura- válidos para el primer semestre de 2006 y
correspondientes a las propiedades denominadas Santa Rosa de Chihuío y Santa Rosa,
ambas de la comuna de Futrono, el avalúo total de cada una de ellas ascendía, a dicha
época, a $92.290.011.- y $7.608.295., respectivamente.
Cuadragésimo primero: Que, a partir de los hechos que se han tenido por
acreditados en la motivación anterior conforme la prueba rendida en autos, corresponde
determinar la procedencia de la acción intentada o la concurrencia de las excepciones y
defensas echas valer por la parte demandada, cuestión que en definitiva constituye la
controversia de autos.
Cuadragésimo segundo: Que en dicho orden de ideas, en primer término,
corresponde dilucidar si, a la época de celebración de las cesiones de derechos cuya nulidad
se solicita, en particular de la primera de ellas, y de interposición de la presente demanda, el
actor -en su calidad de tercero respecto de ellos- tenía interés actual, real y serio en lograr la
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invalidez de dichas convenciones.
Cuadragésimo tercero: Que al efecto, teniendo por establecido que el demandante
y don Víctor Lonza Lazo celebraron una serie de convenciones, materializadas en los
instrumentos privados, latamente detallados en la letra B.- del considerando cuadragésimo,
mediante los cuales acordaron valorizar, adjudicarse y dividirse, en principio, dieciocho
activos que –ya sea por intermedio de sociedades o como personas naturales- formaban
parte de su activo común, consistente en su mayoría en inmuebles -entre éstos, el Fundo
Santa Rosa de Chihuio, ya individualizado-, derechos sobre inmuebles, créditos y acciones,
todo conforme un sistema de valorización en U. F. de dos listas con los distintos bienes,
mismo que fue detallado latamente en la letra C.- del considerando cuadragésimo, y de
acuerdo al cual y habiendo correspondido -por sorteo- al demandado Sr. Lonza Lazo
valorizar la primera de éstas, entre cuyos bienes se encontraba el Fundo Santa Rosa de
Chihuío, en definitiva, el actor resultó favorecido con la adjudicación de una hijuela
consistente en un listado de inmuebles consignado en el instrumento privado denominado
“Acta de Reunión”, de 18 de octubre de 1999, protocolizado con la misma fecha por doña
María Zagal Cisternas, Notario Público titular de la 23° Notaria de Santiago, entre los que
también se encontraba el inmueble sub-lite. Es del caso, que si bien, en principio y
conforme la cláusula décima del documento privado denominado “Bases y Acuerdos para
la División y Adjudicación de los Bienes de Propiedad de los señores Víctor Lonza Lazo y
Enrique Ruff Ferrés”, de fecha 7 de septiembre de 1999, protocolizado -el 10 del mismo
mes y año- en la Notaría Pública de doña María Angélica Zagal, el actor podría “hacerse
cargo” de los inmuebles de su hijuela a partir del día en que pagare el alcance, ascendente a
U. F. 100.527.-, que se produjo en su contra de conformidad a la cuantía de sus
adjudicaciones, lo que debía hacer a más tardar el 17 de diciembre de 1999; de acuerdo a
las cláusulas segunda y tercera del instrumento privado denominado “Testimonio de
Cumplimiento Parcial de Obligación, Prórroga de Plazo y Acuerdos que señala”, de 20 de
diciembre de 1999, el actor no sólo pagó la suma de U. F. 58.520.-, esto es, casi el 60% del
referido alcance, sino que, además, fue sustituido en el pago del saldo del alcance por la
sociedad “Inmobiliaria Costa Bella Limitada”, constituida como nueva deudora de dicha
obligación mediante reconocimiento de deuda suscrito con la sociedad “Inversiones Eslavas
S. A.”, que, a su turno, vino a reemplazar al demandado Sr. Lonza Lazo en calidad de
acreedor. Asimismo, en la cláusula quinta del referido instrumento, se deja constancia que,
con el objetivo de ir materializando las adjudicaciones, el demandado Sr. Lonza Lazo
adquirió, a través de su sociedad “Inversiones Eslavas S. A.”, la totalidad de los derechos
del “Complejo Agro Forestal Chihuío Limitada”, obligándose, una vez que le fuera pagada
la diferencia del alcance señalada en la cláusula tercera, a traspasar al actor tres inmuebles
que figuraban a nombre de dicha empresa, entre los cuales no se encuentra el fundo sub-
lite. Por último, en el mismo orden de ideas, en la cláusulas sexta y séptima de dicha
convención, se deja constancia que, entre otros, queda pendiente la materialización de la
adjudicación del Fundo Santa Rosa de Chihuío, encontrándose dicho proceso en marcha, y
que, a contar de esa fecha -20 de diciembre de 1999- las partes podían “usar y disponer
individual y exclusivamente” de cada uno de los bienes adjudicados en el proceso de
división, respectivamente.
Cuadragésimo cuarto: Que, en consecuencia, conforme lo convenido en el último
de los instrumentos en análisis, incluido el pago parcial de casi el 60% del alcance original
y una especie de novación de la obligación de pago de saldo del alcance mediante un
reconocimiento de deuda en que “Inmobiliaria Costa Bella Limitada” sustituyó como
deudor al demandante, e “Inversiones Eslavas S. A.” a don Víctor Lonza Lazo como
acreedor, se advierte que la condición suspensiva para la entrega de los inmuebles,
consistente en el pago del alcance, que al principio de las negociaciones afectaba a todos
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los que constituían la hijuela del demandante, vio acotados sus efectos al traspaso de sólo
tres de ellos, a saber, Fundo Ucuquer, Fundo Rayo del Sol y derechos en la sucesión
González y en el resto del fundo Chihuío, por lo que si bien la materialización de la
adjudicación del Fundo Santa Rosa de Chihuío se encontraba pendiente a esa fecha, no
estaba sujeta a condición suspensiva alguna, autorizándose incluso el uso y disposición
individual y exclusivo de cada uno de los bienes adjudicados en el proceso de división,
conforme lo dispuesto en sus cláusulas sexta y séptima, respectivamente.
Cuadragésimo quinto: Que, atendido lo razonado en las motivaciones precedentes,
con fecha 20 de diciembre de 1999, época en que las partes suscribieron el instrumento
privado denominado “Testimonio de Cumplimiento Parcial de Obligación, Prórroga de
Plazo y Acuerdos que señala”, el demandante perfeccionó su derecho a que se le trasfiriera
el inmueble sub-lite, como parte de la hijuela que se le adjudicó en el marco del mentado
proceso de división y adjudicación, sin sujeción a condición suspensiva alguna; y teniendo
presente que tanto los contratos de cesión de derechos objeto de impugnación –celebrados
entre enero de 2002 y junio de 2006- como la demanda de autos, son posteriores a dicha
fecha, se tendrá por establecido que a la época de interposición de la demanda sub-lite el
actor gozaba de interés actual en la declaración de nulidad solicitada, toda vez que la venta
del 50% de los derechos que el demandado detentaba sobre el Fundo Santa Rosa de
Chihuío le perjudica patrimonialmente.
Cuadragésimo sexto: Que, en consecuencia, el objeto litigioso del presente juicio
es la invalidez de los contratos individualizados en la demanda, sendas cesiones de
derechos constituidas sobre un bien raíz, por lo que, conforme lo dispuesto en el artículo
580 del Código Civil, no cabe duda que la acción de nulidad interpuesta en la especie se
reputa inmueble.
Cuadragésimo séptimo: Que habiéndose establecido que, a la época de
interposición de su demanda, el actor tenía interés actual, real y serio en lograr la invalidez
de las cesiones de derecho materia de autos y, consecuentemente, el objeto litigioso del
presente procedimiento, corresponde afanarse en determinar la plausibilidad de las defensas
hechas valer por los demandados.
Cuadragésimo octavo: Que, en primer término, de la sola exposición efectuada
respecto a los antecedentes personales, económicos, comerciales y tributarios del actor, y de
las sociedades en que se le atribuye control y/o participación, no se advierte su pertinencia
en la debida resolución del asunto controvertido; máxime cuando no se rindió prueba
alguna que avale el carácter “defraudatorio” que se atribuyó a su comportamiento comercial
y tributario, por lo que dichos antecedentes resultan impertinentes.
Cuadragésimo noveno: Que, respecto a los negativos conceptos que el demandado
Sr. Lonza Lazo vierte respecto a las características topográficas, climáticas y
geomorfológicas del denominado Fundo Santa Rosa de Chiuhío, con el objeto de
desestimar el valor de “US$1.000.000.-“, que en su concepto le habría asignado
erradamente el actor, cabe tener presente que: a) No es el demandado el que le atribuyó ese
valor, sino el propio demandado en el marco del tantas veces referido proceso de
valoración, división y adjudicación del patrimonio común que había formado junto al actor;
en efecto, conforme la lista de los bienes que le correspondió valorizar, suscrita por aquel
con fecha 11 de septiembre de 2009 y protocolizada, junto a la lista de valorización
presentada por el actor y al acta de reunión, el día 13 del mismo mes y año, lo avalúo en la
suma de U. F. 37.743,42.-, equivalente en dicha época a la suma de $563.430.000.-. Lo
anterior no es una cuestión baladí, pues no se concibe que dicha valoración pudiera ser
antojadiza y arbitraria, toda vez que, como ya se ha señalado y detallado anteriormente, la
diferencia que resultare de la valorización de las dos listas de activos, y habida
consideración del pasivo, daría y, en definitiva, dio lugar al alcance en favor del hoy
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demandado Sr. Lonza; b) Así las cosas, la defensa esgrimida por el actor constituye una
verdadera infracción al principio de no violación de los actos propios; c) A mayor
abundamiento, consta como antecedente concreto del valor del inmueble en cuestión, su
avalúo fiscal al primer semestre de 2006, puesto que, conforme se estableció en la letra H.-
del considerando cuadragésimo, la suma de los avalúos correspondientes a los roles n° 60-
39 y 60-50, constitutivos del Fundo Santa Rosa de Chihuío, ascendía –en dicha época- a
$99.898.306.-, y sabido es que el avalúo comercial supera por mucho al fiscal; d) En el
mismo orden de ideas y de acuerdo a la descripción de los bienes comunes de las partes
hecha en el n° 1 de la cláusula segunda de las “Bases y Acuerdos para la División y
Adjudicación de los Bienes de Propiedad de los señores Víctor Lonza Lazo y Enrique Ruff
Ferrés”, cabe deducir que, lejos de la falta de utilidad y productividad asignada al predio
por el demandado, en él se desarrollaban actividades de explotación forestal, desde que al
individualizársele se indica “1.- Fundo Santa Rosa de Chihuío …, incluidos todos los
bienes muebles que guarnecen el predio, ya sean animales, maquinarias, maderas aserradas
volteadas o en píe y todo lo que se encuentra dentro del fundo……”; por lo que se
desechará dicha defensa.
Quincuagésimo: Que en lo que respecta a la prescripción alegada, la que ha tenido
como presupuestos las siguientes circunstancias a) Que el actor tomó conocimiento de la
venta de los derechos del demandado Sr. Lonza Lazo a la sociedad Inmobiliaria Santa
Bárbara Limitada, por escritura pública de cesión de derechos de 8 de enero de 2002, en esa
misma época; b) Que, por ende, a la fecha de notificación de la demanda, habría
transcurrido en exceso el plazo de cincos años, que el artículo 2515 del Código de Civil
contempla para la prescripción de las acciones; c) Que la excepcional acción de nulidad
interpuesta por el actor es improcedente para intentar obtener la restitución de los derechos
demandados, desde que las acciones restitutorias procedentes al efecto se encuentran
prescritas; cabe señalar que: i.- Como bien ha expuesto el demandado Sr. Lonza, la acción
interpuesta es la de nulidad de contratos, en carácter de absoluta, sanción de ineficacia
jurídica aplicable a todo acto o contrato a que falte alguno de los requisitos que la ley
prescribe para el valor del mismo acto o contrato, según su especie, y que, conforme lo
dispuesto en el artículo 1683 del Código Civil, no puede sanearse por un lapso de tiempo
menor a 10 años; ii.- Como ya se ha señalado precedentemente, el interés exigido para su
procedencia no es otro que obtener la invalidez del acto que produce efectos que lesionan
pecuniariamente al peticionario, en la especie –concurrente, conforme se ha razonado y
concluido en las motivaciones cuadragésima segunda a cuadragésima quinta- y consistente
en la ineficacia de todos y cada uno de los contratos de cesión de derechos ya
individualizados; iii.- Que en consecuencia, el actor no persigue el cumplimiento de las
llamadas restituciones mutuas; primero, porque no es parte en los contratos cuya nulidad
solicita en virtud de un legítimo interés pecuniario y, segundo, porque la sola declaración de
nulidad, en caso de obtenerla, importa la ineficacia de dichas convenciones, el cese de sus
efectos y, a mayor abundamiento, la ficción legal de que tampoco produjeron efectos en el
pasado; iv.- Que, aunque no corresponde a la acción de marras, otro tanto de lo mismo se
puede concluir respecto de la acción reivindicatoria que la parte demandada parece
concebir como más apropiada que la ejercida -en forma inútil a su juicio- para obtener la
restitución del “dominio del predio”; máxime que, de obtenerse la declaración de nulidad
solicitada, los demandados –eventuales adquirentes por tradición de los derechos inmuebles
sub-lite- carecerían de justo título que les habilitará para adquirir el dominio de dichos
bienes por prescripción adquisitiva ordinaria, debiendo necesariamente recurrir a la
extraordinaria que exige posesión por un lapso de diez años, término que, atendida la época
de la primera de las cesiones de derecho de marras y la fecha de la última notificación de la
demanda a los distintos demandados, ha sido interrumpido oportunamente; v.- Que, a
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mayor abundamiento, dicha prescripción adquisitiva no ha sido demandada
reconvencionalmente en autos, ni parece haber sido declarada judicialmente por tribunal
competente, por lo que resulta inoponible en la especie. Por todo lo anterior, la prescripción
alegada tampoco prosperará.
Quincuagésimo primero: Que en cuanto a las suspicacias que la falta de ejercicio
de las acciones pertinentes para exigir el cumplimiento de la promesa de compraventa
celebrada entre el actor y la Sociedad Inversiones y Comercial Santa Paula S.A., por
escritura pública de 17 de diciembre de 1999, conforme la cual ésta última habría pagado
una suma cercana al millón de dólares a cambio de la venta, cesión y transferencia futura
del Fundo Santa Rosa de Chihuío, provoca en el demandado Sr. Lonza, cabe señalar que: a)
Aquélla inactividad procesal es resorte de un tercero ajeno al juicio; b) Sin perjuicio de ello
y conforme la instrumental aportada al respecto por el actor –el demandado no rindió
prueba alguna en relación a dicho punto- si bien la mentada promesa de compraventa no se
habría cumplido cabal y oportunamente, conforme la cláusula tercera de la escritura pública
de modificación de promesa de compraventa celebrada entre las mismas partes con fecha 8
de abril de 2002, el actor habría transferido el 50% de los derechos del predio prometido
vender, por lo que la referida inacción no sería tal, por lo menos en los términos expuestos
por el demandado, debiendo rechazarse la defensa en análisis, por carecer de idoneidad,
pertinencia y suficiencia para desvirtuar los argumentos de la pretensión.
Quincuagésimo segundo: Que en lo que respecta a la ausencia de legitimación
activa que se le atribuye al actor, fundada a su vez en su pretendida falta de interés real –
patrimonial- y actual en la declaración de nulidad solicitada, a la época de celebración del
primero de los contratos que se impugna; para desecharla bastará remitirse a lo razonado y
concluido en los considerandos cuadragésimo segundo a cuadragésimo quinto. Esto es, en
definitiva, que como consecuencia del proceso valorización, división y adjudicación del
patrimonio común formado por el actor y el demandado Sr. Lonza Lazo -iniciado por
instrumento privado denominado “ACUERDO DE DIVISIÓN DE NEGOCIOS”, de 21 de
enero de 1999-, con fecha 20 de diciembre de 1999, época en que las partes suscribieron el
instrumento privado denominado “Testimonio de Cumplimiento Parcial de Obligación,
Prórroga de Plazo y Acuerdos que señala”, el demandante perfeccionó su derecho a que se
le trasfiriera la totalidad de los derechos del demandado sobre el inmueble sub-lite, como
parte de la hijuela que se le adjudicó en el marco del mentado proceso de división y
adjudicación, sin sujeción a condición suspensiva alguna, y con anterioridad a todos y cada
uno de los contratos de cesión de derechos objeto de impugnación –celebrados entre enero
de 2002 y junio de 2006- y obviamente a la fecha de interposición de la demanda de autos.
Quincuagésimo tercero: Que en el mismo orden de ideas, cabe precisar que la
fuente primigenia del interés del actor, traducido en su crédito para que el demandado Sr.
Lonza Lazo le trasfiriera la totalidad de los derechos que detentaba sobre el Fundo Santa
Rosa de Chihuío, como parte de la hijuela que se le adjudicó en el marco del mentado
proceso de división y adjudicación, radica en las convenciones ya referidas, en particular de
lo acordado en el mentado “Testimonio de Cumplimiento Parcial de Obligación, Prórroga
de Plazo y Acuerdos que señala”; siendo la celebración de un contrato de cesión de dichos
derechos, por medio del cual éste se los vendió y transfirió a Inmobiliaria Santa Bárbara
Limitada, acaecido con fecha 8 de enero de 2002 y que es objeto de impugnación por vicios
de nulidad absoluta, el hecho lesivo de sus derechos que le llevó a interponer la acción sub-
lite con el objeto de evitar la merma de su patrimonio. Cosa distinta es que dicho derecho
haya sido reconocido posteriormente, por sentencia arbitral de 4 de junio de 2002, dictada
por el árbitro arbitrador Sr. César Serani Martelli, que acogió la demanda reconvencional
interpuesta por don Enrique Ruff Ferrés en contra de don Víctor Lonza Lazo, declarando,
en lo pertinente, que éste debía cumplir con su obligación de transferir el bien
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individualizado en el proceso de división como Fundo Santa Rosa de Chihuío, y que,
además, debía entregárselo materialmente y caucionarlo con garantías reales mientras
pendiera la obligación de transferirlo, bajo apercibimiento se ser suscrito el correspondiente
acto jurídico por el propio árbitro en representación de aquél.
Quincuagésimo cuarto: Que, sin perjuicio de que, en la especie, las copias
autorizadas de dicho fallo arbitral sean ponderadas como un instrumento probatorio más y
no como la fuente del interés que ha dado pábulo para demandar, no huelga aclarar que
conforme la cláusula compromisoria, establecida en el punto décimo primero del
instrumento denominado “Bases y Acuerdos para la División y Adjudicación de los Bienes
de Propiedad de los señores Víctor Lonza Lazo y Enrique Ruff Ferrés”, el abogado Sr.
César Serani Martelli, fue designado árbitro arbitrador para resolver cualquier dificultad
que se produjera entre los comparecientes con motivo del cumplimiento o interpretación de
dicho instrumento, debiendo fallar como tal, en única instancia y sin que su resolución
pudiere ser objeto de recurso alguno. Lo que importa la renuncia anticipada de las partes al
ejercicio de los recursos procesales que pudieren proceder en su contra; luego, conforme lo
dispuesto por la primera parte del artículo 174 del Código de Procedimiento Civil, dicha
resolución debe entenderse firme o ejecutoriada desde que fue notificada a las partes; esto
es, conforme las referidas copias, con fecha 5 de junio de 2002.
Quincuagésimo quinto: Que en cuanto a la pretendida ausencia de mala fe del Sr.
Lonza Lazo en la enajenación que efectuó el 8 de enero de 2002, toda vez que –a su juicio-
a la fecha del contrato impugnado no existía obligación de transferencia de dominio de la
propiedad al demandante, puesto que no se había pagado el alcance al que se encontraba
supeditada dicha transferencia, conforme lo concluido en los considerandos cuadragésimo
segundo a cuadragésimo quinto, en que se tuvo por establecida la legitimación activa del
actor, esto es, en términos simples que desde el 20 de diciembre de 1999, época en que las
partes suscribieron el instrumento privado denominado “Testimonio de Cumplimiento
Parcial de Obligación, Prórroga de Plazo y Acuerdos que señala”, el demandante
perfeccionó su derecho a que se le trasfiriera el Fundo Santa Rosa de Chihuío, sin
condición suspensiva alguna, dicha defensa parte de un presupuesto errado.
Quincuagésimo sexto: Que en lo que respecta a la ausencia de limitaciones al
dominio respecto del Fundo Santa Rosa de Chihuó a la época de la precitada enajenación,
aspecto en que pretende apoyar la ausencia de dolo alegada, cabe decir, en primer término,
que de haber existido, estaríamos ante un contrato anulable por objeto ilícito, vicio que no
es el alegado en la especie; y, en segundo lugar, que, no obstante su efectiva omisión, el
demandado tenía pleno conocimiento de que sus derechos sobre el inmueble eran objeto de
un litigio arbitral iniciado por el mismo y que, en definitiva, si bien con posterioridad a la
fecha de la venta, le impuso la obligación no sólo de transferirlos al actor, sino también de
caucionarlos, reconociendo el derecho de éste sobre el Fundo Santa Rosa de Chihuío que le
había sido adjudicado en el marco del proceso de división y adjudicación de activos
comunes, tantas veces mencionado.
Quincuagésimo séptimo: Que por último, del análisis de la cesión de derechos
celebrada, con fecha 8 de enero de 2002, entre los demandados Sr. Lonza Lazo e
Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada, en particular consideración al precio pactado, a los
vínculos parentales y comerciales entre el vendedor y el representante legal de la
compradora, y a la casi inmediata enajenación por parte de ésta de los mismos derechos a
Inversiones El Cerro S. A. –hoy Servicios Financieros Arauco Y Franklin S. A.,
representada legalmente por el Sr. Lonza, lejos de presumir la buena fe alegada por aquél,
cabe inferir la concertación de las partes para defraudar al actor en su legítimo derecho a
adquirir el dominio total del Fundo sub-lite.
Quincuagésimo octavo: Que, en efecto, conforme dicha cesión, comprensiva del
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50% de los derechos sobre los predios que conforman el Fundo Santa Rosa de Chihuío,
celebrada entre el Sr. Lonza Lazo e Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada, representada
legalmente por don Peter Dragicevic Cariola, a la sazón primo de la cónyuge del primero y
con quien mantenía, a dicha época, relaciones comerciales mediante la participación de
ambos en la sociedad “International Commerce Center S. A.” –según se ha establecido en el
apartado e.3) de la letra E. de la motivación cuadragésima, aquel le vendió, cedió y
transfirió dichos derechos en la suma de $14.000.000.-, a pesar de que, como se ha
establecido precedentemente, el avalúo fiscal de dicho inmueble -al primer semestre del
año 2006- ascendía a $99.898.306.-, esto es, a casi $50.000.000.- en proporción al
porcentaje de sus derechos, y sin perjuicio de que previamente había sido avaluado por el
propio vendedor en la suma de $563.430.000.-, esto es, a todas luces objeto de lesión
enorme a no ser por la previa concertación de las partes.
En el mismo orden de ideas, cabe tener presente que apenas siete días después de
practicada la última inscripción de los predios que conformaban el Fundo sub-lite –de fecha
uno de abril de 2002, a fojas 157 n° 239, año 2002, del Registro de Propiedad del
Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos Futrono-, esto es, el 8 de abril de 2002,
Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada vendió, cedió y transfirió los mismos que había
adquirido por compraventa a don Víctor Lonza Lazo a Inversiones El Cerro S. A. –hoy
Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A.- representada por don Manuel Saavedra
Álvarez, conforme escritura pública de cesión de derechos, en la suma de $16.000.000.- Al
respecto, aparte de ser aplicable lo expuesto en el párrafo anterior respecto del precio
pagado por los referidos derechos inmuebles, cabe señalar que: a) Atendido el giro
inmobiliario de la sociedad vendedora, ya resultaba un negocio, por decir lo menos, poco
atractivo adquirir la mitad de los derechos sobre un inmueble; b) Como si no fuera
suficiente lo anterior, lejos de obtener rentabilidad vendiéndolos a buen precio, lo que no
debería haber sido difícil atendido el exiguo precio pagado por ellos, los enajena en apenas
dos millones más de lo pagado; c) Sin perjuicio de la comparecencia de don Manuel
Saavedra Álvarez, en representación de la sociedad compradora, conforme el mérito de los
estampados receptoriales de fojas 45 y 48 y el mandato judicial que obra a fojas 60, se ha
establecido que éste detentaba dicha representación en conjunto con el demandado Sr.
Lonza; y d) Conforme la confesional provocada prestada por éste, que obra de fojas 364 a
369, este último detenta el 50% de las acciones de dicha sociedad, estando el resto de las
acciones en poder de parientes y terceros.
Quincuagésimo noveno: Que en la misma línea que el demandado Sr. Lonza Lazo,
tanto Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada, por separado, como las restantes sociedades
demandadas, a saber, Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A., Paseo Franklin S. A. y
El Toltén S. A., en conjunto, han alegado haber actuado de buena fe, frente a derechos
inscritos y sanos, que no mantenían anotación o limitación alguna para su legítima
transferencia; cabe señalar que, ya habiéndose hecho cargo de dicha defensa respecto a
Inmobiliaria Santa Bárbara, por escritura pública de cesión de derechos de 17 de marzo de
2005, Servicios Financieros Arauco Y Franklin –antes Inversiones El Cerro S. A.-
representada por don Maximiliano Gálvez Morales y por el demandado Sr. Lonza Lazo -
vendió, cedió y transfirió a Paseo Franklin S. A., representada también por el demandado
don Víctor Lonza Lazo, los mismos derechos sobre el Fundo Santa Rosa de Chihuío que
había adquirido de Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada y ésta a su vez del Sr. Lonza Lazo,
en la suma de $18.000.000.- Al respecto, aparte de ser aplicable lo ya expuesto en los
considerandos anteriores respecto del precio pagado por los referidos derechos inmuebles,
cabe hacer casi las mismas observaciones que respecto a las cesiones anteriores, con
algunos matices, a saber: a) Atendido el giro financiero de la vendedora e inmobiliario de la
compradora, resulta un negocio poco atractivo adquirir la mitad de los derechos sobre un
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inmueble; b) Como si no fuera suficiente lo anterior, lejos de obtener rentabilidad
vendiéndolos a buen precio, lo que debiera haber sido fácil atendido el exiguo precio
pagado por ellos, se enajenan en apenas dos millones más de lo pagado, casi tres años
antes; c) Sin perjuicio de que respecto a la sociedad vendedora detentaba la calidad de
representante legal en conjunto con don Maximiliano Gálvez Morales, don Víctor Lonza
Lazo comparece coetáneamente en representación de la sociedad compradora; y d)
Conforme la confesional provocada prestada por éste, que obra de fojas 364 a 369, éste
detenta el 50% de las acciones de ambas sociedades, estando el resto de las acciones en
poder de parientes y terceros.
Sexagésimo: Que en lo que respecta a la ausencia de limitaciones al dominio
respecto del Fundo Santa Rosa de Chihuio a la época de la precitada enajenación, aspecto
en que las sociedades demandadas que fueron parte de ella pretende fundar su buena fe
contractual, cabe reiterar que, al igual que en las cesiones de derechos analizadas
precedentemente, de haber existido alguna medida cautelar, estaríamos ante un contrato
anulable por objeto ilícito, vicio que no es el alegado en la especie; y, en segundo lugar,
que, no obstante su efectiva omisión y el carácter societario de las demandadas, aspecto que
jurídicamente las transforma en personas distintas de sus socios individualmente
considerados, atendida la representación legal y participación mayoritaria que el Sr. Lonza
Lazo detenta respecto de ambas sociedades, mismo que tenía pleno conocimiento de que la
propiedad de los derechos sobre el inmueble –aparente objeto de la cesión- había estado
sometida a un litigio arbitral iniciado por él y que, en definitiva, con anterioridad a la fecha
de la venta, le había impuesto la obligación no sólo de transferirlos al demandante, sino
también de caucionarlos, reconociendo el derecho de éste sobre el Fundo Santa Rosa de
Chihuío que le había sido adjudicado en el marco del proceso de división y adjudicación de
activos comunes, tantas veces mencionado.
Sexagésimo primero: Que dichas circunstancias obstan para presumir la buena fe
alegada, toda vez que, entendida ésta como el deber de conducta leal que impone el
cumplimiento de la palabra empeñada, se contradice cuando se finge ignorar lo que se sabe,
se intenta ocultar la verdad a quien no puede conocerla, se va contra los resultados de los
propios actos, se realiza un acto equívoco o ficticio para beneficiarse intencionadamente de
su dudosa significación, o se crea una apariencia jurídica para contradecirla después, en
perjuicio de quien puso su confianza en ella, todas conductas que parecen concurrir en el
actuar de los contratantes de la convención en comento con sólo el objeto de sustraer
aparentemente del patrimonio del demandado Sr. Lonza Lazo los derechos que
primigeniamente detentaba sobre el Fundo Santa Rosa de Chiuío y que conforme la
convenciones celebradas con el actor, en el marco del proceso de división y adjudicación de
sus bienes comunes, le fueron adjudicados a éste, pesando sobre el demandado la
obligación pura y simple de transferírselas a partir del 20 de diciembre de 1999.
Sexagésimo segundo: Que, por último, respecto a la cesión de derechos celebrada,
por escritura pública de 21 de junio de 2006, por la que don Víctor Lonza Lazo, declara
vender, ceder y transferir a El Toltén S. A., representada por don Santiago Lonza Lazo,
derechos y acciones equivalentes al veinticinco por ciento del total de los predios que
conforman el Fundo Santa Rosa de Chihuío, los que había adquirido en conjunto con el
demandante por tradición en virtud de escritura pública de compraventa de 4 de agosto de
1993 y se encuentran inscritos a fojas 409 n° 480 del Registro de Propiedad del
Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos, año 1994, en la suma de $10.800.000.-; cabe
señalar que, observando la proporción de los derechos transferidos, aparte de ser
nuevamente aplicable lo ya expuesto en los considerandos anteriores respecto del precio
pagado, son procedentes las siguientes consideraciones: a) En primer lugar, resulta a lo
menos extraño que aparezca nuevamente el demandado Sr. Lonza vendiendo algún derecho
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sobre el Fundo sub-lite, toda vez que, conforme el análisis que se ha venido haciendo, éstos
salieron íntegramente de su patrimonio el 8 de enero de 2002, conforme lo declarado en la
cláusula segunda de la escritura pública de cesión de derechos celebrada con Inmobiliaria
Santa Bárbara Limitada; b) Si alguna duda cabía respecto a la posibilidad de que, tras las
cesiones ya analizadas, parte de dichos derechos hubieran vuelto a ingresar al patrimonio
del Sr. Lonza Lazo, ésta se descarta con la sola referencia al origen de dichos derechos en
su patrimonio, y que sin lugar a equívocos se trata de la compraventa y correlativa
inscripción original por medio de la cual el Fundo sub-lite entró en el patrimonio común del
actor y dicho demandado; c) Sin perjuicio de que quien comparece en representación de la
sociedad compradora es don Santiago Lonza Lazo, conforme los estampados receptoriales
de fojas 47 y 49, que no fueron objeto de nulidad alguna, don Víctor Lonza Lazo también
detenta la representación legal de dicha sociedad; d) Atendido el giro agro forestal de ésta
cabe suponer que su motivación sería la explotación maderera del Fundo en cuestión, lo
que se tornaría difícil dado que tratándose de derechos sobre un inmueble, cuyo dominio
detentaría en comunidad con otros dueños, resulta difícil radicarlos sobre una parte
específica del mismo, sin previo proceso de división y adjudicación; y e) El representante
legal que comparece a nombre de la compradora sería hermano del vendedor y, conforme la
confesional provocada de fojas 491, respecto de la cual se le tuvo por confeso,
específicamente de la pregunta n° 3, suscribió la cesión de derechos en comento con pleno
y cabal conocimiento de que existían juicios respecto de los derechos que se transferían.
Sexagésimo tercero: Que así las cosas, la defensa de El Toltén S. A. en cuanto
haber obrado de buena fe, que pretende apoyar en la ausencia de limitaciones al dominio
sobre del Fundo Santa Rosa de Chihuó a la época de la precitada enajenación, atendidas las
consideraciones expuesta en el considerando anterior, en particular el pleno conocimiento
que las partes contratantes tenían respecto de que la propiedad de los derechos sobre el
inmueble –aparente objeto de la cesión- había estado sometida, entre otros, a un litigio
arbitral iniciado por el Sr. Lonza Lazo y que, en definitiva, con anterioridad a la fecha de la
venta, le había impuesto la obligación no sólo de transferirlos al demandante, sino también
de caucionarlos, reconociendo el derecho de éste sobre el Fundo Santa Rosa de Chihuío que
le había sido adjudicado en el marco del proceso de división y adjudicación de activos
comunes analizado en motivaciones anteriores, deberá ser desestimada por idénticas
consideraciones que las ya expuestas en el considerando sexagésimo primero, el que se da
por reproducido.
Sexagésimo cuarto: Que, como ya se esbozó precedentemente y quizás como
corolario del actuar defraudatorio que el demandado Sr. Lonza Lazo parece haber
mantenido durante la secuencia de transferencias analizadas, teniendo presente que la venta
de cosa ajena vale, cabe preguntarse si en el caso de la inscripción de la última de las
cesiones de derecho analizadas estaríamos ante un caso de superposición de inscripciones
conservaticias, toda vez que, conforme los antecedentes que obran en autos, jurídicamente
dicho demandado ya no detentaba derecho alguno sobre el inmueble sub-lite, y
aritméticamente el 100% de dichos derechos ya estaba inscrito a nombre de otros
propietarios.
Sexagésimo quinto: Que conforme lo razonado precedentemente y lo prescrito por
los artículos 670 y 682 del Código Civil –relativos a la tradición-, entendiendo que, a la
época de celebración la cesión de derechos en análisis y su posterior inscripción, el tradente
–don Víctor Lonza Lazo- mal podría haber sido dueño de los derechos que declaraba
vender, ceder y transferir a El Toltén S. A., ésta nada puede haber adquirido.
Sexagésimo sexto: Que del análisis de cada uno de los contratos cuya nulidad se
solicita, se infiere que la causa que indujo a las partes a contratar no obedece al motivo que
normalmente induce a celebrar una cesión de derechos inmuebles –en la práctica, una
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verdadera compraventa de inmuebles-, esto es, la necesidad del vendedor de procurarse
dinero y de obtener la cosa por parte del comprador, sino que carecen absolutamente de
causa o motivo real que pueda haberlas inducido a su celebración, entendida ésta como la
representación de una necesidad que requiera de una regulación de intereses mediante un
contrato determinado. Esto, sin perjuicio de la concertación de las partes para ocultar su
voluntad real al alero de las referidas cesiones de derecho meramente aparentes, que como
ya se ha visto se produce en una etapa previa –aunque a veces pueda ser casi simultánea al
contrato simulado- y cuya causa no es otra que el engaño a terceros, en la especie del
demandante, a quien se le ha pretendido entrabar o privar de su legítimo interés en que se le
transfiriera la totalidad de los derecho sobre el Fundo Santa Rosa de Chihuío, y que dichas
convenciones simuladas sólo han venido a consumar.
Sexagésimo séptimo: Que en efecto, mientras la comparecencia de Inmobiliaria
Santa Bárbara Limitada, en apariencia en calidad de compradora, en la celebración del
respectivo contrato de cesión de los derechos que el demandado Víctor Lonza Lazo
detentaba sobre el Fundo Santa Rosa de Chihuío, no ha cumplido más rol que la de
proporcionar una interpósita persona simulada, que ha prestado su nombre y actuación con
el único fin de facilitar la extracción de los referidos derechos desde el patrimonio del
demandado Sr. Lonza Lazo, para casi inmediatamente transferírselos, a su vez, a una
entidad distinta en apariencia, pero igualmente controlada por dicho demandado, sin que
jamás tuviera intención de radicarlos en su patrimonio; en la de las restantes sociedades
demandadas, quien se encuentra presente como elemento común de todas aquellas
convenciones es precisamente de don Víctor Gabriel Lonza Lazo, persona natural que,
conforme se ha establecido previamente, controla, en mayor o menor medida, pero siempre
determinantemente, el actuar de cada una de dichas sociedades, resultando patente la
concurrencia del litisconsorcio pasivo que se ha negado, manifestado, además,
concretamente en la defensa conjunta que las sociedades demandadas Servicios Financieros
Arauco Y Franklin S. A., Paseo Franklin S. A. y El Toltén S. A. han sostenido en autos, y de
la cual se han pretendido beneficiar presentando testigos que, independiente de las tachas
acogidas o rechazadas respecto de cada uno de ellos, habrían adolecido de causales de
inhabilidad de haber sido ofrecidos por otra de ellas, e incluso evacuando traslados de
tachas formuladas respecto de testigos que habían sido presentados también por otra de
ellas.
Sexagésimo octavo: Que así las cosas, sin perjuicio de lo concluido en cuanto a la
concurrencia de litis consorcio pasivo respecto de las referidas sociedades demandadas, se
observa que cada una las convenciones celebradas por los demandados adolecen por sí
solas de vicios de nulidad absoluta que las invalidan sin respecto a cualquiera otra
convención, por lo que la demanda interpuesta respecto de ellas no lo ha sido sujeta a la
condición de que se declare la nulidad del contrato celebrado, con fecha 8 de enero de
2002, entre el demandado Sr. Lonza Lazo e Inmobiliaria Santa Bárbara.
Sexagésimo noveno: Que habiéndose establecido que el actor detenta un legítimo
interés en lograr la invalidez de las cesiones de derecho materia de autos y desechadas las
excepciones opuestas a dicha pretensión por los distintos demandados, a partir de los
hechos que se han tenido por acreditados en el proceso mediante la instrumental y
confesional provocada detallada anteriormente, visto lo dispuesto en los artículos 426 del
Código de Procedimiento Civil y 1681, 1682, 1683, 1698 y 1712 del Código Civil, y
conforme la labor indagatoria que le cabe al juez cuando, en ausencia de la causa que
normalmente se le atribuye a un acto o convención específica, debe establecer el motivo
individual que indujo a celebrarlo y que constituye la causa real de las partes, no queda más
que presumir, con los caracteres de gravedad y precisión suficientes para formar
convencimiento, que todas y cada una de las cesiones de derecho objeto de impugnación
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corresponden a contratos simulados, esto es, a convenciones aparentes en que se ha
declarado una voluntad distinta a la verdadera intención de las partes, concertada
previamente y de común acuerdo entre éstas, y con el sólo propósito de engañar y
perjudicar a un tercero; en la especie, el actor que se ha visto impedido de obtener la
tradición de los derechos inmuebles que sobre el Fundo Santa Rosa de Chihuío detentaba
primigeniamente el demandado Sr. Lonza Lazo, y que conforme el proceso de
valorización, división y adjudicación de negocios de los bienes de propiedad común del
demandante y el Sr. Lonza, en particular lo establecido en instrumento denominado
“Testimonio de cumplimiento parcial de obligación, prórroga de plazo y acuerdos que
señala”, le fuera adjudicado sin estar sujeto a condición suspensiva alguna, por lo que
careciendo de causa real, seria y lícita cada una de las convenciones cuya ineficacia jurídica
se ha solicitado declarar, se acogerá la acción de nulidad fundada en la simulación absoluta
que les afecta y, a falta de norma explícita que contemple la inexistencia como pena
aplicable, se declarará la nulidad absoluta de todas y cada una de ellas, por haberse omitido
un requisito exigido por la ley en consideración a la naturaleza del acto o contrato.
Septuagésimo: Que sin perjuicio de lo concluido en las motivaciones anteriores,
esto es, que cada una de las convenciones objeto de impugnación, individualmente
consideradas, se declararán nulas absolutamente por tratarse de contratos simulados que
carecen de causa real, y de lo ya dicho –en el considerando sexagésimo quinto- respecto a
los nulos efectos de la aparente tradición de los derechos que don Víctor Lonza Lazo habría
cedido a El Toltén S. A., cabe agregar que establecida la nulidad de la cesión de derechos
celebrada entre don Víctor Lonza Lazo e Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada, en virtud de
sus efectos, mal puede ésta haber transferido el dominio sobre dichos derechos a Servicios
Financieros Arauco y Franklin S. A. –antes Inversiones El Cerro S. A.- y, a su vez, ésta
última a Paseo Franklin S. A., puesto que, conforme lo dispuesto en los artículos 670 y 682
del Código Civil, la tradición es un modo de adquirir el dominio de las cosas que consiste
en la entrega que el dueño hace de ellas a otro, habiendo por un parte la facultad e intención
de transferir el dominio, y por otra la capacidad e intención de adquirirlo, por lo que a
través de ésta no se adquieren otros derechos que los transmisibles del mismo tradente
sobre la cosa entregada.
Septuagésimo primero: Que, en efecto, establecida la nulidad de dicha venta,
Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada no adquirió derecho alguno y, por ende, nada pudo
haber transferido a Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A. –antes Inversiones El
Cerro S. A.- y, a su vez, ésta última ningún derecho puede haber transferido a Paseo
Franklin S. A.; máxime cuando, conforme la simulación absoluta que se ha concluido afecta
a todas y cada una de las cesiones de derechos celebradas entre dichas sociedades, ni el
tradente ni el adquirente de cada una de ellas tuvo la intención de transferir ni de adquirir el
dominio – respectivamente-, por lo que faltando, por una parte, la facultad e intención de
transferir el dominio y, por otra, la intención de adquirirlo, elementos esenciales de la
tradición, ningún derecho puede haberse transferido con ocasión de los referidos contratos
simulados.
Septuagésimo segundo: Que, por último y en otro orden de ideas, si bien la nulidad
absoluta demandada será acogida por la simulación absoluta de los contratos establecida
precedentemente, la pluralidad de causas, también llamada acumulación eventual,
denunciada por las sociedades demandadas Servicio Financiero Arauco y Franklin S. A.,
Paseo Franklin S. A. y El Toltén S. A., en nada obsta a la procedencia de la acción
intentada, toda vez que, si bien es cierto que aquélla implica la ausencia de causa, como se
ha esbozado anteriormente la causa ilícita -en que también se fundó la nulidad absoluta
demandada- concurre en la primera etapa de la simulación, esto es, en aquella en que las
partes convienen en ocultar su voluntad real a través del contrato simulado, acuerdo que
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éste viene sólo a consumar, y que no tiene más motivo que el de engañar a terceros,
evidentemente ilícito.
Septuagésimo tercero: Que, en conformidad a lo concluido en las motivaciones
que preceden, a lo dispuesto en el artículo 1687 del Código Civil, y como efecto directo de
la declaración de nulidad que se hará respecto de los contratos de marras, se ordenará la
cancelación de las inscripciones efectuadas en el Registro de Propiedad del Conservador de
Bienes Raíces de Los Lagos Futrono, donde se encuentra inscrito el inmueble, éstas son las
siguientes: a) Las de fojas 153 n° 232 y fojas157 n° 239, ambas año 2002, del Registro de
Propiedad; b) Las de fojas 252 n° 390 y fojas 252 n° 391, ambas año 2002, del Registro de
Propiedad; c) Las de fojas 497 n° 650 y fojas 497 n° 651, ambas año 2005, del Registro de
Propiedad; y d) Las de fojas 487 n° 695 y fojas 488 n° 696, ambas año 2006, del Registro
de Propiedad, todas del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos Futrono, y
consecuencialmente, se restituirá y quedará plenamente vigente la inscripción de dominio
que detentaban los señores Enrique Ruff Ferrés y Víctor Lonza Lazo, a fojas 409 n° 480 del
Registro de Propiedad, año 1994, del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos Futrono.
Septuagésimo cuarto: Que la demás prueba rendida en nada altera lo concluido
precedentemente.
Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 3, 138, 144, 160, 170, 254 y
siguientes, 341, 342, 346, 358, 384, 385, 394, 399, 426, 427, 428 y demás pertinentes del
Código de Procedimiento Civil; 670, 675, 682, 683, 706 a 708, 724, 728, 1437, 1438, 1444,
1445, 1448, 1464, 1467, 1468, 1545, 1546, 1681 y siguientes, 1698 a 1700, 1702, 1706,
1707, 1712, 1713, 2492 y demás pertinentes del Título XLII del Libro IV y demás
aplicables del Código Civil, se declara que:
I.- Se rechaza la tacha opuesta en contra del testigo presentado por el actor, don
Daniel Gangas Manríquez;

II.- Se acoge la tacha deducida en contra del testigo de la demandada Paseo Franklin
S.A., don Maximiliano Gálvez Morales;

III.- Se rechaza la tacha deducida en contra de la testigo de la demandada Servicios


Financieros Arauco y Franklin S.A., doña Mirtha Hernández Gárate;

IV.- Se acoge la tacha interpuesta en contra del testigo de la demandada Servicios


Financieros Arauco y Franklin S.A., don Álvaro Carvallo Silva;

V.- Se acoge la demanda de nulidad absoluta interpuesta en lo principal de fojas 1


por don Enrique Ruff Ferrés en contra de: don Víctor Gabriel Lonza Lazo, de Inmobiliaria
Santa Bárbara Limitada, representada indistintamente por doña María Isabel Guerra Poblete
o don Peter Ernesto Dragicevic Cariola; de Inversiones El Cerro S.A., hoy llamada
Servicios Financieros Arauco & Franklin S.A., representada indistintamente por don Víctor
Gabriel Lonza Lazo o don Maximiliano Enrique Gálvez Morales; de Paseo Franklin S.A.,
representada por don Víctor Lonza Lazo; y de El Toltén S.A., representada indistintamente
por don Víctor Lonza Lazo o por don Santiago Lonza Lazo, y se declaran nulas
absolutamente, por adolecer de simulación absoluta y, por ende, carecer de causa: 1.- La
cesión de derechos celebrada por escritura pública de 8 de enero de 2002, otorgada ante el
notario público de Santiago don Hugo Pérez Pousa, entre don Víctor Lonza Lazo e
Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada, y que, consecuencialmente, se cancelan las
inscripciones de fojas 153 n° 232 y fojas 157 n° 239 de Registro de Propiedad del
Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos Futrono, año 2002; 2.- La cesión de derechos
celebrada entre Inmobiliaria Santa Bárbara Limitada e Inversiones El Cerro S. A. –hoy
Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A.- por escritura pública de 8 de abril de 2002,
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Foja: 1
otorgada ante Notario Público don Hugo Pérez Pousa, y que, consecuencialmente, se
cancelan las inscripciones de fojas 252 n° 390 y fojas 252 n° 391 del Registro de Propiedad
deI Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos Futrono, año 2002; 3.- La cesión de
derechos celebrada entre Servicios Financieros Arauco y Franklin S. A. -antes Inversiones
El Cerro S. A.- y Paseo Franklin S. A., por escritura pública de 17 de marzo de 2005,
otorgada ante la Notario Público doña María Gloria Acharán, y que, consecuencialmente, se
cancelan las inscripciones de fojas 497 n° 650 y fojas 497 n° 651 del Registro de Propiedad
del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos Futrono, año 2005; y 4.- La cesión de
derechos celebrada entre don Víctor Lonza Lazo y El Toltén S. A., por escritura pública de
21 de junio de 2006, otorgada ante Notario Público de San Miguel don Abner Poza, y que,
consecuencialmente, se cancelan las inscripciones de fojas 487 n° 695 y fojas 488 n° 696
del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Los Lagos Futrono, año
2006.

VI.- Se condena a los demandados antes individualizados al pago de las costas de la


causa, por haber resultado completamente vencidos en autos.

Regístrese, notifíquese y, en su oportunidad, archívense los autos.

Rol N°4472-2007

Pronunciada por doña Andrea Coppa Hermosilla, Juez Suplente.-

Autoriza doña Margarita Bravo Narvaez, Secretaria Subrogante.-

Se deja constancia que se dio cumplimiento a lo dispuesto en el inciso final del art. 162 del
C.P.C. en Santiago, treinta y uno de Enero de dos mil doce
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