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Santiago, veinticuatro de diciembre de dos mil quince.

VISTOS:
Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de las motivaciones
décimo novena y trigésima segunda a trigésima quinta, que se eliminan,
Y se tiene en su lugar y además presente:
Cuestión previa:
Antes de entrar a revisar los recursos de apelación deducidos por ambas partes,
cabe tener presente que dos de los demandados se allanaron a la demanda, don
Christian Sattler Boezio y doña Claudia Sattler Boezio, según consta a fs. 163.
I En cuanto a la apelación de la parte demandante en contra de la
sentencia definitiva:
1.- Que el actor solicita en su demanda como primera petición la declaración
de nulidad absoluta del contrato de compraventa de acciones por carecer de causa y
objeto; en subsidio, la nulidad relativa del mismo por haber obtenido el
consentimiento con dolo de parte del comprador, el que fue determinante; en
subsidio, se ordene restituir al demandado la totalidad de la acciones, por haber
existido a su favor un enriquecimiento sin causa que daría origen a la acción in
reemverso.
2.- Que la sentencia en alzada niega lugar a la demanda en todas sus partes, sin
costas.
3.- Que del análisis de la sentencia recurrida, pruebas rendidas y lo dispuesto
en los artículos 1793 y siguientes del Código Civil, normas que regulan el contrato de
compraventa, se puede constatar que el contrato en cuestión, contiene la
determinación de la cosa objeto de la obligación del vendedor, representada por las
32.893 acciones de la Compañía Minera de Chile S.A., por lo que cumple a ese
respecto con los requisitos exigibles para esa parte.
4.- Que cabe destacar como hechos no discutidos a tener en cuenta para tener
un panorama global del negocio, que éste se llevó a cabo entre el padre de los
demandantes y el demandado, que las acciones adquiridas por este último
representaban el 96 % de la propiedad accionaria de Cía. Minera de Chile S.A. la que
a su vez es dueña de diversas ´propiedades y de derechos en otras sociedades, y que
el sr. Seignourel, demandado, era un ejecutivo de cuentas bancario, del Banco de
Crédito e Inversiones, cargo a raíz del cual conoció al causante y ganó su
confianza, el que era cliente del mismo Banco, todo lo cual consta en la documental
acompañada con la solicitud de medidas prejudiciales precautorias.
5.- Que la controversia surge a raíz de la forma en que se pactó el pago del
precio, pues a pesar de estipularse en dinero, $398.930.000.- este no se pagó al
contado, sino que se estipuló un plazo de cuatro años, documentado con una letra
de cambio por la misma suma y también pagadera en cuatro años.
6.- Que la referida letra se suscribió según el decir del demandado, con el
expreso animo de novar la obligación de pago. Si embargo, no se configuran los
requisitos constitutivos de esa forma de extinguir las obligaciones, ya que se trata del
mismo acreedor, el mismo deudor y el mismo monto a pagar, solo se especifica la
forma en que se haría efectivo su cobro, por intermedio de una letra de cambio,
documento casi en desuso en las relaciones comerciales de la actualidad.
Cabe si tener presente que la referida letra no ha podido ser cobrada por
haberse extraviado y todas las acciones realizadas para proceder a su cobro han sido
infructuosas hasta la fecha de la vista del presente recurso.
7.- Que la suscripción de tal título de crédito como forma de pago, resulta
poco corriente dado el monto del precio, más de trescientos noventa y ocho millones
y el que esa cantidad, haya querido garantizarse con ese tipo de título de crédito.
8.- Que lo infructuoso de las gestiones para su cobro se ha debido
principalmente al actuar de la demandada, quien se opuso a la gestión voluntaria de
reconstitución de la letra por extravío, actuación en la que no se divisa intención de
pagar lo debido, sino por el contrario de eludir o postergar su obligación, la que
reviste el carácter de esencial en un contrato de compraventa en que se recibió la
cosa, las acciones, siendo la obligación correlativa el pago del precio, y este no se ha
enterado.
Al efecto cabe señalar que a la fecha de la vista de la causa al ser preguntado
el abogado del demandado en estrados si ya se había pagado el precio de la
compraventa, expresó que no, porque no le habían cobrado, reconociendo si que
existía un juicio ejecutivo en contra de su representado.
9.- Que las partes acordaron en forma expresa en el contrato en su clausula
cuarta, un pacto de retroventa de acuerdo al artículo 1801 del Código Civil, el cual
podía llevarse acabo durante un plazo de cuatro años, pero habiendo vencido el plazo
y fallecido el vendedor, tal acuerdo carece de relevancia para la resolución del asunto.
10.- Que en cuanto al petitorio tanto de la demanda como del recurso de
apelación en el sentido que se declare la nulidad absoluta del contrato en cuestión, la
realidad es que no se divisa que aquel carezca de causa y objeto como afirman los
demandantes, dado su claro tenor, había intención de vender y de comprar, los
avatares posteriores para los efectos del cobro, el cual fue pactado en términos
bastante dilatados, corresponden a lo convenido y en ningún caso acarrean la nulidad
o inexistencia del acto.
11.- Que en relación a la nulidad relativa del mismo contrato por haber existido
dolo de parte del comprador alegada en forma subsidiaria, al efecto se comparte lo
resuelto por la juez de la instancia en el sentido que tal vicio del consentimiento no
ha sido probado en autos, el que en todo caso debe existir a la fecha de la celebración
del contrato y no puede basarse en actuaciones posteriores de una de las partes: Ello
unido a que el vendedor a la fecha de la suscripción del contrato era una persona
plenamente capaz para actuar en la vida jurídica, tal alegación también procede sea
desestimada.
12.- Que, finalmente, con respecto a la petición que se declare la existencia un
enriquecimiento ilícito a favor del demandado y en perjuicio del demandante y ahora
de su sucesión, la realidad es que el demandado incorporó a su patrimonio las
acciones objeto del contrato, pero el vendedor no ha obtenido la contraprestación
esencial en una compraventa, el pago del precio, por el contrario se ha visto
entorpecido para su cobro, razón por la cual corresponde dar lugar a la demanda en
este aspecto y ordenar la restitución de las acciones objeto del contrato dentro del
plazo de décimo día que la sentencia quede ejecutoriada.
Ello sin perjuicio que si el demandado acredita de manera documentada haber
solucionado lo adeudado por la compra de las acciones en cuestión, en el juicio
ejecutivo seguido en su contra por intermedio de la certificación pertinente de ese
tribunal; el tribunal ante quién se siguió esta causa podrá dar por cumplida la
presente sentencia.
II En cuanto a la apelación de la demandada
13.- Que la recurrente y demandada, solicita por su parte se confirme la
sentencia recurrida con declaración que se eliminen los considerandos vigésimo
octavo y trigésimo segundo y que se rechace la acción de enriquecimiento ilícito por
existir causa licita en el contrato, argumenta que de quedar así la sentencia, podría
implicar que en el futuro el demandante solicitaría el pago tanto del precio no pagado
como también el cobro de la letra que sustituyó dicha obligación por encontrarse
pendiente el plazo para su cobro; ahora respecto de esta solicitud en su apelación esta
Corte no detecta agravio alguno, pues este debe ser actual y cierto, requisitos que no
se dan en la especie, y en todo caso las aprehensiones que destaca en su recurso
están debidamente resguardadas por el presente fallo.
14.- Que atendido lo decidido en relación a la apelación de la parte demandante
y lo expuesto precedentemente el recurso deducido por la demandada no será
acogido.
15.- Que a fs. 547 se negó lugar por esta Corte a la intervención como tercero
coadyuvante del Administrador Pro Indiviso de la sucesión de don Juan Luis Boecio,
por improcedente, atendidas las facultades legales con que está dotado un
administrador de esa condición y las que le fueron conferidas en el acto de su
nombramiento, por lo que todos los documentos acompañados por ese tercero, no
pueden ser tomados en consideración.
16.- Que las pruebas rendidas en esta segunda instancia, absolución de
posiciones del demandado de fs. 626 al tenor del pliego que rola a fs. 624 dejan
claro que el demandado no ha pagado suma alguna por la compraventa de las
acciones en cuestión, ni por concepto de la letra de cambio que se suscribió como
forma de pago del precio, dando como razón que no le han cobrado.
17.- Que la anterior confesión de parte, solo confirma lo analizado y decidido
en las motivaciones precedentes.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículo 1545.
1628 y siguientes, 1698, 1681 y siguientes 1793 y siguientes, 1801 y siguientes y
artículos 186 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, SE REVOCA la
sentencia en alzada de veinticinco de Noviembre de dos mil catorce, escrita a fs. 464
y siguientes en los términos expuestos en la motivación décimo segunda, del voto de
mayoría.
Con costas.
Acordada con el voto en contra del abogado integrante Osvaldo García Rojas,
quién estuvo por confirmar la sentencia en alzada, en mérito de sus propios
fundamentos y además teniendo presente:
I En cuanto a la apelación de la demandante
Primero: Que la parte recurrente indica la procedencia de la declaración de
nulidad absoluta del contrato de venta de acciones de marras celebrado entre el
demandado Signourel y Juan Luis Boezio Sepúlveda, indicando que este carecería de
causa y objeto; ahora del análisis de la sentencia recurrida, pruebas rendidas y lo
dispuesto en los artículos 1793 y siguientes del Código Civil, normas que regulan el
contrato de compraventa, se puede constatar que el contrato en cuestión contiene la
correcta y completa determinación de la cosa objeto de la obligación del vendedor,
representada por las 32.893 acciones de la Compañía Minera de Chile S.A., siendo
esta real, comerciable, determinada y no perteneciendo al comprador, se cumplen por
tanto todos los requisitos a su respecto, ahora la controversia aparece en relación al
precio pues si bien este fue estipulado en dinero, según el recurrente no sería serio ni
real, pues en el mismo contrato el precio se documentó con una letra de cambio la
que se suscribió con el expreso animo de novar la obligación de pagar el precio, pero
que esta no ha podido ser cobrada, pues a la fecha se encuentra extraviada y que todas
las acciones realizadas para proceder a su cobro han sido infructuosas, en parte
también por acción de la demandada quien se opuso a la gestión voluntaria de
reconstitución de la letra de cambio por extravío, y que el a quo yerra al señalar en la
sentencia que a la actora le quedaría a salvo la acción de incumplimiento por no pago
del precio; respecto de estas argumentaciones esta Corte entiende que es el propio
recurrente quien en su recurso reconoce que la obligación de exigir el precio se
extinguió por novación, quedando por tanto solo a salvo el cobro de la letra ya
referida, lo que indica que la compraventa cuya nulidad se solicita si tenía precio, y
este era real serio y no simulado, razonar en contrario indicaría restarle valor a la
novación por no concurrir en ella entonces ánimus novandi, siendo en consecuencia
también improcedentes las posteriores acciones de cobro de letra que impetra el
recurrente, pues esta sería el resultado de un acto ilícito por ser simulado, además el
hecho de que la letra se haya extraviado es algo que solo puede ser imputado a quien
compareció como vendedor, falta de diligencia que no puede ser imputable al
demandado en estos autos, hecho que por cierto legitima también su oposición a la
reconstitución de dicho título de crédito, todas razones que implican desechar las
alegaciones de la recurrente a este respecto.
Segundo: Que el recurrente también se alza en contra del fallo de primera
instancia solicitando que se dé lugar a su petición de declarar la nulidad del contrato
de compraventa de acciones ya referido por haber sido obtenido con dolo por parte
del demandado señor Signourel, argumenta que el a quo solo se basó en
declaraciones de testigos que depusieron en autos, y que existirían numerosos
antecedentes aportados por el que acreditarían la existencia del dolo invocado; en
relación a estas argumentaciones esta Corte precisa que para que la acción prospere
debió acreditarse sus dos requisitos, esto es que el dolo haya sido obra de una de las
partes y además determinante y que del análisis de los diversos medio de prueba
acompañados no se encuentra ninguno que pueda destruir la presunción de buena fe
que se opone al dolo, siendo a este respecto insuficientes las pruebas aportadas, ahora
respecto del segundo requisito, esto es que sea determinante, el recurrente no se
refirió ni aportó prueba alguna para ello, en conclusión, el recurrente no acredito los
dos requisitos de procedencia de la acción de nulidad relativa por dolo, las que por
constituir cuestiones de hecho, debieron ser probadas por quien las alega, cuestión
que no ocurrió; razones que llevan a descartar también estas alegaciones de la
recurrente.
Tercero: Por último el recurrente en subsidio solicita se dé lugar a la acción in
rem verso, por darse todos los requisitos que la hacen procedente, ahora bien en este
sentido se observa que efectivamente las acciones para el cobro de la referida letra de
cambio se encuentran vigentes pues esta tiene vencimiento el día 31 de enero del
2014, según los propios dichos de la recurrente, estando aún vigente las acciones de
cobro, las que indican que si existe una causa que justifica el ingreso al patrimonio
del demandado de las acciones de marras, esto unido a lo ya razonado en el
considerando primero de esta sentencia, implican no acoger la acción in rem verso
alegada, por no haberse acreditado todos los elementos que la hacen procedente.
II En cuanto a la apelación de la demandada
Cuarto: La recurrente y demandada en estos autos solicita se confirme la
sentencia recurrida con declaración que se eliminen los considerandos vigésimo
octavo y trigésimo segundo y que se rechaze la acción de enriquecimiento ilícito por
existir causa licita en el contrato de marras, argumenta que de quedar así la sentencia,
podria implicar que en el futuro el demandante podría solicitar el pago tanto del
precio no pagado como también el cobro de la letra que sustituyó dicha obligación
por encontrarse pendiente el plazo para su cobro; ahora respecto de esta solicitud en
su apelación esta Corte no detecta agravio alguno, pues este debe ser actual y cierto,
requisitos que no se dan en la especie, correspondiendo rechazar la declaración
solicitada.
Redacción de la Ministro María Rosa Kittsteiner y del voto disidente, su
autor, el Abogado integrante Osvaldo García Rojas.
Regístrese y devuélvase.
Rol Corte N° 1012-2015.
Pronunciada por la Quinta Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago,
presidida por la Ministra señora María Rosa Kittsteiner Gentile e integrada por la
Fiscal Judicial señora Clara Carrasco Andonie y el Abogado integrante señor Osvaldo
García Rojas.

Autorizada por  el (la) ministro de fe de esta Corte de Apelaciones.


En Santiago, 24 de diciembre de 2015, notifiqué en Secretaría por el estado diario
la resolución precedente.

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