Está en la página 1de 13

UNIDAD N°3

Epidemiología: es una disciplina científica en el área de la medicina que estudia


la distribución, frecuencia y factores determinantes de
las enfermedades existentes en poblaciones humanas definidas.
La Epidemiología estudia los procesos de salud - enfermedad que afectan a la
población. Se interesa por conocer las características de los grupos que se ven
afectados por estos procesos, cómo se distribuyen geográficamente y en el
tiempo los eventos de salud y enfermedad, con qué frecuencia se manifiestan y
cuáles son las causas o factores asociados a su aparición.
Su interés se centra entonces en la población, para conocer quién enferma,
dónde enferma y cuándo enferma, como pasos necesarios para llegar a
conocer el por que de la distribución del fenómeno salud-enfermedad y la
aplicación de este conocimiento al control de los problemas sanitarios. Al
epidemiólogo le interesa, primordialmente, saber cómo se distribuye la
enfermedad en función del tiempo, del lugar y de las personas. Trata de
determinar, a lo largo de los años, si la enfermedad ha aumentado o
disminuido; si su frecuencia en un área geográfica es mayor que en otra, y si
las personas que tienen una determinada enfermedad muestran características
diferentes a los que no la tienen, la temporada del año en la que surge y los
tiempos en los que es más frecuente.
Concepto de Epidemiología
… la ciencia que estudia las causas de la aparición, propagación, mantenimiento y descenso
de los problemas de salud en poblaciones, con la finalidad de prevenirlos o controlarlos.

La función más importante de la Epidemiología es determinar la frecuencia -o


sea la cantidad de veces- que sucede algo y las tendencias de exposición a
factores o marcadores que se asocian con daño o enfermedad.
Con tendencias de exposición nos referimos a cuánto- más o menos se
encuentra una persona expuesta a determinado factor, por ejemplo la
exposición de un niño al humo del cigarrillo, si este vive en un ambiente de
fumadores, de aquel que sólo se expone al humo de cigarrillo casualmente.
Se denominan marcadores de riesgo a aquellas condiciones que se asocian
con un riesgo mayor de que aparezca una determinada enfermedad y que no
pueden ser modificados (sexo, edad, etnia). En cambio, se denomina factores
de riesgo a toda circunstancia o situación que aumenta las probabilidades de
una persona de contraer una enfermedad.
El grupo de personas fumadoras tiene un riesgo mayor de padecer cáncer de
pulmón que el grupo de personas no fumadoras; es decir, el cigarrillo es un
factor de riesgo para desarrollar cáncer de pulmón. Sin embargo, que el grupo
de fumadores tenga un riesgo mayor de padecer cáncer de pulmón que el
grupo de los no fumadores, no implica que todos los fumadores lo
desarrollarán.
La presencia de los factores de riesgo puede ser controlada y prevenida antes
del desarrollo de la enfermedad, mientras que la de los marcadores no puede
ser evitada ya que son características de las personas, como las edades, el
sexo, por ejemplo.
Otro concepto importante en esta definición de Epidemiología, es el de
problema de salud. Se denomina problema de salud a condiciones que no
encajan en la tradicional definición de enfermedad pero que, sin embargo
afectan al bienestar de la población. En este sentido ingresan en el campo de
la Epidemiología problemáticas como la violencia, los accidentes de tránsito, el
tabaquismo, la obesidad y las adicciones, todas con alcance sobre cuestiones
de salud, pero no son consideradas patologías, en sentido estricto.
VARIABLES EPIDEMIOLOGICAS

Las investigaciones epidemiológicas actuales, se definen en base a la


distribución de las enfermedades en términos de persona (población afectada),
tiempo y lugar. Lo cual nos lleva a definir el término de triada epidemiológica.
La epidemiología se preocupa por describir y caracterizar un problema de salud
colectivo. Enumera la distribución y magnitud de las enfermedades dentro de la
comunidad considerando las variables epidemiológicas: Independientemente
del enfoque de análisis empleado, las variables de Tiempo, de Lugar y de
las Personas conforman una plataforma básica de trabajo para la
epidemiología.
Persona:

Las variables de persona son rasgos, cualidades, propiedades de la persona,


que por tener alguna relación con una enfermedad, tienen interés
epidemiológico, siendo que individuos con ciertos rasgos pueden tener mayor o
menor probabilidad de poseer un evento que otros con rasgos diferentes.
Dentro de las variables de persona, las más utilizadas son la edad y el sexo;
otras variables de persona pueden ser: grupo étnico, estado civil, nivel
socioeconómico, educación, historia familiar, ocupación, nivel nutricional.
Tiempo:

El evento epidemiológico puede presentarse en un momento en el tiempo o


durante un período dado, dependiendo si dicho evento es instantáneo o
duradero. Por otra parte, la frecuencia de su determinación puede efectuarse
en un momento o en un lapso dado. De allí es muy importante la unidad de
tiempo utilizado, que puede ser de minuto, hora, día, semana, mes, año,
quinquenios, dependiendo del fenómeno investigado y de los objetivos del
investigador.

Lugar:

Las consideraciones epidemiológicas deben tener en cuenta los aspectos


relacionados con la unidad de lugar empleada (ubicación geográfica, latitud,
clima) y la patología del mismo para distinguir entre factores inherentes de
aquel lugar y factores agregados. Es importante hacer la distinción por lo
menos entre lugar epidemiológico, lugar ecológico y lugar geopolítico o
administrativo.

Las características personales que interesan a la epidemiología y al


epidemiólogo son:
· Características demográficas: edad, sexo y grupo étnico
· Características biológicas: niveles de anticuerpos sanguíneos,
productos químicos, enzimas, constituyentes celulares d la sangre; mediciones
de la función fisiológica de los diferentes sistemas orgánicos del cuerpo.
· Factores sociales y económicos: situación socioeconómica,
antecedentes educacionales, ocupación, circ
unstancias relacionadas con el nacimiento.
· Hábitos personales: consumo de cigarrillos, alcohol y medicamentos,
alimentación, actividad física.
· Características genéticas: grupo sanguíneo, etc.
Aplicaciones de la Epidemiología
En el campo de la salud pública existen diversos modos de aplicar enfoques
epidemiológicos.
La Epidemiología, más allá de sus aportes a la investigación, es una disciplina
que tiene aplicaciones muy significativas para la prevención de daños a la
salud de la población y, para la planificación, ejecución y evaluación de los
Servicios de Salud.
Sus estudios permiten:
 € Conocer la situación de salud de la población a través de la
información disponible de los distintos sectores.
 Analizar los niveles y las tendencias de exposición de la población a los
factores biológicos, sociales, económicos, culturales, políticos y
ambientales.
 Identificar grupos humanos que requieren ser atendidos prioritariamente
relevando sus necesidades.
 Facilitar la planificación y programación de acciones de salud.
 Medir el impacto de las acciones de salud, así como la eficiencia y
eficacia de las decisiones adoptadas.
 Identificar tecnologías apropiadas a la realidad sanitaria de nuestro país.
 Conocer la evolución de las enfermedades (Epidemiología clínica).
 Definir los problemas e inconvenientes de salud importantes de una
comunidad
 Describir la historia natural de una enfermedad;
 Descubrir los factores que aumentan el riesgo de contraer una
enfermedad (su etiología)
 Predecir las tendencias de una enfermedad
 Determinar si la enfermedad o problema de salud es prevenible o
controlable
 Determinar la estrategia de intervención (prevención o control) más
adecuada
 Probar la eficacia de las estrategias de intervención
 Cuantificar el beneficio conseguido al aplicar las estrategias de
intervención sobre la población
 Evaluar los programas de intervención
 La medicina moderna, especialmente la mal llamada medicina basada
en la evidencia (medicina actual o medicina basada en estudios
científicos), está basada en los métodos de la epidemiología.
Conceptos importantes
Una enfermedad es una epidemia cuando ocurre en un número inusualmente
alto de individuos de una población simultáneamente.
Una pandemia es una epidemia que se disemina ampliamente, usualmente por
todo el mundo.
Una enfermedad endémica es la que está constantemente presente en una
población, aunque su incidencia suele ser baja.
La incidencia de una enfermedad determinada, es el número de nuevos casos
de una enfermedad individual en una población de un determinado período de
tiempo.
La prevalencia de una enfermedad dada, es el número total de casos nuevos y
ya existentes informados en una población y durante un determinado período
de tiempo.
Un brote de una enfermedad ocurre cuando se observa un número de casos,
por lo general en un período de tiempo relativamente corto, en un área
geográfica que anteriormente sólo había presentado casos esporádicos de la
enfermedad.
En epidemiología un factor de riesgo es toda circunstancia o situación que
aumenta las probabilidades de una persona de contraer una enfermedad o
cualquier otro problema de salud. En toda sociedad hay comunidades, familias
e individuos cuya probabilidad de enfermar, morir o accidentarse es mayor que
la de otros. Se ha dicho que tales grupos son especialmente «vulnerables».
Ello implica que los mismos están más expuestos a riesgo. La hipótesis sobre
la que se basa el enfoque de riesgo, es que mientras más exacta sea la
medición del riesgo, más adecuadamente se comprenderán las necesidades de
atención de la población y ello favorecerá la efectividad de las intervenciones, y
por supuesto el afrontamiento a la vulnerabilidad.
Prevención: medidas destinadas no solamente a prevenir la aparición de la
enfermedad, tales como la reducción de los factores de riesgo, sino también a
detener su avance y a atenuar sus consecuencias una vez establecida.
En un escenario epidémico, control significa conseguir rápidamente una curva
descendente y, eventualmente, agotar la epidemia; es decir, el retorno a los
niveles esperados. Aquí, la dimensión temporal del término control siempre
implica corto plazo (el retorno a los niveles esperados lo más rápidamente
posible).
Se trata de una ciencia observacional que se basa en el método científico.

En los estudios epidemiológicos la imposibilidad de diseñar estudios


experimentales para investigar el efecto de los posibles factores nocivos para la
salud implica la necesidad de realizar dicha investigación en un contexto que
intenta eliminar o al menos controlar la presencia de sesgos y factores de
confusión.
Cada estudio trata de poner a prueba la asociación observada entre el factor
estudiado y la enfermedad, no sólo frente al posible papel del azar, sino
también frente a posibles explicaciones alternativas ajenas a la exposición a
ese factor cuyo efecto se pretende medir.
El método epidemiológico, en el que ha de basarse cualquier estudio
epidemiológico, debe partir de una hipótesis formulada a priori, contar con un
diseño adecuado, comprobar que existe una asociación no explicable por el
azar, eliminar o disminuir el efecto de otras variables relacionadas con la
exposición y con la enfermedad que se estudia y, finalmente, realizar un juicio
crítico sobre la posible existencia de una relación causa.
Existen, en general, dos tipos de fuentes de información para los estudios
epidemiológicos: los registros continuos y la población. El uso de una u otra
fuente va depender de los objetivos que se propone el análisis o estudio.
Los registros continuos

Los registros continuos, constituyen una de las mejores fuentes de información


sanitaria. En ellos la información se recolecta a través de formularios
estandarizados o diseñados previamente y el registro lo realiza el personal de
salud. Son registros continuos: la Planilla de consulta diaria y la Planilla de
ronda de los agentes sanitarios.
La Población como fuente de datos

Al hacer estudios epidemiológicos específicos, casi siempre se recurre a la


población para obtener la información, es por esto que se dice que la población
es tomada como una fuente de datos. En algunos casos se aprovecha la
información de los registros sanitarios, los registros generados en el Centro de
Salud y los registros locales (municipales, provinciales), también los de las
dependencias oficiales (educación, agricultura, etc.) y de otras organizaciones.
Si la información que se busca es de tipo cuantitativa o numérica (control de
tensión arterial, temperatura, peso, talla), destinada a realizar cálculos
estadísticos, se deben utilizar procedimientos simplificados y estandarizados,
que nos permitan realizar posteriormente mediciones y comparaciones.
En el caso que se busque una información más cualitativa (“tengo un dolor
fuerte en el estómago” o “mi hijo está desconocido, me grita por todo, nada le
viene bien y yo ya no sé qué hacer con él”), se deben emplear procedimientos
de observación y registro. Este es el caso de la observación participante, la
entrevista en profundidad.

En términos generales, podemos decir que se registran datos en salud para


una variedad de propósitos individuales y colectivos: €

 realizar el seguimiento de los problemas de salud de las personas de la


comunidad €
 apoyar la comunicación entre los integrantes del equipo €
 anticipar los problemas de salud €
 tomar medidas preventivas €
 conocer las normativas
Otros instrumentos para obtener datos

La recolección de datos se inicia una vez definido lo que se desea medir,


conocer o descubrir y constituye el momento inicial de la construcción de la
información sanitaria. Los datos a recoger deben ser descriptos detallando lo
que representan. Es importante utilizar un formato fácil aunque detallado para
simplificar el registro, siempre respetando las normativas jurisdiccionales.
Como mencionábamos antes, además de los instrumentos que descriptos,
otros instrumentos muy utilizados son: formularios, entrevistas, observación y
encuestas.
Fuentes y datos disponibles en el Centro de Salud

 Historia clínica
 Carnet Perinatal
 Carnet de Inmunizaciones
 Fichero cronológico
Uso de los datos

Una posible clasificación de datos consiste en discriminarlos en: €


 datos centrados en las personas como por ejemplo donde viven, con
quién o quiénes viven, las vacunas recibidas, las consultas realizadas y
qué las motivó, etc. €
 datos centrados en el equipo de salud, por ejemplo cantidad de
consultas realizadas en un determinado período, actividades de
promoción y prevención. €
 datos orientados a los determinantes ambientales y sociales como agua,
aire, tierra, trabajo, etc. €
 datos orientados a problemas de salud como por ejemplo, presencia de
Chagas, episodios de violencia familiar, etc.
De los datos a la producción de información y conocimiento

Se entiende por dato a una representación simbólica (numérica, alfabética,


etc.) de un atributo o característica de un objeto, persona, institución,
situación, etc.

La identificación de la edad de una persona (donde el atributo puede tomar


tantos valores como edades puedan tener los individuos y el aspecto es la
edad del sujeto), la presencia de fiebre, dolor o características de un
síndrome, antecedentes de cierta enfermedad, etc. (donde el atributo es la
presencia o ausencia registrada en una persona). Asimismo, son datos la
cantidad de individuos que conforman una familia, cantidad de
contaminantes en el ambiente, cantidad de familias con agua potable, los
casos de violencia familiar, etc.
Los datos, entonces, pueden presentarse como atributos cuantitativos o
numéricos (ej.: la edad de las personas), o bien cualitativos o relacionados
con las cualidades o características (ej.: las opiniones o percepciones
referidas a la salud o enfermedad).
Vigilancia Epidemiológica

Muchos de los datos que observamos, registramos y analizamos en


conjunto con el equipo van a dar lugar a investigaciones para saber de
dónde surge un determinado problema de salud y que conocemos o
necesitamos para resolverlo.
La información que genera el Ministerio de Salud de Nación acerca de los
datos de salud de la población empieza en cada Centro de Salud, con cada
habitante y cada trabajador/a que registra el evento en salud. Por ejemplo:
los datos sobre la vacunación.
La vigilancia epidemiológica está constituida por una serie de acciones
realizadas para detectar la aparición de enfermedades nuevas o no, o el
crecimiento inesperado de una determinada enfermedad. Sirve para evaluar
por ejemplo riesgo de epidemia o existencia de enfermedades endémicas.
Esta vigilancia está destinada a poder intervenir oportunamente a fin de
evitar el aumento de casos. Así podemos decir que no existe vigilancia
sin información, y tampoco sin acciones de control.

A partir de las planillas de registro diario de atención que utilizan los


médicos para registrar la atención de las personas que asisten a la consulta
se conforman las planillas de la Vigilancia Epidemiológica. Aquí se
consignan enfermedades que según cómo se las clasifica, pueden ser de
notificación semanal e incluyen todas las enfermedades de notificación
obligatoria.
Epidemiología, información y APS

Los equipos de salud del primer nivel deben prestar especial atención a las
condiciones de vida y los determinantes sociales que impactan sobre la salud
de las familias y las comunidades. En este punto, son los equipos de salud los
que deben establecer un diálogo con la comunidad que permita brindar una
atención integral, así como mejorar la accesibilidad, la equidad y la
participación como lo preconiza la estrategia de atención primaria de la salud.
Por ello, resulta esencialmente importante conocer las condiciones
epidemiológicas de la comunidad; ya que ello posibilitará un cuidado integral de
la salud. Los estudios epidemiológicos permiten llevar registro de las
enfermedades más comunes, de los factores que determinan su incidencia o
prevalencia, de las medidas que podrían tomarse para prevenirlos. A la vez
aportan información relevante para determinar el tipo de servicio de salud
necesario en cada comunidad y para evaluar la utilidad de los programas
existentes.
El trabajador o la trabajadora del primer nivel de atención es quien obtiene
información sobre el proceso salud y enfermedad de la comunidad. Los
métodos epidemiológicos permiten organizar, analizar e interpretar esos datos
siguiendo cierto tipo de patrón o modelo. Entonces, registrar datos, tener
información sobre lo que hacemos, relacionarla, poner énfasis en el trabajo y la
acción para comprender o explicar lo que pasa en el lugar que se trabaja o
resolver algunos de los problemas a los que como equipo de salud se
enfrentan, nos da la pauta de la necesidad de generar conocimiento.
Epidemiología de algunos indicadores de salud en los ’90 y hasta el 2009

En cuanto a los indicadores generales de salud biológicos, aunque se observa


un mejoramiento tendencial en casi todos ellos, lo que se da en la gran mayoría
de los países del mundo, no refleja el mismo comportamiento en comparación
con países de la región de similares características. Por ejemplo, según el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para el período
1990-2000, Chile bajó la tasa de mortalidad de menores de 5 años (TMM5) de
22 a 11 (50%), Costa Rica de 22 a 13 (41%), mientras la Argentina lo hizo de
29 a 21 (27%).
El VIH/sida, que comenzó en los inicios de los años ’80, creció en forma
sustancial. Con una tasa del 2,4 por 100.000 hab. en 1991, trepó al 9,2 en
1997. Desde 1998 y hasta 2003 permaneció alrededor de 6 por 100.000 hab.
La distribución de los casos según sexo, en 1989 presentaba una relación de
12 a 1 entre hombres y mujeres, mientras que en el 2002 esa relación fue de 3
a 1.
El cólera, que luego de casi un siglo sin presencia en el continente, llegó en
1991 en un barco proveniente de Asia al puerto de Callao, en Lima, Perú y se
extendió por varios países de la región e ingresó a la Argentina por varias vías,
siendo la fluvial la más relevante, afectó al norte del país, principalmente a las
provincias de Salta, Jujuy y Formosa.
Las enfermedades respiratorias han tenido un retroceso en los años ’80 hasta
principios de los ’90, cuando comenzaron a ascender. La tasa de mortalidad
por enfermedades respiratorias para el total del país, en el grupo de 20 a 64
años, tuvo, entre 1980 y 1994, una leve tendencia al descenso con una
variación promedio anual de -0,90%. En cambio, a partir de 1994 y hasta 2005,
la tendencia de la tasa de mortalidad por enfermedades del sistema respiratorio
fue en aumento y, durante este período, la mortalidad por esta causa en la
población de 20 a 64 años se incrementó un 84%. Desde 1994 hasta 2005 la
variación anual promedio de la tasa de mortalidad por enfermedades
respiratorias fue ascendente: +3,23% anual.
En cuanto al Mal de Chagas, desde el año 1991 y en el marco de la iniciativa
de los países del Incosur/Chagas (Argentina, Bolivia, Brasil, Uruguay, Chile y
Paraguay), cuyo objetivo principal es la Interrupción de la Transmisión
Transfusional y Vectorial de Chagas, disminuyó de 6,3% en 1992, a 1,82% en
2001 en niños menores de 14 años.

La tasa de mortalidad infantil (TMI) bajó 4 puntos en el período 2003-2009,


mientras que la tasa de mortalidad materna (TMM) creció en 1 punto. Para el
año 2006 las muertes maternas llegaron a 4,8 por 10.000 nacidos vivos, sin
embargo la misma muestra marcaba las diferencias regionales. Para ese
mismo año, se registraba una TMM del 16,5 en Jujuy, del 12,8 en Chaco y del
12,5 en Misiones, cada 10.000 nacidos vivos.
La automedicación también merece una especial atención. Según una
encuesta de la Universidad Maimónides realizada en 2006, la mitad de los
argentinos adultos hace un mal uso de los medicamentos, lo que causa la
muerte de más de 700 personas y alrededor de 100.000 internaciones
hospitalarias al año en el país. Según estimaciones de Kregar, los analgésicos,
antibióticos, antiácidos y sedantes lideran el ranking de la automedicación en la
Argentina. Además, este autor sostiene que “se estima que el 11% de todos los
casos de insuficiencia renal terminal es atribuida al consumo de analgésicos. El
40% de los casos de hemorragia digestiva alta son atribuibles a la aspirina y al
resto de los antiinflamatorios no esteroideos [ibuprofeno, paracetamol]”.
Otra tasa de mortalidad que presenta un comportamiento diferencial marcado
entre regiones es la diabetes. En el NOA y el NEA la tasa es mayor que la
media del país. La morbilidad es de alrededor del 7% de la población, aunque
la prevalencia se eleva a un 20% en aquellas personas mayores de 60 años –
sin distinción de sexo–. Es decir que si tenemos una población de 40 millones
de personas, hay 2.800.000 enfermos de los cuales el 90% padece diabetes
tipo II y el otro 10% son insulinodependientes. Pero sólo el 50% de los
afectados sabe que padece de diabetes y esto lo convierte en un serio
problema de salud pública. La obesidad, el sedentarismo, las comidas rápidas
y publicidad mediática son considerados los factores que contribuyen a
aumentar el riesgo, no sólo de adultos sino también en niños. La pobreza y la
obesidad se relacionan de manera compleja. En esta relación se reconoce que
influyen las muy pocas posibilidades de elegir alimentos saludables, una baja
estimulación en el hogar, la ausencia de un ámbito seguro para el desarrollo de
actividad física y también la presencia de obesidad materna.
El VIH/sida presenta una leve tendencia a la baja, con un pequeño aumento
entre 2003-2004. En los conglomerados urbanos se concentra la mayor
cantidad de casos. Agrupando el país por regiones, se encuentra que tanto en
la ciudad de Buenos Aires como en la provincia de Buenos Aires las tasas por
VIH se han reducido, mientras que en el resto del país se han incrementado
entre el período 2001-2008.

El dengue, desde la reintroducción del virus en 1997-98, avanza sobre la


geografía argentina, presentándose en forma de brotes esporádicos
relacionados con la situación epidemiológica de otros países y restringido a los
meses de mayor temperatura. Hasta el año 2008, cinco provincias habían
presentado casos de dengue autóctonos con la circulación de tres de los cuatro
serotipos existentes. Hasta junio de 2009, la cantidad de provincias con
circulación viral autóctona ascendió a 14.

Por último, se resalta que la decisión política de los sucesivos ministros de


Salud, de atender la salud por planes que apuntan a grupos con patologías
específicas y con condición social de vulnerabilidad y/o riesgo, fragmenta,
impide y condiciona la accesibilidad a la atención integral de la salud.
El perfil epidemiológico argentino está condicionado, por un lado, por la
conformación de su sector de salud, que se ha caracterizado por una
constitución en tres subsectores, el público, el de seguridad social y el privado
y, por el otro, por la relación de fuerzas que los actores propios y externos al
sistema de salud han jugado en cada situación histórica, económica, política y
social.
El modelo neoliberal impuesto en la década de los ’90 imprimió un modo de
hacer políticas sociales cortoplacistas y focalizadas como paliativos de una
política de ajuste económico, de achicamiento del Estado y de expansión del
mercado que aún no ha sido superado, más allá de haberse retirado del
cumplimiento de las directivas del FMI y de haber fortalecido las políticas de
protección, como por ejemplo la Asignación Universal por Hijo, asistencia a
comedores comunitarios, cajas alimentarias y tickets.
La estrecha y directa relación entre el acceso a nutrición, educación, vivienda,
trabajo, agua potable, saneamiento ambiental y las condiciones de salud,
explica que las desigualdades sociales y las diferenciales tasas de
morbimortalidad de las distintas regiones y provincias de la Argentina están
asociadas a condiciones de pobreza y exclusión social.
La continua creación de programas específicos, por patologías, por
problemáticas o para grupos determinados, Plan Nacer, Plan Materno Infantil,
Remediar, Jefas y Jefes de Hogar, PROFE, Médicos Comunitarios
(Fortalecimiento de Estrategias de APS), Seguros Públicos Provinciales –del
que se acaba de tomar un préstamo del BM a 27 años por 400 millones de
dólares para ampliarlo a población hasta 20 años de edad, y mujeres sin
cobertura hasta 64 años de edad–, etc., demuestra el interés por reducir
fragmentariamente algunos indicadores y desdibuja la intención de avanzar
hacia un sistema integral de salud, universal con acceso por derecho de
ciudadanía, solución global y deseable.
Epidemiologia ambiental

La epidemiología ambiental es una rama de la epidemiología que se ocupa de


determinar cómo las exposiciones ambientales afectan la salud humana. Este
campo busca comprender cómo varios factores de riesgo externos pueden
predisponer o proteger contra enfermedades, lesiones, anormalidades del
desarrollo o la muerte. Estos factores pueden ser de origen natural o pueden
introducirse en entornos donde las personas viven, trabajan y juegan.
¿Cómo podemos saber si el mercurio es tóxico para la salud?
¿O si el humo de los coches aumenta el riesgo de sufrir un ataque de corazón?
Esto lo podemos llegar a conocer mediante una investigación en el laboratorio,
lo que se conoce como toxicología, o a través de estudios en poblaciones
humanas o epidemiología. Por tanto, la epidemiología estudia la distribución de
las enfermedades en las poblaciones y los factores que las determinan. Y la
epidemiología ambiental se dedica al estudio de cómo los factores ambientales
(físicos, químicos o biológicos) afectan a la salud de las poblaciones.
Ejemplos de estudios epidemiológicos

Un ejemplo de estudio epidemiológico sería analizar cómo en los últimos años


han aumentado los casos de sobrepeso en los países desarrollados y se podría
relacionar con sus posibles causas (falta de ejercicio físico, baja ingesta de
verduras y frutas, alta ingesta de comida basura o comida rica en azúcares y
grasas, etc). También podríamos analizar los casos de cáncer de pulmón en
España e intentar detectar porqué hay zonas con más casos y otras con
menos, y relacionarlo con el entorno o los hábitos de vida (mayor tabaquismo,
una dieta más rica en carne roja, etc).
Nuestra salud depende de muchos factores: los factores personales (edad,
sexo, factores hereditarios y socio-económicos), los estilos de vida (la dieta, la
actividad física, la conciliación laboral y personal, etc.), la comunidad y la
economía local (ingresos, inversiones,…), qué actividades hacemos (en qué
trabajamos, cómo nos desplazamos, dónde vivimos,…), nuestro entorno
construido (los espacios públicos, la red viaria, etc.) y el entorno natural (los
espacios verdes cercanos, etc).
La contaminación atmosférica y la salud

La contaminación atmosférica tiene muchos efectos en la salud de las


personas a corto y a largo plazo. La contaminación atmosférica urbana,
procedente mayoritariamente del tráfico rodado, aumenta el riesgo de padecer
enfermedades respiratorias crónicas, como el cáncer de pulmón, y agudas,
como la neumonía, y las enfermedades cardiovasculares. Afecta a todas las
personas tanto sanas como enfermas, jóvenes como personas mayores.

En un estudio llevado a cabo en ISGlobal se ha analizado un grupo de niños de


primaria que asisten a escuelas expuestas a la contaminación del aire por su
proximidad al tráfico y se ha concluido que el desarrollo cognitivo se ve
afectado. Las regiones del cerebro relacionadas con funciones ejecutivas,
como la memoria de trabajo y la atención, situadas en gran parte de la corteza
prefrontal y el estriado, han mostrado respuestas inflamatorias tras exponerse a
la contaminación del aire relacionada con el tráfico.
Además, en otro estudio los investigadores de ISGlobal hallaron que
una exposición materna a dióxido de nitrógeno (NO2), que procede
principalmente del tráfico, en las primeras fases del embarazo se asoció con un
menor crecimiento del feto según las en medidas de ultrasonido de crecimiento
durante el embarazo y medidas del tamaño al nacer.
Estudio piloto de epidemiología ambiental en oncología pediátrica
Los factores ambientales juegan un rol importante en la carcinogénesis.
Algunos son francamente evidentes como la exposición a radiación de alta
energía o a la radiación ultravioleta B, a agentes alquilantes de uso bélico, o a
la exposición al humo del cigarrillo. Pero resulta difícil discriminar la influencia
de muchas otras variables del medio ambiente que interactúan entre sí y/o con
factores genéticos del huésped. En la Argentina no ha habido un trabajo
sistemático en el estudio de estos factores y existen muy pocos datos para
poner significativamente en evidencia vías de carcinogénesis ligadas
epidemiológicamente al medio ambiente. Durante los últimos 30 años se ha
producido un incremento importantísimo en la supervivencia del cáncer
pediátrico pasando del 10-15% hasta cerca del 80 %, pero apenas se ha
progresado en los aspectos etiológicos y preventivos. El conocimiento actual de
los factores de riesgo medioambientales de los cánceres pediátricos es muy
escaso
Se indagó sobre hábitos y otros factores genéticos que deben discriminarse del
ambiente en dicha génesis. El impacto de los factores ambientales en la
carcinogénesis durante la edad pediátrica es aún materia poco conocida.
Desde que se tiene registros adecuados de la incidencia del cáncer durante la
infancia en los países desarrollados, la frecuencia de aparición de estas
enfermedades parece ir en aumento. Esto podría responder a una suma de
fenómenos multifactoriales relacionada con una mayor exposición a agentes
carcinogenéticos ambientales. Muchos agentes del ambiente requieren una
exposición sostenida en el tiempo para expresar su potencial cancerígeno lo
cual los aleja de la edad pediátrica. Pero en otros casos, la interacción entre
factores ambientales y predisposición genética dispara los mecanismos que
predisponen al cáncer con una velocidad mayor. La multiplicidad de datos que
requiere el desarrollo de la epidemiología ambiental, hacen particularmente
compleja esta disciplina.

Los datos sobre la fuente de agua, la exposición a fumigaciones aéreas en


medios rurales se puso en evidencia, eventuales exposiciones a agentes
químicos, el contacto con escapes de motores diesel, la interacción con
agentes infecciosos induce la aparición de enfermedades malignas, el
interrogatorio sobre enfermedades malignas en parientes de primer grado es
de gran importancia para establecer genealogías que pongan de relevancia
factores genéticos, Los factores de riesgo durante el embarazo, el parto y la
lactancia pueden estar asociados a la aparición subsecuente de enfermedades
malignas.

También podría gustarte