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EL CONFLICTO ARMADO EN EL MUNICIPIO EL CARMEN DE BOLÍVAR,

DEPARTAMENTO DE BOLÍVAR, COLOMBIA: UNA PROPUESTA DE MEDICIÓN


DE LA RESILIENCIA

ALBERTO ENRIQUE CANDANOZA HENRIQUEZ

Director

Dr. Marco Rojo Gutiérrez

UNIVERSIDAD INTERNACIONAL IBEROAMERICANA

AREA DE PROYECTOS

Línea de Investigación en: Proyectos Integrados

Doctorado en Proyectos

28 de Octubre de 2021
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COMPROMISO DE AUTOR

YO ALBERTO ENRIQUE CANDANOZA HENRIQUEZ, identificado con el


Número de Cédula 8719603 de la ciudad de Barranquilla, Colombia, y alumno del
programa académico DOCTORADO EN PROYECTOS, declaro que:
El contenido del presente documento es un reflejo de mi trabajo profesional y
manifiesto que, ante cualquier notificación de plagio, copia o falta de la fuente
original, soy responsable directo o legal, económico y administrativo sin afectar al
director del trabajo, a la universidad y a cuantas instituciones hayan colaborado en
dicho trabajo asumiendo las consecuencias de tales prácticas.

ALBERTO ENRIQUE CANDANOZA HENRIQUEZ


CC.8719603.BARRANQUILLA. COLOMBIA
3
4

AGRADECIMIENTOS

El autor expresa sus agradecimientos al doctor Marco Rojo Gutiérrez, director del
proyecto, por sus orientaciones, recomendaciones y sugerencias, las cuales fueron fundamentales
para el desarrollo de este trabajo.

A los directivos del programa de Doctorado de la Universidad.

A las personas que, en el municipio de Carmen de Bolívar, aportaron información


relacionada con el tema desarrollado en este trabajo.

A las personas que colaboraron, haciendo parte de la muestra a la que se aplicó el


instrumento de recolección de información relacionada con el tema objeto de estudio.
5

DEDICATORIA

A Dios

A mi familia

Alberto.
6

INDICE

Página

RESUMEN
ABSTRACT
3. INTRODUCCIÒN
4. JUSTIFICACIÒN DE LA INVESTIGACIÒN 36
5. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y PREGUNTAS DE INVESTIGACIÒN 39

6. PREGUNTA DE INVESTIGACIÒN 42
7. OBJETIVOS 43
7.1. Objetivo general 43
7.2. Objetivos específicos 43
8. ANTECEDENTES Y ESTADO ACTUAL DEL TEMA 44
8.1. Una revisión al constructo Resiliencia. Historia y estado actual 44
8.2. Una revisión histórica al concepto de resiliencia 44
8.3. Inicios del conflicto 50
8.3.1. ¿Por qué surgió? 56
8.3.2. ¿Por qué ha durado tanto? 59
8.3.3. Las nuevas guerras 60
8.3.4. Marco jurídico 66
8.4. Actores del conflicto 68
8.4.1. Fuerzas militares 69
8.4.2. Disidentes de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o Grupos
Armados Organizados Residuales (GAOR).
72
8.4.3. Ejercito de Liberación Nacional ELN 73
8.4.4. Bandas criminales (Bacrim) 74
8.4.5. Autodefensas Gaitanitas de Colombia (AGC) también conocidas como 'Clan del Golfo’ 75
8.4.6. Conflicto armado: una guerra asimétrica 76
8.5. Las víctimas del conflicto armado en Colombia 79
8.5.1. Desasegrado por hechos 81
8.5.2. Desasegrado por eventos 82
7

8.5.3. Desasegrado por personas 83


8.6. Estudios sobre el conflicto armado 85
8.7. Factores del conflicto interno armado 86
8.8. Causas del conflicto armado en Colombia 92
9. APROXIMACIÒN AL OBJETO DE ESTUDIO 93
9.1. Actores armados que fomentaron la violencia en los Montes de María 98
9.2. Presencia paramilitar 99
9.3. Consecuencias de la violencia en Montes de María 99
9.4. Consecuencias económicas, políticas y sociales por violencia en Montes de María 100
9.5. Un breve análisis de la Resiliencia 101
9.6. Resiliencia social 106
9.7. Medición de la Resiliencia 111
9.8. Medición de adversidad 112
9.9. Medición de adaptación positiva 113
9.10. Medición del proceso de Resiliencia 114
9.11. Resiliencia y Vulnerabilidad. Medición de la vulnerabilidad 115
10. METODOLOGÌA 116
10.1. Diseño 116
10.2. Investigación mixta 117
10.3. Instrumentos 118
10.3.1. Instrumento de recolección de la información 118
10.3.2. Validación estadística del instrumento 119
10.3.3. Hipótesis de investigación 120
10.3.4. Hipótesis de trabajo 120
10.3.5. Población y muestra 121
10.3.6. Prueba de Piloto 122
11. RESULTADOS 123
11.1. Factores protectores internos 123
11.2. Factores protectores internos 124
11.3. Factores protectores externos 125
11.4. Empatía 126
12. CONCLUSIONES 128
12.1. Resultados esperados 129
8

12.2. Etapas del proceso metodológico 131


13. CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES 132
13.1. Actividades de cronograma 133
14. BIBLIOGRAFÌA 134
15. ANEXOS 139
9

LISTA DE TABLAS

Página
Tabla 1. Fase del conflicto armado 54

Tabla 2. Marco legal del conflicto 67

Tabla 3. Frente y lugar de operaciones FARC 72

Tabla 4. Regiones Fronterizas en donde hace Presencia del ELN 73

Tabla 5. Caracterización y medios utilizados por las FARC en los enfrentamientos asimétricos 76

Tabla 6. Desasegrado por Hecho 81

Tabla 7. Hecho por Eventos 82

Tabla 8. Hechos por Personas 83

Tabla 9. Causas del conflicto armado según autores 86

Tabla 10. Causas del conflicto armado en Colombia (resumen) 92

Tabla 11. Operación de variables 120

Tabla 12. Ficha técnica de la investigación 121


10

LISTA DE FIGURAS
Página
Figura 1. Lugares donde hace presencia las Bacrim 75
Figura 2. Región de los Montes de María 94
Figura 3. El Carmen de Bolívar 96
Figura 4 ubicación geográfica de la región de los Montes de María 97
Figura 5. Factores protectores internos 123
Figura 6. Factores protectores externos 125
Figura 7. Empatía 126
Figura 8. Cronograma de actividades 132
11

1. RESUMEN

La región de los Montes de María se ubica geográficamente entre los departamentos de


Bolívar y Córdoba. Está conformada por 15 municipios de ambos departamentos, entre los
cuales el llamado El Carmen de Bolívar es un punto de referencia obligada, tanto por la
importancia que posee en materia económica, política y cultural, como por ser un punto
referencial, a partir del cual se han diseñado estrategias de intervención, tanto por los grupos
armados ilegales, como por el mismo Estado, a través de sus instituciones civiles y militares.
Para ello, se aplicó un cuestionario estructurado de breve duración, de 32 reactivos donde se
evalúan las variables factores protectores internos, factores protectores externos y Empatía. El
instrumento fue aplicado a 231 personas adultas del área geográfica estudiada y, en el análisis de
resultados, se evidencia que entre los factores protectores interno destaca la confianza en sí
mismos y la importancia que conceden a la educación; entre los factores protectores externos y
con respecto a la empatía, confían en un mejor mañana. Se concluyó que, si bien es limitada la
definición y medición de la resiliencia por la naturaleza dinámica y los múltiples factores de
influencia del constructo, entre los habitantes de la región subsiste la confianza en un futuro
mejor, ello en parte por la cesación en altísimo porcentaje de los eventos de violencia y, en parte,
por el anuncio de un acompañamiento más cercano y efectivo, por parte de las autoridades
centrales y departamentales de Bolívar y Córdoba. El margen de resiliencia se manifiesta en la
dinámica que actualmente muestra la población, en la búsqueda de sus objetivos y en la acogida
que dan a las soluciones actuales y soluciones proyectadas, por parte del gobierno nacional.

Palabras clave: Adultos, conflicto armado, resiliencia, Carmen de Bolívar.


12

2. ABSTRACT

The Montes de María region is geographically located between the departments of Bolívar and
Córdoba. It is made up of 15 municipalities from both departments, among which the so-called
The Carmen de Bolívar is an obligatory point of reference, both for its importance in economic,
political and cultural matters, as well as for being a reference point, from which They have
designed intervention strategies, both by the illegal armed groups and by the State itself, through
its civil and military institutions. To do this, a structured questionnaire of short duration, of 32
items, was applied where the variables internal protective factors, external protective factors and
Empathy were evaluated. The instrument was applied to 231 adults in the geographical area
studied and, in the analysis of results, it is evident that among the internal protective factors, self-
confidence and the importance they attach to education stand out; Among external protective
factors and with regard to empathy, they trust in a better tomorrow. It was concluded that,
although the definition and measurement of resilience is limited due to the dynamic nature and
thi7

e multiple factors of influence of the construct, among the inhabitants of the region there is still
confidence in a better future, partly due to the very high cessation percentage of violent events
and, in part, due to the announcement of a closer and more effective accompaniment by the
central and departmental authorities of Bolívar and Córdoba. The margin of resilience is
manifested in the dynamics that the population currently shows, in the pursuit of its objectives
and in the reception given to current and projected solutions by the national government.

Keywords: Adults, armed conflict, resilience, Carmen de Bolívar.


13

3. INTRODUCCIÒN

La configuración geográfica de los Montes de María, situada entre los departamentos de


Bolívar y Córdoba y conformada por 15 municipios de uno y otro departamento, es privilegiada
por la naturaleza, en cuanto a la bondad agrícola de sus tierras, pero al tiempo signada por la
malhadada violencia que halló, en esa configuración montañosa y en la hospitalidad de sus
gentes, un refugio desde el cual impartir conductas reñidas con la convivencia social, sujeción a
la ley y respeto a la condición humana, como requisitos indispensables para una buena calidad de
vida.

Los Montes de María y en ellos el municipio de Carmen de Bolívar, su principal


referente, fueron durante décadas el campamento de los violentos que, aprovechando la bondad
de la población, sentaron en dicho municipio sus condiciones de violencia, haciendo de lo que
antes era un paraíso, un imperio de la violencia, manifiesta en todas sus variables. Con ello, el
pueblo de Montes de María y particularmente de Carmen de Bolívar, vieron sucumbir su paraíso
de progreso y abundancia, ante la imposición de normas no convivenciales, ante el sometimiento
forzado por las armas y ante la destrucción de sus paradigmas tradicionales, en los cuales la
familia, la paz, el progreso y el amor a la vida, eran sus principales referentes.

Cuando se ha logrado, después de muchos esfuerzos y renuncias (o sapos tragados, para


utilizar la expresión del entonces presidente de la república, Juan Manuel Santos), la firma de un
acuerdo, se vislumbran o al menos se esperan nuevos tiempos de progreso, cuya principal origen
es la buena voluntad de las gentes y su grado de aceptación de los hechos, así como la
disposición de reeditar a partir del dolor, de las pérdidas físicas y de la esperanza que destila la
firma del acuerdo de paz a que se hizo referencia anteriormente, una nueva etapa en la historia de
la comunidad de Carmen de Bolívar y de toda la región de Montes de María.

En el presente trabajo se hace referencia a un estudio realizado por el autor, en el que se


analizan las condiciones específicas de la población de Montes de María en la etapa del
posconflicto, tomando como referencia el grado de resiliencia de sus habitantes, expresada como
deseo y disposición para una nueva etapa de sus vidas, dejando atrás la amarga experiencia
14

vivida aunque no provocada por gentes cuyo único pecado fue hallarse en un sitio
geográficamente privilegiado para los autores y protagonistas del conflicto armado.

Se trata de un estudio de corte retrospectivo-proyectivo, de corte netamente cualitativo. Si


bien se incluyen algunas cifras, el objetivo del trabajo es determinar el grado de disposición
recipiente de los habitantes de Carmen de Bolívar, frente al reto del posconflicto. Se aplicó un
sondeo diseñado especialmente para detectar, en lo posible, la disposición de las gentes del
municipio al olvido y al reinicio de sus vidas, a partir de su propia y sincera determinación.

El trabajo se basa en la exploración bibliográfica, en la observación directa no


participante y en el análisis de normas y jurisprudencia, cuyo eje principal lo constituye
precisamente lo constituye precisamente el recomienzo de la vida en la región, en condiciones
que permitan el desarrollo integral de sus gentes, a partir de la práctica de valores convivenciales
pero, principalmente, de la disposición de dejar atrás, hasta donde ello es humanamente posible,
las trágicas vivencias que mermaron sensiblemente la calidad de vida de los habitantes de la
región y que cobraron muchas vidas inocentes, al tiempo que hicieron huir a muchas familias y
personas de lo que antes fuera su hábitat y escenario de sus vidas campesinas.

En el trabajo se incluyen algunas referencias bibliográficas que datan de décadas, las


cuales se incluyen porque son esenciales para la descripción y comprensión de los principios y
desarrollo de la situación problema actual. En ese sentido, el autor quiere expresar que detectó
algunas inconsistencias gramaticales, pero, por respeto al lector, se conservó el texto original de
los documentos citados.
16

4. JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN

Generalmente, los infortunios, las desgracias familiares o personales y, en ocasiones, de


índole comunitario, suelen impactar negativamente en el ánimo de las personas. Se produce el
“dolor” que comúnmente se enuncia, para demostrar que un hecho o que una situación específica
causa un estado de desequilibrio emocional, muchas veces grave, por razón de un hecho
inesperado o cuya naturaleza, por sí sola, es suficiente para causar esa sensación de malestar.

En ocasiones, la sensación manifiesta por un problema personal o de alguien allegado o,


simplemente, conocido, puede causar serios trastornos en el comportamiento de la persona,
conllevando situaciones de llanto, de desespero, manifiestas en distintas actitudes que reflejan la
situación del afectado en relación con la causa del problema. Pero hay ocasiones en las que la
persona es capaz de resistir el impacto negativo que se genera por un hecho determinado; en esas
ocasiones, la persona o las personas evidencian un estado de resistencia al dolor o a la
pesadumbre, que les permite hacer frente con éxito a las consecuencias del hecho generador del
malestar.

Se habla de “Resiliencia”, para aludir a esas situaciones en las que un hecho negativo no
logra derrotar la voluntad o la capacidad de resistencia de una persona o de un grupo de
personas. La resiliencia, así vista, puede manifestarse en situaciones diversas, ante hechos
negativamente significativos, de distinta índole; pueblos que resisten los embates de la naturaleza
con gran entereza y resignación, logrando sobreponerse a los daños causados; personas que
pierden a un ser muy querido y, sin embargo, logran continuar con sus actividades a un ritmo
más o menos normal, sin evidenciar mayores efectos de la desgracia sufrida. Esa capacidad de
resistencia al dolor, a los efectos negativos de las desgracias y de las situaciones difíciles, es lo
que, en términos generales, puede denominarse Resiliencia.

El término Resiliencia se origna en el verbo francés Resiliere, que significa rebotar,


volver a entrar saltando, saltar hacia arriba. El término fue adoptado inicialmente por la mecánica
física, para referirse a aquellos metales que son capaces de retomar su forma original, luego de
haber sido sometidos a situaciones deformadoras, a grandes presiones (Puerta de Klinker, 2002).
17

Como suele suceder, el término tiene distintas definiciones, proviniendo cada una de ellas
de distintas personas científicas o influidas por distintos espacios científicos. Entre ellas cabe
destacar:

- Capacidad de una persona o de un sistema social, para vivir bien de manera socialmente
afectable y desarrollarse positivamente a pesar de las condiciones de vida difíciles.

- Historia de adaptaciones exitosas en el individuo que ha sido expuesto a factores


biológicos de riesgo o eventos de vida estresantes; implica la expectativa de continuar
con una baja susceptibilidad a futuros estresores (Luthar y Zingle, 1991, Masten y
Garmezy (1985).

Se denomina factores protectores de la resiliencia a aquellos que reducen los efectos


negativos de la exposición a riesgos y al estrés, de modo que algunos sujetos a pesar de haber
vivido en contextos desfavorecidos y de sufrir experiencias adversas, llevan una vida
normalizada (Benard, 2004; Rutter; 2007; Uriarte, 2006).También se trata de recursos internos
y externos que modifican el riesgo (Fraser, Kirby & Smokowski, 2004).

Perspicacia. Permite ver más allá de lo que es posible percibir a simple vista; también se
le conoce como intuición, sexto sentido o malicia indígena. Es generalmente producto de la
observación consciente del individuo a los factores que lo rodean y que le permiten plantearse
interrogantes sobre situaciones difíciles o sencillas, pero que el individuo se responde siempre a
conciencia. En este sentido, juegan papel importante la autoestima, que ayuda a hacer frente a las
situaciones con naturalidad y entereza.

Autonomía. Se entiende como tal, la capacidad del individuo para fijar sus propios
límites frente a situaciones problemáticas, sea que se originen en situaciones físicas o
emocionales. Según Colmenares (2002) implica la conservación de la identidad, valores y
sentimientos propios.

Interrelación. Es la capacidad para crear vínculos íntimos, afectivos, físicos, con aquellas
personas que se sabe están disponibles en los momentos difíciles y en la búsqueda de soluciones
a los problemas. Permite expresar con claridad, naturalidad y respeto, las necesidades propias,
18

sentimientos, expectativas, al tiempo que se posee la capacidad para escuchar, ponerse en el


lugar del otro y aceptar a los demás tal como son.

Creatividad. Es la capacidad de generar orden y belleza donde existen el caos y el


desorden. Constituye un sitio seguro para la imaginación, permitiendo que cada uno pueda
autoanalizarse y amoldarse o amoldar las situaciones a sus reales capacidades.

Iniciativa. Es el complemento de la creatividad, que permite a ésta poner en práctica lo


que con base en ella se concibe. La iniciativa lleva al individuo a asumir retos y probar sus
propias condiciones, asumiendo conductas de búsqueda de soluciones a los problemas propios y
ajenos. La iniciativa tiene también relación con la autoestima, existiendo entre las dos una
relación causa-efecto que conlleva a que la seguridad propia se trascienda a actitudes decisivas.

Ética. Se la define como la capacidad de desear y buscar para otros lo que se desea para
sí mismo y también se la asocia íntimamente con el cultivo de valores. Se la atribuye a la
actividad de una conciencia informada, Para Colmenares (2002) es fundamental en la
organización de valores sociales y culturales y en el cobro de identidad o individualización.

Se adicionan a los factores protectores, factores de recuperación y de control conductual.


La protección es evidente cuando uno o más dominios del funcionamiento permanecen
relativamente sin impacto, a pesar de la presencia de un factor de riesgo. La recuperación se
define como un cambio relativamente permanente desde un resultado pobre hasta un resultado
deseado en cualquier dominio afectado por un factor de riesgo. El control conductual se define
cuando una situación ambiental impide un cierto resultado negativo de forma relativamente
temporal (Kalawski & Haz, 2003).

Ante los episodios de violencia ocurridos en Colombia, frente al tema del conflicto
armado, el proceso de paz con la guerrilla de las Fuerza Armada Revolucionaria de Colombia
(FARC) y otros actores del conflicto, en la población del Carmen de Bolívar, en el departamento
de Bolívar, resulta de especial interés realizar una medición de la resiliencia, para abordar el
fenómeno desde sus diferentes dimensiones, facilitando la identificación de aquellos elementos
que permiten desarrollar la capacidad de adaptación y afrontamiento ante situaciones violentas
normalizadas en la cotidianidad y, a partir de ahí, adoptar medidas que permitan contribuir al
mejoramiento de la salud mental de los individuos, que son susceptibles al maltrato, la
incapacidad de enfrentar y superar eventos traumáticos.
19

El presente estudio surgió de la necesidad de medir la resiliencia de la población


sometida a diferentes sucesos traumáticos, ocasionados por las acciones violentas de los grupos
armados al margen de la ley, con el fin de identificar la capacidad que tienen las personas
afectadas para convivir con sus victimarios en esta época de post acuerdo. Es así que la
investigación permitirá direccionar la mirada hacia el foco de violencia en Colombia,
especialmente en la región del Carmen de Bolívar; de la misma forma se pondrá en evidencia
cómo esta sociedad se ha sobrepuesto a los muchos momentos de adversidad, terror, miedo y
pánico, generados por estos grupos armados.

Lo anterior, debido a que no se cuenta con suficientes estudios de alcance nacional sobre
el fenómeno de la resiliencia, sus estrategias de prevención y actuación con respecto a los
acontecimientos causados por el conflicto armado en esa región. El desarrollo del presente
trabajo es conveniente para promover un mayor conocimiento sobre la ocurrencia de cada tipo de
situaciones derivadas de esos eventos traumáticos, sus características y las necesidades de
intervención. Por otra parte, permite ampliar los datos sobre la resiliencia en estos tipos de
sucesos traumáticos, para contrastarlos con otros estudios similares y analizar las posibles
variables según el género, nivel socioeconómico, la gestión de las entidades gubernamentales y
demás actores del problema, así como de su contexto.

Así mismo, al ser la propuesta de la resiliencia una mirada que cambia los esfuerzos de
los investigadores por analizar la realidad en la medida que centraliza su atención en la población
sana a pesar de estar en un medio insano, se hace necesario utilizar las herramientas teóricas de
las ciencias humanas, tales como la Psicología, las Ciencias Sociales, la Medicina y la política,
entre otras, en la búsqueda y esclarecimiento de la capacidad que tiene un pueblo de superar la
presión de la violencia, para volver a su estado inicial de paz, tranquilidad y bienestar humano
fortalecido. En este sentido, en la actualidad la resiliencia se reconoce como valiosa, por sus
posibles aplicaciones en el área de la salud, la prevención y educación.

Desde la política, por ejemplo, la resiliencia es un tema foco para potencializar a las
poblaciones que muestran la fortaleza necesaria para afrontar infortunios que van desde desastres
naturales, hasta desastres producidos por actividad antropogénica del hombre, como las guerras;
así lo manifiestan algunos autores que han trabajado en resiliencia comunitaria, incrementando
el apoyo humano y económico a programas destinados a este objetivo, con estrategias políticas
20

encaminadas a mejorar la calidad de vida de dicha región. Esto implica, que la resiliencia
aplicada a las comunidades sea diseñada como una forma de ofrecer afecto y apoyo para ese
grupo de personas que han sido violentadas por los grupos armados al margen de la ley, para que
tengan la capacidad de desenvolverse, relacionarse y, lo más importante, que puedan crear
vínculos más cercanos con los demás. Alguien resiliente se caracteriza por ser introspectivo,
independiente y por mantener cierta distancia emocional para afrontar las dificultades (Suárez,
2001)

La investigación aporta a las ciencias sociales en general la percepción de los factores


que caracterizan la población en situación de desplazamiento generado por la violencia y los
eventos postraumáticos que dejó el conflicto armado en esta región, punto de partida en el que se
puedan profundizar la comprensión de la resiliencia desde su propia mirada. En la actualidad se
viven momentos de crisis complejas, una dinámica de cambios constante, por lo cual se debe
aprender a convivir con él. Por eso la reconstrucción de resiliencia es uno de los objetivos clave
para las iniciativas de transición hacia otros movimientos sociales. Medir la resiliencia permite
examinar las capacidades de recuperación ante las fatalidades, conocer las estrategias llevadas a
cabo por los individuos para afrontar los riesgos, indagar sobre los factores causantes que
explican su desarrollo saludable y finalmente formular estrategias más adecuadas de intervención
para el fortalecimiento de las comunidades.

El estudio aporta una unidad metodológica, para que en un futuro se realicen


investigaciones que utilicen metodologías compatibles de manera que se posibilitaran análisis
conjuntos, comparaciones entre períodos temporales concretos y evaluaciones de las
intervenciones que se realicen o se estuvieran llevando a cabo para la prevención y tratamiento
de la resiliencia. La investigación es viable, pues se dispone de los recursos para llevarlo a cabo
en la identificación de los niveles de resiliencia de la población estudiada. Es dar un paso en la
comprensión de su capacidad de recuperación, luego de los eventos desfavorables a los que han
sido expuestos.

El territorio colombiano se ha visto afectado por un conflicto armado interno de más de


60 años, atribuido a las desigualdades sociales y económicas, según la Unidad de Víctimas, Red
Nacional de Información (2020); al 01 de enero de 2020 se tienen en el Registro Único de
Víctimas (RUV) 8.553.416 personas afectadas por algún tipo de violencia en el marco de este
21

conflicto. En el departamento de Bolívar, cuya capital es la ciudad de Cartagena de indias, se


registraron hasta la fecha 650.360 personas que suponen la población total del departamento,
teniendo un referente de 24% de personas afectadas en esta región, haciéndose necesario el
estudio de diferentes alternativas que permitan a las víctimas superar las situaciones de violencia
en el marco de la construcción de paz desde y para los territorios (Victimas, 2020)

Abordar la resiliencia en al marco del conflicto armado en Colombia implica crear


aportes prácticos que accedan a adelantar el diseño de estrategias que beneficien a las víctimas,
desde un compromiso que retome sus características individuales y sociales, hacia la
potenciación de esa participación activa entre el ser y el actuar, donde la pertenencia, la
identidad, la motivación, la flexibilidad, la sociabilidad, entre otros, crean eco en la
reconstrucción individual y social de la resiliencia. Es un esfuerzo más para crear nuevas
incógnitas a la psicología, en particular a la psicología social, a la psicología social comunitaria y
a la psicología del desarrollo; de allí su coyuntura disciplinaria.

El beneficio innovador de conocimiento de la presente investigación se halla en el estudio


del fenómeno de la violencia desde una perspectiva distinta, como es la resiliencia, la cual se
centra en descubrir los aspectos que median el impacto de los factores de riesgos en la salud
mental. Y por último, esta investigación permitió explorar resultados iniciales, que se convierten
en la base para adelantar en el diseño de estrategias de promoción que ayuden a esta población a
adquirir instrumentos que les permitan afrontar situaciones y experiencias dolorosas vividas.
22

5. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN

Colombia es un país que por más de 50 años ha padecido el trance del conflicto armado y
consecuente a esto existe un aproximado de 8.944.137 víctimas (Victimas, 2020). Las personas
han sido víctimas de desplazamiento forzado, secuestro, homicidio, reclutamiento, amenaza,
extorsión, despojo de sus tierras, entre otros hechos victimizantes resultados del conflicto
armado.

Con el fin de disminuir el número de víctimas y darle finitud al conflicto, el gobierno da


inicio a las negociaciones para llegar a un acuerdo de paz con la FARC en el año 2012; las mesas
de negociación se llevaron a cabo en la Habana-Cuba, durante cuatro años. Los negociadores del
gobierno de Colombia y los delegados de la guerrilla de las FARC, llegaron a un acuerdo. El día
26 de septiembre del 2016, el entonces presidente Juan Manuel Santos y Timochenko firman el
proceso de paz, dando un paso importante para poner fin al conflicto en el cual el país ha estado
sumergido. Posteriormente, el día 2 de octubre del 2016, se realizan las votaciones del plebiscito,
el cual buscaba conocer si el pueblo colombiano estaba de acuerdo o no con dicho acuerdo de
paz: en estas votaciones populares las personas mostraron su desacuerdo votando por el no
(Gómez, 2016).

Es importante establecer cuáles son las potencialidades, las fuentes personales (que
permiten afrontar las pérdidas, y rupturas) y determinar las características de protección y
fortalecimiento; tras un proceso, se puede efectuar intervenciones preventivas centradas en las
fortalezas, con el objetivo de disminuir el estrés personal y las adversidades del contexto del
conflicto armado en Colombia. Por otro lado, el panorama del balance del conflicto armado del
país es sin duda deprimente, pero, pese a ello, en medio del desamparo y el trauma producto de
los más de 60 años de violencia, se pueden hallar muchas historias individuales y comunales de
superación de su calidad de vida.

¿Cómo explicar este fenómeno que, aunque no generalizado, está muy presente en las
zonas afectadas por la guerra interna? La respuesta se halla en el concepto de resiliencia,
acuñado a comienzos de los años 80 y, que, en los últimos años, se ha presentado como una
franja de estudio pertinente para entrever las diversas tonalidades del ser humano, esas que le
conceden enfrentar situaciones de vulnerabilidad y adversidad. La dinámica del conflicto armado
23

en Colombia, se ha recrudecido en los últimos años y con altos niveles de perversión, los cuales
han generado graves problemas humanitarios. Una afirmación de este gran inconveniente es el
gran desplazamiento de familias, las cuales se han visto forzadas a trasladarse a otros lugares
debido a la guerra, afectando en gran medida la calidad de vida de las poblaciones afectadas.

Es esto lo que se evidencia en la región de los Montes de María, específicamente en el


municipio El Carmen de Bolívar, ubicado en el departamento de Bolívar, en donde los habitantes
son quienes siguen sufriendo con gran rigor la crueldad de la violencia. El compromiso con la
población víctima del conflicto armado debe partir de una visualización integral del ser humano,
haciendo énfasis en aquellos contextos que les permitieron salir adelante; por tanto, los objetivos
de investigación deben apuntar a este tipo de situaciones. Se pretende comprender a fondo para
determinar características y aportes en los fortalecimientos de resiliencia comunitaria e
individual y la manera como contribuye a generar restitución de derechos, resiliencia y cultura de
paz en los individuos que la integran.

Los Montes de María están conformados por quince (15) municipios, de Bolívar y Sucre,
los cuales también integran la octava circunscripción especial de Paz, aprobada por el Congreso
de la República de Colombia en el año 2018, que contempla el acuerdo que le dio fin al conflicto
con las FARC. Los municipios que hacen parte de esta circunscripción son: El Carmen de
Bolívar, Córdoba, El Guamo, María la Baja, San Jacinto, San Juan Nepomuceno, Zambrano,
Coloso, Chalán, Los Palmitos, Morroa, Ovejas, Palmito, San Onofre y Tolú viejo. Para poder
lograr la paz en esta área, la Presidencia de la República (2016), firmó el Acuerdo Final entre el
Gobierno Nacional de Colombia y las FARC-EP, el día 24 de noviembre del año 2016. En el
numeral 2.3.6 se evidencia este acuerdo, en el cual se hace promoción de la representación
política de poblaciones y zonas especialmente afectadas por el conflicto y el abandono. Estas
circunscripciones transitorias para la Paz son escaños o curules en la Cámara de Representantes
de Colombia, a las que podrán acceder a los Representantes de esta zona, bajo condiciones
especiales.

Así mismo, los acuerdos de Paz se realizaron con el fin de garantizar la participación de
quienes han estado al margen de la participación política y por cuenta de la violencia. Los
Representantes son de las regiones más golpeadas por el conflicto armado, elegidos por los
mismos pobladores. Cabe anotar que ninguno de estos representantes será un desmovilizado de
24

las Fuerzas Armada Revolucionarias de Colombia (FARC). El objetivo fundamental por el cual
se creó este acuerdo es el de mantener la reparación política de las poblaciones y comunidades
víctimas de la violencia. Por lo tanto, el conflicto armado no es un fenómeno reciente en este
país; muy por el contrario, ha sido protagonista de buena parte de la historia nacional, dejando a
su paso múltiples problemáticas de carácter económico, social, político y cultural y cuya
consecuencia más recóndita es la violación de los Derechos Humanos y del Derecho
Internacional Humanitario, teñida con el fenómeno del desplazamiento de individuos, familias y
comunidades.

Cuando aún se escuchan las detonaciones festivas que pretenden imprimir un aire de
festejo a los primeros cinco años de haber sido firmado el célebre “acuerdo de paz”, los
colombianos sólo tienen conciencia de que, ciertamente, ha transcurrido el primer quinquenio
desde la firma del acuerdo y que, durante esos cinco años, la esperanza de una paz verdadera, en
lugar de fortalecerse se ha visto agobiada por una serie de hechos que, inexplicablemente, al
parecer no tuvieron en cuenta quienes negociaron en nombre del Estado, es decir, de la
comunidad colombiana.

Del enunciado de verdad, justicia, reparación y no repetición, no hay uno solo de esos
términos que pueda decirse que se convirtió en una realidad tangible. En estos cinco años, los
colombianos han tenido que soportar las evasivas, las declaraciones a media e incluso las ironías
de quienes fueron protagonistas de la desgracia social del país, como sucedió con el cabecilla
que, al preguntársele sobre si estaban dispuestos a cumplir lo pactado, se limitó a decir “quizá,
quizá, quizá”, parodiando una canción popular.

La región de los Montes de María no es la única que está a la espera de la cristalización


de las promesas contenidas en las páginas del acuerdo firmado; aún quedan cadáveres por
entregar, información sobre desaparecidos por aclarar, entre otras muchas otras cosas que en su
momento hicieron pensar que, realmente, se llegaba a un punto de reconciliación total entre los
colombianos. En todo el país hay personas a la espera de la anhelada justicia y sobre este aspecto
es necesario insistir, porque es uno de los aspectos más importantes en relación con la resiliencia
de las comunidades que fueron injustamente atropelladas, porque saber que se hizo justicia, que
hubo sanción, cualquiera sea su magnitud, contribuye sensiblemente a disminuir el dolor, la
desazón y el infortunio de los afectados.
25

Sin el ánimo de hacer política de ninguna índole, lo que se observa es que en la medida
en que transcurre el tiempo se disminuyen las esperanzas de una verdadera reparación, de una
anhelada justicia… y ni qué decir de la no reparación, cuando las muertes se siguen sucediendo
en ambos bandos; los anuncios de parte de la Jurisdicción Especial para la Paz –JEP- no son
precisamente los que esperan los colombianos. La judicialización que se viene haciendo es
deficiente y ello contribuye a que el dolor se convierta en odio, haciendo cada vez más ilusoria la
paz, tan pregonada pero tan esquiva, principalmente de parte de quienes, se entiende, debieran
ser los primeros en promoverla, por el interés de reconciliarse con la sociedad y hacer parte de
ella.

Este trabajo se enfoca desde el punto de vista meramente humano; aquí no se esgrimen
doctrinas de ninguna índole pero se hace alusión a hechos concretos de una manera directa,
porque no es intención del autor pretender distraer al lector con alusiones insulsas, sin trasfondo
de realidad, sino ahondar en esa misma realidad, que tanto preocupa a los colombianos. En
programas internacionales alusivos al caso colombiano se muestran entrevistas hechas a
familiares y en las palabras que expresan se plasma un dolor descompuesto, que ha dejado de
martirizar el alma de los afectados y que parece incitar a exigir, cuando antes ni siquiera pedían
y se conformaban con la promesa de que tendrían la verdad, la reparación, la justicia y la no
repetición.

Resulta evidente entonces que no se trata de un problema del pasado. Por el contrario es
un problema que hoy todavía surte efectos nocivos en la sociedad colombiana. La celebración
del primer quinquenio de la firma del acuerdo de paz así lo demuestra, cuando fue una
celebración de quienes se autoproclaman artífices de una paz inexistente, porque el pueblo en
general prefirió ignorar la fecha, quizá para no causarse más daño del que le causaron los
violentos, quienes quieran que hayan sido, sólo por el hecho de hallarse en el lugar equivocado
en un momento también equivocado.

La región de los Montes de María espera la paz, porque ésta aún no ha llegado y es ese un
punto sobre el que se quiere hacer énfasis en estas páginas, no con enfoque politiquero, sino
simplemente, desde la perspectiva del dolor de masas y del impacto negativo que en la
comunidad dejaron quienes hicieron de la violencia su razón de vida, afectando fatalmente a
cientos de miles de colombianos y dejando una huella hasta ahora indeleble de dolor, tristeza y
26

esperanza en una reparación que se consagra no sólo en lo material, sino en la aplicación de


estrategias que permitan denar el odio concentrado en las personas, odio que no pregonan, pero
que habla por sí mismo cuando esas víctimas se refieren a su vida pasada, a sus familiares
perdidos, al desplazamiento, a la búsqueda de familiares desaparecidos.

La resiliencia es, ciertamente, una esperanza de atorreconstrucción espiritual, que sólo


cristalizará cuando cada víctima sienta que ha llegado al tope de su sufrimiento y que es capaz de
mirar atrás sin odio, sin rencores y mucho menos, con deseos de venganza o resarcimiento
directo del daño causado.

El problema se centra en la resiliencia como alternativa de reparación social y, por ello, el


enfoque que se hace del problema es ajeno a cualquier ideología o tendencia distinta de la que,
desde la perspectiva profesional, estimula al autor de este trabajo.
27

6. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

¿Cuál es el grado de resiliencia actualmente evidente y posterior al conflicto armado la


población del municipio del Carmen de Bolívar?
28

7. OBJETIVOS

7.1 Objetivo General

Determinar el grado de resiliencia de la población, posterior al conflicto armado, en


municipio del Carmen de Bolívar, región de los Montes de María.

7.2. Objetivos Específicos

▪ Identificar las variables de la resiliencia a los efectos negativos del conflicto armado en la
población del municipio del Carmen de Bolívar, región de los Montes de María.

▪ Determinar los indicadores comportamentales de resiliencia, en la población del municipio


de Carmen de Bolívar, en la región de los Montes de María.

▪ Analizar el efecto de la resiliencia, posterior al conflicto armado, en la población de Carmen


de Bolívar, en la región de los Montes de María.
29

8. ANTECEDENTES Y ESTADO ACTUAL DEL TEMA

8.1. Una revisión al constructo Resiliencia. Historia y panorama actual

Las connotaciones sociales asociadas a la adversidad están mediadas por los sistemas de
creencias en los que el afectado o los afectados se hallan inmersos. Según Walsh (2004)
“lidiamos con la crisis y la adversidad dando sentido a nuestra experiencia: relacionándola con
nuestro mundo social, con nuestras creencias culturales y religiosas, con nuestro pasado
multigeneracional y con nuestras esperanzas y sueños respecto al futuro “(p. 90). Esta afirmación
nos conduce necesariamente a la revisión de formas de subjetividad social, por las cuales se
atraviesa la realidad y la experiencia humana y por tanto sus lecturas del dolor, la crisis y la
adversidad.

Indudablemente la posición de Walsh parece retratar el fenómeno de la resiliencia en la


comunidad de los Montes de María. Es una descripción despersonalizada pero identificada
plenamente con el fenómeno de los Montes de María, como un hecho imprevisto, ajeno a la
idiosincrasia y tradiciones, cultura, costumbres e incluso interrelación con la naturaleza de la
comunidad de Montes de María, en donde el sonido de la gaita hembra y la gaita macho fueron
reemplazado por el sórdido sonido de fusiles y los espeluznantes gemidos de quienes vieron a
sus seres queridos sucumbir en medio de una violencia que, como visitante indeseada, se
aposentó en la región para desgracia de sus habitantes.

No hay una precisión clara de los inicios sobre el tema de la resiliencia. Diferentes
autores plantean distintos conceptos, aunque no hay una exactitud al respecto; pero lo más
aportante, y es algo que hay que tener en cuenta, es el aporte de la resiliencia en el campo de la
psicología. A la formación del concepto pretendiendo dar a conocer su campo de acción en la
psicología, es decir, formas de pensamiento y actuación que lo elevan al status de constructo en
30

una disciplina. Hoy en día se sabe de la gran importancia que tiene la medición de la resiliencia
en casi todos los campos del medio de las ciencias humanas, quienes se encargan de analizar el
comportamiento del ser en diferentes circunstancias y su forma de reaccionar antes situaciones
adversas. La medición de la resiliencia es de gran importancia para el análisis del
comportamiento y desde que se estableció este concepto en la psicología, se puede decir que
existe determinada probabilidad de que algo será o que se practicarán determinadas conductas
del individuo ante eventos adversos y así implementar estrategias para enfrentarlas (Calvo, 2017)

8.2. Una revisión histórica al concepto de Resiliencia

Se considera importante inicialmente abordar el tema de la resiliencia desde la


perspectiva popular, en el caso objeto de discusión, desde la perspectiva de análisis y
entendimiento de la comunidad de los Montes de María, algo sumamente exigente si se tiene
que, por naturaleza, es una comunidad pacífica, dedicada al cultivo de la tierra y a l cría de
ganado, con costumbres que conciben la violencia en festivales populares, donde se enfrentan
gallos de pelea y se dan otras competencias que generan ganadores pero en las que no se tiene un
concepto trágico de “perdedor” dado que ello hace “parte del juego”.

Pero no es lo mismo el caso del que pierde una pelea de gallos y ve cómo su pupilo
termina aleteando mortalmente en la arena que el de niños y mujeres que ven cómo su cabeza de
familia, padre y esposo, cae irremisiblemente y para siempre bajo el impacto de actos violentos
que no hacen parte de una distracción sino de una acción preparada, que busca con la violencia
en todas sus variables, cambiar algunos aspectos de la vida comunitaria, entre ellos, la propiedad
legítima que pasa a manos ajenas, en virtud de la fuerza y rugido de las armas.

Con lo anterior se pretende decir que el concepto de resiliencia o de recuperación del


impacto de la violencia no hacía parte de la tradición de la comunidad de Montes de María; la
resiliencia de esta comunidad tenía estampas vívidas de recuperación de impactos de la
naturaleza en cultivos, pestes de animales, etc., fenómenos a los que habían aprendido a
responder, siempre desde el milagro de la vida humana. Cuando esta comunidad se enfrentó a la
violencia que en lugar de vida de ganado vacuno o porcino cobraba vidas humanas y situaciones
en las que eran obligados a abandonar el escenario de toda su vida hasta entonces, los habitantes
de Montes de María se vieron frente a un fenómeno del que quizá algunos habían oído hablar
31

pero que no había sentado nunca un pie en el área de los municipios ni de toda la región de
Montes de María.

Se aborda así el tema de la resiliencia porque la misma tiene naturaleza distinta y siempre
acorde con el origen o hecho que le da vida. Todo hecho funesto puede despertar resistencia en
quien debe vivirlo pero esa resistencia tendrá naturaleza y manifestación distinta, siempre acorde
con los hechos que la generan. Indudablemente, la resiliencia que se opone a hechos como los de
los Montes de María, es de características exigentes, como los hechos que la generan.

Según Hernández (2017) el papel de la psicología, con miras a evitar que el círculo
vicioso de la violencia continúe (y que vuelvan a aparecer los conflictos, al no haberse
solucionado sus causas) puede ser decisivo. La psicología tiene importantes instrumentos
conceptuales y prácticos para lograr que los grupos marginados se integren a la sociedad, que se
desarrolle un sentido de pertenencia al país, que los colombianos crean en sí mismos y en su
futuro. Implica dar empoderamiento a grupos marginados, desarrollar oportunidades laborales,
educativas y de ascenso social, autoeficacia, perspectiva de futuro, motivación de logro y de
afiliación, etc.

Históricamente, el término resiliencia constituye un amplio constructo teórico que tiene


lugar en los inicios de los años cuarenta. Desde entonces es posible vislumbrar un concepto basto
y complejo, que suscita hoy un gran interés en quienes trabajan en el campo médico, social,
psicológico y educativo. Término que ocasionó un cambio primordial de la perspectiva respecto
a la posición pasiva, o solamente receptiva del paciente propio de la década de los 60: “en vez de
estudiar las debilidades, las carencias y los medios de compensarlas, se empezó a investigar las
fuerzas y cómo usarlas” (Calvo, 2017). El término comenzó a usarse desde los años cuarenta,
pero tuvo su desarrollo y aplicaciones importantes en los años sesenta en los campos educativo,
social, médico y psicológico, jugando un papel preponderante en el análisis activo y pasivo de
los pacientes, utilizando métodos aplicables en cada caso específico

Así mismo (Calvo, 2017), comenta que es importante resaltar la importancia que tiene
identificar qué elementos ayudan a superar los problemas y situaciones adversas; esto ¿cómo nos
convierte en personas resilientes, es decir, individuos con capacidad para desenvolvernos de
manera positiva ante las adversidades? En un principio se pensó que se nacía siendo resiliente,
32

pero después se observó que hay personas que ostentan estas capacidades, y otras no. Entonces,
se detectó que se pueden aprender ciertas actitudes que lleven a enfrentar positivamente
circunstancias adversas. Por lo tanto, el análisis y la identificación de la resiliencia, permite
descubrir diferentes elementos para implementar estrategias con el fin de ayudar a los pacientes a
enfrentar efectivamente los diferentes episodios traumáticos, puesto que se pensaba que las
personas, según su genética, serian resilientes, pero se llegó a la conclusión que cada individuo
reacciona diferente en cada situación específica y que cada persona puede aprender según sus
actitudes a enfrentarlas.

La resiliencia es también entendida como la capacidad de un individuo para sobreponerse


al dolor emocional. Se dice que una persona o grupo de personas tienen capacidad de resiliencia,
cuando pueden recuperarse de contratiempos y, en algunos casos, fortalecerse a partir de la
experiencia vivida.

La resistencia o la invulnerabilidad tiene que ver con la capacidad física que tiene una
persona para sobrellevar durante un tiempo una determinada fuerza causada por algunos factores
o elementos externos. Si se relaciona con el momento actual, si en la fuerza ejercida de este
fenómeno pandémico prevalece la capacidad de aguante de los seres humanos, pueden terminar
rompiéndose, estableciendo su grado de nivel de la resistencia máxima (Calvo, 2017).

Un aspecto importante del ser humano en el afrontamiento de situaciones críticas para el


proceso de recuperación, es la resiliencia. En estas circunstancias, sería la resiliencia la que daría
la capacidad a este mismo ser humano de acoplarse y despuntar esta situación del fenómeno
pandémico que está sufriendo y que puede estar en su nivel máximo de resistencia. Esto quiere
decir que, el ser resistentes es lo que hace resistir con relación a este medio; una nueva forma de
vivir sin llegar a dañarse; y la resiliencia es la capacidad de recuperación cuando se ha llegado a
romper.

La percepción de estrés elevada se asocia con los niveles de resiliencia: a mayor


resiliencia menor nivel de estrés. Las personas que utilizan estrategias de afrontamiento
centradas en la tarea manejan mejor el estrés, disminuyendo sus efectos negativos y aumentando
el nivel de resiliencia (García et al, 2015)

Según estudios de (Pérez, 2016) la expresión espontánea y genuina de los sentimientos


(tanto de los agresores como de los agraviados) y el conocimiento de los hechos violentos,
33

promueven los sentimientos de perdón y reconciliación en la persona que ha sido víctima. La


violencia prolongada durante más de 50 años y su progresiva degradación, han generado
impactos y daños devastadores tanto para las víctimas, familiares, comunidades y organizaciones
e instituciones públicas, como para el conjunto de la sociedad colombiana generando diversas
realidades sociales, donde las víctimas han sentido un abandono por parte del Estado.

Como se mostró previamente la resiliencia implementada en el medio del conflicto y la


violencia, permite reconocer la capacidad que tienen las víctimas del conflicto armado para
superar las dificultades a las cuales han sido sometidas, ya sea por grupos al margen de la ley o
por acciones gubernamentales. Gracias a esta capacidad, las víctimas logran reconocer los
riesgos de su condición (estigmatización, abandono, dependencia) para así adaptarse, recuperarse
y reconstruirse, gracias a su propia experiencia (Pérez, 2016).

En una denominada segunda generación de estudios, el concepto de resiliencia se


diversifica en dos percepciones: la resiliencia como proceso, y la resiliencia aplicada a
programas de intervención social (Acosta, 2018). Este énfasis nace de la mano con las teorías
ecológicas, permitiendo ver el proceso resiliente como el producto de la interacción entre el
micro, meso, exo y macrosistemas y resaltando la importancia del entorno en el que el sujeto está
inmerso y las dinámicas que están en juego, desde el ambiente familiar, hasta la problemática
económica del país.

Teniendo en cuenta el apartado anterior, se puede decir que se deben promover acciones
para contribuir a la inclusión social de la resiliencia, para que se fructifiquen la vitalidad, la
capacidad y la energía para avanzar prontamente en el presente y construir, con el apoyo de un
proyecto de vida, se tiene que considerar y tomar acciones y características que promuevan la
resiliencia y que este tema debiese ser prioritario, no sólo para los profesionales de la salud sino
para todas aquellas personas que necesiten un seguimiento terapéutico (García y Domínguez,
2013).

El dolor emocional y la tristeza son comunes en los individuos que han sufrido grandes
fatalidades o traumas en sus vidas. De hecho, el camino hacia la resiliencia seguramente está
lleno de impedimentos que pueden afectar el estado emocional de la persona. La resiliencia no es
una particularidad que la gente tiene o no tiene. Ella incluye conductas, pensamientos y acciones
que logran ser aprendidas y desarrolladas por cualquier persona, en el transcurso de su vida y en
34

el entorno en que se desenvuelve. La resiliencia, por tanto, se construyó partiendo de las


problemáticas de guerra y de pobreza extrema, que curiosamente son las condiciones que
prevalecen en el contexto actual de Latinoamérica. Esta revisión del nacimiento del constructo
permite avanzar hacia una reflexión más profunda, en la cual se pueda ver de dónde parten las
maneras de delimitar la resiliencia (Rodríguez, 2018).

De acuerdo con Fores y Grané (2011), para la conceptualización de la resiliencia se


deben comprender sus dos nociones básicas: adversidad, entendida como el trauma, riesgo o
amenaza presente en la vida de una persona como una herida que la aproxima a la muerte; y la
adaptación positiva, entendida como la superación del trauma. En este sentido, Cyrulnik (2007)
afirma que para “resiliar” una situación de malestar hace falta que la persona haya sido
vulnerada, herida, traumatizada, fracturada o desgarrada, es decir, que haya sufrido tal magnitud
de lesión para que se dé la transformación de su vida. De esta forma, se asume que la resiliencia
es la capacidad de cualquier ser humano para reconocer y usar sus propios recursos y los que le
provea el medio para hacer frente a una situación de adversidad.

Cabe destacar según lo expresado por los autores anteriores: La resiliencia es la


capacidad para superar la adversidad, pero no solo eso. También es la habilidad de soportar
situaciones límite, de la flexibilidad de readaptarnos y transformar esas situaciones en desafíos
de los que salir aún más fortalecidos que antes. Aunque algunas personas dispongan de ella de
forma congénita, no es algo con lo que se nace, sino una habilidad que se puede desarrollar. Sin
embargo, existe una evidente influencia en nuestra educación. Lo podemos comprobar en los
niños a los que se les ha dado todo, confundiendo el amor con la permisividad, en donde no han
tenido que sacrificarse por apenas nada y se les ha querido evitar cualquier frustración a toda
costa.

En Latinoamérica debido a las brechas económicas, el contexto para gran parte de los
infantes es bastante crítico, generando un alto riesgo estadístico de incidir en la delincuencia,
drogadicción, violencia y demás. Kotliarenco y Fontecilla (1997) en su revisión del estado del
arte, señalan la importancia que tuvo el cambio de enfoque desde la mirada patológica, que
promovía métodos asistencialistas a un enfoque basado en las condiciones que posibilitan un
desarrollo más sano del sujeto y que por lo tanto re-enrutaría la forma en la que se realizaban las
intervenciones sociales, que permitían actuar preventivamente contra los efectos nocivos de la
35

pobreza, la violencia, y demás factores de riesgo. Vale la pena aplicar la Resiliencia en la


solución de problemas sociales, sobre todo en la región Latinoamericana, la cual no está exenta
de tantas dificultades de tipo social político y económico, heredadas de los primeros
colonizadores europeos; es parte de las dificultades, inequidades, desigualdades, de la falta de
oportunidades, de la violación de los derechos humanos y tantas vicisitudes.

Es importante de recalcar que, al aplicar la resiliencia en el análisis y solución de


problemas sociales, destacar que para cada situación se presentan diferentes situaciones
difícilmente repetibles, que acontecen en un momento y contexto específico. Y, por tanto, no se
puede generalizar en otros contextos los resultados de una experiencia, dadas las características
de cada caso. Así mismo, cada cultura desarrolla sus propias capacidades para enfrentar los
problemas y la visión que tiene de ellos, considerando así, que no siempre una misma situación
desencadena fatalmente un resultado negativo, sin excluir que una condición difícil aumenta el
riesgo de que surja un problema determinado.

En Colombia el Programa de Resiliencia de FAO, en el período 2017-2020, se inserta en


este marco poniendo énfasis en los aspectos de construcción de resiliencia como concepto
vertebrador fundamental en los escenarios de pos acuerdo y de recurrencia de desastres naturales.
Así mismo, recomienda que en el país ha sufrido los embates de la violencia de los grupos
ilegales, los cuales se han especializado en la extracción de recursos minero-energéticos como
oro, carbón, petróleo y ferroníquel, generando un gran impacto ambiental y estas actividades en
un contexto de debilidad estatal, han originado conflictos de diferentes dimensiones. Teniendo en
cuenta su aproximación conceptual, la resiliencia se convierte en un tema relevante en el trabajo
con personas que han sido víctimas del conflicto armado, pues permitirá entre otros reconocer las
diferentes formas como las poblaciones que han sido expuestas a situaciones de violencia y
conflicto. Lo cual, asumen sus nuevas condiciones de vida, de reconocer su potencialidad de
reparación, perdón y reconciliación.

Los impactos del conflicto armado interno son complejos, de diverso orden, magnitud y
naturaleza. Estos dependen de las características de los eventos violentos sufridos, el tipo de
victimario, las modalidades de violencia, las particularidades y los perfiles de las víctimas, su
edad, género, etnia, condición de discapacidad, experiencia organizativa, adscripciones políticas
y religiosas, el tipo de apoyo recibido, las respuestas sociales frente a los hechos, las víctimas y
36

las acciones u omisiones del Estado. La población civil de las regiones de los Montes de María
específicamente de la población del Carmen de Bolívar, fueron afectadas por los enfrentamientos
armados producida por grupos armados al margen de la ley, este país aún se sigue estando
expuesta a actos de violencia como homicidios, ataques directos, secuestros y reclutamientos
forzados. Muchas personas se ven la necesidad de huir y renunciar a sus pertenencias (Ojeda,
2016).

Las acciones que rememoran y enaltecen la memoria de las víctimas y concientizan a la


sociedad civil sobre los sucesos ocurridos por el conflicto armado en el país. Asimismo, estas
acciones hacen parte de las recopilaciones emprendidas por grupos y organizaciones de personas
víctimas de la violencia, líderes, activistas, organizaciones sociales defensoras de Derechos
Humanos, y comunidades indígenas y negras seleccionaron una multiplicidad valiosa de
información referente a lo sucedido, para que la opinión pública tenga memoria y recuerde los
hechos, que sucedieron en medio del conflicto (Ojeda, 2016).

En este campo de estudio, hay que considerar que las personas generan estrategias de
afrontamiento ante situaciones de amenaza, abordadas desde el campo de la salud mental y de la
psicopatología en relación con el estrés, las emociones y la solución de problemas. Las
estrategias de afrontamiento se definen como el conjunto de recursos y esfuerzos
comportamentales y cognitivos orientados a resolver la situación amenazante o adversa, a reducir
la respuesta emocional o a modificar la evaluación que se hace de dicha situación (Karam,
Urruego, Parra, y Castillo, 2019).

Según (Karam, Urruego, Parra, y Castillo, 2019), la violencia en Colombia ha sido


constante y parece interminable, en este periodo de posconflicto prevalecen los enfrentamientos
de los actores de conflicto, la violencia continua está entendida como una condición inherente a
las relaciones humanas, también se concibe como un problema de salud pública que afecta
significativamente la salud mental de las personas implicadas. Algunas de las cifras exponen que
hasta un 30% de las personas expuestas a violencia padecen síndrome de estrés postraumático y
depresión, incluso se ha reportado un 100% en poblaciones con una afectación muy significativa
(Cudris y Barrios, 2018).
37

Para la American Psychological Association (2016), este concepto de resiliencia es


definido como un proceso de adaptación a la adversidad trauma, tragedia o amenaza, entre otros
y desde allí “rebotar” en procura de superar los eventos experimentados.

En términos generales, el resiliente en algunos casos no percibe que la vida es dura y que
todo tiene su precio, todo lo contrario, entiende que los sucesos adversos, son situaciones
difíciles pero que se pueden superar, con actitud positiva y proactiva, asume que lo que está
atravesando en el momento y propende superarlo, vivir de la experiencia, aprender de ella y
obtener sus logros o propósitos de su proyecto de vida.

8.3. Violencia Política y Estructurada

Las acepciones “violencia”, “cultura política” y “democracia”, adquieren especial


connotación cuando se hace referencia a un país como Colombia, signado por la violencia desde
sus mismos inicios en la Conquista, de una cultura política caracterizada por las divisiones y los
odios y por una democracia que, si bien aún persiste, hoy se encuentra sumamente agobiada por
vicios de corrupción y de “mermeladas”, promovida y defendida de los más altos mandos del
país.

Para hacer una descripción de lo que ha sido la vida del país desde estas tres variables, se
estima necesario hablar de cada una de ellas por separado, aunque en más de un caso podría
presentarse la confluencia de hechos que, hermanados, influyeron en el desarrollo histórico del
país.

8.3.1. Violencia

Hoy se habla de distintos tipos de violencia y ello permite que, en una retrovisión
histórica, se pueda afirmar que la violencia ha sido el común denominador de Colombia en toda
su historia; hubo violencia en la Conquista, en la Colonia, en la Independencia y, hoy, en la
República.

La violencia en la conquista se justifica por el enfrentamiento de dos culturas que no se


conocían, una de las cuales buscaba sentar sus reales y establecer un sistema de dominio sobre la
otra. Es natural que, en estos casos, se den hechos violentos, que buscan hacer valer los derechos,
razones e intenciones de cada uno de los contendientes. Por ello se estima que la violencia de la
conquista fue más que todo una metodología inevitable para que se dieran los hechos, tal como
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los pretendían los españoles, en su afán de buscar salida a la dura crisis que atravesaba la corona
española como consecuencia de las guerras que enfrentaba. De ahí que la violencia en época de
la Conquista sea tenida como algo que, si bien es reprochable, no por ello deja de tener su
justificación en la actitud de lógica oposición de quienes se sentían invadidos, desplazados y
posteriormente sometidos y asaltados en sus valores, creencias, costumbres e incluso en sus
bienes y representaciones culturales.

Posteriormente surge una nueva modalidad de violencia; los criollos (hijos de españoles
con madres no españolas) tuvieron acceso a la educación y creyeron que, por su ascendencia
española, tenían derecho a hacer parte del gobierno. Las consecuencias no se hicieron esperar y
hubo fricciones entre los criollos y el virreinato instaurado por España, para tener un dominio
cercano de los frutos generosos de las tierras conquistadas.

El problema surge cuando, lograda la “independencia” el 20 de Junio de 1810, los


criollos se trenzaron en luchas intestinas, en lo que se dio en llamar “la Patria Boba”, ya que
mientras los criollos se enfrentaban por el poder, el rey de España reorganizaba sus fuerzas y
armaba un ejército al mando de Pablo Morillo, en lo que históricamente e reconoce como “la
reconquista española”, época señalada por el derramamiento de sangre criolla, en fusilamientos
expeditos, sin mayor formalidad jurídica y que cobró la vida de insignes criollos, por parte de
Pablo Morillo y sus sucesores en el mando.

Fue una época que debió llevar a la reflexión a los criollos, en el sentido que el enemigo
estaba fuera y no entre ellos mismos, como creían, lo que los llevó a descuidar la guarda y caer
en manos del enemigo común: el gobierno español. Fue ciertamente una patria boba; fue una
actitud irresponsable para con la patria por parte de quienes pretendiendo ser gobernantes,
descuidaron la seguridad de la patria, dando lugar a la reconquista, como se dijo antes, con gran
número de víctimas como precio cruento pagado por la gesta de independencia de cinco años
antes.

Siguió la reacción de los criollos (hoy colombianos) ante la invasión española, en lo que
se llamó la campaña libertadora, liderada por Simón Bolívar, Santander y otros ilustres patriotas.
Fue una época de batallas, de dolor, sufrimiento, prisiones y muchos otros hechos que enlutaron
la vida de los nativos del país. Muchos de ellos pagaron en el cadalso, por orden de Morillo y
posteriormente de Sámano, su afán de libertad, de independencia, afán sano y justo pero muy
39

mal cultivado por los criollos. Esta etapa termina con las batallas de Pantano de Vargas (Julio 25
de 1819) y Puente de Boyacá (7 de agosto de 1819), cuando definitivamente los españoles fueron
erradicados de lo que es hoy Colombia.

La posindependencia no difiere mucho de su formato. Nuevamente los criollos se


enfrentaron entre sí, esta vez por la escogencia de un modelo político para el país; algunos
querían un gobierno centralista (los seguidores de Bolívar) mientras otros pugnaban por un
modelo federalista. Las batallas entre los bandos no se hicieron esperar y las consecuencias
fueron casi las mismas: un país diezmado, dividido, no gobernado y anárquico, incapaz de
aprender sus propias lecciones.

Esta situación se prolongó hasta finales del Siglo IXX, con la denominada Guerra de los
Mil Días, cuyo principal fruto fue la pérdida de Panamá, un 3 de Noviembre de 1903, cuando el
país apenas se restañaba las heridas de la guerra intestina antes mencionada.

En lo sucesivo el país se ha visto envuelto en el mismo carrusel de violencia, ya no contra


los españoles, pero sí entre los mismos colombianos, por razón de colores y no de partidos: azul
y rojo. Porque quienes se decían liberales ni siquiera conocían los ideales del liberalismo y otro
tanto sucedía con quienes se decían “conservadores”. Lo que sí estaba claro era que los liberales
preferían y se identificaban con el color rojo y los conservadores lo hacían con el azul. Esta
diferencia de colores fue suficiente para que las masacres, despojos, asesinatos, violaciones se
convirtieran en el común denominador del diario acontecer en el país. Una época que avergüenza
a los colombianos de bien, cuando se tiene una idea aproximada del número de colombianos que,
por sólo decir que eran liberales o conservadores, eran masacrados, despojados de sus bienes y
sus fincas y residencias incendiadas, las mujeres violadas, los hombres fusilados o, simplemente,
asesinados en las calles de las ciudades, pueblos y veredas.

Producto de esa violencia, un grupo de campesinos se formó para defender sus bienes,
dando lugar a lo que despectiva y mediáticamente se conoció como “los chusmeros”, acepción
acuñada por los gobiernos de turnos para desprestigiar a quienes sólo hacían uso del natural
derecho de legítima defensa. Ciertas ideologías foráneas aprovecharon la coyuntura y
adoctrinaron a esos rebeldes, vendiéndoles la idea, no ya de una lucha de partidos, sino de una
lucha de clases, formato que se ajustaba a sus intenciones políticas, con la esperanza (que aún
subsiste) de hacerse con el mando del país.
40

De ahí surgieron las guerrillas, que tantas muertes, secuestros, destrucción, asaltos a la
población civil, reclutamiento de menores, violaciones y toda la gama criminal disponible
pusieron sobre los colombianos. Aún hoy esa modalidad de “liberación popular” pretende su
anhelo de apoderarse del país.

No termina ahí el desfile de violencias. En épocas recientes, el narcotráfico sentó sus


reales en Colombia y pretendió someter al Estado. También esta práctica puede ser señalada
como culpable de miles y miles de vidas perdidas por la violencia, muchas veces tan irracional
como la de quienes mataban por colores, con modalidades como los carrosbomba, que se hacían
estallar sin saber a quienes iba a afectar. Fue una lucha de un enemigo concreto contra unas
víctimas no identificadas previamente, ya que lo que se buscaba era sembrar el caos, el desorden
y romper la columna vertebral de un tratado de extradición que infundía terror en los criminales.

No se puede hablar de epílogo de la violencia, porque actualmente el país es víctima de


los criminales, ahora denominaos “bacrim” en sus grandes organizaciones y “pandillas” en sus
expresiones más populares y urbanas, que azotan a ciudades como Bogotá, Medellín, Cali,
Barranquilla, entre otras.

¿Qué decir entonces sobre violencia en Colombia? Ciertamente, los protagonistas han
sido muchos, pero la violencia ha sido siempre el tendido de rieles sobre los que se ha deslizado
bamboleante el tren de la vida nacional.

Aunque el eje rector de este trabajo lo constituye la resiliencia, desde la perspectiva


histórico política de Colombia, se considera necesario detenerse un poco en torno a la temática
de la violencia que ha sentado sus reales en el suelo patrio. Y es que, en parte, el problema
colombiano se pretende minimizar aduciendo que la violencia es actual, es reciente cuando, en
realidad, es una característica de la vida de los colombianos, desde los albores de su
independencia definitiva. Por ello es necesario detenerse y reflexionar, a partir de la historia del
país, sobre si la violencia es circunstancial o, simplemente, hace parte de la naturaleza del Estado
colombiano.

Las acepciones “violencia”, “cultura política” y “democracia”, adquieren especial


connotación cuando se hace referencia a un país como Colombia, signado por la violencia desde
sus mismos inicios en la Conquista, de una cultura política caracterizada por las divisiones y los
odios y por una democracia que, si bien aún persiste, hoy se encuentra sumamente agobiada por
41

vicios de corrupción y de “mermeladas”, promovida y defendida de los más altos mandos del
país.

Para hacer una descripción de lo que ha sido la vida del país desde estas tres variables, se
estima necesario hablar de cada una de ellas por separado, aunque en más de un caso podría
presentarse la confluencia de hechos que, hermanados, influyeron en el desarrollo histórico del
país.

Hoy se habla de distintos tipos de violencia y ello permite que, en una retrovisión
histórica, se pueda afirmar que la violencia ha sido el común denominador de Colombia en toda
su historia; hubo violencia en la Conquista, en la Colonia, en la Independencia y, hoy, en la
República.

La violencia en la conquista se justifica por el enfrentamiento de dos culturas que no se


conocían, una de las cuales buscaba sentar sus reales y establecer un sistema de dominio sobre la
otra. Es natural que, en estos casos, se den hechos violentos, que buscan hacer valer los derechos,
razones e intenciones de cada uno de los contendientes. Por ello se estima que la violencia de la
conquista fue más que todo una metodología inevitable para que se dieran los hechos, tal como
los pretendían los españoles, en su afán de buscar salida a la dura crisis que atravesaba la corona
española como consecuencia de las guerras que enfrentaba. De ahí que la violencia en época de
la Conquista sea tenida como algo que, si bien es reprochable, no por ello deja de tener su
justificación en la actitud de lógica oposición de quienes se sentían invadidos, desplazados y
posteriormente sometidos y asaltados en sus valores, creencias, costumbres e incluso en sus
bienes y representaciones culturales.

Posteriormente surge una nueva modalidad de violencia; los criollos (hijos de españoles
con madres no españolas) tuvieron acceso a la educación y creyeron que, por su ascendencia
española, tenían derecho a hacer parte del gobierno. Las consecuencias no se hicieron esperar y
hubo fricciones entre los criollos y el virreinato instaurado por España, para tener un dominio
cercano de los frutos generosos de las tierras conquistadas.

El problema surge cuando, lograda la “independencia” el 20 de Junio de 1810, los


criollos se trenzaron en luchas intestinas, en lo que se dio en llamar “la Patria Boba”, ya que
mientras los criollos se enfrentaban por el poder, el rey de España reorganizaba sus fuerzas y
armaba un ejército al mando de Pablo Morillo, en lo que históricamente e reconoce como “la
42

reconquista española”, época señalada por el derramamiento de sangre criolla, en fusilamientos


expeditos, sin mayor formalidad jurídica y que cobró la vida de insignes criollos, por parte de
Pablo Morillo y sus sucesores en el mando.

Fue una época que debió llevar a la reflexión a los criollos, en el sentido que el enemigo
estaba fuera y no entre ellos mismos, como creían, lo que los llevó a descuidar la guarda y caer
en manos del enemigo común: el gobierno español. Fue ciertamente una patria boba; fue una
actitud irresponsable para con la patria por parte de quienes pretendiendo ser gobernantes,
descuidaron la seguridad de la patria, dando lugar a la reconquista, como se dijo antes, con gran
número de víctimas como precio cruento pagado por la gesta de independencia de cinco años
antes.

Siguió la reacción de los criollos (hoy colombianos) ante la invasión española, en lo que
se llamó la campaña libertadora, liderada por Simón Bolívar, Santander y otros ilustres patriotas.
Fue una época de batallas, de dolor, sufrimiento, prisiones y muchos otros hechos que enlutaron
la vida de los nativos del país. Muchos de ellos pagaron en el cadalso, por orden de Morillo y
posteriormente de Sámano, su afán de libertad, de independencia, afán sano y justo pero muy
mal cultivado por los criollos. Esta etapa termina con las batallas de Pantano de Vargas (Julio 25
de 1819) y Puente de Boyacá (7 de agosto de 1819), cuando definitivamente los españoles fueron
erradicados de lo que es hoy Colombia.

La posindependencia no difiere mucho de su formato. Nuevamente los criollos se


enfrentaron entre sí, esta vez por la escogencia de un modelo político para el país; algunos
querían un gobierno centralista (los seguidores de Bolívar) mientras otros pugnaban por un
modelo federalista. Las batallas entre los bandos no se hicieron esperar y las consecuencias
fueron casi las mismas: un país diezmado, dividido, no gobernado y anárquico, incapaz de
aprender sus propias lecciones.

Esta situación se prolongó hasta finales del Siglo IXX, con la denominada Guerra de los
Mil Días, cuyo principal fruto fue la pérdida de Panamá, un 3 de Noviembre de 1903, cuando el
país apenas se restañaba las heridas de la guerra intestina antes mencionada.

En lo sucesivo el país se ha visto envuelto en el mismo carrusel de violencia, ya no contra


los españoles, pero sí entre los mismos colombianos, por razón de colores y no de partidos: azul
y rojo. Porque quienes se decían liberales ni siquiera conocían los ideales del liberalismo y otro
43

tanto sucedía con quienes se decían “conservadores”. Lo que sí estaba claro era que los liberales
preferían y se identificaban con el color rojo y los conservadores lo hacían con el azul. Esta
diferencia de colores fue suficiente para que las masacres, despojos, asesinatos, violaciones se
convirtieran en el común denominador del diario acontecer en el país. Una época que avergüenza
a los colombianos de bien, cuando se tiene una idea aproximada del número de colombianos que,
por sólo decir que eran liberales o conservadores, eran masacrados, despojados de sus bienes y
sus fincas y residencias incendiadas, las mujeres violadas, los hombres fusilados o, simplemente,
asesinados en las calles de las ciudades, pueblos y veredas.

Producto de esa violencia, un grupo de campesinos se formó para defender sus bienes,
dando lugar a lo que despectiva y mediáticamente se conoció como “los chusmeros”, acepción
acuñada por los gobiernos de turnos para desprestigiar a quienes sólo hacían uso del natural
derecho de legítima defensa. Ciertas ideologías foráneas aprovecharon la coyuntura y
adoctrinaron a esos rebeldes, vendiéndoles la idea, no ya de una lucha de partidos, sino de una
lucha de clases, formato que se ajustaba a sus intenciones políticas, con la esperanza (que aún
subsiste) de hacerse con el mando del país.

De ahí surgieron las guerrillas, que tantas muertes, secuestros, destrucción, asaltos a la
población civil, reclutamiento de menores, violaciones y toda la gama criminal disponible
pusieron sobre los colombianos. Aún hoy esa modalidad de “liberación popular” pretende su
anhelo de apoderarse del país.

No termina ahí el desfile de violencias. En épocas recientes, el narcotráfico sentó sus


reales en Colombia y pretendió someter al Estado. También esta práctica puede ser señalada
como culpable de miles y miles de vidas perdidas por la violencia, muchas veces tan irracional
como la de quienes mataban por colores, con modalidades como los carrosbomba, que se hacían
estallar sin saber a quienes iba a afectar. Fue una lucha de un enemigo concreto contra unas
víctimas no identificadas previamente, ya que lo que se buscaba era sembrar el caos, el desorden
y romper la columna vertebral de un tratado de extradición que infundía terror en los criminales.

No se puede hablar de epílogo de la violencia, porque actualmente el país es víctima de


los criminales, ahora denominaos “bacrim” en sus grandes organizaciones y “pandillas” en sus
expresiones más populares y urbanas, que azotan a ciudades como Bogotá, Medellín, Cali,
Barranquilla, entre otras.
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¿Qué decir entonces sobre violencia en Colombia? Ciertamente, los protagonistas han
sido muchos, pero la violencia ha sido siempre el tendido de rieles sobre los que se ha deslizado
bamboleante el tren de la vida nacional.

8.3.2. Cultura Política

Desde la “patria boba” se generó un modelo de cultura política en el país: el


enfrentamiento soez, incivilizado, grotesco, entre los contendientes ideológicos de la política
colombiana. Esa tendencia pasó por el filtro de la gesta libertadora, en donde ya no se trataba de
una división entre criollos, sino una división entre seguidores de Bolívar y seguidores de
Santander, ya que estos dos líderes tenían ideas muy diferentes sobre cuál debería ser el futuro de
la patria. Mientras Bolívar propugnaba por un gobierno unitario (de ahí nació la idea de la Gran
Colombia), basado en la fuerza y la disciplina militar, Santander fue siempre seguidor de la ley,
del orden jurídico. No en vano se le conoce como “el hombre de las leyes” y no injustamente un
historiador dice que “… si Bolívar fue el fundador de la patria, Santander fue el fundador de la
república”.

Después de la independencia, se dieron las divisiones políticas y militares al interior del


ejército libertador. Se vino el desagradable incidente del coronel Infante, cuando por celos
asesinó al teniente Perdomo, por ser éste el preferido de Marcela, hija de “la viuda de Espejo”,
una mesonera que vendía comidas y bebidas y cuyo sitio era frecuentado por los miembros de las
fuerzas militares. El asesinato del teniente Perdomo dio lugar al fusilamiento del coronel Infante,
hecho que marcó en sus comienzos la vida de una nación que apenas empezaba a vivir como
territorio libre.

El problema no se circunscribía a los celos. Tal vez fue este el “florero de Llorente”,
porque al interior del ejército libertador existía un enfrentamiento entre venezolanos y
granadinos, por razones de celos, mandos, jerarquías, etc., que cada uno quería defender son sus
méritos de guerra. Y curiosamente fue el mismo Bolívar quien incentivó este odio, cuando
expresó que “… los militares venezolanos tienen sus rangos por méritos; los granadinos los
tienen porque es necesario mantener un equilibrio..”. Ese desafortunado comentario fue
complementado con otra expresión del mismo Bolívar cuando dijo que “… lo de Ricaurte en San
Mateo lo inventé yo, para darle moral a la tropa”, desconociendo así unos méritos que Antonio
45

Ricaurte tenía en grado póstumo, por el célebre combate en la hacienda San Mateo, contra las
tropas españolas dirigidas por José Tomás Boves.

Fatídica lección. La cultura política se generó en torno al desconocimiento de los méritos


del contrincante, en torno a la calumnia y a los comentarios malsanos. Son legendarias las
escenas que se dieron al interior del congreso del país, incluido el juicio contra Antonio Nariño,
patriota que perdiera toda su fortuna por la lucha por la libertad, lo que lo llevó a prisión en
distintas ocasiones. Fue este otro episodio vergonzoso, cuando Nariño fue acusado de apropiarse
de dineros oficiales. Puso su fortuna al servicio de la patria y posteriormente se le acusó de
malversación de fondos o lo que hoy se conocería como “peculado por apropiación”. Y fue el
mismo Nariño quien, en su célebre discurso, predijera lo que sería en gran parte el futuro del
país, al decir que “… desde el instante mismo en que triunfa el hombre corrompido, adulador y
cobarde, el reino de Tiberio empieza y el imperio de la ley se acaba”. Así ha sido a lo largo de la
historia de este país, cuya cultura política se basa en el egoísmo, en la búsqueda del beneficio
propio, utilizando para ello todas las armas disponibles, incluido el mal uso de las potestades que
conlleva la investidura de congresista.

Obviamente no se puede desconocer que en medio de todo aplica la cultura democrática,


al menos en su forma. Y ello se debe a que, a diferencia de los criollos de la independencia, la
clase gobernante del país disputa, discute, pelea, pero tiene bien claro quién es el enemigo común
y sabe cómo unirse cuando los intereses de la clase dominante se hallan en peligro. Basta para
ello señalar casos como el Frente Nacional, donde azules y rojos se unieron para turnarse en el
poder, cerrando las posibilidades a cualquier otra propuesta partidista. Y en ese orden de
acontecimientos, tocaría citar las muertes de algunos líderes de oposición, que no supieron
dimensionar la capacidad de unión que tiene la clase política cuando sobre sus intereses y poder
se ciernen nubes amenazantes.

Hay una “cultura partidista” que se entiende a partir de las mayorías, es decir, de los
partidos mayoritarios que sientan las reglas de juego en el Congreso, con reformas políticas que
aplican muy bien a los intereses de esos partidos mayoritarios. La cultura política en Colombia
aplica sólo para la clase gobernante, porque en lo que se relaciona con los estratos
socioeconómicos bajos, la gente ha dejado de creer en los partidos, en las ideas y, si participa en
46

los comicios electorales, lo hace en gran porcentaje por intereses personales, que son promovidos
por los candidatos de turno.

Aquí en Colombia se habla de “unidad nacional” porque supuestamente los congresistas


son la representación del sentir popular; es una promoción inocua, pero que conviene a la clase
gobernante. La “unidad nacional” es simplemente la unión de los partidos mayoritarios para, con
el ejecutivo, manejar al país como convenga a sus intereses. La realidad que se vive hoy es una
clara demostración de ello.

En Colombia ya no hay partidos de convicción; el ciudadano ya se avergüenza de decir


que es liberal, conservador, o militante de cualquier otro partido, porque todos los partidos están
desprestigiados y los líderes se encargan de mostrar cada uno los lados flacos de sus
contendientes, en una lucha por la supervivencia política. Si se mantiene el esquema de los tres
poderes (que hoy al parecer son uno solo) es porque, en el fondo, los colombianos aman el girón
de libertad que aún conservan y no quieren verse sumidos en situaciones como las que han
vivido o están viviendo algunos países vecinos.

La democracia es el ideal presente de los colombianos. Es decir, creen que viven en una
democracia y quieren mantener ese esquema, porque aman la libertad, la propiedad privada, la
libertad de expresión, de pensamiento, de movimientos, de actividad económica y otras
prebendas que no se dan en otros modelos político-económicos.

Se mantiene ese esquema porque al ciudadano se le da la oportunidad de expresarse, así


su opinión no sea tenida en cuenta (como está sucediendo actualmente).

Colombia es un modelo de democracia participativa, al menos en el papel. Porque las


reglas de juego las impone la clase política desde el Congreso, como se evidenció cuando un
miembro del congreso expresó, ante la posibilidad de una revocatoria del ese organismo por voto
popular, que “… de todos modos, para que esa revocatoria sea legítima, debe ser aprobada
primero por el congreso… es decir, debe pasar primero por nuestras manos”, en lo que se
demostró que las leyes y también las normas constitucionales en este país se aplican desde el
prisma de conveniencia de la clase política.

Colombia es un ejemplo a nivel de Latinoamérica de estabilidad política, pero no de


democracia, así se mantengan los postulados generales de ese modelo de gobierno. En la
47

actualidad, el congreso cambia las leyes según conveniencias del momento (por ejemplo, bajó
“por una sola vez” el umbral del plebiscito, burlando así el mandato constitucional); el presidente
de la república, por su parte, promete públicamente que “será el pueblo quien decida” y,
veinticuatro horas antes de escribir estas líneas, cambió el discurso diciendo que “soy el
presidente y tengo facultad para refrendar a mi manera”, en lo que se observa una abierta
oposición a lo expresado con anterioridad.

Desde este ángulo de realidades se pone de presente que la democracia en Colombia es


una realidad en cuanto a la mayoría de los derechos constitucionales pero es un mito cuando las
necesidades de la clase política consideran que su contenido no se ajusta a sus intereses.

Colombia ha vivido épocas de dictaduras; algunas declaradas abiertamente, como la de


Gustavo Rojas Pinilla y otras que se mimetizan en la supuesta legitimidad en el ejercicio del
mando, como cuando un gobernante liberal prohibía dar trabajo a los conservadores en las
instituciones estatales y viceversa, cunando quien detentaba el mando era un conservador; el
Frente Nacional fue un período de transición nada democrático, porque los ciudadanos debían
votar por quien les dijeran los directivos de su partido (liberal o conservador) sin mayores
consideraciones personales. Además, la democracia ha sido contaminada por la corrupción,
fenómeno que, hoy, es más evidente que nunca en todas las manifestaciones de los partidos
políticos de gobierno y en el mismo seno de los altos ejecutivos nacionales.

Se tiene entonces que, desde la “patria boba”, se generó un modelo de cultura política en
el país: el enfrentamiento soez, incivilizado, grotesco, entre los contendientes ideológicos de la
política colombiana. Esa tendencia pasó por el filtro de la gesta libertadora, en donde ya no se
trataba de una división entre criollos, sino una división entre seguidores de Bolívar y seguidores
de Santander, ya que estos dos líderes tenían ideas muy diferentes sobre cuál debería ser el futuro
de la patria. Mientras Bolívar propugnaba por un gobierno unitario (de ahí nació la idea de la
Gran Colombia), basado en la fuerza y la disciplina militar, Santander fue siempre seguidor de la
ley, del orden jurídico. No en vano se le conoce como “el hombre de las leyes” y no injustamente
un historiador dice que “… si Bolívar fue el fundador de la patria, Santander fue el fundador de
la república”.

Después de la independencia, se dieron las divisiones políticas y militares al interior del


ejército libertador. Se vino el desagradable incidente del coronel Infante, cuando por celos
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asesinó al teniente Perdomo, por ser éste el preferido de Marcela, hija de “la viuda de Espejo”,
una mesonera que vendía comidas y bebidas y cuyo sitio era frecuentado por los miembros de las
fuerzas militares. El asesinato del teniente Perdomo dio lugar al fusilamiento del coronel Infante,
hecho que marcó en sus comienzos la vida de una nación que apenas empezaba a vivir como
territorio libre.

El problema no se circunscribía a los celos. Tal vez fue este el “florero de Llorente”,
porque al interior del ejército libertador existía un enfrentamiento entre venezolanos y
granadinos, por razones de celos, mandos, jerarquías, etc., que cada uno quería defender son sus
méritos de guerra. Y curiosamente fue el mismo Bolívar quien incentivó este odio, cuando
expresó que “… los militares venezolanos tienen sus rangos por méritos; los granadinos los
tienen porque es necesario mantener un equilibrio..”. Ese desafortunado comentario fue
complementado con otra expresión del mismo Bolívar cuando dijo que “… lo de Ricaurte en San
Mateo lo inventé yo, para darle moral a la tropa”, desconociendo así unos méritos que Antonio
Ricaurte tenía en grado póstumo, por el célebre combate en la hacienda San Mateo, contra las
tropas españolas dirigidas por José Tomás Boves.

Fatídica lección. La cultura política se generó en torno al desconocimiento de los méritos


del contrincante, en torno a la calumnia y a los comentarios malsanos. Son legendarias las
escenas que se dieron al interior del congreso del país, incluido el juicio contra Antonio Nariño,
patriota que perdiera toda su fortuna por la lucha por la libertad, lo que lo llevó a prisión en
distintas ocasiones. Fue este otro episodio vergonzoso, cuando Nariño fue acusado de apropiarse
de dineros oficiales. Puso su fortuna al servicio de la patria y posteriormente se le acusó de
malversación de fondos o lo que hoy se conocería como “peculado por apropiación”. Y fue el
mismo Nariño quien, en su célebre discurso, predijera lo que sería en gran parte el futuro del
país, al decir que “… desde el instante mismo en que triunfa el hombre corrompido, adulador y
cobarde, el reino de Tiberio empieza y el imperio de la ley se acaba”. Así ha sido a lo largo de la
historia de este país, cuya cultura política se basa en el egoísmo, en la búsqueda del beneficio
propio, utilizando para ello todas las armas disponibles, incluido el mal uso de las potestades que
conlleva la investidura de congresista.

Obviamente no se puede desconocer que en medio de todo aplica la cultura democrática,


al menos en su forma. Y ello se debe a que, a diferencia de los criollos de la independencia, la
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clase gobernante del país disputa, discute, pelea, pero tiene bien claro quién es el enemigo común
y sabe cómo unirse cuando los intereses de la clase dominante se hallan en peligro. Basta para
ello señalar casos como el Frente Nacional, donde azules y rojos se unieron para turnarse en el
poder, cerrando las posibilidades a cualquier otra propuesta partidista. Y en ese orden de
acontecimientos, tocaría citar las muertes de algunos líderes de oposición, que no supieron
dimensionar la capacidad de unión que tiene la clase política cuando sobre sus intereses y poder
se ciernen nubes amenazantes.

Hay una “cultura partidista” que se entiende a partir de las mayorías, es decir, de los
partidos mayoritarios que sientan las reglas de juego en el Congreso, con reformas políticas que
aplican muy bien a los intereses de esos partidos mayoritarios. La cultura política en Colombia
aplica sólo para la clase gobernante, porque en lo que se relaciona con los estratos
socioeconómicos bajos, la gente ha dejado de creer en los partidos, en las ideas y, si participa en
los comicios electorales, lo hace en gran porcentaje por intereses personales, que son promovidos
por los candidatos de turno.

Aquí en Colombia se habla de “unidad nacional” porque supuestamente los congresistas


son la representación del sentir popular; es una promoción inocua, pero que conviene a la clase
gobernante. La “unidad nacional” es simplemente la unión de los partidos mayoritarios para, con
el ejecutivo, manejar al país como convenga a sus intereses. La realidad que se vive hoy es una
clara demostración de ello.

En Colombia ya no hay partidos de convicción; el ciudadano ya se avergüenza de decir


que es liberal, conservador, o militante de cualquier otro partido, porque todos los partidos están
desprestigiados y los líderes se encargan de mostrar cada uno los lados flacos de sus
contendientes, en una lucha por la supervivencia política. Si se mantiene el esquema de los tres
poderes (que hoy al parecer son uno solo) es porque, en el fondo, los colombianos aman el girón
de libertad que aún conservan y no quieren verse sumidos en situaciones como las que han
vivido o están viviendo algunos países vecinos.

La democracia es el ideal presente de los colombianos. Es decir, creen que viven en una
democracia y quieren mantener ese esquema, porque aman la libertad, la propiedad privada, la
libertad de expresión, de pensamiento, de movimientos, de actividad económica y otras
prebendas que no se dan en otros modelos político-económicos.
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Se mantiene ese esquema porque al ciudadano se le da la oportunidad de expresarse, así


su opinión no sea tenida en cuenta (como está sucediendo actualmente).

Colombia es un modelo de democracia participativa, al menos en el papel. Porque las


reglas de juego las impone la clase política desde el Congreso, como se evidenció cuando un
miembro del congreso expresó, ante la posibilidad de una revocatoria del ese organismo por voto
popular, que “… de todos modos, para que esa revocatoria sea legítima, debe ser aprobada
primero por el congreso… es decir, debe pasar primero por nuestras manos”, en lo que se
demostró que las leyes y también las normas constitucionales en este país se aplican desde el
prisma de conveniencia de la clase política.

Colombia es un ejemplo a nivel de Latinoamérica de estabilidad política, pero no de


democracia, así se mantengan los postulados generales de ese modelo de gobierno. En la
actualidad, el congreso cambia las leyes según conveniencias del momento (por ejemplo, bajó
“por una sola vez” el umbral del plebiscito, burlando así el mandato constitucional); el presidente
de la república, por su parte, promete públicamente que “será el pueblo quien decida” y,
veinticuatro horas antes de escribir estas líneas, cambió el discurso diciendo que “soy el
presidente y tengo facultad para refrendar a mi manera”, en lo que se observa una abierta
oposición a lo expresado con anterioridad.

Desde este ángulo de realidades se pone de presente que la democracia en Colombia es


una realidad en cuanto a la mayoría de los derechos constitucionales pero es un mito cuando las
necesidades de la clase política consideran que su contenido no se ajusta a sus intereses.

Colombia ha vivido épocas de dictaduras; algunas declaradas abiertamente, como la de


Gustavo Rojas Pinilla y otras que se mimetizan en la supuesta legitimidad en el ejercicio del
mando, como cuando un gobernante liberal prohibía dar trabajo a los conservadores en las
instituciones estatales y viceversa, cunando quien detentaba el mando era un conservador; el
Frente Nacional fue un período de transición nada democrático, porque los ciudadanos debían
votar por quien les dijeran los directivos de su partido (liberal o conservador) sin mayores
consideraciones personales. Además, la democracia ha sido contaminada por la corrupción,
fenómeno que, hoy, es más evidente que nunca en todas las manifestaciones de los partidos
políticos de gobierno y en el mismo seno de los altos ejecutivos nacionales.
51

La violencia política es hoy aquella que surge de los grupos organizados ya sea que estén
o no en el poder. El estilo tradicional del ejercicio político, la indiferencia del ciudadano común
ante los acontecimientos del país, la no participación en las decisiones, así como la existencia de
las llamadas coimas como: manejo de algunas instituciones y las prácticas de nepotismo
institucional. También está la violencia producida por la respuesta de los grupos alzados en
armas.

Se puede definir la violencia política como un medio común usado por los pueblos y
gobiernos de todo el mundo para lograr objetivos "políticos", esto es, relacionados con los
poderes; legislativo, ejecutivo y judicial de un Estado.

La violencia política en Colombia se engendra y tiene inicios políticos bipartidistas que


ha provocado de generación en generación, hasta nuestros días, la intolerancia política, la
fragmentación de nuestra sociedad: esa violencia política surgió desde la época de nuestros
próceres independentista, la polarización ideología de cómo se podía llevar la administración de
nuestro territorio, federalistas y centralista y posteriormente conservadores y liberales se
ensañaron en un conflicto interminable hasta nuestros días.

Para entender el problema de la violencia política es necesario conceptuar a la política,


como la organización y aplicación sistemática de determinadas relaciones de poder, como la
articulación de un conjunto de medios para la consecución y la preservación de éste. La política
organiza el poder, le otorga forma estatal y viabiliza un proyecto socio-económico de clase. En
este marco, la violencia es parte activa de la estructura social, no es sólo un instrumento o medio
de lucha, sino sobre todo un modo de conflicto. El conflicto de hoy no es nuevo; es simplemente
una nueva etapa violenta en la vida de los colombianos. Basta recordar que, en época de la
independencia, los “héroes” y “paladines” de la libertad asumían una doble personalidad,
escondiendo a los ojos del pueblo las divisiones internas, que al parecer son un mal endémico en
quienes dicen defender la libertad de los colombianos.

En Efecto, el Siglo XX comenzó de muy mala manera cuando, en 1903, Panamá se


separó de Colombia, perdiéndose así un punto estratégico para el país; quizá fue precisamente la
ubicación de Panamá lo que llevó a que algunos alimentaran el afán de independencia de los
istmeños, entre ellos el gobierno de entonces de los Estados Unidos. Todo esto, cuando el país
52

apenas comenzaba a restañar las heridas de la denominada “Guerra de los mil días” (Ocampo ,
2000).

Pero al margen de ese evento, es evidente que los colombianos no fueron capaces de
manejar una situación que por segunda vez tenían en sus manos: la independencia nacional; tal
es lo que se desprende del manejo que posterior a 1810 y a 1819 se dio a la política y a la
administración nacional, en medio de enfrentamientos que evidenciaban el afán de poder de
muchos líderes de la gesta libertadora (Mejía P. y La Rosa, 2014). Esto, sin hacer alusión directa
al enfrentamiento que se diera al interior de las fuerzas libertadoras, entre las corrientes
bolivaristas y las corrientes santanderistas, que en criterio de muchos entendidos dio origen a los
que posteriormente se conocieran como Conservatismo y Liberalismo, respectivamente.

Ciertamente, un recorrido por la historia de Colombia, por desprevenido que sea, no deja
de reclamar la atención sobre la conducta asumida por los líderes postindependencia del país; fue
esa división la que dio al traste con la idea de La Gran Colombia y que más tarde llevó a
enfrentamientos cruentos entre granadinos, cuando se disputaban la supremacía entre centralistas
y federalistas, hecho este que cobró como consecuencia la vida de grandes patriotas, entre los
que es obligatorio mencionar a José María Córdoba, el cual pasó de héroe a villano cuando
expuso sus concepciones sobre la forma en que se debía dividir y gobernar políticamente a
Colombia. También José Antonio Nariño fue víctima de esa disputa despiadada, hasta el punto
de enjuiciarlo en el Congreso por presunta apropiación de dineros del Estado, cuando era
evidente que, por el contrario, Nariño había perdido su fortuna por sus ideas nacionalistas. Pro
los afanes políticos contra Nariño eran tan grandes, que sus enemigos no dudaron en acusarlo
ante el Congreso de haber dilapidado fondos de la Nación, sin más pruebas que los
señalamientos arbitrarios que se daban en su contra y que fueron, quizá, los que lo llevaron a
que, en su discurso de defensa ante el Congreso, trajera a colación la frase “… desde el instante
mismo en que triunfa el hombre corrupto, pervertido y cobarde, el reino de Tiberio empieza y el
imperio de la ley se acaba”… (García, 1964).

Según lo dicho anteriormente, implica la explicación expedita y lógica fundamental si se


obtiene el poder bajo cualquier tipo de formas persistirá la supremacía por excelencia, para controlar,
53

por la fuerza el resto de los poderes en el plano ideológico, económico y obviamente el poder político y con
este poder se consigue todo.

El principal organizador y concentrador de la violencia estructural es el Estado, de


manera que cualquier intento por legitimar y justificar la violencia ejercida por la clase en el
poder, pasa por legitimar el Estado. El objetivo básico que se persigue es despolitizar,
desideologizar y neutralizar el Estado, presentarlo como el sintetizador del "bien común" y
garante de la "ley y el orden". Para ello es imperativo la imposición de una visión histórica de la
naturaleza humana, la sociedad y elaborando, simultáneamente, conceptos abstractos de nación,
interés nacional, estabilidad y paz social. Calderón (2009)

En concreto, la importancia fundamental es pensar en el mantenimiento y el


sostenimiento del poder en el cuidado y la conservación del poder político, de las propias
estructuras del estado que permitan mantener el orden y el control absoluto de él, conservar y
aumentar el poder político, y el patrón para juzgarla, es su éxito en la consecución de ese propio
beneficio.

Es así como la dimensión ideológica de la violencia históricamente el estado o las clases


dominantes ha configurado un sin número de valores conceptos, normas, estrategias para educar
por diferentes medios de comunicación masiva tendientes a justificar el poder y autentificar el
uso de la violencia, esto siempre ha sido una constante desafortunadamente pasa en nuestro país
y en casi toda Latinoamérica.

El ocultamiento de la violencia estructural requiere imponer la idea de la libertad del


individuo, de la igualdad de oportunidades, de los beneficios de un mercado abierto a la libre
competencia. El esquema de valores imperantes reproduce sistemáticamente la idea de que los
pobres, los marginados, son tales sólo debido a la mala suerte de haber nacido pobres o a su
propia impericia, a su falta de creatividad y esfuerzos personales. Entonces la injusticia no es tal,
pues las naturales diferencias sociales no son más que el resultado de las leyes de
funcionamiento del mercado, leyes, que según se argumenta, no responden a los intereses de
nadie en particular. Obviamente entonces, al negarse la injusticia social, se está negando también
la violencia estructural. Calderón (2009).

Así como, en nuestro país este tipo de violencia estructural es muy evidente y es una
constante, situaciones en las que se día a día se producen daños a la falencia o escasa satisfacción
54

de las necesidades humanas básicas como la supervivencia, la libertad, el bienestar o la


identidad, en las que generalmente hay un grupo privilegiado y otro vulnerado, normalmente se
caracteriza en términos de clase, raza o género. La discriminación social, las desigualdades, falta
de oportunidades, en fin. Visibilizar esta violencia estructural, es crucial para comprender
fenómenos de violencia directa que se dan cuando el grupo privilegiado busca reforzar su
posición, o cuando el grupo vulnerado busca resolver.

A continuación, se trascribe una explicación detallada sobre la violencia y sobre todo


enfatizando sobre las teorías de la violencia de Johan Galtung el cual es un gran referente sobre
el tema:

Se identifica como un acto violento cuando se ejerce presión psíquica o abuso de la fuerza
contra una persona, con el propósito de obtener los propios fines y en el cual se está en contra la
voluntad de la víctima (González, 2008).

Según la OMS (2002) se define violencia como: el uso intencional de la fuerza o el poder físico,
de hecho, o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause
o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del
desarrollo o privaciones. Esta definición vincula la intención con la comisión del acto mismo,
independientemente de las consecuencias que se producen (González, 2008).

Tal cual lo podemos apreciar en las manifestaciones o protestas que surgen constantemente a
causa de las inconsistencias del estado en el cumplimiento de sus obligaciones institucionales, el
gobierno responde con violencia y se dice que es un acto aplaudible responder con violencia.asi
sucedió recientemente con el llamado estallido social en nuestra región.

En términos sistémicos se realiza el análisis de violencia como un tipo de relación que existe
entre los implicados en una interacción de características violentas. Así, Perrone y Nannini
(1995; citados por Ochoa 2002) establecen la siguiente distinción:

 - En una relación simétrica o igualitaria puede existir dos partes rivales que se encuentran
en una escalada de violencia. Ambos asumen que tienen el mismo estatus y luchan por
establecer la igualdad, reivindicar su fuerza y poder. Existe aquí una agresión mutua,
recíproca y pública en la cual los actores son conscientes de la misma.
55

 En una relación complementaria, las dos partes no tienen el mismo estatus. Una de las
partes asume un rol de poder, dirección o guía frente a la otra. Así, explícita o
implícitamente, cada uno toma posición desde la cual se va a permitir o no una relación
igualitaria

Diversas manifestaciones de la violencia.

Según Browne y Herbert (1997; citado por Álvarez, 2012) en la violencia se encuentran las
siguientes categorías.

Física. Infligir o amenazar con daño o lesiones. Coerción forzada y limitar movimientos físicos.
Sexual. Contacto sexual sin consentimiento. Obligar a ver imágenes, actividades sexuales y
amenazar con contactos sexuales.

Psicológico. Infligir angustia a través del control y limitación de acceso a amigos, escuela o
trabajo, entre otros.

Emocional. Realizar de forma habitual críticas, humillaciones, denigración, insultos, silenciar,


dañar la autoimagen.

Material (económico). Explotación financiera o ilegal y control de fondos y otros recursos


necesarios para la supervivencia económica y personal.

Las anteriores son las manifestaciones activas de la violencia, y la negligencia se entiende como
una manifestación de violencia pasiva, definiéndose ésta como los actos de omisión y/o
descuido.

8.4. Triangulo de la violencia de Johan Galtung


El triángulo de la violencia es un concepto introducido por Johan Galtung para
representar la dinámica de la generación de la violencia en conflictos sociales. Según Galtung, la
violencia es como un iceberg, de modo que la violencia visible es sólo una pequeña parte del
conflicto. Disminuir o suprimirla supone actuar ante todos los tipos de violencia, que serían tres:

 La violencia directa, la cual es la más visible y se concreta con comportamientos y


responde a actos de violencia.
56

 La violencia estructural, que se centra en el conjunto de estructuras que no permiten


la satisfacción de las necesidades y se manifiesta, precisamente, en la negación de las
necesidades.
 La violencia cultural, la cual crea un marco legitimador de la violencia y se concreta
en actitudes.

Fuente: Galtung, Johan (1969). “Violencia, paz e investigación para la paz”

A menudo, las causas de la violencia directa están relacionadas con situaciones de


violencia estructural o justificadas por la violencia cultural: muchas situaciones son consecuencia
de un abuso de poder que recae sobre un grupo oprimido, o de una situación de desigualdad
social (económica, sanitaria, racial, etc,) y reciben el espaldarazo de discursos que justifican
estas violencias.

En tal sentido podemos clasificar la violencia de la siguiente forma:

8.5.1. Violencia cultural

Esta forma de la violencia hace referencia a aspectos de la cultura que la legitiman a través
del arte, la religión, la filosofía, el derecho, etc.

De los tres tipos de violencia (directa, estructural y cultural) la directa es clara y visible, por lo
que resulta relativamente sencillo detectarla y combatirla. En cambio, la violencia cultural y la
violencia estructural, son menos visibles, pues en ellas intervienen más factores, detectar su
origen, prevención y remedio es más complicado.
57

Hacia los años 90 surge, de la mano del mismo Galtung, una nueva aproximación a la violencia
al crearse el concepto de violencia cultural, que la define como una violencia, simbólica, que “se
expresa desde infinidad de medios (simbolismos, religión, ideología, lenguaje, arte, ciencia,
leyes, medios de comunicación, educación, etc.), y que cumple la función de legitimar la
violencia directa y estructural, así como de inhibir o reprimir la respuesta de quienes la sufren, y
ofrece justificaciones para que los seres humanos, a diferencia del resto de especies, se destruyan
mutuamente y sean recompensados incluso por hacerlo”. Así, por ejemplo, se puede aceptar la
violencia revolucionaria de grupos extremistas o en defensa de las ideologías totalitarias.

En el panorama sobre el tema de la violencia, la violencia estructural aportó una nueva visión,
más dinámica, más procesual, más amplia, de la violencia de la que había hasta entonces. Pero
aún quedaban incertidumbres por resolver: ¿por qué optaban las personas por el uso de la
violencia aun cuando sus posibilidades de lograr una victoria que les beneficiase eran muy
escasas, teniendo en cuenta que el poder siempre puede hacer uso de una violencia mayor, más
planificada e incluso legalizada? ¿Por qué no se usan, habitualmente, fórmulas diferentes a la
violencia? Las respuestas a estas preguntas vinieron del entorno cultural en el que todo ser
humano se desarrolla y se educa.2 Estamos educados en una cultura de violencia, donde no se nos
enseña, ni se nos permite, ver alternativas a la violencia.

Porque en las escuelas y los demás medios de transmisión y reproducción de la cultura nos han
enseñado la historia como una sucesión de guerras; estamos acostumbrados a que los conflictos
se reprimen por la incuestionable autoridad paterna, o por la autoridad del macho sobre la
hembra, o por las leyes nacionales o internacionales, o por la justificación de hechos terroristas,
barricadas, saqueos e incendios; los medios de comunicación de masas nos venden como la única
vía de solución de los conflictos internacionales el uso de los ejércitos, etc. Es decir, vivimos
inmersos en una violencia constante, la cual se manifiesta a diario, en todos los ámbitos y a todos
los niveles.

La violencia cultural se utiliza para lograr la aprobación de posturas fanáticas en lo ideológico,


en lo económico, en las relaciones de género, en las relaciones con la naturaleza, etc. Se basa en
un amplísimo entramado de valores que asumimos continuamente desde pequeños y que luego se
refuerzan con las normas legales de la sociedad para inculcarnos una cultura opresiva porque es
acrítica y delegadora y porque nos prepara para la colaboración pasiva y/o activa con estructuras
58

injustas e insolidarias. Por tanto, el problema es que luchar contra este tipo de violencia es muy
complicado, puesto que nuestra sociedad cultural nos acerca a la idea profunda de la visión
negativa de los conflictos, de nuestra visión simple, miedosa e impuesta de la paz, con lo que
encontrar alternativas a la manera de vivir y de actuar queda reducido y poco.

Este concepto, no por ello este tipo de violencia, es relativamente nuevo. Por eso, con el paso del
tiempo se han reconocido las grandísimas implicaciones que tiene la violencia cultural, incluso
para resituarlo al lado, en igualdad de condiciones, con los otros tipos de violencia (directa y
estructural).

Como ejemplos de violencia cultural encontramos: el de ideologías que justifican la violencia


para alcanzar objetivos políticos mediante guerra de guerrillas o de atentados terroristas, así
como la legitimidad otorgada al Estado para ejercer la violencia.

8.4.2 Violencia directa

La violencia directa, física y verbal son visibles en forma de conductas, responde a actos de
violencia y se concreta en comportamientos. Es la que realiza un emisor o actor intencionado (en
concreto, una persona), y quien la sufre es un ser vivo dañado o herido física o mentalmente.

Entendiendo la violencia como la aplicación de métodos fuera de lo natural, se hace referencia a


un abuso de autoridad cuando alguien cree tener poder sobre otro, acto que sucede generalmente
en las relaciones asimétricas. Si bien lo más visible de la violencia directa es la violencia física,
manifestada a través de golpes que suelen dejar marcas en el cuerpo (hematomas y
traumatismos), no por ello es la única que se practica, puesto que toda acción destructiva contra
la naturaleza también debe de entenderse como violencia directa.

La acción humana no surge de la nada, tiene sus raíces; dos de ellas son indicativas para entender
el punto en el que nos encontramos, donde la violencia forma parte de nuestra cotidianidad. La
primera es la cultura de violencia (heroica, revolucionaria, patriarcal, etc.), y la segunda se
refiere a la estructura violenta en sí misma, por ser demasiado represiva, explotadora o alienante,
demasiado estricta o permisiva para la comodidad del pueblo.

La violencia directa tiene como principal característica diferenciadora que es una violencia
visible en lo que se refiere a muchos de sus efectos; básicamente los efectos materiales. Sin
embargo, también es cierto que algunos efectos aparecen más o menos invisibles (odios, traumas
59

psicológicos, sufrimientos, relaciones internacionales injustas, adicción a una cultura violenta,


concepciones culturales como la de «enemigo», la lucha de clases, etc.) y, aunque son igual de
graves, no se suelen considerar tan importancia como los efectos materiales.

De violencia directa podemos diferenciar tres tipos, dependiendo contra quien atente:

 Toda aquella acción agresiva o destructiva contra la naturaleza (daños contra la


biodiversidad, contaminación de espacios naturales, etc.).
 Contra las personas (violaciones, asesinatos, robos, violencia de género, violencia en
la familia, violencia verbal y/o psicológica, etc.),
 Contra la colectividad (daños materiales contra edificios, infraestructuras, guerras,
terrorismo, etc.).

Aunque sería muy común pensar que la violencia directa es la peor de todas las violencias,
puesto que es la más conocida, no es cierto ya que esta es visible, por tanto, más fácil de
identificar y de actuar contra ella. También, este tipo de violencia es la manifestación de algo, y
no el origen. Es precisamente en los orígenes donde se deben buscar las causas y atacar para
derrocarlas. La violencia directa no mata tantas personas como las otras dos (cultural y
estructural).

Según Galtung, la violencia directa es un concepto muy relacionado con dos concepciones
erróneas: la identificación de la violencia con la ausencia de paz (donde no hay paz, hay
violencia) y con la concepción del conflicto humano, social o natural como algo totalmente
negativo. Por tanto, como respuesta a estas ideas y manera de entender la violencia se han
desarrollado una serie de mecanismos represivos y punitivos para regular legalmente las
situaciones de violencia que se dan a diario, en la vida, en las relaciones sociales y/o
internacionales. De este modo han surgido legislaciones, leyes, ejércitos, policía, cárceles, etc.
para hacer cumplir la legalidad estrictamente.

Esto nos vuelve a acercar a la idea anteriormente comentada de que todo sistema asume como
obvio, instaurado e inevitable la existencia cotidiana de los conflictos. Galtung en plantea que así
no se avanza en la forma de encarar los conflictos, ya que la represión sigue transmitiendo sólo
una visión negativa del conflicto 
60

Existen numerosos ejemplos de violencia directa, por ejemplo: un militar apaleando a una
persona, el enfrentamiento entre un policía y un delincuente, una persona asesinada, un terrorista
enfrentándose con metralleta a un militar, una mujer violada.

8.4.3. Violencia estructural

La violencia estructural está originada por todo un conjunto de estructuras, tanto físicas como
organizativas, que no permiten la satisfacción de las necesidades. Esta es la peor de las tres
violencias (cultural, directa y estructural), porque es el origen, es la más dañina y como es
complicado identificarla es difícil luchar contra ella. Si en un problema siempre una parte sale
ganando a costa de la otra, esto no es un conflicto, sino que es violencia estructural. Por tanto,
nos encontramos ante un grave problema.

Para poder responder a cuestiones como, por ejemplo, que es lo que ha ocurrido para que estalle
una guerra en un país que hasta entonces habíamos creído pacífico, a inicios de la década de los
años 70’ del siglo XX, Galtung 3 y otros desarrollaron el concepto de violencia estructural,
concepto que avanza a una visión de violencia más dinámica y más invisible definiéndose así:
“aquello que provoca que las realizaciones efectivas, somáticas y mentales, de los seres humanos
estén por debajo de sus realizaciones potenciales”.

El término violencia estructural es aplicable en aquellas situaciones en las que se produce un


daño en la satisfacción de las necesidades humanas básicas (supervivencia, bienestar, identidad o
libertad) como resultado de los procesos de estratificación social, por tanto, no hay la necesidad
de violencia directa. El término violencia estructural remite a la existencia de un conflicto entre
dos o más grupos sociales (normalmente caracterizados en términos de género, etnia, clase
nacionalidad, edad u otros) en el que el reparto, acceso o posibilidad de uso de los recursos es
resuelto sistemáticamente a favor de alguna de las partes y en perjuicio de las demás, debido a
los mecanismos de estratificación social.

La importancia y utilidad del término violencia estructural se encuentra en el reconocimiento de


la existencia de conflicto en el uso de los recursos materiales y sociales y como tal, es útil para
entender y relacionarlo con manifestaciones de violencia directa (cuando alguno de los grupos
quiere cambiar o reforzar su posición en la situación conflictiva por la vía de la fuerza) o de
61

violencia cultural (legitimaciones de las otras dos formas de violencia, como, por ejemplo, el
racismo, sexismo, clasismo o eurocentrismo).

La violencia estructural sería un tipo de violencia indirecta, es decir, las acciones que provocan
el hambre en el mundo, por ejemplo. Esto provocaría que las causas que producen la violencia
estructural no sean visibles con evidencia en algunos casos o en un análisis poco profundo y, por
consiguiente, que sea más difícil y complicado enfrentarse a este tipo de violencia. Por el
contrario, la violencia directa, al ser la más visible de todas permite con mayor facilidad
afrontarse a ella.

La violencia Estructural se manifiesta cuando no hay un emisor o una persona concreta que haya
efectuado el acto de violencia, sino que es una estructura y se concreta en la negación de
necesidades. También puede decirse que esta violencia es la suma total de todos los choques
incrustados en las estructuras sociales y mundiales, cementados y solidificados, de tal forma que
los resultados injustos y desiguales son casi inalterables.

La violencia estructural se subdivide en interna y externa:

 La interna emana de la estructura de la personalidad de cada uno.


 La externa proviene de la propia estructura social, ya sea entre seres humanos o
sociedades. De acuerdo con Galtung, las dos principales formas de violencia
estructural externa, a partir de la política y la economía, son: represión y explotación.
Ambas actúan sobre el cuerpo y la mente, y aunque no sea consuelo para las
víctimas, no necesariamente son intencionadas.

Por otro lado, también se han descrito dos tipos de violencia estructural, la vertical y la
horizontal:

 Vertical: “es la represión política, la explotación económica o la alienación cultural,


que violan las necesidades de libertad, bienestar e identidad, respectivamente”.
 Horizontal: “separa a la gente que quiere vivir junta, o junta a la gente que quiere
vivir separada. Viola la necesidad de identidad”.

Se consideran casos de violencia estructural aquellos en los que el sistema causa hambre,
miseria, enfermedad45o incluso muerte, a la población. Son ejemplos los sistemas cuyos estados
62

o países no aportan las necesidades básicas a su población. Está representada por las numerosas
situaciones de injusticia que se observan: mientras unos/as comen y beben en abundancia,
otros/as revuelven en la basura, no tienen qué comer, piden limosna, etc. Otros ejemplos claros
de Violencia Estructural los encontramos en el Apartheid, en el hambre mundial, la falta de
accesso, la obligatoriedad del servicio militar, las dictaduras militares o en el sistema económico
y jurídico internacional que empobrece continuamente a los países del Sur, en beneficio de los
del Norte.

Fuente :Galtung, Johan (1969). “Violencia, paz e investigación para la paz”

Como se puede apreciar en el recuadro, podemos deducir que la violencia tiene diferentes
manifestaciones de las cuales interpretamos de la siguiente manera:

 La violencia directa se manifiesta con el comportamiento.


 La violencia cultural se manifiesta con las actitudes
 La violencia estructural se manifiesta con la negación de las necesidades.
63

Fuente :Galtung, Johan (1969). “Violencia, paz e investigación para la paz”

En tal sentido, lo significativo del modelo triangular de Galtung es que facilita la


comprensión de los flujos causales que se instauran entre los tres tipos de violencia. Estos flujos
circulan en todas las direcciones, ya que la violencia se origina en cualquiera de los puntos, pero
el principal es el que va de la violencia cultural a la violencia directa pasando por la estructural.

8.4.4. Trilogía Paz, Violencia y Humanidad

La descripción teórica que da Galtung sobre la interacción de estos tres elementos se


puede encontrar parangón con la interacción lógica de las variables que plantea el italiano Pareto
(1948-1923), conocida como el óptimo paretiano. Así tenemos:

Fuente: Theory of Conflicts by Johan Galtung, Percy calderón (2009)

Para el referido economista italiano Calderon (2009) no sería posible beneficiar a más
elementos de un sistema sin afectar a otros. Así, para Galtung, a mayor paz le correspondería
menos violencia y viceversa.

Se concluye que A mayor paz le correspondería menos violencia y viceversa. En ese mismo
contexto la humanidad históricamente, entre más tiende a ser violenta se alejará de la paz, y de
igual forma si se alejara de las tendencias de la violencia siempre viviría en paz. Galtung (2003)

8.4.5. Conflictos versus violencia

La violencia, puede ser entendida como el uso o amenaza de uso de la fuerza o de potencia,
abierta u oculta, con la finalidad de obtener de uno o varios individuos algo que no consienten
libremente de hacerles algún tipo de mal (físico, psíquico o moral).
64

Los conflictos son situaciones de disputa en los que hay contraposición de intereses, necesidades
y valores. No debemos confundir conflicto con violencia puesto que hay conflictos que pueden
resolverse sin el uso de la violencia, aunque no es posible que haya violencia sin conflicto (pero
esto no quiere decir que el conflicto puede ser más o menos real para todo aquel que es objeto de
la violencia). La violencia es un fenómeno social, que se aprende y por tanto también se debería
poder desaprender. Por tanto, no se debe pretender eliminar los conflictos, puesto que estos son
positivos en tanto que son oportunidades de transformación; se debe luchar a favor del no uso de
la violencia para resolverlos.

Los conflictos, entendidos erróneamente como algo negativo, son connaturales a las relaciones
humanas y positivos en tanto que implican cambios. Bien gestionados o regulados, pueden ser
una excelente herramienta pedagógica o para la transformación social. Ahora bien, esto implica
un trabajo, tanto de enseñar como de aprender a gestionar y transformar positivamente los
conflictos. El problema con el conflicto empieza cuando las necesidades de dos o más
personas/grupos son antagónicas, puesto que esto genera una crisis, difícil de resolver. Por eso,
hay que poder abordar el conflicto antes de que llegue a la crisis.

NECESIDAD → DIFICULTAD → CRISIS

En efecto el conflicto es un "proceso interactivo" que se da en un contexto determinado, permite


de una u otra forma una conexión al dialogo para poner fin a un dilema, en algún momento de la
vida pensamos negativamente de ellos por su constancia, pero es parte del ser, de la vida misma,
la clave está en enfrentarlos y resolverlos, sacarle el máximo provecho, una enseñanza de vida.

8.4.6 Paz o violencia


La paz es considerada lo contrario y lo opuesto a la violencia. Es decir, la paz es no sólo la
ausencia de guerra, sino también de violencias tanto individuales, como sociales y regionales. En
este sentido, se han desarrollado en la Irenología, diversas propuestas de paces como alternativas,
soluciones o contrapartes a los conflictos. Entre las más utilizadas o conocidas, encontramos a
las siguientes:

 A la violencia directa: paz negativa, paz social y paz multicultural.


 A la violencia estructural: paz positiva y paz intercultural.
65

 A la violencia simbólica o cultural: cultura de paz, paz neutra, paz interna y paz


transcultural.
 A la ecoviolencia (o ecobiolencia): paz Gaia y eco paz.

De eso se desprende y considero oportuno mencionar los que a nuestro juicio definen en Galtung
el perfil o la identidad del conflicto:

- El conflicto es crisis y oportunidad.

Según Galtung (2003) refiere que los conflictos se convierten de alguna forma parte de nuestra
vida no son ni positivos ni negativos en sí mismo, simplemente se convierten en experiencia de
vida que en algunos casos lo podemos tomar o convertir como en una oportunidad.

- El conflicto es un hecho natural, estructural y permanente en el ser humano.

En Galtung, la génesis del conflicto como es tan propio del ser y esta adherido al individuo a la
persona en su estructura de la personalidad.

- El conflicto es una situación de objetivos incompatibles.

Asi mismo, el conflicto es una actividad incompatible impide o interfiere con la ocurrencia o
efectividad de una segunda actividad y provienen en el interior de la persona o de la misma
sociedad en su intereacion, siempre van a ver personas que piensan diferentes a otras y
contraponen sus ideas...

- Los conflictos no se solucionan, se transforman.

Del mismo modo, entendemos que siempre encontraremos intereses por cada bando o persona
que entra en un conflicto, se puede llegar a un gran acuerdo entre las partes, pero persistirá el
conflicto, aunque haya cambios en esa confrontación.

- El conflicto implica una experiencia vital holística.

Análogamente, los conflictos son experiencias de vida, y son el pan de cada día y es continuo,
quedan reflejados en nuestro interior y entran a ser parte de si mismo. Es un todo.
66

- El conflicto como dimensión estructural de la relación.

De igual forma, los conflictos es el punto de quiebre de una relación si no hay tolerancia,
entendimiento, empatía, la aceptación del otro tal y como es, nunca habrá una relación estable
entre dos personas.

- El conflicto como una forma de relación de poderes.

Asi mismo es de gran importancia y es algo que se presenta constantemente es la aparición de


los conflictos es el poder, entendido desde una perspectiva actual como un potencial humano
para hacer algo, para conseguir objetivos específicos e intereses personales, para superar
resistencias, para intentar conducir una situación de posesionarse de algo o de alguien, siempre
en busca de un objetivo para el máximo provecho.

8.4.7. Conceptos de Paz.

En este apartado es muy importante aclarar el concepto de paz ya que tiene diferentes
connotaciones y diferentes perspectivas de diferentes autores como sigue a continuación.
Termin Definición Autor y
o referencias
Paz Tregua de guerra. Sosiego tras un litigio o desorden. Descanso tras Explanatory
cualquier conmoción. Phonograph
ic
Quietud tras un motín o tumulto. Reconciliación de las diferencias. Dictionary
Situación de no hostilidad. Sosiego, tranquilidad, satisfacción; of the
liberación del terror; quietud celestial; silencio; mente en blanco. English
Aquel orden plácido de tranquilidad que es garantizado por el Language
gobierno. Un mundo dominado por el silencio. (1850)
Paz Condición normal de una nación, un grupo de naciones o del mundo, Random
sin luchas. Acuerdo o tratado entre naciones, grupos, etc, en disputa House
o antagónicos para finalizar las hostilidades y abstenerse de futuras Dictionary
luchas o enfrentamientos (1983)
Paz Lo contrario de guerra o tumulto, el estado que viene tras su fin. En Enciclopedi
Derecho Internacional, no estar en guerra (…) La paz hasta muy a Británica
recientemente era simplemente el estado que se producía en los en la
intervalos entre guerras. edición de
1911
Paz Situación en la que no existe lucha armada en un país o entre países Real
. academia
67

española
Relación de armonía entre las personas, sin enfrentamientos ni confl 2021
ictos.

Acuerdo alcanzado entre las naciones por el que se pone fin a una g
uerra.
Paz La paz no sólo es la ausencia de conflictos. ... Es un proceso ONU
positivo, dinámico y participativo en que se promueva el diálogo y
se solucionen los conflictos en un espíritu de entendimiento y
cooperación mutuos
Paz La paz no es solamente la ausencia de la guerra; mientras haya Rigoberta
pobreza, racismo discriminación y exclusión difícilmente podemos Manchú
alcanzar un mundo en paz. 2020
Paz No hay camino para la paz, la paz es el camino Mahatma
Gandhi
1947
Paz Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de guerra, aun Juan pablo
siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera. No hay II 2015
verdadera paz si no viene acompañada de equidad, verdad, justica y
solidaridad.

Fuente. Elaboración propia 2021

8.4.8. Paz positiva, paz negativa

J. Galtung (2010) : Es importante distinguir entre la ‘paz negativa’ y la ‘paz positiva’. La ‘paz
negativa’ es la ausencia de un enfrentamiento violento y el mecanismo para alcanzar esa meta es
la solución de los conflictos existentes. La ‘paz positiva’ es otra cosa, es la generación de una
relación armoniosa y ella se consigue cuando dos o más entidades en conflicto emprenden
proyectos juntos y los beneficios que genera ese proyecto son repartidos equitativamente. No
iguales matemáticamente, pero es importante que no haya desigualdades flagrantes entre las
partes.

En conclusión, para Galtung (2010) Paz positiva y paz negativa es:

a) La «paz negativa» se definiría como simple ausencia de guerra y violencia directa.

b) La «paz positiva» se definiría como ausencia de guerra y violencia directa junto con la
presencia de la justicia social.
68

PAZ
(Justicia social, inclusión, equidad, satisfacer necesidades)

PAZ NEGATIVA PAZ POSITIVA

(ausencia de violencia directa y ausencia de enfrentamientos bélicos) (disminución y ausencia de violencia estructural)

Fuente: Elaboración Propia (2021)

En el caso colombiano lo que se firmo fue una paz negativa por que el silencio en forma parcial
de las armas, le pone fin solo a disminución de la violencia explicita a la sangrienta, más no una
paz positiva por que de una u otra forma continúan la violencia estructural que genera una
injusticia social e iniquidades latente.

Se desmiente la postura del Expresidente colombiano Juan Manuel Santos, cuando dijo que su
objetivo fue llegar a una “paz justa y verdadera” con la firma de los acuerdos con la FARC, pero
fue todo lo contrario, la violencia en nuestro país aún continua y prevalece, tal vez no con la
misma intensidad de años anteriores, pero persiste.

8.5. Inicios del Conflicto

Uno de los apartados más trágicos de la vida política y social del país que todavía no
hemos podido cerrar, es el conflicto armado, un conflicto que involucra múltiples actores: las
guerrillas de izquierda, los paramilitares de derecha, los narcotraficantes, el gobierno, las fuerzas
armadas y la sociedad civil.3 Los orígenes de la actual insurgencia se remontan al período
conocido como “La Violencia”, una guerra civil que tuvo lugar entre 1946 y 1966; durante esta
sangrienta etapa el país estuvo radicalmente dividido en su apoyo a los partidos Liberal y
Conservador. Desde ese período, Colombia ha sido testigo de la aparición sucesiva de guerrillas,
narcotraficantes y grupos paramilitares.

Las guerrillas surgieron en la década de los sesenta, siendo las más importantes las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, el Ejército de Liberación Nacional –
ELN–, el Movimiento 19 de abril –M-19–, y el Ejército Popular de Liberación –EPL. El
69

narcotráfico, por su parte, se inició con el cultivo y tráfico de marihuana en la década de los
setenta, seguido por el de cocaína en los ochenta. Los grupos paramilitares, a su vez, emergieron
a comienzos de los ochenta como una forma de retaliación por parte de los narcotraficantes,
ganaderos y algunos militares, quienes formaron grupos de autodefensa para protegerse de los
actos violentos perpetrados por las guerrillas. La proliferación y expansión de estos grupos –
diferentes en naturaleza, pero todos generadores de conflicto violento– ha sumergido al país en
una ola de violencia durante más de cuatro décadas. Yaffe (2011)

La “protogénesis” del conflicto armado en Colombia tiene muchos interrogantes sobre el


tema del cómo, cuándo y por qué se inició el conflicto armado en Colombia, por ende, no hay un
acuerdo generalizado sobre el período exacto del inicio del actual conflicto armado. Para iniciar,
es importante resaltar que, dentro del panorama regional, el caso colombiano cuenta con la
peculiaridad de tener la insurrección armada de más larga duración en América Latina, pues con
base en lo expresado por (Cartagena, 2016) “sus orígenes datan de los comienzos de los años
sesenta, en la época inmediatamente posterior a la revolución cubana y de las ofensivas
nacionales contra las llamadas «repúblicas independientes”. Sin embargo, los grupos armados se
conformaron en la década de los años sesenta (60), los problemas sociales internos tuvieron sus
inicios a comienzos de ese siglo. Evidenciando todo el desarrollo del conflicto armado a mitad de
siglo y posteriormente el surgimiento de los grupos al margen de la Ley.

El grupo armado Fuerzas Revolucionarias FARC, fue la guerrilla más longeva del
continente y quizás del mundo, el cual tuvo mucha influencia por las ideologías de Fidel Castro
con su revolución cubana a finales de los años 50 e inicio de los 60, producida por la indiferencia
del estado para resolver los problemas de tipo social, económico y político el cual dio como
resultado la creación de grupos alzados en armas (Cartagena, 2016).

El historiador colombiano (Sánchez y Peñaranda, 2007) expone en su artículo titulado


“Los estudios sobre la violencia: balance y perspectivas”, todo el desarrollo del conflicto
armado que sigue afrontado al país, desde su libertad del imperio español hasta la actualidad, en
donde se muestra el desarrollo de la historia social y política republicana con: catorce (14) años
de guerra independentista, catorce (14) guerras civiles locales y dos (2) guerras internacionales
con Ecuador. Durante el siglo XX, se evidenciaron muchas confrontaciones locales, tal como la
70

guerra con Perú y la insurrección popular en el año 1948 que dio lugar a la cruzada más larga
hasta el día de hoy, que se conoce como:” La Violencia o Conflicto Armado”; seguida por la
lucha contra las guerrillas, el narcotráfico y las fuerzas paramilitares, en cual se muestra como un
acontecimiento permanente.

En este orden de ideas y según Ocampo (2000) los contextos de las guerras civiles en
Latinoamérica, tuvieron que ver con la Iglesia y sus relaciones con el Estado, así como también
las organizaciones políticas de tipo centralista o federalista, la abolición de la esclavitud, entre
otras. Las características de estas guerras durante el siglo XIX radicaron en que, había grupos
sociales que ocupaban un mismo status social, por la cual asumieron tanto la dirección política y
la dirección militar guerrerista; estas guerras se desplegaron en múltiples esferas de la vida
social, fueron explícitas en los contextos sociopolíticos regionales o nacionales, y vinculadas con
las relaciones de poder y dominio. De alguna forma, estos conflictos se fueron hacia otros
sectores, otras actividades y otros lugares, los cuales desde sus inicios no tuvieron ningún tipo de
relación con el conflicto armado, pero que al final terminaron.

Así mismo, (Zuleta, 2006) opina además que, existió una gran la rivalidad entre las clases
dominantes y las clases subordinadas, la cual tomó fuerza durante los años treinta (30) y los años
cuarenta (40) y estalló hacia los años cincuenta (50) a modo de confrontación abierta. En donde
la clase dominante asumió la dirección ideológica y política de los partidos políticos
tradicionales: el liberal y el conservador; sin embargo, la dirección en el plano militar fue llevada
a cabo únicamente por el campesinado. De igual forma, afirma que prácticamente Colombia ha
heredado vicios políticos del antiguo imperio español, producto de esa generación criolla de
dirigentes que no pudo ni han podido deslindarlos y que no los ha resuelto en su totalidad
produciéndose conflictos continuos por la codicia y ambición del poder, la división de los
partidos políticos tradicionales (federalistas y centralista) hoy (conservadores y liberales) el cual
genero una pugna que desencadeno el conflicto armado en Colombia. Situación que se vive en la
actualidad a pesar de los acuerdos de paz con la FARC. Por lo tanto, el Conflicto Armado es un
suceso permanente, partiendo de la idea de que, en el país en cada época existen relaciones
conflictivas de diferente índole, tal como fueron las guerras civiles, las cuales se produjeron
como resultado de las rivalidades al interior de la clase oligarca dominante.
71

Al mismo tiempo, con base en lo expresado por Medina (sf) en su tesis doctoral titulada
FARC-EP Y ELN: Una historia política comparada (1958- 2006), expresó que la violencia
durante los años cincuenta (50), fue en un principio partidista y que reclamaba al sistema político
para extenderse; así mismo, se gestó en su interior un nuevo escenario conflictivo: las fuerzas
insurrectas agrarias, las cuales solicitaron su incorporación al poder con el fin de transformar el
sistema Político colombiano; es así como en esta época nacen y se consolidan las guerrillas
campesinas como las FARC 1964 y el ELN, en1964. Afirma, además, que durante los años
ochenta (80) se especializó por el incremento de los grupos insurgentes, el auge de las
Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y las tensiones sociales incitadas por la incapacidad
de los gobiernos para gestionar todo lo relacionado con economía colombiana. La no inclusión ni
participación e inequidad de las minorías campesinos en los proyectos del estado, la falta de
oportunidad y la insatisfacción de las necesidades básicas, la presencia del estado en regiones
apartadas el cual no se ha producido cambios que resuelvan desde sus inicios como republica
unitaria. Hacen que se agudice el conflicto armado y el surgimiento de grupos al margen de la
ley.

Para efectos de este trabajo y con fundamento en el tratamiento y relevancia que algunos
tratadistas le han dado a los sucesos de Marquetalia del año 1964, éstos se tendrán como el hecho
histórico que marca los inicios de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), es
así como Calle, precisa:

Pese a la diversidad de opiniones sobre la relación existente entre el Frente Nacional y al


aparecimiento de la insurrección armada, existen suficientes datos objetivos para poder afirmar
que, aunque la naturaleza del régimen no fue un factor exclusivo y determinante del surgimiento
de las guerrillas de inspiración comunista, la decisión de los gobiernos del F.N.(Frente Nacional)
de atacar militarmente a las zonas de colonización agrícola si constituyó un elemento
específicamente propiciador de la decisión que tomaron los grupos de autodefensa campesina de
organizar las Farc en tanto que fuerza armada irregular enfrentada al Estado. Calle (2014).

Aunque el surgimiento de las FARC es un punto de referencia muy importante en el


conflicto armado en Colombia, éste no se dio en el vacío, ni es un hecho histórico inusitado o
repentino. El contexto histórico nacional e internacional que le antecedió y rodeo, se entrelaza
72

para ilustrar y contribuir a la aproximación del concepto de asimetría del conflicto como objetivo
de este trabajo.

El contexto histórico nacional, especialmente de violencia, que precedió al conflicto


armado de las Fuerzas estatales con las FARC, es descrito por Calle, en cuatro fases así:

Tabla 1 fase del conflicto armado

FASES DEL CONFLICTO ARMADO

La primera fase: empieza con una fuerte


represión de los movimientos populares que
Año 1945 a 1949: degenera, después del “Bogotazo” del 9 de
abril de 1948, en el exterminio generalizado
por razones políticas, religiosas y económicas.

la segunda fase: se inicia con la dictadura civil


de Mariano Ospina Pérez y continúa con la de
Año 1949 a 1953: Laureano Gómez – Rafael Urdaneta. En esta
época se desarrollan formas de resistencia y
surgen las guerrillas liberales campesinas.

la tercera fase. comienza con el golpe militar


de Rojas Pinilla cuando la violencia declinó en
Año 1953 – 1957 el primer año sólo para recrudecerse e
intrincarse más hasta el 10 de mayo de 1957
cuando se celebró el plebiscito.

Cuarta fase: reinstauración plebiscitaria del


Estado confesional (y ahora políticamente
excluyente) de 1886: el Frente Nacional. En
Año 1957 – 1980
este tiempo surge la guerra revolucionaria con
la propagación de guerrillas comunistas. Calle
(2014)

Fuente: elaboración propia 2021


73

Como se sabe y es conocido por diferentes autores no hay un consenso general sobre la
aparición del conflicto armado en nuestro país, pero en este apartado y para efectos académicos,
se partirá de los sucesos de Marquetalia del año 1964 como hecho histórico que marca los inicios
de las FARC y del conflicto armado, que hoy subsiste; el sociólogo Domínguez y Fernely(2018)
trascribe lo dicho por Jaime Guaracas uno de los guerrilleros más aguerridos y segundo al mando
de las FARC una vez fundadas, sobre lo ocurrido en Marquetalia iniciándose así, la mutación de
un grupo de campesinos a una guerrilla en los siguientes términos: “Hasta este momento,
nosotros éramos simplemente movimiento agrario. Pero la agresión del gobierno y el ejército nos
ha obligado a cambiar de carácter y de táctica. De ahora en adelante volvemos a ser guerrilleros,
esta vez con modalidad móvil”.

Domínguez, para referirse a lo que aconteció en Marquetalia por parte del gobierno acude
a las palabras de Eduardo Pizarro:

Esto que ha sido calificado por Eduardo Pizarro como “un monstruoso error histórico por
parte de la clase dirigente colombiana”, era, en nuestra apreciación, una jugada empujada, no por
una clase social homogénea y clarividente de sus “intereses históricos”, sino por una red colusiva
integrada por todos los sectores que antes estaban enfrentados militarmente y que ahora
manejaban el Estado, a la cual se agregaba el interés de cuadros militares, recién probados en la
guerra de Corea, unos, y otros formados en los Estados Unidos y quienes habían “descubierto” la
carrera militar como medio de movilidad social. Domínguez, (2018).

Según lo expresado por Domínguez (2018) y Pizarro (2004) concluyen que lo que
encauso la determinación de transformar estrategias de combate, estilo de enfrentamientos y el
cambio de actitud del estilo de guerra fue, la presión del gobierno de acabar con los grupos
campesino lazados en armas que los consideraban unos rebeldes y un obstáculo o una menaza
para los gobiernos oligarjicos del momento. De ahí la trasformación de crear guerrillas móviles
en vez de ser estática y sectorizada.

De esta manera, surge el conflicto armado colombiano, en la etapa que hoy todavía
vivimos. Muchos autores han tratado de explicar su origen; sin embargo y por considerarlos
especialmente ilustrativos se toman a continuación los criterios explicativos referidos a
74

Pizarro(Líder guerrillero que evidencian, desde su origen, algunos elementos de asimetría en esa
etapa del conflicto armado colombiano:

En primer término, se trata de una confrontación armada interna en tránsito hacia un


conflicto regional complejo. (…) En segundo término, el conflicto en Colombia reviste la
modalidad de una guerra no convencional esencialmente por la forma como pelean los
combatientes. (…) En tercer lugar, existe un consenso en el hecho que el conflicto armado se
originó por diferencias en el plano ideológico. Pizarro (2004).

Así como se precisó que el surgimiento de las FARC, no puede analizarse en el vacío,
tampoco este lapso del conflicto armado. La investigadora Calle, ilustra los sucesivos periodos
de violencia en Colombia, con elementos del contexto internacional que facilitan la comprensión
del conflicto en el país y sus asimetrías:

En primer lugar, se propone ampliar el período histórico en el cual se ha encuadrado


tradicionalmente esta etapa del conflicto colombiano para extenderlo (hacia atrás) desde 1945,
año de finalización de la Segunda Guerra Mundial y del inicio de la guerra fría con su doctrina
anticomunista (hacia adelante) hasta el inicio de la década de los ochenta, época en la cual se
producen cambios muy significativos tales como el auge de los grupos paramilitares y del
narcotráfico y sus atentados terroristas, como nuevos agentes del conflicto armado. En segundo
lugar, (…) guerra intrasocial (usada como sinónimo de conflicto armado); (…) en tercer lugar, se
propone considerarla también como una guerra típica de los conflictos de la guerra fría. (Calle,
2014)

Es importante destacar que la investigadora Calle, se detiene a explicar la Violencia


implícita en la guerra intrasocial, como sinónimo de conflicto armado, a partir: (i) de entenderla
como sinónimo de lucha armada, (ii) del número de víctimas mortales por año y (iii) de su
diferencia con una guerra civil.

8.5.1.¿Por qué surgió?

Tampoco existe un criterio unificado, no obstante, se identifican varios factores


determinantes para el surgimiento de la guerra.
75

La tierra es quizá el mayor punto de encuentro entre los diferentes enfoques de los
comisionados. Darío Fajardo, coloca el factor agrario como “desencadenante” de los
enfrentamientos entre el Estado y las guerrillas. Por su parte el padre Javier Giraldo, partiendo de
un enfoque que comprende el conflicto “dentro de la tradición jurídica del derecho a la rebelión”,
coloca el problema de la tierra como eje fundamental para entender el conflicto, “ya que la
tenencia de la misma está directamente relacionada con tres necesidades básicas, vivienda,
alimentación y trabajo/ingreso”. En la medida que el Estado falla en garantizar dichas
necesidades, legitima el derecho a la rebelión de los ciudadanos que, siendo llevado a su punto
máximo, explica el surgimiento de la insurgencia. Fajardo (2015)

Según lo anterior, Fajardo (2015), la sustitución del poder de la tierra por los grupos al
margen de la ley quienes han desplazados al menos la mitad del campesinado de sus áreas de
control y dominio absoluto y por otro lado las desavenencias por parte del estado, quien nunca ha
hecho presencia en regiones apartadas y olvidadas. La inversión social no existe, simplemente un
pie de fuerza o puesto militar de control con el finde contrarrestar o persuadir a los grupos
insurgentes

El capitalismo es otra causa explicativa que señalan varios expertos, entre ellos Víctor
Moncayo, quien sostiene que la lucha de clases derivada de la imposición de un orden capitalista
engendra conflictos sociales profundos que para Colombia significaron el surgimiento de los
ejércitos insurgentes. Jairo Estrada, coincide con este planteamiento al colocar como tesis central
de su informe que la “contrainsurgencia y subversión son inherentes al orden social capitalista
imperante en nuestro país. Si la subversión asumió también la expresión de la rebelión armada,
ello se explica esencialmente por las condiciones histórico-concretas de constitución y
reproducción de ese orden social”. Estrada (2015)

Esto implica, según Estrada (2015) que en nuestro país impera desde la influencia de la
revolución industrial el sistema económico capitalista o también llamado neoliberal o la gran
economía mixta, la cual ha desarrollado mucha inversión y movimiento de capital sobre todo el
capital privado junto con la intervención y regulación del estado, el cual ha generado una serie de
desigualdades evidentes los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres.es algo muy
evidente que se requiere un cambio de paradigma, es cierto que se puede acumular riquezas sin
76

esfuerzo con el afán de la búsqueda de rentas, pero también esto atenta en contra del desarrollo
de la sociedad colombiana. Se debe agregar el valor de la inclusión y el derecho de la igualdad
social para que sea algo equitativo y se mantenga un equilibrio social.es uno de los motivos de
lucha de la insurgencia nacional.

Román Vega y Vicente Torrijos, destacan el papel de los Estados Unidos y el contexto
internacional en el surgimiento y desarrollo del conflicto colombiano. El primero ve en el país
anglosajón un actor estratégico en la génesis y duración de la guerra contra la insurgencia,
sostiene que “Estados Unidos no es una mera influencia externa, sino un actor directo del
conflicto, debido a su prolongado involucramiento durante gran parte del siglo XX”.

Por su parte, Torrijos destaca la influencia que tuvo la revolución cubana y la expansión
del comunismo en los procesos que derivaron en el surgimiento de las guerrillas colombianas.

En otros términos, el foquismo, vertiente ideológica, liderada e inspirada por el che


Guevara en la revolución cubana, el cual fue enfatizada por el sr. Regis Debray “No siempre hay
que esperar a que se den las condiciones para la revolución” queriendo decir con esto que
simplemente un pequeño grupo de revolucionarios tenga la actitud para hacer revolución y
cumpla sus objetivos “guerra de guerrillas” se obtiene el levantamiento de masas para lograr la
obtención del poder, este pensamiento fue influenciado por el grupo guerrillero ELN,Ejercito de
Revolución Nacional. Torrijos (2015).

Este último, es el único grupo subversivo que aun mantiene su roll dentro del conflicto
por que hasta la fecha no hay acercamientos de paz, o por lo menos los actos han sido fallidos
con el gobierno actual. Torrijos (2015)

Duncan (2015) plantea que la explicación al conflicto surge de la relación entre las variables de
la exclusión/desigualdad con la criminalidad, especialmente con la práctica del secuestro y el
narcotráfico. Estas variables configuraron las dinámicas de los grupos insurgentes, tanto
guerrilleros como paramilitares, y redefinieron las relaciones entre el centro y la periferia, ya que
el Estado era incapaz de ofrecer una protección efectiva en las regiones, permitiendo la
construcción de estructuras alternas de poder en esos territorios.
77

La falta de participación, inclusión y de oportunidades de la población vulnerable en la vida


social, económica y cultural de nuestra sociedad, la falta de estrategias para la disminución de la
pobreza, crean un caldo de cultivo para la insurrección armada que lo utilizan como instrumento
en su ideología revolucionaria por la lucha de clases y de esos derechos que son vulnerados por
el estado colombiano Duncan (2015).

Existen unas considerables múltiples de causas para determinar el origen del conflicto
armado, la cual se puede determinar como una “fallas geológicas” en la construcción del Estado.
Esto se refiere a la debilidad institucional del Estado producto de un desordenado y caótico
proceso de constitución y consolidación. Desde el inicio de la mal llamada independencia.

Nuestros próceres jamás se pusieron de acuerdo como estructurar y llevar a cabo un buen
gobierno, más bien se dedicaron a fragmentarlo, con las divisiones de poder (Federalismo Y
Centralismo) y eligieron el camino de los enfrentamientos bélicos, dividiendo la sociedad, de ahí
en adelante el conflicto prosigue.

8.5.2.¿Por qué ha durado tanto?

El narcotráfico es una de las principales causas de la longevidad de nuestro conflicto


armado, su influencia y la manera como ha interactuado con las guerrillas y el paramilitarismo ha
sido fundamental para alimentar la guerra. Molano (2015) entre otros colocan al narcotráfico
como el “factor de mayor mutación del conflicto”, no solo porque financió a los movimientos
insurgentes y contrainsurgentes, sino porque además permeó las esferas del Estado.

Otro factor destacable es el afianzamiento de las políticas neoliberales durante la década


de los 90, que debilitaron considerablemente al campesinado propiciando que este se volcara a la
criminalidad mediante la siembra de cultivos ilícitos y bajo el control de paramilitares y
guerrilleros. Tabares (2015).

La población civil campesina, sigue siendo la más vulnerables y afectada por los
enfrentamientos armados, expuesta a actos violentos, voleteos, secuestro extorción, ataques
directos, reclutamientos forzados, muchas personas se ven forzadas a huir y dejarlo todo,
afectando el sector agrícola directa e indirectamente, la destrucción de activos, infraestructura,
eso trae como consecuencias incrementos de los precios al consumidor. Sumado a esto las
78

políticas aplicadas por el gobierno en los años 90 por la crisis económica mundial y el déficit
fiscal, la privatización y desregularización, la venta de propiedades del estado a entes privados
permitieron, aumento del desempleo y una mayor desigualdad. En el sector agrícola trajo como
consecuencia la sustitución de los cultivos tradicionales por la siembra de coca, aumentando la
criminalidad y el narcotráfico.

Sobre este punto también se hace importante el factor de la “fallas geológicas” del
Estado, ya que el conjunto de la debilidad institucional, la falta de pluralismo político y el auge
de la contrainsurgencia, generó una desconfianza entre el Estado y la guerrilla que hasta el día de
hoy ha truncado 11 procesos de paz, sobre todo la el grupo insurgente ELN, Ejército de
Liberación Nacional, quien se encuentra pendiente en este proceso.

La tierra, el origen político del conflicto armado, el narcotráfico como principal factor de
prolongación y degradación de la guerra, y la vital importancia que tendrá el posconflicto, son
los puntos de convergencia fundamentales que tienen los informes de la CHCV. Estos no
pretenden ser una comisión de la verdad, necesaria en una lógica del posconflicto, pero se
convierten en insumo para la misma, así como en el primer ejercicio de construcción plural de
memoria histórica y un aporte importante para acompañar al actual proceso de paz, que busca
ponerle fin a una guerra “arcaica, inútil, costosa y sin futuro”.

De la misma forma se concluye que: mientras persista la poca presencia del estado en
zonas periféricas y sur del país, la debilidad del esta continuara, el problema de la posesión de la
tierra, las grandes diferencias económicas, el fracaso del plan agrícola y políticas rurales. El
conflicto se agudizará.
79

8.5.3. Las Nuevas Guerras.

Con referencia a la llamada “nuevas guerras” es pertinente realizar una exhaustiva


explicación sobre el tema. Bajo este contexto, creemos precisar una observación previa acerca
del significado real del adjetivo “nuevo”. La novedad es un rasgo muy apreciado por los medios
de comunicación, eruditos, los políticos y los académicos. En consecuencia, los calificativos
“nuevo” y “novedoso” a menudo acompañan los titulares de las noticias, medios de difusión
masiva, redes sociales, los discursos de los políticos y los títulos de las investigaciones de los
académicos: “nuevo orden internacional”, “nuevas guerras”, “nuevos conflictos”, “nueva era de
las relaciones internacionales”, “nuevo sistema internacional”, “nuevo orden geopolítico”.

No todas las características de las guerras actuales son distintas a las de las guerras
anteriores, ni todas sobrevienen o se añaden a las previas, ni todas se manifiestan por primera
vez. En la mayoría de ocasiones la idea de “novedad” hace referencia, más que a la aparición de
fenómenos o actores o la gestación de dinámicas que antes no existían, a una intensificación de
tendencias de larga duración que, en un momento dado, adoptan una visibilidad y provocan un
impacto hasta entonces desconocidos. Esto no significa que no haya fenómenos o
acontecimientos puntuales realmente nuevos o innovadores (por ejemplo, el fin de la Guerra
Fría, los atentados del 11-S o el uso de vehículos aéreos no tripulados en los conflictos armados)
ni que los cambios evolutivos no sean importantes. García (2012).

En ese orden de ideas, es importante aclarar que aun que los tiempos cambien, la
tecnología avanza de prisa, la conectividad se hace más eficiente y los sistemas de guerra se
transforman, según la situación en la que se presente, han pasado miles y miles de años y la
humanidad nunca ha vivido épocas de paz, los conflictos continúan y se intensifican cada día
más, solo cambian los modus operandi. García (2012).

Seguidamente, la transformación cualitativa, e incluso solamente cuantitativa, de una


tendencia puede dar lugar a una realidad que acabe siendo relevantemente diferente a aquella de
la que partía. Así, sin ser absolutamente nuevos, los conflictos armados y las guerras
contemporáneas tampoco son idénticos a los de otras épocas. Y es en base a los rasgos
novedosos que tienen los conflictos armados contemporáneos que vamos a seguir usando el
término “nuevas guerras”, al tiempo que vamos a intentar situarlo en su justo lugar, atendiendo a
80

las continuidades presentes en los conflictos armados, diferenciando las novedades de lo que son
intensificación de tendencias anteriores y, muy especialmente, intentando distinguir la realidad
de las nuevas guerras del discurso teórico y político sobre ellas. García (2012).

Por lo consiguiente, los conflictos bélicos tienen como origen múltiple factores y
múltiples causas, entre los que suelen estar la permanencia o el cambio de relaciones de poder,
solucionar disputas económicas e ideológicas, territoriales entre otras, las directrices de la guerra
y su permanencia siempre serán la misma a lo largo nuestra existencia. García (2012)

La guerra es pues un acto de violencia para obligar al contrario a hacer nuestra voluntad
Clausewitz, (2005). Es por eso que la guerra en su fase inicial es una guerra entre estados, esa es
la base de la concepción teórica de Clausewitz. De este modo a partir de la II Guerra Mundial,
las guerras dejaron de ser entre estados y con la globalización, las nuevas guerras se dan al
interior de los estados, en la que el objetivo es infligir la máxima violencia. Frente a las nuevas
dinámicas del sistema internacional, “las nuevas guerras se convirtieron en conflictos armados
que surgen en el contexto del proceso de globalización, de debilitamiento del Estado nación, de
erosión del monopolio de la violencia legítima Kaldor (2013). En este sentido, en las nuevas
guerras los estados han disminuido de forma unilateral la fuerza contra otros estados.

La naturaleza de los conflictos y la violencia han cambiado, los enfrentamientos entre


estados han disminuido sustancialmente, se limitan a enfrentamientos mediáticos que en su
mayoría se resuelven con el dialogo y con las intervenciones de las organizaciones
internacionales. La utilización y uso de los sistemas informáticos Tics y los algoritmos, facilitan
el accionar de un conflicto, en este caso las potencias mundiales como estados unidos y la UE,
con la guerra económica y la imposición de aranceles, se aplicaron bloqueos económicos, que
generalmente terminan solucionándolos en diálogos directos entre mandatarios. Kaldor (2012),
Clausewitz, (2005).

Las nuevas guerras implican un desdibujamiento de las distinciones entre guerra, crimen
organizado y violaciones a los derechos humanos Kaldor (2001). En las nuevas guerras los
intereses son tanto internacionales como locales, tanto públicos como privados. “Se lucha por
objetivos políticos particulares y se emplean tácticas de terror y desestabilización que en teoría
están prohibidas según las reglas de la guerra moderna Kaldor (2001). Estos conflictos enfrentan,
81

más que a los sectarismos entre sí, a éstos con una concepción cosmopolita del mundo, que es la
auténtica víctima.

En síntesis, “estas nuevas guerras generan y se sostienen gracias a una economía


sumergida y criminalizada Kaldor (2001). La definición de las nuevas guerras y el contexto son
dinámicos, la lógica y funcionamiento se han transformado, se ha cambiado la forma de
combatir, operar y la forma de librar la guerra, bajo esta óptica, existen nuevas estrategias bélicas
que aprovechan la experiencia tanto de guerrilla como de la lucha contrarrevolucionaria Kaldor
(2001). No hay duda que “las nuevas guerras intentan evitar el combate directo y hacerse con el
territorio a través del control político de la población, pero mientras que la guerra de guerrillas
pretendía ganarse a la gente, las nuevas guerras toman prestadas de la contrarrevolución unas
técnicas de desestabilización dirigidas a sembrar el miedo y el odio Kaldor (2001). En segundo
lugar, se encuentran los cambios que se han generado en los métodos de lucha.

Las guerras son libradas por múltiples tipos de unidades de combate donde es posible
identificar varias características fundamentales: las fuerzas armadas regulares o lo que queda de
ellas, grupos paramilitares, unidades de autodefensa, mercenarios extranjeros y tropas
extranjeras, generalmente bajo grandes auspicios internacionales. Bajo esta perspectiva, estas
unidades de combate, por su reducida dimensión, tienen mucho en común con la guerra de
guerrillas. Frente a esta última característica se debe señalar que no solo concierne a los
movimientos de fuerzas, sino a los efectos que ellas producen.

El objetivo es conducir la batalla sobre las más ventajosas circunstancias. El propósito es


hostigar al enemigo en su propio terreno con destacamentos irregulares y mediante ataques
rápidos y sorpresivos Hart; (1964). En este tipo de circunstancias entonces se carece de la
jerarquía, el orden y los sistemas verticales de mando que caracterizaban a los guerrilleros y que
están tomados de la guerra moderna y de la estructura de los partidos leninistas o maoístas
Kaldor (2001). Como lo anotaría Kaldor, el objetivo central de la guerra, es lograr el control del
territorio mediante la obtención del apoyo de la población en vez de arrebatárselo a las fuerzas
enemigas, dominando zonas donde la administración central no tiene fácil acceso y donde la
guerrilla puede moverse fácilmente, en respuesta a esta situación la contrainsurgencia, ha
buscado destruir el entorno en el que actúan los revolucionarios Kaldor (2001).
82

Las nuevas guerras toman elementos de ambas formas de guerra. Por un lado, de la
guerra revolucionaria toman la estrategia de dominar el territorio mediante el control político y
de la contrainsurgencia toman la idea de establecer el control político mediante el uso de la
violencia contra los civiles y la adhesión a un estereotipo, más que una idea. Así el principal
método de control territorial no es el apoyo de la población sino de su desplazamiento y
eliminación mediante técnicas como el asesinato, la limpieza étnica y haciendo inhabitable la el
territorio mediante la siembre de diferentes artefactos explosivos o el ataque a objetivos civiles
Kaldor (2001).

En este orden de ideas, las nuevas guerras son diferentes de las viejas en cuanto a los
objetivos, los métodos de lucha y los modos de financiación, esto permite evidenciar que existe
un cuarto elemento que se convertirá en eje decisivo, la estructura de las organizaciones. A la luz
de estos elementos, es necesario resaltar que existen múltiples motivos y causas en torno a las
nuevas guerras, precisamente en este tipo de conflictos no luchan los Estados, sino actores
paraestatales. Ante estas circunstancias las nuevas guerras inevitablemente están conduciendo a
la desintegración de los Estados y todavía inestables, que constantemente hay un sometimiento a
ciertas influencias políticas del contexto externo y sobre todo están integradas en sistemas de
intercambio de la economía mundial que hacen imposible un desarrollo políticamente controlado
de sus economías nacionales Münkler (2002)

Esta perspectiva permite evidenciar que existen múltiples interpretaciones sobre las
nuevas guerras, en especial la centralidad en el aspecto económico y en los aspectos de la
privatización.

La guerra ya no es monopolio de los Estados y es evidente que la era de las guerras


interestatales llego a su fin. Pero los conflictos no han desaparecido, sólo han cambiado de
forma, las nuevas guerras proliferan en todos los rincones del planeta. En este sentido Münkler
va más allá de los planteamientos de Kaldor, cuando entra a analizar sus características decisivas.
Los señores de la guerra, los mercenarios y los terroristas desempeñan ahora el papel principal
que antes correspondía al Estado, en este sentido, la violencia se ha privatizado y se ha
convertido en un negocio rentable. La desaparición de las batallas clásicas y de las líneas de
frente ha desdibujado el límite entre la guerra y la paz; siendo así, las nuevas se desarrollan
83

según los principios de la guerra de largo aguante, por decirlo en términos maoístas Münkler
(2002).

De igual forma vale rescatar que la mayoría de los actores de las nuevas guerras se
conforman con lo que Mao denominaba “defensiva estratégica”, utilizan la fuerza militar con el
fin de mantener su existencia, sin intentar en serio una solución militar que ponga fin a la guerra
Münkler (2002).

Es propio de las nuevas guerras la pérdida del monopolio de la violencia bélica por parte
del Estado, así mismo se debe señalar que la guerra en la lógica estratégica se puede concebir
como simétrica o asimétrica, la guerra simétrica, como las de los siglos XXVIII, XIX e incluso
XX, puede definirse como una guerra que las partes libran a la misma velocidad. En la guerra
simétrica, lo que decidía la victoria eran, por lo general, mínimas ventajas por lo que respecta a
la aceleración Münkler; (2002). En tanto que las guerras del siglo XXI, guerras asimétricas son
conflictos violentos donde existe una gran desproporción entre las fuerzas tanto militares como
políticas de los bandos implicados, y que por lo tanto obliga a las partes a utilizar medios fuera
de la tradición militar común.

Bajo este criterio el argumento predominante es que las guerras civiles han cambiado
fundamentalmente desde el final de la guerra fría. Según este argumento, las "nuevas" guerras
civiles son diferentes de las "viejas" guerras civiles a lo largo de al menos tres dimensiones
relacionadas - son causados y motivados por la depredación privada en lugar de las quejas
colectivas y las preocupaciones ideológicas, las partes en esos conflictos carecen de apoyo
popular y deben basarse en la coerción, y gratuita, la violencia brutal se dispensa contra la
población Kalyvas (2001). Con este criterio las recientes guerras civiles, por lo tanto, se
distinguen por ser criminales en vez de fenómenos políticos.

De acuerdo a lo expresado por Kalyvas, la explicación de este tipo de violencia común en


las guerras civiles, es decir, la violencia que es importante por su número de víctimas, su
barbarie (o brutalidad) y el hecho de que las víctimas y los verdugos han tenido una actuación
pacífica en su interacción del pasado (es decir, los vecinos) Kalyvas (2001).
84

Esta relación implica que en las nuevas guerras la declinación del conflicto armado ha
pasado de un estado a otro y del aumento percibido de la frecuencia de guerras civiles desde el
final de la guerra fría, especialmente en Europa, esto ha contribuido a una nueva onda del interés
en guerras civiles Kalyvas, (2001). Esta clase de interés se centra en la competición étnica
mientras que la actual fuente del conflicto se centra extensamente en guerras civiles de la
posguerra fría, es decir lo que se conoce como nuevas guerras civiles, frente a las conocidas
viejas guerras civiles.

Para concluir este apartado es importante resaltar la nueva geoestrategia de los grupos
criminales a nivel internacional, es así como existe hoy en día un acercamiento entre los carteles
mexicanos y grupos extremistas como ISIS, Talibanes e incluso la Guerrilla Colombia
FARC,hoy persiste con el seudónimo de disidencias de las FARC.tienen en común el tráfico de
drogas,finacian sus operaciones y ejercen la violencia para el control de zonas con fines
políticos, la producción de amapola y sus derivados.

El cartel de Sinaloa y el cartel de los soles, de la misma manera los grupos llamados
Bacrim o bandas criminales en Colombia, mantienen ese control de producción tráfico y
comercio de drogas, que de una u otra forma sirven para financiar estas organizaciones, obvio
existe un vínculo de corrupción con integrantes de gobierno tanto mexicano, colombianos y
afganos, con el patrocinio de los EEUU, para tener un control político en el negocio. Es así como
el narcotráfico es otro motivo de guerra no convencional que hoy persiste.

Mientras exista la oferta y la demanda del consumo de drogas sicoactivas, difícilmente la


violencia y las guerras terminaran y que decir del tráfico de armamento ¿quién provee a estas
organizaciones ¿, pues nada más y nada menos que los EEUU y RUSIA, quienes son los
mayores fabricantes de armas en el mundo.es un negocio redondo, por eso concluyo que la
violencia y las guerras continuaran…

8.5.4. Marco jurídico

El conflicto armado en Colombia, se caracteriza por la multiplicidad de manifestaciones


de violencia en contextos sociales que se han visto afectados en su desarrollo provocando
inequidad y pobreza.
85

La precisión del marco jurídico de regulación de este fenómeno social, es una dificultad
tanto histórica como normativa, aún vigente. La literatura nacional e internacional, se ha ocupado
de la guerra internacional, siendo los conflictos internos o no internacionales un asunto, cuya
comprensión, alcance o definición, se encuentra aún en construcción. Salomón (2004), en su
tesis doctoral sobre Introducción al Derecho Internacional Humanitario, aclara que “La aparente
tensión entre combatirlas o regularlas se soluciona con un Derecho que, aproximándose a la
lógica militar, intenta racionalizarla y reorientarla al único objetivo justificable en el marco de un
conflicto armado: vencer al enemigo”. (Corte Interamericana de Derechos Humanos, (2015).

En consideración a las obligaciones internacionales del Estado colombiano y con


fundamento en los artículos 93 y 214 de la Carta Superior, es pertinente destacar la vigencia
permanente en Colombia, en tiempos de paz y de guerra, del Derecho Internacional Humanitario
(Corte constitucional. Sentencia C-225 de 1995). Es así como los Cuatro Convenios de Ginebra y
sus Protocolos Adicionales y el Artículo 3º Común a ellos, constituyen la piedra angular de esta
disciplina jurídico-humanitaria, incorporada al derecho interno entre otras por la ley 5 de 26 de
agosto de 1960, por medio de la cual se aprueba el Acta Final y los Convenios suscritos por la
Conferencia Diplomática de Ginebra del 12 de agosto de 1949 (Convenio para mejorar la suerte
de los heridos y enfermos de las fuerzas armadas en campaña. Convenio para mejorar la suerte
de los heridos, enfermos y náufragos de las fuerzas armadas en el mar. Convenio relativo al trato
de los prisioneros de guerra. Convenio relativo a la protección de las personas civiles en tiempo
de guerra); la Ley 171 del 16 de diciembre de 1994, por medio de la cual se aprueba el Protocolo
adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativo a la protección de las
víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional (Protocolo II)" hecho en Ginebra 8
de junio de 1977, declarada exequible mediante sentencia C- 225 de 1995 de la Corte
Constitucional.

De igual manera, en el contexto de las fuerzas militares de Colombia se encuentra el


Derecho Operacional que es estudiado como una disciplina del actuar militar en los diferentes
procedimientos que tienen que realizar en aras del cumplimiento de la misión constitucional,
para tal fin, la Escuela Superior de Guerra publicó en diciembre de 2009 la primera edición del
Manual de Derecho Operacional del Comando General de las Fuerzas Militares, indicando el
contenido del mismo así:
86

Este Manual, provee de herramientas que ayudan a los miembros de las Fuerzas Militares
a asegurar la legalidad de las operaciones y facilita el acceso a un compendio que presenta de
manera ordenada las normas nacionales e internacionales y la doctrina operacional aplicable a la
conducción de las operaciones militares. (Escuela Superior de Guerra Colombia, (2015),

De esta manera, para los efectos propios de este trabajo la normativa aplicable al marco
de una guerra o conflicto dentro del Estado colombiano se encuentran en las referencias
mencionadas dentro de este aparte indicando tanto las de derecho internacional como las del
interno.

A continuación, podemos describir alguna el marco legal que se rige en el conflicto


armado interno con el objetivo de promover el restablecimiento de los derechos de las víctimas
del conflicto armado y el reconocimiento de su dignidad mediante estrategias y acciones que
contribuyan a la restauración de las relaciones sociales rotas, a la interrupción del ciclo violento
y a la reconciliación.

Tabla 2 marco legal del conflicto

MARCO NORMATIVO DEL CONFLICTO ARMADO

INTERNACIONAL NACIONAL

La Declaración Universal de los Derechos


Constitución política nacional 1991
Humanos.

El pacto Internacional de Derechos Civiles y


Ley 418 de 1997 (Ayuda Humanitaria a víctimas)
Políticos.

La Convención Americana sobre Derechos


Ley 387 de 1997 (Desplazamiento Forzado).
Humanos.

Derecho internacional humanitario Ley 975 de 2005 (Justicia y Paz).

Decreto 176 de 2008 (Comisión restitución de


inmuebles).

Decreto 1290 de 2008 (Reparaciones


administrativas).
87

Ley 1448 – (Ley de atención de víctimas y


restitución de tierras).

8.6. Actores del Conflicto.

Colombia, es un Estado en el cual se libra uno de los conflictos o guerras de más


duración en el mundo, razón por la cual, es objeto de estudio de diferentes autores; algunos de
ellos desde escenarios académicos y de investigación sociopolítica o socio-jurídica, y otros desde
su propia experiencia en el campo de batalla como sucede con algunos integrantes de las Fuerzas
Militares nacionales o extranjeros.

Para efectos de este trabajo se tratarán dos actores del conflicto armado en Colombia, por
un lado, las Fuerzas Militares (FF.MM) de creación constitucional, Constitución Política de
Colombia [Const]. Art. 217. Julio 07 1991 (Colombia) y de otro el grupo armado ilegal
autodenominado Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Los actores tomados como referentes para este documento son protagonistas sin
discusión en el conflicto armado colombiano; unos y otros han realizado o realizan acciones y
hostilidades de unos contra otros. Igualmente, unos y otros han realizado o realizan graves
infracciones al Derecho Internacional Humanitario. En palabras de Valencia,

Además, los grupos paramilitares o de autodefensas, así como los grupos guerrilleros,
cumplen con los requisitos de organización y mando, realización de operaciones militares
sostenidas y planificadas e incluso de control territorial, exigidos por los instrumentos y la
jurisprudencia internacional. Sin discusión alguna, la fuerza pública también cumple con estos
requisitos. La intensidad y prolongación del conflicto armado colombiano no es ni siquiera
objeto de debate Valencia (2013).

8.6.1. Fuerzas Militares

ARTICULO 217. La Nación tendrá para su defensa unas Fuerzas Militares permanentes
constituidas por el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea.
88

Las Fuerzas Militares tendrán como finalidad primordial la defensa de la soberanía, la


independencia, la integridad del territorio nacional y del orden constitucional.

La Ley determinará el sistema de reemplazos en las Fuerzas Militares, así como los
ascensos, derechos y obligaciones de sus miembros y el régimen especial de carrera, prestacional
y disciplinario, que les es propio.

En este aspecto la Corte Constitucional ha establecido características de la actividad


castrense en relación con la finalidad primordial de las Fuerzas Militares así:

La Constitución Política en su artículo 217 dispone que la finalidad primordial de las


Fuerzas Militares es la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio
nacional y del orden constitucional. El papel de las Fuerzas Militares entonces, como lo establece
la Carta no es otro que garantizar la defensa del poder constitucional legítimamente constituido.

La institución castrense se encuentra estructurada jerárquicamente y, tiene como soporte


inmodificable e insustituible de la vida militar aspectos como la disciplina, el servicio y el honor,
entendidos, como condiciones esenciales de toda fuerza militar que le permiten actuar como
garante para la defensa de las instituciones. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C- 709
de 2002. Beltrán (2002)

En la jurisprudencia de la Corte Constitucional de Colombia, se encuentran


pronunciamientos sobre la función de las Fuerzas Militares como el siguiente:

(…) las Fuerzas Militares como brazo armado del Estado, tienen por su propia naturaleza
funciones distintas a las de los servidores públicos civiles. Por ello, tienen una preparación
específica en establecimientos estatales adecuados para su formación; en su actuar obedecen
rígidamente al principio jerárquico; a sus miembros, se les somete por el ordenamiento jurídico a
disposiciones especiales, y las situaciones de enfrentamiento armado con los riesgos que éste
comporta no les son extrañas, sino que forman parte de su actividad normal, de su misión
institucional. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C- 1024 de 2002 Beltrán (2002)

En este mismo sentido, esta corporación se ha referido a la finalidad de las Fuerzas


Militares, así:
89

En virtud del ordenamiento superior las fuerzas militares tienen como finalidad
primordial la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del
orden constitucional, mediante el uso de las armas.

Dichas funciones tienen características especiales, entre las cuales ocupa lugar
fundamental la existencia de una jerarquía estricta y la aplicación también estricta de la relación
de mando - obediencia, prevista en el Art. 91 de la Constitución (…) Corte Constitucional de
Colombia. Sentencia C – 407 de 2003 Araujo (2003)

Al establecer la finalidad de las Fuerzas Militares, así como la misión que estas cumplen,
los miembros que la integran gozan de una protección especial llamada fuero penal militar, que
constitucionalmente se ha justificado de la siguiente manera:

La Institución del fuero militar se justifica sólo en razón a la índole e importancia de la


actividad que cumple la Fuerza Pública, constituyendo éste una situación particular y especial en
que se coloca a éstos sujetos en razón a su misma condición, sacándolos de lo general y común,
para darles un tratamiento especializado más no diferente, ni mucho menos preferente ni
privilegiado, como se tiende a creer erradamente, atribuyendo connotaciones que ni la
constitución ni la ley han previsto para el fuero militar. No se trata de favorecer la impunidad con
la existencia misma de dicha institución, pero sí, debe ser concebido dicho fuero sólo bajo la
perspectiva de la existencia de un órgano jurisdiccional especializado, independiente, autónomo
e imparcial, que para el efecto constituye el juez natural especial, a quien la constitución y la ley
le ha confiado la misión del juzgamiento de los delitos cometidos por los miembros de la fuerza
pública en servicio activo y en relación con el servicio. Se tiene entonces que el fuero penal
militar da lugar a la existencia de un régimen penal especial y el general lo constituye el régimen
penal ordinario. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C – 1149 de 2001 Araujo (2001).

De igual forma, el constituyente otorga el monopolio de las armas a la Fuerza Pública con
base en la Constitución Política de Colombia (Const). Art. 223. Julio 07 1991 (Colombia), así:

ARTICULO 223. Sólo el Gobierno puede introducir y fabricar armas, municiones de


guerra y explosivos. Nadie podrá poseerlos ni portarlos sin permiso de la autoridad competente.
Este permiso no podrá extenderse a los casos de concurrencia a reuniones políticas, a elecciones,
90

o a sesiones de corporaciones públicas o asambleas, ya sea para actuar en ellas o para


presenciarlas.

Los miembros de los organismos nacionales de seguridad y otros cuerpos oficiales


armados, de carácter permanente, creados o autorizados por la ley, podrán portar armas bajo el
control del Gobierno, de conformidad con los principios y procedimientos que aquella señale.

En este aspecto la Corte Constitucional ha explicado la connotación de este artículo


Superior así:

En este sentido la Corte ha hecho énfasis en que la posesión y porte de armas es en


principio exclusivo de la fuerza pública y demás cuerpos oficiales armados. Ha dicho la
Corporación lo siguiente:

"El único que originaria e incondicionalmente puede poseer y portar armas es el Estado a
través de la fuerza pública (CP art. 216) y los miembros de los organismos y cuerpos oficiales de
seguridad (CP art. 223) y su uso se circunscribe a los precisos fines y propósitos enunciados en la
Constitución y la Ley. Cualquier otra posesión y uso se deriva del permiso estatal. Junto al
indicado monopolio, dada la necesidad del permiso para la constitución y circulación de
derechos ulteriores sobre las armas y demás elementos bélicos, cabe reconocer una reserva
estatal de principio sobre su propiedad y posesión. A partir de esta reserva el Estado puede, en
los términos de la ley, crear y administrar titularidades privadas, a través de la técnica
administrativa del permiso. La propiedad y posesión de los particulares no tiene frente a este
conjunto de bienes un valor constitucional originario que pueda oponerse al Estado.

Por el contrario, cualquier titularidad proviene de éste y tiene el alcance relativo que
pueda en cada caso derivarse de las leyes (…) Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C –
404 de 2003 Tafur (2003)

Así las cosas, en términos generales se caracterizan las Fuerzas Militares como el actor
legal y constitucionalmente creado en el Estado colombiano para dar cumplimiento a la misión
encomendada dentro de la Carta por el constituyente primario; misión cuyo alcance e
implicaciones en el ordenamiento interno ha sido ampliamente desarrollado en la jurisprudencia
del intérprete de la Carta Superior, como es la Corte Constitucional.
91

8.6.2. Disidentes de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o Grupos


Armados Organizados Residuales (GAOR).

Las llamadas disidencias de las FARC, aquellos lideres o mandos que no se acogieron a los
acuerdos, en las negociaciones con el gobierno nacional, en el año 2016, no son específicamente
una guerrilla, son bandas criminales, en expansión relacionada con el tráfico de estupefacientes.

El termino disidente, es prácticamente una actitud, al cual denota el desacuerdo de algo o con
alguien o distanciamiento de un poder o autoridad política, el cual polariza su punto de vista y
posición y se caracteriza por el alejamiento y busca otras vías de legalidad.

Tabla 3 frente y lugar de operaciones FARC.

FRENTE Y LUGAR DE OPERACIONES

Frente 3 Departamento de Caquetá

Frente 5 Urabá antioqueño

Frente 16 Departamentos de Guainía y vichada

Frente 21 Departamento del Tolima

Frente 27 Departamento del meta

Frente 32 Departamento de putumayo

Frente 33 Región del Catatumbo

Frente 34 Departamento del choco

Frente 42 Departamento del meta

Fuente: elaboración propia 2021

8.6.3. Ejército de Liberación Nacional. ELN.


92

Desde el año 1964, surgió la organización guerrillera insurgente y terrorista de Colombia,


caracterizada por su extrema izquierda de filosofía marxista-leninista y formada e idealizada en
cuba bajo la influencia de la “che” Guevara y su pensamiento llamado el “foquismo”.
Actualmente es la única guerrilla activa y con el roll de guerrilla en Colombia. Desde el atentado
en contra en la Escuela de la Policía General Santander, con el atentado perpetrado por un coche
bomba, en donde perecieron un sinnúmero de policías, el presidente de turno Ivan Duque, los
declaro como Grupo Armado Organizado (GAO) para permitir que sus integrantes se puedan
desmovilizar y ser juzgado por delitos políticos.

De acuerdo a investigaciones el ELN, hace presencia en 17 departamentos en Colombia y cuenta


con más de 3000 hombres alzados en armas, una de las zonas en donde ha consolidado su
presencia es con la frontera con Venezuela, su accionar se caracteriza por periférica ósea el cual
es el eje de su modus operandi, ataque y huida cerca de las zonas fronterizas del país. Se dice que
tiene el apoyo del gobierno venezolano. Saavedra (2020)

Tabla 4 Regiones Fronterizas en donde hace Presencia del ELN

ZONAS FRONTERIZAS EN DONDE HACE PRESENCIA EL EJERCITO DE


LIBERACION NACIONAL ELN.

Arauca Frontera con Venezuela y Brasil

Boyacá Frontera con Venezuela

Casanare Frontera con Perú y Brasil

Cauca Frontera con Ecuador

Choco Frontera con ecuador

Norte de Santander Frontera con Venezuela

Sur del cesar Frontera con Venezuela

Fuente: elaboración propia 2021


93

El ELN siempre ha tenido una tímida expansión territorial, tras el retiro de la FARC en zonas
ocupadas, debido a que su capacidad de confrontación de otros grupos armados limita su
accionar, una de las causas es que es parte de comportamiento propio del grupo
guerrillero(Foquismo) aun necesita demandar su roll de legitimidad en la comunidad
internacional, como grupo armado, pero se ha fortalecido en zonas fronterizas, su profunda
relación con el narcotráfico es parte del primer eslabón como soporte de sostenimiento
económico.

Su accionar en zonas fronterizas les facilita el accionar del tráfico de estupefacientes, el voleteo,
el secuestro, la extorción, el reclutamiento forzado de mujeres y violación de menores y la huida
en caso de enfrentamientos con la fuerza pública el cual pocas veces dan el frente.
94

8.6.4. Bandas Criminales (Bacrim)

El término de bandas criminales (bacrim) se ha utilizado recientemente10 para señalar a grupos


de personas que se dedican, entre otras actividades, a traficar drogas, 10 Con posterioridad a la
desmovilización de los grupos de autodefensa en Colombia (año 2006 en adelante).

Los Urabeños es el grupo que más mancha el territorio colombiano, y en segundo lugar Los
Rastrojos. Un estudio de la organización Insaight Crime precisa que “son la combinación
perfecta del crimen organizado colombiano por ser los únicos en abarcar tres generaciones con
experiencia criminal”. El 'hombre fuerte' de la estructura es Darío Antonio Úsuga David, alias
‘Otoniel’.

La ola de expansión de Los Urabeños está enfocada en quitarle el corredor a la guerrilla en


departamentos claves o hacer alianzas para fortalecer las estructuras criminales para la
explotación ilegal de oro. Y advirtió el funcionario que las acciones del Estado lucen tibias
cuando se observa cómo se han disparado el desplazamiento, las desapariciones forzadas y las
amenazas a la población civil.

Figura 1 lugares donde hace presencia las Bacrim


95

Fuente. Fundación Paz & Reconciliación (2016)

8.6.5 Autodefensas Gaitanitas de Colombia (AGC) también conocidas como 'Clan del
Golfo'.

Por paramilitar se entiende la acción armada de un grupo con una estructura organizada, con
funciones similares o coincidentes con las de un ejército pero que, formalmente, no es parte de la
fuerza militar reconocida legalmente por un estado.

El término de bandas criminales (bacrim) se ha utilizado recientemente10 para señalar a grupos


de personas que se dedican, entre otras actividades, a traficar drogas, 10 Con posterioridad a la
desmovilización de los grupos de autodefensa en Colombia (año 2006 en adelante).

Los Urabeños es el grupo que más mancha el territorio colombiano, y en segundo lugar Los
Rastrojos. Un estudio de la organización Insaight Crime precisa que “son la combinación
perfecta del crimen organizado colombiano por ser los únicos en abarcar tres generaciones con
experiencia criminal”. El 'hombre fuerte' de la estructura es Darío Antonio Úsuga David, alias
‘Otoniel’.

La ola de expansión de Los Urabeños está enfocada en quitarle el corredor a la guerrilla en


departamentos claves o hacer alianzas para fortalecer las estructuras criminales para la
explotación ilegal de oro. Y advirtió el funcionario que las acciones del Estado lucen tibias
cuando se observa cómo se han disparado el desplazamiento, las desapariciones forzadas y las
amenazas a la población civil.

8.4.6. conflicto armado: una guerra asimétrica.

En los últimos años ha tomado un gran revuelo, el nuevo concepto para describir, el
enfrentamiento entre fuerzas irregulares e grupos insurgentes, se trata de la llamada “guerra
asimétrica” en donde se miden esos enfrentamientos, con fuerzas muy dispares, la asimetría
implica la ausencia de simetría es decir; la diferencia entre dos partes relacionadas con respecto a
un atributos observables, el cual intercambian diferencias,desiguldad e inequidad aunque no son
plenamente semejantes, de igual forma implica una relación desigual ,lejana entre las partes.
96

La guerra asimétrica es un enfrentamiento entre fuerzas de distinta capacidad y tamaño,


que como tal recurren a estrategias diferentes, que en el caso más débil se escapan a los métodos
convencionales, concebidos por la tradición de occidente, ampliando el espectro del conflicto
armado a dimensiones que van más allá del puramente militar Pinedo, (2010).

En este esclarecimiento, Pinedo (2010) inserta elementos que al identificas en un


conflicto o guerra darían como consecuencia la asimetría en el desarrollo de una confrontación
armada; en este aspecto la capacidad, el tamaño, los métodos y estrategias utilizados son las
características que subsume este concepto.

Resulta oportuna la descripción que de los mismos realiza Álvarez (2014), para ilustrar el
aparte del conflicto armado que nos ocupa, en relación con la asimetría, frente a los utilizados
por el actor legal o constitucional, como son las fuerzas militares:

En el caso del conflicto armado en Colombia, se trata de una prolongada guerra interna
que ha sido cruzada por una gran multiplicidad de factores de orden político, social, económico e
histórico, los cuales han intervenido tanto en su gestación y permanencia como en su evolución
reciente. También existen, factores de orden militar, poco analizados y que ameritan ser
examinados en su especificidad, ya que inciden sobre la marcha de los acontecimientos y es
probable que tengan influencia determinante sobre los futuros desarrollos de esta confrontación.

Álvarez, (2014). Las actuaciones realizadas en su momento por FARC mesclaron una
táctica de guerrillas utilizando como centro de operaciones las zonas rurales con población
campesina y, desde mediados de los años 80, tácticas terroristas que han incluido asesinatos,
secuestros, toma de rehenes y la colocación de coches bomba en lugares públicos. Sus atentados,
especialmente a partir de los años 90, han tenido muchas veces un carácter indiscriminado. Los
secuestros y la toma de rehenes han sido una forma de chantaje político y económico, al igual
que la extorsión a las grandes compañías petroleras con yacimientos en las zonas abruptas y
cercanas a los frentes de la guerrilla.

Según lo dicho por Álvarez(2014) las acciones violentas por la FARC,constituyeron


como un actor armado importante del conflicto armado en Colombia, sus métodos de combate
incluían guerra de guerrillas, combate regular convencional, minas antipersonas, uso de armas no
97

convencionales como bicicletas y cilindros bombas cargadas con metrallas,vilencia sexual contra
mujeres y niñas, reclutamiento forzado de menores,tomas guerrilleras de la población
desamparada e indefensas, violación a la libertad de expresión etc.

La guerra asimétrica en Colombia es un reflejo y a la vez una sumatoria de las


características y elementos no solo de guerra o conflicto asimétrico, sino del actor que marca la
asimetría del conflicto, según las descripciones y análisis realizados a lo largo de esta
investigación. Es así como para dar respuesta a la pregunta problema y sobre todo al objetivo
general y específicos, se realiza una aproximación a la noción de guerra asimétrica en Colombia,
en los siguientes términos:

Una confrontación de duración prolongada en el tiempo, entre fuerzas de distintas


características, para este caso, una fuerza estatal (Fuerzas Militares) y una no estatal (Farc-Ep),
que utiliza estrategias que lo hacen difícil de identificar por mimetizarse dentro de la población
civil, no posee un territorio determinado, busca sorpresa siempre en sus acciones, no respeta los
límites del derecho internacional humanitario, su estructura obedece a un mando central con
unidades operativas descentralizadas y autónomas; y que tiene como finalidad crear terror e
inseguridad en la población del Estado, así como, acciones militares de alto impacto y una
repercusión mediática que con ayuda de la tecnología busca el reconocimiento mundial. Lesmes
y Rodríguez (2016)

De esta manera, se ha realizado una caracterización del conflicto armado en Colombia


indicando orígenes, contexto, tiempo, modo y lugar donde se ha desarrollado esta guerra dentro
del Estado; así mismo, se han mencionado algunas tácticas y estrategias que se han usado dentro
de la confrontación objeto de estudio.

Tabla 5 caracterización y medios utilizados por las FARC en los enfrentamientos asimétricos.

CARACTERIZACIÓN Y MEDIOS UTILIZADOS POR LAS FARC EN LOS


ENFRENTAMIENTOS ASIMÉTRICOS

Métodos y medios  Minas antipersona


 Desplazamiento forzado
 Reclutamiento de niños niñas y
98

adolescentes
 Secuestro
 Extorsión
 Ataques a la población civil
 Ataques a bienes del Estado
 Tecnología
 Muerte a personas protegidas por el
DIH
 Uso de explosivos de forma
indiscriminada
 Uso armas no convencionales

Tiempo de duración 51 años de conflicto

Departamentos de Guaviare, meta, Caquetá,


Zonas de presencia de la FARC
Vaupés, vichada y putumayo principalmente.

Fuente. Elaboración propia 2021

8.7. Las víctimas del conflicto armado en Colombia

Uno de los grandes problemas del conflicto es el silencio que se teje en torno a muchos
hechos dolorosos, sufridos por campesinos, especialmente, tal como ocurrió en Montes de María,
con el aberrante asesinato de 15 campesinos, hecho que permaneció oculto a la opinión pública
durante mucho tiempo.

Es de señalar que, cómplice de esto, es el dolor que las personas se quieren evitar,
reeditando escenas en las que lo menos valioso era la vida de los señalados a ser víctimas de una
barbarie provocada por inescrupulosos y cuyo objetivo era, triste y simplemente, el
enriquecimiento ilícito, a través del despojo de tierras a quienes, durante años y años habían
hecho de ese escenario su laboratorio de vida, objetivo de sus esfuerzos y espacio para sus
sueños.

Se hace alusión en las líneas anteriores a la masacre de Los Guáimaros y el Tapón (San

Juan Nepomuceno, Bolívar). Los días 30 y 31 de agosto del 2002, 15 campesinos

cayeron víctimas de la violencia en las fincas El Tapón y Los Guáimaros. A raíz de

esta masacre, se generó el desplazamiento de familias enteras de los


99

corregimientos de Corralito y San José del Peñón, al tiempo que escalaba el

doloroso tercer lugar en importancia de las masacres ocurridas en Los Montes de

María.

En medio de la pregonada y cierta incapacidad del Estado para defender a los

campesinos del ataque de guerrilla y paramilitares, destaca el hecho de que la

masacre permaneció silenciada durante años, recordada únicamente por las

familias de las víctimas, las cuales se limitaban a conmemorar a sus muertos con

liturgias y conversatorios de carácter meramente regional, casi doméstico y

coloquial (CNMH, 2018).

Es necesario hacer énfasis en que, en gran parte, la causa del silencio fueron el

temor y la desinformación. Cuando los asesinos cometían sus fechorías, atribuían

los hechos a supuestas diferencias políticas; el mito de paramilitares vs guerrillas

por ideales populistas permitía que las gentes se atemorizaran, evitando hacer

alusión a todo aquello que significara rememoración de asesinatos. Todo era

atribuido a la guerrilla o a paramilitares, cuando en realidad los actores eran

muchos otros, interesados en sembrar el terror, con el fin de apropiarse lo que

para ellos significaba la oportunidad de enriquecerse ilícitamente, aprovechando la

lejanía del Estado, presente sólo en los palacios de gobierno de las grandes

ciudades.

De otro lado existía la tendencia, propiciada por interesados, a creer que muchas

de las narraciones eran mitos, inventos de las gentes, con el fin de restar

importancia a los hechos sangrientos que se desarrollaban sin más explicación que

el ruido de las armas y los gritos ahogados de los familiares de las víctimas, que

caían inocentemente, pero que eran acusadas de pertenecer o colaborar con

determinado grupo, igual fuese guerrillero o paramilitar.


100

Y es que la realidad de la violencia en Colombia surge más de la narración de

las víctimas que de los medios de comunicación. El desplazamiento se hizo visible

cuando las grandes ciudades comenzaron a vivir el impacto de gentes ocupando

los parques y sitios públicos, obligando a las autoridades y a los particulares a

prestar atención al fenómeno. Los medios de información eran tímidos ante unos

sucesos que ameritaban reflexión y cuidado, antes de proceder a informar. De

hecho, los datos concretos de las masacres y de la violencia en general se conocen

por medio de lo que las autoridades dejan conocer, ya que las amenazas a los

medios de comunicación incidían en un silencio que podría interpretarse como

cómplice, pero que no era sino el resultado de veladas amenazas que se hacían

circular, dado que a los actores no les interesaba que sus acciones se ventilaran en

los medios de comunicación, conscientes de que ello obligaría a las autoridades a

intervenir, limitando así su accionar y la búsqueda y alcance de los objetivos

previamente fijados

Hace dos años, los familiares de las 15 víctimas empezaron a llamar la atención de

su comunidad y del país con conversatorios, eucaristías conmemorativas y

monumentos. Por último lograron publicar un libro que hace referencia a los

dolorosos hechos, reivindicando la memoria de sus muertos. “Que se sepa que

fueron ejemplo y que no se fueron de esta vida porque quisieron, sino porque

otros se la arrebataron”, dicen. Este libro también es un peldaño hacia la búsqueda

de verdad.”

 Los testimonios de algunas de las víctimas, ya que no todas están dispuestas

a narrar los momentos macabros que otros incrustaron en los mosaicos de sus

vidas, son los que han venido gradualmente a reflejar una imagen aproximada de

lo que tuvieron que vivir las familias de las víctimas, en medio de la incredulidad
101

que le producían las acusaciones de los victimarios, orientadas a justificar sus

hechos. Muchas víctimas se desahogaron plasmando su realidad en escritos que

también son conocidos a cuentagotas porque, curiosamente, podría pensarse que

el país entero siente vergüenza de estos hechos y por ello no quiere revivir

situaciones que hablan muy mal de la moral de guerrilleros y paramilitares.

“En 2008, de la Fiscalía llega un oficio donde le dicen a mi hijo que

debe asistir a Sincelejo, que el postulado Salvatore Mancuso va a hablar

sobre la masacre del 23 de marzo de 1997 y allí confiesa que es el autor

material del homicidio de Álvaro Pérez Ponce. Lo asesinó porque

presuntamente era un guerrillero, pero no mostró la evidencia, un video o

una foto, algo que dijera que sí era guerrillero. Pregunto yo: ¿Será que un

guerrillero está con su familia en su casa y vestía ese día pantalón gris con

camisa de rayas manga larga, un sombrero de color marrón y unas

pantuflas, será que así visten los guerrilleros?, no usan fusil…” (CNMH, 2020).

En la narración de la esposa de una de las víctimas se refleja su pensamiento

simple, basado en la relación clara de hechos desde su enfoque causa/efecto.

Asocian al guerrillero y al paramilitar con una persona que usa fusil y esto permitió

que muchos cabecillas de una y otra fuerza se sentaran cómodamente en

despachos oficiales, hablando de la necesidad de una “paz concertada”, abonando

así el terreno en el que sembraban la duda de las gentes en quién era el causante

de las desgracias que derivaban de los asesinatos sin nombre y sin razón.

Según lo estipulado diario La República (sf) en su Ley de Victimas y restitución de


tierras Ley 1448 del año 2011, “por la cual se dictan medidas de atención, asistencia y reparación
integral a las víctimas del conflicto armado interno y se dictan otras disposiciones”, en su
artículo 3º, se consideran Víctimas, para los efectos de esta ley, aquellas personas que individual
102

o colectivamente hayan sufrido un daño por hechos ocurridos a partir del 1º de enero de 1985,
como consecuencia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones
graves y manifiestas a las normas internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión
del conflicto armado interno.

También son víctimas el cónyuge, compañero o compañera permanente, parejas del


mismo sexo y familiar en primer grado de consanguinidad, primero civil de la víctima directa,
cuando a ésta se le hubiere dado muerte o estuviere desaparecida. A falta de éstas, lo serán los
que se encuentren en el segundo grado de consanguinidad ascendente. De la misma forma, se
consideran víctimas las personas que hayan sufrido un daño al intervenir para asistir a la víctima
en peligro o para prevenir la victimización. La condición de víctima se adquiere con
independencia de que se individualice, aprehenda, procese o condene al autor de la conducta
punible y de la relación familiar que pueda existir entre el autor y la víctima.

El tema de responsabilidades en la victimización es un punto primordial, que debe ser


comprendido al margen del posconflicto. Tanto Estado como guerrilla tienen que asumir
públicamente un compromiso frente a las víctimas, aceptando que ambos realizan constantes
violaciones a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario. El Estado
colombiano deberá adjudicarse su responsabilidad en los procesos de desplazamiento forzado, en
las ejecuciones extrajudiciales, en la desaparición por motivos políticos, El autorreconocimiento
de los actores armados como victimarios corresponderá llevar a la reconstrucción de una justicia
reparativa transformadora, en donde se alcance a instaurar una distancia ética entre quienes
ejecutan los crímenes y quiénes son los afectados y afectadas. Y en este sentido, dicho
autorreconocimiento y admisión de responsabilidades deberá vislumbrar tanto el perdón
público como la no arbitrariedad penal de las víctimas.

La Ley 1448 de 2011, creó en Colombia un justo procedimiento para salvaguardar,


asistir, atender y reparar integralmente a las víctimas del conflicto armado en Colombia. Esto es
una novedad en la historia del país; todas las instituciones del país se han puesto en marcha para
ayudarles a restañarse las heridas que les han dejado varios años de conflicto armado. La
reparación integral a las víctimas involucra no sólo una indemnización monetaria o la restitución
de tierras, sino un acompañamiento del Estado en materia de educación, salud, vivienda,
programas de empleo, emprendimiento y generación de ingresos, entre otros, así como acciones
103

para reintegrar su dignidad, su memoria, saber la verdad y crear las condiciones para que hechos
como los que soportaron no vuelvan a repetirse.

Así mismo, la ONU (2019), en su Declaración sobre los principios fundamentales de


justicia para las víctimas de delitos y del abuso de poder, describe que:

…son víctimas, las personas que, individual o colectivamente, hayan sufrido


daños, inclusive lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera o
menoscabo sustancial de los derechos fundamentales, como consecuencia de acciones u
omisiones que violen la legislación penal vigente en los Estados Miembros, incluida la
que proscribe el abuso de poder”

Esto implica que lo que se pretende es buscar acercamiento del Estado con las víctimas,
mediante coordinación eficiente y realizar acciones transformadoras, que promuevan la
participación efectiva de las víctimas en su proceso de reparación. Además, busca brindar una
respuesta integral a las víctimas para que se sientan reparadas, y fortalecer la credibilidad y la
capacidad del Estado para dar respuesta a las emergencias humanitarias e impedir nuevas
violaciones a los Derechos Humanos (ONU, 2019). Otro asunto fundamental para tener en
cuenta es el reconocimiento y la participación de las víctimas en los distintos escenarios sociales,
políticos y económicos.

Para el presidente de la República de Colombia en esa época (Santos, 2017), "En


Colombia hay 8.376.463 víctimas del conflicto armado, razones suficientes para trabajar por un
país en paz" (p.1); indicó el mandatario que: "el mejor homenaje a las víctimas es garantizarles la
verdad y la no repetición, bases de la implementación de la paz" (párr.1) Hoy según cifras
arrojadas por la Red Nacional de Información (RNI, 2020) hay un total a la fecha de 9.165.126
víctimas del conflicto armado ocurridos en 10.608.112 eventos violentos. Como se puede
observar, las cifras aumentan exponencialmente. A continuación, se observa en las tablas de la
información arrojadas por la RNI:
104

8.7.1. Resultados de víctimas del conflicto armado según RUV.


Tabla 6. Victimas por Hecho Victimizante. Todos los departamentos y municipios del país.

Fuente: RNI - Red Nacional de Información, (2021). Nota: Fecha de corte: 30.sep. 2021.

En el artículo 153 de la Ley de Víctimas se estableció a la RNI como el instrumento que


garantiza al Sistema Nacional de Atención y Reparación a las Víctimas una rápida y eficaz
información nacional y regional sobre las violaciones a los DDHH y DHI de la población
víctima

Fuente: RNI - Red Nacional de Información, (2021). Nota: Fecha de corte: 30.sep. 2021.

Lo anterior implica que según el RUV,registro unico se considera lo siguientes terminos de


referencia :
105

Victima: Se considera victima para efectos de la ley 1448 /2011 aquellas personas que
individual o colectivamente hayan sufrido un daño por hechos ocurridos a apartir de enro de
1985,como consecuencia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones
graves y manifiestas a las normas internacionales de Derechos Humanos,ocurridas con ocacion
del conflicto armado interno.

Según el RUV a fecha de 30 de septiembre de 2021 van 9.189.839 victimas del conflicto interno
de nuestro pais,deafortunadamente estas cifras son exponenciales.

Victima sujetos de atencion: son personas reconocidas en el marco de la ley 1448 de /2011 que
pueden acceder efectivamente a las medidas de atencion y/o reparacion.no presentan novedades
de por fallecimiento a caus o no del hecho victimizante,identificadas con numero de documento
validos y han solicitado ayuda humanitaria directamente a traves de un familiar,que de acuerdo
con la ubicación conocida vive en el territorio.

Victimas por ubicación:personas reconocidas en el marco de la ley 1448/2011 que de acuerdo


con la ultima ubicación conocida vive en el territorio.

Evento . ocurrencia de un hecho victimizante a una persona,en un lugar(municipio)y en una


fecha determinada.

Hecho Victimizante : Son aquellas víctimas que han sido objeto de intimidaciones, físicas,
verbales, psicológicas, con causa y en ocasión al conflicto armado interno.

Víctimas ocurrencias: personas reconocidas en el marco de la ley 1448/2011, que fueron


victimas de un hecho victimizante en el territorio colombiano.

Víctimas declaración: personas reconocidas en el marco de la ley 1448/2011, que declararon


(narraron el hecho victimizante).

Víctimas directas: El/la cónyuge, compañero(a) permanente, o los parientes de los


miembros de grupos armados organizados al margen de la ley serán considerados
como víctimas directas por el daño sufrido en sus derechos en los términos del artículo tercero
3 de la Ley 1448 de 2011.

Victimas indirectas: Son víctimas indirectas los familiares o aquellas personas físicas a cargo


de la víctima directa que tengan una relación inmediata con ella.
106

 De la tabla anterior se concluye que a la fechan van 8.189.839 victimas de las cuales bajo
la figura de hecho victamizante, las mas afectadas han sido por desplazamientos forzados
con 8.176.460 , por homicidios 1.069.810 y por amenzas 34.200 victimas.
 Por otro lado las victimas sujetas de atencion van en 7.389.814 victimas de las cuales
bajo la figura de hecho victimizante,las mas afectadas sigue siendo las victimas mas por
desplazameinto forzado con 6.732.850,por homicidios 743.677 y por amenzas 513.283.
 De la misma manera las victimas por eventos va un promedio de 11.677.074 victima de
los cuales por desplazamiento 9.183.766 ,por homicidio 1.165.201victimas.
 Con referente a las victimas directas: por desaparicion forzada esta en 50.539
victimas,por homicido 273.103 y por secuestro 34.481 victimas.
 Con referente a las victimas indirectas : por desaparicion forzada esta en 136.840,por
homicidio 796.707 y por secuestro 2.971victimas.
 Dando como resultado un porcentaje total asi:
 Desaparcion forzada :victimas directas 27% y victimas indirectas 73%
 Homicidio : victimas indirectas 74.5% victimas directas 25.5%
 Secuestro : victimas indirectas 7.9% victimas directas 92.1%

Tabla.10. Victimas por hecho victimizante-Municipio El Carmen de Bolívar

Por eso, así como el conflicto en Colombia ha dejado tras de sí un vestigio de sangre,
107

Fuente: RNI - Red Nacional de Información, (2021). Nota: Fecha de corte: 30.sep. 2021.

De las evidencias estadísticas arrojadas por la red nacional de información de víctimas


RNI con referencia al municipio del Carmen de Bolívar, se concluye que:

 Las víctimas por hecho victamizante señala que hay 135.952 victimas de las
cuales se destacan las víctimas por desplazamiento forzado en 132.324 y por
homicidio 4.535 víctimas.
 Además, las victimas por declaración está en 70.087 víctimas de las cuales se
subrayan las victimas por desplazamiento forzado 68.270 y por homicidio 2.196.
 Así mismo, las victimas por ubicación está en 54.340 víctimas de las cuales se
destacan las victimas por desplazamiento forzado 53.550 y por homicidio 2.010.
 Igualmente, las victimas por sujetos de atención se ubica en 48.246 victimas de
las cuales se destacan por desplazamiento forzado 47.618 y por homicidio
1. 748.victimas
 En tal sentido, las victimas por eventos se sitúa en 157.759 victimas de las cuales
se destacan por desplazamiento 145.719 y por homicidio 4.743 víctimas.
 Es así como, por hecho victimizante con referencia a las víctimas directas en
desplazamiento forzado se ubica en 233 y de la misma forma el desplazamiento
forzado en víctimas indirectas arroja un resultado de 659 víctimas.
108

 Con respecto a los homicidios en victimas directas encontramos un total de 1031


y en victimas indirectas un total de 3.504.
 Aunado a esto en secuestros en víctimas directas hallamos un total de 125 y 7 en
victimas indirectas.
 Dentro de este marco, da como resultado un porcentaje en:
 Desaparición forzada: victimas indirectas un total de 73.9% y victimas
directas 26.1%
 Homicidio: victimas indirectas un total de 73.3% y víctimas directas
26.7%
 Secuestro: victimas indirectas un total de 5.3% y víctimas directas 94.7%

Como se puede apreciar la desaparición forzada es tal vez una de las prácticas represivas
más crueles e inhumanos de las que se han valido regímenes y organizaciones para imponer su
control y su poder. Es una forma de violencia capaz de producir terror, de causar sufrimiento
prolongado, de alterar la vida de familias por generaciones y de paralizar a comunidades y
sociedades enteras.

En nuestro país, por lo menos hay un porcentaje de 80.000 personas desaparecidas, dato
arrojado por Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) fue consolidarlas y así, en el 2016.

La desaparición forzada es consumada como castigo de forma selectiva contra:


 Identidades políticas disidentes.
 Prácticas entendidas como inmorales o amenazantes del orden social que imponen los
actores armados.
 Prácticas que perjudican el poder y control que los actores armados ejercen.

Fundamentalmente en el campo, la ley de víctimas es un indicio del proceso de


maduración de la democracia colombiana y de que la agenda del país camina en el sentido
correcto para la paz. Con base en los expresado por el periodista Barragan (2019), el Presidente
Iván Duque anunció que buscará prorrogar por 10 años más la Ley de Víctimas; así mismo
explicó el mandatario Duque que: el mecanismo con el que cuenta el Gobierno Nacional para la
prórroga es radicar un proyecto con mensaje de urgencia al Congreso de la República y expresó
literalmente estas palabras: “Debemos presentar al Congreso de la República un proyecto de ley
con mensaje de urgencia para poder extender la vigencia de la Ley de Víctimas por 10 años más,
109

para garantizar la atención y reparación a esa población, afectados por años por el terrorismo y
violencia” (Duque, sf).

en el Acuerdo de Paz, sino que las políticas públicas de reparación administrativa y


restitución de tierras que están contenidas en esta norma son necesarias a la hora de avalar el
cumplimiento del Acuerdo.

Afirmó además el mandatario Iván Duque: "Vamos a actualizar todos los decretos con
fuerza de ley que también extienden esa cobertura a las víctimas por grupos étnicos, en un
mecanismo de diferenciación; nosotros como gobierno queremos seguir cumpliéndoles a las
víctimas y la reparación queremos que sea una realidad” (Barragán, 2019). Según lo que indica
el actual presidente de la república de Colombia, lo que se busca en esta nueva implementación o
modificación es darle fuerza y poder de la ley para poder atender con diferenciación bajo el
criterio de víctimas a las minorías y seguir buscando mejores recursos y un mejor encausamiento
para el beneficio de estos programas de reparación." Se entenderá que la Ley 1448 de 2011, así
como los decretos 4633, 4634, 4635 de 2011 tendrán vigencia hasta el 7 de agosto de 2030".

La Ley 1448 y los Decretos-ley 4633, 4634 y 4635 de 2011, que tienen el mismo rango
constitucional, adoptados en el marco de la justicia transicional, se constituyen en las
herramientas fundamentales de la política pública del Estado, para saldar la deuda social con las
víctimas directas del conflicto. La importancia de la prórroga de la mencionada Ley es que
existen nuevas dinámicas del conflicto que se vive en Colombia, con nuevos actores armados
entre los que están las disidencias de las FARC, el ELN, el Clan del Golfo o los Caparrapos, los
cuales han generado más víctimas de desplazamiento, homicidios y reclutamiento en este país y
éstas requieren atención para afrontar las afectaciones que dejan las hostilidades del conflicto
armado.

Según lo planteado por Domínguez (2014) este histórico de acciones de reparación a las
víctimas, dan cuenta de los avances en las políticas y programas que han buscado la defensa
protección y restitución de derechos a la población desplazada; sin embargo, la complejidad y
magnitud de esta problemática social, ha rebasado las capacidades de las instituciones y ha
generado dificultades en la aplicación de las leyes, su cumplimiento ha sido insuficiente y se
cuestiona que la atención asistencialista predominante que se proporciona a la población
desplazada, invisibiliza las posibilidades humanas de autogestión y empoderamiento de sus
110

procesos de afrontamiento y superación de las crisis.


Con todas sus ventajas y limitaciones, la ley tiene riesgos y desafíos añadidos que solo podrán
ser superados a partir de una reglamentación apropiada, y de clara voluntad política a la hora de
ser implementada. El tema del impacto fiscal y la inversión del Estado en materia de
reparaciones sigue siendo el fantasma que ronda la ejecución de la ley; el Estado y la sociedad
deben hacer los esfuerzos necesarios para que las disposiciones establecidas en esta se hagan
realidad. Domínguez (2014).

8.8. Estudios sobre conflicto Armado en Colombia

En este espacio se presenta una revisión bibliográfica de las causas del conflicto armado
colombiano. Es así como Yaffe (2011), en su artículo titulado: Conflicto armado en Colombia:
análisis de las causas económicas, sociales e institucionales de la oposición violenta, cuyo
objetivo primordial fue el de entender por qué ha sucedido una reducción desigual en los niveles
de conflicto violento a través de las regiones del país, en el período desde el año 2003 hasta el
año 2010, hace un análisis de las causas económicas, institucionales y sociales, así como las
discusiones teóricas vigentes.

Yaffe (2011) concluye que las variadas causalidades el fenómeno colombiano, el


conflicto interno y la guerra civil, es la que lo hace tan complejo; por tal razón es que todos los
estudios encauzados a analizar la variación en el conflicto violento armado en Colombia, deben
tener en cuenta todas las variables, tales como las instituciones, el tipo de régimen, la presencia
Estatal y la inclusión o exclusión política. La guerra y los enfrentamientos entre los actores del
conflicto son asimétricos y periféricos, unas por la desproporción de los recursos bélicos. La
guerrilla utilizó elementos y tácticas diferentes para enfrentar a las organizaciones del Estado;
generalmente se caracteriza por evadir enfrentamientos directos, el factor sorpresa es lo
predominante y periférica; en este caso las organizaciones al margen de la ley tienen su eje de
operaciones en las fronteras del país pues les hacen fácil evadir enfrentamientos con las FFMM,
fuerzas militares de Colombia y sólo dan un a paso al otro lado de la frontera en donde son
refugiados por otras organizaciones.

Tal como se ha detallado en el transcurso de la investigaciones, las variables que indica


Yaffe (2011), en detalle las causas del conflicto armado que son materia de estudio son :la
111

debilidad del Estado, y la ausencia del Estado en extensas regiones del territorio nacional, el
inconveniente de la posesión de la tierra, la existencia de evidentes diferencias económicas y
falta de aplicación de políticas rurales, la polarización y persecución de la población civil, debido
a su alineación política, y la falta de espacios democráticos y participativos, las desigualdades
sociales y la falta de acceso a la educación y a la salud, la presencia y crecimiento de una
producción del narcotráfico que se ha introducido en todos los sectores de la sociedad y del
Estado entre otras que agudizan la problemática del conflicto. Sin embargo, existen
investigadores que han considerado un sin número variables o factores sobre el conflicto interno
armado en Colombia, las cuales, a groso modo se muestran en la tabla 4.

8.7 Factores del Conflicto Interno Armado


Tabla 9. Causas del conflicto armado según autores

Factores Económicas Autores

Resentimiento, desigualdad e injusticia: Gurr, (1970)


discrepancia entre lo que las personas piensan que Ballentine y Sherman
merecen, y lo que realmente alcanzan. (2003)
_______________________________________
_____

Codicia: realza el papel de los incentivos Bates, 2008


financieros para fomentar la rebelión, haciendo énfasis Collier y Hoeffler (1998,
en las rentas públicas y los recursos naturales, 2004)
argumentando que juegan un papel fundamental en
Blattman y Miguel (2010)
desencadenar y sostener la violencia política.

_______________________________________
_____

En las sociedades prevalentemente pobres se


pueden reclutar fuerzas armadas irregulares a bajos
costos; en consecuencia, los actores sociales desafían la
autoridad estatal con el fin de apropiarse de los recursos
112

“saqueables”

_______________________________________
______

Desigualdad y violencia: los conflictos internos Hardy (1979)


tienen consecuencias devastadoras sobre la calidad de Weede (1981)
vida y la salud, lo cual debilita el argumento de
causalidad directa y de sentido único entre pobreza y
conflicto social

_______________________________________
______

El origen de los conflictos violentos se encuentra Ballentine y Nitzchke


en los resentimientos generados por la mala (2003),
administración de los recursos, por la desigual Ballentine y Sherman
repartición de las riquezas derivadas de estos recursos, y (2003).
por las políticas gubernamentales que impiden que
muchos sectores se beneficien de estas riquezas.

_______________________________________
______

El resentimiento y la desigualdad son factores Collier y Hoeffler (2004)


desencadenantes de los conflictos violentos, mientras
que la codicia por el acceso a los recursos naturales y
financieros contribuyen a perpetuarlos., el acceso a
recursos económicos lucrativos es un factor más
importante para la continuación de los conflictos
armados que para su aparición.

_______________________________________
______

El conflicto aparece originado por Sánchez y Chacón (2006)


resentimientos y agravios y, luego, es perpetuado por la
113

pugna por los recursos saqueables y el acceso a las Pizarro (2004)


finanzas públicas. Restrepo (2006),
______________________________________________________________

Autores

Factores políticos e institucionales

Primero enfoque argumenta que la oposición Goldstone, Gurr, Marshall y


violenta es el resultado de falta de presencia estatal e Vargas, (2004)
insuficiente provisión de bienes públicos.

_______________________________________
______

Segundo enfoque plantea que la inclusión


política –incluyendo número de partidos, competencia
electoral, acceso efectivo a las instituciones, etc.

_______________________________________
______

Las medidas de capacidad y fortaleza Fearon y Laitin (2003)


institucional son robustos pronosticadores de guerra
civil y el conflicto violento es engendrado por
gobiernos centrales débiles y por condiciones sociales
que favorecen la insurgencia

_______________________________________
______

Plantea que existen tres (3) factores Kalyvas (2007)


fundamentales para la irrupción de guerras civiles:
antagonismo étnico, presencia de recursos naturales y
debilidad estatal. Cada uno de estos elementos
incrementa el riesgo de guerra civil, especialmente en
114

los países más pobres.

_______________________________________
______

Causas políticas e institucionales Autores

Examina la múltiple causalidad de la violencia Uprimny (2001)


en Colombia; su argumento confirma que la precariedad
del Estado colombiano es el elemento clave que explica
la persistencia de la violencia.

_______________________________________
______

Reafirma el argumento de multi–causalidad de la Sánchez (2007)


violencia en Colombia y precariedad estatal, planteando
que la actividad armada ilegal tiene causas claramente
identificables, como ''polarización política, impunidad,
búsqueda de rentas, mercados ilegales, carencia de
fuerza pública, disputas territoriales entre grupos al
margen de la ley, etc.

_______________________________________
_____

Analizan las relaciones entre pobreza y conflicto Restrepo y Aponte, (2009)


en Colombia adoptando, para ello un enfoque
institucionalista.

_______________________________________
_____

Concluyen que ''dadas las debilidades Holmes, Amin y Curtin,


institucionales y las dificultades del terreno, (2006)
históricamente Colombia ha sido incapaz de proveer una
presencia estatal significativa de manera uniforme a lo
115

largo del país''

_______________________________________
______

La tendencia general que ha prevalecido en el Leal (2006)


país desde el Frente Nacional ha sido la incapacidad de
los gobiernos para diseñar una política de seguridad
integral, con objetivos claramente definidos.

_______________________________________
______

Ni la pobreza, ni las desigualdades, ni ninguna Gaitán (1995)


de las llamadas ''causas objetivas'' de violencia podrían
por sí solas explicar los altos grados de oposición
violenta en Colombia.

_______________________________________
______

Décadas de conflicto armado han dejado mella Rettberg (2010)


en todas las instituciones –formales e informales,
oficiales y privadas– colombianas y dejarán como
herencia una estructura de incentivos y prácticas que
puede ser más difícil de superar que la voluntad de
guerra de los actores actualmente enfrentados.

_______________________________________
______

Identificar los ''sistemas de guerra'', definidos Rechani (2002)


como estructuras de poder y arreglos institucionales
irregulares, que surgen cuando las instituciones estatales
fracasan en su rol de mediar o arbitrar los conflictos
entre grupos antagónicos.
116

_______________________________________
______

Causas sociales y culturales Autores

El conflicto violento colombiano tenga sus Sriram (2004)


raíces en las relaciones familiares y vecinales, y en la
pérdida de valores y de cohesión, todos ellos elementos
vinculados al ámbito social

_______________________________________
______

Analiza el papel que tradicionalmente ha Le Grand (2003)


desempeñado la sociedad civil colombiana, y cuestiona
cómo ésta podría conducir el conflicto a una resolución
pacífica.

_______________________________________
______

Identifica la presencia de capital social como un Sudarsky (2008)


posible generador de cambio en las estructuras sociales
y económicas, con el consecuente efecto que ello podría
tener sobre el conflicto violento.

_______________________________________
______

Analiza las diferentes expresiones de reacción Serbin (2008)


ciudadana frente a la violencia, y el rol particular que
asume la sociedad civil tanto en la creación y
sostenimiento del conflicto violento como en su
resolución pacífica.

_______________________________________
_____
117

Fuente: Elaboración propia, (2021).

Es importante resaltar investigaciones relacionadas con esta temática, cuyo fin primordial
es la resiliencia enfocada hacia las víctimas del conflicto armado en Colombia, para establecer
una base sobre sus necesidades, expectativas y capacidades. De igual manera la relación que
tienen sus Objetivos de investigación, planteamiento del problema, Metodologías utilizadas, a
qué grupo poblacional se enfocaron, cuáles fueron los instrumentos empleados y cuáles fueron
los resultados obtenidos. Las diferentes informaciones bibliografía recopiladas y presentadas en
este estado del arte, enriquecen este trabajo sobre la forma como las víctimas del conflicto
armado en Colombia tuvieron la capacidad de adaptación y reacción a los diferentes eventos
violentos y la forma como pudieron resolverlos para poder acomodarse a la situación y
sobreponerse a los hechos.

A propósito de la temática que abordó el primer trabajo es el de Acosta (2018), cuyo


título es: “La Resiliencia, una mirada hacia las víctimas del Conflicto Armado Colombiano”,
cabe destacar que la autora no sólo se centra en buscar información relacionada con el tema para
la construcción de su estado del arte, sino que, además, se dedicó en buscar información sobre
las víctimas, cómo alcanzaron sobreponerse al dolor, cuáles fueron los instrumentos y destrezas
que emplearon a nivel personal, familiar y social para hacer frente a las problemas generadas por
el conflicto armado, cómo alcanzaron restituir su proyecto de vida y que factores propiciaron
este proceso de violencia.

Es así como Acosta (2018), en su estado del arte menciona los objetivos más utilizados
en las investigaciones sobre Resiliencia, de los cuales se mencionan los siguientes: Comprender,
desde la mirada de los niñas y niñas, que significa ser víctimas del desplazamiento forzado y
como estas vivencias transformaron su realidad. Establecer la relación entre las estrategias de
resiliencia, el desarrollo y la resignificación de labores ocupacionales en mujeres víctimas de la
violencia. Identificación de factores de personalidad asociados a la resiliencia. Importancia del
arte como mecanismo para el fortalecimiento de la resiliencia en niños víctimas de
desplazamiento.

Con respecto a las diversas metodologías escogidas por Acosta (2018), fue un estudio de
tipo descriptivo, por medio un proceso analítico hermenéutico que interpretó y validó la
experiencia de las víctimas. Empleo de instrumentos cuantitativos como la encuesta de
118

características sociodemográficas, el Cuestionario de síntomas SRQ, la Prueba de Estrés


Postraumático (diseñada a partir de los criterios diagnósticos del DSM-IV, la Escala de
Estrategias de Afrontamiento Modificada y la Escala de Resiliencia de Adultos, entre las más
importantes metodologías usadas en las investigaciones realizadas sobre el fenómeno de la
Resiliencia de las víctimas de la violencia en Colombia.

En lo que respecta a los diferentes resultados obtenidos por Acosta (2018), en relación
con los factores de riesgo se encontró que ser niño de sexo masculino está asociado en la
manifestación de problemas asociados a depresión, adaptación social y agresividad; en los
adolescentes, ser de sexo masculino y contar con menor grado de educación propician la
aparición de problemas somáticos, ante ello las victimas expresan la necesidad de recibir más y
mejor atención en salud mental. El grupo de adultos estudiado presentaron niveles de resiliencia
entre el 32% y 61%; en cuanto al grupo de los adolescentes se encontraron altos niveles de
resiliencia asociados a la búsqueda de redes de apoyo, desde esta perspectiva y pese a las
circunstancias, las víctimas han logrado sobrellevar las situaciones y reconstruir sus proyectos de
vida.

Investigadores como Palma y Castillo (2016) en su tesis de Maestría en Derechos


humanos y Cultura de Paz bajo el título: Resiliencia en Mujeres Viudas por el Conflicto Armado
vinculadas a Fundida en Tumaco, identificaron los factores sociales e individuales, en un grupo
de mujeres viudas por el conflicto armado, los cuales pueden influir en el desarrollo de
comportamientos y actitudes resilientes. Su objetivo principal fue el de Explorar la construcción
de factores protectores posibilitadores de resiliencia individual y comunitaria en mujeres viudas
por el conflicto armado a partir su organizacional institucional como Funvida.

Es una investigación de tipo exploratoria, porque en ella se pretendía identificar a


aquellas mujeres viudas por causa del conflicto armado en el municipio de Tumaco; conocer
cuáles fueron los elementos protectores individuales y comunitarios que promueven la resiliencia
a través de una entrevista semiestructurada con preguntas abiertas en un trabajo de campo. Los
resultados de esta investigación, abren un camino para avanzar y profundizar en otros trabajos
similares para que exploren el desarrollo de las destrezas individuales de liderazgo; así como
también puedan mejorar el capital social humano dentro de las organizaciones e impulsar la
resiliencia en grupos poblacionales que hayan sufrido condiciones similares para que decidan
119

organizarse con personas que hayan sufrido las mismas condiciones, con el fin de trabajar en
forma conjunta y restituir sus derechos.

Otro artículo relacionado con los aspectos psicológicos, es el de Ramírez et al (2016),


titulado Afectaciones psicológicas, estrategias de afrontamiento y niveles de resiliencia de
adultos expuestos al conflicto armado en Colombia, se establecieron las afectaciones
psicológicas, las estrategias de afrontamiento y niveles de resiliencia de seiscientos setenta y
siete (677) adultos, los cuales fueron expuestos al conflicto armado en un municipio colombiano.
La metodología que utilizaron en esta investigación, fue la selección los individuos del estudio,
mediante un muestreo polietápico, propositivo aleatorio, que implicó una muestra intencional de
la población más expuesta a las situaciones de conflicto y un muestreo aleatorio por fijación
proporcional por edad y localización de vivienda (urbana o rural). En el que se incluyó a todas
las personas mayores de dieciocho (18) años, que expresaron su deseo voluntario de participar,
que llevaban como mínimo veinte (20) años viviendo en ese municipio. Así mismo, participaron
las personas que sabían y que no sabían leer y escribir. Se aplicaron los cuestionarios de
síntomas, prueba de estrés postraumático y escalas de estrategias de afrontamiento y resiliencia.
Los resultados encontrados fue que la escala de estrategias de afrontamiento más empleada, la
religión y esperar que las cosas se arreglen solas; mostraron un nivel de resiliencia moderado y
con respecto a la percepción de salud fue baja y la necesidad de atención de estos fue muy alta.

En la tesis doctoral elaborada por Medina (2010), cuyo título es: FARC-EP Y ELN: Una
historia política comparada 1958- 2006, se expresa que, el comportamiento de estas dos (2)
organizaciones, mencionadas en el título, se encuentra definida por la tensión entre una matriz
que define la percepción que se tiene del mundo social y, la comparación de esa matriz con un
mundo real externo. Cada uno de ellos tiene su propia identidad, en donde cada actor construye
su propio sistema de auto referencia, su cultura, su forma de apreciar el universo social,
comportarse en él, la capacidad que ellos tienen de construir la historia del sujeto social y
político a través de una historia de conflicto y confrontación permanente.

Con respecto a los resultados de esta investigación, afirma Medina (2010) que aún están
por escribirse; debido a que en este documento lo más importante es hacer un estudio histórico-
etnográfico o construir una historia comparada de estas dos (2) organizaciones. Dice además que
posee documentos, discursos y otros tipos de documentos sobre sus historias de vida personal e
120

historia de vida de cada uno de los miembros de estas organizaciones que le permiten conocer
todo lo relacionado a estos grupos y construir su memoria. La metodología utilizada fue de tipo
documental sobre fuentes primarias construidas por el autor, debido al sin número de
limitaciones de producción académica existente al respecto sobre las historias de esas
organizaciones. En términos generales las causas del conflicto armado en Colombia se pueden
resumir en tabla 5.

8.8. Causas del Conflicto Armado en Colombia


Tabla 10. Causas del conflicto armado en Colombia (resumen)

Causas del conflicto armado en Colombia(resumen)

Tesis Autores

La debilidad del Estado, y la ausencia Yaffe (2011).


del Estado en amplias regiones del territorio
nacional.

_______________________________
___

El problema de la posesión de la Fajardo (2019)


tierra, la existencia de marcadas diferencias
económicas y falta de aplicación de políticas
rurales

_______________________________
_____

La polarización y persecución de la Giraldo (2015), Wills (2015)


población civil debido a su orientación
política, y la falta de espacios democráticos y
participativos

_______________________________
_____

Las desigualdades sociales y la falta Sanabria, Torres y William (2016)


121

de acceso a la educación y a la salud. Ducan (2014)

La existencia y crecimiento de una Medina (2018)


industria del narcotráfico que se ha
introducido en todos los sectores de la
sociedad y del Estado.

_______________________________
______

La injerencia de los Estados Unidos y Vega (2016)


las políticas contrainsurgentes.
Fuente: Elaboración propia, (2020).

Realizando una compilación sobre los orígenes del conflicto armado en Colombia y sus
razones, se halla que son muy ambiguas, porque de una u otra manera no existe un consenso de
los investigadores sobre los hechos, pero en la actualidad las razones caras y precisas son las que
se señalan en el anterior cuadro y que de una u otra forma se acerca más a la realidad de las
cosas.
122

9. APROXIMACIÓN AL OBJETO DE ESTUDIO

Este informe de investigación que representa un largo proceso y estudio sobre este tema
en particular y también es el resultado de una larga experiencia en la academia. No parece
necesario justificar los motivos que se indujeron en proponerlo, dado que puede intuir fácilmente
de las líneas precedentes. No obstante, es pertinente que se presenten algunos apartados para
justificar el objeto de estudio de la forma como se ha abordado y la manera de presentarlo.

La subregión de los Montes de María se encuentra ubicada entre los departamentos de


Bolívar y Sucre, en el Caribe colombiano; esta región es muy reconocida por poseer un extenso
territorio dedicado a la práctica agrícola y ganadera, así como también su ubicación lo ha
fortalecido como el corredor que comunica a buena parte del país con la región Caribe y con
algunos de sus principales puertos. Estas características han dado como resultado un escenario de
disputa donde numerosos actores lucha por su control y el de los réditos, legales e ilegales, que
estas tierras proporcionan. Este lugar se ha caracterizado por la historia de lucha por la tierra y
por los movimientos campesinos, que dieron como resultado una zona de violencia, en donde los
diferentes actores han luchado por su control.

La consecuencia por todos los incidentes de esta zona ha consolidado un nuevo y


complejo del orden social, el cual revistió de algunas características de tipo racistas, machistas y
heteronormativas, en donde quienes lo quebrantaban eran fuertemente reprendidos de forma
violenta que incluían el trabajo forzado, la burla pública, la violencia sexual, la tortura y la
muerte. Es importante resaltar que las diferentes formas de violencia en contra de la mujer y de
la población LGBTI no tuvieron lugar únicamente como forma de castigo, y con los forajidos
fueron unas pocas. Este tipo de acciones se replican en diferentes regiones del país y se apuntan
dentro de un sistema patriarcal que las legitima y que se ve ahondado por las relaciones de poder
que se tejen en los contextos propios del conflicto armado.

 Más de medio centenar de masacres, miles de personas desaparecidas y desplazadas por


la violencia y algunos pueblos devastados, entre otros componentes, hicieron de los Montes de
María uno de los puntos de la geografía del orden nacional con mayor impacto en el marco del

conflicto armado colombiano. Por mucho tiempo, la región Montes de María ha sido considerada
como un territorio en donde la convivencia, el sentido festivo de la vida y el respeto por ésta y
123

por sus tradiciones, eran valores inherentes a sus pobladores. Este escenario sufre un giro radical
en las tres (3) últimas décadas, cuando se convierte en un “teatro de operaciones de los actores
armados ilegales”, generando persistentes violaciones a los derechos humanos, el desplazamiento
forzado de miles de familias, una disminución progresiva de la actividad económica e
incertidumbre por el futuro de la región y de sus habitantes.
Figura 2. Región de los Montes de María

Fuente: Google Maps, (2021).

En la figura 1 se muestra entre los departamentos de Bolívar y Sucre, en el Caribe


colombiano, se haya la subregión de los Montes de María, un extenso territorio de tradición
agrícola y ganadera cuya ubicación geográfica lo robusteció como corredor que comunica a
buena parte del país con la región Caribe y algunos de sus principales puertos. Estas
características, complementarias a la importante historia de lucha por la tierra adelantada por los
movimientos campesinos, dieron como consecuencia un escenario de disputa donde numerosos
actores del conflicto lucharon por su control y el de las ganancias, legales e ilegales, que estas
tierras brindaban. Más de medio centenar de asesinatos, miles de personas desaparecidas,
desplazadas, pueblos devastados, entre otros factores, hicieron de los Montes de María uno de
los puntos de la geografía nacional con ascendentes impactos en el marco del conflicto armado.
124

El crecimiento poblacional y el desarrollo socioeconómico de la región no fueron


acompañados y fortalecidos por una oferta institucional consistente, que sirviera para potenciarla
como eje estratégico de desarrollo. Paradójicamente, se convirtió en el principal atractivo para
los grupos armados ilegales, para quienes los Montes de María ofrecían toda clase de ventajas
para un asentamiento perdurable, dada la precariedad de la presencia estatal. De esta forma, la
combinación de un conflicto generalizado por la tierra, la presencia creciente de las FARC y
otras organizaciones guerrilleras, y la evolución de los grupos paramilitares de la mano con el
narcotráfico, terminaron por debilitar la poca institucionalidad existente y por aumentar los
niveles de violencia y corrupción política y administrativa, principalmente durante la década de
los 90 (CNRR, 2011).

En estas circunstancias, los Montes de María se han debatido entre el abandono y la débil
presencia institucional del Estado colombiano, con altos niveles de corrupción política y
administrativa, la lucha por la tierra, la violencia generalizada de los grupos armados ilegales y
del narcotráfico, y la resistencia de la población a las dinámicas violentas. En tal sentido, esta
región es una muestra más de la debilidad del Estado para ejercer presencia, una sociedad civil
fragmentada y extensas regiones que siguen siendo tierra de nadie. La falta de confianza de la
ciudadanía en las instituciones, la división de las élites, desigualdades sociales muy marcadas y
la ausencia de una clase dirigente que tenga un claro proyecto de sociedad el cual se encuentra
dividida y es y seguirá siendo un terreno fértil de conflictos sociales (CNRR, 2011).

Según cifras del Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria
Histórica (CNMH), en los 16 municipios de Sucre y Bolívar que conforman esta región del
Caribe colombiano conocida como Montes de María, entre 1985 y 2017 se registraron: 3.197
asesinatos selectivos, 117 masacres, 1.385 personas desaparecidas y 657 víctimas de violencia
sexual (la mayoría de ellas mujeres). Las cifras proporcionadas por CNMH (2020), muestran
que a medida que crecieron las incursiones del paramilitarismo en los Montes de María, crecían
los ataques de la guerrilla, desde el año 1994 hasta 1996 el número de homicidios en los
municipios de Montes de María y en los vecinos a éstos, prácticamente se duplicó. Las masacres
se multiplicaron por seis en Sucre, desde 1996 hasta 1999, en plena expansión de los
paramilitares, los secuestros de la guerrilla se multiplicaron por cuatro, la poca presencia de las
fuerzas militares permitió que en los lugares identificados se masificaran sucesos particulares y
acciones recurrentes que involucraran rupturas entre la población y su territorio.
125

Figura 3. El Carmen de Bolívar

Fuente: Google Maps, (2021).

El Carmen de Bolívar, no sólo tiene el mayor número de habitantes de la región de los


Montes de María (159.987), sino que es el núcleo económico, político y cultural de la región, el
vital centro de acopio de la producción de tabaco y el nódulo de los principales ejes viales del
territorio, por los cuales transitan las importaciones y exportaciones de los puertos sobre el mar
Caribe (Troncal de Occidente, Troncal del Caribe y Troncal de Oriente). Allí está ubicado el
corregimiento El Salado (departamento de Bolívar), a tan solo 19 kilómetros de la cabecera
municipal, hacia el suroriente del municipio, en el piedemonte de la zona montañosa de los
Montes de María. El Salado fue un pueblo floreciente, debido a la bonanza tabacalera de los años
setenta y ochenta. Su lugar estratégico para los canjes económicos también lo fue para las
razones de la guerra, pues desde El Salado se tiene salida hacia los cuatro puntos cardinales de la
región de los Montes de María, a saber: Zambrano en el norte, El Carmen de Bolívar en el
occidente, Córdoba en el oriente y Ovejas en el departamento de Sucre hacia el sur.

Al detenerse a observar la geografía de la región salta a la vista su importancia como


corredor del narcotráfico y para el quehacer de los grupos armados. La región conecta las zonas
productoras (de drogas ilegales) del interior del país con la costa caribe, no solamente por medio
de importantes carreteras a nivel nacional como la Troncal de Occidente y la Transversal del
126

Caribe, sino también por vías fluviales navegables como el río Magdalena y el Canal del Dique.
Al ser la región atravesada por dos grandes carreteras los grupos ilegales la aprovechaban para
buscar otros métodos ilegales de financiamiento como las pescas milagrosas y los secuestros a
viajeros. Arrazola (2014)

Por otro lado, los Montes de María son el corredor estratégico entre la ribera del río
Magdalena y el golfo de Morrosquillo. Este último situado en el sur del mar Caribe, en la costa
norte de Colombia, perteneciente a los departamentos de Sucre y Córdoba. Sirve de conectividad
en el transporte y tráfico de estupefacientes. Toda la droga que se produce en el sur de Bolívar
llega hasta el corregimiento de Macayepo y la alta montaña en el Carmen de Bolívar. Arrazola
(2014)
Figura 4 ubicación geográfica de la región de los montes de maría

Fuente: elaboración tomada de análisis regional de los montes de María, • ideaspaz.org/publicaciones sep 2011.

9.1. Actores armados que fomentaron la violencia en Montes de María

Como se ha mencionado anteriormente, la población de Montes de María fue víctima de


los intereses económicos, políticos y sociales de los grupos armados que luchaban por el poder y
127

el control territorial. Esto llegó a tal punto que los habitantes de la región se habían constituido
en objetivo militar por parte de cualquiera de las estructuras militares que operaban allí. Incluso
las votaciones de elección popular y quienes fueran elegidos representaban un peligro inminente
para su seguridad. El esparcimiento territorial de las FARC en los años noventa (90) hacia la
región de los Montes de María se apropió de los territorios dejados por la guerrilla del EPL.
Luego de su desmovilización el 1 de marzo de 1991 y después por la Corriente de Renovación
Socialista, disidencia del ELN, en el año 1994, cuyo antecedente de ocupación en el territorio
había sido el MIR-Patria Libre, movimiento que luego se uniría al ELN en los años ochenta
dentro de la ampliación del movimiento armado como Unión Camilista ELN.

Este grupo subversivo, el Ejército de Liberación Nacional, conocido también como el


ELN, es una organización guerrillera insurgente de extrema izquierda y de orientación
revolucionaria que opera en Colombia y Venezuela. Se define como de orientación marxista-
leninista y pro-revolución cubana. Es una de las modalidades de la lucha armada revolucionaria
que consiste en emplazar grupos móviles en puntos estratégicos de un país, especialmente en las
zonas campesinas y en lugares próximos a las pequeñas ciudades, para emprender escaramuzas
de desgaste militar y psicológico contra las fuerzas armadas regulares. Los focos guerrilleros son
grupos armados poco numerosos, especialmente móviles, preparados para golpes de sorpresa,
emboscadas y combates ligeros con los cuales golpeaban a las unidades de contrainsurgencia de
las fuerzas armadas regulares (Borja, 2018)

Este grupo guerrillero con ideales guevaristas fue formado por intermedio de la
revolución cubana, cuyos ideales de formación ideológica se centraba en el foquismo, teoría
revolucionaria infundida por el Che Guevara y desarrollada como tal por Régis Debray. El Che
pensaba válidas estas consideraciones fundamentalmente para los países con carencia de
desarrollo industrial, y sustentaba que a los «focos» les correspondían tomar como base social al
campesinado. “No es siempre necesario esperar a que estén dadas (cumplidas) todas las
condiciones para la revolución; el centro insurreccional puede crearlas (Borja, 2018).

En la zona de litoral, específicamente en el municipio de San Juan de Nepomuceno,


identificado en la zona de los Montes de María existe un lugar de combate entre guerrilla: los
Frentes 35 y 37 de las FARC, y los paramilitares para ejercer el control y la vigilancia militar,
política e ideológica. Así mismo, la fuerza pública centraba sus fuerzas contra los insurgentes,
128

pero en algunas ocasiones terminó denigrando a la población civil creyendo que se encontraban
implicados con los grupos sociales al margen de la ley (CNMH, 2020). Por esta razón el
desplazamiento del territorio estableció los repertorios de violencia de los grupos paramilitares,
haciendo que la escenificación pública de la violencia fuese centrada para sellar los territorios y
hacerlos inhabitables, forzando el desplazamiento intensivo y sellando con terror los espacios
públicos para quienes elegían por quedarse o para quienes retornaron.

Las FARC transformaron al corregimiento El Salado en una de las principales zonas de


retaguardia estratégica por su lugar en el piedemonte de la zona montañosa de los Montes de
María y las primacías estratégicas para la movilidad de la fuerza guerrillera en diferentes
direcciones en la región. Fue así como el comandante de las FARC en la región, alias Martín
Caballero, resolvió situar por varios años su principal campamento guerrillero en la hacienda
Las Yeguas en alrededores del corregimiento El Salado, a lo que se adiciona su movilidad casi
preferencia entre El Carmen de Bolívar y Zambrano, área limítrofe en la que finalmente fue dado
de baja luego de un bombardeo el 25 de octubre de 2007. Resaltado por el CNMH (2020)

9.2. Presencia paramilitar

No hay ningún tipo de motivos que originaron la llegada de las autodefensas a este lugar
en la década de los noventa (90), los cuales tomaron diferentes rumbos: confrontaron a la
insurgencia y a sus colaboradores; controlaron los mercados ilegales de drogas y armas; y
desplazaron a la población de forma masiva e implantaron el terror en los espacios públicos para
quienes optaban por quedarse o para quienes querían retornar a su lugar de origen (Suárez,
2001).

9.3. Consecuencias de la violencia en Montes de María

La impotencia, la persecución, la tortura y la muerte fueron el diario vivir de la población


entre los años 1997 al 2003, ya que las masacres fueron permanentes en estos periodos de
tiempo, a tal punto que la pretendida civilización nacional desapareció en algunos territorios del
país para dar vía libre a la barbarie, el terror y el posible canibalismo militar. Por estas razones,
los defensores de los Derechos Humanos en Colombia, algunos historiadores, sociólogos
y filósofos, le reclaman al Estado su ausencia, indiferencia y posible complicidad. Dado que, las
radiocomunicaciones del Ejército Nacional de Colombia demuestran que algunas brigadas fueron
129

cómplices de los paramilitares. Pues un gobierno democrático que permite 56 masacres se vuelve
bastante cuestionable.

9.4. Consecuencias económicas, políticas y sociales de la violencia en los Montes de María

Según Martínez (2001) la violencia en Colombia genera y sigue generando consecuencias


desastrosas a nivel económico para las poblaciones vulnerables de la nación, puesto que los
grandes capitalistas no padecen el fenómeno de la pobreza y la miseria porque cuentan con el
respaldo del Estado, los recursos financieros, la protección pública y privada. Se podía afirmar
que el desplazamiento obligado forja miseria, pobreza y legitima la violencia, con el fin de
arrancar a los grupos ancestrales y étnicos sus derechos a ser amos de sus propios terrenos. Todo
esto trae consigo consecuencias negativas para la población civil y forja consecuencias positivas
para los grupos capitalistas que se quedan con todos los recursos naturales y energéticos. Se
podría afirmar que el desplazamiento genera dolor y malestar social, ya que las familias quedan
incompletas, como resultado de la muerte de sus seres queridos por manos de grupos
sanguinarios al margen de la ley.

De igual forma, la población expuesta a la coacción de la guerrilla, Fuerzas Armadas


Revolucionarias de Colombia-FARC, el Ejército de Liberación Nacional- ELN, las Autodefensas
Unidas de Colombia-AUC, las bandas criminales-BACRIM y narcotraficantes, con la ausencia
mostrada del Estado. Estas bandas a margen de la Ley operan a su antojo la población civil, los
cuales ocasionan muchas veces el conflicto armado y en el momento en que ninguno de ellos
puede ofrecer protección frente a las acciones de uno y de los otros, se presentan entonces los
desplazamientos forzados de las familias para no estar en medio de esta crisis.

Por otro lado, los movimientos de estas poblaciones han sido provocados de manera
directa e indirecta, por medio de amenazas que buscan atemorizar a los pobladores y de esta
manera impedir el suministro de primera necesidad, como son los alimentos, agua potable y
drogas, debido a los incendios en viviendas, asesinatos selectivos y otros de ésta misma índole.
Todos estos inconvenientes acrecientan los desplazamientos de comunidades y familias,
vulnerando todos los derechos humanos en todas sus dimensiones, desintegrando familias,
comunidades y rompiendo de manera drástica el tejido social.
130

Todos los anteriores inconvenientes expuestos, hacen pensar en tomar decisiones de


intervención en esta poblaciones sobre todo en la región de los Montes de María,
específicamente en el municipio del Carmen de Bolívar, con el fin de movilizar cualquier tipo de
recurso para restituir esos derechos vulnerados y violados; así como también restablecer el
equilibrio emocional, potencializar sus capacidades de desarrollo individual y colectivo en
búsqueda de una mejor calidad de vida; siendo la parte más relevante de esta propuesta
investigativa desde el campo de la psicología social y comunitaria, junto con el acompañamiento
de un equipo interdisciplinario dirigida para las personas desplazadas, víctimas de la violencia
armada en Colombia.

9.5. Un breve análisis de la resiliencia

La descripción de esta categoría teórica permitirá concebir el diálogo entre autores, y los
planteamientos teóricos que se han realizado para explicar y entender la dinámica del fenómeno
de la resiliencia. El término resiliencia de acuerdo con Greene y Conrad (2002), citado por
(Villalba, 2003), en donde afirman que este término proviene del vocablo resilium, que expresa
volver de un salto, volver atrás, rebotar, volver al estado inicial”. Sin embargo, Rodriguez
(2018), afirma que “La resiliencia supone una actitud esperanzadora, una confianza activa en la
construcción de un futuro mejor, que haga posible transformar el sufrimiento en posibilidad”
(p.24).

La resiliencia viene a ser esencialmente esa capacidad casi sobrenatural de superponerse


a las dificultades, de encontrar que en el perdón y en el reconocer la historia y vulnerabilidad del
otro es donde se encuentra la verdadera paz. Según lo expresado por Villalba (2003) en donde
manifiesta que la resiliencia es una hipótesis interdisciplinaria, una declaración sucinta de la
teoría de la resiliencia, es que hay una fuerza dentro de todo el mundo que los lleva a buscar la
autorrealización, el altruismo, la sabiduría y la armonía, con la fuente espiritual de la fuerza. Esa
fuerza es la capacidad de recuperación y tiene una variedad de nombres, dependiendo de la
disciplina.

Por todo lo anterior, se puede entender que para ser resiliente es ineludible tomar algunas
decisiones importantes en la vida, como, por ejemplo: comprender que el pasado ya no existe y
que sólo puede reaparecer para hacerse siempre y cuando se les permite. También es importante
131

mantener una condición positiva y alegre frente a la vida, lo que prepara biológicamente para ser
más resilientes. Y por último se debe proveer un propósito en la vida, así sea ayudar a otras
personas para hallar su propio propósito.

Así mismo, Villalba (2003), formula la pregunta básica de la tercera ola "¿Qué es y
dónde está la fuente de energía o motivación para reintegrarse elásticamente?". Que temática trae
el círculo completo para volver a la pregunta más antigua de consulta en resiliencia. A través de
esta premisa sobre la resiliencia, se construye una idea concisa de que está dada como un estado
en asunto dinámico con factores que pueden ser construidos, desarrollados y promovidos; se
exterioriza con la potencialización de la competencias y recursos que el ser humano tiene para
propiciar un entorno positivo de sí mismo inicialmente y después del entorno, para la generación
de soluciones a los problemas y perspectivas de control en la vida, la resiliencia debe ser
suscitada a través de la tonificación de las capacidades con el fin de promover la integridad de la
vida del individuo.

Dicho de otro modo, una de las características que tiene todo ser humano es la capacidad
de adaptación, esa capacidad de asumir los cambios sin alterar el alcance de las metas
propuestas, la adaptación es parte de la supervivencia de todo hombre o mujer. Una persona con
excelente capacidad de afrontamiento a los cambios no solo acepta nuevas pautas estrategias y lo
utiliza para complementar una misión, siempre va más allá de las cosas, dispuesto a imponer su
creatividad al servicio de todos. Villalba (2003),

Maslow (1991), manifiesta que la pertenencia es un sentimiento que tiene que


satisfacerse antes que otras necesidades y expectativas se lleguen a cumplir. Ya que cuando el ser
humano se adapta al ambiente en el que se encuentra interactuando constantemente, se afirma
que el sentido de pertenencia es una necesidad que debe satisfacerse antes de que avance el
sentido de la resiliencia. En fin, la representación que tiene cada ser humano de sí mismo es la
derivación de pertenecer a cualquier grupo; pero si desea salir del grupo por abandono, exclusión
o fallecimiento y, sin embargo, el sistema al que pertenece ya sea familia, pandilla, grupo,
seguirá coexistiendo como tal. La conformidad es uno de los obstáculos para el progreso.

Aceptar las cosas tal como se ven sin hacer el esfuerzo de pensar cómo perfeccionarse, es
ir rumbo a la mediocridad. Cada uno tiene en sus manos la forma de transformar su propio
132

camino, para ello tiene un arma vigorosa como es la razón, la inteligencia, y la capacidad de
convertir lo negativo en positivo, a través de la actitud con que se afronten las situaciones.

Según lo expresado por Maslow (1991) la tolerancia, la versatilidad y la flexibilidad son


características propias del ser, del individuo, pero no todas las personas tenemos la capacidad
para desarrollar esas habilidades es parte de la gestión del cambio que debemos tener para seguir
en la búsqueda de nuestras metas, modificando nuestro comportamiento, adaptarse a diferentes
situaciones en forma rápida y adecuada ahí está la clave de ser resiliente.

Arciniega (2005) aborda la resiliencia desde el aspecto multidimensional y por lo tanto,


manifiesta que se debe conocer las fases, patrimonios o potencialidades de las personas, familias,
grupos o comunidades, teniendo en cuenta las dinámicas entre algunos factores, tales como:
emocionales, cognitivos y socioculturales que permitan cimentar respuestas resilientes con el fin
de dar respuestas a los retos que se encuentra la sociedad moderna con respecto al boom de la
Industria 4.0 y la automatización industrial. Si bien es cierto que hay individuos que desde muy
niños manifiestan una mayor capacidad de asumir y superponerse a situaciones límites, todos
pueden desarrollar esta capacidad. Solo es ineludible poner en práctica una serie de hábitos que
sellarán una diferencia importante en la vida y el quehacer diario del colombiano.

Arciniegas (2005) plantea que la resiliencia depende de muchos factores y atributos, la


capacidad de adaptación del ser del individuo es un factor predominante, la capacidad del
aprendizaje continuo, la innovación y anticipación de las situaciones inesperadas, el ser humano
es una realidad única, fascinante e innacabada,el cual comprende diferentes dimensiones,
posibilidades y facultades que continuamente están en desarrollo, es dinámico en un mundo
volátil,incierto,complejo y ambiguo el ser o el individuo supera cualquier adversidad.

La resiliencia según Walsh (1998), citado por Serrano (2015) implica algo más que la
mera posibilidad de sobrevivir a un suplicio horrible, atravesarlo o eludirlo. No todos los que
sobreviven a estas situaciones son resilientes; algunos quedan atrapados en la condición de
víctimas, relamiéndose las heridas e impedidos de crecer por la ira y la culpa (p.5). Por lo tanto,
suele suceder que no todas las personas tienen la capacidad para reponerse a las adversidades que
se le presentan en la vida. Este concepto de resiliencia solo puede entenderse a través de los
inconvenientes que se presentan en la vida del ser humano, el cual tiene la capacidad de
133

enfrentar, superar y transformarla en una oportunidad que conlleve a un mejorar su calidad de


vida.

Tal como lo interpretan Walsh (1998) y Serrano (2015) no todas las personas tienen la
capacidad de adaptarse a los cambios, aquellas personas con baja resiliencia culpabilizan de sus
problemas a otros, no asumen su propia realidad ni responsabilidad, culpan a los factores
estresantes externos, se cohíben de actuar y toman malas decisiones el cual trae como
consecuencias muchas frustraciones, les cuesta reinventarse y pueden terminar en enfermedades
mentales.

En los últimos años, la resiliencia está produciendo un gran interés en los profesionales de
distintos ámbitos de la salud y la educación. Probablemente más que un nuevo concepto se trata
de un dominio del conocimiento en el que confluyen observaciones, investigaciones y prácticas
psicosociales, las cuales justifican la capacidad del ser humano para resistir y superar las
adversidades y para construirse con integridad, a pesar de haber sufrido experiencias traumáticas.

En algún momento se tenía la idea que una infancia infeliz, traumática y conflictiva
determinaba una forma inevitable de desadaptación y comportamientos inadecuados en la
adultez, y la influencia del entorno y el medio en donde se desenvuelve el individuo. Hoy la
perspectiva de la resiliencia destaca la complejidad de la interacción humana y el papel activo
del individuo en su desarrollo. Del mismo modo, insiste en que los contextos desfavorables no
afectan a todas las personas por igual y el cambio que caracteriza al ser humano también influye
en la evolución de sus conflictos y trastornos.

Es poco probable que el ser, se desarrolle sin una vida sin dificultades ni problemas, la
con textualidad de la perfección es innegable. La gran mayoría de los individuos se desarrollan
con normalidad y buscan el bienestar, dadas unas condiciones sociales de vida, no lo exime de
las dificultades. El desarrollo de las sociedades evidencia que la mejora en las condiciones
sociales de vida no conduce necesariamente a la salud mental de toda la población. no hay una
claridad ni se sabe con certeza qué circunstancias son las que afectarán negativamente a un niño.
Por ejemplo, no se podría predecir que la víctima de un abuso sexual evolucionará
inexorablemente hacia la prostitución, que el hijo de un esquizofrénico, depresivo, bipolar,
sufrirá una enfermedad mental, ni un menor violentado será un agresor en la vida adulta. Por
134

consiguiente, en el desarrollo humano es difícil que se produzcan relaciones causales constantes


entre factores medioambientales y características individuales.

El enfoque de la resiliencia se ha fortalecido de las investigaciones evolutivas que han


utilizado modelos transversales y estructurales para ampliar y explicar el cambio intraindividual
e interindividual, esto implica que en el análisis se hace referencia al estudio del
individuo en cuanto a la estructura, organización y dinámica particulares de sus características
psicológicas, de forma transversal, así como al estudio del cambio intraindividual a lo largo del
tiempo. También la investigación en psicopatología del niño y del adolescente ha sido relevante
al detectar los factores de riesgo para el desarrollo normal y el modelo de la vulnerabilidad. Sin
embargo, la psicopatología ha priorizado los diseños cuantitativos, “retrospectivos” y lineales
para relacionar factores antecedentes con ciertos trastornos, sin explicar suficientemente los
mecanismos de relación entre las variables del sujeto y del medio, ni los procesos del cambio
normal o patológico.

La comprobación de que existen niños que se desarrollan con normalidad en un contexto


patológico ha abierto el camino a los estudios de la invulnerabilidad, los factores de protección y
la perspectiva de la resiliencia. El estudio de la vulnerabilidad, de sus dimensiones, su medición
y distribución representa un diagnóstico imprescindible. La resiliencia, como capacidad de
adaptación y transformación del sistema, es una herramienta para la prognosis que posibilita
avanzar hacia sociedades más justas y sostenibles.

La capacidad de adaptación personal y social a pesar de vivir en un contexto desfavorable


y de haber tenido experiencias traumáticas es lo que define a la personalidad resiliente de un
individuo, por el momento no existen fórmulas sencillas en el trabajo social o en la educación
con personas desprotegidas para favorecer la resiliencia, pero se comprueba que cuando se
fundamenta la intervención en los aspectos sanos y normales, en los puntos fuertes más que en
las carencias y debilidades, se deposita en los afectados una mirada positiva que les hace creer en
sus posibilidad.

Ciertamente la mayor parte de las personas resilientes no acuden por los servicios de
salud ni de trabajo social, son “socialmente invisibles”, pero ciertamente existen. Los
profesionales que trabajan con menores en conflicto social y marginación los conocen de forma
intuitiva desde hace mucho tiempo. En Noruega, por ejemplo, a estos niños les llaman “niños
135

diente de león”, por su similitud con la planta frágil que crece por todas partes, incluso en medios
muy difíciles. En la India les representan con la flor de loto, porque es capaz de nacer en aguas
sucias. (Vanistendael y Lecomte, 2002)

Según lo expresado por (Vanistendael y Lecomte 2002) es evidente que las personas
resilientes tienen ciertas capacidades en algunos casos congénitas para afrontar situaciones
negativas y adversas. Estos ínvidos tienen una motivación intrínseca que les ayuda a mantenerse
firmes y luchar por lo que se proponen. Afrontan la adversidad y son capaces de recuperarse más
rápido después de una situación difícil. Y es poco probable que accedan a realizarte una
intervención psicoterapéutica.

9.6. Resiliencia social

En este análisis lo que se pretende expresar que algunas características representan un


estado ideal de resiliencia– en otras palabras, una comunidad que exhibe todas las singularidades
en todos los ejes (temas y componentes) habría alcanzado el nivel de seguridad más alto posible.
sin embargo, como el estado ideal de resiliencia siempre estará fuera de. Alcance ciudadano, las
organizaciones necesitarán escoger aquellas características que les sean más relevantes a las
comunidades, este punto permitirá ampliar dicha medición que se está proponiendo en este
trabajo. Por otro lado, se hace necesario tener claro que la resiliencia no solo sirve para resolver
cualquier tipo de problema y mejorar las condiciones de bienestar, sino un amplio espectro con
respecto a la Vida. Según, (Lengua (2016), este término, proviene del latín y se deriva del verbo
resilio, el cual puede interpretarse como volver de un salto o volver atrás. Este vocablo ha
conseguido adaptarse con gran contundencia en el mundo de las ciencias sociales y es hoy en día
bastante utilizado dentro de la psicología. (párr. 1)

Analizando un poco la resultante de las concepciones de resiliencia, es incuestionable la


cualidad de ser una capacidad, potencial o pericia. Es una forma de inteligencia a la que se puede
llamar, en el marco de este análisis, como inteligencia resiliente. Esta es una expresión de la
inteligencia total en el ser, que faculta al organismo vivo o persona humana para ubicarse,
moverse y trascender los problemas que le traza la existencia, dentro de los escurridos términos
vitales que le brinda el contexto, en un momento explícito de su historia vital; esto, gracias a una
transformación de conciencia de una forma inferior en dificultades a otra de más alto orden y
136

capacidad para subsistir y trascender. Las investigaciones con enfoque de resiliencia tienen sus
orígenes desde los años setenta aproximadamente, inicialmente desde algunos países europeos.
Posteriormente en algunos países de américa latina se ha “empezado a gestar la utilización del
término en problemáticas endémicas de cada país” Arciniega, (2005).

Existen en Colombia organizaciones de Víctimas del Conflicto Armado, que son las
encargadas de reivindicar a las víctimas de crímenes cometidos por el Estado, sea por acción y
omisión en acciones perpetradas por miembros de la fuerza pública, paramilitares u
organizaciones al margen de la Ley. Así mismo, propenden por el mejoramiento de la calidad de
vida de los integrantes y sus comunidades; desempeñan un papel importante para estas
comunidades afectadas por este flagelo. Estas organizaciones se congregan de manera estratégica
y apoyan a las víctimas con recursos orientados al tratamiento psicológico, para la reconstrucción
de su proyecto de vida. A estas instituciones pueden concurrir todas las víctimas en busca de
auxilios del Estado y en donde pueden denunciar los hechos por los cuales fueron víctimas de
cualquier tipo de conflicto armado en Colombia; en estas, encuentran apoyo emocional y un
espacio para expresar su dolor sin caer en la discriminación o la indiferencia.

En Colombia, con base en lo expresado por Fuente (2019) el Instituto de Bienestar


Familiar, ICBF, es una entidad pública de carácter descentralizado, es la encargada de proteger
los derechos de todos los niños; así mismo trabaja por la prevención y defensa integral de la
primera infancia, la niñez, la adolescencia y el bienestar de las familias, a través de la atención
integral a niños vulnerables en condiciones de amenaza. Esta entidad cumple la función de
restablecer los derechos de los niños y adolescentes, víctimas del conflicto armado que se
presenta en la Región de los Montes de María. En las indagaciones que se han realizado sobre
trabajos e investigaciones en el tema de resiliencia, existe una gran cantidad de material
importante sobre desplazamiento forzado, la violencia generalizada, maltrato, las situaciones de
exclusión y precariedad de la población joven en contexto escolar, son temas propios de las
problemáticas más frecuentemente exploradas a nivel social y político (Vásquez, 2015)

Así mismo, Lengua (2016), afirma que resiliencia es: “la capacidad para recuperarse de
una adversidad, superar situaciones de dolor y continuar la correspondiente proyección de cara al
futuro” (párr. 2); este término se ha convertido en sí mismo en un área de mucho valor e interés,
es un paradigma para la investigación y la intervención social, económica, política y psicológica
137

de la región del Carmen de Bolívar. Los seres humanos tienen la capacidad de adaptarse a los
cambios, todo de pendiente del factor carácter y personalidad individual y el entorno en que se
desarrollan, es por eso por lo que el análisis de la resiliencia y sus resultados en estas
circunstancias permitirán abordar la situación para posteriormente realizar las intervenciones
correspondientes.

El conflicto armado interno en Colombia es un conflicto violento en el que se confirma


una profunda diferencia cuantitativa y cualitativa entre los recursos militares, políticos y
mediáticos de los combatientes comprometidos, y que por lo tanto exige a los bandos a utilizar
formas atípicas, que rebasan el manido marco de la tradición militar recurrente. Entre estos
medios se cuenta la guerra de guerrillas, la resistencia, toda clase de terrorismo, la
contrainsurgencia, el terrorismo de Estado, la guerra sucia o la civil. La Unidad para la Atención
y Reparación Integral a las Víctimas manifiesta el Índice de Riesgos de Victimización- IRV,
asumirá el riesgo de victimización como la posibilidad de ocurrencia de infracciones al Derecho
Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a las normas internacionales de
derechos humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado interno, en los municipios de
Colombia.

El ÍRV es una herramienta importante para el estudio de los diferentes escenarios de


victimización en el marco del conflicto armado en Colombia, constituida para monitorear las
diferentes causas y efectos, así como para contribuir en la definición de lineamientos de política
inclinados a la prevención, protección y garantías de no repetición de tales actos. En la
actualidad, algunos países se encuentran afectados por la guerra, esto probablemente se debe a
diferentes elementos presentados en esos países; pero, son los civiles, quiénes son la parte más
perturbada por estos inconvenientes. Así mismo, Hussain et al. (2011), citado por Ramírez
(2016) afirman que en el mundo existen 2.7 millones de víctimas, siendo la población adulta la
gran mayoría de desplazados por los conflictos armados, debido a los intereses políticos internos
de esos países.

La peor parte de las situaciones adversas y traumáticas en los conflictos armados es la


población civil quienes directa e indirectamente quedan en medio de los enfrentamientos bélicos,
en su mayoría enfrentamientos políticos. A nivel mundial existe una taza de 2.7 millones, en su
generalidad personas de la tercera edad (Ramírez, 2016). Es importante resaltar que la OMS.
138

Organización Mundial de la Salud 2002, define la violencia como: el uso deliberado de la fuerza
física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otro sujeto, un grupo
o comunidad, que cause o tenga mucha probabilidad de causar lesiones, muerte, daño
psicológico, trastornos del desarrollo o privaciones. La violencia es a y sido siempre uno de los
mayores problemas del país, que claramente atraviesa como sociedad reproduciéndose en todos
los ámbitos de nuestra cotidianidad, manifestándose en todas sus formas.

Todo este tipo de situaciones ha venido ocurriendo en el país y no cesarán mientras el


Estado no haga presencia territorial en regiones apartadas, y contribuya a suplir las necesidades
de los pobladores en esos lugares, que la violencia trae consigo, donde imperan otros poderes
llamados grupos armados al margen de la ley, tales como guerrillas (ELN), paramilitares, bandas
criminales (BACRIN), narcotraficantes, a esto se suman los disidentes de la FARC, quienes, a
pesar de tener un proceso de paz vigente, aun hacen presencia conflictiva.

En Colombia, según el Centro Nacional de Memoria Histórica (2014), citado por


(Ramírez, 2016), el conflicto armado interno inició en la década de los cincuenta (50) y sigue
presente en muchas zonas del país, en las cuales se evidencia en los incesantes enfrentamientos
militares de tropas legales e ilegales que ocurren a lo largo del territorio colombiano, el cual ha
permitido afectaciones de todo tipo de habitantes. Así, en Colombia existen las dos (2)
organizaciones al margen de la ley más longevas de América Latina, como son las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Las
dos tradicionales guerrillas más antiguas de América Latina, como son las FARC y el ELN, a lo
largo de estos tiempos se han sumado como actores del conflicto otro considerable número de
grupos armados tales como paramilitares, cárteles de la droga, guerrillas urbanas o de
reivindicación indígena, además de bandas criminales las cuales crean pánico y masacres
afectando en su gran mayora a la población civil.

Estos conflictos; según Ramírez (2016), se vienen dando durante este período; se han
sumado grupos armados como los carteles de narcotraficantes, bandas de criminales,
paramilitares, disidentes de la FARC (desertores que no se acogieron a los acuerdos de Paz)
organizaciones urbanas al margen de la ley o de reivindicación indígena, las cuales el gobierno
ha tratado de erradicar con políticas de dialogo y acciones militares, con el fin de apaciguar
muchos episodios violentos. Estas estructuras operan en pequeños grupos dedicados a labores de
139

inteligencia, extorsión, tráfico de armas, propaganda, apoyo a guerrilleros heridos, reclutamiento,


ampliación de la organización y diversificación de las fuentes de ingreso el cual es una nueva
estrategia urbana del grupo hoy político FARC. La presencia de milicianos infiltrados en las
universidades públicas, a sus integrantes se les rotula con la palabra “milicianos” Son hombres y
mujeres dedicados a la instrucción política de las comunidades.

Con la frase de Guedán y Ramírez (2005), “Colombia ha sido y es un país abocado a la


violencia endémica” (citada por Cartagena, 2016) expresan que el conflicto armado en
Colombia trasciende desde su inicio independentista, los grandes líderes o también llamados
próceres de la independencia entraron en disputas derivadas en los avances de la colonización,
reyertas territoriales y la contraposición de sus ideales políticos, la complejidad de los
antagonismos partidistas, los conflictos relacionados con la propiedad de las tierras, así el
trasfondo de todas estas es prácticamente la debilidad del estado y su incapacidad para dotarse de
medios suficientes para ejercer presencia y autoridad en buena parte del territorio nacional. A
pesar de que se ha avanzado en ese propósito aún falta mucho por recorrer y la violencia
continúa.

Esta enfermedad de la violencia que padece el pueblo colombiano es de vieja data,


heredada de la generación criolla, que tomó las riendas del país desde la independencia, las
violaciones de los derechos humanos, la imposibilidad del estado de hacer presencia en lugares
inhóspitos, territorios hoy ocupados por las organizaciones al margen de la ley que crean
violencia para ejercer su poder criminal Guedán y Ramírez (2005) citada por Cartagena, (2016).
La violencia en Colombia es muy compleja y contradictoria en algunos casos incomprensibles,
pero de igual forma vislumbran nuevos desafíos y horizontes en materia de seguridad, pero por
ahora mientras llegue a su fin esta violencia ha dejado más de 220.000 víctimas mortales, de las
cuales 176.000 eran civiles. Aun cuando el estado ha tenido avances con respecto a la seguridad
y al fortalecimiento de este, falta mucho por hacer, pasaran años para que en su totalidad se
disminuyan los brotes de violencia, esto es un reto, por ahora el aumento de las víctimas por el
posconflicto prevalecen (Torres, 2015)

Con relación al tema de las víctimas, El Congreso de la República en su Ley 1448 de


2011, se consideran víctimas: Aquellas personas que individual o colectivamente hayan sufrido
un daño por hechos ocurridos a partir del 1º de enero de 1985, como consecuencia de
140

infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a las


normas internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado
interno. De este modo, ha sido esta misma guerra la que ha arruinado los sueños de miles de
personas, que entre las balas, se pierden sus ilusiones, sus sueños y sus expectativas de vida se
disuelven y esfuman, como el humo originado por un arma de fuego en una noche violenta de
algún campo colombiano, azotado por las balas, la muerte y lo peor, “la incapacidad e
impotencia del Estado” que se evidencia en la cada vez más creciente población en situación de
desplazamiento forzoso que en ciudades capitales colombianas.

A su vez, se podría afirmar que las vicisitudes a los que han sido sometido las víctimas
en Colombia, con base en lo expresado por el Congreso de la República, en su Ley 1448 de
2011, están los homicidios realizados contra algunas comunidades para generar los desalojos y la
perdida de sus tierras, a través de tortura, tratos crueles, brutales, indignos, sanguinarios, por
medio de diferentes tipos de secuestros y extorsiones; también la desaparición forzosa, las tomas
armadas de otras poblaciones, las matanzas indiscriminadas de civiles, el retiro obligado masivo
de familias, los motines , las masacres y muertes, delitos contra la libertad, la integridad sexual y
la violencia de género, las minas antipersonales, el reclutamiento de forzado de menores, y el
despojo de sus tierras.

Estos hechos victimizantes según el Centro Nacional de Memoria Histórica (2014) citado
por Ramírez, et al (2016), “se clasifican como delitos contra la vida, la libertad y la integridad, lo
que ha conllevado a la crisis humanitaria y de derechos humanos, en varias regiones del país”
(p.3). Por otra parte, los resultados del conflicto armado interno en Colombia son muy
complicados, y de diversa naturaleza. Estos resultados dependen de las peculiaridades de los
sucesos violentos generados, tales como: el tipo de victimario, las características de violencia, las
peculiaridades y los aspectos de las víctimas, tales como: edad, género, etnia, situación de
discapacidad, organización, posición política y religiosa, si ha recibido apoyo del gobierno, y del
Estado (Ramírez et al, 2016).

9.7. Medición de la Resiliencia

Resulta prioritario identificar las posibles formas de medición y evaluación de este


constructo, con la finalidad de medir el impacto y la eficacia de los programas de intervención.
141

En tal sentido, en la actualidad, se disponen de varios métodos para lograrlo. Al respecto Garcia
y Castillo (2016) definen la Resiliencia como "un proceso dinámico que tiene como resultado la
adaptación positiva en contextos de gran adversidad" (p.543). Esta definición enmarca tres
mecanismos fundamentales que deben estar presentes en el concepto de Resiliencia:

o La noción de adversidad o amenaza al desarrollo humano,

o La adaptación positiva de la adversidad,

o El proceso que considera la dinámica entre mecanismos emocionales, cognitivos y


socioculturales. En resumen, las distintas definiciones de Resiliencia subrayan en características
de los sujetos tales como: habilidad, adaptabilidad, baja susceptibilidad, enfrentamiento efectivo,
capacidad, competencia, resistencia a la destrucción, conductas vitales positivas, temperamento
especial y habilidades cognitivas, todas desarrolladas frente a circunstancias estresantes que les
permiten superarlas.

Aplicada en el entorno del conflicto y la violencia, la resiliencia se puede explicar, como


la capacidad que tienen las comunidades para vencer las dificultades a las cuales han sido
doblegados ya sea por grupos al margen de la ley o por acciones gubernamentales. Es importante
resaltar el efecto que produce las situaciones adversas en los seres humanos, la resiliencia es una
alternativa peculiar que tienen las personas para enfrentar cualquier tipo de situación adversa, es
algo instintivo que se desarrolla en el ser y que cada individuo lo asume diferente.

Según Solar (2019), nunca se debe dejar de intentar en la resiliencia, porque hay
innumerables casos de éxito. No obstante, cabe resaltar que en situaciones extremas se genera
una energía única y especial, que, canalizada correctamente, puede ser de gran ayuda para
adaptarse y superar de manera eficiente situaciones similares. Esto permite discernir en la
importancia que se asume analizar la resiliencia en el contexto cultural, otro motivo importante
de análisis que como punto de investigación se podría considerar más adelante en este estudio, es
el aspecto cultural como base de los procesos de resiliencia.

También se destaca que la Resiliencia se desarrolla en función de procesos sociales e


intrapsíquicos; Generalmente se refiere al conflicto surgido entre dos tendencias opuestas dentro
de uno mismo. Está en función de los procesos interaccionales entre las personas y estos, a su
142

vez, contribuyen a la construcción del sistema intrapsíquico del ser humano. han realizado una
descripción de ellos, los cuales se detallan a continuación:

9.8. Medición de adversidad

A través de este tipo de medición es posible diferenciar tres formas diferentes de medir la
adversidad o el riesgo:

a) Medición de riesgo a través de múltiples factores:

Este tipo de medición se caracteriza por medir diferentes factores en un solo instrumento.
Generalmente el instrumento es una escala de eventos de vida negativos donde el individuo debe
especificar aquellos eventos que han estado presentes, como, por ejemplo: Separación de los
padres, enfermedad mental de los padres, experiencia de guerra, entre otros.

b) Situaciones de vida específica:

La naturaleza del riesgo está determinada por aquello que la sociedad, los individuos o
los investigadores han considerado una situación de vida estresante. Por ejemplo, la experiencia
de un desastre natural o la muerte de un familiar. Ambas situaciones han demostrado afectar al
individuo haciéndole más vulnerable al estrés, por lo tanto, más vulnerable a otros factores de
riesgo.

La dificultad de considerar situaciones de vida como eventos estresantes para medir


resiliencia, consiste en discriminar aquellos factores que tienen directa relación con el riesgo
(factores proximales) versus aquellos factores que pueden estar mediando entre el riesgo y el
resultado esperado (factores distales).

c) Constelación de múltiples riesgos:

Refleja las complejidades del mundo real ya que considera la interacción entre los
factores provenientes de los niveles: Social, comunitario, familiar e individual simultáneamente
y cómo esta interacción influencia el desarrollo humano y la superación de la adversidad. La
constelación de múltiples riesgos es un mapeo de las fuentes de adversidad a las cuales se les
asigna un puntaje determinado.
143

9.9. Medición de adaptación positiva

En este tipo de medición, las estrategias son similares a las utilizadas para medir la
adversidad, lo que cambia es la forma en que se operacionaliza el constructo.

a) Adaptación según factores múltiples:

Este método mide la adaptación en base al logro de metas de acuerdo a la etapa del
desarrollo de la persona. Se dice que son factores múltiples ya que se les pregunta a los
profesores, padres y amigos, además de un test específico para medir la conducta que va a
determinar la adaptación positiva. En cada comunidad el foco de lo que se definirá como
adaptación positiva varía, pero lo importante es que está relacionado con la definición de riesgo.

b) Ausencia de desajuste:

Este tipo de medición se utiliza en investigaciones de resiliencia en personas con serios


riesgos de psicopatología. Los instrumentos utilizados son generalmente cuestionarios clínicos
para identificar desórdenes psiquiátricos. Aun cuando generalmente la resiliencia es asociada con
la presencia de competencia a pesar de la adversidad, en este caso, el énfasis está en la
superación de la adversidad y el no presentar sintomatología. Esta forma de medición es
restringida a aquellos casos de extremo riesgo y generalmente en el área clínica.

c) Constelación de adaptación:

Es otra metodología de medición de la adaptación positiva que está basada en diferentes


conductas o tipos de adaptación. Los índices elegidos tienen directa relación con el modelo
teórico, que generalmente se basan en teorías del desarrollo. Este método incorpora puntajes de
pruebas y escalas, más opiniones de otras personas. Por ejemplo, una adaptación positiva en la
escuela se mide en función de la obtención de buenas calificaciones y adecuada disciplina en la
clase, además de entrevistas a compañeros y padres.

9.10. Medición del proceso de resiliencia

En este caso se refiere a la unión crítica entre adversidad y adaptación positiva. Los dos
modelos que intentan evaluar el proceso son:
144

a) Modelos basados en variables:

Parte de un análisis estadístico que indaga las conexiones entre variables de riesgo o
adversidad, resultados esperados y factores protectores que pueden compensar o proteger los
efectos de riesgo. Este modelo permite replicar aquellos patrones o interacciones que
demostraron ser exitosos en la adaptación resiliente.

b) Modelo basado en individuos:

Esta forma de medición compara individuos a lo largo del tiempo. Se pregunta que
diferencia a niños resilientes de niños no resilientes a lo largo de su vida o en alguna área en
particular. Este enfoque pretende capturar interacciones entre factores que ocurren en forma
natural y plantear hipótesis respecto a qué fue lo que causó la diferencia en el resultado de la
adaptación.

Después de haber examinado los diferentes métodos para medir la resiliencia, es


necesario revisar algunos de los instrumentos disponibles que existen en la comunidad científica.

9.11. Resiliencia y Vulnerabilidad: medición de la vulnerabilidad.

Es importante afirmar que se entra en controversia cuando se cuestiona la relación entre


resiliencia y vulnerabilidad como sujeto a la medición la vulnerabilidad pone el acento en la
sensibilidad a las perturbaciones, mientras que la resiliencia se ocupa de las diversas maneras en
que un sujeto dado se prepara y responde a los escenarios de crisis y factores de estrés que
amenazan su calidad de vida. (Ardila, 2008).

El hombre es vulnerable a las armas de fuego o a la potencia de un tsunami. A los


desastres naturales, a los actos violentos, Sin embargo, al utilizar la dimensión “vulnerabilidad-
invulnerabilidad” se convierte en una característica gradual. Todos los seres humanos son
vulnerables ante un virus, pero las personas que tienen menos defensas en su organismo tienen
más vulnerabilidad ante la infección. Se trata siempre de la relación entre un organismo y otro
elemento, entre el sujeto y una situación. Los sujetos hipersensibles van a percibir las
estimulaciones excesivas de su entorno como agresiones dolorosas. Esa vulnerabilidad se aplica
también a la sensación de miedo o fobias y cada persona tiene deferentes formas de percibir el
miedo; ante todo hay predisposiciones frutos de eventos ocurridos en el pasado el cual queda
fijado en el inconsciente (Ardila, 2008).
145
146

10. METODOLOGÍA

Esta investigación responde a un diseño de tipo mixto y la población objeto de estudio la


conforman adolescentes y adultos de ambos sexos, de la población del Carmen de Bolívar, en el
departamento de Bolívar, Colombia.

Para realizar esta exploración se ha tomado como referente la investigación realizada por
la doctora González (2013), empleando el instrumento de medición de resiliencia, adaptado para
Colombia. Dentro de las categorías de análisis que fueron trabajadas en esta investigación se
encuentran: factores protectores internos, factores protectores externos y empatía, enmarcados
desde el enfoque constructivista. Los Factores Protectores Internos hacen referencia a las
características propias del individuo que facilitan la resiliencia. Los Factores Protectores
Externos hacen referencia a las características del ambiente que en el individuo fomenta la
resiliencia, dentro de estas están: la familia, la comunidad y el grupo de pares.

10.1. Diseño

Esta investigación responde a un diseño de tipo no experimental, ya que no se pretende


manipular deliberadamente las variables independientes; es decir, se realiza una observación de
situaciones ya existentes, en este caso, la variable violencia, situación que ya ha ocurrido y no es
posible manipularla. El diseño no experimental observa fenómenos tal y como se dan en su
contexto natural; no hay estímulos a los cuales se exponga a los sujetos de estudio, dada la
incapacidad de influir sobre las variables y sus efectos (Hernández, Fernández, y Baptista, 2003).

Según la recolección de los datos de la presente investigación, el diseño adecuado para


este estudio es transaccional- correlacional con el fin de describir relaciones entre las variables.
En esta investigación, como se dijo, la relación será la capacidad de resiliencia que tiene la
población para afrontar eventos catastróficos relacionados con el conflicto armado en Colombia
específicamente el municipio del Carmen, departamento de Bolívar. La base epistemológica de
la investigación es el enfoque empírico analítico que se basa en la percepción directa del objeto
de investigación y del problema (Zulay, 2011).

La investigación es de corte mixto, porque sus fundamentos están enfocados en analizar


la resiliencia de la sociedad colombiana ante el conflicto armado de las FARC y la firma de
147

acuerdos de paz (Zulay, 2011), el estudio de caso del municipio el Carmen, departamento de
Bolívar, las investigaciones de tipo mixto se constituyen, día a día, en una excelente alternativa
para abordar temáticas de investigación en el campo educativo.

10.2. Investigación Mixta

Las investigaciones con enfoque mixto consisten en la integración sistemática de los


métodos cuantitativo y cualitativo en un solo estudio con el fin de obtener una percepción más
completa del fenómeno objeto de estudio; puede decirse que surgieron por la complejidad de
algunos fenómenos: las relaciones humanas, las enfermedades o el universo.

Hernández, Fernández, y Baptista (2003) argumentan que la investigación mixta no es


perfecta, pero sí la mejor forma que la humanidad encontró para investigar fenómenos
complejos. Agrega que el investigador debe tener libertad de enfoque a la hora de realizar su
investigación.

Los métodos mixtos representan un conjunto o de procesos sistemáticos, empíricos y


críticos de investigación e implican la recolección y el análisis de datos cuantitativos y
cualitativos, así como su integración y discusión conjunta, para realizar inferencias producto de
roda la información recabada (meta inferencias) y lograr un mayor entendimiento del fenómeno
bajo estudio (Hernández, Fernández, y Baptista, 2003)

Las investigaciones con enfoque mixto consisten en la integración sistemática de los


métodos cuantitativo y cualitativo en un solo estudio con el fin de obtener una “fotografía” más
completa del fenómeno, puede decirse que surgieron por la complejidad de algunos fenómenos:
las relaciones humanas, las enfermedades o el universo. En este caso la medición de la resiliencia
de la población sometida a diferentes sucesos traumáticos, ocasionados por las acciones violentas
de los grupos armados al margen de la ley, con el fin de identificar la capacidad que tienen las
personas afectadas para convivir con sus victimarios en esta época de post acuerdo.

Es así que la investigación permitirá direccionar la mirada hacia el foco de violencia en


Colombia, especialmente en la región del Carmen de Bolívar, de la misma forma se pondrá en
evidencia como esta sociedad se ha sobrepuesto a los muchos momentos de adversidad, terror,
miedo y pánico generados por estos grupos armados. mediante observación y aplicación de
instrumento. Para la vertiente cuantitativa se pretende determinar la influencia de ciertas
148

variables como: factores protectores internos, factores protectores externos y empatía El estudio
se llevó a cabo con 231 voluntarios contactados virtualmente y vía telefónica.

10.3. Instrumento

Esta es una investigación de corte analítico, realizada con la aplicación del instrumento
de medición de resiliencia (Moreno, Fajardo, y González, 2019) adaptado para Colombia bajo la
directriz de la autora. Dentro de las categorías de análisis que serán trabajadas en esta
investigación se encuentran: factores protectores internos, factores protectores externos y
empatía, enmarcados desde el enfoque constructivista. Los Factores Protectores Internos hacen
referencia a las características propias del individuo que facilitan la resiliencia. Los Factores
Protectores Externos hacen referencia a las características del ambiente que en el individuo
fomenta la resiliencia, dentro de estas están: la familia, a comunidad y el grupo de pares. Y la
Empatía se relaciona con la capacidad que tienen las personas para establecer una relación de
manera apropiada y lograr dar respuesta a las necesidades del otro, dar a conocer sus
sentimientos, compartir sus ideas logrando generar un espacio de conexión y un ambiente
favorable.

10.3.1. Instrumento de recolección de la información

El cuestionario de resiliencia para adolescentes y adultos (Moreno, Fajardo, y González,


2019) es un instrumento de autoinforme que consta de 32 reactivos o preguntas, de opciones de
respuesta tipo Likert, dividida en tres dimensiones: factores protectores internos (14 reactivos),
factores protectores externos (11 reactivos) y factores de empatía (7 reactivos). La aplicación del
instrumento se realizó de forma individual, con un límite de tiempo aproximado de 20 a 30
minutos. La instrucción consistió en colocar solo una X como respuesta por cada afirmación de
acuerdo con lo que considere de sí mismo. El cuestionario será calificado a partir de los
siguientes valores que cada una de las opciones de respuesta tiene:

El valor de la opción Siempre es cinco (5). La mayoría de las veces es cuatro (4), el valor
de la opción Indeciso es tres (3), el valor de la opción Algunas veces es (2), y el valor de la
opción Nunca es (1).
149

Los Factores protectores internos se identifican en los ítems: 17, 18, 20, 21, 24, 23, 25,
26, 27, 28, 29, 30, 31 y 32. Total reactivos = 14. Los Factores protectores externos se identifican
en los ítems: 1,4,5, 6, 10,11,12,13,14,15 y16. Total, reactivos = 11.

Los Factores de Empatía se identifican en los ítems: 2, 3, 7, 8, 9, 19 y 22. Total reactivos


= 7. Para obtener el valor para cada factor, se suma el valor de cada reactivo; el resultado de la
suma total de los valores en cada factor se analiza en acuerdo de los siguientes niveles. Para
conocer el nivel de resiliencia del individuo.

Puntuación total para establecer el nivel resiliencia: mínima 32, máxima 160. De los
cuales corresponde por indicación estricta del instrumento los siguientes niveles: resiliencia baja
de 32 a 74 puntos, resiliencia moderada de 75 a 117 puntos y resiliencia alta de 118 a 160
puntos. En el análisis de los resultados se presentan los niveles obtenidos para cada factor.

10.3.2. Validación Estadística del Instrumento

El proceso de validación de una escala es un proceso largo y costoso si se necesita


comparar con un patrón de referencia. El coeficiente alfa de Cronbach es la forma más sencilla y
conocida de medir la consistencia interna y es la primera aproximación a la validación del
constructo de una escala. El coeficiente alfa de Cronbach debe entenderse como una medida de
la correlación de los ítems que forman una escala. Está indicada la determinación del alfa de
Cronbach en escalas unidimensionales que tengan entre tres y veinte ítems y siempre se debe
informar este valor en la población específica donde se empleó la escala, El coeficiente alfa de
Cronbach es más fidedigno cuando se calcula a una escala de veinte ítems o menos.

El coeficiente alfa fue descrito en 1951 por Lee J. Cronbach, es un índice usado para
medir la confiabilidad del tipo consistencia interna de una escala, es decir, para evaluar la
magnitud en que los ítems de un instrumento están correlacionados, El coeficiente Alfa de
Cronbach es un modelo de consistencia interna, basado en el promedio de las correlaciones entre
los ítems. Entre las ventajas de esta medida se encuentra la posibilidad de evaluar cuánto
mejoraría (o empeoraría) la fiabilidad de la prueba si se excluyera un determinado ítem.

El Alfa de Cronbach (1951) se obtiene a partir de la covarianza (Inter correlaciones) entre


ítems de una escala, la varianza total de la escala, y el número de reactivos que conforman la
escala.
150

Por otro lado, la confiabilidad de un instrumento de medición es considerada como el grado en


que al aplicarse de manera repetitiva al mismo objeto de estudio u otro diferente, se producirán
resultados iguales o similares. Para poder estudiar la confiabilidad del instrumento utilizado, se
aplica la prueba Alpha de Cronbach (1951) que relaciona las variables y establece la
confiabilidad de cada sección del cuestionario.

Para poder obtener las Alfas de Cronbach, se, se tiene una formula general, de acuerdo a lo
establecido por (Hernández, Fernández, y Baptista, 2003) la fórmula es la siguiente:

En donde:

N = número preguntas

P = promedio de correlaciones

10.3.3 Hipótesis de investigación

Hay que resaltar que la hipótesis deriva siempre de las variables y las variables derivan de la
teoría, esto significa que todo va concatenado e implica que las variables de esta investigación
son:

Tabla 11 Operacionalización de Variables


Variable Tipo de
Variable

Resiliencia (Y1) Dependiente

Factores Protectores Externos Independient


(X1) e

Factores protectores internos Independient


(X2) e

Empatía (X3) Independient


151

e
Fuente: Elaboración propia, (2020).
10.3.4 Hipótesis de Trabajo

Una hipótesis de trabajo es una hipótesis que se acepta provisionalmente como base para
futuras investigaciones con la esperanza de que se produzca una teoría defendible, incluso si la
hipótesis finalmente falla. En este caso la hipo tesis más acertada es:

HA: Los factores que inciden la resiliencia (Y1) de los adultos afectados por el conflicto
armado son; protectores externos(X1), protectores internos(X2) y empatía (X3).

En términos generales se indica que la variable independiente es el centro del


experimento y es aislada y manipulada por el investigador. La variable dependiente es el
resultado medible de esta manipulación, los resultados del diseño experimental, según una de las
características que se presume ser la causa del fenómeno ensayado. En la investigación
experimental se llama así, a la variable que el investigador opera. Que son manipuladas
experimentalmente por el investigador. Y la variable dependiente tiene la Pertenencia de que se
trata de cambiar por medio de la manipulación de la variable independiente. En general las
variables dependientes son las que se miden (Hernández, 2014).

10.3.5 Población y muestra

Para este estudio, se planteó realizar la medición de validez en varios momentos con la
participación de personas del común de la población Del Carmen de Bolívar, en su mayoría
adolescentes y adultos quienes de una u otra forma fueron los más afectados directa e
indirectamente por los eventos traumáticos de la época. Por el delicado estado de violencia y el
grado la vulnerabilidad que existe en la región de los Montes de María, se proyecta tomar una
muestra entre 100 y 250 personas. Cabe señalar que se pretende realizar conexión con entidades
del estado, organizaciones no gubernamentales ONG, y fundaciones sin ánimo de lucro, que
operan en el sector, el cual permitirá obtener una mayor información o banco de datos, sobre los
grupos de personas que fueron afectados por las acciones violentas.

Tabla 12. Ficha técnica de la investigación


Universo Adultos habitantes de los
152

Montes de María

Ámbito Regional (Montes de


María, Colombia)

Método de recogida de Cuestionario electrónico,


información suministrado electrónicamente

Unidad muestral Adulto afectado por el


conflicto armado residente de
los Montes de María

Tamaño de la muestra 156

Muestreo No probabilístico de
conveniencia

Trabajo de campo abril de 2021

Número de encuestas 156


realizadas

Respuestas válidas 156


Fuente: Elaboración propia (2021).

10.3.6. Prueba Piloto

Las pruebas pilotos consisten en administrar un instrumento a personas con


características semejantes a las de la muestra objetivo de investigación, se somete a prueba no
solo el instrumento de medición, sino también las condiciones de aplicación y los procedimientos
involucrados, se analiza si las instrucciones se comprenden y si los ítems funcionan de manera
adecuada, se evalúa el lenguaje y la redacción ,los resultados se utilizan para calcular la
confiablidad inicial y de ser posible, la validez tentativa del instrumento de medición (Rodríguez
C. , 2015). Esta prueba se realiza con una pequeña muestra (inferior a la muestra definitiva Un
estudio piloto, proyecto o experimento piloto es una escala pequeña del estudio que antecede al
153

perfeccionado para ajustar la viabilidad, el tiempo, el costo, hechos desfavorables o favorables y


para optimizar el diseño de estudio antepuesto al beneficio de un proyecto de búsqueda a gran
escala. En él se tiene en cuenta el lenguaje, tratando de evitar los tecnicismos, además la
redacción. De igual forma la muestra podría ser solo un 10% de la muestra total.

En este caso se realizó inicialmente una prueba piloto. A 19 personas, y luego ya


formalmente sumaron 231 pruebas, a los habitantes del municipio del Carmen de Bolívar,
departamento de Bolívar, contactándose con ellos por vía telefónica, y redes sociales teniendo en
cuenta el cuestionario de resiliencia para adolescentes y adultos (Moreno, Fajardo, y Gonzalez,
2019) Los datos fueron registrados y procesados a través del software SurveyMonkey, expresados
en gráficos y cuadros como muestran a en el próximo capítulo.
154

11. RESULTADOS:

Después de haber aplicado el instrumento a las 231 personas de la población del Carmen
de bolívar pruebas se arrojaron los siguientes resultados:

11.1. Factores protectores internos


Figura 5. Factores protectores internos

L
A
N A T
LGUN I S
UN MAYO
AS NDECI IEMP OTA
CA RIA DE
VECES SO 3 RE 5
1 VECES L
2
4

Presto servicios a otros. 1 2 5 4 1


4.80% 2.87% .38% 1.26% 5.70%
3 5 1 9 3 2
3 1 2 2 5 23

Empleo estrategia de convivencia (adoptó 1 1 3 5 3


buenas .35% 0.76% .14% 1.57% 3.18%
decisiones, controlo mis impulsos, resuelvo 3 2 7 1 7 2
problemas) 4 15 4 23
155

Soy sociable. 1 1 7 3 4
.35% 0.76% .17% 6.32% 4.39%
3 2 1 8 9 2
4 6 1 9 23

Tengo sentido del humor. 1 1 4 3 4


.35% 1.66% .93% 9.91% 2.15%
3 2 1 8 9 2
6 1 9 4 23

Tengo control de mis emociones. 0 1 1 4 3


.00% 2.56% 0.31% 6.64% 0.49%
0 2 2 1 6 2
8 3 04 8 23

Soy autónomo. 0 6 7 3 4
.90% .28% .62% 9.01% 6.19%
2 1 1 8 1 2
4 7 7 03 23

Veo mí futuro con actitud positiva. 0 4 3 2 6


.90% .04% .14% 4.66% 7.26%
2 9 7 5 1 2
5 50 23

Soy flexible a los cambios. 0 1 7 4 3


.90% 0.31% .17% 2.15% 9.46%
2 2 1 9 8 2
3 6 4 8 23

Soy capaz de aprender cosas nuevas. 0 0 0 2 7


.00% .90% .90% 5.56% 2.65%
0 2 2 5 1 2
7 62 23

Me siento motivado. 0 4 6 3 5
.45% .93% .28% 7.67% 0.67%
1 1 1 8 1 2
1 4 4 13 23

Me siento idóneo para mis actividades 1 5 5 4 4


laborales .35% .38% .38% 0.36% 7.53%
3 1 1 9 1 2
2 2 0 06 23

Confío en mí mismo 0 2 6 2 6
.45% .24% .73% 6.01% 4.57%
1 5 1 5 1 2
5 8 44 23

Fuente: Elaboración propia, (2020). Nota: Resultado de encuestas Surveymonkey


156

11.2 Factores protectores internos

El 82.53% de las respuestas dadas por los encuestados fue positiva, el 6.19% fueron
neutras y el 11.27% fueron negativas. Como se muestra en el grafico el 46.63% de los
encuestados en este factor están siempre presto a brindar lo mejor de sí ante las situaciones que
se le presentan en el camino. Según Campos y Peris, (2011) los factores protectores pueden
considerarse como los recursos que tiene una familia para enfrentar su desarrollo y eventos
vitales. Son características, rasgos, habilidades, competencias, medios, tanto de los individuos de
una familia, de la familia como unidad y de su comunidad. En este caso se analizaron los
indicadores factores protectores internos los cuales permiten analizar o hacen refieren a atributos
de la propia persona: estima, seguridad y confianza de sí mismo, facilidad para comunicarse.

11.3 Factores protectores externos


Figura 6. Factores protectores externos.
157

A L
T
N LGUNA I A S
UNC S NDECIS MAYORÍA IEMPR OT
A1 VECES O3 DE VECES E5
AL
2 4

Me gusta estrechar lazos de amistad. 2 6.8 1 42.27 3


.27% 2% 0.00% % 8.64%
2
5 15 2 93 8 20
2 5

La educación es importante para mí. 0 0.0 1 14.09 8


.45% 0% .36% % 4.09%
2
1 0 3 31 1 20
85

En mis relaciones sociales trato de ser 0 5.4 8 53.64 3


cálido más que crítico. .91% 5% .64% % 1.36%
2
2 12 1 118 6 20
9 9

Fijo y mantengo límites claros (reglas, 0 10. 5 46.82 3


normas y leyes). .45% 00% .00% % 7.73%
2
1 22 1 103 8 20
1 3

Me gusta apoyar personas con quién 0 3.6 0 35.00 6


comparto intereses en común. .45% 4% .00% % 0.91%
2
158

1 8 0 77 1
20
34

Comparto mis responsabilidades 0 4.5 2 43.18 4


ayudando cuando se me necesite. .45% 5% .73% % 9.09%
2
1 10 6 95 1 20
08

Cooperó para cubrir las necesidades de 0 11. 1 39.55 3


vivienda, salud, trabajo y recreación. .91% 82% 1.36% % 6.36%
2
2 26 2 87 8 20
5 0

Me gusta fijarme metas elevadas pero 0 5.9 5 38.18 5


realistas .45% 1% .00% % 0.45%
2
1 13 1 84 1 20
1 11

Me gusta fijarme metas y alcanzarlas. 0 3.6 3 30.00 6


.00% 4% .18% % 3.18%
2
0 8 7 66 1 20
39

Me gusta ayudar y colaborar con los demás. 0 2.7 0 36.36 5


.45% 3% .91% % 9.55%
2
1 6 2 80 1 20
31

Tomo iniciativa en la toma de decisiones 8 17. 1 38.64 2


de mí comunidad. .64% 27% 3.64% % 1.82%
2
1 38 3 85 4 20
9 0 8

Reconozco habilidades y fortalezas de 0 5.4 4 37.73 5


quienes me rodean. .45% 5% .55% % 1.82%
2
1 12 1 83 1 20
0 14

Fuente: Elaboración propia, (2020). Nota: Resultado de encuestas Surveymonkey.

Factores protectores externos

El 85.96% de las respuestas dadas por los encuestados fueron positivas, el 5.26% fueron neutras
y el 8.76% fueron negativos. En este factor se muestra que apresar que las personas están
siempre con la oportunidad de dar lo mejor de sí mismo, también es de mucha relevancia que en
159

un porcentaje alto la respuesta la mayoría de las veces aumentó en comparación a los factores
protectores internos. Los factores externos se refieren a condiciones del medio que actúan
reduciendo la probabilidad de daños: familia extendida, apoyo de un adulto significativo, o
integración social y laboral.

11.4 Empatía
Figura 7. Empatía

L
A
AL I T
N MAYORÍ SI
GUNAS NDECISO
UNCA 1 A DE EMPRE 5 OTAL
VECES 2 3
VECES
4

Me considero dócil al 1 5.99% 6. 47 37.7


colaborar con los demás .38% 91% .93% 9%
13
2
3 15 10 82
17
4

Soy creativo al 0 6.45% 8. 47 36.4


mantener relaciones con los .92% 76% .47% 1%
demás. 14 2
2 19 10 79
160

3
17

Soy capaz de hacer 1 14.75% 11 32 38.7


nuevos amigos con facilidad. .84% .98% .72% 1%
32 2
4 26 71 84 17

Soy alegre, me considero 0 3.23% 3. 35 58.0


amable. .46% 23% .02% 6%
7 2
1 7 76 126 17

Soy capaz de 0 8.76% 6. 48 35.9


mantener la calma ante .46% 45% .39% 4%
situaciones adversas. 19 2
1 14 10 78 17
5

Soy comprensivo. 0 3.69% 1. 42 52.0


.46% 38% .40% 7%
8 2
1 3 92 113 17

Me ayudó y motivo a mí 0 3.23% 6. 30 58.5


mismo. .92% 45% .88% 3%
7 2
2 14 67 127 17

Me considero bueno en 0 6.45% 3. 37 52.0


alguna actividad. .46% 23% .79% 7%
14 2
1 7 82 113 17

Considero que hago mi 0 0.92% 0. 34 63.1


trabajo. .46% 92% .56% 3%
2 2
1 2 75 137 17

Soy independiente al 0 6.45% 8. 45 39.1


momento de tomar una decisión. .92% 29% .16% 7%
14 2
2 18 98 85 17

Confío en un mejor 0 2.76% 4. 24 68.2


mañana. .00% 15% .88% 0%
6 2
0 9 54 148 17

Me considero 0 4.61% 4. 41 49.7


tolerante y equitativo ante las .00% 61% .01% 7%
situaciones adversas. 10 2
0 10 89 108 17

Fuente: Elaboración propia, (2020). Nota: Resultado de encuestas Surveymonkey.


161

Empatía

El 86.67% de las respuestas dadas por los encuestados fueron positivas, el 5.92% fueron neutras
y el 7.51% fueron negativas. Se puede afirmar que las personas en su gran mayoría en un 75%
tienen mejores expectativas al futuro y tienen la confianza de que habrá un mejor mañana.

12. CONCLUSIONES

En los apartados anteriores se ha podido comprender la resiliencia en adultos víctimas del


conflicto en el Carmen de Bolívar, Colombia. En definitiva, sobre la base de los resultados
obtenidos con la realización de las encuestas, se pueden enumerar algunas conclusiones
generales:

Las victimas que padecieron violencia sociopolítica tienen mayor probabilidad de sufrir
trastornos, por tanto, el impacto de la violencia es significativo y requiere de un acompañamiento
psicosocial para el restablecimiento de sus derechos humanos.

En Colombia, el uso de la violencia y la lucha por el poder, inicialmente justificadas por


la desigual repartición de la tierra y la falta de espacios para participación política, han marcado
las dinámicas sociales y políticas, atenuadas por narcotráfico, el narcoterrorismo, la presencia de
nuevos actores políticos y armados en un contexto de lucha revolucionaria.

En este sentido, la población habitante del Carmen de Bolívar, se convirtió con el paso
del tiempo en un grupo humano vulnerable por el conflicto armado en la región, entendiendo la
vulnerabilidad como el estado de susceptibilidad al daño por exposición a tensiones asociadas
con el cambio ambiental y social y por la ausencia de capacidad de adaptación.

Así, las víctimas del conflicto armado requieren de un proceso de perdón y reconciliación
que implica reemplazar las emociones negativas hacia un agresor por emociones positivas y
olvidar el agravio. Allí aparece el constructor de la resiliencia, como un proceso en el que, a
pesar de todos los pronósticos negativos, hay una reinvención del sujeto que se erige por encima
de las extraordinarias circunstancias, el fenómeno rebasa la capacidad predictiva de las ciencias
exactas y por tanto se requiere de una comprensión del constructo desde una mirada crítica y
compleja, que aborde al sujeto desde una mirada trans e interdisciplinar.
162

Finalmente, se puede afirmar que la presente investigación sirve como paso previo para
futuras líneas de investigación, que incluyan una investigación empírica encaminada a
profundizar en el conocimiento de otros factores protectores que influyen en la resiliencia.
Siendo consciente de ello se considera oportuno dar continuidad a este estudio planteando como
futuras líneas de trabajo el desarrollo de una investigación empírica sobre otras mediciones de la
resiliencia, evaluación de la resiliencia en otras regiones geográficas y evaluación de la
resiliencia en otros grupos etarios (Lechuga, 2019)

12.1 Resultados esperados

La metodología propuesta permitirá:

1. Medir en detalle los resultados sobre la capacidad que tienen los habitantes de la
población, en afrontar los diferentes actos violentos producidos por los actores del
conflicto.

2. Analizar los tipos de violencia producida por los acontecimientos, para posteriormente
realizar planes que contribuyan a estabilizar los niveles de confianzas autónoma,
iniciativa, aplicación e identidad, la reconstrucción del crecimiento y desarrollo personal.

3. Con base en resultados obtenidos, realizar una propuesta a los organismos del Estado
para que de una u otra forma asuma éste ciertas responsabilidades en proyectos
encaminados a mejorar la salud mental de la población afectada.

4. Promover la aplicación del Estado Social de Derecho de la región, con la presencia de los
organismos del estado a quien corresponda.

5. Después de realizar la medición de los niveles de la adaptación psicosocial positiva en


situaciones y eventos adversos de la vida, se continúa con proyectos encaminados a
reestablecer dichas capacidades.

6. Realizar un producto de investigación como resultado del trabajo académico realizado


con el fin de incentivar a profesores investigadores en alguna de las áreas de las ciencias
sociales y las humanidades. pueden ser especializados o de divulgación.

7. De igual forma promocionar esta investigación con libros, capítulos, artículos,


audiovisuales, multimedia y museográficos, series estadísticas, bibliografías comentadas,
163

catálogos especializados, cronologías originales, investigación iconográfica, entrevistas, entre


otros.

Dolor y resiliencia

La región de los Montes de María es una de las mayormente afectadas por el fenómeno
de la violencia de carácter político y económico, en el país (Alnfonzo y Castiblanco, 2018). Si
bien es cierto que el caso de la lucha de terratenientes contra campesinos por la tenencia de la
tierra se inscribe en un campo casi totalmente social, no es .posible omitir o pretender
desconocer que, en el caso de la violencia actual, inciden factores de índole política,
consecuencia ello, en el decir de los analistas internacionales y del presidente de los Estados
Unidos (2021) de la influencia de algunos países de la región, hoy modelos de dictaduras, que
pretenden incursionar e influir en las decisiones que en materia de gobierno tomará en breve el
pueblo colombiano.

Independientemente del origen de la violencia, una cosa s indiscutible y se hace alusión


con ello a la tangible realidad del maltrato físico, psicológico y económico de que han sido
víctimas los habitantes de los Montes de María, situación que, curiosamente, fue generada por
intervención de dos bandos que se dicen contrarios y que, sin embargo, hicieron de la población
civil e inocente, su blanco favorito.

Las consecuencias son de todos conocidas: desplazamiento, asesinatos, despojo de


tierras, secuestros, violencia sexual, reclutamiento de niños y adolescentes a las filas de los
distintos grupos, entre muchas otras modalidades de maltrato y violencia concebida por quienes
lideraban o siguen liderando los bandos con conflicto. Si bien se afirma que hubo acciones de
organismos del Estado que causaron también dolor y tristeza en la población civil, las versiones
permiten presumir que fueron en menor escala y que ello fue provocado por la confusión que
generan, deliberadamente, los bandos enfrentados, para inculpar al Estado. Esto se afirma, al
margen de lo que jurídicamente se pueda probar y ser motivo de juzgamiento, en el marco de la
normatividad penal que aplica en Colombia.

Desde una perspectiva histórico-estructural puede evidenciarse que el


fenómeno de violencia en la región obedece a unas luchas por el monopolio de la
tierra, generando cuadros de violencia que se materializan en desplazamiento
164

forzado como en afectaciones a la integridad física, simbólica y emocional de los


habitantes (Alfonzo y Castiblanco, 2018).

En efecto y tal como se expresó en líneas anteriores, la posesión de la tierra constituye uno de los
puntos neurálgicos del conflicto y de ahí que sea la población campesina, la más humilde, la que
generalmente cultiva la tierra por encargo de sus dueños, la que reciba el impacto más directo, en
los trabajadores y sus familias. Pero en lo relacionado con este trabajo, lo que llama la atención
de su autor, desde la perspectiva profesional y humana, es el daño causado emocionalmente a las
víctimas, las cuales no pueden sustraerse al impacto del dolor que producen la pérdida de seres
queridos y el despojo o desplazamiento de que fueron objeto, en el desarrollo de acciones
supuestamente inscritas en un marco revolucionario, según unos, y en la defensa de lo propio,
según otros.

Las estadísticas mostradas anteriormente son apenas lo que podría calificase como “la punta del
iceberg” si se las compara con la realidad vivida por muchas personas que prefieren quedar en el
anonimato y desconocimiento, porque el temor que padecen es el mismo que vivieron al
momento de la acción violenta que les tocó vivir.

Los Montes de María son una región que, como se ha dicho reiteradamente a lo largo de este
documento, es privilegiada por la naturaleza. Se la conoce comúnmente como la “despensa del
Caribe” en alusión a la abundancia de alimentos que allí se producen, tanto de origen agrícola
como de origen animal. La agricultura y la ganadería son, en efecto, la fortaleza de esta región
pero, simultáneamente, la misma naturaleza jugó una carta en contra de los habitantes de esos
montes.

Ciertamente, la ubicación de los Montes de María la convierte en un punto estratégico al


momento de la violencia. Desde ellos es fácil ejercer control de tráfico humano y ello permite la
detección de visitas indeseadas por los actores de la violencia, lo que viene a explicar por qué se
dan tantas emboscadas, masacres, tomas armadas, ataques a la población civil y todo el catálogo
de variables violentas que hacen parte del quehacer de los ilegales.

En aras de una imparcialidad que se ha pretendido mantener a lo largo de esta investigación, es


necesario señalar que algunas agremiaciones no tienen clara su participación o el rol que
desempeñaron en el origen y desarrollo de los hechos violentos. La Unión de Usuarios
Campesinos (ANUC) por ejemplo, constituye un ejemplo de cómo, un objetivo quizá bien
165

intencionado, se convirtió en detonador d la violencia. El enunciado ideológico de ANUC


hablaba de “devolver la tierra a los campesinos”, lo cual, llevado o al intentar llevarlo a la
realidad, puso contra el campesino humilde la fuerza de quienes detentaban el poder económico,
las influencias políticas y, desde otro ángulo, la tenencia de las armas. Las consecuencias no
requieren, en concepto de este autor, mayores explicaciones.

Ahora bien, con el debilitamiento de la ANUC, se dio un giro en las


manifestaciones de conflicto en la región, ya que durante el período de 1980
apareció el fenómeno de las FARC en los Montes de María, a través del Frente
37. El territorio se convirtió en epicentro de nuevos grupos armados ilegales; allí
se asentaron las FARC, el ERP y el ELN (PNUD, 2010). La presencia de nuevos
grupos armados convirtió el territorio en un escenario de conflicto continuado que
agudizó aún más el fenómeno de la violencia (García, 2010).

No se requiere mayor esfuerzo para entender lo sucedido en los Montes de María. La


confluencia de los diversos actores violentos, trajo consigo la confusión social, en el sentido que
nadie sabía a favor de quién estaba o debía estar y, en medio de esa confusión, surge la matanza
indiscriminada, en la mayoría de los casos, por parte de los directores de la violencia, unos en
nombre de la “justicia social” y otros en nombre de la defensa de lo propio o de lo que
consideraban propio.

El problema central radica en que, en realidad, cualquiera sea el actor y al margen de


quién sea la víctima, el dolor, la desesperación por pérdida de seres queridos, unos muertos, otros
secuestrados y otros (niños y niñas) simplemente reclutados por la fuerza, privados del derecho
a la inocencia y el derecho a disfrutar de una etapa en la que todo individuo se moldea como
persona para el futuro.

Hoy, los Montes de María es una región convertida en la mayor convergencia de


personas que restañan sus heridas en medio de las promesas que surgen de un acuerdo en el que
se promete verdad, reparación, justicia y no repetición. Lo curioso es que los hechos se siguen
sucediendo y la población de Montes de María da muestras de una resistencia rayana en la
terquedad, porque se niega a abandonar su región y, por el contrario, insisten en que los acuerdos
se cumplan, sobre todo en cuanto tiene que ver con los aspectos de justicia y de verdad, ya que
166

son muchas las madres y esposas que ni siquiera tienen señas de dónde reposan sus seres
queridos, para rendirles un postrer adiós.

Peltier y Szwarcberg (2019) abordan la temática aquí tratada desde un documento por
ellos publicado y que lleva por título Transformación de las emociones en las víctimas del
conflicto para la reconciliación en Colombia. “… la experiencia traumática despliega una
temporalidad en la que el pasado coexiste e incluso agobia afectivamente el presente de tal
manera que su inscripción en el registro de la memoria y la historia es a la vez solicitado y
frustrado: el trauma ‘no se deja olvidar por nosotros”, dicen las autoras en una cita que hacen de
Francisco Ortega (2008).

Se comparte plenamente la posición que las autoras asumen en la cita mencionada. El


pasado violento y doloroso tiene la capacidad de reverdecer y perdurar; no es rara la expresión
“… eso me cambió la vida” que lanzan algunas personas para referirse a un hecho que incidió en
su calidad de vida, para bien o para mal. En el caso objeto de discusión, se ha pretendido
disminuir en mucho el impacto de la violencia en las gentes de los Montes de María.

Se entiende o se asume que quienes pretenden restar importancia a las secuelas


emocionales que sufren las víctimas de los Montes de María lo hacen, quizá, motivados por la
buena fe y la falsa creencia de que un presente tranquilo o feliz es suficiente para borrar de un
plumazo experiencias que, en su oportunidad, imprimieron un giro en la vida de la persona,
infligiéndole sentimientos en los que lucharon, injustamente, el dolor de lo perdido con el deseo
natural e innato de vivir, que se estima es propio de toda persona.

Es común que las mujeres sean objeto particular de interés para los actores armados, ya
que son idóneas para dar muestras de la superioridad del agresor y su grupo armado. En
Colombia, la violencia contra la mujer ejerce distintos efectos y, en cuanto tiene que ver con la
violencia directa, las mujeres se vuelven una herramienta para amedrentar o humillar a los
oponentes, en lo que se califica como estrategia de personas interpuestas. (Peltier y Szwarcberg,
2019).
167

PRODUCTOS RELACIONADOS CON LA GENERACIÓN DE


CONOCIMIENTO Y/O NUEVOS DESARROLLOS TECNOLÓGICOS:

Resultado/Producto
Indicador Beneficiario
esperado

Comunidad de los
montes de maría, Secretarías
Artículo en Revista Artículo de Gestión Social Alcaldías y
Indexada. científico Gobernaciones, Institución
Universitaria ITSA, Grupos
de investigación.

PRODUCTOS CONDUCENTES AL FORTALECIMIENTO DE LA CAPACIDAD


CIENTÍFICA NACIONAL:
Resultado/Producto
Indicador Beneficiario
esperado

Estudiantes,
docentes, Institución
Asesorías investigativas en Trabajo de
Universitaria ITSA,
el tema. grado/tesis de pregrado
comunidad académica. Y
otras entidades

PRODUCTOS DIRIGIDOS A LA APROPIACIÓN SOCIAL DEL


CONOCIMIENTO:
Resultado/Producto
Indicador Beneficiario
esperado

Estudiantes,
Participación con Ponencia Ponencia en
docentes, Institución
en evento nacional y/o evento científico
Universitaria ITSA,
Internacional en Ciencias Sociales Nacional y/o
comunidad académica. Y
o Humanidades Internacional
otras entidades
168

PRODUCTOS DIRIGIDOS A LA PROMOCIÓN Y PREVENCIÓN A LA


POBLACION

Resultado/Producto Indicador Beneficio


esperado

Prospectiva Activar los

multi/interdisciplinaria, como lo mecanismos protectores

son: sobre eventos críticos que


posibilite un equilibrio
Áreas de la salud La comunidad
armónico entre los estados
(enfermería, odontología, medicina, vulnerable en áreas
de tensión y estrés
bacteriología, terapistas afectadas por el conflicto
naturales a la cotidianeidad
ocupacionales, tecnólogos- armado (área de montes de
y los sucesos imprevistos e
promotores). y otras orientaciones maría).
inesperados que desatan
como:
las crisis. En este caso las
Trabajo social, derecho, personas víctimas del
economistas etc. conflicto.

12.2. Etapas del proceso metodológico

El proceso se realizó en tres fases, como sigue a continuación:

Fase 1. Con la previa autorización de la comunidad se aplicaron una lista de chequeo y


las encuestas a partir de la observación de las comunidades, más vulnerables de la región, en este
caso del municipio del Carmen de Bolívar.

Fase 2. Posteriormente se caracterizó, la Resiliencia en víctimas del conflicto, según los


casos más representativos derivados de los resultados de las pruebas realizadas.

Fase 3. A partir de estos datos se establecerán políticas, seguimiento y estrategias aplicar


según los casos.
169

Es importante aclarar que, en la fase de reconocimiento, se identificaron las comunidades


con el acompañamiento de los líderes comunitarios identificados y posteriormente se realizar una
reunión para exponer la presentación general de la estrategia o sobre la problemática que se va a
identificar o investigar y, si es posible, entregar folletos sobre la investigación a realizar.
170

13. CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES 2021-2


Figura 8. Cronograma de actividades

TIEMPO DE DURACION
ACTI SEPT OCT NOV DICE ENE FEBR
VIDADES IEMBRE UBRE IEMBRE MBRE RO 2022 ERO 2022

Seman 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4
as

Deter
minar población

Aplica
ción de pruebas
en línea

Proces
amiento de datos

Interpr
etación de
resultados

Presen
tación del PTD al
tutor

Revisi
ón tutor

Public
ación de artículo
científico

Presen
tación al comité
evaluador

Avanc
e TD1 Y TD2.

Disert
ación de tesis

Fuente: Elaboración propia (2021).


171

13.1 Actividades de cronograma:

⮚ Determinar la población: se determinó en tomar al inicio una muestra de 150 personas


para la aplicación del instrumento, lo cual permitió dar un conocimiento contrastado de la
efectividad del instrumento, el cual se amplió a 231 muestras en su totalidad.
⮚ Aplicación de pruebas en línea: fue una forma más natural de llegar a los encuestados,
ya que consumió menos tiempo que la forma tradicional de recopilar información
mediante la interacción uno a uno y fue menos costosa y riesgosa, teniendo en cuenta el
lugar, el problema sanitario del COVID 19 y la zona de alto riesgo, que es considerada la
región de los Montes de María.
⮚ Procesamiento de datos: se aplicó la prueba utilizando la plataforma de Suver Monkey,
el cual es una plataforma que permitió recopilar opiniones y transfórmalas en datos
recopilando y dando una retroalimentación a través de un enlace web, por correo
electrónico, chat móvil, redes sociales.
⮚ Interpretación de resultados: la estadística realizada nos permitió transformar esa
incertidumbre y tener un panorama más claro sobre el objeto que se persigue.
⮚ Presentación y revisión del PTD por tutor: este realiza una revisión objetiva de la
investigación, realizando unas orientaciones respectivas para guiar el rumbo de la
investigación en curso.
⮚ Publicación de articulo científico: se realiza el trámite para la publicación del articulo
científico, por intermedio de la revista Política, Globalidad y Ciudadanía es una revista
científica de Ciencia Política y Relaciones Internacionales (Ciencias Sociales) que
promueve el intercambio, difusión y transferencia de conocimiento en el campo, con
énfasis en el área de Política. Con sede en México. El cual ya cuenta con aprobación y
lista para su publicación.
⮚ Presentación del comité evaluador: se envía al comité evaluador quien determinara de
evaluar, aprobar, vigilar y dar seguimiento de la PTD.
⮚ Revisión por parte del comité evaluador: el comité decide darle el aval al siguiente
paso TD1 avance 1 y 2
⮚ Entrega el avance TD1. Es entregado y evaluado por el comité de evaluación y decide
dar paso al TD2.
172

⮚ Entrega el avance TD2: se detectan faltante de algunos lineamientos para corrección y


se toman correctivos del caso.
⮚ Disertación de la tesis: fin último del proceso.
173

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15. ANEXOS

Anexo 1. Batería de medición del nivel de resiliencia en adultos posconflicto González (2010)
citado en Moreno (2019, 65).
V Ítems N A I La Siem
ariable unca lgunas ndeciso mayoría pre
veces
de
veces

1 2 3 4 5

F 1)Presto servicios a otros.


actores
2) Empleo estrategias de convivencia
Protectores
(Adopto buenas decisiones, controlo mis
Internos
impulsos, resuelvo problemas.

3) soy sociable.

4)Tengo sentido del humor

5)Tengo control de mis emociones

6)soy autónomo.

7) veo mi futuro con actitud positiva.

8) soy flexible a los cambios

9) soy capaz de aprender cosas


nuevas

10) me siento motivado

11) me siento idóneo para mis


actividades laborales.

12) confío en mí mismo

F 13) Me gusta estrechar lazos de


actores amistad.
Protectores
14)La educación es importante para
Externos
mí.

15)En mis relaciones sociales trato de


ser cálido más que crítico.

16) Fijo y mantengo límites claros


(reglas, normas y leyes)

17)Me gusta apoyar personas con


181

quien comparto intereses comunes.

18) Comparto mis responsabilidades


ayudando cuando se me necesite.

19)Coopero para cubrir las


necesidades de vivienda, salud, trabajo, y
recreación.

20) Me gusta fijarme metas elevadas


pero realistas.

21) Me gusta fijarme metas y


alcanzarlas.

22) Me gusta ayudar y colaborar con


los demás.

23) Tomo la iniciativa en la toma de


decisiones de mi comunidad.

24)Reconozco habilidades y
fortalezas de quienes me rodean.

E 25) Me considero dócil al colaborar


mpatía con los demás.

26) Soy creativo al mantener


relaciones con los demás.

27)Soy capaz de hacer nuevos amigos


con facilidad.

28) Soy alegre, me considero


agradable.

29) Soy capaz de mantener la calma


ante situaciones adversas.

30) Soy independiente al momento de


tomar una decisión.

31) Confío en mejor mañana.

32) Me considero tolerante y


equitativo ante las situaciones adversas.

33) Soy comprensivo.

34) Me ayudo y motivo a mí mismo.

35) Me considero bueno en alguna


actividad.

36) Considero que hago bien mi


182

trabajo.

Fuente: Elaboración propia (2021). Adaptado de Cuestionario de resiliencia para adultos (Moreno, Fajardo, y Gonzalez, 2019).
Nota: Puntuación total para establecer el nivel resiliencia: mínima 32, máxima 160. De los cuales corresponde por indicación
estricta del instrumento los siguientes niveles: resiliencia baja de 32 a 74 puntos, resiliencia moderada de 75 a 117 puntos y
resiliencia alta de 118 a 160 puntos. En el análisis de los resultados se presentan los niveles obtenidos para cada factor.
Resiliencia baja: 36-78. Resiliencia media :79-121. Resiliencia alta :122-164.

Revista Política, Globalidad y Ciudadanía | Vol. 7, Núm. 14, junio - diciembre 2021 | ISSN 2395-8448 http://revpoliticas.uanl.mx/ 254
Revista Política, Globalidad y Ciudadanía | Vol. 7, Núm. 14, junio - diciembre 2021 | ISSN 2395-8448 | http://revpoliticas.uanl.mx/

Medición de la resiliencia en adultos víctimas del conflicto: Caso Carmen de


Bolívar, Colombia1
Measurement of resilience in adult victims of the conflict: Case of Carmen de
Bolívar, Colombia
Alberto Enrique, Candanoza-Henríquez; Marco Antonio, Rojo-Gutiérrez

RESUMEN
183

El presente artículo es resultado de una investigación que tuvo por objetivo medir la resiliencia
en adultos víctimas del conflicto en el Carmen de Bolívar, Colombia. Para ello, se aplicó un
cuestionario estructurado de breve duración, de 32 reactivos donde se evalúan las variables
factores protectores internos, factores protectores externos y Empatía. Participaron 231 personas
adultas del área geográfica estudiada. Entre los resultados se encontró que entre los factores
protectores interno destaca la confianza en si mismos, consideran que la educación es muy
importante entre los factores protectores externos y con respecto a la empatía confían en un
mejor mañana. Se concluyó que, si bien es limitada la definición y medición de la resiliencia por
la naturaleza dinámica y los múltiples factores de influencia del constructo, la población civil
encuestada evidencia elementos característicos de la conducta resiliente posterior a haber sido
afectados por el conflicto armado en su región.

Palabras claves: Adultos, conflicto armado, resiliencia, Carmen de Bolívar.

ABSTRACT This article is the result of an investigation that aimed to measure the resilience of
adult victims of the conflict in Carmen de Bolívar, Colombia. For this, a short, structured
questionnaire of 32 items was applied where the variables internal protective factors, external
protective factors and Empathy were evaluated. 156 adults from the geographical area studied
participated. Among the results, it was found that among the internal protective factors, self-
confidence stands out, they consider that education is very important among the external
protective factors and with respect to empathy they trust in a better tomorrow. It was concluded
that, although the definition and measurement of resilience is limited due to the dynamic nature
and the multiple factors of influence of the construct, the civil population surveyed shows
characteristic elements of resilient behavior after having been affected by the armed conflict in
its region.

Keywords: Adults, armed conflict, Carmen de Bolívar, resilience.

1.- INTRODUCCIÓN
Ante los episodios de violencia ocurridos en Colombia, frente al tema del conflicto armado, el
proceso de paz con la guerrilla de las Fuerza Armada Revolucionaria de Colombia (FARC) y
184

otros actores del conflicto, en la población del Carmen de Bolívar, en el departamento de


Bolívar. Resulta de especial interés realizar una medición de la resiliencia, para abordar el
fenómeno desde sus diferentes dimensiones, facilitando la identificación de aquellos elementos
que permiten desarrollar la capacidad de adaptación y afrontamiento ante situaciones violentas
normalizadas en la cotidianidad. A partir de ahí, adoptar medidas que permitan contribuir al
mejoramiento de la salud mental de los individuos, que son susceptibles al maltrato, la
incapacidad de enfrentar y superar eventos traumáticos. El presente estudio surge de la necesidad
de medir la resiliencia de la población sometida a diferentes sucesos traumáticos, ocasionados
por las acciones violentas de los grupos armados al margen de la ley, con el fin de identificar la
capacidad que tienen las personas afectadas para convivir con sus victimarios en esta época de
post acuerdo. Es así, que la investigación permitirá direccionar la mirada hacia el foco de
violencia en Colombia, especialmente en la región del Carmen de Bolívar, de la misma forma se
pondrá en evidencia como esta sociedad se ha sobrepuesto a los muchos momentos de
adversidad, terror, miedo y pánico generados por estos grupos armados.

Debido a que no se cuenta con suficientes estudios de alcance nacional sobre el fenómeno de la
resiliencia, sus estrategias de prevención y actuación con respecto a los acontecimientos
causados por el conflicto armado en esa región. El presente trabajo es conveniente desarrollar,
para afianzar un mayor conocimiento sobre la ocurrencia de cada tipo de situaciones ante el
afrontamiento de esos eventos traumáticos, sus características y las necesidades de intervención.
Por otra parte, permite ampliar los datos sobre la resiliencia en estos tipos de sucesos
traumáticos, para contrastarlos con otros estudios similares y analizar las posibles variables
según el género, nivel socioeconómico, la gestión de las entidades gubernamentales y el
contexto.

Así mismo, al ser la propuesta de la resiliencia una mirada que cambia los esfuerzos de los
investigadores por analizar la realidad en la medida que centraliza su atención en la población
sana a pesar de estar en un medio insano, para lo cual se hace necesario utilizar las herramientas
teóricas de las ciencias humanas, tales como: la psicología, las ciencias sociales, la medicina y la
política, entre otras.

En la búsqueda y esclarecimiento de la capacidad que tiene un pueblo de superar la presión de la


violencia, para volver a su estado inicial de paz tranquilidad y bienestar humano fortalecido. En
185

este sentido, en la actualidad la resiliencia se reconoce como valiosa, por sus posibles
aplicaciones en el área de la salud, la prevención y educación.

Desde la política, por ejemplo: la resiliencia es un tema foco para potencializar a las poblaciones
que muestran la fortaleza necesaria para afrontar infortunios que van desde desastres naturales,
hasta desastres producidos por actividad antropogénica del hombre como las guerras, así como lo
manifiestan algunos autores que han trabajado en resiliencia comunitaria, incrementando el
apoyo humano y económico a programas destinados a este objetivo, con estrategias políticas
encaminadas a mejorar la calidad de vida de dicha región. Esto implica, que la resiliencia
aplicada a las comunidades sea diseñada como una forma de ofrecer afecto y apoyo, para ese
grupo de personas que han sido violentadas por los grupos armados al margen de la ley, para que
tengan la capacidad de desenvolverse, relacionarse y lo más importante que puedan crear
vínculos más cercanos con los demás. Alguien resiliente se caracteriza por ser introspectivo,
independiente y por mantener cierta distancia emocional para afrontar las dificultades (Suárez,
2002).

La investigación aporta a las ciencias sociales en general, la percepción de los factores que
caracterizan la población en situación de desplazamiento generado por la violencia y los eventos
postraumáticos que dejó el conflicto armado en esta región. Un punto de partida en el que se
puedan profundizar la comprensión de la resiliencia desde su propia mirada. En la actualidad se
viven momentos de crisis complejas, una dinámica de cambios constante por lo cual se debe
aprender a convivir con él. Por eso la reconstrucción de resiliencia es uno de los objetivos clave
para las iniciativas de transición hacia otros movimientos sociales. Medir la resiliencia permite
examinar las capacidades de recuperación ante las fatalidades, conocer las estrategias llevadas a
cabo por los individuos para afrontar los riesgos, indagar sobre los factores causantes que
explican su desarrollo saludable y finalmente formular estrategias más adecuadas de intervención
para el fortalecimiento de las comunidades.

El estudio aporta una unidad metodológica, para que en un futuro se realicen investigaciones que
utilicen metodologías compatibles de manera que se posibilitaran análisis conjunto,
comparaciones entre períodos temporales concretos y evaluaciones de las intervenciones que se
realicen o se estuvieran llevando a cabo para la prevención y tratamiento de la resiliencia, la
investigación es viable pues se dispone con los recursos para llevarlo a cabo en la Identificación
186

de los niveles de resiliencia de la población estudiada. Es dar un paso en la comprensión de su


capacidad de recuperación, luego de los eventos desfavorables a los que han sido expuestos.

El territorio colombiano se ha visto afectado por un conflicto armado interno de más de 60 años,
producto de las desigualdades sociales y económicas, según la Unidad para la Atención y la
Reparación Integral a las Víctimas (2021), al 01 de enero de 2020 se tienen en el Registro Único
de Víctimas -RUV 8.553.416 personas afectadas por algún tipo de violencia en el marco de este
conflicto. En el departamento de Bolívar, cuya capital es la ciudad de Cartagena de indias, se
registraron hasta la fecha 650.360 personas que suponen la población total del departamento,
teniendo un referente de 24 % de personas afectadas en esta región, haciéndose necesario el
estudio de diferentes alternativas que permitan a las víctimas superar las situaciones de violencia
en el marco de la construcción de paz desde y para los territorios, (Unidad para la Atención y la
Reparación Integral a las Víctimas, 2021).

Abordar la resiliencia en al marco del conflicto armado en Colombia, representa crear aportes
prácticos que accedan adelantar en el diseño de estrategias que beneficien a las victimas desde un
compromiso que retome sus características individuales y sociales, hacia la potenciación de esa
participación activa entre el ser y el actuar, donde la pertenencia, la identidad, la motivación, la
flexibilidad, la sociabilidad entro otros, crean eco en la reconstrucción individual y social de la
resiliencia. Es un esfuerzo más, para crear nuevas incógnitas a la psicología, en particular a la
psicología social, a la psicología social comunitaria y a la psicología del desarrollo, de allí su
coyuntura disciplinaria.

El beneficio innovador de conocimiento de la presente investigación se halla en el estudio del


fenómeno de la violencia desde una perspectiva distinta como es la resiliencia, la cual se centra
en descubrir los factores que median el impacto de los factores de riesgos en la salud mental. Y
por último esta investigación permitió explorar resultados iniciales, que se convierten en la base
para adelantar en el diseño de estrategias de promoción que ayuden a esta población adquirir
instrumentos para afrontar situaciones y experiencias dolorosas vividas.

2. FUNDAMENTO TEÒRICO
No hay una precisión clara de los inicios sobre el tema de la resiliencia, diferentes autores
plantean varios conceptos, pero no hay una exactitud al respeto, pero lo más aportante y es algo
que hay que tener en cuenta el aporte de la resiliencia en el campo de la psicología. A la
187

formación del concepto pretendiendo dar a conocer su campo de acción en la psicología, es


decir, formas de pensamiento y actuación que lo elevan al estatus de constructo en una
disciplina. Hoy en día se sabe que la gran importancia que tiene la medición de la resiliencia en
casi todos los campos del medio de las ciencias humanas, quien se encarga de analizar el
comportamiento del ser en diferentes circunstancias y su forma de reaccionar antes situaciones
adversas. La medición de la resiliencia es de gran importancia para el análisis del
comportamiento, desde que se estableció este concepto a la psicología se puede decir que existe
determinada probabilidad de que algo será o que se practicarán determinadas conductas del
individuo ante eventos adversos e implementar estrategias para enfrentarlas (Theis, 2007, p. 78)

Una revisión histórica al concepto de resiliencia


Según Ardila (2008) El papel de la psicología para evitar que el círculo vicioso de la violencia
continúe (y que vuelvan a aparecer los conflictos, al no haberse solucionado sus causas) puede
ser decisivo. La psicología tiene importantes instrumentos conceptuales y prácticos para lograr
que los grupos marginados se integren a la sociedad, que se desarrolle un sentido de pertenencia
al país, que los colombianos crean en sí mismos y en su futuro. Implica dar empoderamiento a
grupos marginados, desarrollar oportunidades laborales, educativas y de ascenso social,
autoeficacia, perspectiva de futuro, motivación de logro y de afiliación, etc. (p. 194).

Historialmente el término resiliencia constituye un amplio constructo teórico que tiene lugar en
los inicios de los años cuarenta. Desde entonces, es posible vislumbrar un concepto basto y
complejo que suscita hoy un gran interés, en quienes trabajan en el campo médico, social,
psicológico y educativo. El cual ocasionó un cambio primordial de la perspectiva respecto a la
posición pasiva, o solamente receptiva del paciente propio de la década de los 60: “en vez de
estudiar las debilidades, las carencias y los medios de compensarlas, se empezó a investigar las
fuerzas y cómo usarlas” (Theis, 2007, p. 78). El término comenzó a usarse desde los años
cuarenta, pero tuvo su desarrollo y aplicaciones importantes en los años sesenta en el campo
educativo, social, médico y psicológico, jugando un papel preponderante en el análisis activo y
pasivo de los pacientes utilizando métodos aplicables en cada caso específico.

Así mismo Theis (2007), comenta que es importante resaltar la importancia que tiene identificar
qué elementos ayudan a superar los problemas y situaciones adversas, esto ¿cómo nos convierte
en personas resilientes?, es decir, individuos con capacidad para desenvolverse de manera
188

positiva ante las adversidades. En un principio se pensó que se nacía siendo resiliente, pero
después se observó que hay personas que ostentan estas capacidades, y otras no. Entonces, se
detectó que se pueden aprender ciertas actitudes que lleven a enfrentar positivamente
circunstancias adversas. Por lo tanto, el análisis y la identificación de la resiliencia, permite
descubrir diferentes elementos para implementar estrategias con el fin de ayudar a los pacientes a
enfrentar efectivamente los diferentes episodios traumáticos. Puesto a que, se pensaba que las
personas según su genética serian resilientes, pero se llegó a la conclusión que cada individuo
reacciona diferentes en cada situación específica y que cada persona puede aprender según sus
actitudes a enfrentarlas.

El concepto de resiliencia tiene su génesis en las antiquísimas observaciones de los


comportamientos de las personas en relación con procesos de superación y no eran considerados
sino como anécdotas esporádicas en ambivalencia a la importancia que ello tiene para la
resolución de situaciones límites (Vanistendael, 2001).

Según Bascon (2012), la resiliencia se refiere a la “capacidad de los sujetos para sobreponerse a
periodos de dolor emocional, Sé que un sujeto o grupo de personas manifiestan una resiliencia
adecuada cuando pueden sobreponerse a contratiempos o incluso resultar fortalecidos por los
mismos” (p. 91).

La resistencia o la invulnerabilidad tiene que ver con la capacidad física que tiene una persona
para sobrellevar durante un tiempo una determinada fuerza causada por algunos factores o
elementos externos. Si se relaciona con el momento actual, si la fuerza ejercida de este fenómeno
pandémico prevalece la capacidad de aguante de los seres humanos, pueden terminar
rompiéndose, estableciendo su grado de nivel de la resistencia máxima (Bascon, 2012).

Un aspecto importante del ser humano en el afrontamiento de situaciones críticas para el proceso
de recuperación es la resiliencia, que se define como la capacidad que tienen las personas para
hacer frente al dolor, a experiencias difíciles o traumáticas (Wilches, 2010). En estas
circunstancias, sería la resiliencia la que daría la capacidad a este mismo ser humano de
acoplarse y despuntar esta situación del fenómeno pandémico que está sufriendo, y que puede
estar en su nivel máximo de resistencia. Esto quiere decir que, el ser resistentes es lo que hace
resistir con relación a este medio; una nueva forma de vivir sin llegar a dañarse; y la resiliencia
es la capacidad de recuperación cuando ha llegado a romper.
189

La percepción de estrés elevada se asocia con los niveles de resiliencia, a mayor resiliencia
menor nivel de estrés. Las personas que utilizan estrategias de afrontamiento centradas en la
tarea manejan mejor el estrés, disminuyendo sus efectos negativos y aumentando el nivel de
resiliencia. (Arrogante, Pérez y Aparicio, 2015; García, Salguero, Molinero, De la Vega Ruiz y
Márquez, 2015; González y Artuch, 2015; Terzi, 2013).

Según estudios de Mukashema y Mullet (2012), la expresión espontánea y genuina de los


sentimientos (tanto de los agresores como de los agraviados) y el conocimiento de los hechos
violentos, promueven los sentimientos de perdón y reconciliación en la persona que ha sido
víctima. La violencia prolongada durante más de 50 años y su progresiva degradación han
generado impactos y daños devastadores tanto para las víctimas, familiares, comunidades y
organizaciones e instituciones públicas, como para el conjunto de la sociedad colombiana.
Generando diversas realidades sociales, donde las víctimas han sentido un abandono por parte
del estado.

Como se mostró previamente la resiliencia implementada en el medio del conflicto y la


violencia, permite reconocer la capacidad que tienen las víctimas del conflicto armado para
superar las dificultades a las cuales han sido sometidas ya sea por grupos al margen de la ley o
por acciones gubernamentales. Gracias a esta capacidad, las víctimas logran reconocer los
riesgos de su condición (estigmatización, abandono, dependencia) para así adaptarse, recuperarse
y reconstruirse gracias a su propia experiencia (Mukashema y Mullet, 2012).

En una denominada segunda generación de estudios, el concepto de resiliencia es ampliado en


dos líneas principales a saber: la resiliencia como proceso, y la resiliencia aplicada a programas
de intervención social (García y Domínguez, 2013). Este énfasis, nace de la mano con las teorías
ecológicas, permitiendo ver el proceso resiliente, como el producto de la interacción entre el
micro, meso, exo y macrosistemas (Bronfenbrenner, 1981). Resaltando la importancia del
entorno en el que el sujeto está inmerso, y las dinámicas que están en juego, desde el ambiente
familiar, hasta la problemática económica del país.

Teniendo en cuenta el apartado anterior, se puede decir que se deben promover acciones para
contribuir a la inclusión social de la resiliencia, para que se fructifique la vitalidad, la capacidad
y la energía para avanzar prontamente en el presente y construir con el apoyo de un proyecto de
vida, se tiene que considerar y tomar acciones y características que promuevan la resiliencia y
190

que este tema debiese ser prioritario no solo para los profesionales de la salud sino para todas
aquellas personas que necesiten un seguimiento terapéutico (Bronfenbrenner, 1981; García y
Domínguez, 2013).

El dolor emocional y la tristeza son comunes en los individuos que han sufrido grandes
fatalidades o traumas en sus vidas. De hecho, el camino hacia la resiliencia seguramente está
lleno de impedimentos que pueden afectar nuestro estado emocional. La resiliencia no es una
particularidad que la gente tiene o no tiene. Ella incluye conductas, pensamientos y acciones que
logran ser aprendidas y desarrolladas por cualquier persona en el transcurso de su vida y en el
entorno en que se desenvuelve. La resiliencia, por tanto, se construyó partiendo de las
problemáticas de guerra, y de pobreza extrema, que curiosamente son las condiciones que
prevalecen en el contexto actual de Latinoamérica. Esta revisión del nacimiento del constructo
permite avanzar hacia una reflexión más profunda, en la cual se pueda ver de dónde parten las
maneras de delimitar la resiliencia (Rodríguez, 2018).

En Latinoamérica debido a las brechas económicas, el contexto para gran parte de los infantes es
bastante crítico, generando un alto riesgo estadístico de incidir en la delincuencia, drogadicción,
violencia y demás. Kotliarenco, Cáceres y Fontecilla (1997) en su revisión del estado del arte,
señalan la importancia que tuvo el cambio de enfoque desde la mirada patológica, que promovía
métodos asistencialistas a un enfoque basado en las condiciones que posibilitan un desarrollo
más sano del sujeto, y que por lo tanto re-enrutaría la forma en la que se realizaban las
intervenciones sociales, que permitan actuar preventivamente contra los efectos nocivos de la
pobreza, la violencia, y demás factores de riesgo. Vale la pena aplicar la Resiliencia en la
solución de problemas sociales, sobre todo en nuestra región Latinoamericana, la cual no está
exenta de tantas dificultades de tipo social político y económico, que han heredado de los
primeros colonizadores europeos, es parte de nuestras dificultades, inequidades, desigualdades,
la falta de oportunidades, violación de los derechos humanos y tantas vicisitudes.

Es importante de recalcar que, al aplicar la resiliencia en el análisis y solución de problemas


sociales, destacar que para cada situación se presentan diferentes situaciones difícilmente
repetibles, que acontecen en un momento y contexto específico. Y, por tanto, no se puede
generalizar en otros contextos los resultados de una experiencia, dadas las características de cada
caso. Así mismo, cada cultura desarrolla sus propias capacidades para enfrentar los problemas y
191

la visión que tiene de ellos, considerando así, que no siempre una misma situación desencadena
fatalmente un resultado negativo, sin excluir que una condición difícil aumenta el riesgo de que
surja un problema determinado. (Kotliarenco, Cáceres y Fontecilla 1992).

En Colombia el Programa de Resiliencia de FAO, en el período 2017-2020, se inserta en este


marco poniendo énfasis en los aspectos de construcción de resiliencia como concepto
vertebrador fundamental en los escenarios de pos-acuerdo y de recurrencia de desastres
naturales. Así mismo, recomienda que en el país ha sufrido los embates de la violencia de los
grupos ilegales, los cuales se han especializado en la extracción de recursos minero-energéticos
como oro, carbón, petróleo y ferroníquel, generando un gran impacto ambiental y estas
actividades en un contexto de debilidad estatal, han originado conflictos de diferentes
dimensiones. Teniendo en cuenta su aproximación conceptual, la resiliencia se convierte en un
tema relevante en el trabajo con personas que han sido víctimas del conflicto armado, pues
permitirá entre otros reconocer las diferentes formas como las poblaciones que han sido
expuestas a situaciones de violencia y conflicto. Lo cual, asumen sus nuevas condiciones de
vida, de reconocer su potencialidad de reparación, perdón y reconciliación.

Los impactos del conflicto armado interno son complejos, de diverso orden, magnitud y
naturaleza. Estos dependen de las características de los eventos violentos sufridos, el tipo de
victimario, las modalidades de violencia, las particularidades y los perfiles de las víctimas, su
edad, género, etnia, condición de discapacidad, experiencia organizativa, adscripciones políticas
y religiosas, el tipo de apoyo recibido, las respuestas sociales frente a los hechos, las víctimas y
las acciones u omisiones del Estado. La población civil de las regiones de los Montes de María
específicamente de la población del Carmen de Bolívar, fueron afectadas por los enfrentamientos
armados producida por grupos armados al margen de la ley, nuestro país aún se sigue estando
expuesta a actos de violencia como homicidios, ataques directos, secuestros y reclutamientos
forzados. Muchas personas se ven la necesidad de huir y renunciar a sus pertenencias. (Centro
Nacional de Memoria Histórica, 2013; Taylor, 2011).

Las acciones que rememoran y enaltecen la memoria de las víctimas y concientizan a la sociedad
civil sobre los sucesos ocurridos por el conflicto armado en el país. Asimismo, estas acciones
hacen parte de las recopilaciones emprendidas por grupos y organizaciones de personas víctimas
de la violencia, líderes, activistas, organizaciones sociales defensoras de Derechos Humanos, y
192

comunidades indígenas y negras seleccionaron una multiplicidad valiosa de información


referente a lo sucedido, para que la opinión pública tenga memoria y recuerde los hechos, que
sucedieron en medio del conflicto (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2013; Taylor, 2011).

En este campo de estudio, hay que considerar que las personas generan estrategias de
afrontamiento ante situaciones de amenaza, abordadas desde el campo de la salud mental y de la
psicopatología en relación con el estrés, las emociones y la solución de problemas. Las
estrategias de afrontamiento se definen como el conjunto de recursos y esfuerzos
comportamentales y cognitivos orientados a resolver la situación amenazante o adversa, a reducir
la respuesta emocional o a modificar la evaluación que se hace de dicha situación (Lazarus y
Folkman, 1986).

Según Lazarus y Folkman (1986), la violencia en Colombia ha sido constante y parece


interminable, en este periodo de posconflicto prevalecen los enfrentamientos de los actores de
conflicto, la violencia continua está entendida como una condición inherente a las relaciones
humanas, también se concibe como un problema de salud pública que afecta significativamente
la salud mental de las personas implicadas. Algunas de las cifras exponen que hasta un 30% de
las personas expuestas a violencia padecen síndrome de estrés postraumático y depresión,
incluso se ha reportado un 100% en poblaciones con una afectación muy significativa
(Larizgoitia et al., 2011).

Resiliencia social
En este análisis lo que se pretende expresar que algunas características representan un estado
ideal de resiliencia– en otras palabras, una comunidad que exhibe todas las singularidades en
todos los ejes (temas y componentes) habría alcanzado el nivel de seguridad más alto posible. sin
embargo, como el estado ideal de resiliencia siempre estará fuera de nuestro alcance, las
organizaciones necesitarán escoger aquellas características que les sean más relevantes a las
comunidades, este punto permitirá ampliar dicha medición que se está proponiendo en este
trabajo. Por otro lado, se hace necesario tener claro que la resiliencia no solo sirve para resolver
cualquier tipo de problema y mejorar las condiciones de bienestar, sino un amplio espectro con
respecto a la Vida. Según, la Real Academia Española (2021), este término, proviene del latín y
se deriva del verbo resilio, el cual puede interpretarse como volver de un salto o volver atrás.
193

Este vocablo ha conseguido adaptarse con gran contundencia en el mundo de las ciencias
sociales y es hoy en día bastante utilizado dentro de la psicología.

Analizando un poco la resultante de las concepciones de resiliencia, es incuestionable la cualidad


de ser una capacidad, potencial o pericia. Es una forma de inteligencia a la que se puede llamar,
en el marco de este análisis, como inteligencia resiliente. Ésta, es una expresión de la inteligencia
total en el ser, que faculta al organismo vivo o persona humana para ubicarse, moverse y
trascender los problemas que le traza la existencia, dentro de los escurridos términos vitales que
le brinda el contexto, en un momento explícito de su historia vital; esto, gracias a una
transformación de conciencia de una forma inferior en dificultades a otra de más alto orden y
capacidad para subsistir y trascender. Las investigaciones con enfoque de resiliencia tienen sus
orígenes desde los años setenta aproximadamente, inicialmente desde algunos países europeos.
Posteriormente en algunos países de américa latina se ha “empezado a gestar la utilización del
término en problemáticas endémicas de cada país (Vásquez, 2011).

Existen en Colombia organizaciones de Víctimas del Conflicto Armado, que son las encargadas
de la reivindicar a las víctimas de crímenes cometidos por el Estado, sea por acción y omisión en
acciones perpetradas por miembros de la fuerza pública, paramilitares u organizaciones al
margen de la Ley. Así mismo, propenden por el mejoramiento de la calidad de vida de los
integrantes y sus comunidades; desempeñan un papel importante a estas comunidades afectadas
por este flagelo. Estas organizaciones se congregan de manera estratégica y apoyan a las
víctimas con recursos orientados al tratamiento psicológico, para la reconstrucción de su
proyecto de vida. A estas instituciones pueden concurrir todas las víctimas en busca de auxilios
del Estado y en donde pueden denunciar los hechos por los cuales fueron víctimas de cualquier
tipo de conflicto armado en Colombia; en estas, encuentran apoyo emocional y un espacio para
expresar su dolor sin caer en la discriminación o la indiferencia.

En Colombia, con base en lo expresado por Vásquez (2011) el Instituto de Bienestar Familiar
ICBF, es una entidad pública de carácter descentralizado, es la encargada de proteger los
derechos de todos los niños; así mismo trabaja por la prevención y defensa integral de la primera
infancia, la niñez, la adolescencia y el bienestar de las familias, a través de la atención integral a
niños vulnerables en condiciones de amenaza. Esta entidad cumple la función de restablecer los
derechos de los niños y adolescentes, víctimas del conflicto armado que se presenta en la Región
194

de los Montes de María. En las indagaciones que se han realizado sobre trabajos e
investigaciones en el tema de resiliencia, existe una gran cantidad de material importante sobre
desplazamiento forzado, la violencia generalizada, maltrato, las situaciones de exclusión y
precariedad de la población joven en contexto escolar, son temas propios de las problemáticas
más frecuentemente exploradas a nivel social y político.

Así mismo, la Real Academia de la Lengua (2016), afirma que resiliencia es: “la capacidad para
recuperarse de una adversidad, superar situaciones de dolor y continuar la correspondiente
proyección de cara al futuro” (párr. 2); este término se ha convertido en sí mismo en un área de
mucho valor e interés, es un paradigma para la investigación y la intervención social, económica,
política y psicológica de la región del Carmen de Bolívar. Los seres humanos tienen la capacidad
de adaptarse a los cambios, todo de pendiente del factor carácter y personalidad individual y el
entorno en que se desarrollan, es por eso por lo que el análisis de la resiliencia y sus resultados
en estas circunstancias permitirán abordar la situación para posteriormente realizar las
intervenciones correspondientes (RAE 2019).

El conflicto armado interno en Colombia es un conflicto violento en el que se confirma una


profunda diferencia cuantitativa y cualitativa entre los recursos militares, políticos y mediáticos
de los combatientes comprometidos, y que por lo tanto exige a los bandos a utilizar formas
atípicas, que rebasan el manido marco de la tradición militar recurrente. Entre estos medios se
cuenta la guerra de guerrillas, la resistencia, toda clase de terrorismo, la contrainsurgencia, el
terrorismo de Estado, la guerra sucia o la civil. La Unidad para la Atención y Reparación Integral
a las Víctimas (2010), manifiesta que: el Índice de Riesgos de Victimización- IRV, asumirá el
riesgo de victimización como la posibilidad de ocurrencia de infracciones al Derecho
Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a las normas internacionales de
derechos humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado interno, en los municipios de
Colombia.

El ÍRV es una herramienta importante para el estudio de los diferentes escenarios de


victimización en el marco del conflicto armado en Colombia, constituida para monitorear las
diferentes causas y efectos, así como para contribuir en la definición de lineamientos de política
inclinados a la prevención, protección y garantías de no repetición de tales actos. En la
actualidad, algunos países se encuentran afectados por la guerra, esto probablemente se debe a
195

diferentes elementos presentados en esos países; pero, son los civiles, quiénes son la parte más
perturbada por estos inconvenientes. Así mismo, Ramírez, Hernández, Romero y Porras (2017),
afirman que en el mundo existen 2.7 millones de víctimas, siendo la población adulta la gran
mayoría de desplazados por los conflictos armados, debido a los intereses políticos internos de
esos países.

La peor parte de las situaciones adversas y traumáticas en los conflictos armados es la población
civil quienes directa e indirectamente quedan en medio de los enfrentamientos bélicos, en su
mayoría enfrentamientos políticos. A nivel mundial existe una taza de 2.7 millones, en su
generalidad personas de la tercera edad (Ramírez et al, 2017). Es importante resaltar que la
Organización Panamericana de la Salud (2002), define la violencia como: el uso deliberado de la
fuerza física o el poder ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otro sujeto, un
grupo o comunidad, que cause o tenga mucha probabilidad de causar lesiones, muerte, daño
psicológico, trastornos del desarrollo o privaciones. La violencia es a y sido siempre uno de
nuestros mayores problemas que claramente atraviesa como sociedad reproduciéndose en todos
los ámbitos de nuestra cotidianidad, manifestándose en todas sus formas.

Todo este tipo de situaciones han venido ocurriendo en nuestro país y no cesaran mientras el
estado no haga presencia territorial en regiones apartadas, sin siquiera suplir las necesidades de
los pobladores en esos lugares, que la violencia trae consigo, donde imperan otros poderes
llamados grupos armados al margen de la ley. Tales como; guerrillas ELN, paramilitares, bandas
criminales - BACRIN, narcotraficantes, a esto se suman los disidentes de la FARC, quienes, a
pesar de tener un proceso de paz vigente, aun hacen presencia conflictiva.

En Colombia, según el Centro Nacional de Memoria Histórica, (2013), citado por Ramírez et al.
(2016), el conflicto armado interno inició en la década de los cincuenta (50) y sigue presente en
muchas zonas del país, el cual se evidencia en los incesantes enfrentamientos militares de tropas
legales e ilegales que ocurren a lo largo de nuestro territorio, el cual ha permitido afectaciones de
todo tipo de habitantes. Así, en Colombia existen las dos (2) organizaciones al margen de la ley
más longevas de América Latina, como son las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Las dos tradicionales guerrillas más antiguas
de América Latina, como son las FARC y el ELN, a lo largo de estos tiempos se han sumado
como actores del conflicto otro considerable número de grupos armados tales como
196

paramilitares, cárteles de la droga, guerrillas urbanas o de reivindicación indígena, además de


bandas criminales las cuales crean pánico y masacres afectando en su gran mayora a la población
civil.

Estos conflictos según Ramírez et al (2017), se vienen dando durante este período se han sumado
grupos armados como los carteles de narcotraficantes, bandas de criminales, paramilitares,
disidentes de la FARC (desertores que no se acogieron a los acuerdos de Paz) organizaciones
urbanas al margen de la ley o de reivindicación indígena, las cuales el gobierno ha tratado de
erradicar con políticas de dialogo y acciones militares, con el fin de apaciguar muchos episodios
violentos. Estas estructuras operan en pequeños grupos dedicados a labores de inteligencia,
extorsión, tráfico de armas, propaganda, apoyo a guerrilleros heridos, reclutamiento, ampliación
de la organización y diversificación de las fuentes de ingreso el cual es una nueva estrategia
urbana del grupo hoy político FARC. La presencia de milicianos infiltrados en las universidades
públicas, a sus integrantes se les rotula con la palabra “milicianos” Son hombres y mujeres
dedicados a la instrucción política de las comunidades.

Con la frase de Guedán y Ramírez (2005), “Colombia ha sido y es un país abocado a la violencia
endémica”. Expresan que el conflicto armado en Colombia trasciende desde su inicio
independentista, los grandes líderes o también llamados próceres de la independencia entraron en
disputas derivadas en los avances de la colonización, reyertas territoriales y la contraposición de
sus ideales políticos, la complejidad de los antagonismos partidistas, los conflictos relacionados
con la propiedad de las tierras, así el trasfondo de todas estas es prácticamente la debilidad del
estado y su incapacidad para dotarse de medios suficientes para ejercer presencia y autoridad en
buena parte del territorio nacional. A pesar de que se ha avanzado en ese propósito aún falta
mucho por recorrer y la violencia continúa.

Esta enfermedad de la violencia que padece el pueblo colombiano es de vieja data, heredada de
la generación criolla, que tomó las riendas de nuestro país desde la independencia, las
violaciones de los derechos humanos, la imposibilidad del estado de hacer presencia en lugares
inhóspitos, territorios hoy ocupados por las organizaciones al margen de la ley que crean
violencia para ejercer su poder criminal (Guedán y Ramírez, 2005). La violencia en Colombia es
muy compleja y contradictoria en algunos casos incomprensibles, pero de igual forma
vislumbran nuevos desafíos y horizontes en materia de seguridad, pero por ahora mientras llegue
197

a su fin esta violencia ha dejado más de 220.000 víctimas mortales, de las cuales 176.000 eran
civiles. Aun cuando el estado ha tenido avances con respecto a la seguridad y al fortalecimiento
de este, falta mucho por hacer, pasaran años para que en su totalidad se disminuyan los brotes de
violencia, esto es un reto, por ahora el aumento de las víctimas por el posconflicto prevalecen
(Ramos, 2017).

Con relación al tema de las víctimas, según el Congreso de la República (2011), en su Ley 1448
de 2011, se consideran víctimas: Aquellas personas que individual o colectivamente hayan
sufrido un daño por hechos ocurridos a partir del 1º de enero de 1985, como consecuencia de
infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a las
normas internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado
interno. De este modo, ha sido esta misma guerra la que ha arruinado los sueños de miles de
personas, que entre las balas, se pierden sus ilusiones, sus sueños y sus expectativas de vida se
disuelven y esfuman, como el humo originado por un arma de fuego en una noche violenta de
algún campo colombiano, azotado por las balas, la muerte y lo peor, “la incapacidad e
impotencia del Estado” que se evidencia en la cada vez más creciente población en situación de
desplazamiento forzoso que en ciudades capitales de nuestro país.

A su vez, se podría afirmar que las vicisitudes a los que han sido sometido las víctimas en
Colombia, con base en lo expresado por el Congreso de la República (2013), en su Ley 1448 de
2011, están los homicidios realizados contra algunas comunidades para generar los desalojos y la
perdida de sus tierras, a través de tortura, tratos crueles, brutales, indignos, sanguinarios, por
medio de diferentes tipos de secuestros y extorsiones; también la desaparición forzosa, las tomas
armadas de otras poblaciones, las matanzas indiscriminadas de civiles, el retiro obligado masivo
de familias, los motines , las masacres y muertes, delitos contra la libertad, la integridad sexual y
la violencia de género, las minas antipersonales, el reclutamiento de forzado de menores, y el
despojo de sus tierras.

Estos hechos victimizantes según el Centro Nacional de Memoria Histórica (2013) citado por
Ramírez et al. (2017), “se clasifican como delitos contra la vida, la libertad y la integridad, lo que
ha conllevado a la crisis humanitaria y de derechos humanos, en varias regiones del país” (p.3).
Por otra parte, los resultados del conflicto armado interno en Colombia son muy complicados, y
de diversa naturaleza. Estos resultados dependen de las peculiaridades de los sucesos violentos
198

generados, tales como: el tipo de victimario, las características de violencia, las peculiaridades y
los aspectos de las víctimas, tales como: edad, género, etnia, situación de discapacidad,
organización, posición política y religiosa, si ha recibido apoyo del gobierno, y del Estado
(Ramírez, 2016).

Medición de la resiliencia
Resulta prioritario identificar las posibles formas de medición y evaluación de este constructo,
con la finalidad de medir el impacto y la eficacia de los programas de intervención. En tal
sentido, en la actualidad, se disponen de varios métodos para lograrlo. Al respecto Luthar y
Cushing (1999) definen la Resiliencia como "un proceso dinámico que tiene como resultado la
adaptación positiva en contextos de gran adversidad" (p.543). Esta definición enmarca tres
mecanismos fundamentales que deben estar presentes en el concepto de Resiliencia: 1. La noción
de adversidad o amenaza al desarrollo humano, 2. La adaptación positiva de la adversidad, y 3.
El proceso que considera la dinámica entre mecanismos emocionales, cognitivos y
socioculturales. En resumen, las distintas definiciones de Resiliencia subrayan en características
de los sujetos tales como: habilidad, adaptabilidad, baja susceptibilidad, enfrentamiento efectivo,
capacidad, competencia, resistencia a la destrucción, conductas vitales positivas, temperamento
especial y habilidades cognitivas, todas desarrolladas frente a circunstancias estresantes que les
permiten superarlas.

Aplicada en el entorno del conflicto y la violencia, la resiliencia se puede explicar, como la


capacidad que tienen las comunidades para vencer las dificultades a las cuales han sido
doblegados ya sea por grupos al margen de la ley o por acciones gubernamentales. Es importante
resaltar el efecto que produce las situaciones adversas en los seres humanos, la resiliencia es una
herramienta que todos los seres vivos tienen a su disposición, aunque de formas diferentes. Cada
persona por razones netamente fisiológicas e individuales manifiesta formas diferentes de
adaptación y de enfrentar situaciones conflictivas (Luthar y Cushing 1999).

Según Del Solar (2020), nunca se debe dejar de intentar en la resiliencia, porque hay
innumerables casos de éxito. No obstante, cabe resaltar que en situaciones extremas se genera
una energía única y especial, que, canalizada correctamente, puede ser de gran ayuda para
adaptarse y superar de manera eficiente situaciones similares. Esto permite discernir en la
importancia que se asume analizar la resiliencia en el contexto cultural, otro motivo importante
199

de análisis que como punto de investigación se podría considerar más adelante en este estudio, es
el aspecto cultural como base de los procesos de resiliencia.

También se destaca que la Resiliencia se desarrolla en función de procesos sociales e


intrapsíquicos; Generalmente se refiere al conflicto surgido entre dos tendencias opuestas dentro
de uno mismo. Está en función de los procesos interaccionales entre las personas y estos, a su
vez, contribuyen a la construcción del sistema intrapsíquico del ser humano. han realizado una
descripción de ellos, los cuales se detallan a continuación:

Medición de adversidad
A través de este tipo de medición es posible diferenciar tres formas diferentes de medir la
adversidad o el riesgo:

Medición de riesgo a través de múltiples factores

Este tipo de medición se caracteriza por medir diferentes factores en un solo instrumento.
Generalmente el instrumento es una escala de eventos de vida negativos donde el individuo debe
especificar aquellos eventos que han estado presentes, como, por ejemplo: Separación de los
padres, enfermedad mental de los padres, experiencia de guerra, entre otros.

Situaciones de vida específica. La naturaleza del riesgo está determinada por aquello que la
sociedad, los individuos o los investigadores han considerado una situación de vida estresante.
Por ejemplo, la experiencia de un desastre natural o la muerte de un familiar. Ambas situaciones
han demostrado afectar al individuo haciéndole más vulnerable al estrés, por lo tanto, más
vulnerable a otros factores de riesgo.

La dificultad de considerar situaciones de vida como eventos estresantes para medir resiliencia,
consiste en discriminar aquellos factores que tienen directa relación con el riesgo (factores
proximales) versus aquellos factores que pueden estar mediando entre el riesgo y el resultado
esperado (factores distales). Constelación de múltiples riesgos. Refleja las complejidades del
mundo real ya que considera la interacción entre los factores provenientes de los niveles: Social,
comunitario, familiar e individual simultáneamente y cómo esta interacción influencia el
desarrollo humano y la superación de la adversidad. La constelación de múltiples riesgos es un
mapeo de las fuentes de adversidad a las cuales se les asigna un puntaje determinado.
200

Medición de adaptación positiva

En este tipo de medición, las estrategias son similares a las utilizadas para medir la adversidad, lo
que cambia es la forma en que se operacionaliza el constructo.

Adaptación según factores múltiples. Este método mide la adaptación en base al logro de metas
de acuerdo con la etapa del desarrollo de la persona. Se dice que son factores múltiples ya que se
les pregunta a los profesores, padres y amigos, además de una prueba específica para medir la
conducta que va a determinar la adaptación positiva. En cada comunidad el foco de lo que se
definirá como adaptación positiva varía, pero lo importante es que está relacionado con la
definición de riesgo.

Ausencia de desajuste. Este tipo de medición se utiliza en investigaciones de resiliencia en


personas con serios riesgos de psicopatología. Los instrumentos utilizados son generalmente
cuestionarios clínicos para identificar desórdenes psiquiátricos. Aun cuando generalmente la
resiliencia es asociada con la presencia de competencia a pesar de la adversidad, en este caso, el
énfasis está en la superación de la adversidad y el no presentar sintomatología. Esta forma de
medición es restringida a aquellos casos de extremo riesgo y generalmente en el área clínica.

Constelación de adaptación

Es otra metodología de medición de la adaptación positiva que está basada en diferentes


conductas o tipos de adaptación. Los índices elegidos tienen directa relación con el modelo
teórico, que generalmente se basan en teorías del desarrollo. Este método incorpora puntajes de
pruebas y escalas, más opiniones de otras personas. Por ejemplo, una adaptación positiva en la
escuela se mide en función de la obtención de buenas calificaciones y adecuada disciplina en la
clase, además de entrevistas a compañeros y padres.

Medición del proceso de resiliencia

En este caso se refiere a la unión crítica entre adversidad y adaptación positiva. Los dos modelos
que intentan evaluar el proceso son:

Modelos basados en variables. Parte de un análisis estadístico que indaga las conexiones entre
variables de riesgo o adversidad, resultados esperados y factores protectores que pueden
compensar o proteger los efectos de riesgo. Este modelo permite replicar aquellos patrones o
interacciones que demostraron ser exitosos en la adaptación resiliente.
201

Modelo basado en individuos. Esta forma de medición compara individuos a lo largo del tiempo.
Se pregunta que diferencia a niños resilientes de niños no resilientes a lo largo de su vida o en
alguna área en particular. Este enfoque pretende capturar interacciones entre factores que ocurren
en forma natural y plantear hipótesis respecto a qué fue lo que causó la diferencia en el resultado
de la adaptación.

Después de haber examinado los diferentes métodos para medir la resiliencia, es necesario
revisar algunos de los instrumentos disponibles que existen en la comunidad científica.

Resiliencia y Vulnerabilidad: medición de la vulnerabilidad

Es importante afirmar que se entra en controversia cuando se cuestiona la relación entre


resiliencia y vulnerabilidad como sujeto a la medición la vulnerabilidad pone el acento en la
sensibilidad a las perturbaciones, mientras que la resiliencia se ocupa de las diversas maneras en
que un sujeto dado se prepara y responde a los escenarios de crisis y factores de estrés que
amenazan su calidad de vida. (Adger, 2006; Folke, 2006).

El hombre es vulnerable a las armas de fuego o a la potencia de un tsunami. A los desastres


naturales, a los actos violentos, Sin embargo, al utilizar la dimensión “vulnerabilidad-
invulnerabilidad” se convierte en una característica gradual. Todos los seres humanos son
vulnerables ante un virus, pero las personas que tienen menos defensas en su organismo tienen
más vulnerabilidad ante la infección. Se trata siempre de la relación entre un organismo y otro
elemento, entre el sujeto y una situación. Los sujetos hipersensibles van a percibir las
estimulaciones excesivas de su entorno como agresiones dolorosas. Esa vulnerabilidad se aplica
también a la sensación de miedo o fobias cada persona tiene deferentes formas de percibir el
miedo ante todo hay predisposiciones de eventos ocurridos en el pasado el cual queda fijado en
el inconsciente. (Adger, 2006; Folke, 2006).

3. MÈTODO
Diseño

Esta investigación responde a un diseño de tipo no experimental, ya que no se pretende


manipular deliberadamente las variables independientes; es decir, se realiza una observación de
situaciones ya existentes. En este caso, la variable violencia, situación que ya ha ocurrido y no es
posible manipularla. El diseño no experimental observa fenómenos tal y como se dan en su
202

contexto natural; no hay estímulos a los cuales se exponga a los sujetos de estudio, dada la
incapacidad de influir sobre las variables y sus efectos (Hernández, Fernández y Baptista, 2017;
Candanoza y Lechuga, 2015).

Según la recolección de los datos de la presente investigación, el diseño adecuado para este
estudio es transaccional- correlacional con el fin de describir relaciones entre las variables. En
esta investigación, como se dijo, la relación será la capacidad de resiliencia que tiene la
población para afrontar eventos catastróficos relacionados con el conflicto armado en Colombia
específicamente el municipio del Carmen, departamento de Bolívar. La base epistemológica de
la investigación es el enfoque empírico analítico que se basa en la percepción directa del objeto
de investigación y del problema (Hernández et al., 2017).

La investigación que en estos momentos está en curso se considera de corte mixto, porque sus
fundamentos están enfocados en analizar la resiliencia de la sociedad colombiana ante el
conflicto armado de las FARC y la firma de acuerdos de paz: el estudio de caso del municipio el
Carmen, departamento de Bolívar, las investigaciones de tipo mixto se constituyen, día a día, en
una excelente alternativa para abordar temáticas de investigación en el campo educativo
(Hernández et al., 2017).

Instrumentos

El cuestionario de resiliencia para adolescentes y adultos (González y Valdez, 2010) es un


instrumento de autoinforme que consta de 32 reactivos o preguntas, de opciones de respuesta
tipo Likert, dividida en tres dimensiones: factores protectores internos (14 reactivos), factores
protectores externos (11 reactivos) y factores de empatía (7 reactivos).

La aplicación del instrumento se realizó de forma individual, con un límite de tiempo


aproximado de 20 a 30 minutos. La instrucción consistió en colocar solo una X como respuesta
por cada afirmación de acuerdo con lo que considere de sí mismo. El cuestionario fue calificado
a partir de los siguientes valores que cada una de las opciones de respuesta tiene:

El valor de la opción Siempre es cinco (5), el valor de la opción, la mayoría de las veces es
cuatro (4), el valor de la opción Indeciso es tres (3), el valor de la opción Algunas veces es (2), y
el valor de la opción Nunca es (1).
203

Los Factores protectores internos se identifican en los ítems: 17, 18, 20, 21, 24, 23, 25, 26, 27,
28, 29, 30, 31 y 32. Total reactivos = 14. Los Factores protectores externos se identifican en los
ítems: 1,4,5, 6, 10,11,12,13,14,15 y16. Total, reactivos = 11.

Los Factores de Empatía se identifican en los ítems: 2, 3, 7, 8, 9, 19 y 22. Total reactivos = 7.


Para obtener el valor para cada factor, se suma el valor de cada reactivo; el resultado de la suma
total de los valores en cada factor se analiza en acuerdo de los siguientes niveles. Para conocer el
nivel de resiliencia del individuo.

Puntuación total para establecer el nivel resiliencia: mínima 32, máxima 160. De los cuales
corresponde por indicación estricta del instrumento los siguientes niveles: resiliencia baja de 32 a
74 puntos, resiliencia moderada de 75 a 117 puntos y resiliencia alta de 118 a 160 puntos. En el
análisis de los resultados se presentan los niveles obtenidos para cada factor.

Participantes

Se aplicó el cuestionario a 231 individuos del municipio del Carmen de Bolívar,


departamento de Bolívar en Colombia, contactándose con ellos por vía telefónica, y redes
sociales teniendo en cuenta el cuestionario de resiliencia para adolescentes y adultos (González y
Valdez, 2010). Los datos fueron registrados y procesados a través del software SurveyMonkey.

Tabla 1.

Ficha técnica de investigación


_______________________________________________________________________________________________

Universo Adultos habitantes del Carmen de Bolívar


Ámbito Regional (Carmen de Bolívar, Colombia).
Método de recogida de información
Unidad muestral Adulto afectado por el conflicto armado residente del Carmen de Bolívar
Tamaño de la muestra 231
Muestreo No probabilístico de conveniencia
Trabajo de campo Abril de 2021
Número de encuestas realizadas 231
Respuestas válidas 231

Medición de la resiliencia en adultos víctimas del conflicto: Caso Carmen de Bolívar, Colombia.
204

4. RESULTADOS

Factores protectores internos

El 82.53% de las respuestas dadas por los encuestados fue positiva, el 6.19% fueron neutras y el
11.27% fueron negativas. Como se muestra en el grafico el 46.63% de los encuestados en este
factor están siempre presto a brindar lo mejor de sí ante las situaciones que se le presentan en el
camino. Según Patterson (1988), los factores protectores pueden considerarse como los recursos
que tiene una familia para enfrentar su desarrollo y eventos vitales. Son características, rasgos,
habilidades, competencias, medios, tanto de los individuos de una familia, de la familia como
unidad y de su comunidad. En este caso se analizaron los indicadores factores protectores
internos los cuales permiten analizar o hacen refieren a atributos de la propia persona: estima,
seguridad y confianza de sí mismo, facilidad para comunicarse.

Ilustración 1.

Factores protectores internos


205

A L
N LGUNA I A S T
UNC S NDECIS MAYORI IEMPR
A1 VECES O3 A DE E5 OTAL
2 VECES 4

Presto servicios a otros. 1 2 5 41 1


4.80% 2.87% .38% .26% 5.70%
3 5 1 92 3 2
3 1 2 5 23

Empleo estrategia de convivencia (adoptó buenas 1 1 3 51 3


.35% 0.76% .14% .57% 3.18%
decisiones, controlo mis impulsos, resuelvo 3 2 7 11 7 2
problemas) 4 5 4 23

Soy sociable. 1 1 7 36 4
.35% 0.76% .17% .32% 4.39%
3 2 1 81 9 2
4 6 9 23

Tengo sentido del humor. 1 1 4 39 4


.35% 1.66% .93% .91% 2.15%
3 2 1 89 9 2
6 1 4 23

Tengo control de mis emociones. 0 1 1 46 3


.00% 2.56% 0.31% .64% 0.49%
0 2 2 10 6 2
8 3 4 8 23

Soy autónomo. 0 6 7 39 4
.90% .28% .62% .01% 6.19%
2 1 1 87 1 2
4 7 03 23

Veo mí futuro con actitud positiva. 0 4 3 24 6


.90% .04% .14% .66% 7.26%
2 9 7 55 1 2
50 23

Soy flexible a los cambios. 0 1 7 42 3


.90% 0.31% .17% .15% 9.46%
2 2 1 94 8 2
3 6 8 23

Soy capaz de aprender cosas nuevas. 0 0 0 25 7


.00% .90% .90% .56% 2.65%
0 2 2 57 1 2
62 23

Me siento motivado. 0 4 6 37 5
.45% .93% .28% .67% 0.67%
1 1 1 84 1 2
1 4 13 23
206

Me siento idóneo para mis actividades laborales 1 5 5 40 4


.35% .38% .38% .36% 7.53%
3 1 1 90 1 2
2 2 06 23

Confío en mí mismo 0 2 6 26 6
.45% .24% .73% .01% 4.57%
1 5 1 58 1 2
5 44 23

Fuente: Elaboración propia, (2020). Nota: Resultado de encuestas Surveymonkey

Factores Protectores externos


El 85.96% de las respuestas dadas por los encuestados fueron positivas, el 5.26% fueron
neutras y el 8.76% fueron negativos. En este factor se muestra que apresar que las personas están
siempre con la oportunidad de dar lo mejor de sí mismo, también es de mucha relevancia que en
un porcentaje alto la respuesta la mayoría de las veces aumentó en comparación a los factores
protectores internos. Los factores externos se refieren a condiciones del medio que actúan
reduciendo la probabilidad de daños: familia extendida, apoyo de un adulto significativo, o
integración social y laboral.
207

lustración 2.

Factores protectores externos

A L
T
N LGUNA I A S
UNC S NDECIS MAYORÍA IEMPR OT
A1 VECES O3 DE VECES E5
AL
2 4

Me gusta estrechar lazos de amistad. 2 6.8 1 42.27 3


.27% 2% 0.00% % 8.64%
2
5 15 2 93 8 20
2 5

La educación es importante para mí. 0 0.0 1 14.09 8


.45% 0% .36% % 4.09%
2
1 0 3 31 1 20
85

En mis relaciones sociales trato de ser 0 5.4 8 53.64 3


cálido más que crítico. .91% 5% .64% % 1.36%
2
2 12 1 118 6 20
9 9

Fijo y mantengo límites claros (reglas, 0 10. 5 46.82 3


normas y leyes). .45% 00% .00% % 7.73%
2
208

1 22 1 103 8
20
1 3

Me gusta apoyar personas con quién 0 3.6 0 35.00 6


comparto intereses en común. .45% 4% .00% % 0.91%
2
1 8 0 77 1 20
34

Comparto mis responsabilidades 0 4.5 2 43.18 4


ayudando cuando se me necesite. .45% 5% .73% % 9.09%
2
1 10 6 95 1 20
08

Cooperó para cubrir las necesidades de 0 11. 1 39.55 3


vivienda, salud, trabajo y recreación. .91% 82% 1.36% % 6.36%
2
2 26 2 87 8 20
5 0

Me gusta fijarme metas elevadas pero 0 5.9 5 38.18 5


realistas .45% 1% .00% % 0.45%
2
1 13 1 84 1 20
1 11

Me gusta fijarme metas y alcanzarlas. 0 3.6 3 30.00 6


.00% 4% .18% % 3.18%
2
0 8 7 66 1 20
39

Me gusta ayudar y colaborar con los demás. 0 2.7 0 36.36 5


.45% 3% .91% % 9.55%
2
1 6 2 80 1 20
31

Tomo iniciativa en la toma de decisiones 8 17. 1 38.64 2


de mí comunidad. .64% 27% 3.64% % 1.82%
2
1 38 3 85 4 20
9 0 8

Reconozco habilidades y fortalezas de 0 5.4 4 37.73 5


quienes me rodean. .45% 5% .55% % 1.82%
2
1 12 1 83 1 20
0 14

Fuente: Elaboración propia, (2020). Nota: Resultado de encuestas Surveymonkey.


209

Factores protectores externos

Empatìa
El 86.67% de las respuestas dadas por los encuestados fueron positivas, el 5.92% fueron
neutras y el 7.51% fueron negativas. Se puede afirmar que las personas en su gran mayoría en un
75% tienen mejores expectativas al futuro y tienen la confianza de que habrá un mejor mañana.

Ilustración 3

L
A
AL I T
N MAYORÍ SI
GUNAS NDECISO
UNCA 1 A DE EMPRE 5 OTAL
VECES 2 3
VECES
4

Me considero dócil al 1 5.99% 6. 47 37.7


colaborar con los demás .38% 91% .93% 9%
13
2
3 15 10 82
17
4

Soy creativo al 0 6.45% 8. 47 36.4


mantener relaciones con los .92% 76% .47% 1%
demás. 14 2
2 19 10 79 17
3

Soy capaz de hacer 1 14.75% 11 32 38.7


nuevos amigos con facilidad. .84% .98% .72% 1%
210

4 32 26 71 84
2
17

Soy alegre, me considero 0 3.23% 3. 35 58.0


amable. .46% 23% .02% 6%
7 2
1 7 76 126 17

Soy capaz de 0 8.76% 6. 48 35.9


mantener la calma ante .46% 45% .39% 4%
situaciones adversas. 19 2
1 14 10 78 17
5

Soy comprensivo. 0 3.69% 1. 42 52.0


.46% 38% .40% 7%
8 2
1 3 92 113 17

Me ayudó y motivo a mí 0 3.23% 6. 30 58.5


mismo. .92% 45% .88% 3%
7 2
2 14 67 127 17

Me considero bueno en 0 6.45% 3. 37 52.0


alguna actividad. .46% 23% .79% 7%
14 2
1 7 82 113 17

Considero que hago mi 0 0.92% 0. 34 63.1


trabajo. .46% 92% .56% 3%
2 2
1 2 75 137 17

Soy independiente al 0 6.45% 8. 45 39.1


momento de tomar una decisión. .92% 29% .16% 7%
14 2
2 18 98 85 17

Confío en un mejor 0 2.76% 4. 24 68.2


mañana. .00% 15% .88% 0%
6 2
0 9 54 148 17

Me considero 0 4.61% 4. 41 49.7


tolerante y equitativo ante las .00% 61% .01% 7%
situaciones adversas. 10 2
0 10 89 108 17

Fuente: Elaboración propia, (2020). Nota: Resultado de encuestas Surveymonkey.

Dolor y resiliencia
211

La región de los Montes de María es una de las mayormente afectadas por el fenómeno
de la violencia de carácter político y económico, en el país (Alnfonzo y Castiblanco, 2018). Si
bien es cierto que el caso de la lucha de terratenientes contra campesinos por la tenencia de la
tierra se inscribe en un campo casi totalmente social, no es .posible omitir o pretender
desconocer que, en el caso de la violencia actual, inciden factores de índole política,
consecuencia ello, en el decir de los analistas internacionales y del presidente de los Estados
Unidos (2021) de la influencia de algunos países de la región, hoy modelos de dictaduras, que
pretenden incursionar e influir en las decisiones que en materia de gobierno tomará en breve el
pueblo colombiano.

Independientemente del origen de la violencia, una cosa s indiscutible y se hace alusión


con ello a la tangible realidad del maltrato físico, psicológico y económico de que han sido
víctimas los habitantes de los Montes de María, situación que, curiosamente, fue generada por
intervención de dos bandos que se dicen contrarios y que, sin embargo, hicieron de la población
civil e inocente, su blanco favorito.

Las consecuencias son de todos conocidas: desplazamiento, asesinatos, despojo de


tierras, secuestros, violencia sexual, reclutamiento de niños y adolescentes a las filas de los
distintos grupos, entre muchas otras modalidades de maltrato y violencia concebida por quienes
lideraban o siguen liderando los bandos con conflicto. Si bien se afirma que hubo acciones de
organismos del Estado que causaron también dolor y tristeza en la población civil, las versiones
permiten presumir que fueron en menor escala y que ello fue provocado por la confusión que
generan, deliberadamente, los bandos enfrentados, para inculpar al Estado. Esto se afirma, al
margen de lo que jurídicamente se pueda probar y ser motivo de juzgamiento, en el marco de la
normatividad penal que aplica en Colombia.

Desde una perspectiva histórico-estructural puede evidenciarse que el


fenómeno de violencia en la región obedece a unas luchas por el monopolio de la
tierra, generando cuadros de violencia que se materializan en desplazamiento
forzado como en afectaciones a la integridad física, simbólica y emocional de los
habitantes (Alfonzo y Castiblanco, 2018).

En efecto y tal como se expresó en líneas anteriores, la posesión de la tierra constituye uno de los
puntos neurálgicos del conflicto y de ahí que sea la población campesina, la más humilde, la que
212

generalmente cultiva la tierra por encargo de sus dueños, la que reciba el impacto más directo, en
los trabajadores y sus familias. Pero en lo relacionado con este trabajo, lo que llama la atención
de su autor, desde la perspectiva profesional y humana, es el daño causado emocionalmente a las
víctimas, las cuales no pueden sustraerse al impacto del dolor que producen la pérdida de seres
queridos y el despojo o desplazamiento de que fueron objeto, en el desarrollo de acciones
supuestamente inscritas en un marco revolucionario, según unos, y en la defensa de lo propio,
según otros.

Las estadísticas mostradas anteriormente son apenas lo que podría calificase como “la punta del
iceberg” si se las compara con la realidad vivida por muchas personas que prefieren quedar en el
anonimato y desconocimiento, porque el temor que padecen es el mismo que vivieron al
momento de la acción violenta que les tocó vivir.

Los Montes de María son una región que, como se ha dicho reiteradamente a lo largo de este
documento, es privilegiada por la naturaleza. Se la conoce comúnmente como la “despensa del
Caribe” en alusión a la abundancia de alimentos que allí se producen, tanto de origen agrícola
como de origen animal. La agricultura y la ganadería son, en efecto, la fortaleza de esta región
pero, simultáneamente, la misma naturaleza jugó una carta en contra de los habitantes de esos
montes.

Ciertamente, la ubicación de los Montes de María la convierte en un punto estratégico al


momento de la violencia. Desde ellos es fácil ejercer control de tráfico humano y ello permite la
detección de visitas indeseadas por los actores de la violencia, lo que viene a explicar por qué se
dan tantas emboscadas, masacres, tomas armadas, ataques a la población civil y todo el catálogo
de variables violentas que hacen parte del quehacer de los ilegales.

En aras de una imparcialidad que se ha pretendido mantener a lo largo de esta investigación, es


necesario señalar que algunas agremiaciones no tienen clara su participación o el rol que
desempeñaron en el origen y desarrollo de los hechos violentos. La Unión de Usuarios
Campesinos (ANUC) por ejemplo, constituye un ejemplo de cómo, un objetivo quizá bien
intencionado, se convirtió en detonador d la violencia. El enunciado ideológico de ANUC
hablaba de “devolver la tierra a los campesinos”, lo cual, llevado o al intentar llevarlo a la
realidad, puso contra el campesino humilde la fuerza de quienes detentaban el poder económico,
213

las influencias políticas y, desde otro ángulo, la tenencia de las armas. Las consecuencias no
requieren, en concepto de este autor, mayores explicaciones.

Ahora bien, con el debilitamiento de la ANUC, se dio un giro en las


manifestaciones de conflicto en la región, ya que durante el período de 1980
apareció el fenómeno de las FARC en los Montes de María, a través del Frente
37. El territorio se convirtió en epicentro de nuevos grupos armados ilegales; allí
se asentaron las FARC, el ERP y el ELN (PNUD, 2010). La presencia de nuevos
grupos armados convirtió el territorio en un escenario de conflicto continuado que
agudizó aún más el fenómeno de la violencia (García, 2010).

No se requiere mayor esfuerzo para entender lo sucedido en los Montes de María. La


confluencia de los diversos actores violentos, trajo consigo la confusión social, en el sentido que
nadie sabía a favor de quién estaba o debía estar y, en medio de esa confusión, surge la matanza
indiscriminada, en la mayoría de los casos, por parte de los directores de la violencia, unos en
nombre de la “justicia social” y otros en nombre de la defensa de lo propio o de lo que
consideraban propio.

El problema central radica en que, en realidad, cualquiera sea el actor y al margen de


quién sea la víctima, el dolor, la desesperación por pérdida de seres queridos, unos muertos, otros
secuestrados y otros (niños y niñas) simplemente reclutados por la fuerza, privados del derecho
a la inocencia y el derecho a disfrutar de una etapa en la que todo individuo se moldea como
persona para el futuro.

Hoy, los Montes de María es una región convertida en la mayor convergencia de


personas que restañan sus heridas en medio de las promesas que surgen de un acuerdo en el que
se promete verdad, reparación, justicia y no repetición. Lo curioso es que los hechos se siguen
sucediendo y la población de Montes de María da muestras de una resistencia rayana en la
terquedad, porque se niega a abandonar su región y, por el contrario, insisten en que los acuerdos
se cumplan, sobre todo en cuanto tiene que ver con los aspectos de justicia y de verdad, ya que
son muchas las madres y esposas que ni siquiera tienen señas de dónde reposan sus seres
queridos, para rendirles un postrer adiós.

Peltier y Szwarcberg (2019) abordan la temática aquí tratada desde un documento por
ellos publicado y que lleva por título Transformación de las emociones en las víctimas del
214

conflicto para la reconciliación en Colombia. “… la experiencia traumática despliega una


temporalidad en la que el pasado coexiste e incluso agobia afectivamente el presente de tal
manera que su inscripción en el registro de la memoria y la historia es a la vez solicitado y
frustrado: el trauma ‘no se deja olvidar por nosotros”, dicen las autoras en una cita que hacen de
Francisco Ortega (2008).

Se comparte plenamente la posición que las autoras asumen en la cita mencionada. El


pasado violento y doloroso tiene la capacidad de reverdecer y perdurar; no es rara la expresión
“… eso me cambió la vida” que lanzan algunas personas para referirse a un hecho que incidió en
su calidad de vida, para bien o para mal. En el caso objeto de discusión, se ha pretendido
disminuir en mucho el impacto de la violencia en las gentes de los Montes de María.

Se entiende o se asume que quienes pretenden restar importancia a las secuelas


emocionales que sufren las víctimas de los Montes de María lo hacen, quizá, motivados por la
buena fe y la falsa creencia de que un presente tranquilo o feliz es suficiente para borrar de un
plumazo experiencias que, en su oportunidad, imprimieron un giro en la vida de la persona,
infligiéndole sentimientos en los que lucharon, injustamente, el dolor de lo perdido con el deseo
natural e innato de vivir, que se estima es propio de toda persona.

Es común que las mujeres sean objeto particular de interés para los actores armados, ya
que son idóneas para dar muestras de la superioridad del agresor y su grupo armado. En
Colombia, la violencia contra la mujer ejerce distintos efectos y, en cuanto tiene que ver con la
violencia directa, las mujeres se vuelven una herramienta para amedrentar o humillar a los
oponentes, en lo que se califica como estrategia de personas interpuestas. (Peltier y Szwarcberg,
2019).

Resiliencia y sanación integral


Es importante señalar que el término “resiliencia” es objeto de múltiples definiciones,
manteniendo el contexto de la resistencia y superación del dolor, por parte de personas que han
vivido experiencias sumamente dolorosas, de las que les quedan secuelas intangibles pero
vívidas y reales. Cuando se habla de resiliencias, se habla de la resistencia al dolor y de la
capacidad de las personas a recuperarse del mismo, aunque en ello no se incluye la capacidad de
olvidar y no guardar rencor, cuando el daño proviene de una o varias personas que lo infligen
voluntariamente.
215

Kotliarenco, Cáceres & Fontecilla, citados por Grotberg (1997) definen la resiliencia como “la
capacidad que tiene el ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e
incluso ser transformado por ellas”. Según Ojeda (1995), la resiliencia es “es una combinación
de factores que le permiten a un ser humano, afrontar y superar los problemas y adversidades de
la vida y construir sobre ellos.” (Álvarez y Arango, 2018).

Ciertamente hay que entender que la resiliencia es un fenómeno que se da al interior de cada
persona pero ese solo detalle lo hace algo subjetivo, único en cada caso, dado que cada persona
tiene su configuración espiritual, su propio sentido e interpretación de las cosas, su concepción
de la vida, lo que hace que la resiliencia, con ser un concepto externo, no pueda ser definido de
una manera dogmática, única. Y es que en cada caso aplican también factores externos que
determinan la naturaleza de la sensación que experimenta la víctima ante el daño recibido. No es
lo mismo un familiar muerto por cualquier enfermedad, que contemplar obligadamente cómo el
familiar es asesinado inmisericordemente, como reiteradamente se vivió durante el conflicto en
Colombia.

En esa misma dirección de pensamientos aplica la resiliencia como capacidad de recuperación.


Los recuerdos, las imágenes que guarda la mente, señalan una ruta de retorno a la normalidad
que no siempre es fácil y que en no pocos casos no alcanza a ser recorrida por la persona
afectada.

En el caso de los Montes de María, la violencia no sólo fue el acto en sí con el que se afectó la
integridad de la persona o se le privó de la vida. Existen factores especiales como la injusticia
que perciben las familias ante el familiar ejecutado, secuestrado o expropiado de su propiedad.
Existen también aspectos como la conformación familiar y el grupo comunitario, cada uno de los
cuales es un escenario diferente en el caso de las mujeres (principalmente) de los Montes de
María.

Los daños causados a las víctimas de la región objeto de este trabajo fueron múltiples y de
naturaleza igualmente distinta. Las violaciones, los secuestros, los asesinatos, ejecuciones
públicas que en muchos casos tuvieron que ser presenciadas por las familias de las víctimas, los
desplazamientos de familias enteras, conforman un mosaico difícil de igualar y más difícil aun
de hacer entender de los afectados.
216

FUENTE: Centro Nacional de Memoria Histórica.

En primer lugar, al hablar de resiliencia, es necesario que el individuo tome conciencia de sí


misma como persona, con intereses, sueños y compromisos personales, para que entienda que su
propio bienestar no sólo lo beneficia a nivel individual, sino que además se irradia a otros seres
queridos; es necesario que el afectado entienda que su actitud ante la desgracia y el dolor pueden
ser punto de partida para la sanación o la voluntad de sanación de familiares y de otros miembros
de la comunidad a que pertenece. Ese bienestar subjetivo, como se le suele denominar, es punto
de partida de cada persona para la autosanación y la irradiación de recuperación a los demás
miembros de la comunidad.

Desde el punto de vista disciplinario de la Psicología, Bienestar Subjetivo presta particular


atención los procesos de evaluación, tanto cognitivos como afectivos que hace el afectado en
torno a su propia vida (Diener, 2000). Hay quienes sñalan que el componente afectivo del
bienestar subjetivo se da a conocer en el grado de satisfacción individual en cuanto toca a vivir o
experimentar sentimientos positivos y negativos, al tiempo que el componente cognitivo alude a
la evaluación realizada de los logros obtenidos, valorando el grado de satisfacción se encuentra
con su vida.
217

FUENTE: CNMH.

Una persona posee bienestar subjetivo si expresa satisfacción con su vida y frecuentes emociones
positivas y, sólo esporádicamente, emociones negativas. Caso contrario es si el individuo expresa
insatisfacción consigo mismo y deja conocer pocas manifestaciones positivas y frecuentes
negativas, lo que permite determinar que tiene un bajo bienestar positivo.

Uno de los problemas para efectos de la resiliencia de las víctimas de los Montes de María es el
desconocimiento de causas; se conocen procedimientos, fechas, nombres, lugares y formas
diversas de actuación de los gestores de la violencia; si bien los esfuerzos de la búsqueda de la
paz se han encausado en dirección a conocer la verdad, ello no ha sido posible ni siquiera
después de la firma de unos acuerdos que los presuntos culpables firmaron supuestamente con el
afán de reconciliarse con las gentes de la región. Muchas madres, padres, hermanos, hijos, etc.,
aún permanecen a la espera de una explicación o, al menos, una pista que les permita hallar los
restos de los seres desaparecidos bajo el impacto de la violencia.

Muchas de las promesas planteadas de buena fe por organismos gubernamentales y


organizaciones no gubernamentales aún esperan ser cumplidas, porque para ello es necesaria la
conjunción de voluntades, lo cual no se da por parte de los violentos, quizá porque la mayoría de
ellos aún no esta segura de la buena intención que les exponen, en cuanto a una justicia especial.
Los aplazamientos son periódicos, la dilación es permanente y, en medio de todo ello, se
218

pretende obtener que las víctimas den de sí mucho más de lo que ya han tenido que poner, en una
guerra que no iniciaron pero que han tenido que degustar en su amargura y sinsabores violentos.

Las promesas presidenciales que se dieron en un comienzo, cuando se firmó el acuerdo de paz,
comenzaron a cambiar de contenido cuando surgieron las primeras medidas. Por ejemplo, la Ley
de Víctimas, la Ley de Tierra y otros instrumentos legales que se concibieron como parte del
proceso de recuperación de la paz, han quedado unos olvidados y otros cumplidos a medias, a la
espera de su cumplimiento otros y la mayor cantidad, al parecer olvidados por quien firmara el
acuerdo en nombre del Estado.

Resulta mucho más fácil entender a las víctimas que entender a las autoridades y a la contraparte,
a partir de los contenidos de los acuerdos firmados. Resulta mucho más difícil aun, pretender
“olvido” de lo que no se conoce. Si las víctimas no conocen lo sucedido, si aún esperan a sus
familiares, vivos o muertos ¿qué es lo que se pretende que olviden? Su atención reposa en la
posibilidad de conocer hechos concretos para, a partir de esa verdad, comenzar a considerar la
posibilidad de un perdón sincero e integral y la construcción, entonces sí, de una paz basada en la
seguridad de que hechos como los vividos no serán nunca más parte de sus vidas.
219
220

5. CONCLUSIONES

En los apartados anteriores se ha podido comprender la resiliencia en adultos víctimas del


conflicto en el Carmen de Bolívar, Colombia. En definitiva, sobre la base de los resultados
obtenidos con la realización de las encuestas, se pueden enumerar algunas conclusiones
generales:

Las victimas que padecieron violencia sociopolítica tienen mayor probabilidad de sufrir
trastornos, por tanto, el impacto de la violencia es significativo y requiere de un acompañamiento
psicosocial para el restablecimiento de sus derechos humanos.

En Colombia, el uso de la violencia y la lucha por el poder, inicialmente justificadas por a


desigual repartición de la tierra y la falta de espacios para participación política, han marcado las
dinámicas sociales y políticas, atenuadas por narcotráfico, el narcoterrorismo, la presencia de
nuevos actores políticos y armados en un contexto de lucha revolucionaria.

En este sentido, la población habitante del Carmen de Bolívar, se convirtió con el paso
del tiempo en un grupo humano vulnerable por el conflicto armado en la región, entendiendo la
vulnerabilidad como el estado de susceptibilidad al daño por exposición a tensiones asociadas
con el cambio ambiental y social y por la ausencia de capacidad de adaptación.

Así, las víctimas del conflicto armado requieren de un proceso de perdón y reconciliación
que implica reemplazar las emociones negativas hacia un agresor por emociones positivas y
olvidar el agravio. Allí aparece el constructor de la resiliencia, como un proceso en el que, a
pesar de todos los pronósticos negativos, hay una reinvención del sujeto que se erige por encima
de las extraordinarias circunstancias, el fenómeno rebasa la capacidad predictiva de las ciencias
exactas y por tanto se requiere de una comprensión del constructo desde una mirada crítica y
compleja, que aborde al sujeto desde una mirada trans e interdisciplinar.

Finalmente, se puede afirmar que la presente investigación sirve como paso previo para
futuras líneas de investigación, que incluyan una investigación empírica encaminada a
profundizar en el conocimiento de otros factores protectores que influyen en la resiliencia.
Siendo consciente de ello se considera oportuno dar continuidad a este estudio planteando como
futuras líneas de trabajo el desarrollo de una investigación empírica sobre otras mediciones de la
221

resiliencia, evaluación de la resiliencia en otras regiones geográficas y evaluación de la


resiliencia en otros grupos etarios (Lechuga, 2019).

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226

ANEXO

LA REALIDAD DE LOS MONTES DE MARÍA

FUENTE: Ortiz F., La paz pendiente de los Montes de María.

Paradójicamente, en Colombia se pide paz a las víctimas. Son ellas el destinatario de todos los
mensajes oficiales, en los que se incita a “trabajar por la paz”, mensajes que llegan a la
población pero que al parecer no tienen recepción en los autores de la violencia, los cuales ya no
pueden alegar problemas geográficos para la comunicación, porque hoy tienen libertad de
circulación por el territorio nacional.

Las comunidades realizan caminatas por la paz, con globos, pancartas y flores. Entonan cánticos
folclóricos y danzan tristemente al son de los mismos, pero para autocontemplación porque,
aquellos a los que va dirigido el mensaje, no dan señales de su conocimiento ni mucho menos
emiten respuesta concreta y creíble a los campesinos.

Podría decirse que hay una revictimización, incluso por organismos que aparentemente, ante la
ciudadanía, asumen la responsabilidad por los hechos violentos que enlutaron a los hogares de
Montes de María. Cuando desfilan, lo hacen mirando a la lejanía, quizá esperando ver en el
horizonte la aparición de la reparación que esperan y de la paz que un día les robaron, sin más
razones, sin más discursos que los que son capaces de entonar las armas asesinas.

No es rol ni intención del autor de este trabajo de investigación caer en el mismo error que
caracteriza a los actores del conflicto, es decir, revivir dolores sin aportar reparaciones ni
227

soluciones a los problemas que han surgido con la firma de un proceso de paz, en cuya
autenticidad creyeron y en cuyo cumplimiento aún esperan recibir lo que en derecho legítimo les
pertenece, como son sus seres queridos, sus bienes y, además, esa paz que les fue arrebatada por
la avaricia de unos y la intolerancia de otros.

El Salado es un corregimiento que fue inicialmente sometido por la guerrilla de las Farc. De esa
manera, el pueblo se convirtió en un sitio más bajo el régimen guerrillero, que debía cargar con
el estigma de ser tenido en cuenta como un “pueblo de guerrilleros”, lo que convirtió a su
población en un blanco atractivo para las autodenominadas Autodefensas Campesinas. En medio
de estos dos enemigos bélicos y socios narcotraficantes, el pueblo se vio sometido por el miedo,
el terror de ser víctima de cualquiera de los dos grupos, ya que ambos los acusaban de estar
asociado del contrario.

Fueron las Autodefensas las que tomaron por su cuenta la aniquilación de los pobladores. Con
una impartición de justicia injustificada y sin soporte alguno, procedieron a liquidar a los que
ellos señalaban como “colaboradores” de la guerrilla, cuando en realidad no hacían otra cosa que
someterse, por el mismo terror, a las órdenes que les impartían los guerrilleros. El pueblo fue
asolado. La desgracia no tuvo límites. Sólo hombres asesinados, madres desconsoladas, viudas
llorosas y niños que miraban sin comprender cómo sus mayores eran asesinados, sin más
explicación que la voluntad de los asesinos.

Con el proceso de paz, se habló de “verdad, justicia, reparación y no repetición”. La verdad


nunca se ha visto; la justicia está en manos de un organismo cuya efectividad es dudosa por la
conformación de los juzgadores; la reparación no se ha dado y la no repetición resultó una
utopía, porque hoy, aunque con distintos nombres, existen grupos que surten a la población del
mismo terror que antes vivieron.

Uno de los fundamentos de la resiliencia es la seguridad de haber superado una mala experiencia,
por muchos que sean los daños sufridos. Esto no se da en el caso de Montes de María, donde, a
pesar de las afirmaciones oficiales, de la presencia militar que “garantiza” la seguridad de los
ciudadanos, aún se dan asesinatos sin explicación alguna y, lo que es peor, el narcotráfico se ha
descarado, hasta el punto de no pretender ocultar su presencia en los Montes de María.
228

Desde ese punto de vista, resulta apenas normal que la población se sienta abandonada, quizá
traicionada por un fenómeno que no comprenden, como es la reedición de la violencia, la
presencia de indeseados y la amargura de verse acorralados, con una libertad constitucional
amplia y una libertad real delimitada por la voluntad de los protagonistas de la violencia en el
corregimiento.

Es por esto que se estima que la resiliencia en los habitantes de los Montes de María supera
cualquier otra experiencia similar en el mundo. Una violencia se va, otra violencia llega. No
importa la razón de ninguna de las dos: lo que importa es que los habitantes de la región no
tienen paz, no tienen descanso, como tampoco lo tienen quienes han sido víctimas de los
violentos, que ven en el asesinato, el secuestro, etc., una razón para su existencia.

No se puede pedir más resiliencia que la resignación a permanecer en lo que fuera su tierra, su
hogar y que, sin embargo, sólo les proporciona dolor, pérdidas humanas, injusticias, despojo y
pocas, muy pocas esperanzas de una verdadera justicia, así Colombia sea señalada como “un
ejemplo” y los nobel se paseen por las grandes ciudades del mundo, hablando de la “paz
conseguida” en Colombia.

Para el retorno sólo cumplieron con la condición de seguridad – dice una víctima-, pero lo
importante es que haya condiciones dignas. ¿Cómo vamos a retornar si ni siquiera hay
casas? Aquí todavía hay hambre y desigualdad, y mientras estén esas condiciones, es muy
difícil que haya paz. Es que la paz de una persona que vive en un apartamento en el
quinto piso de un edificio en una ciudad no es la misma que la de un campesino.
(Testimonio citado por Ortiz, 2015).

El anterior testimonio evidencia la realidad que se vive en El Salao, escenario de violencia contra
la indefensa población que se vio en medio de dos contrincantes que justificaban sus acciones en
supuesta participación de la población en el conflicto, cada uno acusando a los habitantes de ser
colaboradores del contrario.

Los habitantes del corregimiento son, al parecer, objeto de atención oficial. Pero una atención a
cuentagotas muy diferente de la que se enunció el día que se firmó el acuerdo con las Farc. Hasta
el momento todo ha sido utópico, puesto que no se ha dado reparación, no hay verdad, no hay
229

evidencias de justicia y, contrario a lo prometido por las autoridades, la no repetición es una


promesa incumplida.

Se estima que la nueva expresión violenta que se vive en El Salao incide en el problema,
agravando por sí sola la ya crítica situación que, en materia de resiliencia viven los habitantes del
corregimiento, haciendo más crítica su estabilidad emocional y disminuyendo aun más la
endeble credibilidad que sienten en relación con los acuerdos y promesas gubernamentales.

Desde esta realidad, resulta difícil pedir resiliencia a los habitantes de Montes de María. Cuando
se habla de El Salao, no se menciona un caso único. Simplemente, es una pequeña muestra de lo
que vive toda la región.

Evidentemente, la situación que viven los habitantes de El Salao no es el terreno abonado para
esperar muestras de resiliencia. A menos que se confunda el silencio temeroso, la ausencia de
quejas por la convicción de que no serán atendidas y la permanencia en el sitio por falta de otro
donde esconderse con fortaleza espiritual y posición positiva frente a la desgracia que acosa a la
población.
230

ANEXO

DOLOR Y RESILIENCIA EN LOS MONTES DE MARÍA

El fenómeno del desplazamiento en los últimos años en Colombia ha sido una de las principales
problemáticas de orden social producto de la violencia que ha expuesto a la población civil a
situaciones de tensión. Tal como lo señala el informe de la Red de Solidaridad Social de 31 de
diciembre de 2004, 1.565.765 colombianos y colombianas se han desplazado, en lo que se ha
descrito como la mayor crisis humanitaria y de derechos humanos en nuestro país. En Colombia
este fenómeno ha sido ampliamente estudiado desde el dolor , el sufrimiento y la patología sin
pensar en la otra cara de la moneda que es la de las potencialidades y recursos de los seres
humanos para afrontar y sobrepasar una situación extrema. Estas potencialidades que poseen los
seres humanos para afrontar situaciones adversas y salir fortalecidos de ellas es lo que se conoce
como la Resiliencia, término tomado de la física que designa la resistencia de un material que
luego de ser sometido a altas temperaturas puede volver a su estado original.

Abordar el problema del desplazamiento desde la perspectiva de las capacidades humanas


plantea una alternativa distinta frente al tema estudiado ampliamente y sin mayores perspectivas
de cambio. De tal manera que se constituyó en un reto para la academia realizar un estudio que
permitiera determinar los factores resilientes en familias desplazadas y, consecuentemente,
develar propuestas que sirvieran a las personas para enfrentar situaciones críticas y salir adelante.
Este estudio de corte cualitativo tuvo como referentes empíricos una investigación longitudinal
realizada por Werner en la isla de Hawai en 1955. Ella observó el desarrollo de 698 recién
nacidos cuyo desarrollo seguiría durante más de treinta años. 201 bebés presentaban en ese
momento un riesgo elevado de desarrollar problemas, pues acumulaban muchas fuentes de
estrés, y encontró que más de la tercera parte de estos chicos crecieron sin problemas y cuando
llegaron a la edad adulta fueron capaces de desarrollar relaciones estables, comprometerse con
un trabajo y ponerse al servicio de los otros.

Enriqueciendo esta nueva tendencia, Cirulnik (1999) plantea que Resiliencia “es más que resistir,
es también aprender a vivir... antes del golpe uno estima que la vida nos es debida y la felicidad
también... la prueba cuando uno la sobrepasa cambia el gusto por el mundo”. Este texto sirvió
231

como marco conceptual orientador del estudio y facilitador de la comprensión de la realidad


resiliente de las familias sincelejanas.

Verificando el estado del arte sobre la Resiliencia en Desplazados en el departamento de Sucre,


se encontró que no existen estudios al respecto que den cuenta del fenómeno desde esta
perspectiva. Fue así como surgió la inquietud por el tema, dado que el departamento está situado
en el tercer lugar con mayor número de hogares desplazados, según el informe de la Red de
Solidaridad Social de 2003. Sin embargo, se referencian estudios realizados en otros lugares de
Colombia sobre el fenómeno del Desplazamiento con aspectos conceptuales y metodológicos
similares a los de esta investigación en Sincelejo.

Uno de los estudios que ha hecho aportes es el realizado por Olga Lucía López J. en la
Universidad de Antioquia desde 1999-2001, titulado “El proceso de desplazamiento forzado:
estrategias familiares de sobre vivencia en el oriente antioqueño”, el cual buscó determinar el
impacto del desplazamiento forzado en las familias y, a su vez, visualizar las reacciones y las
formas de afrontamiento que utilizaron frente a este fenómeno. El propósito de la investigación
fue contribuir a trascender el solo papel de víctimas que la sociedad y que las mismas familias
desplazadas se atribuyen, presentándolas como protagonistas activas y como fuerza
transformadora de alto valor social.

Este trabajo deja ver los resultados del estudio con familias en situación de desplazamiento en la
ciudad de Sincelejo y cómo a partir de los relatos de vida y los autorreportes se pudieron
resiginificar los hechos dolorosos, convertidos, a su vez, en experiencias de aprendizaje
significativo, lo que permitió aportar un nuevo conocimiento contextualizado. Este estudio tiene
especial relevancia no sólo por el avance de conocimientos alrededor de la temática, sino
también porque ha permitido legitimar una información surgida desde las experiencias de vida de
los mismos sujetos estudiados integradas en un análisis cualitativo fundamentado desde lo
saludable y lo positivo .
232

ANEXO

ENTRE DESARROLLO Y GUERRA

El problema de los Montes de María no se circunscribe a la intervención de los vándalos


armados que, en nombre de una revolución o de una autodefensa, asolaron a la región, cobrando
vidas de personas cuyo único objetivo era cultivar la tierra, tener una familia, en pocas palabras,
vivir la vida que Dios les había concedido.

El problema de los Montes de María tiene raíces diversas, entre ellas, la desigualdad
terrateniente-campesino y la desigualdad que simbolizó la “ayuda estatal”, supuestamente
dirigida a fortalecer la agricultura y ayudar a la clase campesina de lo que se conoce como la
“despensa del Caribe”. Esa desigualdad en el trato hacia el campesino tiene muchos indicadores,
uno de ellos, por ejemplo, el hecho de que los programas estatales de ayuda al campesino se
diseñaran de manera tal, que el beneficio se canalizaba realmente a manos de los grandes
terratenientes. Para la muestra:

Entre los años 1998 y 2003, un total de 2.391 hectáreas se benefician en la región del
programa Incentivo Forestal, que ejecuta el Ministerio de Agricultura, para apoyar la
protección y producción de bosques nativos. De ese total, 2.345 has, es decir el 98%
corresponden a grandes propietarios y el restante 2% a pequeños productores. (Daniels,
sf).

Esto puede no deberse a una actitud no premeditada del gobierno nacional, pero sí a una actitud
cuidadosamente canalizada por los “voceros de la región”, que ante el gobierno central gestionan
ayudas y programas y, a la hora de aplicarlos, lo hacen de forma sesgada, de tal manera que los
beneficios los reciben los grandes terratenientes. La responsabilidad del gobierno central no es
sin embargo excusable, puesto que se supone que los organismos de control y vigilancia, como la
Contraloría General de la República y la Defensoría del Pueblo, deben apersonarse de
situaciones como la antes señalada, en observancia de los objetivos de cada programa y en
defensa de las clases menos favorecidas, respectivamente.
233

La bondad de las tierras de los Montes de María, su ubicación estratégica cerca al Mar Caribe, y
de la troncal que comunica a la Costa Caribe con el centro de la nación, la erigieron como un
punto geográfico y económico sumamente apetecible. No en vano las guerrillas escogieron ese
punto como refugio y campo de acciones y tampoco fue gratis la intervención de las
autodefensas, que decían combatir a la guerrilla cuando en realidad sólo buscaban una
participación en el reparto de las tierras, ganaderías, cultivos y la posibilidad de explotación del
sector en el manejo de alucinógenos procesaos en esa región.

La intervención del Estado fue exigida a nivel legislativo y político en general. Pero era una
exigencia delimitada a ciertos sectores, con el fin de canalizar, como se expresó antes, las ayudas
oficiales en una dirección determinada, ajena al interés de quienes realmente la necesitaban, es
decir, los campesinos humildes, sin tierra, que habitaban la región y la hacían sostenible con su
producción agrícola, a cambio de paupérrimos salarios que se justificaban con argumentos
basados en la abundancia de productos comestibles, lo que hacía presumir que el campesino no
necesitaba grandes sueldos, porque todo lo tenía a mano gratuitamente.
234

Imagen de un sepelio colectivo en Montes de María.


Hubo intervención estatal, ello es indiscutible. Hubo buenas intenciones de gran parte o la
mayoría de las autoridades, pero eso no excusa el hecho de que la región hubiese caído en manos
de los inescrupulosos que, con lemas políticos y filosóficos, escondieron sus verdaderas
intenciones. Todo toma una forma definida cuando los bandos interesados parecen ponerse de
acuerdo para acometer la violencia colectiva, con el sofisma de un enfrentamiento entre guerrilla
y autodefensas, cuando los muertos salían de las familias humildes, que sufrieron el impacto de
las balas disparadas por quienes alegaban defenderse de la guerrilla o de las autodefensas,
alternativa e irresponsablemente.

No se trató de una violencia anárquica, sino de una estrategia que se distribuyó por los Montes de
María, inclusive invadiendo los grandes centros poblados. Todo debidamente organizado, tal
como se desprende de lo que a continuación se lee:
235

En la zona urbana de El Carmen de Bolívar estaba La Mano Negra. En Sincelejo, había


una banda llamada La Cascona, que incluso figuraba en la lista de paramilitares que
reveló en octubre de 1987 el entonces Ministro de Gobierno César Gaviria ante el
Congreso. En esa misma lista, aparecía la banda ‘Muerte a Secuestradores y Comunistas’
en el departamento de Bolívar. Y estaban Los RR en San Juan Nepomuceno, Los Benítez
en San Pedro y los Encapuchados de Colosó (.ideaspaz.org/publicaciones, sf).

Resulta fácil hacerse a una idea del poderío armado ilegal que azotó a los Montes de María y que
hoy parece volver, aunque con etiquetas distintas, lo que favorece el discurso del promotor del
acuerdo de paz vigente, en el sentido que se firmó un acuerdo que pone fin a la violencia en
Colombia, cuando las evidencian apuntan abiertamente en dirección contraria.

¿Resiliencia?

Cuando los inventarios de la violencia muestran decenas de miles de campesinos sacrificados en


nombre de la militancia guerrillera o de la militancia en autodefensas, resulta fácil hablar de
resiliencia, por parte de los organismos estatales. Pero la paz de que se habla no resiste un
mínimo examen. En realidad, cambiaron los actores y algunos aspectos han sido mejorados,
como la presencia estatal y de los organismos de control policivo, militar y jurídico del gobierno
nacional. No obstante, el temor sigue siendo alimentado en la región, ya que constituye el
mecanismo ideal para evitar que el campesino regrese a sus tierras, a menos que sea bajo la égida
de alguno de los grupos ilegales que permanecen en el sector, aunque, como se dijo
anteriormente, con otros nombres, por razones fácilmente deducibles.

La reparación es casi una revictimización. Los favorecidos con el acuerdo de paz no fueron los
campesinos, sino los criminales que hoy se pasean por las ciudades, con sus nombres propios, en
muchas ocasiones con escoltas estatales, en carros blindados y adscritos a organismos oficiales,
de donde devengan grandes ingresos. El campesino, en cambio, sigue viviendo el terror, aunque
se pretenda decir lo contrario. Y es que la tierra sigue siendo generosa; el clima y la
configuración de los suelos son ideales para ganadería, agricultura e incluso minería. Pero esas
oportunidades tienen nombres propios, muchos de ellos correspondientes a personajes de la
política, en la región y a nivel nacional.

A partir de lo anteriormente expuesto, resulta evidente que a las víctimas les resulta poco menos
que imposible olvidarse de un pasado que persiste, aunque con otro nombre y otros autores. A las
236

víctimas no se les ha cumplido el acuerdo, en cuanto tiene que ver con “verdad, justicia,
reparación y no repetición”. Y, obviamente, desde esa perspectiva, pretender una paz resiliente
es una pretensión utópica, por decir lo menos.

Muchas madres, esposas, esposos, padres, hijos, no saben dónde reposan los restos de sus
familiares injusta y cruelmente sacrificados. La reparación es un decir, entre otras cosas, porque
se hicieron unas promesas que luego fueron reformadas por la “Ley de víctimas” y otras
disposiciones legales, en las que aparecen condiciones distintas de las que se prometieron
públicamente, mientras se decía que había “cesado la horrible noche”.

En estas condiciones, resulta comprensible que la resiliencia no sea la principal característica de


los habitantes de Montes de María. Si bien existe el silencio, la obediencia civil y los campesinos
hayan vuelto a sus labores como “jornaleros”, todo ello tiene una justificación en el miedo, en el
dolor, en el resentimiento.

No se puede hablar de resiliencia cuando no se ha aplicado un bálsamo apropiado en las heridas


de las víctimas; no se puede hablar de resiliencia cuando muchos de los desplazados aún viven
en sitios extraños, en donde les resulta difícil ganarse la vida, porque sus únicos y especializados
conocimientos se aplican únicamente a las labores agrarias, que no tienen demanda ni mucho
menos precio en los grandes centros poblados.

Es imposible hablar de resiliencia cuando muchas madres y esposas aún esperan noticias sobre la
supervivencia de sus seres queridos, arrebatados de sus viviendas campesinas por la fuerza y
reclutados en uno u otro grupo armado, al igual que sucedió con niños con edades incluso
menores de 14 años y niñas impúberes que vieron la vida adulta en el maltrato y la explotación
sexual de los inescrupulosos.

La Psicología, como disciplina científica, tiene muchos recursos que aportar a la búsqueda de
una solución feliz. Infortunadamente, no se tienen los puntos de partida sólidos, como sería una
información clara y seria de los acontecimientos para, conociendo el origen del problema, aplicar
en cada caso las alternativas adecuadas para el logro de un final, si no feliz, al menos
satisfactorio, con el logro de lo realmente alcanzable.

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