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Esquema
LA REALIDAD
FILOSOFÍA CIENCIA
METAFÍSICA COSMOVISIONES
Antigua
Características
Medieval
Historia
Moderna
Contemporánea
METAFÍSICA
METAFÍSICA ANTIGUA
Monismo presocrático
Pluralismo
Platonismo
Aristotelismo
METAFÍSICA MEDIEVAL
Agustinismo
Tomismo
METAFÍSICA MODERNA
Metafísica racionalista
Se forma a partir del siglo XVII por el pensamiento del matemático francés René
Descartes. Para este pensador, considerado el “padre de la Modernidad”, es primordial
hallar una verdad totalmente indubitable a partir de la cual poder deducir el resto de
verdades con seguridad. Esta primera realidad para el pensador francés será el sujeto
pensante (“Cogito ergo sum”) que se corresponde con la primera sustancia. Para el
racionalismo una sustancia es aquello que existe por sí mismo y no necesita de nada
más para existir. La primera sustancia para Descartes, como vemos, es el yo, mi
conciencia mental. Yo soy una sustancia pensante, porque indudablemente existo por
mí mismo. Pero además del yo existen otras realidades: las cosas materiales y Dios. Las
cosas materiales son una sustancia extensa (el pensamiento es inmaterial y no ocupa
espacio, mientras que el atributo fundamental de la materia es la extensión). Dios sería
otra sustancia puesto que existe por sí mismo de manera independiente y tiene como
atributo fundamental la infinitud (es infinitamente perfecto, sabio, bondadoso y
poderoso). Por eso es denominada sustancia infinita. En definitiva, para Descartes la
realidad la compondrían tres sustancias: pensante, extensa e infinita.
Idealismo transcendental
Admitiendo una concepción idealista para Kant no sabemos cómo puede ser el
mundo independientemente de nuestra experiencia de él; todo objeto del que
tenemos experiencia ha quedado influido por la estructura de nuestro aparato
cognoscitivo. Estas ideas nos llevan a dos conceptos fundamentales del Idealismo
Trascendental: el concepto de noúmeno y el de fenómeno. El noúmeno (o cosa en sí)
es la realidad tal y como pueda ser en sí misma, independientemente de nuestra
experiencia de ella; la filosofía premoderna pensaba que nosotros podíamos conocer
las cosas en sí mismas, aunque cada escuela dijese algo distinto relativo al ser de
dichas cosas; el fenómeno es una realidad dependiente del sujeto trascendental, es la
realidad estructurada por las formas de la sensibilidad y las categorías del
entendimiento; la realidad tal y como la experimentamos. El sujeto cuando conoce no
deja intacta la realidad conocida, la constituye en el propio acto del conocimiento. Por
ello, el Idealismo Trascendental se puede resumir en la afirmación de que sólo
conocemos fenómenos.
Idealismo absoluto
El carácter dialéctico de lo real significa que cada cosa es lo que es, y sólo llega
a serlo en interna relación, unión y dependencia con otras cosas y, en último término,
con la totalidad de lo real.
La dialéctica de Hegel concibe la realidad como un todo, sin que ello afecte
para nada a la relativa independencia de cada cosa en su singularidad. Es decir, la
realidad, en cuanto dialéctica, no es fija ni determinada de una vez por siempre, sino
que está en un constante proceso de transformación y cambio, cuyo motor es, a la par,
tanto su interna contradicción, limitación y desajuste en relación con su exigencia e
intención de totalidad, infinitud y absoluto, como la interna relación en que está con
otra realidad, que aparece como su contrario (tesis, antítesis, síntesis).
Marxismo
Todo el pensamiento del filósofo alemán F. Nietzsche supone una crítica a los
fundamentos metafísicos occidentales que sustentan la cultura europea de finales del
S.XIX. La historia de la filosofía, desde sus inicios platónicos, presenta una idea del
mundo inadecuada pues lo considera un “cosmos”, una totalidad racional. Supone la
historia de un gran error ya que niega los sentidos y la vida. La invención del mundo
racional trae consigo la invención de los conceptos metafísicos (esencia, sustancia,
alma, Dios, permanencia...). Dado que el mundo que percibimos presenta
características contrarias (cambio, multiplicidad, nacimiento y muerte), los filósofos
acaban postulando el “platonismo”, la escisión de la realidad en dos mundos: un
mundo verdadero, dado a la razón, inmutable, espiritual y objetivo, y un mundo
aparente, dado a los sentidos, cambiante, corpóreo y subjetivo. Platón defendió esta
tesis, y, gracias al cristianismo, se convirtió en la actitud básica de nuestra cultura. Para
Nietzsche la metafísica occidental y el platonismo tienen un origen psicológico: el
instinto de vida decadente y antivital, incapaz de aceptar lo terrible del mundo de los
sentidos, y la influencia del lenguaje: la estructura sujeto‐predicado, el empleo de las
mismas palabras para designar distintos individuos y la primacía del verbo ser,
favorecen una interpretación substancialista de la realidad, la creencia en entidades
con rasgos permanentes y propios, de esencias y naturalezas universales.
También en la segunda mitad del S.XIX tiene su origen, en la obra del pensador
francés fundador de la Sociología Augusto Comte, el positivismo. Este movimiento
supone una crítica al pensamiento metafísico ya que lo considera un saber sin
fundamento puesto que no utiliza la observación ni parte de hechos positivos. El
término positivo hace referencia a lo real, es decir, lo fenoménico dado al sujeto. Lo
real se opone a todo tipo de esencialismo, desechando la búsqueda de propiedades
ocultas en lo real. Lo positivo tiene como características el ser útil, cierto, preciso,
constructivo y relativo (no relativista) en el sentido de no aceptar ningún ser absoluto.
La humanidad en su conjunto y el individuo como parte constitutiva, está determinado
a pasar por tres estados sociales diferentes que se corresponden con distintos grados
de desarrollo intelectual: el estado teológico o ficticio, el estado metafísico o abstracto
y el estado científico o positivo.
COSMOVISIONES CIENTÍFICAS
MUNDO ANTIGUO
MUNDO MODERNO
MUNDO CONTEMPORÁNEO