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Prof. Ignacio da Silveira Filosofía Grupo: Rep.

UNIDAD I. METAFÍSICA
I. Origen de la palabra “metafísica”
La palabra 'metafísica' debe su origen a una
denominación especial en la clasificación de las
obras de Aristóteles hecha en el siglo I por
Andrónico de Rodas. Como los libros que tratan de
la filosofía primera fueron colocados en la edición
de las obras del filósofo detrás de los libros de la
Física, se llamó a los primeros Metafísica, τα μετά τα
Φυσικά, es decir, "los que están |detrás de la Física".
Esta designación, cuyo primitivo sentido parece ser
puramente clasificador, tuvo posteriormente un
significado más profundo, pues con los estudios que
son objeto de la "filosofía primera" se constituye un
saber que pretende penetrar en lo que está situado
más allá.

Algunas preguntas que constituyen la metafísica:


Si las ciencias se ocupan del estudio de la ¿Por qué existe el Ser y no la Nada?, ¿qué es la
realidad material, la Metafísica, sin realidad en su conjunto?, ¿es ésta exclusivamente
descartar los resultados científicos, material o existe una realidad espiritual más allá de
estudiaría una realidad que está más allá lo material?, el universo, ¿ha sido fruto del azar o
de lo que podemos captar con los sentidos y existe un ser superior que lo creó?, ¿cuál es la meta
que sólo puede conseguirse con el uso última del hombre?, ¿existe una vida más allá de la
exclusivo de la razón. meramente biológica?

Parece una enorme casualidad que un nombre de origen tan accidental coincidiera tan bien con su objeto.
Pero en los últimos años se ha mostrado que esa interpretación es falsa. El origen de la frase “lo que está más
allá de la física” no tiene un significado puramente bibliotecario .Según Reiner esos escritos se llamaron así
por dos razones de fondo. En primer lugar por una razón didáctica, porque en la escuela de Aristóteles, en el
Liceo, se enseñaba primero la física y luego la metafísica, de manera que “lo que viene después de la física”
obedece a un orden de estudios. En segundo lugar la palabra obedece también a un orden de conocimiento,
pues conocemos primero lo físico, que es lo que está delante de los “ojos” y sólo después por la reflexión y
abstracción podemos conocer lo metafísico, que es el fundamento de lo físico. Aristóteles no llamo a estos
estudios “Metafísica” sino “Filosofía prima”, es decir, filosofía primera.

II. Breve recorrido histórico


Se puede decir que la metafísica comienza con los filósofos naturalistas (S. VII-V a.c.) y la búsqueda del
fundamento de la naturaleza. La naturaleza aparece para los griegos como un "cosmos", un mundo ordenado
donde todo tiene su lugar. Más importante que las diferentes respuestas que darán los distintos filósofos, es
la pregunta misma sobre los principios o el principio, la auténtica pregunta por el Ser.
Una nota constante de la naturaleza es su continuo cambio: los presocráticos se asombran frente a una serie
de elementos que continuamente se transforman, buscando la necesidad de un substrato permanente que
no cambie, o sea, que permanezca por encima de todo cambio. Por lo tanto la Naturaleza tiene dos sentidos:

a) Origen, algo permanente que permite explicar lo mudable, es el principio de unidad a


partir del cual se genera la pluralidad: arjé.

b) Naturaleza entendida como una especie de "sustancia" de la que están hechas las cosas:
ousía. Este segundo sentido no se desarrollará hasta el segundo período de la filosofía
griega, cuando se comience a hacer metafísica.

El ARJÉ se caracteriza por ser aquello a partir de lo cual se genera lo viviente. El "substrato" permanente de
los seres, que no desaparece, sólo se transforma. Es la causa de todo cuanto existe y permite explicar al
mundo y sus transformaciones.

Aristóteles( 384 -322 a.c.) postula una triple definición de la metafísica o filosofía primera : 1) ciencia que
considera universalmente el ente en cuanto tal; 2) ciencia divina (en dos sentidos: que sería la ciencia que
tendría Dios, y que Dios es su objeto); 3) ciencia de la sustancia. Pero no se trata de tres ciencias, sino de una
sola, y esta unicidad, que requiere la convergencia de las tres definiciones, es un problema para Aristóteles
como lo será para toda la tradición posterior.

Mientras las ciencias particulares consideran sólo una parte de la realidad —por ejemplo, los números o las
plantas— y desde un punto de vista parcial, para estudiar un accidente o atributo suyo— las propiedades
cuantitativas o el carácter de organismos vegetales—, la metafísica se refiere a la totalidad de las cosas, pero
no por lo que tiene de peculiar cada una, sino en cuanto son.

El esquema de la metafísica sufre una última inflexión en el siglo XVIII. Descartes( 1596- 1650)había renovado
la expresión aristotélica en el título latino original de sus Meditationes de prima philosophia, y había centrado
este saber en las cuestiones de la existencia de Dios y la inmortalidad del alma. A partir de aquí y
especialmente de la distinción cartesiana entre la sustancia pensante y la sustancia extensa, toda la metafísica
del siglo XVII —Malebranche, Spinoza, Leibniz, Berkeley— va a tener como tema central el problema de la
comunicación de las sustancias, en conexión estricta con la realidad del mundo exterior y la existencia de Dios.

Cuando se llega, en manos de Wolff (1679-1754), a un "escolasticismo" de la filosofía moderna, aparece un


esquema de la metafísica que va a influir sobre todo en la neoescolástica tomista desde la segunda mitad del
siglo XIX. Para Wolff, la metafísica se divide en metafísica general u ontologia y metafísica especial, que
comprende tres ciencias: a) cosmología racional (mundo), b) psicología racional (alma) , c) teología natural
(Dios).

Según I. Kant (1724 – 1804 ) los presuntos objetos de la metafísica no son fenómenos de nuestra expe-
riencia, puesto que no se apoyan en intuición sensible, esto representa un uso inadecuado de la razón puesto
que todo saber metafísico carece de cientificidad . En su Crítica de la razón pura, en el filósofo alemán señala
tres ideas trascendentales objetos de la metafísica, el alma, el mundo y Dios.

A comienzos del siglo XIX la disciplina sufrió una crisis importante, se discutieron sus títulos de legitimidad, se
intentaron teorías que tendían a eliminar a la metafísica del ámbito del saber. Contribuyo a esa crisis la
situación de la ciencia. En esa época las ciencias naturales habían tomado gran vuelo, se busca lo empírico, la
seguridad de los resultados. Los resultados de la ciencia eran objetivos y aceptados por todos los científicos,

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y la metafísica ofrecía un panorama de teorías diferentes y muchas veces opuestas entre sí, que eran resultado
de la especulación de cada filósofo.

III. Crisis de a la metafísica


El neopositivismo y la filosofía analítica, son dos movimientos que tienden a confundirse, y es que sus límites se
tocan en muchos puntos. El neopositivismo nace en torno a M. Schlick (1882-1936), y a su grupo de debate,
llamado "Círculo de Viena" (1921-1935).Este grupo de expertos sostuvo que existe una sola racionalidad humana
posible, la científica. Y esta afirmación compromete a sus
seguidores a:

A- Rechazar la metafísica, cuando desde la metafísica se


escucha "Dios es infinitamente bueno", “la nada existe”,
esas proposiciones no se puede confirmar observando el
mundo. Lo que dichas proposiciones afirman es una
actitud subjetiva hacia el mundo y hacia Dios, pero no
una verdad.

B- Buscar la unidad del conocimiento científico desde el


fisicalismo. La pretensión del fisicalismo es que todas las
ciencias compartan un método inductivista y que todas se
sirvan de conceptos que en última instancia procedan de
la física; argumentando que todo acaba remitiendo a una
cuestión de materia y energía, estudiado por la física, por
lo que la física es la disciplina fundamental que describe
la realidad.
C- Y compartir como criterio de significación la verificabilidad empírica, que sostiene que el significado
de una proposición consiste en, si puede establecerse o no su verdad o falsedad a través de la
experiencia. "Se ha quemado el arroz", "el agua hierve a 100º”, son verificables, pero "El destino de
la humanidad es la felicidad", o "Dios es todopoderoso" ¿Son verificables?

A partir de esta concepción del mundo los problemas filosóficos pasan a ser pseudoproblemas, es decir,
las cuestiones tratadas por los filósofos (el problema de la realidad , el alma, Dios, el amor etc.) no son
problemas legítimos puesto que no pueden ser solucionados mediante la experiencia , aparentan serlo,
pero son consecuencia de confusiones lingüísticas , por lo tanto solo cabe “disolverlos”.

IV. Problemas fundamentales de la metafísica: lo trascendente y la existencia


humana.

1- LA TRASCENDENCIA
Trascendencia es un concepto que designa aquello que va más allá o que se encuentra por encima de determinado
límite. Como tal, proviene del latín transcendentĭa, derivación de transcendĕre, que a su vez se compone de trans,
que significa ‘más allá’, y scendere, que traduce ‘trepar’ o ‘escalar’. La trascendencia es lo opuesto a la inmanencia
(permanencia de algo en sí mismo).

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La conciencia de la finitud humana, la experiencia del dolor, del mal, de la muerte, en fin, la contingencia del
mundo y de su finitud, ha llevado al hombre a afirmar la existencia de un ser superior y trascendente. Todas las
culturas han desarrollado formas distintas de religiosidad y todas han apelado a la existencia de Dios, concebido
de muy diversas maneras, origen de todo y que daría sentido a la vida humana.

Posturas fundamentales sobre la existencia de Dios

A- Teísmo
Supone la creencia en un Dios personal y providente, quién creó el universo y lo mantiene. Igualmente, los
dioses garantizan al hombre que su vida no acabará con la
muerte biológica, sino que hay otra más excelente donde
habitarán las almas de los hombres. Dentro del teísmo, el
monoteísmo es sin duda la creencia más extendida dentro de
los creyentes.

B- Deísmo

El deísmo es una concepción filosófica más que religiosa que


deriva la existencia y la naturaleza de Dios, de la razón y la
experiencia personal, en lugar de hacerlo a través de los
elementos comunes de las religiones teístas, como la revelación
directa, la fe o la tradición.

Esta concepción está basada en la creencia de que Dios existe


y creó el universo físico, pero no interfiere con él (postulado de la postula teísta). Por ello no toma posición
sobre lo que hace Dios fuera del universo, en contraste con las tres grandes religiones monoteístas: cristianismo,
islamismo y judaísmo, que sostienen que Dios interviene de múltiples maneras en el mundo y en la vida de los
hombres.

Los deístas también tienden a rechazar los hechos sobrenaturales (milagros, profecías, etc.) y a afirman que
Dios no influye de ninguna manera en la vida de los humanos, ni en las leyes del universo. Por ello, a menudo
utilizan la analogía de Dios como un relojero. Dios sería un relojero que creó y dio cuerda al universo, sin ninguna
otra intervención sobre él. Lo que para las religiones monoteístas son revelaciones divinas y libros sagrados, el
deísmo los entiende como interpretaciones inventadas por otros seres humanos, más que como fuentes
divinas. Los deístas creen que el mayor don divino a la humanidad no es la religión, sino la habilidad de razonar.

Tres han sido los tipos de argumentaciones más importantes que se han dado:

Argumento ontológico: dado que Dios es perfecto, tiene que tener todas las perfecciones que
podamos pensar. La existencia es una de estas perfecciones, por tanto, Dios al ser perfecto, tiene que
existir.

Argumento cosmológico: el cosmos, el universo y todos sus seres son finitos, no tienen la causa en sí
mismos, sino que proceden de otros seres anteriores. Debe de haber, por tanto, un Ser, que sea causa
de sí mismo, que no proceda de nadie anterior y que fuera la causa del universo y de sus primeras
criaturas.

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Argumento teleológico: el mundo es demasiado complejo como para que pueda haber surgido por
azar o causalidad. Todos los seres del universo y el universo en su totalidad mantienen un orden tal,
que es imposible que no haya sido diseñado por un ser infinitamente omnipotente y sabio: Dios.

C - Agnosticismo

El agnosticismo es una postura filosófica o personal que, a grandes rasgos, considera inaccesible para el ser
humano todo conocimiento de lo divino y de lo que trasciende o va más allá de lo experimentado o
experimentable. Mientras que el ateísmo niega la existencia de un dios como ente sobrenatural en el que se
concentra lo divino y permite creer en fenómenos sobrenaturales que trascienden lo natural, el agnosticismo
es una doctrina basada en las observaciones y experiencias, y por lo tanto, declara imposible por parte de la
razón humana ir más allá de la experimentación o comprobación empírica. En otras palabras, para un agnóstico,
la verdad sobre la existencia de Dios es incognoscible.

Ateísmo

El desarrollo del ateísmo corre parejo con el portentoso desarrollo de la ciencia y el avance del laicismo. La
ciencia moderna ha sido sin duda una de las causas más importantes del ateísmo: efectivamente, los progresos
en los campos de la Astronomía, Química, Biología, Medicina, Genética,… han permitido explicar y comprobar
experimentalmente hechos y fenómenos naturales y humanos que antes carecían de explicación racional y eran
explicados por medio de causas teológicas. Por ejemplo, la aparición y posterior evolución científica de la teoría
de la evolución de Darwin explica la aparición de los seres vivos y del hombre a través de un proceso
complejísimo y extraordinariamente largo en el que han ido apareciendo, y también desapareciendo por
extinción, las diversas especies. Dios, para muchos hombres, ya no era necesario para explicar el “milagro” de
la vida.

El ateísmo no es una postura homogénea, sino que existen muchas posiciones ateas, el punto en común de
todas ellas es la de negar la misma existencia de Dios. Dos son los argumentos más importantes para justificar
la inexistencia de un ser superior:

• Argumento por la existencia del mal. Se conoce con este nombre al argumento con el que se
pretende demostrar la inexistencia de Dios entendido en su forma judeo/cristiana, al observar una
contradicción entre dos de las cualidades que se le atribuyen: la bondad, y la omnipotencia. Esto se hace
señalando la existencia del mal en el mundo, y planteando que si Dios es bueno, no puede ser omnipotente,
pues no evita el mal; si por otra parte, Dios fuera omnipotente acabaría con el mal, y si no lo hace es porque
no es bueno. Al ser esto contradictorio, no puede haber una deidad con estas características atribuidas.

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• Argumento por pedido de demostración. Este argumento afirma que no son los ateos los que
“tienen que demostrar” que Dios no existe, sino los filósofos teístas los que tienen que dar pruebas
científicas que prueben su existencia, dado que sin ellas la apelación a una facultad distinta de la razón
justificaría por igual la existencia de Dios que de cualquier ser mitológico.

Actividad. I

“Si todos los logros de los científicos fueran eliminados mañana, no habría más médicos, sólo médicos brujos,
ni transportes más rápidos que los caballos, ni computadoras, ni libros impresos, ni agricultura más avanzada
que la de subsistencia. Si todos los logros de los teólogos fueran eliminados mañana, ¿notaría alguien la
diferencia? ¡Incluso los malos logros de los científicos, las bombas y los barcos balleneros guiados por sonar,
funcionan! Los logros de los teólogos no hacen nada, no afectan a nada, ni significan nada. ¿Qué nos hace
pensar que la 'teología' es realmente un tema?” Richard Dawkins,1998

1- ¿Qué postura frente a la existencia de Dios piensas que asume el autor de este texto? Fundamenta.
2- ¿A qué postura crítica en el fragmento mencionado? Fundamenta.

2- El SENTIDO DE LA EXISTENCIA HUMANA.

Ya en la segunda mitad del siglo XX, después de la definitiva caída de la metafísica tradicional, se insinúa la
presencia de una nueva actitud metafísica. A partir de esta nueva base , resurgen con fuerza viejas
preocupaciones del ser humano, que escapan al conocimiento
científico. Se trata de asuntos como la muerte, el sentido de la vida,
la libertad, o el amor como punto de referencia sobre el que construir
nuestra propia existencia. Si pensamos en el sentido de la vida ,
encontramos diferentes alternativas:

A- La existencia carece de sentido

Arthur Schopenhauer (1788-1860) siguiendo la influencia de las


filosofías orientales considera que el mundo en su expresión más
íntima es simplemente el movimiento ciego de la vida que busca
perpetuarse (lo que él denomina la voluntad). Desde esta perspectiva la vida no tiene ningún sentido porque es
un simple fruto de su propio devenir ciego. En cambio, el ser humano buscando el sentido de las cosas, no hace
otra cosa que desear, establecerse metas, que una vez satisfechas llevan a plantear otras nuevas sin alcanzar
nunca satisfacción plena porque el sentido último que busca no existe. De esta concepción se deriva
inevitablemente un profundo pesimismo puesto que la frustración y el dolor son esenciales al hombre.

B- Sentido trascendente de la existencia

Miguel de Unamuno (1864-1936), filósofo y escritor español, también está influido por el existencialismo
contemporáneo. Su pensamiento se centra en la reflexión acerca del anhelo de inmortalidad que descubre en
su ser; este hecho le lleva a afirmar que sólo es posible hallar un sentido a la existencia humana si existe el Dios
capaz de colmar su aspiración más profunda: la inmortalidad. La tragedia de la vida humana es la incertidumbre
de la razón a este respecto.

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C- Sentido inmanente de la existencia

Karl Marx (1818-1883) se muestra crítico con el cristianismo y la religión en general. Considera que han sido el
"opio para el pueblo" porque adormecen las conciencias de los trabajadores haciéndoles soñar con un más allá,
que no existe, y justificando su sufrimiento en este mundo por la felicidad que este sufrimiento les va a
garantizar en el otro. Sin embargo, para Marx, el sufrimiento, la injusticia, las desigualdades económicas no se
produce por voluntad de ningún Dios, sino que son causadas por una sociedad injusta que se puede cambiar.

El sentido de la vida para Marx, por tanto, no es sino buscar la vida buena, es decir tener una relación armoniosa
y enriquecedora con la naturaleza, los otros hombres y consigo mismo; pero ésta no se dará en su plenitud
hasta que todos los hombres instauren una sociedad igualitaria en la que todos puedan satisfacer tanto sus
necesidades materiales (primordial para Marx), como las espirituales

Actividad II

“Los hombres se parecen a esos relojes de cuerda que andan sin saber por qué. Cada vez que se engendra un
hombre y se le hace venir al mundo, se da cuerda de nuevo al reloj de la vida humana, para que repita una vez
más su rancio sonsonete gastado de eterna caja de música, frase por frase, tiempo por tiempo, con variaciones
apenas imperceptibles.” Autor :_____________

¿Con cuál de las respuestas anteriormente trabajadas identificarías el fragmento? Fundamenta.

Actividad III

¿Por qué quiero saber de dónde vengo y adónde voy, de dónde viene y adónde va lo que me rodea, y qué significa todo esto?
Porque no quiero morirme del todo, y quiero saber si he de morirme o no definitivamente. Y si no muero, ¿qué será de mí? ; y
si muero, ya nada tiene sentido. Y hay tres soluciones: a) o sé que me muero del todo y entonces la desesperación irremediable
, o b) sé que no muero del todo, y entonces la resignación, o c) no puedo saber, ni una ni otra cosa, y entonces la resignación
en la desesperación o ésta en aquella, una resignación desesperada, o una desesperación resignada, y la lucha. (…) Y ese punto
de partida personal y afectivo de toda filosofía y de toda religión es el sentimiento trágico de la vida. (Miguel de Unamuno: El
sentimiento trágico de la vida)

1. ¿Por qué afirma el Miguel de Unamuno que con la muerte ya nada tiene sentido? Explica.

2. ¿Por qué el sentimiento trágico pueden ser el punto de partida de la filosofía y la religión? Compara ambas concepciones.

3. ¿De qué manera respondería un neopositivista a las preguntas planteadas por de Unamuno? ¿un filósofo metafísico?

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Material elaborado a partir de:

- Ferrater Mora, Diccionario, Ed. Ariel, Barcelona. 2004


- Marías J. “Idea de la Metafísica” , Ed. Columbia, Bs. As. 1954
- Llambias de Azevedo, J. Manual de metafísica. Para uso de los estudiantes del preparatorio, Mdeo. 1979.
- Ortega y Gasset, J. Unas lecciones de metafísica, Ed. Alianza, 1981

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